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Secesión La guerra civil americana

Titulo: Secesión L a guerra civil americana © J o h n K e e gan, 2009 Edició n original en ingles: The American C iv il War. A M ilitary ílisiory 2009, Hutchinson

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M W T V JO

ct c a n iw

Esta o b ra ha sido publicada con una subvención de la Dirección G e n e ral del Libro, A rch iv os y Bibliotecas del Ministerio de Cultura, para su préstam o público en Bibliotecas Públicas, de acuerdo con lo previsto en el artículo 37.2 d e la L e y de Propiedad Intelectual.

D e esta edición: © Turner Publicaciones S.L., 2011 Rafael C a lv o , ,J2 2 8010 M adrid

www.turnerlibros.com P rim era edic ión: septiem bre de 2011 © de la traducción: J o s é A drián Viticr, 2011

I S B N : 978-84-7506-948-7 D iseño de la cole cció n: Enric Satué Ilustración de cubierta: T h e Studio o f Fernando Gutiérrez Depósito L egal: S - i . 223-2011 Im preso en España

lN D IC li

Lisiado fio m apas ............................................................................................ o, trem ía mil. R ios y canales habían sido los m edios de transporte y distribución en las prim eras etapas del auge. Las barcazas y los vap ores fueron rápidam ente superados por el ferrocarril. Y a en i8 jo , Estados U nidos h abía sobrepasado a Inglaterra, cuna de la revolución ferroviaria, en kilóm etros de vías en funcionam iento; la extensión de los ferrocarri­ les norteam ericanos rebasaba, de h ed ió , la longitud conjunta d e los del resto del inundo. Estados U nido s seguía siendo cliente de la industria europea, esp e­ cialm ente de la de Inglaterra, de donde procedía la m ayor parto de los productos m anufacturados; pero esto se deb ía a la ventaja inicial de Inglaterra en la revolución industrial A l finalizar el siglo las cosas ya serian diferentes. Entretanto, Estados U nidos estaba dejando de ser un país predom inantem ente rural para convertirse en un país urbano. Al estallar la G u erra de Secesión, había más habitantes en el cam po que en las ciudades, m uchos tnás en el Sur, pero los habitantes de ciudades tendieron a superar en núm ero a los del cam po. Las ciudades se esta han fundando a un ritmo vertiginoso, y crecientlo a velocid ad e x p o ­ nencial. Las viejas ciudades coloniales. Boston, N ueva York, riladelfia, Baltim ore, con servaban su im portancia, pero n u evas ciudades estaban surgiendo y expandiéndose, sobre todo m ás allá de la cadena de los A p alach es e incluso m ás allá del M ississippi; por un tiem po C incinnali prom etía ser la m ás im portante de las nuevas m etrópolis, pero no tar­ dó en ser superada por C hicago, cu ya población aum entó d e cinco mil habitantes en 1840 hasta los ciento nueve m il en 1860. Podría decirse que C h icago no hacia m ás que seguirle el paso a los propios Estados U nidos, cu ya población creció de 5.30 6 .0 0 0 en 1800 hasta 23.192.0 0 0 en 1850. Este increm ento se debió en parte a la inm igración, aunque las décadas en que esta se daría m asivam ente aún estaban por llegar;

su rausa principal fue la alia lasa do natalidad. L a asom brosa producti­ vidad tic Estados L u id o s garanlizaba em pleo a lodo aquel que optase por quedarse en las ciudades, m ientras que la abundante disponibi­ lidad rv de A sentam ientos R urales, que con cedía a un colono la posesión de ciento sesenta acres si los trabajaba durante cinco años. Esta legislación transfirió ocho m illones do acres d e tierras públicas a m an as privadas, y beneficio a m edio m illón de personas. La política norteam ericana sobre la tierra dio origen a oslarlos com o O hio, Indiana e Illinois, a] M edio O osle propiam ente dicho. A m edida que la colon ización se desplazaba a las (ierras m ás distantes (le las praderas de low a, K ansas y N ebraska, los p rim eros que llegaban se llevaban la m ejor parle.

I jis

praderas fueron

colon izadas durante una era de hum edad alipiea. que recom pen sab a el trabajo duro con cosechas abundantes. Ya en el siglo

XX,

la d ese­

cación so había hecho sentir y m uchas granjas fueron víctim as de la erosión pro vocad a por el viento. L o s colon izadores no eran exclu sivam en te hom b res libres. El lucro del algodón atrajo a los dueños de plantaciones durante el periodo de

18 30 a 18j a hacia las ntu-vas tierras del ( Jeste. especialm ente hacia los sucios oscuros y ricos del “ cinlurón negro" de A lab am a y M ississippi. |K-ro tam bién hacia las tierras lluviales de l'exas. Se calcula (. Lincoln resolvió a la vez el problem a de disponer de asesoram iento estratégico de prim era calidad y el de tener m ejores oportunidades de ven cer en las batallas. G ran t era un estratega absolutam ente lúcido y al m ism o tiem po un denodado ganador de batallas. Su récord 110 estaba del lodo exento de problem as, com o dem ostraría el costo d e la cam pañ a de 1864. pero él confiaba plenam ente en que sería capaz, de ganar la g u e n a y, com o en efecto lo hizo, finalm ente logró disipar todos los tem ores de Lincoln.

Los problem as ele Je ffe rso n D avis en la conducc ión d e la guerra eran el reverso de los de Lincoln. C o n tab a con varios destacados c o ­ m andantes de cam po (pie dem ostraron su calidad desde el principio, especialm ente T ilo m as “ StonewaH” Jackson , R o b e n F.. L e e y, al frente de la cab allería, |. E. li. Stuart y Nathan Uedford Forres». L o que le faltó al Sur, en un principio y durante toda la gu erra, fue un cerebro estratégico. Esta caren cia se debió tal vez a la debilidad intrínseca de la situación estratégica del Sur, incom unicado con el m undo exterior e incapaz de igualar al Norte en capacidad de m ovilización de tropas. D adas las circunstancias, los logros m ilitares de la C on fed eración re ­ sultan extraordinarios. No obstante, tal vez (rubiera podido prolongar la guerra todavía nríLs de haber adoptado y m antenido la estrategia propuesta y em plead a por Joseph E. Jolitislon en tXfij, evitan do los enfrentam ientos, desarrollando una estrategia ofen sivo-defensiva, e intercam biando espacio en lugar de com batir, Pero por grande (pie fuera el Sur, solo podia ceder una cantidad finita de espacio, (ira n í aplaudió la estrategia de jobnston pero no concedió (pie fuese una estrategia ven cedora. L e e no era en realidad un estratega, aunque era brillante corno táctico y corno líder de operaciones. Su cam paña de ofen sivas lim itadas con tra el Norte entre t8(iü y

constituye

todavía un m odelo de cóm o una fuerza m ás débil puede presionar eli cazm enle a una más fuerte. Podría argrnr.se que L ee fracasó p o r falla de atrevim ien to. De babel podido y querido organizar una incursión de largo alcance por la parle estrecha del Norte, desde Tennessee hasta O hio, puede que hubiese con seguido desatar suficiente pánico en W ashington y en las ciudades del litoral atlántico para transform ar las con diciones de la gu erra y ob ligar al Norte a pelear a la defensi va durante un periodo prolongado. Lee jam ás intentó una cam paña sem ejante, probab lem en te por carecer de una base desde donde lan­ zarla, y de los recursos logisticos para sostenerla. La C on fed eración tuvo otra desventaja significativa durante toda la guerra a causa de su incapacidad para obten er el reconocim iento d iplom ático de las gran des potencias europeas. D ada la im portancia econ ó m ica de Estados U nidos, era com pren sib le (pie ni Fran cia ni Inglaterra deseasen ofen ­ der a W ashington aceptando em bajadores de R irh m on d o enviándole

los suyos. Aun así, con sil m onopolio virtual sobre la producción de algodón, la C o n fed eració n gozab a de una iu nu eiiria con siderab le en los asuntos internacionales, y cab ria suponer que, con m ás h abili­ dad diplom ática, el Sur podría haber alcanzado un m ayor grado de reconocim iento que el que alcanzó -q u e fue c e r o -; un fracaso e x ­ traordinario para un gob iern o que logró hacer efectiva la am en aza de asediar al de Oslados U nidos.

