Historia medieval

Tema 0. Introducción.    Edad Antigua Dorada  MEDIEVO  Renacimiento Clásico. Cristóbal Keller de la Univ. De la H

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Tema 0. Introducción.

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Edad Antigua Dorada  MEDIEVO  Renacimiento Clásico. Cristóbal Keller de la Univ. De la Halle le puso el nombre en el S. XVII. También es conocido como: 1. Media Tempestas. 2. Media Aetas. 3. Media Tempora. 4. Medium Aevum.



Periodo (interpretación dual): o Inicio: Siglo V, coincide con los grandes desplazamientos de las tribus germánicas hacia Occidente (406-409), que condujeron al destronamiento del último emperador romano, Rómulo Augústulo, por Odoacro (476). o Fin: S. XV. Conquista de Constantinopla por los turcos en 1453 (fin de Bizancio). En España la fecha clave sería 1492 cuando comienza el imperio español en América y los cambios sociopolíticos derivados de la expulsión de los judíos y la conquista de Granada.

La historia de la Edad Media se subdivide en 3 etapas, aunque se han propuesto varia subdivisiones, pero la más aceptada es la periodización tripartita: 1. 2. 3.

Alta Edad Media: Fines de siglo III o siglo IV hasta el siglo IX. Época de transición entre las civilizaciones antiguas y las medievales. Plena Edad Media: Siglo X al XIII. Baja Edad Media: Siglo XIV y XV. Decadencia de la Edad Media y comienzo del Renacimiento.

*Otros autores como M.A. Laredo, abogan por una división distinta, permitiendo incorporar civilizaciones no europeas. 1. 2. 3. 4.

Tiempo inicial de transición: Inicio en siglo III y fin en el VIII. Transición entre las civilizaciones de la edad antigua hasta el medievo. Alta Edad Media: Desde siglo VIII al XI. Una nueva época para Bizancio, Europa y el Islam. Plenitud del Occidente Medieval: Desde el último tercio del siglo XI hasta finales del XIII. Baja Edad media o Edad Media tardía: Del siglo XIV al XV.

En la P. Ibérica habría que matizar: Para muchos la Edad Media comienza en el 711 con la invasión musulmana. Cloromunt señala como periodos: 1. Alta Edad Media  711 hasta 1031 (fin del Califato de Córdoba). Inflexión, desde entonces se acelera la reconquista o al menos se constata la supremacía de reinos cristianos. 2. Plena 1031-35 a 1300. 3. Baja 1300 a 1492 con el descubrimiento de América, toma de Granada. Final de la reconquista y expulsión de los judíos. *Esto nos deja ver que el siglo XI para algunos es Alto medievo y para otros Edad Media. *Importante para textos; usada desde el siglo III al XV. Señala la pacificación peninsular de Augusto en el año 38 a. C como año 0. Para los musulmanes el año cero comienza en el año 622 con la hégira (indica el traslado de Mahoma. Es la emigración de los musulmanes de La Meca a Medina, ocurrida en el año 622 de la era cristiana. Dicho evento marca en el mundo islámico el primer año). Los intelectuales de los siglos XVII y XVIII valoraron la Edad Media como un período oscuro y bárbaro para dar énfasis al nuevo renacimiento, sin embargo, en el siglo XIX se pasó a una idealización de esta etapa para justificar planteamientos del nacionalismo decimonónico, postura que ha encontrado

continuidad en la actualidad con el surgimiento de ideologías autonómicas en numerosos Estados europeos. 3. La metodología de la enseñanza y de la investigación de la Historia Medieval Las Fuentes Históricas son todos aquellos instrumentos, escritos, objetos, restos y testimonios directos o indirectos que utilizamos para conocer los tiempos pasados y escribir su historia. (M. Ríu), éstas constituyen el material básico para el trabajo del medievalista. La tipología de las fuentes históricas es muy variada y está irregularmente distribuida geográficamente debido a la pérdida de muchos registros de información. Las fuentes medievales se clasifican en dos categorías principales:  Fuentes escritas: crónicas, fuentes literarias, tratados jurídicos o doctrinales y archivos.  Fuentes no escritas: restos arqueológicos, objetos artísticos, restos arquitectónicos y vestigios en el paisaje natural y urbanizado. En los últimos tiempos, el estudio de la historia política, de las instituciones, de los enfrentamientos militares, de la economía y la historia eclesiástica ha cedido terreno ante la influencia de nuevos enfoques basados, por ejemplo, en la Antropología o en nuevas tendencias historiográficas. De este modo, han ganado relieve los temas sociales, desde el conocimiento de las unidades de agrupación de individuos (familia, aldea, parroquia, ciudad) hasta el análisis de los problemas de identidad o de adaptación de las minorías en las civilizaciones mayoritarias. Con la decadencia de los modelos históricos marxistas, asistimos también a un cuestionamiento del concepto de feudalismo y de su importancia relativa en el campo de los estudios medievales La historia de las mentalidades ha analizado el hecho religioso y las ideologías colectivas como reflejo de los valores del momento mientras que la historia del individuo aislado también ha ocupado muchos estudios recientes. La historia de género ha investigado la posición de la mujer y los homosexuales en la sociedad medieval. Por su parte, la violencia y la represión, desde la criminalidad a la guerra, han despertado también un gran interés. 4. Las disciplinas auxiliares Las ciencias auxiliares de la historia son una serie de disciplinas que permiten al historiador leer, analizar y estudiar de forma crítica las fuentes vinculadas a la Historia Medieval. Las más importantes se detallan a continuación. 









La Paleografía, o ciencia de las escrituras antiguas, pretende realizar una lectura correcta de los documentos escritos empleando cualquier forma de escritura y sobre distintos materiales para establecer una base imprescindible en toda investigación histórica. La tipografía se corresponde con un periodo concreto, su cambio voluntario se derivaba de cambios políticos, sociales o culturales. La Diplomática estudia la forma externa y la producción de los documentos en la Edad Media, desde las cancillerías reales a los escriptorios (escritorios o scriptorium, taller de escritura) religiosos. Ligada a la Paleografía, permite conocer la estructura de los diplomas reales y otros documentos. En relación con ambas, la Lingüística es fundamental para el conocimiento de las diversas lenguas que, en sus versiones romances, clásicas o modernas, ayudan a leer los textos medievales. La Arqueología medieval, mejorada gracias a la fotografía aérea, las técnicas estratigráficas y las nuevas metodologías, ha permitido obtener excelentes resultados en el estudio del período de transición entre la Antigüedad y la Alta Edad Media y de las culturas nómadas y las africanas, de las que apenas quedan vestigios escritos. También se han realizado avances en la arqueología urbana y agraria que permiten establecer la antigua relación del hombre con el medio. La Epigrafía o ciencia de las inscripciones pretende leer las inscripciones realizadas sobre materiales como piedra, hueso o metal, restituir el texto ausente en caso de deterioro,





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proporcionar explicaciones lingüísticas a su contenido y realizar un estudio crítico del texto para ser contrastado con otras fuentes escritas. La Numismática estudia las piezas monetarias, desde las monedas propiamente dichas hasta los cuños usados en su fabricación pasando por monedas de cuenta, letras de cambio, medallas, etc. Esta disciplina permite estudiar los mecanismos económicos que producen la circulación del dinero, los itinerarios comerciales o los movimientos migratorios. La Sigilografía, o ciencia de los sellos, estudia la impresión sobre una materia plástica (cera) o los caracteres grabados sobre una materia dura (normalmente, la matriz de metal o piedra) que se ponía sobre los documentos para autentificarlos o como sistema de cierre. Sus conclusiones informan sobre la vida social de algunos personajes, instituciones, formas colectivas de organización, etc. La Heráldica, ciencia de los símbolos hereditarios (armas, nombres). la Genealogía o estudio de la filiación de las personas a lo largo de generaciones se orientan al análisis de la sociedad medieval, desde los grupos más privilegiados hasta individuos ignorados, facilitando el análisis de los procesos de movilidad social o de integración de minorías, la confección de repertorios cronológicos, el estudio de las representaciones simbólicas y materiales, etc. La Geografía histórica considera varias cuestiones en conexión con la Historia Medieval. a) La influencia de las condiciones geográficas (clima, relieve, nivel de aguas…) en el desarrollo de los procesos históricos y del asentamiento de los grupos humanos. b) La influencia de la acción humana en la transformación del medio ambiente, como procesos de deforestación por talas necesarias para la guerra, roturaciones, colonizaciones etc. c) La aplicación de la cartografía. d) La toponimia o estudio de los nombres atribuidos por los hombres a las realidades geográficas. Finalmente, la Historia económica, la del Derecho, la del Arte, de la cultura o la eclesiástica también son una importante ayuda para el medievalista, siendo complementadas muchas veces con nociones de Filosofía, Teología, Antropología cultural o Literatura medieval.

T. 1. Las migraciones germánicas. El fin del Imperio en Occidente

1. LA CRISIS DEL BAJO IMPERIO (S. IV- S. V) Algunos escritores latinos del siglo IV (Séneca y Floro) y sobretodo Amiano Marcelino (s .V) tenían un concepto biológico de la Historia (comparan Roma con la vida del hombre). Acabaron percibieron ya la decadencia de Roma y la atribuyeron a la desidia de sus gobernantes, al hedonismo de su población y a la presencia en sus fronteras y en el propio ejército de pueblos bárbaros, es decir, detectaron que la descomposición del Imperio tenía una descomposición interna y un peligro externo. “No se puede conquistar un gran Imperio si éste antes no se ha destruido a sí mismo”. Desde el siglo III, Roma asistió a una crisis imparable que poco a poco fue minando el sistema imperial a pesar de las medidas reformistas de emperadores como Diocleciano, Constantino o Teodosio. - Una administración coactiva y la ineficiente fiscalidad fueron ahogando a los sectores más humildes (se paga tarde y mal), mientras los grandes propietarios senatoriales controlaban económica y socialmente sus dominios e incluso suplantaban al Estado. - Las clases medias y bajas se refugiaban bajo el protectorado de un poderoso para escapar del fisco. - La sociedad fue jerarquizándose progresivamente de modo que magistraturas (funciones atribuidas a un ciudadano) y propiedades pasaban de padres a hijos y los colonos eran adscritos a la tierra, sufriendo su misma suerte. Se crea un régimen hereditario de castas que retrasa la crisis (previsto por Diocleciano). - Comienza un proceso de ruralización, la ciudad pierde importancia.

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La pobreza fue en aumento, especialmente en Occidente, aunque se mantuvo la unidad monetaria basada en el “solidus aureus” (en griego se denominó “nomisma”) acuñado por Constantino y utilizado también inicialmente por las monarquías germánicas.

Los tres grandes emperadores del Bajo Imperio (fin de Roma) fueron: 1. Diocleciano (284 – 305), que con el fin de flexibilizar su administración para gobernar más fácilmente su extenso imperio llevó a cabo una amplia reforma que incluyó la división del Imperio en 12 distritos administrativos (diócesis), la creación de la figura del “Augusto” y, poco después, la de dos “Césares” con Diocleciano por encima de los tres dando lugar a una Tetrarquía en la que cada miembro controlaba un sector del Imperio. El abandono de Roma como capital frente a ciudades como Tréveris, Milán o Rávena fue otro síntoma de la crisis. 2. Constantino el Grande (324 – 337) trasladó las principales magistraturas del Imperio a Constantinopla recién fundada agudizando la crisis. 3. Tras la muerte de Teodosio el Grande (379 – 395), el Imperio quedó definitivamente dividido en dos partes, una para cada uno de sus hijos: Oriente para Arcadio y Occidente para Honorio. *Todo ello fue hábilmente aprovechado por los Papas en prestigio y poder. A pesar de la crisis, Roma seguía siendo un lugar admirado y administrado por el emperador como un monarca absoluto. En 392, Teodosio declaró el cristianismo como religión oficial y prohibió todos los cultos paganos (con el Edicto de Milán del 313 Constantino declara al cristianismo como una más de las religiones toleradas y legales en el Imperio, en el 380 Teodosio convierte al cristianismo católico en la religión oficial del Imperio y en el 392 Teodosio de hecho impide la práctica de la religión pagana), que a pesar de todo se mantuvieron en las zonas rurales (pagus). La Iglesia calcó la estructura del Imperio y poco a poco lo fue sustituyendo allí donde su acción fue declinando. A partir del siglo V, los cristianos eran mayoría en el Imperio y los emperadores vieron la religión como un factor de cohesión, aunque en ocasiones tuvieron que decantarse por una facción en las diversas disputas teológicas que se produjeron. Los autores paganos achacaban las primeras incursiones bárbaras a la dejadez de la cultura romana y al cristianismo, mientras que San Agustín de Hipona (354-430) atribuyó la decadencia de Roma a que el alejamiento de las virtudes morales pasadas y los pecados había provocado la cólera divina. De este modo, se dio origen a un tipo de historiografía, muy practicado en el medievo, en el que Dios decidía victorias y derrotas según el comportamiento moral de los hombres. Pero si la religión podía dar cohesión al Imperio (Constantino y posteriores), el Ejército podía debilitarlo. Al principio el ejército se componía de hombres libres de todo el Imperio, ya con Constantino y sobretodo con Teodosio se promueve la integración de elementos bárbaros como foederati (un foederatus en singular eran germanos que establecen un pacto, foedus, de alianza con el Imperio Romano en virtud del cual pasan a prestar servicio militar al Imperio a cambio de que los romanos se comprometan a mantenerlos. El Imperio podía mantener a estos germanos de dos formas. Una era a través de la "annona", que era la institución imperial por el que el Estado romano enviaba cereales de Egipto y el norte de África a sus funcionarios, soldados y a la población de las dos capitales, Roma y Constantinopla; y el otro sistema de mantener a los “foederati” es el sistema de la hospitalitas, que consistía en asentar temporalmente al ejército romano en tránsito, a los germanos se les asentó permanentemente en una provincia determinada proporcionándoles tierras mediante un reparto de cada propiedad por tercios: 2/3 se queda el antiguo propietario romano y 1/3 el germano) debido a la extensión del limes y a que muchos romanos evitaban el servicio militar mediante el pago de un impuesto. Algunos personajes destacados, como Aecio o Estilicón, alcanzaron las más altas magistraturas, interviniendo incluso en la política romana. Poco antes de las invasiones, el Ejército tenían en sus filas unos 200.000 soldados bárbaros. 2. LOS PUEBLOS BÁRBAROS ANTES DE LAS INVASIONES

El limes del Imperio Romano se extendía a lo largo de varios miles de kilómetros en una combinación de lugares fuertemente protegidos y otros fácilmente permeables. Tras el “limes” (el Rin y el Danubio eran los más conocidos) estaban asentados numerosos pueblos, algunos hostiles a Roma, denominados genéricamente como bárbaros (barbari, les llaman bárbaros, pero no todos tienen el mismo grado de civilización, los persas sasánidas eran iguales o superiores a Roma). *Los germánicos eran barbaros que hablaban lenguas germánicas (lengua indoeuropea). No todos los bárbaros son germánicos. La situación del limes romano en vísperas de las migraciones era variada:  En la frontera oriental (Éufrates) se encontraban los persas, un importante enemigo que empleaba técnicas de combate similares a las romanas y que alguna vez combinaban sus ataques con otros pueblos bárbaros. Algo parecido ocurría con los eslavos (más allá de los Cárpatos) que, aunque entonces no representaban un peligro para Roma, podían ser un enemigo formidable. (Ambos se enfrentarán a Bizancio después).  En la costa del Mar del Norte, entre los ríos Elba (Chequia a Hamburgo) y Ems (Westfalia), estaban situados los sajones, que convivían con los anglos. En la península de Jutlandia (Dinamarca) y en la desembocadura del Elba (Hamburgo) se asentaban los frisones y los jutos. En G.B. e Irlanda los pictos y los escotos. Todos estos pueblos se hallaban en la Edad de Hierro, se organizaban tribalmente, formaban federaciones de clanes y realizaban violentas incursiones en las costas de Britania y la Galia.  Centroeuropa. Los francos ocupaban la desembocadura del Rin: los ripuarios – instalados entre Bon y Colonia – y los salios – entre el Rin y el Escalda –. La confederación de alamanos estaba instalada entre el Rin y el Danubio, mientras que en el Danubio medio convivían cuados y marcomanos. Todos estos pueblos eran paganos y componían una sociedad de soldados y campesinos. Junto al origen del Elba (Chequia) se asentaban los burgundios, los vándalos y los lombardos, pueblos mejor estructurados, con reyes a la cabeza y practicantes del arrianismo.  Más allá del Danubio (Rumanía y Rusia), los visigodos, instalados en Dacia (Rumanía y Moldavia), carecían de realeza permanente y durante el siglo IV se romanizaron y cristianizaron gracias al obispo arriano Ulfila (340), el cual creo el alfabeto godo a partir de caracteres latinos y griegos. Los ostrogodos, situados en el Ponto (Mar Negro, Turquía) y en la actual Ucrania, formaron un reino estable en el siglo IV, sujetando a su dominio a iranios, a eslavos y a fineses. De los pueblos iranios (sármatas y alanos), los ostrogodos adquirieron hábitos como combatir a caballo, el uso de la piel para el vestido y el llamado “arte de las estepas”.  En las fronteras romanas de África, se situaban diferentes pueblos beréberes que no representaban un peligro importante.

3. LOS HUNOS Y LA PRIMERA INVASIÓN GERMÁNICA. Todos estos pueblos, situados más allá del limes, mantuvieron un contacto fluido con el Imperio a través de varias rutas comerciales que facilitaron la transferencia de técnicas agrarias romanas, la entrada de bárbaros como mercenarios en el ejército imperial, la adopción de rasgos de lujo entre sus clases acomodadas y esbozos más complejos de organización política. Aunque todos ellos presionaban la frontera, no representaban un peligro inminente para el Imperio pues no estaban coordinados y sentían una gran fascinación y respeto hacia él. Esta situación de equilibrio cambió cuando apareció en escena el pueblo huno proveniente de las estepas del Mar de Aral y del Lago Baikal (Asia Central). Los hunos eran nómadas, no practicaban la agricultura y eran unos excelentes jinetes, lo que les confería una gran movilidad frente a las legiones romanas. Se desplazaban lentamente con sus familias y pertrechos sobre carros, vivían en tiendas de pieles, despreciaban la vida urbana y destruían cuanto encontraban. MOVIMIENTOS EN DOMINÓ DE LOS HUNOS --- > En su desplazamiento desde Asia Central, empujaron a los alanos hacia el oeste. Tras cruzar el Don (Rusia), derrotaron a los ostrogodos (371) que, a su vez, desplazaron a los visigodos hacia la frontera del Danubio. Presionados por los hunos, los visigodos, en parte romanizados y de religión arriana, pactaron (foedus) con el emperador Valente (imp. Oriental) su establecimiento como campesinos en Mesia (Serbia y Bulgaria, provincia romana alrededor del Danubio) a cambio de su sometimiento a la ley romana y de su servicio en el ejército imperial (70.000 hombres). En 376 cruzaron el Danubio, sin embargo, los abusos de mercaderes y de los funcionarios romanos provocaron una revuelta que asoló los Balcanes y culminó en la victoria de Adrianópolis (9 de agosto de 378), en la que murió el propio emperador Valente. Los visigodos fueron pacificados por el emperador Teodosio I “El grande” (382), que le da prestigio, los instaló en Mesia Inferior, en calidad de federados (“foedorati”), convirtiéndolos en tropas al servicio de Roma a cambio de las provisiones de la annona. Entre los jefes visigodos de la época destacaba ya el iudex o dux Alarico, perteneciente al linaje regio de los Baltos. Como se ha indicado ya, en 395, a Teodosio I le sucedieron sus hijos Honorio en Occidente y Arcadio en Oriente. La principal disputa entre hermanos era el control de los límites de ambos imperios,

concretamente del Ilírico (los Balcanes hoy), la cual no quedaba claro si era Imp. Occidente o Imp. Oriente. El joven Honorio cedió de facto su poder al vándalo Estilicón (“magister militum”), sin embargo, Alarico no consiguió el mismo reconocimiento por parte de Arcadio por lo que amenazó a Constantinopla. En estas circunstancias, Arcadio lo nombró “magister militum per Illiricum” (comandante en jefe de la provincia del Ilírico), y así desviar la atención del visigodo de su capital. En 401, Alarico invadió el norte de Italia, siendo rechazado por Estilicón. Ante la amenaza bárbara, Honorio y su corte se trasladaron a Rávena lo que, junto al asesinato de Estilicón, víctima del recelo anti germánico, dejó a los visigodos el camino libre hacia Roma, que fue tomada y saqueada (1er Saqueo de Roma en 24 de agosto de 410, excepto la basílica de San Pedro). La caída de la ciudad supuso una gran conmoción y el anuncio del final de una época. En otoño de 410, Alarico marchó con su pueblo hacia el sur con el objetivo de alcanzar el granero africano de Roma (el objetivo de Alarico siempre fue alimentar a su pueblo), pero su muerte abrió un nuevo período de peregrinación visigótica por el Imperio. Tras la muerte de Alarico, Ataúlfo se alzó como rey de los visigodos, no viendo satisfechas sus necesidades de tierra y trigo, buscando un lugar donde asentar su corte, armó un ejército romano y visigodo en servicio de Roma que marchó hacia la Galia en 412, conquista Toulouse, Burdeos y Narbona y se casa con Gala Placida (411-414 hermanastra de Honorio fue secuestrada en el Saqueo de Roma, parece ser que se enamoran y se casan por el rito romano). En la Galia acaba con el senador galorromano Jovino contentando a Honorio (un galo títere de burgundios y alanos que pretendía el trono del Imperio de Occidente como muchos que hubo, tenía apoyo de la aristocracia del senado, en principio Ataúlfo fue con la idea de apoyar a Jovino, le traiciona militarmente a favor de Honorio, éste le recompensa con la Aquitania, Ataúlfo se apoya en galoromanos para dominar la provincia, Honorio se cabrea y le corta la annona). Honorio cortó las provisiones a cargo de la annona por lo que, empujados por el hambre, los visigodos entraron en Hispania en 415 y situaron su corte en Barcino (Barcelona). La política de entendimiento con Roma que desplegó Ataulfo a partir de entonces le granjeó la enemistad de algunos nobles godos, que pretendían seguir con la idea de Alarico y cruzar el Estrecho, lo que desembocó en su asesinato. Con el apoyo de la asamblea, le sucedió su hermano Valia, quien de nuevo acarició el proyecto de pasar a África, sin embargo, el fracaso de la expedición y las negociaciones con Roma, lo llevaron a firmar el foedus con el Imperio. 4. LAS GRANDES MIGRACIONES 4.1 Suevos, vándalos y alanos La presión de los hunos obligó a los alanos a desplazarse hacia Hungría, donde vivían los vándalos asdingos. Tras intentar cruzar el Danubio (401), defendido por Estilicón, avanzaron hacia el Rin arrastrando a vándalos silingos y suevos. El último día de 406, estos pueblos atravesaron el Rin por Maguncia escasamente defendida por francos ripuarios federados y asolaron lentamente la Galia (iban cargados de mujeres y carros), que carecía de la protección de las tropas imperiales, ocupadas en la defensa de Italia frente a Alarico por orden de Estilicón. Tras avanzar por la Galia y saquear Aquitania, entraron en Hispania en otoño de 409. En 411, los invasores llegaron a un acuerdo con los representantes del emperador para dividirse las cuatro provincias hispanas como aliados: 1. Los suevos y los vándalos asdingos se quedaron en Galicia y norte de Portugal. 2. Los vándalos silingos en la Bética (más poderosos que los asdingos, estuvieron poco tiempo antes de cruzar al Magreb). 3. Los alanos en la Lusitania y la Cartaginense. 4. La Tarraconense siguió en poder del Imperio. Derrotado Jovino en la Galia, Honorio quiso restablecer la situación en Hispania, donde los pueblos saqueaban y rompían frecuentemente el “foedus” con Roma, por lo que encargó al sucesor de Ataúlfo, su hermano Valia someter a suevos, vándalos y alanos. Así, derrotó primero a vándalos silingos y alanos y los empujó hacia Galicia junto a los suevos y los vándalos asdingos, de modo que la mayoría de la Península pasó a manos de Roma. Para alejarlos de Hispania, los visigodos fueron entonces acantonados en Aquitania (418), con su capital en Tolosa, mediante este foedus Roma les aleja de Hispania y los visigodos consiguen su corte federada. Vándalos asdingos y alanos aprovecharon que los Visigodos fueron mandados al SO francés (Aquitania) para conquistar la Bética, las Baleares y cruzar el Estrecho (429), iniciando una violenta

conquista del norte de África al mando de Genserico (en la batalla de Hipona muere su obispo San Agustin, año 430-431). Mediante un foedus (435), Genserico se alió con el Imperio, instalándose en la Numidia, aunque poco después rompió el pacto y conquistó Cartago, Sicilia y Cerdeña. Para apaciguar a Genserico, se acordó el matrimonio de Eudoxia, hija de Valentiniano III, con Hunerico, hijo de Genserico. Otros pueblos reconocieron como tal lo que quedaba de Imperio, Genserico nunca lo reconoció por lo que constituyó el primer reino bárbaro independiente, aceptado por el emperador de Oriente Zenón en 474. 4.2 Los “bárbaros” en el norte de la Galia y Gran Bretaña NORTE DE LA GALIA. Rota la frontera del Rin (406), varios pueblos penetraron en el norte de la Galia, destacando los francos. Los francos salios se extendieron por las costas de Holanda y por el norte de Bélgica, fijaron su capital en Tournai y se asentaron en calidad de federados. Los francos ripuarios (o renanos), que habían sido fijados en la zona de Bonn y Colonia, en 407 cruzaron el Rin y se extendieron por el valle del Mosela, Alsacia y el Palatinado (NE de Francia y SO de Alemania). Los francos fueron el único pueblo que no recorrieron el Imperio, se quedaron cerca de su origen. Debido a la presión de los hunos, los burgundios, se movieron hacia Occidente desde la orilla derecha del Rin siendo derrotados por el general romano Aecio en el 436 (murió su rey Gunther, de esta muerte versa “Los Nibelungos”, donde confunden a hunos con tropas de Aecio). Hacia 443, se instalaron en la Saboya francesa (SE de Francia). En GRAN BRETAÑA, la presencia romana fue siempre débil y no se extendió por todo el territorio, solo hasta el Muro de Adriano. En 407, el usurpador Constantino III trasladó a la Galia normanda a todas las tropas romanas de Gran Bretaña para enfrentarse al emperador Honorio por lo que los bretones quedaron desprotegidos ante los ataques de pictos y escotos procedentes de Irlanda, que ocuparon la costa occidental de la isla, y de grupos germanos (anglos, sajones y jutos) que, procedentes de Dinamarca, ocuparon la costa oriental. Los bretones fueron diezmados por lo que acabaron emigrando a la actual Bretaña francesa, llevándose con ellos todo rastro de la ocupación romana. El Imperio también perdió definitivamente la PANONIA (Hungría), ocupada por los ostrogodos desde 380 con permiso de Teodosio. Tras la derrota de los hunos en 451, los ostrogodos recuperaron su independencia y se dirigieron a Mesia como federados de Bizancio. Su lugar en Panonia lo ocuparon los gépidos, que permanecieron allí hasta su derrota frente a ávaros y lombardos. Respecto a los hunos, mientras permanecieron en el exterior del limes tuvieron una buena relación con el Imperio (Estilicón, Arcadio y después Aecio que fue educado en la corte de Rugila) e incluso sirvieron en los ejércitos romanos como mercenarios. Hacia 405, los hunos invadieron Hungría, expulsaron a los vándalos asdingos y amenazaron la frontera danubiana por lo que Teodosio II aceptó pagar un tributo anual de 350 libras de oro para aplacarlos. En 446, Atila asesinó a su hermano Bleda, con el que compartía el trono, quedando como rey único. A partir de entonces, desató una devastadora campaña de conquista en la parte oriental del Imperio. A partir de 450, Atila lanzó a su pueblo y a los germanos aliados contra Occidente con el objetivo de alcanzar el poder mediante su matrimonio con Honoria, hermana de Valentiniano III (le reclama la mitad del imperio). A inicios de 451 cruzó el Rin y llegó a asediar Orleáns pero fue derrotado por Aecio y los visigodos de Teodorico I (también llamado Teodoredo, sucedió a Valia e intentó con éste un pacto antes en Tolosa, para mediante pinza acabar con el Imperio) – que murió en la batalla - en los Campos Catalaúnicos o Locos Mauriacus, cerca de Troyes, aunque pudo retirarse con el resto de su ejército y saquear el norte de Italia al año siguiente. En esas circunstancias, una embajada romana, de la que formaba parte el papa León I (San León Magno), le convenció mediante tributos de que no atacara Roma y le prometió el envío de Honoria. Finalmente, Atila se replegó pues las tropas romanas del emperador oriental, Mauricio, atacaban sus posiciones en Panonia. La muerte de Atila en 453 provocó la rápida disolución del conglomerado de pueblos que conformaban su ejército. Los hunos se retiraron a las llanuras al norte del Mar Negro hasta su completa aniquilación por los ávaros en el siglo VI. 5. EL FINAL DEL IMPERIO DE OCCIDENTE A pesar de la victoria en los Campos Catalaúnicos en el 451 frente a los hunos, la inestabilidad continuó en Roma pues en el 454 Aecio fue ejecutado por recelos del emperador Valentiniano III quien, un año después, murió también asesinado. Hasta nueve emperadores se sucedieron en el trono hasta que, en 476, el “magister militum” Odoacro depuso pensionado a Campania al joven emperador Rómulo

Augústulo y remitió las insignias imperiales al emperador oriental Zenón, confiando en que éste aceptase aquella nueva situación (Odoacro de “magister militum” en Occidente y Zenón emperador). Aquel hecho fue entendido por sus contemporáneos como un episodio más dentro del caos reinante y lo aceptaron como algo natural, al fin y al cabo, de nuevo había un solo emperador y un solo Imperio. El imperio de Occidente había muerto hacía tiempo, quedaba el de Oriente e Italia. Para el historiador ha quedado como el paso al Medievo. 6. LOS REINOS BÁRBAROS HASTA SU DECLIVE 







VÁNDALOS. Los sucesores de Genserico, arrianos y antirromanos, persiguieron a los católicos y les confiscaron sus tierras. La llegada al trono de Hilderico (523) (nieto de la unión vándalo-romana), favorable a un entendimiento con los católicos y con Constantinopla, provocó la reacción del bando opuesto y de los bereberes, que lo depuso y encarceló (530). En 533 el Rey Gelimer intenta levantar el reino, se enfrenta en Tricamerón, cerca de Cartago, Norte de África, a Belisario (General de Justiniano), cayendo derrotado y anexionando el territorio a Bizancio. VISIGODOS. Tras la muerte de Teodorico I (451) frente a los Hunos en los Campos Catalaúnicos, sus hijos comienzan una política de expansión por la GALIA al tiempo que, como federados, frenaban a los suevos en Hispania. Eurico (466), el más importante rey de este período tolosano, ocupó la Provenza hasta los Alpes y conquistó la Tarraconense. A su muerte (484), los visigodos se extendían a ambos lados de los Pirineos, aunque su arrianismo los enfrentaba a sus súbditos católicos, galos e hispanos. La política expansiva de los visigodos puso en alerta a francos y burgundios, hasta el punto que los francos de Clodoveo acabaron enfrentándose a ellos y derrotándolos en la batalla de Vouillé (507), donde murió el rey visigodo Alarico II (hijo de Eurico). La continua presión de los francos empujó poco a poco a los visigodos al otro lado de los Pirineos, HISPANIA, de modo que fueron ocupando la Tarraconense y la Bética y asentándose especialmente en la submeseta norte. Hasta los reinados de Leovigildo (568) y su hijo Recaredo (586), los visigodos no consiguieron el dominio total de la Península, tras 1) derrotar al reino suevo, 2) arrebatar parte de la Bética a los bizantinos y 3) lograr la unidad religiosa, tras la conversión al catolicismo en el III Concilio de Toledo (589). Sólo a partir de entonces visigodos e hispanorromanos – con la excepción de vascones y cántabros compartieron el ideal de una monarquía nacional, aunque las continuas conspiraciones para acceder al trono y las luchas entre una nobleza cada vez más sólida y turbulenta (morbo gótico: asesinato de reyes para alcanzar el trono), debilitaron progresivamente al reino hasta desaparecer en el año 711 a manos de los musulmanes. FRANCOS. Tras enterrar al rey Childerico de Tournai en 481, los francos salios (norte de Bélgica) escogieron como rey a su hijo Clodoveo (fundador reino franco). Su primer objetivo fue expulsar a las tropas romanas de la Galia, dirigidas por el magister militum Siagrio, hecho que ocurrió en 486 tras la batalla de Soissons. Los francos se extendieron entonces por el territorio situado entre el Somme y el Loira, donde compartieron frontera con los visigodos. Les llegó entonces el turno a los alamanos, que se extendían hacia el norte a costa de los francos ripuarios. Clodoveo derrotó a los alamanos en Tolbiac (496) y unificó así las dos ramas de los francos. Clodoveo se acercó al catolicismo (primer bárbaro convertido al cristianismo) de manos del obispo de Reims (San Remigio) quien lo incitó a casarse con la princesa burgundia Clotilde, perteneciente a una familia cristiana de alto linaje (492). Aunque al principio Clodoveo fue reticente a convertirse al cristianismo pues temía perder el apoyo de su pueblo, todavía pagano, la insistencia de Clotilde y su victoria en la batalla de Tolbiac, en la que se encomendó a Cristo a punto de la derrota, Clodoveo acabó por recibir el bautismo junto con unos 3000 guerreros de las manos del obispo, en Reims, el 25 de diciembre entre el año 498 ó 499. En estas circunstancias, los obispos católicos y galorromanos bajo el dominio visigodo vieron en Clodoveo su salvación de modo que la lucha de los francos contra los visigodos se convirtió en una guerra de liberación. Cuando Clodoveo murió en 511 había sellado un sólido pacto con la población galorromana. Sus hijos sometieron a burgundios, turingios, alamanos y bávaros de modo que, cuando Clotario I falleció en 561, era el monarca bárbaro más poderoso pues sus dominios se extendían por la Galia y Germania. OSTROGODOS. Tras la muerte de Atila, sus antiguos aliados, los ostrogodos, permanecían en la Mesia Inferior bajo el mando de Teodorico (nada que ver con el visigodo), que conocía Constantinopla por haber sido su rehén durante años. Tras morir el emperador León I, apoyó la candidatura de Zenón - casado con la hija de León I -, que en 488 lo envió a Italia como “magister militum praesentialis” y cónsul para deshacerse de Odoacro, a quien asesinó en un banquete (493)



quedándose como rey ostrogodo. Acogiéndose a la hospitalitas, los ostrogodos se asentaron en el norte de Italia de modo que obtuvieron la tercera parte de los grandes dominios rurales. Teodorico, cuyo reino se extendía desde el Ródano hasta el Danubio, incluyendo Italia, parte de Panonia y Dalmacia, respetó siempre la figura imperial, admiró el sistema romano e intentó influenciar al resto de pueblos bárbaros mediante una hábil política matrimonial. Aun siendo arriano, respetó a los católicos, por lo que se ganó la simpatía del Papado. Llevó su capital a Rávena, donde levantó iglesias y palacios, pero los últimos años de su reinado fueron ensombrecidos por problemas religiosos con católicos y bizantinos. A su muerte, en 526, le sucedió su hija como regente de su nieto pero, víctima de una conjura, pidió auxilio al emperador Justiniano quien, tras años de lucha, convirtió a Italia en una nueva provincia bizantina y terminó con el reino ostrogodo en 562. La destrucción del poder ostrogodo supuso un alto precio para Bizancio, que en 568 se enfrentó debilitado a un nuevo y peligroso enemigo, los lombardos. LA HEPTARQUÍA ANGLOSAJONA. Desconocido para nosotros. Beda el Venerable nos lo narra en su Historia Eclesiástica del Pueblo Inglés en el s. VIII. Tras la conquista de Gran Bretaña por anglos, sajones y jutos (todos ellos paganos), la primitiva población celta cristianizada, los bretones, emigró a la Bretaña francesa o se refugió en Gales y Cornualles. En esta época, conocida como Heptarquía, se formaron siete reinos principales: Sussex, Essex y Wessex (Sajones); Anglia del Este, Mercia y Northumbria (Anglos) y Kent (Jutos). Temporalmente, algunos reyes adquirieron una supremacía sobre el resto por lo que se les reconoció el título de bretwalda (supremacía temporal sobre los otros reyes). Hasta que fueron cristianizados por San Gregorio Magno (s. VI-s.VII), los anglo-sajones se mantuvieron al margen de las corrientes culturales y políticas europeas.

7. LAS FORMAS DE ASENTAMIENTO Y LAS RELACIONES ROMANO-GERMÁNICAS. Desde hacía tiempo, el Imperio romano practicaba el sistema de la “hospitalitas” según el cual proporcionaba alojamiento, en la casa de un romano, y manutención, a cargo de la Annona, a los contingentes bárbaros enrolados en sus ejércitos como auxiliares (foederati). Sin embargo, el problema se volvió insostenible cuando en territorio romano entraron pueblos enteros en calidad de aliados (foederati) por lo que se decidió instalarlos en los grandes latifundios. De este modo, según las zonas y el tipo de explotación, se repartieron de forma variable por zonas las tierras, casas, siervos, animales, aperos, etc., por la “Lex Burgundiorum” sabemos que el huésped (hospes) bárbaro se quedaba con 2/3 partes de la “terra dominicata” (la cultivada por colonos del latifundio a cambio de una renta) y 1/3 de la “terra indominicata” (la mejor del latifundio, controlado directamente por el propietario cerca de su residencia). El resto del latifundio (tierras comunes: bosques, pastos, etc.) se repartía equitativamente al 50%. Este reparto se aplicó cuando existía un acuerdo (hospitalitas) entre el Imperio y el pueblo bárbaro, sin embargo, vándalos (Cartago) y lombardos (en el Po) expropiaron violentamente a sus propietarios y los expulsaron de sus tierras, igual que anglos, sajones y jutos hicieron con los bretones. Pueblos como francos, alamanos o bávaros, por su parte, se asentaron en territorios casi sin población. Sea como fuere, aunque el número total de bárbaros que irrumpieron en el Imperio es difícil de determinar, se ha calculado que alcanzaría el 5 % de la población total. 7.1 Integración o aislamiento (factores diferenciadores).  La debilidad numérica de los invasores hizo que inicialmente vivieran agrupados. La prohibición de los matrimonios mixtos, dictada por algunos emperadores romanos (Valentiano y Valente) y ratificada por visigodos y ostrogodos, fue un modo de preservar su identidad.  La lengua fue un elemento diferenciador, aunque el latín se introdujo rápidamente entre las clases altas, con secretarios y asesores romanos en las cortes fue de uso extendido, redactándose las órdenes y reglamentos en esta lengua. En general, allí donde la romanización era fuerte el latín predominó (en el Norte de Francia, Inglaterra y Alemania el germánico era fuerte).  Respecto al Derecho, los bárbaros se regían por leyes orales administradas por expertos (rachimburgos). Algunos pueblos permitían la venganza privada, aunque pronto se sustituyó por la compensación económica para evitar la cadena de muertes que generaba. El acusado podía defender su inocencia por juramento (apoyado por testigos) o sometiéndose a la prueba de ordalía, consistente en salir indemne de una prueba dolorosa. Este tipo de justicia tan elemental poco tenía que ver con la complejidad de los códigos romano de Teodosio (438) o Justiniano (529). Lógicamente, los litigios entre romanos y bárbaros iban en aumento por lo que se acudió al principio de personalidad de las leyes (se

te aplica la Ley según seas romano o bárbaro) frente al de territorialidad de las mismas del derecho romano, lo que motivó que se pusieran por escrito las leyes bárbaras en lengua latina. Nacieron así: o Código de Eurico (visigodos) o Ley Sálica (francos). o Ley Gambeta (Burgundios). o Edicto Rotario (Lombardos). o Para los romanos que vivían bajo el dominio germánico se promulgó:  Breviario o Código de Alarico (visigodos). El “sortes gothorum” es lo que se consagró en el código de Alarico como sortes gothorum et tertiae romanorum, el reparto de la tierra, dos tercios de los godos (los conquistadores), y un tercio de los romanos (los sometidos).  Edicto de Teodorico (ostrogodos).  Ley Romana de los Burgundios (burgundios). Las leyes se escribieron en latín, muy extendido en su escritura y más dado a la expresión jurídica, se introducían algunos vocablos germánicos, por otra parte el germánico no era de tradición escrita (era oral).  También la religión diferenció a bárbaros y romanos pues si bien los primeros eran arrianos o paganos (francos, sajones, anglos y jutos), los segundos eran mayoritariamente católicos. En general, los bárbaros arrianos fueron tolerantes con los católicos, excepto los vándalos. En ocasiones, las diferencias religiosas fueron aprovechadas políticamente para justificar la lucha de algunos reyes bárbaros. Invocaron la diferencia religiosa Clodoveo contra Alarico II, Justiniano contra vándalos y ostrogodos, Leovigildo contra suevos, Recaredo (III Concilio de Toledo 589 – unidad religiosa) y Recesvinto (unidad jurídica “Liber Iudiciorum”). 7.2 La lenta fusión entre romanos y bárbaros Como en el caso de la lengua latina, allí donde la densidad de población romana era alta, lo romano ejerció una atracción sobre lo bárbaro. Por lo general, los reyes bárbaros fueron respetuosos con las instituciones romanas y tomaron consejeros romanos a su servicio, acuñaron monedas, se pusieron el “flavius” delante, Teodorico renació el Senado y los cónsules, junto condes romanos y godos, pero donde se observa una notable discrepancia es en el concepto de res publica pues los monarcas bárbaros consideraron el reino como una propiedad privada e incluso lo fragmentaron entre sus hijos a su muerte. Entre algunos pueblos, como los francos, se impuso el principio hereditario (procedían de Meroveo, Dinastía Merovingia), mientras que otros, como los visigodos, se decantaron por el principio electivo. Inicialmente, el título del monarca hacía referencia al pueblo (rex Gothorum, rex Francorum…), el monarca era el único con poder de mando (ban) y de él emanaba la fuerza de protección de los débiles (mund), de origen pagano. 7.3 La economía Las invasiones aceleraron el proceso de ruralización hasta el punto que la explotación de la tierra se convirtió en la única fuente de riqueza. El asentamiento bárbaro reforzó el sistema agrario romano, donde la “villa” continuó siendo el centro de explotación predominante. Constaba de dos partes: el “ager” o tierras cultivadas, donde estaba la casa del propietario, las cabañas de siervos y colonos y los almacenes, y el “saltus” o tierras incultas, bosques, lagunas, etc. Existían también los “manso”, pequeñas unidades de explotación familiar. Por otro lado, el comercio local se practicaba en los “vici” o “burg”, situados en lugares fácilmente defendibles en los cruces de caminos. La ciudad romana (“civitas”), amurallada, languidecía lentamente convertida en centro administrativo y sede del poder religioso. En ella residían el conde (“comes”) y el obispo (“episcopus”) y mantenía un cierta vida comercial y artesana. Judíos, griegos y sirios proveían de artículos de lujos y esclavos a las clases acomodadas. El comercio mediterráneo, a través de Marsella o Barcelona, disminuyó pero no cesó y en cuanto a la moneda, se impuso el “nomisma bizantino”(es griego, en latín se denominó “solidus aureus”), patrón imitado por los reyes bárbaros, aunque fue progresivamente sustituido por el “tremesis”, de 1/3 de su valor, síntoma del declinar del comercio. *** DEL FORO DE LA ASIGNATURA: Enfiteutas efectivamente son personas que trabajan un campo que no es suyo a cambio del pago de un dinero o de parte de la cosecha. Un censo es el pago que se realiza anualmente al propietario en concepto de arrendamiento.

T.2. El Imperio Romano de Oriente (s, IV - s. VII.) Los enemigos de Bizancio: eslavos y persas

1. LA CREACIÓN DEL IMPERIO DE ORIENTE (395-527) Entre comienzos del siglo IV y el siglo VII, el Imperio de Oriente vivió un período de lenta transición, al margen de las invasiones que azotaron Occidente, que lo llevaron a una realidad distinta a la del Imperio Romano. En este proceso de evolución interna, se produjo un fenómeno de cristianización, en el que la Iglesia (ortodoxa tras múltiples querellas doctrinales de la época) se identificó con el pueblo y la sociedad, y de orientalización, fomentada por sus relaciones con armenios y persas. En el nuevo escenario, el griego se convirtió en la lengua de cultura mientras que el latín se mantuvo como la lengua del ejército. Teodosio I dividió el Imperio en 395 y concedió la parte oriental (Byzantium) a su hijo Arcadio, quien estableció la capital en Constantinopla. Con el ascenso al trono de Arcadio (395 – 408), se producía la separación de facto del Imperio Romano, aunque los lazos familiares que unían Rávena con Constantinopla – pues Honorio, hermano de Arcadio, era emperador de la parte occidental del Imperio – permitieron mantener las formas hasta el fin del linaje de Teodosio, con la muerte de Arcadio (se disputaron los límites de ambos, el Ilírico). A Arcadio lo sucedió su hijo Teodosio II (408 – 450) quien, gracias al desvío de los godos hacia Occidente, tuvo un reinado relativamente tranquilo. Tras la toma de Roma en 410, Teodosio II mandó construir la doble muralla (439) que protegió a la ciudad durante siglos y años después, promulgó el Codex Theodosianus (429), una extensa recopilación de leyes imperiales desde Constantino, después lo asumió el emperador occidental, Valentiniano III. De carácter débil, dejó que gobernaran en su nombre. Tras la muerte de Teodosio II, subió al trono el senador tracio Marciano (450 – 457), desposado con la hermana mayor de Teodosio II, Pulqueria. Fue una época de esplendor para el imperio, durante su reinado, los jefes germanos que acaudillaban las tropas bárbaras al servicio del emperador ganaron tanta autoridad (eran grupos de influencia bastante importantes), que cuando Marciano murió sin descendencia, pudieron influenciar en el nombramiento del siguiente emperador. De este modo, los mecanismos electivos del Imperio permitieron que el alano Aspar, “magister militum” desde tiempos de Teodosio II, catapultara al poder a su candidato, León I el Tracio (457 – 474). A falta de una sucesión legítima, el emperador recibió la diadema imperial de manos del patriarca de Constantinopla, sanción religiosa que se convirtió en un ritual imprescindible a partir de entonces. Con el fin de liberarse de la tutela de Aspar y compensar el poder de la facción germánica (en general, mal vista por la población bizantina), León I se acercó al caudillo de los isáuricos, Zenón, perteneciente a un pueblo montaraz y belicoso pero súbdito del Imperio Oriental. Zenón (477 – 491) se casó con Ariadna, hija de León I, que más tarde le transmitiría los derechos al trono. Durante el reinado de Zenón, se intentó resolver la querella monofisita (Jesús es divino y humano, prevalece lo divino), condenada por el Concilio de Calcedonia (451) (el monofisismo fue aprobado como doctrina en el Concilio de Éfeso del 449, aquí se condena, el difisismo pasa a ser la doctrina oficial desde entonces de la Iglesia Católica y Ortodoxa), corriente que durante años había ganado mayor influencia en Oriente, y por consiguiente, iba agrandando las discrepancias entre las provincias centrales del Imperio y las orientales. Con este objetivo, en 482 publicó el llamado Edicto de Unión (Henótico o Henotikon), en forma de carta, dirigido a las iglesias de Egipto y Siria, que toleraba los postulados monofisitas pero que no acabó de satisfacer a ninguna de las partes. La actitud condescendiente del emperador y el patriarca de Constantinopla enfureció al Papa, lo que provocó una mutua excomulgación y la apertura de un largo cisma (Cisma de Acacio, 484, ideólogo del Henotikon). Tras la muerte de Zenón, subió al trono Anastasio I (491 – 518), legitimado por un rápido matrimonio con Ariadna. A pesar de todo, para gobernar tuvo que enfrentarse a Longino, hermano de Zenón, y a numerosos enemigos externos, con el correspondiente gasto que suponía para el Imperio, lo que no impidió que, debido a una notable reforma (no abolió el “chrysargyrion”, muy odiado por comerciantes e industriales) dejase una importante reserva en metálico providencial para la obra de Justiniano. Anastasio I era monofisita, por lo que el Papa Gelasio I le escribió una carta recordándole que había dos poderes, el religioso (Papa) y el político (emperador), agudizando el cisma con Roma (“Doctrina

de las Dos Espadas”). A Anastasio I lo sucedió el capitán de su guardia, Justino I (518-527), quien tuvo un reinado sin relieve durante el que se abolió el Henotikon y se restablecieron las relaciones con el Papado. 2. LA EXPANSIÓN DE BIZANCIO BAJO JUSTINIANO (527 – 565) 2.1. La organización territorial del Imperio. La obra legislativa Con Justino se inicia la dinastía Justineana, que condujo a Oriente a un momento de gran apogeo político, especialmente de manos de su sobrino Justiniano gracias a su idea de restauración del Imperio Romano de los Césares. Para entonces, el concepto de Imperio había cambiado debido a las influencias orientales (persa) y, de un poder ejercido por delegación del pueblo, se pasó a un emperador convertido en autocrátor (gobierna por sí mismo por poder divino). A pesar de todo, la mitificación de que ha sido objeto tradicionalmente Justiniano se ha visto matizada últimamente al considerarse también sus derrotas, la crisis económica debida a sus enormes gastos y cuestiones coyunturales como epidemias y terremotos. Justiniano (527 – 565) había sido nombrado co-emperador por su tío Justino en 526 por lo que la sucesión se produjo sin incidentes. Aunque la capacidad de trabajo de Justiniano, con la ayuda de su esposa, Teodora, era remarcable, Justiniano se rodeó de buenos colaboradores (así lo menciona Procopio de Cesarea en su Historia Secreta quien fue secretario de varias personalidades, entre ellas Belisario, al que juzga y condena). A principios de 532, Justiniano y Teodora comparecieron durante las Carreras del Hipódromo ante la multitud. Las reformas fiscales de Juan de Capadocia asfixiaban a la plebe a impuestos y ciertas actitudes de Triboniano habían enfurecido a la población de Constantinopla, ya humillada por la paz persa recién firmada (“Paz Duradera” con Cosroes I, 532) y perjudicado la imagen del emperador. Tras recibir los insultos de la plebe, los emperadores se retiraron discretamente, destituyeron a los dos y, durante 6 días, la muchedumbre se dedicó a saquear la capital y a incendiar sus mejores edificios gritando “nika” (victoria-conquista). Finalmente, animado por Teodora, Justiniano ordenó al general Belisario sofocar la revuelta de la Niké (532), cometido que cumplió con gran derramamiento de sangre, aunque consiguió dominar a la masa y facilitar la consiguientes reformas habilitando a Juan y a Triboniano. Reforma administrativa (535-536) de Juan de Capadocia. Hombre íntegro a quien nombró prefecto del pretorio y ordenó extraer todo el dinero posible de sus súbditos y eliminar la corrupción del Fisco imperial, tardo año y medio y 100 constituciones (en ella se expone que los obispos juzgaran a los administradores con poder militar y civil de las nuevas provincias, sin que ninguno llegara a tener poder suficiente). La continuaron Teodoto y Pedro Barsanes (desterrado por vender a precio doble el trigo de la Annona para Constantinopla y repartir trigo podrido a la plebe). Para la codificación del Derecho Romano y su adecuación a las nuevas circunstancias, nombró para ello al Ministro de Justicia Triboniano, a quien propuso compilar las leyes existentes promulgadas por sus antecesores y evitar las contradicciones y las confusiones. De este modo, el “Codex Iustinianus” vio la luz en 529 y se convirtió en la máxima norma jurídica de Bizancio y en una fuente de inspiración para los derechos germánicos del Occidente europeo (se hizo en la lengua del emperador, latín). A este se le añadieron materiales formando el Corpus Iuris Civilis formado por: 1. Digesto o Pandectae (533). Recopilación de normas jurídicas romanas. 2. Institutiones (533). Dedicado a la enseñanza (latín). 3. “Codex repititae praelectionis” (534). Añadidos de Juan de Capadocia. Tipos de derechos. 4. Novellae. Constituciones en latín y griego. Edición definitiva. La obra de Triboniano salvó el legado jurídico de la Roma cristiana para la Europa Medieval y fue la base que sirvió para fundamentar la supremacía de los monarcas frente al feudalismo. La obra legislativa de Triboniano nos permite conocer las instituciones imperiales.  El emperador (imperator, autocrátor o basileus en griego) era la personificación del Estado, jefe del ejército, detentador del poder supremo, santo (como un apóstol) y el principal propagador de la fe cristiana. Su dignidad, obtenida por delegación del pueblo, era electiva y no hereditaria y, aunque la elección recaía en la corte o Sacro Palacio, en el ejército y en el senado, con el tiempo se consolidó el derecho del emperador a nombrar a su sucesor, aunque con el consentimiento del ejército y el senado. Era en latín Augusto y el Señor (déspotes). La emperatriz (la Señora o despoina) gozaba de los mismos títulos y privilegios de su esposo y, aunque rara vez se la veía en público, ejercía una gran influencia en el gobierno.

