Guion Obra Pedro Paramo

Adaptación de la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo Personajes de la obra. Narradora: María Osorio, Francisca Allende Jua

Views 108 Downloads 0 File size 88KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Adaptación de la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo Personajes de la obra. Narradora: María Osorio, Francisca Allende Juan Preciado: Franco Torres Abundio Martínez: Giovanni Soto Arriera: Estefanía Doña Rosita: Macarena Serrano Madre (Doloritas): Meryan Cornejo Damiana: Carolina Aros Donis: Estrella Rivera Hermana de Donis: Piera Hernàndez Susana San Juan: Yarden Aguirre Escena 1 Narradora: Vino a Comala porque le dijeron que acá vivía su padre, un tal Pedro Páramo. Su madre se lo dijo. Y le prometió que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apretó sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y él en un plan de prometerlo todo lo hizo, sin embargo, no sabía qué le deparaba ese tan extraño pueblo… Madre de Juan a punto de morir, la escena se realiza en una habitación, con su madre en cama y Juan a su lado. Madre (Doloritas) : -hijo cuando lo veas, no vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio... El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro. Juan Preciado: -Te lo prometo madre Madre (Doloritas): -pero no dejes de ir a visitarlo, estoy segura que le dará gusto conocerte… Juan Preciado: -Así lo haré, madre. Escena 2 Juan, caminando por el camino de tierra se encuentra con el arriero Juan: Señor, ¿conoce usted un pueblo llamado Cómala? Arriero (Abundio): Buenos días, sí lo conozco, vamos en la misma dirección con mi esposa. Arriera: Si quiere nos acompaña Narradora: Eran unos arrieros solitarios, las únicas personas en el terroso camino. Juan lo siguió, dejaron atrás el calor intenso y bajaron, entrando al puro calor sin aire… Arriero (Abundio): ¿Y a qué viene a Comala si se puede saber, señor? Juan: a buscar a mi padre Arriera: ¿Y quién es su padre si se puede saber? A lo mejor nosotros lo conocemos Juan: Solo sé que se llama Pedro Paramo, no lo conozco, larga historia familiar ¿Lo conoce usted? Arriera: (mirando a su esposo) Oye, pero ese no es el nombre de tu papá

Arriero (Abundio): Sí, lamentablemente también soy hijo de ese señor, de Pedro Páramo Juan: (con cara de asombro) ¿También lo es? No tenía ni idea que tenía un hermanastro ¿Y qué me podría decir de él? ¿Por qué se lamenta de que él sea su padre también? Arriera: Es que usted no conoce nah a ese hombre, es cruel, malo, muuuy malo, mejor que ni lo conozca señor, está mejor sin él. Arriero (Abundio): Sì, es verdad, es un hombre despiadado, el mismísimo diablo encarnado. ¿Ve usted allá al final de ese cerco? (indicando con la mano) Bueno, ahora mire al otro lado (indicando otro lugar con la mano) Toda la tierra desde ese lado hasta ese otro lado es de Don Pedro Paramo. Tiene mucho dinero, pero como es tan malo deja a sus hijos bastardos a la suerte del destino. Arriera: Imagínese, nosotros tenemos que trabajar día y noche para poder comer, en cambio ese señor ni siquiera nos da el saludo. Nosotros no pedimos nada, sólo respeto. Narradora: Por temor a la imagen que podía construirse de su padre, Juan no preguntó más, caminó en silencio un largo rato, el calor se hizo casi irrespirable. Arriero (Abundio): Bueno, nosotros vamos a otro lado primero, siga ese camino (indicando), allá esta cómala. Suerte con ese encuentro. Juan: Gracias, una última cosa ¿dónde puedo conseguir hospedaje? No conozco el lugar y además estoy cansado. Arriera: Cuando llegue al puente busque a Doña Eduviges de Ada, dígale que va de parte de nosotros, de Abundio y su esposa. Arriero (Abundio): Abundio Martínez, dígale. Juan: Muchas gracias, pero oiga ese lugar parece desierto desde acá… Arriero (Abundio): es que lo está, usted entenderá que aquí no vive nadie… Juan: (Con rostro de incertidumbre) ¿Cómo? ¿Y no me acaba de decir que allí se encuentra Pedro Páramo? Arriero (Abundio): (Titubeando) Ehhh, Pedro Paramo murió hace muchos años, yo lo mate… (Se aleja) Narrador: Y el hombre se perdió en el camino como si se hubiera esfumado, llegó hasta el puente respirando con dificultad, se arrimó a la puerta de una casa buscando sombra y en ese mismo instanteee Escena 3 Juan toca la puerta, Doña Rosita abre Doña Rosita: Te estaba esperando… Juan: Creo que se ha confundido, señora, a mí no me espera nadie, ¿conoce usted a doña Eduviges? Doña Rosita: soy yo… y claro que te esperaba, sólo que Doloritas me avisó con tan poca anticipación. Juan: ¿Qué? ¿Quién le avisó?. Doña Rosita : La Doloritas, tu madre, ah pero pasa, pasa Juan: Pero, cómo sabe su nombre, pero eso, eso no puede ser, señora, mi madre ha muerto.

