INTRODUCCION A LA SOCIOLOGIA

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INTROCUCCIÓN A LA SOCIOLOGIA Y LA SOCIOLOGIA DE LA EMPRESA

INTRODUCCIÓN La importancia del estudio de la Sociología es, en nuestro tiempo, muy grande, ya que nos permite darnos cuenta de la clase de sociedad en que vivimos, y, en consecuencia, percatamos de cuál es nuestra posición dentro de la estructura social en la que estamos insertos. Como en nuestra sociedad los cambios sociales se producen con una gran celeridad, ya que vivimos en una sociedad de transformación, para poder tomar conciencia del carácter inestable de la estructura de nuestra sociedad es necesario recurrir a la Sociología, la cual nos permite percatarnos de ello y esto hace que nuestras actitudes y nuestra conducta en relación con la sociedad se encuentren en consonancia con ella. Sin los conocimientos que nos suministra la Sociología no es posible cobrar conciencia de la forma en que debemos instalarnos en el marco de referencia de la sociedad actual. En tal sentido, el presente trabajo tiene como finalidad introducirnos al conocimiento de la Sociología en general, indagaremos en sus orígenes, conoceremos quienes fueros sus precursores.

Investigaremos un por sobre las diferentes

instituciones que conforman a la sociedad. Trataremos también, algunos conceptos básicos de la sociología. Toda esta información formara parte de la primera parte de este trabajo. En la segunda parte de esta investigación, realizaremos el estudio sobre una de sus ramas como lo es la Sociología de la Empresa, sus orígenes y su relación con otras ramas. De igual modo hablaremos un poco sobre la Empresa como institución y sus objetivos.

SOCIOLOGÍA

La Sociología se ha convertido en una de las ciencias más populares en las sociedades de nuestros días. Los sociólogos son consultados por los políticos, por los empresarios, por los dirigentes de las grandes organizaciones. Sus opiniones se escuchan todos los días en las tertulias de radio y televisión. Estos sociólogos no son más que aquellas personas que se interesan intensa e incesantemente por las acciones de los hombres. El sociólogo puede interesarse en muchas otras cosas. Pero el interés al que se entrega por completo continúa en el mundo de los hombres, en sus instituciones, su historia, sus pasiones. Y puesto que se interesa por los hombres, nada de lo que éstos hacen puede resultarle tedioso. Estará naturalmente interesado en los acontecimientos que comprometen las creencias fundamentales de los hambres, en sus momentos de tragedia, de grandeza y de éxtasis. Pero también se sentirá fascinado por lo trivial y lo cuotidiano. Pero ¿qué es la Sociología? La Sociología es una ciencia social que trata de la realidad y sentido, en sí mismo, de los comportamientos sociales. Ello implica que la Sociología es un intento de constituir un conjunto de teorías lógicas y consistentes acerca de la sociedad en la que vivimos. Estudia las instituciones que caracterizan nuestra sociedad, es decir, la familia, el sistema de clases sociales y la economía. La sociología dirige su atención al hecho humano de «vivir juntos»; estudia las leyes constantes del comportamiento social tal como existe en todas partes en la sociedad. Toma como objeto central de estudio el hecho de las relaciones humanas: todo lo que contribuye a la asociación humana o deriva de ella es materia de estudio para la sociología.

La sociedad. Objeto de estudio de la sociología

La sociedad es el objeto de estudio de la sociología, eso es tan evidente e indiscutible que no tenemos por qué entretenernos más allá. La Sociología se ocupa de estudiar la realidad social en su dimensión efectiva, no toma en cuenta los ideales normativos para la conducta social, no formula juicios de valor, no ofrece ciertas reglas para actuar sobre las realidades sociales. Se limita a investigar los hechos* sociales como son, analiza al ser de la sociedad no su deber ser. Y ¿qué es la sociedad?