 El Sacro Palacio constituía la casa civil y militar del emperador, centro administrativo y sede de consejos y oficinas donde todo se regía por una rigurosa etiqueta. - Los jefes de los servicios y los consejeros estatales (eran nobles de la Corte que formaban el consistorio del príncipe). - El magister officiorum, ministro del Interior y jefe de la casa imperial, era el primer dignatario de la jerarquía civil y de él dependían las oficinas (scrinia), la guardia palatina (scolae), los arsenales, los correos públicos, la policía estatal y la inspección de los ejércitos fronterizos (limitanei). - El jefe de la cancillería dirigía las oficinas de expedición de órdenes, mandatos y rescriptos. - El jefe de hacienda se encargaba del erario, de la distribución de donativos y de organizar a una serie de funcionarios provinciales (comites y procuradores). - Existía un conde encargado de los fondos personales del emperador y responsable de los contables. - Al frente de la jerarquía militar se hallaban los generales en jefe de los ejércitos imperiales (magistri militum), bajo cuyas órdenes servían los generales (duce), jefes de las tropas de una provincia, los protectores y los instructores.  Desde el siglo VI se nombraron exarcas para África e Italia, gobernadores generales con plenos poderes hasta que África fue conquistada por los árabes (698) y Rávena cayó en manos lombardas (751).  El Senado de Constantinopla y las asambleas (restrictivas y generales) eran órganos consultivos del Estado. Las asambleas generales se celebraban en el Hipódromo de Constantinopla (se discutía de todo), donde pronto se definieron dos facciones: la Azul (ortodoxos como el emperador y las clases altas), y la Verde (asociadas con la Roja, monofisitas y populares). Las grandes ciudades tenían curias municipales dirigidas por el prefecto de la urbe (gobernador o eparca) que nombraba a los pretores urbanos y se cuidaba del aprovisionamiento, de la policía, del orden y de la enseñanza. POLITICA EXTERIOR. Después de perder la Batalla de Calínico (531) Justiniano firmó la “paz perpetua” con Conroes I de Persia (532), con quien había rivalizado durante años por el dominio de varios estados árabes y por el control de las rutas comerciales. Sofocada la revuelta de la Niké (532) y libre del peligro oriental, parecía el momento oportuno para continuar con la recuperación del Imperio. Un Imperio Romano sin Roma no tenía sentido, por lo que Justiniano dirigió su ambición hacia el reino ostrogodo. Para llevar a cabo sus campañas y volver a los ideales de la vieja Roma, Justiniano escogió a un viejo amigo y colaborador, el general tracio de origen germánico, Belisario, que pronto destruyó el reino de Gelimer en la Batalla de Tricamerón (533) cerca de Cartago (desde los tiempos de Genserico, el reino vándalo del norte de África rendía una cierta pleitesía al emperador romano, sin embargo, con el ascenso al trono de Gelimer se iniciaron una serie de persecuciones contra los católicos y se reclamó una independencia política intolerables para Justiniano), confiscó sus tesoros para las arcas y reconquistó el territorio para el Imperio acabando con el Reino Vándalo. El asesinato de Amalasunta (535), hija de Teodorico, reina de los ostrogodos y cercana a Justiniano, sirvió de excusa para enviar a Belisario al oeste, quien tomó Sicilia en una rápida campaña, entró en Nápoles, siguió hasta Roma y en cuatro años prácticamente pacificó toda Italia. Con el tesoro de Teodorico (conseguido en el norte de Italia) Belisario (ya era “magister millitium per Oriente”), los recelos lo llaman a la capital sin acabar en Italia para dirigir una exitosa campaña contra Persia en la conquista de Siria (544) y expulsó a los eslavos-búlgaros del territorio imperial (559, primera fuerza que consigue entrar en Bizancio), sin embargo, cayó en desgracia (se le acusó de quedarse con parte de los tesoros, lo juzga y culpa su secretario Procopio de Cesarea) y aunque fue rehabilitado, murió poco después (560). Otros jefes militares destacados fueron Juan Troglita, que derrotó a los mauros en el norte de África (548), Mundus y el eunuco Narsés encargados de completar la campaña de Belisario en Italia (se hizo larga y extensa) y de gobernarla en nombre del Imperio (el emperador no confiaba por entonces en Belisario, lo veía como candidato al trono). Durante el reinado de Justiniano, el Imperio tenía entre 20 y 30 millones de habitantes, con un ejército de 645.000 hombres. La población se fue recuperando desde finales del siglo IV hasta el estallido de la peste bubónica de 542, que provocó una gran despoblación en los Balcanes, en Siria y en Egipto. 2.2. La economía bizantina

La base económica del Imperio era la agricultura, como en Roma, se cultivaba igual la tierra (técnicas y materiales romanos) y se mantuvo la tríada mediterránea (cereal, vid, olivo) con alguna variación de especie. Predominaba el hábitat concentrado en aldeas (“kome o jorion”), aunque el gran dominio aislado (latifundios), no siempre homogéneo, constituyó también otro tipo de hábitat rural. Distintos tipos de explotadores de la tierra: - Propietarios. Clase alta. Aristocracia. - Trabajadores a censo (“enfiteutas”), son campesinos que cultivan una tierra que les arrienda un gran propietario. La tierra no es suya, es del latifundista. Ellos deben pagar cada año un censo (es decir, una cantidad en dinero o en especie) al gran propietario a cambio del uso de la tierra. No obstante, siguen siendo libres, pueden abandonar la tierra cuando quieran e irse a otra parte. - Los trabajadores adscritos a la tierra (enarógrafoi) son los colonos del Bajo Imperio. Al principio, en el siglo IV, son de condición jurídica libre. Ceden sus tierras a un gran propietario a cambio de su protección. El latifundista se las vuelve a dar a cambio de que le paguen un censo anual y además dediquen unos días de trabajo al año en otras tierras del gran propietario. El estatuto jurídico de los colonos tiende a empeorar en la legislación del Bajo Imperio. Se les ata a la tierra, es decir, no pueden abandonar la tierra que cultivan. Al final, su condición tiende a ser muy similar a la de los "servidumbre" o esclavos del Bajo Imperio e inicios del Imperio Bizantino. COMERCIO. Constantinopla era un gran centro comercial al igual que Siria y Egipto, mientras que Asia Menor era una zona ganadera y agrícola. Los impuestos indirectos gravaban sobre la venta y circulación de bienes y mercancías. El estado monopoliza a la importación de artículos de lujo y la industria alimenticia básica (pan) y de ciertas industrias suntuarias (brocados). A pesar de ello, algunos comerciantes, actuaban como agentes estatales en frontera y comerciaban en el centro de las grandes ciudades donde revendían la seda de China, especias de la India, esclavos del Cáucaso y perfumes de Arabia, lo que acabó convirtiéndolos en cambistas de moneda y banqueros, dados los altos beneficios tras impuestos de sus transacciones. Las primeras sociedades comerciales (normalmente dos socios) se constituyeron como una asociación total de bienes para negociar (“koinopraxia”) o como una asociación para un negocio puntual, en la que los beneficios o pérdidas se repartían a partes iguales, si uno renunciaba se disolvía la sociedad. 2.3. Las cuestiones religiosas La restauración del Imp. Occidente le acercaba a la católica Roma. Justino I había marcado unas líneas generales en política religiosa que fueron seguidas por Justiniano, con la Iglesia mediatizada por el Estado. En Oriente más allá de Bizancio se hablaba de la variedad religiosa. Justiniano era ortodoxo (al final abrazó el monofisismo influenciado por su mujer) y en esa fe se uniría su imperio. De acuerdo con la declaración del Patriarca en el Concilio de Constantinopla del 536, la Iglesia oriental afianzó su doctrina a la voluntad del emperador, postura que se mantuvo en el V Concilio Ecuménico de 553 y durante toda la etapa justinianea. A pesar de todo, la emperatriz Teodora, monofisita convencida, se enfrentó al Papa Silverio ayudando a su deposición, obstaculizó las misiones ortodoxas mandando monjes monofisitas y protegió al Patriarca Antimio I, sospechoso de herejía, antes de ser finalmente excomulgado y condenado al exilio por Justiniano. 2.4. La primera Edad de Oro: renovación cultural y artística Justiniano, un hombre de fe profunda, inició una campaña arquitectónica de construcciones religiosas buscando la bendición de dios, el apoyo de la Iglesia y la justificación ideológica de su reinado. Tras la destrucción de la Iglesia de Santa Sofia durante la revuelta de Niké (532), Justiniano contrató a los arquitectos Isidoro de Mileto y Antemio de Tralles para construir la más imponente y original iglesia de Constantinopla, llevada a cabo entre los años 532-537 con el título de Basílica (en contrapunto a San Juan Letran o la Iglesia-Panteón de los Santos Apostoles de Constantino). El programa se completó con otras construcciones como la Iglesia de los Santos Sergio y Baco, la Iglesia de Santa Irene, la cisterna de la capital, las murallas de Darás y Palmira, los templos de San Vital y San Apolinar en Rávena, entre muchas otras. Las obras civiles y palaciegas se recogen recogidas en “De Aedificiis” de Procopio de Cesárea. En el

campo literario, destacaron los monjes Juan Clímaco, autor de La Escalera de las Virtudes, y Juan de Éfeso, con su Historia Eclesiástica. 3. LOS SUCESORES DE JUSTINIANO HASTA HERACLIO Tras la muerte de Justiniano en 565, le sucedió su sobrino, Justino II (565 – 578), que había sido nombrado sucesor por él. Como el amplio Imperio estaba exhausto económicamente, Justino II tomó la decisión de no pagar el subsidio a los pueblos vecinos, de modo que en 568, los ávaros, una nación de origen tártaro situada en la actual Rumanía, asolaron la Dalmacia; los lombardos invadieron Italia, dejando a los bizantinos sólo la franja entre Roma y Rávena, Apulia, Calabria y Sicilia; Leovigildo y los visigodos asolaban la Hispania Bizantina. En 574, los eslavos irrumpieron en los Balcanes y en Grecia y se instalaron en tierras imperiales con su ganado y familias. Con ello se rompía el sueño de su tío de la unificación del Imperio. La derrota en el obispado de Dara (573) quedó agotado a Justino II. A Justino II lo sucedió Tiberio II (578 – 582), un emperador popular que con su política de dispendio llevó al estado a la bancarrota. Tras él, subió al trono Mauricio (582 – 602), emperador que realizó una reforma fundamental que sentaría las bases de la organización político administrativa de Bizancio por los próximos siglos e inspiraría los futuros “themas” (en el siglo VII con los “strategos”). En los territorios alejados de Constantinopla, África e Italia, reunió el poder civil y militar en la persona de un general que recibía el título de exarca y dejó la defensa en manos de campesinos-soldados de otras partes del Imperio, los cuales recibían una parcela de tierra (sistema limitanei romano). Debido a la terrible herencia económica, Mauricio tuvo que aumentar la presión fiscal y desarrollar una restrictiva política de gastos, lo que aumentó el descontento del pueblo. En estas circunstancias, un centurión llamado Focas aprovechó una rebelión popular en la capital para alzarse con la corona y asesinar a Mauricio y toda su familia. Durante el reinado de Focas (602 – 610), los persas, que habían firmado la paz con Mauricio, sintieron roto el acuerdo que hizo con Conroes II y en 603 invadieron el Imperio. La amenaza persa, junto a la de ávaros y eslavos, provocó la sublevación del exarca de Cartago (608), Heraclio, quien en 610 entró en Constantinopla, ejecutó a Focas e instauró la dinastía de los Heráclidas. 4. LA PROVINCIA BIZANTINA DE HISPANIA En el año 549, una parte de la aristocracia visigoda escogió como rey al arriano emeritense Agila I, sin embargo, esta elección no agradó a algunas familias católicas que gobernaban la Bética por lo que se produjo un levantamiento en Sevilla de manos de Atanagildo, que no dudó en pedir ayuda a Justiniano. El emperador vio entonces la oportunidad de recuperar Hispania por lo que embarcó un ejército en Sicilia bajo el mando del patricio Félix Liberio quien, tras cinco años de lucha, logró eliminar a Agila. La intervención de Liberio acabó con la ocupación de una parte importante del litoral suroriental y con su nombramiento como magister militum Hispaniae (se desconocen los términos del acuerdo). De este modo, Liberio actuaba como gobernador de la provincia, jefe de tropas y gobernador general, bajo cuyas órdenes estaban las administraciones civil y militar. Los bizantinos penetraron hasta Medina-Sidonia y Baza, formando una provincia de Hispania que incluía las Baleares (arrebatadas a los vándalos en 533). Entre 552 y 554 se produjo la ocupación de los territorios que formaron la España bizantina (Spaniae), tras un repliegue de sus tropas pues los visigodos se reagruparon junto a Atanagildo, cortándoles el paso hacia Mérida o Sevilla. La capital era Cartagena (Carthago Spartaria), aunque se ha postulado la posibilidad de que lo hubiese sido Córdoba hasta 572, cuando cayó en manos de Leovigildo. De hecho, es posible también que Córdoba fuese retomada por los imperiales desde el 579 al 584, ya que Leovigildo (572 – 586) la recobró en este último año a través del pago a los enemigos, quizás bizantinos, que gobernaban la ciudad. Los imperiales trasladaron la sede de la diócesis a San Vicente de Córdoba y desarrollaron una actividad edilicia que incluyó edificios palatinos y unas nuevas murallas en la zona sur de la ciudad. En el territorio de Hispania se construyeron castra para defender la frontera interior, se fortificó y amplió el puerto de Cartagena que, junto con Málaga, constituyó un gran emporio comercial de artículos de lujo. Justiniano incluso estableció una ceca en España donde acuñó los sueldos de oro (besantes). Los bizantinos influyeron a los visigodos, especialmente, en conceptos políticos y administrativos, aunque también en el arte y en las concepciones urbanísticas y militares. Desde los ataques de Leovigildo, se sucedieron los intentos de recuperar el territorio perdido. Finalmente, Sisebuto (612 – 621) conquistó

Málaga y Cartagena y Suintila (621 – 631) aprovechó las vicisitudes por las que atravesaba Bizancio para expulsar a los imperiales de Hispania. 5. LOS PUEBLOS ESLAVOS: ORIGEN Y EXPANSIÓN Los pueblos eslavos, de etnias y costumbres muy distintas, se caracterizan por su unidad lingüística, basada en el protoeslavo, que sólo se rompió a partir del primer milenio a.C. Su hábitat original se sitúa entre el Elba, el Oder, el Vístula y el Bug, territorio limitado al norte por el Mar Báltico. En el siglo III, los eslavos empezaron a moverse hacia el este y el sur, aunque fueron detenidos por los baltos, los godos y los fineses. Una de las tribus eslavas, los antas, organizaron a todo su pueblo en el territorio de la actual Ucrania, especialmente después de la emigración masiva de los godos provocada por el empuje de los hunos, en el siglo V. En el siglo VI, los eslavos avanzaron hasta el Danubio y la costa del Báltico, aunque en algunas incursiones se extendieron hasta Macedonia, Tesalia e incluso el Epiro. La península balcánica se había convertido en una tentación permanente para los nuevos invasores, aunque inicialmente la frontera danubiana fue siempre restablecida por la flota imperial. La llegada de los ávaros (568), un pueblo turco, supuso el sometimiento de las tribus eslavas meridionales y la creación de una nueva situación de peligro pues cada éxito que cosechaban abría la ruta de los Balcanes tanto a ellos como a nuevas tribus eslavas. Los ávaros fueron contenidos por los bizantinos hasta 581, cuando una gran ofensiva les permitió abrir totalmente los Balcanes y que los eslavos fundasen su primer establecimiento en suelo griego. Durante el primer cuarto del siglo VII, ávaros y eslavos asolaron el territorio balcánico pero, tras la derrota de los ávaros frente a Constantinopla en 626, los eslavos se sublevaron y, en pocos años, consiguieron hacer desaparecer el poder ávaro. Liberados del yugo ávaro, los eslavos se asentaron en el Danubio superior y medio, donde pronto se amoldaron a la civilización bizantina. En la segunda mitad del siglo VII, presionados por los jázaros, aparecieron en escena los búlgaros, otro pueblo de origen turco que, al mando de su kan Astaruk, llegaron al delta del Danubio y ocuparon la Dobrudja. Aunque enviaron un gran ejército contra ellos (680), los bizantinos no pudieron derrotarlos así que los búlgaros se lanzaron sobre Mesia. Las tribus eslavas se sometieron a los búlgaros y, gracias a Asparuk, acabaron formando una sola entidad conocida como reino de Bulgaria. 6. EL IMPERIO PERSA SASÁNIDA 6.1 La dinastía sasánida La dinastía sasánida es una facción local de Fars que se impusieron a los soberanos partos y vecinos en el siglo III. Su primer soberano Ardashir I (224 – 241) se creó una figura mitológica (Sasan); basó su fuerza en un nacionalismo a ultranza que intentó extirpar la influencia helenística y se enfrentó continuamente con Roma. La nueva capital se instaló en Ctesifonte y la espiritual en Istajr, desde allí Ardashir I dirigió un proceso de consolidación territorial que fue brillantemente continuado y ampliado primero por Sapor I (241-272) y Sapor II (310-379), ambos vencedores antes los ejércitos de Roma. La guerra con Roma acabó con un tratado de paz que supuso la división de Armenia entre ambos Imperios. Tras la caída de Roma, los persas bascularon entre la amistad y el enfrentamiento con Bizancio (Yezdigerdes I fue tutor de Teodosio II por orden de Arcadio, no gustó a los persas), obligándose en el (421) a no edificar fortalezas en la frontera. Aunque en general la situación de los cristianos fue mejorando en Persia a lo largo del siglo V en detrimento de los zoroastras (seguidores de Zoroastro o Zarathustra), la derrota de los persas ante los hunos heftalíes, a finales del siglo V, sumió al Imperio Sasánida en una crisis moral y económica durante la cual se sucedieron varios emperadores. En esta época se alternaron periodos de persecuciones y de aceptación respecto a los cristianos, a la vez que hubo disputas internas entre el bando zoroastra. La situación no se superó hasta el ascenso al trono de Kavad I (488/496 – 498/531) quien, con el objetivo de acabar con la influencia de nobles y magnates, parceló sus latifundios para repartirlos entre los pobres y disminuyó sus privilegios, lo que ocasionó graves disturbios y provocó su caída. En estas circunstancias, buscó el apoyo de los hunos heftalíes y, tras recuperar el trono, atacó también a Bizancio, aunque acabó firmando la paz en 506. El gobierno más fructífero de la época fue, sin duda, el de Cosroes I (531 – 579) quien, ejecutó a sus hermanos y afianzó su reinado desarrollando una política claramente belicista, conquistó Yemen, Siria y Antioquía y arrebató a Bizancio el Cáucaso (enemigo natural de Justiniano) con la ayuda de los hunos

saberios, principal zona de fricción entre ambos Imperios (en el 562 nos cuenta Procopio de Cesárea que Bizancio pagó 30.000 monedas de oro anuales para recuperar la zona). Tras vencer también a los hunos heftalíes, Cosroes I se dedicó a mejorar su administración mediante la elaboración de un catastro, la reforma de los impuestos sobre la tierra y el impulso de la traducción al persa de obras de autores clásicos griegos. El reinado de Cosroes I contempló también el auge de los “dehcanes”, pequeña nobleza terrateniente (caballeros que dominaban un pueblo) que constituyó el esqueleto de lo que luego se convirtió en la administración provincial sasánida y el sistema de recaudación de impuestos. Cosroes I fue a su vez un gran constructor que embelleció su capital, levantó fortificaciones, trasladó tribus enteras para defender y colonizar las zonas fronterizas y construyó canales que permitieron aumentar las áreas de cultivo. Hormizdas IV (579 – 590), hijo y sucesor de Cosroes I, se enfrentó a la nobleza y a los sacerdotes por su política pro-cristiana, lo que acabó costándole el trono debido a una sublevación del general Bahram, que coronó primero a Cosroes II y después a sí mismo. Cosroes II (591 – 628) encontró el apoyo del emperador bizantino Mauricio para recuperar su trono por lo que, cuando el griego cayó asesinado en Calcedonia (602), Cosroes II se erigió en su vengador. Primero con los turcos en el norte, atacó Asia Menor, Siria y Egipto y saqueó Jerusalén, poniendo incluso sitio a Constantinopla (620). A partir de 622, Heraclio pasó a la ofensiva, venció a los persas y entró en su capital, Ctesifonte (628) donde recuperó la reliquia de la Cruz de Cristo para Jerusalén. Cosroes II fue sustituido por su hijo, que firmó una paz humillante que le obligó a evacuar Armenia, Egipto, Siria y parte de Mesopotamia. Tras una fase decadente en la que se sucedieron 12 reyes, el último soberano, Yezdigerdes III (633 – 651) fue derrotado por los árabes en Kadesiya (637). Aunque el rey huyó, fue asesinado en 651, poniendo fin a su dinastía y dejando el territorio en manos del califato islámico. 6.2 Organización territorial y administrativa del Imperio Persa. La vida económica. El Imperio Persa estaba dividido administrativamente en 4 distritos (padhgos) a cuyo frente había sendos virreyes (padhgospan) con poderes civiles y militares. Cada distrito se subdividía en provincias, dirigidas por un gobernador civil de origen aristocrático, mientras que en los pueblos la pequeña aristocracia rural (dehcanes) administraba justicia y recaudaba los impuestos mediante un eficaz sistema de correos. Determinados territorios, como Armenia y Azerbaiyán, constituían satrapías (grandes territorios fronterizos). La administración palatina era sumamente compleja. Había un Gran Visir que actuaba como regente en ausencia del emperador. Bajo su autoridad se situaban los secretarios de Estado responsables de ministerios como el de hacienda, el de obras pías, el del tesoro del rey, etc. El ejército, dirigido por un general en jefe, estaba compuesto por cuerpos de infantería y caballería, entre los que destacaban los elefantes sobre los que se montaban grupos de arqueros. El Irán sasánida conoció un auge de las ciudades (Ctesifonte, Hamadan o Siraf) y el comercio exterior. Además de la artesanía, Persia comerciaba con sedas, piezas de orfebrería, cerámica y cosméticos. La estratégica situación de Ctesifonte, situada entre el ámbito mediterráneo, chino e indio, la convirtió en un importante nudo de comunicaciones a orillas del Tigris, en plena Ruta de la Seda. Además, los persas dispusieron de una potente flota en el Golfo Pérsico que les permitió controlar las rutas comerciales marítimas hacia la India. Por su parte, los sasánidas mantuvieron una moneda de plata estable, el dinar, que consiguió perpetuarse en los tiempos medievales. 6.3 Las religiones de los persas El mazdeísmo, definido por Zoroastro hacia el 600 a.C. y conservado en los textos sagrados (Avesta), era la religión oficial de Persia. Según esta doctrina dualista Ormuz, dios creador del espíritu y la luz, se halla en pugna con Arimán, creador del mundo, espíritu del mal y señor de las tinieblas. Asimismo, los persas veneraban los elementos de la Naturaleza. Externamente, el mazdeísmo se manifestaba en los templos de fuego (pireos), distinguiéndose pireos para sacerdotes, guerreros y campesinos. Junto al mazdeísmo surgió el maniqueísmo, una corriente dualista gnóstica (el bien y el mal en lucha eterna) que combinaba la tradición religiosa mesopotámica con influjos iranios, judíos y cristianos. Su profeta fue Mani quien, denunciado por un sector del zoroastrismo, huyó a la India en el 240 d.C. entrando en contacto con el budismo. A su regreso a Babilonia contó con el favor de Sapor I y su doctrina

se extendió por Siria, Egipto e Irán, sin embargo, fue denunciado por los magos como hereje y ejecutado en 276 d.C. También había minorías cristianas en Persia. Los nestorianos estaban establecidos en Mesopotamia y el norte de Irán desde antes del Concilio de Éfeso (431 d.C.), aunque no consiguieron que su religión fuese considerada oficial y fueron incluso perseguidos. Su cabeza oficial (Katholikos) residía en Ctesifonte hasta que, en época abasí, se trasladó a Bagdad. Hacia el 480, el nestorianismo fue la única versión del cristianismo aceptada en Persia. Por otra parte, la iglesia cristiana armenia se fundó, posiblemente, durante la evangelización del apóstol Addai, oriundo de Edesa. A partir del siglo V era ya una iglesia consolidada y estrechamente vinculada a la familia real armenia. La lucha entre sasánidas y bizantinos marcó la existencia de la iglesia armenia que, en 551 d.C., aceptó la doctrina monofisita.

Tema 3. La expansión del cristianismo y las primeras herejías

1. LA ORGANIZACIÓN Y JERARQUÍA ECLESIÁSTICA. La Iglesia de esta época carecía de estructura y organización administrativa, adoptó la del Imperio. El núcleo administrativo del Imperio era la “civitas” romana, lugar en el que la Iglesia decidió que desarrollara su cátedra el obispo (“episcopus”), como sede de la administración episcopal, la diócesis. Al conjunto de diócesis era una provincia eclesiástica (solía coincidir con la civil) a cargo de un “metropolitano” (arzobispo en occidente) jerárquicamente superior al resto de obispos. Cuando con las primeras invasiones las clases gobernantes y señoriales abandonan las ciudades a los grandes dominios de las villas, los obispos se erigen como jefes espirituales y civiles para el pueblo. Los obispos, de procedencia senatorial en su mayoría eran apoderados, tanto en la ciudad como en el campo, cediendo a la Iglesia sus bienes tras la muerte, que unido a las donaciones de los fieles la iban haciendo cada vez más rica, siendo de los grandes propietarios de bienes rústicos. En el medievo la tierra era casi la única fuente de riqueza y con el tiempo su dominio sobre la misma y las personas. En torno a la ciudad comienza a girar toda la vida religiosa, a mandos de los obispos y sus catedrales, lugar de custodia de las reliquias veneradas fuente de milagros, curaciones y protección para la ciudad. Catedrales e iglesias ejercieron de asilos para necesitados. Los obispos extendieron su poder a los poblados diocesanos (“vici”) creando parroquias rurales, a cargo de “presbíteros”, quienes trasmiten por los obispos las órdenes y acuerdos. Dado su poder, los reyes son electores de los obispos, asegurando su fidelidad, pues tienen tanto rango como los condes (“comes”). En algunos lugares el cargo de obispo se transmitía en la familia. Nace el celibato por orden de León I (no así en oriente, obispos no pueden, diáconos y sacerdotes sí), siendo irregular durante todo el medievo. El metropolitano reunía a sus obispos en sínodos (asambleas), donde se acordaba todo lo referente a la vida religiosa en la diócesis. De mucha conservamos sus actas. 2. LAS IGLESIAS ORIENTALES: LOS PATRIARCADOS. EL PRIMADO DE ROMA. El Imperio de Oriente se dividió en 5 territorios administrativos (Patriarcados de Alejandría, Constantinopla, Antioquía, Jerusalén y Roma) llamados diócesis o patriarcados, con varias provincias en cada una que coincidían más o menos con las metrópolis eclesiásticas. El Concilio de Constantinopla (381) estructuró la organización de la Iglesia y acordó que un obispo/patriarca no se podía inmiscuir en otra diócesis/patriarcado. El Patriarcado de Alejandría durante los s. V y s. VI, con orígenes en San Marco. Con gran número de monjes (de Tebas principalmente) y 100 obispados, le confirió gran riqueza, poder político y doctrinal, foco principal del cristianismo de formas ortodoxas (derivado del helenismo), arremetió contra el arrianismo. Su principal figura fue el Patriarca San Anastasio. A sus patriarcas se les conocía como faraones de Egipto. Los Patriarcado de Antioquía y Jerusalén disputaban por Chipre (allí estuvo San Pedro). El Patriarcado de Constantinopla surge del obispado de la ciudad, creado como referencia eclesiástica de la “Nueva Roma”. Tuvo muchos conflictos con los emperadores y por la doctrina a seguir

en el imperio. En el concilio de Calcedonia (451) le reconocía un rango similar al Papa de Roma, canon que no fue aceptado, con el tiempo, y la invasión musulmana del s. VII de los otros tres patriarcados orientales se postuló como rival de Roma. En occidente se siguió una estructura distinta, solo se erigió el Patriarcado de Roma y Cartago aglutinaba 500 obispos en 6 diócesis civiles. Cartago dio grandes figuras como San Agustín o Tertuliano hasta que las querellas donatistas, los vándalos y en el s. VII los musulmanes acabaron con esta Iglesia. El Papa de Roma luchó siempre por defender su dogma como sucesor de San Pedro (decretales) y mantenerse al margen de los poderes civiles, ayudado por la evangelización de los pueblos bárbaros asentados en el Imperio. Como sucesor de San Pedro los otros patriarcados le concedieron una primacía honorifica (Primado de Roma), sin perder ni un ápice de su independencia. Los reyes barbaros, arrianos en general, desconfiaban del papado, pues éste se inmiscuía con los obispos católicos de sus reinos, por lo que defenderán su autonomía frente a Roma. La primacía del Papa de Roma fue San León I Magno (s. V), reconocida por los obispos de Hispania, Galia y el Ilírico tras el Concilio de Calcedonia (451) donde postulaba una doctrina ortodoxa, la defensa de Roma frente a Atila (452) y las vidas que salvó en el saqueo de la ciudad por el vándalo Genserico (455). Desde Constantino I y Teodosio I la Iglesia era privilegiada en el Imperio, los emperadores se consideraban “obispos entre obispos”. Entre los privilegios eclesiásticos estaban: exención de cargos municipales, sujetos al derecho eclesiástico y no al civil, habían conseguido equiparar la herejía al crimen estatal, obispos jueces de litigios públicos, etc. aunque no había pasado mucho tiempo no parecía que la Iglesia se considera una religión más, como pedían en sus inicios, ahora como religión oficial no toleraba la discusión ni el compartir privilegios. Para proteger estos derechos se apoyan en la protección civil, emperadores y reyes bárbaros a cambio eran electores de sus cargos y se inmiscuían en la doctrina según sus intereses políticos (ejemplo de ello es Justiniano). El Papado, lejos del emperador comenzaba a perfilar poderes, el espiritual para él y el temporal para ellos (“teoría de las dos espadas”). El Papa Gelasio I (492-496), se dirigió por carta al emperador Anastasio (494), en la cual alegando la doble carga que suponía conducir al Pueblo de Dios y sus gobernantes exigía que solo el papado juzgara a sus patriarcas y obispos. Los patriarcas de Constantinopla, muy ligados al emperador no siguieron esta doctrina. En los primeros siglos, los obispos los elegía el pueblo y el clero de forma desordenada, por motivos religiosos, políticos y económicos. La autoridad civil empezó a tomar las riendas, el Patriarcado de Constantinopla lo elegía el Emperador y el Papa de Roma era electo ante muchas presiones, antes de ser consagrados, debían pagar una tasa al emperador bizantino, la cual fue abolida por Constantino IV (680). Con el tiempo solo fue necesario comunicárselo al Emperador o al Exarca de Rávena, y tras la conquista del norte de Italia por Carlomagno a éste. 3. CONCILIOS Y HEREJÍAS. Una vez el cristianismo es aceptado por los emperadores como la nueva fe, surgen diversas interpretaciones del mismo. Las herejías nacerían en Oriente, por estar más difundido, por su sutileza para interpretarlo y a la fortaleza del helenismo. En Occidente las herejías fueron más débiles. 3.1. Herejías de Occidente.  Donatismo. Norte de África, s. IV. Su impulsor Donato (Obispo de Cartago 312). Exigentes con el clero, criticaban su vida relajada, relacionaban la eficacia del sacramento con la pureza del que lo administraba. Dividió a la Iglesia norteafricana hasta la llegada de los vándalos y resurgió con la conquista Justiniano.  Pelagianismo. Pelagio, laico irlandés, adoctrinaba con la inexistencia de la transmisión del pecado original de Adán, el bautizo en ese aspecto era inútil. El hombre honrado y justo tenía derecho a la vida eterna. Defiende la obra de Jesús y no su aspecto mesiánico en la salvación que nos otorga con su muerte (origen de la doctrina “sola fides”, “solo por la fe” que apostilló Lutero, se refiere a que la fe es suficiente para la salvación de los pecados). Nacida del estoicismo y la filosofía pagana, condenada en el Concilio de Cartago (418) y muy especialmente por San Agustín.  Priscilianismo. Prisciliano, Obispo de Ávila (s. IV). Doctrina con vestigios gnósticos y maniqueos tuvo repercusión por la Lusitania y Galicia. Fue el primer hereje ejecutado en tiempos del emperador Máximo, dada la presión de los obispos hispánicos. Cargado de contenido social y crítica a la jerarquía, duro dos siglos más en la zona.

3.2 Herejías de Oriente. Tuvieron más connotaciones dogmáticas, políticas y sociales. Como respuesta surgieron los primeros concilios ecuménicos. Afectaron al desarrollo y debilitamiento del Imperio de Oriente.  Arrianismo. Arrio (presbítero de Alejandría 311) estructuró esta doctrina originada en Antioquía. Partiendo de la Divina Trinidad, consideraba a Jesús (encarnación del hijo de Dios) como semidiós, no a la altura del Padre. Esta teoría va en contra de los cimientos del cristianismo de Constantino I, se convoca el primer Concilio Ecuménico, el Concilio de Nicea (Asia Menor, 325). Liderado por el Obispo Osio de Córdoba (consejero del emperador) y 300 obispos, concretaron el texto del Credo o Símbolo de Nicea (“el Hijo fue engendrado, no creado, consustancial al Padre”). Se acordó que la Pascua de Resurrección fuera entre el 22 Marzo y el 25 de Abril, primer domingo posterior al plenilunio del equinoccio de primavera (hubo disputa con los judíos que para ellos no tiene por qué coincidir en domingo y con el Patriarca de Alejandría). Esta herejía desaparece con el II Concilio Ecuménico, Primer Concilio en Constantinopla (381), sobreviviendo gracias a la asimilación de los godos de dicho movimiento en tiempos del obispo Ulfila hasta la conversión al cristianismo visigodo por el Rey Recaredo.  Nestorianismo. Nestorio (Patriarca de Constantinopla 428). De doctrina difisita, Cristo tenía dos naturalezas completas e independientes, la humana prevalecía sobre la divina. María engendró un hombre en el que habitó presencia divina, Madre del Hombre, no de Dios. Cirilo de Alejandría se opuso, las dos naturalezas de Cristo eran indisolubles y su madre lo era de Dios (“theotokos”). Este monofisismo se asimiló en el 431 en el III Concilio Ecuménico y Primer Concilio de Éfeso, en el 433 se firma el Edicto de Unión (“henotikon” – Emperador Zenón I de Bizancio) por el cual se pretende unir a los obispos, pero al final el monofisismo se hace oficial en el 449 en el segundo. Nestorio fue revelado como Patriarca, su doctrina extendió por la Persia Sasánida y posteriormente Irak, India y China, donde aún subsiste.  Monofisismo. Tuvo mayor calado y una de las causas del debilitamiento interno del Imperio y defección de los súbditos tras la invasión musulmana. Tras la muerte de Cirilo de Alejandría, en el 444 un seguidor, Eutiques, defendió en Éfeso que la doble naturaleza de Cristo era en realidad una (“monofisis”=una naturaleza), la divina. Al principio no se aceptó el monofisismo, Eutiques le escribió al Papa León I, el cual reafirmo el difisismo en su contra. En el II Concilio de Éfeso (449) presidido por el emperador Teodosio II (monofisita) se reconoció como doctrina oficial del Imperio, se negó la entrada a enviados de Roma, dado lo cual el Papa León I Magno lo calificó como “latrocinio de Éfeso”, ayudado por Pulquería y su marido Marciano (ambos ortodoxos o difisitas) se convoca para anular el Concilio anterior en el 451 el IV Concilio Ecuménico en Calcedonia (se condenó el monofisismo, de los 600 obispos solo dos eran de occidente, las dos naturalezas de Cristo eran plenas, Dios y Hombres, conjuntándose en una, hasta hoy). Se creó un cisma de Roma con los obispos de Oriente defensores del monofisismo creo un cisma que perdura hoy, creando la Iglesia Ortodoxa a partir de la escisión de los patriarcados orientales, según la zona será Copta, Siria o Jacobina y Armenia. En Siria y Egipto fue símbolo nacionalista frente al emperador hasta la invasión musulmana. CONCILIO I C.E., Primer Concilio Nicea (311) II C. E., I Concilio de Constantinopla (381) III C.E., I Concilio de Éfeso (431)

DISPUTA Arrianismo – Jesús semidiós. Arrianismo

II Concilio de Éfeso (449) “latrocinio” IV C.E., I Concilio en Calcedonia (451).

Difisismo.

Los monofisitas.

“LATROCINIO DE ÉFESO” – monofisismo.

Papa León I Magno (difisita)

Nestorianismo

SE OPONE Osio de Córdoba

CONCLUSIÓN “Credo”. Hijo=Padre

Melecio de Antioquía (monofisita). Cirilo de Alejandría (monofisita)

Desaparece arrianismo. Desaparece nestorianismo y se considera buena el monofisismo en Oriente. Monofisismo oficial en Oriente. Condena el Monofisismo para Occidente, cisma. Se fija el difisismo.

4. SAN GREGORIO MAGNO Y LA EVANGELIZACIÓN DE LOS ANGLOSAJONES. San Gregorio I Magno (540-604). De familia rica, Prefecto de la Ciudad, embajador de Pelagio II en Constantinopla. Papa desde el 590, pagó al rey lombardo Agilulfo durante la invasión de Roma (593), independiente al emperador, tuvo que cumplir lo estipulado en su figura, firmo con el Rey la frontera del reino lombardo con la del ducado romano (posteriormente sería el patrimonio del Vaticano). Los anglosajones, paganos, habían negado la conversión al cristianismo por los monjes bretones. Gregorio I envío al monje Agustín (1er arzobispo de Canterbury, canonizado) y 40 monjes más, logrando la conversión del rey de Kent, Ethelberto (canonizado), casado con una católica merovingia y que cedería las primeras tierras de Canterbury (en torno a las cuales se edificó la estructura primitiva de la iglesia en las islas). Essex lo hizo lentamente, su sede fue Londres. En su pontificado se aseguró de la rectitud de la jerarquía eclesiástica, alentó la evangelización benedictina, se instauró en la liturgia el “canto gregoriano” en lugar del “ambrosiano o milanés” de San Ambrosio. 5. EL MONACATO. 5.1. El monacato oriental. El monacato surge en Oriente (s. III) para aquellos que quieren dedicar su vida a imitar la de Cristo, sin recurrir al martirio, con un sacrificio en el tiempo de vida ascética. Estas personas se convertían en anacoretas (ermitaños) de los desiertos orientales (como Tebas en el norte de Egipto o Alejandría). San Antonio el Anacoreta (s. III) fue un ejemplo intermedio entre el puro y el monje en comunidad, pues se rodeó de otros a los que instruyó para combatir las tentaciones aislados de la sociedad. El egipcio San Pacomio será el primero, en el 330 monta una comunidad de cenobitas (vida en común), leen la biblia, trabajan con sus manos y siguen unas reglas comunes. Así el cenobitismo o monacato se instaura y llega a nuestros días (no es propio del cristianismo). En la zona de Oriente Próximo, San Hilarión propició las “lauras” (sus miembros vivían aislados en cuevas, se reunían el domingo para la liturgia y comer juntos). Otros fueron los “estilitas” como San Simón (vivió 40 años encima de una columna). El verdadero fundador fue San Basilio (obispo de Cesarea 329-379). Sus reglas son cumplidas por monjes ortodoxos y seguidas por San Benito. La regla basiliana crea la figura de monje al mando, dedican el tiempo a trabajo manual y lectura de la Biblia, participan activamente en la confrontación teológicas apoyados por el orden civil y religioso, huyen de las mortificaciones excesivas, al ser célibes surgieron muchos ortodoxos y se contaban por miles por todo el Imperio. 5.2. El monacato occidental. Surge más tarde y por personas que lo introdujeron de oriente. Hasta la benedictina en el siglo VI surgen muchos proyectos asimilados a monacales diferentes (por destacar alguno el de San Agustín el norte de África, algunos en la Península y en la Galia). El principal foco fue en las Islas. Muy cultos y rigurosos, destacaron San Patricio y San Columbano. San Patricio evangelizó por Irlanda, creando monasterios e iglesias por la zona, convirtió a los “pictos” del norte de Inglaterra (monasterio de Lindasfarne) con la ayuda de monjes irlandeses (“scotti”). San Columbano desde Irlanda partió a la Galia, creando monasterios en Borgoña, Zúrich (San Gall) y el norte de Italia (Bobbio). El monasterio irlandés de Bandor llegó a tener a 300 monjes, muy del estilo de los de Tebas. El abad ejercían el papel de obispos, pues en las islas la estructura eclesiástica giraba en torno a las abadías, éstos seguían practicas distintas a las monacales romanas en cuanto a la Pascua, el bautismo o el sacerdocio, lo que ocasionó conflictos con los evangelizadores romanos. Destaca en el s. V San Benito de Nursia (“Norcia”), anacoreta en sus orígenes, funda el monasterio de Monte Casino (entre Roma-Nápoles) donde redacta su “Regula Monachorum”, compilación de lo conocido en régimen monacal, conteniendo el célebre “ora et labora” (dio mucha importancia al trabajo manual y a la oración). Deja las prácticas rigoristas celtas y se centra en el canto divino. El abad es vitalicio y regidor sin oposición de la comunidad, los monjes se adscribían a un único monasterio. San Benito muere en el 543, su monasterio destruido en el 580 por los lombardos y sus monjes son recogidos por el papa San Gregorio en Roma de buen grado. Esta regla se extendió por toda Europa por la sencillez de su perfecta reglamentación y por ser más flexible y humana. Para Roma los benedictinos son grandes evangelizadores y vocales de su doctrina. Su “scriptoria”, su liturgia romana y sus reglas apoyaron el comienzo de una idea común de lo romano, lo germano y lo cristiano: Europa.

6. LA TRANSMISIÓN DE LA CULTURA CLÁSICA EN OCCIDENTE. 6.1. Lengua y cultura. La división de Teodosio (395) se fue acrecentando. Oriente se helenizó, el griego se hizo fuerte entre la población más culta, de uso común en Alejandría y Asia Menor, el copto en Egipto, arameo y sirio en Siria. En el siglo V el griego está plenamente extendido en el Imperio. Con Justiniano (escribe su Codex en latín, habla griego por ser del Ilírico) y el prefecto Juan de Capadocia es la lengua de la administración. En el 582 pasa a ser la lengua oficial (muere Tiberio II, último emperador con el latín como lengua materna). En la parte italiana deben traducir las órdenes al latín. Las invasiones en occidente desvirtuaron el latín por zonas, el desuso de la escritura (“bajo latín”) lo acentuó, convirtiendo en una lengua eminentemente oral (“latín vulgar”). En el siglo V alcanza su punto más bajo con nuevas incorporaciones como el artículo o la preposición. El latín escrito era muy distinto al escrito. Desaparecen escuelas de gramática y retórica por la falta de apoyo público (solo le interesó al ostrogodo Teodorico) y con ello el interés en la mitología y los clásicos griegos, en detrimento de la composición litúrgica, del estudio de la Biblia y los escritos de los padres de la Iglesia. 6.2. Centros de creación y difusión. En Francia destaca el obispo de Clermont de origen senatorial Sidonio Apolinar (s. V), el cual fue amante de las lenguas clásicas y escribió 24 poemas. En el s. VI el obispo e historiador Gregorio de Tours escribió con una gran prosa (a veces algo rústica). El obispo de Poitiers, Venancio Fortunato, creó un gran repertorio de himnos para la liturgia católica. En Italia gracias a los ostrogodos Odoacro y Teodorico favorecieron la cultura latina y sus clásicos. Destacó Ennodio, pero sobretodo Boecio (“De consolationes Phylosophiae”) y Casiodoro (“Institutiones”). En el s. VI el Papa Gregorio I Magno escribió “Diálogos” y “Libros Morales” muy difundidos en la Edad Media. En España San Isidoro de Sevilla en el s. VII sintetizó el saber antiguo en sus “Etimologías”. Fuera de lo común, en las Islas, los monjes ingleses e irlandeses apostaron por un latín culto y clásico, los celtas en Irlanda adornaban excepcionalmente sus miniaturas cuando copiaban los manuscritos en sus “scriptorías” y sobretodo los anglosajones que recolectaban en su viajes manuscritos que luego trascribían. Entre todos destaca Beda “el Venerable” (s. VII-VIII), autor de la “Historia Eclesiástica de la Nación Inglesa” y “De temporum ratione” (se puso el a.C. y el d.C.). Junto a otros tradujo la Biblia al anglosajón. De ésta época es “Beowulf”. Al ser los monjes anglosajones los grandes conocedores del latín clásico y conocidos viajeros, serán los impulsores del renacimiento carolingio en Germania y la Galia. RESUMEN. La cultura se transcribe a través de la Iglesia y sus monjes, los cuales poco a poco lo llevan todo al terreno divino, fuera de los monasterios no hay apenas interés cultural. Todo gira en torno a la Biblia y las escrituras eclesiásticas. Se creó un nuevo género literario, la “Vidas de Santos”.

Tema 4. Nacimiento y expansión del Islám.

1. LOS PRIMEROS TIEMPOS DEL ISLAM. 1.1. La Península Arábiga antes del Islam. Los Estados preislámicos: Himyaríes, Gasaníes y Lajmíes. La Península se divide en dos zonas: el Norte-Centro con desiertos y climas duros y el SUROESTE denominada la “Arabia Feliz”, tierras costeras del Índico fértiles con actividad comercial por tierra y mar. Sin fronteras naturales y la facilidad con que los nómadas atravesaban el desierto hizo que tuviera influjos de otras culturas colindantes. La estructura de los pueblos preislámicos se formaba de dos tipos, o se asociaban en tribus o grupos familiares en el que se ayudaban mutuamente o bien eran dados a los grandes núcleos de aglutinamiento de personas asociadas por motivos religiosos, culturales o comerciales. Según la época se dio uno u otro.