L A G E O G R A F Í A M IL IT A R [)F. L A G U E R R A D F S E C E S I Ó N

T

L . J w geografía, el m ás im portante de los factores que in fluyen en el d esarrollo d e una guerra, lia teñirlo una im portancia m eridiana en las guerras en N orteam érica, dundo la inm ensidad, varied ad y ra rárte r dram atico del territorio obligan a los soldados a adaptarse a sus de m anilas con m ayor rigor que en casi cualquier otra región del m undo. Ya en tfilii num erosas guerras europeas habían tenido lugar en Ñor team érica. Estas guerras habían adoptado nom bres am erican os por la parte de los com b ates que se libró en el nu evo continente: la G u erra de Sucesión E sp añ ola se llam ó la G u e rra de la reina A n a, la de la Su cesión Austríaca se llam ó la G u erra riel rey Jo rg e , la G u erra d e los Siete A ñ o s. 17¿4-«7(Í3, se llam ó la G u erra Fran co-India. L a G u erra de los Siete A ñ o s se originó en N orteam érica, pero se. extendió hasta el olro larlo del A tlántico pro vocan do cam p añ as en E u ro p a y hasta en el océano Indico, lo que dem uestra la im portancia com ercial alcanzada por la N orteam érica colonial tle m ed iad o s del siglo xvttt. La geografía había con d icion ad o los enfrentam ientos en suelo ñor leam erican o entre ingleses y franceses, los principales protagonistas de las gu erras coloniales. En un principio habían com b alido por el control tle puntos clave en el litoral atlántico. A l exten d er su d om i­ nio tierra adentro, el conllicto giró en torno al control tle las vías de com unicación, principalm ente los nos. Y a en 17/;.|, al estallar la G u c rra Fran co-India. Francia había definido una política estratégica para N orteam érica, centrada en asegurar el dom in io de cuanto controlaba, b uena parte de los G ran d es Lag o s y los alluentes orientales del M is­ sissippi, y en negar a Inglaterra tuda oportunidad ríe penetrar en el territorio de N u eva Francia. Esta política, que dio en llam arse la “ p o ­ lítica de postas” , se inició en la d écad a tle 1680, cuantío el gob ern ad or D T borville com enzó a construir fuertes que b loqueab an los cam inos

que con ducían desde las llanuras cosieras, crin an d o los m ontes A p a ­ laches, hasta el territorio de O hio, l>anado por los gratules afluentes del M ississippi, los ríos O h io . T ennessee y C un iberlan d, Los franceses tam bién estaban d ecididos a ro n lm lar los otros tíos m ás pequeños del norle, el M oh aw k y el K icheliou, que conducían desde la costa de N u eva Inglaterra basta “ la gran carretela d el continente", el rio Sun Lorenzo, L a lógica de la política francesa era sim ple. C o m o les fallaba población, en tanto que los colon os ingleses eran num erosos, para dom inar el continente necesitaban con linar a los ingleses en la cosía al osle de los A palaches y retenerlos allí m ediante las operaciones rio la m ilicia colonial francesa, mi pequeño ejército regular francés, y sus aliados indios. D urante ocb eilla años la política do postas funcionó a la perfección. Al final, sin em bargo, el núm ero ele h om b res resultó d e ­ cisivo. En 17.54, cuando había tan solo cinc nenia y cinco m il colon os franceses, el núm ero d e ingleses había ascendido a un m illón y m u­ chos de ellos buscaban brechas en las d efen sas francesas para llegar hasta el interior por iniciativa propia. El desfiladero de C um berlanrl, el sitio por donde era m ás sencillo cruzar los A palaches, había sido descubierto en l/.rto y los aven tureros lo íilili/.aban para llevar m e r­ can cías a los indios del olro lado y cam b iarlas p or pieles, el principal producto de valo r de N orteam érica. En 17J¡f) los ingleses irrum pieron on el valle del San L orenzo y destruyeron las bases del poder fran ­ cés en M oni real y Q uebee. U na voz adu eñ ados del San Lorenzo, los ingleses se hicieron enseguida con ol con lrol de los G ran d es Lagos y llegaron hasta ol M ississippi. A quello significó ol (¡11 do N u eva Fian cia, puesto que su “ política do postas" d ep en d ía del conlrol de dos cordones, la cad en a de los A palaches y la línea del M ississippi. para poder im pedir )¡i entrada de los ingleses en la vasta región interm edia, ol territorio de O hio. ol “ V iejo N oroeste” , y las inm ensas extension es que llegarían a ser el centro de Estados U nidos. L a política francesa fracasó. Su dim inuta pob lación do colonos, reforzada con ayu da do sus aliados indios, sim plem ente fue tragada por la enorm idad do su im perio, que en su m ayor parte no fue colonizado en absoluto L o s franceses habían con tribuido m ucho a definir los contornos do lo que sería E slad os U nidos. H abían recorrid o el M ississippi a lodo lo largo,

d esd e su co n flu e n cia co n el M issou ri hasta el ( ¡o lio He M é x ic o ; haIiíhii

fu n d ad o las c iu d a d e s d e N u e v a O rle a n s

y

S i. I.o u is; h ab ían p e ­

netrado hasta las C o lin a s N eg ras ríe D ak o ta. Pero no h ab ían llegado h asta el P a rific o ni d escu b ierto las R o co sas. [.os b ritán ico s, d u ran te el b re v e p erio d o en q u e g o b e rn a ro n N or­ team érica sin o p o sició n , pu co a ñ a d iero n a los

logros

franceses. Su

im p erio n o rte a m e rican o sigu ió sien d o costero. In clu so p erp e tu a ro n el e m p eñ o d e los fra n cese s en m an ten er a los c o lo n o s al este di' los A p a la c h e s, aun q ue m ás c o m o una co n cesió n h acia los in d ios de las tierras «leí O liio que co m o u na politirn estratégica. 1.a g u e rra que lib raron p ara su p rim ir la reb elió n d e sus co lo n o s tu vo lugar en m ía z o n a m u y restrin gida, a lo largo d e la ro sta atlán tica y d e la fron tera con C a n a d á . A l igual q u e a los fran ceses, su escasez

ríe

h o m b res les

im p e d ía atacar las trece c o lo n ia s d esd e tierra ad en tro. A d iferen cia ríe los fran ceses, su d o m in io del m ar. au n q u e no les serv ía d e m ucho, c o m p e n sa b a su in ca p acid a d d e m an io b ra r en el interior. S il d ecisió n d e lle v a r la g u e rra h a sla el S u r en los últim os años de la ( ¡tierra de In d e p e n d e n c ia no ob stacu lizó la c a m p a ñ a d e los co lo n o s c o m o se h a b ía e sp e ra d o . A lo largo d e toda la gu e rra C íeorge W ashingion se m ostró su p e rio r a los in gleses p o r la h ab ilid ad con que utilizaba las v ías llu viales p ara cu b rir sus lín eas de a v a n c e V los b o sq u es c o sle ro s ro m o esco n d ites. .Sin em b a rg o , la g e o g ra fía h u m an a y física riel n o r­ deste d e N o rte a m é rica resultó d e c isiv a c o n tra los in gleses. Nn e x is ­ tían carreteras largas, y los rios de la c o sía ntlán tira no se rv ía n com o ca n a le s estratégicos, pues eran estrech o s y fluían d e oeste a este. I.as c a m p a ñ a s entre 177(1 y

fueron p re cu rso ra s en m u ch o s asp ecto s

de las d e iS tíi y tfitia durante la (Ju e rra de S ec e sió n , y p o r las m ism as razon es: c a rre te ra s m alas o in existen tes, m a p a s e rró n eo s, au sen c ia de m ap as y rios que fluían en el sentirlo e q u iv o c a d o . L a g e o g ra fía frustró los intentos de los fran ceses por co n q u istar N o r­ te a m érica y so c a v ó los de los in gleses. En el m o m en to en que c o m e n ­ zó la G u e rra de S ec e sió n en N o rte a m é rica en iHfit, la exten sión políti r a d e lo q ue e ra p o r en to n ces listad o s U n id o s a g ra v ó ol p ro b le m a. El hecho d e que a p e n a s e x istie se una p ersp e c tiv a g e o e stra lé g ica gen eral del territorio d e lista d o s U n id o s con stitu yó una gran d esven taja p ara