La sociedad es aquella que está formada por individuos que actúan colectivamente. Ya sea como parte de su familia, grupo escolar, núcleo de trabajo, sindicato o club, los seres humanos realizan actividades que guardan una estrecha relación con las de otros seres humanos. Es en esas actividades que se constituyen a sí mismos como sujetos sociales y se convierten, por ello, en objeto de estudio de la sociología. Origen de la Sociología

La Revolución Francesa hizo posible que la sociedad se considerara desde un nuevo punto de vista. Con ella, las “masas” irrumpieron en el escenario político y obligaron a los seres humanos a pensar en la sociedad como un ente colectivo en cuyo seno latía un enorme potencial de cambio. La radical transformación sufrida por Francia y finalmente por Europa y América a raíz de la Revolución Francesa produjo un verdadero cambio en las mentalidades. Al impulso precursor de Montesquieu, cuyo interés por el estudio sistemático de la sociedad se adelantó muchos años al surgimiento de la sociología, quizá debería sumarse esa toma de conciencia propiciada por la revolución. Además de la Francesa, otras dos revoluciones contribuyeron a desarrollar el interés por la sociedad: la Revolución Científica y, principalmente, la Revolución Industrial. Nos referimos, en el primer caso, a la gran cantidad de descubrimientos que desde mediados del siglo xvii se venían produciendo en las ciencias naturales a partir de la utilización del método experimental. Robert Boyle, Robert Hooke, Pierre Gassendi y, por supuesto, Isaac Newton, habían logrado enormes avances en el terreno de las matemáticas, la física, la química y el estudio de la mecánica celeste. Sus descubrimientos demostraron que el mundo de las cosas podía ser comprendido, explicado y puesto a prueba, ¿por qué no intentar eso mismo con el mundo de los seres humanos? El ejemplo de los científicos despertó en otros intelectuales la convicción de que la sociedad podía estudiarse con la misma precisión que los objetos físicos. Ése era el afán del conde Henri de Saint-Simon cuando afirmaba que “el método de las ciencias naturales debía aplicarse a la política”, así como de Auguste Comte, quien pretendía construir “la ciencia verdadera del desarrollo social”. Ya no se trataba de realizar una reflexión filosófica sino de utilizar la experiencia en la formulación de leyes que, como sucedía en las ciencias naturales, dieran cuenta de las regularidades del proceso social. Al mismo tiempo, con más fuerza aun que en las ciencias naturales, los cambios producidos en la sociedad por la Revolución Industrial motivaron a muchos hombres inteligentes y observadores a emprender un análisis social que condujera a la solución de grandes problemas.

Se llamó Revolución Industrial a la introducción de adelantos técnicos en los talleres de hilado y tejido de la lana en Inglaterra y Escocia, que dieron paso a un acelerado proceso de industrialización en toda Europa a partir de 1760. A las máquinas accionadas por la fuerza animal o humana sucedieron las que utilizaban la fuerza hidráulica, que a su vez fueron reemplazadas muy pronto por la máquina de vapor. Súbitamente, las posibilidades de la producción se habían transformado: un fabricante podía de pronto abarcar un enorme mercado e incrementar sus ganancias a un ritmo mucho más acelerado. La sociedad no tardaría en sufrir las consecuencias de estos cambios. Estos adelantos técnicos intensificaron el proceso de creación de fábricas y, con él, la explotación de los trabajadores. A medida que aumentaba el ansia de ganancias las condiciones empeoraban: cientos de obreros se hacinaban en espacios reducidos y en pésimas condiciones de iluminación y ventilación; la jornada de trabajo se prolongaba hasta dieciséis y veinte horas; niños y mujeres eran incorporados sin distingos al proceso de producción. Al mismo tiempo, el modo de vida rural se volvía urbano: las ciudades se desarrollaban en torno a las fábricas, a medida que miles de campesinos emigraban de otras zonas para incorporarse al proceso industrial. En 1789 el mundo era todavía predominantemente rural. En Europa, sólo París y Londres rebasaban el medio millón de habitantes; la población estaba dispersa en pequeñas villas de 30 a 40 mil habitantes y apenas unas cuantas grandes ciudades podían considerarse centros urbanos importantes. Hacia 1850, las nuevas urbes industriales se habían multiplicado: Manchester, Liverpool, Glasgow, Lyon y Hamburgo, junto con Filadelfia, Pittsburgh y Baltimore en Estados Unidos, habían crecido a un ritmo vertiginoso y contaban con poblaciones de 100 a 400 mil habitantes. París ya tenía un millón y Londres más de dos millones. El mundo rural daba paso a un mundo urbano, con nuevos problemas y situaciones.