Hacia el s. VI Bizancio y los Persas Sasánidas se repartían la zona mediante poderes locales: al norte los “gasaníes” y los “lajmíes”, al sur los “himyaríes”. Persia buscaba salida al mar y al igual que Bizancio control de las rutas comerciales de Arabia, ambos colocaban soldados mercenarios, bases comerciales y predicadores. Los lajmíes se colocaban en el Golfo Pérsico (Irak-Kuwait) con capital en Al-Hira. Colocados por los sasánidas en oposición a Bizancio. En el s. VI se convirtieron al Nestorianismo, los sasánidas lo tomaron a mal y Cosroes II en el 604 tomo la capital uniéndola al imperio. La frontera se debilitó y los beduinos árabes vencieron a los persas en el 609 en la batalla de Du-I-Qar (Dhu Qar). Los gasaníes, afines a Bizancio, les proporcionaban diestros jinetes para su ejército y para la defensa de la frontera del imperio. Los jefes a sueldo eran los “filarcas”. Pueblo nómada sin capital (se movían entre el sur del Jordán y el norte del Éufrates). Eran monofisitas, lo que agradó al Imperio, hasta que a finales del s. VI hubo unas revueltas sofocadas por Marciano debilitando a la tribu. Desde el s. I los himyaríes (“homeritas” para griegos y romanos) estaban al sur de la península, dados al comercio con los persas. En el siglo II dC los etíopes conquistaron el Yemen, los beduinos se enfrentaron a ellos durante décadas. Alrededor del 260 los himyaríes derrotaron a los etíopes y desarrolló una nueva ruta terrestre. Mientras tanto, el cristianismo y el judaísmo se extendieron por Yemen. Los himyaríes eran hebreos y persiguieron a los cristianos (siglo V) y los etíopes invadieron Yemen otra vez. En 570 intentaron conquistar el Hiyaz (donde estaba La Meca y Yatrib) en lo que se llamó “expedición elefante), pero fueron derrotados por los persas sasánidas, que ocuparon todo el norte de la península de Arabia creando un protectorado. A partir del s. VII las disputas entre Heraclio y Cosroes II en Siria, Egipto y Palestina debilitaron los imperios, dando paso al crecimiento islámico. Entre Yatrib y La Meca había un tránsito asiduo de caravanas nómadas, siendo dos grandes centros comerciales y políticos. En torno al santuario de la “Piedra Negra” (la Kaaba) en La Meca se creó una confederación de tribus clientes. Convivían con comunidades monoteístas como judíos, cristianos y hanifíes (árabes monoteístas que creían en un Dios no adheridos a ninguna religión preexistente). Las tribus nómadas beduinas se dedicaban al pastoreo y el comercio. En verano se asentaba en torno a los oasis, en grupos familiares patriarcales o matrilineales formando clanes, que luchaban y emigraban juntos. Los santuarios favorecían una idea religiosa común. Estos grupos tenían una triada divina (Al-Lat, Uzza y Manat) con una divinidad superior llamada Allah, que eliminaría a todas. Estructura de los nombres árabes (sistema onomástico): 1. Nombre propio de la tradición bíblica y posteriormente coránica. 2. Si era padre por delante ponían el apelativo “Abu” para indicar respeto y madurez. Y “Abd” si era esclavo o liberto. 3. Hijo de (“ibn”) o hija de (“bint”) seguido de todos los antepasados masculinos. 4. La referencia a la tribu, ciudad o área al que pertenece mediante el “al-”. 5. Por último el sobrenombre con el que se le conoce si lo tuviera (al-Mansur). Por ejemplo Saladino (Al-Nāsir Ṣalāḥ ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb). Su lengua eran dialectos del árabe (rama lenguas semíticas) que convivían con el arameo (territorios Bizancio), el sirio (Persia) y el copto (Egipto). 1.2. Mahoma y el nacimiento del Islam. La doctrina islámica. Fuentes del conocimiento del Islam: 1. Religiosas. Corán y los “hadices” (hechos y dichos del Profeta del s. IX transmitidos oralmente entre quienes le conocieron). 2. Históricas. La biografía del Profeta por Ibn Ishaq a mediados del s.VIII (un siglo más tarde de su muerte). Hay una versión posterior egipcia que fue censurada. También hay inscripciones. 3. Literarias. Poemas preislámicos. No se conoce fielmente el nacimiento de Mahoma (la leyenda dice que el año de la “expedición del elefante” pero no concuerda con la fecha de la revelación y la de la muerte), se discute entre el 552 y el 570. Del clan Banu Hashim de la tribu Quraysh (tribu de las más ricas de la Meca), se casó con Jadiya, dedicándose a las rutas comerciales en caravana, entrando en contacto con judíos y cristianos. A los 40 años le es revelado el Corán, predicando principalmente sobre la fe en un Dios único, rechazar los falsos dioses y el recuerdo del Juicio Final para el que hay que prepararse. En la Meca se enfrentó a quienes adoraban a estos falsos dioses, teniendo que emigrar (“hégira”) a Yatrib (la Medina) en el 622 (inicio del calendario islámico). En Medina se creó una confederación entre judíos (sufragaban los gastos de guerra

de la confederación a cambio de mantener su religión) y musulmanes, en el cual Mahoma era árbitro en las disputas. Medina pasó a ser ciudad sagrada. La unión religiosa “umma” se fue acrecentando en detrimento del clan durante el tiempo que Mahoma residió en Medina. Se atacaban a las caravanas que iban a la Meca, repartiéndose equitativamente excepto a Mahoma que se llevaba 1/5 de la ganancia. Tras la victoria en Badr, Mahoma expulsó a los judíos tras no conseguir convertirlos. La Meca contratacó, Mahoma busco apoyo en otras tribus del Hiyaz, organizando una peregrinación a la Kaaba en La Meca llegando a un acuerdo con los Quraysh (pacto de al-Hudaybiyya del 628), entró pacíficamente en la ciudad obteniendo juramento de fidelidad y obediencia. El islam floreció entre ambas ciudades, Mahoma creó la primera mezquita (su residencia) en Medina. LA DOCTRINA ISLÁMICA. El Islam se basa en: - El Corán. Libro sagrado, revelado a Mahoma, transmitido oralmente de memoria y salmodiado por los recitadores. Aunque complejo, fue la primera obra escrita en árabe, por lo que se entiende que es su modelo de lengua. Dividido en “azoras” o suras, a ritmo de la poesía preislámica en el que cada versículo es una unidad en sí mismo. - la “sunna” (tradición: predicaciones, normas y consejos del profeta). - Los cinco pilares del Islam (de obligado cumplimiento por el creyente que pueda): 1. Confesión de fe (“sahada”). “No hay más Dios que Allah y Mahoma es su profeta”. 2. Orar 5 veces al día según unas horas. Se lavan (ablución), miran a la Meca y recitan versos de las suras. El viernes es el día del rezo común en las mezquitas. 3. Limosnas como purificación y distribución de la riqueza. 4. Ramadán. Con el sol no se come, bebe, fuma o sexo. 5. Una vez en la vida, durante el último mes de su calendario, peregrinación a La Meca. - Otras tradiciones incorporadas después de La Meca o del judaísmo: la yihad interna y externa, circuncisión, normas alimenticias, poligamia y endogamia (signo de nobleza). De las tribus la organización del ejército. A partir del 630 con la dominación del Hiyaz la Península Arábiga se fue adhiriendo al Islam contribuyendo con limosnas regulares a la comunidad a cambio de no ser atacados y de defensa mutua. Antes de su muerte en el 632 Mahoma hizo la “peregrinación del adiós” a La Meca, motivo por el cual se lleva a cabo el último precepto para los creyentes. 1.3. Los califas ortodoxos (632-661). Mahoma cuando muere no nombró sucesor ni ninguna tribu lo reclamó. Entre los primeros acompañantes del profeta se eligió a su suegro Abu Bakr, padre de una de su esposa favorita Aisha, comenzando así el periodo de los califas ortodoxos o perfectos (“rashidun”). No queda claro que autoridad tenían, pues su título de vicario de Dios (jalifat-Allah) era un cargo político y religioso, siendo el Islam una teocracia. Califa Abu Bakr (632-634) se tuvo que enfrentar al intento de escisión de las tribus, conocidas como las “guerras de la apostasía” restableció el caudillaje del califa. Fue el que comenzó la expansión islámica por la frontera siria con Bizancio. Califa Umar I (633-644), sucesor de Abu Bakr, continuó con la idea de expansión. Los linajes de los Quraysh y la Medina dirigían el Estado con sus nuevas adhesiones, guarnicionadas con aquellos que dependían de la Medina. Se creó un sistema de recompensas individuales según tu año de conversión y entrada en el ejército, registrado en documentos administrados por una secretaria. El califato iba en contra de los intereses de los linajes de La Meca. Un esclavo asesina a Umar en el 644. La sucesión la disputan el preferido de la Medina, Alí (primo de Mahoma y casado con su hija Fátima) y Utman, aristócrata omeya (rama de los Quraysh de la Meca). El Califa Utman (644-656) es recordado por la compilación canónica del Corán y las acusaciones de nepotismo (cargos públicos a familiares y personas de la Meca). Las guarniciones de Cufa y Basora en Iraq y la de Egipto con una fuerte presencia de élite tribal se opusieron a este nepotismo y se rebelaron, en otras cosas con medidas de impago de rentas, aumentando la presión fiscal por parte del califa. Todo ello acabaría con su asesinato. Así el Califa Alí (656-661) es proclamado con apoyo de los medinenses y de Cufa. Como los qurayshíes no lo aceptan, se reúnen en torno a Aisha, vuelven a la Meca en busca de apoyo y se enfrenta

a Ali en el 656 en la “batalla del camello”. Alí gana, Aisha se retira y el califa elige gobernadores para los territorios sublevados. Su califato se basó en la unidad de fe de todos los creyentes, iguales ante Allah, lo que no contentó a las élites. Muawiya, primo de Utman, omeya, es en Siria el principal opositor a Ali. Se enfrentaran en la considerada primera guerra civil del Islam, la “batalla de Siffin” (657). La batalla fue encarnizada, se dice que los omeyas llevaban textos del Corán en sus lanzas, asustado Ali por violar el texto sagrado firma un arbitraje. No se discutía la legitimidad de Ali, si no su participación en la muerte de Utman. Se nombra un miembro de cada bando, se da un año de para dirimir la cuestión. En ese plazo el bando de Ali se divide, los “jariyíes” consideran que se estaba ganando la batalla, que no era necesario el arbitraje y que no sacan nada del mismo, por lo que se escinden, crean una facción radical y matarían al califa. 2. EL CALIFATO DE DAMASCO (661-750). 2.1. La dinastía Omeya. Hasta entonces la “shura” (asamblea) decidía entre los representantes de las élites, confirmado después por la “umma”. Frente a los que creían que debía ser un miembro del linaje del profeta (sin precisar cuál), el omeya Muawiya lo reclamó para sí, por pertenecer a un gran linaje (Quraysh). Proclamado en Jerusalén llevó la capital a Damasco. Durante el califato omeya se sucedieron tres de la rama de los “sufyaníes” y once de la rama de los “marwaníes”. Durante este periodo dejan de un lado la expansión y se dedican a la organización (al estilo Bizantino o Sasánida). Para acabar con los problemas sucesorios el califa Muawiya impuso que el hijo o el hermano del califa fuera confirmado mediante juramento por los jefes de las tribus mientras el regente seguía con vida. No fue bien acogido el sistema. Cada debilidad del califato era aprovechado por dos opositores (del círculo de Alí) para tomar las armas: - Chiíes. Círculo íntimo de Alí. De sus hijos, Hasán acepta al califa y Husayn se rebela, siendo ajusticiado y martirizado por sus seguidores. - Jariyíes. Secta radical escindida de Alí que consideraban que los Qurayshíes no eran dignos. Se asentaban en el Norte de África y el Golfo Pérsico. * El grupo que apoyaba a Muawiya y el sistema de sucesión qurayshí se llamaban sunníes. El linaje sufyaní omeya acabó con el nieto de Muawiya. Se proclamaron dos califas, Marwan y Ibn al-Zubayr. Se enfrentaron en la segunda guerra civil islámica. La sociedad se dividió por distintos vínculos en “quaysíes” en el Norte (apoyan a Ibn al-Zubayr) y los yemeníes en el Sur (Marwan). En la batalla de Mary Rahit (684) se enfrentan ambos bandos, ganando Marwan, el cual da comienzo al linaje marwaní de los Omeya, que comenzó sofocando una revuelta chií en Cufa. Fue el hijo de Marwan, el califa Abd al-Malik (685-705) el que aprovechó el trabajo militar de su padre. Tuvo un califato muy próspero, con la sucesión de varios hijos, continuación de conquistas y consolidación de la estructura del estado; aun así las revueltas en Iraq y Persia de chiíes y jariyíes no pararon. Tras este periodo se sucedieron califas efímeros, con enfrentamientos entre los nuevos musulmanes y los privilegiados árabes, destacando Califa Umar II (717-720) quién equiparó a ambos, practicando una política equitativa entre las diversas tribus. Temeroso de Bizancio, solo procuraba territorios que pudiera mantener. Durante el gobierno del Califa Hisham (724-743), floreció un periodo de crisis por las rebeliones de chiíes y jariyíes, además de los conflictos en los territorios más alejados del califato. Los siguientes califas, bastante incompetentes, se apoyaban en una u otra tribu creando inestabilidad en el gobierno. El último califa Marwan II (744-750) omeya eliminó a los disidentes dentro de su linaje, pero no consiguió remitir las revueltas jariyíes en Mosul y Cufa. Los abasíes, los cuales surgieron en el oriente del califato extinguieron el linaje omeya exceptuando Abderramán I, fundador del Califato Omeya de Córdoba. 2.2. La organización política de un estado multiétnico. Durante el califato omeya se formó el Estado Islámico. Las múltiples etnias, religiones y territorios hacían que no pudiera organizarse en tribus. Los estratos sociales: 1. Los árabes quedaron a la cabeza de la “umma” (comunidad de creyentes). En minoría, se organizaban por tribus en los barrios de la ciudad. Distribuían las armas y el botín. Según la

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dependencia de Damasco había más o menos en los nuevos territorios. En las zonas desérticas se vivía al estilo beduino. Los clientes o convertidos. Éstos entraban al islam como “clientes” de una familia, recibía protección y proyección social a cambio de pagos o prestación de servicios. Proceden de la esclavitud o cautivos de guerra adoptaban el nombre familiar o bien hombres libres que requieren de estos lazos para volver a su estatus social anterior (extendido en las clases sociales altas en todos los territorios conquistados). De estrato inferior a los árabes, los conflictos internos en el califato surgían por el requerimiento de igualdad de éstos, acorde al Corán. Los “dimmies” eran los protegidos, libres practicantes de las “religiones del libro”: judíos, cristianos y zoroastras, no minoritarias. Excepto en la frontera bizantina, el mundo rural se mantuvo próspero y cristiano, hasta finales del s. VIII la comunidad seguía controlada por la estructura eclesiástica. El obispo controlaba su sede (ciudad y zonas rurales próximas), las iglesias seguían en funcionamiento, construyendo nuevas, mientras que las mezquitas eran pocas a modo campamento. Judíos y cristianos seguían perteneciendo a la administración del estado, aportaban estabilidad (especialmente a las cuentas). Con el califa omeya Umar II (717720) las relaciones cambiaron, les aumentaron los impuestos, a los judíos se les prohibió peregrinar a Jerusalén y a los persas zoroastras se les presionaba con la conversión (proseletismo) por parte de los chiitas. Esclavos y cautivos no convertidos. No era vitalicio, su libertad (manumisión) podía conseguirse con la “clientela”. Aumentaron los comercios de esclavos con la creciente casta de señores árabes.

Los virreinatos o provincias grandes del califato omeya en época del califa Muawiya (s.VII) fueron Egipto, Cufa y Basora. El segundo nivel eran subdivisiones provinciales menores dependientes de una metrópolis, y por debajo en tercer nivel las “coras” (con capital propia) y por último los distritos rurales. La subdivisión tenía como objetivo la recaudación fiscal, guarnición militar y en las grandes capitales se asentaban las cecas de acuñación de moneda con la que pagar los gastos militares y administrativos. A la cabeza de la administración provincial había un militar normalmente árabe y de la fiscal un cliente de alto rango vinculado a la población indígena. Al final del califato omeya a mediados del s. VIII se distribuían así:

Egipto – Fusat (El Cairo) Irak, Jurasán y Transoxiana – Cufa Arabia – Medina Azerbaiyán, Armenia y Alto Mesopotamia –Mosul. Ifriqiya – Qayrawan. Al-Ándalus – Córdoba.

La gran provincia de Siria dependía de los omeyas, su capital Damasco era el corazón del califato. Se dividía en cuatro provincias: Emesa, Damasco, Jordania y Palestina (de N a S en la costa), a la que uniría el califa Yazid I la provincia de Qinnisrim (Shalkis). Recorría la costa, con sus puertos y su defensa contra Bizancio, se discute si esta división es musulmana o anterior de Heraclio. El quinto califa omeya Abd al-Malik (685-705) llevó a cabo varias reformas para centralizar el control califal, organizó el sistema de correo, reformó la moneda y arabizó el “diwán” (administración árabe). Hizo que el árabe fuera el idioma oficial de la administración, reemplazando al griego y al persa; esta reforma ayudó a unificar el sistema de recolección de impuestos de varias provincias. A Jerusalén la puso al nivel de la Medina y La Meca como centro religioso. 3. CARACTERÍSTICAS DE LA EXPANSIÓN ISLÁMICA (632-750). ENFRENTAMIENTO CON BIZANCIO.

La expansión del Islam durante su primer siglo de vida, puede dividirse en cuatro periodos de avance: 1.

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Primera expansión (623-656): desde la creación del Estado de Medina por Mahoma hasta el fin del poder de los califas ortodoxos. Se consiguieron Arabia, Siria, Iraq, Egipto y algo de Irán. Se fundaron las tres primeras grandes ciudades: Fusat, Cufa y Basora. Terminó con la primera guerra civil (656-661) entre Alí y Muawiya, durante la cual tuvo que firmarse una tregua con Bizancio. Segunda expansión (661-683), bajo los primeros omeyas, que impulsaron una política imperialista de conquistas de mucho más amplio espectro que la anterior. Jurasán y Túnez (se perdió algún tiempo). Se acuño la moneda y los ejércitos sirios colonizaban nuevos territorios. Fue detenida por la segunda guerra civil (683- 692) entre Marwan e Ibn al-Zubayr, firmándose una nueva tregua con bizancio. Tercera expansión (692- 718): durante el califato de los marwaníes se produjo una nueva oleada de conquistas en el Magreb y la Península por un lado y la frontera oriental en India por otro, se detuvieron a causa de la terrible derrota sufrida ante los muros de Constantinopla en 717-718. Umar II decretó el fin de las hostilidades para la reorganización estatal. Cuarta expansión (720- 740): el intento de ampliar los límites del califato omeya mientras se desarrollaban las luchas por la sucesión al trono no tuvo efectos territoriales importantes, pero sí era necesario desde el punto de vista de la propaganda de la dinastía. La revuelta de los bereberes norteafricanos (740) demostró la imposibilidad de mantener la política de conquistas, y los disturbios que precedieron a la caída de los omeyas concluyeron la expansión islámica.

Los factores que propiciaron está migración armada masiva fueron el cambio climático y superpoblación en la Península Arábiga, ardor religioso extremo y una coyuntura social y política favorable. Heraclio vence a los persas sasánidas, deja libre Arabia oriental y meridional, los territorios entre ambos desaparecen. Los autóctonos hartos de impuestos y conflictos religiosos por ambos imperios comenzaron a colaborar con el nuevo orden, que para protegerlos crearon la figura de los “dimmies”; judíos y cristianos profesaban su religión y trabajaban su tierra a cambio de un impuesto territorial “jaray” y un impuesto por persona “yizyá”. La superioridad militar venía dada porque los quraysh de la Meca y los medinenses eran grandes jefes militares. Umar mediante el registro de participantes del ejército distribuyó a las unidades eliminando el control tribal. El conocimiento de las rutas de caravanas les daba un gran dinamismo, podían acampar (“amsar”) en puntos estratégicos, guarecerse y repartir el botín. La primera emigración fue la beduina, después los árabes fueron como elite militar a dirigir los campamentos en los que se asentaban los primeros. Los árabes eran embajadores con la población autóctona (matrimonios por ejemplo) para que se sintieran parte del imperio. Se reformó los lugares de destino de tal forma que las ciudades fundadas se proyectaran.

Tema 5. El califato abasí.

1. EL MOVIMIENTO ABASI. En torno al 750 con la “revolución abasí” se da por finalizado el periodo omeya (excepto en AlAndalus). Los conflictos omeyas que llevaron a este punto: la legitimidad del califa, el deseo igualitario de los nuevos conversos (“muladíes”) respecto a sus conquistadores, impuestos, desorganización administrativa con el cambio de capital de Damasco a otras y el cambio en las alianzas tribales sustento del califato omeya. Los abasíes se declaran descendientes de un tío joven del profeta, Abbas ibn Abd al-Muttalib, cuya familia apoyo a Alí y se refugió en Palestina. Los abasíes estuvieron primero en la capital Cufa y

después en otras zonas del Jurasán (provincia iraní), atrajeron parte de la oposición al califato omeya (chiítas, árabes abandonados, iraníes…). En torno al predicador Abu Muslim (agente abasí que predicaba que el califato omeya era impío, no cumplía el Corán, reclamaba la vuelta a la pureza con un líder justo para la causa) agrupó una gran masa social y un considerable ejército. Los espías descubrieron las intenciones del movimiento y su líder (no Abu Muslim que estaba en la sombra) fue ejecutado por el Califa Marwan II en el medio de una gran revolución en Merv (ciudad de Jurasán). La revolución se trasladó a Cufa donde el primer Califa abasí Abul-Abbas al-Saffah (el sanguinario) fue proclamado en la gran mezquita. Las fuerzas omeyas fueron derrotadas junto al río Zab (750) y Marwan II asesinado como su familia en Egipto. 2. EL GOBIERNO DE LOS ABASÍES. (750-941). 2.1. La dinastía. Al-Saffah (750-754) tuvo que controlar a la resistencia de chiítas, jariyíes y sirios para lo cual intento atraerse a los generales omeyas. Le sucedió su hermano al-Mansur (754-775), el cual contaba con apoyo del nombrado gobernador Abu Muslim y sus seguidores de Jurasán. Tras ser proclamado y con el apoyo de otros jefes guerreros ejecuta al predicador pues su poder amenazaba su posición. Abu Muslim era un referente iraní contra los árabes, las sublevaciones por su muerte acabaron pronto. Resueltas las disputas familiares con la proclama de al-Mansur, este tuvo que enfrentarse a las religiosas. Los “rawandíes” del Jurasán querían que se adorase al califa como un Dios según la tradición persa, al ser obviados se amotinaron en palacio. Otros conflictos político-religiosos llevó a la creación y traslado a Bagdad (762), concebida como un gran acuartelamiento para el ejército del Jurasán cuyos jefes estaban ligados al califa por clientela. Se les utilizó para expediciones de corto alcance contra Bizancio y sofocar revueltas como la de los jariyíes en el Magreb. La oposición más fuerte fue la chiíta en Basora y Medina, liderados por dos biznietos de Ali, fueron sofocados. Los siguientes califas organizaron la centralizada administración por la cual aumentaron la recaudación del fisco, se combatió contra Bizancio y comenzó las persecuciones heréticas a cargo de los alfaquíes. Durante el califato del quinto califa de la dinastía abasí en Bagdad, Harun al-Rashid (786-809, protagonista de “Las mil y una noche”, gobernó en la época de máximo esplendor de su dinastía), se intensificó el enfrentamiento con el Imperio Carolingio por el Mediterráneo. Los problemas políticos, con sublevaciones y secesiones, hicieron que el califa dividiera el califato entre sus hijos, al-Amin (Iraq, Siria y Magreb con capital en Bagdad) y al-Mamun (Jurasán), prestando el segundo fidelidad al primero, enfrentándose y venciendo el segundo. Al-Mamun (813-833) gobernó desde el Jurasán, potenciando los aliados de la zona, sin embargo nombró como heredero a un descendiente de Ali, sin ser de su familia, provocando una guerra civil, enemistándose con los aristócratas persas y huyendo a Bagdad. Impuso el “mutazilismo”. Doctrina islámica que defendía que la fe debía entenderse de forma razonada y explicarla, creían en la unidad de Dios, rechazaban la concepción de que poseía valores humanos y la predestinación). Esperaban un “imam justo” (mahdi) que impartiera el bien. La dirección teológica del islam por parte del califa fracasó, los ulemas (estudiosos del islam) marcaron la doctrina a seguir. El califa con el ejército de Jurasán debilitado por las revueltas, fue vencido por su hermano alMutasim (833-842) y su ejército privado de fieles turcos mamelucos (esclavos comprados en Samarcanda). Estos turcos desconocían el árabe y vivían al margen de la sociedad, eran pagados con dinero o tierras, pronto colmaron las jefaturas militares del califato. Eligió Samarra (en Iraq) como capital, sus descendientes volverían a Bagdad. Los mamelucos tomaron mucho poder, asesinaron al califa al-Mutawakil en el 861 por querer devolver el poder a elementos árabes, además volvió al mutazalismo, contrató funcionarios para acabar con los cargos hereditarios y se enfrentó a los chiítas. El califato entró en anarquía, el desmembramiento del estado hacía que no entrara dinero en las arcas para pagar un ejército y a unos funcionarios nuevos, entrando en un ciclo de revueltas. A partir del 870 la descentralización se sustituye por el poder provincial, con mandos locales que el califa debe aceptar a cambio de oficialidad y tributos. Los hijos de al-Mutawakil, lideraron el nuevo periodo. Como califa al-Mutamid (870-892) y su hermano al-Muwafak controló la administración y lideró las tropas turcas a cambio de defender los intereses de los jefes de éstos. Tras algunas victorias en los últimos conatos de expansión abasí se consiguieron territorios en la frontera orientas, Egipto, Siria y el Norte de Mesopotamia.

En el final (908-945) cinco califas se sucedieron extrayendo lo que quedaba al Estado. El estado cedía los impuestos a personajes locales a cambio de que le adelantaran el dinero en líquido, los cuales abusaban del dinero y se hacían más poderosos. Las tres causas (turcos, deterioro del califa y administración perdida) hicieron que en el 946 los “Buyíes” tomaran las riendas del califato como visires y administradores locales, los califas abasíes se limitaron a darles oficialidad. 2.2. Las reformas abasíes. Al-Mansur dirige el califato desde Bagdad, se apoyó en 2 pilares básicos: - los miembros de su linaje: ostentan cargos militares y tierras pertenecientes a los omeyas (Cufa, Basora y Siria). - los clientes de los abasíes: jurasaníes (persas). Cargos admón. central y provincial, destacaron la familia de los “Barmakíes”: ocupan los puestos más altos como consejeros directos. Fueron apartados por Harun al-Rashid para evitar su oposión a la división del califato entre sus hijos.  Admón. Central: se componía de secretarías con un Visir al frente de un grupo de secretarios. (A partir del s. IX habrá un gran visir o chambelán como primer ministro). - diplomacia o chancillería. - Correos - finanzas (tributación).  Admón. Provincial: un intendente para funcionarios de catastro, libro de cuentas y archivo. - Impuestos: podían variar según el área. Fueron 3 impuestos generales: 1. la limosna legal (zakat) se transformó en un diezmo sobre:  la producción de la tierra  las cabezas de ganado  los productos comerciales 2. para los no musulmanes: la capitación (yizya). 3. el impuesto territorial (jaray): adscrito a todas las tierras. Debían pagarlo todos los propietarios (da igual credo) Además el califa contaba además con: tierras propias, monopolios industriales y comerciales, impuesto de aduanas, 1/5 del botín de guerra, confiscaciones, vacancia de herencias. - Justicia: delegaba en los cadíes o jueces, nombrados o destituidos por él o por el cadí mayor de Bagdad. Debían ser expertos en derecho islámico (fiqh) y su cargo tenía un matiz religioso. 2.3. Desarrollo económico. Agricultura:  Predomina el secano regada con agua de pozos y lluvia, se daba la rotación de cultivos y el barbecho. En algunas zonas se usaba el riego mediante canales administrados por técnicos estatales.  Se introducen nuevas especies (Irán, Siria y Egipto): de estación corta como la espinaca y la berenjena; cultivos que permiten una 2ª cosecha anual en verano: arroz, algodón, melón, sorgo y caña de azúcar; y nuevos frutales: naranjos, plataneros o coco.  4 Tipos de tierra muy reguladas: o individual, escasa salvo en Arabia y Mesopotamia. o Comunitaria:  cultivadas por aparceros al servicio de las autoridades de la comunidad.  cedidas a particulares en usufructo perpetúo (iqta) a cambio de que la tierra produjera y un diezmo o servicio militar en frontera. o en usufructo de sus antiguos propietarios dimmíes (judíos, cristianos, no árabes…), que pagan a cambio el jaray. o tierras en manos muertas (“waqf”,”habus”) cuyas rentas eran para obras pías o asistenciales como mezquitas, hospitales, fundaciones militares o madrazas. - Ganadería: - principalmente de animales de monta para transporte y la guerra. - Artesanía e industria: en grandes ciudades especializadas regionalmente allí donde estaba la materia prima: actividades textiles, tintes, cueros, cerámica, vidrio, muebles, papel, cobre. Los oficios distribuidos en zocos por calles y sectores. La institución que controlaban sus mercados (almotacén) se desarrollan en el s. X.

- Comercio a larga distancia a través de las rutas que confluían en Bagdad: - Mar: al Mediterráneo a través de Alejandría y a través de los puertos del Golfo Pérsico a Yemen, África Oriental, India y China. - Terrestre. A Oriente por la Ruta de la Seda y al Magreb por las rutas transahariana de los beduinos. El Estado establece monopolios de productos clave y tasa el comercio de productos. 2.4. La religión, la ley y la cultura en época abasí. Los “tafsir” crean un nuevo género cuando comentan el Corán. Se quiere preservar el árabe del Corán frente a la de los pueblos conquistados, hay nuevo interés por la gramática y lingüística: obras de gramática, estilo y diccionarios. La literatura era ante todo religiosa y coránica. También se cultivaba la poesía palaciega ensalzando al Califa, su relación con el pueblo o las conquistas musulmanas. La escuela de transmisores de la tradición (hadiz) se encarga de la compilación de la tradición oral nómada, los relatos vida del Profeta y sus compañeros, y las enseñanzas de los primeros líderes de la comunidad islámica. Se desarrolla la ley islámica (sharia) como forma de vida guiada por Dios, para ello se reformaron las disposiciones legales siguiendo el código ético del Corán. Las categorías legales establecidas fueron: regulaciones rituales, normas para las relaciones sociales y la teoría de la organización del Estado. Todo ello a cargo de las escuelas de derecho islámico; - la más antigua la escuela hanafí, fundada por Abu Hanifa (s, VII-VIII), tolerante y abierta a la interpretación (fue la seguida por los Abasíes). - En Al-Andalus y Magreb: la escuela malikí de Malik ibn Anas (s. VIII) basado en la tradición de la Medina. - Escuela Shafií de al- Shafii (s. VIII-IX). Creó la jurisprudencia y eliminó la interpretación jurídica arbitraria. - Escuela hanbalí de Ahmad ibn Hanbal (s. VIII-IX). Pequeña y muy conservadora. - escuela chiíta o yafarí del sexto imán chiíta Yafaq al-Sadiq en Irán, Irak, Libano, India. Preparan la venida del imán oculto. Arquitectura: - palacios acordes con el complejo ceremonial de la corte. - los de Bagdad reutilizan materiales de las ruinas de ciudades sasánidas. - se sitúan en el centro del recinto circular de la ciudad representando que el califa es el centro de la comunidad. Ciencias y la cultura de influencia helena e hindú: - matemáticas, medicina, hipiatría, los cuentos. - Protocolo, administración, escribas… traducidos del persa al árabe. - escritores como: Ibn Qutayba, al-Jazih. - Casa de la Sabiduría. Fundada en Bagdad: observatorio astronómico y traducción del siríaco y griego obras de Lógica de Aristóteles, medicina de Galeno e Hipócrates. 3. DECADENCIA ABASÍ Y APARICIÓN DE LOS PRIMEROS SECESIONISTAS.  



Fraccionamiento por causas internas en califato: La unión en torno al califa, no territorial. Distintos territorios y etnias. Los gobernadores separaban de hecho sus provincias cuando cortaban el suministro de tributos y hombres para el ejército al califa. El funcionario responde directamente ante el califa, la ley no sancionaba sus actos. La concesión de territorios a cambio de servicio militar (iqta’) redujo el tesoro califal, estas tierras no generaban impuestos en muchos casos.

Durante los siglos IX y X se siguió la misma pauta: la provincia del gobernador es favorecida por el califa, corta las obligaciones respecto al mismo, ya no le menciona en la oración del viernes (separación pública), los tributos se invierten en la provincia que se hace notoria y rica, fundan la capital para la nueva dinastía que duraría hasta ser invadida por otra dinastía vecina o por la recuperación militar del califa. En

Oriente surgirían los Tahiríes en el Jurasán, los Dulafíes en el Kurdistán, los Zaídies en Tabaristán, Safaríes de Persia o los Zanyíes en Iraq. Los movimientos más importantes fueron en Occidente: 3.1. Los Aglabíes (800-909). El califa Harun al-Rashid (706-809) otorgó Ifriqiya a título hereditario a los Aglabíes a cambio de tributo anual y reconocimiento del califa en la oración del viernes. Su nombre procede de al-Aghlab, comandante del ejército, su hijo Ibrahim I fue gobernador de la provincia y el primer soberano independiente con capital en Qayrawan. Los aglabíes conquistan Sicilia (831), saquean Roma (846), ocupan Malta (868) y obligan a las ciudades costeras italianas a pagar tributos. En el interior tuvieron que luchar contra rebeliones religiosas y grupos beréberes rebeldes. Su decadencia lleco con la lucha a 3 bandas contra bizantinos, tribus beréberes y los Fatimíes. 3.2. Los Tuluníes (868-905). Ahmad ibn Tulun, gobernador de Egipto, apoyado por ejército y el pueblo pacta con el califa poder disponer libremente de las rentas a cambio de un canon y de su reconocimiento. Instauró su capital en al-Qatai. Conquistaron Siria y Palestina, se emparentaron con los abasíes y en 905 su territorio es reconquistado por el califa de Bagdad. 3.3. Los Fatimíes (909-1171). Eran chiítas septimanos (de la vertiente ismailí). Su fundador fue Ubayd Allah, se autoproclama “el Enviado” (“mahdi”) y emir de los creyentes. Ni bereberes ni sunníes aceptan su influjo en territorio omeya. Inicia una campaña para hacerse con el territorio de los aglabíes, establecen su capital en Qayrawan y después en Mahdiya, avanzan hacia Oriente, tras derrotar a los andalusíes se dirigen contra el trono abbasí. Pactan no agresión con bizantinos, al-Muizz conquista Egipto en 969 (el pueblo no acepto ser chií como sus gobernantes, pero aceptaron algunos ritos) y funda el Cairo (nueva capital) junto a Fustat. Se autoproclaman califas enfrentándose a los Abasíes en Siria, llegando hasta Damasco y Mosul y a los Omeyas andalusíes en sus territorios del Norte de África. Llegaron a alcanzar un gran apogeo político, cultural y económico, una gran actividad constructora con al-Aziz (975-996) y al-Hakim (998-1021), famoso este último por la destrucción del Santo Sepulcro y las purgas: - Universidad de al-Azhar en el Cairo, se estudiaba el Corán. - Control de las rutas del oro sudanés en el Magreb (acuñan dinares de buena calidad). - Dominio de la ruta del Mar Rojo que comunicaba con la India. - Pactos comerciales con ciudades italianas. La Meca y Medina quedaron bajo su autoridad, pero padecieron disensiones religiosas como la creación de la comunidad drusa. Siria y Palestina estuvieron poco tiempo en su poder (Jerusalén cae en 1071 y Damasco en 1076), el Magreb comienza a distanciarse y cae Sicilia (normandos) y Trípoli (bereberes). La dinastía fatimí consagró la sucesión de padres a hijos en el califato, dándolo a conocer en el último segundo (mesianismo y predestinación “mahdi”). El califa podía ser menor de edad, pero con regencia de un familiar califal (lo normal un visir, reyes en la sombra de origen sunní o cristiano copto o armenio, el cargo cada vez más importante llevó a grandes rivalidades). La estructura del régimen egipcio era débil, por cismas religiosos y contradicciones en la doctrina política. 1Er cisma religioso. Durante el califato de al-Hakim (996-1021) hubo conflictividad religiosa. El califa famoso por la demolición del Santo Sepulcro en 1009, creó descontento generalizado por su alternancia entre el fanatismo persecutorio y depuratorio con periodos de tolerancia y por su sonada autorrenuncia a ser considerado imam en 1012. La autorrenuncia extendió la idea de que en lugar de su vicario, el califa era Dios encarnado. Algunos "duat" extremistas defendieron esta idea, al frente de ellos se encontraba al-Darazi, ejecutado por el califa por el exceso de su propaganda. En 1021 el califa desaparece misteriosamente, los "duat" seguidores de al-Darazi ("drusos") rechazaron su muerte por ser Dios mismo, abandonaron Egipto y se dispersaron por Siria. Su esoterismo les hizo impermeables en el s. XI, su doctrina giraba en torno a la dicotomía filosofía-religión, pues consideraban que a través del conocimiento se llega a Dios. Su libro canónico es "El libro de la sabiduría", no tienen lugares de culto ni el Corán les es especialmente sagrado. En Siria y Líbano mantienen alguna comunidad. 2º cisma religioso. En vísperas de las cruzadas, los nizaríes ("asesinos" posteriormente). Tras la muerte del califa fatimí al-Mustansir (1094), su heredero fue utilizado para liderar un movimiento

cismático que no llegó a apoyar. El hombre fuerte del régimen el militar armenio Badr al-Yamali se ganó los favores del califa, como controlar la red de "duat", los cuales a través del "dai" persa Hasan al-Sabbah y sus seguidores se guarnecieron en la fortaleza de Alamut. Fallecidos el califa y Badr, al-Afdal, hijo del segundo aparta a Nizar del trono en favor de su yerno (el segundo hijo del califa). La resistencia de Nizar se sofoca y desaparece en prisión (lo ocultaron). Sus seguidores se desligan del califa, al-Sabbah se hace pasar por Nizar al frente de los nizaríes y comienzan a depurar al resto de musulmanes mediante el asesinato. En el s.XII se les llamó "hashishiyun" (de ésta deriva en occidente "asesino") porque asesinaban bajo el efecto del "hasis" (discutible hoy en día). Este término se lo ponían los enemigos, ellos se autodenominaban "fida'i" ("fedayin": "el que se sacrifica"). En el s. XI se asentaron en la fortaleza de Maysaf (cerca del futuro Tripoli), bajo el mando de un persa llamado Rashid al-Din Sinan ("el viejo de la montaña"), constituyendo un estado casi independiente ("el país de los Asesinos"), en las montañas de Nosairi cerca del "Krak de los Caballeros". Hubo periodos de hambruna por la escasez de crecidas del Nilo y la insuficiente aportación de trigo de Bizancio. A mediados del siglo XII solo estaban en Egipto, los califas eran controlados por militares hasta que Saladino eliminó la dinastía. 3.4. Los Omeyas de Al-Andalus (756-1031). a) El Emirato: El Emirato omeya andalusí nunca formó parte de las posesiones abasíes. Tras el fin del califato omeya de Damasco (756), Abderramán I “el emigrado” consigue huir y llegar a al-Andalus donde aglutina a los descontentos y proclama su independencia política del califato abasí. Allí crea su propia dinastía, adaptando las instituciones, con clara influencia oriental (más con Abderramán II). Se se suceden revueltas y conflictos sociales debido a: cuestiones fiscales, problemas étnicos y religiosos, enfrentamientos entre los primeros invasores y los llegados posteriormente, deseos de independencia o autonomía de ciertas regiones. Los hechos más graves bajo al-Hakam I fueron la “jornada del foso” de Toledo (797), revuelta de Córdoba (805), y el motín del arrabal de Shakunda (Córdoba, 818). Las revueltas lideradas por personajes muladíes o mozárabes (cristianos en tierra musulmana) más significativos fueron la de Abderramán ibn Marwán “el Gallego” en Badajoz y la del muladí Umar ben Hafsún en Ronda que se opusieron al emir. En este periodo capitales como Sevilla, Mérida, Écija, Carmona, Toledo y Zaragoza eran bastante autónomas. b) El califato: - Abderramán III:

- 1º en proclamarse califa (929), frente a fatimíes y abasíes. - somete los focos disidentes. - domina los reinos cristianos (León y Navarra) y los condados catalanes. - construye la ciudad palatina de Medina Azahara.

- al-Hakam II (961-976): - hijo del anterior - califa piadoso e interesado por la cultura. - reúne una importante biblioteca y amplía la mezquita de Córdoba. - conserva el prestigio califal y defiende las fronteras. - Hisham II (976-1009): Regencia ocupada por su madre y Almanzor. Almanzor, tras derrotar a varios generales, alcanza el poder, realiza más de 50 expediciones militares contra los cristianos del norte y llega hasta Santiago de Compostela (997). Puso al frente de los mandos militares y administrativos a esclavones (esclavos eslavos comprados y educados por Almanzor para puestos de confianza, son muy fieles) y bereberes de su confianza. A su muerte, hereda su hijo el cargo de chambelán del califa Abd alMalik pero la situación empieza a deteriorarse. Su hermano menor, Abderramán Sanchuelo (segundo hijo de Almanzor), pretende que el califa Hisham II lo nombre sucesor al trono, provocando una guerra civil (la “fitna” de Al-Andalus), en la cual muere Sanchuelo, cae el califa y asciende al trono un bisnieto de Abderramán III. Se sucesión de serie de breves califas y que llevaría a que el califato se desmembrara en los llamados reinos de Taifas (1031).

TEMA 6. EL NACIMIENTO DEL BIZANCIO HELENIZADO (S. VII-IX)

I.- EL GOBIERNO DE LA DINASTÍA HERACLIANA (610-717): 1.1.- El imperio: de los persas a los árabes. La época heraclida supone la consolidación de Bizancio y la ruptura con restos del pasado bajo el Imperio Romano. Esto se debió a la disminución territorial (por persas e Islam) con la pérdida de Palestina, Siria y Egipto, las cuales eran proveedores de la mayor parte de trigo, la pérdida de rutas comerciales y del bastión del monofisismo y monacato (llevó a la ruptura con la ortodoxia griega y el “cesaropapismo”). En el siglo VII el Imperio Romano de Oriente se transforma en el Imperio Bizantino propiamente dicho debido a: - Helenización cultural promovida desde la propia corte. El latín desaparece de documentos oficiales y de la literatura. - El título imperial cambia de “Imperator Caesar Augustus” a “Basileus” (629). Heraclio (610-641): El comienzo de su reinado son 20 años de guerra con Persia, lo que marca su política oriental, penetró en Persia a través de Mesopotamia. Comienzo de la propaganda de la “guerra santa” por parte del imperio y la corte. La victoria definitiva concluyó con la peregrinación de Heraclio a Jerusalén a reponer la Vera Cruz. Los dos imperios quedan exhaustos, dejando vía libre a la expansión Islam. El centro de Bizancio fue desguarnecido, Constantinopla fue cercada por ávaros y eslavos (626), protegida por el patriarca Sergio, la instalación pacífica de los eslavos en los campos de Tesalónica fue imparable y la independencia o abandono de Hispania y Rávena fueron consecuencias de la política oriental en la frontera occidental. Es un logro que la dinastía que Bizancio no fuera desmoronada. Se modifica la sucesión, en vez de elegir césar (como Diocleciano) se elige un coemperador. Es usado por Heraclio con dos de sus hijos: Constantino (hijo de su primera mujer Eudocia) y Heraclonas (hijo de su segunda mujer, su sobrina Martina, incesto según la iglesia griega pues tenía muchos hijos enfermos). En el enfrentamiento entre ambos mueren los dos, le sucede en el trono el hijo de Constantino, Constante II, de 11 años. Constante II (641-668). Estuvo interesado en la vida latina, vivió en Rávena y viajó a Roma (última visita de un emperador en siglos). Se frenó la invasión musulmana de terreno bizantino por guerras civiles que llevaron al poder a los Omeya, asentándose en las estructuras bizantinas ya conquistadas de Siria y Egipto (se asume su pérdida). Le asesinan en Sicilia, subo al poder su hijo Constantino IV. Constantino IV (668-685). El primer califa omeya Muawiya I arma una flota árabe, acosa de nuevo Constantinopla (674) que se libra usando el “fuego Griego” (arma letal, dominadora del Mediterráneo oriental). Se celebra el IV Concilio ecuménico y III Concilio de Constantinopla (680) donde se pone fin al enfrentamiento sobre la naturaleza de Cristo. Se ratifica el difisismo de Calcedonia. Justiniano II (680-695 y 705-711) “Nariz Cortada”. Hijo del anterior, gobierno más violento y lleno de altibajos. Es depuesto por una revuelta cortándole la nariz y recupera el trono con un baño de sangre, es nuevamente depuesto y asesinado. Se celebró el concilio “Quinisexto”, se aprueban medidas que lo separaban de la Iglesia Occidental. 1.2.- La evolución del sistema de themas y la reestructuración social. A nivel provincial no hubo grandes cambios, a nivel central las modificaciones de Heraclio tras triunfar sobre Persia, mantuvo los nombres de las provincias, las guarniciones, los oficios tradicionales y las prácticas de reclutamiento; sustituye algunas instituciones: prefectura del pretorio (sin sentido), funciones asumidas por nuevas oficinas, dirigidas por los “logotetas” (especie de ministros que controlan la administración, las cuentas y coordinaban los themas). Se diversifican las atribuciones de los logotetas, se destina uno para los gastos generales, otro para los del ejército, otro para los de la corte y otro para los

de correos (“dromo”); el patrimonio propio del emperador se funde con el fisco creándose un departamento del tesoro (“sakellion”) y se diferencian algunos despachos u oficinas, conocidos como “sekreta”. LOS THEMAS: evolución del término a través de la obra “De thematibus”, de Constantino Porfirogéneta (s.X). Concepto administrativo en la delimitación territorial del Imperio. La seguridad, cohesión y mantenimiento del Imperio dependía de la concentración del poder militar en pocas manos y de la férrea defensa de las fronteras:  la utilización de soldados-tenentes campesinos al que se les cedía terreno de cultivo, como base de la organización militar de la frontera (“stratiotes”). Cuando se le reclutaba (levaba, mediante levas), eran soldados a caballo, si no eran campesinos integrados con el resto.  La concentración del poder civil y militar en un general en jefe (“stratego”). Reciben elevados sueldos más parte de los botines (cada vez más ricos). Invierten en tierras, en general en su thema (a pesar prohibición imperial), pasan a formar una aristocracia fronteriza, controlan su numeroso ejército y los grandes strategos fundarán nuevas dinastías, a falta de sucesión Imperial (los Focas por ejemplo). Las circunscripciones se hicieron más manejables, pero supusieron más gastos burocráticos. Los exarcados de Mauricio (Cartago e Italia) se generalizan bajo los Heráclidas dada la disminución de territorios. Al principio el nombre de los themas o “exercitus” se refería no a una región sino a su contingente afincado en ella. 1. Armenia (creado por Heraclio). 2. Anatólico. 3. Armeniakon. 4. Thrakesion. 5. Opsikion (cerca de Constantinopla). 6. Karabisianon (flota de los estrechos). 7. Hélade (creado por Justiniano II tras vencer en los Balcanes). Otros se crean por división de otros más grandes (Anatólico y el Marítimo). Seguirán existiendo las tropas móviles (“tagmáticas”), acantonadas cerca de la capital y a disposición personal del emperador en todo momento. La flota seguirá igual. Sociedad: la población bizantina se redujo drásticamente por la peste s. VI y por las invasiones musulmanas (se pierde Siria, Egipto y Palestina). Para contrarrestarlo se produjeron numerosas migraciones llevadas a cabo por algunos emperadores de búlgaros, chipriotas, armenios al centro del imperio. Fue una pérdida demográfica que influyó en el fisco. Agricultura. Los cambios se argumentan por un lado como sistema importado de los eslavos y por otro más bien un proceso natural de la pérdida de territorios y el ahorro en el sistema de themas: - se palió la pérdida del trigo de las zonas perdidas con otros cultivos: leguminosas, cereal de secano, producción de aceite local. Se practica el cultivo intensivo, regadíos avanzados y numerosos molinos. - el término “jorion” (sustituye al “fundus”) pasa a convertirse en sinónimo de aldea de campesinos libres. - se potenció la pequeña propiedad a través de la reforma de themas, aunque ya existía. Se retraen los grandes latifundios de los aristócratas con tierras ligadas al linaje. La unidad campesina se convierte en la unidad básica fiscal y de producción. Su base será la autarquía (“autarkeia”, autosuficiencia), evitando en lo posible los excedentes. Ganadería: especial importancia: Ley agraria o “Nómos georgikós” (fines s. VII). Caballo para todos los usos y ganado lanar, sobre todo. Comercio: se mantiene en las ciudades orientales, a pesar de perder Siria y Egipto. La importación de gusanos de seda aumentó la manufactura ya existente con la importada de oriente (ruta de la Seda), de monopolio del emperador. Legislación detallada. Las especias, pieles, armas y esclavos son el resto de objetos principales de comercio. Se redujo la circulación monetaria, el uso de la moneda de oro se dedicó para el ejército (se designaron tesoreros en el frente por los problemas monetarios para pagar) y la administración. Para el resto se convierte en moneda de cuenta.

2. LA DINASTÍA ISÁURICA (717-820) 2.1. EL GOBIERNO DE UNA DINASTÍA ORIENTAL León III (717-741): tras varios emperadores sin relevancia accede al trono el 717 mediante un golpe de Estado a Teodosio III, como “stratego” de Anatolia se ve refrendada el sistema de “themas” de la nueva administración. Se produjo durante un nuevo asedio a Constantinopla por los musulmanes, su entusiasmo acabó con el sitio. Era de Siria del norte (no de Isauria), territorio dominado por los musulmanes, lo que explica su concepción autocrática de su poder definido en una carta al papa Gregorio II (715-731) en la cual proclama su doble naturaleza: jefe político y religioso. Aplica a Italia y Sicilia la reforma territorial, Roma deja de controlar la organización eclesiástica de zonas de habla griega como Calabria, Sicilia y el Ilírico, lo que lleva al debilitamiento poder papal. Consecuencia de esto, es que el Papa pide ayuda a Carlos Martel (738), figura relevante de la monarquía franca. Su victoria más destacable fue contra los árabes en Akroinon (740) en Oriente. Constantino V (741-775): junto con su padre León III, consigue consolidar el Imperio, más pequeño pero más manejable, con la instalación de la nueva administración themática. Siendo emperador se enfrenta en Anatolia al califa al-Malik, sorprendido en campaña por su cuñado Ardabasto, iconódulo (venera imágenes, no llega a la idolatría herética), y strategos de Opsikion, venciendo al emperador que huye (le atribuye muerte) fue proclamado emperador por el patriarca Anastasio de Constantinopla. En el 742 Constantino V reagrupa fuerzas y entra en la capital, ciega al usurpador y se convierte en un acérrimo iconoclasta (rechaza el culto a las imágenes sagradas). Cuando restituye el poder divide el thema de Opsikion, por el peligro de sus dimensiones transformando una parte de su ejército en 6 regimientos: 3 de ellos de caballería: ejército móvil (tágmatas) y 2 como guarnición permanente de Constantinopla. Estos siguen conservando sus propiedades territoriales en Opsikion y son repartidos por Tracia (le arrebató a los musulmanes parte de la frontera y la repobló con cristianos para hacer frente a los eslavos) y Anatolia (ambas eran de fácil convocatoria para el Emperador, no así para un conspirador); con este movimiento repuebla las zonas casi desérticas de Asia Menor, asediadas por eslavos y musulmanes. Un nuevo brote de peste (747) en la capital lleva a la repoblación con griegos e isleños. Tras proclamarse la iconoclasia en el Concilio de Hiería (754) intenta acabar con los monasterios, ordenando a los monjes a casarse. Pacto con musulmanes, lo que aprovechó para dirigir campañas contra los búlgaros, en las cuales hace un uso magistral de las tropas. Con su muerte en campaña en el (775) termina la mejor época de la dinastía isáurica. Hasta el 802: - minorías de edad. - luchas internas. - crueldades sin límite. León IV (775-780): hijo del anterior. Muere muy pronto (780) Constantino VI (771-797): su madre Irene asume la regencia, mediante el Concilio Ecuménico de Nicea (787) intenta acaba con la política iconoclasta de sus antecesores. En el enfrentamiento con su hijo Constantino VI lo ciega y priva del trono, pasando a ser la primera mujer que actúa como “baliseus” ejerciendo el mando y firmando documentos. La Navidad del 800 Carlomagno es coronado emperador, dos grandes imperios en liza, Bizancio intenta sacar ventajas mediante una alianza matrimonial entre Constantino y una hija Carlomagno. Las aspiraciones de Irene se frenan en el 802, cuando su hijo es depuesto y asesinado por una revuelta palaciega acabando con la regencia de Irene. Nicéforo I (802-811): siguió el culto a las imágenes del patriarca Tarasio del Concilio de Nicea (757). Su obra más relevante en campo administrativo fue el sistema impositivo y fiscal mediante el cual elimina las inmunidades fiscales eclesiásticas, con la que intenta solucionar el caos financiero y fiscal bizantino aumentando la recaudación. Generaliza el impuesto sobre el fuego u hogar (kápnikon), introduce un mecanismo de solidaridad fiscal en el cual los grandes propietarios responden si no pueden

hacerlo los pequeños y hay una continuidad del funcionamiento regular del ejército fronterizo en el que los gastos de mantenimiento del soldado-campesino se comparten dentro de la comunidad campesina. Divide el thema de la Hélade en el Peloponeso y Tesalónica, reorganiza los Balcanes tras vencer a los eslavos introduciendo más colonos. Las incursiones eslavas y búlgaras: Bizancio había tenido que abandonar la mayoría de sus territorios en los Balcanes, sólo retenía Tracia hasta Tesalónica. Si se había conseguido el reconocimiento de su autoridad de los eslavos de Grecia y Peloponeso. El peligro búlgaro fue favorecido indirectamente por Carlomagno al derrotar a los ávaros (796), dirigidos por Krum, los búlgaros se lanzan sobre Constantinopla atraídos por los puertos del Egeo y Negro y por las rutas comerciales danubianas. Krum sobrevivió poco a Nicéforo I (cae en el 811 en combate, su hijo herido de gravedad, y sube al trono su cuñado), sus sucesores prefieren la alianza con Bizancio. La diplomacia e intento de conversión al cristianismo hizo que Boris se convirtiera en Miguel y el hijo de éste, Simeón, se educara en la corte. Fue una solución sólo efectiva a corto plazo, las incursiones seguirían viniendo al tiempo. Miguel I Rangabé (811-813): reconoce el Imperio occidental de Carlomagno, pero en inferioridad y sometimiento al bizantino. Es derrotado por los búlgaros (813), destronado y encerrado en un convento. Se produce en este vacío de poder un enfrentamiento de 3 candidatos al trono: 1. León, strategos del thema Anatólico, quien vence. 2. Miguel el tartamudo, frigio y futuro Miguel II. 3. Tomás el eslavo, del thema Armeniaco. León V el Armenio (813-820): los perdedores en la disputa por el trono son acogidos por el emperador, por su apoyo Tomás retiene el mando militar, y Miguel se une a la familia (compadre). Así se inicia el “2º periodo iconoclasta”, impulsada por los tágmata (unidades militares) de la capital, los cuales serían vencidos por los búlgaros. Todavía quedaba el recuerdo del triunfador Constantino V. Este periodo iconoclasta durará 30 años y será menos duro y conflictivo que el 1º, debido al cansancio de la sociedad por este problema insoluble y la capacidad de resistencia de los iconódulos, dirigida por el abad Teodoro del monasterio Stoudion. 2.2. ASPECTOS SOCIALES Y RELIGIOSOS DE LA QUERELLA ICONOCLASTA: El principal problema es la postura religiosa en relación con el culto a los iconos o imágenes fundamentales en las prácticas religiosas bizantinas. Práctica devocional generalizada en Oriente desde la segunda mitad del s.VI como consecuencia del aumento del patriotismo cívico en el Imperio. Las imágenes milagrosas e intercesoras fueron adoradas como apoyo para la salvación sobre todo en épocas difíciles durante las invasiones persas y musulmanas. Crisis espiritual a finales del s. VII por el éxito de los ataques árabes desembocó en una pérdida de fe en los iconos. Se asoció a las invasiones un castigo divino a los cristianos cuya posible causa sería la idolatría. Se hace necesaria una nueva religiosidad por la pérdida de valores, una vuelta al A. Testamento y a símbolos más concretos como la Vera Cruz. Para algunos las influencias islámicas y judías contrarias a los iconos crearon tendencia (hay casos de iconoclastas en Palestina como Damasceno). PRIMER PERIODO ICONOCLASTA. 

León III (717-741): Dos obispos anatolios hacen proclamaciones iconoclastas, rechazadas por el patriarca Germán. Se extienden por el pueblo de primera línea de defensa frente al Islam y luego la disidencia llega a la capital, coincidiendo con la erupción volcánica en Egeo (726). León III da orden al papa Gregorio II de retirar los íconos de Roma, éste se niega y reivindica su independencia para fijar una postura religiosa (se puede considerar primer edicto iconoclasta). En el 730 León III depone al patriarca Germán y promulga un edicto general contra el culto a las imágenes. No hay persecución. Las relaciones papado-emperador mucho más tensas (los lombardos acosan Roma). En el 740 la victoria de León III en Akroinon se interpreta como una aprobación divina a la postura iconoclasta.



Constantino V (741-775): Llevó una postura iconoclasta mucho más firme. Inicia su gobierno enfrentándose a su cuñado iconódulo Ardobasto. Escribió dos cortos tratados (conservados gracias a las refutaciones del Concilio de Nicea) donde expone la postura teológica iconoclasta: demostrar la imposibilidad de representar iconográficamente a Cristo, Dios y hombre, los cuales solo pueden concentrarse en la Cruz y en la Eucaristía, como símbolos externos. Concilio iconoclasta de Hierea (754) tuvo una participación exclusivamente oriental, decretó la supresión de los iconos como testimonio de idolatría pues su adoración estaba lejana al espíritu de la Iglesia de los primeros tiempos. Adoptará para eliminar la iconodulia: 1º. La persuasión. 2º. Medidas administrativas: secularización de bienes monásticos. 3º. Persecución, desde 766, primero a funcionarios civiles (los llamó traidores) y luego a monjes que fueron perseguidos por el pueblo. Constantino V falló en el control de Italia, mediante la Falsa Donación de Constantino (Constitutum Constantini, por la cual Constantino el Grande cedió al papado el dominio de Italia), el papa se hizo fuerte en su hegemonía sobre Italia, ayudado por los francos. Maltratado por la historiografía (generalmente eclesiástica) tanto León III como Constantino V (se le denominó “Coprónimo”, nombre de excremento). LA PRIMERA VUELTA A LA ICONODULIA se produce durante el reinado conjunto de Irene y su hijo Constantino VI (780-797), herederos de León IV (775-780). En el II Concilio ecuménico de Nicea (787) se tuvo que reunir fuera de la ciudad por oposición de los tágmatas creados por Constantino V. El patriarca Tarasio e Irene evitaron una condena abierta y formal a la iconoclasia como herejía, en contra de los legados papales y de un grupo de monjes. Se readmitieron a la ortodoxia a personas importantes. Se responsabilizó de las “desviaciones” iconoclastas a la manipulación interesada de los textos y a la influencia islámica. RESTAURACIÓN ICONOCLASTA (2º PERIODO ICONOCLASTA) se produce tras la derrota ante los búlgaros en Constantinopla (813), los bizantinos se dirigen en masa a la tumba de Constantino V y León V, manifestando que la derrota es castigo divino por volver a la iconodulia. Se restaura la iconoclasia en un Concilio en Constantinopla (815), basándose en el de 754. Fueron30 años de persecución no tan violenta, se evitó perseguir a los monjes, ninguno de los emperadores no eran tan persuasivos como sus antecesores iconoclastas, la resistencia se hizo fuerte con el monacato en cabeza (especialmente Stoudion). Se produce un importante renacimiento cultural. El monasterio de Stoudion tuvo un papel preponderante en la vuelta a la iconodulia del 787, fue después foco de resistencia tras la restauración iconoclasta. Teófanes el Confesor, monje, escribe una “Cronografía” (815) y Juan Damasceno cuya obra, una de las principales del naciente pensamiento bizantino son apologías a favor de los iconos, la “Fuente del Conocimiento”: visión completa de la teología ortodoxa. Llega a occidente (827) el manuscrito de la obra de Pseudos-Dionisio Aeropagita, una obra clave para la difusión del neoplatonismo en la E.M. 3. EL RENACIMIENTO BIZANTINO BAJO LA DINASTÍA FRIGIA O AMÓRICA (820-867) Miguel II (820-829): Fue el 1º emperador de la dinastía frigia, depone violentamente a León V. Debe derrotar a su compañero de golpe, Tomás el Eslavo (821-823), autoproclamado Emperador, con el nombre de Constantino. Tomás fue apoyado por pequeños y medianos propietarios fronterizos arruinado por el fisco y marinos de las flotas y por el califa al-Mamun. Del bando de Miguel están los strategos del thema Anatólico y Opsikion, el jan búlgaron Omurtag y la flota imperial. Buscó la legitimidad casándose con una hija de Constantino VI, asoció al trono a su hijo Teófilo. AMENAZAS: - A comienzo del siglo IX la principal amenaza era búlgara. Con León el Armenio se llegó a una paz de 30 años, tras las derrotas bizantinas. - La amenaza musulmana se relajó por su presión por los conflictos internos del califato abasí. - Los emigrados de al-Andalus fugitivos se mueven por todo Mediterráneo y arrebatan Creta a Bizancio y su estatus comercial. - Se inicia en estas fechas la conquista de Sicilia por los aglabíes (sunníes de Túnez).

