Imagen Corporal en La Entrevista de Trabajo

IMAGEN CORPORAL EN LA ENTREVISTA DE TRABAJO: La comunicación verbal carecería de eficacia si no fuera acompañada de una

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IMAGEN CORPORAL EN LA ENTREVISTA DE TRABAJO: La comunicación verbal carecería de eficacia si no fuera acompañada de una serie de claves no verbales: mirada, expresión facial, distancia interpersonal, tono de voz…. En una entrevista laboral, tu cuerpo debe expresar el mismo mensaje que tus palabras. Cuando expresan mensajes diferentes, el reclutador dará mayor fiabilidad a tu comunicación no verbal, debido a que los gestos no se pueden ocultar y resultan más difíciles de controlar que las palabras. Debéis tener en cuenta que un reclutador, sabrá leer vuestros gestos corporales, como si de un libro se tratara. Se detalla a continuación 35 gestos que los candidatos suelen manifestar, y lo que denota o significa para el entrevistador. 1. Pellizcarse o tocarse alguna parte de la cara (frente, pelo, cejas, oreja, labios) o morderse las uñas: Dudas, Inseguridad, nerviosismo. 2. Tocarse la nariz mientras se habla: Se está mintiendo. 3. Apoyar la mano en la barbilla: Aburrimiento, falta de interés por cansancio. 4. Acariciarse el mentón: Aceptación positiva, toma de decisiones. 5. Retorcer y entrelazar las manos, abrir y cerrar los puños: Ansiedad. 6. Entrelazar los dedos: Autoridad y seguridad. 7. Palma de la mano abierta y hacia arriba: Sinceridad, buenas intenciones. 8. Jugar con un bolígrafo, anillo o cualquier otro objeto: Distracción, nerviosismo. 9. Golpear ligeramente los dedos contra una mesa o reposabrazos de la silla: Impaciencia. 10. Tener los brazos cruzados a la altura del pecho: Actitud defensiva. 11. Sujetar algo contra el pecho (Chaqueta, bolso, portafolios…): Miedo a los retos. 12. Asentir con la cabeza mientras habla el entrevistador: Interés, escucha activa. 13. Cejas completamente levantadas: Incredulidad. 14. Cejas medio levantadas: Sorpresa. 15. Cejas medio fruncidas: Confusión. 16. Cejas completamente fruncidas: Enfado. 17. Mirada huidiza o esquiva al entrevistador: Timidez, dificultad para integrarse, sin iniciativa. 18. Bajar la mirada: Incredulidad de lo que se escucha. 19. Mirar por encima de las gafas al reclutador: Desconfianza. 20. Mirar con los ojos entreabiertos: Desaprobar o no estar de acuerdo. 21. Mirar el reloj o frotarse las manos: Impaciencia. 22. Mirar directamente a la cara al entrevistador, pero no de forma excesivamente continuada: Interés, concentración, confianza en ti mismo. 23. Sonrisa amplia y sincera: Imagen positiva.

24. Balancear tu cuerpo: Tensión, dudas. 25. Moverse continuamente en el asiento: Nerviosismo, ansiedad e inseguridad. 26. Balancear un pie mientras tenemos las piernas cruzadas: Aburrimiento, desidia. 27. Piernas torcidas, con las puntas de los pies juntas y talones separados: Nerviosismo, tensión. 28. Postura excesivamente cómoda: Arrogancia. 29. Postura relajada: Comodidad, nada que ocultar. 30. Mantener una postura erguida y natural al estar sentados: Confianza, seguridad y sinceridad. 31. Sentarse al borde de la silla: Indecisión, impaciencia, inseguridad. 32. Sentarse repantigado: Falta de respeto. 33. Inclinación hacia delante: Atención o interés. 34. Mantener una distancia óptima con el entrevistador (al menos 1 metro): Educación y respeto. 35. Caminar erguido: Confianza y seguridad en sí mismo. No debemos olvidar un detalle importantísimo de la mirada: “La mirada no miente. Los ojos son la única parte visible del cerebro. La neurofisiología es clara en este sentido. Si nos hacen una pregunta y, antes o durante la respuesta, nuestros ojos suben hacia la izquierda, estamos intentando acceder a nuestro córtex visual, es decir, a la zona de la memoria, del recuerdo. Por tanto, decimos la verdad. Si los desviamos hacia la derecha, recurrimos a los centros creativos del cerebro y, en consecuencia, las posibilidades de invención o mentira aumentan”. ¡Controla tu lenguaje corporal en una entrevista de trabajo! Todos hemos pasado por la misma situación; en la búsqueda de empleo, nos enfrentamos a ese momento decisivo : la entrevista de trabajo, donde sentimos que nos jugamos nuestro futuro profesional -al menos a corto plazo-, y que puede estresarnos hasta ponernos extremadamente nerviosos y ansiosos. ¿Existirá una fórmula mágica para poder estar tranquilos en esos cinco minutos que nos parecen años? ¡La respuesta es sí! Es posible proyectar un lenguaje corporal de confianza que permita destacar nuestras fortalezas a la vez que disimulamos el nerviosismo que acompaña ese trance. He aquí siete tips que te ayudarán a mostrarte muchísimo más confiad@ en esa entrevista de trabajo que te quita el sueño.

