Guia Como Negociar Con El Banco

Cómó negóciar cón el bancó Los bancos tienen muchas formas de ganar dinero, desde prestarlo hasta las comisiones por tu

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Cómó negóciar cón el bancó Los bancos tienen muchas formas de ganar dinero, desde prestarlo hasta las comisiones por tu cuenta corriente pasando por la gestión de tus ahorros e inversiones. Como empresa financiera, las entidades dominan los números y tienen muy claro cuál es el tuyo como cliente. Si hay un tipo de empresa que conoce la rentabilidad que obtiene por cada cliente estas son las financieras y especialmente los bancos. Y por eso los bancos siempre están abiertos a negociar. Es más, para un banco todo, absolutamente todo, es negociable: Desde la comisión que te cobran por mantenimiento de tu cuenta hasta las de corretaje por tus acciones e incluso los productos asociados a tu hipoteca. El problema es que la mayoría de clientes no lo sabe o no sabe cómo negociar de forma efectiva. En esta guía descubrirás qué cosas puedes negociar, cuáles son las comisiones en las que deberías centrarte y cómo debes hacerlo para tener éxito.

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Negóciar las cómisiónes de la tarjeta de creditó Comisiones y tarjetas de crédito son un matrimonio de conveniencia inseparable, pero existe una gran diferencia entre pagar las comisiones justas y pagar todas las comisiones que por defecto incluye tu tarjeta. Si no sabes cuántas comisiones estás pagando te recomiendo que eches un vistazo al contrato de tu tarjeta de crédito. No te asustes cuando veas la cantidad de comisiones y gastos ni la cuantía que pueden llegar a cobrarte. En este artículo te vamos dar una hoja de ruta para eliminar las comisiones de tu tarjeta de crédito, pero antes de eso hay una cosa más importante que debes hacer: revisa el sistema de pago y si lo tienes en modo revolving elimínalo. Este es uno de los cinco fallos más repetidos con las tarjetas de crédito que puede hacerte pagar mucho dinero al banco sin que te des cuenta. Una vez hayas cambiado el método de pago por el pago aplazado a final de mes puedes empezar a pelear las comisiones que tu banco te está cobrando por la tarjeta. Esto es lo que debes hacer.

Paso 1. Pon nombre y apellido a las comisiones Apunta en un papel cada comisión que quieres eliminar y cuánto te cuesta al año. Para empezar puedes ir a por la comisión de mantenimiento o emisión.

Paso 2. Crea competencia, busca alternativas en el mercado Encuentra una tarjeta de otro banco que no cobre esa comisión que quieres eliminar. Te servirá para demostrar que tienes otras alternativas a su tarjeta y que esa comisión es algo que te preocupa. Puedes usar comparadores como Kelisto, Rastreator o iAhorro para ver la oferta que hay en el mercado.

Paso 3. Llama a tu banco Todavía no vayas a tu oficina. Es más fácil conseguir tu objetivo con los servicios de atención telefónica que en la propia oficina. Por un lado, tienden a ser más ágiles en la resolución de problemas y, por otro, los empleados de la sucursal están más acostumbrados que tú a negociar cara a cara, donde el trato humano es clave. En la llamada debes exponer claramente el problema y hacerte valer como cliente. Para ello sigue este guión. 



Explícales que estás contento con el banco y con el trato que te ofrecen, pero que “de verdad” (usa ese término concreto) quieres eliminar esa comisión que te está costando XX euros al año. Pon como ejemplo la tarjeta alternativa que has encontrado sin comisión. Quieres las mismas condiciones. Esta técnica de negociación se llama anchoring y con ella estás poniendo en la cabeza de la otra persona una cifra que se convertirá en su referencia.

