Historia del Siglo XX RESUMEN

[Historia del Siglo XX] Resumen de la materia (1ra parte)  1-                                     Primera Guerra Mundial

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[Historia del Siglo XX] Resumen de la materia (1ra parte)  1-                                     Primera Guerra Mundial: Bloques, causas, participación de Estados Unidos y Rusia, Tratado de Versalles y su impacto en Alemania.   La primera guerra mundial es una guerra entre estados rivales, que se materializo en enfrentamientos en el orden de lo territorial, de lo económico y de lo político. El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria-Hungría en manos de los serbios fue sola la excusa, la gota que rebalso el vaso para desencadenar tal conflicto bélico, que comenzó en 1914, duro cuatro años y conllevo más problemas de los que ya existían. Los verdaderos factores de la guerra comienzan a verse con el nacimiento del capitalismo liberal en el siglo XVIII, en el contexto de una doble revolución: La Revolución Francesa bajo el lema de libertad fraternidad e igualdad aportaría al escenario internacional una nueva cosmovisión de mundo, materializada en políticas liberales. Y la Revolución Industrial aportó lo que este nuevo sistema económico de capitalismo liberal necesitaba, bajo la teoría que produciendo más y que con la circulación del dinero se obtenían recursos que serían invertidos en las industrias. Este nuevo sistema entonces trajo como consecuencia la Revolución Industrial. Se logra así una modernización que significó la creación de un mundo unido, las transformaciones en los transportes y las comunicaciones y las nuevas innovaciones tecnológicas (ferrocarril, tren, barco a vapor, teléfono, telégrafo, y toda la industria armamentística –la cual se pondría al servicio de la guerra-) favorecieron las necesidades de este modelo de expandirse y transformarse (como lo logró) en un sistema mundial. Esto significo un naciente mundo integrado, pero también dividido desde lo que alcanzo cada país en su desarrollo económico industrial. Un ejemplo de esta división se ve en la división internacional del trabajo, de alguna forma demostró esa división entre los que tenían un buen desarrollo industrial que exportaban productos manufacturados y los que no lo habían logrado exportaban materias primas.  Los avances logrados por Europa suponían un dominio y una superioridad de la raza blanca que tendrían la divina misión de civilizar a los pueblos atrasados: en el mundo se diferenciarían aquellas naciones ricas o pobres, política y militarmente fuertes o débiles. Se consolidaba

entonces la teoría del darwinismo social, que exponía que las especies-nacionesmás capaces, las que logren adaptarse a los cambios serían las que sobrevivirían. Asimismo todo estado fuerte que quisiera sobrevivir y alcanzar un dominio total sobre otras potencias tenía la necesidad de construir una legitimidad al estado, y la fuerza mas poderosa que mantuvo unidas a las naciones fue el nacionalismo. Esta corriente nacionalista surgida del romanticismo del s xx, que a diferencia del s xix –siglo de la iluminación progreso indefinido y ciencia- pone el foco en lo irracional, promoviendo los sentimientos, en este caso de los estados y a través de circuitos institucionales como fue (y sigue siendo) la escuela: se crean una especie de tradiciones, mitos que se expresan en símbolos (escarapela, bandera) y ritos (la oración a la bandera todos los días) que permiten conformar una unidad, fomentar un sentimiento patriótico entre aquellos que comparten un mismo origen étnico, una misma lengua y los mismos ideales. Este espíritu nacionalista se vinculo además con los imperios coloniales. Las colonias se vinculan con la idea de grandeza nacional, competitividad y supervivencia de los más aptos, simbolizan el poderío nacional. El imperialismo se basa en relaciones de agresión y dominación entre pueblos y estados. En la modernidad son formas de extensión del poder de unas naciones sobre otras. Se originan con las revolución industrial  y el naciente capitalismo industrial y financiero, y puede tomar distintas formas: dominio territorial/político, económico, y cultural. Sobre los imperios europeos se desarrolla una expansión política y territorial pero en el marco de los mismos era importante la expansión económica (como Inglaterra sobre África o sobre América latina) Estos dos tipos de expansiones irán acompañados de una cultura que legitime el imperialismo: con la excusa de civilizarlos se crea este tipo de relaciones (etnocentrismo). A consecuencia del desarrollo capitalista las potencias entraran en rivalidades, no solo económicamente también política y militarmente. La primera guerra mundial fue una querrá entre estados nacionales codiciosos, que pretendían enriquecerse más y más, una guerra de egos: el que ganara demostraría al mundo su poder. En este clima de competencias Nace entonces un sistema de alianza y se pone en curso la “paz armada” que rige hasta 1914 cuando empieza la 1º Guerra Mundial. Alianzas estratégicas, ofensivas/defensivas y de acuerdos económicos. La 3º Entente, formada por Rusia Gran Bretaña y Francia y la 3º alianza formada por Alemana, Austria-Hungría e Italia.

Finalmente cuando el 28 de junio de 1914 el archiduque es asesinado, se rebalso el vaso  y se desencadenaron las declaraciones de guerra. Cuando Servia asesina al archiduque, Austria-Hungría le declara la guerra a Servia (aliado de Rusia). Rusia le declara la guerra a Austria-Hungría (aliado de Alemania), Alemania le declara la guerra a Rusia y a Servia (aliado de Francia), Francia le declara la guerra a Alemania. Los británicos recién entrarían cuando los alemanes invadieron Bélgica. En los inicios del conflicto, nadie esperaba una guerra que se extendería durante más de cuatro años, se suponía que duraría tan solo 6 meses y duro más de 4 años. Esta guerra de posiciones tomo todas las fuerzas, terrestre, naval y aérea. No obstante, también participaron los civiles entre los que hubo una guerra de nervios) y los medios de comunicación que sirvieron para pasarse información entre los bandos. Se caracterizó por un sistema de trincheras (agujeros en la tierra). Los ejércitos se atrincheraron a lo largo de cientos y cientos de kilómetros. Entre trincheras enemigas había una distancia aproximada de entre 10 y 40 metros de tras de cada trincheras había cuatro mas (la de avance, la de retaguardia, la de dormitorios y abastecimiento de alimentos, y por último la de abastecimientos bélicos). En el nivel tecnológico, el enfrentamiento entre grandes potencias industriales hizo que las industrias se pongan al servicio de lo bélico: invención de nuevas armas, las granadas, los lanzallamas, los tanques, el gas. La Triple Entente iba perdiendo, Alemania ganaba territorio. Pero ocurrieron dos hechos fundamentales que definirían la guerra en 1917: la salida de Rusia y la entrada de EEUU. La participación de estos hizo que cambiaran los resultados. En Rusia comenzaba la Revolución Bolchevique, tenía que librar su propia guerra, por lo cual se retira. Por otra parte EEUU, que quería entrar, pero necesitaba una excusa para ello. La excusa: explotó un barco donde murieron estadounidenses, el sentimiento nacional había sido herido por lo que el pueblo y el congreso de EEUU aprobó la entrada en el conflicto mundial.     El abandono de la guerra por parte de la Rusia revolucionaria permitió a Alemania concentrar todas sus fuerzas en el frente occidental. Sin embargo, la llegada de las tropas norteamericanas desequilibró definitivamente la balanza en favor de la Entente. La Guerra terminaría en 1918 con victoria de la Entente (EEUU, Gran

bretaña, Francia e Italia quien había abandonado la 3º alianza y se había unido a la 3º Entente). El 18 de enero de 1919, los representantes de los países vencedores se reunieron en la Conferencia de París, el presidente estadounidense Wilson, el Premier británico Lloyd George, el primer ministro francés Clemenceau y Orlando, el jefe del ejecutivo italiano para diseñar los tratados de paz. El más duró fue el Tratado de Versalles, firmado con Alemania, querían castigarla por causar la guerra obligándola a firmar el “diktak“, la paz impuesta. El objetivo era arruinar a Alemania. Incluía en sus puntos devolver todas las posesiones territoriales tomadas, cerca de 42.000 km2; reducción del ejército, le dejaran solo cien mil soldados para defender la soberanía alemana; económicamente aparecen las reparaciones de guerra, como culpable de ocasionar la guerra le confiscan el PBI por 30 años. Parecería que Alemania quedaría en la pobreza más absoluta. Como si fuera poco, le imponen cambiar el sistema político: deben cambiar el orden político la monarquía pasa a ser una republica. El ser declarada "responsable del conflicto", las pérdidas territoriales y las enormes reparaciones de guerra a las que se vio obligada fueron las cláusulas especialmente inaceptables para los alemanes. Este tratado significó el fermento de lo que después será el nazismo y por lo tanto lo que provocará una nueva guerra mundial, la segunda, en 1939.     2-                                     Revolución bolchevique: Antecedentes de 1905 al gobierno provisional. Revolución de Octubre. Comunismo de guerra y guerra civil. NET de Lenin y la colectivización de Stalin.   El Imperio Ruso tenía como sistema político una monarquía en manos del zaar Nicolás II. La sociedad estaba totalmente polarizada: Una pequeña aristocracia, una mínima clase media compuesta por industriales y campesinos ricos y la gran mayoría de la población pobres. En este contexto nacerían 3 partidos políticos. El KDT, que apoyaba una monarquía constitucional a través de un parlamento; el Socialismo Revolucionario, de signo anarquista por lo tanto no aceptaban ningún tipo de estado; y el Socialismo Democrático Ruso, que tenia dos corrientes. 1º Mencheviques grupo minoritario que planteaba un sistema republicano donde el

poder lo tuviese la burguesía 2º Bolcheviques, la mayoría, que creía que el poder debería ser manejado por el pueblo. Los representantes de esta última corriente eran Lenin, Trosky y Stalin, quienes se debieron exiliar por disputas políticas. La revolución Rusa es puntualmente en el año 1917. Pero las cusas de fondo comienzan mucho antes, en 1905, comienzan las manifestaciones contra el zaar, el pueblo será apoyado por las fuerzas armadas. Debido a esto el zaar debió acceder a algunas peticiones. Se crean a través del manifiesto octubrista dos organismos: La duma: Un consejo asesor compuesto por la elite e intelectuales Mencheviques. Era la organización más cercana al zaar, por lo tanto era la más valida; y los Soviet: La célula más importante de la revolución, formado por los bolcheviques. En febrero de 1917, se dará lo que se conoció como la "revolución de febrero" que culminó con la caída de Nicolás II y la formación de un "gobierno provisional", fue una revolución popular, espontánea y prácticamente pacífica, provocada por las huelgas, movilizaciones y amotinamientos civiles y militares que se produjeron a finales de febrero en Petrogrado (capital rusa). El zaar abdica a favor de su hermano Miguel y este renuncia. Asume el gobierno la Duma con su líder Kerensky, un gobierno provisional que dirigirá los destinos de Rusia 8 meses. Durante su mandato el líder menchevique tomó medidas demagógicas en un intento de ganar apoyo popular que se volverá en contra. Fue una revolución con una dirección política plural y heterogénea, a cuyo frente se colocaron hombres como Kerensky y miembros del "gobierno provisional" de significación liberal, conservadora o socialista moderada, unidos por la idea de establecer en Rusia un régimen constitucional y democrático. Así, el programa que el "gobierno provisional" hizo público tras su formación incluía la amnistía para todos los presos políticos, el reconocimiento de los derechos de expresión, reunión y huelga, la disolución de la policía zarista y la abolición de todo tipo de privilegio o distinción en razón de religión o nacionalidad, y anunciaba la convocatoria de una asamblea constituyente por sufragio universal y elecciones democráticas para la formación de nuevos consejos municipales. La "revolución de febrero" fue, sin embargo, un fracaso. En octubre de 1917, tras varios meses de progresiva radicalización del proceso revolucionario, el partido bolchevique -nacido en 1903 por una disidencia del Partido Social Demócrata Ruso tomó el poder y "desvió" la revolución hacia la dictadura y el totalitarismo. El gobierno provisional de Kerensky, fue derribado por el golpe de estado bolchevique de 25 de octubre de 1917. Dos circunstancias

contribuyeron al rápido agotamiento del gobierno provisional: la continuidad de Rusia en la guerra, y la situación de vacío de poder. Sin duda, la decisión del gobierno provisional y luego de Kerensky de continuar en la guerra decepcionó las expectativas populares, desacreditó al régimen de febrero y contribuyó decisivamente, por tanto, a impedir la estabilización de la revolución democrática. Continuar la guerra tuvo muy graves consecuencias políticas. Petrogrado y Moscú volvieron a ser escenario de manifestaciones y disturbios protagonizados por trabajadores y soldados tan pronto como el "gobierno provisional" hizo pública (el 12 de marzo) su decisión de continuar la guerra junto a los aliados y cumplir así todas las obligaciones internacionales contraídas por el régimen caído. La falta de gobiernos fuertes y decididos, la situación de vacío de poder en que Rusia quedó desde febrero de 1917 fue, tan determinante como la continuidad en la guerra en el proceso que llevó al triunfo de los bolcheviques en octubre. Las disposiciones del "gobierno provisional" -disolución de la policía y de los gobiernos civiles regionales- dejaron a la revolución de febrero sin el aparato coercitivo esencial a la gobernación del Estado. El retraso en la convocatoria de elecciones constituyentes y en la elección de nuevos consejos municipales desmanteló la administración. El vacío de poder propició la aparición de "soviets", asambleas de obreros y soldados más o menos espontáneos y más o menos representativos que ejercían de hecho el poder local. El Soviet de Petrogrado, se constituyó casi al mismo tiempo en que se formó el "gobierno provisional" y ejerció en todo momento como un poder alternativo a éste. Los bolcheviques, y especialmente Lenin, que había regresado del exilio en abril de 1917 en el tren blindado que le facilitaron los alemanes, entendieron muy bien la potencialidad revolucionaria de aquella forma de contrapoder popular. Las tesis de abril en las que Lenin definió la política del partido y que incluían, entre otros puntos las ideas que la guerra mundial es imperialista, entre las potencias europeas por lograr un dominio económico de Europa, y Rusia no estaba entre esas potencias, por lo cual debía salir de la guerra. Por otro lado la actual revolución burguesa (la de los mencheviques) debe ceder paso a la revolución proletaria, planteaba la lucha, la guerra entre mencheviques y bolcheviques. Asimismo el nuevo régimen debe ser una republica de los soviets, plantea un sistema de gobierno republicano para el cual Rusia todavía no estaba lista. La creación de empresas colectivas de campesinos y de empresas estatales. Plantea una economía dirigida donde el estado intervenga. Nacionalización de la banca

