La Batalla de un Sueño Invencible. Alvin Beyson

LA BATALLA DE UN SUEÑO INVENCIBLE Alvin Beyson Título: La Batalla de un Sueño Invencible Autor: Alvin Beyson Diseño de

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LA BATALLA DE UN SUEÑO INVENCIBLE Alvin Beyson

Título: La Batalla de un Sueño Invencible Autor: Alvin Beyson Diseño de Portada: Alvin Beyson Correo: [email protected] Lanzamiento: 24 Febrero 2020

CONTENIDO INTRODUCCIÓN CAPÍTULO 1 CAPÍTULO 2 CAPÍTULO 3 CAPÍTULO 4 CAPÍTULO 5 CAPITULO 6 CAPÍTULO 7 CAPÍTULO 8 CAPÍTULO 9 CAPÍTULO 10 CAPÍTULO 11 CAPÍTULO 12 CAPÍTULO 13 CAPÍTULO 14 CAPÍTULO 15 CAPÍTULO 16 CAPÍTULO 17 CAPÍTULO 18 CAPÍTULO 19 CAPÍTULO 20

INTRODUCCIÓN Esta es una novela con personajes adolescentes que tienen objetivos y sueños. El protagonista principal de la novela es Ryan, un muchacho de trece años que vive con su mamá. Él al tratar de conseguir sus objetivos y sueños, se meterá en problemas que involucrará también a sus amigos. Los adolescentes se adentrarán en un mundo de fantasía, terror y aventura. Nos enseñaran que lo más importante en la vida es la amistad y la lealtad. La perseverancia que ellos tienen en lograr sus objetivos los llevará a un viaje de lucha, iniciándose una gran batalla.

CAPÍTULO 1 INICIO DEL JUEGO

H

ace poco cumplí trece años de edad. El sábado 8 de abril del 2017, estaba jugando partido con mis amigos del barrio; eran las cuatro de la tarde. En las gradas viejas de la cancha de fútbol nos apuraban a salir, eran un grupo de muchachos del otro barrio que querían jugar partido. Salimos para que ellos jueguen. Les dimos treinta y dos minutos, pero ellos se habían pasado más de una hora. Mis amigos y yo les increpamos para que salgan, le dijimos: " ¿Por qué no se van? Ustedes también tienen una cancha de fútbol", nos respondieron: "Los grandes están jugando" les dijimos que eso no era nuestro problema. Estos muchachos tenían su cancha de piso y arcos de fierro, con un círculo en el medio del arco para jugar básquet, en cambio nosotros teníamos cancha de césped, pero de césped tenía poco, lo que tenía era más tierra, con arcos de madera, a pesar de eso a ellos no les importaba por el contrario se sentían cómodos y entretenidos jugando partido. Se habían apoderado de nuestra cancha de fútbol, a nosotros nos daba cólera, no era la primera vez, muchas veces cuando nos dirigimos a nuestra cancha para jugar partido los encontrábamos jugando, y eso no lo íbamos a permitir más. Un día decidimos vengarnos. Me acuerdo que fue un día lunes cerca de las dos de la mañana. Nosotros sabíamos que ellos iban ir a estudiar a las siete y media de la mañana. Sabíamos que se irían a dormir temprano. Dos de mis amigos y yo nos dirigimos a su cancha de fútbol, no había gente en el lugar, las calles estaban tranquilas, no se escuchaban ni a los perros. Nos dirigimos hacia el lugar y quitamos las redes que cubrían los arcos. El siguiente sábado uno de los muchachos que venía siempre a apoderarse de nuestra cancha paso por el barrio preguntando acerca de su red de su arco de fútbol; él sospechaba que mis amigos y yo fuimos lo que quitamos la red de los arcos, se acercó a mí y me dijo: "¿Las mallas dónde están ? ", yo le respondí que no sabía nada de las mayas y él me dijo: "No te hagas tú sabes dónde están las mayas de los arcos que quitaron de nuestra cancha" yo le contesté: “No sé de qué mayas me hablas, pero si tú te pones unas mayas negras en tus piernas te vas a ver como toda una señorita”. Luego de un rato de hacerle broma me amenazó: "Tú y tus amigos fueron los que nos robaron las mallas de nuestro arco de fútbol, nos vamos a vengar”. En ese momento no pensé que él o su grupo de amigos pudieran vengarse. Olvidé sus amenazas y dejé que el tiempo pase. Con Wilder y sus demás amigos del otro barrio ya habíamos tenido varios encuentros futbolísticos.

El otro siguiente sábado cuando yo y mis amigos del barrio nos fuimos a nuestra cancha de fútbol, nos dimos con la desgracia que nuestros dos arcos de madera ya no estaban en su lugar. Sabíamos quién o quienes pudieron haber sido. No quedo otra que usar piedras como arcos. Tuve que contarles a mis amigos de la conversación que tuve con el muchacho del otro barrio, les dije que Wilder había prometido vengarse. Después de unos días y cansados de jugar con piedras en vez de arcos; decidimos averiguar qué fue de nuestros arcos de madera. Mandé a Lander y Jeremy, que son dos de mis amigos para que averigüen. Se fueron en la mañana y vinieron en la tarde cuando yo, y mis otros amigos estábamos jugando partido. Nos dijeron que no pudieron averiguar mucho porque no sabían dónde vivía él y sus demás compañeros. Así que no me quedo otra que yo mismo ir averiguar. Fui averiguando, indagando e investigando hasta dar con su casa. Tuve que subir una colina y mientras me acercaba pude ver palos rotos y una olla con leñas al costado de su casa, toqué la puerta y salió una señora, le pregunté por Wilder, me dijo que no se encontraba y que llegaría más tarde. Le hablé sobre los arcos, si ella sabía algo sobre eso; me dijo que no sabía nada sobre los arcos, y que tenía que preguntarle a él mismo. Mientras esperaba a que llegará, pude ver a su hermana menor venir corriendo subiendo las gradas, tocó la puerta fuerte llamando a su mamá. Ingresa a su casa, la ventana estaba abierta, pude escuchar la conversación de ellas. ―¿Qué te pasa hija te veo alterada? ―Han atropellado a Wilder ―¿Hija en dónde está tu hermano? ―Está en el hospital del niño. ―¡Vamos, vamos a verlo! Lágrimas caían del rostro de su madre y su hermana estaba muy triste a punto de llorar. Cuando la señora salió de su casa le dije que había escuchado la conversación y estaba dispuesto a ir con ellos al hospital, ella me preguntó si yo era amigo de su hijo, yo le dije que sí. Juntos nos fuimos al hospital. Al llegar al hospital la señora pidió información acerca de su hijo. En resección la señorita le dijo que su hijo se encontraba en el quinto piso, nos dirigimos raudo. Subimos al ascensor. Ya en el quinto piso la enfermera le dijo a la señora que espere un rato, hasta que el medico salga de cirugía. De los arcos de fútbol ya me había olvidado, yo quería ver a Wilder bien y no enfermo. Después de esperar dos horas sale el médico. ―¿Ustedes son su familia de Wilder? ―dijo el médico. ―Sí. Señor he estado mucho tiempo esperando información, ¿Que le pasó a mi hijo? ¿Que tiene…? Dígame. ―Tranquila señora a su hijo le atropelló un auto; no se preocupe se recuperará. Tiene la pierna derecha rota y el hombro roto, la hemorragia en su estómago está

superado, la cirugía salió bien. Permanecerá dos o tres meses en el hospital según como se vaya recuperando. Su madre y su hermana querían entrar a verlo pero el doctor le dijo que tenían que esperar un rato más. Yo también quería verlo pero ya era muy tarde, al siguiente día tenía que ir a estudiar. Decidí despedirme de la señora y de su hermana menor.

CAPÍTULO 2 EN BUSCA DE LA CARTA

H

abía pasado dos semanas. Decidí ir al hospital para ver a Wilder. Preparé una baraja de cartas con una bolsa con frutas. Y me dirigí a la casa de su mamá de Wilder para ir todos juntos al hospital. Llegué a su casa y le dije a la señora si podríamos ir a visitar a su hijo; ella me respondió que no podía ir, tenía que preparar comida para vender. (Ella es vendedora ambulante). En las tardes sale a vender en una avenida de mi barrio. Me dijo que solo su hija Kimberly podía ir, y que si yo quería podía ir con ella. Me hizo pasar a su sala. ―Tomen un poco de refresco hace calor, refrésquense ―nos dijo. ―Gracias señora ―le dije. Mientras recibía el refresco en una botella de plástico. ―¿Hija ya estás lista? Le vas a llevar esta comida a tú hermano. ―Sí, mamá ya estoy preparada, aquí está la mochila. ―Iras con este muchacho, ¿Cuál es tu nombre? ―Ryan. ―Cuida a mi hija, crucen bien las calles, no se olviden mirar por los dos lados de la pista. ―Estaremos atento y tendremos mucho cuidado ―le dije. Me despedí de la señora. Salí con su hija al hospital. Cuando llegamos al hospital Wilder ya se encontraba un poco mejor. Entramos a la habitación, habían varías camas apiladas, la cama de Wilder era la quinta. Lo vi y le dije: “Hola”, se quedó un poco sorprendido que yo fuera a visitarlo. Debes en cuando su grupo de amigos de su barrio y mi grupo de amigos de mi barrio ya habíamos tenido enfrentamientos de fútbol. Algunas veces ganábamos nosotros y a veces ellos. Me reconoció y me respondió el saludo. ―Hola, Wilder, aquí te traigo frutas y un paquete de cartas para jugar. Se encontraba recostado en su cama. Todavía convaleciente por el accidente, pero un poco mejor que antes. ―Gracias, Ryan, y sobre los arcos este... ―Olvídalo amigo yo he venido a verte y no de hablar de cosas que ya pasaron. Tu mamá te ha enviado comida come para después jugar varios juegos de cartas ―le dije. Luego que terminó de comer, me puse a jugar con él. Su hermana interrumpió diciendo que también quería jugar. Jugamos los tres un rato. Antes de retirarnos le dije: ―¿Qué fue lo que te sucedió aquel día del accidente?

―Estaba en el salón de clases media hora antes de salir, se acerca a mí una niña de ocho años y me entrega una carta, la carta era de una chica de trece años llamada Antonela, de la cual yo estoy enamorado, varias veces le había enviado poemas de (Cesar Vallejo), y otros poemas escritos por mí. La niña me entregó la carta y se fue. Cuando tocaron la campana de salida; estaba caminando cerca a la puerta de salida, saqué la carta para leerla, en ese momento mi amigo de clases me arrebata la carta, corrí para seguirlo y no me percaté que venía un auto: salí disparado rebotando en la vereda, caí a un costado del césped. Vinieron los profesores y trasladaron a la posta médica, después me llevaron al hospital. ―¿Sentiste dolor? ―Sí, mucho, en el estómago, el pie derecho y el hombro. Pero ya me está pasando el dolor, el malestar viene por momentos y se va; estoy tomando antibióticos para el dolor. ―Quiero que te recuperes rápido para volver a jugar fútbol como lo hacíamos antes ―le dije. ―Ryan, quiero pedirte un favor. ―Qué favor quieres que haga por ti. ―Es sobre la carta. ―Juguemos de nuevo esta entretenido, ¿Verdad? ―Me refiero a la carta que me quito mi amigo. ―Te refieres a la carta de amor. ―Sí. ―De acuerdo, que voy hacer… ―Quiero que vayas a mi colegio: “Antenor Orrego Espinoza” en Avenida Chimú Urbanización Zarate, cruzando el patio en el segundo piso, salón “B” tercero de secundaria, en la segunda puerta a la izquierda es mi salón. Allí vas a encontrar al que me quito la carta; él es un poco gordo, pelo negro y corto, rapado a los costados, su nombre es: “Chester”, tiene catorce años como yo. Quiero que le digas que me entregue la carta. ―Esta bien mañana iré a buscarlo ―le dije. Me despedí de él junto con su hermana.

*** Al día siguiente en la tarde tenía que ir a estudiar, decidí primero ir a buscar a Chester. Subí al autobús y me dirigí a la escuela. Bajé en la Avenida Chimú. Caminé varias cuadras hasta llegar a la escuela. Hablé con el señor que cuida la puerta, pero no me dejo entrar, le dije que estudiaba en la escuela. Le pedí permiso para entrar, él me responde diciendo que si no tenía carnet no Podía entrar “¡Que malo es este tío carajo!”. Me di vueltas por el colegio para ver si se podía entrar por alguna parte. Siempre en cada colegio hay piedras grandes junto a las paredes y huecos en la pared para entrar por los alrededores, lo hacen la mayoría de alumnos en las diferentes escuelas de la ciudad cuando llegan tarde y no les dejan entrar a la escuela. Al caminar por alrededor del lugar vi una pared vieja y hueca, subí y bajé del otro lado, sacudí mi ropa y me dirigí al salón en busca de Chester. En el salón estaba la

profesora, así que tanteé a ver si lo podía reconocer por las características, no lo ubicaba tuve que esperar hasta el recreo. Cuando todos salían vi al chiquillo y reconocí todas sus características, me acerqué a él. ―¿Tu nombre es Chester? ―Sí. ¿Qué quieres? ―Me mandó, Wilder para que me entregues la carta. ―Desconozco lo que me dices no sé de qué carta me hablas ―me decía mientras bajaba las escaleras. ―La carta que le quitaste a Wilder cuando lo atropelló el auto ―le dije. Me sujetó de la chompa. ―No me molestes yo no sé nada sobre esa carta ―dijo. Puse mi mano en su pecho y lo empujé para zafarme. ―Si tú no me entregas esa carta le diré a tus padres que por tu culpa atropellaron a Wilder. Lo pensó por un momento “tal vez estuvo pensando en la golpiza que le darían sus padres después que se enteren de la verdad”. ―¡Ah sí! La carta no lo tengo yo la tiene una chica llamada Elena. ―¿En dónde esta ella? ―Al costado de mi salón a la entrada del segundo piso tercero “A”. ―¡Adiós gordo tonto! ―Le dije. Volví a subir las escaleras e ingresé al salón; vi a unas pocas adolescentes jugando vóley, les pregunté a ellas sí sabían dónde estaba Elena. Una voz les interrumpió la respuesta. La voz provenía de la mitad del salón, era una adolescente de trece años estaba sentada mirando su celular. ―¡Soy yo! ―me dijo. ―Hola. ―¿Qué quieres decirme? ―me sonrió mientras me respondía. ―Soy amigo de Wilder, él me encargo que le pida la carta a Chester, hablé con él y me dijo que tú se la robaste. Me podrías entregar la carta para entregarle a Wilder, por favor. ―Si la tengo antes quiero que me compres un refresco ―dijo. Me dio dinero y me fui a comprar su refresco. Llegué al kiosco de la escuela; el vendedor me dijo que el refresco se había terminado. Subí las escaleras llegué al salón. ―El refresco se terminó, dame la carta. ―Consígueme el refresco si no me lo traes no te daré la carta. Tuve que ver la manera de salir ya que por la puerta no podía salir, me fui por el mismo lugar por donde había entrado para hacer el mismo procedimiento. Volví a entrar, estaba subiendo las escaleras cuando empieza a sonar el timbre que indicaba que el recreo había terminado. ―Aquí está tu refresco ―dije. Ella estaba escribiendo en su cuaderno. ―Gracias. ―¡Entrégame la carta! Hice lo que me pediste. ―La carta no la tengo, esta en mi casa. ―Hubieras dicho antes, me has hecho perder tiempo, tenía curso de literatura.

―No te enfades, la carta te la daré el día jueves, antes quiero que me agás la tarea de historia del Perú, sobre la ciudad inca “Pachu Picchu”. Lo pones en un folder y me lo traes; después te entregaré la carta. ―¡Chiquilla, caprichosa! ―le dije. Me fui. Al día siguiente me levanté temprano, me duché, y me dirigí al comedor de mi casa. Mi mamá había comprado jamón; preparó tomate con cebolla, me dio en dos panes y una tasa con avena. Estaba sentado con mi mamá en el comedor y comenzó hacerme preguntas: ―¿Hijo que pasó anoche, por qué llegaste a casa tarde? ―El microbús que nos trasladaba se malogró, tuvieron que venir mecánicos para que lo reparen, estuvimos esperando la reparación. Al autobús se lo llevaron al taller mecánico para cambiarle las piezas. Luego de un rato vino otro microbús de la misma empresa y nos llevó. ―¿Es verdad lo que me dices hijo? ―Sí. Mamá te digo la verdad. En ese momento tenía temor que mi mamá se diera cuenta que no había asistido a la escuela. Después de terminar nuestros desayunos, mi mamá se despide de mí. ―Hijo chao, tengo que ir a trabajar, vendrá la empleada para las labores de la casa. No prendas la computadora está malogrado ―dijo. Me dio un beso en la mejilla, y se fue. Luego que mi mamá se fue, llegó Esteysi para las labores de la casa. ―Hola, Ryan. Tomaste todo tu desayuno. ―Sí. ¿Por qué llegaste tarde? Mi mamá tuvo que preparar el desayuno por ti ―Estuve de fiesta anoche ―me dijo, al acomodarse su cabello. (Esteysi es una señorita de dieciocho años, tiene su cabello negro pintado de verde, es esbelta, tiene los ojos marrones). ―Me voy, llegaré más tarde ―le dije. ―¿A dónde vas? ―A la biblioteca. ―Todavía no has terminado de tomar toda tu avena ―dijo. Había quedado un poco de avena en mi tasa. ―Estoy con el estómago lleno. ―Ryan, si tú no te tomas la poca avena que esta en tu tasa, no saldrás a la calle ―dijo. Tenía que salir como sea para entregar la tarea que me encargo Elena, ya que si no lo hacía no podría recuperar la carta. ―Esta bien lo tomaré ―le dije. Tomé rápido la avena y salí. Me fui al paradero, paré el autobús y me fui a la biblioteca del centro de Lima. Le di mi carnet al que atendía en la puerta; caminé al salón de la biblioteca escolar, primero busqué en los libros acerca de la ciudad Inca de Machu Picchu. Fue descubierto por el profesor norteamericano: Hiram Bingham en 1911. Tuve que trascribir en hojas color blanco por un rato. Luego busqué información en las computadoras. Luego de haber hecho la tarea y con todo el trabajo realizado me voy a mi casa.

Cuando llegué a mi casa, Esteysi había preparado “Lomo Saltado”. Me senté en el comedor a comer. Me llama Esteysi. ―Ryan, tienes una llamada de tu amiga ―me dijo. Me dirigí a la pequeña mesa donde está el teléfono. ―Hola Ryan, te acuerdas de mí. ―No, si no me dices… no sabré. ―Soy yo Elena, ya tienes el trabajo de las ruinas de Machu Picchu. ―¿Quién te dio mi número telefónico? La tarea ya lo tengo escrito y fotocopiado. ―Estoy contenta que hayas echo la tarea por mí. Hoy no iré a la escuela, quiero que vengas a mi casa; esta ubicado en Huachipa. Vienes para que me entregues la tarea ―dijo. Luego que me dio todos los datos colgué el teléfono. (Huachipa es una localidad muy cerca de mi distrito). Alisté todas mis cosas y salí. Subí al autobús para que me lleve hasta el lugar. Estuve buscando por dos horas en la zona residencial hasta dar con la casa. Muchos árboles alrededor de la casa y adentro también (su casa es de dos pisos pintado de amarillo). Toqué la puerta y no me percaté del perro que estaba en su casa de madera, me empezó a ladrar, se acercaba hacia mí, tuve que correr como cuatro cuadras un poco más y me alcanza. Regresé a la casa y esperé hasta que el perro se meta a su casa de madera, caminé a la puerta, toqué el timbre y corrí al frente de la casa, el perro me siguió pero no podía entrar al terreno ya que había una zanja. Desde el terreno grité el nombre de Elena, ella salió. ―Hola Ryan, ¿trajiste la tarea? ―Sí. ¡Guarda a tu maldito perro “dóberman” no quiero que me muerda! ―le dije. Esperé un momento para que guarde a su perro. ―Ven entrégame el folder. ―Primero tú dame la carta. ―La carta se me perdió adentro de mi casa ayúdame a buscarla. ―¿Qué no puedes buscarla tú? ―¿Quieres que te entregue la carta sí o no? ―Sí, quiero esa carta. ―Entonces entremos a buscarla. ―¿Tus padres están en tu casa? ―No están se han ido a trabajar, llegarán más tarde ―dijo. Solo había dos empleados en su casa, la cocinera y el jardinero. Me hizo pasar, caminamos por su patio, abrió la puerta e ingresamos, me senté en el sofá; me dijo que espere. Subió al segundo piso y regresó con una caja de cuadernos de dibujo. ―Ya conseguiste la carta ―le dije. ―Coge esta caja y busca en ella ―dijo. Puse la caja en la pequeña mesa de centro y me puse a buscar la dichosa carta, pero no la encontré, había algunos dibujos viejos y otros más recientes. En uno de los dibujos, vi a una adolecente amarrada a un árbol, con la boca tapada, había un título en el dibujo que decía: “Antonela”, y más abajo un pequeño texto donde ella decía que le tenía odio por haberla quitado a su chico de sus sueños, y que no entendía porque su mejor amiga le avía traicionado. Después de media hora baja ella diciéndome que no avía encontrado nada allí arriba. Se fue de nuevo y regresó rápido trayendo una cámara fotográfica; lo puso en

un trípode y lo levanta del piso para colocarlo encima de una vitrina. Saca una caja con cosméticos, jala una pequeña mesa y mientras la va acomodando le pregunté: ―¿Para qué es todo esto? ―Es para mí canal, de YouTube. ―Y la carta, que me prometiste que me darías. ―Te la daré cuando me ayudes agravar el video. ―Todo este tiempo me has estado tomando el pelo, de repente no la tienes me estás haciendo perder mi tiempo, tú tienes la culpa que no haya ido a estudiar dos días, te has convertido en una chica malcriada y caprichosa. ―Ya te la daré ayúdame con el trípode súbelo más arriba ―dijo. Me explicó el funcionamiento de la cámara. Tuve que ayudarla con el trípode y la cámara, para ver si podía ver esa vendita carta. ―Tu imagen está en el cuadro de la cámara. Uno dos tres, grabando ―dije. No me quedo otra que escuchar lo que hablaba: “Hola amiguitas soy Miku, hoy les hablaré cómo empezar a maquillarse, si ustedes quieren empezar a maquillarse tienen que tener un buen corrector, hay broches especiales para poder aplicarlas pero no son necesarios porque los puedes aplicar con tus dedos; lo voy a difuminar muy bien. Después que te pusiste tú corrector puedes ponerte una base”. Cuando terminé de grabar su video. Saqué de mi mochila la tarea que ya la tenía preparado para entregarla. Le di el folder y ella lo puso sobre la mesa de centro de la sala. Metió sus manos en su bolsillo y saca la carta. ―Antes que te entregue la carta, quiero que me des un beso ―me miraba fijamente con una sonrisa. Sostiene la carta esperando el beso (ella es hermosa pero no iba a permitir que me utilice a su antojo). ―Yo no te voy a dar ningún beso ―le dije. Yo estaba furioso que ella actúe de esa forma caprichosa, ―¡No te daré la carta hasta que me des el beso! ―me contestó. ―Me podrías pedir otra cosa. ―No quiero que hagas otro favor por mí, yo quiero un beso tuyo. Yo quería la carta para llevarla a mi amigo que se encontraba mal en el hospital, no me quedo otra que aceptar su propuesta. ―Esta bien te daré tu beso, ¿Dónde lo quieres? ―Sabía que asedarías Ryan, el beso dámelo en la boca. ―¡En la boca no! Si quieres te doy el beso en tu mejilla ―le contesté ―Yo quiero un beso en la boca. ―El beso te lo voy dar en tu cara si no, no hay trato, adiós ―le dije. Caminé hacia la puerta haciendo un gesto como de irme; escuché la voz de Miku, que me llamaba. ―Ryan, no te retires estoy de acuerdo ―dijo mientras me miraba sonriente. ―Inclina tu cabeza a un costado para darte tu beso ―le dije. Giró su cabeza a la izquierda, yo me dije “Solo será un beso rápido y ya”. Mientras me acercaba a ella, sentí su perfume, olía a rosas de jardín, su mejilla estaba con base de maquillaje. Y mientras besaba su mejilla pude ver la puesta de sol desde su ventana. ―Toma tu carta ―me dijo. Se subió a la pequeña mesa de centro, alzó su mano alto y me dijo que si quería la carta tenía que atraparla. Salté hasta coger la carta. Me fui de su casa.