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Recuérdales que eres un buen cliente. Ponte en valor con tu antigüedad, nómina, hipoteca, historial de pagos…

En este punto la persona al otro lado de la línea te dirá que es imposible atender tu petición con una frase como “entiendo lo que me pide, pero no podemos eliminar esas comisiones”. No es cierto. Todas las comisiones se pueden negociar y adaptar según el interés que tenga el banco en el cliente. Si algo hacen bien las entidades financieras es usar sus datos para saber qué perfil de cliente les interesa y hasta dónde están dispuestos a llegar por él. Por eso mismo insiste en que te gustará que te quiten las comisiones (no te gustaría, te gustará). Insistir también es un arte y para hacerlo sin llevarte una negativa debes hacer estas dos cosas: 



Evita preguntas que se puedan responder con un sí o un no. Nunca digas frases como “¿Pero de verdad no podéis quitarme esa comisión?” o “¿No hay nada más que pueda hacer?” Utiliza preguntas que les traslada a ellos la responsabilidad de resolver el problema y además les permites quedar bien ayudándote. Dos buenos ejemplos serían “Yo quiero seguir con vosotros, ¿cómo podéis hacer para igualar las condiciones que me han ofrecido?” “De verdad que me gustaría que me quitaseis esta comisión ¿qué puedes hacer para ayudarme?”.

En caso de una nueva negativa, pide hablar con un superior o un responsable. Es muy fácil que no puedan pasarte con él, pero tampoco podrán colgarte (ningún operador puede finalizar la llamada, debe de ser el cliente el que lo haga). En este punto una de las alternativas más comunes es la de pasar la queja al departamento correspondiente. Si lo hacen, anota el nombre de la persona que te atendió y su número de identificación, así como la hora de la llamada. Además, pídele que te diga qué día se podrá en contacto contigo el departamento correspondiente. Si no lo hacen, llama de nuevo. Lo más normal es que consigas tu objetivo en esa llamada o en la segunda. Si no es así, habrá llegado el momento de acudir a la oficina. Al hacerlo, pide hablar director. Recuerda que eres importante para el banco y que no quieres volver a tener que esperar a que la persona que te atienda busque permiso para eliminar esa comisión. Durante la conversación repite el guión anterior y sé asertivo. Nunca pierdas de vista tu objetivo ni que todas las comisiones son negociables. El banco tiene claros sus números y si eres importante para ellos estarán dispuestos a quitarte esa comisión.

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Cómó negóciar las cómisiónes de tu cuenta córriente El banco tiene varias formas de ganar dinero y una de las más lucrativas son las comisiones. De hecho, a raíz de la crisis y el final del negocio inmobiliario hemos asistido a un paulatino aumento de las comisiones que cargan por sus servicios. Estamos tan acostumbrados a ellas que muchas veces las aceptamos como algo inevitable, aunque también hay muchas comisiones que ni siquiera sabemos que existen. Son el peaje por tener una cuenta corriente cuando no tiene por qué ser así. De hecho, el gran error de los españoles al tratar con su banco es perder de vista que con un banco prácticamente todo es negociable. La clave consiste en saber cómo negociar y en qué centrarte. Hay comisiones que serán más fáciles de eliminar que otras y eso es algo que debes aprovechar.

Cómo negociar con el banco con éxito Lo primero que debes tener en cuenta es que tú eres más importante para el banco que el banco para ti y da igual que tengas una hipoteca o 100 préstamos con la entidad. En las relaciones con el banco el activo más valioso eres tú. Los bancos tienen totalmente perfilados a sus clientes, no sólo según su consumo actual, sino también sus posibilidades de futuro. Para ello utilizan tus datos y la estadística. Por eso, tienen muy claro hasta dónde pueden llegar con cada uno de ellos, pero lógicamente no te van a regalar nada. Es más, incluso si acudes a reclamar es fácil que la primera respuesta sea darte largas. Nunca pierdas esto de vista. A partir de aquí, si quieres negociar con éxito las comisiones del banco debes preparar tu encuentro o llamada a atención del cliente. Para hacerlo necesitarás tener tres datos a mano:   

Concepto de la comisión que te han cobrado incluyendo el día que lo hicieron. En otras palabras, poner nombre y apellidos al mal que quieres erradicar. El tiempo que llevas siendo cliente del banco. El número de teléfono de la banca telefónica. Empieza por ahí en lugar de acudir a la oficina, ya que suelen ser más ágiles en dar respuesta y más proclives a ceder. Además, si no consigues tu objetivo siempre puedes jugar la baza de la sucursal, donde deberías pedir hablar con el director (recuerda que eres importante para el banco).