Nace la Sociología

La industrialización, la aparición de los grandes núcleos urbanos, el surgimiento de la clase obrera y las penosas condiciones de vida de esta última influyeron en la vida colectiva de los seres humanos y llevaron a los intelectuales a iniciar un estudio sistemático y razonado de la vida social. Éstos percibían que aun cuando el mundo se había transformado, las personas no eran por ello más felices. Las expectativas surgidas de la Revolución Francesa e, incluso, del imperio napoleónico se enfrentaban a la dura realidad de la des igualdad, la pobreza y la inestabilidad política. Muchos pensadores respondieron a ello con propuestas en torno a la sociedad, ya considerada como un ente colectivo con reglas propias. Aunque la preocupación se centró por un lado en el restablecimiento del orden, trastornado desde la revolución,

la tendencia predominante se orientó hacia la reorganización social y la solución a los problemas de la clase trabajadora. Surgieron así las utopías socialistas, producto de la imaginación de una generación de intelectuales que, como dijo Federico Engels, intentaron “descubrir un sistema nuevo y más perfecto de orden social para implantarlo en la sociedad desde fuera, por medio de la propaganda y, de ser posible, con el ejemplo, mediante experimentos que sirvieran de modelo”. William Godwin, Charles Fourier, Robert Owen y el conde Henri de Saint-Simon pertenecen a este grupo de autores conocidos como los socialistas utópicos, en cuyos proyectos de reorganización social latía el germen de lo que sería el estudio moderno de la sociedad Fue Henri de Saint-Simon (1760-1825) quien trazó el camino al anunciar el advenimiento de una nueva etapa en las sociedades, en la cual la racionalidad de la empresa industrial y la lógica de la producción ocuparían el lugar central. Comenzaría así la etapa “positiva”, caracterizada por la utilización de la ciencia en la comprensión de la realidad. La psicopolítica, como la denominó Saint-Simon inicialmente para luego utilizar también los nombres de “ciencia del hombre”, “fisiología social” y “fisiología positiva”, se aplicaría a la política y a la sociedad usando “el método de las ciencias de la observación”, cuyos elementos, según SaintSimon, eran “el razonamiento y la experiencia”. Fundó así, de hecho, la ciencia social, aunque bautizarla correspondería a su discípulo: Auguste Comte. Por su parte, Augusto Comte (1798-1857), quien fuera secretario de SaintSimon durante algunos años, se separó de él en 1823 y continuó desarrollando el sistema de pensamiento de su maestro, la llamada “filosofía positiva”, que Comte hizo culminar con la fundación de la ciencia de la sociedad, la sociología, disciplina totalizadora que según él, conduciría al verdadero progreso de la humanidad. Para muchos autores, el mayor mérito de Comte fue haber inventado el neologismo “sociología” que en adelante designaría a la nueva ciencia (combinación de la raíz latina societas, sociedad, y la griega logos, tratado). No obstante, es preciso reconocer su entusiasmo científico y su esfuerzo sistematizado, que lo llevaron a sintetizar y enunciar, como componentes imprescindibles de la sociedad, los dos temas que han sido fundamentales en la investigación social hasta nuestros días. Comte los llamó orden y progreso, que el hacía corresponder con la estática y la dinámica sociales. Después de Comte, el desarrollo de las diversas corrientes sociológicas hasta el presente muestra, por una parte, esta inquietud por desentrañar las razones profundas que mantienen a las personas unidas dentro de una sociedad, les permiten vivir ordenadamente y los conducen a cohesionarse de nuevo después de aun los peores cataclismos. Por otra parte, la sociología se interroga acerca de las leyes que rigen el cambio social y acerca del conflicto, la desigualdad y la transformación constante de la sociedad en tanto tendencias que de pronto pueden asumir las proporciones de una nueva revolución.

Principales teorías clásicas de la Sociología.

La aparición de la Sociología se produjo a partir de un contexto social concreto y de una reciente demanda de atención a lo social, pero también, en el ámbito de una evolución específica del pensamiento social cuyos antecedentes es preciso valorar en sus justos términos. Precisamente a partir de la estela de influencias de este pensamiento social, varios grandes teóricos del siglo XIX pusieron las bases para el desarrollo de la nueva ciencia: Saint-Simon fue el precursor; Augusto Comte fue el padre de la Sociología, al que debemos la acuñación de este término; Emilio Durkheim desarrolló enfoques de estudio e investigación que dieron un verdadero estatuto científico a la nueva disciplina; y finalmente Carlos Marx y Max Weber contribuyeron, con su gran capacidad analítica, al desarrollo de las bases teóricas de la nueva ciencia de lo social. Este reducido grupo de personas conforman el núcleo básico de lo que generalmente se conoce como padres fundadores de la Sociología.