Intervención de la soviet en la producción distribución de los ingresos nuevo nombre al partido (Partido Comunista Ruso) En esas circunstancias, la dirección del partido bolchevique optó por la organización de un movimiento insurreccional para la toma del poder que se consolidó el día 25 de octubre de 1917. Los soviets, inspirados y dirigidos cada vez más por el Partido Bolchevique, bajo el destacado papel estratégico de Lenin, y la importante acción organizadora de Trotsky, encabezando el Comité Militar Revolucionario, tomaron el poder mediante una insurrección popular armada, arrebatándolo al gobierno provisional dirigido por Kerensky, y disolviendo el aparato gubernamental del anterior Estado constitucional burgués, junto con sus instituciones: la gendarmería, las Fuerzas Armadas de Rusia, la propiedad privada sobre los principales medios de producción y servicios y más tarde la Asamblea Constituyente. Éstos fueron sustituidos a su vez por el Estado obrero, bajo el control o dictadura del proletariado y la democracia soviética, el control obrero de la producción, la redistribución de la tierra a los campesinos, tras la expropiación a los terratenientes y capitalistas, la Guardia Roja y el Ejército Rojo, organizado éste y dirigido por Trotsky. Cuando Lenin comienza a gobernar debe ir cumplir sus promesas. Rusia pasó a ser llamada Republica Socialista Rusa de los Soviets. Se convocaría a una asamblea para armar la constitución pero como la oposición no lo permitiría la asamblea se anula y se instala otro tipo de gobierno: La dictadura del proletariado. Se crea una estructura piramidal de poder: Presidente Lenin. Secretario general del partido Ruso: Stalin y Presidente del Soviet de Petrogrado y Comisario de las Fuerzas Armadas: Trosky. Existían además comisariatos que formaban la base de la pirámide. Entre 1918 y 1921 Lenin tendrá que sortear más de un problema. Entre ellos La guerra Civil y El comunismo de guerra. La Guerra Civil Rusa, estalló en 1918 tras un breve periodo después de la Revolución de Octubre. Los contendientes eran denominados, por un lado, los “rojos”, comunistas y revolucionarios, y, por el otro, los “blancos”, fuerzas contrarrevolucionarias, formado por viejas capas de la población que veían perder sus privilegios o posición social, o se veían beneficiados por el anterior sistema, asimismo los blancos recibían el apoyo de potencias extranjeras tales como el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Japón, Polonia ó Turquía, que intervinieron activamente en la contienda mediante el envío de material, recursos, aparato logístico ó numerosos contingentes de tropas. Esta guerra civil duro cerca

de 4 años durante el trascurso de la misma sera asesinada toda la familia real. Los mencheviques querían el poder mientras que a los aliados no les hacia gracia la idea que el comunismo se progpague haba detenerlos. Pero finalmente en 1922 triunfa el ejército rojo. El comunismo de guerra fue aplicar sus tesis, que sobre todo las economicas no funcionarian. La reforma agraria, donde confiscaron las tierra a campesinos ricos y haria una repartición entre los pobre. El problema estuvo en que estos ultimos no sabían como trabajar sino era obedeciendo ordeners, provoco esto una hambruna generalizada que provocara mas de 5 millones de muertes en Rusia. Lennin debia recomponer la situación con una nueva politica economica, la NET. Devolvio todas las tierras expropiadas, permitio la comercializacion directa sin la intervención del estado, permitio las inversiones y demas medidas semicapitalistas. Por estas razones lo tildan de traidos los Bolcheviches mas ortodoxos. En 1923 Intentara propagar la ideología a regiones aledañas. Y conformara la union de la republica socialista sovietica (URSS) . En 1925 Lennin muere y comienza la lucha entre Stalin (buscacaba consolidar el comunismo primero en Rusia y luego extenderse) y Trsky (extender la revolucion y el comunismo para asi fortalecerse)  por tomar el poder, enfrentamiento que duraria cinco años. Finalmente en 1929 comienza a gobernar Stalin, y lo deja en 1953 cuando muere. Va a realizar los planes quinquenales (proyectos economicos que durarian cinco años. Entre los que se incluian. La colectivizacion del campo, industrias que mecanicen el campo, quimica y siderurgica, transporte y comunicación y amamentistica. La colectivizacion del campo fue especial. Vuelve la expropiación de los campos . Se dividio en dos partes. 1º Koljos. Granjas cooperativas, les daban la tierra a los campesinos y eran ellos los que corrian el riesgo: si les iba bien repartian las ganancias entre ellos en partes iguales, si les iba mal no tendrian nada. Pero el estado no se entrometería ni se haria cargo.  2º Sobjos. Eran las tierras del estado, ganancias del estado y los que trabajasen alli eran empleados del estado Este plan fue un éxito economico, tan asi que en los años 30 no fuerieron la crisis mundial en rusia.   3-                                     Los dorados 20: Características. Crisis del 29 y New Deal

  La Primera Guerra Mundial había favorecido a los Estados Unidos de una manera espectacular, económicamente era la mayor potencia mundial, convirtiéndolo en el principal proveedor de materias primas y productos alimenticios e industriales. También era el principal acreedor del mundo, y su influencia en Europa era fundamental. La guerra había traído también un importante crecimiento industrial que se calcula en un 15%, siendo los sectores más favorecidos aquellos relacionados con la industria bélica. La agricultura también se había beneficiado y las necesidades europeas de comerciar, convirtieron a la flota americana en la segunda marina mercante del mundo. La prosperidad y el crecimiento que se inició en los primeros años de la década de 1920 fueron mucho más profundos y estables en los Estados Unidos. En esta época se consolidaron sectores industriales nuevos como la industria eléctrica, la química y la petroquímica, la aeronáutica, la automotriz, el cine y la radiofonía. Como consecuencia de este desarrollo industrial sin precedentes, el sistema energético se renovó, sobre todo a partir del incremento del consumo de petróleo y electricidad. La industria se hizo más eficiente al incorporarse el Taylorismo y el Fordismo como nuevas modalidades de producir y organizar el trabajo, y la producción en serie se impuso. También se desarrollaron nuevas actividades relacionadas indirectamente con las nuevas industrias, como la construcción de carreteras, de aeropuertos, de viviendas de fin de semana, etc. La agricultura, por el contrario, no vivió un crecimiento similar, pues los precios agrícolas se mantuvieron por debajo de los precios industriales, generando un desequilibrio desfavorable al sector primario. Ante esto, muchos campesinos vendieron sus tierras por debajo del valor real y se fueron a las ciudades. La sociedad de esta epoca sufrio cambios trasedentales. El dinero se utilizo para muchas cosas, se dio en EE.UU una fiebre consumista, producto de diversos factores. En primer lugar las fabricas comenzaron a producir mucho mas. Por otra parte, la tecnología que hasta ese momento había estado al servicio de la guerra y el transporte, se pone al servicio de la mecanización del hogar para ayudar a la mujer. La mujer ocupaba un puesto de mínima trascendencia (obreras amas de

casa) la guerra mundial hizo que entraran al mundo con mucha importancia, la vida del hogar se transformo, ahora no tenian tiempo. Se comenzaron a fabricar electrodomesticos, departamentos, muebles. La idea era más comodidad en menos espacio. Asimismo la mujer debia ser vestida. Por otra parte los jóvenes se plantean vivir y disfrutar del momento ante la expectativa de una nueva guerra. Estaban en contra del sistema americano de la moralidad la iglesia y y del deber ser que imponía el estado se produjo un choque generazional  Asimismo, hubo dos procesos que estallaron en esta epoca. El racismo y la ley seca. La ley seca fue una enmienda 18 a la constitución. Determino la prohibición de producir distribuir y vender alcohol se creia que era la razon que volvía loca a la gente. Pero al comenzar a fabricarse clandestinamente esta ley duro muy poco. Luego el rascismo comenzo a nacer en el alma del norteamericano, asi como la superioridad. El estilo de vida americano fue defendido, la idea era sacar a todo el que molestaba (extranjeros negros etc) La xenofobia y el racismo se manifesto en una institución el kkk, organización que constaba de la afiliación de un millon de estadounidenses entre ellos hombres ricos de la iglesia profesionales blanco y poderosos. La masificacion del kkk daba mas poder que individualemtene. Mediante rituales y ceremonias, amataban a los “no norteamericanos”, quemaban sus casas, sus iglesias. Esta organización cae, hasta que los negros comienzan a reclamar sus derechos en la decada de los 60 Sin embargo, la prosperidad indefinida y el optimismo se extendían por todas partes. Eran los años dorados del consumismo y de la exaltación nacionalista. Se creía alcanzada la meta de ser una sociedad opulenta. El clima de confianza se tradujo en la compra de acciones de las empresas industriales por parte de un gran número de la población, siendo la Bolsa de Nueva York el centro de la economía mundial, a dónde llegaban capitales de todos los puntos del planeta. A pesar de esto, como la economía mundial estaba en desequilibrio con respecto a los Estados Unidos, no se pudo generar una demanda suficiente que pudiese sustentar la expansión industrial. Esto dio lugar a que ya en 1925, se comenzase a acumular stock de diversos productos, dando lugar a la caída de los precios, al desempleo y a la pérdida de la capacidad adquisitiva de la población.

Hacia fines de la década, la compra de acciones de manera desenfrenada creció en un 90%. La especulación financiera hacía ganar dinero rápidamente, siendo el valor de las acciones ficticios, ya que estaban por encima de su valor real. (La gente sacaba créditos en los bancos y ponía ese mismo dinero en la bolsa, a un interés más alto de lo que pagaba) A medida que la prosperidad aumentaba, los empresarios buscaron nuevas negocios para invertir sus ganancias. Prestaban dinero a Alemania y a otros países e instalaban sus industrias en el extranjero (la Argentina y Brasil, entre otros). También invertían en maquinarias que permitían aumentar la producción. Desde que advirtieron que tendrían dificultades para vender tanta mercadería, comenzaron a invertir en bienes de lujo, como joyas o yates, y en negocios especulativos. La compra de acciones en la bolsa se fue transformando en uno los más rentables. Muchas veces, para comprar acciones, los empresarios pedían créditos a los bancos. Debido a que la ganancia de las acciones podía llegar a un 50% anual y el interés que debían pagar por los créditos bancarios era del 12%, los beneficios que obtenían eran enormes.  A fines de la década, la prosperidad, que antes estaba basada en el desarrollo industrial, pasó a depender de la especulación. En 1928, algunos síntomas hacían prever que la economía estaba en peligro. Los ingresos de la población no habían subido tanto como para que el consumo siguiera creciendo. Los almacenes estaban llenos de mercaderías que no podían ser vendidas y muchas fábricas comenzaron a despedir a sus trabajadores. Sin embargo, en la bolsa seguía la fiesta especulativa. Los precios que se vendían las acciones no reflejaban la situación económica real de las empresas. Aunque el crecimiento de muchas de ellas se había detenido, sus acciones seguían subiendo porque había una gran demanda de los especuladores. Nadie pudo o quiso darse cuenta de la gravedad de la situación. Cuando en octubre de 1929 la Bolsa de Nueva York quebró, la crisis fue inevitable y se extendió al sistema bancario, a la industria, el comercio y al agro estadounidenses. Sus consecuencias se sintieron también en todo el mundo y perduraron hasta la Segunda Guerra Mundial. El jueves 24 de octubre de 1929, se produjo el crash de la bolsa de Wall Street. Más de 13.000.000 de títulos que cotizaban en baja no encontraron compradores y ocasionaron la ruina de miles de inversores, muchos de los cuales, habían comprado las acciones con créditos que ya no podrían pagar.