Por fin con la carta en la mano, paré un autobús para dirigirme a mi casa. Estando sentado me pregunté “¿Por qué esa chica se había enamorado de mí tan rápido?”. Cada vez que me miraba al espejo me veía un cierto atractivo, pero no tanto como para que las chicas se avienten delante de mí. Al llegar a mi casa, mi mamá no había llegado. Eran las 6:30 pm de la tarde. Me cambié de ropa, me puse un polo, buzo, y me senté en el comedor a comer. Esteysi había preparado “seco de carnero con frejoles” para la cena. (Comida típica de Perú). Esteysi prendió la televisión, le dije si podía poner mi serie favorita “Dragon Ball Z”, ella puso mi programa. Cuando comía llegó mi mamá. ―Hola hijo, como estas – me dijo. Mi mamá colocó su cartera en el sofá y se sentó a un costado de mí en el comedor. ―Hola mamá, como te fue en el trabajo (mi mamá trabaja en el área de Marketing de una empresa en el centro de Lima). ―El trabajo es un poco estresante, a pesar del cansancio tengo que seguir trabajando para sacar adelante a la empresa. ¿Cómo te fue en la escuela? ―Muy bien, me dejaron tarea para hacer, lo malo que la computadora está descompuesto. Tendré que ir mañana a la biblioteca. ―Hijo me olvidé mandarla al técnico para que la repare ―dijo. En ese momento llega Esteysi, con un plato de comida y le entrega a mi mamá. ―Buenas noches señora ―dijo Esteysi. ―Hola, ¿Cómo se ha portado mi hijo en mi ausencia? ―preguntó mi mamá. ―Bien no me ha dado problemas, se comió toda su comida. Esteysi se retira. Mi mamá saca de su cartera una caja con una bolsa. Me pregunté “¿Que habrá en esa caja con plástico?”. ―Hijo, reparar la computadora va demorar un par de semanas hasta que me den mi sueldo del mes, por ahora te he comprado tableta android, para que hagas tus tareas ―dijo. La abracé y le di un beso en la mejilla. ―¡Gracias, mamá! Luego de terminar de comer mi mamá se retiró a su habitación a descansar. La vi un poco cansada. Mis amigos de mi escuela tenían sus tabletas y sus celulares, yo les miraba con envidia, ya que yo quería tener uno de esos aparatos tecnológicos. Mi mamá me decía que algún día me iba a comprar una tableta. Después de dos años de haberme prometido que me compraría por fin había llegado ese día. Cogí la tableta android de siete pulgadas, lo lleve a mi cuarto y prendí el aparato tecnológico. Venía con juegos muy divertidos, tenía el programa “Microsoft office” para hacer cualquier trabajo de la escuela. Entré a “Play Store” y descargué aplicaciones: “Facebook” “Gmail”, para estar en contacto con mis amigos de la escuela. Me acosté tarde. Al día siguiente, tenía que llevar la carta a mi amigo al hospital. Sentía curiosidad que decía la carta, después de tanto trabajo que me costó recuperarla; tenía que leerla. Era una hoja de papel doblada como carta pegada a mano. Abrí el sobre para leerlo:

De: Antonela Para: Wilder Me gustan los poemas que me mandas, a veces cuando no te puedo ver me siento triste. Estuve mal la semana pasada, y no pude asistir a la escuela, trataré de recuperarme pronto para poder ir a estudiar. A veces quisiera decirte que te quiero, que mis lágrimas están en mi jardín y las ixoras se ahogan por mis lágrimas. Te extraño y quiero verte pronto. Pero algunas veces pienso que tal vez ya no pueda recuperarme; es como si un rayo se pusiera en frente de mí y no me deja pasar, yo no quiero que me suceda nada dañino en mi camino, solo quiero que me abraces, con todas las fuerzas que tiene tu corazón. En tu corazón hay amor como lo hay en mí. A veces en mis sueños me veo volando de blanco con mi cabellera larga. Viajo de mundo en mundo, y en uno de esos mundos veo tu rostro, quiero tocarlo y no puedo ángeles me impiden hacerlo. Me enfurezco y les digo: “Déjenme tocar el rostro del chico que amo”. Los ángeles se van, y me acerco a tu rostro, puedo verlo, al tocarlo se empieza a desvanecer. Pienso que no podré lograrlo, que no podré caminar junto a ti de las manos. En mis sueños me veo caminando con ángeles de todas las formas imaginables y de todos los colores, veo a ángeles marchar al sol, una luz brillante los envuelve, vi sus rostros de alegría y tristeza. Eran millones de ángeles marchando al sol. No sé porque tuve el sueño, me asusta pensar lo que pueda suceder después. Ahora siento miedo. Te amo y quiero que estés aquí conmigo.

Leer esta carta me tocó el corazón, saber que esa chica estaba sufriendo, amaba y quería volver a ver a su chico. La manera como ella había soñado me llamo la a tención, no sabía que significaba el sueño de esta chica, tal vez ella ha estado sola muchos días sin su chico fue que lo llevo a soñar con ángeles.

CAPÍTULO 3 EL CORAZÓN DE KIARA

M

e levanté temprano, ice todas mis tareas gracias a uno de mis amigos que me mandó la tarea en mi correo. Busqué en internet toda la información que necesitaba; ya con la tarea, aliste mis cuadernos y los puse en mi mochila, puse también un juego de damas y una bolsa de manzanas. Comí toda mi comida y salí raudo para el hospital a ver a Wilder. Al llegar lo saludé y le entregué la bolsa de frutas, después de comer nuestras frutas nos pusimos a jugar el juego de damas, estábamos empatados dos a dos ya en el quinta partida no lo pude superar y me ganó el juego. Había trascurrido una hora y me disponía a despedirme. ―Estuvo divertido el juego, me tengo que ir a la escuela tengo varios días retrasados y si no voy tendré problemas con los exámenes que se aproximan. Antes de irme te tengo que entregar la carta que me encargaste ―dije. Saqué la carta de mi mochila y le entregué. ―Te tardaste unos días; ahora leeré la carta de mi chica. Gracias Ryan, no te retires todavía leeré la carta para después escribirle a ella para que le entregues, te quedas un momento más, si a ti no te molesta. ―Esta bien, me quedaré unos minutos más. Luego que Wilder terminó de leer la carta, vi triste su semblante. Se puso a escribir la carta para su chica. Cuando escribía le dije que mejor sería que la carta se lo envié a su correo electrónico y el me respondió que ella no tenía computadora que sólo usaba cabinas de internet y que no podía enviar un correo porque ella estaba enferma para salir a la calle. Cuando terminé de escribir me dio la carta y me dijo que lo ponga en un sobre blanco para que yo le entregue a ella. Le pregunté donde vivía ella. Me dio todos los datos para poder encontrar su casa. Yo no quería dejar de asistir a clases; había tenido varios días de no haber ido a la escuela, entonces le dije: ―No voy a poder entregar la carta hoy tengo que ir a estudiar, este fin de semana le voy a entregar cuando disponga de tiempo. ―Sí, entiendo que tienes que ir a estudiar. Busca la dirección y entrega la carta este fin de semana. Me despedí de él. Me dirigí a mi escuela.

***

Eran 2:30 de la tarde. Bajé del autobús y me dirigí raudo a mi escuela: Albert Einstein, que está ubicado en la “Urbanización Las Flores”, en el distrito de San Juan de Lurigancho. No pude entrar la puerta estaba cerrada, ingresé por alrededor del colegio, tiene paredes huecas, subí con cuidado para que no me vea el portero. Caminé a mi salón. Vi por la ventana del salón; no estaba la profesora Coralia, (ella dicta el curso de religión a esa hora). Al ingresar había puro barullo, las adolescentes estaban saltando liga, otros compañeros y otras compañeras con sus tabletas, y celulares usando Facebook, me dirigí a mi asiento, saludé a mis amigos: Jeremy y Lander (son mis amigos de mi barrio) estudian en mi salón de clases. Lander se sienta atrás de mi mesa, junto a mi amiga de clases de nombre: Kiara. Me dirigí a mi asiento junto a Jeremy, en una mesa para dos asientos. Saludé a mis dos amigos y me senté. ―Ryan, que fue de ti, estuviste perdido por varios días ―me dijo Jeremy. ―Tenía asuntos pendientes que resolver, pero ya está todo arreglado, ¿Qué fue de la profesora Coralia? ―Está en reunión de profesores, de hace dos horas, seguro ya va a terminar la reunión. ¿Hiciste la tarea de religión? La van a revisar hoy. ―Sí, ya lo hice el texto, el dibujo me faltó pintarlo. ―Apúrate en pintarlo no vaya ser que llegue ahora ―dijo. Saqué mis colores y lo empecé a pintar. Era un dibujo de ángeles. ―Gracias por la tarea que enviaste a mi correo. ―De nada ―dijo. En ese instante cuando pintaba llegó la profesora. Nos pusimos de pie todos, como muestra de saludo y respeto a la profesora. La profesora empezó a contar de la reunión que había tenido con todos los profesores, era sobre el tema de la cancha de fútbol, lo iban a remplazar por césped sintético. Muchos alumnos habían tenido accidentes, porque esa losa deportiva estaba en malas condiciones, tenía muchos huecos y algunos alumnos resultaron lastimados por lo vieja de la cancha de fútbol. Terminó de contar y comenzó a dictar clases. ―Alumnos hoy les voy hablar de un tema muy interesante. El tema es sobre los ángeles ―dijo la profesora. Había leído sobre ángeles en mi tableta. Yo estaba preparado en el tema. La profesora comenzó hacer preguntas, dijo: ―¿Cómo son los ángeles? Si hay un alumno que pueda responder ―dijo. Mi amigo Lander se levantó de su asiento y dijo: ―Los ángeles son modelos hermosas que visten con ropa interior muy sexis llamadas: “Los Ángeles de Victoria Secrent” ―sonrío mi amigo. Todos los alumnos empezaron a reírse. ―Alumno me refiero a los ángeles que están en las nubes, son celestiales y viven con Jesucristo en el cielo. ―Todavía no los he visto en persona profesora; en el hospital también hay ángeles aparecen con uniforme blanco ―contestó Lander. ―Ellos no son ángeles, son médicos y enfermeras.

La profesora dirigió su mirada hacia mí y me dijo que le responda la pregunta. Estaba un poco nervioso, me dije si he estudiado no tengo porque estar nervioso, me levanté y respondí: ―Los ángeles son el ejército de Dios, los ángeles sirven de guardianes y guías a los humanos. Hay ángeles buenos y malos, por ejemplo Luzbel era un ángel bueno que se puso malcriado y quería tomar el poder para sacar a Dios de su trono, pero a Dios no le gusto que Luzbel más conocido como Diablo quisiera tomar el poder. Entonces Dios arrojó al Diablo a la tierra de castigo; y hasta ahora el Diablo no ha conseguido boleto de regreso al cielo ―me senté. Una chica que se sentaba en la última mesa compañera de nosotros de nombre: Arlet. Cuando estábamos estudiando el año pasado había tratado de enamorarla. La chica no me había hecho caso, ella se levantó de su asiento y comenzó a aplaudir. ―¡Sigan así chicos! ¡Sigan así! Esta divertido ―dijo Arlet. Yo estaba concentrado en lo que decía, quería que la profesora me ponga calificación. No me puso ni media calificación. La profesora dijo que lo escribiría en la pizarra para darnos más información de los ángeles. Al terminar las clases salimos todos de la escuela. Mis amigos: Jeremy y Lander, domicilian en mi barrio. Nos fuimos al paradero de autos para irnos a nuestras casas, nos acompañó Kiara. Nos quedamos conversando en el césped de en medio de la avenida. Hablamos de los Diferentes cursos de la escuela. Jeremy comenzó a decirnos sobre la tarea de de “Ciencias, Tecnología y Ambiente”. Los cuatro iríamos al Club Zonal Huiracocha, está ubicado en mi distrito en la Avenida Próceres de la Independencia, para buscar los diferentes tipos de plantas y entregarle a la profesora en cuadernos y folderes. Nos dijo que el martes es la entrega de tareas y el domingo teníamos que reunirnos. Me despedí de Kiara, mis amigos se despidieron de ella. Mi amiga se subió al autobús y se fue. Yo y mis amigos volvimos a cruzar la pista, subimos a otro autobús y nos fuimos a nuestras casas. Cuando llegamos al barrio me quedé conversando con Lander. Jeremy ya se había ido a su casa. Caminamos hasta la puerta de mi casa, en la vereda antes de ingresar a mi casa me dice: ―Kiara esta enamorada de ti ―me dijo. Kiara es una adolescente no muy agraciada, de doce años de edad y con anteojos, peinado en medio y dos coletas. ―Me estas bromeando, ¿Cómo que Kiara está enamorado de mí? Esa chica no me gusta es fea. ―No te miento ella está enamorada de ti y me dio esta carta para entregarte, cógela ―dijo. Sacó de su mochila una bolsa de regalo. ―¿Porque no me envió una carta a mi correo? ―También te lo envió, y me dio este peluche para ti. ―¿Por qué demonios se ha fijado en mí? En el salón hay muchos chicos que pueden estar con ella. ―Tendrías que preguntarle a ella misma, vamos Ryan no puedes mandar en su corazón, está loca por ti. ―La que me gusta a mi es Arlet, la chica que se sienta en la fila tres. ―Pero si el año pasado no te hizo caso ahora en este año 2017 menos.

―Ya buscaré la fórmula de enamorarla. ―No le vayas a romper el corazón a Kiara, ella te quiere, dice que tú eres su príncipe azul. ―Ya no estés bromeando ―le dije. Me despedí de Lander y entré a mi casa. Esteysi, estaba viendo televisión sentada en el sofá, veía una novela clásica en un canal internacional de cable. ―Hola, Esteysi. ¿Qué haces? ―le pregunté. ―Hola, estoy viendo una novela que se llama: “Los ricos también lloran”. ―Seguro quieres buscar un hombre millonario para que te mantenga así ya no tendrás que trabajar. ―No digas tonterías a mí no me gusta los millonarios. ―Si a ti no te gusta los millonarios entonces cásate conmigo ―le dije. ―Como me voy a casar contigo si estás muy niño para mí. ―Yo estoy muy grande, además hace poco cumplí trece años. ―¿Cómo me vas a mantener? ―Ahora no puedo mantenerte, de acá un par de años trabajaré para darte muchos regalos y te compraré tu casa y la casa tendrá jardín muy grande, con flores y árboles. Por mientras hasta que crezca, le podemos decir a tu papá para que nos mantenga a los dos ―le dije. Soltó una carcajada, después se puso seria. ―No hables así, ponte hacer tus tareas que ya debe de estar por llegar tu mamá ―me dijo. Yo le decía de broma pero parece que ella se molestaba un poco. ―Antes de hacer mi tarea primero voy a comer tengo mucha hambre. ―Qué raro tú siempre haces tú tarea después comes y dejas comida en el plato. ¿De qué lugar vendrás? Quizás no has ido a estudiar te habrás ido a andar por allí ―Si he ido a estudiar de verdad, si no me crees pregúntale a Lander, acabo de venir de estudiar de la escuela junto a Jeremy y Lander, los dos viven en el barrio. Les puedes preguntar a los dos. ―No sé dónde están sus casas. ―Tu dime y te enseño para que hables con ellos en persona. ―Ya está te creo, sírvete tu comida te lo comes todo –me dijo. Ella estaba bien entretenida viendo su novela. ―¿Qué, tú no me vas has servir? A ti te pagan por ese trabajo ¿No? Además estoy cansado vengo de estudiar, si supieras las tareas que me han dejado… te desmayas. ―Si quieres que te sirva espérate a que termine la novela. ―Hasta que termine la novela va a demorar mejor yo me sirvo mi comida –le dije. Me fui a la cocina y me serví; me voy con la comida a la sala y pongo los alimentos en la mesa del comedor y desde allí mientras comía esperaba a que termine la novela para poner el futbol y ver el clásico español (Real Madrid versus Barcelona). En ese instante llega mi mamá y encuentra a Esteysi viendo la novela. ―Hola, Esteysi. ―Hola, señora, ya hice todo el trabajo. ―Bien, ¿Cómo va la novela? “Los ricos también lloran”.

―Esther se enfureció y le dio una cachetada a Mariana, ella le devolvió la cachetada. ―Mamá, buenas tardes ―le dije ―Hola, hijo. Después de comer vas hacer toda tu tarea de la escuela. ―Si mamá, lo haré… Terminó la novela. Mi mamá se sentó a comer junto a la mesa. Cambie de canal para ver el clásico español. Me volví a sentar. Estábamos comiendo en la mesa, le pregunté a mi mamá sobre mi papá. Hace mucho tiempo que se había ido de la casa y lo extrañaba. ―Mamá, ¿Cuándo va a venir mi papá? Lo extraño. ―Hijo, no sé, no ha llamado a la casa todavía debe de tener mucho trabajo en alta mar. En estos días debería llamar a la casa. ―Mamá, yo quiero ir al Puerto del Callao para ver cuando llega mi papá, para poder verlo y que me lleve de paseo en el barco para pescar peces. ―Ya hijo, cuando llame tu papá le diré para ir al Puerto del Callao para que nos paseé en el barco donde trabaja, come todo tu comida para que cuando venga te vea que estas creciendo grande y fuerte. ―Si mamá, comeré toda mi comida. Después que terminamos de comer mi mamá se fue a su habitación y yo me quedé en la mesa para hacer mi tarea. Cuando terminé de hacer mi tarea me dirijo a mi habitación, tenía que leer la carta de Kiara, ¿Que me habrá escrito? Cogí el peluche de la mochila y lo pongo en la mesa de noche; saqué la pequeña nota. Hola Ryan. Estoy enamorada de ti y no lo puedo evitar. Tengo muchas cosas que decirte, todo te lo diré en tu correo, No quiero ver inviernos helados, quiero tu amor en mi corazón. Ryan dime que me quieres, estoy contigo en tus pensamientos y allí estaré para ti. Si tú me pides mi corazón yo te lo daré.

Luego de leer esas pocas líneas, prendo mi tableta para ver que más me había escrito esta chica, (que el año pasado cuando yo estaba en segundo de secundaria, ella había ingresado a estudiar a nuestra escuela). En mi correo había una carta en formato Word y dos fotos, una de un peluche y otra de ella con mi foto pegada en su habitación, y ella besando mi foto. Abrí el programa Microsoft Office, y empiezo a leer la carta de Kiara.

De: Kiara Para: Ryan Hola Ryan. Cuando te conocí sentí dentro de mí que mi corazón se había enamorado de ti, cuando hacíamos las tareas de la escuela, ya veía la hora de volverme a encontrar contigo. Varios días en mi casa me quedo hasta tarde a ver tus fotos de Facebook. Me hace feliz verte contento y alegre. Quiero que seas parte de mi corazón. Cuando me despido de ti y me das un beso en la mejilla, me gustaría que el beso no dure pocos segundos, yo quiero que el beso dure para siempre. Quisiera que me tomes de la cintura, y me des un beso, si no es mucho pedir. Te envié un oso de peluche y una nota. El oso con un corazón en medio representa el amor que ciento por ti, una parte de mi estará contigo para que siempre te acompañe y te acuerdes de mí. Mirarte yo quiero mirarte cuando no te puedo ver, veo tus ojos en el viento y me lo traen hasta mí. Déjame ver tus ojos y acariciarlos. Abecés cuando no estoy cerca de ti, me pongo triste y digo en mi mente “Déjame llorar amor, déjame llorar por ti, déjame abrazar tu corazón solo esta noche, solo un abrazo nada más”. Te quiero a ti en mi corazón, tú eres esa parte de ese universo que amo. Me enamoré de ti hace un año; no sabía que me sucedía, yo me decía: “Ya me pasará”, “O tal vez es solo una ilusión que olvidaré” no obstante el tiempo pasó y no te pude olvidar. A pasado más de un año y me fui enamorando mucho de ti, quería saber cuáles eran tus gustos o que era lo que hacías en tus tiempos libres, quería saber todo de ti. Tengo varias fotos tuyo colgadas en la pared, tu nombre en la almohada de mi cama para soñarte siempre, un folder con tu foto, un dibujo hecho por mí para ti. Deseo que seas más que mi amigo de clases. Le pido a Dios que me de fuerzas para poder verte y decirte que mi corazón te ama.

Al terminar de leer, me dije “En qué momento Kiara, pudo haberse enamorado de mí”. Ella se ha enamorado “¡Maldición! Yo no quiero estar con ella”. Un año antes habíamos hecho trabajos juntos en la escuela. Se pudo haber enamorado cuando nos tocaba hacer grupo y tenía que entregarle la parte de la tarea que iba hacer. Yo nunca note ese enamoramiento, me ha caído una sorpresa de parte de ella, no me lo esperaba. Ahora en la escuela lo sabrán todos y será un poco vergonzoso, dirán que yo estoy saliendo con la más fea del colegio. Y ahora qué demonios voy hacer. Bueno ella es inteligente domina mucho las matemáticas y otras materias que yo no soy tan bueno para eso. Ella tiene algo especial, sin embargo no tanto como para estar con ella, la que me gusta a mi es Arlet. Un tiempo atrás había tratado de enamorarla sin embargo ella no me había correspondido. Ahora está siendo pretendida por otro chico de nombre: Emerson, (Él estudia en otra aula en mi mismo colegio, esta en quinto de secundaria). Yo me ponía celoso cada vez que ella conversaba con ese tipo. Ahora último lo vi salir de la escuela dirigiéndose con ella a una librería a sacar copias para sus tareas. Me parece que ella lo sigue viendo; me dije: “Tendré que buscar una

estrategia para conversar con ella y enamorarla antes que ese tipo sea su enamorado, tengo que separarlos para estar con ella”. Después la Busqué en Facebook, encontré una foto donde ella está dándole un abrazo al tipo ese, y en esa foto decía ella que lo quería y le gustaría pasar más tiempo con él, y su amor por él es grande. ¡Maldición, ya era su pareja! Me quedé afectado a pesar que yo intuía que ellos podrían ser pareja. Luego de ver esa desgracia no pude contener ese dolor que sentía y derramé lágrimas, me daba cólera verlo con él. Había intentado muchas veces enamorarla, Sin embargo no me había dado resultado. Ver a Arlet con él, me generaba dolor en mi corazón tan grande que no podía evitar llorar, me decía “¿Por qué, tiene que ser la vida así?” No quiero eso para mí, ni para mi corazón, “¿Por qué el amor tiene que ser injusto?” “¿Por qué ese chico tuvo la suerte de conquistar su corazón?”. Tal vez a ella le gustaban los hombres mayores, ya que él tiene quince años y ella trece ¿Qué le pudo haber visto? me preguntaba una y otra vez. Sus fotos de Facebook, que antes ella estaba sola ahora lucia con muchas fotos de ellos proclamándose el amor que tenían. No podía sentir tanto dolor, así que apagué la tableta y me dispuse a dormir. Al día siguiente al despertar recordé lo que había soñado. Me encontraba en un desierto con una ropa de mendigo, la ropa es de terno y la tela vieja. Yo estaba sentado en una roca, sentía demasiado calor, buscaba agua por todas partes recorriendo todo el desierto pero no lo encontraba parecía que me iba a morir de sed; a lo lejos veo una cueva, camino e ingreso para refugiarme del calor que me quemaba toda la cara. Estaba descansando recostado en la arena y escucho voces de un chico y una chica, salgo de la cueva y veo a Arlet y Emerson, me ven y empiezan a correr yo les persigo pero no les puedo alcanzar, me detengo y me siento en la arena de lo cansado que estaba por haber corrido mucho. Vi a lo lejos un oasis y a ellos ingresar. Terminé de descansar; y empecé a correr hasta donde ellos estaban. Mi intención es ingresar al oasis pero está cubierta de un gran seto con púas de alambre y clavos por todo el oasis y ellos están en la puerta de púas y no me dejan entrar, yo les digo: “Quiero entrar tengo sed”. Ellos se ríen de mí. Les digo: “Esta bien no me dejen ingresar, denme agua, únicamente un poco de agua para beber, hace demasiado calor ¿Me van a dar?”. Ellos no me hacen caso, pareciera que para ellos yo no existía, se ríen, abrazan y besan en mí delante. Yo no puedo soportar tanta humillación: decidí jalar del brazo a Emerson para separarlo de ella, porque yo no quería verlos juntos. Levanté mi mano para jalar a Emerson para separarlos, en ese instante ellos desaparecen en medio del desierto junto con el oasis.