Teófilo (829-842): Fue el más radical del 2º periodo iconoclasta. Sus campañas militares que preludian la expansión posterior. Los themas eran 21, de las 23 provincias del imperio. Crea un sistema defensivo en los principales pasos montañosos del Tauro (clisuras), frontera con territorio árabe. Divide los ejércitos de los themas en bandas, grupos de 200 soldados, los cuales más adelante se convertirán en unidades administrativas básicas, similar a condados, y que favorecerán la defensa de Anatolia frente a árabes. Se rodeó de una corte brillante, fue gran mecenas cultural de Juan el Gramático, preceptor e inspirador político de Teófilo y de León el Maestro, director de la escuela de Magnaura. Ni León V ni Miguel II lograron imponer definitivamente la restaurada iconoclasia, Teófilo con ayuda del patriarca Juan el Gramático y mediante el uso de violencia de vez en cuando avanzó algo más. Los iconódulos buscan el apoyo en Roma con una menor oposición monacal a la primacía papal. Todo ello explica la facilidad de la vuelta a la ortodoxia el 843, tras morir Teófilo. Miguel III (843-867): Hijo de Teófilo. Fue emperador bajo la regencia de su madre Teodora. Se vuelve a la iconodulia, deseada por el pueblo en general. Se llevó a cabo una ceremonia solemne en Santa Sofía, el 1º domingo de cuaresma del 843 (se conmemora aún: “domingo de la ortodoxia”), allí se vitoreo a los soberanos y se recriminó a los herejes. El corpus doctrinal y normativo de la iglesia oriental quedaba completado, considerando la ortodoxia como difencial. Durante su reinado considerado fundamental en los inicios del llamado “Imperio Bizantino Medio” se producen secuelas iconoclastas por intento de monjes “estuditas” (monasterio de Studion) de represaliar a los antiguos iconoclastas apoyados por el patriarca y monje Ignacio, hijo de Miguel I, frente a una actitud del emperador conciliadora. Se potencia la cultura, se crean los estudios en la Magnaura. En 856, Bardas, su tío le ayuda a finalizar la regencia. Le concede el título de César, Ignacio será depuesto por haber excomulgado a Bardas. Le sustituye el laico Focio. Hay una cierta estabilización de los frentes militares, tímidos contraataques bizantinos en Asia Menor, Creta y Egipto, al Islam; con respecto a los Búlgaros hay estabilidad tras la conversión del rey Boris al cristianismo, apadrinado por el propio Miguel. Esta labor evangelizadora iglesia griega, inicio de asimilación de los pueblos eslavos. Papel principal de Constantino-Cirilo y Metodio. Miguel es asesinado por su favorito, el macedonio Basilio (867) 3.1. Cuestiones religiosas: restauración de la ortodoxia, el cisma de Focio y la cristianización de los Balcanes. El cisma entre iglesia de Roma y de Constantinopla es un hecho capital en la historia del cristianismo, no debe atribuirse a una querella teológica más, para entenderlo hay que retrotraerse a la época en que Constantino funda Constantinopla y dividió el Imperio Romano, con una separación política y religiosa. Los emperadores desde Justiniano son cada vez más déspotas orientales perdiendo la Iglesia su independencia. Factores que contribuyeron al alejamiento: - las sutilezas metafísicas y dialécticas de los orientales. - el gusto innato por la discusión de los orientales, que propició el nacimiento de las herejías. - el culto extremo hacia reliquias e imágenes, lo que hizo reaccionar a los iconoclastas. Los papas de Roma buscan su hegemonía y expansión del poder en Occidente. Acabarán siendo víctima de las familias romanas más poderosas y de los emperadores francos y germánicos. Tras la vuelta a la ortodoxia en oriente, los patriarcas procederán del grupo de funcionarios de palacio o monjes, vinculados a las grandes familias de la capital y alguno llegará a ser nombrado sin ser previamente consagrado. Cisma de Focio: Focio era un miembro de una familia ilustre iconódula, formado en filosofía y literatura. Viajó a Bagdad en una embajada, como colofón a su carrera administrativa fue jefe de la cancillería imperial.

Su nombramiento, tras la liquidación de la iconoclasia en el “Domingo de la Ortodoxia” (843), aparecen dos posturas ya creadas en el Concilio de Nicea (787): - grupo monástico radical, encabezado por los monjes de Stoudion, que se consideraban guardianes de la ortodoxia y defendían la promoción de los antiguos iconódulos. - grupo moderado, de la corte y de la ciudad que pretendían una verdadera reconciliación (oikonomía). En el 847 muere el patriarca Metodio (iconódulo) estalla el conflicto con los monjes del Stoudion. La regente Teodora y el grupo radical eligen a Ignacio, hijo del antiguo emperador Miguel I Rangabé, sin la consulta preceptiva a un sínodo (excusa para deponerle). Al terminar la regencia de Miguel III, Bardas y los intelectuales cogieron el poder, la deposición de Ignacio es inevitable. Focio es elegido el 858. Dos concilios 859 y 861 en Constantinopla (el de 861 con legados papales) ratifican la deposición de Ignacio. Al ser laico recibe las órdenes sagradas en 5 días. El papa Nicolás I queriendo mostrar su supremacía, es reticente a la deposición irregular de Ignacio y promoción de un laico, convoca un sínodo romano (863) y anula el procedimiento anterior. Su objetivo era tener influencia en el Idílico, donde se está evangelizando a los búlgaros. Focio es amenazado con la excomunión. Miguel III reivindica la independencia de la iglesia oriental y de la legalidad del proceso (había legados en el concilio). Focio lleva el enfrentamiento al plano teológico, el tema del “Filioque” en el Credo recitado en Roma, donde “El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo” lo considera blasfemia contra el E. Santo, y por lo cual Nicolás I merece mil anatemas. Conflicto final: el problema búlgaro: El rey Boris solicita al papa que reconozca la creación de un patriarcado búlgaro autóctono de Constantinopla (866) a cambio de su fidelidad. Se celebra un Concilio en Constantinopla (867) donde se excomulga y declara depuesto a Nicolás I. En 877, el papa Juan VIII, intenta reconducir el enfrentamiento y reconoce a Focio. Focio insiste en el Filioque, y es excomulgado como sus sucesores. Marino I y Esteban V.

Tema 7.- AUGE Y CAIDA DEL IMPERIO CAROLINGIO

I.- FIN DEL REINO MEROVINGIO: ULTIMOS MAYORDOMOS DE PALACIO Y CAMBIO DE DINASTÍA. 1.1.- LOS ÚLTIMOS MEROVINGIOS: Desde s. VII a mitad del s. VIII crisis profunda en los dos grandes reinos germánicos occidentales. La iglesia, necesitada de apoyo de un poder fuerte entra en crisis y el clero se degrada, perdiendo patrimonio. Reino Visigodo: Continuos enfrentamientos dinásticos, debido al nuevo principio electivo de la monarquía. Nuevos reyes se legitiman solicitando la sanción de los Concilios de Toledo y con la unción con los Santos óleos al modo de los reyes bíblicos, son los primeros en adoptar esta unción real (Wamba, a finales del s.VII fue el primero) y trasladado al I. Carolingio. Las luchas por el trono, “morbo gótico”, causarán el final de la dinastía pues los hermanos y partidarios de Witiza no aceptan como Rey a Rodrigo, pasando al lado musulmán en la Batalla Guadalete (711). Reino (Franco) Merovingio: Las causas de su debilidad y desaparición son el concepto patrimonial del reino y el reparto del mismo entre los hijos. Francia acabó dividiéndose en 4 grandes zonas: - Austrasia (este): entre el Mosa y el Rin. - Neustria (oeste): entre el Escalda y el Loira. Gran presencia franca latifundista. - Aquitania: del Loira hasta Pirineos. Ricos y romanizados. - Borgoña (centro): junto a Aquitania. Ricos y romanizados.

Tras la muerte del Rey Clodoveo (511) hubo reparto entre sus hijos. Clotario I, el menor, consigue reunificarlo aunque vuelve a dividirlo entre sus 4 hijos, con capitales en París, Orleáns, Soissons y Reims. Cada uno con su palatium o administración, pensando en vivir más de las rentas que del reino. Surgen nuevas luchas fratricidas hasta que Clotario II y su hijo Dagoberto I (629-639) vuelven a unificarlo por 25 años. Childerico II (653-675) será el último rey en reunificarlo. Asesinado 675, se volvió a dividir. La fragilidad del reino hace que se vayan independizando los turingios, alamanes y bávaros, surgiendo en frontera la amenaza de lombardos, ávaros, bretones y frisones. 1.2.- LOS “MAYORDOMOS DE PALACIO” MEROVINGIOS Durante el descalabro del reino, los mayordomos de palacio surgen en cada uno de los reinos merovingios, son administradores de las posesiones reales, están a la cabeza de la nobleza y son los jefes del rudimentario aparato administrativo. Con el tiempo se convierten en grandes propietarios agrícolas. Detentaban el poder de facto, actuaban de intermediarios entre nobleza y rey, cuidan el tesoro real, dirigen el ejército, presiden los tribunales reales y son los principales consejeros del rey (muy unidos al rey, en estos reinos no había un consejo como tal, de ahí su importancia). Crearán auténticas dinastías familiares en cada reino merovingio. Pipino II de Heristal (Pipino “el joven”) derrota a sus adversarios en Tertry (687), queda como único mayordomo de Austrasia (679) y Neustria (687), pasa a titularse “príncipe de los francos”, conquista a los frisones la ciudad de Utrech (714), sin descendencia legítima, le sucede Carlos, apodado el Martel, bastardo. Carlos Martel (718-741): Tras numerosas victorias sobre frisones, alamanes, borgoñones y provenzales se convierte en verdadero señor de los francos y fundador de la dinastía carolingia (organizó revueltas contra la mujer de Pipino II y su hijo legítimo de 6 años). Vence a musulmanes en la Batalla de Tours en Poitiers (732), ayuda pedida por su conde Eudes de Aquitania, le supone un gran prestigio como defensor de la cristiandad al frenar el avance omeya. La campaña la sufragó con parte de su riqueza y con tierras pertenecientes a la iglesia, que repartió entre los nobles que le ayudaron, como beneficio (pre-feudalismo). Le sucede (741) su hijo Pipino “el Breve”. II.- LOS CAROLINGIOS: 1.1.- LOS CAROLINGIOS Y EL PAPADO Los primeros carolingios buscan el apoyo de la iglesia. La iglesia franca, a falta de un poder que la protegiera de los grupos poderosos se contagia de los = vicios que la sociedad. Su alto clero acepta usos bárbaros como la ordalía (“Juicio de Dios”) y entra en el juego político. El ascenso social de los carolingios se debe en primer lugar al sostén y legitimidad que le dio la iglesia por su apoyo a la evangelización de nuevos pueblos (Pipino de Heristal protege al monje anglosajón Wilibrodo que evangeliza a los frisones tras la conquista de Utrech y Carlos Martel apoya a Wifrido, S. Bonifacio, y sus misioneros en Frisia, Turingia, Hesse y Baviera) y el empeño en reformar el clero; y en segundo lugar a la amplia red clientelar que se ganó entre la nobleza, al darle muchas tierras (de su dominio y confiscadas a la Iglesia). La evangelización conjuntó a Roma con los Carolingios, no como predicadores aislados, si no con la ayuda de la autoridad del reino detrás. Conquista y evangelización irán de la mano. Pipino “el Breve” (741-768): Mayordomo de palacio, apoya la celebración de concilios nacionales suspendidos hace más de 70 años para reglamentar la disciplina eclesiástica y la reforma litúrgica. En el 744 resuelve el problema surgido por las confiscaciones a la iglesia de su padre mediante la fórmula precaria verbo regis (la iglesia mantiene nominalmente su propiedad a cambio de un censo anual). En el 751 al ver su posición discutida por algunos nobles favorables a los merovingios formula al papa Zacarías la pregunta “¿quién debía ser considerado rey, si el que de hecho ejerce el poder o quien

nominalmente lo ostenta?”. El papa contesta que “quien lo era de hecho, debía serlo de derecho”. Así, la dinastía merovingia queda sentenciada, Childerico III, último rey merovingio es tonsurado y encerrado de por vida en un convento. Entre el 751-752 es consagrado como rey en Soissons con los santos óleos por los obispos galos encabezados por el legado papal S. Bonifacio. Por este pacto carolingio-papado se beneficia a ambas partes: los papas encuentran un defensor ante los lombardos que dominan Italia y se desligan de la tutela bizantina y los carolingios legitiman su poder como de origen divino a través del Papa. Desde ese momento los papas son creadores de Reyes y los reyes se consideran “por la gracia de Dios” lo llevará al enfrentamiento que marcará lo sucesivo en Europa. 2.2.- CREACIÓN DEL “PATRIMONIO DE SAN PEDRO”. El 753 se comprueba la eficacia del pacto papado-carolingio. En el 751, el rey lombardo Astolfo se había apoderado del Exarcado bizantino de Rávena, el papa Esteban II, ve peligrar la independencia de Roma y su Ducado y envía una carta a Pipino, le propone su nombramiento como patricius romanorum solicitando entrevistarse para que intervenga en Italia y recupere el Exarcado para restituirlo a San Pedro, su verdadero propietario, según un antiguo documento que lo atestiguaba, el “Donación de Constantino”. La “Donación de Constantino” (“Constitutum Constantini”) es un documento falso, elaborado entonces, probado en 1440 por Lorenzo Valla. Por él, Constantino, agradecido por su curación por intermediación del papa Silvestre I, le confería a él y sucesores la principatus potestas (potestad imperial) y los honores imperiales, elevando la Sede de S. Pedro por encima de cualquier otro poder terrenal. Cristo, estaba representado en la tierra por el Papa, su emperador terrenal. El papa, al que pertenecía la corona imperial, al no usarla, la había cedido a Constantino, que en agradecimiento le había otorgado: su palacio de Letrán (residencia de los Papas), la corona y púrpuras imperiales, la potestad sobre Roma, Italia y resto de Occidente. Constantino se reservaba el Oriente y se retiraba a su nueva capital: Constantinopla, con el consentimiento del Papa. Este documento será esgrimido por la Iglesia romana para fundamentar su poder terrenal El Papa y Pipino se reúnen en Ponthión el 753, donde firman el Tratado de Quierzy, por el cual Pipino se compromete a conquistar de manos lombardas y entregar a San Pedro las tierras del Exarcado de Rávena, Romaña (Ferrara, Bolonia, Módena…) y la Pentápolis (Rímini, Fano, Pésaro, Senigallia y Ancona). Lo consigue tras dos campañas durante 754 y 756. El Papa agradecido, consagra de nuevo a Pipino y sus hijos, Carlos y Carlomán en la iglesia de Saint Denís. Nace así el patrimonio de San Pedro, que con retoques llegará hasta el s. XIX Pipino, sin interés en Italia, tratará de recuperar Aquitania y la Septimania. - Aquitania (760-760) gobernada nominalmente por un duque autóctono, Gaiferos, tiene poca simpatía por la dominación franca (sobre todo entre el Garona y Pirineos). Le vence y obtiene el reconocimiento de los vascones. - Septimania (752-759) acaba con la presencia de los últimos visigodos en el sur de Francia. Gracias al apoyo de sus naturales, a los que promete respetar su lengua y derecho. 2.3.- CARLOMAGNO Y LA EXPANSIÓN TERRITORIAL En el 768 muere Pipino “el Breve”. La tradición deja en herencia el reino en Carlos y Carlomán. Tres años después muere Carlomán. Carlos reunifica el reino. Prototipo de guerrero germánico, continúa las empresas militares de su padre y se dirigen contra los vecinos: Italia: Para sellar la paz con lombardos se casó con una hija del rey Desiderio. La repudió un año después injerido por el Papa, ofendidos atacan territorio pontificio y marchan sobre Roma, piden al Papa la consagración como reyes de los hijos de Carlomán, refugiados en la corte lombarda. Carlos asedia y toma Pavía (773), Desiderio se entrega y es encerrado en un monasterio con su familia. Carlos se titula “rey de francos y lombardos y patricio de Roma”. En una visita a Roma le confirma las donaciones hechas por su padre añadiendo la Sabina. Los ducados independientes de Spoleto y Benevento reconocen su autoridad, mientras que Nápoles, Calabria y Sicilia continúan en poder bizantino. Nombra rey de los lomgobardos a su hijo Pipino consagrado por el Papa. Baviera: Sus duques eran vasallos de los francos aunque mantenían una total independencia. Ampliaron su territorio a costa de ávaros y eslavos (región de Corintia). Su duque, Tasilón III estaba

casado con una hija de Desiderio, por su actitud ambigua hacia Carlomagno, éste invadió el ducado (788), fue capturado y encerrado por vida en un monasterio. Sajones y frisones: - Sajones: someter a sajones le costó 30 años de duras guerras. Era el único pueblo pagano y de nivel similar a la época de las invasiones. Los intentos por cristianizarlos eran inútiles (incluso S. Bonifacio desistió). Con el pretexto de una incursión sajona en territorio franco (772) Carlomagno invadió la Sajonia y desde el 775 la táctica de conquista sistemática del territorio sajón fue el avance lento y fortificando las conquistas. Se celebró una asamblea en Páderborn donde se someten y bautizan muchos jefes sajones, estableciéndose la organización eclesiástica de Sajonia. En el 778 ausente Carlomagno (campañas en España) se produce un levantamiento general acaudillado por Widukind que arrasa gran parte de lo conquistado, Carlomagno reacciona degollando a 4500 sajones en Verden, Widukind se entregó (785) y aceptó su bautismo. Carlomagno codificó del derecho sajón (Lex saxonum) adaptándolo a la situación. Dicta el Capitulatio in partibus saxonie (785), castiga con penas de muerte numerosos delitos religiosos, llevando al pueblo sajón a la conversión en masa. Estas medidas se suavizan 15 años después en una asamblea en Aquisgrán. - Frisones: Su sumisión se inicia con la fundación del obispado de Utrech. Fracasó por los continuos levantamientos, hasta recuperarlos Pipino de Heristal (714). A fines s. VIII la región estaba pacificada. Carlomagno respetó sus leyes y promulga la Lex Frisionum (803) actualizada. Ávaros: La sumisión de Baviera pone en contacto directo a los francos con los ávaros. La primera incursión es del 791. Los sucesos de Sajonia retrasaron su conquista (795) tras tomar el famoso ring o anillo fortificado, entre el Danubio y lago Balatón. Se apodera de su gran tesoro fruto de sus correrías y tributos de Bizancio. El levantamiento de los eslavos sometidos a los ávaros hizo que no puedieran frenar el empuje franco. La conversión de los ávaros fue llevada a cabo desde Salzburgo y Aquilea. Los ávaros desaparecerán como nación. Sus tierras serán colonizadas por los búlgaros en el sur y los francos en el norte. España: La derrota visigoda en Guadalete (711) hace que los musulmanes se extiendan y pasen los Pirineos. Son frenados en Poitiers 732 por Carlos Martel. Los restos de la nobleza y del ejército visigodo se refugian en las montañas de Asturias, venciendo a los musulmanes en Covadonga (722). Los musulmanes beréberes establecidos en valle del Duero y Galicia son echados o abandonan estas tierras hacia 750, lo que Alfonso I, aprovecha y recorre estas zonas para después abandona por no poder defenderlas. En la zona oriental los invasores, mayoría árabes, establecían poderosas dinastías que rivalizaban con Córdoba e intentaban lograr su independencia del Emirato (756). Algunas de estas dinastías eran de origen hispano y tras convertirse dieron lugar a poderosos clanes, como los Banu Qasi, que dominaban el valle del Ebro. Los señores musulmanes, en su afán independentista respecto a Abderramán I llaman a los francos prometiéndoles Zaragoza y Barcelona, Carlomagno se presenta en Zaragoza, pero su gobernador no se la entrega. Reclamado en Sajonia por la revuelta de Widukind, abandona el asedio. Su retaguardia es atacada en Roncesvalles (778) por los vascones (aliados con algún musulmán), donde muere el duque de Bretaña, Rolando (“Chanson de Roland”, de fin s. XI); Roncesvalles hace que Carlomagno cree el reino de Aquitania, poniendo como rey a su hijo Luis, para proseguir desde aquí la conquista traspirenaica. Sin Zaragoza pero con la entrega por los habitantes de Gerona, Cerdaña y Urgel (785). Al perder tanto territorio los ejércitos de Córdoba invaden Narbona y Carcasona y obtienen su botín. El nuevo rey de Aquitania toma Barcelona (801) y el emir al-Hakam de Córdoba solicita la paz (810) estableciendo la frontera en las costas del Garraf y las montañas de Montserrat y Montsec incluyendo los valles de Pallarés y Ribagorza por el oeste. Una embajada del rey asturiano Alfonso II el Casto solicita ayuda a Carlomagno.

Balance final: Tras 30 años Carlomagno había extendido su reino y se alzaba como única gran potencia en Europa, con un incontestable poderío militar y prestigio político. El imperio Carolingio comprendía toda la Galia, a excepción de Bretaña, llegando por el sur hasta Barcelona, por el oeste hasta el Elba. En Italia incluía todo el antiguo reino lombardo. 2.4.- LA CORONACIÓN IMPERIAL DE CARLOMAGNO El prestigio de Carlomagno se basó en la fidelidad de sus vasallos, sus conquistas militares y el apoyo de la iglesia. En su corte de Aquisgrán un grupo de intelectuales eclesiásticos (destacan, Alcuino de Cork, Pablo Diácono y Teodulfo de Orleáns) crea un ideario político sobre el papel del monarca, al papa le corresponde rezar para que el rey cristiano venza a sus enemigos y al rey velar y defender la Iglesia para extender la fe católica. Varios hechos posibilitan el 799 aplicar estas teorías: - En Bizancio reina Irene, en plena lucha iconoclasta, ciega y encierra a su hijo Constantino VI (797). Una mujer en el trono era una anomalía (considerado vacante). - En Roma el recién papa León III es acusado de debilidad frente a Carlomagno, le había enviado el estandarte de Roma y llaves de S. Pedro, acusado de adulterio y perjuro. Sufre un atentado, rescatado gracias al duque de Spoleto logra huir a Páderborn y pedir ayuda a Carlomagno. Carlomagno piensa en deponer a León III. Alcuino le hace deponer su idea por la primacía papal, León III regresa a Roma escoltado y es repuesto en la Sede. A finales del 800 Carlos va a Roma a celebrar la Navidad. El 23 diciembre el Papa proclama su inocencia ante Carlos, el clero y el pueblo. El 25 diciembre León III corona a Carlomagno en la Basílica de S. Pedro mientras rezaba, según Eginardo Carlomagno se contrarió por no saberlo antes (no creíble), si acaso lo hizo por ser coronado antes que aclamado por el pueblo (como Constantinopla), lo que podía interpretarse como que el Papa era quien le concedía el Imperio. En el 802 Carlomagno envía una embajada para obtener el reconocimiento de Nicéforo I, el cual se niega; hasta que en el 812 Miguel I le reconoce el título. Carlomagno que hasta entonces se consideraba Rey de los Francos y de los Lombardos pasa a ser “Imperator et Augustus”. Un año después, 813, hace aclamar a su hijo Luis como emperador, poniéndole él la corona, en la capilla Aquisgrán rodeado de la nobleza. El 28 enero 814 Carlomagno es enterrado allí. A partir de este momento, los francos sustituyen a los romanos, su Imperio es Europa unida no geográficamente, sino política y religiosamente (romano=franco, griego=ortodoxo) como la Cristiandad. 2.5.- LOS INICIOS DE LA CRISIS: Al Imperio le faltaba una unidad política (conglomerado de estados diversos), unidad lingüística (como fue el latín), unidad jurídica (varios códigos legales), un ejército único, una eficaz organización financiera… a esto se unía el concepto patrimonial del reino, la pervivencia de elementos “nacionales” y el interés de la nobleza por controlar un poder débil llevó a la decadencia y desintegración tempranera del Imperio. Tras morir Carlomagno, había 2 tendencias, mantener la unidad, apoyada por estamento eclesiástico (Benito de Aniano, Agobardo…) y otra fragmentar el Imperio apoyada por la vieja nobleza. Carlomagno pensó dividirlo entre sus tres hijos, al morir dos propició la unidad en su hijo Luis (Ludovico Pío), que hereda el imperio. Su sobrino, Bernardo (hijo de Pipino, 2º hijo de Carlomagno) queda como rey de Italia pero subordinado a su tío Luis.

Luis I (Ludovico Pío o el Piadoso) (814-840): Militarmente experto, es débil en manos de clérigos y su segunda mujer (Judit de Baviera), por los que abandona sus títulos tradicionales en pos de “por la gracia de Dios, emperador augusto”. Su reinado se inicia la evangelización de los daneses (su rey Harald, es bautizado) y los suecos, se crea el gran obispado de Hamburgo como base de la evangelización N. Europa. TENDENCIA UNIONISTA. Convoca varios Concilios nacionales en Aquisgrán para reorganizar la vida eclesiástica, impone la regla benedictina en todos los monasterios y ordena que el clero de las catedrales pase a vivir en comunidad (canónigos). Las propiedades de la Iglesia se multiplican, en 816 se reúne con el Papa Esteban IV en Reims al cual le reconoce la independencia de este frente al de S. Pedro, delegando en Roma las elecciones papales. En contra de su padre, el papado le atribuye al emperador un valor temporal, iniciando así una independencia que acabará en conflicto, haciéndose más notorio su poder, prueba de ello es que Luis es coronado emperador de nuevo (da a entender que la hecha por Carlos era nula, sólo era válida si la hacía el Papa). Frente a esta la nobleza defendía una TENDENCIA NACIONALISTA. En el 817 se llega a un acuerdo entre las dos tendencias con el decreto imperial “Ordinatio Imperii” por la cual Ludovico regula su sucesión dividiendo el Imperio en 3 reinos: Italia para Bernardo (su sobrino), Baviera para su hijo Luis, Aquitania para su hijo Pipino y el resto para su hijo mayor, Lotario, como coemperador y con autoridad sobre todos. Bernardo impugna el acuerdo por lo que es apresado, cegado y condenado a muerte; Ludovico es reprobado por clero condenado a una humillante penitencia pública en Attigny (822). En el 823, nace Carlos, hijo de su segundo matrimonio con Judit de Baviera, la cual instigó para un nuevo reparto en el cual se le otorga a éste, a expensas de Lotario, territorios en la Retia, Alsacia, Alemania y Borgoña. Por este motivo hubo enfrentamientos con su padre y sus hermanos, y de todos contra Ludovico, que es apresado y encerrado en un monasterio. Recobra la libertad por la desunión de sus hijos, aunque su autoridad será contestada hasta su muerte en 840 luchando contra su hijo Luis de Baviera. Tras varios años de enfrentamientos el Imperio queda en una situación desastrosa. 2.6.- EL TRATADO DE VERDÚN (843) Y FINAL DEL IMPERIO Lotario trató de imponerse a sus hermanos y es vencido por éstos en Fontenay (841). Los Juramentos de Estrasburgo (842) fueron firmados por Luis de Baviera y Carlos de Aquitania, en los cuales se juran asistencia mutua contra Lotario; cada rey juró en su lengua, antiguo francés y proto-alemán (escritos más antiguos de estas lenguas gracias al cronista Nithard, nieto de Carlomagno, en su “Hª sobre las disensiones de los hijos de Ludovico Pío”). Tratado de Verdún (843), los 3 hermanos llegan a un acuerdo de reparto por el que Luis (el Germánico) obtiene Baviera, Sajonia y Alemania, Carlos (el Calvo): Neustria, Aquitania, Gascuña, Septimania y Lotario: Austrasia, Borgoña, Lombardía. Se reconoce a Lotario como Emperador, pero sin ningún poder sobre sus hermanos. Será un imperio con tres reinos sin nada en común. La descomposición interna de estos reinos dará lugar al feudalismo y la fragmentación de Europa. Tras morir Lotario (855) se divide su reino entre los 3 hijos, el mayor Luis II se queda con Italia y el título imperial, Carlos el Calvo con Provenza (sin hijos, repartido cuando muere entre sus hermanos) y Lotario II con Lorena (muere en el 869 y sus tíos Carlos el Calvo y Luis el Germánico se reparten la Lorena en el Tratado de Mersen en 870, origen de los enfrentamientos seculares Franco-Alemanes). Carlos el Calvo es el hombre fuerte tras Mersen, y tras morir el emperador Luis II de Italia, el papa Juan VIII le ofreció la corona Imperial; tras su muerte el papa se la concede a Carlos el Gordo (hijo de Luis el Germánico). Durante su reinado se producen varias invasiones normandas, revueltas de los grandes señores del reino (anarquía general al no haber autoridad). En Borgoña y Provenza se alza como rey Bosón (ajeno a carolingios) y la muerte de Carlos el Gordo (888) es total

disgregación del Imperio, creándose seis reinos independientes, dinastías (salvo Alemania) ajenas a la Carolingia: Germania, Francia, Provenza, Borgoña. Lorena e Italia. En Francia, Eudes, victorioso contra los normandos por el N. de Francia se proclama rey (898), mientras que en Italia, Guido de Spoleto se convierte en emperador, lo corona Esteban V (primera vez fuera de la dinastía Carolingia). Guido consigue que el papa Formoso corone a su hijo Lamberto, Formoso lo destituirá y se la ofrecerá al carolingio Arnulfo de Germania (896). Muerto Formoso, Lamberto entra en Roma, lo hace desenterrar, y en presencia del nuevo Papa Esteban VI, se le juzga, se declara nulo su pontificado y se le arroja al Tíber (crisis muy profunda tanto en el Imperio como el Papado). Tras morir asesinado el último emperador, Berenguer de Friul (924), nadie reclama el título tan desprestigiado, hasta Otón el Grande (962). Desaparece el Imperio Carolingio, sólo el papado conserva una autoridad unánimemente aceptada por la cristiandad occidental, aunque en horas bajas, suficiente para poner y quitar emperadores. III.- ORGANIZACIÓN POLÍTICO-ADMINISTRATIVA DEL I. CAROLINGIO. Resaltan 2 características: - simplicidad de los mecanismos de gobierno. - confusión entre: * monarca y Estado, * bienes públicos y privados. * admón. del reino y de la casa real. La “restauración” del I. Romano fue un ideal. 3.1.- LOS TERRITORIOS CONQUISTADOS: Para los francos el Estado lo forman la nobleza libre y el rey. Unidos gobiernan a súbditos libres y conquistados. Lo que fundamenta al Estado y liga a los súbditos entre sí son los vínculos de dependencia personal a través de juramentos de fidelidad a los superiores. Los juramentos eran algo frecuente entre los carolingios y Carlomagno los hace renovar cada año: obligatorio a los mayores de 12 años. Clérigos del entorno real tratan de introducir la noción Romana de Estado (respublica), pero no al modo del I. Romano, sino como “respublica cristiana”, noción que triunfa bajo Ludovico Pío. El Imperio lo constituye el núcleo central de territorios francos (Austrasia y Neustria) más los territorios conquistados. No es un reino unitario.  Aquitania fiel a la tradición romana se anexiona como reino independiente. Carlomagno coloca como Rey a su hijo Luis.  Baviera a cargo de un Duque hasta que Ludovico Pio le coloca a un hijo como rey.  Lombardía norte solo cambiaba de rey (Pipino y después Bernardo) para alejar a los duques incómodos y de funcionarios reales, pero lo demás continúa igual.  La República San Pedro bajo jurisdicción papal con sus propios funcionarios bajo injerencia imperial.  Ducados lombardos del sur son totalmente libres, solo aceptaron una teórica protección y tributo (NO son territorio del Imperio). Estos reinos admiten una más o menos una teórica superioridad de la autoridad imperial (son fieles ejecutores de las órdenes del emperador). Están controlados por sus funcionarios y vigilados por los missi dominici. Conservan sus leyes propias, aunque los carolingios tratan de homogeneizarlas. 3.2.- EL EMPERADOR: Es considerado dueño absoluto de todo por derecho de conquista, evangelizador y defensor de la cristiandad. Se ocupa con frecuencia del clero en cuestiones tanto de disciplina como de dogma. Como jefe supremo del clero, designa o injiere a los obispos como parte activa del gobierno (algunos eran missus domicus) y son nombrados temporalmente en asuntos administrativos, sus largas ausencias de sus obispados les burocratiza sin vocación pastoral; igual sucede con los abades, ausentes de sus monasterios largo tiempo. Con el tiempo será la causa del enfrentamiento Papado-Imperio y dará lugar a la “querella de las investiduras”, de graves consecuencias. 3.3.- LA ADMINISTRACIÓN CENTRAL

Gran simplicidad. Es un estado que ha reducido al máximo sus funciones, los impuestos son territoriales y las obras públicas locales, la misma se reduce al Palatium (la casa del monarca que se situaría en Aquisgrán, Aachen alemán) donde sus funcionarios son también los del Imperio y el tesoro público es el del monarca. Dispone de él sin controles. En todo momento no hay distinción público/privado. La Capilla es el oratorio privado del monarca, atendido por capellanes. El capellán jefe, un obispo, es el consejero civil y religioso del emperador. Es lo más aproximado al germen de una administración central. La Cancillería redacta los documentos reales, sus funcionarios son clérigos (los mismos que los de la Capilla normalmente). El canciller es su jefe (se llama así porque su despacho estaba al lado de la “cancela” de la capilla). Capilla y cancillería se acabaron solapando. Entre los funcionarios reales destaca el conde de palacio (fundamental), podríamos decir que hereda las funciones del antiguo mayordomo de palacio Merovingio. Es sobre todo el presidente del tribunal del rey, ocupando su vacante si se ausenta. Dispone de una cancillería propia dedicada sólo a temas judiciales. 3.4.- LA ADMINISTRACIÓN TERRITORIAL El Conde, tiene entre sus funciones la de gobernar una circunscripción territorial (el condado), representa al monarca con plenitud de facultades administrativas en su condado y también se encarga de realizar las levas del ejército en su distrito. Todos son funcionarios de la confianza del rey, al que juran fidelidad. Su actividad está muy vigilada y pueden ser requeridos en palacio bien por órdenes orales u escritas, cuyo cumplimiento es supervisado (en parte por los obispos). Son visitados con frecuencia por los missi dominici. Cada conde reunía a su lado a unos 10-12 funcionarios. Total unos 4000 (cifra muy baja comparada con el I. Romano. Había unos 300 condados, divididos a su vez en pagus, gobernados por vicarios, que nombrados por el conde se encargan de la administración de justicia. Los pagus se subdividen en gaus gobernados por un centenario. Algunos condados, sobre todo en el sur, contaban con algún vizconde, nombrado por el conde con la aprobación del monarca. El Obispo son funcionarios reales en definitiva. Administran los territorios “inmunes” de las iglesias, controlados por el monarca y estos a su vez ejercen cierto control sobre los condes. Los missi dominici son la más importante innovación en su administración (779). Se trataba de la actuación conjunta de un conde y un obispo encargados de supervisar la gestión de condes y obispos en sus demarcaciones, velar por el cumplimiento de las órdenes reales, ejercen sus funciones en lugares alejados de sus propias demarcaciones para evitar influencia y el número de visitas fue aumentando hasta llegar a 4 anuales (unos 6 condados y obispados al año). La zona de supervisión y la misión se llamaba missaticum. Las Marcas eran territorios fronterizos en permanente alarma militar gobernadas por un marqués o margrave (su jefe militar), los cuales ejercían las funciones de los condes. Las más importantes son las de España, Bretaña, Dinamarca, de los Vendos y de los Ávaros. 3.5.- LA ASAMBLEA MILITAR Y EL EJÉRCITO  Asamblea general era una reunión de todos los hombres libres, para tratar temas de importancia. Tenía lugar cuando el ejército se concentraba para iniciar las operaciones militares. Las decisiones aprobadas el monarca se las comunicaba a los magnates, y de éstos se sometían a la aprobación general del ejército por aclamación. Clérigos y nobles deliberaban por separado, aunque las decisiones fueran conjuntas. Las conclusiones finales constituyen los capitula (la suma de todos era una capitular u ordenanza). Durante estas asambleas era el momento en el que el Rey aprovechaba para reunirse con sus funcionarios y pedir las rentas de los condados.  El ejército real sumaba varios ejércitos locales. Cada uno debe abastecerse a sí mismo (si no puede, entre dos o tres deben ayudarle). Cada hombre costea su equipo debiendo llevar provisiones para 3 meses, vestido para 6 y todos los útiles necesarios para una campaña. Exentos del ejército están los no libres, funcionarios cuya labor no pueda dejarse y los clérigos, no así los obispos y abades que deben dirigir sus ejércitos. La deserción se penaba con la muerte. En general se movilizan los ejércitos de las zonas próximas al escenario de guerra, y a un hombre de cada 2-3 de la zona movilizada según la necesidad económica.

Se componían fundamentalmente de caballería pesada, la infantería tuvo un papel menor y con misión auxiliar. Un ejército eran unos 8-10 mil infantes más 2-3 mil caballeros (protegido por una túnica de cuero cubierta de placas de metal, utiliza lanza y espada larga, equipo muy caro que no todos podían pagar). 3.6.- LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA: Según delito y zona, la justicia era impartida por diversos tribunales: Tribunales de los vicarios, imparten justicia en su vicaría. Apeladas ante el Conde. Tribunal del condado, presidido por el conde, le asisten 7 escabinos (expertos que le aconsejan, no emiten sentencia). Se apela ante los missi domnici.  Los missi dominici que ejercen justicia en el territorio de su missaticum, revisan la justicia impartida por el conde y atienden las apelaciones sobre ella.  Tribunal real, “tribunal supremo”, para todo tipo de cuestiones y apelaciones de delitos de suma gravedad: deserción, traición… Presidido por el rey, y más frecuentemente por el conde de palacio. Las sentencias, normalmente multas de dinero, en concepto de composición, una parte se pagaba a los jueces (abusos) y otra parte, freda, al monarca (importante fuente de ingresos).  

3.7.- LOS DOMINIOS REALES Principal fuente de ingresos reales. Grandes propiedades agrícolas cuidadosamente explotadas y administradas (reflejada en el Capitular de Villis, de Carlomagno). Los carolingios buscaron el apoyo de sus súbditos distribuyendo tierras, al principio en usufructo y después en plena propiedad; la disminución de conquistas disminuyó el reparto. Este sistema cayó convirtiendo a los reyes en un propietario más. IV.- EL RENACIMIENTO CAROLINGIO Hubo un impulso cultural, refugiada en monasterios incentivada por el mundo clerical, los únicos que la ejercían. El ansia de saber lleva a buscar y copiar cuantos códices quedaban de la época clásica. La mayoría de sus bibliotecas no eran ricas en fondos (las que más entre 400-500 códices), en general de contenido religioso. La mayoría de obras que nos han llegado de la antigüedad son de esta época. Carlomagno dinamiza la cultura en sus dominios, en 789 promulga la capitular “Admonitio generalis” por la cual cada monasterio y catedral debe tener su escuela para enseñar los salmos, canto, gramática… Reforma el clero y la liturgia, sobre los decretos pontificios, unificando el culto y adoptando la liturgia romana (en lugar de la irlandesa, gaélica o visigótica). En música se inicia la polifonía y fijan las normas del contrapunto (vigentes hasta el s. XVIII); en escritura es aportación capital la letra minúscula carolina (“romana” de edición actual) que se inicia hacia 770, en monasterio de Corbie. Se crea a partir de una minúscula anglosajona, es clara, de letras redondas, casi sin abreviaturas, de fácil lectura. Reunió en su corte a italianos, españoles y anglosajones principalmente:  en Italia se enseñó gramática y hubo escuelas de sacerdotes, notarios y funcionarios de cancillería. De aquí era Paulo Diácono. Los mejores retóricos. Reserva del griego por su contacto bizantino.  de España procedían muchos integrantes de las cortes de Carlomagno y de hijo Ludovico. Destaca Teodulfo, después obispo de Orleáns.  de Inglaterra destaca Alcuino de Cork, principal impulsor de este renacimiento, gran consejero de Carlomagno, gran erudito y escritor, abad de S. Martín de Tours. Época de mayor esplendor llegó con Ludovico Pío y Carlos el Calvo donde las letras dejan de tener una exclusiva orientación religiosa y se incorporan nuevos personajes de la Galia y Germania. Los monasterios de Fulda, Corbié, San Gall, Reichenau y las principales escuelas catedralicias, son los viveros culturales principales. Destacaron Agobardo, Rábano Mauro, Juan Escoto, Hincmaro de Reims, en los cuales encontramos una mayor madurez y originalidad en sus obras. Arte “Carolingio”.  La arquitectura ganan peso, la cripta en las catedrales e iglesias importantes sirven para guardar las reliquias, se empieza a fijarse la tipología clásica de los monasterios con sus dependencias (obra más representativa es Capilla palatina de Aquisgrán inspirada en los

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monumentos de Rávena y el batipsterio de S. Juan de Letrán, Carlomagno hizo llevar capiteles y columnas desde Italia). En el arte decorativo se usan con profusión los mosaicos dorados (S. Germigny-des-Près) y los frescos (S. Germán de Auxerre). Artes menores y decoración de manuscritos se aprecia una mayor originalidad y grado de finura.

T. 8.- LA EXPANSIÓN DE LA “PERIFERIA” (SIGLOS VIII-X)

I.- CAUSAS DE LAS “SEGUNDAS INVASIONES” Desde el 843 (Tratado de Verdun) se produce en Europa, por dos causas: 1º. División del Imperio y posteriores luchas entre los reinos. Cesan las conquistas exteriores, disminuyendo los recursos, los bienes de la corona quedan muy mermados por las continuas donaciones reales. Las constantes alternancias de poder conlleva que la fidelidad de nobles y súbditos se ponga a prueba. 2º. La crisis del Imperio lleva a la incursión de pueblos ajenos hasta entonces, originando nuevos asentamientos. Se conocen como “segundas invasiones”. Estos dos elementos provocaran una transformación de la sociedad, el origen del régimen feudal y el nacimiento de nuevos poderes locales. 1.1.- LOS NORMANDOS (invasiones del norte) Los normandos (hombres del norte/vikingos) eran una rama de los pueblos escandinavos. Sus expediciones piratas no habían cesado nunca desde las primeras (s. IV), en s. IX generalmente fueron violentas (no todas) de forma continuada durante un siglo. Los daneses y noruegos se apoderan de Gran Bretaña e Irlanda, se asientan en N. de Francia y asaltan las costas de la P. Ibérica y Mediterráneo; mientras que los suecos recorren Rusia hasta alcanzar Constantinopla. Las causas de súbita expansión no están claros: el cambio climático en Escandinavia, exceso de población, por pillaje, aventura o el establecimiento de poderes fuertes que llevaron a los disidentes a la emigración. El equipo guerrero se componía de un casco de cuero y cota de cuero (los jefes de metal ambos), armas ofensivas tenían la espada larga de 2 filos, lanza y arco, armas defensivas tenían el escudo redondo de madera pintado de colores llamativos que colocaban a los flancos del drakar (protección contra el mar). Los ataques siempre a pie, a veces uso de caballería. Sus naves (drakkar) eran rápidas, estables y resistentes, entre 20-25 m. x 3-6 ancho, uso de la vela y el remo, con un solo mástil, quilla casi plana, de cuadernas lisas y superpuestas, podían remontar los ríos e incluso llevarlas a hombros, carecían de puente de mando, se cobijaban bajo una lona en cubierta entre 50-100 guerreros, proa rematada con la cabeza de un monstruo y en la popa se fija el timón. Ajustadas a estos cánones, tenían diversas naves según fueran de guerra, transporte… Ataques por sorpresa, en lugares de mucha concentración (fiestas, romerías…), pillaban a anglosajones y francos con ejércitos de improvisos, no ofrecían resistencias durante las primeras incursiones, luego daban paso a campañas metódicas con flotas de invasión (50-100 naves). 

a) Noruegos y daneses: Noruegos: en el 793 se produce el primer ataque a Gran Bretaña e Irlanda contra los monasterios, sus principales presas por sus objetos de oro y plata (primero el monasterio de Lindisfarne en Northumbria y después el monasterio de Jarrow). Empezaron por las islas del Norte de G. Bretaña, luego se extienden por las costas de Escocia e invaden Irlanda, saqueando y ocupando sus puertos (Dublín o Cork ) durante más de 10 años. El éxodo masivo de monjes celtas a Francia, Juan Escoto o Sedulio, llevaron consigo reliquias o manuscritos. Los irlandeses mantienen el centro de la isla hasta que en 1014, el rey irlandés Brian vence a una coalición de



noruegos y daneses en Clonfort, después, los invasores ya cristianizados, se funden con población irlandesa dedicándose al comercio. Daneses: Destinos principales fueron Francia y Gran Bretaña. Los ataques al Imperio fueron muy numerosos, lo que aceleró su descomposición. - 834: saquean el puerto de Duurstede. - 836: incendian Amberes. - 844: se presentan ante Gijón y La Coruña, rechazados por Ramiro I, se presentan en Lisboa, suben el Guadalquivir y saquean Sevilla. - Desde 859: recorren la costa del Mediterráneo Occidental, saquean Barcelona, Provenza y N. de Italia. - Desde 1016 se hacen con el principado de Aversa (enrolados como mercenarios lombardos), definitivo establecimiento en la región y nacimiento del futuro reino normando de Sicilia.

Los reyes carolingios optaron continuamente x comprar su retirada con tributos (danegeld). Ciudades y monasterios se amurallan y refuerzan, los normandos, sin medios de asalto eficaces, comienzan a perder interés en sus ataques, optan por establecerse de forma permanentemente en desembocaduras de ríos y costas. Carlos el Simple, por el Tratado de Saint-Claire-sur-Epte (911), consigue que el jefe normando Rollón acepte el bautismo, cediéndole la región origen del posterior Ducado de Normandía. En Gran Bretaña los ataques se intensifican desde 834, instalan una base en la desembocadura del Támesis e inician la conquista sistemática de los reinos de la Heptarquía, los cayendo uno tras otro, divididos y débiles. Sólo Wéssex, con su rey Alfredo el Grande, mantiene la independencia tras la paz de Wedmore (878). Los daneses logran conquistar casi 1/3 de la isla dando lugar al Danelaw. b) Suecos (o Varegos): su expansión es más comercial que guerrera (muy controvertida por los historiadores). A fin s. VIII, poseían factorías en los lagos Ladoga e Ílmen, su principal centro comercial en Novgorod, desde donde se extendieron. En el 860, Rúrik (Rodrigo, da nombre a Rusia, no aceptado etimológicamente por los historiadores rusos) fundará la primera dinastía de príncipes rusos (origen de los zares). Por el Volga y Dniéper llegaron al mar Caspio y al mar Negro, entrando en contacto con el califato abasí y el Imperio Bizantino. La fusión entre estos varegos y los eslavos de las tierras de paso dio lugar a la constitución de los primero estados rusos (mediados del IX). Primero se constituyeron en ciudades-estados de gobierno casi republicano con asamblea popular (vetché), pero las invasiones de pechenegos y húngaros les hicieron evolucionar rápidamente a formas más monásticas. Kiev fue el principado más importante, hacia 882, el príncipe Oleg de Novgorod se apoderó de Kiev y sienta la base del futuro estado ruso. Atacaron Constantinopla con su flota, desde el 860, logrando cada vez mejores acuerdos comerciales (ya tenían monopolizado el comercio desde el Báltico hasta la capital imperial). Fuentes sobre el estado de Kiev las encontramos en la “Crónica de Néstor” (monje de la ciudad de principio s. XII. Los varegos son llamados “rus”, origen de Rusia). 1.2.- HÚNGAROS O MAGIARES (invasiones del Este) Irrumpen en la Panonia tras hunos y mongoles. Originarios del Oeste del río Ural (ugrofineses), se extienden por el valle medio del Volga en s. VII-VIII y entran en contacto con tribus turcas. Tras el asentamiento en Hungría, sus objetivos eran riquezas y esclavos (equilibrar sus sociedad, entre aristócratas poseedores y agropecuarios), no buscaban la conquista de nuevas tierras. Para ello se valían de unos medios de combate basados en la montura a caballo (con arco, espada y lanza), gran movilidad y capacidad de sorpresa, evitaban el combate cuerpo a cuerpo, dominando la retirada simulada (causaron pavor, de ahí la palabra “ogro”). - 862: primeras incursiones en tierras germánicas. - 889: con el rey Aspad atraviesan Ucrania (emigran de los pechenegos) y se enrolan al servicio del emperador bizantino León VI en su lucha contra los búlgaros y el alemán Arnulfo contra Moravia. - 895: emigran hacia Occidente su se sitúan en la llanura de Panonia, junto al lago Balatón, que pasa a llamarse Hungría. No abandonan su vida nómada, formaban 7-8 tribus y lanzan numerosas algaradas contra los estados vecinos por rapiña y botín (no a las ciudades fortificadas). - Varias expediciones contra Bizancio (934,958,961). No les era primordial.

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899-955. Sus miras estaban en Occidente. Destruyen Moravia, expediciones contra tierras alemanas (Bavaria), contra Borgoña, alcanzan Italia (saquean Pavía y llegan a la Toscana y al valle del Ródano) y algunos alcanzan Cataluña.