Saint-Simon (1760- 1825) Es considerado como el precursor más directo de la Sociología, como una especie de San Juan Bautista de la nueva ciencia. Para muchos, incluido el propio Durkheim, el honor de poder ser reconocido como padre de la Sociología, en realidad no correspondería a Comte, sino a Saint-Simón. ~Saint-Simón- dirá Durkheim- no emplea la palabra Sociología, que Comte inventará más tarde; emplea el nombre de fisiología social, que significa lo mismo. Saint-Simon planteó la necesidad de constituir una ciencia de la sociedad basada en una filosofía positiva, en hechos observados y discutidos. Esta ciencia social, calificada por él como fisiología social, es entendida como un elemento más de la ciencia general, que opera de acuerdo a unos mismos principios, y en cuya cima, como una síntesis ascendente de conocimientos, se encuentra la ciencia que se ocupa de la organización de las sociedades humanas. Saint-Simon intentó establecer una síntesis de los conocimientos humanos, desplazando su atención de la filosofía a las cuestiones políticas y sociales, y finalmente a la propuesta de un «nuevo cristianismo)), basado en una doctrina de la filantropía que hundía sus raíces en «una concepción panteísta del universo».

Auguste Comte (1798-1857) Es considerado como el padre de la Sociología no sólo por acuñar la propia expresión de Sociología, sino por haber realizado también la primera propuesta sistemática de esta nueva ciencia. La idea básica de Comte era que todas las ciencias formaban una jerarquía, de forma que cada eslabón del edificio científico dependía del anterior. En la base estaban las matemáticas, que trataban de los aspectos abstractos de los fenómenos, luego se encontraban la mecánica, la física, la química, la biología y finalmente, en el vértice de la pirámide de las ciencias, debía encontrarse la Ciencia de la Sociedad, rebautizándola después con el nombre de Sociología. Comte, se situó en la perspectiva del orden social, reivindicando la necesidad de un «consenso universal», de una comunidad de ideas compartidas. Desde esta óptica, la verdad es que las aportaciones concretas de Comte al conocimiento de la estructura social y a los procesos de cambio son muy limitadas y esquemáticas Distinguía tres planos en la sociedad: el individuo (al que no consideraba como objeto de análisis sociológico), a la familia (que veía como la unidad social básica ligada por una unidad moral que la diferenciaba de las demás unidades sociales) y las combinaciones sociales (la a más alta de las cuales era la humanidad como tal).

Emilio Durkheim (1858-1917) La historia de la Sociología, tal como hoy la entendemos, empieza propiamente con Emilio Durkheim. Durkheim no se limitó a hablar de una nueva ciencia y de sus posibilidades, ni a diseñar grandes teorías generales de la evolución social. Durkheim hizo Sociología, empeñándose en investigaciones sociales concretas y esforzándose por desarrollar reglas y procedimientos de investigación específicos. Puede decirse que con Durkheim la Sociología alcanza por primera vez un status propio, desde un punto de vista académico e investigador. Para Durkheim, la sociedad era algo más que la «mera suma de los individuos», era una «realidad específica que tiene caracteres propios». «Sin duda -dirá Durkheimno puede producirse nada colectivo, si no son dadas las conciencias individuales; pero esta condición necesaria no es suficiente. Es preciso que estas conciencias estén asociadas y combinadas de una cierta manera; de esta combinación proviene la vida social y, por consiguiente, es esta combinación lo que la explica. Agregándose, penetrándose y fusionándose las almas individuales engendran un ser, psíquico si se quiere, pero que constituye una individualidad psíquica de un nuevo género.

