Hora Santa p. Pio

HORA SANTA CON EL SANTO PADRE PIO DE PIETRELCINA Toledo, 23 de septiembre de 2012 FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SAN

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HORA SANTA CON EL SANTO PADRE PIO DE PIETRELCINA

Toledo, 23 de septiembre de 2012 FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARÍA REINA

FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARIA REINA

Gloria Iesu in Maria!

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO El sacerdote revestido expone el Santísimo Sacramento. Los fieles se ponen de rodillas. Y lo inciensa, mientras se entona este canto u otro canto eucarístico:

Pange, lingua, gloriósi córporis mystérium, sanguinisque pretiósi, quem in mundi prétium fructus ventris generósi Rex effúdit géntium. Amen.

Canta, lengua, el misterio del cuerpo glorioso y de la sangre preciosa que el Rey de las naciones, fruto de un vientre generoso, derramó como rescate del mundo. Así sea.

TIEMPO DE MEDITACIÓN I ORACIÓN Nos reunimos en torno a Jesús Eucaristía en esta noche junto con el Santo Padre Pio de Pietrelcina. Él, con su vida y sus milagros es un guía seguro para todos los que quieran seguir a Jesucristo en la radicalidad del Evangelio. Esta noche, de su mano, queremos adorar, alabar, bendecir y pedir a nuestro Dios presente en el Sacramento del amor. En una palabra queremos orar. El Santo Padre Pio es un verdadero maestro de oración. No porque hubiese escrito un tratado sobre la oración, sino porque era un hombre orante. El siervo de Dios Papa Pablo VI puso muy bien de relieve este aspecto: « Mirad qué fama ha tenido el padre Pío! (...) Pero, ¿por qué? (...) Porque celebraba la misa con humildad, confesaba de la mañana a la noche, y era (...) un representante visible de las llagas de nuestro Señor. Era un hombre de oración y de sufrimiento».

“La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón...” “Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración...” “El don de la oración está en manos del Salvador. Cuanto más te vacíes de ti mismo, es decir, de tu amor propio y de toda atadura carnal, entrando en la santa humildad, más lo comunicará Dios a tu corazón”

HORA SANTACON EL P. PÍO

23 de septiembre

*** CANTO Mi Dios yo creo, adoro, espero y os amo; Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y nos aman. (3 veces) *** II CRUZ La imagen del crucifijo es central en la vida y en la espiritualidad cristiana. Puesta en nuestras iglesias, en nuestras casas, en nuestras manos, a veces se corre el riesgo de pasar desapercibida. El santo Padre Pío de Pietrelcina la llevó impresa en su cuerpo. Como icono vivo de Cristo crucificado, podía repetir de forma singular las palabras de san Pablo: «Llevo sobre mi cuerpo las señales de Jesús» (Gál 6,17) que la Iglesia nos propone en la liturgia propia de esta fiesta. (...) Desde luego, más importante que las señales físicas fue la experiencia constante y profunda que tuvo de la pasión de Cristo: críticas, desprecios, envidias… por parte de los enemigos, pero también por parte de los de su casa: autoridades eclesiásticas y hermanos de su propia orden. El P. Pío es modelo de cristiano, de aquel que carga su cruz y sigue a su Maestro hasta el Calvario.

“Por los golpes reiterados de su martillo, el Artista divino talla las piedras que servirán para construir el Edificio Eterno.” “Puede decirse con toda justicia que cada alma destinada a la gloria eterna es una de esas piedras indispensables. Cuando un constructor quiere levantar una casa, debe ante todo limpiar y nivelar el terreno; el Padre celestial procede de igual manera con el alma elegida que, desde toda la eternidad ha sido concebida para el fin que El se propone; por eso tiene que emplear el martillo y el cincel. Esos golpes de cincel son las sombras, los miedos, las tentaciones, las penas, los temores espirituales y también las enfermedades corporales. Dad pues, gracias al Padre celestial por todo lo que impone a vuestra alma. Abandonaos a Él totalmente. Os trata como trató a Jesús en el Calvario.” “Es mediante una sumisión completa y ciega que os sentiréis guiado en medio de las sombras, las perplejidades y las luchas de la vida. “El hombre obediente cantará victoria”, nos dice la Escritura. Si Jesús se