Esto llevó a que la gente entrara en pánico, y quienes poseían dinero en cuentas bancarias corrieron a retirarlo. Los bancos no eran capaces de hacer frente a tal magnitud de reintegros, y además, como en los Estados Unidos se había tratado de hacer frente al descenso de la demanda con una expansión del crédito a los ciudadanos comunes, se vieron desbordados por deudas incobrables. Ante esto, se negaron a dar nuevos créditos y a refinanciar las deudas existentes, pero sin embargo, aproximadamente 600 bancos americanos quebraron. A partir de ese momento se inició un período de contracción económica mundial, conocido como la "GRAN DEPRESIÓN". Extensión de la crisis: Las conexiones existentes en la economía internacional, pero sobre todo la dependencia que de los Estados Unidos tenía la economía europea, hicieron que la Gran Depresión, se extendiera por todo el mundo. La caída de los precios en América afectó a las industrias de otras partes del mundo que tenían precios superiores a los estadounidenses y que al no poder competir, vieron drásticamente reducidas sus exportaciones. Al mismo tiempo, la disminución de la demanda norteamericana, (y por ende, de sus importaciones), frenó las exportaciones de muchos países, con lo que disminuyó el comercio mundial. Los Estados Unidos también trataron de repatriar capitales que habían invertido en diferentes países. Esto tuvo una especial repercusión en Alemania, que tenía cuantiosos créditos tomados a Norteamérica, pues ese país había sido prácticamente obligado a endeudarse para hacer frente a las reparaciones de guerra estipuladas en el Tratado de Versalles, las que debían ser pagadas en efectivo. La crisis afectó también a Austria, Gran Bretaña, Francia, América Latina, el Sudeste Asiático, Australia, y muchos más, ya que salvo en la Unión Soviética, sus consecuencias repercutieron de una u otra manera en todo el planeta. La crisis había llevado a replantear el rol del Estado en la economía de una nación. En marzo de 1933 asumió como presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, quien se fijó como principal objetivo reconstruir la economía de su país. Para esto desarrolló un plan conocido como "New Deal", que consistía en la regulación de la economía favoreciendo las inversiones, el crédito y el consumo, lo que permitiría reducir el desempleo. El gasto público debía orientarse a la seguridad social y a la educación.

El modelo estaba inspirado en las ideas del economista Keynes quien sostenía los principios del liberalismo clásico, pero proponía la intervención del Estado en aquellos casos en que se viera perjudicado. Creía que una redistribución de los ingresos y el aumento de la tasa de empleo, reactivaría la economía. Nació así la teoría keynesiana. Las medidas adoptadas por Roosevelt fueron: Vacaciones bancarias: llos bancos debian cerrar una semana y crear proyectos que ofrezcan seguridad y tranquilidad para que la población vuelva a depositar dinero 2 ley de ajuste agrícola (AAA) el grano debia escacear para que los precios subieran (a mayor demanda y menos oferta los precios suben  el hombre de campo ebia tener solo ¼ de sus tierras produciendo, otroo ¼ para el ganado, otro ¼ en berbecho (descanso) y ell otro ¼ quemarlo. 3 obras publicas: se crean dos instituciones WPA: administración de obras publicas y TVA autoridad en el valle de tenesy. 4º Nira: afectaba a los industriales: los empresarios debian incorporar trabajadores y rebajar el sueldo a los que estaban empleados. Con la ayuda del sindicalismo los obreros aceptaron. 5ley de seguro social: para los jóvenes de 25 a 30 años es un seguro de desempleo, se les dio un sueldo basico que se renueva cada tres meses, pero se debe demostrar que el sujeto trato de conseguir trabajo 6 cuerpo de conservación civil (CCC) para jóvenes de 18 a 25 años, una especie de planes trabajar, debian conservar la via publica. Este plan estuvo desde el 32 hasta el 37. En 5 años eeuu se recupero. Y ya para el 40 se convierte en una potencia.   4-                                     Fascismo: características del fascismo y gobierno de Mussolini.   Tras acabar en Europa la I Guerra Mundial la economía, que se había orientado exclusivamente hacia la producción de armamento, debe reorientarse hacia la producción habitual y la esa reconversión en industria productiva es traumática ya que exige el cierre de muchas fábricas y el despido de obreros, esto generará malestar social y reactivará la lucha obrera. Ante el descontento generalizado y el miedo a que triunfe una revolución obrera no tardarán en aparecer asociaciones políticas de extrema derecha que combaten

los movimientos obreros: en 1919 aparecen los fasci di combatimento el embrión del Partido Fascista italiano, y en 1920 el Partido Nacional Socialista alemán, más conocido como Partido Nazi. Por si fuera poco la crisis financiera de 1929 hace que se regrese a la crisis económica tras unos años relativamente buenos, la crisis incidirá con fuerza en los países europeos, y, sobre todo, en Alemania. Alemania encuentra su economía hipotecada ya que tiene que seguir pagando las altas indemnizaciones de guerra; la extensión del paro y la violencia social hace que muchos se decanten por el Partido Nazi que promete paz, orden y trabajo, autarquía y militarismo para acabar con la humillación de la derrota en la I Guerra Mundial. La paz no contenta a todos. En el caso alemán se ha producido una gran humillación y la aplicación del Tratado de Versalles deja al país moralmente hundido. Por si fuera poco los franceses, al no poder pagar parte de la indemnización de guerra Alemania, llegan a ocupar la cuenca del Ruhr, una rica zona carbonífera, para cobrarse la deuda, esto supone herir todavía más el orgullo alemán y que el deseo de revancha contra los franceses esté latente en gran parte del pueblo alemán, de ese deseo se alimentará el Partido Nazi. En Italia, aunque se sitúa en el bando de los vencedores, la paz es una victoria mutilada. Las pérdidas materiales y humanas (un millón de víctimas) no son recompensadas con una generosa entrega de territorios, solamente recibe pequeñas compensaciones territoriales: el Trentino al norte, Istria y el puerto de Trieste en el Adriático y las islas del Dodecaneso en el Egeo, pero no toda la costa de Dalmacia que le habían prometido los aliados en el Tratado de Londres de 1915. El país se encuentra engañado y humillado por los grandes, este sentimiento será capitalizado por D´Anunzio para conquistar Fiume en Yugoslavia, aunque tuvo que ser devuelto posteriormente. Los principios ideológicos del fascismo. Antes de nada hemos de decir que desde el punto de vista ideológico no encontramos un movimientos coherente y articulado sino un conglomerado de ideas a veces contradictorias que serían expuestas de manera anárquica por sus líderes. En 1924 Hitler escribe la primera parte de Mein Kampf (Mi Lucha) y la segunda parte entre 1925 y 1927, en esta obra presenta una cierta organización de sus ideas, que son expuestas de una manera más sistemática que las

del fascismo italiano. La doctrina del fascismo italiano aparece formulada de manera improvisada, y, a veces contradictoria, por Mussolini ya entre 1932 y 1934 y en algunos casos parece conciliar el agua y el fuego. 1. Un Estado totalitario. Los regímenes totalitarios van a dar más importancia al Estado que a la nación, ya que consideran que el Estado es la expresión del sentimiento de la nación. El Estado debe ser todopoderoso y controlar todos los aspectos de la vida, y el individuo debe estar sometido y subordinado a las directrices del Estado. Se da, por tanto, más importancia a la colectividad, encarnada por el Estado, que a los derechos del individuo que dejan de tener importancia frente a los del colectivo. El Estado totalitario, al recibir todos los poderes, puede actuar libremente para eliminar a la oposición y a los disidentes y para encuadrar a los ciudadanos en organizaciones corporativas o profesionales sometidas a ese Estado. El Estado también fomenta el militarismo y la disciplina en las distintas organizaciones en las que encuadra a sus ciudadanos. En el caso alemán se propondrá además la supremacía de la raza aria sobre todas las demás a las que considera inferiores, en especial a la judía. 2. El papel del líder y el culto a la personalidad. Al frente del Estado se encuentra un líder carismático que encarna al partido único y a la nación. A ese líder se le rinde un culto casi religioso y la propaganda se encarga de que su fotografía esté por todos los rincones del país y presida los actos más importantes, tanto públicos como privados. A veces se le representa como el salvador de la patria humillada y otras como el padre de la nación. Ese culto a la personalidad del líder va a ser obsesivo, incluso a la hora de saludar se saluda con el nombre del líder. Un hecho importante es que por primera vez se utilizan los medios de comunicación de masas para extender las ideas y la “adoración” del líder. La aparición ante sus seguidores del führer en Alemania o del duce en Italia será estudiada al detalle, desde la hora a la que se produce hasta la estética teatral que reviste su actuación. A los ciudadanos y militantes se les exigirá una fe ciega en su caudillo. 3. El odio a la democracia. En un régimen de fuerza, lógicamente, la democracia está proscrita. Se la considera el peor de los males, entre otras cosas porque al confrontarse libremente las ideas se produce la división de la nación y se enfrenta la sociedad. Por ello hay que acabar con la democracia y todo lo que huela a democracia: libertades individuales (reunión, expresión...), elecciones, pluripartidismo... En ese sentido se llega a un régimen de partido único que

controla todos los resortes del Estado. Un hecho fundamental es que se predica la desigualdad entre los hombres, se subraya que siempre hay superiores e inferiores. En ese orden de cosas se contraponen el hombre a la mujer (la mujer es inferior y, según Hitler, su papel se reduce a las tres K: kinder, kirche y küche o niños, iglesia y cocina), militar a civil, miembro del partido al que no lo es... de la misma forma se predica el racismo y la supremacía de la raza aria en el caso alemán. Las élites o minorías elegidas tendrán una gran importancia, serán los llamados a gobernar, lejos queda la masa que la única función que tiene es obedecer. A pesar del odio a la democracia podemos decir que Hitler llegó al poder en 1933 dentro del sistema democrático. 4. Odio hacia los movimientos obreros. Van a ser unos enemigos declarados de comunistas y socialistas y a ellos les van a declarar una guerra sin cuartel, los primeros actos de estos partidos son reventar huelgas y matar a líderes obreros, este hecho hace que se ganen el apoyo de patronos y burgueses en general. Frente al internacionalismo obrero (comunismo/socialismo) ellos crean un socialismo de carácter nacional, es una pirueta mental y un invento demagógico para pretender ver que también ellos defienden al obrero. Para atraer a los obreros hacen alguna declaración anticapitalista y promesas como acabar con el paro, promesa que cumplirán en parte desarrollando la industria de guerra. En lo económico son partidarios de la autarquía de la no dependencia del exterior, de que cada país se baste por sí mismo. 5. Un nacionalismo exacerbado. Todos los aspectos de la vida están inspirados por este espíritu ultra nacionalista que hunde sus raíces en el nacionalismo extremista del siglo XIX. La exaltación de la patria y su grandeza les lleva a desembocar en un fuerte imperialismo que reclama territorios considerados como propios: Alemania hablará de un espacio vital en el que colocar sus excedentes de población, Italia intentará imitar la grandeza del Imperio Romano. A la larga este expansionismo agresivo desembocará en la II Guerra Mundial. 6. Desde el punto de vista intelectual. Se caracterizan por un ataque frontal a todo aquello que signifique cultura, intelectualidad o racionalismo. Frente al racionalismo imponen el instinto y la fuerza como principios. Será frecuente la purga de páginas en los libros de Historia, la quema de libros considerados en

general como peligrosos... La intolerancia frente a los contrarios y el dogmatismo en la exposición de sus principios serán una constante. Los grupos sociales que apoyarán estos movimientos serán muy heterogéneos y variarán según la etapa. En general podemos ver a: 1. Excombatientes, son gentes desclasadas que una vez que ha terminado la guerra no se adaptan a la vida pacífica y van a ingresar en las organizaciones paramilitares fascistas (fasci di combatimento, S.A., S.S...) 2. Jóvenes nacionalistas, dentro de la juventud encontrarán a muchos descontentos frustrados por los resultados de la Guerra y decepcionados con las democracias. Su carácter violento y belicoso será encauzado por estas organizaciones para actuar de forma violenta contra manifestaciones obreras, contra el gobierno... 3. Clases medias amenazadas por la crisis económica, ven en las promesas de estos movimientos un futuro prometedor. 4. Parados, serán atraídos por los movimientos fascistas ante la promesa de puestos de trabajo, promesa que, van a cumplir en gran medida. 5. El apoyo del gran capital será muy importante para financiar estos movimientos, muchos patronos ven en ellos un gran apoyo contra el peligro de revolución comunista y no tendrán reparos en subvencionar todo tipo de actividades fascistas. Junto a estos se encuentran también los grandes terratenientes que sufren la misma amenaza por parte de los campesinos entre los que se extiende la propaganda anarquista. 6. El papel de la burocracia y el ejército será importante en el triunfo de estos movimientos, su tolerancia primero y su colaboración después les darán un gran apoyo. El fascismo italiano fue, como el comunismo ruso, resultado a la vez de la I Guerra Mundial y del propio contexto histórico nacional. Este último había visto, de una parte, la cristalización desde la década de 1910 de un nuevo nacionalismo italiano - -, un nacionalismo autoritario y antiliberal que aspiraba a la creación de un nuevo orden político basado en un Estado fuerte y en la afirmación de la idea de nación; y de otra parte, el descrédito político del régimen liberal. Las consecuencias de la I Guerra Mundial fueron igualmente decisivas. Primero, la guerra creó un clima de intensa exaltación nacionalista, reforzado en la posguerra por la decepción que en Italia produjo el tratado de Versalles -una mutilación inaceptable de las reivindicaciones irredentistas. La guerra provocó, en segundo lugar, una grave crisis económica -gigantesco endeudamiento del Estado, inflación, desempleo, inestabilidad monetaria- y una amplia agitación laboral. En tercer lugar, la guerra rompió el viejo equilibrio político de la Italia liberal.