el N orte. L o s ge n e ra les (enian lina n o ció n , ro m o la tenía W inlield Se o H d esd e ('I p rin cip io , 3, fue una an iim alia estratégica, puesto que ol teatro do operaciones se hallaba a tanta distancia d e los principales centros de poder, tanto del de la U nión com o del co n fe ­ derado. que cualquiera de los dos bandos pudo babor pordidu coni [■lelamente la capacidad d e sostener su cam pañ a en la región, l.o que los com an dam os do am bo s bandos habían apren dido en West Point dobió do disuadirlos do librar una cam p an a tan poco práctica. L a ortod oxia do West Point pro ven ía do las enseñanzas del teórico n apoleón ico suizo lle n r i «le [om ini. Jom ini enseñaba, entre otras c o ­ sas, la necesidad do ob ed ecer cieitas leyes geom étricas, especialm ente que ia linea de op eracion es debo oslar en ángulo recto con la baso desde dolido se sustenta. F.n osle sentido la guerra en el norle (le V irgin ia fue estrictam ente ¡om iniana. A m b o s bandos se situaban a los extrem os de la llanura que atraviesa el canal de C h esap eak e y cada uno con centraba sus esfuerzos en ab rirse paso p or ella. C o n e x c e p ­ ción di- los esfuerzos recurrentes por capturar el valle de Shen andoah, no se apartaban de aquel angosto cam po de batalla. En el O este, en cam b io, se hacía difícil definir la ubicación , o incluso la existencia, do la baso do operaciones. El eje ofen sivo, para ol Norte, ora bajando por ol M ississippi, In que dotoim inaba que los esfuerzos defensivos del Sur rem ontaran el río y so concentraran a lo largo de este. Sin em bargo, ninguno do los dos bandos poseía una base firm e, com o por ejem plo ciudades o centros econ ó m icos im portantes, que estuviese situada porpondicularm onle con respecto a la linea de operaciones. De hecho, cu alquier intento por delinear sobre un m apa la geom etría de la guerra en el O este pro duciría un entram ado d e desvíos, líneas y flechas entrecruzadas. L as fronteras estatales, especialm ente las de Tennessee, im ponían al Su r una cierta sim etría. Sin em bargo, para el

Norte todo el escenario do la guerra en el O este con tradecía a (omini en lodos los sentidos. Se h allaba d esvincu lado del grueso del territo­ rio norteño, y la com unicación solo pod ía m antenerse siguiendo las gran des cu rvas de los m eandros y los ferrocarriles. De hecho, una ve/, que la cam p añ a del Norte ab an d on ó el valle del M ississippi. com o sucedió en 1KÍÍ3, y com enzó a horadar en dirección este,

y luego

hacia

el norte, hacia el interior del territorio sureño, se perdieron todos los principios jom in ian os

y

no hubo o lía perspectiva glob al ríe la ca m ­

paña que la tenaz percepción m ental de los generales, prim ero la de Cirant y luego la d e Sherm an. En cierto sentido la rap acid ad del N o r­ le para llevar la gu erra al O este fue tanto 1111 triunfo de la im aginación ro m o de la logística. Doran le

p arlicu lan n en lc, G rant logró ap ren d er solo, m e d ían ­

le un laborioso proceso d e e n sayo y error, exactam ente qué vías n a­ vegables en el valle del M ississippi era beneficioso e m p lear y cuáles rarecian de utilidad militar. Sin em bargo, en iSfit, ap ren d er los secre Los de la geografía (lisiante era un problem a m enos aprem iante (pie organizar los ejércitos para la g u eria. No era solo a las tropas a las que había que entrenar. Tam bién había que form ar a los oficiales, tanto los del estado m ayor ro m o los de los regim ientos; sin oliciales de estado m ayor eficientes no e ra posible d ar form a operativa a los planes. No obstante, los oliciales de estado m ayo r eran en iHfil la categoría más escasa de personal militar. K ilo s pocos veteranos de la G u erra ríe M éxico , do hacía quince años, perm anecían en las filas o se habian rein co rp o rad o ; los otros únicos oficiales que con ocían los procedí m íenlos m ilitares eran aquellos que habían servido ro m o intendentes gen erales o ayudantes generales. El sistem a del estado m ayo r estadounidense se d erivab a del b ri­ tánico. I.a ayu dantía general y la intendencia general se ocupaban, respectivam ente, de los asuntos de personal y sum inistros; los que hoy en día llam aríam os asuntos operativos eran responsabilidad de los gen erales al m ando y d e sus oficiales adjuntos. E11 los ejércitos europeos h abía procedim ien tos que regulaban la com u nicación e n ­ tre todas las ram as del estado in avor y las form aciones subordinarlas -cu erp o s, d ivisiones, b rigad as- y las unidades, los regim ientos. En el

ejército estadounidense anterior a la gu erra no existían los cuerpos y las d ivisio n e s; las b rigadas estallan em pozando a surgir. Los vete­ ranos de la ( ¡n e n a de M éxico y los m ilitares de carrera que habían servido en la frontera del O este estallan fam iliai izados con el papeleo de las cam pañas de m enor envergadu ra. N inguno, salvo M rC le llan y M cD o w ell, (pie habían sido en viad os a ver ejércitos europeos, xa liía cóm o m anejar fuerzas m ás grandes. L a guerra, en consecuencia, fue lle v ad a a cabo poi com andantes y oficiales d e estado m ayor ipie estaban apren diendo el oficio. L a ven taja estaba en m anos de los g u e ­ rreros naturales, ro m o el con federado Nathan U edford rorros!, o en las de aquellos q u e apren dían m ás de [irisa, com o llly ss e s Sim pson (iran í, (ira n í tenia el don do redactar rápida y Huidamente sobre el papel, lo (jue le perm itía escribir docen as de órdenes claras en una noche de trabajo en su (ienda. asi com o la capacidad (le visualizar en su lítenle el terreno. Tam bién dom inaba las tecnologías en evolución, particularm ente la del telégrafo, que al parecer usaba con facilidad natural. En julio do i8(it ejércitos im provisados y planos vacilan tes se c o m ­ binaron para generar el prim er intento de aquella gu erra por lih iar una batalla decisiva, en Uull Run, en el norte de V irgin ia, que los con federados llam arían M anassas, por el cruce de ferrocarriles m ás cercano al cam po de batalla. No fue el prim er enfrentam iento de la gu erra. H abía habido escaram uzas en el juzgado d e Kairfax y en V'ienna, justo al otro lado del l’otom ac desde W ashington, en junio; y entre ol 3 de junio y el 13 do julio, M cC Iellan alcanzo pequeñas pero im presionantes victorias en el oeste de V irgin ia, en Philippi. R icli M niintain y C a m c k 's Ford. listos tres lugares se encontraban en el b orde oeste d e las m ontañas A lleghenv, en un territorio cu ltivado por virginianos ro n una actitud m uy distinta a los de T id ew ater en la bahía d e C lie sap e ak e . I’ocos eran ricos y casi ninguno era dueñ o de esclavos. D esdo hacia tiem po les ve n ía m olestando que los hacendados aristócratas controlasen la política del estado y habían m antenido una postura unionista durante la crisis d e la secesión. C u an d o en m ayo las tropas de M cC Iellan c o ­ m enzaron a llegar desde O hio, recibieron una calu rosa b ienven ida.

