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Habilidades Sociales En esta categoría conceptual se ha buscado y analizado investigaciones que contribuyen a complementar y ampliar el marco teórico y la metodología. Se tomara el acto comunicativo, desde la habilidad social de la empatía en el contexto educativo. En el proceso de recopilación de la información, de tesis maestrales y doctorales se evidencia escaso material investigativo en los últimos diez años, que aborde puntualmente el tema de interés, propio de la presente investigación. Toda vez que en su mayoría el concepto de comunicaciónempática es abordado desde el sector salud en las especialidades de Neurología y Psicología, abarcando el término de empatía desde una mirada conductual (comportamiento). Para dar lugar a la presente investigación, surge la necesidad de realizar el análisis de las investigaciones de manera individual, en relación a los conceptos de habilidad social: empatía ycomunicación. Considerando, existencia de relación entre la capacidad empática y la comunicación,la primera desde la capacidad de comprender el mundo interior de los demás evitando hacer juicios y la segunda como el camino que conduce al objetivo a través de los elementos de la comprensión y la escucha activa.

Habilidad social En la actualidad se ha llegado a considerar que las habilidades sociales son incluso más importantes que las habilidades cognitivas frente a la posibilidad de tener éxito académico y profesional, también se afirma que la carencia de habilidades sociales asertivas puede hacer posible la aparición de conductas disfuncionales tanto en la familia, como en el ámbito escolar (Lacunza & González, 2011). Abriendo así la posibilidad de tener en cuenta una mirada más amplia de la realidad que presentan y experimentan hoy por hoy los estudiantes, cada uno de manera separada y diferente de acuerdo a la edad, donde se percibe la incidencia de múltiples factores de orden mental, emocional y social. En relación con ello, investigadores entre ellos (Díez, García, Robledo, & Pacheco, 2009)determinan que el surgimiento del proceso de interacción con el entorno, específicamente con los pares, incide de manera directa en aspectos como el rendimiento académico, la competencia social, comportamiento antisocial, características psicológicas (autoestima, soledad, depresión). El proceso de interacción interpersonal de un niño siempre va ser de gran importancia para el desarrollo social, de ahí que según Peñafiel Pedrosa y Serrano García, 2010), citado por Sastre, (Arévalo, Vilar Sastre, & Al Najjar Trujillo, 2018)a que un niño que no pueda expresar y tener un comportamiento social adecuado, será un niño que experimentará el aislamiento, el rechazo de su entorno y emociones negativas. Situación que no se aleja de la realidad de los contextos escolares, de donde emerge infinidad de factores de riesgo en el desarrollo emocional de los menores.

Según Ortegón, Mate y otros, (2011), citado por Sastre, Tamer Al Najjar Trujillo, (2018), donde refiere que las habilidades sociales son respuestas aprendidas, no rasgos de la personalidad, que además presentan componentes emocionales y de afectividad, que contribuyen a la mejora de las relaciones interpersonales. Argumento suficiente para que en las instituciones educativas se comience con el abordaje, desde una mirada preventiva de las habilidades sociales, desde el currículo.Como lo determina (Perez, 2019)en su investigación: La integración de la habilidades sociales en la escuela como estrategia, la salud emocional, donde establece que la potenciación de la habilidades sociales se debe dar desde la escuela, ya que no evolucionan espontáneamente, si no que pueden ser objetos de intervención para lograr ventajas emocionales.Estableciendo una posible combinacion entre tecnicas cognitivas y conducuales para la mejora de las conductas interpersonales haciendo más productiva la adquisición de los conocimientos. En este sentido, es importante tener en cuenta que el desarrollo de las competencias o habilidades sociales, no son innatas al ser humano, es decir no se adquieren por sí solas, como lo refiere (Arevalo,Vilar, Trujillo, 2018, p.65), estas se van aprendiendo y reforzando durante el proceso de desarrollo y la interacción con su contexto inmediato donde se involucran la escuela, la familia y el entorno social. Empatía. A nivel internacional, en Ecuador, se encuentra la investigación (Perez, 2019), denominada: Análisis de la prevalencia de la conducta empática en niños de 10 a 12 años:

