Introduccion a La Sociologia

r/>— 4 MENZEL o' LL O o< _1 INTRODUCCION A LA < o 2o FONDO DE CULTURA ECO I ON DO DE CULTURA ECONOMICA l-Vmuc

Views 178 Downloads 507 File size 8MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

r/>— 4

MENZEL

o' LL O o< _1

INTRODUCCION A LA

< o 2o

FONDO DE CULTURA ECO

I ON DO

DE

CULTURA

ECONOMICA

l-Vmuco, 63

México, D. F.

Junta de Gobierno: Gonzalo Robles, Eduardo Villaseñor, Emigdio Mar­ tínez Adame, Daniel Cosío Villegas, Eduardo Suárez, Jesús Silva Herzog y Enrique Sarro. Director General, Daniel Cosío Villegas. o bras

p u b l ic a d a s :

Acosta, Historia natural y moral de las Indias Aldrighetti, Técnica bancaria Armand y Maublanc, Fourier Birnie, Historia económica de Europa C.mnan, Repaso a la teoría económica ( ’.irr-Saunders, Población mundial C.isscl, Pensamientos fundamentales en la economía ( 'ole, Doctrinas y formas de la organización política í ’iivillier, Protidhon Dny, Historia económica mundial 1914-1939 I 'hiu, Dos décadas de política mundial I l.iring, Comercio y navegación entre España y las Indias I fnulrrton, Oferta y demanda I loMn-s, Lcviatán l.unki, Karl Marx 1,

l iberalismo europeo

I nrl r. J., Ensayo sobre el gobierno civil l.iippol, y J. Luc, Diderot, 2 vols. I

l'Vlipr, El payaso de las bofetadas

Mi ii/rl, A„ Introducción a la sociología

Sección de Obras de Sociología dirigiila por José Medina Echavarría

I

Manuales Introductorios

Introducción a la Sociología

Primera edición alemana, 1939 Primera edición española, 1940

Queda hecho el depósito que marca la ley. Copyright by Fondo de Cultura Económica

Impreso y hecho en México Printed and made in México



AD O LFO M ENZEL Profesor de la Universidad de Viena

Introducción a la Sociología Vensión Española de ANGELA SELKE

y ANTONIO SANCHEZ BARBUDO

FONDO DE CULTURA ECONOMICA Pánuco, México

63

PREFACIO

En esta obra, en la que se recogen las lecciones dadas en di­ ferentes cursillos en la Universidad de Viena, se trata de hacer una exposición de conjunto de la ciencia sociológica, aun tan discutida. Un fin pedagógico es, pues, el primordial objeto de este libro. E l autor ha procurado huir de una visión unilateral de los problemas; mas por ello no renuncia a expresar su propio punto de vista a la vez que a utilizar los resultados de sus in­ vestigaciones hechas en años anteriores, particularmente en lo que se refiere a la Historia de la Sociología y a la Sociología del Estado. Adolfo M E N Z E L

IN TRO D U CCIO N

S e puede definir la Sociología como el estudio de las formas sociales tal como éstas se presentan en la realidad. AI restringir este estudio a lo humano, queda eliminada la Sociología animal, ciencia especial que ha progresado mucho en nuestros días. A. Espinas y B. Allverdes han realizado sobre este punto importan­ tes investigaciones. Con el término "formas sociales” nos refe­ rimos tanto a las relaciones circunstanciales que puedan esta­ blecerse entre los hombres como a las relaciones más estables (Formaciones y Grupos Sociales). Dada la importancia que en la definición de la Sociología hemos dado a la realidad en sí misma, rehusamos toda consideración ética o política sobre los grupos sociales como no incumbente a la Sociología propia­ mente dicha. Por muy valiosa que pueda ser una concepción de la sociedad desde la perspectiva del deber ser, hemos de de­ jar ésta a otras ciencias, tales como la Etica, la Metafísica o la Política. La historia de la Sociología nos muestra el olvido frecuente de la limitación natural de esta ciencia. Si la Socio­ logía quiere conservar su pureza, ha de mantenerse ajena a toda valoración de las instituciones sociales y ha de huir, so­ bre todo, de establecer ideales. Su objeto es tan sólo la com­ prensión y explicación de la realidad, tanto pasada como pre­ sente. A l tratar de la realidad presente, el sociólogo siente la gran tentación, consciente o inconscientemente, de lanzar pro­ posiciones encaminadas a la organización de una vida social futura; pero es en este caso cuando con más ahinco ha de es­