nada m onos que de dos regim ientos federales de V irgin ia. 1 .a a v a n ­ zad a capturó rápidam ente la ciudad de G rafton , por la i]ue pasaba e) ferrorarril de Baltim ore-O hio. desde donde avan zaron h aria el sur hasta Philippi ju n io al M onon gahela, en el silin don d e un siglo alias luvo lugar la desastrosa derrota de E dw ard B rad d ock en los páram os de Pensilvania, en la vísp era de la G u e r ia de los Siete A ñ o s. J,a tom a de Philippi fue una a rc ió n trivial en la que solo m urieron unos puros con federados y ningún norteño, pero tuvo el efecto de hacer que la m ayoría unionista de V irgin ia O cciden tal repu diase la secesión y creara en W h eelin g un gobierno "restau rad o " fie V irgin ia el u ríe junio. Poco después el gob iern o federal adm itió a «los senadores fie V irgin ia orrid en tal y a tres delegados al C ongreso. Estas legalidades eran dudosas, y a rpie la única vía constitucional para crear un nuevo estado a partir del territorio de un estado existente era el voto de una asam blea legislativa estatal, voto que ciertam ente la escin dida V irgi nía no con cedería. Sin em b argo, en agosto la con ven ción unionista que hahia creado el gob iern o “ restaurado” se reunió para acordar la form ación, sujeta a un plebiscito, de un nuevo estado lil ¿ \ de octu­ bre tuvo lugar el plebiscito y, a pesar del pequeño núm ero de vo tan ­ tes y de las num erosas abstenciones en los distritos p ro ron federados, p revaleció de m anera con vincente la “ secesión ríe la secesión". Ea creación fiel nu evo estado de V irgin ia O cciden tal -p u d o haber sido nom brado K anaw ha, por su principal rio - fue ap ro b ad a por el .Sena do de Estados U nido s en julio y por la C ám ara de R epresentantes en d iciem b re, y fue adm itido en la U nión en junio d e 18(13. La C o n fed eració n batalló duro por retener el occidente de V irg i­ nia dentro del territorio del estado. Inm ediatam ente después de la aplastante derrota de las fuerzas con federadas en Philippi, R obert E. l.e e , com andante en jefe de V irgin ia, envió un pequeño ejército a las órdenes fie R obert S. C a rn e t! a ocu par los pasos de los m ontes Alleghenies cerca de Philippi. M cC lellan . que tenia abundantes voluntarios fie O h io, organizó una con traofen siva con W illiam S. R oscrran s, un cuasi coetáneo suyo de West Point, com o su segundo al m ando. Su pian era atrapar a G am ett con 1111 m ovim iento fie tenazas en R icli M ountain. lo cual los norteños, que soprepasaban a sus adversarios en

una proporción tic tres a uno, estaban bien posic Sonados para lograr. El ii de ju lio M cC lellan 110 logró afianzar el éxito inicial de Roserrans, por confundir los sonidos do la victoria con los tic la derrota, una eventu alidad que en lo sucesivo se repetiría frecuentem ente en su can o ra. Jacob C o x escribió m ás tardo: “ Incurrió en la m ism a so­ breestim ación del en em igo, la m ism a tendencia a interpretar deslavo rablem ente las visiones y los sonidos del frente, la m ism a vacilac ión a enviar a la totalidad de sus fuer/as a la batalla ru an do sabia que su subordinado so h allaba c om b atien d o ".'1, (¡arn ett con siguió retirar sus tropas y alejarse, l’e io entre sus tropas reinaba tal confusión f. I# 6 2

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de M rC le lla n . n; e ra mi cam b io que D avis no h ubiera querido hacer, pero su reserva de generales se había agolado. D ada la intensidad de los n ím b a le s en las dos m ontañas y la c a n ti­ dad de m uniciones gastadas, las b ajas de am bos bandos fueron m enos num erosas de lo que cab ria esperarse: 7 5 3 federales m uertos, 4.722 herirlos, 3 4 y d esap arecid os; 3(11 confederarlos m uertos, 2.160 herirlos, desaparecidos.

E l. S IT IO D E K N O X V IL L E

K n o xv ille era la principal ciudad d el osle de Tennessee, la m ontañosa región por la que tanto se p reocu p ab a Lincoln, ya que era el cen ­ tro del sentim iento unionista dentro de la C o n fed eració n . D esde el inicio de la guerra, Lincoln ansiab a poner K n o xv ille bajo el control federal, y durante 18ÍÍ2

V

18(13 exhortó sucesivam ente a los co m an ­

dantes de la U nión a m archar sobre K n o xv ille . Ln m arzo de 186 3 el genera] A m b rose Iturnside, quien sufriera una aplastante derrota en F redericksb urg en diciem b re del año anterior, fue transferido al O e s ­ te. Se le orden ó que m archar a sobre K n u xville tan pronlo com o fuese posible, m ientras que al general R osecran s se le en com en d ó o p erar rontra Uraxton lirag g en lo que d even dría la cam p añ a de Tullahom a. U um sidc com an d ab a el Ejército del O h io . R osecrans el Ejército del C um b erlan d. Rurnside se pro po n ía avan zar desde C incinn ati con dos cuerpos, el noveno y el 2 3 o, pero perdió el noveno ru an do esle fue entregado a G ran t para la cam pañ a contra V icksburg. M ientras esperaba su regre so. U um sidc envió una brigada y algo de cab allería contra K n o xville.

A lo largo do junio, esta fuerza, con ducida por el general YVilliam Sanders, destruyó los ferrocarriles alred ed or de la ciudad, al m atulo de la m a l estaba el general Sim ón Buckner. F u agosto Burnsidc inició su avan ce sobre K n o xv ille . Su m ía direc la atravesab a el d esfiladero de C u m b erlan d , Fuerlenienle defendido p o r los con federados. I’ara evilailo s, Buruside realizó un m ovim iento de Ilanejueo en dirección sur. m edian le m archas forzadas a través ríe territorios accidentarlos. Al com enzar la cam p añ a de C hick auiau ga, llu ckner recibió órdenes de en viar a la m ayor parte d e sus tropas a reunirse con B rag g en C hattanonga y se quedó ro n solo dos brigadas, una en el desfiladero tle C u m b erlan d , en la frontera nordeste del es­ tarlo, y la otra al este de K n o xv ille . En estas circunstancias Burnside avan zó y consiguió introducir una brigada de cab allería en K n o xv ille el ¿ de sepliem hre sin hallar resistencia: encontró la ciudad v a ria ríe tropas reb eldes. Fue recib id a con entusiasm o por la pob lación leal, lium sitle arribó con su ejército al rlía siguiente. l.uego se dispuso a lidiar con los con federados riel desfiladero de C iinilierland a fin de abrir una rnu« m is directa hacia Kenlucky. "It-nia ríos fuerzas posirion adas contra el nuevo com anrlanu' con federado, el general John lra z e r; aunque se hallaba en desventaja num érica, Erazer se negó a rendirse. Entonces Bum sirle condujo una brigada ríesele K n o xville hasla el paso, recorriendo casi cien kilóm etros en cincuenta y elos horas. A su llegada, l-Yazer, aceptando hallarse com pletam ente superarlo en núm ero, se rinelió el y ele septiem bre. Durnsidc recluló nuevas unidades tle voluntarios de Tennessee y se deelicó a despejar las carreteras y pasos «jue conducían al norle hacia V irginia. Entretanto, G ran !, rjue y a había Le>matlo C h allan o o g a, se preparaba para ro m b alir en Chic'kamuLiga, a donde Lincoln y Ila lle ck ordenaron a Burn.siele que enviase algunas tropas para ap o yar a Rosecrans, quien se halla­ ba en dificultades. Pero. lemienelo perder K n o xv ille, Bum siele lo tlejó para luego; eslaba teniendo problem as para abastecer a sus Iropns en la desolada cam piña tlel este tle K noxville. D urante septiem bre y a principios ele octubre se vio obligado a lilirar elos pee|ueñas batallas, en Rlomil.sville y Bine Sprin gs; am bas victorias m enores, pero que resta­ blecieron la autoridad tle la U nión en el esle tic Tennessee.