Nació oficialmente el 23 de marzo de 1919, en la asamblea que, convocada por Benito Mussolini (1883-1945), se celebró en un local de la plaza San Sepolcro de Milán. Se crearon allí los "Fascios italianos de combate" ("fasci italiani di combattimento"), un heterogéneo movimiento en el que confluían hombres vinculados a asociaciones de ex-combatientes al sindicalismo revolucionario y al futurismo, con la idea de formar una organización nacional que, al margen del ámbito constitucional, defendiese los valores e ideales nacionalistas de los combatientes. Falto, pues, de un verdadero cuerpo doctrinal, el fascismo se definió, en principio, por su negatividad y, ante todo, por el recurso sistemático a la agitación y a la violencia callejera, y a un estilo para-militar de actuación -marchas, banderas, uso de uniformes y camisas negras, exaltación del líder, adopción del saludo romano, eslóganes y gritos rituales-, como forma de acción política y de movilización de efectivos y masas. Fue, así, un movimiento anti-liberal, anti-democrático y antiparlamentario, autoritario, ultranacionalista y violento, que usó una oratoria confusa y oportunistamente revolucionaria, que combinó hábilmente la exacerbación patriótica, el anticomunismo y el populismo sindicalista y anticapitalista. El fascismo italiano fue el resultado de una situación excepcional y única: nació como respuesta a los problemas que la I Guerra Mundial y la posguerra crearon en Italia. Su elite dirigente la formaron ex-combatientes, antiguos sindicalistas revolucionarios y medianías intelectuales, esto es, pequeño burgueses, pero sobre todo inadaptados y desarraigados. Su base social la integraban elementos de todas las clases sociales, pero preferentemente de la pequeña burguesía urbana y rural y con un alto componente de jóvenes. El ascenso del fascismo a partir de 1920 se debió a su capacidad para postularse como única solución nueva y fuerte ante la crisis política y social que Italia vivía desde el final de la guerra y para afirmarse como alternativa de orden a un régimen liberal y parlamentario desacreditado y en decadencia, ante la amenaza de revolución social que pareció cernirse sobre el país. Benito Mussolini, cuyo gobierno fue ratificado por el Parlamento, tardó aún en crear un régimen verdaderamente fascista. Ello se debió, primero, a que el fascismo carecía de ideas y programas claros, coherentes y bien estructurados; y segundo, a que su llegada al poder había exigido evidentes compromisos

políticos. La "primera etapa" de gobierno fascista, de octubre de 1922 a enero de 1925, fue así una "etapa de transición", en la que la vida pública (Parlamento, partidos, sindicatos, prensa) siguió funcionando bajo una cierta apariencia de normalidad constitucional. Mussolini siguió en ese tiempo una política económica liberal o por lo menos, no intervencionista y definida por la voluntad de favorecer el libre juego de la iniciativa privada, lo que en la práctica significó privatizaciones (teléfonos, seguros), incentivos fiscales a la inversión (los impuestos sobre los beneficios de guerra fueron reducidos), drásticas reducciones de los gastos del Estado (por ejemplo, los militares) y estímulos a las exportaciones. Con todo, Mussolini tomó antes de 1925 iniciativas políticas significativas. En diciembre de 1922, creó el Gran Consejo Fascista, como órgano consultivo paralelo al Parlamento. En enero de 1923, procedió a legalizar la Milicia fascista -creada en el congreso del partido de 1921-, verdadero ejército del partido (uniformado y jerarquizado), colocándola bajo el control del citado Gran Consejo y encargándole la defensa del Estado, lo que le convertía de hecho en un ejército paralelo (y en efecto, unidades de la Milicia, que tendría oficiales propios y que llegaría a los 800.000 hombres en 1939 combatirían en Etiopía, en España y en la II Guerra Mundial). Mussolini, por tanto, daba pasos hacia la fascistización de las instituciones, el control del Parlamento y el partido único. El giro definitivo hacia la dictadura y la creación de un sistema totalitario vino inmediatamente después. La oposición se retiró del Parlamento, como forma de presionar al Rey. Desde 1925, Mussolini y sus colaboradores procedieron a la creación de un régimen verdaderamente fascista, esto es, de una dictadura totalitaria del partido. "Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado": el mismo Mussolini resumiría así la significación de la nueva y definitiva etapa de su régimen. El Estado encarnaba la colectividad nacional. Su soberanía y su unidad frente a partidos, Parlamento, sindicatos e instituciones privadas resultaban imprescriptibles. El régimen fascista italiano se concretó, como ha quedado dicho, primero, en una dictadura fundada en la concentración del poder en el líder máximo del partido y de la Nación, en la eliminación violenta y represiva de la oposición y en la supresión de todas las libertades políticas fundamentales; segundo, en una amplia obra de encuadramiento e indoctrinación de la sociedad a través de la propaganda, de la acción cultural, de las movilizaciones ritualizadas de la población y de la integración de ésta en organismos estatales creados a aquel

efecto; tercero, en una política económica y social basada en el decidido intervencionismo del Estado en la actividad económica, en una política social protectora y asistencial y en la integración de empresarios y trabajadores en organismos unitarios (corporaciones) controlados por el Estado; cuarto, en una política exterior ultra-nacionalista y agresiva, encaminada a afianzar el prestigio internacional de Italia y a reforzar su posición imperial El 25 de octubre de 1936, Hitler y Mussolini proclamaron la creación del "Eje Berlín-Roma". Italia quedó desde ese momento dentro de la órbita de Alemania. Pronto se vería, además, que la suya era una posición de subordinación y dependencia. El resultado último de todo ello fue la entrada de Italia en la II Guerra Mundial. Esa decisión fue la tumba del fascismo. Tras tres años de derrotas ininterrumpidas, Mussolini fue cesado por el Gran Consejo Fascista en julio de 1943 y arrestado. Liberado por un comando alemán y puesto por los alemanes al frente de una República fascista del norte de Italia, Mussolini, que en 1932 había dicho a Ludwig que terminaría por ser el hombre más grande del siglo, acabó sus días a finales de abril de 1945, tras ser ejecutado por partisanos italianos, colgado por los pies, junto a su última amante y a otros quince jerarcas fascistas, del techo de un garaje en una plaza de Milán. El diseño económico fascista se completó con grandes inversiones públicas en obras de infraestructura y con la creación de un gran sector público tras la constitución en 1933 del IRI (Instituto para la Reconstrucción Italiana), que hizo del Estado en muy pocos años el principal inversor industrial. Las inversiones se concentraron en la construcción de pantanos -elemento sustancial para la electrificación del país y para la renovación de la agricultura- y en el trazado de autovías. Milán y Turín, Florencia y el mar, Roma y la costa, quedaron unidos por grandes autopistas, únicas en Europa. El fascismo electrificó la red ferroviaria prácticamente en su totalidad. La producción italiana de energía eléctrica, dominada por la empresa Edison, pasó de 4,54 millones de kilovatios-hora en 1924 a 15,5 millones en 1939 (cinco veces más, por ejemplo, que la de España). La producción de acero, a favor de las grandes obras del Estado y del proteccionismo arancelario, subió de 1 millón de toneladas en 1923 a 2,2 millones en 1939. El régimen fascista hizo del IRI la pieza fundamental del Estado corporativo y lo presentó como uno de los grandes logros de la dictadura. Lo que el IRI hizo fue nacionalizar, mediante la compra de acciones, muchas de las grandes empresas

industriales y proceder luego, merced a la intervención del Estado, a modernizarlas y hacerlas eficaces y competitivas. En 1939, el IRI controlaba tres de las grandes siderurgias del país -entre ellas, los altos hornos de Terni-, algunos de los mejores astilleros (como los Arnaldo), la telefónica, la distribución de la gasolina -para lo que se creó la AGIP, Agencia Italiana de Petróleos, con grandes refinerías en Bari y Livorno-, las principales empresas de electricidad, las más importantes líneas marítimas -cuya flota se renovó con barcos de gran lujo como el Rex- y las incipientes líneas aéreas. El Estado controlaba así los centros neurálgicos de la economía nacional. Italia parecía a punto de conseguir un altísimo grado de independencia económica, uno de los viejos sueños del nacionalismo italiano que el fascismo veía, además, como condición esencial para la realización de la política internacional imperial y de prestigio que ambicionaba para su país (y a lo que se encaminaba la política de construcción de armamentos y material de guerra impulsada por el gobierno). En Italia existía había una monarquía parlamentaria, el rey era Víctor Manuel III y el primer ministro era el Socialista Facta. Los tres partidos que existían era el partido socialista Italiano, el partido comunista italianos y el partido popular. Todo el pueblo italiano estaba en una situación critica. Al terminar la Guerra Mundial Italia se encuentra en una situación económica crítica. Cierran las fábricas de armas, suben los precios, el Estado se halla endeudado con Estados Unidos e Inglaterra, por empréstitos. Paro, hambre, huelgas, delinean la coyuntura difícil. Tropas de obreros efectúan expediciones a tiendas de comestibles. En las elecciones de 1919 consiguen mayoría los socialistas. Cuando aparece Mussolini creará el partido fascista, tendrá como objetivo hacer de Italia nuevamente el “Reconstruir Imperio Romano”. En el año 1922 Mussolini anuncia la “Marcha sobre Roma”. Los acontecimientos se precipitaron. Miles de camisas negras se reúnen en Nápoles; unos días después ocupan los edificios públicos de la Italia central y los centros de comunicaciones del Norte. El gobierno quiso proclamar el estado de excepción el 28 de octubre, pero el rey se negó a firmar el decreto, para evitar derramamiento de sangre. Dimite el gabinete y el rey pide a Mussolini que forme gobierno, el 30 de octubre. Victor Manuel II nombrara a Mussolini conductor de Italia, este de autoproclamara Il Duche. El parlamente le aprueba una ley de amplios poderes y de esta forma legalizan la dictadura y se comenzaran a perseguir y ejecutar a comunistas y socialistas.