Los pueblos atacados (los húngaros sabían su debilidad) practicaron sólo la guerra de tipo local e incluso los pactos (el Imperio Carolingio los tributaba y contrataba como mercenarios) hasta que los reyes sajones se impusieron, Enrique II venciéndoles por primera vez (933) y Otón I los destroza en la Batalla del Lechfeld (955) dando fin a las incursiones. La progresiva sedentarización, desde el 940, contribuyó al final de sus saqueos (tanto o más que las defensas germánicas), sirviendo como escudo antes las invasiones del Este que propiciaron el aumento de la población y colonización de todo el sudeste alemán. 1.3.- MUSULMANES O SARRACENOS (invasiones del sur) Invasiones del Norte de África (Túnez y Argelia) y al-Andalus. En el siglo IX surge un emirato con fuerza, el de los Aglabíes, el cual se lanza a la conquista de nuevas tierras, Sicilia y sur de Italia (bizantinas), que amenazaban el comercio musulmán en el Mediterráneo.  Sicilia: el 3º emir aglabí, Ziyadat Allah pone en marcha el plan a modo de guerra santa. Toma Mazzara, en Sicilia (827), los bizantinos oponen una gran resistencia hasta 902 que se conquista completamente.  Italia: comienza en el 838 con la caída de Brindisi, Tarento y Bari (841), en 846 hay en Ostia 80 naves, remontan el Tíber y saquean los suburbios de Roma (profanan S. Pedro y S. Pablo Extramuros) consiguiendo un gran botín destruyendo las tumbas de los santos. Tras lo que supuso para la cristiandad, Guido de Spoleto los logra expulsar de la Península, salvo de Bari y la desembocadura del Garellano. Bizantinos y lombardos los expulsan definitivamente el 951.  Malta (869) y poco después las Islas Baleares. Desde al-Andalus se avanza a sur de Francia. En el 842 remontan el Ródano y saquean Arlés, buscaban esclavos para al-Andalus y Norte de África, y botines de asalto a peregrinos y grandes monasterios. II.- LA FORMACIÓN DE LOS REINOS ESLAVOS. La emigración de los eslavos, durante el siglo V, partió de los Cárpatos ocupando los territorios abandonados por los germanos (en la Bohemia central, Praga, liderados por Cech, según leyendas de Procopio de Cesarea). Cuando los lombardos abandonan el centro continental para invadir Italia avanzan por el valle del Danubio. A primeros del s. VII llegan a la frontera de las coaliciones que formaban jutos, sajones, turingios y bávaros, ocupan la zona checa, mezclándose con los ávaros que estaban allí. Siendo extorsionados por éstos, los eslavos se rebelan, instigados por los hijos de parejas mixtas se revelan liderados por Samo, elegido jefe eslavo y reconocido por muchas tribus. Todavía paganos, en el 631 se enfrenta a los francos de Dagoberto I, desde los puntos fortificados recién erigidos (su capital se piensa que estaba en la Bohemia, llamada Vogastisburgo). Tras morir Samo y en los siglos siguientes, la población aumentó concentrándose en recintos fortificados de madera, se forman diversas confederaciones defensivas. Eran de religión tipo indoeuropea, con un panteón, muchos ritos y con un príncipe con poderes de comunicación con los dioses. En el 796 Carlomagno derrota al jan o kan de los ávaros, los misioneros se extienden hacia el Oriente y en el 805 Bohemia empieza a pagar un rescate (tributum) para evitar más ataques. Luis el Germánico amplía esta influencia y para el 830 los señores moravos empiezan a bautizarse. En el 845 unos 14 duques checos acuden a Ratisbona a bautizarse, se forman poderes bajo el patrocinio ora franco ora bizantino. 2.1.- CROACIA:

En los Balcanes la consolidación política de diversos grupos eslavos fue lenta. Los croatas, entre la Panonia y la Ilirio-Dalmacia alcanzan su madurez política con Liudovit hacia 818, tras librarse de la dominación ávara. Acacados por Ludovico Pío:  los situados en Panonia se acogieron al protectorado búlgaro.  los de Iliria y Dalmacia, ya cristianos bajo la tutela del ducado de Baviera se liberan de ella (876) y forman una nueva entidad con centro en Nin. Tomislao I es coronado por el Papa Juan X (925). Venecianos y búlgaros desgastarán la independencia croata durante el s. X desde la costa dalmática y sus puertos. 2.2.- LA GRAN MORAVIA: En la zona danubiana y borde SE del I. Carolingio se produjo la sedentarización progresiva de los eslavos, liberados de la presión ávara hacia el 700. Los eslovenos quedaron sujetos a la protección de los bávaros y después a la de carolingios, se evangelizan desde las sedes de Salzburgo y Aquilea. Su asimilación a la Gran Moravia se consumó tras vencer los francos a los ávaros (822). En un primer momento tanto bohemios como moravos reconocieron la supremacía franca. Los Bohemios siguieron organizados en tribus (la principal la de los checos) bajo el mando de duques. De la federación de tribus nació el estado Moravo (x. IX) aunque los jefes tribales seguían ostentando el poder. Los moravos se organizaron al estilo franco, enviaron representantes a la corte. Se unieron en torno a Mojmir I (830-840), consiguiendo su unidad política, se funda la primera “dinastía” morava, cristianizados mantuvieron relaciones diplomáticas con el I. franco y con él se puede considerar que nace la Gran Moravia (para diferenciarse de la Moravia serbia a fin a Bizancio). Su expansión por la vecina Eslovaquia le hace llegar al valle del Danubio, Moravia, Bohemia y Silesia, configurando así su Imperio. Su sobrino Ratislav le sucede con el apoyo de Luis el Germánico, pero hacia 855 se libera de la sujeción a los carolingios buscando su autonomía; el cristianismo estaba extendido en sus tierras, pero para refrendarse solicita del emperador Miguel III el envío de sacerdotes ortodoxos, destacando Constantino-Cirilo y Metodio (863-867), dos hermanos griegos creadores del alfabeto glagolítico para escribir el eslavo y traducir los Evangelios (origen del cirílico: antecesor de los modernos alfabetos ruso, búlgaro y serbio). Su labor misionera fue obstaculizada por el clero bávaro, aun así Roma la protegerá durante algún tiempo, los papas reconocerán la liturgia eslava y crearán la provincia donde Metodio será obispo y legado. La misión no tendrá un éxito duradero, tras morir los dos misioneros sus discípulos son expulsados y la liturgia eslava es condenada por Roma. En el s. XI ya no existe. A finales del s. XI con Svatopluk Moravia alcanza su apogeo. Engloba Eslovaquia, Bohemia y Panonia (por cesión en beneficio de Carlos el Gordo). Moravos y checos se unen para derrotar definitivamente a los francos y conseguir la paz a cambio de tributo. La Gran Moravia desaparece al morir Svatopluk (894), la Panonia vuelve a dominio franco y la Bohemia reconoce el poder de Arnulfo, rey de Francia oriental y Moravia sufre ataques bávaros y checos, desaparece definitivamente con la invasión húngara (906). El papel de las estructuras eclesiásticas fue fundamental, las labores de gobierno y diplomáticas del nuevo reino se asignan en principio al clero latino procedente del I. Franco, más habituado. Al introducirse misiones ortodoxas hubo un fraccionamiento del clero, los papas median en los conflicto pero aseguran la presencia de sus obispos en las sedes importantes, se crean disputas entre partidarios de la liturgia eslava y de la generalización de la latina. Las comunidades aldeanas (obscina) con actividad agrícola y ganadera, cerámica, artesanía y utilización de instrumentación de hierro. El régimen de familias amplias se sustituyó por otro de tribus, al frente tenían aristócratas guerreros rodeados de clientelas militares (druzina). Estos se hacían con el excedente campesino y crearon núcleos fortificados (gorod). Comercio exterior boyante, exportan esclavos, pieles o cera e importan armas francas y objetos de lujo de Bizancio. En s. IX se añade la gran ruta Ratisbona-Kiev y el dominio de salinas de Cracovia. Gran variedad arquitectónica y artística: palacios, fuertes, templos, orfebrería y castillos (Praga). 2.3.- POLONIA: Entre el s. VIII y IX la organización social de los polacos se basa en comunidades rurales integradas por diversas familias. Cada grupo (opols) de comunidades componen un distrito territorial. En muchos hay puntos fortificados y núcleos preurbanos donde viven los aristócratas, sus druzinas y algunos

propietarios rurales notables. Ya en el s.X, por las buenas relaciones comerciales con Oriente, Occidente y Escandinavia se creará riqueza, añadiendo suburbios de artesanos. Los núcleos más importantes Cracovia, Wroclaw, Poznan y Gniezno. Las iniciativas de concentración política surgen en la Pequeña Polonia de los vislanos, en torno a Cracovia. Tras el sometimiento a Moravia, la parte occidental pasa a poder de los duques Premíslidas de Bohemia. La expansión de la Gran Polonia, obra de los “polanos”, es algo más tardía durante la primera mitad del s. X a partir de Gniezno, se incorporó además de la Gran Polonia, Cujavia, Mazovia, Sandomir y tierras de lo que después se llamó Galitzia. Estas serán las bases de partida de Mezco I. III.- LOS PRINCIPADOS MIXTOS: RUSIA Y BULGARIA 3.1.- LA RUSIA DE NOVGOROD: SIMBIOSIS ENTRE ESLAVOS Y VAREGOS  Eslavos: Desde s. VII las tribus eslavas procedentes del Vístula y Polonia se instalan en los valles del Volga y Dniéper y afluentes, en la estepa hasta orillas del Mar Negro. Son llamados vénetos o vendos por los bizantinos. Introducen el trigo y la ganadería, explotan los bosques y la pesca en lagos y ríos. Viven en casas de madera, sin chimenea, situadas en alto. Eran paganos, rendían culto a las fuerzas naturaleza y ancestros con templos a cielo abierto (de influencia germánica e irania), con santuarios alveolares para los dioses de la tribu; en el centro el dios común con una llama eterna. Limitados al norte con los fineses, al sur con los polanos y jázaros.  Varegos: Sobre este estrato, se extienden los suecos/varegos, desde s. VIII en el eje Ladoga-Volga (controlan las monedas de plata del comercio con el islam). Sus comerciantes empleaban la “ruta de los varegos a los griegos”, desde el Báltico al lago Ladoga por el Voljov, por el Dniéper y al Mar Negro hasta Constantinopla. Los enfrentamientos entre tribus eslavas provocaron la alianza de varegos y eslavos y la llegada al poder de Rúrik, fundador del principado que se instaló en Novgorod, de aquí envió a sus boyardos (élite militar) a Kiev. La unificación territorial se logra al conceder el gobierno de las ciudades a familiares o próximos al príncipe (druzina) para garantizar la paz. En el 860 los varegos sitian por primera vez Constantinopla (Miguel III y Focio). En el 882 Oleg elimina a los boyardos y gobierna en Kiev junto al hijo pequeño de Rúrik, Igor. En el 911 se firma un Tratado de paz y comercio con Bizancio cesando los ataques (se renovaría cada 30 años bajo presiones militares). 3.2.- BULGARIA, LA FUSIÓN DE ESLAVOS Y BÚLGAROS EN LOS BALCANES Nacimiento del primer reducto de poder búlgaro surge en el 626, emparentados con los hunos, junto con fuerzas ávaras sitia Constantinopla (Heraclio le concede al Jan Kubrat ser Patricio). Sería el jan Asparuc quien establezca sus tribus en el territorio eslavizado entre el Danubio y los Balcanes, constituyendo una minoría dirigente. Mediante el Tratado con Bizancio (681), Constantino IV reconoce su autoridad en la antigua provincia de Mesia (capital en Plisca), a cambio de tributo. Por primera vez los autores bizantinos utilizan el nombre de Bulgaria como estado tapón con los demás bárbaros. El hijo de Asparuc, al ayudar a Justiniano II a recuperar el trono, recibió el título de César (705). Se nota una aculturación entre eslavos, búlgaros y bizantinos. Nicéforo I (bastante belicista) toma Plisca el 811, los búlgaros sitian Constantinopla (813), finalizando con una paz de 30 años. En ese periodo ayudaron a Miguel II contra Tomás el Eslavo, los cuales eran reductos insurgentes. El jan Boris I (852) (luego Miguel I cuando se cristianiza) dirige su mirada hacia el Imperio franco, Bizancio lo ahoga militarmente, le lleva a bautizarse, siendo su padrino el Emperador bizantino Miguel III (865) y en contra de sus boyardos (elite militar búlgara politeísta hostiles a Bizancio y a los eslavos). Busca que la Iglesia búlgara sea independiente de la bizantina y del Imperio, por lo cual solicita del papa Nicolás I consejo, éste ve bien la creación de un arzobispado en Bulgaria para aumentar su presencia en la zona del Ilírico y la Tracia, Bizancio reacciona aceptando crear un arzobispado y 10 obispados en el 870, que aunque con cierta autonomía, reconocían el poder del patriarca. La alfabetización es llevada a cabo por misioneros bizantinos expulsados de Moravia. Miguel I se hace monje y se retira a un monasterio creado por él. Su hijo Vladimir, a fin a los boyardos, se enfrenta al clero y denuncia la alianza con los francos, por lo que Miguel I abandona el monasterio y ciega y encarcela a su hijo, proclama zar a su segundo hijo Simeón, criado en Constantinopla, traslada la capital a Prelav. El griego sustituirá al eslavo como lengua oficial y la escritura cirílica a la glagolítica.

3.3.- LOS JÁZAROS, AL LÍMITE DEL IMPERIO Pueblo de origen turco, establecido el s. VII entre el Volga y el Don (al otro lado de Bulgaria expandiéndose al Oeste). El matrimonio de Justiniano II con una hija de un jan les valió su instalación definitiva, con un sistema de tributos a tribus y rutas comerciales formaron un estado estable, durante tres siglos, entre el Cáucaso, el Don y el Ural. Durante el s. VII aliados de Bizancio frente a musulmanes como jinetes mercenarios. Los judíos, asentados entre ellos hacia 740, los convertirán al judaísmo, la clase dirigente ya a mediados del s. IX será el único pueblo convertido al judaísmo. Logran así su independencia frente a poderes cristianos y musulmanes. Destacaron en el comercio de pieles y esclavos. Su mayor amenaza serán los rusos de Kiev. IV.- LA CRISTIANDAD FRENTE AL ISLAM EN LA PENÍNSULA IBÉRICA Tras derrota visigoda en Guadalete (711) los musulmanes ocupan toda la Península. Eran pocos, se concentran en algunas plazas militares y ciudades desde donde dirigen, el resto se mantiene bajo la autoridad visigoda, conservando leyes, religión costumbres a cambio de tributo por medio de pactos o Capitulaciones (713 Teodomiro en Murcia y Alicante). Ante incumplimiento una pequeña represalia militar era suficiente. En pocos años la zona norte y amplios espacios del valle del Duero quedaron libres. Allí puede iniciarse la resistencia frente a los invasores. En la zona asturiana se refugia parte de la nobleza visigoda y restos del ejército derrotado, que pronto se extienden por Galicia y Cantabria; Oviedo será la capital del naciente reino asturiano, donde deben soportar las continuas aceifas musulmanas (expediciones militares) por la zona, los monarcas asturianos se limitan a tener influencia tras las montañas sin salir. En Pirineo se organizan una serie de condados al amparo del reino franco. Esta Marca Hispánica formada por Ribagorza, Pallars, Ampurias, Rosellón, Urgel, Cerdaña, Ausona y después Barcelona; seguirán una evolución similar a la del resto de condados francos. Estos condados se harán hereditarios, ampliando sus territorios anexionando condados y tímidamente a costa de los musulmanes. El primero fue Wilfredo el Velloso, con autonomía pero reconociendo el mandato franco. En los valles de Huesca se afianza una dinastía de condes autóctonos (Aznar Galíndez) y en Pamplona se crea un pequeño reino (824 Iñigo Arista), primero al amparo de los Banu Qasi de Tudela y después de los reyes asturianos. Las continuas crisis del emirato Cordobés en s. IX causan los levantamientos de los muladíes (musulmanes de origen hispano) en Badajoz, Toledo, Mérida, Zaragoza y Toledo facilitan el avance paulatino de los cristianos del norte, que repueblan los territorios desérticos entre las montañas y el valle del Duero. Ordoño I, repuebla León (856), Astorga, Tuy y Amaya (Burgos) y Alfonso III, su hijo, alcanza y fortifica la línea del Duero (893 Zamora principal defensa). Los nobles y monasterios de Galicia, Asturias y Cantabria, con sus siervos son el elemento repoblador por excelencia. También destacan los mozárabes, que se trasladan a las zonas reconquistadas de León y Zamora junto a sus monjes, aportan un arte distinto al astur y muchos manuscritos. La repoblación también se dio en los condados pirenaicos, pero mucha menos intensidad.

T. 9.- BIZANCIO BAJO LA DINASTÍA MACEDÓNICA (867-1080)

I.- EL GOBIERNO DE LA DINASTÍA MACEDÓNICA 1.- LOS GRANDES EMPERADORES: DE BASILIO I A CONSTANTINO VII PORFIROGÉNETA Dinastía más brillante desde el 867-1067. Basilio I (867-886): Ambicioso, sin escrúpulos, asesinó a Miguel III, con quien compartía amante y esposa, las fuentes son el “Vita Basilii” de su nieto Constantino VII (apologética de la dinastía, poco fiable). Situación político-militar en Oriente tranquila, en Occidente el control griego se escapa, montó campañas marítimas en Sicilia, de poco éxito y en la costa dálmata donde consolida su poder en la zona.

En un intento de alianza con el carolingio Luis II para hacer frente común contra avances islámicos en Italia, roto tras la conquista unilateral de Bari por Luis II (con León IV los musulmanes la invadirían, quedando solo la zona oriental). Problemas con la secta herética de los paulicianos, herejes dualistas, con ideas poco conocidas en torno a la firme creencia entre la lucha del bien y el mal, rechazaron a la jerarquía eclesiástica y la virginidad de María. Este movimiento fue fuerte en Asia Menor desde s. VII por el apoyo de los emperadores iconoclastas primero y el apoyo de los árabes, después. Durante Miguel III adquieren un tinte militar y violento muy radical, lo cual hizo que Focio intentará convencer a su líder. Basilio los derrota definitivamente, destruye su capital la ciudadela de Tefriké y a su líder. N-o consigue extinguir a sus partidarios que a finales del s. X se trasladan a Tracia. León VI (886-912): hijo del anterior, tiene como coemperador a su hermano Alejandro. Tuvo sucesivos matrimonios con 4 mujeres (número prohibido por la Iglesia Oriental), que provocó problemas sucesorios al querer legitimar a su hijo Constantino y nombrarlo heredero. El patriarca Nicolás el Místico (heredero de Focio) le prohíbe la entrada en Santa Sofía, León VI lo depone y nombra patriarca a Eutimio, más controlable. El emperador recurre al Papa Sergio III, el cual legitima a Constantino VII en el 912, le sucede aun siendo niño. EXTERIOR. Los musulmanes asaltan Tesalónica con la flota del renegado León de Trípoli (904). En la frontera, Simeón I, hijo de Boris I, de Bulgaria presiona, se enfrenta a los magiares (controlo bizantino) y son derrotados y empujados hacia Occidente, que sufrirá sus constantes campañas, arrasando Moravia hasta ser derrotados por Otón I en la Batalla de Lechfeld (955). 1.2.- INSTITUCIONES POLÍTICAS Y LA CODIFICACIÓN DEL DERECHO Basilio I y sucesores impulsan fuertemente la ideología imperial, una actitud dura y autoritaria respecto a la Iglesia ortodoxa y una labor legislativa de gran magnitud. Su primera medida fue respecto a Focio, depuesto por su exceso de poder e independencia y su acercamiento a Roma buscando su favor; tras morir el patriarca Ignacio es repuesto y ocupa por segunda vez el patriarcado (menos relacionado con Roma, cisma). El emperador León VI, su discípulo, lo depone de nuevo en el 886, pero su mano se deja sentir en algún texto jurídico como la “Epanagogé”, introducción a la gran obra legislativa publicada bajo León VI. Intenta definir la actuación imperial y patriarcal en términos de mutuo respeto y no de sometimiento (más romano que bizantino). Con León VI se culmina la obra jurídico-legislativa anterior; promulga las Basílicas o derecho imperial y con sus casi 120 Novellas o leyes propias abordan todos los aspectos, desde la administración militar hasta la territorial, el sistema themático y la estructura del poder imperial. 1.3.- EL GOBIERNO DE LOS COEMPERADORES Constantino VII Porfirogéneta (912-959): hasta el año 913 reinó junto a su tío Alejandro, significó un reinado de suma importancia en el Imperio Bizantino. La situación exterior mejoró, se pasa de la defensa a la ofensiva hacia Oriente. Problemas internos graves por creciente peso de la aristocracia militar surgida en los themas que arrincona a la pequeña y mediana propiedad campesina (base social, militar y tributaria del imperio). Las leyes agrarias de este periodo dan cuenta de su gravedad, apoyan al pequeño propietario, los cuales alguno de ellos llegan incluso a compartir el poder imperial con los propios Porfirogénetas como emperadores asociados (ej. Romano Lecapeno, llegó a ser emperador principal). Problemas que hereda, su dudosa legitimidad, nacido del cuarto matrimonio de León VI (prohibido por la iglesia ortodoxa); la presión búlgara es máxima, Simeón de Bulgaria pretende compartir el poder en Constantinopla y Nicolás el Místico, repuesto patriarca y regente tras morir León, acepta. La madre de Constantino depone a Nicolás y cambia de regente. En el 919 se produce el golpe de Estado de Romano. Romano Lecapeno (919-949): hijo de campesinos armenios, da un golpe de Estado (919), no depone a Constantino, se emparenta con él y le usurpa el poder lentamente. La situación militar cambia a mejor, se entrevista con Simeón de Bulgaria (924) consiguiendo la retirada definitiva de los búlgaros y sus ataques. Pedro, hijo de Simeón, se casa con María, nieta de Romano, sellando la paz (927). Provoca: 1. Bizancio entra en contacto con otros pueblos, de los que Bulgaria actuaba como tapón: los pechenegos, turcos muy temidos; los húngaros, que basculaban hacia Occidente, aún no

peligrosos); los rusos, gran contacto por su importante papel como intermediarios en el rico comercio del norte, desde sus factorías de Novgorod o Kiev intentaron asaltar Constantinopla, provocando la firma de un tratado entre Igor y Romano (945), Bizancio influirá muchísimo (sobretodo ideológicamente) en ellos. 2. Bizancio se dirige contra los árabes tras varios siglos defendiéndose. Juan Curcuas, gran militar armenio amigo de Romano, elimina los últimos focos musulmanes en Armenia, conquista Melitene (934) y toma Níbisis (en Mesopotamia), respeta Edesa y obtiene a cambio la reliquia del mandilion o Santa Faz (sudario de la cara de Cristo de Edesa) que provocó una gran veneración popular y permaneció en la capital hasta la Cuarta Cruzada. Los hijos de Romano deponen a Juan, recelosos de su autoridad militar. De las tropas de Juan se escribió “Diógenes Ákrita”, sobre los “akritai”, soldados fronterizos que vivían al margen de la ley. Primer emperador que legisla contra la concentración de la propiedad agraria, que amenazaba a la aldea campesina, base del sistema económico y fiscal. Romano cae el 944 por una intriga de sus propios hijos y coemperadores (Esteban y Constantino, temerosos a perder su poder a la muerte de su padre por manos de Constantino VII). El pueblo salva el trono al Porfirogéneta Constantino VII, se reparten los tres el poder hasta que destierran a los otros dos junto a Romano (a las Islas del Príncipe) en 945. Los años de gobierno en solitario del débil y culto Constantino VII fueron una continuación de la política anterior. Los Lecapenos dan paso a otros linajes nobles como eran los Skleroi, los Argíroi y sobretodo los Focas. Se continúa con la legislación contraria a la gran propiedad. El emperador, gran intelectual, considerado escritor importante del s. X de títulos latinos (excepto la más importante Antapodosis). El prestigio imperial se refuerza con embajadas a Abderramán III de Córdoba y a la de Otón I, a los cuales regalaban manuscritos. Romano II (959-963): hijo y heredero de Constantino VII, los Focas monopolizan el poder político debido al Gran Doméstico Nicéforo Focas que continúa la ofensiva militar contra Creta (961), clave en el control militar y comercial del Mediterráneo; la conquista de Cilicia y su capital, Tarso; y la isla de Chipre (ya muerto prematuramente Romano II). Nicéforo II Focas (963- 969) compartido con Basilio II: se casa con la viuda, gobernando “en nombre” de los hijos de Romano II, Basilio y Constantino. Conquista Antioquia (el vuelve a la Capital donde muere por una intriga de su mujer, colocando al armenio Juan Tzimiscés) y el impulso prosigue en el norte sirio convierte Alepo en ciudad-estado dependiente de Constantinopla. Durante su gobierno, Luitprando de Cremona acude a Bizancio para negociar el reconocimiento de Otón I por la corte imperial bizantina y el posible casamiento del heredero alemán Otón II, con una princesa bizantina. Fue gran protector de los monasterios del monte Athos, brillantes por la labor de S. Atanasio (fundador del monasterio de la Gran Laura, donde impuso las “lauras” al estilo egipcio, en contra de lo que se hacía en Roma o Bizancio). Juan I Tzimicés (969-976) compartido con Basilio II: su gobierno compartido continúa la ofensiva griega en Oriente donde consolida las conquistas anteriores, realiza incursiones importantes en Siria y Palestina; consolida las fronteras europeas tras victorias sobre los rusos de Sviatoslav (se había apoderado de parte de Bulgaria) y muere prematuramente el 976. Se frustra la continuación de las conquistas, el Imperio sufre en unos años enfrentamientos civiles que acaban al tomar el poder Basilio II. Basilio II “mata búlgaros” (976-1025): primogénito de Romano II. Con él el Imperio alcanza su momento más brillante (reconocido como la mayor autoridad del mundo civilizado). La dinastía Porfirogéneta recupera su prestigio, tras los coemperadores. Los primeros años de reinado surgen rebeliones constantes de las grandes familias contra el poder imperial (Bardas Skleros y Bardas Focas, sobrino de Nicéforo). La gran victoria de Abydos (989) supone el fin de las turbulencias y permite estrechar los lazos con los rusos gracias al matrimonio de Vladimir de Kiev con Ana, hermana de Basilio II. Hace el último intento por poner coto al creciente poder de estas familias militares orientales, para ello impone el “allélengyon” (impuesto basado en el principio de la solidaridad fiscal dentro de la comunidad campesina que se aliviaba en la tributación). Su aplicación a los poderosos le creó una gran oposición. En el exterior el Imperio Búlgaro es definitivamente aniquilado tras una lucha tenaz y despiadada, con alternativas diferentes, hasta la victoria total el 1014, siendo el rey búlgaro Samuel. Bulgaria pasa a ser thema bizantina con gran autonomía hasta 1185 pasando a denominarse Mesia. En su

interior crecerán los movimientos disidentes como la herejía dualista bogomila, como resistencia a la iglesia ortodoxa. La implantación de la reforma fiscal y la pronoia (mayor presión sobre la población) provocaron una revuelta de un nieto de Samuel (1040) y el levantamiento aprovechando la derrota de Manzikert (1072). Basilio II morirá el año 1025 y tres años después su hermano Constantino VIII. 1.4.- LA DECADENCIA DE LOS MACEDÓNICOS: Tras morir Constantino VIII, los derechos recaen sobre sus 2 hijas: Zóe y Teodora, las cuales transmiten el imperio a 5 emperadores, 3 por matrimonio y 2 por adopción hasta el final de la dinastía el 1056. Se inicia un periodo de crisis por: 1. Tensiones entre la aristocracia (relatada en la “Chronografia de Psellos”, no se sabe si reales). Por un lado desde la corte en la capital, con una fuerte burocratización de la administración civil, cierto círculos intelectuales y la poderosa iglesia patriarcal (familia Ducas). Por otro lado propietarios de las fronteras orientales, aristocracia-militar asentada en themas, que ven peligrar los recursos procedente de la capital, destinados a los gastos administrativos (familia Comnemo). 2. el Cisma del 1054, entre un Imperio bizantino con excesiva seguridad en sí mismo (no se correspondía con el estado del Imperio) y una jerarquía romana reforzada en su autoridad y prestigio por la Reforma Gregoriana. 3. Metidos en Anatolia, Bizancio no quiso negociar con el sultán, viendo la conquista próxima. La derrota de Manzikert (1072) frente a los turcos de Alp Arslan. Se enfrentaron en campo abierto, el ejército imperial era numeroso y dirigido por enemigos políticos del emperador, lo que llevó a muchas deserciones (Andrónico Ducas y sus tropas), turcos griegos cambian de bando y que unido a la caballería y arqueros turcos convirtió la contienda en un fracaso. Romano IV fue abandonado y capturado, mientras negociaba su liberación sufrió un golpe de Estado en Constantinopla por el hijo de Constantino X, Miguel VII Ducas (1071-1078). Tras ser libre, es capturado de nuevo por Juan Ducas (padre de Andrónico) que lo ciega dando vía libre a Miguel. El sultán, libre de los compromisos, conquistó toda Asia Menor. A esto se le unió, que el mismo año de 1071 los mercenarios liberados por Roberto Guiscardo, bajo protección papal (postura ambigua) le arrebatan a Bizancio el sur de Italia con vistas a la costa adriática de los Balcanes y que los turcos tomaban posición en la frontera del Danubio. El nuevo emperador no daba solución al problema militar ni económico (le llamaban “Parapinakes”, “el menos de un cuarto”). Desbordado por la situación política y económica, el Rey abdica y se hace monje. En 1081 Alejo Comneno se hace con el trono, bien visto por la aristocracia militar y emparentado con una Ducas, unifica las dos facciones. II.- ADMINISTRACIÓN Y ECONOMÍA: LA REFORMA DE LOS THEMAS Basilio I intentó reducir las disidencias culturales y étnicas del imperio. Planificó la asimilación, helenización y cristianización de los eslavos de Macedonia y Grecia. Una vez controlado el Tauro (Tarso, sur de Turquía, Puertas Cilicias). Sus “Basílicas” ofrecen un repertorio de derecho clásico, y el emperador León VI en su “Táctica” presenta al emperador como responsable de la paz, y por ello obligado a hacer la guerra, se considera autorizado a inmiscuirse en temas eclesiásticos. El emperador está rodeado de los grandes, sobre todo jefes militares y su parientes, por un círculo de allegados: consejeros, favoritos, eunucos y monjes. El palacio sigue siendo el centro administrativo y de grandes ceremonias (tienen maestros de ceremonia). Funciona como un tribunal supremo de apelación y su jurisdicción directa para determinados monasterios, oficina fiscal donde se redactan documentos de exención o donación. Los documentos de la cancillería imperial desde el s. IX van con sello de oro y letras de tinta roja. Constantinopla tiende a concentrarse dentro de las murallas de Constantino y Teodosio, el espacio intermedio queda para los grandes monasterios y cisternas. En el interior la densidad de población aumentó, tenían casas de madera y 2 plantas (en una inquilinos), el Gran Palacio como conjunto central, los extranjeros tenían lugares asignados (barrio de S. Marcos) y desde s. X una mezquita en la ciudad. El imperio themático fue evolucionando y reformándose, descentralizando el poder y manteniendo un aparato fiscal fuerte y centralizado que lo conexiona. La sustitución de provincias por

themas y su posterior fraccionamiento alteró la administración central de Constantinopla, desapareció el prefecto a favor de los logothetas (ministros o secretarios de estado). Los strategos concentran el poder militar y civil de los themas, dando lugar a la nobleza militar themática. En la frontera musulmana, los grandes señores armenios ceden al emperador principados ya formados, convirtiéndose en sus strategos; los themas defensivos fronterizos son más pequeños frente a los grandes centrales, fortalezas con un stratego y su guarnición. En el Mediterráneo sigue ocupando desde Sicilia a la Abulia y Calabria, así como las islas griegas (alternadas con el dominio sarraceno). A mediados del s. X se menciona el thema de Sicilia y otro stratego en Calabria, las victorias de Basilio I ponen las bases del thema de Longobardía (superpuesto al poder lombardo). Aunque el dominio de Italia no controla el tráfico y la seguridad marítima, Bizancio posee una fuerte armada, a cuyo frente está el drongario como jefe supremo (oficina del mar) y se fortifican los principales puertos como Tesalónica y Atalia. En s. XI se aprecia la ruptura del sistema themático recién creado el thema de Bulgaria por Basilio II. Se extiende otra denominación: catepanato o doukatos (por el ducado occidental), muchos themas cambian a este tipo de demarcación, al no conservar acantonadas tropas campesinas ni la organización fiscal anterior. En Manzikert (1071), Romano Diógenes no pudo realizar la leva de las tropas de los themas, recurrió a los tágmata y contrató mercenarios, de ahí la derrota. Parece que las ciudades vuelven a recuperar su importancia, Corinto, Atenas, Sardes, Antioquia o Éfeso aumentan su actividad artesanal, monedas de intercambio con los árabes o se re-fortifican su núcleos. Las funciones administrativas se mantienen en los themas, en el obispo, o en las casas de aduanas en vez de en la antigua curia. En puertos como Querson, Tesalónica y Trebisonda la actividad ppal. Es el comercio marítimo, canalizado a través de unas oficinas que dependían de la oficina del mar de la capital, a cargo del drongarios. III.- LA EXPANSIÓN BIZANTINA Y LA GRAN PROPIEDAD AGRARIA: EL DEBATE DEL “FEUDALISMO BIZANTINO” Este periodo coincide con una coyuntura económica favorable y un crecimiento demográfico. El “Libro del Eparca” (heredero del antiguo prefecto, encargado de la organización económica de la ciudad (no de todo el Imperio) contiene la normativa de precios, salarios, reglamentaciones de gremios y corporaciones de la ciudad (manifiesta la vitalidad del artesanado y del comercio de Constantinopla). La estabilidad monetaria se mantuvo durante toda la dinastía. El sistema económico estaba muy regularizado por un Estado intervencionista y planificador, pero a la vez se desarrolla un proceso de “feudalización” muy debatido en comparación con el de Occidente. Historiadores rusos (Vassiliev, Ostrogorsky) son partidarios de que Bizancio poseía una serie de rasgos no muy bien definidos. Hay una relación entre ascenso feudal y decadencia económica bizantina. Los británicos (Hendy, Harvey…) admiten la feudalización, pero postulan que aún bajo los Comneno y hasta el Imperio de Nicea se mantuvo la buena coyuntura económica aun perdiendo los territorios de Asia Menor. Los elementos feudales aparecen ya en la legislación de la época de Heraclio (s.VII), momento de intento de frenar el ascenso de la aristocracia militar de los themas más alejados. Las leyes macedónicas mantienen el mismo principio, evitar el crecimiento de la gran propiedad que perjudicaba a las aldeas campesinas, unidades de recaudación fiscal para la administración (columna vertebral del Imperio). Constantino V (s. VIII), ante la poca utilidad ofensiva de los soldados campesinos (si defensiva) crea los tágmata, unidades móviles bien entrenadas, los soldados campesinos en cambio van perdiendo sus tierras (pérdida de tropas defensivas). Sus tierras eran enajenadas o compradas por los grandes propietarios, los campesinos pasan a depender de ellos, surgiendo un “feudalismo” similar al Occidental (paroikía). Las propiedades agrarias pueden estudiarse por documentos de los archivos del Monte Athos, las leyes del s. X sobre desavenencias entre campesinos, el fisco y los propietarios y por el “Tratado de percepción fiscal”, hecho para facilitar la labor de los funcionarios que inspeccionan las aldeas. En este tratado se define la aldea como centro de vecinos agrupado, puede fraccionarse por las disputas, el aumento de los vecinos o la partición de una familia muy numerosa. Además de la vecindad, entre ellos tenían relaciones de parentesco. La aldea se hace responsable de las tierras abandonadas durante 30 años, puede hacer con ellas lo que quiera (alquilar, vender…). Un gran propietario puede estar presente en la comunidad de la aldea si posee una o más parcelas en ella. La explotación del gran dominio, normalmente con esclavos y asalariados.

Las hambrunas 927-928 precipitan la situación, los campesinos civiles también caen en esta dependencia, desaparecen progresivamente como contribuyentes del Estado al romperse la aldea como unidad fiscal. Romano Lecapeno dicta una ley estableciendo la preferencia de la aldea en la compra de una parcela, para que tributase al Estado toda junta. La supresión del allelengyion (sistema de solidaridad fiscal) fue otro triunfo más de los grandes propietarios. Además, los emperadores empiezan a ceder a particulares, a cambio de servicio militar, bienes eclesiásticos (monasterios) y bienes públicos, de forma similar a las donaciones feudales occidentales, pero revocables no hereditarias. Las conquistas militares de los nobles hacen aumentar sus dominios, se introducen en la administración del Estado generando una lucha contra los funcionarios civiles. La entronización de Alejo I Comneno supone el triunfo de la aristocracia militar. Otro tipo de feudalización fueron las inmunidades dadas a comunidades religiosas, al monasterio del Monte Athos Basilio I le concede inmunidad fiscal a sus territorios, exención a la obligación de dar paso a los ganados y con Romano I se le conceden rentas de monasterios imperiales. Lo hacen para la remisión espiritual (como en Occidente). Los monjes aprovechan la entrada de población eslava para trabajar sus campos. IV.- EL CISMA DE ORIENTE EN ÉPOCA DE MIGUEL CERULARIO Viene desde el s. VI con la disputa iconoclasta. Será durante los s. IX-X cuando el Cisma alcance su máximo apogeo. Definitivo a partir del 1054. Causas: 1- Políticas: ingerencia en los asuntos de la iglesia de los emperadores bizantino y germánico; y la instalación de los Estados Pontificios en territorio antes bizantino. 2- Religiosas: disputa sobre la primacía de la iglesia entre el Papa y el Patriarca. El terreno de juego fue Bulgaria, cuando Miguel I (Boris I) solicita misiones romanas, en detrimento de las ortodoxas (era su zona de influencia). Hasta el Cisma el Papa de Roma solía inmiscuirse en los asuntos bizantinos, apoyando a los disidentes. 3- Doctrinales: la cuestión de la naturaleza divina de Cristo y del Filioque (no aceptada por la iglesia ortodoxa), el matrimonio de los sacerdotes (celibato, anatema en Roma), la utilización de liturgias diferentes en lenguas distintas. Evolución: Tras el Primer Cisma de Focio, Basilio I llega al trono. El patriarca Focio es represaliado, excomulgado y desterrado. Es repuesto Ignacio (favorable a Roma excepto en la ortodoxia búlgara). Tras su muerte en el 877, Focio es nuevamente repuesto. Los obispos orientales proclaman la supremacía de Constantinopla y rechazan el Filioque en el Credo. En su Epanagogé (879) Focio define la figura del Emperador (bienestar del imperio, defensor de la ortodoxia del dogma, intérprete y defensor de las leyes) y del Patriarca (único interprete de los cánones y concilios). Los sucesores de Focio (tras su final deposición encerrado en un monasterio) mantienen una actitud de distancia hacia Roma. En 1043 llega al patriarcado el ambicioso noble Miguel Cerulario, comienza oponiéndose al acuerdo Roma-Bizancio para frenar a los Normandos en el Sur de Italia. Encargó un tratado en el que se acusa a los latinos de ignorar las tradiciones apostólicas: pan ácimo en la Eucaristía (ayuno sábado), consumo de carnes prohibidas, celibato, dejar el Aleluya en Cuaresma, insiste en el tema del Filioque, obliga a los monjes latinos a seguir el rito griego y como se niegan los anatematizó y cerró sus iglesias. El papa León IX, se afirma en la supremacía de S. Pedro y en la legalidad de los usos romanos, le envía a negociar con el Patriarca y el Emperador tres emisarios (entre ellos Humberto de Silva Cándida, radical de la primacía romana y de la Reforma Gregoriana), no da resultado. En abril 1054, los emisarios depositan una bula papal (cargada de intransigencias y anatemas) en el altar de Santa Sofía donde se excomulga a Cerulario, salen de la Basílica, se sacuden el polvo de los zapatos y ante la gente exclaman “Dios es testigo, que Él nos juzgue”. Cerulario quema la bula, responde con un Edicto Sinodal reiterando sus anatemas sobre Roma y haciendo participe a toda la Iglesia de Oriente de lo sucedido. Hay un intento de mediación del patriarca de Antioquia, que no sirve de nada. Un sínodo de obispos de Constantinopla pronuncia el anatema contra el Papa, que ya había muerto. En Bizancio no parece que haya pasado nada y en Roma intentaron reconducir el asunto (no hablaban de cisma), el resto de zonas (Sur de Italia, Rusia o Hungría) tuvieron una convivencia normal.

El cisma hay que interpretarlo desde la visión ortodoxa. El Patriarcado era la principal fuente teológica de la cristiandad, les era difícil aceptar la primacía romana. Los enviados romanos eran defensores de la Reforma Gregoriana, en auge. Miguel Cerulario aún intentó restaurar las relaciones con Roma, ofrece al papa Esteban IX la reconciliación a cambio del reconocimiento mutuo de sus ámbitos de autoridad, la latina occidental para el Papa y la griega para el emperador. Las presiones en Roma son fuertes y el Papa no acepta. Por último las relaciones entre Emperador y Patriarca deterioradas tras la Epanagogé, donde Miguel hizo fuerte su autoridad. V.- EL “PRIMER HUMANISMO” BIZANTINO Se desarrolla durante los s. XI-XII durante la dinastía macedónica, se puede hablar de una potenciación de la Iglesia ortodoxa y su jerarquía, manifestada en sus belicosos y cultos patriarcas enfrentados con Roma. El monacato fue un protagonista principal, nutría las filas del episcopado (ya que los obispos debían ser célibes). Principales figuras de este Humanismo: - Focio, enciclopedista. - Miguel Psellos: auspicia un renacimiento del neoplatonismo cristiano con concesiones artísticas al clásico pagano y las letras clásicas. - Constantino VII: autor de obras latinas que quieren ser clásicas como:  De cerimoniiis aulae bizantinae: compendio de protocolo y ritual cortesano.  De thematibus, o libro de los themas.  De aministrando imperio: consejos sobre la vida política para su hijo.  Vita Basilio: biografía de su abuelo Basilio I.  Fue mecenas de varias empresas enciclopedistas de su taller de copia y biblioteca: compila repertorios de textos antiguos sobre las labores de la tierra, embajadas, las emboscadas…

T. 10.- LA EUROPA DEL MILENIO. LA RESTAURACIÓN IMPERIAL Y LA FORMACIÓN DE NUEVAS MONARQUÍAS.

I.- CARACTERÍSTICAS DEL PERIODO: Las segundas invasiones sobre Europa tuvieron numerosas consecuencias: numerosas pérdidas humanas, daños irreparables en el débil sistema económico, la sensación de impotencia e inferioridad. La más importante fue las transformaciones de las monarquías. El ejército carolingio era lento de reclutar y más de desplazar. Estaba preparado para choques planeados y en regiones ya determinadas, tras el enfrentamiento regresaba a sus bases y se disolvía. Los nuevos invasores atacaban de forma inesperada, fugaz y fulminante en lugares sin fortificaciones. Eran impotentes. Supuso un desprestigio de la monarquía que no podía garantizar la seguridad, la cual fue asumida por los poderes locales, con capacidad para improvisar un ejército, menos potente pero más adaptado a este tipo de guerra. Estos distritos que atienden su propia seguridad poco a poco se van independizando a favor de las grandes familias locales, su delegación regia se irá obviando, asumirán su poder como hereditario, como dote familiar. Resumen, la consecuencia más inmediata de las segundas invasiones será la fragmentación de Europa en pequeñas circunscripciones, fuera del influjo del monarca. Estos poderes locales sin control superior sumergen a Europa en un periodo de “inseguridad y barbarie” por las luchas señoriales constantes y brutales. El feudalismo durante s. X-XI provoca largos periodos de desorden y anarquía, en los cuales surgirán algunos hombres de Iglesia invocando la paz (la guerra ya no es solución). Los concilios regionales y nacionales tomarán decisiones que en el futuro permitirán establecer progresos como el asilo en las iglesias o la “paz y tregua de Dios”. La paz requiere una Monarquía (autoridad) fuerte a la que supeditar la nobleza, la Iglesia se pone como ejemplo, contra la anarquía feudal existente, garantizando el

derecho de los débiles y la protección de sus propios bienes. Así surge la alianza monarquía-Iglesia, la monarquía garantiza la protección y bienes de la Iglesia (los nobles no los tendrían como objetivo) y la Iglesia aporta a la monarquía grandes colaboradores en las tareas de gobierno y las doctrinas jurídicas oportunas para justificar sus pretensiones de dominio. II.- LA RESTAURACIÓN IMPERIAL DE LOS OTONES: 2.1.- SIGNIFICADO DE LA RESTAURACIÓN: Desde la muerte de Berenguer de Friul (924) nadie había reivindicado el título imperial (no tenía prestigio). Durante el reinado de Otón I (936-973), tiene lugar la 2ª restauración del Imperio Romano de Occidente, ahora llamado I. Romano-Germánico (vinculado ya con Alemania). Los reyes alemanes, al constituirse en heredero de los emperadores de Roma hacen suya la teoría de que sólo a ellos pertenece el dominio del universo, idea que recibe un nuevo impulso del cristianismo, confiere a Roma la misión de unificar a todos los pueblos antes de su evangelización. Desde siglos atrás primaba la concepción universal de San Agustín de que el gobierno de Dios debe realizarse mediante la existencia de una autoridad suprema y única para gobernar la cristiandad se define en el Emperador. Con su coronación imperial en Aquisgrán (Aachen), las crónicas reflejan el paso de AugustoCarlomagno-Otón. Ejemplos de esta asimilación-pretexto de la misión cristiana son el Evangelario del 975 de Aquisgrán (Oton II = Cristo Ungido), el poema de Oton III al Papa Gregorio V asumiendo el dominio del mundo como emperador y la oración final del Ordo establecido para la ceremonia de coronación de Otono I, donde se anuncia la doble misión, temporal y espiritual, de la nueva autoridad universal representada por el emperador, proteger a la Iglesia y luchar contra los paganos (como ya harían los primeros emperadores cristianos, bizantinos y Carlomagno). La combinación de los dos poderes hace que Roma sea el centro del Imperio, sede del poder espiritual en Pedro, Vicario de Cristo, y sede poder temporal del último Imperio a restaurar. Buscando esta legitimidad, Otón I establece como norma que la coronación imperial la haga el Papa en Roma (la real en Aquisgrán). Otón III la proclamará “capital del mundo” y establecerá allí su residencia. Estas proclamas de soberanía universal eran teóricas, en la realidad Francia, España o Inglaterra, a pesar de su debilidad interna, sus monarquías tenían una concepción sobre su propia independencia, tan fuerte o más que las ideas universalistas del Imperio. Otón I durante su coronación en Roma proclama su soberanía por ser soberano de varios reinos (Alemania, Italia y Borgoña) y por vencer a los enemigos de la fe. La idea de un Imperio ítalo-alemán como un todo está muy arraigada en la época aunque será la política de los emperadores los que busquen la unidad de los dos países. Se distinguen dos tendencias a lo largo de la E. Media: 1. Alemania la fuerza principal y fundamental (Otón I y Federico I Barbarroja) que domine a Italia. Alemania gasta sus fuerzas en ese dominio. 2. Italia como núcleo fundamental del Imperio, administrativo y espiritual (Otón III y Federico II). Alemania supedita a Italia en pos del universalismo. 2.- LOS TRES OTONES: Luis III el Niño (899-911): último representante de la d. carolingia en Germania, sin prestigio, los grandes duques esperarán su muerte para coronar a uno de ellos. Había cinco ducados en Germania, sin ser hereditarios, tienden a permanecer las familias, englobaban grupos étnicos bien definidos con lengua, su derecho y tradiciones propias. 1. Sajonia: territorios situados al sur de Dinamarca, vinculado a la familia de Luidolfo desde Ludovico Pío, gran parte pagano todavía y cuya evolución político-social era más retrasada que resto condados. 2. Baviera: creado por Ludovico Pio, convertido en reino por Carlomán, hijo de Luis el Germánico. Sus duques “por la gracia de Dios” acuñaban moneda y declaraban la paz o la guerra sin contar con el rey o emperador de turno. Vencieron a los húngaros. 3. Suabia: entre el Rin y el Danubio era el solar de los alemanes. 4. Franconia: en el país de los francos del Este. dos familias se disputan el poder: Bamberg y Conradinos.

5. Lorena o Lotaringia, entre el Mosa y el Mosela, sus duques oscilan entre Alemania y Francia. Dentro de los ducados grandes obispados con grandes posesiones, los cuales dependían de un metropolitano que podía estar en otro ducado. Los duques van intentando controlar el nombramiento de los obispos. A la muerte de Luis III, Conrado de Franconia es elegido por su escaso poder material. A su muerte le sucede Enrique I de Sajonia (919-936) que afianza su autoridad frente a los otros duques, frena a los húngaros y al naciente reino de Bohemia, exige tributo a los eslavos de más allá del Elba y logra que los daneses acepten el cristianismo. Para asegurar su sucesión asocia al trono a su hijo Otón I. Otón I (936-973): Se hace coronar y consagrar como rey en Aquisgrán por el arzobispo de Maguncia. Consigue que los cuatro duques acepten sus nombramientos honoríficos como funcionarios en la corte: mayordomo (Lorena), senescal (Franconia), copero (Suabia) y mariscal (Baviera). Los inicios de reinado difíciles. Su protegido, el duque Wenceslao de Bohemia, es asesinado por los paganos al aceptar la propagación cristiana, colocan a su hermano y los húngaros invaden Germania. El duque de Baviera, sucede a su padre, proclama el derecho hereditario, sin jurar fidelidad a Otón I y sin renunciar a nombrar a los obispos en su territorio. Otón I lo depone y envía un nuevo duque (eran un “honor” a dedo) junto a un conde palatino para que administre los bienes reales en el ducado (esto lo hará en el resto en cuanto pueda). A partir de entonces los duques de Baviera lo eran “por la gracia del Rey”. Los duques de Franconia, Lorena, el arzobispo de Maguncia y los hermanos del rey se unen ante este hecho, Otón los derrota y reparte sus cargos entre sus familiares. En 13 años todos los ducados y grandes obispados están bajo su control. Pasa a controlar todas las elecciones episcopales, con sus candidatos a los cuales asigna el gobierno de las ciudades episcopales (nacen así los obispos-condes), dota a sus territorios de inmunidad, así los nuevos obispos investidos por el Rey se convierten en sus vasallos más fieles. Otón I basó el fortalecimiento de su poder en los obispos, en detrimento de los ducados. Una vez domina Alemania, interviene en el reino de Italia. Es llamado por Adelaida, viuda del fallecido Lotario II de Italia, que se niega a casarse con Berengario II, el nuevo rey. Otón llega a Pavía y se casa con Adelaida, se corono rey (951) legitimando su derecho al trono italiano. En agosto de 955 en la Batalla de Lechfeld (Augsburgo) vence definitivamente a los húngaros, concluyendo sus incursiones en Alemania e Italia. Toma posiciones en la Panonia y recupera la idea de la Restauración del Imperio. El papado, en manos de la familia Teofilacto, conde de Túsculo, junto a su mujer y su hija Marozia controlan el nombramiento de hasta 12 Papas (desde Sergio III a Juan XII de 16 años e hijo de Marozia). La llamada de Juan XII solicitando ayuda contra sus enemigos hace que Otón I se presente en Roma (961), Otón I y su esposa Adelaida son coronados emperadores por Juan XII el 2-2-962, Otón otorga el Privilegium Ottonis, confirmando la Donación de Constantino. Desavenencias posteriores con Juan XII hace que Otón lo deponga acusado de traición, nombra nuevo Papa a León VIII (no clérigo, recibe todas las ordenes en 2 días), que es exiliado por Juan XII, al que asesinan en poco tiempo, el pueblo elige a Benedicto V, Otón lo depone de nuevo, coloca a León VIII al que sucederá Juan XIII, primo hermano de Juan XII. El programa imperial de Otón era la protección de la Iglesia, la expansión de la fe entre los eslavos, independencia de Bizancio, privar de poder político al papado (todos le juraron fidelidad y colocó un representante imperial en Roma) y asegurar su sucesión dentro de la familia, para lo que hizo que Juan XIII coronara emperador a su hijo Otón II. Así a su muerte su hijo ya sería emperador. Otón I desea ser rey efectivo de Italia y para ello debe someter a los grandes duques de Spoleto y Benevento, que le juran fidelidad, y conquistar Apulia y Calabria, en manos bizantinas; tras varios enfrentamientos se llega a un acuerdo con Juan Tzimisés por el cual Capua y Benevento quedan para el Imperio y Apulia, Calabria, Salerno y Nápoles para Bizancio, sellando el pacto con la boda del heredero Otón II con la princesa Teófano (se coronaría emperatriz en el 972). Otón I morirá el 973 habiendo restaurado el Imperio de Occidente. Pasaría a ser “Grande” y “Rey de Reyes”. Otón II (973-983): Inicia su reinado con 19 años en situación difícil. Los duques aspiran a volver a la situación de independencia anterior a Otón I y en Roma; el papa imperial Benedicto VI, moría estrangulado por un miembro de los Crescenci (que habían sucedido a los Teofilacto en el control papal) y los musulmanes habían derrotado a una escuadra imperial en el cabo Colonna (982). En 983 moría dejando un hijo de sólo

3 años (Otón III), lo cual aprovechó el duque Enrique de Baviera para levantarse contra él pretendiendo la regencia; la firmeza de las emperatrices Adelaida y Teófano hacen fracasar tal intento, las cuales sucederán en la regencia del niño hasta los 15 años. Otón III (995-1002): En Roma la situación papal era complicada. Los Teofilactos hacen que su elegido el antipapa Bonifacio VII entre en Roma y aprese al papa Juan XIV (sucesor del imperial Benedicto VII), que morirá encarcelado el 984. Los Crescenci provocan un levantamiento popular que masacra a Bonifacio VII al año siguiente y eligen a Juan XV. Impopular como era, Roma se levantó contra el Papa, Crecenci II aprovechó para exiliarlo, Juan XV llamó a Otón III, y como el noble no lo quería en Roma, lo acepta muriendo como Papa. Otón III, para acabar con los levantamientos, nombra papa a Bruno, su primo y capellán de su corte, tomará el nombre de Gregorio V (primer papa extranjero en 250 años, hubo protestas en Roma) (a partir de entonces los papas cambiarán su nombre de pila al ser nombrado). Otón III es proclamado emperador en S. Pedro (996) por Gregorio V, poco después, Gregorio debe huir de Roma por un levantamiento provocado por los Crescenci nuevamente. Otón III restablece el orden, condena a muerte al patricio, depone y mutila a su antipapa. Soñaba con hacer de Roma la nueva capital del Imperio, traslada su residencia y su cancillería (999) al Aventino, intenta renovar los fastos imperiales mediante un solemne ceremonial y sus títulos pomposos al estilo Bizantino. Estos sueños son alentados por Gerberto de Aurillac, su preceptor (tutor), nombrado papa el 999, con el nombre Silvestre II. Ambos soñaban con una renovatio imperii romanorum desde Roma, traerían la paz al mundo y guiarían a los pueblos por el camino de Dios. El año 1000 no sería el fin de la humanidad sino el inicio de grandes cambios donde la Iglesia y la humanidad encontrarían nuevamente la pureza. En este ambiente de exaltación ecuménica, Otón III libera al duque Boleslao de Polonia del vasallaje, el Papa le crea la diócesis de Gniezno; Otón envía la corona real al duque magiar Waik, se convierte al cristianismo y Hungría se convierte en reino y se enfeuda con Roma. Silvestre II llama por primera vez para liberar tierra Santa, aunque Europa aún no estaba preparada. Al año siguiente (1000), los romanos, bajo Gregorio de Túsculo, se alzan contra Otón y el Papa. Deben abandonar Roma y abandonar su sueño romano. El 1002, Otón intenta retornar a Roma pero muere antes y un año después (1003), muere Silvestre II misteriosamente volviendo el papado a manos de los Crescenci. III.- LA ANARQUÍA EN FRANCIA. ROBERTIANOS Y CAROLINGIOS El reino franco será el peor parado de las segundas invasiones, el poder real se ve impotente para enfrentarse a las incursiones normandas, el descrédito de la monarquía es total, aunque logra mantenerse hasta la muerte del último carolingio, Luis V (987). Su poder es sólo teórico. El reino estaba fragmentado en unos 160 condados y sus titulares (nombrados por los carolingios) se hacen hereditarios desde Carlos el Calvo tras el tratado de Merssen (870), se han apropiado de las rentas reales, imparten justicia y reclutan su propio ejército; ellos tienen el poder. Poco a poco se van creando los ducados, entidades mayores que agrupan varios condados y que responden a realidades lingüísticas, geográficas, culturales… A primeros del s. X, Francia comprendía los siguientes principados:  Flandes. Su dinastía condal arrancaba de Balduino I, yerno de Carlos el Calvo, el cual amplía su territorio a costa de la anarquía creada de las invasiones normandas.  Normandía. Los duques se instalan en calidad de vasallos tras ser concedidas sus tierras al normando Rollón.  Bretaña. Vive al margen de la monarquía carolingia.  Aquitania. Reino hasta el 877 se convierte en ducado con Guillermo el Piadoso.  Tolosa, Septimania y la Marca Hispánica. Con una completa autonomía.  Gascuña. Su titular es duque desde el 977.  Borgoña: ducado desde el 977 (no confundir con el reino de Borgoña alemán).  Turena y Anjou: en París, desde Carlos el Calvo se instala Roberto el Fuerte. Sus hijos Eudes y Roberto alcanzarán la realeza tras la defensa de París frente a los normandos darán origen a la dinastía de los Capeto. Tras la muerte de Luis V es elegido rey Hugo (987-996), nieto del rey Roberto Capeto (por una capa de abad laico).