2

INTRODUCCIÓN

forzarse en reprimir estos deseos que pudieran turbar la obje­ tividad de su juicio. A l definir el concepto de Sociología se ha discutido si ésta debe limitarse a la descripción de las formas sociales, esto es, a las relaciones interhumanas y a la formación de grupos, o si ha de tomarse también en cuenta el contenido cultural de estas formas exteriores. Existe en todo caso la posibilidad de rozar otras ciencias culturales especiales (la Religión, el Derecho, la Moral, la Economía, el Arte, etc.), que tienen por objeto di­ versos aspecto: culturales. Por esto se ha dicho que la So­ ciología, presentada como ciencia cultural, carece de un objeto propio. Hay que distinguir, sin embargo, el caso en que los mencionados factores culturales son investigados como tales, de aquél en que sólo se examinan en relación con las bases socia­ les, es decir, cuando se investigan las formas particulares, que aparecen en las relaciones interhumanas o agrupaciones, en el terreno de la Religión, el Derecho, la Economía, etc. En el pri­ mer caso tratamos de una ciencia cultural especial; en el úl­ timo, en cambio, de problemas de Sociología. Además, ésta tiene por misión investigar la relación que entre sí guardan diferentes factores de la cultura, como por ejemplo, la relación entre la Moral y el Derecho, entre la Economía y la Religión, etc., ya que este punto se omite en la mayor parte de las cien­ cias especiales. Por otra parte, no es lo más interesante saber bajo qué nombre se aborda un cierto objeto de investigación; lo verdaderamente importante es saber que se amplía el campo de nuestros conocimientos. No es, por tanto, una desgracia el que alguna vez un sociólogo investigue ciertos aspecto de la Reli­ gión, como en el caso de Max Weber, o que un especialista en Fíconomía Política, como F. de Wieser, estudie las relaciones de poder en la sociedad. En todo caso nos parece imprescindible una Sociología de la cultura al lado de la llamada Sociología formal; por lo cual en el último capítulo de este libro se trata de ella, aunque sólo sea en sus rasgos fundamentales. Vemos, pues, que la ciencia de la sociedad tiene un carácter enciclopé­

INTRODUCCIÓN

3

dico, sin que por esto sea una mezcla confusa de diferentes ciencias, ya que en Sociología es sobre todo importante la co­ nexión de los diversos factores culturales con las formas sociales. Con todo lo dicho creemos queda indicado cuál es el punto de vista intermedio en la discusión sobre el objeto de la Socio­ logía. Quedan, sin embargo, aun sin exponer grandes divergencias en lo que se refiere a este tema, pero no debemos exagerar su importancia, sobre todo cuando resulta que las diferencias conciernen más a la terminología que al fondo mismo de la cuestión. De la razón de ser de la ciencia llamada "Sociología” ya no se puede hoy dudar con fundamento, como trataron de hacer hace algunos años el filósofo Dilthey y el historiador von Below. Si algunas veces se habla de un estado crítico de la So­ ciología, hay que advertir que incluso tratándose de viejas cien­ cias con fundamentos muy firmes, como la Física o la Psicolo­ gía, se habla también actualmente de tal estado. Y en lo que se refiere al nombre de nuestra ciencia, el término "sociología” , introducido por vez primera por A. Comte, ha sido aceptado in­ ternacionalmente. En alemán se utiliza como equivalente el tér­ mino "ciencia de la sociedad” . Mas no debe deducirse del he­ cho de que Comte diera nombre a esta ciencia que sea también él su creador; y esto lo veremos claramente en la exposición his­ tórica que hacemos a continuación. Sería también un error su­ poner que la Sociología tuviese una relación estrecha con el socialismo, pues éste tiene por objeto en primer lugar la crítica de la sociedad actual y el establecimiento de ideales sociales, lo cual, según ya hemos indicado, no es de la incumbencia de la Sociología; mas en la medida en que las teorías socialistas tra­ tan de describir la estructura de la sociedad y explicarla, la So­ ciología las toma en consideración, aunque sometidas, claro, a una crítica científica, la cual no puede liquidarse suponiendo esta crítica simplemente un "prejuicio burgués” . Tenemos asi­ mismo que separar de la Sociología la ciencia llamada "Política Social” , ya que también en ella encontramos, en primer lugar, puntos de vista críticos y propósitos de reforma. En la literatu­ ra norteamericana de la ciencia de la sociedad aparece, sin em­