Empieza siendo claro con tu mensaje y tu objetivo: “El día XXX de XXX me cobraron una comisión y me gustaría que me la quitasen”. La primera respuesta será una negativa acompañada de algún tipo de excusa. ¡No te rindas e insiste! Hay frases que te ayudarán a conseguir que te quiten esa comisión. Estas son algunas de las que debes evitar: “¿Estás seguro de que no es posible?” “¿hay algo más que pueda hacer?” Nunca se lo pongas fácil a quien te atiende. Con estas preguntas bastará un “No” por su parte para dejarte sin opción.

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En su defecto debes mostrarte asertivo. Repite tu queja y pide una solución. Una frase como “De verdad que me gustaría que gustaría que me quitasen esa comisión ¿Qué más puede usted hacer por mí?” o “Llevo X años con el banco y de verdad me gustaría que me quitasen esa comisión” tienen más fuerza de la que piensas, ya que estás llevando la pelota a su tejado. Si te siguen sin dar una respuesta positiva, pide hablar con un superior. Es fácil que no te puedan pasar con él, pero así alargarás la conversación y podrás seguir negociando. En ese momento pueden ofrecerte una solución intermedia como un descuento en la comisión. No lo aceptes, limítate a ser asertivo y repetir que eres un buen cliente. En caso de que te digan la manida frase de que “dejamos constancia para que revisen el caso y le llamen”, haz lo siguiente: pídele su nombre e identificación, apunta la hora de tu llamada y pídele detalles sobre la fecha y hora a la que te llamarán. Si no lo hacen, hazlo tú. Así te habrás puesto una fecha límite que respetarás para resolver la cuestión. Al final, la clave es usar lo que en psicología se conoce como la estrategia del banco de niebla, que consiste en ceder terreno asumiendo que estás de acuerdo con ciertos aspectos, pero manteniendo la oposición en aquellos en los que no lo estás pero sin enfrentarte directamente y sin generar conflicto. A modo de ejemplo, ante un descubierto el operador puede decirte “Lo lamento, pero no puedo hacer nada, tendría que haber tenido dinero en su cuenta”, una respuesta dura ante la que conceder su veracidad con frases como “Es cierto, tendría que haber tenido dinero, pero aun así es la primera vez que sucede y quiero que retiren la comisión” o “Tiene razón, pero soy un buen cliente y me gustaría que…”. Esto mismo puede aplicarse en la propia sucursal. Si tienes que ir a tu banco, habla sólo con el director. Al hacerlo expón los mismos argumentos que acabamos de contar y no dudes en hacer referencia a otras ofertas del mercado. Apórtale datos concretos sobre otras entidades que no cobran esas condiciones y pon en marcha el juego del contrario. Te sorprendería ver lo bien que funciona mencionar BBVA en una oficina de Banco Santander y viceversa, por ejemplo.

En qué comisiones centrarte Te sorprendería saber la cantidad de comisiones que puede tener una cuenta corriente. Todas son negociables, pero hay algunas que serán más fáciles de eliminar que otras. Lo más habitual es centrarse en las comisiones de mantenimiento, pero hay otras ocultas que pasan desapercibidas y que pueden ser más fáciles de eliminar. Si tienes claras cuáles son, tu tarea será mucho más sencilla:

Comisión por mantenimiento Se paga por tener la cuenta y es una de las que primero debes negociar. Para eliminarla tienes dos armas fundamentales: tu nómina y la gran oferta que hay en el mercado. Todas las entidades te van a quitar esta comisión si domicilias la nómina (o bonificarte como hace Banco Santander con la Cuenta 1,2,3). Además hay entidades como ING que no te cobrarán este tipo de gastos. Usa estos dos argumentos para que te quiten esa comisión. No pierdas mucho tiempo negociando esto, amenaza con cambiar de banco y si no te quitan esa comisión, pasa a la acción y cambia de banco. Más adelante te explicamos las claves para elegir el que más te conviene.