unidad educativa Santa Rosa, esta propuesta tiene como objetivo analizar la prevalencia de la baja conducta empática y los factores de riesgo en los niños de 10 a 12 años de edad de la Unidad Educativa Santa Rosa, para facilitar a los miembros de la institución datos que les permitan desarrollar planes y programas de intervención psicológico relacionados al desarrollo de la conducta empática. Según refiere son escasos los estudios de este tipo en el país. Así mismo, realiza busca la relación entre diferentes posturas, del termino empatía, como lo hace citando a (Balart, 2013), del cual se toma la definición de empatía como “la habilidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás, poniéndose en su lugar y de esta manera poder responder correctamente a sus reacciones emocionales” (p.86). Citando a Cohen (2012), aborda el concepto de empatía como una habilidad de las personas para identificar lo que la otra persona puede pensar, sentir y frente a esto responder con pensamientos y emociones similares sin dejar a un lado lo que podría llegar a sentir y pensar como sujeto en otra situación. Es decir que la persona logra entender al otro sin dejar a un lado las emociones, pensamientos, necesidades e intereses propios. De las definiciones das se podría precisar que, la capacidad empática es una actitud que posee el ser, en caso que la tenga o que se puede adquirir con la formación, sabiendo que lo que se aprende es a eliminar las barreras relacionales con los demás, evitando así errores que bloquean la comunicación. La investigación toma una única variable, la conducta empática, no obstante de acuerdo a los hallazgos se expone la necesidad de tomar otras variables sociodemográficas como: Rendimiento académico, expectativas educativas, percepción de la salud física y mental, antecedentes psicológicos personales y familiares, entre otras, para determinar si existe diferencias en la formación o estructuración de la conducta empática.

Lo cual permite concluir, que la importancia de que en la relación enseñanzaaprendizaje vaya más allá de la labor del maestro sino que se debe tener en cuenta otras variables no propiamente cognitivas. Por otro lado, en Argentina, (Fontana & Andrea, 2015), en la investigación: Niños socialmente hábiles: ¿cuánto influyen la empatía y las emociones positivas?, El objetivo del estudio realizado fue analizar si la empatía y la experiencia de emociones positivasimpactan significativamente sobre la ejecución de habilidades sociales en la niñez media, y en qué medida lo hace cada una. Donde la autora hace un compilado de definiciones y características de la empatía y su influencia en la niñez, de la cual cita Decety y Jackson (2004) la empatía estaría conformada por cuatro componentes específicos: la toma de perspectiva (que consiste en imaginar la experiencia del otro), la correspondencia afectiva (que comprende reacciones automáticas basadas en la observación del estado del otro), la autoconciencia afectiva (que implica la habilidad para identificar la propia experiencia y distinguirla de la experiencia ajena) y la regulación empática (que consiste en regular la intensidad de la experiencia afectiva sin sentirse abrumado por ésta). A manera de conclusión, se retoma la importancia del manejo de las habilidades sociales ya que los resultados obtenidos confirman que tanto la empatía como las emociones positivas son importantes precursores de las HHSS adecuadas en la niñez. Los niños empáticos, especialmente aquellos que manifiestan respuestas afectivas apropiadas, buena autoconciencia emocional y alta regulación empática, tienen una probabilidad mayor de poner en marcha HHSS adecuadas. No obstante el estudio no logra identificar la relación entre la toma de perspectiva, en cuanto al proceso cognitivo de ponerse en el lugar del otro.

(Perez, 2019)y (Fontana & Andrea, 2015), permiten tener un acercamiento directo con el término de empatía, toda vez que de acuerdo a la metodología utilizada y en el análisis de sus resultados, dan lugar a la hipótesis planteada en la presente investigación en cuanto a la incidencia de la empatía en el proceso de desarrollo de los menores a nivel social y educativo, coincidiendo que parte del proceso de interacción. Por su parte, en la ciudad de Buenos Aires, (Cuello, 2014), en la investigación: Empatía y agresividad física y verbal en la infancia tardía, propone como objetivo investigar la relación entre la empatía y la agresividad física y verbal en niños de 9 a 13 años de edad. Para esto, se administró la escala de empatía Interpersonal ReactivityIndex (Davis, 1980) y el Cuestionario de Agresividad Física y Verbal (Caprara&Pastorelli, 1993) a una muestra de 613 alumnos de 5to, 6to y 7mo grado de la ciudad de Buenos Aires. Mediante el Análisis de la varianza, se analizaron diferencias de sexo para las variables evaluadas. Posteriormente se realizaron regresiones lineales múltiples, para analizar la relación entre las variables. Los resultados mostraron que las niñas presentan mayores niveles de empatía, en sus 4 factores, y menores niveles de agresividad física y verbal, en comparación a los varones. Así mismo (Moreno, Estevez, Murgui, & Musito, 2010), en España, ponen en manifiesto en la investigación: Relación entre el clima familiar y el clima escolar: el rol de la empatía, la actitud hacia la autoridad y la conducta violenta en la adolescencia, de la cual se recata el rol de la empatía, el estudio analiza la relación entre el clima familiar y el clima escolar percibidos por el adolescente, examinando el rol desempeñado por determinados factores individuales (capacidad empática, actitud hacia la autoridad institucional y conducta violenta en la escuela) en dicha asociación. La muestra se compone de 1319 adolescentes de edades entre 11 y 16 años, se concluye que, hay una relación directa entre el ambiente familiar y escolar, que la interacción negativa entre padres e hijos (existencia de frecuentes