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Gloria Iesu in Maria!

manifiesta a vosotros, dadle también las gracias; si se oculta a vuestra vista, dadle también las gracias. Todo esto compone el yugo del amor.” *** CANTO Ved la Cruz de salvación, Ara donde se inmoló donde Dios nos dio la vida, el cordero inmaculado, precio de la redención Cristo en ti nos redimió de la humanidad caída. de la muerte y del pecado. Cruz de Cristo vencedor, te adoramos, sálvanos.

Árbol santo e inmortal, son tus frutos redentores gracia y luz, perdón y paz brindas a los pecadores.

III SANTA MISA El Papa Juan Pablo II exclamaba con ocasión de la canonización: “¡La misa del padre Pío! Era para los sacerdotes una elocuente llamada a la belleza de la vocación presbiteral; para los religiosos y los laicos, que acudían a San Giovanni Rotondo incluso en horas muy tempranas, era una extraordinaria catequesis sobre el valor y la importancia del sacrificio eucarístico. La santa misa era el centro y la fuente de toda su espiritualidad: «En la misa solía decir- está todo el Calvario». Los fieles, que se congregaban en torno a su altar, quedaban profundamente impresionados por la intensidad de su "inmersión" en el Misterio, y percibían que "el padre" participaba personalmente en los sufrimientos del Redentor. “ La Misa del Padre Pío en sus primeros años duraba más de dos horas. Siempre fue un éxtasis de amor y de dolor. Su rostro se veía enteramente concentrado en Dios y lleno de lágrimas.

Cuando asistas a la Santa Misa, renueva tu fe y medita en la Víctima que se inmola por ti a la Divina Justicia, para aplacarla y hacerla propicia. No te alejes del altar sin derramar lágrimas de dolor y de amor a Jesús, crucificado por tu salvación. La Virgen Dolorosa te acompañará y será tu dulce inspiración. Cada santa misa escuchada con atención y devoción produce en nuestra alma efectos maravillosos, abundantes gracias espirituales.

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23 de septiembre

La Misa es Cristo en la Cruz, con María y Juan a los pies de la misma y los ángeles en adoración. Lloremos de amor y adoración en esta contemplación. *** CANTO Hostia pura, Hostia santa, Hostia inmaculada, seáis por siempre bendita y alabada. Santísimo Sacramento, seáis por siempre bendito y alabado Y eternamente adorado, oh soberano portento. IV SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN El P. Pio dedicaba más de 16 horas a confesar diariamente y la gente tenía que esperar más de 2 semanas para confesarse con él. La gente que acudía al confesonario del padre Pío buscaba un ministerio de misericordia que, en cuanto tal, podría haber encontrado en otras muchas iglesias del mundo, pues los sacramentos actúan «ex opere operato», o sea, por la intrínseca eficacia que les garantiza la presencia de Cristo y de su Espíritu. Pero la experiencia demuestra la importancia que tiene, para quien recibe los sacramentos, el hecho de contar con la ayuda de la santidad del ministro. Y cuando esta santidad es grande, envuelve al penitente como una especie de seno materno, en el que es más fácil percibir la presencia de Dios. Lo notaban claramente los que se acercaban a ese humilde fraile de San Giovanni Rotondo que vivía «plantado» al pie de la cruz.