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Comisión por descubierto Esta comisión es prácticamente imposible de eliminar, pero sí que se puede reclamar en caso de que te hayan cobrado. Es lo que cobrará el banco si te quedas en números rojos. Los intereses en este caso rondan el 15% más los gastos de reclamación. Se pueden reclamar a posteriori, una vez se han cobrado y pedir que se quiten amenazando con cambiar de banco. En el caso de cuentas con consumidores, la aplicación de ambos conceptos, comisiones y tipo de interés, no puede dar lugar a una TAE que supere al 250% del interés legal del dinero. Lo que puedes exigir al banco en este caso es que no permite que la cuenta entre en números rojos. Si no hay dinero, que no se paguen los recibos.

Comisión por reclamación de posiciones deudoras Son los gastos de la entidad por reclamarte los números rojos. Se pueden reclamar una vez te la han cobrado, pero es muy complicado que la eliminen para siempre. Lo que sí existe en este caso es una sentencia que condena a Kutxabank a la devolución de estas cantidades por considerar la comisión ilegal. El motivo esque todas las comisiones deben estar ligadas a un servicio y en este caso no hay servicio para el cliente. Es decir, el banco estaría cobrándote por una acción que forma parte de su operativa.

Comisión por transferencias La mayoría de bancos cobra por transferir dinero a una cuenta que no sea de la entidad y es difícil que te quiten esta comisión, aunque puede lograrse. De hecho, hay bancos que ofrecen servicios de transferencias gratuitas para movimientos en España e incluso en Europa con límite de 50.000 euros.

Comisión por ingreso de cheques Este es un clásico del Banco Santander y del Banco Popular. Aunque parezca increíble, es muy difícil de negociar y de eliminar. Si de verdad te interesa es más aconsejable buscar un banco que no las tenga.

Comisión por retirada de efectivo en cajeros que no sean de la entidad Tener a tu disposición una red de cajeros es tan importante que ING se ha aliado con grandes supermercados para que sus clientes puedan retirar dinero. Se trata de una comisión negociable, pero sólo con las entidades que menos oficinas tienen. En la mayoría de los casos la entidad se negará a cambiarlo. Lo que sí se puede hacer es adaptar la comunidad de referencia para las antiguas cajas. Por ejemplo, si tienes tarjeta de Kutxabank, te cobrarán a partir de la tercera retirada fuera de la comunidad donde esté tu banco.

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Servicio de información y alertas al móvil Son las comisiones que te cobra el banco por enviarte mensajes sobre el estado de tus cuentas o facturas. Pide siempre que lo eliminen o que dejen de enviarte esa información. Tú mismo puedes acceder a ella a través de tu oficina de banca electrónica.

Gastos de correspondencia Si tu banco te cobra por el envío de cartas, entra en la plataforma online y marca la opción para que no te envíen correo postal con tus movimientos y solicitudes. Sólo tendrás que entrar a la plataforma por tu cuenta para verlo.

Claves para elegir tu cuenta corriente Si pese a todo no consigues eliminar las comisiones, siempre puedes cambiar de banco y buscar una cuenta corriente que se adapte a tus necesidades. Al hacerlo, no cometas el error de la mayoría de españoles que te contamos aquí. ENLACE. Lo primero que debes buscar es no perder dinero con tu cuenta corriente, es decir, que no cobren comisiones por mantenimiento ni otras de las que ya hemos visto. En el peor de los casos debería costarte cero euros tener tu cuenta. A partir de ahí puedes intentar conseguir algo mejor, pero tampoco pierdas la cabeza. Una cuenta corriente no está ahí para darte dinero. Si quieres una alta rentabilidad para tus ahorros hay otras formas de conseguirlo y no son con tu cuenta corriente, sino con productos de inversión adecuados que puede recomendarte un planificador financiero independiente. Lo que sí puedes hacer es tratar de maximizar lo que obtienes por ella con una de estas dos opciones: 



Cuenta remunerada con intereses. Las encontrarás, pero son cada vez más escasas y con una oferta limitada en el tiempo. Es decir, te pueden ofrecer una rentabilidad del 3% TAE pero sólo por un mes. Por eso mismo no debería ser un elemento clave en tu elección salvo casos concretos como el 5% que ofrece Bankinter el primer año para saldos de hasta 5.000 euros. Cuenta que te paga por tus recibos. Uno de los motivos para tener cuenta corriente es domiciliar recibos. En este sentido puedes buscar una que te devuelva una parte de los recibos del hogar que tengas. Estas alternativas también están limitadas a una cantidad al año.