líra x lo n U ragg, tem ien do que B u rn sid e reforzara las tropas de la U niú n en C h attan ooga, pid ió a Jefferson D avis que ord en ara a Lon gslreet con cen trarse ro n tra él. Lon gslreet protestó, sab ien d o que se vería en grave d esve n taja nu m érica, pues gran d e s

refu erzo s

de la

U n ió n se acercab an a C h attan o o ga para in crem en tar la d isparidad. Tam bién prolesLó contra la d ivisió n de fuerzas (pie ello im plicaría, la cual, según dijo, p o n d ría a am bos co m an d an tes co n fed erad o s en peligro de ser derrotados. Por lo tanto, Lon gslreet co m b in ó fo n los p rep arativos para avan zar sobre K n o x v ille . El traslado se efectuó por ferro carril, pero el viaje le su lló difícil. L o s trenes no llegaro n a liem po, y hubo que in iciar la m archa a pie. C u a n d o por lin llega ron los tien es, resultó que a las locom oto ras les fallab a potencia, lo ijiie o b lig ab a a las [ropas a desm on tar en la.s p endientes em pin ad as. A sim ism o tenían que reco lectar lena para los m otores. L a com ida escaseab a. El avan ce de L o n gslre e t, no obstante, alegró a Lincoln, quien, tras h ab er dich o a B u rn sid e que ab an d o n ara K n o x v ille , le ord en ó ah o ra q u ed arse y d efen d er la ciu d ad , (ira n í se p rep aró para e n v ia r refuerzos desde C h attan o o g a, pero B u rn sid e lo con ven ció de que él d isp on ía d e tropas suficientes p ara m antener a raya a L o n gslreet. C ran t aceptó de buen grad o. Enton ces los co n fed erad o s internaron ro d ear K n o x v ille con sil cab allería, pero la resistencia de la U nión frustró su plan y la cab allería se reunió con L o n gslre e l en el norte. B urn side m an iob ró fuera de la ciudad y logró alcan zar un vital cru ce de cam in os, d ond e gan ó una rápid a victo ria m enor en la e slarió n de C a m p b e ll, lo que le perm itió retirar sus fuerzas al interior ríe K n o x v ille . El 17 tle n o v ie m b re Lon gslreet sitió la ciudad. Su asalto ro n tia las d efen sas se d em o ró , y L o n g slre e t ap ro ve ch ó la oportunidad para fo rtalecer sus terraplen es. Lon gslreet finalm ente atacó una sem an a d esp u és de in iciado el asedio, por el fuerte Sailders, un punto que le p areció d éb il pero que resultó en gañ oso . La U n ión h ab ia ro d ead o los terraplen es con una red de rab ies de te lé ­ grafo tensados entre los árb oles. El ataque con fed erad o , lan zad o el 2() de n o viem b re de 18(13, fue rep elid o eficazm ente por las defen sas y el fuego d e ap o vo d e la U nión . II11I10 H13 bajas con fed erad as, p or solo trece de la U nión.

El ven cid o Longstreet analizó sus opciones. Se le había ordenado unirse a B ragg, quien acab ab a de ser derrotado en M ission ary R id ge el 25 de n o viem b re. Esle m ovim iento le parecía im practicable, y dijo a B ragg tpie se rein aría b aria V irgin ia con el F.jéiciUi de Tennessee, pero que m antendría el asedio tle K n o xv ille lanto com o fuese p o si­ ble. para im pedir (|ue G ra n l y B urnside so co n cen tra!an con tra él. I.a testarudez de Longstreet tuvo el efecto de hacer que G ran l enviara a Sherm an con veinticinco mil hom bres a levan tar el sitio d e K n o xv ille . Lon gstreet, en con secuencia, ab andonó el asedio el 4 de diciem b re y se retiró hacia el norle hasla R u gersville (Tennessee), do n d e se p rep a­ ró para pasar el in vierno. Sherm an dejó parle tle sil fu er/a en K n o x v i­ lle y regresó con el resto a C hattanooga. El general John Parke, je fe ríe estarlo m ayo r de Burnside, persiguió a los confederarlos con ocho mil soldados de infantería y cuatro mil de cab allería, aunque sin apretar el paso. Longstreet cruzó R utledge y R ogersville, seguirlo por el general John Shackelford con cuatro m il soldados tle caballería e infantería. F.l 5, el ir¿"

tceu

participó en el últim o com bate de la guerra en Palmito R anch, en el R ío G ran d e de Jéxas. E n total 178.5)75 sold ad os del ejército de la U nión durante la ( ille n a de Secesión fueron negros, de los cuales 2.870 m urieron en cóm b ale. A l restablecerse la paz. se reclutaron nuevos regim ientos negros, dos de infantería y dos una dism i­ nución al com ienzo de la g iicria, lu inm igración aum entó d u ran lc ol con lliclo, sobrepasan do los cien m il on 186 3 y en 18(14. y alcanzando ol cuarto de- m illón en i8 ( y . Los con federado s alegaban c|ue el gob iern o federal lograba llenar las ftlus del ejército d e la U n ió n reclutando inm igram os. C icrlam o n le no era el caso. C a si la mitad de los sold ad os de la U nión eran muchachns d e las granjas do N’ ut'va Inglaterra y el M edio O este. I’oi otra parto, las

g T H n tles

ciudades 011 las c|tie

se

con gregab an

Icis

inm igrantes

eran un cald o rio cultivo d e hostilidad hacia el servicio militar. Esla hostilidad 110 toinó form a do rebelión , com o sí sucedió en el Sur, donde* en 18G4 un gran núm ero de desertores se habían ido al monte y organizado hundas arm arlas c|ue com batían con tra las m ilicias esta lalos enviadas para dispersarlos y rocapturarlos. Sin em bargo, m uchos norteños se resistieron enérgicam ente al reclutam iento obligatorio. A m ediados do julio de 186 3 se produjo un m otín en la ciudad de N u e­ va York, t|iie p ro vo có ciento cinco m uertes, principalm ente a m anos de los soldados de la U nión en viad os para suprim ir los disturbios, y hubo saqueos e incendios por doquier. I’ero, increíblem ente, y pese a la resistencia al reclutam iento o los intentos por eludirlo, el aspecto m ás im presionante de la v id a n acio­ nal. tanto en el Norte com o en ol Sur. era la lirm oza con que am bas poblacion es ap oyab an la guerra. El m ovim iento antibelicisia en el Norte, aunque cob ró fuerza durante los m om entos difíciles do j8¿ y al aparecer la fatiga de la gtieira 011 |8I>(. jam ás am enazó con so ­ cavar la autoridad de Lincoln. L o s procesos norm ales de la política siguieron su curso durante todos los años de la guerra, ro n elecciones parlam entarias y locales en i8 f c y una elección presiden cial en 18(14. Si bien hubo candidatos y partidos anlibelicistas en todas ollas, y en i8(>2

hicieron pro gresos im portantes, nu nca hubo 1111 m ovim iento an

I¡belicista serio que tuviera una inlluencia con siderab le rn el Norte. Esto se debió en gran m edida al extraordin ario tálenlo político do Lincoln. c|ue fue capaz d e m antener el control sobre los in dividu os y

las facciones dentro d rl CongTeso, y de conquistar de m anera directa y persuasiva la opinión púb lica en el país. Nu rehuía los riesgos, sobre lodo al insistir en la Proclam ación de la Em an cipación , pero siem pre evitó q ue su ig ie ra una oposición interna eficaz contra su presidencia y su política de guerra. F.n el Sur. aunque la fatiga de la guerra y la d esesperanza se hicieron casi tangibles desde 18ÍJ4 en adelante, nunca cuajaron en un m o vi­ m iento derrotista. I.as peores dificultades d e JefTcrson D avis fueron con los poco cooperativos gob ern ad ores estatales, m uchos de los cu a­ les defendían los derechos de los estados pese a que la e xp erien cia de la gu erra dem ostraba la creciente necesidad de un poder cent rali/arlo. 1.a fe ('ii la fragilidad del ap o yo sureño a la secesión, tan extendida en el Norte entre itftii y t8()^, nunca se corrob oró.