4

INTRODUCCIÓN

bargo, frecuentemente, la descripción de las condiciones socia­ les ligada a proposiciones para su mejoramiento; y se habla en este caso de la llamada Sociología aplicada. Mas en la teo­ ría de esta ciencia se ha señalado ya su distinción de la Socio­ logía pura. En Alemania, por el contrario, la filosofía social es la que ha invadido a veces el terreno de la Sociología; también en este caso precisa una separación rigurosa para preservar la ciencia de la sociedad de influencias ajenas y asegurar así su carácter propio de ciencia positiva de la sociedad real.

CAPITULO I H IS T O R IA D E L A SO C IO LO G IA H A S T A SP E N C E R

i. Observaciones preliminares Las opiniones sobre los orígenes de las investigaciones socio­ lógicas difieren mucho. Esto es bien comprensible ya que in­ cluso el objeto de esta ciencia se concibe diferentemente. En la Introducción de esta obra se ha expuesto el punto de vista del autor, según el cual la ciencia de la sociedad, como ciencia real que es, debe distinguirse tanto de la Etica como de la Política; quedando también la Metafísica fuera de su dominio. En cam­ bio, se rechazó la teoría de que la Sociología se debe limitar a la investigación de las formas de socialización; reconociendo el derecho a darle un contenido cultural. En consecuencia, el pro­ blema de una historia de la Sociología se presenta del modo si­ guiente: ¿Desde cuándo los hombres se han preocupado por la descripción y explicación de los fenómenos sociales? No cabe, naturalmente, duda alguna que en todas las épo­ cas se han emitido opiniones sobre el estado y la sociedad des­ de el punto de vista de la política o de la moral. Mas estas in­ vestigaciones no se incluyen, con razón, en el campo de la Socio­ logía. Pero las investigaciones sobre la sociedad, con carácter puramente empírico, son mucho más antiguas de lo que hasta hace poco parecía suponerse. La opinión hoy dominante consi­ dera la Sociología como una ciencia moderna del todo, es decir, ajena tanto a la Antigüedad como a la Edad Media, no sólo por

6

HISTORIA DE LA SOCIOLOGÍA

su nombre, sino también por los temas de que trata. Mas di­ vergen mucho las opiniones sobre los comienzos de la Sociolo­ gía en esta época moderna. Según una opinión, se fija su co­ mienzo en la literatura inglesa enderezada contra el Derecho Natural de los siglos x v h y xvm (Sombart). Según otra con­ cepción, su comienzo ha de buscarse en la literatura política de la época del barroco, es decir, en la oposición permanente que se expresa en ella entre la inteligencia y los poderes sociales (Brikmann). Todavía más cerca se sitúan los comienzos de la Sociología si se admite como punto de partida las repercusiones de la Re­ volución francesa, con las obras de Saint-Simon en Francia (Barth); o en el romanticismo, en relación con la filosofía idea­ lista alemana (O. Spann), situando en primer plano a Hegel y su escuela. También es muy frecuente la opinión de que debe considerarse como el verdadero fundador de la Sociología a August Comte; los ingleses y norteamericanos, en cambio, creen que Spencer dió a la Sociología su verdadero carácter cientí­ fico. Los partidarios de la opinión de que existe una Sociolo­ gía particular alemana ven el fundador de la ciencia moderna de la sociedad en Lorenzo de Stein (Freyes). En cambio, los socialistas, como es natural, en Karl Marx. Más cerca aún sitúa el nacimiento de la Sociología moder­ na el sistematizador de la Sociología formal, von Wiese, que califica todas las investigaciones mencionadas de prehistoria de la Sociología, haciendo comenzar ésta tan sólo en el siglo xx. Pero todas estas opiniones tienen un carácter más o menos arbi­ trario. Podemos decir que la ciencia de la sociedad nació cuan­ do, por vez primera, se hizo una descripción objetiva de las for­ mas sociales. Por supuesto que el material de estas investigacio­ nes ha aumentado continuamente; pero se trata más bien de di­ ferencias cuantitativas y de perfeccionamiento del método de investigación. Por esta razón, encontramos del todo justificado el comenzar la Historia de la Sociología por la época de los griegos. Podría incluso tomarse en consideración la literatura del