¿Qué deberías valorar al contratar la cuenta? Además de lo anterior, pon por encima de todo que la gestión de la cuenta sea sencilla. Para que lo entiendas mejor, hay un buen ejemplo: la Cuenta 1,2,3 de Banco Santander. Estamos ante una de las mejores opciones para tener el dinero del fondo de emergencia, ese ahorro que siempre deberías tener disponible. El banco de Ana Patricia Botín te da un 3% hasta 15.000 euros y además te bonifica si domicilias el pago de impuestos y de recibos de educación de los niños. También te paga por los seguros que tienes con ellos y te regala acciones del banco (aquí hay que tener cuidado porque su comisión como bróker de seguros es alta y puede no salirte a cuenta). Es decir, te paga por tener

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tu dinero con ellos. A cambio, te obliga a tener tarjetas y hacer un uso bastante elevado de ellas (por lo menos una operación al trimestre con la de crédito). Si no cumples, no se aplican las condiciones favorables que has visto, pero ellos siguen cobrando por mantenimiento y emisión de la tarjeta. El truco está en que la mayoría de españoles se ve capaz de cumplir con las condiciones, de ser disciplinado en el gasto. La mayoría no lo hará y terminará pagando comisiones que después deberá renegociar. Si no quieres ser como la mayoría busca opciones que realmente se adapten a tu forma de gestionar tu vida y tu tiempo. En otras palabras, no sudes por ganar un 2% por tu dinero del día a día y preocúpate por ganar un 6% por tu preahorro a largo plazo, el que de verdad cuenta y que te permitirá alcanzar la libertad financiera. Estos mismos consejos podrás aplicarlos a cualquier comisión del banco, incluidas las que pagas por tus planes de pensiones, fondos de inversión o las que cobra tu bróker en general. Al final, todo es negociable con el banco y ellos tienen muy claro hasta dónde pueden llegar para retenerte.

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Cómó negóciar la hipóteca cón el bancó La casa es la mayor inversión de tu vida y dependiendo de cómo la afrontes puede llegar a salirte muy cara. El culpable es la hipoteca y más concretamente el tipo de préstamo hipotecario que suele contratar la mayoría de españoles. Hay dos cuestiones clave que debes tener en cuenta al buscar tu hipoteca. La primera es no hipotecarte a más de 15 años. Si no haces bien tus cuentas y pides una hipoteca a 35 años puedes llegar a pagar 350.000 euros extra por una casa que compraste por 200.000 euros ¡Casi el doble! Aquí puedes ver los números y por qué. La segunda cuestión es saber negociar tu hipoteca con el banco. En este artículo vamos a abordar estrategias y trucos para que contrates el préstamo hipotecario que te interesa a ti y en lugar de al banco y con las mejores condiciones.

Busca y compara ofertas: haz tus deberes antes de negociar Si para comprar una televisión te recorres MediaMarkt, Worten y además miras en internet ¿Qué no deberías hacer para tu hipoteca? Prepárate para recopilar información y peinar el mercado hipotecario. Dicho así puede parecer mucho trabajo, pero con estos pasos será más fácil 



Empieza por internet. Usa los comparadores financieros como iahorro.com o bankimia.com y entra en páginas web de los principales bancos. La mayoría ya cuentan con simuladores propios y aunque no tengan toda la información servirán para orientarte y hacer una primera criba. Visita sucursales de tu zona y de la zona donde vayas a comprar. Una vez terminado el trabajo de campo online prepárate para ‘patear’ por las oficinas de los bancos. No tengas problema en visitar dos sucursales de un mismo banco en diferentes zonas. Te sorprenderá ver cómo en unas pueden ser más receptivas que en otras. El motivo es que todas tienen diferentes objetivos comerciales que cumplir y que en la oficina de la zona donde vas a comprar tienen más claro el valor de los pisos y si les interesas como cliente tipo.