Mussolini va a demostrar una astucia extraordinaria para hacer evolucionar el sistema parlamentario italiano hacia un modelo de dictadura personal. La práctica constitucional exigía el voto favorable de la Cámara, pero constituyendo los fascistas una minoría de una treintena de diputados, resultaba imprescindible el apoyo de la derecha. En conjunto se pueden distinguir dos fases en el proceso de sustitución de las estructuras democráticas; hasta enero de 1925 se cubre una etapa de dictadura solapada, desde esta fecha, de dictadura abierta. El primer paso es la consecución de la ley de plenos poderes, a la que solamente se oponen socialistas y comunistas. Dotado de atribuciones que ningún jefe de gobierno anterior había tenido, mientras se recrudecen las violencias de las bandas fascistas Mussolini se consagra a la creación de órganos paralelos a los del Estado, como el Gran Consejo del Fascismo, que puede tomar decisiones políticas y reduce al gobierno a un simple papel administrativo; de manera similar la Milicia para la seguridad del Estado suplanta a la Guardia Real —disuelta en enero de 1923—, y los comisarios políticos (“prefectos volantes”), reclutados entre los “ras”, restan toda autoridad a los prefectos provinciales. En un año Mussolini dispone de un Estado fascista paralelo. Aunque populares y liberales se apartan recelosos y sus periódicos comienzan a criticar a Mussolini, votan muchos de sus diputados la nueva ley electoral —ley Acerbo—, que prevé una sobre representación de la lista más votada (los 2/3 de asientos de la Cámara). Se trata de un suicidio parlamentario, solamente explicable por la capacidad de convicción del líder fascista, que ofrece a algunos partidos presentarse con una lista conjunta. En las elecciones de 1924 los fascistas obtienen cinco de los siete millones de votos, pero la resistencia antifascista aumenta por las irregularidades del proceso electoral. Mussolini lo tenía todo contra él; la Iglesia y el partido populista de Dom Sturzo, los liberales, los socialistas, la corte, la diplomacia, los universitarios. Intentan persuadir al rey para que despida al dictador; pero el monarca teme el regreso a la anarquía anterior, sólo para poder contemplar después otro tipo anarquía. Con toda la autoridad del Estado y del partido en un solo hombre, el Duce, se declara la ilegalidad de los restantes partidos políticos y la obligatoriedad de su programa para todos los funcionarios del Estado. La educación se somete a un control riguroso. Se organizan numerosas manifestaciones para demostrar la adhesión de las masas al Duce, en torno al cual se suscita un culto desmedido; se

le canta como estadista genial, como la encarnación heroica de la nación. Su palacio de la plaza Venecia se convierte en su cuartel general; de su despacho salen nombramientos, ceses, condenas; algunos funcionarios se suicidan al ser convocados. Durante la gestion del gobierno, económicamente, el fascismo apoya a la empresa privada pero con una intervención estatal. El corporativismo se inspira en los gremios o corporaciones medievales, en los que, se afirmaba, se habían armonizado los intereses de patronos y trabajadores. De la misma manera el Estado corporativo suprimiría la lucha de clases, constituyendo al Estado en árbitro de las disputas dentro de unas instituciones comunes. El Estado se reserva la última disposición.   5-                                     Nazismo: República de Weimar. Ascenso de Hitler al poder. Doctrina Nazi y gobierno de Hitler.     La vida política y económica alemana se vio gravemente afectada a causa de las condiciones que imponía el Tratado de Versalles: Reducción del ejercito y del territorio, reparaciones de guerra y la imposición de un nuevo sistema político: la república. Causa de ello, nacieron nuevas fuerzas políticas: El Zentrum Católico, Partido Obrero Nacional Socialista Alemán (PONSA) y el Partido Social Demócrata (que tenia dos corrientes una moderados y otra de independientes) y el Partido Comunista Alemán. La república de Weimar estuvo marcada por diversos problemas políticos que eran expresión de la crisis que se inició tras el desastre nacional causado por la guerra; la inestabilidad se manifestaba en gobiernos débiles que no solucionaban los graves problemas de descenso de mano de obra, escasez, proceso de inflación y déficit público. La izquierda revolucionaria, que exigía la toma del poder, se enfrentó a la izquierda parlamentaria, mientras la derecha y las clases medias se adhirieron a posturas nacionalistas de repulsa hacia el Tratado de Versalles y temerosas de una revolución social. En este contesto nacerá el Partido Nacional socialista o el Parido Nazi, que tuvo su origen en el Partido Obrero Alemán. Cuando Adolf Hitler se unió a él en ese

mismo año se convirtió en el líder. Durante la primer asamblea del Partido Obrero Alemán, celebrado en Munich el 24 de febrero de 1920, Hitler leyó el programa del partido, se combinaban desmesuradas demandas nacionalistas y doctrinas racistas y antisemitas. Poco después, el Partido Obrero Alemán pasó a denominarse Partido Nacional Socialista Alemán del Trabajo. Sus miembros estaban convencidos del valor de la violencia como medio para alcanzar sus fines, por lo que no tardaron en crear las sección de asalto o SA, una fuerza que se encargó de proteger las reuniones del partido, provocar disturbios en las reuniones de los demócratas liberales, socialistas, comunistas y sindicalistas, y perseguir a los judíos, sobre todo a los comerciantes. Hitler fue elegido presidente con poderes ilimitados del partido en 1921. Ese mismo año, el movimiento adoptó como emblema una bandera con fondo rojo en cuyo centro había un círculo blanco con una cruz esvástica negra. Proclamaron su desprecio por la democracia e hicieron campaña en favor de un régimen dictatorial. En 1923, Hitler, con 600 soldados de asalto, se dirigió a una cervecería de Munich donde declaró la formación de un nuevo gobierno nacional. Pero al fracasar este Golpe de estado en Munich Hitler resultó condenado a cinco años de prisión y el partido fue ilegalizado. Hitler fue puesto en libertad antes de un año. El partido nazi se hallaba prácticamente disuelto, debido en gran medida a que la mejora de las condiciones políticas del país había generado una atmósfera más propicia para las organizaciones políticas moderadas. Durante los años siguientes, Hitler consiguió reorganizar el partido con la ayuda de un reducido número de colaboradores leales. Se autoproclamó Führer (‘jefe’) del partido en 1926 y organizó un cuerpo armado de unidades defensivas, las SchutzStaffel o SS, para vigilar y controlar al partido y a su rama paramilitar, las SA. A medida que se agravaba la depresión, la situación se mostraba cada vez más propicia para una rebelión. Por lo que el régimen fue contando con más apoyo. En las elecciones al Reichstag (Parlamento alemán) de 1930 los nazis obtuvieron casi 6,5 millones de votos (más del 18% de los votos totales emitidos), lo que suponía un gran ascenso en comparación con los 800.000 votos (aproximadamente un 2,5%) obtenidos en 1928. Los 107 escaños alcanzados en estas elecciones les convirtieron en el segundo partido del Reichstag, después del Partido

Socialdemócrata Alemán (SPD), que ganó 143 escaños. El KPD, con 4,6 millones de votos, también logró un considerable avance con la obtención de 77 escaños. El partido nazi rentabilizó al máximo el agravamiento de la depresión económica (conocida internacionalmente como la Gran Depresión) entre 1929 y 1932. Los esfuerzos desesperados del canciller Heinrich Brüning por salvar la república democrática mediante decretos de emergencia no consiguieron frenar el creciente desempleo. Por el contrario, la ineficacia de su administración socavó la escasa fe de la población alemana en la democracia parlamentaria. Así pues, Hitler obtuvo un elevado número de votos en las elecciones presidenciales de 1932, aunque la victoria final fue para Paul von Hindenburg. En las elecciones al Reichstag celebradas en julio de 1932, el NSDAP recibió 13,7 millones de votos y consiguió 230 escaños de un total de 670. Se había convertido en el partido más fuerte, aunque no contaban aún con mayoría, y el presidente Hindenburg ofreció a los nacionalsocialistas ingresar en un gobierno de coalición. Hitler rechazó esta propuesta y reclamó gobernar en solitario. Se disolvió el Reichstag y el NSDAP obtuvo únicamente 11,7 millones de votos (196 escaños) en las elecciones que se convocaron en noviembre para elegir una nueva asamblea. El SPD y el KPD obtuvieron en total más de 13 millones de votos, lo que les reportó 221 escaños; sin embargo, puesto que estos grupos eran rivales, los nazis, a pesar de su retroceso electoral, continuaron siendo la fuerza mayoritaria en el Reichstag. Hitler volvió a negarse a participar en un gobierno de coalición y la asamblea legislativa alemana se disolvió por segunda vez. Hindenburg finalmente nombró a Hitler canciller el 30 de enero de 1933, aconsejado por Franz von Papen. A partir de este momento se inició la creación del Estado nacionalsocialista. A finales de febrero, cuando estaba a punto de concluir la campaña de las nuevas elecciones al Reichstag, el edificio que albergaba al parlamento fue destruido por un incendio y se sospechó que este acto había sido provocado. Los nazis culparon a los comunistas y utilizaron este incidente como un pretexto para reprimir a los miembros del KPD con una brutal violencia; la misma suerte corrió posteriormente el SPD. Ningún partido ofreció una resistencia organizada. Finalmente, todas las demás agrupaciones políticas fueron ilegalizadas, se consideró un delito la

formación de nuevos partidos, y los nacionalsocialistas pasaron a ser la única organización política legal. Por la Ley de Poderes Especiales del 23 de marzo de 1933, todas las facultades legislativas del Reichstag fueron transferidas al gabinete. Este decreto otorgó a Hitler poderes dictatoriales por un periodo de cuatro años y representó el final de la República de Weimar. El 1 diciembre de 1933 se aprobó una ley por la cual el partido nazi quedaba indisolublemente ligado al Estado. Desde ese momento, el partido se convirtió en el principal instrumento del control totalitario del Estado y de la sociedad alemana. Los nazis leales no tardaron en ocupar la mayoría de los altos cargos del gobierno a escala nacional, regional y local. Los miembros del partido de sangre alemana pura, mayores de dieciocho años, juraron lealtad al Führer y, de acuerdo con la legislación del recién instituido III Reich, sólo debían responder de sus acciones ante tribunales especiales del partido. En principio, la pertenencia a esta agrupación era voluntaria; millones de ciudadanos deseaban afiliarse, pero muchos otros fueron obligados a ingresar en ella contra su voluntad. Era preciso ser miembro del partido para ocupar un puesto en la administración pública. Se estima que el número de afiliados llegó a alcanzar los 7 millones en el momento de mayor auge. La principal organización auxiliar del partido nazi eran las SA, designadas oficialmente como garantes de la revolución nacionalsocialista y vanguardia del nacionalsocialismo. Obtuvieron por la fuerza grandes cantidades de dinero de los trabajadores y campesinos alemanes a través de sus recaudaciones anuales de las contribuciones de invierno para los pobres; se encargaron de la formación de los miembros del partido menores de diecisiete años; organizaron un pogromo contra los judíos en 1938; adoctrinaron a los oficiales asignados a las fuerzas terrestres del Ejército alemán y dirigieron a las fuerzas de defensa nacional del Reich durante la II Guerra Mundial. Otra importante formación del partido eran las SS, que organizaron divisiones especiales de combate para apoyar al Ejército regular en los momentos críticos de la contienda. Este cuerpo, junto con el Sicherheitsdienst (Servicio de Seguridad o SD), la oficina de espionaje del partido y del Reich, controló el partido nazi durante los últimos años de la guerra. El SD se encargó del funcionamiento de los campos de concentración, creados para retener a las víctimas del terrorismo nazi, y

desempeñó un importante papel durante la etapa del conflicto bélico al permitir a Hitler controlar a las Fuerzas Armadas desde el Estado Mayor. Otra sección importante del partido eran las Hitler Jugend (Juventudes Hitlerianas), que formaban a jóvenes entre los 14 y los 17 años de edad para convertirlos en miembros de las SA, las SS o del partido. La Auslandorganisation (Organización para Asuntos Exteriores) se ocupaba de la propaganda nazi y creó, financió y dirigió las agrupaciones nacionalsocialistas de Alemania y de la población alemana residente en el extranjero. La reorganización de la sociedad alemana Hitler comenzó a crear un Estado nacionalsocialista eliminando la oposición de las clases trabajadoras y de todos los demócratas. El juicio del incendio del Reichstag sirvió como pretexto no sólo para suprimir al KPD y al SPD, sino para abrogar todos los derechos constitucionales y civiles y crear campos de concentración para confinar a las víctimas del terror nacionalsocialista. La Gestapo La Geheime Staatspolizei (Policía Secreta del Estado), conocida como Gestapo, fue fundada en 1933 para reprimir la oposición al régimen de Hitler. Cuando se incorporó al aparato del Estado en 1936, se la declaró exenta de someterse a las restricciones que imponía la ley, y sólo debía responder de sus actos ante su jefe, Heinrich Himmler, y ante el propio Hitler. Centralización y coordinación Desde 1933 hasta 1935, la estructura democrática de Alemania fue sustituida por la de un Estado completamente centralizado. La autonomía de la que anteriormente habían disfrutado las autoridades provinciales quedó abolida; estos gobiernos regionales quedaron transformados en instrumentos de la administración central y fueron estrictamente controlados. El Reichstag desempeñaba un papel meramente formal, una vez desposeído de su carácter legislativo. A través de un proceso de coordinación (Gleichschaltung), todas las organizaciones empresariales, sindicales y agrícolas, así como la educación y la cultura, quedaron supeditadas a la dirección del partido. Las doctrinas nacionalsocialistas se infiltraron incluso en la Iglesia protestante. Se promulgó una legislación especial por la cual quedaron excluidos los judíos de la protección de la ley. La economía y la purga de 1934 El desempleo fue el problema más transcendente al que tuvo que hacer frente Hitler al asumir el poder. La industria alemana