Fue una pesadilla que no quería volver a soñar. Tendí mi cama, lo acomode bien, me fui a la ducha. Luego salí de allí, caminé al comedor, me senté a desayunar. Esteysi había preparado tamales para el desayuno, lo puso en la mesa con dos panes y un plato de ensalada. ―Hola, Ryan. Te están saliendo tus primeras ojeras, ¿Te quedaste muy tarde a noche? ―Hola, Esteysi. Anoche no estuve hasta tan tarde, estaba haciendo las tareas de la escuela. ―¿Te gusta los tamales? Los he preparado con carne. ―Sí, me gusta mucho gracias. Y mi mamá ya debería de estar en la mesa conmigo. ―Tu mamá no está, salió muy temprano, se fue hacer diligencia. Lo llamaron del trabajo y salió para allá. Me dijo que saques la basura y me ayudes en las labores de la casa. ―¡Oh, sí! Te creo, ¿Qué más? ¿No quieres que te ayude a cocinar también? ―Claro, si tú me ayudas llegarás temprano a la escuela. ―No puedo tengo que hacer mis tareas, ya será para la próxima ―le dije.

CAPÍTULO 4 DISCUSIÓN EN LA TERRAZA

E

l día sábado tenía que llevar la carta de Wilder para entregarla a Antonela. Me duché, desayuné. Dije a mi mamá que tenía que reunirme con mis amigos de la escuela, de lo contrario mi mamá no me iba a dar permiso para salir esa mañana. Ella me respondió que podía ir y que viniera temprano para el almuerzo. Mi mamá los días sábados llega a la casa a las dos de la tarde, así que tenía que llegar a la casa antes de esa hora. Salgo de mi casa, me voy a la casa de Antonela para entregarle la carta. La casa de ella quedaba muy cerca de mi casa, a diez minutos en autobús. Bajé en el (paradero 7 de la Avenida Canto Grande). Caminé una cuadra e ingreso a la (Urbanización San Rafael), su casa es de un piso y quedaba frente a varios centros comerciales. Al llegar a la casa de ella, toqué la puerta, salió la mamá de Antonela, (Es una señora de cincuenta años) le pregunté por su hija, la señora la llamó, salió ella. Su cabello era de color rojizo, y lo tenía por debajo del hombro (Tiene doce años y es bonita). Le entregué la carta, lo recibió con alegría. Estaban separados una semana y se extrañaban. ―Hola, ¿Tu nombre es Antonela? ―¡Sí! ―Esta carta te lo envía Wilder. ―No pude asistir a la escuela esta última semana, ¿Sabes que sucedió? ―¿No supiste lo que le pasó? ―¿Le ocurrió algún percance a Wilder? ―dijo. ―En la carta él te explica que fue lo que le ocurrió, tengo que irme ―le dije. ―Me preocupa saber que algo malo le haya acontecido, y te pido de todo corazón que me lo digas. ―Está bien te lo diré. Su casa de él es muy cerca de mi casa a ocho cuadras. Mis amigos y sus amigos de Wilder de vez en cuando jugamos partido. Un día fui a su casa de Wilder, para llamarlo para jugar partido; vi llegar a su hermana llorando. Me enteré por su hermana que el sufrió un accidente, un auto lo atropelló. ―¿Dime por favor dónde está él? ¿Es grave, no se va a morir? Comenzó a llorar, me daba pena verla sufrir así. Me tomó de los brazos sacudiéndolos, sentía sus manos apretando fuerte contra mi brazo. ―Tranquila cálmate no llores él no se va a morir se está recuperando y sanará todos sus heridas hasta recuperarse por completo, porque él tiene una chica que lo ama demasiado y su amor por él es el más grande del universo. ―¿Por qué la vida puede ser tan cruel? ―lo decía llorando y amarga por la noticia que le di.

―No llores amiga a veces no podemos saber lo que ocurrirá de acá a varios meses o años. Te daré una buena noticia, el médico del hospital le dijo a la mamá de Wilder, que él saldrá del hospital después de dos o tres meses. Su accidente no es grave. Me entiendes amiga, así que no estés triste él se recuperará muy pronto. ―Lo extraño mucho ¿Dime en qué hospital esta? ―En el “Hospital del Niño” en la Avenida Brasil, si tú quieres te enseño el lugar. ―No puedo ir en este momento, cuanto me gustaría ir a visitarlo para estar muy cerca de él, para acompañarlo. Ahora no puedo ir, ya iré otro día, oraré por él para que sane ―me decía mientras secaba sus lágrimas. ―Los médicos lo van a curar, se pondrá bien ―le dije ―Espérame por un momento ¿Tu nombre? ―Mi nombre es Ryan, claro yo te espero. Ella entró a su casa. Tuve que esperar afuera treinta minutos, Pensé que ya no saldría. Después de esperar sale ella con un sobre, y me dice: “Entrega esto a Wilder, por favor”. Yo le dije que sí, y me despedí de ella. Me fui a mi casa. Al llegar a casa mi mamá todavía no había llegado. Voy a mi cuarto para ver mis correos. Me llegó el correo de Jeremy, diciéndome que para mañana teníamos que hacer la tarea del medio ambiente y los cursos de la semana habían cambiado, ya que tres profesores habían tenido que ser retirados del colegio por haber falsificado documentos. Me dio el nuevo horario de clases. Vi que el curso de “Ciencias Tecnología y Ambiente” nos tocaba el día lunes. También me dijo que no me olvide de la tarea que teníamos que hacer el domingo y Kiara iba a estar allí con Lander.” Por poco lo olvido”. Decidí no salir esa tarde a jugar partido por las muchas tareas que tenía que hacer de la escuela. Llegó el día domingo. Salí de mi casa para reunirme con mis amigos de la escuela para hacer el trabajo de “Ciencias Tecnología y Ambiente”. Me reuní con ellos en el parque del barrio que está a dos cuadras de mi casa. Los saludé, estaba Lander y Jeremy. Kiara todavía no había llegado. ―Lander que paso con Kiara, quedamos ahora para hacer la tarea… ―le dije. ―Hablé con ella por Facebook, me dijo que vendría. Y si demora en llegar es porque tiene que ayudar a sus hermanos pequeños en sus tareas. Me dijo que la esperemos hasta que ella llegue ―dijo. ―¡¿Dónde demonios vive ella?! Tenemos que hacer la tarea rápido ―dijo Jeremy. ―No solamente debe estar ayudando a sus hermanos hacer sus tareas, también debe de estar escribiendo otra carta de amor a Ryan ―dijo Lander. ―Otra vez vas a empezar a molestar con eso ―le respondí. Jeremy empezó a reír. ―¿Qué? Jeremy no sabes lo último de la escuela ―dijo Lander. ―No sé. No me digas que Kiara está enamorada de Ryan ―dijo Jeremy ―Se enamoró de él, dice Kiara, que Ryan es su “príncipe azul” ―dijo Lander. ―Vaya, vaya, vaya, entonces la fea se enamoró del príncipe ―contestó Jeremy.

―Habrá alguna forma de poder zafarme de ella, no me gusta, la chica que me gusta se llama Arlet, la del salón de clases ―les dije a los dos, para que quede bien claro. Ya que Kiara, compañera del salón no me agrada. ―Ella está enamorada de ti deberías aprovechar esa oportunidad para que te haga todas tus tareas en vez de estar renegando ―dijo Jeremy. ―Miren para la esquina es ella, Kiara ―dijo Lander. La vi venir hacia nosotros con un rostro alegre, ella venía con una mochila color rosa, caminaba pausado acercándose al parque donde nos encontrábamos mis amigos y yo. La saludamos con un beso en su mejilla, había tardado pero por fin había llegado, ya estábamos muy intranquilos de tanto esperarla. ―Hola chicos, ¿Ya tienen todo listo para la tarea que dejaron en la escuela? ―Sí, trajimos todos lo necesario para la investigación de las flores, hasta celulares con cámara fotográfica―dijo Jeremy. ―¿Dónde iremos para hacer la tarea? ―dijo ella. ―Deberíamos recorrer toda la Avenida Las Flores, en esta avenida he visto flores que nos puede servir para la tarea ―dijo Lander. ―¡No! En esta avenida es transitada por el serenazgo del distrito de San Juan de Lurigancho. Mejor nos vamos al Club Zonal Huiracocha, del distrito ―le dije. ―Tenemos que tomar el riesgo, acuérdense que la profesora nos dijo que investiguemos el tipo de flores que hay en el distrito y en las avenidas principales; también en el Club Zonal Huiracocha ―me respondió Jeremy. ―Entonces aremos esto: yo y Jeremy iremos por las avenidas principales del distrito, Ryan y Kiara, irán al Club Zonal Huiracocha, ¿Están de acuerdo o no? ―dijo Lander. ―Yo no tengo ningún inconveniente en ir con Ryan ―dijo Kiara. ―Y tú Ryan, que dices… ¿Estás de acuerdo? ―dijo Lander. Yo no quería hacerla sentir mal a ella, así que acepte ir con ella, sobre todo para terminar de hacer la tarea. ―De acuerdo iré con Kiara ―le respondí a Lander. ―Entonces nos reuniremos al regreso, de aquí en unas horas en el parque del barrio ―dijo Lander. Me fui con Kiara hasta el club… que está ubicado en mi distrito. Al llegar al lugar pagamos los pases para entrar. Ya con los pases en las manos entramos. Adentro empezamos a buscar las flores para la tarea. Desde el patio de la entrada al club vimos jardines y variedades de flores, le dije a Kiara que saque su cámara de fotos para que comience a tomar fotos. Ella fotografió a ocho flores en dos jardines; yo los iba apuntando en mi cuaderno, el tamaño el color y el tipo de hoja de la flor. Después nos fuimos caminando por la primera pista del lugar buscando más flores, por esa parte no había flores más que césped y árboles. Al lado izquierdo del camino había columpios (juegos), ella quería jugar, yo le dije “Hemos venido a hacer la tarea de la escuela y no podemos distraernos hasta que hayamos concluido toda la tarea”, me entendió y seguimos buscando flores por todas las áreas

No encontrábamos más flores. Era raro que no haya muchas flores por las demás áreas; tal vez se deba a que los niños juegan mucho en el césped y al jugar pueden estropear las flores. Tal vez por eso no encontramos muchas flores en el lugar. Luego que yo y Kiara habíamos caminado por más de una hora, ella se sintió cansada y me dijo que por ahora quería descansar por un corto tiempo porque sus pies le dolían. Nos sentamos muy cerca de la laguna artificial que tiene patos, botes, y pequeños puentes para cruzarlo. ―Mira Ryan los patos que bonitos. ―¿Me hablas de los patos? ―le pregunté. ―¡No, de las serpientes! ―me respondió amarga. ―Vamos Kiara no te molestes, estoy un poco preocupado no sé si Jeremy y Lander, habrán hecho la tarea de las principales avenidas del distrito. ―No te preocupes ya después nos reuniremos con ellos, ahora crucemos el puente de la laguna para seguir buscando las flores. ―¿No te duelen los pies como dices? ―Sí, aunque ya se me pasó el dolor, ¡Vamos! ―Está bien, vamos. Estamos caminando por el puente de madera y metal; ella se detiene en el puente para observar a los patos de cerca. ―Mira abajo los patos están preciosos ¿De dónde vendrán? ―Porque mejor no bajas y tú misma les preguntas a los patos de qué lugar vienen a lo mejor te contestan. ―¡Me estás hablando en serio! ―se enfadó. ―Es que yo no sé de lugar proceden, pueden ser de este país o podrían venir del Amazonas o de Europa. ― Vamos al otro lado del puente para seguir buscando flores. ―Sí. Cuando estábamos llegando al final del puente ella resbala y cae de rodilla y pega un grito: “¡Ay!” se sostiene de mi cintura y me dice que por favor le ayude, yo la ayudé a ponerse de pie, no le sucedió nada grave, sólo fue un resbalón. Caminamos por esa área de la laguna y encontramos tres especies de flores los anote y ella tomo las fotos. Ya un poco cansados por la caminata, ella me anima a pasear en los botes. ―Con casi toda la tarea hecha, debemos descansar, un paseo en bote sería bonito, para los dos ―me dijo. ―Ni imaginar qué precio tendrá pasear en bote y en esa laguna. ―No te preocupes por el precio yo pagaré, tengo unos ahorros que he traído para esta ocasión, en caso que se presente esta oportunidad. ―¿A qué te refieres con esta oportunidad? ―Me refiero en caso que me falte dinero para una emergencia o para divertirse en alguna amenidad. ―Bueno está bien, además debe de ser entretenido pasear en bote. ―Sí, de seguro que sí. Mi mamá el año pasado me llevó a la “Laguna Yaniracocha” en el departamento de “Pucallpa”. Me entretuve mucho en la laguna. ―Entonces vamos. Llegamos a la estación de botes, ella pago el paseo. Había un instructor y nos dijo que si queríamos ir en bote con motor, o bote con pedales; ella le dijo con bote a

pedales. Nos subimos al bote de dos asientos; nos sentamos. Ella se sentó en la izquierda y yo a la derecha del bote. ―Ryan, empieza a pedalear ―dijo. Empecé a pedalear, los patos se hacían a un lado de la laguna mientras pasábamos. ―¿Y dónde iremos? ―le dije. ―tú, pedalea hasta recorrer todo el camino de principio a fin ―dijo. Empecé a recorrer la laguna pedaleando. Ella, sacó de su mochila un parlante pequeño multimedia, puso su dispositivo portátil de memoria de baladas. Mientras escuchábamos las canciones íbamos recorriendo la laguna. ―Pon otro género de música: salsa, reguetón o rock. ―¿No te gusta? ―Si me gusta la balada pero no es para escucharlo de día sino de noche, además no es la ocasión. ―Pues no lo voy a cambiar por otro tipo de música ―dijo. Luego de esa pequeña discusión seguí pedaleando. Llegamos al puente principal de la laguna que era un poco más grande de los de más puentes; este puente es de concreto, teníamos que cruzarlo por debajo. ―Llegamos al puente grande. ―Cruza el puente, antes tomaré fotos para el Facebook. Yo también quería fotos de recuerdo del club recreacional, saqué mi tableta de mi mochila y me puse a tomar fotos junto a ella. Terminamos el paseo en bote. Estábamos cansados del pedaleo y ella estaba adolorida por el resbalón que tuvo antes, concordamos en tomar un pequeño descanso. ―Caminemos por ahí ―le dije. Vimos una terraza con mesas, asientos y arboles alrededor; desde ese lugar se podía ver todas las losas deportivas; vimos chicos y a chicas haciendo deportes; jugaban partido y vóley. Bajamos por las escaleras de cemento. Nos sentamos. ―Esto sí que estuvo agotador ―dijo ella. ―Todavía nos falta recorrer la última área del club. ―Dejémoslo allí, no doy más tengo los pies hinchados acuérdate de la caída que tuve. ―Tienes razón lo mejor será dejarlo así, yo también no doy para más recorridos; lo importante que tenemos la mitad de la tarea hecha, la otra mitad ya deben de haber resuelto nuestros demás compañeros; en media hora nos reuniremos con ellos. ―Sí. Ryan quiero hablarte de una cosa muy importante para mí. ―¿Dime, que es lo importante que me tienes que decir…? ― ¿Leíste mi carta? Quiero hablarte sobre la nota que le di a Jeremy para que te entregue, y la carta que te escribí te lo mandé a tu correo. ¿Lo leíste? ―¿De qué carta me hablas…? No lo sé. ―No te hagas el que no sabes dime que es lo que piensas de la carta, me lo dirás… ―¿Ah, la carta? Este… Que no sabes lo que pasa en las noticias, dicen que se aproxima la tercera guerra mundial para este año 2017, ¿Qué, no sabías? ―No la barajes, dime que es lo que piensas de la carta que te envié a tu correo y sobre el amor que siento por ti.

―Hace mucho frio parece que va a nevar, si lo postergamos para la otra semana. ―Acá en Lima nunca cae nieve. Si tú no me lo dices ahora lo que tú piensas de mi carta, entonces te diré lo que mi corazón te tiene que decir… ―Te lo diré… Nunca pensé que tú estuvieras enamorado de mí, ya nos había tocado hacer varios trabajos grupales de la escuela desde el año pasado, nunca note tu enamoramiento. Valoro el hecho que tienes un gran corazón y de querer a una persona. Pero yo no te quiero con el corazón, eres una gran persona, yo te quiero como compañera de clases, no me pidas amarte yo no te voy amar. ―Ryan no me digas palabras tan duras, yo te amo. ―Tú no sabes que es el amor, que es el amar… ― ¡No me digas que no me quieres, el amor vendrá poco a poco! Yo te esperaré a que sientas a mor por mí. ―No puedo sentir a mor hacia una chica que no quiero. ―¡Yo te quiero y te amo, no puedes comprender lo que digo! ―No me digas que me amas, tal vez sea una ilusión de niña adolescente. ―No es ilusión, una mujer no puede estar amando a un chico en un año si no fuese amor de verdad. ―Ya te pasará el enamoramiento, ¿Por qué te enamoraste de mí? Pudiste enamorarte de Jeremy o Lander, ¿Por qué yo? ―Cuando salí de mi casa, podía ver tu imagen en el viento, en el camino, en las sombras de los árboles, en las bancas de los parques, en la almohada de mi cama, en las estrellas, en las flores de mi jardín. Te veía por todas partes, allí siempre estabas tú presente para mí. No podía sacarte de mi mente, siempre en cualquier lugar te podía ver. Ahora puedes comprender ―ella me lo decía entre lágrimas. ―Lo siento pero yo no te puedo amar, a la única que quiero es a Arlet. ―Ryan, ella no te quiere, que acaso no recuerdas lo que paso el año pasado, te rechazó. ―¿Cómo lo supiste? ―Arlet me lo contó. Ella no te va a querer jamás, está saliendo con un chico de quinto de secundaria de nuestro colegio, déjala a ella no la persigas; me conto que está muy enamorada de él. ―Yo la quiero y voy a conseguir su amor. ―Lo único que lograras es que ella se vaya a estudiar a otro colegio; olvídala. ―No me pidas que la olvide yo no la voy a olvidar y a dejar de querer. ―No sufras por ella, Arlet no te va a querer como yo te quiero, ella no te ha dado ni una sola oportunidad para estar cerca de ella, en cambio yo estoy dispuesta a darte el amor que ella no te da. Sé cuánto has sufrido por ella, y no te ha correspondido el amor que sientes por ella. Yo te daré muchas oportunidades para darte todo mi corazón, porque te quiero, y deseo que seas parte de mí. ―¡No te quiero carajo! Es que no entiendes mis palabras; entiéndelo por favor, sólo te quiero como una compañera de clases nada más, no me pidas más déjalo allí. Si Arlet no me quiere yo perseveraré por ella, y la buscaré donde ella este; y no renunciaré a su amor nunca. ―Ryan, cuando tú me dices esas cosas; tus palabras me hacen sentir muy mal y mi corazón se pone triste, y yo no quiero estar triste… yo quiero estar contenta.

―No tengo nada más que hablar contigo por ahora, ya habláremos cuando tengamos que reunirnos para la tarea y los trabajos del grupo. Yo me retiro, chao ―dije. Me estaba retirando y escucho la voz fuerte de Kiara, que me dice: ―¡Siempre te voy amar y estaré allí para ti, búscame! Me fui triste verla sufrir así. Me sentí mal saber que Arlet amaba a ese chico de la escuela llamado Emerson. De regreso al barrio hablé con mis amigos. Ellos ya se encontraban en el parque esperándome. Lo que yo pensé fue: “Ellos pudieron planearlo todo para que yo me vaya con Kiara, porque ellos ya lo habían premeditado así, y consideraba eso como una traición por parte de ellos” les increpé. ―Todo lo planearon par de pendejos. Ustedes saben que a mí no me gusta Kiara ―les dije. ―¿Ryan que fue de Kiara? Debería de estar aquí para concluir la tarea de la escuela ¡Habla! ―dijo Lander. ―Olvida lo que pasó, además tú estabas de acuerdo en ir con ella al Club Recreacional Huiracocha, ¿No? ―dijo Jeremy. ―Sí, pero no me podía negar porque ella se podría sentir mal; y no es que a mí me guste ir con ella, no te confundas ―le dije. ―No te amargues, ¿Dinos dónde está Kiara? Mañana tenemos que entregar la tarea a la profesora y exponer todo el trabajo ―me dijo Lander. ―Estaba con ella terminando de fotografiar las flores y la perdí de vista; nos perdimos al final de la tarea concluida, ella debe de estar viniendo para acá hay que esperarla. ―Esperemos entonces. Cuéntanos ¿Cómo te fue en el club recreacional? ¿Había muchas flores? ―dijo Jeremy. ―No había muchas flores, sólo a la entrada de club, más adentro había muy pocas flores ―le dije. ―Miren halla viene Kiara ―dijo Lander. Se aproximó hacia nosotros. ―¿Hola chicos ya tienen reunidas las fotos de todas las principales avenidas del distrito? ―Sí, ya tenemos todas las fotografías y las características de las flores ―le dijo Jeremy. ―Grandioso ―le respondió Kiara. Cuando terminó de hablar ella; Jeremy expuso su punto de vista y como tiene un año más que yo y que Lander. Jeremy lideró el grupo ―Tenemos casi toda la tarea, yo y Lander iremos a sacar copias a las fotos y a nuestros datos, tú Ryan y Kiara irán a una cabina de internet de aquí del barrio; para que investiguen los nombres de las flores, con sus respectivas copias y sus datos; cuando tengan todo hecho los uniremos con nuestras copias y datos en un solo folder para presentarlo mañana en la exposición de la escuela ―nos dijo Jeremy. Estuvimos de acuerdo con Jeremy. Kiara y yo nos dirigimos a una cabina de internet para terminar de hacer la tarea de la escuela.

Estaba yendo con ella a una cabina de internet que está cerca de mi casa (hay varias cabinas con computadoras donde alquilan para lo que quieras). Estábamos caminando cuando a ella le empieza a doler los pies. ―Estoy cansada y con un dolor en los pies ―me dice. ―Falta poco para llegar a las cabinas de internet espera ya descansarás ―le dije. ―Lleva mi mochila por favor ―me dijo. Me hizo llevar su mochila pesada con su cámara fotográfica y su pequeño parlante. ― ¿Entremos a esta cabina de internet? ―¿No, a esta cabina de internet no? ―¿Por qué no? Que tiene esta cabina de internet. ―No vez que está llena. ―Entonces iremos a otra cabina. Habíamos dado la vuelta por todo el parque alrededor de las casas y no le gustaba ninguna cabina de internet. ―Vámonos a la cabina que hay cerca de mí casa. ―¡No! Kiara, ya es tarde tenemos que hacer la tarea, Para qué demonios vamos a ir a tu barrio a buscar cabinas si aquí hay de sobra. ―Las cabinas que están por mi casa las computadoras son con pantallas de mejor resolución de las de acá ―mientras me decía eso, se sentó en la banca del parque. ―Ya no me hagas perder tiempo iremos a la cabina que está al frente. ―Bueno, pero tengo los pies muy adoloridos quiero que me cargues, ya Ryan. ―¿Qué? Estás loca, que te cargue tu mamá. ―Yo no te voy a cargar, tendrás que caminar... son nada más que diez pasos. ―Lo que pasa es que no puedes levantarme porque no tienes fuerzas. ―Dices que no tengo fuerzas, no sé qué intenciones tendrás, yo tengo mucha fuerza y ayudo a mi mamá con las bolsas del mercado los domingos. Como te atreves a decir que no tengo fuerzas. ―Entonces quiero ver tu fuerza. ―No, tienes que caminar hasta la cabina de internet. Olvídate de que te cargue. ―No puedes levantarme porque eres una gallina. ―¡Gallina yo, nunca! ―la levanté de donde ella estaba sentada y la cargué, cuando estaba llegando a la cabina antes de ingresar había un jardín sin cerco, la estaba cargando bien pero ella inclina su cuerpo para un costado ejerciendo presión para hacerme caer al jardín. Caímos al césped, ella me abraza al caer. Ella quedo recostada en el césped. Me levanté y la veía que sonreía, le parecía gracioso haber caído al césped conmigo (Pendejada de una adolescente enamorada). Le dije a ella que se pare y que podía caminar esos tres pasos para ingresar a la cabina. Nos dieron una cabina con puerta, nos sentamos y estuvimos reuniendo los nombres de las flores y sus características y otros datos más. Sentía que se me pegaba mucho. Me daba ganas de decirle “Aléjate de mí carajo” pero no lo podía hacer por no hacerla sentir mal. Ella me quería, podía verla como sufría por mí y me daba pena, yo me decía “Ya conseguirá un chico que la quiera”. Una hora y media después ya reunida toda la información nos retiramos y le dimos toda la información a Jeremy. Fotocopiamos para los cuatro para que cada uno se prepare para la exposición. Me despedí de mis compañeros y me retiré a mi casa.