1- Construye un resumen curricular a prueba de balas. No hay nada peor que entregar un resumen curricular incompleto, mal organizado o mal presentado. No tienes excusa; tómate el tiempo necesario en hacer un buen diseño, bien organizado, sin olvidar ninguno de tus estudios o trabajos; verificando todos los soportes y copias en el orden correcto y sobre todo, con una buena imagen tomada por un Fotógrafo (Sí, con F mayúscula). El simple hecho de estar consciente que estamos entregando un compendio impecable de nuestro historial académico y profesional, nos inspirará confianza y arrojo. 2.- Vístete para matar. (de manera figurada, ojo!) no necesariamente debes ir de traje y corbata si eres hombre, o de traje sastre si eres mujer, pero sí semi-formal al menos con un saco. El saco debe quedarte a la medida; muy grande o muy pequeño y te sentirás incómod@. En cuanto al color general, son preferibles las telas unicolores a las estampadas; no queremos que ellas sean las protagonistas, sino tú mism@. Combina los colores de la manera más sencilla posible, siempre favoreciendo tonos claros; Crearás una excelente primera impresión. 3.- Tómatelo con calma. Unas gotas de valeriana o un té de manzanilla pueden relajarte un poco antes de salir de casa. No te excedas en el café y trata de comer lo más ligero posible. Usa caramelos de menta minutos antes de la “hora cero”. 4.- Llega temprano. Es indispensable llegar con suficiente tiempo de antelación (al menos veinte minutos), previendo atascos de tráfico y demás eventualidades atribuibles a Murphy. No hay nada que nos pueda poner más nerviosos que llegar tarde y con prisas. 5.-Socializa con tus contendientes. Este es un punto difícil si eres un poco tímid@, pero entablar conversación con aquellos que te rodean logrará un efecto psicológico doble: En tí mism@, aflojará la sensación de competitividad, al darte cuenta que los que te acompañan en ese momento son personas de carne y hueso como tú, exactamente igual de ansiosas; y por otra parte, a ellos les dará la impresión de que eres una persona muy segura de sí misma, capaz de sostener un diálogo relajado con quienes lucha por un empleo. ¡Adelante, hazlo! 6.- Mantén una postura neutral. ¿Por qué esperar hasta el punto cinco para hablar de lenguaje corporal? porque los primeros cuatro te ayudarán a proyectar algo que no puede inventarse: ¡la autoconfianza!. Ya enfrente de tu entrevistador, mantén la espalda ligeramente derecha y siéntate un poco hacia adelante; no cruces los brazos y mantén las manos a la vista y relajadas. las piernas, en ángulo de 90

grados y los pies derechos sobre el piso, sin tamborilear. Relaja los músculos del rostro y sonríe cuando lo creas oportuno. Un tip que nos recomienda Robert Cialdini es imaginarnos que estamos en una especie de maratón de entrevistas de trabajo; debemos asistir a unas hipotéticas 1000 entrevistas, seguidas una de otra, y estamos en la número 315. En pocas palabras, no pongas la entrevista de trabajo en un pedestal; piensa en ella como una conversación más. 7.- Evita hacer comentarios y preguntas superfluas. El nerviosismo es raíz de comentarios, observaciones e incluso chistes que pueden sobrar; trata de mantenerte en la “agenda” que te dicta el entrevistador y estarás mejor que si te pones a hacer observaciones fuera de lugar. De Dale Carnegie aprendimos que, en caso de que te la persona te entreviste en su propia oficina, no dudes en escrutar el escritorio, las paredes, etc. buscando algo (por ejemplo, una pintura de un artista que conozcas, una foto de pesca, la marca de un bolígrafo), sobre lo que puedas hacer un comentario con contenido. Si puedes entablar una microconversación -te repito, siempre y cuando conozcas el tema-, eso también ayudará a aliviar la tensión del momento.