Hacia el año 1000 Francia es un mosaico de pequeños condados. Los nuevos reyes Capeto tienen un poder y riqueza similar al resto de señores, su labor será (s. XI-XII) afirmar su realeza y poder frente a ellos. IV.- INGLATERRA: ANGLOSAJONES Y DANESES: Desde el establecimiento de los daneses en el centro y norte de la isla siempre estuvieron enfrentados a los anglosajones hasta que con la Paz de Wedmore (878), Alfredo el Grande pudo reorganizar sus estados del sur, codifica las leyes y reanima la vida cultural. Con su nieto Átelsan (925939) los anglosajones se imponen en Anglia, Mercia y Northumbria. Con sus sucesores la dinastía alcanza el mayor prestigio, reanudan el contacto exterior, resurgen numerosas abadías que adoptan la regla de San Benito y se asiste a un fortalecimiento del poder real basado en la lucha contra los daneses y en la recuperación territorial. Cuando parece que el reino entra en una fase de mayor prosperidad se producen los ataques de noruegos y daneses, a los que el rey Etelredo no puede hacer nada. Inglaterra cae en poder danés (1014) y Canuto el Grande (rey danés de 1016-1035) se proclama soberano de ambos reinos. V.- LA FORMACIÓN DE LOS PRIMEROS ESTADOS DE LA EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL. 

DUCADO DE BOHEMIA: Tras la desaparición (906) de la Gran Moravia (de la que formaba parte) por los ataques búlgaros obtiene su independencia con los Premíslidas. Entra en la órbita alemana política y eclesiásticamente, desde donde se cristianizan. El duque Boleslao II (967-999) consigue crear un obispado en Praga, a su muerte, Bohemia es ocupada por Polonia. POLONIA: El sometimiento de los wendos pone a Alemania en contacto directo con los polacos. En tiempos del príncipe Mieszko (960-992), rinde vasallaje al Imperio germánico a través de Bohemia (aceptando sus misioneros), para evitarlo decide poner el país bajo la protección de San Pedro. Boleslao Chobry “el valiente” (992-1025), hijo de Mieszko, consigue el establecimiento de un arzobispado en Giezno (concedido por Otón III y Silvestre II). Al morir Otón III, lidera a los eslavos y ocupa por poco tiempo Moravia y Bohemia, hasta que el Emperador Enrique II (Enrique IV de Baviera, su padre se la montó a Otón III) acepta su vasallaje por estas tierras. Al morir Enrique, se proclama rey, Polonia se convierte en el mayor estado europeo. HUNGRÍA: los húngaros, tras la derrota en la Batalla de Lechfeld (955) contra Oton I se hacen sedentarios agrícolas y se establecen sobre las tierras en las que habitaban. Se funden con los elementos eslavos y germanos establecidos en sus dominios. El príncipe Geza (972-997) agrupa a las tribus, da forma política a su principado y acepta el bautismo. Esteban, su hijo, pasará a ser verdadero fundador del estado húngaro, se casa con una hija del duque de Baviera, consigue de Otón III y Silvestre II crear una archidiócesis en Gran. Es coronado rey apostólico de Hungría (1000) pasando a ser gran baluarte europea ante las futuras invasiones.





VI.- LA EUROPA NÓRDICA: 





DINAMARCA: Harald “Diente Azul” (940-986) acepta el bautismo para quitar a Otón I todo pretexto de invadir su reino. De sus buenas relaciones con Alemania llegan misioneros y los primeros obispos. Sus sucesores se libran de esta tutela abriendo las puertas a la Iglesia anglosajona. Canuto el Grande (1018-1035) sigue esta política como soberano de Dinamarca e Inglaterra. NORUEGA: obra unificadora emprendida por Harald I “cabellera Hermosa” (872-933) que vence a una coalición de jefes noruegos en la batalla naval de Stavanger (872) de la que algunos emigraron a Islandia. Su biznieto Olaf I (995-1000) fue el primer rey cristiano de Noruega, que a su vez lleva el cristianismo a Islandia. Al morir, el país es conquistado por Dinamarca del que dependerán toda la Edad Media. SUECIA: Ultimo país en iniciar su cristianización por misioneros ingleses. Olaf III sería el primer rey cristiano (1008) y logra librar a Suecia de las apetencias de Dinamarca y Noruega. Su comercio fluido con Bagdad y Bizancio en tiempo de los suecos-varegos hizo que tuvieran moneda propia.

La cristianización de los países nórdicos: aunque dependía de la diócesis de Hamburgo-Bremen, cuando estos países entran en contacto con Inglaterra, sus monarcas llaman a monjes ingleses (para evitar la dependencia de Alemania), hasta crear un clero autóctono. Se realizó con lentitud, fue un

cristianismo con tintes paganos autóctonos hasta mucho tiempo después. Su generalización en Dinamarca y Noruega es del s. XI y Suecia de finales del s. XII. VII.- LOS REINOS CRISTIANOS DE LA P. IBÉRICA Tras conformarse una serie de estados, en León (el principal), el cual avanza y se frena al llegar a la línea del Duero debido a la creación del Califato Cordobés (929) con la aparición del general Almanzor. Galicia y Castilla, en sus extremos, gozan de cierta autonomía por personalidad y lejanía del centro de poder. Galicia (de mayoría celta y suevo) apenas había sufrido la invasión musulmana, su administración solía llevarse por un miembro de la familia real astur-leonesa; mientras que la Castilla oriental más dinámica que León, expuesta a las continuas aceifas musulmanas va labrando su propia personalidad (lengua, jurídica y organización social en pequeños propietarios) hasta que su conde Fernán González (945-970) consigue la independencia de León y asegura la sucesión en su familia. En la Marca Hispánica los condes catalanes, aflojados los lazos de dependencia de los carolingios, son de hecho independientes. El conde de Barcelona, Wifredo el Velloso (878-898) establece una especie de primacía sobre el resto, busca el respaldo papal creando una sede metropolitana propia que lo liberase de Narbona. *Las campañas de Almanzor causaron a los reinos toda clase de desgracias, el reino Leonés será el más afectado. A su muerte y con el hundimiento del califato, Sancho García de Castilla, Ramón Borrell de Barcelona y Armengol de Urgel intervendrán activamente en la política cordobesa. En el pequeño Reino de Pamplona, al margen de estas disputas sale favorecido. Reina Sancho III el Mayor (1000-1035), el cual reúne por diferentes vías todas las tierras cristianas desde Galicia hasta Ribagorza. Es el primer frente unido ante los musulmanes. A su muerte la obra se desvanece, reparte sus dominios entre sus hijos (al estilo del Imperio Carolingio). La dinastía navarra abre las puertas a Europa (León estaba atomizado con los mudéjares y la cultura musulmana), apoya la reforma cluniacense y abre la ruta de peregrinación a Santiago. Los reinos cristianos entran de lleno en los movimientos culturales y artísticos de Europa. Con los sucesores de Sancho, la Reconquista toma un mayor impulso.

T. 11.- EUROPA OCCIDENTAL EN LOS S. XI Y XII. IMPERIO, PAPADO Y MONARQUÍAS

I.- LOS EMPERADORES SALIOS Y EL PAPADO Enrique II de Baviera (1002-1024): emparentado con los Otones. Continua la política de sus predecesores en relación con la Iglesia, reconociendo a obispos y abades amplias facultades jurídicas y de gestión de sus propiedades, a cambio, establece un férreo control sobre ellos, interviniendo totalmente en sus designaciones. En realidad pasan a ser meros funcionarios imperiales. Es coronado emperador el 1014 por el Papa Benedicto VIII (1012-1024), quien promulgó una serie de cánones vitales para la posterior reforma del clero sobre simonía (compra o venta de los espiritual a través de bienes materiales) y celibato. El 1024 mueren ambos. Conrado II (1024-1039): fue el primero de los 4 emperadores de la casa de Franconia o Salia. Su política fue completamente distinta con respecto a la Iglesia, sólo mira sus intereses económicos y practica la simonía (coloca en los cargos a gente ambiciosa, no a dignos). Frende a grandes nobles y obispos, apoya a los pequeños nobles (valvasores o vavasores) declarando hereditarios sus feudos, atrayéndolos hacia él. El arzobispo de Milán y otros del norte de Italia se opusieron por lo que son depuestos sin contemplaciones. El Papado, controlado por los condes de Túsculo, ha caído en la simonía, primero Juan XIX (1024-1032) y después Benedicto IX (1032-1044) acaba vendiendo el cargo a Gregorio VI (1045-1046). El emperador con sus vecinos tuvo una buena política, contra él se alzan las voces de obispos que reclaman conservar sus prerrogativas feudales y la independencia de la Iglesia. Enrique III (1039-1056): sigue la política de su padre, apoyando a la pequeña nobleza e interviniendo activamente en las elecciones papales a cambio de fidelidad (colocará a tres alemanes como papas). Aun con todo, no es contrario a las ideas de reforma lanzadas desde los monasterios, sobre todo cluniacenses.

Reúne un Sínodo en Sutri (1046) tras deponer a 3 papas que se disputaban el cargo, hace elegir a su candidato alemán Clemente II (1046-1047). 1.1. La ideología de los reformadores. La reforma de las lacras que afectan desde el Papa hasta el último sacerdote rural (la simonía y nicolaísmo, desde Concilio de Letrán no se permite casarse o tener concubinas), hacen que los reformadores centren sus esfuerzos contra las investiduras laicas, origen de todos los males. El objetivo prioritario era la liberación de la Iglesia de toda influencia, sobre todo en los nombramientos. La tradición desde Constantino atribuye la jefatura de la cristiandad al emperador, pero ahora, cuando la Iglesia se ha feudalizado y el Papa, tan manipulado, no puede enfrentarse al poder secular. El emperador se considera designado directamente por “la gracia de Dios”, era su Vicario en la Tierra, y en Bizancio se consideraban un apóstol más (isapóstolos), debe cuidar a sus súbditos, tanto en lo temporal como espiritual. En contra de esta asunción de poderes espirituales se le reprochaba al emperador el no tener unción sacramental, se soluciona afirmando que la unción sagrada en la coronación lo convertía en participante pleno del carácter sacerdotal. Los reformistas aceptan la interdependencia de los poderes temporal y espiritual, ya que actúan sobre las mismas personas. La libertad de la Iglesia solo se conseguirá si se ve libre de las injerencias de los laicos, para ello, es necesario que el poder espiritual se ponga por encima del temporal. En esta teoría destacan:  Cardenal Silva Cándida: “Contra los simoníacos”, la naturaleza de los dos poderes se asemeja a la del cuerpo y el alma, las dos tienen funciones propias pero no son del todo independientes. Para él el alma sería la Iglesia y el cuerpo los reyes y emperadores.  Papa Gregorio VII: “Dictatus papae” (1075): enunciados breves y lapidarios. La iglesia romana (ya está el cisma ortodoxo) es la única fundada por Dios para salvar al hombre. Se le atribuye una misión salvadora, universal e inalienable. Nadie, fuera de la Iglesia Romana, puede atribuirse estas misiones (exclusividad). También compete al Papa la excomunión, promulgar cánones, leyes y cualquier norma que afecte a la Iglesia, y nombrar y promover a sus cargos. El Papa puede juzgar a todos, sin que nadie le pueda juzgar a él. En consecuencia todo el poder, espiritual y terrenal, le compete (“ratio pecati” que después desarrolla Inocencio III). Este pensamiento será desarrollado por otros teóricos con más argumentos, la Iglesia es universal, mientras que el imperio es limitado y la autoridad imperial procede del Papa, que la otorga como beneficio (teoría del sol y la luna), siendo un simple laico (ni Vicario de Dios, ni sacerdote ni nada). Sobre estos argumentos surgen réplicas y contrarréplicas que generaron “la lucha de las investiduras” y el posterior “Dominium mundi”. 1.2. La lucha de las investiduras. Enrique IV (1056-1106): accede al poder con 6 años (regencia de su madre y obispos de Colonia y Bremen). La curia romana recobra su libertad y el Papa Nicolás II (1059-1061) promulga la bula “in nomine Domini” (1059) por la cual sólo los cardenales obispos tienen derecho a elegir al Papa, el resto de cardenales y el clero sólo pueden dar su aquiescencia; la elección, salvo motivo grave, debe hacerse en Roma y el elegido debía ser romano (si no se encuentra a nadie digno y capaz se puede elegir a uno no romano). Nicolás II envía un legado para explicarlo a la emperatriz pero no es recibido por ella ni por los obispos alemanes que consideran nula e ilegal la bula. Lo mismo sucede con la nobleza romana. El papa y los reformadores cambian la política papal previendo la contienda en dos sentidos: 1. Hay un acercamiento a los normandos del Sur de Italia, se les otorgan en feudo las tierras que habían conquistado mediante “la Donación de Constantino” (en Melfi en 1059 se otorga a Ricardo de Aversa el principado de Capua y Roberto Guiscardo los ducados de Puglia y Calabria). 2. Dar apoyo a la “pataria milanesa”, movimiento popular que abogaba por la reforma y se oponía al arzobispo de Milán, encabezado por 2 diáconos, la cual degeneró en saqueos y muertes. Fue un movimiento muy revolucionario para el papado. Al morir el Papa Nicolás II en 1061 la nobleza romana y la curia milanesa se dirige al emperador solicitando la elección de uno nuevo, mientras, en Roma, los reformadores con el archidiácono Hildebrando en cabeza, aplican la bula de 1059 y eligen Papa a Alejandro II (1061-1073), coronado con la presencia de tropas normandas. En Alemania, se elige a un antipapa, Honorio II (1061-1072), entronizado

en Roma con apoyo de las tropas imperiales. Ambos papas se excomulgan mutuamente. El cisma se evita al morir ambos. Durante los funerales en S. Juan de Letrán por Alejandro II (1073), el pueblo, instigado por el cardenal Hugo Cándido, aclama por “inspiración divina” Papa a Hildebrando, como Gregorio VII (10731085), sin respetar la bula de 1059. Gregorio VII envío misivas a todas las cortes, poniendo énfasis en la defensa de la Iglesia y en que no iba a ser un Papa manejable (Enrique IV lo acepta). Su política se exhibe en el Concilio en Roma (1074), por el cual todos los clérigos simoniacos quedan fuera de la Iglesia y todos los obispos que habían incurrido en simonía deben dimitir, bajo pena de excomunión. En Alemania el alto clero alemán protestó, el bajo se amotinó contra los obispos reformadores que seguían las directrices de Roma. En el 1075, el Papa excomulga a 5 obispos y conmina al emperador a que se abstuviera de nombrar e investir nuevos obispos. Ese año se redacta “Dictatus papae”, desde este momento ostentaría poder eclesiástico y secular, sería el papa el que nombraría y destituiría al emperador, y no al revés. Enrique IV hace caso omiso al papa, nombra arzobispo de Milán a su capellán, apoya al arzobispo de Rávena, que encabeza un movimiento de oposición al Papa, durante la misa de Navidad, el prefecto de Roma prende y mete en prisión a Gregorio VII, siendo liberado a los pocos días por el pueblo. Gregorio pide una reunión con Enrique para que se disculpe (1076), sin embargo Enrique convoca un Sínodo en Worms donde declara depuesto al Papa, el cual excomulga al emperador y libra a sus súbditos del juramento de fidelidad a él. Los príncipes alemanes se sublevan contra el emperador y le dan 6 meses para que se reconcilie con el Papa, lo cual tiene lugar el 28 de enero de 1077 en el castillo de Canosa, donde el emperador se presenta ante el Papa descalzo y de peregrino. Enrique vuelve a Alemania humillado, el pueblo y la mayor parte de los príncipes lo rechazan, eligen como rey a Rodolfo de Suabia, al cual Gregorio VII excomulga, pero no se produce la reacción querida. Rodolfo de Suabia reúne un Sínodo en Brixen donde el cardenal Hugo Cándido acusa al Papa de simonía, asesinato y herejía (acaba depuesto). Se elige al arzobispo de Rávena, Clemente III (1187-1191). En 1080 Rodolfo de Suabia es derrotado y muerto. Enrique IV se apresta a la revancha. Enrique IV es consagrado emperador en Roma (1084) por su papa Clemente III. Gregorio VII se encierra en el castillo de Santángelo de donde es rescatado por los normandos de Roberto Guiscardo tras saqueo, incendios y muerte. Gregorio debe huir con los normandos y refugiarse en Salerno donde muere el 1085, suponiendo un frenazo al reformismo eclesiástico hasta Urbano II y una afirmación del poder civil en el nombramiento de obispos (Francia e Inglaterra). El Papa Urbano II (1088-1099) trata de crear un partido en Alemania que acepte las ideas pontificias y contrarreste al emperador, para ello en 1089 acuerda la boda de Welfo (de ahí los papales reciben el nombre de Güelfos), hijo del duque de Baviera, con Matilde de Toscana, por la cual el noble pasa a ser un poderoso señor extendiendo sus territorios por el Sur de Alemania y Norte de Italia. El Papa también enfrentó sin éxito a Conrado, que aglutina a los partidarios papales, contra su padre Enrique IV. 1.3. La anarquía en Alemania y el concordato de Worms. Tanto Otones como Salios se habían alineado con el papado. Al entrar en crisis la unión ImperioPapado por la lucha de las investiduras entra en crisis la autoridad imperial, ya que parte de la jerarquía alemana toma parte por el Papa y los grandes señores entran en disputa con el emperador por hacerse con los bienes que los obispos reformadores iban abandonando. Por estos dos factores se asientan sólidamente los principios feudales en detrimento de la dinastía, siendo elegidos emperadores débiles fácilmente manejables. La muerte de Conrado hace que su hermano Enrique se rebele contra su padre, Enrique IV. Enrique IV es derrotado y prisionero muere en Lieja en el 1106. Enrique V (1106-1125): busca con Calixto II (1119-1124) un acuerdo que ponga fin a la lucha de las investiduras y una salida airosa para ambos. El acuerdo adoptado acepta la teoría elaborada por el canonista Ivo de Chartres, firmando el Concordato de Worms (1122): 1. Las elecciones episcopales se celebrarán en presencia del Emperador. Sólo en caso de elección dudosa, se decantará por uno de los candidatos. 2. Antes de la consagración, el emperador entregaría al nuevo obispo el cetro, símbolo de su poder terrenal (regalía). 3. El Emperador renuncia a la entrega del anillo y el báculo. Símbolos del poder espiritual, que se haría durante la consagración episcopal, separando claramente ambas ceremonias, civil y religiosa, para evitar malos entendidos.

Para celebrar este acuerdo el Papa convoca un Concilio en Letrán (1123), el primer ecuménico de Occidente. La muerte sin hijos de Enrique V llevó a una guerra civil por la sucesión entre la casa de Welf y los Waiblingen (güelfos y gibelinos). Iglesia y Güelfos se inclinan por Lotario II de Súplinburg y los Gibelinos (partidarios del poder imperial) por Conrado III Hohenstaufen, duque de Suabia. Tras morir Lotario II, Conrado III se hará con la corona (1137-1152). II.- LOS HOHENSTAUFEN Y EL DOMINIUM MUNDI A la muerte de Conrado III Hohenstauten la corona pasa a su sobrino. Federico I Barbarroja (1152-1190): reúne las dos corrientes, gibelino por su padre y güelfo por madre. Es el personaje más importante de la Alemania medieval, su objetivo era restablecer el honor imperial, con la base teológica de los tratadistas de la Universidad de Bolonia (se apoyan en el derecho de Justiniano y su Digesto). Los tres frentes que tenía eran: 2.1.- NORTE DE ITALIA Y PAPADO Con la idea imperialista, Federico trata de sujetar las ciudades del norte de Italia, cuya burguesía (su comercio manufacturero creció) deseosa de su independencia se opone a la sustitución de las magistraturas ciudadanas por el podestá o delegado imperial. Viendo la que se venía, Federico firma con el Papa Eugenio III el Tratado de Constanza (1153), por el cual el emperador se compromete a acabar con la república romana proclamada por Arnaldo de Brescia, restituir al Papa la ciudad de Roma y no apoyar a los normados del sur en sus disputas contra el papa; obtiene a cambio la coronación imperial en Roma. El 1155 entra en Roma, Arnaldo de Brescia es apresado, juzgado y quemado, Federico I es coronado por el nuevo Papa Adriano IV. Para afirmar sus derechos sobre las ciudades, reúne una Dieta en Roncaglia (1158), donde hace saber a las ciudades italianas sus planes y los derechos que le asisten para hacerlo. Durante tres años impone por la fuerza y el terror sus representantes, los cuales mantienen el cobro de las regalías (derechos reales) en las ciudades y territorios imperiales. Tras morir Adriano IV una parte de los cardenales eligen a Víctor IV, contando con el apoyo imperial y otra parte a Alejandro III (1159-1181), el cual excomulga al emperador, apoya la insurrección de ciudades lombardas capitaneadas por Milán (que es saqueada por tropas imperiales en 1162). Las ciudades crean una nueva Liga y derrotan a las tropas imperiales en Legnano (1176). Para poner fin a estas luchas, emperador y papa firman la paz en Venecia (1176) y con las ciudades en Constanza (1183), por la cual reconocía autonomía y poder elegir a sus cónsules refrendados por el emperador. 2.2.- RELACIONES CON LA ITALIA DEL SUR Los reyes normandos a pesar del enfrentamiento con el Papa (eran feudatarios) entran a formar parte del frente anti-imperial de Alejandro III. Federico dará un golpe de efecto al acordar el matrimonio de su hijo Enrique con Constanza, heredera de Sicilia (matrimonio en 1161 en Milán y protestado por Urbano III), por el cual los estados pontificios quedan atenazados por norte y sur al tiempo que abren para Alemania nuevos espacios en el Mediterráneo. 2.3.- POLÍTICA ALEMANA: Federico I logró dominar la anarquía gracias al apoyo de los gibelinos contra los güelfos, liderados por Enrique el León, que se había apoderado de los ducados de Baviera y Sajonia. La coronación del heredero Enrique VI en Aquisgrán como Rey de Romanos (1169) y Emperador, provoca que Enrique el León se rebele, sometido a proceso feudal y desposeído mediante reparto de sus posesiones. El triunfo imperial se celebró en la Dieta de Maguncia (1188). A pesar de estos triunfos, fueron más aparentes que reales, puesto que los Duques aumentaron sus dominios, surgió el nuevo ducado en Austria (1156) y tiene que aceptar la creación de un nuevo reino en Bohemia. Su muerte inesperada por ahogamiento, en 1190, durante la tercera Cruzada, hará emperador a su hijo.

Enrique VI (1165-1197): alcanza el poder, al que une la corona de Sicilia, progresivo abandono de la política feudal en Alemania y Norte de Italia. Intenta explotar las posibilidades marítimas y comerciales a partir negociaciones con los estados cristianos de Tierra Santa y musulmanes del norte de África. Muere en Mesina el 1197 a los 32 años, dejando a un niño de 2 años, el futuro Federico II. III.- FRANCIA BAJO LOS CAPETO Desde Hugo Capeto hasta Felipe I no hay nada que distinga al rey de los grandes señores de Francia (los historiadores franceses les llaman epígonos carolingios). Sus dominios, entre el Loira y el Oise, apenas superan los 8.000 km2. Felipe I (1060-1108): inicia la recuperación del prestigio real y la obtención de recursos económicos gracias a una aplicación estricta de los principios feudales, buena administración de sus bienes, compra de tierras, reversión a la corona de todos los condados sin descendencia y una confiscación de los bienes a los rebeldes. Así, se llevo a cabo una ampliación de los dominios reales, no de forma constante ya que algunos reyes cedían territorios a los hijos menores a cambio de renunciar a sus derechos hereditarios a la Corona, se denomina apanage, frecuentemente eran recuperados por falta de descendencia. Los Capeto aumentaron sus bienes y prestigios haciendo efectivos los derechos reales como el cobro de impuestos, décimas sobre los bienes de la Iglesia, sustitución de la ayuda feudal por un rescate en metálico, haciendo del apoyo a la Iglesia una de sus principales bases de influencia aun habiendo desavenencias, como su excomunión tras su repudia a su primera esposa y amancebamiento posterior, motivo por lo que no participó en la primera cruzada. Luis VI (1108-1137): sigue los pasos de su padre, asegura la paz eliminando el bandolerismo de algunos señores en busca de ganancias fáciles. Convocó un Concilio en Reims (1119) donde se sentaron las bases para el posterior Concordato de Worms entre el Papa Calixto II y el Emperador Enrique V, por la guerra de las investiduras y por el cual se prohibía en Francia la investidura de obispado y abadías a los laicos. Luis VII (1137-1180) “el piadoso”: débil y falto de carácter, se rodeó de buenos consejeros como el abad Súger de Saint Denis. Fomentó la autonomía de las ciudades, desarrollo de agricultura, comercio e industria. Casado con Leonor (heredera de Aquitania) su matrimonio fue anulado 15 años después, recobrando esta su dote. Participó en la segunda cruzada, donde visitó Jerusalén, pero que militarmente fue mala por sus desavenencias con los alemanes. Se inicia la gran rivalidad con Inglaterra (Leonor se casó con el conde de Anjou, futuro rey inglés Enrique II Plantagenet). Felipe II Augusto (1180-1223): hijo del anterior, la dinastía Capeto alcanza su cenit. Rey a los 15 años, se casa con la heredera del condado de Henao (pasa a la dinastía), se afirma la autoridad de la monarquía, se estrechan lazos con la burguesía y se fortalece su independencia frente al Imperio y el Papado. Intervino en Flandes cuando su conde murió sin descendencia. Apoyó a los hijos de Enrique II de Inglaterra contra su padre, al morir se aprovecha de las disputas entre ellos y consigue el vasallaje de Bretaña y Normandía (hasta 1214 con la Batalla de Bouvines no se acaba el conflicto entre ambas dinastías). Afianza su autoridad en el interior copiando las medidas de Enrique II en Inglaterra, crearía los bailes o bailíos (funcionarios reales encargados de administrar justicia y recaudar tributos, no eran señores feudales y cobraban su salario del rey) y los prebostes que eran dependientes de los bailes (también funcionarios reales, administraban justicia y recaudan tributos en una determinada circunscripción o ciudad, residen en lugares concretos, a diferencia de los bailes). IV.- LAS ISLAS BRITÁNICAS Canuto el Grande (1017-1035): rey de Inglaterra a la muerte de Edmundo II (1017), rey de Dinamarca como Canuto II al morir su hermano Harald II (1018) y de Noruega por conquista con la ayuda de nobles noruegos y barcos ingleses (1028). Así une un gran reino desde el Atántico hasta el Báltico. Pasaba mucho tiempo en Inglaterra (en Dinamarca cuatro veces) procura la fusión de daneses y anglosajones, se casa con la mujer de Etelredo II dando ejemplo, reparte bienes del danelaw (tierras danesas en el NE inglés) a fin de que los daneses se afinquen en Inglaterra. Se apoyó en la Iglesia y codificó las leyes eclesiásticas, fomentó la presencia de monjes y obispos anglosajones en Dinamarca y

Noruega. Buenas relaciones con el Imperio de Conrado II (su hija se casa con Enrique III). A su muerte (1035) toda su obra se derrumba, Noruega recobra su libertad con Magnus I e Inglaterra llamó a Eduardo “el Confesor” (1042-1066), hijo de Etelredo II. Eduardo murió sin descendencia, toda su vida la dedicó al sometimiento de los condes (earls). 4.1.- LOS NORMANDOS EN INGLATERRA. LA BATALLA DE HASTINGS En el lecho de muerte, Eduardo y la asamblea de hombres sabios eligen como rey a: Haroldo II (1066-1066): conde de Wéssex y cuñado del difunto rey. Se alzan contra él el rey de Noruega, Haroldo III, quien muere en la Batalla de Stanford Bridge y su primo Guillermo, duque de Normandía, al cual Eduardo le había prometido su sucesión, que desembarcaría en Inglaterra (7000 hombres) venciendo y matando a Haroldo II en la batalla de Hastings (1066), iniciando la dinastía normanda en Inglaterra, un vasallo del rey de Francia se convierte en soberano de un reino vecino. Guillermo I el Conquistador (1066-1087): luchas constantes contra los nobles anglosajones para afirmar su poder repartiendo numerosas tierras entre sus huestes a cambio del servicio feudal. Se organiza y reestructura el reino, casi partiendo de cero hizo que adquiera una cohesión y administración mucho más eficiente que en el resto de monarquías. Se convierte en la primera monarquía feudal propiamente dicha, el rey en la cima y bajo él, acatándole, el resto de la nobleza. En la Iglesia sustituye la jerarquía nacional por otra normanda (bien visto por Roma), la cual a través del nuevo arzobispo normando de Canterbury comenzaría a implantarse la vía reformista. El impulso al comercio con los países nórdicos y el continente contribuye al progreso económico del nuevo reino. Mandó elaborar el “Libro del día de cuentas” (Domesday Book 1086, redactado en latín) para conocer los bienes rurales, tanto del clero como de la nobleza, así cuantificar las rentas pertenecientes a la corona, además de ser el primer censo o inventario realizado en todo un reino durante la E. Media. Toda esta integración de las islas en la Europa Feudal con la dinastía normanda será una amenaza para Francia cuando le suceda la dinastía Anjou-Plantagenet. 4.2.- LOS SUCESORES DE GUILLERMO I EL CONQUISTADOR Al morir Guillermo I (1087), Roberto, el hijo mayor, hereda el ducado de Normandía y su hermano Guillermo II el Rojo (1087-1100), hereda Inglaterra. Roberto de Normandía, descontento con el reparto, hipoteca su ducado a su hermano Guillermo II y parte a la primera cruzada. Al morir Guillermo II (1100) asesinado, según los acuerdos firmados, la corona debía pasar a Roberto, pero al estar ausente en la cruzada, Enrique I Beaucler, el hermano menor, se hace con la corona sin estar en el reparto del padre. Roberto regresa e intenta recuperar Normandía e Inglaterra, derrotado en Tinchebray (1106) Normandía se integra en la corona inglesa. Su reinado se basó en afianzar su irregular ascenso, concediendo mediante la Carta de Libertades ciertas prerrogativas a los nobles. La muerte de Enrique I sin hijos provoca la guerra civil entre Esteban de Blois, nieto de Guillermo el conquistador y Matilde, hija de Enrique I, casada con Godofredo Plantagenet, conde de Anjou. El reinado de Esteban I (1135-1154), marcado por la guerra civil y la pérdida de Normandía, a manos de Godofredo (engrandece sus dominios). Tras el Tratado de Wallingford (1153) se acuerda que Esteban seguiría siendo el rey y su heredero sería Enrique, hijo de Matilde 4.3.- LOS ANJOU-PLANTAGENET Enrique II (1154-1189): Recibe por su madre Matilde, Inglaterra y por su padre Godofredo el ducado de Normandía y el condado de Anjou, por su esposa Leonor el ducado de Aquitania. Podemos hablar de un imperio angevino, la casa de Anjou reinará a lo largo de la E. Media en Inglaterra, Nápoles, Hungría y Polonia. En poco tiempo domina la escasa resistencia de algunos barones, pone en pleno vigor el escudage (impuesto feudal sustitutivo del servicio militar). También se llevó a cabo una reforma judicial, por la cual instaura los juicios con jurado, aboliendo la ordalía que trajeron de nuevo los normandos (duelos y demás Juicio de Dios), promulga el texto legal assises (funde el derecho consuetudinario con las nuevas leyes). Si a los barones los subordina a su poder, mediante la Constitución del Clarendon (1064) se reafirma el poder real frente a las inmunidades (civil y criminal) de la Iglesia sometiéndolas a su jurisdicción. Tomás

Bécket, arzobispo de Canterbury y canciller del Rey, se alza en contra y debe exiliarse a la corte de Luis VII de Francia, tras una aparente reconciliación mediada por el Papa vuelve a Inglaterra, siendo asesinado por cuatro caballeros del rey. El monarca debe humillarse ante su tumba y reconocer parte los privilegios. Los últimos años de reinado fueron marcados por el enfrentamiento con sus hijos, especialmente con Ricardo, alentado por el rey de Francia Felipe II Augusto, el cual comprendía que no podía tener un vasallo tan poderoso en el monarca inglés con un dominio tan grande dentro de su reino. Los enfrentamientos con Francia fueron constantes por la posesión de Berry, la Auvernia, el condado de Tolosa y el de Vexín (a las puertas de París). Ricardo I (1189-1199) “Corazón de León”: preferido de su madre Leonor reúne en sus manos: Inglaterra, Aquitania, Normandía y Anjou. Marcha a la 3ª cruzada junto al rey Felipe Augusto II (1191), para lo cual recauda grandes sumas mediante impuestos especiales y venta de cargos públicos. En 1191 conquista Chipre a los bizantinos, por la cual Felipe II Augusto reclama la mitad de la isla. De regreso a casa, es capturado por el duque de Austria y puesto en libertad tras un cuantioso rescate. Tras su libertad, en Inglaterra perdona a su hermano Juan Sin Tierra, que conspiraba para hacerse con el poder con la influencia francesa, y lo nombra su heredero. El rey francés azuzó continuamente la revuelta de los pequeños señores de Normandía y Aquitania contra Ricardo I, el cual en el asedio a una fortaleza en el Limosín es herido, muriendo pocos días después. Ricardo I sería más recocido como prototipo de caballero medieval y sus gestas cantadas que por su política interior. V.- LAS MONARQUÍAS CENTROEUROPEAS Y EL DRANG NACH OSTEN El cristianismo había servido para que Polonia, Hungría y Bohemia en el campo político entren en relación directa con Europa y el en campo espiritual en comunión con Roma, a pesar de los intentos bizantinos. El estado alemán tendrá en su frontera a eslavos y magiares.  Polonia: el estado más grande de Centroeuropa es continuamente presionada por Alemania en el norte y el oeste y por los rusos de Kiev en el este. La dinastía Piast con Boleslao III (1102-1138) extiende sus dominios hasta el Elba, no sabe conservar su unidad y lo reparte entre sus hijos. Las presiones venían Enrique el León, duque de Sajonia y Baviera fundador de los obispados de Lübeck y Dánzig, y de Alberto el Oso, fundador de la marca de Brandeburgo. Ambos son los verdaderos artífices de la llamada Marcha hacia el Este (Drang nach osten), acentuada a mediados del s. XII con la colonización efectiva de las tierras entre el Elba y el Óder (deforestación y puesta en cultivos, se usó mucha mano de obra), ayudados por los cistercienses.  Bohemia: en la órbita del Imperio, los Premíslidas logran la corona real con Ladislao II (11581174) por su apoyo a Conrado III en la 2ª cruzada y por su amistad con Federico I Barbarroja. Ottokar I, su hijo, será el que logre hacerla hereditaria. En Praga habrá una fuerte burguesía alemana que potenciará el desarrollo económico de Bohemia.  Hungría: definitivamente en la órbita occidental establece una fuerte alianza con el Papado para evitar los embistes de Alemania. La dinastía Arpad con Ladislao I (1077-1095) extiende la influencia hacia el sur del Danubio y los Cárpatos. Kalomán I (1095-1114), su sobrino, incorpora Croacia, Dalmacia y Eslovenia con la correspondiente salida al Adriático.

VI.- LOS NORMANDOS DE SICILIA: 6.1.- LA CONQUISTA NORMANDA Su presencia en el sur de Italia fue capitaneada por clanes familiares, llamados por los lombardos en su lucha contra Bizancio ven la oportunidad de conquistar la tierra y crear estados personales sin orden superior. Los primeros normandos llegan a primeros del s. XI llamados por los señores de Capua y Benevento para luchar contra los bizantinos de Apulia y Calabria, y por Sicilia como mercenarios de Bizancio para luchar contra los musulmanes de la isla. En 1042, Drago de Altavilla recibe un pequeño feudo en Venosa que amplía a costa de los bizantinos, por lo que el emperador Enrique III le concede el título de conde de Apulia y Calabria autorizándole a hacer correrías por el ducado de Benevento (concedido por Enrique III al Papa León IX, inicio del conflicto normandos-Papa).

Ricardo Drengot, otro príncipe normando, conquista Capua, Aversa y Gaeta y crea el condado de Aversa. En 1053, el Papa León IX, reúne un ejército de aventureros alemanes e italianos y se enfrenta personalmente a los normandos, siendo vencido y hecho prisionero en Civitate (1053). Será puesto después en libertad y muerto en Roma al mes. Nicolás II, el Papa sucesor, aconsejado por Hildebrando (futuro Gregorio VII), da un giro a la política papal hacia los normandos, convoca el Concilio de Melfi (1059) invocando la Donación de Constantino, nombra a Roberto Guiscardo, duque de Apulia y Calabria, a Ricardo Drengot de Aversa, príncipe de Capua y a cambio obtiene sus vasallajes y la defensa del Papa. Roberto Guiscardo (1059-1085): inicia la conquista de Sicilia (1061, no caería hasta el 1091) en poder musulmán. La mayor parte de Apulia, salvo Bari, era normanda y Bari es conquistada el 1071 poniendo fin a la última posesión bizantina en la Península Itálica. Gran parte de Calabria sigue en poder bizantino. Sigue sus conquistas a costa de Benevento, bajo soberanía pontificia, por lo que es excomulgado por Gregorio VII, tras un acuerdo, reconoce sus conquistas y le nombra duque de Benevento (1080) pues necesitaba su alianza contra el emperador Enrique III. La conquista de Nápoles, que teóricamente dependía de Bizancio, le enfrenta con Ricardo de Aversa, no pasará a manos normandas hasta 1137 con Roger II. Los intentos de conquistar territorios en Épico e Illiria (Albania) alarma al emperador Alejo I Comneno, que se alía con Venecia (en 1071 con esta pérdida de terreno en el sur de Italia y la derrota en Manzikert harán que el Mediterráneo pase de Bizancio a los países europeos y sobretodo Italia). En 1083 rescata del castillo de Santángelo al Papa Gregorio VII, mientras asediaba la ciudad. Morirá en Cefalonia (1085), dejando Sicilia para su hermano Roger I, los territorios peninsulares para su hijo pequeño, Roger Borsa y el hijo mayor, Bohemundo (enfeudado por Urbano II con Tarento) se une a los cruzados participando en la 1ª cruzada, acabando como príncipe de Antioquia. Roger I (1071-1101): proclamado conde de Sicilia, gracias a la ayuda que le prestó a su hermano continúa con su conquista hasta 1091 (será Roger II quien la reunifique). Palermo (dentro de Sicilia) es tomada en 1072. Roger II (1105-1154): máximo representante normando de Italia, reúne de nuevo todos los dominios normandos de Italia y los convierte en un reino. Hace que sea uno de los mejor organizados de la época. Tras morir su primo Guillermo (1127), se apodera de los ducados de Apulia y Calabria usurpando los derechos de Bohemundo II de Antioquia, excomulgado por el papa Honorio II. Tras morir Honorio II (1130), toma partido por el antipapa Anacleto II, quien a cambio de su apoyo, le concede la corona de Sicilia. En 1137 conquista Nápoles, convirtiéndose en Príncipe de Capua. En 1140 reorganiza el reino mediante las Leyes de Ariano, centraliza todo el poder en él, disminuye el de los señores con los que lucha diez años. Guillermo I (1154-1166): hijo de Roger II y de la princesa Elvira (hija de Alfonso VI de Castilla y la princesa musulmana Zaida). Se enfrenta abiertamente con el papa Adriano IV que lo excomulga y levanta a los nobles en su contra. Casado con Margarita de Navarra (fue regente y su gobierno llevó a la paz aprovechada por su hijo), reparte entre sus hijos Apulia y Calabria, dejando Sicilia para el menor Guillermo II. Guillermo II (1166-1189): sin descendencia, concierta el matrimonio de su tía Constanza (hija de Roger II) con Enrique, hijo de Federico I Barbarroja, y le nombra heredera de Sicilia. Contra ella se alza Tancredo, conde de Lecce y nieto de Roger II, que es reconocido como rey por el papa Clemente III y coronado en Palermo. Enrique VI que llegó a Roma para ser coronado emperador en (1191) y reclamar los derechos sobre Sicilia de su esposa, obtiene la isla a la muerte de Tancredo (1194). Ese mismo año entra en Palermo, apresa a la familia de Tancredo, los deporta a Alemania y acaba el reino normando de Sicilia. VII.- LOS PRINCIPADOS RUSOS El Estado de Kiev y el resto nacen por varios factores: el elemento varego, que organiza y da armazón al eslavo con el que se funde y la influencia religiosa bizantina, que les hace entrar en la órbita ortodoxa. El Estado de Kiev fue fundado por Vladimiro de Kiev, quien se casa con Ana, hermana del emperador bizantino Basilio II. La influencia bizantina hizo que levantara catedrales en las principales ciudades. Se enfrentó a graves problemas internos, el mantenimiento de la unidad territorial fue el más notorio, pues

el sistema sucesorio preveía el reparto del reino entre los hijos, provocando continuas luchas fratricidas por lo que la unidad real se consiguió en contadas ocasiones. En éstas intervenían los estados vecinos (cumanos y pechenegos desde el este los que más). Iaroslav, uno de los hijos de Vladimiro, príncipe de Novgorod, se adueñó de Kiev. Opone resistencia eficaz frente a los pechenegos, a los que venció (1034). Fue llamado “el sabio”, destacado protector de la cultura, edificó la catedral de Kiev y compiló las leyes rusas (Russkaya Pravda). Las luchas internas en Kiev provocan su decadencia, siendo reemplazado por el Estado de Susdal, más alejado de las estepas del sur. El príncipe de Susdal, Andrés Bogoliuski saquea Kiev, asestándole un golpe mortal. Después las Invasiones de los cumanos (1203) y mongoles (1240) le dan el golpe de gracia. Las invasiones cumanas hacen que el sur se desplome en beneficio del norte formándose dos grandes áreas, en el norte las repúblicas de mercaderes de Novgorod y Psok (relaciones comerciales bálticas) y en el noreste los principados de Susdal, Moscú, Tver… Susdal será el núcleo del que surgirá el futuro estado ruso. A pesar de su decadencia Kiev conservará su prestigio moral y será el enlace con Bizancio. La Economía de estos Principados era esencialmente agrícola, cereales y pastos. El propietario de todas las tierras es el Gran Príncipe. Al principio la mayoría del campesinado es libre (smerdy) con capacidad de heredar la tierra de sus padres, pero su situación se va degradando. Los zakoupi eran hombres semi-libres a causa de las deudas, tienen obligaciones respecto a sus acreedores, lo que llevó en tiempos de guerra, hambruna o mala cosecha a los campesinos a convertirse en siervos (kolopy) de los grandes propietarios, que aumentan su posición comprando más tierras (los grandes propietarios fueron promovidos por el Gran Príncipe). Las tierras sin cultivar del Gran Príncipe son entregadas a familiares y adeptos (primera noción de terrateniente) que colocan en ellas a los zakoupy, obligados al pago de rentas y servicios. La clase social beneficiada de todo esto será la de los boyardos, miembros del séquito del príncipe (Drushina), componen su consejo, ayudan en la administración territorial y aunque vinculados al Príncipe, sus lazos no son indisolubles pues ellos mismos tienen su propio séquito, al principio son militares, luego grandes propietarios y con el tiempo acabarán formando auténticos señoríos. Las ciudades complementan este mundo rural. Albergan una población de jornaleros, fugitivos y soldados. Primero fueron enclaves en la defensa militar, más tarde aparecen los gremios de artesanos y comerciantes. Poseen una organización comunal muy básica. Su asamblea (vetché), colabora en la administración con los funcionarios del Príncipe. El comercio que sostiene estos núcleos urbanos responde a sus necesidades internas, bastante limitada, pronto se forman grupos de extranjeros que se concentran en barrios propios. Rusia no posee moneda propia hasta s. X, la mayor parte del volumen comercial pertenece al Príncipe, que recibe tributos en especie, mientras que con los excedentes, anualmente, se forma una caravana hacia Constantinopla. Cuando Rusia se replegué por las invasiones cumanas cesará. VIII.- LA PENÍNSULA IBÉRICA La descomposición del Califato llevará a un periodo de calma para los estados cristianos del norte, unos avances en la consolidación de las conquistas anteriores y nuevas conquistas. Desde el s. XI se crea un fuerte espíritu europeísta gracias al impulso de Sancho el Mayor de Navarra, se establecen monasterios cluniacenses y el desarrollo del Camino de Santiago cambia la influencia andalusí en Castilla y León por las nuevas corrientes europeas. En el campo social se asiste a la creación de grandes señoríos, afirmando el régimen feudal (más en Cataluña), la circulación monetaria aumenta con el crecimiento económico y el sistema de Taifas creado en el Califato favorece la intervención de los reyes cristianos en la política interna musulmana. Alfonso VI conquista Toledo (1085), símbolo de la unidad de la monarquía visigoda, crea el nuevo condado de Portugal, que se independizará de Castilla-León con Alfonso Enríquez (Alfonso I de Portugal), tras vencer a los almorávides en la Batalla de Ourique (1139) y pronto tomará Lisboa (1147) y se rebasará el Tajo. Será reconocido como reino independiente por Roma (1179). La reacción almorávide pone fin a esta situación, la tolerancia y status quo, se rompe. Los cristianos recuperan el sentimiento de recuperación activa de toda la península, hace que se consolide la unidad de todos los pueblos europeos, especialmente en España, en torno a la idea de Cristiandad. Los reinos se fijan metas para esta primera fase de reconquista en Castilla la línea del Tajo, en Aragón el Ebro y en el Condado de Barcelona la llamada Cataluña Nueva. Por primera vez se piensa en una posible alianza cristiana a nivel peninsular, se busca la unión de Castilla con Aragón con el matrimonio entre Alfonso I el Batallador con la heredera castellana, Urraca. El

fracaso de esta iniciativa propiciará la definitiva unión de Aragón y Cataluña que llevarán sus conquistas hasta el Ebro. Las Taifas españolas, en peligro de desaparecer, ven en los almorávides (no los consideraban refinados, salvajes) su única salvación. Los cristianos son derrotados en Sagrajas (1086) y Uclés (1108) aplacando su ímpetu. En la segunda mitad del s. XII hay una lenta repoblación en la zona del Guadiana. Los enfrentamiento con el nuevo poder musulmán almohade (derrotados en las Navas de Tolosa, 1212) abre la conquista de Andalucía. Castilla y León, separados tras la muerte de Alfonso VII (1157) se unen definitivamente en Fernando III (rey de Castilla) que en 1230 heredaría León. En la Corona de Aragón, se inicia (1213) con Jaime I la conquista definitiva del Levante y Baleares. La conquista de territorios a los musulmanes atraerá a muchos nobles europeos en un sentimiento de Cruzada, se crean nuevas órdenes Militares a las que los monarcas conceden extensos latifundios ganaderos en la Meseta Sur.

T. 12.- SOCIEDAD Y PRODUCCIÓN EN LA EUROPA OCCIDENTAL (S. VII-XII)

I.- LA SOCIEDAD FEUDAL El establecimiento de vínculos de dependencia entre hombres libre que caracteriza la época feudal desde los carolingios, tiene un claro precedente entre los francos y los visigodos. Hay una perfección de las prácticas. Los reyes germánicos se rodean de un grupo de jóvenes, viven en su palacio, son instruidos en las armas, alimentados y equipados. Para ellos es un honor servir al rey, al que juran fidelidad. Son llamados: por los francos antrustiones o leudes, por los visigodos gardingos (gards, casa), el latino es fidelis regis. Otro término de estos tiempos es wergeld, que alude al precio de un hombre, que debe pagar su asesino (el hombre libre vale el triple) que viene recogido en leyes europeas. Más tarde a estos guerrero se les conocerá como vassi (celta gwas, muchacho, sirviente), del que deriva vassus y vassallus, que perdurará. Como contraprestación a sus servicios (in stipendium o causa stipendii) y a su fidelidad (fidele obsequium y sincerum servitium) el rey les entregará un beneficium, desde armas en plena propiedad a tierras en tenencia, cuya concesión podía revocarse a voluntad del propietario (el Rey). El beneficium será la forma usada por Carlos Martel para premiar el servicio militar a caballo, como no tenía tierras suficientes en propiedad, se las cogió a la Iglesia, la cual seguía siendo su propietaria. La revocabilidad del beneficio (su principal característica) enlaza con el praecarium romano (precario, institución por la cual el patrono o protector concedía tierras a su patrocinado sin obligación entre ambas partes). Para evitar que los bienes pudieran ser reivindicados como propios por el patrocinado, se redactaba un escrito de petición (epístola praecatoria), el protector respondía concediendo el bien y con libertad para revocarlo cuando quisiera (epistola praestaria). 1.1.- EL VASALLAJE EN ÉPOCA CAROLINGIA Buscando el control de los grandes propietarios y asegurarse su servicio militar, los carolingios, especialmente Carlomagno, fomentaron el vasallaje a su persona mediante vínculos de fidelidad. No es ya tener una comitiva de fidelis regis (época merovingia), sino el control de los vastos territorios que se extendían con las conquistas y que su autoridad llegara a sus nuevos súbditos. Así Carlomagno pretendía disponer de un ejército fiel propio al margen del que puedan proporcionarle el resto de grandes señores, a cambio se les concedía tierras (condes, obispos o abades colaboraran interesadamente en busca de más posesiones). Con la extensión del sistema, los vasallos del Rey hacían vasallos a otros hombres libres, creando una red de dependencias en el reino. El sistema fallaba, la fidelidad mayor era con tu inmediato señor, de tal forma que con los señores que había entre el hombre libre y el Rey, no ejercía un control sobre los mismos. En cuanto

llegaron reyes de poca autoridad, los señores de las tierras alejadas fomentaran el vasallaje para su interés. El “Beneficio”. Lo recibían los hombres libres al servicio del rey por un vínculo de vasallaje. Podía consistir en tierras (casati) o el desempeño de un cargo (honor), que proporciona rentas de las tierras asignadas al disfrute de tal cargo. Los carolingios repartieron tierras procedentes de su propiedad, bienes fiscales, de la Iglesia y de sus conquistas, donde era necesario situar a personas de la máxima confianza por ser zonas en las que había que imponer autoridad (tierras lejanas y peligrosas). El último fin del beneficio era, que los recursos que obtenía el vasallo, sirvieran para ayudar a su señor cuando éste necesitara su ayuda, hay una subordinación clara del beneficio respecto al vasallaje, cuando el vasallo cesa, cesa también el disfrute del beneficio. Los reyes cuidaron para que sus vasallos no lo convirtieran en su propiedad privada (alodios). El sistema funcionó mientras los reyes fueron relevantes y tuvieron tierras que repartir. Las causas de la crisis del mismo fueron:  las luchas entre los hijos de Luis el Piadoso: la derrota de una parte suponía la confiscación y nueva distribución entre los vencedores (condados y abadías cambian frecuentemente de manos). Era aprovechado por los grandes nobles con muchos vasallos para “negociar” su fidelidad a uno u otro.  las invasiones normandas: grandes señores laicos y eclesiásticos eran la única defensa en un vasto terreno, por lo que los campesinos se refugiaban en castillos y monasterios, generando una mayor dependencia hacia ellos.  la confusión o equiparación entre el cargo público y el beneficio, se detecta en los últimos años de Carlomagno. Los condes, consideran su cargo público como un beneficio cuando en realidad el beneficio era el disfrute de las rentas de los bienes adscritos al cargo, el producto de las penas impuestas, etc. Transmisión de los beneficios: Al principio clara distinción entre honor y beneficio simple:  Honor: desempeño de un cargo público (condado, obispado, abadía), podía revocarse a voluntad del monarca y su titular perdía el disfrute de las rentas que lleve aparejadas.  Beneficio simple: concesión de tierras por servicios prestados, la plena propiedad de las tierras es del monarca y no puede privarse de ellas al vasallo salvo causa justificada o indemnización. Desde su nieto, Carlos el Calvo, era muy difícil desposeer a alguien de un Honor, carecía de fuerza suficiente como reconoció en la Asamblea de Coulaines de 843, donde viene a decir que no desposeerá de bienes a la Iglesia y de cargos a sus honores (vasallos con cargos). El rey no lo es “por la gracia de Dios” sino por un vínculo contractual con sus nobles. Carlos se encontraba sin propiedades propias con las que atraer a nuevos vasallos o fidelizar a los propios. Aunque en teoría el rey podía recuperar un condado a la muerte de su titular y darlo a un nuevo vasallo, en la práctica esto no ocurre casi nunca, no había mejor fidelidad que la de una familia. En la Asamblea de Quierzy-sur-Oise (877) reconoce el derecho preferente de los hijos de los condes y otros vasallos a ocupar los beneficios que sus padres dejaran a su muerte mientras viajaban con él a Italia, aquí expresamente no reconoce el carácter heredable del beneficio, pero sienta sus bases para una futura forma legal. Desde entonces los reyes jurarán primero mantener los derechos de sus vasallos y después se aceptará su autoridad real, lo que supone un giro en la política de concesiones, el beneficio se antepone al vasallaje. Las tierras, los cargos y la autoridad han ido pasando del rey a sus vasallos. El poder se ha ido fragmentando del emperador a los reyes y estos a los señores. Desde finales del s. IX surgen nuevos poderes locales, antiguos funcionarios carolingios, que ejercerán la autoridad en su propio nombre y beneficio y no en nombre del rey. La presencia de Normandos y sarracenos hará que los nobles sean los primeros interesados en defender sus territorios y construir castillos, prohibidos desde el Edicto de Poitiers (864). Esta nueva nobleza, laica o eclesiástica, reforzará su poder frente a los campesinos y se apropiaran del ban (impuesto al campesino por usar espacio del señor). El “feudo”:

El Feudum ha tenido distintos significados, en general equiparable a beneficio (en el siglo X en “Las Partidas” del rey Alfonso X se especifica como “manera de beneficio que dan los señores a sus vasallos por razón de vasallaje”). Su origen deriva del franco Fehu o feod (ganados, bienes), empieza a usarse desde s. X y viene a sustituir a beneficio. También designa la fusión entre beneficio y vasallaje, dando lugar a los contratos de feudo, por el que el señor cede un beneficio a su vasallo, a cambio de su fidelidad y ayuda, con dos elementos, uno personal, el vasallaje, y otro material (real), el beneficio. Este término feudo (contrato) se generaliza durante s. XII en Italia y Francia, y en s. XIII en Alemania. En España solo en Cataluña, de influencia franca y más feudalizada. El homenaje feudal: - La ceremonia del vasallaje constaba de 3 partes principales: 1º. La inmixtio manuum: el futuro vasallo, de rodillas, cabeza descubierta y sin armas pone sus manos juntas entre las de su señor. 2º. El juramento de fidelidad: numerosas fórmulas más o menos extensas. Se prestaba sobre los Evangelios o una reliquia (carácter sagrado del pacto, ante Dios, romperlo era perjurio) y era la parte más importante de la ceremonia. 3º. Entrega por el señor al vasallo de un objeto que simboliza el feudo (investidura): un bastón, una rama, tierra… en caso de abades u obispos un anillo o un báculo. 1.2.- LAS OBLIGACIONES CONTRACTUALES En el 1020 Fulberto de Chartres, en una carta al duque Guillermo V de Aquitania expone las obligaciones del vasallo. Se resumen en dos: 1.