Llegué a mi casa a la una y media de la tarde cansado, agotado, y con hambre por todo lo que había caminado en el club recreacional. Toqué la puerta, me recibió mi mamá, le conté que me había ido con mis amigos hacer la atarea de la escuela, ella entendió y no se molestó. Me senté en el comedor a comer. Mi mamá me sirvió un plato delicioso típico de la ciudad de Lima (Causa Rellena). Antes de comer mi mamá y yo agradecimos los alimentos al altísimo. Después de comer, me senté en el sofá a descansar y me puse a jugar (Residente Evil “4”). Mi mamá sale de su habitación trayendo una laptop que le dieron en la empresa en la que trabaja, para hacer las labores que le dejaron. Puso la laptop sobre la mesa y se puso a trabajar. Estaba jugando muy entretenido, había eliminado a varios zombis, cuando algo viene a mi mente y me acuerdo. “Tengo que entregar la carta que me dio Antonela para entregarle a Wilder”. Me senté en el escritorio de mi habitación y pensé por un momento si era bueno o malo leer cartas ajenas. Decidí no leer la carta porque ya era tarde para ponerme a leer. Aliste mis cosas para ir para el hospital para ver a Wilder. Llegué al hospital, subí las escaleras hasta el quinto piso y no lo encontré, esperé a que viniera. Después de esperar por más de veinte minutos lo veo venir con una enfermera. ―Hola Wilder, que tal, ¿Cómo estás? ―le dije. La enfermera lo dejó en su cama y se dirigió a los dos adolescentes que están al lado izquierdo de la cama de Wilder, para llevarlos al cuarto de terapia y rehabilitación. ―¿Qué tal Ryan? Qué bueno que hayas venido a visitarme, ya te estabas tardando. ―Tuve varias tareas de la escuela, por eso no pude venir antes. ―No te preocupes, ya estás aquí ―me respondió. ―¿Cómo te va en rehabilitación? Te ves mejor que la semana pasada ―dije. ―El médico me ha dicho que en dos meses saldré de rehabilitación y ya no usaré el yeso. ―Qué bien por ti, recupérate pronto para volver a jugar fútbol como antes. ―Haré todas mis terapias para salir del hospital. Ahora dime, llegaste a la casa de Antonela, para entregarle la carta que te di. ―Me costó llegar a su casa. Di con ella después de buscar mucho, le entregué la carta. ―¡¿Vamos que te dijo ella?! ¿Está bien? La extraño. ―Tranquilo, la vi bien, se puso triste por tu accidente nada más. ―No era que le digas, se puede poner triste por esa noticia. ―Ella me dijo que le diga la verdad porque intuía que algo malo te podría a ver acontecido; me dijo con el corazón que por favor le dijera la verdad; podía ver la tristeza en sus ojos, comprendes. También le dije que en tres meses saldrás del hospital. Como veo tu recuperación será más pronto de lo que le dije. Dentro de dos meses te darán de alta y estarás en tu casa y podrás ir a verla.

―Lo primero que haré cuando salga del hospital es encontrarme con ella, La extraño. ―Coge la carta que te envió ―le dije. Cogió la carta deprisa, la abrió y lo empezó a leer allí mismo. Era tarde y la hora de visita ya había terminado, me dispuse a despedirme de él. ―Ryan, gracias por todo, estaremos en contacto tú ya sabes cómo… vía correo o Facebook. ―No tienes que agradecerme, tú avísame cuando necesites ayuda. Chao.

CAPÍTULO 5 JARRAS DE SANGRÍA

A

l llegar a casa, comencé a prepararme para la exposición de la escuela. Después de unas horas de estudio y ya cansado por el trajín del día me voy a mi habitación, llevo mi tableta a la mesa de mi habitación y me pongo a buscar el Facebook a la chica que me gusta, Arlet. Un tiempo atrás había tenido el nombre de su Facebook, después que había tratado de enamorarla me eliminó de su cuenta, había sido un poco cruel la manera como ella lo había hecho, pero a pesar de esa negativa de parte de ella yo seguía intentando qué me vuelva aceptar como su amigo. Esta vez le volví a enviar otro mensaje de amistad, pero ella nada que nada. Entonces le escribí un mensaje privado a su Facebook. Hola Arlet, muchas cosas quiero decirte… Hace mucho que no te escribo, eres la fuente de inspiración de muchos poemas que escribí para ti. Te invito a un lugar maravilloso, este lugar es hermoso, como un paraíso, veras palomas y aves que vienen del otro lado del mundo. Fuentes de aguas cristalinas y las flores más hermosas. Es un lugar maravilloso del que te hablo. Esta ubicado en el centro de Lima. Te invito a conocerlo yo pagaré las entradas. Te prometo que nunca más volveré a molestarte. Solo una vez y nunca más te volveré a pedirte nada.

Muchas veces la invite a salir pero ella no aceptaba salir conmigo, Sin embargo a tanta insistencia pude lograr que ella me acepte, después de haber batallado durante mucho tiempo, acepto a salir conmigo; me devolvió el mensaje diciéndome que saldría conmigo solamente una vez. Yo estaba feliz. Tengo una sola oportunidad para decirle que la amo y que estoy enamorado de ella. Habíamos quedado para el próximo sábado. Yo debo de estar allí, así haya un terremoto o un cometa se estrelle en la tierra. Nada ni nada me impediría estar con ella en este lugar que es una zona turística para todos los habitantes en el Perú y todas las personas que vienen de otros países. Me acerqué a la ventana, la luna estaba llena y el cielo estaba despejado y se podía ver muchas estrellas, sentí en ese momento que las estrellas y la luna me habían dado su apoyo para volver a intentarlo una vez más. Sentí que todo el esfuerzo que había hecho por fin había dado resultados. Feliz y contento con la noticia me fui a dormir, sentía paz después de una gran guerra. Al levantarme en la mañana me sentía con un nuevo ánimo para seguir estudiando; y las pesadillas que de vez en cuando tenía se espesaban a desaparecer.

Arreglé mi cama y me duché, me senté a desayunar, llevé un cuaderno en blanco y un lapicero, mientras esperaba que Esteysi terminara de hacer el desayuno, estaba escribiendo un nuevo poema para Arlet. Viene Esteysi, trayendo el desayuno, (papa rellena y dos panes con aceitunas). ―Hola, Ryan, ¿Cómo te fue el fin de semana? ―dijo. ―Muy bien, estudiando mucho. ―¿Estudiando mucho? Pues parece que no estas estudiando nada y el corazón y la escritura; ¿Estas escribiendo cartas de amor? ¿Estás enamorado de una chica o qué? ―Sí, poco no mucho. ―¿De qué chica te enamoraste? ―Es una chica de la escuela. ―¿Y tu mamá ya sabe que estas que te derrites de amor por esa chica? ―No sabe, espero que no le cuentes nada. ―Si te comes todo tu desayuno, no le diré nada y si dejas algo de comida en el plato, ahora mismo le cuento todo a tu mamá ―De acuerdo, no quedará en el plato ni una partícula de comida ―dije. Ella trajo su desayuno a la mesa y se sentó en frente de mí. ―¿Y mi mamá? ―le dije. ―Tu mamá me llamó anoche, me dijo se sentía un poco mal y que dormiría hasta tarde, y que no la despiertes. ―¿Que tendrá? ―Debe de estar estresada de tanto que trabaja, ya se le pasará, ahora cuéntame de la chica, ¿Ella te quiere? ―No me quiere, muchas veces me ha mandado al Diablo. ―Entonces has sufrido mucho por ella. ―Un poco, lo que sucede es que ella está enamorada de un chico de quinto de secundaria. Yo la quiero, pero ella no; hablé con una de sus amigas y me dijo que ella está muy enamorada del chico de mi escuela. Yo nunca me di por vencido a pesar que ella está muy enamorada de él, yo seguía perseverando para que ella se enamore de mí. Pasó el tiempo y no lo conseguí, hasta que un día después de mucho intentar enamorarla. El día de ayer acepto darme una cita. ―¿Que te dijo ella? ―Hablaría conmigo sólo una vez, y nunca más volverá hablar conmigo. ―El amor a veces puede ser cruel. ―¿Qué me aconsejas? Le voy a llevar flores y un poema para confesarle mi amor. ―El mejor consejo que te doy es que la dejes. ―Entonces para que me citó. ―Te citó para dejarte bien en claro que ella no te quiere. ―Pero yo la amo. ―Si ella no te quiere, déjala, olvídala; ya conseguirás una chica que te quiera de verdad. ―Olvidarme de ella jamás. Está presente en mi corazón, ella es parte de mi realidad. No puedo olvidarla. ―Una realidad ficticia creado por ti, que no existe. ―No me digas… En la cita que tendré con ella, tal vez puedo convencerla.

―No te aferres a ella en vano, si no te quiere no te va a querer. Terminé de comer y conversar con Esteysi. Me puse hacer las tareas para la escuela. Esteysi se puso a cocinar. Sentía un poco de tristeza lo que ella me dijo acerca del enamoramiento que sentía. Ella me daba su punto de vista, lo cual yo no estaba de acuerdo. Me sentía un poco triste pero no derrotado y estaré dispuesto a luchar por ella pase lo que pase en el futuro. Me fui a mi escuela y me reuní con mi grupo de amigos para la tarea que teníamos que exponer en la escuela. Estábamos un poco tensos por la exposición que íbamos a dar sobre la investigación de las flores. Nos sentamos los cuatro en una sola mesa. Empezó la exposición. El primer grupo no lo hicieron mal, incluso hubo aplausos para el primer grupo. Luego empezó el segundo grupo que era de Arlet, la chica de lo cual yo estoy enamorado, cuando su grupo termino de exponer, hubo aplausos y claro yo con más ímpetu en aplaudirla. Le tocaba al tercer grupo pero ellos todavía no estaban listos para exponer. La profesora nos dijo a nosotros que ya que el grupo tercero no estaba listo nosotros teníamos que salir a exponer. Salimos a la pizarra, estábamos en delante de todos y empezó Lander a exponer, y hablar de los lugares donde habíamos encontrado las flores. Mientras la profesora ampliaba el proyector para que se viera mejor. Luego le tocó su turno a Jeremy. Expuso el origen de las flores y sus características. Yo expuse sobre las flores del Club Zonal Huiracocha, hablé de las fotos de las que tomamos y sus características. Cuando estaba exponiendo me percato que Kiara me miraba muy enamorada y bien concentrada de lo que yo decía. Terminé la parte de mi exposición. Le tocaba su turno a Kiara. Luego que ella concluyó de exponer, terminó nuestra exposición. Los demás compañeros del salón aplaudieron nuestro trabajo, nos sentamos en nuestros asientos. Después de unos segundos se acerca Arlet para saludar a Kiara. La saluda con un beso en la mejilla, y nos dice a nosotros que nos felicita por nuestra exposición y que estuvo genial, luego se retira a su asiento. Esperamos en nuestros asientos hasta que terminen de exponer los demás grupos. Cuando terminaron de exponer todos. La profesora comenzó a poner nota a todos los grupos que participaron en la exposición. A los demás grupos les puso dieciséis de nota en cambio a nuestro grupo nos puso dieciocho. Nosotros saltamos de emoción. Teníamos la nota más alta de todos los grupos. Fue una tarde grandiosa para nosotros. Nos retiramos del colegio y los cuatro nos dirigimos al paradero, mientras caminamos, Lander sugirió celebrar nuestro triunfo de la exposición, con una gaseosa y hamburguesas. ―¿Amigos, que tal si celebramos nuestro éxito de la exposición de la escuela con unas buenas hamburguesas y una jarra con mucho refresco? ―dijo Lander. ―Sí, vamos a dos cuadras de aquí venden unas ricas hamburguesas ―dijo Kiara.

―¡No! Para celebrar nuestro éxito de estudios, iremos a la discoteca ―dijo Jeremy. ―Pero no somos muy chicos para entrar, no sé si el que cuida la puerta nos deje entrar ―dijo Kiara. ―Hay discotecas que puedes entrar menores de edad, la cosa es que pagues la entrada, y te dejan entrar ―dijo Jeremy. ―No es mala idea celebrarlo en una discoteca ―dije. Estaba conversando con ellos en el parque de en medio de la avenida, cuando aparece una de nuestras compañeras de salón. ―Hola grupo dieciocho, que buena labor hicieron ―dijo Damaris. Ella tiene la misma edad que Kiara, (doce años) ella es amiga de Arlet y Kiara. ―Hola, Damaris, estoy convenciendo a mi grupo para ir a celebrar nuestra buena calificación a la discoteca ―dijo Jeremy. ―Es muy divertido ir a la discoteca ―dijo Damaris. ―Levanten la mano los que no quieren ir ―dijo Jeremy. Nadie levantó la mano; todos estuvimos de acuerdo en ir a la discoteca. Elegimos una discoteca que está en la Avenida Próceres de la Independencia. Que esta a doce cuadras de nuestra escuela. Nos fuimos caminando los cinco para allá. Ingresamos a la discoteca, estaba espectacular. Hasta ese entonces nada más había visto discotecas por televisión. Luces de todos los colores, asientos, mesas y una pista de baile, con luces en el piso. Cogimos las sillas y nos sentamos los cinco alrededor de una mesa. Reguetón, electro y salsa, se empezó a escuchar. Jeremy quería comprar sangría, que según él, “es un tipo de refresco con muy poco alcohol”. ―¡Vamos hacer una colecta para el refresco, saquen toda su propina que le dejaron sus papás el fin de semana pasado! ―nos dijo Jeremy, alzando su voz, ya que no se podía oír bien por la música. ―¿El refresco tiene alcohol? ―preguntó Kiara. ―Sí, un poco nada más, es dulce como refresco ―respondió Jeremy ―¿No te marea el refresco? ―le pregunté a Jeremy. ―No nos vamos a poner especiales, es refresco con un poco de alcohol. Pidamos el refresco y celebremos nuestro éxito de estudiantes y las buenas calificaciones que tenemos del curso “Ciencia Tecnología y Ambiente” ―me contestó Jeremy. Nos pusimos de acuerdo todos nuestros amigos y aceptamos pedir una jarra llamada “sangría”. Juntamos nuestro dinero en una colecta para darle a Jeremy. Jeremy llamó a la mesera y pidió el dichoso refresco. La mesera trajo la jarra de sangría y varios vasos. Jeremy cogió la jarra y se sirvió, luego nos dio la jarra a nosotros, para que nosotros nos sirvamos en nuestro vaso. Ya con todos los vasos llenos, Jeremy alzó el vaso en alto y dijo: ―Amigos del barrio y compañeras del salón de clases, brindemos por la amistad y por el gran año que tendremos en los estudios ―dijo Jeremy. Juntamos todos nuestros vasos y lo chocamos. Y a pesar que Damaris no era de nuestro grupo también brindo con nosotros.

El supuesto refresco resulto tener un poco más de alcohol de lo provisto. Un poco alcoholizado por la sangría empezamos a salir a la pista de baile. Pusieron música de reguetón; Lander sacó a bailar a Damaris. Cuando Lander terminó de bailar, Jeremy saca a la pista de baile a Damaris, la canción de reguetón. Luego Jeremy se sentó. Yo para no quedarme atrás saqué a bailar a ella también. Cuando terminé de bailar con ella, me siento junto a mis compañeros. Kiara se sentía disgustada porque ninguno de mis amigos le había sacado a bailar, Le hablé al oído a Lander para que saque a bailar a Kiara, ya que estaba disgustada. ―¿Lander saca a bailar a Kiara? Parece que esta disgustada porque ninguno de nosotros la ha sacado a bailar ―le dije. ―¡Tú eres su príncipe azul! ¿No? sácala tú ―dijo. Le pregunté a Jeremy al oído si él la podía sacar a la pista de baile. ―¿Jeremy saca a bailar a Kiara? Está disgustada porque nadie la saca a bailar, ni nosotros, ni los que han venido a la discoteca ―le dije. ―¡Ella está enamorada de ti, no de mí, tus debes de bailar con ella! ―contestó. Se estaba terminando la sangría e hicimos otra colecta para otra jarra. Estábamos tomando nuestra segunda jarra contentos de estar en la discoteca. Sentía la necesidad de ir a los servicios... Al regresar a mi mesa Kiara estaba esperándome, me cogió de las manos y me dijo que si podría bailar conmigo. No podía negarme ya que somos compañeros de escuela y estábamos haciendo un grupo muy fuerte para sacar altas calificaciones en la escuela. Accedí a bailar con ella. Yo no sabía bailar ese ritmo, recién estaba aprendiendo, al menos hacia el intento. Ella se empezaba a pegar mucho. ―¡Kiara, trata de no pegarte mucho esta canción es reguetón, no balada! ―No te molestes ―dijo. Aprovechó otra oportunidad cuando me voltee para dar paso a las anfitrionas que se dirigían al bar, vuelvo a mi lugar de baile y siento un abrazo de ella. ―Ryan, tú sabes que te quiero déjame abrazarte ―dijo. ―Deja de abrazarme, nos están viendo nuestros compañeros del salón, no seas empalagosa ―le increpé. Ella me soltó y seguimos bailando. Ya era tarde, todos decidimos retirarnos. Me sentía un poco mareado. Nos dirigimos a la Avenida las Flores, para tomar nuestro autobús para dirigirnos a nuestras respectivas casas. Cruzamos por un parque para cortar camino. Nos quedamos conversando por un par de horas en el parque. ―Amigos sigamos tomando más de licor, Hagamos otra colecta para seguir festejando ―dijo Jeremy. ―No crees que es un poco tarde para continuar con el festejo ―dijo Damaris. Yo y los demás estábamos mareados, pero a Jeremy no le afectaba mucho el licor, porque él ya estaba acostumbrado (su padre es alcohólico).

―La última amigos ¿Sí? Les prometo que tomaremos una sola botella ―contestó Jeremy. ―Está bien, que sea la última botella para irnos a nuestras casas ―le dije. Nos sentamos en el césped; recolectamos las monedas. Jeremy regresó con el trago y unos vasos para continuar con la primera borrachera de mi corta vida. ―Amigo brindemos, por el éxito de nuestros estudios, brindo por ustedes que son parte de mi familia, y les prometo que este año entraré con más ímpetu en el curso que dimos y los demás cursos, Salud ―Dijo Jeremy. ―Estar en este grupo se aprende mucho, sigamos así unidos ―dijo Lander. ―Yo estoy contento de ser parte de este gran equipo que hemos formado, salud ―dije. ―Muchachos si seguimos así como hasta ahora seguiremos sacando buenas calificaciones brindemos por nosotros y por Damaris que nos ha venido acompañar ―dijo Kiara. ―Chicos, les felicito por haber sacado buenas calificaciones, quisiera decirles si ustedes no se molestan que sea parte de su grupo yo estaría agradecida ―dijo Damaris. ―A nosotros no nos molesta que seas parte de este equipo, ustedes que dicen amigos ―dije. ―Si quieres ser parte de nuestro grupo ya lo eres, y a nosotros no nos enfada tu presencia, bienvenida a nuestro grupo ―dijo Jeremy. Nos levantamos y le dimos un abrazo de bienvenida. ―Gracias, por aceptarme en su grupo, aré todo de mi parte para hacer todos los trabajos que me pidan hacer con ustedes ―dijo Damaris. ―Hablando de trabajos y tareas no se olviden que la próxima semana nos toca hacer la tarea y la investigación del curso (Historia del Perú) el profesor dijo que nosotros escojamos el tema―dije. ―Investiguemos de la cultura antigua del Perú, como los “Mochica” por ejemplo ―dijo Lander. ―Eso lo decidiremos cuando nos volvamos a encontrar o cuando nos contactemos por correo o Facebook ―le dije. ―De la cultura del Perú, habláremos esta semana, ya es tarde, en mi casa ya deben de estar preocupados por mí ―dijo Kiara. Me sentí cansado y caí al césped de borracho sentía que el mundo daba vueltas sobre mí. ―Vámonos mañana nos volveremos a ver en la escuela ―dijo Jeremy. Yo estaba tirado en el césped mareado pero podía escuchar lo que hablaba el grupo. ―Ryan esta mareado, hay que llevarlo a su casa ―dijo Lander. ―No se preocupen muchachos, yo con Damaris lo vamos a llevar a su casa ―dijo Kiara. ―Bueno―le contestó Jeremy. Se despidió de ella y Lander también se despidió de ellas. Se fueron dejándome con las chicas. ―Ryan te vamos a llevar a tu casa ―dijo Damaris. ―¡No, todavía no! Déjame fotografiarme con él ―dijo Kiara. ―Para que le vas a tomar fotos, no vez que esta borracho ―le contestó Damaris. ―Deja de decirme lo que tengo que hacer, toma la cámara y fotografíame junto a él, antes que den las 11:30 pm ―dijo.

―Cuantas fotografías tomaré ―dijo Damaris. ―Treinta fotos, me voy a costar a su lado, tú toma la foto ―le contestó Kiara. Luego que Damaris terminó de tomar las fotos; me llevaron en un taxi hasta mi casa. Apoyado de su hombro de Kiara y Damaris, toque la puerta para entrar a mi casa. Salió Esteysi. ―¿Que sucedió Ryan? ¿Por que vienes de esta forma a tu casa? Que va a decir tu mamá ―dijo Esteysi ―Me secuestraron las terroristas, me dieron de tomar y robaron todo lo que tenía, ellas son peligrosas no te vayan a secuestrar ―le dije. ―Pasen déjenlo en el sofá ―dijo Esteysi. Pude escuchar como Esteysi les increpaba a mis amigas. ―¿Ustedes me pueden decir que le sucedió a Ryan? ―No sabemos nada, lo encontramos así en la escuela. Nosotras ya nos vamos ―Respondió Kiara. Se retiraron mis amigas. Estaba recostado en el sofá y me incliné para sentarme. Esteysi me comienza a resondrar como si fuera mi misma mamá. ― ¡Ryan, como puedes venir así a tu casa todo borracho! Qué está sucediendo contigo. ―Tomé unos vasos de refresco, no te enfades. ―Como no quieres que me enfade si vienes en esta facha a tu casa, oliendo a trago y perfume barato. ―Ese perfume que huele son de las terroristas. ―Ahora que se enteré tu madre de todo esto, se va enfadar contigo. Tu madre no quiere verte en estas condiciones, el licor no es para ti, tú todavía estas muy pequeño para estar tomando licor. ―¡¿Pero por qué no puedo tomar?! Si yo ya soy grande, tengo trece años, déjame vivir mi juventud. ―¡No te dejaré vivir tu juventud! Si lo único que estas empezando hacer es en tomar licor, no lo voy a permitir. ―Vamos Esteysi, no te enfades es mi primera borrachera. ―No te quiero ver tirado en las calles, parques, cantinas y ver como sufres por esa botella de licor. ―Eso no pasará, seré una persona de bien, tomaré sólo en mi cumpleaños o fechas importantes. ―El alcohol te hace mucho daño, te matará con el tiempo. ―Lo tengo todo controlado. No pasará nada, estaré bien. ―Prométeme que no volverás a tomar licor. ―Si me prometes que no le contarás nada a mi mamá, yo cumpliré la promesa. ―Te juro que no le contaré a tu mamá del estado en que has venido. ―¿Mi mamá dónde esta? ―Esta durmiendo, se tomó pastillas para dormir. Ahora date una ducha, ponte ropa limpia y dame tu ropa, te lo lavaré, si no lo hago se dará cuenta que estuviste todo alcoholizado. ―Gracias por tu ayuda.