Para ahorrar tiempo, ve con los deberes hechos. Lleva tus nóminas o declaraciones de IRPF, vida laboral y los datos del piso que quieres.

Consigue por lo menos 3 alternativas de hipotecas con oferta vinculante Después de visitar los bancos mantén el contacto con ellos y pregúntales cómo está tu hipoteca. Lo normal es que te contesten en el plazo de una semana a más tardar. Tu objetivo debe ser que contar con tres hipotecas aprobadas.

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Cuando las tengas podrás entrar en la segunda fase de la negociación, donde realmente vas a tratar de mejorar las condiciones iniciales. El motivo es que cuando el departamento de riesgo ha aprobado tu hipoteca, la oficina quiere que firmes sea como sea. Eres un cliente interesante para la oficina y para el banco. En este punto, eres tú quien tiene el poder. Usalo.

Pide precio de los seguros asociados y compara con alternativas Ya hay tres bancos que quieren darte una hipoteca (sí, son ellos los que te quieren dar la hipoteca, no tú quien quiere firmarla). Es el momento de estudiar realmente cuánto te va a costar la casa. Hay tres elementos clave en los que debes fijarte en una hipoteca: la duración de la hipoteca, las comisiones y los seguros y productos asociados. En el lado de las comisiones debes saber que todo es negociable, desde la comisión de apertura hasta la de amortización anticipada. Esta última es la más interesante. Es lo que te cobra el banco cuando pagas parte de la hipoteca por adelantado (aquí puedes ver todo lo que te puedes ahorrar haciéndolo) y deberías intentar que fuese cero. Por el lado de los seguros y productos asociados, los más normales son una cuenta nómina, un seguro de vida vinculado a la hipoteca y el seguro de hogar. Todos son productos interesantes (incluido el seguro de vida), pero lo que puede no serlo tanto es contratar los que te ofrece el banco. La mayoría de entidades te cargarán con comisiones adicionales por estas pólizas. Por eso pide las condiciones exactas y que te hagan una simulación con tus características. Después usa un comparador de seguros para saber cuánto podrías ahorrarte con un seguro libre. Incluso si el tipo de interés está vinculado a la contratación de esos seguros, puede que te compense no contar con ellos o contratarlos sólo el primer año para cancelarlos después. Cambiar de seguros puede ahorrarte mucho dinero. En cualquier caso, recuerda que puedes negociar los seguros de tu hipoteca desde el principio y año a año. La mayoría de entidades funcionan como corredores de seguros de grandes aseguradoras (sí, son ya pocas las que tienen su propia aseguradora) y como corredores, pueden aplicar una u otra comisión en función de sus intereses. De nuevo, presiona al banco, porque ellos tienen muy claro hasta dónde están dispuestos a llegar.

Piensa siempre a largo plazo En una hipoteca lo importante es la visión global. Para que lo entiendas mejor, en lugar de mirar la cuota, deberías fijarte en lo que terminas pagando por tu casa. La cuota no es más que una variable del préstamo. Además, es la más variable y con 100 años de hipoteca lo que pagues al mes será ridículo, pero no lo que terminarás pagando por tu vivienda. En este sentido, piensa que si te ahorras 300 euros al año en seguro, para una hipoteca a 15 años el ahorro será de 4.500 euros. ¿A que ahora sí que merece la pena pensártelo? Incluso si has firmado ya tu hipoteca o si decides coger los seguros del banco de entrada, no dudes en dedicar media hora al año para hacer números y ver si te compensa mantenerlos. De hecho, conforme vayas pagando tu hipoteca el seguro de vida puede ser prescindible.

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En cualquier caso, no dudes en negociar cada año la prima que pagas. Si no te han mejorado las coberturas del seguro de hogar y no has dado ningún parte, no hay motivo para que suba el precio. Del mismo modo, tu seguro de vida vinculado a la hipoteca no debería subir porque si bien tú cumples más años, el capital restante por pagar va disminuyendo.

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