2.

El auxilium: ayuda que está obligado a prestar a su señor. En principio militar, ofensivo y defensivo, no se fija límite de tiempo. Luego se normalizó 40 días, si excedía el señor estaba obligado a pagar un salario al vasallo. También debía prestar servicio de escolta personal, guardar su castillo y contribuir con dinero al rescate de su señor prisionero, a la ceremonia de investidura del hijo mayor, la boda de la hija del señor o ayudarle económicamente si parte a la Cruzada, también testificar como co-jurado de su señor, etc. El consilium: es un consejo del vasallo acudiendo a la corte de su señor para asesorarle en temas judiciales o formar parte de su corte en momentos señalados, asomiendo el señor los gastos de comida, alojamiento y regalos a su vasallo (los vasallos competían entre ellos con sus atuendos y bienes en estas recepciones). El señor venía obligado a protegerle, garantizarle justicia y ser su valedor ante otros señores.

1.3.- LA PRIMACÍA DEL FEUDO En los contratos-feudos en su origen era más importante el lazo personal (vasallaje) que el material (beneficio, económicos). Desde s XI se invierten los términos, sobre todo cuando el vasallo consigue hacer hereditario su feudo. Sus consecuencias fueron que el vasallo tiende a aflojar sus vínculos con su señor (se siente dueño del feudo) y que la ceremonia de vasallaje se renovará cada vez que había una sucesión (ya sea el señor o el vasallo), por lo que los lazos no tenían la misma firmeza que los establecidos al principio de la relación feudal. Desde el s. XI se admite que el vasallo pueda romper sus lazos con el señor devolviéndole el feudo, bien para buscar uno o más nuevos señores a la vez (conflictos pues ayudaba al mayor feudo) o bien por superar en bienes al propio señor, lo que rompe el equilibrio. El feudo iba asociado a las tierras. Posteriormente surgiría un feudo de bolsa o de renta con el desarrollo de la economía monetaria y se basará en la percepción de rentas dinerarias procedentes de multas, peajes, impuestos… y también en la contratación de caballeros sin recursos a los que se le asigna un sueldo con cargo al tesoro de su señor. Desde s. XII se puede decir que existe una especie de tarifación de las obligaciones feudales, más teóricas que reales. La ayuda militar, base inicial del sistema feudal, pierde importancia, los señores deben pagar a sus vasallos si quieren tener su ayuda. En Inglaterra los Plantagenet (dinastía real)

implantan el escutage, tasa por la que los vasallos se libran del servicio de armas, dinero con el que el monarca contrataba tropas leales. El sistema se degeneró. II.- GEOGRAFÍA DEL FEUDALISMO 2.1.- FRANCIA Los carolingios desde Carlos Martel, empiezan a aplicar el sistema feudal. Francia es la cuna y primera zona de difusión, en concreto en la zona territorial de la dinastía (en el centro-norte entre el Sena y el Loira), donde el feudalismo será más puro y donde las instituciones feudales se extienden más rápidamente. En el norte, dominios Capeto, también. El dominio Capetola en su mayoría era infeudado, primero se buscó la afirmación de la monarquía y recuperación del prestigio real contando con el apoyo de la Iglesia, ya que los Capeto designaban 1/3 de los obispos y numerosos abades en el reino, los cuales aportaban sus propios vasallos al monarca y al no poder consolidar dinastías familiares casi tenían asegurada su fidelidad. Los Capeto, irán al principio lentamente, afirmando su preeminencia sobre todos los señores. Conforme nos movemos hacia el sur, la feudalidad es más lenta. En algunas ocasiones falta alguna de las notas características del modelo del norte. En resumen, donde se habían instalado los francos el feudalismo se impuso con más fuerza y donde constituyeron una minoría el feudalismo fue menos potente y diferente. 2.- ESPAÑA - Septimania y Marca Hispánica: sus condes, que durante los carolingios están bajo su protección (al ser descendientes hispanos que se acogieron a los francos), se independizan de hecho desde finales s. IX. Los condes de Barcelona-Urgel, Pallars-Ribagorza y Ampurias-Rosellón se convierten en otras tantas dinastías alrededor de las cuales se articulará el sistema feudal. Obispados y abadías también gozan de un régimen especial con numerosas inmunidades (de obligaciones militares) y derechos fiscales (cobro peajes, pastos, acuñación moneda…) que en origen pertenecía a la corona como una regalía más. - León: las instituciones feudales y la fragmentación del poder real no fue comparable con Europa. La reconquista aportó tierras suficiente para repartir a los vasallos. La tradición visigodo-romana reconocía la propiedad real todas las tierras yermas y de conquista. La lucha contra el Islam hizo que el rey aglutinara a todas las fuerzas y dirigiera en las batallas (su autoridad no es discutida). A diferencia de Europa los condes y potestades, de los que dependen funcionarios menores, no lograron hacer hereditarios sus cargos. La explotación de nuevas tierras hizo que no se desarrollara en estos primeros siglos un régimen de servidumbre como el de Europa. Los vecinos libres de las aldeas se reúnen en un concejo (concilium) para regular las cuestiones que afectan a la comunidad. Todos los hombres están obligados a defender el reino, con sus medios a pie o caballo:  El fonsado o hueste era una acción militar de gran envergadura. Todos están obligados a participar y el que no lo hacía, pagaba una multa, que luego se convirtió en impuesto (fonsadera).  La cavalgada, o expedición rápida, solo participa la caballería. Se fomentó mucho la caballería, debido a la lejanía de las acciones militares. Se les otorgan grandes privilegios a los caballeros villanos, equiparándolos a la nobleza inferior (infanzones). En resumen, ni el vasallaje, ni el beneficio, ni las inmunidades alcanzadas por los numerosos dominios laicos o religiosos tuvieron fuerza suficiente para recortar la autoridad del rey ni hacer que el Estado perdiese sus derechos. - Pamplona y condados aragoneses: participan de las características feudales, según el momento, de la zona catalana o leonesa. 2.3.- ITALIA Norte y centro el sistema hereditario de los feudos se implantó muy pronto. La existencia de ciudades importantes obstaculizó el desarrollo feudal (mucho artesano). La meridional, ocupada por los ducados normandos y bizantinos tuvo desarrollo tardío, a finales del s. XI, coincidiendo con la ocupación normanda. En los Estados de Tierra Santal, los diferentes linajes mediatizaron el poder de los reyes de Jerusalén asemejándolo al sistema feudal del norte de Francia.

2.4.- ALEMANIA Es un caso particular por dos motivos, por una parte la monarquía se apoya en numerosos obispados y abadías creados por ella al avanzar al Este; y por otra, las antiguas unidades étnicas imponen su personalidad, las cuales serán la base de monarquías independientes o poderosos ducados (Sajonia, Baviera, Lorena, Franconia y Borgoña), que de hecho se muestran independientes, aunque a veces reconozcan la autoridad del soberano (Otones o Hohenstaufen). Para contrarrestar esto, los reyes conceden numerosas tierras y vasallos a obispos (pasan a ser obispos-condes), al no ser heredables supuso un amplio margen de maniobra a los reyes. Conrado II (1047) concede el derecho de herencia a los pequeños vasallos (valvasores) para socavar el poder de los grandes señores. 2.5.- INGLATERRA Desde épocas tempranas (s.IX) conoce un régimen primitivo de feudalismo que limita la autoridad del rey, aun cuando en torno a él se agrupaba la nación frente al exterior. Se llegan a titular “Imperactor totius Brittanici orbis”. Este poder absoluto está limitado por la Iglesia, con gran independencia y por los consejeros reales (witan), que debían aprobar todas sus decisiones. La asamblea nacional (witana-gemot) estaba formada por los miembros de la familia real, los obispos, los jefes provinciales (earldormen) y los vasallos del rey (thanes). Esta asamblea tiene la última palabra en todos los temas importantes del reino. La fórmula real es “yo y todos vosotros”. La isla estaba dividida en condados (shires), al frente un jefe militar, que hará hereditario su cargo, un obispo y un sheriff (funcionario real encargado de recaudar rentas, administrar justicia y aplicar la ley). Los shires engloban otros condados menores (earldoms), cuyos titulares no se hacen hereditarios. En tiempos de la conquista normanda (1066), los vasallos del rey (thanes) están repartidos por todo el reino (en casi todas las aldeas), tienen tierras propias, son libres, dependen del rey directamente, de otro señor o de la Iglesia. Al estar sujetos a obligaciones militares tenían un rango superior a los demás. Los caballeros (Knights) eran los dedicados a las armas pero sin tierras. Con la conquista se transfieren a la isla las instituciones feudales de Francia, el Rey se sitúa en lo alto de la pirámide feudal, se aplica el derecho de conquista, todas las tierras pertenecen al rey y todos los feudos dependen de él. Los barones los reciben directamente del monarca, sin interferirse entre el Rey y sus súbditos. III.- LA TRIPARTICIÓN FUNCIONAL Y OTROS MODELOS DE SOCIEDAD. LA CABALLERÍA Desde el s. X la sociedad feudal se estructura en 3 grupos: 1.

Los bellatores: en la cúspide de la pirámide social ejercen el oficio de la guerra y la defensa de los otros dos grupos sociales.  Alta nobleza: reciben distintos nombres seniores, fideles, magnates, proceres, comites, nobiles (nobles). Constituyen una aristocracia de sangre o de oficio, poseedora de tierras que proporcionan rentas y bienes mediante el trabajo de los campesinos. Desde s. X se les llama también caballero (miles) por la importancia del combate a caballo. La nobleza de sangre es anterior a la caballería (origen en el Bajo Imperio, surgida por honor de un antepasado). Este tipo de nobleza era escasa, se transmitía en un principio por línea femenina (hasta el s.XII), cuando los feudos son hereditarios y sus señores adquieren el derecho de ban (derecho de mando) y las armas son su principal actividad es por línea masculina.  Baja nobleza: dedicada al ejercicio de las armas y que destacaban sus cualidades en el combate a caballo (infanzones, filii benenatorum y mayoritariamente milites o caballeros). En España, ambos grupos bien definidos, a la alta nobleza se le llamó ricos-hombres y a la baja infanzones, caballeros o hidalgos. La riqueza y origen los diferenciaba, pero ambos disfrutaban de privilegios: exenciones de impuestos, composición o pago por los daños corporales recibidos, la inmunidad u honra de sus personas y bienes, exclusiva dependencia jurídica del rey y de su curia, exención de penas corporales, etc. Desde el s. XII el término “caballería” engloba las dos ramas de la nobleza, representa un código de conducta válido para todos sus miembros y unos valores fundamentales como son la fidelidad, el cumplimiento del deber militar y el honor, más tarde con la sociedad idealizada y la cristianización vendrá la protección al débil e indefenso, y el “amor cortes” a las damas.

La Iglesia influyó (desde el s.XI) en la forja del espíritu caballeresco dirigiendo los afanes guerreros de sus miembros hacia la defensa de la fe y la lucha contra el musulmán, así surge el soldado de Cristo (miles Christi). Sin embargo conservará su carácter militar, la guerra privada y la venganza (faida) se convierten en la actividad preferida de la nobleza altomedieval, guerras orquestadas por ellos y de uso privilegiado, casi siempre se realizaban a caballo y en las cuales la masa campesina no interviene asistiendo al destrozo de sus cosechas. La Iglesia crea la Paz de Dios y la Tregua de Dios, a fin de reducir sus males. Los torneos fueron otra de las ocupaciones preferidas de los caballeros. Celebrados con ocasión de las grandes fiestas, simulaban combates reales, en ocasiones fueron cruentos, motivo por los que la Iglesia los prohíbe en 1179, con escaso resultado (divertimento real). La aristocracia (nobles y caballeros) harán construir castillos y fortificaciones de piedra, serán el lugar de residencia de nobles desde los s. XI-XII, donde por mentalidad, vivían al margen del resto de la sociedad. 2. los oratores (clero). 3. los laboratores (trabajadores). IV.- EL MUNDO RURAL 4.1.- EL GRAN DOMINIO El panorama rural, hasta primeros del s. XI, es similar al que existía a finales del bajo Imperio. Basado en el gran dominio (villa), varios miles de hectáreas que incluía: a) Ager (tierra cultivada):  Reserva (terra indominicata). Tierra perteneciente al señor, cultivada por siervos y aquellos campesinos que poseían tierras en los mansos*. En su centro se encuentra la corte o cortina (courtis), que era un conjunto de edificaciones con la residencia del señor (castillo por ejemplo) y los almacenes, horno, molinos…  Terra dominicata: tierras dadas en arrendamiento a campesinos estructuradas en manso. Los mansos en teoría era la unidad de explotación familiar, bastaba para el sostenimiento de una familia, cultivado con un arado y una o dos parejas de bueyes. Su superficie era variable en función del tipo de tierra y de la condición social de los poseedores, libre o colonos (de 2 a 10 hectáreas). Además según el contrato con el señor, trabajaban en la reserva varios días a la semana, durante algún mes o durante todo el año en régimen de corveas (gratuitamente), sus funciones iban desde la vendimia, la cosecha, arar… o bien el pago de renta en especie (raramente en dinero).Es la base sobre la cual se calcula la unidad fiscal para el pago de impuestos. Se benefician del aprovechamiento del saltus. b) Saltus (tierras sin cultivar). Pertenecía al señor, que solía dar permiso al campesino para transitarlos, recoger miel, leña, frutos silvestres o el pastoreo. La caza solía ser privilegio del señor. El utillaje agrícola es deficiente debido al escaso hierro para hacer herramientas y abono de la tierra. El hambre o la subalimentación crónica amenazaban constante a poco que no acompañara el tiempo. Las villas tienden a la autarquía, los escasos excedentes se intercambiaban o vendían en los escasos y pequeños mercados. Todo lo necesario para vivir se fabricaba dentro de la villa: calzados, vestidos, apeos…. Algunas villas (típico en las eclesiásticas) solían estar dispersas y alejadas, próximas a los lugares de producción de aceite, vino o cereal que luegon trasportaban para su consumo. Todos los hombres, de cualquier condición jurídica (siervos, colonos o hombres libres), están bajo el poder absoluto del señor, los hijos de los campesinos les suceden en el cultivo y las obligaciones. El señor es amo de todo, construye la iglesia, nombra su capellán, fija las rentas, las prestaciones laborales, todo. Las personas cada vez tienen un servidumbre mayor, en aquellos dominios que gozan de inmunidad, su señor detenta los privilegios regios como eran reclutar, impartir justicia e imponer multas, percibir todo tipo de impuestos… La inestabilidad surgida al final de la dinastía carolingia y la necesidad de protección aumentarán el poder de los señores, envilece la situación jurídica, social y económica de los campesinos. Desaparecen los últimos vestigios de libertad individual. Se conoce bien el funcionamiento de las villas por los polípticos o registros de derechos y rentas, por el del abad Irminón de Saint-Germain-des-Près (primero s. IX) (33000 ha.).

4.2.- LA EXPLOTACIÓN DE LA TIERRA Tras las 2ªs invasiones, desde mediados del s. X y principio del XI, la lenta recuperación de la actividad agrícola se ve reflejada en un ligero aumento de población, se necesita explotar más tierras baldías, tierras recién conquistadas (ej. Valle del Duero y parte de Cataluña), se talan zonas boscosas, se colonizan nuevas tierras, se desecan o se gana al mar (Flandes). El rendimiento mejora al introducirse la rotación trienal de cultivos (en lugar de la bienal, un año cultivada y un año de descanso), la tierra se divide en tres partes, una se siembra con cereal de invierno, otra con cereal de primavera u otro cultivo y la tercera se deja en barbecho, rotando anualmente y aumentando la superficie destinada al cultivo. Se mejora el utillaje, se usa el arado, de una o dos ruedas con vertedera (penetra mejor la tierra pesada), sustituyendo al arado romano de reja fija de madera, se mejora el atalaje de los animales, se difunde el uso de molinos de agua y viento. Todas estas mejoras fueron lentas y no generalizadas. Desde principios del s. XI el sistema carolingio de grandes dominios va hacia su disolución, la reserva tiende a desaparecer y se reduce constantemente. El señor fracciona su dominio por los sucesivos repartos hereditarios, las donaciones piadosas y la creación de feudos menores en su dominio, el arrendamiento de tierras a cambio de un canon o renta. El poder de los señores en el ámbito social aumenta, se apropian de las banalidades, derechos que ejercían los antiguos funcionarios carolingios de dictar órdenes y reglamentos en su jurisdicción, con lo que aumentan los abusos: los llamados malos usos (se vende la cosecha del señor y luego la de los campesinos), uso obligatorio del horno y molino del señor, tasas por uso de caminos, por transmisión de herencias, ventas en el mercado… muchos abusos son específicos de ciertas zona, la confusión y la arbitrariedad es la norma general pues era según la voluntad del señor. 4. 3.- EL AUMENTO DE POBLACIÓN Aunque lenta, se percibe por toda Europa, a causa principalmente de un aumento de las temperaturas y disminución de lluvias (documentado desde s. X hasta fin del s. XIII), mejora en la alimentación con un mayor consumo de cereales y una mayor tranquilidad general, debida a la acción de instituciones como la Paz y Tregua de Dios. Testimonios indirectos de este aumento son el mayor precio de las tierras en venta, nuevos núcleos de población, fraccionamiento de los mansos, la caída o estancamiento de los salarios, la roturación y colonización de nuevas tierras (importante contribución órdenes religiosas), la construcción de iglesias… Según cálculos se prevé que Europa pasa de 25 millones el 950 a 45-50 a primeros del s. XIII. Inglaterra de 900000 en 1086, a 2 millones a primeros del s. XIII. La natalidad supera la mortalidad (aun habiendo guerras, hambres, enfermedades, poca esperanza de vida…). V.- LA VIDA URBANA 5.1.- LA TEORÍA CLÁSICA (Henry Pirenne): El alto-medievo la vida es eminentemente rural, sin embargo hay otra realidad urbana, modesta o de pequeña importancia, los ciudadanos o burgueses son un elemento extraño en aquella sociedad feudal ruralizada. Desde siglo X, el aumento de la vida urbana, los historiadores se basan en la pervivencia de las ciudades romanas o en el desarrollo comercial, hoy se tiende a matizar ambas posturas y se relativiza la tajante distinción entre habitantes del campo y ciudad. La teoría clásica desarrollada por Henri Pirenne (primera mitad del s. XX), se fijó en el control musulmán del Mediterráneo (fin al comercio europeo por esta vía) y las correrías normandas. Ambas provocaron el fin del comercio en Europa (base de la vida urbana), decadencia de las ciudades que se replegaron sobre sí mismas, unas languidecen y otras desaparecen. Hasta el s. XI subsistirán dos tipos de ciudades sobre los que se desarrollará el mundo urbano, la ciudad propiamente dicha (orígenes romanos), sedes de un obispo y su curia con una función puramente administrativa y los burgos o castros, de origen militar para resistir a los invasores.

Desde s. XI hay un desarrollo urbano producido por el nacimiento del gran comercio y la aparición de una nueva clase social, los mercaderes, que se sitúan en ellas a través de sus tiendas (portus) y almacenes próximos a las ciudades y burgos (eran nómadas de unas a otras). Estos mercaderes se irán instalando permanentemente conformen aumentaba el comercio, entran rápidamente en conflicto con nobles y grandes propietarios (en lo rural) y con obispos (urbano), piden se les reconozca sus derechos de propiedad, justicia especial, libertad de comercio, exención de tasas…. Se asocian (guildas) para defender sus derechos y obtener cartas de franquicia o privilegios (origen de los movimientos comunales posteriores). 5.2.- LA TEORÍA ACTUAL Matizaciones a la tesis de Pirenne, las invasiones normandas afectaron a la parte marítima de reino franco y en menor medida a otras zonas interiores; los mercaderes, casi siempre, eran agentes locales de grandes señores que vendían los excedentes de la cosecha; las ciudades no vivían de espaldas al campo, muchos trabajaban en él; reyes y señores crearon ciudades ex novo (de la nada) para repoblación, defensa… les otorgaron privilegios y exenciones por motu propio. Además del desarrollo comercial, hay otras causas. Muchas surgen de ciudades originarias en el Bajo Imperio, también se crean nuevas junto a monasterios (Sahagún en Léon), lugares de culto (Santiago), a castillos o fuertes (Burgos), en zonas pantanosas como refugio (Venecia) o por motivos estratégicos, políticos, repobladores… En general en la costa mediterránea la ciudad romana ha tenido una continuidad, apareciendo otras que le quitaron poder; en el norte de Europa, Inglaterra y países eslavos, las ciudades surgen cerca de puestos militares (gorod rusos y polacos), alrededor de lugares de etapa o puertos de época vikinga (wik, ciudades del Báltico); en el oeste de Europa (Francia y P. Bajos) ciudades romanas animadas por el comercio. La ciudad medieval se distingue por sus murallas, que se van ampliando según crece en población y con espacios sin edificar, calles estrechas, formando barrios con su propia iglesia parroquial. La mayoría de tamaño pequeño, pocos miles, con un mercado semanal, sus habitantes trabajan en el campo y como artesanos. Las de tamaño medio suelen ser capitales de distrito o diócesis, donde viven el obispo y su clero, el representante del rey, numerosos artesanos y comerciantes (no llegan a los 40000 habitantes). Las grandes ciudades viven de su actividad comercial, financiera e industrial, con proyección internacional, pueden llegar a los 100000 habitantes, aun así no pueden compararse con las bizantinas o musulmanas, de mucha actividad comercial y artesanal. Desde s. XIII se asiste al triunfo de la vida urbana, gracias al movimiento comunal crearán sus propias instituciones con las que controlar sus intereses frente a señores laicos y eclesiásticos. Estas luchas entre ricos hombres (popolo grasso o potentes, meliores, cives) y ciudadanos de segunda (popolo minuto o pauperes) marcarán la vida de las ciudades. VI.- EL COMERCIO 6.1.- LA ACTIVIDAD COMERCIAL a) Los orígenes: El comercio nunca había desaparecido del todo (tras dos oleadas de invasiones y los musulmanes), hay menciones a judíos, sirios, lombardos o “griegos” en la documentación historiográfica. Una ínfima parte de la población (condes, obispos y ricos) consume productos de lujo, base del comercio de la época, el resto no. El mercader nunca fue bien visto por los eclesiásticos (“esclavos del vicio y amantes del dinero”), aun así desde s. XI se convierten en motor económico europeo. Junto al mercader nómada de tierras lejanas, aparecen en las ciudades el comerciante local encargado por su señor de vender los excedentes, los pequeños transportistas, campesinos que huyen de la miseria del campo y otros que trapicheaban mercancías. b) los polos comerciales: hay dos grandes áreas comerciales en estos siglos: - Mediterráneo, donde destacan los italianos, que nunca perdieron el contacto con Bizancio a través del Exarcado de Rávena, de Venecia o de las ciudades del sur. Importaban objetos lujosos de Oriente y los distribuían hacia Europa. Obtuvieron autorización de Bizancio para abrir comercios en el Imperio. Posteriormente pisanos y genoveses, en sus razias por el norte africano, obtienen buenos botines que reinvierten en el comercio a la vez que toman Córcega y Cerdeña a los musulmanes. Las

causas del aumento del número de comerciantes italianos fue el aumento de población en Italia, la falta de tierras para cultivo, las ganancias que ofrece el comercio, su extensión costera y hacia el interior (Florencia, Milán, Pavía). Con el inicio de las Cruzadas serán los primeros en instalarse en Tierra Santa de forma permanente, creando factorías (fondacos) y teniendo privilegios de todo tipo (como el jurídico ius mercatorum). Durante siglos, los italianos monopolizarán el comercio con Oriente: especias, seda, algodón, alumbre… exportando cereal, madera, hierro… - Mar Báltico y Mar del Norte: de mayor volumen y no menos valor. A partir de los lugares de intercambio de época vikinga en Jutlandia y Gotland se pone en comunicación toda la zona norte, extendiéndose a Novgorod desde s. XI. Las zonas del Mosa y Rin fueron centros activos de comercio, en 1130, mercaderes de Colonia y Bremen obtienen el establecimiento de una factoría en Londres. Flandes, con su comercio de paños, con Brujas y Gante en cabeza, fue el centro más activo del comercio norteño, siendo su abastecimiento de lanas el principal problema, por la cual se buscó una política de alianzas especialmente con Inglaterra y España. c) los transportes terrestres: numerosos peligros y obstáculos: asaltos, robos, peajes, cruce de ríos y montañas… El estado de las vías romanas era lamentable para las carretas (se sustituían por burros y caballos) por falta de mantenimiento, puentes rotos, no llegan a todos los lugares y las que hay son pésimas. Si existe en Europa una buena red fluvial, donde barcazas de fondo plano pueden transportar peso y donde las ciudades en los cursos de ríos como el Rin, Sena, Támesis, Po, Ródano… desarrollan un comercio más activo. d) el transporte marítimo: principalmente comercio de cabotaje dada la poca capacidad de las naves y dificultades en la navegación. En el norte se abre paso un tipo de barco a vela, la coca (koggen), que irá perfeccionándose, de aspecto panzudo, con uno o dos puentes, lento, resistente a las embestidas del mar, de gran capacidad (300 Tns) para cereales, lana, vino, materias pesadas y voluminosas y que desplazará a la nave vikinga (drakar). En el Mediterráneo la nave típica sigue siendo la galera de dos mástiles, con vela latina y a remo, de origen romano-bizantino sólo apta para mares tranquilos y mercancías de poco peso y gran valor (200300 Tn). A partir del s. XIII se perfeccionan la construcción de naves, se difunde el astrolabio y el timón de codaste en la popa (sustituye al timón lateral). 6.2.- MERCADOS Y FERIAS: Cuando la producción agrícola aumenta es necesario venderla en los mercados locales semanales, en las ciudades cabezas de distrito, obispados o villas de cierta importancia. Al aumentar la población, el número de ciudades y la producción, surgen centros en los que los intercambios son a mayor escala, surgen así las Ferias. Ya no semanales sino periódicas, acuden mercaderes de lugares lejanos, se van especializando según el tipo de mercancía a contratar. Destacan en Inglaterra Winchester, Londres y Stanford; en Francia Saint-Denis; en Flandes Brujas e Ypres; en Castilla Valladolid y Sahagún; en Italia Milán y Verona; y las más famosas fueron las del condado de Champagne*. *Su mayor esplendor (s. XII-XIII), gracias a su situación, entre Flandes e Italia y a la protección de sus señores acuden mercaderes de Francia, España, Italia, Inglaterra…, se comercia con paños, lanas, cueros, cereales, vinos… con una duración de mes o mes y medio a lo largo del año se celebraban unas seis entre: - Provins: una en mayo-primavera y otra en septiembre. - Troyes: en junio, otra en octubre. - Lagny: en enero. - Bar: en febrero. Al crecer el volumen de mercancías aparecerán las letras de feria (órdenes de pago) creadas por los mercaderes italianos (Siena, Florencia y Piacenza). Facilitó las transacciones comerciales evitando llevar grandes sumas de dinero encima. Era un documento escrito ante notario donde el deudor se compromete a pagar a su acreedor una suma estipulada. Con el tiempo el mercader viajero irá desapareciendo, se sustituye por un delegado o representante de la compañía, asentado en la ciudad, por los cuales las grandes ferias de mercaderes típicas de Champagne irían desapareciendo.

6.3.- LA MONEDA Y EL CRÉDITO Desde Carlomagno circula por Europa la moneda de plata generalmente y oro en las zonas en contacto musulmán como Castilla y Cataluña. Carlomagno creyó suficiente el uso de monedas de plata dado el intercambio comercial de su época, y en base a ellas hace su reforma monetaria. En el 794 establece la nueva libra de 409 gr. en lugar de la romana (327 gr.). La nueva libra era el patrón “ideal”, una moneda de cuenta que se dividía en 20 sueldos de 20,45 gr. (que toma el nombre del solidus romano y que también es solo moneda de cuenta). Cada sueldo se divide en 12 denarios o dineros (1,7 gr. de plata), de lo que una libra eran 240 denarios (única moneda real). Su emisión es una regalía (monopolio real) y su valor lo garantiza el Estado. Con el tiempo aparecen numerosas cecas privadas y se usan aleaciones como el cobre, dado el valor y escasez de la plata. Con el desarrollo del comercio es necesario aumentar la circulación monetaria y recuperar el valor de la moneda, emitiéndose nuevas monedas de plata gracias al descubrimiento de minas en Bohemia. En Bizancio e Islam no dejaron de circular la moneda de oro, Aragón y Castilla, dada su proximidad con los musulmanes y beneficiados por el sistema de parias (impuestos reyes musulmanes a reyes cristianos) emitieron moneda en oro similar a la cordobesa, Aragón (1035) y Castilla, en 1172, con el maravedí. En el resto de Europa Florencia con el florín en 1252 y Venecia con el zecchino o ducado de oro. La Iglesia siempre vio mal la figura de mercader y sus ganancias, pues el trabajo manual era el único santificado (ganancias loables). Los judíos, cátaros y lombardos, dedicados al préstamo, fueron su blanco, los consideraban usureros. Prestamistas y banqueros italianos debieron ingeniársela para burlarla. Para afrontar los largos viajes y fuertes inversiones de dinero nacen en Italia y luego el resto asociaciones financieras basadas en modelos bizantinos y califales:  la comanda: la primera y más básica. Ante notario se hace un contrato por el cual un comandatario entrega un objeto o dinero a un comerciante, que realiza el negocio, la ganancia se reparte entre ambos. Si hay pérdida, la asume el comandatario.  la collegantia y la societas maris, contratos por un año, luego la sociedad se disuelve.  la compañía: nace en Italia, al principio solo familiar y que acabó admitiendo más personas. Los beneficios y pérdidas se reparten según lo aportado por cada socio, cuando admitan depósitos y presten dinero a cambio de interés, nacerá la banca.

T.13. LA IGLESIA EN LA IGLESIA VIII-XII. EXPANSIÓN Y CISMA.

I. LA IGLESIA. NEXO DE UNIÓN CON EL MUNDO ANTIGUO. Las invasiones bárbaras supusieron una ruptura, cultura que fue sustituyendo durante su convivencia a la romana, la cual sobrevivió espiritualmente en clérigos y antiguas familias senatoriales, ambas vinculadas a la Iglesia. Aun así esta, quería romper con el paganismo clásico, creando el génesis ideológico y espiritual en los bárbaros. El medio fueron sus clérigos, único cultos capaces de poner en “entredicho” los clásicos impregnados de ese paganismo, utilizándolos en su interés o sustituyéndolos por el estudio de La Biblia y con la Historia Sagrada, mediatizando el saber y creando los cánones necesarios. La sistematización de la enseñanza impartida en monasterios y catedrales se debe a Casiodoro, monje en Vivarium, el cual elabora y estructura la misma en dos ciclos: Trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica, preparaba para elaborar un buen discurso y hablar en público) y Quadrivium (Aritmética, Geometría, Música y Astronomía). Los señores bárbaros, falto de una capacidad administrativa, se apoyaran en los obispos, parte visible y portavoces de la sociedad romana. Su sede eran las antiguas ciudades romanas, representaban espiritualmente y civilmente a la sociedad frente a estos nuevos señores. La ciudad va pasando de centro civil a religioso, destacando la catedral, el baptisterio y las iglesias anexas.

El estamento eclesiástico ira creciendo, cada vez más importante, insustituibles para reyes que influirán en ella buscando contrarrestar a los nuevos nobles que surgirán, mientras que la iglesia competirá con el monarca por el poder. Se refleja en las unciones y concilios durante los reinados visigodos y merovingios. Carlomagno, sabedor de que la Iglesia llegaba a cualquier punto del Imperio, la empleó para llevar su autoridad a todos los súbditos. Obispos y sacerdotes, a diferencia de sus missi dominici, influían en la conciencia del pueblo, su desobediencia afectaba a la otra vida. El pueblo, rural y analfabeto, recibía la cultura por vía oral, en la que el sermón (con mucha carga ideológica) del sacerdote calaba y se interiorizaba rápidamente, apoyándose ante todo en el miedo al infierno. Carlomagno por ello, controló todos los nombramientos de obispos y abades, tanto eclesiásticos como laicos. El obispo-conde (los igualó en la estructura social) era consejero en la Asamblea General, iba a la guerra liderando a sus súbditos y formaban parte del misaticum junto a un Conde en las labores de inspección y control. En la época carolingia, tanto en Alemania (las diócesis las creó el Rey) y el Norte de Italia la elección del obispo por el pueblo cayó en desuso, se asumía que era el Rey quien concedía como regalía dicho cargo, el cual no discutían. Incluso el Papado refería a que era el monarca quien ostentaba el cetro de la elección dado por Dios. En la península itálica, más independiente, eran los nobles quienes elegían a sus obispos; al igual que en Francia, donde el debilitamiento de la dinastía hará que los nobles tomen poder electivo y se repartan las diócesis y arzobispados. En el Sur de Francia era un bien privado, hereditario, que podía venderse o cederse a particulares. El obispo, se incluye en la estructura feudal, asumiendo como vasallo las funciones de auxilium (ayuda militara) y consilium (en el Consejo Real y en la Asamblea General) cuando fuera requerido. Las rentas y regalías del cargo, se consideraban un honor, y como tal podía ser retirado exclusivamente por un sínodo o el papado. La gran ventaja frente al condado fue no ser heredable, retornando al señorío (dominicatum), disfrutando de sus rentas mientras ostentara el cargo. En su nombramiento recibía un báculo (poder espiritual) y un anillo (poder temporal). 1.1. PARROQUIAS, IGLESIAS PRIVADAS Y MONASTERIOS EN LOS SIGLOS ALTOMEDIAVALES. Todo lo anterior se acentúa en el mundo rural y en los monasterios donde en ocasiones no se distingue ambos poderes. Las iglesias rurales en su mayoría fueron levantadas por el señor, para cubrir la necesidad espiritual del siervo y el colono, dotando económicamente a los sacerdotes para su mantenimiento (unido a limosnas, diezmos, herencias...). Los señores fundadores las consideraban de su propiedad, haciendo con ellas cuanto les placía, incluso asignándoles el sacerdocio a siervos previamente liberados (así lo estipula la Ley Eclesiástica), los cuales no estaban dotados culturalmente para su ministerio (a diferencia del obispo, hecho que denunciaron). Lo mismo pasó en los monasterios, sobretodo en los pequeños, donde los abades más notables se convirtieron en señores feudales (casi como los obispos), lo que hizo que los señores controlasen su elección y sus rentas (abadengo), surgiendo así la figura del abad-laico, mero administrador para ellos. Estos abades estaban despreocupados de la vida espiritual de sus monjes, nombraban a otras personas para estos cometidos (gran escándalo). En Francia y Alemania fue común la elección de los grandes abades. 1.2. LA PRÁCTICA RELIGIOSA El pueblo era muy supersticioso hasta la asimilación del cristianismo. Dios es vengativo, los santos son los mediadores, el demonio y el infierno son instrumentos en todas partes (sermones, códices, frescos…). La ira divina se aplacaba con diezmos, peregrinaciones (Santiago, Roma, Jerusalén, San Martín, Tour…), adoración de reliquias (con las que se negociaba o comerciaba) o culto a los santos. Los monasterios e iglesias con reliquias muy veneradas crecían en prestigio y económicamente, algunas como Santiago serán estandarte de la reconquista para los reyes castellano-leoneses, acudiendo el mismo a la batalla. Otro reflejo fue la ordalía (juicio de Dios) basada en la descubrir la verdad del hombre, salvando al inocente del culpable mediante técnicas como el agua caliente, agua fría, hierro ardiendo o el duelo (con diferente nivel, incluso reyes y papas eran participes para salvar su honor). No todos aceptaban intelectualmente estas prácticas. El Apocalipsis de San Juan fue otra manifestación de la sociedad previa al cambio de milenio. Comentada por Beato de Liébana desde España se difundió por el resto de Europa.

1.3. SIMONÍA Y NICOLAÍSMO. Al igual que hubo laicos dispuestos a pagar por obtener un beneficio, había eclesiásticos dispuestos a hacerlo por un cargo notable en dinero y poder. En el Sur de Francia se destacó la compraventa de cargos eclesiásticos (simonía, de Simón el Mago, que pretendió comprar a San Pedro el don de hacer milagro en los Hechos de los Apóstoles), lo que suponía un escándalo para el fiel. La simonía fue habitual entre los siglos X y XI, el arzobispo cobraba por consagrar nuevos obispos, estos a los sacerdotes y los últimos por administrar los sacramentos; también hubo caso de papas y cardenales nombrados incluso en su minoría de edad. En este orden de ruptura moral, también era frecuente la ostentación de concubinas por parte del estamento eclesiástico, desde el Papa hasta el sacerdote rural. A esta ruptura del celibato se le llamó nicolaísmo, muy perseguido por el Papa Nicolás II, quien en el Sínodo de Letrán de 1059, excomulgaba a quien lo practicase y a quien acudiera a los oficios de éstos y extendido en el I Concilio de Letrán de 1123 a todo orden eclesiástico, donde se especifica que solo las madres y hermanas de los sacerdotes y monjes pueden vivir con ellos. Era tal, que incluso se crearon dinastías eclesiásticas que heredaban el cargo de padres a hijos, incluso el papado (Juan XI de Sergio III y Marozia) o dividían la diócesis para repartirla entre los hijos. Los diferentes sínodos y concilios denunciando y sancionando estas prácticas ponen de manifiesto la práctica continuada de los mismos. El Concilio de Trento en el s. XVI volvió a condenarlas. II. LA REFORMA DE LA IGLESIA. A finales del s. X la Iglesia Romana estaba en sus horas bajas. Hay miembros del orden eclesiástico que piden una reforma. 2.1. Reforma monástica. Los cluniacenses. Los monasterios no eran lugar de oración y recogimiento, dependientes en muchos casos del poder laico (incluso servían de hospedaje para sus desplazamientos). El paso definitivo para la reforma del clero (vida y costumbres) y su progresiva liberación de la tutela laica, se dio en varias fases. La primera se debe a laicos, el Gerardo de Rosellón (Monasterio Vezelay) y Guillermo I “el piadoso”, duque de Aquitania y fundador de Cluny. Principales cláusulas de la Carta de fundación de Cluny (909): monasterio y dominios pertenecían a Santa Sede; monasterio exento injerencia laica; abades elegidos por monjes. Adscritos al obispado de Maçon, el papa Juan XI le aprobó estos privilegios en (931), posteriormente el abad Hugo Cluny consiguió que todos los monasterios que se acogieran a su regla o los fundados por él estuvieran bajo su mando directo. El abad Bernón, el primero, restauró la primigenia orden benedictina, hizo hincapié en los votos de pobreza, castidad, obediencia y penitencia del monje, especial relevancia a celebración misa y oficio divino (liturgia), casi todos los monjes eran sacerdotes para poder participar activamente en liturgia (concepción agustiniana que separaba monje del sacerdote). Los primeros abades fueron personajes notorios en su época, todos los señores los querían en sus dominios. Su extensión por Francia e Italia hacía que todos los priores pasaran por la casa fundacional en un control y disciplina férreos. En el siglo XI toda Francia estaba bajo su influjo, un siglo más tarde toda Europa, encontrándose sus monasterios en vías importantes de comunicación y en las llanuras agrícolas más notables, mientras que en Cluny se levantaba la mayor Iglesia de la Cristiandad. “Monjes negros” (por su hábito) fueron Urbano II y Pascual II. Su declive comienza a mediados del XII, por disputas con los papas y problemas económicos pese al esfuerzo del abad Pedro el Venerable. Muchos siervos (no libertad jurídica, adscritos a tierra, condicionado todo a voluntad del señor...), colonos (libertad jurídica y no adscripción a la tierra, pero trabajan tierras no propias) y hermanos conversos trabajaban para que los monjes no se desviaran de la oración y del trabajo en las escriptorías. Participaron activamente en las asambleas de Paz y Tregua de Dios. En cuanto a la reforma gregoriana de la Iglesia también fueron participes, aunque con bastante reticencia a la supremacía papal. Gracias a ellos se extendió el Románico por toda Europa. Cuando cambiaron los tiempos, se exigía más pobreza y misticismo. La Reforma de Cluny afectó fundamentalmente al ámbito monástico, pero poca influencia en vida eclesiástica secular, que fue llevada a cabo por la reforma de los monjes de Lorena (extendida por Borgoña y en los dominios de los Otón).

Lorena seguía dependiendo de los fundadores seculares y obispos (aunque había libertad de elección con sus abades), ese contacto provocaba que no hubiera una efectiva separación entre lo espiritual y lo temporal. La injerencia laica y las investiduras en la Iglesia se acabará con un Papa de Lorena, Esteban IX (s.XI). Los cistercienses. En el siglo XI unos monjes se instalan en Citeaux (Borgoña francesa) para seguir la regla estricta benedictina. En su Carta de Caridad (1118) se distinguen por pobreza, aislamiento del mundo, trabajo manual en los campos (ayudaron en la mejora de las técnicas agrícolas), silencio, sencillez de las casas y templos. Su auge llega en 1115 con San Bernardo de Claraval, quien extenderá la orden por toda Europa. Culto, conocedor de las artes liberales, será consejero de reyes y papas, proclamó la 2ª Cruzada. A su muerte en 1153, el Cister está en primera línea, apoyando al Papa contra los herejes del Languedoc, repartidos por toda Europa y Tierra Santa. A diferencia de Cluny, sus abadías eran más independientes con abadías mucho más participativas, aun así dependían de abadías madres. El abad general residía en Citeaux, asistido por un Capitulo General del que emanaban todas las directrices (no tan centralizado como Cluny). Se les conoce como los “monjes blancos”. Hubo movimientos que criticaban la riqueza de Cluny. Críticas de ideales eremíticos, movimientos anacoretas o combinación vida eremítica y cenobítica, así se creación nuevas órdenes Cartujos, Vallehumbrosa, Camaldulenses, Premostratenses o bien adoptan regla de San Agustín que permitía vivir en comunidades monacales dedicadas a enseñanza y predicación. También se fundaron Ordenes Militares (Hospitalarios, Templarios o Teutónicos). 2.2. La Iglesia y las Instituciones de la Paz: “La Tregua y la Paz de Dios”. Como respuesta a las disputas entre nobles del sur de Francia, donde la debilidad monárquica hace que luchen por los dominios entre ellos, castigando al pueblo. Los primeros acuerdos en Concilio de Charroux de 989 proclaman la “Paz de Dios”, paz que Dios garantizaría en caso de que los poderes públicos no lograran imponerla, con castigo de excomunión para todo aquel que despojara a campesinos y mercaderes de sus bienes o maltratara a clérigos. En 1010 una asamblea de nobles y obispos en Orléans extiende Paz de Dios a toda Francia. Complemento de este movimiento es la “Tregua de Dios”, establecida en el Sínodo de Elna en 1027, por la cual los combates estaban prohibidos en determinados días y periodos del año, primero de sábado tarde a las primeras horas del lunes (por el descanso dominical y la misa), luego se aumentó de la noche del miércoles a lunes (memoria de pasión y muerte Cristo), más tarde en Borgoña se incluyó el Adviento y Semana Santa. El Concilio de Gerona de 1068 lo extendió a Cataluña (hay unas leyes previas de Berenguer I). Los Papas Nicolás II y León IX son grandes defensores. III. LAS HEREJÍAS. Siglos XI y XII, no teológicas (como las de la formación de la Iglesia), si no reivindicaciones sociales que afectaron a todos los estamentos. Se pedía una reforma eclesiástica, que el clero volviera a los ideales evangélicos, regenerar y purificar la Iglesia. Aunque algunos pretendieran algo así como una lucha de clases, el ideal común y real el retorno a la primitiva Iglesia apostólica. Criticaban la riqueza, clero nobiliario, dejadez de funciones, ignorancia de un clero empobrecido en comparación con Cluny y el Císter, todo ello apuntalado por la ineficaz reforma gregoriana. Los diferentes movimientos, viven en pobreza comunal, son fervientes espirituales y no supusieron peligro alguno para las iglesias locales.  Valdenses. Fundado por Valdo, rico mercader de Lyon en 1170. Repartió sus riquezas entre los pobres de la ciudad, “Los pobres de Lyon”. Predicaba la pobreza, la penitencia y la traducción al vulgo de las escrituras (para que el clero, dueño del latín, la interpretara a su manera). Al atacar a la jerarquía eclesiástica, son excomulgados en el concilio de Verona de 1184. A su fundador se le hecha de Lyon, se extienden por Europa (origen del movimiento protestante) y llega hasta nuestros días.  Cátaros o albigenses. Los puros o cátaros, regidos por los austeros perfectos tuvieron más repercusión, de implicaciones teológicas, nacen del maniqueísmo (lucha del bien y el mal, espíritu y materia) y el gnosticismo. Fundada en 1150 por supervivientes de la 2ª Cruzada a su vuelta. Se asentaron en el Languedoc (Albi, de ahí su otro nombre), también Francia, Cataluña,

Alemania o Italia. Rechazaban la organización eclesiástica y los sacramentos (solo aceptaban el Consolamentum, la extremaunción). Los creyentes no debían mantener ninguna regla (solo los perfectos debían ser austeros). En el sur de Francia, Raimundo IV Conde de Tolosa les ayudó con su estructura, tuvieron 6 obispados, motivo de reacción de la Iglesia, que creó misiones evangelizadoras con obispos y después tras la muerte del legado papal por un escudero de Raimundo IV, una cruzada con los nobles del Norte de Francia acaudillados por Simon de Montfort, enmarcada por la matanza de Beziers (1209) y la derrota cátara en Muret en 1213 (muere Pedro II de Aragón, que acudió en ayuda de su vasallo Raimundo). Los últimos cátaros que quedaron fueron asesinados en el castillo de Montsegur en 1244 (200 en la hoguera). Los dominios de Raimundo pasaron a la corona francesa por el Tratado de París de 1229 y los bienes del Conde De Beziers en manos de Simon de Montfort. La excusa religiosa permitió ampliar territorios a los señores del norte y a la corona dominar el sur. La Inquisición. Se creó para combatir estas herejías. Las bases están en el Concilio de Verona de 1184 por Lucio III y concretados por Inocencio III en el IV Concilio de Letrán (1245). En el Concilio de Tolosa de 1229, se encargó a los obispos la confección de la instrucción de los procesos y formulación de sentencias (amonestaciones, confiscación de bienes o la hoguera). Las sentencias las aplican las autoridades civiles, la Iglesia se mantenía al margen. Esta inquisición episcopal no tuvo éxito por su cercanía a los herejes, por lo cual Gregorio IX instituyó la Inquisición propiamente dicha instruyendo los procesos y los castigos a cada caso, encargándoles a las órdenes mendicantes, Dominicos sobretodo, dicha tarea. IV. Vida intelectual y artística. 4.1. Las escuelas monásticas. La cultura en el altomedievo es escasa, con las segundas invasiones casi nulas. En el s. X los únicos focos son los monasterios, dados al fomento de la cultura religiosa. La enseñanza básica es leer y escribir dentro de la Gramática del Trivium y la Música del Quadrivium para la interpretación de los himnos litúrgicos. Tras los otones, se crea un periodo de tranquilidad que es aprovechado para alguna creación más allá de las convencionales por monjes/monjas alemanas, el surgimiento de la filosofía medieval escolástica con San Anselmo y la traducción de clásicos en Italia. En el s. X en España el escriptorio de Ripoll (allí aprendió siendo monje Silvestre II, le acusaban de haber pactado con el diablo por sus conocimientos) fue transmisor de la cultura musulmana en la península, como al igual que en otros monasterios castellanos; el saber musulmán en matemáticas, astronomía y geometría se extendió un siglo después por Europa, donde su conocimiento en estas ciencias era obsoleto. En el siglo XII destacaron las escuelas monásticas parisinas (Santa Genoveva y San Víctor). Con el surgimiento de las nuevas cuestiones en filosofía y teología, de poco interés para los monjes, comienza el declive de las escuelas monásticas a finales del XII. 4.2. Las escuelas catedralicias. Más libertad y autonomía que las anteriores. Representando al obispo, en la diócesis había un magister scholarum. El plan de estudios propuesto por el Obispo de Lieja fue la pauta a seguir por Tour, Chartres, París, York, Canterbury, Palencia, Toledo y Palermo (estas dos últimas tenían centros de traducción del árabe). Los alumnos seguían a sus prestigiosos maestros a la sede en la cual estuvieran, destacaron Abelardo de París o Berengario de Tours. En el Concilio de Letrán de 1179, se ordenó que hubiera una por diócesis, con un beneficiado al cargo, en un principio para la formación sacerdotal, y posteriormente con la división de escuelas, una interina para ellos y otra exterior para laicos. De estas últimas surgieron los maestros seculares, los cuales obtenían del Canciller (representante del obispo) la licentia docendi. 4.3 Los estudios generales. En una segunda fase, junto a las escuelas catedralicias, aparecen escuelas urbanas laicas, patrocinadas por algunas ciudades prósperas, que darían paso a los llamados, primero, Estudios Generales, y, después, Universidades. Los Estudios Generales pueden ser episcopales, como el de París, o, principalmente, urbanos. Una de las ciencias que primero se desarrolló fue la Medicina: se practicaba la disección anatómica y la cirugía. El estudio del Derecho tuvo una repercusión muy importante en la organización de la sociedad y en la afirmación del poder real.