XIX

W A L T W I li l'M A N Y L A S H E R ID A S D E L A G U E R R A

J

M. J i l pro bab ilidad do la m urrio o la desfiguración en el cam p o d r batalla estaba m uy lejos de las m entes d e los hom b res que

p artiero n

en 18G1. So lo se con virtió en una realidad aprem iante una vez in ter­ cam b iad os los prim eros disparos. La prim era batalla tle Rnll Run dejó m il heridos en el ra m p a . En 18(12 Ins regim ientos tle la U nión se estallan acostum bran do

a

un índice ríe b ajas del

Irein ta

]ior ciento

en cualquier acción, de las cuales la m ayo ría so b re vivía e in g le sab a en el hospital. L o s so ld ad o s tle

la

G u e rra tle Secesión no lardaron en

com pren d er lo altas que eran sus pro bab ilid ad es de m orir o resultar heridos en com b ate; pero con igual rapidez apren dieron a evitar, en lo posible, ser tratarlos por los m édicos de cam paña, quienes pronlo adquirieron lam a tle incom petentes y perezosos. Tal reputación no era in m erecid a; el personal tlel departam ento m édico de antes tle la guerra estaba m al entrenado, era dogm ático y rara vez estaba al dia en cuanto a los m étotlos m odernos. Tam poco con taba con un surti­ do aderu adu de m edicinas o equipam iento. Los prim eros hospitales eran im provisados, a m enudo unas pocas tiendas levantadas en las afueras tlel cam pam ento, atendidas por hom bres sin p reparación que adquirieron fam a tle haraganes. Las descripcio n es tlel interior tle los hospitales están entre los testim onios escritos m ás com u nes tle la G u erra d e Secesión , com o tam bién lo están las exp resion es tle disgusto ante lo que en ellos se veía. El ejércilo tle la U nión h abía entrado en la guerra sin contar en absoluto ro n los recursos m édicos adecuados. E l oficial m édico tle m ás alto rango tenía ochenta años y sus conocim ientos eran tle la m ism a antigüedad. El Servicio M édico tle Estados U n id o s poseía solo veinte term óm etros y carecía tle casi cu alqu ier otro equipam iento. Los cirujanos eran asignados a los regim ientos a razón de uno por

unidad, ad em ás del cirujano asistente, que era ol único otro hom bre cualificado. F.n el cam po tenían hajo su cargo a los m úsicos del reg i­ m iento, que hacían las ve re s de cam illeros. Estos no tenían la m enor p rcp aiu eión m éd ica y se ganaron fam a l etlificio. M ienlras Hoolh ren queaba ríe un lado a olro en su interior, uno de los soldados disparó desrle afuera una bala que lo hirió (le m uerte. U no de los cóm plices tle Roolh había intentado y casi logrado asesinar al secretario tle estado S e u a rd . El vicepresid en te, A n d rew Johnson, so b revivió , porque al encargado de asesinarle le fallaron los nervios. Se estim ó que siele m illones de personas acordonaron el ferrocarril (pie transportó el cad áver de Lincoln, que hahia sitio v e la ­ do en la C asa B lan ca, de regreso a Sp riiig llfId para ser enterrado en Illinois La m uerte tle Lincoln, llorada com o una tragedia nacional y una especie de m artirio, dejó al gobierno en uu profundo desorden, con multitud de pro blem as sin resolver. D urante varios años rn el

Norte se había disculido m ucho sobre la R econstrucción, o cóm o h a­ bría que Iralar al Sur una v e / restaurada la U nión. I.a Reconstrucción 110 significaba, com o podría suponer un oído m odern o, la reconstruc­ ción física de los estados arrasados ]>or la g u en a. N adie pensó ni por asom o on un pro gram a linanciero para restaurar la v id a econ ó m ica del Sur, cosa que (ampi)c.u nadie hubiera ap oyad o, l.a R econstrucción significó solo la reconstrucción de la U nión, un tem a solire el que los ilurtcños tenían ideas m uy diversas. I.inculn h abía (pierido eilip e /ar por indultar, una vez (|ue hubiesen hecho un juram ento de lealtad, a todos los sudistas. que de este m odo con servarían el derecho a sus propiedades m enos a los esclavos. Se excep tu ab a a quienes hubiesen ostentado rargos en el gobierno con fed erad o y a los m ilitares de alto rango. I.os gob iern os estatales habrían d e ser reelegidos, y aquellos que hubiesen jurado lealtad tendrían derecho al voto, siem pre y cu an­ do constituyeran el diez por ciento del electorado de íífíio, el de las últim as eleccion es de antes d e la guerra, listas disposicion es fueron in co ip e rad as en una con ven ción de paz que los funcionarios del g o ­ bierno federal con denaron ron razón, por ser p o ro m enos que un lialad o de paz. JefTérsim D avis, por entonces refugiado en G o ld slio ro (C aro lina del Norte], com prensib lem en te, estaba m ás que dispuesto a aceptar aquellos térm inos, pero W ashington los rechazó lodos. No se había librado aquella gu erra para que lodo term inara en un reco n o ci­ m iento virtual de la soberanía sureña. A ntes del final de la guerra se hicieron algunos exp erim en tos res­ taurando gob iernos estatales, en los estados com pletam ente ocupados por la U nión, tales com o L o u isian a y A rkansas. En algunos estados el sufragio se extendió a los negros, aunque con gran reticencia. Dn rante los años subsiguientes esla m edida se revirtió en casi todas p a r­ tes m ediante la aprobación de los que dieron en llam arse “ C ó d ig o s N egros". I.os negros obtuvieron de la R econstrucción m ucho m enos de lo que h ubiera querido I.incolii, sobre lodo en térm inos económ icos. Entre los esclavos liberados había una avidez universal de tierras, para adquirir las cuales ellos casi nunca tenían dinero. Por otra parle, sus antiguos am os necesitaban su m ano de ob ra para v o lv e r a cu ltivar sus

granjas y plantaciones. L a solución a esto impasse residió ser el sislem a de aparcería, m ediante el c ual los propietarios arrendaban las (ierras a cam bio de una parle de la cosecha. C o m o este sislem a com prom etía a crédito la cosecha del año siguiente, ro n sliliiia un m odo eficaz de en cad en ar al negro a una parcela determ inada bajo un am o determ i­ nado, lo cual habia sido casi el rasgo m ás odiado de la esclavitud en las plantaciones. Sin em bargo, la opin ión pública norteña nunca se preocupó realm ente por el destino econ ó m ico de los antiguos esc la vos. M ucho m ás im portante a los ojos d e los reform adores norteños era establecer sus derechos electorales. L o s repu blicanos norteños, la facción (pie d om in aba ahriiiiiadoram cnle las regiones ocuparlas, quisieron asegurarse de que se perm itiría a los negros votar, aunque en sus propios estados 110 m ostraban ningún entusiasm o por la a d ­ m isión de los negros en el proceso electoral. Un el Sur, im pedir que los negros ejercieran un poder electoral decisivo, o incluso cualquier tipo de poder, se convirtió en un propósito q ue unificó a casi todos los sureños blancos. A n d re w Jo h n so n , el suresor de L in ro ln com o presidente, era un su ­ reño (pie apen as se m olestaba en disim ular su sim patía p or los vencí dos. Sil insistencia en tratar de librar a los suyos de las consecuencias de la rebelión p rovocó enlre i8íif> y i8í)8 una crisis política casi tan grande com o la que había con ducido a la rebelión en i8 í¡i. El p resi­ dente y el C on greso estaban en pugna. F.l C o n greso , aun sin ser en absoluto tan b en évolo ro m o afirm aban sus m iem bros m ás radicales, básicam ente desap rob ab a la resistencia sureña a la R econstrucción y los esfuerzos del presidente por ap o yar aquella resistencia. L a p ru eba m ás im portante del reform ism o del C on greso fue su prom ulgación de la D ecim ocuarta En m ien da a la C onstitución en i8(if>. E n la práctica fue una d eclaració n de derechos, que garantizaba la igualdad política y legal de los n u evos ciudadan os negros. Johnson exhortó a los esta­ dos sureños a no ratificarla, lo ru al era un requisito para que se co n ­ virtiese en ley, y estos cu m plieron su deseo. Sin em bargo, esto no fue m ás que lina m edida dilatoria. La en m ien d a fue ratificada m ás tarde y

sí'

convirtió en ley. Pero la oposición del presidente indignó lanío al

C on greso que en m arzo de 18ÍÍ7 apro bó una L e y d e R econstru cción

que im ponía p o r d ecreto al Sur su versión (leseada de un acuerdo de posguerra. D iez antiguos estados con federados fTcnncssco, quo siem pre fuertem ente unionista, había sido readm itido en la U nión en iStiti) fueron agru pad os en cinco distritos m ilitaros cada uno con un gob ern ad or m ilitar con am plios poderes. U na vez restablecidas la ley y el orden, los estados deb ían organizar co n ven cion es pura en m en dar las constituciones estatales de acuerdo con la C onstitu ción d e Estados U nidos, in cluyendo la in corporación de la D ecim ocu arta E n m ie n ­ da. U n a vez com pletadas estas etapas, el estado podia ser readm itido en la U nión y tener representación

en

el C o n g re so federal. A n te la

perspectiva de un proceso 23 I- 2 ^7< 3« ) . 33° . 355- 33®

A l la n t a ( G e o r g i a ) 3 4 5 :M C. 3 + 9 . .1j í ’ 3 5 3 -

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E stad o s

U n id o s 5 1 , 5 3 , 5 7 . 14 4 . 2 1 3 C a m e r o n , .Sm io n

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C h e r b u r g o , b a t a lla d e 3 7 ( 1 3 7 7 2i>¿