―Apúrate antes que tu mamá se despierte. Me duché y bajé de las escaleras al comedor para cenar. Esteysi se había ido a su casa. Mi mamá no despertó en toda la noche. Al terminar de comer me dirijo a mi habitación, subo las escaleras al segundo piso e ingreso. Me sentía mareado. Eran las 12:20 am. Prendo la tableta para ver qué es lo que sucede en las redes sociales. Llegó la notificación de Lander, Él había hecho un enlace con varias fotos de su Facebook de Kiara a mi página de Facebook, en la foto aparecía yo recostado en el césped junto a ella. Yo era amigo de ella, pero no iba permitir que Kiara aproveche una oportunidad para hacerme publicidad anunciando un supuesto romance, como si yo fuese su enamorado. Aprovechó que yo estaba borracho para tomarse todas las fotos que le dio la gana. En la foto aparecía yo con Kiara y unos corazones diciendo “Yo te amo Ryan, estas junto a mi corazón”. Lander había comentado, diciendo: “Una nueva pareja se ha formado en la escuela, felicitaciones para Ryan por su nuevo amor”, no me gustaba que Lander haga ese tipo de bromas, nada risible para mí. Dejé mi rabia a un lado y decidí no decirle nada a Kiara, hasta no tenerla en frente de mí. Busqué a Arlet en Facebook, vi las fotos que me habían enamorado de ella desde el año pasado, fotos antiguas y nuevas. En una de esas fotos podía ver un lazo en su cabello en forma de flor, cabello suelto color castaño hasta los hombros, su falda corta color azul, con rosas y una chaqueta turquesa. Se veía hermosa, quede embelesado con su belleza. En otras fotos vestía blusa color rojo, con pantalón vaquero color blanco. Seguí viendo sus fotos y en una de esas fotos aparecía Emerson su enamorado. Ellos están en un parque, él entregándole un globo color rojo y letras doradas impregnadas diciendo: “Te amo”. Amigos y amigas de él y de ella la felicitaban por su romance “Que bonita pareja” “El amor es de ustedes” y cosas como esas, eran todos halagos para ellos. Me causaba dolor verlos a ellos juntos. Podía ver sus ojos de Kiara que no reflejaban tanta felicidad en comparación a él, que si se encontraba muy alegre y feliz. Por momentos me ponía a pensar si ella era feliz a lado de él. Apagué la tableta y me dormí.

CAPITULO 6 CITA PELIGROSA

H

abía trascurrido varios días y ese gran día que había esperado por mucho tiempo había llegado. Ya era sábado y tenía que ir a la cita con Arlet. Me comuniqué con ella por Facebook, me dijo que a las 3:30 pm de la tarde estaría en el Circuito Mágico del Agua. Eran las 9:13 am de la mañana y tenía tiempo de sobra para alistarme para esa gran cita. Había tenido varias citas con otras chicas, pero esta cita tenía que ser la mejor, porque solo tendré una sola oportunidad para decirle a ella que la quiero. Así que no tengo que fallar. Hablé con Damaris por teléfono para que me dijera que era lo que Arlet le gustaba más, cuáles eran sus gustos en cuanto a la ropa, perfume, regalos etc… Damaris me dijo que Arlet es muy presumida y que le gusta alardear de su ropa, perfume y de las cosas materiales que compra con las propinas que le dan sus padres. También me dijo que no le compre ni ropa, ni perfume, me recomendó que le compre el disco de música “Wings”, del grupo musical coriano de nombre: “Bangtan Boys”. Salí de mi casa en la mañana para dirigirme al centro comercial: Plaza San Miguel, para comprar el disco del grupo coreano. Hablé con la señorita de la tienda del centro comercial sobre el disco. La señorita me dijo que el disco: “Wings” ya se había terminado, y que un grupo de chicas se llevó los últimos discos que había en la vitrina. Me puse a dar vueltas por todo el centro comercial. Hallé una última tienda de discos; pregunté al que atendía y si tenía el disco del grupo que buscaba; si lo tenía. Lo compré y me fui a mi casa. Con el disco en la mano lo envolví en papel de regalo para una mejor presentación. Me puse a lustrar mi zapatos con más esmero que otros días para que queden relucientes y para darle más brillo a mis zapatos, le unte un poco de aceite de cocina. Almorcé, y me fui a mi habitación, puse música romántica en inglés y me recosté en mi cama; me puse a pensar en todas las situaciones que tuve que pasar para que Arlet por fin se atreva a darme una cita. Extraje de la mesa de noche las fotos que había mandado a imprimir para tener su rostro cerca de mí. Recostado en mi cama recordé esa vez en el recreo de la escuela; cuando yo le di un poema escrito por mí y ella lo había botado al buzón del desagüe de la escuela. Y también aquella vez cuando

le mandé a Lander para que le entregue a Arlet un gato de peluche, ella lo boto a la pista. Esperé a que ella se fuera para poder recoger el gato, que quedo hecho tortilla. También recordé cuando ella arrojó los pases que le di para ir con ella al circo. (Los pases me costaron caros) los recogí a una distancia de cuatro cuadras ya que el viento los hizo volar. Recordaba esas experiencias de conquista con mucha risa, pero cuando los viví no era nada risible por el contrario me generaron sufrimiento y dolor. Pero a pesar de esas situaciones yo no me daba por vencido, siempre seguía para adelante. Me dirijo a la ducha, luego al lavadero, vi que me salían pequeños bellos en mi mentón y tenía un poco de bigote, me habían crecido después de la última rasurada. Cogí afeitador nuevo y me afeité. Ya duchado y afeitado me dirijo a mi armario, dentro tengo muchas chaquetas de diferentes colores y muchos pantalones jeans. Cogí la chaqueta azul, polo blanco y pantalón jeans negro; me vestí, me eché una colonia suave, me voy al espejo para untarme gel en el cabello para peinarme para atrás. Voy al almacén de mi casa y saco la motocicleta, que mi mamá me había comprado en el mes de febrero cuando cumplí los trece años de edad, por las buenas calificaciones que había obtenido el año pasado en la escuela. Mi motocicleta no era muy grande sino mediana, de marca: “Yamaha” color negro. Estaba un poco empolvada hacia un par de semanas que no lo usaba por esos de las tareas de la escuela y los exámenes que me tenían preocupado. Saqué la motocicleta al jardín y lo lavé. Con la motocicleta operativa me dispuse a salir. Esteysi me preguntó a que ahora llegaría. Ella se preocupa por mí cuando salgo algún lugar; a pesar que yo me siento grande, para Esteysi soy como su hermano menor. Yo le dije que no se preocupé por mí, que iba a regresar temprano. Salgo con la motocicleta para la cita con Arlet, antes me detuve en el mercado de mi barrio para comprar tulipanes. Estaba transitando con mi motocicleta por la Avenida Las Flores de Primavera. Ya había transitado por la primera urbanización, ahora me encontraba en la segunda urbanización. A lo lejos veo policías y patrulleros; había un operativo. Me tocaron el silbato para que me detenga, me detuve por unos segundos y pensé en la cita que tenía que ir. Así que me dije: “Sí me quedo atender a los policías lo más probable que llegue tarde a la cita y quizás Arlet no tenga paciencia para esperarme y se retire del lugar de la cita”. Ella me iba a esperar en las afueras del lugar pactado. No lo pensé mucho, aceleré la motocicleta. Deje a los policías corriendo detrás de mí, no me pudieron alcanzar y los perdí de vista. Llegué al lugar pactado, antes de las puertas de ingreso había varios puestos de comidas y bebidas. Yo la veo y ella me ve a mí. Ella vestía pantalón jeans color verde y una blusa rosa. Detengo mi motocicleta cerca al estacionamiento de autos, en ese lugar hay un área para estacionar motocicletas. Saqué los tulipanes y el CD de música envuelta en papel de regalo y le entrego, le doy un beso en la mejilla.

―Hola Arlet. Que tal, ¿Como estas? Esto es para ti. ―Gracias. Tulipanes muy hermosas, ¿Y la motocicleta es tuyo? ―Mi mamá me lo compró por las buenas calificaciones que tuve el año pasado. Entremos al restaurante y sentémonos ―le dije. Retiré la silla para que ella se siente y pedí al mesero dos refrescos con gas; ella me dijo que no le gustaban los refrescos con gas porque tiene mucho azúcar. Pedí para ella jugo de frutas y seguimos charlando. ―¿Por qué me citaste? ―me dijo. Sabía que si le decía que la amaba la podía asustar, y lo más probable es que ella ya no me quiera ver, después que fui con ella tan insistente. ―Te cité para pasear en el Circuito Mágico del Agua, y otra razón por la cual te cité es para decirte: que nunca más te molestaré, si bien con el tiempo estuve portando mal y tú te enfadabas, no era mi intención incomodarte y que tú te molestaras, pude no haber estado en lo correcto, tuve errores pero te prometo que eso no volverá a pasar. Quiero que hagamos las pases y seamos amigos. ―Si me lo pides de esa forma no tengo porque negarme. Sabía que te estabas portando mal y no descarté que tú algún día podías cambiar de actitud; es bueno para ti reconocer tus fallas y corregirlas. Acepto tu amistad con una condición. ―¿Que condición me pones? ―Pórtate bien, no rompas las lunas de las casas. No le quites los dulces a los niños, se educado con las personas. ―Está bien te lo prometo. ―¿Ahora me harías un favor? ―Tú dime a ver si se puede. ―Es muy fácil, puedes hablar con tu grupo para unirme a ellos, estuve escuchando el promedio de los grupos y ustedes tienen las notas más altas, a nuestro grupo les pusieron calificación baja, me harías ese favor. ―Claro, cuando vaya a casa hablaré con Jeremy para que te incorpore al grupo. ―Gracias. ―No me agradezcas, es poco después de todo lo que te hice pasar. Ahora entremos al Circuito Mágico del Agua, esta maravilloso. ―Ingresemos ―dijo. Pagué en boletería, ya con los pases entramos. Al momento de caminar junto a ella me daba la impresión que estaba ingresando al mismo paraíso. El lugar es extraordinario había fuentes de agua, flores coloridas, árboles y aves cruzando el paisaje. Me sentía caminar en el mismo paraíso. Dimos la vuelta por el lugar y nos detuvimos en las fuentes de aguas saltarinas, le dije a ella que tuviera cuidado ya que esas aguas son traicioneras, por momento detiene su chorro para después expulsar agua con más fuerza. Ella ingresó a la plataforma de las aguas cuando esta se detuvo, y me llamo para que ingresar. Cuando ingresé las aguas salían de los orificios del piso, me mojé un poco; pude llegar dónde ella estaba, en medio de la plataforma está seco; estuve con ella en medio de la plataforma y otros jóvenes que también habían ingresado. Al salir de la plataforma nos mojamos. Después nos dirigimos al túnel de agua. Le dije que no se pegue mucho a la orilla, ya que se podía mojar. Caminamos por en medio del túnel, extraje la cámara

fotográfica de mi bolsillo que unos días antes le había pedido prestado a mi primo para esta cita. Empecé a tomar fotos mientras caminábamos por el túnel de agua para tener algunas fotos de recuerdo. Luego de cruzar el puente vimos a lo lejos un pequeño tren. ―Mira el tren, paseamos en el tren ―me dijo. ―El tren es para niños, tú ya eres grande para eso ―le dije. ―No importa, ¿Podemos pasear? ―me contestó. ―Está bien paseemos en los trenes ―le dije. Ingresamos a los trenes, y recorrimos el lugar, se veía una vista espectacular, volví a sacar mi cámara para tomar más fotos. Estuvimos paseando por casi toda el área. Nos bajamos y caminamos hacia el triángulo de agua. Nos pusimos a tomar fotos al triángulo. Ahí mismo le dije que si podía tomarme una foto con ella junto al triangulo; ella me dijo que podía tomarla pero que no ponga la foto en las redes sociales, porque su enamorado se podía poner celoso. Le prometí que no lo pondría y que no se preocupe. Caminamos hasta la tetera y tasa gigante de flores. Nos detuvimos un momento a observar. Luego cruzamos al otro lado del área caminando. Nos dirigimos a la terraza de las aguas; había una estatua de una mujer arrodillada vaciando agua a la fuente. Nos sentamos en el pequeño muro muy cerca de la estatua. Estaba hablando con ella de la escuela, y los estudios cuando veo a lo lejos dos policías acercándose a las personas con una foto mía preguntando por mí. Los policías habían seguido mis pasos hasta llegar al lugar donde yo me encontraba con Arlet. ―Los policías que vez allá me están buscando, yo me esconderé y si preguntan por mí, les dirás que no me has visto. ―¿Por qué te buscan? ¿Qué has hecho? ―Yo no hice nada malo. ―Entonces porque te quieren llevar a la cárcel, estarás metido en cosas ilícitas. ―¡No! Ya te dije, yo no hago cosas malas, haya vienen me esconderé detrás de la estatua recostado en el césped para que no me vean, ¡Ayúdame! ¿Sí? ―No te angusties no les diré dónde te escondes… ―Hola muchacha, ¿Conoces a este muchacho de chaqueta azul, polo blanco y pantalón negro? ―preguntó el policía. ―Para que lo buscan ―contestó Arlet. ―Este muchacho y sus amigos robaron una tienda de joyas en el distrito de Miraflores, lo venimos buscando a él, y a sus amigos. Lo vimos huir del distrito de San Juan de Lurigancho. ¿Lo ha visto por este lugar? Su motocicleta está en la calle, por eso ingresamos a buscarlo. ―En este lugar no lo he visto. ―Si tiene información, comuníquese con el número de emergencia policial. ―Los llamaré cuando lo vea. Arlet me llamo para salir diciéndome que los policías ya se habían ido. Me levanté del césped para agradecerle por la ayuda que me había dado. Los policías se encontraban lejos caminando dirigiéndose al otro lado del parque; en eso, uno de ellos voltea y me ve junto a Arlet. ―Me descubrieron allá vienen, tendré que huir… ―No tengas miedo si no has cometido ningún robo, no tienes por qué escapar. Dile que tú no eres ningún ladrón.

―Tú no conoces a la policía de nuestro país, lo que hacen ellos es primero meterte en la cárcel, y después investigan si eres inocente o culpable. ―Tú todavía eres muy joven para que te envíen a la cárcel. ―Es cierto, no me encerrarán en la cárcel de mayores, pero me llevaran a un centro de reclusión para menores de edad, que en muchos casos puede ser peor que la misma cárcel de mayores. Después de ver todas las noticias no quiero estar en una celda ni un sólo día, ni en la comisaria, ni en ningún centro de reclusión para menores de edad. ―¿Que harás? Se acercan. ―Huir… ―¡Eh, muchacho deténgase! ―dijo uno de los policías. Corrí por la terraza principal del lugar, corrí rápido y subí las escaleras de la terraza hasta llegar al final, vi al pequeño tren pasar y me subí para que no me atrapen; ellos corrieron detrás del tren, al ver que se acercaban muy deprisa, decido bajar del tren y corro hasta el túnel que da con el otro lado del parque. Corrí y me refugié en una casa de madera para que no me vean. Los vi pasar de largo no se percataron que me encontraba en la casa de madera. Salí de la casa y ellos se dieron cuenta y seguí corriendo hasta llegar a la fuente de agua en forma de araña, lo crucé por un costado y resbalé, los dos policías ya estaban muy cerca de mí para atraparme. Me levanto y vuelvo a pasar por el túnel, al llegar al final del túnel el personal de Serenazgo ya me estaban esperando para atraparme; gire al lado derecho donde había un camino en círculo que dirigía hacia otra área del lugar; corrí hasta el túnel de agua para confundirme con las personas. Veo al final que un policía me espera, no podía volver ya que el otro policía estaba atrás del túnel; al llegar a la última parte del túnel de agua; me atrapa un joven que forma parte del Serenazgo de Lima, él joven pone sus manos en mi chaqueta. Hago fuerza para zafarme de él. Corro hacia las rejas para salir del lugar, pero mi pantalón queda enganchado por las rejas, intento desprenderme y cuando ya estaba libre pongo mi pie derecho al otro lado de la reja, llegan los policías. Me dijeron que baje. No tuve más opciones de escapar, había tres policías. ―¡Muchacho eres todo un dolor de cabeza! ¡¿Por qué te has escapado?! ―dijo uno de los tres policías, al mismo tiempo que me ponía las esposas. ―¿Señor policía por qué me detiene? ¿Qué he hecho? ¿De qué se me acusa? ―le dije. ―¡¿Dónde están las joyas que robaste de la tienda?! ―dijo. ―No sé de qué joyas me habla, les juro que no sé nada. ―Tú y tus amigos robaron las joyas, huyeron de la policía en motocicletas y autos. Ustedes ingresaron al distrito de Miraflores a robar, ¡Confiesa dónde están tus secuaces! ―Señor policía yo no tengo cómplices, soy una persona de bien que no roba a nadie y menos en motocicleta. ―Y esa motocicleta negra, ¿Dónde lo robaste? ―La motocicleta me dio mi madre por las buenas calificaciones que tuve en la escuela.

―Así que la motocicleta te regalo tu mamá, yo no me como tú mentira. Te lleváremos con nosotros. ―¿A dónde me llevan? Señor policía. ―Iremos a la comisaria. ―¿A qué camisería? ―Te vamos a llevar a la camisería de Miraflores, y ellos te llevarán a la celda de la comisaría. Llegó un patrullero policial de dicho distrito, pusieron mi motocicleta al auto. Me subieron en la segunda fila de asientos de atrás del auto policial y me llevaron. “Maldición, carajo, estaba arruinado”. Llegamos a la camisería, me hicieron pasar, me quitaron las esposas; tuve que declarar ante el comisario y explicarle que yo no tenía nada que ver con el robo de las joyas y el supuesto dinero. ―¿Dónde están tus cómplices del robo de las joyas? ―Señor yo no he robado las joyas, tampoco tengo cómplices. ―Los delincuentes huyeron en dos autos y tres motocicletas, dos de esas motocicletas ingresaron al distrito de San Juan de Lurigancho. La policía rodeo la zona y huiste del distrito y manejaste tu motocicleta hasta las Fuentes Mágicas del Agua. ―Mi casa queda en ese distrito, por eso salí de allí, y me fui hasta el Circuito Mágico del Agua de Lima. ―¡¿Que hacías en las fuentes de agua escondiéndote de la policía?! ―Yo no me escondía de la policía, tenía un plan con mi amiga de mi escuela. ―Que romántico, ¿Tenías un plan con una chica? ―Le digo la verdad. ―¡Escúlquenlo! Que tenemos acá, una cámara de fotos, de seguro que lo robaste. ―No lo robé, allí están las fotos que me tome en las fuentes de agua con mi amiga de la escuela ―Contesté. El comisario me miraba con rabia como si yo fuese un delincuente juvenil. ―No te creemos nada de tus argucias, ya estamos cansados que vengan a nuestro distrito adolescentes delincuentes que solo vienen a robar en las tiendas comerciales. ―Yo soy inocente de lo que me acusan. ―Ahora no quiero más mentiras, donde escondiste el dinero y las joyas, vamos dinos en que parte lo escondieron. Si no nos dices te mandaremos a la cárcel de mayores, allí vas a ver lo que es bueno, te volverán toda una muchacha caliente, así que ya sabes o confiesas o te enviáremos a la cárcel junto a violadores, terroristas, narcotraficantes. ¡Declara ahora! ―Ya le dije señor yo no soy ladrón, soy gente de bien, yo nunca he robado. ―Como no quieres confesar, habláremos con tus padres para que te den una buena tunda por ladrón. Danos el número de tu casa, anótalo en esta libreta. ―Está bien, ¿Puedo comunicarme con mi familia?

―De ninguna manera lo harás, nosotros nos comunicaremos con tus padres mañana, hoy es tarde para hacerlo. ¡Llévenlo a la celda! Me llevaron a la celda, ingresé en una celda sucia, paredes pintadas por delincuentes que estuvieron allí antes. Un colchón viejo y una frazada rasgada. Me senté en la cama y me puse a pensar en las buenas cosas que ha había vivido hasta ese momento. “Tal vez no fue una buena idea venir a la cita en motocicleta, hubiera tomado el autobús”. Me sentía estresado por toda esta situación que estaba viviendo. Eran las 8:10 de la noche de otoño del 6 de mayo del año 2017. Sentía frio y hambre. La persecución que tuve con los policías me hizo sentir mucha sed y cansancio. Después de haber luchado por tanto tiempo para tener esta primera cita con Arlet, estos policías desgraciados lo habían echado a perder todo. Me acosté en la cama y me cubrí con las frazadas viejas. Me quedé dormido por más de dos horas. Escucho golpes en las rejas y la voz de un policía que me despierta: “muchacho tienes visita de una chica” Me levanté y vi el rostro de Kiara asomarse por las rejas, traía un bolso en las manos. ―Hola, Ryan. ¿Qué te sucedió? ¿Por qué te han encerrado? ―¿Quien te dijo que estaba aquí? ―Arlet me conto que la policía te llevó a la comisaría del distrito de Miraflores. Ella no quiso dar más detalles de lo que sucedió. ―Me fui con mi motocicleta al Circuito Mágico del Agua, estacioné mi motocicleta en la entrada, y al salir me detienen llevándome a la comisaría. Me acusan de un delito que no cometí, la policía cree que yo soy unos de los delincuentes que entro a robar en una de las tiendas comerciales de Miraflores. Les dije que yo no soy uno de los delincuentes que robó en la joyería, pero ellos no me creen. Los delincuentes robaron en la joyería con dos autos y tres motocicletas. Por el hecho de tener motocicleta ya me están acusando, esto es una injusticia. ―Te entiendo lo que debes de estar pasando ahora. ¿Llamaste a tu mamá para que te saque de aquí? ―Le di mi número de mi casa a la policía para que ellos se comuniquen con mi mamá, sin embargo estos miserables policías no se comunicaron… aduciendo que ya es tarde y que mañana lo harán. ―Cálmate todo se solucionará. ―Es que me da mucha rabia que los delincuentes estén libres mientras yo estoy aquí encarcelado. ―Mañana será otro día mucho mejor para ti. Te traje comida lo preparé para ti. Es un rico plato de “Escabeche de Pollo”. ―Gracias, ¿Sabes cocinar? Se ve delicioso.

―Estuve viendo tutoriales en internet, estoy aprendiendo a preparar comida peruana y comida internacional ―dijo. Se tocaba el cabello y se lo acomodaba mientras me platicaba. (Su cabello lo tenía suelto). ―Cuando seas grande vas hacer una gran cocinera internacional. ―Me gusta cocinar además cuando crezca y sea una señorita estudiaré para ser enfermera. Si tú algún día te caes de la motocicleta, curaré todas tus heridas. ―Espero que no me suceda ningún accidente grave cuando conduzca mi motocicleta ―le dije, mientras comía. ―No te afliges yo estaré allí para ayudarte ―me dijo. La comida que me trajo estaba muy sabroso, lo devoré en cinco minutos, tenía mucha hambre. ―Eres buena y tienes el corazón grande. Gracias por la comida que trajiste estuvo sabroso ―dije mientras le entregaba el plato de plástico. Me entrega otro plato con una botella. ―Todavía falta el postre coge, es “Suspiro a la Limeña”, y de refresco te traje “Chicha Morada” ―dijo. Terminé de comer todo el postre y el refresco; le entregué el plato y la botella. ―Gracias por haber venir y haberme traído comida. ―Cuando tu necesites ayuda, allí estaré para ti. ―Me podrías hacer un favor, le puedes decir a Esteysi que venga a verme mañana. Para que me saque de aquí, no quiero que mi mamá se entere que estuve en este lugar. ―¡¿Quien es esa chica?! No me habías contado nada de ella! ―Es la chica que trabaja en mi casa de empleada del hogar. ―Pensé que era tu chica. ―Ella es muy grande para mí, tiene dieciocho años. ―No le diré nada a Esteysi para que venga a verte. ―¿Pero por qué no, no entiendo? Primero me quieres ayudar, después no. ―Le dije a mi papá para que te saque de aquí, él es abogado penalista. Hablé con mi papá hace unas horas cuando Arlet me contó lo que sucedió. Mi papá me dijo que cuando se desocupe vendrá aquí para ayudarte. ―¿Tú tienes un papá que es abogado? ― Sí, mi papá vive en este distrito. ―Y la casa de Las Flores en San Juan de Lurigancho. ―Allí vivo yo con mi mamá y mis hermanos. Mis padres están separados. Yo lo visito cuatro domingos al mes y, a veces me quedo un día de más en la casa de mi papá. ―¿En qué lugar está la casa de tu papá? ―Por la Avenida José Larco, ¿Conoces la avenida? ―No. solo lo he visto por fotos y videos. ―Es una zona muy bonita, con muchos restaurantes y centros comerciales. Al final de la avenida está el centro comercial “Larco Mar” de allí se puede ver el mar. Espérame, conversaré con mi papá ―dijo. Se fue a la calle a hablar por teléfono. Después de diez minutos regresa. ―Conversé con mi papá, me dijo que estará aquí en veinticinco minutos, vendrá en su auto.

―No sé cómo voy hacer para pagarte la ayuda que me das. ―No quiero verte en esta celda triste y mal por estar encerrado. Después de treinta minutos llegó su papá.

CAPÍTULO 7 AL FILO DEL ABISMO

Y

o estaba a medio metro de ella. Los barrotes helados me impedían darle la mano en agradecimiento de lo que ella había hecho por mí. Sus ojos y su sonrisa me hacían ver que la pesadilla que estaba viviendo estaba a punto de terminar.