“En tus diarias infidelidades, humíllate, humíllate, humíllate siempre. Cuando el Señor te vea humillado hasta el suelo, te tenderá su mano. Él mismo pensará en atraerte hacia Él. Has construido mal; destruye y reconstruye bien.” “Si necesitamos paciencia para tolerar las miserias ajenas, más aún debemos soportarnos a nosotros mismos.” “El corazón de nuestro divino Maestro no conoce más que la ley del amor, la dulzura y la humildad. Poned vuestra confianza en la divina bondad de Dios, y estad seguros de que la tierra y el cielo fallarán antes que la protección de vuestro Salvador. Caminad sencillamente por la senda del Señor, no os torturéis el espíritu. Debéis detestar vuestros

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Gloria Iesu in Maria!

pecados, pero con una serena seguridad, no con una punzante inquietud.” *** CANTO Llorando los pecados tu pueblo está, Señor. Vuélvenos tu mirada y danos el perdón. V MARÍA SANTÍSIMA El padre Pío, con su enseñanza y su ejemplo, nos invita a orar, a recurrir a la misericordia divina en el sacramento de la penitencia, y a amar al prójimo. Nos invita, de manera especial, a amar y venerar a la Virgen María. Su devoción a la Virgen se manifiesta en todas las circunstancias de su vida: en sus palabras y en sus escritos, en sus enseñanzas y en sus consejos, que ofrecía a sus numerosos hijos espirituales. No se cansaba de inculcar en los fieles una devoción tierna y profunda a la Virgen, enraizada en la tradición auténtica de la Iglesia. Tanto en el secreto del confesonario como en la predicación, exhortaba siempre: ¡Amad a la Virgen! Al término de su vida terrena, en el momento de manifestar su última voluntad, dirigió su pensamiento, como había hecho durante toda su vida, a María santísima: «Amad a la Virgen y hacedla amar. Rezad siempre el rosario».

Permaneced como la Virgen, al pie de la Cruz, y seréis consolados. Ni siquiera allí María se sentía abandonada. Por el contrario, su Hijo la amó aun más por sus sufrimientos. “Esta Madre tan tierna, en su gran misericordia, sabiduría y bondad ha querido verter en mi corazón tantas y tales gracias que, cuando me hallo en su presencia y en la de Jesús, me siento estrechamente unido y ligado al Hijo por medio de esta Madre”. “Pensando en los muchos beneficios que me ha hecho esta querida Mamita, tengo vergüenza de mí mismo por no haberla amado y servido lo bastante: en cambio, a sus cuidados afectuosos he respondido con ingratitudes” *** CANTO Señora mía y Madre mía, me consagro enteramente a tu Corazón, Tomadlo, recibidlo, todo es vuestro: mi vida, mi trabajos; cuanto soy. Totus tuus, María.Totus tuus, María. Mater Christi, Mater Ecclesiae. Totus tuus, María.

HORA SANTACON EL P. PÍO

23 de septiembre

Me he consagrado a tu servicio, mi vida es ser tu hijo y esclavo de amor. Haz que extienda tu reino por el mundo, reinado que prepara el de Jesús.

BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO Tantum ergo sacraméntum venerémur cernui, et antíquum documéntum novo cedat rítui; praestet fides supleméntum sensuum deféctui. Genitóri Genitóque laus et iubilátio, salus, honor, virtus quoque sit et benedictio; procedénti ab utróque comparsit laudátio. Amen.

Veneremos, pues, inclinados tan gran Sacramento; y la antigua figura ceda el puesto al nuevo rito; la fe supla la incapacidad de los sentidos. Al Padre y al Hijo sean dadas alabanza y júbilo, salud, honor, poder y bendición; una gloria igual sea dada al que de uno y de otro procede. Amen.

V/. Panem de caelo praestitisti eis R/. Omne delectamentum in se habentem

V/. Les diste pan del cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite.

Oremus: Deus qui nobis, sub Sacramento mirábili pasiónis tuae memóriam reliquisti: tribue quaésumus, ita nos Córporis et Sánguinis tui sacra mysteria venerári; ut redemptionis tuae fructum in nobis iúgiter sentiámus. Qui vivis et regnas in saécula saeculórum. R/. Amén.

Oremos. Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tú Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R/. Amen.

FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARIA REINA

Gloria Iesu in Maria!

ACTO DE DESAGRAVIO Y RESERVA Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María os pido la conversión de los pobres pecadores.

CANTO FINAl