C h c s u p e a k e , b a h ía d e

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25 ^ 3 23 i 3 1°i i °7 Campaña Terrestre f2, iK, '¿ \ \ x 317, 325­ 327 , 331-333,336, 3 ; v is ite lm e jé r c ito s en el O e s te D e F o r e s l.J o h n

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d e c im o q u in to re g im ie n to d e A la b a m a 2G4 K e n tu rk y

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43 " . 435 ' 457 - 4 5 fi- 4 C| D ougla-s, S t e p h e n 5 5 - j K , 1 3 2 , 27(1 D o u g la s s . F r e d c r ic k 3 8 6 . 3 9 2

d e c la r a c ió n d e d e r e c h o s , E q u id o s U n id o s

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D e p a rtam e n to

E je r c ito d e la C o n fe d e r a c ió n : a r m a m e n to 7 5 , 8 9 -9 11, t o i; a rtille ría

O e ste

c o n fe d e r a d o

m . 2 (J4 D c p u t a n i f i i t u d e l O e s te d e ta lu d e n U n i­ 17 0 . 4 3 3

D e p a r t a m e n t o d e l S t i r d e lis ia d o s U n id o s

7 5 , 8 9 -9 1,

147. Ij8 , 1 3 3 , 20 4, 20(), 2 3 5 , 2 5 1 , 2 6 4 , 2 7 I. 305.

394

395,

14 8 ; h a ta lla s d e fe n s iv a s

lib r a d a s p o r el del

407

E g ip to 9 8

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Laidos 475 D e p a rtam e n to d el

478. 482

E d m o n d s. S arah E m m a

E is e n h o w e r . D w ig h t 3 9 0

d o s U n id o s 8 8 D e p a rtam e n to

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D u n k c r C h u rch d e 2 3 0

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D o n e lu jn , fu e rte

d e c im o q u in t o d e M i* I II. 4591 Ixijui de 2n, ifii, 3 2 3 , 441); mal desempeño dr Burnside en 235, 238,

13 f ¡ . * ;> *

¿6¿,

4 3 3 . 437 - 441 . 4 5 #- I9 . 4 7 3 - b a ja s d e

Forrcsl, Nathan Bcdford ;o , 103, 143, 181, 203, 219, 242. 284. 312, 350 . 36 6, 39 5

C aines's M ili, batalla de 2ÍH)> 211

G e i t y s b u r g . b a ia l la d e

98

( ¡ l e u d a l e , l u l a l l a 1I1- 2 0 5 , 21V 1, 2 1 1 ( ¡n r g a s ,Jo s ia h G o u ld ,Jo h n

7 ( 1,10 1,3 17

31

Gran Brclaña 1 0 3 .163, 373 374, 455, 474 475: apoyo a la causa sureña en 98 99; defiende la abolición del comercio de esclavos 4 3: dem anda de algodón 97-98, |Í>8, 234; ejército de la Primera Guerra Mundial de 7 3: enlierra a lo s enemigo» d«- guerra muertos 122; fe ­ rrocarriles en 26; guerras con Francia in j; imperio americano de ifl(> 107; impuesios de guerra en 77; industria U -xü l en 97-98, i(¡8, 234; incidente1 del Trtní 98-99. 234. 455; inmigrantes de 45- 4 í¡; mapa* tiazaHm por 138; reclutamiento de voluntarios en 73, 81; servil iu militar en 83; v ia u lambi/n Inglaterra Gran Dcsierlo Am ericano 47 Gran Kanawha, valle del 13 1. 167 Gran Reconocimiento de la India 138 Grandes I jg o s 105, 241 Grandes Llanuras 88. 475 Grangier. Gordor» 304 G ran l.Jesse 23 G ran l.Ju lia Dent 177. 434 Granl. Ulysses S. 711. 73. 8u, 84. 10 2 10 3 , 176-184, 18G-1HJ), 193, 213-218. 2 33 , 27(1, 308. 340. 356, 397, 437; acopia la ren

dición do Lee 4^2-46^; asume el man­ do en Tenncísee 215; ataca el monte Ixiokout y Missionary Ridge 30 3-30 5: alara IVrbltf**" Farm 34 1; alrrvim irnlo de 178: autobiografía de 23-24,176-178. 309, m ond

Guerra de 1812 ili, íi; fi8. 165, 278, 378 Guerra do C reek 67 Guerra do Crim ea 28. 70. 117, 163 if>4. 172-173, 192, 370, |ig, 127

Guerra 3 1 7 , |7 Q ; a v a n / a c o n t r a R ír h-

3 2 5 - 3 2 6 . 3 3 2 , 3 3 6 ; a v a n z a so b re

Pelersburg 3 3 3 , 33C -338, 3 4 n-3 -i3 . 3 7 ° . 4 51; biografía de Ilari sobro 4-4; taita di- Lincoln | 4 í 1; rnmpTrmióii 11r* los adelantos tecnológicos 143. 434; dc*e» lomar e I valle del Mississippi 2 4 3 ’ ‘ ^1 ferencias con McClernnnd 279 281; en el juzgado de Appom allox 4G1; en la batalla de Coid Ilarb or 325 3 3 1: en la batalla de N63, 2 0 1-2 0 4 , 2 0 6 . ¿ 0 8 , 2 2 6 2 2 8 ,

231, 2 3 5 . 2 1 / 2 5 °. s 5 5 - 47 8> 3 ' 3 - 3 “ . 3 5 4 ' 4 3 0 - 1 3 3 . 1 4 1! b io g r a fía H cn 11 r r í i -11 d e 4 74 : c o m o ( jie s b iie iía iio 1 2 1 . 4 3 1 : en la b a ta lla d r C h a n c r ll o r s v ílle

2 4 1J-2 5 0 , 3 1 9 - 3 2 0 ; e n la b a ta lla

d e F r e d r r ic k s b u r g

2 3 5 - 2 3 6 ; c u la s b a ­

ta lla s d e lo s S i t i e D ía s 2 n 8 : 011 la c a m ­ p a ñ a d r l v a l l r (Ir S h r iia n d o a h

2 0 2 ; en

la p r im e r a b a ta lla d e B u l] R u rt 1 5 1 - 1 5 4 , 2 0 1 ; r n la s e g u n d a h n la lla d e B11II R u n 2 2 7 2 2 8 : filo s o fía d e g u e n a d e m u e r te d e

J a c k s o iiv illr (M o ridiaj J a m e s , l; ra iik

4 30 ;

2 11) 2 5 0 , 2 5 5 . 3 1 ( 1

5 5 . 5 7 . 7 '. ' 5 5 ' 5 7 - 3 5 8 Krarsargt. ls s 376-377

Kenncsaw Mounlaín. batalla de 4 6 .34 6 ­ 3 4 7 .3 5 0 ,3 6 1.117 Kentueky 12. 6o. 6 4 ,135, 155 is; ' 1 ■; 1; . 174, 176. 182. 215 21G, 223 224, *297-298, 359, 36 1; invasión dr Bragg d r 216, 219-2211. 222. 241: milicias en 69, 7), 239

Kilpalrirk, Hughjudson 363 Kitchcner, lord 71 Knoxville, asedio dr 298, 305-308 Koiliggrylz-Sadowa, balada dr 314