―Ya llegó mi papá, ahora vuelvo ―dijo. Su papá estuvo hablando con la policía. Me liberaron, Salí y hablé con el papá de Kiara, le dije a él, que yo no tenía nada que ver en el robo de las joyas en el distrito; y que fueron otros los que robaron. El comisario me increpó diciendo que había una motocicleta del mismo color con el que asaltaron la joyería; intervino el papá de Kiara, y dijo: “si no hay pruebas contundentes ni fotos del rostro del delincuente que robó en el centro comercial, exijo la inmediata liberación de este chico, no pueden atrapar a cualquier persona que conduce motocicleta y culparlo para encerarlo en una comisaria sin tener pruebas contundentes del robo” el comisario dijo que yo quedaba en libertad y que se investigaría el robo. Salí de la comisaría, me entregaron la motocicleta, y le agradecí al papá de mi amiga por haberme ayudado a salir de la comisaría. ―Gracias, señor, por sacarme de la cárcel ―le dije, mientras me montaba en la motocicleta. ―De nada, fue mi hija la que me llamó y me dijo que uno de sus amigos estaba en problemas ―dijo el papá de Kiara. ―Gracias por todo, me tengo que ir chao ―le dije. ―Muchacho espera, a esta ahora de noche es peligroso viajar en motocicleta hasta tu casa, vamos a mi casa, pasa la noche allí y en la mañana regresas a tu casa. ―No quiero incomodar señor. ―No es ninguna incomodidad. Estarás bien en mi casa. ―Vamos, Ryan, anímate. Mañana estarás temprano en tu casa ―dijo Kiara. ―Esta bien señor, iré a su casa, pero primero tengo que llamar a mi casa para decirle a mi mamá. ―No te preocupes en mi casa llamaras a tus padres ―dijo el papá de Kiara. Coloqué la motocicleta en el techo de su auto con la ayuda de él y lo amarramos con una soga que sacó de su auto.

Llegamos a su casa, era una casa de cinco pisos muy hermosa con terraza. Ingresamos a su cochera, bajamos la motocicleta del auto; la motocicleta lo puse en un rincón de la cochera. Ingresamos a su sala, tenía muebles finos y un televisor de cincuenta pulgadas, con un gran equipo de sonido. Me senté en uno de sus sofás, ellos también. ―Mi hija me habló de ti, están sacando buenas calificaciones en la escuela. ―Sí señor, hemos hecho un grupo en la escuela para varios cursos, estamos esforzándonos para sacar las más altas notas. ―Eso me parece bueno para ustedes, los estudios debe ser lo primero, después ya abra tiempo para que se diviertan sanamente. Te mostraré tu habitación donde dormirás esta noche ―dijo. Subimos las escaleras hasta el tercer piso de su casa y Kiara nos siguió. Me mostró la habitación de invitados. El señor dijo que si quería ya podía descansar, pero intervino Kiara diciendo que era temprano y que si ella podía enseñarme la terraza del quinto piso, lo cual su papá no se negó, dijo: “Después de veinte minutos bajen para que se duerman en sus respectivas habitaciones”. Ella dijo: “Sí, estaremos en la terraza, en minutos bajamos”. Subí con ella hasta el quinto piso de su casa. Su casa está ubicada en el final de la Avenida José Larco. De esa parte se puede ver el mar. Prendió la luz de su terraza. Había diferentes tipos de plantas y flores. ―Esta es la terraza, ¿Te gusta? ―dijo ella, mientras me señalaba con la mano. ―Es hermosa ―dije. Había asientos de madera y sombrillas de colores. ―Ven para acá ―dijo. Me llevó a la parte final del muro. ―De esta parte se puede ver el mar, ahora no se puede ver mucho, en el día se puede ver más claro el mar. Las estrellas si se puede ver, pero por momentos la nube lo tapa. Es que Toda esa nube es producida por la neblina que viene del mar. ―Si tu papá tiene dinero, ¿Por qué no estudiaste en una escuela particular? ―Es que el juez dio orden a mi papá, que yo y mis hermanos, teníamos que ir con mi mamá. Cando llegamos a la casa de mi mamá, donde ella vivía con mis abuelos cuando ella era niña, ella decidió que yo y mis hermanos íbamos a estudiar en una escuela del estado, porque como éramos cuatro el dinero no iba alcanzar. Cuando mi papá decidió mandar dinero para que mis hermanos y yo estudiemos en una escuela particular, yo no estuve de acuerdo y le dije a mi papá que yo quería seguir estudiando en la escuela nacional, porque ya me había acostumbrado y tenía amigos. ―Ahora comprendo. Tu papá es una buena persona. ―Quiero mucho a mi papá, me da muy buenas propinas, y me regalo este celular Android cinco, mira. ―Muy buen celular. ―¿Tú tienes celular? ―No tengo, juntaré las propinas que me da mi mamá para comprarme un celular barato algún día. ―Yo te compraré un celular este mes. Ahora bajemos a la sala ―dijo. Bajamos las escaleras e ingresamos a su sala. Me senté en su sofá. Ella Prendió su equipo de sonido y puso la canción de (Vicky Corbacho “Qué bonito”).

―¿Esa canción, para qué es? ―Acércate, vamos a bailar bachata. ―Pero yo no sé bailar esa canción. ―No te preocupes Ryan, yo te enseñaré. ―Tu papá se puede molestar. ―Ya son diez de la noche, él a esta hora duerme ―dijo. Bajó de las escaleras una señora de treinta años, era la empleada, le dijo a ella que baje el volumen del equipo porque se podía despertar su papá. La empleada se fue a su habitación. ―Bailaremos con la música con poco volumen, ven acércate. ―Hace mucho frio, si lo postergamos para otro día ―le dije. No podía decirle que no, después de todo lo que hizo por mí, no me podía negar. ―Bailamos esta canción nada más, te prometo. ―Está bien bailemos entonces. ―Coloca tu mano en mi cintura y dame tu mano, uno, dos tres, levanta un poco la pierna para adelante cinco, seis, siete, y de nuevo para adelante, marco delante y abrimos detrás―dijo. Sentía que se pegaba mucho, me estaba poniendo nervioso. Repetimos ese pase de baile como ocho veces hasta que acabo la canción. ―Me permites hacer una llamada a mi casa para que mi mamá no se preocupe por mí. ―Si ahí está el teléfono de la casa, puedes llamar a tu mamá ―dijo. Hablé por teléfono, me contestó Esteysi. ―¿Ryan, dónde estás? Te he estoy esperando en la casa, ni que sepa tu mamá, se preocupará por ti. ―¿Mi mamá? ―Está descansando, vino a la casa a las dos de la tarde y después se fue al doctor, llego a las seis de la tarde y me dijo que se acostaría y que si vienes a casa, la despierte. ―Dile que estoy con mi grupo de amigos de la escuela y nos estamos amaneciendo estudiando para hacer una tarea de investigación de la escuela, al siguiente día estaré en la casa en la mañana. ―No sé qué dirá tu madre. Cuídate. No manejes tu motocicleta de noche es peligroso, no quiero que nada malo te pase, eres como mi hermano, te quiero. ―Esteysi mañana es tu descanso, te veré el lunes, estaré bien, Chao. Puse el teléfono en su sitio. ―Ven ahora subiremos a mi habitación, está en el segundo piso, sígueme. Me tomó de mi mano, subimos las escaleras y cruzamos el pasillo hasta la última habitación, cerca al traga luz. Le solté la mano y entramos. ―Tu habitación es esplendida. ―Sí, le dije a mi papá para que lo mande a pintar y a decorar. Su habitación está pintada de blanco y los muebles con lila, al costado de su cama una mesa como escritorio, con una laptop y al lado un librero donde tiene muchos libros, al otro lado de la pared su armario color lila con blanco. Seguí observando su habitación, y vi en una de las paredes tres fotos míos y un dibujo sin terminar. ―¿Y esos dibujos, se parecen a mí? Ella se aproxima hasta el dibujo sin terminar y lo retira de la pared.

―Este dibujo lo hice para ti, me falta culminarlo, siéntate aquí para culminar de dibujarte ―dijo. Empezó a dibujarme la última parte de mi cabello castaño claro. ―¿En cuanto tiempo vas a terminar de dibujarme? Puede entrar tu papá y se puede molestar. ―En pocos minutos ten paciencia, termino con tu cabello y empiezo con tus ojos grises, pondré música de Corea de la banda “Bagtan Boys” ― dijo. Buscó en su porta CD, sacó el disco y lo puso en su pequeño minicomponente de música. Se sentó y continúo dibujándome (Ella también es fans de ese grupo coreano al igual que Arlet). ―¿Eres fan de ese grupo de cantantes chinos? ―No son chinos, son coreanos. ―Tienen los ojos jalados como los chinos ¿No? ―Sí, pero no son de ese país, son coreanos de Corea del Sur y viven en el continente de “Asia”, y hacen giras alrededor del mundo. Con la propina que me da mi papá me he comprado casi todos sus discos. ―Creí que escuchabas puras baladas. ―No, también escucho música de Justin Bieber y a otros grupos y cantantes. ―Vas a decirme que eres fan del tipo ese, es broma o me estás hablando en serio. ―Me gusta su música, tengo varios discos de él. ―¿Te parece guapo? ―Sí. Por supuesto tú eres más guapo que él. ―Bueno así ya cambia la situación. ―Mira ya terminé con tu dibujo. ―A ver… quede casi igual. ―El dibujo es para ti, me tomo un cierto tiempo terminarlo, estaba esperando el momento oportuno para darte, quiero que lo lleves contigo mañana que te vas de regreso a tu casa. ―Pero este trabajo te costó mucho esfuerzo, lo mejor será que te lo quedes con el. ―Yo haré otro dibujo para mí. Quiero que lo lleves y lo cuelgues en cualquier parte de tu habitación. ―Gracias por el dibujo ―le dije. Me acerqué a ella y le di un beso en la mejilla de agradecimiento. ―Ya es hora que descanses, te acompañaré a tu habitación. Subimos al tercer piso a las habitaciones de invitados. Llegamos al medio del pasillo en la puerta de la habitación. Me despedí de ella. ―Gracias por todo. ―Que descanses bien, en la mañana tocaré la puerta para despertarte para el desayuno. Chao. Dormí toda la noche, no desperté ni para ir al baño, después de todo el estrés que tenía.

Al día siguiente en la mañana Escucho que tocan la puerta, veo el reloj de la habitación y eran las 7:25 de la mañana. Me acerco a la puerta, era kiara. Yo estaba sonámbulo no podía visualizar bien. ―Hola, Ryan. ¿Cómo amaneciste? ―me dijo. Prendí la luz y ella pasó a la habitación. Vi a mi amiga sin lentes, su cabello suelto, con un vestido blanco, parecía otra. Ella tenía un cierto atractivo que no había notado antes. ―Amanecí bien gracias. ―Baja al comedor, te he preparado un rico desayuno. ―¿Préstame tu ducha? ―Sí. Dúchate y bajas para servirte el desayuno ―dijo. Me duché. Baje las escaleras y me senté en el asiento del comedor. ―Hola, Kiara, ¿Dónde estás? ―Espera, ahora te sirvo. Escuché la voz de ella. Estaba esperando, después de unos segundos la veo venir con una fuente. ―Y eso que traes… ―Es un rico “Estofado de Pollo” y además “Tortilla de Jamón y Queso” lo preparé para ti, y de tomar, una tasa de quinua. ―No tenías que hacer eso por mi yo iba a tomar desayuno en mi casa. ―Quiero que lo pruebes y me des tu opinión. ―Está bien lo probaré ―dije. Sentía un sabor delicioso, probé su estofado, la tortilla y su quinua. Me acorde cuando estaba en la celda, ella me dijo que estaba aprendiendo a cocinar. ―¿Qué te parece mi sazón?. ―Esta delicioso, gracias. ―Traeré mis platos para comer juntos ―dijo. Se fue y regresó en segundos trayendo su comida. Se pone en frente de mí. Al terminar de comer nuestras comidas. Le dije si me podría prestar su baño para cepillarme los dientes; ella me dijo que el baño hay cepillos nuevos y que lo usara. Al salir del baño, ella estaba más arreglada; se había puesto una falda amarilla hasta la rodilla, blusa blanca y unas botas negras, parecía toda una señorita, pero apenas era una adolescente. ―Gracias por tu desayuno ya me tengo que ir, podrías decirle a tu papá que me dé mi motocicleta, ya me voy a mi casa. ―Mi papá no está, salió a correr al parque, llegará después de las nueve de la mañana. ―Son las 8:05 de la mañana, tenemos una hora ―dijo. Ella se puso a buscar la llave de su casa. ―¿Una hora para qué? ―Quiero enseñarte un lugar antes que te marches a tu casa. Vámonos, el lugar está muy cerca, camináremos. Caminamos por varias cuadras, cruzamos un parque y un puente, al llegar al final del puente había otro parque muy cerca de un acantilado. En medio de ese parque había una estatua de una pareja besándose.

―¿Qué lugar es este...? ―Es el parque del amor ―¿El parque del amor? ―Del amor y la amistad. La estatua que está allí de un chico y una chica besándose Representan el amor, la amistad, comprensión, cariño, y la ternura que debe de haber en los enamorados que se quieren mucho ―me dijo, muy entusiasmada. ―A qué viene todo esto, ¿No entiendo? ―Tal vez más adelante este… nos podamos… ―Nos podamos que… ―Nos podamos ver más seguido, digo si dispones de tiempo por supuesto. Se veía linda sin su lente, con su cabello suelto y su vestido amarillo. Yo no sabía cuánto tiempo ella podía verse así de linda. Cuando vuelva a la escuela de seguro seguirá amarándose el cabello y usando sus mismos lentes. ―Ya hablamos de eso, además nos seguiremos viendo para los trabajos de la escuela ¿No? ―Sí. Ven iremos alrededor de los cercos de madera para ver el mar. ―Y ese pequeño castillo, ¿Que hace en las orillas del mar? ―Eso no es un castillo, es un restaurante se llama: “La Rosa Náutica” y a unos metros del restaurante están los surfistas, suelen hacer competencias. Y de aquí del otro lado del acantilado están los parapentes, puedes ver como vuelan. A veces solo y a veces acompañado de personas que quieren sentir como vuelan las aves ―dijo. Vi a los señores volar por encima del acantilado cubriendo una parte de la costa verde. ―¿Qué se sentirá volar como las aves? ―Quieres que te diga cómo se siente volar ―dijo. Se inclinó y paso debajo de los cercos de madera, se volteó poniendo sus manos enzima de los cercos y la tenía enfrente de mí. Había parejas de enamorados alrededor del parque. ―Qué vas hacer no estarás pensando en… ―¿Digamos que podría pasar si suelto mis manos? ―Sufrirías un accidente, que sería fatal. ―Mis padres están separados, muchas veces lloré y me puse triste. Sufrí por la decisión que tomaron mis padres, yo no sé cuándo ellos podrán unirse de nuevo, yo quiero verlos juntos. Conversé con mi papá varias veces para lograr convencerlo que vuelva con mi mamá, a pesar de mi esfuerzo no tuve éxito. Lo que me llevo muchas veces a sentirme triste, miraba en las calles a muchas familias que tenían al padre y a la madre juntos al lado de sus hijos, y cuando me veía a mí con mi mamá, me ponía triste al saber que mi papá no estaba conmigo. ―La vida a veces puede ser así, tienes que tener fe. ―Ya estoy cansada de esperar, que mis padres se junten. ―No lo hagas, tu padre y tu madre se pondrán triste si tú te vas… ―Nunca veré a mis padres juntos, de unas ves acabaré con todo mi dolor. ―No abandones a tus padres ellos te quieren y tus hermanos pequeños también. No seas injusta, si tú te suicidas ellos se van a deprimir, no generes dolor inmenso a tus padres. Por favor no lo hagas. ―Ya tomé mi decisión, soltaré mis manos y caeré al vacío.

―Si tomaste esa decisión. ¿Dime al menos que te hace sentirte alegre en tu vida? debe haber algo… ¿Dímelo por favor? ―Lo que me pone alegre a mí es estar junto a ti, poder ver tus ojos grises me enamora y siento una alegría en mi corazón. Yo estuve mucho tiempo enamorada de ti, y tú no me aceptabas al contrario me rechazabas, sólo me buscabas para hacer las tareas o cuando necesitabas ayuda en los cursos. Yo te ayudaba porque te quiero, y te seguí ayudando en las cosas que necesitabas, pero tú te burlabas de mí. Creí que algún día podrías cambiar de opinión y pudieras verme como tu chica, pero eso nunca sucedió. Nada más me usaste para tu conveniencia ―dijo. Podía ver sus lágrimas caer; me generaba dolor verla así. Sus manos temblaban parecía como si se empezaran a desprender de los cercos de madera. ―Si hubo momentos que te pedí ayuda pero nunca fue mi intención lastimarte, lamento que los hechos hayan sucedido de esa forma. ―Antes de irme al cielo te diré: yo amo tus ojos grises y tu sonrisa, cuando este en el cielo le pediré a dios que te proteja. Vivirás siempre en este corazón que te amará en todas las eternidades y en todos los infinitos, quiérete para que te quieran. Vivirás en mí siempre. Cuando este en el cielo le hablaré a los ángeles de lo que significas para mí, y les diré que construyan un castillo azul en el cielo para poner tus fotos y estés conmigo. Bajaré de lo alto para verte de cerca y recorrer los sitios que frecuentas, para que nada malo re acontezca porque yo estaré contigo y no te dejaré, sentirás que estoy muy cerca de ti y podré ver tus ojos grises otra vez. Te amaré en todos los rincones de la tierra, en las montañas, el mar, los lagos, las lagunas. Prenderé una vela en el cielo pronunciando tu nombre y veré tus ojos en la luz de la vela y sabré que eres tú. ―No te suicides por favor, me porte mal contigo, pero las cosas ya no serán las mismas, cambiaré seré un chico diferente, te prometo que ya no me burlaré de ti; pero por favor te suplico, no quites tus manos de los cercos. Pídeme lo que quieras, yo lo aré por ti. Si me pides que te lleve algún lugar con mi motocicleta, te llevaré ―Le decía mientras yo botaba algunas lágrimas. ―Dices que vas a cambiar y que serás otra persona más servicial. No te guardo rencor, no obstante te portaste muy mal conmigo cuando yo no lo merecía, te escribía cartas de amor muy bonitas y tú nunca me contestabas, estabas encerrado en tu mundo. Puse una foto tuyo y mía juntos en las redes sociales y tú comentaste diciendo que yo no era para ti y que nunca estarías con una fea. Estuve llorando muchos días por tu comentario. Me había tomado muchas horas para editar la foto de los dos, y a ti no te importo y me humillabas. ―Me darías una oportunidad de corregirme y ser una persona diferente que quiere y ama de verdad. No quiero ir al cementerio a visitar tu tumba. ―Vete y déjame partir, iré al encuentro con los ángeles del cielo. ―Yo no te dejare ir… no permitiré que dejes la tierra. ―Acaso lo puedes impedir ―dijo. Ella suelta su mano izquierda, se sostenía solo de una mano. ―Tú no sabes el dolor que puedes causar a las personas que te quieren; por favor quédate conmigo, no quiero que mueras.

―No moriré si no quieres que muera. Hay una razón para que no deje este mundo. ―¿Dime cual es esa razón? ¿Dímelo por favor? ― Tienes que aceptar ser mi enamorado, y yo no moriré. ―Sí, acepto ser tu enamorado y tu pareja, pero retírate de los cercos y ven aquí conmigo ―le dije. Se inclinó debajo de los cercos y salió del precipicio. Nos dimos un abrazo por un minuto. Sentía una alegría inmensa saber que ella no iba a morir.

CAPÍTULO 8 REUNIÓN DE AMIGOS

A

l llegar a mi casa guarde mi motocicleta en el almacén; para eso, ya tenía una copia de la puerta de mi casa. Encuentro a mi mamá en la cocina, se encontraba preparando el desayuno. ―Buenos días mamá. ―Hola hijo, como te fue en las tareas con tus amigos de la escuela. ―Ya tenemos la tarea casi terminada y lo presentaremos en la exposición en estos días. ―Es bueno que estudies y tengas buenas calificaciones para que cuando estés grande postules a la universidad. ―Estoy esforzándome mucho, he hecho un gran grupo con mis amigos de la escuela para sacar las notas más altas. ―El día que venga tu padre estará orgullosos de ti, por tu buen desempeño que tienes en la escuela. ―¿Qué es de mi papá? ¿Cuándo va a venir a casa? ―Llamó ayer, dice que sigas estudiando, te dará un regalo por las buenas calificaciones que tienes. Vendrá muy pronto. ―Espero que venga pronto para enseñarle mis notas. ―Ten paciencia hijo, tu padre vendrá. Ahora siéntate te serviré el desayuno. ―Me siento un poco lleno, la mamá de mi amigo nos invitó desayuno, y no tengo hambre. ―Entonces toma solamente la avena. ―Tomaré la avena nada más. Los panes con mermelada no lo comeré. ―Bien. ―Estos días no te vi, ¿Que pasó mamá? ¿Estuviste enferma? ¿Fuiste al doctor? ¿Que te dijo? ―No es nada grave, tenía fatiga muscular y dolor de cabeza. Ya me está pasando el malestar. ―Espero que estés bien y te recuperes rápido. ― Gracias hijo por tu buena voluntad. ―¿La computadora sigue descompuesta? ―Lo puedes usar esta reparado. ―Haré mis tareas de la escuela. Terminé mi avena. Me dirigí a la sala que está a ocho pasos del comedor para usar la computadora. Me puse en contacto con mis amigos de la escuela. Comencé a hablar con Jeremy por Facebook.

―Hola, Jeremy. Quiero que incorpores a Arlet al grupo nuestro. ―Qué tal, que hubo, ¿Que incorpore a Arlet al grupo? ―Sí. Anótala a ella en nuestro grupo de la escuela. Hablé con ella, me dijo si podía ponerla en nuestro grupo, yo le dije que sí y que hablaría contigo para que la incorpores. ―¿Como la convenciste? ― No la convencí, ella me pidió unirse a nuestro grupo. ―La pondré en nuestro grupo. Ella es sobrada y creída. ―No es tan creída y sobrada como parece. ―Tenemos que hacer la tarea hoy domingo. ―¿Que tarea vamos hacer…? Ya me olvidé. ―La tarea de historia de las culturas del Perú. La tarea tenemos que entregar el martes al profesor y presentarla en diapositiva para la exposición. Conversé con Lander, Damaris y Kiara, les dije que nos reuniremos en mi casa, también llamaré a Arlet, para que venga a mi casa. ―¿A qué hora nos reuniremos en tu casa? ―Once de la mañana. ―Bien, a esa hora estaré. Salí de mi casa a la hora pactada para reunirme con Jeremy. Su casa quedaba a tres cuadras frente al parque del barrio. Toqué su puerta, salió él. ―Hola, pasa ―dijo. Al entrar estaba Kiara y Damaris. Arlet todavía no había llegado, ni Lander. Su televisor estaba prendido. ―Hola chicas, buenos días, ¿Qué hacen?―les dije. ―Estamos viendo una serie que puso Jeremy ―dijo Damaris. ―¿Cuál es el nombre de la serie? ―Es una serie de ciencia ficción donde la tierra asido devastada por una guerra nuclear ―Contestó Damaris. ―Nosotras estábamos viendo el especial del grupo: “Bangtan Boys”, y Jeremy lo cambio de canal ―dijo Kiara. ―¿Y a ustedes chicas les gusta el grupo coreano? ―dije. ―Si nos gusta mucho, son churros ―dijo Damaris. ―Jeremy déjalo que vean su grupo de música, Lander y Arlet todavía no vienen ―le dije. ―Cambiaré de canal hasta que vengan los demás ―dijo Jeremy. ―Apresúrate Jeremy, queremos ver el especial ―respondió Damaris. ―Resulta que ustedes son fans de ese grupo ―dije a mis amigas. ―Somos fans y tenemos un club de fans de la banda en Facebook ―dijo Kiara. ―Y quien es la presidenta del club de fans ―dije. ―Arlet es la presidenta ―dijo Kiara. El canal musical pasaba un video de la banda. Pensaba entre mí y me decía “¿Cómo demonios me pudo haber cambiado tan rápido por estos coreanos que más parecen chinos?”. ―Damaris, ¿Cuál es tu chico preferido de la banda de coreanos?―dijo Jeremy. ―Todos son bonitos, a mí el que me gusta es Jin ―respondió. ―Para ti Kiara, ¿Cuál te gusta más? ―dijo Jeremy. ―El que más me gusta se llama, Jungkook ―contestó ella. Nosotros estábamos sentados en el sofá, y tocan la puerta. Jeremy se fue para ver quien tocaba la puerta.