producía en esos momentos aproximadamente a un 58% de su capacidad. Se estima que el número de desempleados de Alemania oscilaba entre los 6 y los 7 millones. Miles de ellos eran miembros del partido que esperaban que Hitler aplicara las promesas anticapitalistas expuestas en la propaganda nazi, acabara con los monopolios y asociaciones de industriales y reactivara la industria mediante la creación de un gran número de pequeñas empresas. Los miembros del partido reclamaban una segunda revolución. Las SA, dirigidas por Ernst Röhm, asumieron el control del Reichswehr (Fuerzas Armadas alemanas) como parte del nuevo programa. Hitler tuvo que elegir entre un régimen nacionalsocialista sustentado por las masas o una alianza con los industriales del país y el Estado Mayor del Reichswehr, y eligió esta última opción. El 30 de junio de 1934, en la posteriormente denominada Noche de los cuchillos largos, el Führer ordenó a las SS eliminar a diversos miembros de las SA, un grupo que podía instigar una rebelión en el Ejército, en opinión de Hitler. Fueron asesinados varios líderes de las SA y del partido, entre ellos Röhm y más de 500 de sus seguidores, muchos de los cuales no eran contrarios a la política de Hitler. También se incluyó en la purga a otros enemigos del régimen, como el general Kurt von Schleicher, y a algunos monárquicos que defendían la restauración de la dinastía Hohenzollern. El nuevo orden La supresión de los partidos de la oposición y las cruentas depuraciones de los contrarios al nuevo régimen no consiguieron resolver el problema del desempleo. Para ello era necesario que Hitler reactivara la economía alemana. Su solución fue crear un nuevo orden, cuyas premisas principales eran las siguientes: el aprovechamiento pleno y rentable de la industria alemana sólo podría alcanzarse restableciendo la posición preeminente del país en la economía, industria y finanzas mundiales; era preciso recuperar el acceso a las materias primas de las que Alemania había sido privada tras la I Guerra Mundial y controlar otros recursos necesarios; debía construirse una flota mercante adecuada y modernos sistemas de transporte ferroviario, aéreo y motorizado; así mismo había que reestructurar el sector industrial para obtener la mayor productividad y rentabilidad posible. Todo ello requería la supresión de las restricciones económicas y políticas impuestas por el Tratado de Versalles, lo que provocaría una guerra. Por tanto, era preciso reorganizar la economía a partir del modelo de una economía de guerra. Alemania debía alcanzar una completa autosuficiencia en lo referente a las

materias primas estratégicas, creando sustitutos sintéticos de aquellos materiales de los que carecía y que no podrían adquirirse en el extranjero. El suministro de alimentos quedaba asegurado a través del desarrollo controlado de la agricultura. En segundo lugar, había que eliminar los obstáculos que impidieran la ejecución de este plan, esto es, imposibilitar la lucha de los trabajadores para mejorar sus condiciones anulando la acción de los sindicatos y sus organizaciones filiales. Los sindicatos El nuevo orden supuso la ilegalización de los sindicatos y las cooperativas y la confiscación de sus posesiones y recursos financieros, la supresión de las negociaciones colectivas entre trabajadores y empresarios, la prohibición de las huelgas y los cierres patronales, y la exigencia a los trabajadores alemanes de pertenecer de forma obligatoria al Deutsche Arbeitsfront (Frente Alemán del Trabajo o DAF), una organización sindical nacionalsocialista controlada por el Estado. Los salarios fueron fijados por el Ministerio de Economía Nacional. Los funcionarios del gobierno, denominados síndicos laborales, designados por el Ministerio de Economía Nacional, se encargaron de todos los asuntos relativos a los salarios, la jornada y las condiciones laborales. Las asociaciones comerciales de empresarios e industriales de la República de Weimar fueron transformadas en organismos controlados por el Estado, a los que los patrones debían estar afiliados obligatoriamente. La supervisión de estos organismos quedó bajo la jurisdicción del Ministerio de Economía Nacional, al que se le habían conferido poderes para reconocer a las organizaciones comerciales como las únicas representantes de los respectivos sectores de la industria, crear nuevas asociaciones, disolver o fusionar las existentes y designar y convocar a los líderes de estas entidades. El Ministerio de Economía Nacional favoreció la expansión de las asociaciones de fabricantes e integró en cárteles a industrias enteras gracias a sus nuevas atribuciones y al margen de acción que permitía la legislación. Asimismo, se coordinó la actividad de los bancos, se respetó el derecho a la propiedad privada y se reprivatizaron empresas que habían sido nacionalizadas anteriormente. El régimen de Hitler consiguió eliminar la competencia por medio de estas medidas. Por último, el nuevo orden implantó el dominio económico de cuatro bancos y un número relativamente reducido de grandes grupos de empresas, entre los que se encontraba el gran imperio de fábricas de armamento y de acero de la familia

Krupp y la I. G. Farben, que producía colorantes, caucho sintético y petróleo, y controlaba a casi 400 empresas. Algunas de estas fábricas empleaban como mano de obra forzosa a miles de prisioneros de guerra y a ciudadanos de los países que iban siendo conquistados. Los cárteles también suministraron materiales para el exterminio sistemático y científico realizado por el régimen nacionalsocialista de millones de judíos, polacos, rusos y otros pueblos o grupos. Las trágicas repercusiones del nazismo La creación del nuevo orden permitió a los nacionalsocialistas resolver el desempleo, proporcionar un nivel de vida aceptable a los trabajadores y campesinos alemanes, enriquecer al grupo de la elite del Estado, la industria y las finanzas y crear una espectacular maquinaria de guerra. A medida que se erigía el nuevo orden en Alemania, los nazis avanzaban política y diplomáticamente en la creación de la Gran Alemania. La política exterior de Hitler representó un oscuro capítulo de la historia cuyos acontecimientos más relevantes fueron la remilitarización de Renania (1936); la formación del Eje Roma-Berlín (1936), la intervención en la Guerra Civil española (1936-1939) en apoyo de las tropas de Francisco Franco; la Anschluss (‘unión’) de Austria (1938); la desintegración del Estado checoslovaco, tras ocupar los Sudetes, región con numerosa población alemana (1939); la negociación de un pacto de no agresión con la Unión Soviética (el denominado Pacto Germano-soviético) que contenía un acuerdo secreto para el reparto de Polonia y, como consecuencia de esta cláusula, la invasión del territorio polaco el 1 de septiembre de 1939, acción que dio inicio a la II Guerra Mundial.  Hitler se jactaba de que el nacionalsocialismo había resuelto los problemas de la sociedad alemana y perduraría durante miles de años. El nacionalsocialismo solucionó algunos conflictos ante los que la República de Weimar se mostró impotente y transformó a la débil república en un Estado industrial y políticamente poderoso. Pero esta reconstrucción condujo a la II Guerra Mundial, el enfrentamiento bélico más cruento y destructivo de la historia de la humanidad, del que Alemania salió derrotada, dividida y empobrecida. También hay que añadir al precio de esta empresa el sufrimiento del pueblo alemán durante el gobierno de Hitler y después de su muerte. El aspecto más trágico del nacionalsocialismo fue el asesinato sistemático de 6 millones de judíos europeos. Doctrina Nazi:  El nacismo es un regimen revolucionario el cual exalta la lucha, revaloriza las tradiciones y crea una sociedad limpia de impurezas

basada en el hombre nuevo. Las caracterisiticas son: Exaltar la figura del jefe único, valoraci´´on de ritors y tradiciones germanas, utilizaciones de propagandas masivas y de símbolos propios del nazismo, presion del estado sobre las instituciones, accion represiva contra la oposición, defensor del VOlk (pueblo) anchsluss (anexion de austria) Lebensrbum o espacio vital Anexar a los arios al 3º Reich     6-                                     Guerra Civil Española. Dictadura de Primo de Rivera. Elecciones de 1931. Bieño reformista. Elecciones de 1936. Características de la guerra.   Alfonso XII gobernaba España desde 1902, pero su gobierno comenzaba a caer en descrédito por la pérdida de territorios. Se conformaron entonces las cortes españolas, tipos de gobiernos regionales que se hicieron muy poderosos, por lo cual se fueron haciendo más importantes los partidos políticos. Las nuevas fuerzas políticas eran la Forange (brazo ejecutor de la derecha), La Unión General de Trabajo y la Confederación General de Trabajo (de la izquierda obrera). Alfonso XIII nombrara en 1923 a Antonio Primo de Rivera como gobernador de España en nombre del rey, personaje que se transformara en el dictador español de 1923 a 1931. Con el apoyo de las fuerzas conservadoras en general, Primo de Rivera encabezó un Directorio Militar que concentró en él todos los poderes del Estado. En un primer momento persiguió a los anarquistas y a los comunistas, eliminó los partidos políticos, creó un partido único, la Unión Patriótica (1924), reforzó el proteccionismo estatal en favor de la industria nacional, fomentó la construcción de grandes obras públicas. Hasta que los primeros apoyos se comenzaron a volver en contra y con la crisis mundial de 1929 donde España se vio muy afectada, Primo de Rivera debe renunciar.  La oposición republicana se había organizado mediante el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930). En las elecciones municipales celebradas el 12 de abril de 1931, los partidos republicanos obtuvieron una gran mayoría; ante esos resultados, el rey Alfonso XIII decidió abdicar y partió para el exilio. La República había triunfado a través de una vía pacífica y democrática.

Se crea la Republica española y comenzara el bieño reformista: La República fue proclamada el 14 de abril, tras lo cual se instaló un gobierno provisional que convocó a elecciones para las Cortes Constituyentes. Dichos comicios, celebrados el 28 de junio siguiente, dieron mayoría a la coalición Republicana Socialista, ya representada en el gobierno provisional que continuó en funciones. La nueva Constitución fue aprobada el 9 de diciembre de 1931, fecha en que también fue nombrado Niceto Alcalá Zamora como presidente de la República (jefe de Estado) y días después fue designado Manuel Azaña en calidad de presidente de gobierno (jefe de gobierno). Durante los primeros dos años de la Segunda República, el llamado Bienio reformista (noviembre de 1931 a noviembre de 1933), el gobierno buscó la transformación económica, social y política de España, a través de las siguientes medidas: a)  La promulgación de una serie de decretos tendientes a corregir los abusos que los propietarios agrícolas solían realizar en las contrataciones, y la creación del Instituto de Reforma Agraria destinado a expropiar, sin indemnización, las tierras de la alta nobleza. b)  La separación de la Iglesia y el Estado que incluía la disolución de las órdenes religiosas, entre ellas la de los jesuitas cuyas propiedades serían confiscadas; a las demás órdenes se les prohibía ejercer la industria, el comercio o la enseñanza, y los sacerdotes quedaban sometidos al pago de impuestos como todos los ciudadanos. c)  La reforma en la estructura del ejército, compuesto hasta entonces por un número desproporcionado de jefes y oficiales. La reforma implicaba la reducción de las regiones militares de 16 a 8, y la abolición del Tribunal Supremo del Ejército y de la Armada, cuyas atribuciones pasaron a los tribunales ordinarios. Asimismo se anunció una revisión en la política de ascensos por méritos de campaña, establecida durante la anterior dictadura. d)  La promulgación del Estatuto de Autonomía de Cataluña, que facultaba a la región para constituir un gobierno que llevaría el nombre de una antigua institución de origen medieval, la Diputación del General o Gen eralitat. El gobierno catalán tendría competencias legislativas y ejecutivas en hacienda, economía enseñanza, cultura, sanidad, transporte, comunicaciones y obras públicas. En manos del gobierno central quedaban los asuntos exteriores, la defensa y el control de fronteras. La aplicación de las reformas encontró serios obstáculos de parte de las fuerzas conservadoras y del ejército. Los grupos de derecha decidieron organizarse en