De todos los aspectos de este resurgir cultural de Occidente, durante esta época, el más importante es el que se refiere al estudio de la filosofía y la teología. El auge de la Dialéctica, que caracteriza este período, se debió al redescubrimiento de la Lógica de Aristóteles, a través de Porfirio y Boecio. Pero el gran reto que el pensamiento del siglo XII tenía ante sí, la armonización de la razón y la fe, seguía en pie. Una de sus manifestaciones giró en torno a la validez, real o ficticia, de los llamados conceptos universales, que dividió a las escuelas en realistas y nominalistas. Anselmo de Laón y Pedro Lombardo habían desarrollado el método de las sentencias, consistente en acumular citas de autoridades bíblicas y patrísticas para probar una tesis. Pedro Abelardo busca enfrentar autoridades contrapuestas para resolver él la cuestión mediante un argumento de razón. Estamos a las puertas del “método escolástico”, en el que hay un proceso discursivo claramente definido en tres fases: el planteamiento (quaestio); la argumentación (disputatio) y, finalmente, la conclusión (sentencia). Sin embargo los recelos que el método suscitaba, no había sido aún superados sino que proseguirán más allá incluso de la gran construcción teológica que creará Santo Tomás de Aquino. San Bernardo de Claraval, fustigó implacablemente a Pedro Abelardo, que fue condenado en el Sínodo de Sens, de 1140; lo mismo que Gilberto de la Porrée, que fue obligado a retractarse en el Concilio de Reims de 1148. V. EL ROMÁNICO (s.XI y s.XII). La gran vitalidad europea de estos siglos se manifiesta en el arte. En poesía junto al juglar está el trovador (más técnico), en las artes plásticas Cluny y el Císter con sus reformas llevarán el románico a toda Europa. Se trata de un arte eminentemente religioso, ya que la arquitectura civil sólo adquirirá pleno desarrollo a partir del siglo XIII. En los siglos IX y X, asistimos a la fase de lo que se ha llamado primer románico, caracterizado por las iglesias de una sola nave, poca escultura, piedras escasamente pulidas, fuertes pilares para sostener las pesadas bóvedas, y escasa iluminación interna: es el arte típico de las abadías cluniacienses. Una segunda etapa se desarrolla desde finales del siglo XI y durante el XII, segundo románico, caracterizado por construir naves más anchas y elevadas, numerosas esculturas en las fachadas, abundantes ventanas y puertas, mayor luminosidad y ligereza de los contrafuertes. La planta típica de las grandes iglesias románicas, es la de cruz latina con varias capillas o ábsides en la cabecera. Las llamadas iglesias de peregrinación incluyen una girola o deambulatorio para facilitar el movimiento de los fieles alrededor de las reliquias, como en Santiago de Compostela. Los temas escultóricos elegidos para pórticos y tímpanos hacen referencia, en líneas generales, al Juicio Final o escenas del Apocalipsis. La pintura románica, al fresco, se utiliza en el interior de los templos y en los frontales de altar.

T. 14. EL IMPERIO BIZANTINO, DE LOS COMNENO A LOS LATINOS (1081-1261).

1. LA DINASTÍA COMNENA Y EL TRIUNFO DE LA ARISTOCRACIA TERRATENIENTE. 1.1. El Imperio, cercado. Al extinguirse la dinastía macedónica, falla la sucesión imperial. Los enfrentamientos entre distintos grupos nobiliarios son inevitables, los Comneno con el breve reinado de Isaac Comneno (1057-1059) y los Ducas con Constantino X y Miguel VII. Ambos grupos se unen finalmente, y Alejo Comneno sube al trono. La dinastía Comneno se mantuvo en el poder durante un siglo, consiguiendo una relativa aunque engañosa estabilización de la situación militar y política, a costa de apoyos tan poco gratificantes para los griegos como los que proporcionaron las primeras cruzadas. Alejo I (1081-1118), fundador de la dinastía. Las solidaridades entre el grupo terrateniente se cimentaron en una política de enlaces entre las familias, que se repartieron el ejercicio de las

funciones del estado y sus dignidades. Todo parece indicar que en el reinado de Alejo se asiste a un gran cambio en la organización administrativa, más sencilla y menos especializada. En el momento del golpe de estado de Alejo I, el Imperio bizantino se encontraba asediado por múltiples y poderosos enemigos. Ello explica que los primeros años de gobierno del nuevo emperador se destinaran a combatirlos tanto por medios militares como diplomáticos. En Anatolia, todavía centro neurálgico del Imperio, la política griega consistió en reconquistar los llanos del litoral donde se encontraban las mejores tierras cultivables, la mayoría de las ciudades y los puertos y dejar la altiplanicie a los turcos, aprovechando los enfrentamientos internos entre ellos. La disolución del ejército fue dramática: los soldados de los themas habían desaparecido, junto con sus parcelas; el último tágmata occidental cayó frente a los normandos, y los tágmatas orientales fueron diezmados por los turcos, por lo que sólo quedaron los mercenarios y los pronoios que fue creando Alejo. Hacia el año 1095, Alejo había conseguido conjurar los principales problemas que le acosaban. La decadencia de los themas y de sus tropas hizo que el antiguo strategos fuera sustituido por un duque, como en Occidente, que seguía concentrado el poder civil y militar. Manuel I (1143-1180) dirigió sus empresas hacia Occidente. Su alianza con Venecia para enfrentarse a Roger pronto se rompió, al continuar su ofensiva en la Península Itálica, con escaso éxito. Con la recuperación de su presencia en el litoral europeo, Venecia, Alemania, Sicilia, el Papa y las demás repúblicas marítimas italianas se alían contra Bizancio entre los años 1169 y 1177. A la muerte de Manuel, Bizancio queda tranquilo en sus fronteras, pero la nobleza militar afirma su poder en Asia Menor. 1.2. Economía y sociedad. El aumento de la producción ayudó a las ciudades alejadas de la capital a convertirse en focos de comercio, con el aumento de población, aumento de demanda de productos textiles, metálico, etc., y la instalación en los puertos de comerciantes italianos que traficaban con estos productos. La reforma monetaria de Alejo I (1092) fue la más importante desde tiempos de Diocleciano. Había cuatro tipos de monedas: de oro casi puro (nomista hyperperon), para percibir los impuestos; una aleación de plata/oro (deuteron); una aleación de plata/cobre (aspra trakhea) y una moneda de cobre (tetarteron) con una más pequeña de ella mitad de su valor. A pesar de la larga duración de esta reforma, su establecimiento fue muy impopular y criticado. Se dio un nuevo impulso a las dos instituciones ya presentes en época macedónica, la pronoia y la charistiké. La pronoia consistía en la entrega de tierras del estado para su explotación a un beneficiario a cambio de la prestación de un servicio militar. Las tierras de la pronoia estaban trabajadas por campesinos en situación de encomienda. La charistiké era la cesión por parte del emperador de Bizancio del usufructo de un bien de propiedad eclesiástica a un laico, a cambio de que lo restaurara, mantuviera y corriera con los gastos de la manutención de los monjes. Se fortaleció al grupo aristocrático militar relacionado por parentesco o clientela con la familia imperial, a los que se denominó augustos (unos 50 en su época de Manuel I), que ostentaban también los principales cargos del gobierno. 1.3. La Iglesia y la cultura bajo los Comneno. La percepción de un cambio social y la pérdida de autoridad del emperador redundaron en un aumento de poder por parte de la Iglesia, que adquirió mayor responsabilidad en la dirección de la sociedad. Esto se produjo, paradójicamente, conforme la Iglesia perdía capacidad de acción respecto al emperador. Alejo Comneno reafirmó el papel del emperador como guardián de la ortodoxia y regulador de la administración eclesiástica. Luchó contra la herejía, poniéndose a la cabeza del movimiento de reforma monástico; también garantizó la independencia institucional de la Iglesia a cambio de su sumisión al poder imperial. Su hijo y su nieto pudieron explotar el control sobre la Iglesia a favor del Imperio. Sin embargo, cuanto más fuerte era la Iglesia institucionalmente, mayor era su necesidad del apoyo imperial para imponer su autoridad en las sedes. A la vez, la Iglesia denegó la comunión a los latinos en las iglesias ortodoxas, condenó los pasatiempos astrológicos y pornográficos de la corte, y algunas costumbres populares, convirtiéndose en mucho más rigorista.

Culturalmente, durante el reinado de Alejo se condena al último seguidor de Psellos, Juan Italo, abandonándose el platonismo en pro de un aristotelismo oficial. El principal interés cultural es el cultivo de la lengua griega. A la vez comienzan a fijarse los dialectos neogriegos en el Ática, etc., y los poetas comienzan a escribir en lengua vulgar o demótica. 2. LAS RELACIONES CON OCCIDENTE. 2.1. El comercio italiano. Entre los años 1050 y 1075, el sur de Italia se convirtió en marco del enfrentamiento entre Bizancio, el Papado y los normandos. La ruptura entre las iglesias causada por el cisma (1054) favoreció la alianza del Papa con los normandos, por lo que Bizancio cayó en brazos de Venecia. Venecia comenzó a considerar el Imperio como un coto vedado, y capturaba a los comerciantes de otras nacionalidades que se aventuraban en el Egeo. Ante esta actitud, y para contrarrestar el peligro del monopolio, Bizancio otorgó a Pisa otro privilegio (1111), en el que le reducía a un 4% los impuestos de aduana. Sin embargo, cuando Juan II intenta impedir la renovación del privilegio de 1084, Venecia empieza a asaltar las islas Egeas, por lo que el emperador se ve obligado a aceptarlo (1126). La clase mercantil, antiguamente próspera, comienza a decaer, y solo permanecen los grandes propietarios que comercializan directamente su mercancía, y que para ello intentan aumentar cada vez más sus tierras, incidiendo en el crecimiento de la gran propiedad agraria y la servidumbre de los campesinos. Así las cosas, el emperador decidió concederles la condición burguesa, que implicaba la obligación de prestar un juramento de fidelidad vitalicio al imperio, pero sólo por parte de los venecianos residentes, dejando escapar a los transeúntes, casi siempre más ricos. Las ciudades manifiestan una retracción, y una situación de inseguridad que se ve en las murallas y en el agrupamiento de la población en la antigua acrópolis, que se une al resto de la ciudad por una muralla. Las clases urbanas en desintegración, como los pequeños comerciantes o artesanos que han quedado desprovisto de su función por la intromisión de los latinos, son los que se asientan mediante el sistema de pronoia en las fronteras. 2.2. Bizancio y las Cruzadas. La alianza de Bizancio con Venecia y la instalación de latinos en suelo del imperio se complicaron con la aparición desde 1096 de los cruzados, alentados a luchar contra los selyuquíes, los caballeros del ejército principal pretendían obviar al emperador y crear sus propios principados territoriales en Tierra Santa. El fracaso de la Segunda Cruzada (1146-48) permitió a Manuel I tomar las riendas de la situación: invitó a genoveses y pisanos a compartir los monopolios comerciales de los que ya disfrutaba Venecia e intentó hacer un tratado con Federico I para combatir tanto a las ciudades italianas como a los normandos. La muerte de Manuel I supuso el fin de la política occidentalista y acrecentó el odio de los bizantinos hacia los latinos: en el año 1182 volvieron a asaltar el barrio veneciano y el genovés, asesinando o expulsando a los comerciantes. Su respuesta fue la ocupación de varias islas del Egeo. Andrónico I, se hizo entonces con el trono en un golpe de Estado. 2.3. La dinastía Angelos (1185- 1204). Los Ángelos no tuvieron más remedio que intentar de nuevo el precario equilibrio entre latinos: Venecia obtuvo nuevos privilegios de Isaac II, y poco más tarde lo hicieron los pisanos, que se convirtieron en el principal apoyo de Alejo III después de 1195. Pero Venecia obtuvo una crisobula (bula de oro) que le dio acceso a todo el Imperio y obtuvo privilegios judiciales que la libraban de la justicia imperial. Los excesos de los comerciantes latinos provocaban la ira de los bizantinos. Isaac II, depuesto y cegado por su hermano Alejo III, y su hijo Alejo solicitaron ayuda en Occidente, con la promesa de pagar altísimas cantidades. 3. LA CUARTA CRUZADA Y LA FUNDACIÓN DEL IMPERIO LATINO DE CONSTANTINOPLA (1204-1261).

El resultado de la cruzada fue la denominada Partitio Romaniae: en Constantinopla, los venecianos impusieron al emperador latino Balduíno de Flandes quien fue derrotado por el rey de Bulgaria en el año 1205, que se quedaría con la cuarta parte del territorio. El peligro de los búlgaros, al norte, dominó la política exterior latina durante todo el periodo, por lo que Enrique de Hainaut, sucesor en el Imperio, tuvo que mantener las defensas contra el rey Kaloján; contra el nuevo imperio de Nicea y Bonifacio de Montferrato y sus sucesores, en Tesalia. A su muerte, la dominación latina se redujo a la costa, los venecianos se contentaban con asegurarse las escalas comerciales que les interesaban y tomó el poder la familia de Courtenai. La población de todas estas zonas occidentales del Imperio había quedado disminuida por el transcurso de la guerra. Se produce una intensa emigración eslava a los territorios que quedan vacíos, como en Tesalia. 4. LA RESISTENCIA GRIEGA FRENTE A LOS LATINOS. 4.1. El Imperio de Trebisonda. Alejo y David Comneno, nietos de Andrónico I, conquistaron la importante ciudad mercantil de Trebisonda en 1204, poco antes de que Constantinopla cayera en manos de los latinos, con el apoyo de la reina Tamara de Georgia, en cuyo reino se habían refugiado en 1185. No fue consecuencia de la cruzada, sino de un movimiento secesionista interno. 4.2. El Imperio de Nicea. Constantino X Láscaris, reconocido emperador por la nobleza y el patriarca de Constantinopla, instauró el imperio en Nicea, y desde allí sus sucesores comenzaron a recuperar porciones del antiguo territorio imperial. Teodoro Láscaris (1204-1222), yerno de Alejo III, se hizo nombrar emperador después de su muerte, y fue coronado por el nuevo patriarca en 1208. Teodoro Láscaris sometió a los pequeños reinos griegos del sur, firmó un tratado con los selyúcidas, que habían atacado Atalia, pero ya no podían expandirse más, y derrotó al rey de Trebisonda. A la vez que Teodoro Ángelos expandía las fronteras de Épiro, Juan III Vatatzés (1222- 1254), yerno de Teodoro Láscaris, desplegó una gran actividad militar, que le permitió conseguir varios objetivos. Reconquistar la mayor parte de Anatolia a los latinos; conseguir el dominio de las principales islas y conquistar Adrianápolis. La muerte del rey de Bulgaria y las invasiones mongolas fueron providenciales. Pudo así dirigirse a la costa europea y conquistar Tracia y Macedonia, hasta que el Épiro quedó sometido a él en 1252. A su muerte, puede decirse que el imperio estaba casi restablecido, a falta de su capital y de la costa sur de Grecia. Unos años más tarde, Miguel VIII Paleólogo consiguió finalizar la recuperación. 4.3. El despotado de Épiro bajo los Ángelos. El único resto de poder griego en occidente se constituyó cuando un pariente de Isaac II llamado Miguel Comneno Ducas formó su pequeño estado en el Épiro. Miguel venció a Enrique I en 1209, y se vinculó a su familia casando a su hija con el hermano del emperador latino; acto seguido, reconoció la soberanía de Venecia sobre sus territorios en otro tratado. Entre 1213-1214 conquistó los territorios venecianos vecinos de su reino, incluyendo el puerto de Dirrachium y Corfú. Teodoro Ángelos (1214-1230) aprovechó las muertes de Bonifacio de Montferrato y Enrique I, y las dificultades surgidas en sus territorios. Encarceló al nuevo emperador, lo que le dio una gran fama. Acto seguido se apoderó de Tesalónica y se autoproclamó emperador, enfrentándose así a Nicea. Se alió al rey de Bulgaria Juan II Ásen para enfrentarse a Juan Vatatzés, pero el búlgaro traicionó su confianza, le capturó y le cegó. A partir de entonces su despotado cayó en la decadencia.

T. 15.- EL ISLAM DIVIDIDO Y LAS CRUZADAS (SIGLOS XI Y XII)

I.- LOS ÚLTIMOS CALIFAS ABASÍES Y EL NUEVO CONCEPTO DE ESTADO El fracaso abasí de unificar el Islam bajo su califato supuso la disgregación del poder en gobiernos provinciales, los cuales siguen usando al califa para legitimarse, aunque le despojan de todo poder político.Tras el asesinado de al-Mutawakil (861) y la proclamación de otros califas en Egipto y al-Andalus los abasíes pierden el control de la administración y el poder militar, sólo mantienen su prestigio como cabeza religiosa del Islam y del sistema judicial. Todas las autoridades provinciales se consideran delegados del califa, justifican su gobierno por designación califal. Los abasíes tendrán un nuevo esplendor bajo el gobierno de al-Nasir (1180-1225) hasta su caída final en 1258 con la invasión mongola. Los gobernadores tomarán los títulos según la tradición local: rey de reyes, en Irán, sultán o protector del Islam, los turcos selyuquíes. La división de atribuciones sultán-califa no es clara: - los sultanes tienen el poder efectivo como los califas pero necesitan que refrenda su posición en momentos difíciles. - promueven la vida cultural y las obras pías como haría un califa. - Hubo disputas entre emires (gobernadores provinciales) y visires (primer ministro), aun así el aparato administrativo y la fiscalidad califal serán reproducidas en cada reino por las nuevas dinastías. La organización militar de las nuevas zonas estará dirigida por una élite guerrera étnicamente distinta de sus súbditos que se repartían los altos cargos entre sus familias (Ayyubíes, Selyuquíes). Su origen era nómada, lo que les aportaba movilidad en la conquista territorios. Las tribus se combinaban con guardias pretorianas de esclavos y mercenarios al servicio directo del sultán, al margen de los conflictos tribales, que en algunos casos llegaron a adueñarse del poder (mamelucos de Egipto). Este soldado esclavo era propiedad del dueño, podía comprarse y venderse, sin embargo su situación social no era humilde, es tratado como parte de la casa de su dueño llegando a ostentar enorme poder. La iqta fue la nueva forma de propiedad y distribución de la tierra, se impuso como forma de organizar el territorio y las fidelidades. Era la concesión de una propiedad pagada mediante diezmo al califa a través de un jefe militar o arrendatario que se ocupa de mantener los riegos, cobrar a los campesinos un impuesto que incluía todo y protegerlos frente a bandoleros y abusos fiscales. Al principio las tierras dependen de la administración central, luego los grandes propietarios obtienen la jurisdicción a cambio del pago de una cantidad fija, pasarán a hereditarias, considerando los impuestos de su propiedad. Este sistema muy utilizado en frontera ha llevado a definirse como una real “feudalización” del Islam (a diferencia de Europa, ni prestaban consilium ni se incluía este sistema de clientela en las instituciones estatales). II.- LA PRIMERA EXPANSIÓN TURCA EN ORIENTE 1.- La expansión de los turcos selyuquíes Durante s. X-XI tres dinastías ostentan el poder bajo la égida de los califas abasíes: 1. los Buyíes o Buwaihíes chiítas en la zona central de Irán, Iraq y Mesopotamia. 2. los Samaníes, y acto seguido los Gaznavíes, en las tierras más orientales del califato: Jurasán, Tranxoniana y Afganistán. Todos utilizan el tipo de tropas nómadas visto antes. 3. los Gaznavíes son los primeros soldados esclavos que tomarán status de gobernantes. Las tribus nómadas junto a mercaderes, ulemas y misioneros ayudaron a que las tribus vecinas al califato abasí se van convirtiendo al Islam, como los turcomanos qarluq y oguz (distintos a los turcomanos ya asimilados). Estos pueblos ya contaban con coaliciones entre sus distintos clanes, una sociedad estratificada con líderes o reyes propios, experiencia comercial y usos religiosos sedentarios. Su conversión en masa les hace mezclarse con los guerreros asentados en las fronteras del califato, los guerreros de la yihad se dirigen hacia Bizancio o a la conquista de India mientras que los nómadas son contratados como tropas por los gobernantes locales introduciéndose en territorio islámico e incluso sustituyen a alguna a dinastías militares. La federación turcomana de los oguz fueron empleados por los Gaznavíes de Tranxoniana para detener el avance de los qarluq. Dirigidos por Selyuk, jefe qarluq, aprovecha el triunfo de los Qarakaníes para cruzar el Oxus, derrotar a los Gaznavíes y proclamarse gobernantes del Jurasán. Tugrul Beg y Chagri Beg continúan conquistando ciudades sin apenas resistencia, dividen el territorio, crean un sultanato en torno a Isfahán, otro en Merv. Tugrul Beg conquistará Bagdad haciéndose con el control del califato

(1055). Los selyuquíes serán designados por el califa como sultanes y gobernadores de la zona entre Irak y el Jurasán. Alp Arslán, sobrino de Tugrul, es nombrado sultán. Junto con su hijo Malik Shah, conquistan Armenia y Capadocia, derrotando a los bizantinos en Manzikert (1071). Siguieron la conquista de Siria, La Meca y la Península Arábiga. Desde 1092 los Selyuquíes se dividen en varias ramas con sede en Kirmán, Siria y Anatolia. La dinastía selyuquí siguió la ley islámica (sharia) y la sunna, pero impuso las tradiciones turcas de gobierno. El jefe de la familia era el primogénito al que corresponde el título de sultán y la dirección de asuntos de Estado, atribuía las funciones del ejército, la administración civil y el gobierno de algunas ciudades a sus hermanos, tíos y sobrinos (fragmentación posterior). Se instaura el atabeg, jefe militar encargado de la tutoría del heredero de un principado, cuando sucedía a su padre siendo menor de edad. Su enorme poder era usado en beneficio de su propia familia, generando una verdadera dinastía paralela. Mosul, Damasco y Alepo vieron surgir a estas dinastías de atabeg que se hacen con el poder cuando los selyuquíes muestran debilidad. Los selyuquíes dominaron territorios con gran diversidad étnica: turcos, iranios, kurdos, árabes, todos eran sunníes, igual que ellos, salvo los asesinos nizaríes que fueron perseguidos, mientras que cristianos, judíos y griegos gozaron de gran tolerancia. 2.2.- Los orígenes de Turquía: el sultanato de Rum (1071-1240) Fundado por la rama selyuquí establecida en Anatolia tras la batalla de Manzikert. Durante todo el s. XII se mantuvo unido frente a bizantinos y danishmandíes. A fines s. XII los autores cristianos empiezan a denominarlo Turchia. Los turcos penetran en la península poco a poco como trabajadores, y su presencia nunca fue mayoritaria. Desde 1176, el territorio se divide entre los 12 hijos del sultán. Su apogeo llega con Kay Jusraw (12041210) que lo reunifica aprovechando la división de Bizancio tras la 4ª cruzada. Tiene buena relación con el Imperio de Nicea mientras que Trebisonda se vio obligada a cederles el puerto de Sínope. La nueva capital se establece en Konya, desde allí conquistan las fortalezas de los montes Taurus y el Kurdistán, se aseguran frente a otras bandas de turcomanos empujadas por los mongoles y establecen buenos contactos mercantiles con venecianos. Administración: la delegación del sultán en su familia fue solo nominal pues los jefes del ejército (beys) y los administradores dependen directamente del él o del visir. Tenían una escasez de funcionarios, por lo que se recurren a los iranios y árabes (impusieron su lengua en la administración, no así en el uso común que era el turco). La mayoría de la población sigue siendo griega o armenia, Bizancio legisló la integración de ambos, los terratenientes marcharon a Bizancio y se permitió la religión minoritaria monofisita. La islamización, muy lenta, gracias a sedentarización de la población turca, las conversiones voluntarias sobre todo en las ciudades para mantener posiciones privilegiadas y los matrimonios mixtos. Las cofradías religiosas, mezquitas, madrazas, tumbas, hospitales… ayudan a su integración en el mundo islámico. Economía: el sistema de iqta estuvo menos extendido que en otros lugares. El sultán mantuvo bajo su administración directa la mayor parte de tierras conquistadas y cobraba los impuestos directamente. La producción agrícola y artesanal se desarrolla cuando controlan las salidas al Mar Negro y al Mediterráneo (Venecia, Irak, I. de Nicea). Los puertos se unen mediante rutas caravaneras llenas de caravasares (alojamiento para los mercaderes) de los cuales se percibían derechos de aduanas, peajes e impuestos comerciales. 2.3.- El islam oriental dividido: Fatimíes y Selyuquíes. La rivalidad entre califatos fatimí-abasí continúa durante el s. XII manifestándose con los enfrentamientos entre los fatimíes chiítas y Selyuquíes sunníes.  Los fatimíes del Cairo: controlan durante s. XI todo el Magreb (de Marruecos a Siria). No logran doblegar totalmente a los beréberes de la zona y algunos emires sirios. Su liderazgo como cabeza del chiísmo se oponía a la mayoría sunní de sus súbditos y los mercenarios de los que se rodeaban no estaban bien vistos por el pueblo. La invasión beréber hilalí egipcia desgaja el Magreb de sus posesiones, viéndose reducidos a sus territorios de Egipto y Siria. En el Mediterráneo comienza la lucha por su control con los selyuquíes.

Bajo el califa fatimí al-Mustansir y su visir armenio el gobierno se centraliza en El Cairo, se acoge a numerosos funcionarios cristianos tras su persecución, se bajan los impuestos, se recupera la economía y la seguridad y las buenas cosechas fomentaron el comercio. La moneda acuñada en El Cairo mantiene su calidad gracias al oro de Nubia y el estricto control sobre el gremio de artesanos ayudó a conservar el comercio con italianos y judíos en las rutas a Oriente. Se busca la expansión hacia el Índico por el Mar Negro (puertos de Aydab y Qusayr), gracias mercaderes y misioneros fomentaron la expansión del Islam hacía la India. Las riquezas obtenidas del comercio de lujo se manifestaron en la arquitectura cairota (mezquitas de al-Hakim y al-Azhar).  Selyuquíes o selyúcidas intentan restablecer el tráfico comercial en sus territorios hasta el Mar Negro y Mediterráneo, no tuvieron éxito por la destrucción por un terremoto del puerto de Siraf (escala entre Basora y Bagdad), la aparición de piratas en la ruta del Golfo Pérsico y la repercusión de las invasiones turcas en el comercio y los ataques cruzados contra los puertos sirios y palestinos. Sólo en la zona de Asia Menor lograron impulsar la producción local y fomentar las exportaciones por los puertos del Mar Negro y el Mediterráneo y por las rutas de caravanas hacia Konya y Ankara, con los impuestos de dicha actividad en las arcas. Mantienen un vivo comercio con italianos en el Mediterráneo, griegos en el Mar Negro, armenios en Irak y bizantinos de Nicea. III.- EL GOBIERNO DE LOS ATABEGS: ZANGÍES (1127-1171) Y AYUBÍES EN ORIENTE (1171-1250) Durante el s. XII se produce la disgregación del poder selyuquí, por la división del poder dentro de la dinastía, los repetidos asesinatos de autoridades por los nizaríes, los ataques cruzados, las revueltas urbanas en toda Siria contra la autoridad militar selyuquí, la aparición de grupos chiítas (batiníes) en las ciudades sirias y la institución de los atabegs. Zangíes Imad al-Din Zangi, hijo de un antiguo gobernador de Alepo. Consigue que Mosul pida al Sultán selyuquí de Bagdad que le nombre atabeg de su hijo en la ciudad. Se propone expulsar a los francos del norte de Siria por la yihad, conquista Alepo a los francos, restablecer el sunnismo frente a los batiníes en el territorio, conquista el condado cruzado de Edesa (1144). Su hijo, Nur al-Din, le sucede en Alepo. Combate a los chiítas y obliga a los emires turcos, kurdos y árabes de Siria, a reconocer su autoridad, como campeón de la yihad condena a los fatimíes por su pacto con los cruzados de Jerusalén y apoya al gobernador de Damasco, consiguiendo la derrota de los cruzados ante la ciudad, 1149 (2ª cruzada) y apoderándose tiempo después él mismo de ella. Así unifica Siria, y establece un sistema de gobierno similar al selyuquí con concesiones de iqtas y otorgando los puestos de gobierno a sus familiares. Las tropas mercenarias de los Zangíes eran kurdas, su ascenso fue imparable (Ayubíes). Ayubíes: Inician su ascenso gracias a la concesión de iqtas a sus miembros, así poseyeron ciudades tan importantes como Homs o Damasco. Una de las ramas de la dinastía fatimí solicitó a Nur al-Din apoyo para que Egipto no se convirtiese en un principado cristiano (por ataques cruzados), Shirkuh, jefe kurdo le ofrece a al-Din un tercio de los impuestos de Egipto si le envía a él para conquistarlo. Tras 4 años consigue su objetivo, pero muere, dejando como heredero a Saladino. Saladino es el verdadero fundador de la dinastía Ayubí, pasa de ser visir de El Cairo a sustituir a la dinastía fatimí, conquista Siria y se pone bajo la autoridad religiosa del califa de Bagdad, es nombrado sultán en 1171, se enfrenta a los cruzados, venciéndoles en la batalla de los cuernos de Hattín (1187) para conquistar Jerusalén. Sus herederos dividen el territorio en varios principados: El Cairo, Damasco, Alepo, Homs… hasta que todas las ramas son eliminadas en torno a 1260. Administración y comercio ayubí: el personal administrativo fue en su mayoría copto (sustituyen a los armenios), se mantuvo un sistema fiscal similar al fatimí; tanto en Siria como Egipto se permitió a cristianos y judíos mantener su religión a cambio de un impuesto; el comercio con los francos incluía relaciones con italianos, francos y catalanes a través de los puertos de Alejandría, Damieta o Latakia, permitiendo el paso de religiosos y mercaderes hacia las rutas asiáticas. Controlan el Mar Rojo monopolizando los productos procedentes del Yemen. Aparecen los mercaderes karimíes: negociantes, banqueros y armadores que forman grupos comerciales controlando el comercio de productos del Índico. Religión y cultura: los musulmanes se reunifican bajo la secta sunní, al desaparecer los últimos fatimíes. Bajo Saladino y sucesores se fomentan la enseñanza en madrazas (más en Siria), hay un

aumento del movimiento sufí, manifestado en la creación de muchos conventos. Alepo y El Cairo sustituyen a Bagdad como centros culturales. El reclutamiento masivo de soldados esclavos de origen turco por al-Malik al-Kamin para responder a las agresiones cruzadas supuso la sustitución de la dinastía por el régimen mameluco, con Baybars a la cabeza.

IV.- LAS DINASTÍAS BERÉBERES DEL OCCIDENTE ISLÁMICO: ALMORÁVIDES Y ALMOHADES 1.- LOS ALMORÁVIDES (1056-1147) Almorávides = habitantes de un ribat, convento-fortaleza. Llamados así para designar a una facción de las tribus beréberes Sinhaya, unificadas bajo la autoridad de un jefe religioso. Proceden de la zona situada en la actual Mauritania y Malí. Controlaban el comercio caravanero de Awdagust, especializado en sal y esclavos. Los enfrentamientos entre las distintas ramas de la familia hacen que Ibn Yasín se recluya en un ribat, acompañado por 2 dirigentes de los Lamtuna, los cuales forman el núcleo inicial de los almorávides. Practican una vida estricta, austera y rigurosa según el rito malikí. Yahya ibn Umar se hace con el poder militar de la secta, se erige en emir de los musulmanes e inicia en 1050 la expansión y conquistas en el Sáhara. Forma una confederación de tribus Sinhayíes para extender el Islam ortodoxo de rito malikí por la zona. Abu Bark ibn Umar a la muerte de los dos anteriores conquista el Sus, el Atlas y las llanuras atlánticas, nombra a Yusuf ibn Tashufin lugarteniente de Agmat. Mientras se interna en el desierto para luchar contra los reinos de Senegal y el Níger. Yusuf ibn Tashufin: instala su capital en Marrakech, asentando el domino almorávide. Despoja del liderazgo de la confederación a Abu Bark, convirtiéndose en el primer caudillo almorávide. Se expande hacia el Estrecho, pasa por Fez, Tánger, el Rif y llega a Tremecén en Argelia (1081). Se produce una mejora de la situación económica y de vida de las tribus nómadas que habían apoyado a los almorávides al asentarse en los oasis más ricos, tierras fértiles de la costa marroquí. Se producirán cambios en su ejército, a los contingentes tribales se añaden negros y caballería cristiana mercenaria, sustituyendo en general el camello por el caballo. Ya con bases en Cádiz y Almería, Ceuta cae poco antes de la llamada de ayuda de la taifa sevillana, Alfonso VI había tomado el reino de Toledo y el resto de taifas, amenazadas, apoyan la llegada de los almorávides. Cruzan el estrecho y derrotan a Alfonso VI en Sagrajas (1086), se expanden por Córdoba, Sevilla, Almería, Badajoz y Lisboa, en 5 expediciones combinadas con estancias en el Magreb, para pacificar y organizar los territorios africanos hasta ser derrotados en Valencia. En 1098 Yusuf toma el título de “príncipe de los musulmanes”. La soberanía almorávide no fue bien recibida en al-Andalus, los consideran bárbaros. La ocupación militar y el gobierno de las grandes ciudades por caídes de los Banu Tashufin produjeron una aculturación de los almorávides y la aparición de grupos de resistencia. Las principales aportaciones almorávides fueron: el fin de la fragmentación del Magreb; la islamización del Sudán e intensificación del comercio con el África negra; la sociedad tribal fue imponiendo un esquema tripartito: los guerreros, los morabitos y los tributarios; y apoyaron su fiscalidad en los impuestos a los dhimmíes (cristianos, judíos) Ali ibn Yusuf (1106-1143): aumenta la brecha entre el Magreb y al-Andalus por la implantación un sistema jurídico dirigido por los ulemas o alfaquíes malakíes mediante un control rígido. Ante las ofensivas cristianas, deja de bajar los impuestos para sufragar el gasto militar, generando revueltas. Su hijo como gobernador de al-Andalus se enfrentó a Alfonso I el Batallador, ya como rey, pierde Almería (Alfonso VII Castilla), mientras que en Marruecos la expansión almohade acaba con él en Orán (1145). Los siguientes sólo pueden replegarse ante los almohades hasta perder el poder en al-Andalus ante la revuelta de las ciudades (1144). 2.- LOS ALMOHADES (1121-1269) Se basan en la predicación de Ibn Tumart (1080-1130), de la tribu masmuda del sur de Marruecos. Viaja a al-Andalus y Oriente a partir 1106, entrando en contacto con la escuela ash’ari que defiende una interpretación metafórica y no literal del Corán. En su ideología los almorávides y teólogos malakíes son considerados casi como politeístas, ateos y antropomorfistas oponiéndose frontalmente a ellos. Hacia

1108 vuelve al Magreb, predicando y llamando a la yihad contra almorávides, sus adeptos crecen y se llaman confesores de la unidad de Dios (=almohades). Perseguido, se retira con sus adeptos a un ribat, construye una genealogía que le hacía descender de Mahoma y se proclama como líder elegido de la comunidad bajo el nombre Muhammad al-Mahdî (1121) rodeado de un consejo de 10 dirigentes tribales y 40 delegados de las tribus beréberes asociadas. Su asociación con Abd al-Mumin, un importante jefe militar, hizo posible iniciar la yihad contra los almorávides, iniciada con el ataque a Marrakech en 1130, donde muere. Abd al-Mumin: consigue la sucesión y prosigue la lucha contra los almorávides hasta que caen (1143). Conquista al-Andalus entre 1146-1147. En Fez hace construir la mezquita de la Kutukiya, símbolo de victoria. En 1160 sus fronteras llegan a Tunez y Libia. En principio se apoya en los masmuda, agricultores, después en sus tropas árabes. Toma el título de emir de los creyentes (asimilable al de califa), sustituye el nombre del califa de Bagdad por el suyo en la oración y estableció un principio dinástico apoyándose en las tribus. Los ribats proliferan por todo el Magreb, dando lugar a nuevas ciudades fortificadas como Rabat, Taza… Abu Yaqub Yusuf (1163-1184): su hijo. Vivió la mayor parte del tiempo entre Marrakech y Sevilla por la expansión cristiana del norte. Promovió la cultura y la ciencia, dentro de la ortodoxia almohade. Averroes, es bajo él el cadí (gobernante-juez) de Córdoba (desterrado más tarde y quemadas sus obras). Muere en el asedio a Santarem. Yusuf Yaqub al-Mansur (1184-1199): regresa apresuradamente a Tunez para sofocar una rebelión de tribus beréberes. Establece la capital andalusí en Sevilla, construyendo el alminar de su mezquita. La política contra las minorías cristiana y judía se endurece. Obliga a los judíos del Magreb a convertirse y a los cristianos de al-Andalus a emigrar a los reinos del norte. Derrota a los cristianos en Alarcos (1195) llegando a las puertas de Toledo. Necesitó de los ulemas, desterró a Averroes y con su flota desde Algeciras y Alicante lucho con los italianos por el Mediterráneo llegando a ayudar a Saladino en Tierra Santa. Muhammad al-Nasir (1199-1213): último califa almohade importante. Afianza el poder en Túnez, es derrotado en Las Navas de Tolosa (1212) por una coalición cristiana bajo Alfonso VIII, lo que supuso un duro golpe para el ejército almohade del que ya no se recuperará. Los siguientes califas: bajo dominio de los jefes de las tribus (jeques) deben firmar pactos con los cristianos, que avanzan sobre el Algarbe. En el Magreb los Banu Marín se independizan en 1216 y hacia 1218 dominan la mayor parte de Marruecos. Dos ramas distintas almohades se entronizan en Marrakech y al-Andalus. En 1269 finaliza el poder almohade en Marruecos donde sus califas eran débiles y solo poseían la capital. En al-Andalus se desintegran por los pactos con los reyes cristianos, surgen descendientes de viejos linajes que sustraen importantes territorios. Administración almohade: La cancillería conoce un gran desarrollo por la extensión del califato almohade. Era el principal vínculo entre las provincias y el califa, que le daban la información necesaria para que el califa, único que podía encabezar la guerra justa, planeara lucha contra los cristianos. Sus cartas desempeñan un gran papel propagandístico. La justicia impartida en las grandes ciudades (de la que dependen las pequeñas) es ejercida por los caídes en todas las regiones del imperio, predominan los magrebíes y andalusíes, pocos de Ifriquya y Egipto, ejercen siempre en sus lugares de origen. Los talaba, son los encargados de marcar la doctrina del régimen, acompañan siempre al califa. Otros están en las provincias al servicio de los gobernadores. V.- RELIGIÓN Y CULTURA. EL APOGEO DE MOVIMIENTO SUFÍ El antiguo califato abasí se dividió en dos zonas culturales con dos lenguas distintas, la zona de lengua y cultura árabe (Irak, Siria, Egipto, Magreb y al-Andalus) y la zona de influencia persa popular llamada dari (Jurasán, Tranxoniana, Irán y nuevas zonas conquistadas de Asia). La literatura promovida por los señores independientes en persa pahlavi o culto, con caracteres árabes, dio lugar a una nueva cultura que superó a la árabe y a la persa autóctona. El movimiento sufí toma su nombre de suf (lana), material del sayal o manto de los primeros místicos sufíes. Se origina en el s. VIII, a partir de las enseñanzas de Hasán al-Basri (728) y de la esclava Rabi’a (801). Entre los grandes maestros destacó Huseín ibn Mansur al-Hallay (857-922), predicador de fama

extraordinario que fue ejecutado en Bagdad, el sufismo pasó a la clandestinidad hasta su época dorada en los s. XI-XIII. Los sufíes se organizan en cofradías o hermandades llamadas tariqas, que se reunían en rábitas o zawiya. Contaban con un guía o maestro que inicia a los nuevos y a los jefes locales. La doctrina recoge tendencias ascetas y místicas, defiende la pobreza, el arrepentimiento y el abandono del mundo, cada hombre, por la purificación y la oración puede llegar a identificarse con Dios sin necesidad de intermediarios. Algunas autoridades los consideraron blasfemos y fueron perseguidos. Gracias al profesor de la madraza de Bagdad, Algazel (1058-1191) se reivindicó el credo sufí, creó una importante escuela teológica con muchos discípulos, consiguió con sus argumentaciones que el sufismo saliese de la clandestinidad. En Persia destacó Suhrawardi (1155-1191) cuya obra filosófica es de gran complejidad. En al-Andalus también tuvo éxito iniciado con Ibn Masarra (883), tuvo su mejor místico en Muhyi aldin ibn ‘Arabí (1165-1240) cuya nueva definición del concepto de la unicidad de Dios renovó la doctrina sufí. VI.- LAS CRUZADAS 1.- MOTIVACIONES Y SIGNIFICADO DE LAS CRUZADAS Aunque se numeran, salvo la primera ninguna lo fue por sus contemporáneos. De hecho la 2ª (11461148) no fue sino un conjunto de campañas en distintos frentes englobados en un mismo periodo. Antes ya se habían hecho expediciones con igual fin, tanto en T. Santa (1109 Sigurd I de Noruega) como en alAndalus (1122). El periodo “clásico” de las cruzadas abarca desde 1099, con la toma de Jerusalén, hasta 1291 cuando cae Acre. Sin embargo, no se limitaron sólo a T. Santa y a los siglos centrales de la E. Media, se siguen realizando hasta bien entrara la E. Moderna, contra distintos enemigos y a lo largo y ancho de Europa y el Mediterráneo (Lepanto 1571 por la Liga Santa). Motivos de movilización cruzada: religioso primordialmente; el factor mesiánico, presente en la fallida expedición de Pedro el Ermitaño (1096); la búsqueda de botín y nuevas tierras, aunque para una minoría, era caro y no fácil montar un territorio; otros van siguiendo a su señor obligados por su vasallaje; y ansia de aventuras. 2.- LA PRIMERA CRUZADA: URBANO II Y EL CONCILIO DE CLERMONT-FERRAND (1095) Llamada de Urbano II a la 1ª Cruzada (1095-1099) hay que entenderla dentro de las luchas PapadoImperio por controlar la cristiandad y asegurar la paz en Europa. En el Concilio de Clermont-Ferrand (1095) Urbano II defiende los objetivos de la Cruzada como fueron la ayuda al Imperio Bizantino frente a la presión musulmana y la liberación de los Santos Lugares. El desencadenante fue la petición de ayuda de Alejo I Comneno para detener el avance de los selyúcidas. Otros factores prepararon el terreno para la cruzada como fue el prestigio papal podía verse reforzado por esta empresa, si él mismo, Gregorio VII, la encabezaba. El papa estaba impresionado por los recientes éxitos contra los musulmanes de la Península Ibérica en l conquista de Barbastro (1064) y Toledo (1085), generando una posibilidad para reinstalar o fundar sedes episcopales bajo control papal. El deseo de tender lazos con Bizancio, tras el cisma del 1054, el aumento de población y la sucesión entre los nobles hacia el primogénito, hacía que muchos jóvenes estuvieran dispuestos a probar fortuna para obtener tierras y consideración. ¿Cómo debían ser los Cruzados? Aunque lo que se buscaba eran guerreros para ayudar a Bizancio, acudieron a la Cruzada todo tipo de gente (unas 60 000 almas), a los cuales se les prometió la indulgencia plenaria. Se formaron así dos grupos distintos de cruzados: 1. La Cruzada Popular de Pedro el Ermitaño (1096): se adelantó a los grupos organizados de guerreros auspiciados por los señores feudales. Faltos de disciplina y organización les llevó a toda clase de desmanes a su paso (saqueos y ataques contra judíos). Alejo I se apresuró a facilitarles el paso del Bósforo, para que salieran rápidamente. Movidos por un gran espíritu religioso, pero sin armas, fueron masacrados por los selyúcidas. 2. La Cruzada oficial: presidida por el legado papal, Ademar, compuesta por gentes de armas, con numerosos representantes de las grandes familias, aunque movidos por el espíritu religioso también les mueven objetivos políticos y feudos donde instalarse. Al llegar a Constantinopla, los bizantinos se alarmaron ante la envergadura del ejército (ellos solo habían pedido mercenarios,

según la crónica de Ana, hija de Alejo), Alejo I, viendo la intención última de los cruzados, intentó que sus líderes le jurasen vasallaje por las tierras que conquistaran, sólo Godofredo de Bouillón lo hará. La decadencia fatimí y la disgregación islámica les favorece: conquistan Antioquia y Edesa (1098) y finalmente Jerusalén (14 Julio 1099). Tanto Urbano II como su legado, murieron antes. Se establecen una serie de reinos y principados cristianos, los reinos francos de Ultramar o Estados Latinos de Oriente: condado de Edesa (desaparece en 1144) con Balduino de Boulogne; el principado de Antioquia, con el normando Bohemundo de Tarento; en condado de Trípoli, con el conde Raimundo IV de Tolosa y el reino de Jerusalén, ocupado simbólicamente por Godofredo de Bouillón. 6.3.- LAS CRUZADAS DEL S. XII: DE LA FUNDACIÓN DE LOS ESTADOS LATINOS A LA CAÍDA DE JERUSALÉN La creación de los Estados Latinos no es vista al principio como una alarma para los musulmanes que creen que se trata sólo de tropas mercenarias al servicio de Bizancio. Poco a poco van tomando conciencia de que es realmente una invasión. La reacción musulmana, en forma de yihad, se da casi a nivel local y provoca el ascenso del poder de los Zangíes, Zangi y su hijo Nur al-Din toman Edesa y su territorio (1144) lo que provoca la Segunda Cruzada. Segunda Cruzada (1146-1148): alarma entre los cruzados que solicitan del papa Eugenio III una nueva Cruzada, que mediante una nueva bula se enumeran por primera vez los privilegios materiales y espirituales que reportaría al nuevo cruzado. Su predicador, San Bernardo de Claraval, consigue que Conrado III de Alemania y Luis VII de Francia, la dirijan. Sus disensiones provoca la división de fuerzas, Conrado III es derrotado en Dorilea, y enfermo, el resto de tropas se une a Luis VII que se dirige a Jerusalén a cumplir su voto en vez de atacar Edesa. Es convencido por Balduino III para atacar Damasco, lo que fue un desastre. El mayor éxito fue conquistar Lisboa con una flota cruzada (1147) en ayuda de Alfonso I de Portugal. Eugenio III equipara la Cruzada con las luchas contra los musulmanes en la Península Ibérica en 1147. Saladino, visir-general y después sucesor de Nur al-Din reunifica el poder islámico, ayuda a conquistar el Egipto fatimí (1169), es ya señor de Damasco, Alepo y Mosul, con su ejército a las puertas de los Estados Latinos. Era considerado el defensor del Islam sunní (espada del islam, líder carismático). Se enfrenta con Guido de Lusignan, rey de Jerusalén, en la batalla de Hattín (4 Julio 1187), la peor derrota jamás sufrida por los cruzados, que acaban rindiéndose excepto unos pocos que huyen con Raimundo de Trípoli a Acre. Saladino avanza y conquista Acre, Ascalón (base naval de los cruzados contra Egipto) y después Jerusalén (1187). Conseguía unificar Siria y Egipto. El papa Urbano III muere. En Europa surge un deseo de revancha. Tercera Cruzada (1188-1192): Convocada por Gregorio VIII en 1187. Se comprometen Enrique II de Inglaterra y su hijo Ricardo I Corazón de León (le sucede antes de embarcar) y Felipe II Augusto de Francia y Federico I Barbarroja, emperador de Alemania (muerto ahogado en Asia Menor). La flota cruzada, de camino, ayuda en la captura de Silves en Portugal. La expedición se divide por las disputas entre los reyes de Francia e Inglaterra. Sólo se consiguen algunas plazas costeras, con San Juan de Acre como base. El rey inglés debe llegar a un acuerdo con Saladino por el cual las defensas de la reconquistada Ascalón deben demolerse, los cristianos se quedan con la costa entre Acre y Jaffa y se permite el paso de peregrinos hasta Jerusalén. Este acuerdo fue considerado una humillación para la Cristiandad. Ricardo I Corazón de León, se convirtió en el héroe de la cruzada. Apresado en su regreso a Inglaterra, casi pierde su reino. Los Estados latinos aumentan con la creación del reino de Chipre, conquistada a Isaac Comneno en 1191 por Ricardo I. Guido de Lusignan pasa a ser Guido I (1192-1194) tras su compra, creando una dinastía que durará hasta 1489, reparte tierras entre los caballeros expulsados por Saladino, copia el modelo feudal y las leyes del reino de Jerusalén y se prohíbe a los nobles tener castillos en sus feudos para que no acumulasen poder y fuerza. Nicosia se convierte en su capital. Puertos en Limasol y Famagusta. Su hermano, Aymerico, asume en 1197 de nuevo la corona de Jerusalén, pero no lo unió a Chipre, para no gastar los recursos con Jerusalén. Reorganiza la Iglesia chipriota, de mayoría ortodoxa, funda un arzobispado romano en Nicosia, crea los obispados latinos en Limasol, Famagusta y Pafos. No desaparecen los numerosos monasterios ortodoxos. Las órdenes militares disfrutaron de grandes concesiones, sobre todo en los viñedos del sur, la encomienda hospitalaria de Colossi y la templaria de Gastria se convierten en sus cuarteles generales, una vez caída Acre en 1191.

6.4.- LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS LATINOS HASTA EL S. XII Sigue los mismos parámetros feudales que en Europa. Las dinastías gobernantes emparentan entre sí por matrimonios entre ellos y con las europeas. Dividieron sus dominios en señoríos, sus tenentes eran vasallos del rey (conde). Contaban con un chambelán a cargo de las finanzas privadas, un senescal controla el tesoro, a todos los escribas y recaudadores, a los castellanos con los castillos reales bajo su mando, a los vizcondes con jurisdicción sobre los hombres libres de los asentamientos cruzados y otros señores que juzgaban a los colonos. Los señores se reúnen en un consejo llamado Cámara Alta (Haute Cour). Para limitar su poder se promulgó el Asiento sobre el vasallaje ligio (h.1162), por la cual los vasallos de menor rango están obligados a prestar homenaje ligio al rey, por encima del prestado a sus respectivos señores (en caso de disputa entre el Rey y los grandes señores, la segunda nobleza apoyaba al rey). Los habitantes judíos, musulmanes o cristianos sirios poseen una administración separada, sometida a los cargos señoriales correspondientes, aunque los musulmanes a menudo fueron juzgados con las leyes y tribunales cristianos. Se formó un Tribunal de Sirios para laicos (los religiosos podían acudir a sus autoridades). Los núcleos autóctonos siguen siendo gobernados por su consejo de ancianos. Los principales problemas de los estados cruzados fueron la división de los territorios y en enfrentamiento constante entre sus dinastía; la ausencia de una autoridad real efectiva, desde la segunda mitad del s. XII, y su sustitución por regentes o bailes; y la permanente falta de población tanto de colonos como de protección, para ello se crearán las primeras órdenes militares como base del ejército regular, además se alistan mercenarios autóctonos (turcópolos) de distinta religión, fundamentales en la defensa. Las ciudades y puntos estratégicos se fortificaron, líneas defensivas con enormes castillos. La colaboración fundamental de las flotas mercantes italianas, que practican un fuerte comercio y enviaban los bienes a las encomiendas en Europa. Acre fue el principal puerto franco en ultramar, convertido en capital del reino de Jerusalén desde su caída en 1191. Acceso directo a Jerusalén y a las rutas comerciales, estaba dividida en barrios de las repúblicas comerciales italianas (Venecia, Genova, Pisa), los barrios de las Órdenes Militares con su cuarteles generales (Temple, Hospitalarios y Teutones), que ostentan el poder militar y finalmente el Patriarca, principal poder religioso. Aunque con fuerte matiz religioso, era una ciudad comerciante y portuaria. 6.5. LAS ÓRDENES MILITARES Los perfectos cruzados. Su origen está muy vinculado al desarrollo de la caballería, su cristianización y el reconocimiento de su labor guerrera por la Iglesia. El perfecto soldado de Cristo ya no es sólo el monje recluido, sino aquel que toma las armas por la salvación y el conjunto de la Iglesia. La primera fue la de los Caballeros del Templo de Jerusalén (1119), Hugo de Payens conseguirá su reconocimiento papal en 1129 con la ayuda de S. Bernardo y su tratado De laudae novae militiae. Su modelo será más o menos imitado por el resto de Órdenes. Funciones de las Órdenes Militares: luchar contra los infieles enemigos de la Iglesia, el mantenimiento de los Santos Lugares en manos cristianas y la protección a los peregrinos a Jerusalén. Con el tiempo se fundan otras con un carácter más territorial como las hispanas Calatrava, Santiago o Alcántara y en Alemania la Orden Teutónica. Se centran en la lucha contra el infiel en sus áreas de asentamiento. Al ser aprobadas por el papado adquieren un carácter universal. Su papel militar fue fundamental, constituyen el único ejército permanente durante la edad media, sus tropas son disciplinadas, entrenadas y preparadas para actuar al momento. Se unieron otras funciones asistenciales, como la atención a los enfermos y heridos, la protección y atención a los peregrinos y la liberación de cautivos. Las distintas órdenes harán más hincapié en unas funciones que otras, según su orientación. Otras misiones les llevaron a ser articuladores de los nuevos territorios, mediadores entre reyes y papas (incluso entraban en sus consejos), mensajeros entre Europa y Tierra Santa, realizaron actividades de banca internacional y préstamo a papas, reyes y particulares (sobre todo Temple y Hospitalarios, los que les disolvería en Francia e Inglaterra). Dado su carácter neutral, les cedían castillos en la frontera. Su organización fuertemente jerarquizada, con una fuerte disciplina militar. Al frente está el gran Maestre (jefe militar), un prior, (jefe religioso). La encomienda será la unidad básica local que administra las propiedades circundantes, dirigida por un comendador, que gobierna sobre las dos ramas de sus

miembros: los religiosos y los caballeros. El maestrazgo estará formado por varias encomiendas. En Europa Occidental estaban obligadas a entregar 1/3 de todos sus ingresos (responsio) a la casa central en Tierra Santa, se reduce a 1/10 en las encomiendas de frentes bélicos. Las órdenes atrajeron a personas que sin ser miembros activos participan de sus ideales y las apoyan económicamente, convirtiéndose algunos en familiares de la orden, otros adoptaban el hábito buscando la salvación. Todos hacían los votos monásticos de castidad, pobreza y obediencia. Podían seguir dos tipos de regla, la agustiniana (ej. Temple, Santiago) o la cisterciense (Calatrava). Los freires de Santiago consiguieron matizar su voto de castidad puesto que los caballeros tenían castidad conyugal para ello se crean conventos donde viven con sus familias. Algunas órdenes (Hospital, Santiago, Calatrava, Alcántara) también contaron con una rama femenina de religiosas, con sus propios conventos.