Carlos Marx (1818-1883) Es una de las grandes figuras intelectuales de nuestra época y, sobre todo, una de las que ha llegado a alcanzar una mayor influencia práctica en el plano político y cultural. La rica y amplia obra de Marx tiene tantas facetas como intérpretes más o menos parciales e interesados. Durante sus 65 años de vida, Marx se comprometió en muy diversas iniciativas políticas y procesos revolucionarios. Sufrió varios enjuiciamientos y persecuciones, siendo expulsado de Alemania, de Francia, y de Bélgica, para ser desterrado finalmente a Inglaterra, donde se afincó hasta el final de sus días, pasando por períodos de dificultades y privaciones. El hecho de que Marx desarrollara una teoría concreta del devenir social, a partir del análisis de los procesos de producción económica, no dificulta en absoluto que su aportación pueda considerarse como una de las grandes contribuciones al acervo teórico de esta disciplina, hasta el punto de que Schumpeter, por ejemplo, ha podido afirmar que «la llamada interpretación económica de la Historia, es, sin duda, hasta la fecha, una de las mayores aportaciones individuales a la Sociología Marx se planteó el estudio sociológico global más ambicioso que se podía emprender sobre la sociedad de su época, en cuanto modelo de producción. Lo que Marx pretendía era descubrir la estructura y el funcionamiento de los sistemas de producción a través de la dinámica histórica generada por los antagonismos y conflictos de clases que engendraban. Sus distintos estudios históricos, filosóficos, políticos y económicos se engarzaban mutuamente, proporcionando las diferentes piezas y materiales que podían conducir a la explicación global que aspiraba a construir. Para ello se necesitaba una teoría de las clases sociales, una Sociología de los procesos de cambio y antagonismo social y político, una comprensión de las leyes de la evolución histórica, una explicación del papel de las ideologías, un análisis de la estructura económica y de la forma en que lo económico inter-opera con otros componentes de la estructura social, una interpretación sobre el papel del hombre en la dinámica social y, por lo tanto, una concepción específica sobre su naturaleza social y las formas de alienación que truncaban la plasinación concreta de esta dimensión social básica de lo humano, y, con suma, una definición de las leyes del capitalismo, de la lógica del Capital. Todo ello Marx lo contemplaba no desde una óptica neutra y pasiva, sino desde una perspectiva crítica, o como él mismo decía, pertrechado con las armas de la crítica.

Max Weber (1864-1920) Es posiblemente uno de los «padres fundadores » cuya obra ha tenido una mayor influencia en la Sociología actual. Muchos sociólogos de nuestros días son herederos directos o indirectos de su legado intelectual, especialmente en el campo de los estudios de sociología política, de sociología del conocimiento y de los análisis sobre

estratificación social. Por ello Weber ha podido ser considerado como uno de los intelectuales que ((perteneció a la generación de eruditos que plasmaron la imagen actual del mundo» Weber fue una de las grandes figuras intelectuales de nuestro tiempo que más ha influido en la Sociología que se hizo después. Posiblemente su mayor virtualidad fue que no intentó llegar a conocimientos definitivos, ni se esforzó por construir un «nuevo» sistema explicativo general, sino que aplicó su mente inquieta a estudiar las más diversas cuestiones relacionadas con lo social, acumulando conocimientos, hipótesis, sugerencias y, sobre todo, interrogantes y propuestas metodológicas para poder abordar con rigor y sin anteojeras parcializadoras el estudio de una realidad tan compleja como la sociedad humana. Su capacidad para formular cuestiones relevantes, y su concepción rigurosa de la Sociología, en un sentido científico moderno, hicieron posible que a la larga su influencia en las siguientes generaciones de sociólogos, fuera bastante sólida y fructífera, precisamente, porque Weber no intentó descubrir y transmitir «verdades» absolutas, sino orientaciones útiles.

INSTITUCIONES DE LA SOCIEDAD

Son varias las maneras de clasificar las sociedades y cada una de ellas puede ser aceptable según el punto de vista desde el que se examine la sociedad. Una clasificación más útil y significativa de las sociedades es la que está basada en el predominio de un grupo o institución importante sobre los demás de la sociedad. Entre las cuales mencionaremos las siguientes:

Economía

Es una sociedad en la que el hombre de negocios y el fabricante gozan de un alto status social; los valores comerciales y materiales ejercen gran influjo en el comportamiento de las personas; se emplea más tiempo y energía en los grupos económicos que en los demás. Los norteamericanos han oído hablar mucho de «complejo militar-industrial» desde la segunda Guerra Mundial.

Familia

Es aquella en la que hay estrechos vínculos de parentesco y se tiene en gran honor a los mayores, ancianos o difuntos, y en la que el status social se mide más por el criterio de la ascendencia que por cualquier otra norma de status. Las sociedades tribales del África han sido fuertemente influidas por los lazos de parentesco de la gente.

Religión

Es aquella en la que el punto central reside en lo sobrenatural, en las relaciones entre Dios o los dioses y el hombre, y en la que todos los otros grandes grupos se subordinan al religioso. Un ejemplo ilustrativo es la manera como la religión ha influido en la India sobre el sistema de castas y todos los demás aspectos de la vida de grupo.