E N T R E LOS GRIEGOS

7

Antiguo Oriente en la medida en que en ella se trata de temas sociológicos. En efecto, en los libros sagrados de los antiguos hindúes encontramos algunas investigaciones que nos parecen bien modernas, como se demuestra en el libro de Hildebrandt Política de la Antigua India (1923). También Sorokin, en su obra Las teorías sociológicas actuales (1928), en los diferentes capítulos sobre la sociología biológica, geográfica, económica y psicológica menciona con frecuencia a predecesores de la Socio­ logía, nombrados en obras de Confucio, Mencio y otras del An­ tiguo Oriente. Pero ya que estos no tuvieron influencia visible sobre la ciencia europea, no nos referiremos a ellos en este libro. Comenzaremos, pues, con la Sociología en tiempos de los grie­ gos y terminaremos el capítulo con Spencer, ya que a partir de él abandonamos el punto de vista cronológico.

2. La sociología entre los griegos Por muy grande e importante que sea el lugar que en las letras griegas ocupan las investigaciones éticas y políticas sobre el estado y la sociedad, no debemos, sin embargo, olvidar que junto a estas obras críticas y filosófico-sociales existen otras de Sociología propiamente dicha, es decir, que tratan de la des­ cripción y explicación de fenómenos sociales reales; obras tam­ bién importantes, y cuyo valor no ha sido apreciado con justi­ cia hasta ahora. Y no se trata sólo de meros presentimientos o aporques1 ocasionales, sino de exposiciones coherentes. Citare­ mos en primer lugar, como ejemplo, el problema de la relación entre Physis y Nomos, que presenta un carácter eminentemente sociológico; problema muchas veces examinado en la literatura griega, y que consiste en saber si los fenómenos sociales, el len­ guaje, la religión, las costumbres o el estado, tienen su funda­ mento en la naturaleza o en una creación consciente. Este pro­ blema, por otra parte, ha vuelto a discutirse, aunque en forma

1 En francés en el original.—N. del T.

H ISTORIA DE LA SOCIOLOGIA

«ligo distinta, en la moderna ciencia de la sociedad que ha divul­ gado en este caso la expresión "dirección voluntaria” Si tratamos de las diferentes formas que presentan las aso­ ciaciones humanas, de los tipos diversos de dominación, de la esencia de la Revolución, de la dinámica social o del problema de la relación entre caudillo y masa, encontramos que sobre to­ dos estos temas existen ya trabajos de los pensadores griegos. No podemos abordar aquí el estudio detallado de estas obras, pero en un breve examen cronológico aludiremos a algunos de los más importantes investigadores griegos de la sociedad. Hay que mencionar en primer lugar a Heráclito, el cual, en algunos fragmentos célebres, aseguró que el "antagonismo” era la causa principal del cambio en la naturaleza y en la socie­ dad: "La guerra es madre de todas las cosas, reina de todas las cosas” . De modo expreso se atribuye también a la guerra la for­ mación de las clases sociales. El paralelismo de esta teoría con otras modernas es bien evidente. Otro filósofo antiguo, Empédocles, ve no sólo la lucha, sino también la amistad como base para el desarrollo de la naturaleza y la sociedad; atracción y repulsión serían, pues, las fuerzas fundamentales en el univer­ so; esto es, el odio y el amor. Los sofistas griegos se ocuparon también de la vida social de los hombres. Se dice que Protágoras escribó un libro titulado: La primera organización de la sociedad, algunos de cuyos frag­ mentos encontramos en el diálogo platónico Protágoras. Refe­ rentes a otro sofista llamado Trasímaco, hay escritos que di­ cen enseñaba: "En todos los estados, la legislación depende de los intereses de la clase dominante” . A buen seguro es superfluo indicar el paralelismo de esta concepción con otras modernas. Según puede leerse también en Platón, vemos que, más tarde, aparece Calicles, creador de la teoría del derecho del más fuer­ te y precursor, por tanto, de Federico Nietzsche. Aun más fértiles son las consideraciones sociológicas conte­ nidas en las obras de los dos grandes filósofos Platón y Aris­ tóteles. En el primero se encuentran estudios sobre división del trabajo, tnodos diversos de dominación, historia primitiva de la