contra de las medidas gubernamentales y en marzo de 1933 formaron la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), la renovación española y el partido del centro católico. Los partidos de derecha aprovecharon el descontento hacia las reformas del gobierno de Azaña y obtuvieron mayoría en las elecciones generales de noviembre de 1933, en las que por primera vez votaban las mujeres. El CEDA obtuvo el mayor número de escaños en las Cortes y el gobierno quedó en manos del Partido Radical Republicano, liderado por Alejandro Lenoux. Comenzaba así el llamado Bienio Negro de la Segunda República (noviembre de 1933 a diciembre de 1935), durante el cual el gobierno tampoco pudo resolver los graves problemas del país y se limitó a intentar regresar a la situación existente antes de 1931. El gobierno de Lerroux tampoco pudo sostenerse; dañado por un escándalo de corrupción, perdió credibilidad y fue destituido. El presidente de la República constituyó entonces un gobierno de tendencia central, y en enero de 1936 se disolvían las Cortes y se convocaban nuevas elecciones para el 16 de febrero. Al mismo tiempo, los grupos y partidos de izquierda (republicanos, socialistas y comunistas) se integraron n un bloque denominado Frente Popular. Esta organización política obtuvo mayoría en las elecciones de febrero de 1936, dejando  atrás a la coalición de derechas denominada Frente Nacional Antirrevolucionario. Manuel Azaña volvió a ocupar la presidencia. Pero el nuevo gobierno se encontraba en una situación difícil, pues continuamente ocurrían incidentes desestabilizadores relacionados con la crisis europea y mundial de los años treinta. Las huelgas estallaron por todas partes mientras se multiplicaban la toma de tierra por parte de los campesinos y la violencia urbana se manifestaba en enfrentamientos callejeros. En esas circunstancias, las Cortes destituyeron a Alcalá Zamora y se eligió a Manad Azaña como presidente de la República, y a Santiago Casares Quiroga como jefe de gobierno, quien trató de administrar el país entre el temor a la subversión social de las izquierdas y el miedo al golpe de Estado militar apoyado por las derechas que había comenzado a gestarse. Finalmente, en Julio 1936 estalla la Guerra Civil. La Guerra Civil Española fue un acontecimiento bélico nacional que, al participar los factores ideológicos, políticos y económicos que convulsionaban el resto de Europa en los años treinta, trascendió las fronteras de España y atrajo la intervención de países extranjeros que aprovecharon el conflicto para convertir al

país en un campo de experimentación bélica, en los umbrales de la Segunda Guerra Mundial. En el ámbito interno, las fuertes tensiones sociales derivadas del atraso económico del país y de la desigual distribución de la riqueza habían generado un clima de insatisfacción de parte del pueblo hacia sus gobernantes quienes, además de haberse mostrado incapaces de avanzar en la modernización del país y elevar el nivel de vida de sus habitantes, ni siquiera habían podido alcanzar la estabilidad necesaria para avanzar sin sobresaltos en la evolución de la vida política. Así, las profundas divergencias políticas se sumaron al descontento social y crearon una situación explosiva que desembocó en el estallido de una terrible guerra civil que dividió y devastó España. El bando sublevado representaba a las fuerzas de derecha y extrema derecha, es decir, a la España rural católica tradicional de los grandes propietarios agrarios, así como al gran capital conectado con numerosos intereses extranjeros. Mientras que los pequeños propietarios campesinos reclutados en la Falange y los grupos carlistas (los llamados “requetés”) constituían el apoyo popular de los rebeldes. Los miembros de las clases medias favorecieron a uno u otro bando en función de su ubicación geográfica. A pesar de que los sublevados se autodenominaron “nacionales”, en referencia a su propósito de unificar al país bajo un gobierno central que enalteciera la patria castellana, recibieron —desde los primeros momentos y a lo largo del conflicto— el auxilio de tropas italianas y alemanas, además de suministros de armamento y municiones. Por su parte, la ayuda soviética y la oleada de simpatía que despertó la causa de la República en Europa y América (en México particularmente) dieron paso a la formación de unidades de voluntarios extranjeros de diversas nacionalidades, denominadas brigadas internacionales, integradas por soldados veteranos de la Primera Guerra Mundial, obreros, estudiantes o intelectuales que se trasladaron a España para luchar contra el fascismo. Pero mientras la intervención nazi—fascista en apoyo de los sublevados fue inmediata, las fuerzas republicanas que defendían al gobierno democrático de España no pudieron contar con la ayuda de las potencias occidentales (Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña), que no parecían dispuestas a apoyar la República por temor al establecimiento de un régimen comunista en España, decidieron adoptar una política de “no intervención” y pidieron que ésta fuera secundada por las demás naciones, actitud que resultó en beneficio de los rebeldes.

El alzamiento se propagó por diversas regiones y ocupó numerosas capitales de provincia, pero no pudo tomar Madrid donde fue reprimido. Hacia los últimos días del mes de julio, el país se había dividido en dos zonas mutuamente enemigas, división que más o menos se acomodaba al resultado electoral de los últimos comicios. Una vez que el gobierno de las diversas localidades quedó en manos de los rebeldes, se formó en Burgos una Junta de Defensa Nacional, que actuó como dirección política y en la que Francisco Franco —nombrado Generalísimo del Ejército después de la muerte del general Sanjurjo, jefe de la conspiración— ocupó el mando con el cargo de jefe de gobierno del Estado, es decir, como máxima autoridad política. En este proceso fue muy importante la unificación de la Falange y las JONS en “una sola entidad política de carácter nacional”, cuyo jefe supremo sería Franco. Este, para fortalecer su liderazgo, se hizo denominar “caudillo”, versión castellana del apelativo Duce adoptado por Mussolini, mientras los medios de propaganda comenzaban a difundir el lema “Una Patria, un Estado, un Caudillo”, adaptación española de la frase hitleriana “Fin Reich, em VoJk, em Fuhrer”. De esta manera, la concentración de poderes era total y se configuraba un nuevo Estado de tipo autoritario, similar a los de Alemania e Italia. A diferencia de la unificación política lograda por Franco en el bando rebelde, el gobierno republicano padecía divisiones internas yuna situación de crisis evidenciada en los cambios de jefatura efectuados durante el conflicto. Desde los primeros días del alzamiento y conforme se sucedían las derrotas del ejército republicano, la autor ridad central se debilitó y no pudo contener los enfrentamientos entre anarquistas y comunistas que generaron divisiones intensas y ocasionaron de la unidad política e incluso militar en el ámbito republicano, con consecuencias para la causa del gobierno constitucional. En la primavera de 1937, los republicanos obtuvieron algunas victorias y los rebeldes decidieron centrar sus principales operaciones en la zona norte. El 26 de abril, la Legión Cóndor de la aviación alemana ocasionó una brutal agresión contra la población de la ciudad vasca de Guernica, donde Hitler inauguró el devastador armamento que preparaba para hacer estallar una nueva Guerra Mundial. Para octubre, las tropas rebeldes habían logrado dominar la zona norte con excepción de la porción noreste (Cataluña) y ocupaban una franja de territorio que, por el oeste, se extendía hasta el extremo sur de la Península Ibèrica, ademàs de Marrueco español.

A finales de 1937, los republicanos obtuvieron una gran victoria en Teruel, pero esta ciudad cayó en poder de los rebeldes en febrero del siguiente año. Entre marzo y julio de 1938, se llevó a cabo la operación Aragón—Mediterráneo, que constituyó un avance de las tropas "nacionales” hacia el mar y significó la partición del territorio republicano en dos zonas desiguales. En los siguientes meses de 1938 se llevó a cabo la batalla del Soldado, Ebro, que resultó ser una campaña de desgaste contra el ejército republicano, cuya derrota dejó despejada la ruta para que los sublevados pudieran avanzar hacia Cataluña, lo que significaba prácticamente el triunfo definitivo de las fuerzas rebeldes. Ante la inminente derrota, en noviembre de 1938, Juan Negrín (jefe de gobierno desde mayo de 1937) buscó una paz negociada y emitió una propuesta de condiciones mínimas: garantía de independencia española, derecho del pueblo a escoger su propio gobierno y renuncia a las represalias. Sin embargo, estaba claro que era inútil cualquier intento de negociar con Franco una paz con condiciones, pues el caudillo pretendía la aniquilación total de la República. El 28 de marzo, las tropas franquistas entraban en Madrid y tres días más tarde caían las últimas plazas leales al gobierno republicano. La guerra se dio por terminada el 1 de abril de 1939; la República se desmoronó y sus representantes huyeron al extranjero, estableciendo un gobierno republicano en el exilio. Pero el fin de la guerra civil no significó que España recuperara la paz. Al establecerse en todo el país el gobierno de Franco, dio comienzo una etapa de atroces represalias en contra de los vencidos; sólo quedaron a salvo de la represión los que marcharon al exilio y de éstos particularmente los que marcharon a América precedidos por los niños que durante la guerra habían sido enviados a México; los exiliados que se dirigieron a Francia se salvaron sólo de forma momentánea hasta que este país fue ocupado por los nazis. Consecuencias. En el aspecto político, el resultado fue el brusco cambio de un gobierno emanado de las urnas electorales a otro surgido de las armas; es decir, el final de la democracia para dar paso a una férrea dictadura que se prolongaría hasta la muerte de Franco en 1975.  

7-                                     Segunda Guerra Mundial: Conferencias y pactos anteriores. Predominio del eje (41-43) y ofensiva aliada. Japón y Estados Unidos. Final en el continente y en el Pacífico.   La segunda guerra Mundial estalla en 1939. De 1939 a 1941 se desarrolla fundamentalmente en Europa y muestra una orientación favorable a las potencias del Eje; y desde 1942 a 1945, la guerra adquiere dimensiones mundiales y paulatinamente pasa a ser favorables a los países aliados encabezados por Gran Bretaña, EE.UU. y URSS. Previo al inicio de la guerra, habrá tratados conferencias y pactos. Entre ellos el tratado de Rapallo, que se firma durante la celebración de la Conferencia de Génova en 1922, las delegaciones: soviética y alemana, presididas por Chicherin y Rathenau, se reunieron en búsqueda de un acuerdo que paliara el aislamiento internacional de los dos grandes perdedores de la I guerra mundial. El Tratado de Rapallo fue la consecuencia de estas negociaciones. Alemania reconoció de iure al estado soviético, era el primer país que lo hacía, y ambos países acordaron mutuamente cancelar todas las deudas prebélicas y renunciar a todas sus reclamaciones de guerra. Alemania salió especialmente beneficiada por los acuerdos comerciales. Además, el Tratado estableció, en cláusulas secretas, la posibilidad de que Alemania produjera y perfeccionara en la URSS armas prohibidas en el Tratado de Versalles. Asimismo, El Pacto de Munich fue un acuerdo propuesto y firmado por Alemania, Italia, Francia y Gran Bretaña en la ciudad alemana de Munich el 29 de septiembre de 1938 con el objeto de poner fin al conflicto germano-checoslovaco. El acuerdo resultante implicaba la aceptación por parte británica y francesa de las demandas territoriales del dictador alemán Adolf Hitler, consistentes en la cesión de los Sudetes, una región de Checoslovaquia limítrofe con Alemania en la que residía una importante minoría de población alemana que, alegando la discriminación que sufría por parte del gobierno checoslovaco, había iniciado un movimiento separatista fomentado desde Berlín     La cesión de los Sudetes ya había sido acordada por los signatarios del Pacto en las negociaciones previas, que habían dado comienzo en agosto de 1938. Gran Bretaña y Francia, que deseaban evitar una nueva guerra a cualquier precio, cedieron ante Hitler a cambio de que éste se comprometiera a no exigir la

soberanía sobre más territorios europeos. El primer ministro británico, Arthur Neville Chamberlain, confiaba en que estas concesiones alentarían a Alemania a establecerse como una potencia pacífica dentro de Europa. El Pacto, firmado por Chamberlain, el presidente del Consejo francés (primer ministro) Édouard Daladier, Adolf Hitler y el jefe de gobierno y dictador italiano Benito Mussolini, determinaba únicamente las condiciones bajo las cuales habría de realizarse la cesión.     Según este acuerdo, el 1 de octubre de 1938 era la fecha en la que debía comenzar la evacuación checoslovaca de la región de los Sudetes. La ocupación alemana de los cuatro distritos especificados se produciría en fases sucesivas desde el 1 hasta el 7 de octubre. El destino de otros territorios con población mayoritariamente alemana sería establecido por una comisión internacional formada por delegados de Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y Checoslovaquia que también tendría que controlar el plebiscito que se celebraría en otras zonas en disputa. Asimismo se decidió que si las peticiones de las minorías húngaras y polacas no se hubieran satisfecho en tres meses, se convocaría una nueva conferencia. Gran Bretaña y Francia añadieron una cláusula adicional por la que se comprometían a garantizar el mantenimiento de las nuevas fronteras de Checoslovaquia ante posibles agresiones, condición que fue aceptada por el gobierno alemán.     También Polonia y Hungría consiguieron gran parte del territorio checoslovaco que ambicionaban. Al insistir en que la comisión internacional manejara los datos del censo establecido en 1910 por el Imperio Austro-Húngaro en lugar de los del censo checoslovaco de 1930, Alemania reclamó otras áreas pobladas mayoritariamente por checos.     Los alemanes marcharon sobre Checoslovaquia en marzo de 1939 y la mayor parte del país pasó a constituir el protectorado alemán de Bohemia-Moravia, con lo cual quedó anulado el Pacto de Munich y Gran Bretaña comenzó a desconfiar de las intenciones de Hitler. Ante esta situación, Gran Bretaña optó por garantizar la integridad de las fronteras de Polonia. El 23 de agosto, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas firmó un pacto de no agresión con Alemania (el llamado Pacto Germano-soviético) con el fin de evitar una guerra y repartir las posibles áreas de expansión soviética y alemana según sus propias esferas de influencia. El 1 de septiembre, Hitler lanzó un ataque sobre Polonia confiando en que Gran Bretaña y Francia no intervendrían; sin embargo, ambos países declararon