―Hola amigos ―dijo Lander. Entró Lander con Arlet. Me preocupaba que Lander con Arlet hayan venido juntos “Tal vez se encontraron en el camino”, nos saludamos. ―Chicos ese es el grupo “Bangtan Boys”, creí que solo a nosotras nos gustaba la banda de pop ―dijo Arlet. ―Arlet, te aclaro que a mí y Ryan, no nos gusta ese grupo de música, estábamos viendo una serie de ciencia ficción, cuando a Kiara y a Damaris, se les antojo ver al grupo musical porque en el programa de televisión iban a pasar el especial del grupo. Y como tú y Lander no venían, les di un corto tiempo para que vean hasta que ustedes lleguen y como ustedes ya llegaron, se acabó la fiesta ―dijo Jeremy. ―Vamos chicos un momento más, un par de canciones nada más―dijo Damaris. ―Nosotros hemos venido a la casa de Jeremy, para hacer los trabajos y tareas de la escuela, tenemos que hacer la atarea de historia, no es una reunión de fans de la banda “Bangtan Boys” ―dije. ―Tiene razón lo que dice Ryan, ustedes han venido hacer las tareas de la escuela ―dijo Jeremy. ―Vamos hacer un grupo más fuerte con los nuevos integrantes para obtener las mejores calificaciones, deberíamos comenzar hacer la investigación ahora en vez de estar perdiendo el tiempo―dijo Lander. ―Esta bien empecemos ―dijo Kiara. Nos sentamos. En la mesa pusimos las cosas que trajimos para la tarea. ―Estamos todos reunidos para empezar la tarea de historia, tenemos que escoger sobre qué cultura tenemos que investigar dijo ―Jeremy ―Investiguemos la cultura Nasca ―dijo Arlet. ―Creo que debemos estudiar sobre la cultura Chimú ―dijo Lander. ―Lo mejor para todos será escoger la cultura Wari ―dije. ―Investiguemos la cultura Chancay ―dijo Arlet. ―¿A ti Damaris, que cultura te gustaría que investiguemos? ―preguntó Jeremy. ―La cultura Chincha ―dijo. ―Entonces lo echaremos a la suerte, pongan el nombre en un pedazo de papel la cultura que quieran y la que salga elegida primero será la cultura que investigaremos ―dijo Jeremy. Después de un minuto ya teníamos los resultados del pequeño sorteo, la cultura ganadora fue la cultura Nasca. ―Danos la clave de tu Wifi para comenzar la investigación ―dijo Lander. Ya con la clave comenzamos a buscar toda la información que hacía necesario para el trabajo. Todos trajimos nuestras tabletas; Jeremy utilizo su computadora y los demás estábamos haciendo el trabajo en la mesa con nuestras respectivas tabletas. A mí me tocó hacer la tarea sobre la pesca de la cultura nazca. A Lander sobre el comercio, a Kiara y Damaris, tenían que hacer la tarea sobre la organización social, política y costumbres. A Jeremy y a Arlet, tenían que investigar sobre los geoglifos, arquitectura y cerámicas de la cultura Nazca. Después de una hora estábamos concluyendo la tarea. Se acerca Jeremy a la mesa. ―Grupo, ¿Cómo va la tarea?―dijo Jeremy. ―Casi tenemos todo el trabajo hecho, faltaría sacar copias ―le dije.

―Tengo que comunicarles un percance en el trabajo que estamos haciendo, a mí y a Arlet nos ha tocado investigar sobre las cerámicas, geoglifos y arquitectura. Hemos hecho un gran avance de la investigación―dijo Jeremy. ―Entonces ¿Cuál es el problema? ―dijo Lander. ―El profesor de historia dijo que para el martes lleven por lo menos tres cerámicas de la cultura que vamos a investigar ―dijo Jeremy. ―Ese profe está loco, ¡De dónde demonios vamos a sacar cerámicas para la exposición! ―dije. ―Tranquilo chicos, podemos presentar la tarea y exponer sobre la cultura nasca sin las cerámicas ―dijo Damaris. ―Si queremos buenas calificaciones, tendremos que conseguir las cerámicas, si no lo hacemos nos pondrán baja nota ―dijo Lander. ―Lander tiene razón, no queremos bajas calificaciones, si somos un equipo tenemos que conseguir las cerámicas ―respondió Jeremy. ―Buscáremos ahora los precios de las cerámicas en internet ―dijo Arlet. Nos pusimos a buscar los precios de las cerámicas. ―Ya tengo los precios, hay de tres mil, dos mil, y mil dólares ―dijo Damaris. ―Están demasiado caros, busca las cerámicas más baratas―le dije. ―En mi tableta he conseguido las más baratas, son de trecientos, ochocientos y novecientos soles ―dijo Arlet. ―De todas formas es caro, aunque juntemos todo nuestro dinero, no lográremos reunir toda esa cantidad de dinero, tenemos que buscar la solución si queremos obtener altas calificaciones ―dijo Jeremy. ―¿Si pedimos un préstamo al banco? ―dijo Lander. ―No creo que den préstamo a un chico de trece años ―dijo Damaris. ―Pensemos en algo bueno para resolver este problema ―le dije a mis amigos. ―Haremos esto. Iremos a la ciudad de Ica y buscáremos las cerámicas en las pampas donde están las líneas de nazca. Viajar allá es más barato―dijo Jeremy. ―¿Nosotras también iremos?―preguntó Kiara. ―Puede ser peligroso, las chicas se quedan para concluir la tarea que falta ―contestó Jeremy. ―Quise ser parte de este grupo porqué quería ayudar, yo quiero ir con ustedes ―dijo Arlet. ―Arlet, el lugar es peligroso para ti ―dijo Jeremy. ―Pero yo quiero ir y ayudar al grupo ―respondió Arlet, un poco triste. ―Déjala ir Jeremy, si ella quiere ayudar, que vaya con nosotros― le dije. ―Okey, iras con nosotros, tendrás que avisarle a tus padres―contestó Jeremy. ―¿Cuándo viajáremos? ―dijo Arlet. ―Hoy después de comer, ya que mañana tendremos clases y tenemos que estar en la escuela para tener todo preparado para la exposición que será el martes ―dijo Jeremy. ―¿Si vamos mañana lunes? ―dijo Lander. ―Mañana es muy tarde, nos faltará tiempo, además tu no iras Lander. Viajarán: Ryan, Arlet y yo, los demás se quedarán para terminar la tarea ―dijo Jeremy. ―¿Por qué me dejan fuera? Debería ir ―dijo Lander.

―Vayan concluyendo, mañana terminen lo que falta y fotocopien toda la tarea. Deben de estar en mi casa a las dos de la tarde a más tardar, para ir a la estación de autobuses―dijo Jeremy.

CAPÍTULO 9 LUCES MALIGNAS EN EL DESIERTO

L

e pedí permiso a mi mamá para ir a la ciudad de Ica. Le dije que iba hacer una investigación para la tarea de la escuela y que me iba a quedar en la casa del tío de mi amigo, y que vendría muy tarde en la noche. Me dio dinero para el viaje, me dijo que anduviera con cuidado, y que me portara bien. Me reuní con Lander, Arlet y Jeremy, en la hora que nos dijo. Vimos llegar a los padres de Jeremy, les saludamos, ellos venían de hacer compras en el supermercado. Al salir Jeremy de su casa, nosotros le estábamos esperando en la vereda de su casa. Estábamos listos para viajar. ―Hola, ¿No se les olvida nada? ―dijo Jeremy. ―Tengo mi mochila, cámara de fotos y mi tableta para la investigación ―dije. ―Traje tableta, celular y empanadas para el viaje ―dijo Arlet. ―Bien, ahora nos vamos ―dijo Jeremy. Fuimos a la avenida, subimos al autobús hasta el centro de Lima. Llegamos al centro de la ciudad de Lima, y nos dirigimos a la estación de autobuses interprovincial “Cruz del Sur”. Al llegar a la estación de autobuses nos sentamos a esperar que llegue el autobús. ―¿Nos hospedáremos en un hotel? ―preguntó Arlet. ―El hotel es demasiado caro, como se los dije a ustedes en Facebook, nosotros nos alojáremos en la casa de mis tíos ―respondió Jeremy. ―¿En qué lugar de Ica están tus tíos? ―le pregunté a Jeremy. ―Están en el centro de la misma ciudad ―dijo. ―Nos ahorráremos estadía y comida, buena idea ―dije. ―Iré a ver si ya llegó el autobús ―dijo Jeremy. Le dimos dinero para que compre nuestros boletos. ―Ryan, ¿Cómo saliste de la comisaría? ¿Quién te liberó? ―dijo Arlet. ―Este… de que me hablas, no recuerdo haber estado en la comisaría. ―Te acuerdas que me citaste en el “Circuito Mágico del Agua”, y llegó la policía y te llevó a la comisaría del distrito de Miraflores ―me contestó. ―La tarde que me llevaron… sí me acuerdo, lo que sucede es qué me había olvidado con eso del viaje. ―¿Cuéntame? ―dijo. ―Yo estaba con mi motocicleta… ―Grupo los boletos del viaje, agarren uno para cada uno, vamos a llegar a las ocho de la noche a Ica ―dijo Jeremy. Subimos al autobús. Jeremy sugirió que nos sentemos al fondo para conversar y que no hiciéramos caso a la numeración de los boletos, ya que en la parte de atrás

del autobús por lo general siempre va vacío y muy pocas veces se llena de gente. Yo me senté con Arlet en la parte de atrás hacia el lado donde se podía ver el mar. El bus salió de la estación a las tres de la tarde. De las afueras de Lima se podía ver el trayecto del autobús; estaba nublado, se veía el mar un poco movido por el otoño. Había pequeñas urbanizaciones, después de cruzarlo el recorrido era desierto, antes de llegar a Ica.

*** Arribamos a la ciudad de Ica a las 7:30 pm de la noche; media hora antes de lo previsto. Bajamos con nuestras mochilas y nos dirigimos a la casa del tío de Jeremy, su casa estaba a cinco cuadras de la “Plaza de Armas de Ica”. Tocamos la puerta y nos recibió su tío. ―¿Cómo estás sobrino? ¿Después de cuánto tiempo vienes a visitarnos? ¿Y estos chicos?―dijo su tío. ―Ellos son mis compañeros de mi escuela ―dijo Jeremy. ―Siéntense, están en su casa ―dijo el tío. ―Gracias señor ―le dije. ―¿Tu nombre hijo? ―me dijo. ―Ryan ―dije. ―Y tú muchacha ¿Cuál es tu nombre? ―le dijo. ―Mi nombre es Arlet y tengo trece años. ―Qué bien, ¿Que carrera estudiaras cuando seas grande? ―dijo el tío. ―Me gusta economía ―le dijo. ―Buenos economistas necesita la nación para sacar adelante este país ―dijo el tío de Jeremy. ―Y tú muchacho, ¿Qué carrera estudiarás cuando seas grande? ―Marino de guerra ―dije. ―Es una buena opción para defender el mar patrio en caso de una invasión de nuestras costas, que buenas opciones a futuro han escogido, los felicito―dijo. Estábamos todos sentados en el sofá de su sala. ―¿Tío dónde se han ido mi tía y mis primos? ―preguntó Jeremy. ―Se fueron a Pisco a casa de tus tías, vendrán mañana en la noche ―dijo. ―Estamos cansados del viaje ―dijo Jeremy. ―No te preocupes sobrino, sé que no solo están cansados, sino también hambrientos por el viaje, ya tengo la comida preparada porque sabía que a esta hora llegarías a la casa con tus amigos. Ahora les sirvo la cena ―dijo. Nos sentamos en los asientos del comedor. ―Acá tienes sobrino este rico plato de sopa seca típico de Ica, pero primero a las damas ―dijo, y le dio el plato a Arlet. Se fue a la cocina y regresó. ―Esto es apara ustedes disfruten, yo lo preparé ―dijo. ―Gracias tío ―dijo Jeremy.

―De nada sobrino, después que terminen este plato, viene el plato de “Chupe de Pallares Verdes” ―dijo. Se fue de nuevo y trajo su plato y se sentó con nosotros a comer. Antes de comer su tío hizo una oración a Dios por los alimentos. ―Gracias Dios por los alimentos que nos provees bendice a todo hogar humilde y que no falte nunca comida en una mesa, ni de acá ni del mundo, Amen. Ahora si chicos a comer. Después de comer, nos cepillamos los dientes. El tío de Jeremy, nos dio una habitación para dormir. Jeremy se fue a otra habitación a dormir. Después que su tío se fue a dormir, mi amigo ingresó a nuestra habitación. ―Mi tío ya se fue a dormir, este es el plan de lo que haremos: saldremos a la una de la mañana, iremos en taxi rumbo a la ciudad de Nasca, y de allí le diremos al taxista que nos lleve hasta las Líneas de Nasca. En ese lugar hace poco un arqueólogo descubrió huacos y cerámicas de la cultura Nasca, buscáremos muy cerca al área si hay nuevos objetos de la cultura antigua. Iremos en la madrugada, porque si vamos en el día nos pueden descubrir. Van hacer las nueve de la noche, duerman en la madrugada salimos ―dijo Jeremy, y se fue. Yo estaba con Arlet, en la habitación, había una cama de dos pisos. Estábamos acomodando las sabanas y las frazadas. ―El tío de Jeremy es bueno y cortes ―me dijo. ―Sí. Es buena persona ya tenía la cena lista cuando llegamos ―dije. ―¿Tú crees que podamos conseguir las cerámicas? ―Yo tengo fe que las cerámicas tenemos que conseguirlo de todas formas, ya que sin cerámicas nuestras notas serán bajas. ―Ojala que todo salga bien y podamos volver con las cerámicas a Lima. ―Ten fe, todo saldrá bien. ―¿Dónde dormirás en el segundo piso de la cama o abajo? ―Abajo dormiré, en la altura me puedo tropezar. Se sacó su chaqueta roja para dormir y se quedó con su blusa. Hacía calor (En esta ciudad hace calor todo el año). Vi en sus brazos cicatrices y heridas rojas, intuí que su enamorado posiblemente la había golpeado. ―¿Esas cicatrices de qué manera te lo hiciste? ―Jugaba en el parque y caí de las sillas mecedoras. ―Cuando uno cae de las sillas mecedoras no deja ese tipo de cicatrices. ―De verdad me caí de las sillas. ―Pues no te creo, alguien pudo haberlo hecho. ―Nadie me lo hizo, caí, pronto cicatrizará ―¿Tu enamorado te golpea acaso? ―No. Él no me golpea. ―Dime la verdad, recibes maltratos de parte de él, tienes que decirme, yo soy tu amigo y no quiero que una de mis amigas sea maltratada por nadie, eres mi amiga y te quiero ―le dije. Se puso triste y me confesó. ―Me prometes que no les contarás nada a mis padres. ―No les diré nada a tus padres de lo que me digas ahora. ―En ocasiones cuando llego tarde a la cita, me da de patadas en las piernas y el estómago. Me dijo que va a cambiar, él es bueno, me ama.

―Bueno un tipo cruel que dice que te ama y lo que hace es agarrarte a golpes, eso no es amor, si él te amara no tendría que golpearte, amor es cariño y respeto, tienes que dejarlo, es por tu bien. ―No puedo dejarlo lo amo. ―Tú eres una adolescente, no me puedes decir que lo amas, no quiero tener a una amiga muerta, mírame a los ojos, dime que romperás con él y no volverás a verlo otra vez, vamos Arlet júrame, eres parte de este grupo y ni yo, ni Jeremy, ni los demás queremos esto para ti, te queremos y deseamos verte bien contenta como en el salón de la escuela, una chica que se quiere y se ama no permite que ningún hombre, de esta tierra la maltrate. Lágrimas discurrían de sus ojos; la abracé. Me daba lastima ver todo el maltrato a lo que ella había estado expuesta. Le dije que seque sus lágrimas y que descanse. Me subí a la segunda cama, con mi tableta y accedí a la conexión wifi de Jeremy, que ya me había dado la clave antes de pasar a la habitación. Me recosté en la cama y me puse a ver las redes sociales, revisar mis correos, en eso que revisaba mi Facebook, llega un mensaje interno de Kiara. ―Ryan te extraño quiero que estés aquí conmigo, somos pareja, estoy al pendiente de ti mi amor, respóndeme. ―Hola, Kiara. Ahora no quiero hablar, estamos en la casa de del tío de Jeremy, haremos una tarea ardua para conseguir las cerámicas. ―Además como me vas a extrañar si hoy nos hemos despedido. ―Te extraño, aunque haya sido solamente unas horas, quiero que estés aquí. ―Estoy un poco tenso, en unas horas vendrá Jeremy, a nuestra habitación y nos va a despertar para ir a las Líneas de Nasca. ―No me digas que estas durmiendo al lado de Arlet. ―Yo no estoy durmiendo con ella. ―Quiero de ti tu sinceridad. ―Calma Kiara, acaso estas celosa de Arlet. ―Sí, estoy celosa, sé que la quieres y el amor que sientes por ella no se te va a ir de la noche a la mañana. ―¿Por qué demonios te pones celosa? ¿Qué no confías en mí? Ahora me vas a dar una escena de celos a la distancia. ―No es que no confié en ti, pero estando tú y Arlet, en Ica, algo podría suceder. ―Te prometo que no sucederá nada con ella. Ahora te tengo que cortar los mensajes, tengo que dormir, en cuatro horas vendrá Jeremy, para ir con él en busca de las cerámicas, chao ―le dije. Me caía espesa, recién empezamos hacer pareja y ella ya sentía celos de Arlet. Me acosté a dormir. Después de dormir varias horas. Sentí que tocaron la puerta, fui a ver. Era Jeremy. ―Amigos ya es la hora, despertaré a Arlet, ¡Arlet despierta! ―dijo Jeremy ―Sí, que hubo ―dijo ella. ―Pónganse su chaqueta, en la madrugada hace frio. ―Ryan alístate, en un momento nos vamos, no hagan ruido no quiero que me tío se despierte ―dijo Jeremy. Nos alistamos. Jeremy, me dio un costal con

herramientas para cavar, una lampa y un pico y varias bolsas grandes dentro de un costal. Salimos de su casa y nos dirigimos a la avenida. ―Paren el taxi que viene allí ―dijo Jeremy. Entramos al taxi. ―¿Muchachos a que lugar los llevo? ―dijo el taxista. ―Llévenos a las “Líneas de Nasca” ―dijo Jeremy. ―Hasta allá, viendo que es de madrugada les voy a cobrar quince soles ―dijo el taxista. ―Le pagáremos, llévenos ―dijo Jeremy. Llegamos al lugar, bajamos del taxi con el costal y le pagamos al taxista. ―Cruzando las colinas que están al frente se encuentran las Líneas de Nasca ―dijo Jeremy. ―¿Los agentes de seguridad nos dejaran entrar? ―dijo Arlet. ―El área es demasiado grande para tener muchos agentes de seguridad. El lugar es resguardado por tres guardias y están a muchos kilómetros de nosotros, es casi imposible que nos vean. En el desierto hay muchas dunas y esta oscuro y, aun prendiendo nuestras linternas no podrán vernos por las dunas que cubren sus ojos ―dijo Jeremy. ―Entonces caminemos hasta allá ―le dije. ―Sí. Antes les diré lo que vamos hacer. Ryan tú, Coge un costal, una linterna y hojas del mapa de las “Líneas de Nasca”, yo también cogeré un costal, linterna y una hoja del mapa... Ryan, entrarás en el área de la araña. Hace poco se descubrió cerámicas y huacos, te prestaré el celular de mi tío para comunicarnos. Yo iré en el área donde está el mono, hace seis meses se descubrió varios objetos de la cultura... Arlet tú, nos comunicarás por celular si alguien se acerca a nosotros, nos darás la voz de alarma, aunque es muy difícil que nos encuentren, siempre hay que estar prevenido, cada diez minutos prenderemos y apagáremos nuestras linternas por unos segundos para ubicar nuestras posiciones y que todo ande bien. Ahora si vámonos. Ahora solo yo prenderé la linterna para guiarles hasta la cima de la duna, porque si prendemos tres linternas al mismo tiempo nos podrían descubrir ―dijo Jeremy. Cogió del costal otro costal y puso un pico, y a mí me dio otro costal con una pala dentro. Caminamos por varios minutos hasta llegar a la cima de la duna. ―¿Jeremy ya llegamos o todavía? ―dijo Arlet. ―Estamos pisando la cima ―dijo Jeremy. ―Arlet tú te quedarás aquí, yo con Ryan, iremos juntos y después nos separáremos para buscar las cerámicas ―dijo Jeremy. ―Cuídense ojala que no ocurra nada malo ―dijo Arlet. ―No te preocupes Arlet estaremos bien ―le dije. Caminamos por todo el arenal desierto, tenía las zapatillas llenas de tierra, venían vientos que llenaban la cara y el pelo de tierra. Llegamos a una pequeña duna de arena. ―Ryan, de aquí partirás al lugar que te dije, guíate con el mapa y tu linterna ―me dijo. Caminé trescientos metros por el desierto. Me detuve en una duna por unos cuantos segundos para prender y apagar mi linterna, para indicarles a mis amigos

que todo estaba bien. Saqué el mapa y me puse a ver, había muchas figuras y líneas; me era difícil encontrar la figura de la araña, luego de seguir buscando en el mapa lo hallé. Sonó el teléfono. ―Jeremy, te escucho dime ―dije. ―En la área donde vas, por la figura de la araña por alrededor de esta zona, busca por la arena huecos o zanjas y si encuentras alguna cosa me avisas. ―Veo marcas que parecen caminos por diferentes áreas, a la araña no lo puedo ver. ―Sera imposible que veas la figura de la araña completo. Solo puede verse de día desde el cielo, los caminos representan figuras geométricas, calcula la distancia de los caminos con otros y fíjate en el mapa, solo así te dará un aproximado de la distancia de una figura con otras, para que puedas detectar la figura de la araña. Si no logras ubicarlo con el mapa, utiliza el mapa de “Google” del celular ―dijo. ―Ya te llamaré si encuentro algo ―le dije. Continúe caminando por el desierto, me sentía perdido en esa inmenso desierto era como buscar algo que no se puede ver. Veía caminos que representaban alguna figura geométrica. Estaba caminando para ubicar con exactitud la figura geométrica de la araña, cuando tropecé y caí a una zanja de una altura de dos metros. Me levanté sacudí mi ropa, recogí el costal y caminé para salir de la zanja; alumbré con la linterna, vi cinco huecos de un metro hasta el final de la zanja y con una distancia de un metro entre los huecos. Alumbré en cada hueco para ver si podía conseguir algo relacionado con la cultura Nasca. Cuando llegué al final de la zanja había un hueco de medio metro, me dije “acá les faltó tiempo para cavar y llegar a la distancia de un metro”, sin pensarlo mucho deje la linterna prendida a un lado y me puse a escavar con la pala; escuché un sonido que provenía de la pala, le había golpeado a un objeto, retiro la lampa y me inclino para ver lo que golpeé, escarbo con mi mano y veo dos puntas y un pequeño arco en medio, sigo escavando y saco lo que había, era una cerámica en forma casi circular con dos puntas. Casi igual a las fotos que estaba viendo en “Google”, efectivamente era una de esas cerámicas que necesitábamos para la exposición. Llamé por el celular a Jeremy. ―Jeremy, encontré una cerámica de la cultura Nasca, ven para que me ayudes. ―Prendé y apaga tu linterna para ubicarte, haya voy. Salí de la zanja para dar la señal de mi ubicación. Esperaba a que él venga, y mientras esperaba incliné el celular hacia abajo para tomar fotos a la cerámica. En la cerámica vi la imagen de un felino. Después de varios minutos llega Jeremy. ―¿Que sucedió? ¿Encontraste las cerámicas? ―Sí. Encontré una y esta abajo en la zanja. ―Bajemos para sacarlo. ―Ten cuidado hay varios huecos en la zanja. ―Alumbra con la linterna cuando baje ―dijo. Dio un salto y caminó donde estaba la cerámica; lo seguí detrás y dirigí la luz de mi linterna a la cerámica. ―¿Cómo lo ves, tú crees que sea igual a las cerámicas de las fotos de los libros y de internet? ―le dije. Se inclinó para observar bien.