Política

Es el que se suele llamar «totalitario», en el que el poder es monofásico y el Estado interviene directamente en la reglamentación de todos los demás grupos o instituciones. Educación El grado y la clase de educación que posee una persona constituyen uno de los criterios más importantes de status, lo cual está fundamentalmente de acuerdo con el hecho de la movilidad social. Las exigencias de educación se están elevando en todos los grupos sociales principales y la mayoría de los roles sociales en la sociedad industrial norteamericana requieren conocimientos y competencia técnica. Sin embargo, desde el punto -de vista de la movilidad social, hay diferencia entre el efecto de la educación en los que la reciben y en los que la dan.

Cultura

Una de las peculiaridades del concepto sociológico de cultura estriba en que este término es utilizado por los científicos sociales con un significado específico diferente al que tiene en el lenguaje común. La mayor parte de la gente identifica la expresión «cultura» con determinados conocimientos o aficiones por el arte, la literatura, la música... Por ello se dice que una persona es culta si práctica, o conoce bien, alguna de estas expresiones artísticas o intelectuales. Sin embargo, el concepto de «cultura» en las ciencias sociales es mucho más concreto y específico.

Roles

Las relaciones de los individuos en la sociedad no suelen producirse de forma aleatoria y poco predecible. Más bien al contrario, los actores sociales tienden a comportarse de acuerdo a unos patrones y pautas de actuación establecidas, de acuerdo al papel, o papeles sociales, de cada cual. Esto es lo que los sociólogos llamamos rol, Todas las personas tienden a actuar en contextos sociales determinados de acuerdo a las pautas concretas y formas de comportarse propias del rol que desempeñan. En términos del lenguaje común, la expresión rol o papel se relaciona con los personajes que interpretan los actores en una obra de teatro. Debemos recordar que la expresión «persona» también tiene un origen en un símil teatral, ya que «persona» era la máscara que utilizaban los actores en sus representaciones de teatro. El concepto rol está, pues, íntimamente relacionado con el concepto de persona como actor social. Lo «que vemos en la sociedad son personas-en roles y roles-en personas. En sociología llamamos rol a los distintos papeles sociales que se pueden desempeñar en una sociedad: por ejemplo, el rol de madre, de padre, de maestro, de juez, de hijo, de médico, de compañero, de estudiante etc. El número de roles que se desempeñan en una sociedad en función de las distintas tareas y necesidades sociales es muy numeroso. Cada rol social implica determinadas formas de comportarse y de actuar y todo el mundo espera que los individuos se adapten a las características de sus roles, de la misma manera que los actores en una obra de teatro se atienen al «papel» escrito por el autor. La sociedad puede ser vista como un conjunto de roles sociales que los individuos desempeñan en una forma que les orienta en su comportamiento y les permite prever el comportamiento que los otros tendrán de acuerdo al rol que

desempeñan en cada momento concreto, como maestro, o como juez, pero también como esposo, como padre, como amigo, entre otros.

Pautas de Comportamiento

El estudio de la sociología como ciencia sólo es posible porque en la sociedad las personas piensan y actúan según ciertas maneras similares sujetas a pauta. Una pauta es algo hecho o formado para servir de modelo o de guía en la formación de otras cosas. La pauta de comportamiento se hace o se forma con la constante repetición por muchas personas, de un mismo elemento de comportamiento. Un hábito personal idiosincrático se forma cuando un individuo repite el mismo acto de la misma manera. Análogamente podemos decir que cuando muchas personas en una sociedad hacen la misma cosa más o menos de la misma manera durante un largo período de tiempo, se desarrolla el hábito social nomotético. Esta manera repetida de pensar y de actuar es una pauta cultural. Las personas van a la iglesia los domingos, comen tres veces al día, compran automóviles a plazos, se ponen de pie cuando se toca el himno nacional. Éstas son algunas de las infinitas pautas de conducta que constituyen la cultura total. Las personas siguen haciendo las cosas de la misma manera porque han aprendido que así es como deben hacerse. Definimos brevemente la pauta de comportamiento como la uniformidad de obrar y de pensar que se produce regularmente entre una pluralidad de personas. Es la unidad básica e irreducible de los roles sociales, las instituciones y las culturas. Es un comportamiento generalizado, estandarizado y regularizado que sirve de modelo o de guía de lo que en una sociedad es una conducta aceptable o no aceptable. Las pautas de conducta no son solamente actividades externas; son también maneras corrientes de pensar y creer en una cultura, y contienen las creencias, los significados, los valores y las actitudes.