inmediatamente la guerra a Alemania, lo que marcó el comienzo de la II Guerra Mundial.     La política de apaciguamiento sostenida por los británicos y franceses, basada en la satisfacción de las demandas del régimen nacionalsocialista alemán para evitar un conflicto armado, no fue abandonada hasta que tuvo lugar la invasión de Polonia de septiembre de 1939. El Pacto de Munich ha sido considerado el símbolo por antonomasia de los peligros representados por una política internacional transigente ante expansiones totalitarias. Esta política basada en solucionar los conflictos por medios pacíficos y de compromiso en lugar de recurrir a la guerra.   Sin embargo, para comprender plenamente la postura del líder conservador británico es necesario remontarse al Tratado de Versalles (1919). Muchos, especialmente entre la opinión pública británica, consideraban que Alemania había sido maltratada en la Conferencia de París. Las exorbitantes reparaciones de guerra o la injusta aplicación del principio de las nacionalidades en Austria, Danzig o los Sudetes, hacían que muchos fueran proclives a una revisión del Tratado. A todo ello se le unía el vivo deseo de evitar de nuevo los horrores de la Gran Guerra y la conciencia del relativo declive de un poder británico que debía hacer frente a múltiples desafíos en todo el planeta. La realidad estalló ante los ojos británicos en marzo de 1939 con la ocupación nazi de Checoslovaquia. El apaciguamiento había llegado a su fin y Gran Bretaña y Francia prometieron apoyar a Polonia en caso de ser atacada. El pacto germanosoviético en agosto de 1939 abrió el camino al ataque alemán a Polonia y a la guerra general. En estas circuntancias, se firma el Pacto Antikomintern    (comité internacional anticomunista) Tratado firmado por Alemania y Japón en el que se declaraba la hostilidad de ambos países al comunismo y a la Internacional Comunista. A él se unió un año más tarde la Italia de Mussolini. En 1939 lo hizo la España de Franco. La firma del Pacto de no agresión germano-soviético supuso de hecho la anulación de este pacto, aunque esto fue por poco tiempo: en 1941 la Alemania hilteriana lanzó su ataque contra la URSS. Este pacto fue el primer paso para la configuración del bando del Eje durante la segunda guerra mundial, bando plenamente configurado con la firma del Pacto Tripartito el 2 de septiembre de 1940.

El Pacto de no agresión Germano-Soviético – 1938 La firma de los acuerdos de Munich en septiembre de 1938, dejó a los soviéticos ante la perspectiva de enfrentarse en solitario a la expansión nazi en Europa oriental. Stalin inició, por consecuencia, una nueva orientación diplomática. Sustituyó a Maksim Litvinov, judío y partidario de la seguridad colectiva, como ministro de exteriores, sustituyéndolo por Molotov, quién inició inmediatamente negociaciones con Von Ribbentrop, ministro nazi de asuntos exteriores. Aunque las negociaciones con los occidentales continuaron, Stalin optó por el pacto con Hitler para conseguir el tiempo necesario que le permitiera reconstruir su ejército, fuertemente debilitado por las purgas de 1937. Para Hitler, el pacto le abría la posibilidad de invadir Polonia y volverse posteriormente con Gran Bretaña y Francia. El pacto, finalmente, fue firmado en Moscú por Ribbentrop y Molotov en presencia de Stalin. Por el pacto de no agresión, ambos países acordaron no atacarse, ni independientemente ni en alianza con otros estados; no apoyar a otro tercer país que pudiera atacar a la otra parte del pacto; continuar las consultas sobre los temas de interés común; no unirse a ningún grupo de potencias que directa o indirectamente pudiera amenazar a cualquiera de las partes firmantes; y a resolver sus diferencias mediante la negociación. El pacto tendría una duración de 10 años. A este tratado se le unió un protocolo secreto que dividía la Europa oriental en zonas de influencia germana y soviética. Se acordó la partición de Polonia y se dejó a Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania y la Besarabia en el área de influencia soviética. Así cuando Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939, las tropas soviéticas entraron en el país, estableciéndose la mutua frontera en el río Bug. En noviembre de 1939, la URSS atacó Finlandia y la forzó a ceder el istmo de Karelia. Las repúblicas bálticas fueron también anexionadas por Stalin, pasando a configurarse como repúblicas soviéticas en agosto de 1940. Finalmente, el pacto de no agresión fue roto por Hitler el 22 de junio de 1941, cuando las tropas nazis se lanzaron a la invasión de la URSS.  En 1939 cuando Hitler Invada Polonia comienza la guerra, pero no le alcanzo y llega a Francia en 1940 con las "guerra relámpago".  Con victoria de los alemanes , se derrumba el ejercito frances  Francia quedó dividida en dos por una línea que unía Ginebra en Suiza con la frontera franco-española de Hendaya. La

zona al norte y al oeste de este línea quedó bajo la ocupación militar francesa. Al sur se estableció un gobierno colaboracionista presidido por el general Pétain. La Francia de Vichy, así llamada por que el gobierno se asentó en esa pequeña ciudad del centro del país, rompió relaciones con Gran Bretaña, desarmó su ejército e inició una política pro-nazi y totalitaria. La batalla de Inglaterra Tras la derrota de Francia, el Reino Unido era la única potencia que aún plantaba cara a Alemania. La superioridad naval británica impedía a Hitler un ataque directo a la isla por lo que la aviación alemana, la "Luftwaffe", inició un plan de bombardeo sistemático . El nuevo gobierno británico, presidido por Winston Churchill desde mayo de 1940, supo hacer frente al ataque, y la aviación británica se impuso poco a poco en los cielos europeos. La resistencia británica hizo que Hitler volviera sus ojos hacia el sur de Europa. En junio de 1941 las tropas del Eje controlaban Yugoslavia, Grecia, incluyendo la isla de Creta. Hitler dominaba en aquel momento gran parte de Europa. Era el momento de conseguir el "espacio vital" que el pueblo alemán necesitaba. Ese espacio estaba en este, en los enormes territorios de la Unión Soviética. Se desplza a Rusia rompiendo el pacto de no agresión y es tildado de traidor por Stalin. El 21 de junio de 1941, sin declaración previa de guerra, el ejército alemán inició la invasión de la Unión Soviética. La denominada "Operación Barbarroja" fue en sus primeros momentos un rotundo éxito. El Ejército Rojo, diezmado por las purgas de Stalin en los años precedentes, se mostró incapaz de resistir el ataque alemán y se batió en retirada. Por el norte las tropas llegaron hasta Leningrado, la actual San Petersburgo. Por el centro hasta las puertas de Moscú. Sin embargo, ninguna de las dos ciudades cayó. A la heroica resistencia de la población rusa se le unió su tradicional aliado: el "General Invierno". El invierno ruso de 1941-1942 fue uno de los más duros del siglo XX y las tropas alemanes no habían sido bien equipadas para sobreponerse a él. Pese a todo, el avance alemán fue más profundo en el sur y Ucrania fue rápidamente conquistada. Las tropas alemanas llegaron a Stalingrado en agosto de 1942. Tras durísimos combates las tropas de Von Paulus vieron como el ejército soviético, dirigido por Zhukov, iniciaba una maniobra de cerco. Hitler se negó a permitir la retirada que Von Paulus  de forma insistente le solicitaba. En diciembre de 1942 el VI Ejército alemán quedó cercado. La batalla de Stalingrado supuso un cambio decisivo en la

guerra. A partir de esta primera derrota alemana, las tropas soviéticas inician un contraataque que poco a poco les llevará hacia el corazón de Alemania. Asimismo, era inevitable que el expansionismo japonés en Asia oriental y el Pacífico terminara chocando con Estados Unidos. La expansión imperial nipona iniciada en China iba claramente dirigida contra las posesiones europeas en Asia y las Islas Filipinas en manos de los norteamericanos. Por otro lado, Roosevelt había ido evolucionando desde una postura aislacionista a una creciente implicación en el conflicto. En ese contexto, el ataque nipón a la base norteamericana de Pearl Harbor en las islas Hawaii el 7 de diciembre de 1941 supuso la entrada de ambas potencias en el conflicto. La guerra en Asia y el Pacífico se inicio con continuas victorias japonesas. Sin embargo, el despliegue de la maquinaria industrial y bélica norteamericana no tardó mucho tiempo en desequilibrar el conflicto en favor de los Aliados. El viraje en favor de los Aliados El año 1941 marcó un momento clave en el devenir de la guerra. La entrada en el conflicto de Japón junto al Eje y de Estados Unidos y la Unión Soviética junto a los Aliados cambió definitivamente el curso del conflicto. La resistencia soviética y la maquinaria industrial y militar norteamericana hicieron que la balanza de la guerra se inclinara a favor de los Aliados. El avance soviético en el frente oriental El contraataque ruso iniciado tras Stalingrado tuvo que hacer frente en julio de 1943 a la último ofensiva alemana.El año 1944 estuvo jalonado de continuos éxitos del Ejército Rojo que llegó a las antiguas fronteras de la URSS en la primavera de ese año. A lo largo del otoño-invierno de 1944, los antiguos aliados del Eje: Finlandia, Rumanía, Bulgaria, Hungría son ocupados por las tropas soviéticas. En Yugoslavia y Albania, los guerrilleros comunistas dirigidos por Tito y Enver Hoxha, respectivamente, liberan sus países de la ocupación germano-italiana y establecen sistemas pro-soviéticos. A lo largo de 1943 representantes de lo que se vino en denominar "La Gran Alianza": Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña se encontraron en diversas conferencias que fueron conformando la acción y la estrategia de los Aliados. Estas conferencias los comentaremos pormenorizadamente más adelante. Fruto de estas conversaciones fue el desembarco aliado en Normandía,

largamente demandado por la Unión Soviética. El día 6 de junio tropas estadounideneses, británicas y canadienses desembarcaron en las playas de Normandía y superaron la férrea resistencia alemana. Rápidamente las tropas aliadas, bajo la dirección del general norteamericano Eisenhower, se dirigieron a París que fue liberado el 25 de agosto. Diez días antes, tropas angloamericanas y francesas habían desembarcado en Marsella. Los alemanes trataron de frenar el empuje aliado en las Ardenas, en Bélgica, pero finalmente tuvieron que retroceder. Atacada por el occidente, el sur y el este, el régimen de Hitler se aprestaba a librar su última batalla. En febrero de 1945, Roosevelt, Stalin y Churchill se reunieron en Yalta, donde, entre otras cuestiones, decidieron los pormenores del ataque final sobre Alemania y su posterior reparto en zonas de ocupación. El ataque anglonorteamericano por el oeste y soviético por el este derrumbó con facilidad la fanatizada resistencia alemana. El 25 de abril tropas soviéticas y norteamericanas se encontraban en Torgau, en el río Elba. El 30 de abril, con las tropas soviéticas en los barrios de Berlín, Hitler se suicida junto a su amante Eva Braun y Goebbels. El 2 de mayo Berlín capitula. El 7 de mayo los alemanes firman la capitulación incondicional en el cuartel general de Eisenhower, al día siguiente, la firma se produce en el cuartel general de Zhukov. En julio, los Aliados celebraban su última gran conferencia en Potsdam, a las afueras de Berlín. La operación manhattan Japón  y el fin de la guerra En una durísima y cruenta guerra los norteamericanos fueron avanzando isla a isla en su camino hacia el archipiélago japonés. Mientras tanto se suceden los ataques aéreos sobre las ciudades y los centros industriales de Japón. Tras la derrota alemana, en mayo de 1945, los norteamericanos se deciden a usar un arma terrible en la que han estado investigando secretamente. El 6 de agosto de 1945, el avión "Enola Gay" lanza una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima. El resultado es atroz: 100.000 muertos y miles de heridos por el efecto de una única bomba. El 8 de agosto, la URSS declara la guerra a Japón y ocupa Manchuria y parte de Corea. Al día siguiente, Estados Unidos lanza una segunda bomba atómica sobre la ciudad de Nagasaki. El horror nuclear precipita la capitulación de Japón. Los representantes del emperador japonés, Hiro-Hito, firman ante MacArthur la rendición incondicional en el buque de guerra  Missouri, fondeado en aguas de la bahía de Tokio.