conflictos, falta de comunicación familiar y de cohesión afectiva), afecta a otros niveles de relación social en los adolescentes. En conclusión, a nivel internacional, se puede deducir que en el entorno educativo, se tiene en cuenta la capacidad empática, como factor relevante de los procesos de interacción de los estudiantes con cada uno de los entornos que se desenvuelve. A nivel nacional, Bogotá, se encuentra (Forero, Bautista, & Bacca, 2018), en la investigación: Dinámica familiar en niños no empáticos de 10 a 12 años, aunque el objetivo de la misma fue identificar la dinámica familiar de niños, que luego de la aplicación de instrumentos validados, arrojaran resultados de niños que no desarrollaron la competencia de la empatía, haciendo uso transversal de la habilidad social. Citando a Strayer (citado por Olivera, 2011) integra otra conceptualización de empatía añadiendo que “Desde un punto de vista multidimensional, la empatía puede empezar por la atención que un individuo presta a otro en un suceso relevante (real o simbólico). Las fases subsiguientes del proceso empático pueden contener asociación, transposición imaginal de sí mismo y del otro, y procesos similares como parte de la reverberación que vincula la experiencia de otra persona a nuestra propia experiencia y permite compartir el afecto”. A su vez, en España, (Garaigordobil & Magnato, 2011), en el estudio denominado: Empatía y resolución de conflictos durante la infancia y la adolescencia, ha puesto de relieve la conexión entre la empatía y la capacidad para resolver conflictos. El estudio tuvo tres objetivos: (a) analizar si existen diferencias entre sexos y cambios evolutivos en empatía y resolución de conflictos, (b) explorar las relaciones entre empatía y resolución de conflictos, y (c) identificar variables predictoras de empatía. El estudio utilizó una metodología descriptiva y correlacional de corte transversal. La muestra fue de 941 participantes de 8 a 15 años, 509 chicos y 432 chicas, del País Vasco (España). Los resultados confirmaron lo siguiente: (a) Las chicas tienen puntuaciones superiores en empatía en todas las edades;

durante la infancia la empatía no aumenta, y durante la adolescencia se confirma un incremento con la edad pero únicamente en las chicas, (b) Las chicas utilizan más estrategias de resolución de conflictos positivas-cooperativas y los chicos más agresivas; el uso de estrategias positivas-cooperativas no aumenta con la edad, y (c) Se confirman correlaciones positivas entre empatía y resolución de conflictos cooperativa, y negativas con resolución agresiva Finalmente, se logra establecer que el desarrollo de la empatía se da por medio de diferentes competencias y habilidades, una de ella la capacidad de ponerse en el lugar del otro, comprendiendo a los demás, donde es fundamental captar los sentimientos y la diferencia del otro. Estableciendo así que vas más allá de escuchar, es allí donde se desarrollan aspectos relevantes propios de la comunicación como el de escuchar, identificar señales tanto verbales como no verbales y ayudar a los demás desde la comprensión de sus necesidades y sentimientos. Comunicación. A nivel internacional, en Perú, (Chavez & Beatriz, 2018), en la investigación: La técnica Phillips 6.6 y el desarrollo de las habilidades de la comunicación oral de los alumnos de cuarto “c”, de educación secundaria, en el área de comunicación, de la institución educativa Jorge Martorell Flores, Tacna 2017. Realiza un acercamiento al concepto de comunicación oral, citando a MINEDU (2015), la comunicación oral “está presente en acciones e interacciones humanas; usando diariamente el lenguaje para expresar, demostrar, explicar, describir, contar, entender, comprender, defenderse, argumentar, entre otras acciones. Su desarrollo implica darle una atención específica y distinta en la escuela”. (p. 55). Por lo que concluye con el acto de comunicar se da en todo momento y en todas las culturas y en su mayoría la situaciones de comunicación se dan por medio de la oralidad,