Grupo Social

El grupo social es la realidad más inmediata y central para la Sociología. La dimensión social del hombre se proyecta desde su infancia y a lo largo de su vida en el ámbito de un conjunto de grupos de muy diferente índole, desde la familia, el grupo de compañeros de clase, la pandilla de amigos, el grupo de vecinos, el grupo de compañeros de trabajo.

Estratificación Social

Aunque existen muchas variantes de la teoría de la estratificación, en términos generales se trata de una perspectiva que destaca la diferencia vertical entre los individuos. Sostiene que a partir de ciertos factores —el más importante de los cuales es el status— la sociedad se organiza naturalmente de manera jerarquizada y piramidal. Así, en el nivel más bajo (estrato inferior) de la pirámide social estarían las personas de menores ingresos y escasa educación, ocupadas tal vez en labores manuales y poco estimuladas. La pirámide continúa en forma ascendente hasta llegar al estrato superior, integrado por individuos con estudios superiores, altos ingresos y ocupaciones privilegiadas. De acuerdo con los defensores más ortodoxos de la estratificación, esto sucede porque la sociedad requiere de personas que cumplan con muy diversas funciones, otorgando diferentes recompensas a cada una de ellas a fin de que se sientan estimuladas para desempeñar las actividades que exigen mayor conocimiento o habilidad. Desde esta perspectiva, las funciones más delicadas llevan asociado un mayor status y obtienen una mayor recompensa, que no es solamente económica sino también en términos de un grado mayor de reconocimiento público, permisividad o autoridad. Todos esos factores sitúan a las personas en determinados estratos, que constituyen los escalones de la pirámide social.

Movilidad Social

En su interpretación más general, la movilidad significa todo movimiento o migración de gentes en el tiempo, en el espacio físico o en la estructura social. Los sociólogos no usan el término para referirse a un movimiento social, que se define como una agitación concertada, continua y organizada por un grupo, con un programa orientado hacia metas sociales. Un movimiento de masas, o un movimiento de reforma social, no se incluye dentro del capítulo de movilidad física o social. Evidentemente, toda movilidad debe producirse en un tiempo y en un lugar, pero hay cierta diferencia entre la movilidad física y la social. Esta última se refiere a un cambio de status social de una persona o de un grupo. Ya tratamos del status y de la estratificación y vimos que las posiciones en la estructura social son más altas o más bajas al relacionarlas entre sí. El movimiento ascendente o descendente entre estas posiciones sociales se llama movilidad social.

Cambio Social

Toda sociedad y toda cultura, aun la más tradicional o conservadora, está constantemente sujeta a cambio. Es decir, la materia objeto de nuestro estudio —los fenómenos sociales y culturales— no puede ser nunca completamente estática. El cambio es inherente a su misma naturaleza. La unidad central de la sociedad, la persona humana, está sujeta a los hechos universales de nacimiento, maduración, envejecimiento y muerte; y llega el caso en que todo el personal de una sociedad desaparece y es reemplazado por otro. La unidad mínima de cultura, la pauta de comportamiento, aunque más duradera que las personas que la realizan, está sujeta a factores de cambio. El cambio se define brevemente como una variación de un estado o modo precedente de existencia. Siempre hay algo que está sujeto a variación y el objeto así cambiado representa una reforma y combinación de modos anteriores de existir.

Conflicto Social

El conflicto social consiste en que los individuos o los grupos sociales, a través de su conducta, tratan en forma consciente de aniquilar, derrotar o bien subordinar a la otra parte, o de defenderse frente a los intentos de ese carácter que proviene de esta última. El conflicto se distingue de la competencia en virtud de que en ésta no se trata de aniquilar al adversario, de derrotarlo o subordinarlo, sino de conseguir un objeto siguiendo los lineamientos establecidos en reglas que prescriben la forma de lograrlo. El conflicto entre grupos se da entre dos partidos políticos, o entre dos familias, entre dos grupos religiosos siempre y cuando exista la finalidad de aniquilar, derrotar o subordinar al adversario. Como ejemplos de conflicto social entre individuos podemos mencionar los siguientes: El duelo, la riña, la lucha por eliminar a una persona de una institución, negocio, cargo, partido político, la lucha económica, el litigio judicial con la finalidad de arruinar al adversario; la lucha entre hermanos para lograr el apoyo paterno o materno.