No juegue conmigo, imposible que se haya comunicado con usted. Doña Rosita: ah! Con razón su voz se oía tan lejana, éramos grandes amigas tu madre y yo ¿nunca te hablo de mí? Juan: No, señora, de usted supe por el arriero y su esposa que me trajo aquí, Abundio Martínez parece que se llamaba el arriero. Doña Rosita: Ay, el bueno de Abundio, buen hombre, lástima que se quedara sordo. Juan: (Con cara de extrañeza) Pero si el que conocí escuchaba muy bien. Doña Rosita: Ha de ser otro entonces. Además, Abundio se murió hace muuuucho tiempo, ha de seguir penando ¿te das cuenta? (con total naturalidad) (Juan queda petrificado por el miedo) (mostrándole una parte de la casa) este es tu dormitorio. Ahhh, ¡tu padre!, tuvo mucha suerte tu mamá de haberse enganchado a tu padre, Pedro Paramo, dicen que fue por unas deudas, así fue, por pagarse unas deudas, se casó con tu madre. Juan: (Aún sin reaccionar) Doña Rosita: Ya po, mijito, qué le pasó Juan: Me quedé pensando en el hecho de que me topé con UN FANTASMA Qué raro es este pueblo Narrador: esa noche en casa de doña Rosita, Juan durmió con dificultad, despertaba agitado, rodeado de esa incomodidad obscura y ese calor sofocante (se escucha un grito en la casa) Juan: doña? ¿doña Rosita, está bien? ¿usted gritó?. Damiana: mmm, yo no soy doña Rosita Juan: (asustado) ¿Quéee? ¿Quién es usted? Damiana: (risa) Damiana Cisneros Juan: Damiana Cisneros? Damiana: sí Juan: mi madre me habló de una Damiana, una que me cuidó desde recién nacido hace mucho tiempo así que no puede ser usted. Damiana: esa fui yo, me dijeron que estabas aquí y vine a ofrecerte posada en mi casa, para que duermas tranquilo. Juan: (con cara de pensativo) ¿ese grito? ¿El que me despertó? Damiana: ah, debió de ser un grito encerrado en este cuarto, te cuento que nada más aquí mismito ahorcaron a una mujer hace años, nadie entra aquí, desde entonces ni siquiera existe una llave para esta habitación, no sé cómo has podido entrar. Juan: Doña Rosita me abrió, ella me dijo que… Damiana: ¿Rosita? ¿Una señora viejita, de este porte y bien simpática? Juan: sí, ella Damiana: ooooh, pobre Rosita, debe estar penando todavía. Murió hace mucho tiempo. Juan: (con voz temblorosa por el miedo) ¿¿Dijo penando?? Damiana: Síii, penando, debe ser una de las muchas almas en pena. (Tomándolo del

brazo) Ven, veeen, salgamos de acá mejor Escena 4 Narrador: Juan caminó con Damiana por las calles desiertas de Comala Damiana: estas calles están llenas de ecos del pasado, vienen debajo de las piedras, de adentro de las paredes, puedes oír conversaciones, risas, pero aquí no vive ni un alma, en fin, yo no tengo miedo, ni me fastidio, así es este mundo, ¿Cómo está tu mamá? Juan: mi madre, ha muerto (cabizbajo y con voz apenada) Damiana: oooh, ¡Cuánto lo siento! ¿De qué murió? Juan: No lo sé, quizá de tristeza, suspiraba mucho, pero usted debería saberlo. Damiana: ¿Cómo iba a saber yo eso? Juan: No sé, supongo que de la misma forma de que se enteró de que yo estaba por acá ¿Cómo supo que yo había llegado aquí? Damiana, dígame ¿Cómo lo supo?, Damiana respóndame, Damiana usted, ¿está también muerta? Damiana, Damiana Cisneros?? Narrador: Juan de pronto se encontró solo en aquellas calles vacías, ella había desaparecido y solo se escuchaba el susurro de su voz Escena 5 Juan caminando asustado, de repente una mano le toca su hombro, Juan se estremece de susto y grita Donis: Hola, tienes cara de no ser de por acá ¿Estàs perdido? Juan: Hola, sí, ando buscando a una persona, pero ya es tarde y no tengo dónde alojarme. Donis: Ven, acompáñame, puedes quedarte con nosotros, con mi hermana y yo Narradora: Juan y su nuevo amigo caminan rumbo a la casa. Donis: (Entrando a la casa) Hermana, ven a saludar a nuestro invitado Hermana: Hola, cómo está, estamos contestos de tener visita, nadie nunca viene. Juan: Buenas tardes, muchas gracias por recibirme. Donis: Toma asiento.. dime qué te trae por acá Juan: Ando buscando a mi padre, pero me dijeron que está muerto así que solo quiero volver a mi pueblo. ¿Saben cómo salir de acá? Hermana: Eso está difícil, pero quizá podamos ayudarte Donis: Sí, te prometemos mañana temprano llevarte a la salida de Comala e indicarte la dirección. Hermana: (Levantándose de la silla) Ahora es mejor que duermas, es tarde, por allá está la habitación de huéspedes. Donis: Anda tranquilo, descansa, tiene cara de agotamiento Juan: Muchas gracias Los hermanos se retiran de escena Escena 6

Juan recostado, durmiendo, escucha ruido en la habitación Todos los personajes muertos (Arrieros, Doña Rosita, Damiana, hermanos) rodean y se acercan a Juan Juan grita asustado y sale corriendo entremedio del gentío, corre por las calles de Comala y se esconde, una mujer se acerca a él Susana: Oye, muchacho, qué te pasa ¿Estás bien? Juan: (tiritando) No, estoy muerto de miedo, no sé qué pasa en este pueblo Susana: Y qué te hizo venir a este pueblo. Juan: Vine a conocer a mi padre, Pedro Pàramo Susana: Ese hombre, ni me lo nombres, estuve casada con él, fue lo peor que me pudo pasar, siempre lo odié. Juan: Todos me han dicho lo mismo de mi papá, que lo odian. (Riendo con desgano) No sé para qué vine. Susana: Todo pasa por algo, quizá porque ya era la hora de tu muerte, acà estamos todos muertos, incluso yo. Juan, alejándose de la mujer, grita y se desploma) Narradora: Vino a Comala a buscar a su padre, un tal Pedro Páramo, pero lo único que encontró fue la muerte.

Fin