reconociendo la importancia de comunicarse con fluidez y claridad, teniendo en cuanta la pronunciación y entonación empleando con pertinencia los recursos no verbales (mímica, gestos, movimientos del cuerpo), que se hagan escuchar pero que también escuchen a los demás. Por otra parte, en España, (Corrales, 2013) en la investigación denominada: Estrategias de comunicación efectiva en el aula, donde retoma diversas definiciones de comunicación abordadas desde las características de la misma, la autora realiza un aporte desde el contenido teórico del proceso completo de la acción de comunicar. Tomando algunas de las definiciones dadas por la investigadora, como: Theodorson y Theodorson (1969) la definen como “la transmisión de información, ideas, actitudes, o emociones de una persona o un grupo a otro (u otros) primariamente a través de símbolos” (Bueno y Garrido, 2012, p.24). Es decir, se basa en el intercambio de contenidos Centrados en la interacción, Pearson, Turner y Todd-Mancillas (1993) señalan que la comunicación existe siempre que haya interacción y, con intención o no, se negocie el significado de un determinado fenómeno. Para, (Corrales, 2013), en base a estas definiciones, define el acto comunicativo como un proceso de interacción social, en el que transmite una información, voluntaria o involuntariamente, a través de códigos de interpretación similares, que permiten definir la relación a los otros. Esta es una descripción similar a la que hacen (Bueno & garrido, 2012), quienes lo definen como “un proceso de interacción social, más o menos complejo, mediante el cual nos definimos mientras compartimos mensajes con otras personas que intervienen utilizando códigos de interpretación similares”. Así mismo, (Corrales, 2013), citando a Cedar (1986) menciona algunas de las claves que favorecen la comunicación eficaz:



Crear mensaje: entender los componentes básicos de la comunicación a fin de crear un mensaje efectivo.



Eliminar las interferencias: eliminar el “ruido” que interfiere o bloquea nuestra comunicación efectiva.



Aprender a escuchar: dominar el arte de escuchar de modo inteligente y comprensivo.



Reflejar los sentimientos (sentimientos en correspondencia): reconocer y darnos cuenta de cuáles son nuestros sentimientos y luego hacernos sensibles y corresponder a los sentimientos de la otra persona. A nivel nacional, Colombia, se encuentra, (Betancourth, Zambrano, Ceballos,

Benavides, & Villota, 2017), con la investigación: Habilidades sociales relacionadas con el proceso de comunicación en una muestra de adolescentes. Donde hacen especifica referencia a las habilidades sociales de la comunicación, citando a (Alvarado & Narváez, 2010) afirman que las habilidades sociales relacionadas con el proceso de comunicación hacen posible que los seres humanos se organicen, definan sus objetivos, ejecuten tareas, compartan sus ideas, resuelvan problemas y generen cambios, clasificando dichas habilidades en las siguientes: 

Escuchar (E): Es la habilidad que tiene la persona para prestar atención a quien está hablando, basándose en una escucha empática que incluya todos los sentidos, entendiendo y comprendiendo lo que el otro dice.



Iniciar una conversación (IC): Hace referencia a la capacidad de la persona para iniciar un diálogo o un intercambio de ideas como presentarse, saludar de modo habitual, preguntar sobre lo que otros han dicho e introducir nuevos temas de conversación.



Mantener una conversación (MC): Entendida como la habilidad para continuar y dar forma a un diálogo o intercambio de ideas, añadiendo sus propios puntos de vista,

introduciendo un nuevo tema o retomando alguno que haya sido previamente mencionado. 

Pedir ayuda (PA): Es la habilidad para solicitar asistencia de la forma más adecuada y libre de ansiedad cuando se presenta alguna dificultad, generando un mensaje claro y oportuno.



Expresar sentimientos (ES): Es la capacidad para dar a conocer a otros sus sentimientos de forma clara, sin prejuicios o predisposiciones.



Comprender sentimientos (CS): Es la capacidad para comprender el sentir de otras personas con una actitud hacia el otro que se caracterice por una aceptación libre de prejuicios personales.



Enfrentarse con el enfado del otro (EE): Hace referencia a la habilidad para afrontar y enfrentar los sentimientos de enojo de otros, con entendimiento y buen manejo, respondiendo de manera adecuada.



Enfrentarse a mensajes contradictorios (EM): Es la habilidad para explicar, concebir, ordenar o expresar de un modo personal el sentido de un mensaje que no tiene claridad.



Prepararse para una conversación difícil (PC): Capacidad para tomar una posición y actitud que favorezca el desarrollo de una situación o conversación difícil, evitando las tensiones, discusiones o enfrentamientos. A manera de conclusión, se establece que le proceso comunicativo inciden diferentes

tipos de relaciones sociales, de cada entorno en el que se relaciona, haciéndose imprescindible el manejo de la comunicación, la escucha, la capacidad de iniciar una conversación y otras habilidades que permiten la satisfacción de las relaciones.

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