12 8 , 1 9 3 , 3 9 4 ,

La fiiimla drl 7 ii) Tom (Stowe) 32, 42, 54,

14 6 , 3 5 8

4 5 fi

J a m r » , J e s s e 1 16 , 3 5 8 J a m e s , rio S i , 2 0 5 , 2 0 8 -2 10 , 3 1 8 , 3 3 2 , 3 3 6 .

l a C/om u|4

3 4 5 . 3 7 '. 3 9 7 Jopan ;m J a y h a w k e r s 157,358

'L a última vez que florecieron las lilas en el palio” (VVhiiman) 423-424

J e f t e i s o n , T ilo m a s

La

fú h n s o n 's K a m ;h . b a ta lla d e

277

3 14 , 4 3 3

Law, Evandrr 330 Lawrrncr (Kan.sas) 358

465, 4IÍ7

J u lt i i s l o u , A lb e i I S id n e \

i tf’ f' iOj, 298 300, 303, 307:3 . 123 > I3 2 ' 135 ' I 3 H' b i o g r a f ía 0 -3(11; un ]á Ik iIu IL d o V ic k v

2 9 , 3 3 , 2 3 0 ; d e o r ig e n e x ti a n j e r o .|d; d e s e r c ió n

45-

7 4 -7 5 , 8 3 , 8 6 , 1 1 8 ; fa lla

d e u n a a g e n c ia d e iiiLeligL?rn'i:i f|2, 17 1; in e x p e r ie n c ia 3 1, 4 3; paga

113 ,

1 2 7 : o c u p a c io n e s

1 1 8 ; p a q u e te s d e c o m id a

r e c ib id o s p o r lu s d e lo s

n C 1 1 7 , p r o v is io n e s

fa b r ic a d a s p o r e l 7 2 - 7 3 , 7 5 ; a u s e n c ia d e

3 3 , 116 - 1 17 , 2 3 4 , 2i)0, 3 0 2 . 3 0 7 .

c iu d a d e s g r a n d e s e n n i : b a s e in d u stria l

3451, 3 6 2 - 3 6 4 , 4 2 8 . 4 3 , . 4 6 3 ; r e c o m ­

b a s e d e 2 5 , 3 6 2 , 4 0 3 . 4 10 4 11 . 443, 45,15;

p e n s a * p a g a d a s a lo s

c a r á c te r a g r a r ia y rn rai d e

74; u n ifo r m a

6 9 - 7 0 , 77. 14 6 . 4 11 ; v o t a c ió n S o m n ie . b a t a lla d e l S o u lh A n n a

g/jg

|8 ; c o m p o s ic ió n

7 3 , 187. 2 3 6 . 471

ay 30 .

29 3 1 ; d e m o n iz a r ió n

d e l n o rte 4 3 -4 4 , 1 1 9 : d ie ta e n 3 6 , 3 8 : escasez. e n lien i|>o s d e g u e r r a e n 7 6 -7 8 :

33G

S o u th C a r o li n a M ilit a n

A cadem y.

ítast

C in d a d e la , la

fe r r o c a r r ile s d e fic ie n t e s

10 8 -10 9 , 12 8

1 2 0 ; la e s c la v itu d v is ta c u in o g arcin lia

S p o t s y lv a n ia , b a la d a i l r

12 , 18, 3 2 S , 3 2 4 -

d e lib e rta d en 5 7 3 9 : m u je r e s 4 0 6 4 0 7 : n a c io n a lis m o eil

3 2 ¿ 3 ÍI7 S p n n g fie ld (M a s s a c h u s e it s , S p n n g fie ld , liflc

g u e rra d e

81)

2 8 , 7 1;, 7 9 . (jn, 4 17 . 4 44 ,

II” S(. L o u is (M is s o u ri)

3 4 -3 * 1, f i | , 107, 2 1 4 ;

3 5 - 3 9 . 5 9 ; p o b la c ió n

7 2, 10G . 13 2 , 2 3 6 ,

3 13 . 4 5 5 : p o b rez a en

3 6 : p o p u la r id a d

6 o , 6 3 ; p r o d u c c ió n

d r b ie n e s m a n u fa c tu ra d o s

21, 2¡}, 17 9 :

r iq u e z a p e í e á p it a d e 2 1 , 3 2 - 3 3 ; tá le n lo

64, 1 4 5 , I"j7

d e lo s c o m a n d a n t e s en

S l P h ilip , fu e rte 6(1, 111 3 , 2 7 8

10 0 1 11 3 : u n ió

d ista s e n 6 0 , 6 3 - 6 4 , 15 6 , 1711, 2 1 3 . 217,

S ta lin , J o s e í 122 S u m ía n . l'.d w in

5 4 * 5 5 ; o b je tiv o s d e

12 , 124 1 2 6 : p la n t a c io n e s en

d e la s e c e sió n en

arsen al d e

29 , 3 5 , 5 4 .

n i . c o m p a r a c ió n c o n el N o r le

vea-v tambim C o n fe d e r a c ió n

246, 274; 10 1, 1 3 3 , 237. 3 0 9 , 3 11

154

S y k e s, (ie o r g e

S ic d m a n . fu e rte 3 4 2 S le p h c n s , A le x a n d e r

4 02

Tallalian.tr,

S lo n e . K a le 3 9 ]

css 380

T ap p a n , h erm a n o s 43

S lo n e m a n , C e o i g e

24 C , 3 5 5

Stortes R i v c i . b a t a lla d e

24 2. 2 9 8

S lo v v e , l l a i r i e t B e e t h e r 3 2 , 42, 4 5 6 S t u a i t . J . E . U. 7u , 1 0 3 , 2 2 8 . 2 4 8 , 2)¡(i, 2 5 5 . J j< ). 3 2 a - 3 * ^ 1 4 3 7 - p o n e (in al a ta q u e d e I t n m n 5 7 ; en la c a r g a d e c a b a l l e ­ ría e n la p r im e r a h a la d a d r Rtill K un

'y z ' 3 3

T a v lo r. R ic h a r d

139

T a y lo r , Z a c h a r y

8 6 . 14 0

te lé g r a fo 77, 1 4 3 , 3 0 7 . 3 4 1), 4 3 4 T en n esse e

fio, 72. 9 5 , 12 7 . 1 3 1 , 1 3 5 . 1 5 5 .

17 0 , 18 1 - 18 2 , 2 1 3 , 2 1 5 , 2 1 8 , 2 2 2 -2 2 4 , 2 9 ^ 1 3 0 9 - 3 1 1 . 4 6 7 4 6 8 ; fe r r o c a r r ile s d e fre n te d e

2 14 ;

I lo o d

3 6 5 3 6 6 , 3 6 8 ; se d e c la r a la m d e p e n

Slu rgis, S a m u e l 39 6

d e n c ia e n

s u b n ia i i n os

1 5 6 , 18 2 , 2 1 3 , 2 1 8 , 2 3 9 - 3 4 0 , 2 4 2 , 2 7 5 T e n n e s s e e , r io

Su n m er, C h a rle s , g o lp es a 5 7

6H 'Í>3, 6 5 , 7 3 - 7 5 , 8 1 , 87,

i j l, 1 2 3 , 12 7 , 14 7 . 1 5 5 . I j - , 3 7 0 S u r, el

1 2 ; a c a d e m ia s m ilita r e s 81) 8 1 ; a l

ía b e ii/ a c ió n

3 (i; a lg o d ó n d e

1 " , 2 7 29 ,

3 >. 3 4 3 . l i -1 3 . 3 ° . 5 * 9 7 . " ’ 4 ' 9 a. 2 3 4 - 29 7 - 3 7 9 - 4 « 3 ' 4 «. 4 4 > 1 4 2 . 4 5 5 : a lis ta m ie n to v o lu n ta r io en

6 3 -6 5,

10 6 , 127 12 8 . 13 7 , 14 0 , 17 5

T tu u iv m n , AlfrLtd l^ m l

t-‘s s 3 8 0

S u m t e r , fu e r te

6 3 ; u n io n is t a s en

176 . 178 . 1 8 1 - 1 8 , . 2 1 3 , 2 7 5 . 4 5 7

Stiitm er, P'.dtvín 2 3 5

Sumtrf.

12 9 :

iiilL-nta (o in a i

6 9 : arm as

leroei

cuerpu,

Íií)

c