―Es idéntico, esto es una vasija, los nascas lo utilizaban para llevar agua a su comunidad. ¿Cuantos más encontraste? ―Esto es lo único que encontré. ―¿De dónde lo sacaste? ―Del hueco que esta junto a la cerámica. ―Aquí debe de haber más cerámicas, cabemos ―dijo. Mientras el picaba la arena con el pico yo sacaba la arena con la pala a un costado. Suena el teléfono de Jeremy. ―Suena tu teléfono. ―Detente, deja la pala, es Arlet. ―Pon en altavoz quiero escucharla ―le dije. ―¿Jeremy dónde estás? No veo la luz de tu linterna ni de Ryan. ―Estoy con Ryan, hemos encontrado una cerámica, espéranos ya nos falta poco tiempo para irnos. ―Tengo miedo, he visto luces azules y rojas a cien metros de mí. ―¿Luces Azules y rojas dices…? ¿Quiénes serán? Nos han de estar buscando, tal vez sean los guardianes. No tengas miedo, en un momento te daremos la señal con las linternas para que vengas hacia nosotros, y cuando tú te acerques también danos tu señal para identificarte. ―Esperaré la señal ―se cortó la llamada. ―Hay que apurarnos pueden ser los guardianes que vienen por nosotros, sube y utiliza la linterna como señal para que venga Arlet, debe de estar asustada, yo seguiré cavando ―dijo Jeremy. Subí e hice la señal, mientras Jeremy, cavaba y cavaba. Después veo una luz blanca. ―Jeremy veo la luz de la linterna de Arlet, se aproxima. ―Debe de estar muy asustada, cálmala dile que ya nos iremos de este lugar. ―Bien, así lo haré. ―¡Bingo Ryan, encontré otra cerámica! ―¿Cómo es la cerámica? ―La cerámica es la de un señor arrodillado con una cabeza en una de sus manos. ―Qué suerte tenemos, ya tenemos dos. ―Seguiré cavando. ―Allí viene Arlet. ―Ryan, tengo miedo. Vi luces azules y rojas. ―Tranquila ya nos vamos a ir de este desierto. ―¿En dónde está Jeremy? ¿Qué le sucedió? ―Él está en la zanja que está ahí, ya hemos logrado hallar dos cerámicas. ―Querrás decir tres, logré encontrar otra ―dijo Jeremy. ―Arlet, cuida el área entraré a la zanja para ayudar a Jeremy, si ves algo extraño nos avisas ―le dije. ―¿Encontraste otra? ¿Cuál es…? ―Sí, es la cerámica de un ave. ―Ya tenemos tres, es hora de irnos. El profesor dijo que presentemos tres cerámicas para la exposición. ―Podemos seguir cavando para obtener más. ―Arlet esta con miedo y frio, debemos irnos, ya tenemos lo que queríamos, vámonos. ―Diez minutos más, y si no logramos encontrar nada más, nos iremos.

―Bien, continuemos buscando más ―le dije ―Chicos, debemos retirarnos veo luces azules y rojas ―dijo Arlet. ―¿A qué distancia están las luces? ―le pregunté. ―Cuatrocientos metros. ―Arlet, no tengas miedo ya nos iremos, solo unos minutos más ―dijo Jeremy. ―Jeremy, hazte a un lado he encontrado otra, lo sacaré de la arena ―le dije. ―Qué bueno que hallas encontrado otra cerámica―dijo Jeremy. ―Chicos, apuren las luces se aproximan. ―Apaga tu linterna para que no nos descubran ―dijo Jeremy. ―Pondré las cuatro cerámicas en el costal para irnos ―le dije. Al salir de la zanja, me sorprendí al ver las luces que se aproximaban a nosotros, a pesar que teníamos las linternas apagadas la única luz era de la linterna de Jeremy, que estaba en la zanja. ―Jeremy, date prisa las luces se acercan ―dijo Arlet. ―¿A qué distancia están de nosotros? ―preguntó Jeremy ―Cien metros. Jeremy las luces están muy cerca, si tú no sales ahora nos iremos sin ti. No puedo descifrar que serán esas luces, podrían ser de los guardianes, o de algo malo que no quiero saber porque no estaré presente aquí cuando ellos lleguen ―le dije. ―Vamos grupo he encontrado otra cerámica, lo pondré en el costal y saldré ―dijo Jeremy. Le di la mano para jalarlo para que salga más rápido. ―Deprisa allí vienen ―dijo Arlet. ―Prendan sus linternas. Repartiremos el peso de las cerámicas. Jeremy tú, llevaras tres, yo dos. Ahora si salgamos lo más rápido ―le dije. Cogimos nuestros costales y herramientas, y salimos raudos de ese lugar. Caminamos por media hora, miramos atrás y las luces nos seguían a una distancia de ochenta metros. ―Estoy muy cansada, quiero descansar un momento ―dijo Arlet. Se sentó en la arena. ―¡Estás loca! Ellos o quién demonios sean vienen por nosotros, no puedes quedarte sentada en la arena ―le dije. ―Ya no puedo más chicos, descansaré por un par de minutos ―dijo. Ella se sentía muy cansada después de haber caminado mucho. ―Tenemos que salir de aquí nos pueden atrapar, tienes que entender que tienes que seguir caminando, tenemos que volver los tres a Lima, no te dejaré aquí ―le dije. ―Si vinimos aquí juntos, nos vamos todos juntos ―dijo Jeremy. ―Ahora cogeré tu mano y nos iremos, antes que esas luces se acerquen ―le dije a ella. ―Apaguen las linternas, al apagarlas les será difícil localizarnos.―dijo Jeremy. Empezamos a correr y después de unos minutos nos detuvimos, y cuando volteamos a ver las luces, ya no estaban. ―Subamos a esa duna, parece que allí hay una cabaña ―dijo Jeremy. Subimos e iluminamos la cabaña. ―Arlet, no entres puede haber alguien ahí ―le dije.

―Alumbra por la ventana a ver que hay ―dijo Jeremy. La puerta estaba sin candado. Verificamos que no había nadie y entramos. Había una cama y en medio de la cabaña había una mesa, encima de esta una cafetera y unas revistas de turismo de la ciudad de Ica. Había una cómoda, la abrimos y encontramos pantalones y camisas de hombre. ―Mira este pantalón tal vez sea el de uno de los guardianes que nos perseguían ―dije. ―La ropa debe de ser de los vigilantes. Ellos cuidan toda esta área turística ―dijo Jeremy. ―¿Ahora qué hacemos? ―dijo Arlet. ―Tú descansa debes de estar agotada con todo lo que corriste ―le dije. ―Descansáremos quince minutos luego nos iremos ―dijo Jeremy. ―He visto una luz azul por la ventana ―dijo Arlet. ―¡Rayos son ellos, larguémonos de aquí! ―dije. Cogimos nuestros costales y salimos de la cabaña. ―¡Vamos rápido que nos alcanzan! ―dijo Jeremy. Comenzamos a correr, ellos estaban detrás de nosotros, a tan solo treinta metros de distancia. ―Jeremy, estamos cargando mucho peso, arroja tu pico que llevas en el costal, yo arrojaré la pala para correr más rápido, si no lo hacemos ellos nos alcanzarán… ―le dije.

CAPÍTULO 10 PELIGRO EN LA GRANJA

S

acamos del costal las herramientas que nos hacían peso y continuamos corriendo. Me sentía liviano sin la pala y libre de poder correr. Jeremy me adelantaba, Arlet estaba detrás de mí, le dije que avance más rápido. ―Chicos, hay que descansar, ya lo perdimos ―dijo Arlet. ―Continuemos corriendo no nos podemos confiar ―le dije. ―¡Miren hacia abajo! ¿Qué es? ―dijo Arlet. ―Hemos llegado a la laguna turística de Nasca, cruzando la laguna hay una corta distancia hasta la carretera, y cuando lleguemos a la pista tomáremos un autobús o un taxi para llegar a la ciudad de Nasca ―dijo Jeremy. Caminamos y llegamos a la laguna. ―Crucemos la laguna, en vacaciones pasadas me inscribí en natación, no tendré problemas en cruzarlo ―dije. ―¿De qué forma lo voy a cruzar…? No sé nadar ―dijo Arlet. ―Yo sé nadar, Arlet si tú no sabes nadar podemos utilizar botes para llegar a la otra orilla ―dijo Jeremy. ―¿Dónde están los botes no los veo? ―le dije. ―Busquemos por aquí con las linternas ―dijo Jeremy. ―Chicos, allí están los botes ―dijo Arlet. Había varios botes con remos. ―¡Las luces azules y rojas se acercan, apuren escojan cualquier bote! ―dijo Jeremy. ―Me subiré a este bote con Arlet, tu Jeremy tomarás otro bote y pondrás los costales allí. No podemos estar todos juntos en un bote se podría hundir ―le dije. Entramos a los botes y empezamos a remar. ―¡Remen fuerte no se detengan, tenemos que llegar al otro lado de la laguna! ―dijo Jeremy. ―Remaré. Tú Arlet, alumbra la laguna con la linterna para guiarme ―le dije ―¡Nos falta más de la mitad continuemos, denle duro a los remos! ―dijo Jeremy. ―¡Está entrando agua al bote, nos vamos a hundir! ―dijo Arlet. ―¡Carajo, esto no puede ser! ―dije. El bote se estaba hundiendo de apoco, y era pesado remar con el agua dentro del bote. ―¡Adelante, no se atrasen! ¿Qué pasa? ―dijo Jeremy. ―¡Jeremy nos estamos hundiendo, ayúdanos! ―le dije.

―¡Traten de remar hasta donde puedan, yo pondré los costales en la orilla, ya volveré por ustedes ―dijo. ―¡Nos no dejes carajo, necesitamos de tu ayuda! ―le dije. ―¡Jeremy! ¡Regresa! ―dijo Arlet. ―Arlet amarra tu linterna a los alambres del bote, comienza a sacar el agua con ese pequeño baldé de plástico que está amarrado al bote. ―¡Rema! ¡Rema! Allá vienen, los veo en la orilla donde están los botes. ―Continua sacando todo el agua ―le dije, mientras continuaba remando con todas mis fuerzas. Levanté mi vista y vi cómo se iba acercando un bote con dos señores dentro vestidos de negros, con luces azules y rojas que parecía que salían de sus ojos. ―¡Ay! ―Exclamó Arlet. Luego de ese grito escuché un chasquido en el agua. Arlet había caído al agua. ―¡¿Arlet dónde estás?! ―¡Aquí estoy, me ahogo sálvame! ―¡No te vas ahogar sujétate fuerte del bote! Dame tu mano. ―No puedo me duele el brazo. ―Tienes que confiar en mí, si no me das tu mano te vas ahogar. ―Me duele mucho no puedo. ―Date valor, de seguro que te golpeaste al caer del bote, sé que te duele mucho. No volveré a Lima sin ti. Tú sabes cuánto te estimo, eres mi amiga de la escuela y no voy a permitir que mueras aquí lejos de tu familia. ¡Así que dame tu mano ahora carajo y si no me la das yo mismo cogeré tus manos y te sacare de allí! ―Lo haré, pero despacio, es que me duele. ―Bien, cogeré tu mano despacio para que salgas del agua ―le dije. Tomé su mano para sacarla, y cuando estaba ingresando al bote resbaló de mi mano y volvió a caer a la laguna. Volví a intentarlo otra vez y estaba vez utilicé mis dos manos para sacarla del agua. Ella tenía en sus brazos cinco pequeñas heridas. ―Gracias por ayudarme. ―Volveré a remar, saca el agua del bote ya no tenemos mucho tiempo, ellos están muy cerca de nuestro bote. ―Ryan, allá viene Jeremy ―dijo ella. Volteé a ver… y era él. ―Jeremy ayúdanos nuestro bote se hunde… ―le dije. ―Calma grupo, suban a mi bote ―dijo. Subimos al bote de Jeremy, y empezamos a remar. Me traje los dos remos del otro bote. ―Más deprisa chicos nos alcanzan… ―dijo Arlet. Ella alumbró una parte de la laguna y los señores vestidos de negros ya estaban muy cerca de nosotros. ―Rememos más rápido ―dijo Jeremy. ―Uno de ellos se ha caído al agua y el bote se detuvo ―les dije. ―Si estamos lejos de ellos, será mejor para nosotros. ―dijo Jeremy. ―Falta poca distancia para llegar a la orilla ―dijo Arlet. ―Lo logramos, bajen con cuidado, detrás de esas colinas está la carretera, larguémonos de aquí ―dijo Jeremy. ―Si vámonos ―le dije. ―¡Jeremy nos olvidamos las cerámicas! ―dijo Arlet.

―Las cerámicas casi lo olvido, ustedes sigan la dirección de las colinas, yo después los alcanzaré ―dijo Jeremy. ―Deberíamos ir todos juntos ―le dije. ―No podemos ir todos… nos pueden atrapar, ustedes sigan avanzando hacia las colinas yo no demoraré los alcanzaré en seguida ―dijo. ―Ten cuidado, no te tardes tenemos que regresar todos juntos ―le dije ―Estaré con ustedes cuando ya tenga las cerámicas, chao grupo. ―Chao, que obtengas esas cerámicas para volver a casa ―dijo Arlet. ―Corramos hacia las colinas ―dije. Nos fuimos corriendo por el sendero que conducía a las colinas. Después de correr, nos pusimos a caminar. ―¿Pudiste descubrir quiénes eran los dos señores vestidos de negro? ―me dijo. ―No. Se veían misteriosos, lo más probable es que sean los Vigilante del centro turístico ―le contesté. ―Los vigilantes no visten de negro. ―Tal vez se vistan así para que se camuflen en la oscuridad para cuidar la zona turística. ―Toda su vestimenta es de negro, no logré ver sus rostros ―dijo Arlet ―Llegamos a la falda de la colina. Tú estás cansada para subir, yo iré adelante y cogeré tu mano para ayudarte a subir. ―Esta colina es demasiado grande. ―Tendremos que subir no tenemos otra alternativa. Cuando lleguemos a la cima descansáremos y esperáremos a Jeremy. ―Quiero descansar, me siento agotada. ―¡No! Apenas estamos comenzando a subir la colina, si descansamos los vigilantes nos pueden encontrar, continuemos ―le dije. Caminamos cerca de quinientos metros, faltaba mucho para llegar a la cima. ―Hay que llamar por teléfono a Jeremy, debe de estar perdido. ―Ten paciencia él vendrá, él conoce mejor este lugar, no te olvides que Jeremy venía con sus hermanos y sus primos a este lugar desde niño. ―Tienes razón, ojala que no le haya sucedido nada malo a él, ni a las cerámicas ―dijo ella preocupada. Cuando hablaba con Arlet, escuchamos voces que decía: ¡Ryan! ¡Ryan! ―¿Escuchaste la voz…? ¿De dónde vendrá? ―Es Jeremy, allí abajo ―dijo ella. Volteé a ver y enfoqué mi linterna hacia abajo de la colina, y vi a Jeremy cargando los dos costales, y más debajo de él los vigilantes con sus extrañas luces lo perseguían. ―Ryan, Arlet, vengan ayúdenme con el costal. ―Arlet tú quédate aquí, yo bajaré ayudarlo ―le dije. Bajé hasta donde estaba él y agarré uno de los costales y subimos hasta donde estaba Arlet. ―Ahora estamos todos juntos huyamos y crucemos la colina ―dijo Jeremy. Llegamos a la cima de la colina, con algunas dificultades por las piedras y el arenal muy pesado para cruzarlo. Buscamos un camino para poder bajar más rápido; no encontramos ningún camino, tuvimos que bajar como sea. Llegamos al final de la colina.

―Llegamos al fin ―dijo Arlet. ―Todavía tenemos que pasar por la granja, como veinticinco minutos a pie, al final de la granja esta la carretera ―dijo Jeremy. ―¿Y esos árboles que son? ―le pregunté a Jeremy. ―Son árboles de mango y más allá hay plantas de uva―me dijo. ―Que rico, hay que comer uvas y descansar ―dijo Arlet. ―¡No! Tenemos que irnos no sabemos en qué momento los hombres vestidos de negros podrían venir ―le dije. ―Vamos a descansar y comer, luego nos iremos. Tú Ryan, nos avisaras si los guardianes vienen, ellos deben de estar en la colina, de todos modos nosotros estaremos alerta ―dijo Jeremy. A pesar que le dije a Jeremy y a Arlet, que lo mejor sería irnos de ese lugar no me hicieron caso, cogieron las frutas de los árboles y se sentaron en la tierra a descansar y comer… mientras yo cuidaba el área. Se sentían demasiado cansados para continuar, yo les entendí, aunque no estaba de acuerdo. Yo también estaba cansado sin embargo quería continuar. ―Amigos escucharon esos ruidos ―les dije a ellos. ―Sí. Se escucha pasos como de personas ―dijo Arlet. ―Se sienten pasos… ¡Demonios, ellos ya están muy cerca de aquí, huyamos! ―les dije. ―En marcha, crucemos la granja, Ryan no te olvides del costal ―dijo Jeremy. Estábamos cruzando la granja y avanzamos veinte pasos y encontramos un cerco con púas y alambres. ―¡¿Quien demonios puso esto aquí?! ―dije molesto. ―¿Ahora como pasamos?―preguntó Arlet. ―Por abajo con mucho cuidado, alzando el alambre para pasar. Ya que si pasamos por arriba nos podemos lastimar con las púas ―dijo Jeremy. ―Arlet, tú pasa primero ―le dije. Ella se arrastró por debajo de los cercos de púas y paso sin dificultad. ―Arlet, coge los costales por debajo ―dijo Jeremy. ―Ahora me toca a mí ―les dije. Pase por debajo de los alambres con púas sin problema. Le tocaba pasar a Jeremy. ―haya voy ―dijo Jeremy. Levanté una parte del alambre para que Jeremy pueda pasar. ―¡Deprisa Jeremy, ya están aquí! ―dijo Arlet. ―¡Grupo ayúdenme, no puedo entrar me tienen detenido de las piernas! Alumbré con mi linterna, vi dos manos negras con garras y filudas. Las garras desprendían fuego. En su boca tiene dientes afilados la abría como si quisiera comerse a Jeremy. El ser negro con ojos rojos le tenía sujetado y no le dejaba pasar al otro lado de la granja. ―Arlet, alumbra al monstruo, le voy a lanzar piedras ―le dije. Busqué piedras en la tierra y conseguí una piedra grande. ―¡Grupo ayúdenme tiene mis pantorrillas! ―dijo Jeremy, mientras movía sus piernas para zafarse.

―¡Muere monstruo! ―le dije al ser de negro. Le lancé la piedra en su rostro negro y lo soltó a Jeremy. Nosotros continuamos corriendo por diez minutos. ―Llegamos a una casa ―dijo Arlet. ―Eso no es una casa, es una fábrica de vinos ―dijo Jeremy. ―Pidamos ayuda alguien debe de estar ahí ―dije. ―Toquemos fuerte, vamos… ―dijo Jeremy. Tocamos la puerta parecía que no había nadie. ―¿Qué quieren? ¿Quiénes son ustedes? ―dijo el guardián que custodia la fábrica de vinos. ―Señor, nos vienen persiguiendo dos monstruos ayúdenos ―le dije. Abrió la pequeña puerta del portón y el vigilante nos dejó entrar. ―Pasen muchachos, ¿Qué es lo que sucede? Este lugar es muy peligroso a estas horas de la madrugada ―prendió las luces. ―Nos vienen persiguiendo dos monstruos de negros uno es estos monstruos atrapo a mi amigo de las piernas con sus garras, el monstruo tenía forma humana y ojos rojos ―le dije. ―¿Por qué vinieron aquí? ―Nosotros ingresamos al desierto de las “Líneas de Nasca” a fotografiar las estrellas, para nuestro trabajo de ciencias; en Lima no se puede tomar fotos porque estamos en otoño, hay días nublados y pocos días de sol y, como aquí hace sol todo el año, por eso vinimos a Nasca ―le dije. ―El desierto de las líneas de Nasca es muy peligroso de madrugada, gran cantidad de personas ingresaron de madrugada al lugar y nunca salieron, hasta ahora no han sido hallados sus cuerpos. Se ven luces en las madrugadas en el desierto muchas personas lo han visto, son luces extrañas suspendidas en el aire y en tierra, luego desaparecen para después volver aparecer, son luces de color naranja, roja y azul. ―A nosotros nos venían persiguiendo luces azules y rojas, dos sombras negras y una de esas sombras sujeto mis piernas, sentí agujas en mis pantorrillas, mi amigo le lanzó una piedra para que me soltara, me liberé y corrimos hasta aquí ―dijo Jeremy. ―Señor, usted cree que pudieron ser guardianes de las líneas de Nasca ―dijo Arlet. ―Hay tres guardianes en el lugar y utilizan linternas con luces de color amarillo o blanco. Luces azules y rojas no son de los guardianes. No quiero asustarlos muchachos, las luces azules y rojas le deben de ser de seres malignos de otro mundo. Las personas desaparecidas pudieron ser secuestradas por ellos. ―Señor, nos asusta no queremos salir de aquí hasta que amanezca ―dijo Arlet. ―Aseguraré la puerta con más candados, estarán seguros aquí. ―¿Señor, que se guarda en este lugar?―preguntó Arlet. ―Vinos y piscos, esto es una fábrica y almacén de licores. ―Se escuchan pasos… ya llegaron ―le dije al vigilante. ―Están tocando la puerta señor escóndanos ―dijo Arlet.

―No tengan miedo los llevaré al sótano estarán seguros allí ―dijo el guardián. Caminamos hasta el sótano, bajamos las escaleras, abrió la puerta del sótano con su llave. Prendió las luces una en cada esquina del sótano. Era un lugar grande con muchos barriles de vino, ―¿Señor, usted que hará? ―preguntó Jeremy. ―Volveré al portón a ver quiénes son… ―dijo el vigilante. ―No vaya es riesgoso, algo horrible le puede acontecer si usted va a la puerta ―dijo Arlet. ―Estén tranquilos yo uso arma, tengo pistola y escopeta, y si me sucede una desgracia al final del sótano hay una puerta de salida a la fábrica. ―Que le vaya bien ―dijo Jeremy. ―Gracias, muchacho, ustedes esperen ya vuelvo ―dijo el vigilante. ―¿Cuantos barriles de vino hay en este lugar? ―pregunté. ―Vamos a embriagarnos hasta qué el señor vuelva ―dijo Jeremy. ―Como se te va ocurrir beber licor cuando hay dos seres malignos que probablemente sean extraterrestres como dice el señor ―dijo Arlet. ―¡Socorro! ¡Socorro! ―Se escuchó más allá de las escaleras del sótano. ―Las sombras deben de estar asesinando al vigilante―dijo Jeremy. ―Ayudémosle, esos seres deben de estar lastimándolo ―dijo Arlet. ―¡Estás loca! Si salimos ayudarlo nos matarán los alienígenas. Esto es una pesadilla. Ayúdenme asegurar la puerta con estos barriles ―les dije. Pusimos tres barriles a los dos costados y al medio de la puerta. ―Con estos barriles estamos seguros ―dijo Arlet. ―Se escuchan pasos en las escaleras, son ellos… salgamos por la fábrica, ¡Vamos carajo! ―les dije. Nos fuimos al final del sótano, abrimos la puerta y subimos las escaleras hasta casi el final de las escaleras. Ya no pudimos avanzar más… un perro empezó a ladrar, vimos sombras intuimos que podrían ser ellos. ―¡Son los alienígenas, volvamos a entrar al sótano! ―dijo Jeremy. Serramos la puerta y colocamos los seguros de la puerta al medio y abajo; cuando terminamos de asegurar la puerta pusimos cuatro barriles de madera en la puerta de salida. ―Busquemos un lugar para escondernos, este lugar es muy grande debe de haber habitaciones donde se guarda el vino en botellas ―dijo Jeremy. Empezamos a dar la vuelta por todo el sótano alumbrando con nuestras linternas ya que los focos del sótano eran tenues. En medio del recorrido del sótano había una puerta con candado. ―Rompamos el candado para entrar ―les dije. ―Háganse a un lado, pongan los costales de las cerámicas a un costado, yo patearé la puerta ―dijo Jeremy. Pateó y no logro abrir la puerta. ―Esto déjame a mí, mira así se patea la puerta para abrirlo ―le dije. Pateé con todas mis fuerzas, no logré abrir… ―Apuren chicos, están golpeando la puerta ―dijo Arlet. ―La única manera de abrir la puerta es tomar vuelo los dos y patear la puerta al mismo tiempo ―le dije.

―Intentemos entonces ―dijo Jeremy. Caminamos diez pasos y corrimos hasta la puerta para patearlo con toda nuestras fuerzas, pero la puerta no se abrió. Al quinto intento después de patear muy duro la puerta conseguimos abrirla.

FIN Espero que te hayas entretenido. Podrías poner estrellas a mi libro y hacer un comentario positivo o negativo, te voy agradecer. Libro completo en Amazon.