EN T R E LOS GRIEGOS

9

vida social, psicología de las masas, transformaciones de la Cons­ titución, relación entre el carácter humano y la forma del es­ tado, así como sobre patología social. De todos estos temas se trata en los dos diálogos Politeia y Nomoi, dentro de su gran sistema del estado ideal, aunque hasta ahora se hayan tomado poco en consideración. La Sociología griega llega a un punto culminante con las obras de Aristóteles, es decir, en la Política v en la Etica. En la primera, la crítica y el establecimiento de ideales ocupan el primer lugar; pero encontramos en ella estu­ dios puramente sociológicos tan numerosos que un sabio ame­ ricano, Giddings, llegó a afirmar que la Política de Aristóteles era aún hoy la obra más importante que existe sobre la socie­ dad humana. Su mayor importancia ha sido, sobre todo, para la sociología del estado en la Edad Media y en la época Mo­ derna; basta sólo con recordar la frase célebre en la que dice que el hombre es un animal político, o la que se refiere a la prioridad del estado sobre el individuo. La concepción del es­ tado como un organismo procede también, como es sabido, de Aristóteles, cuya idea sobre la autarquía ha influido hasta el presente. En la misma obra se enseñan también las causas y efec­ tos de las revoluciones; tema eminentemente sociológico. Más importante aún nos parece la descripción, contenida en la Etica a Nicómaco, de las formas sociales (libros vni y ix: 'De la amistad” ) . En ellos se expone en primer lugar el ori­ gen de las asociaciones humanas y luego se estudia, entre otros, el problema de saber si la igualdad o la desigualdad es lo más favorable para la iniciación de la "amistad” . Luego se examina la estructura de las diferentes asociaciones, haciéndose la distin­ ción entre las uniones de camaradería, compañerismo y genera­ ción. En la obra aristotélica quedan bosquejadas varias teorías modernas sobre su división así como la diferencia entre "comu­ nidad” y "asociación” . Con particular insistencia se habla de la sociología de las relaciones familiares y se examina la de las diferentes uniones con el orden legal. Estas alusiones deben bastar para que quede justificada

H ISTORIA DE LA SOCIOLOGÍA

io

nuestra afirmación de que existe una Sociología griega. Por lo demás, remito el lector a mis obras: Kallikles (1922), Beitrdge zur Geschichte der Staatslehre (Contribución a la historia de la teoría del estado), 1929; Heraklits Rechtsphilosophie (La filosofía del derecho en Heráclito), 1933; y sobre todo Griechische Soziologie (la Sociología griega), 1936; obra esta última que ha aparecido en las Actas de la Academia de Ciencias de Viena, sección filosofico-histórica, t. 216. Es evidente, por otra parte, que la ciencia de la sociedad entre los griegos aparece ligada a su tiempo y que presenta, junto a las ideas antes mencionadas, de valor permanente, otras de valor perecedero, sobre todo al tratar de la ciudad-estado griega y de la economía basada en la esclavitud. E incluso Aris­ tóteles no se eleva por encima de estas limitaciones.