Guerra Del Chaco

Declaración de Independencia de Bolivia La independencia de la República de Bolivia fue proclamada definitivamente el 6

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Declaración de Independencia de Bolivia La independencia de la República de Bolivia fue proclamada definitivamente el 6 de agosto de 1825 en un Congreso celebrado en Chuquisaca. Contenido



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1 Batalla de Junín 2 Batalla de Ayacucho y entrada de Sucre en el Alto Perú 3 Congreso Constituyente de la Nación 4 Declaración de la independencia 5 Bolívar y Bolivia 6 Controversias y contradicciones históricas 7 Notas 8 Enlaces extenos

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Historia de Bolivia Época prehispánico o Tiahuanaco o Collasuyo o Pueblos Orientales Conquista Real Audiencia de Charcas La Independencia o Levantamientos indígenas o Primeros Movimientos Independentistas  Rebelión de Oruro  Revolución de Chuquisaca  Junta Tuitiva o Expediciones auxiliares argentinas o Republiquetas o Declaración de Independencia Organizacion Institucional o Confederación Perú-Boliviana Guerras Limitrofes o Guerra del Pacífico o Guerra Civil de 1898 o Guerra del Acre o Guerra del Chaco Era Contemporanea o Revolución del 52 o Gobiernos Militares o Gobiernos Democráticos

Otros

Batalla de Junín

Presidentes de Bolivia Fronteras de Bolivia

Mientras las tropas grancolombianas desembarcaban en el puerto del Callao bajo el mando del general Antonio José de Sucre, el general Andrés de Santa Cruz, que hasta poco tiempo antes había luchado en las filas realistas, llegó a compartir las ideas libertarias de José de San Martín y fue enviado a engrosar las tropas de Sucre, iniciando su marcha hacia el Alto Perú. En agosto de 1823 ingresó en la ciudad de La Paz, y forzado a librar combate, Santa Cruz sale victorioso en la batalla de Zepita contra una división del general Valdez, el 25 de agosto de 1823. Entre los años 1822 y 1823, la situación en el Perú se había tornado caótica: los ejércitos habían sido derrotados por los realistas y los políticos estaban sumidos en la anarquía. Con estas condiciones muy lamentables se encontró Simón Bolívar (llamado el Libertador) al

Perú, cuando el 1 de septiembre de 1823 se presentó en Lima. El Congreso le otorgó la jefatura militar. El panorama no podía ser más sombrío para los patriotas. La independencia del Perú no estaba consolidada, ya que el 29 de febrero de 1824 los realistas lograron ocupar nuevamente Lima. Pero esta vez, las conmociones políticas que vivía en España influyeron decididamente para el fraccionamiento de las tropas españolas en América. El general Pedro Antonio Olañeta, absolutista recalcitrante, se rebeló contra el virrey La Serna, que era de tendencia liberal y constitucionalista, porque le atribuía a éste el deseo de separarse de la monarquía para liberar a Perú del absolutismo que quería imponer Olañeta. Bolívar encontró a los realistas divididos y organizó prontamente un ejército formado por colombianos, argentinos y peruanos y el 6 de agosto de 1824, derrotó al ejército español del general José de Canterac con el coronel Manuel Isidoro Suárez en los campos de Junín. Esta victoria constituye sobre todo, el paso previo para el triunfo final en la batalla de Ayacucho. Los jefes españoles, Canterac, Valdés y De La Serna, reunidos en el Cuzco decidieron reorganizar sus fuerzas y salir al encuentro de los vencedores de Junín.

Simón Bolívar, El Libertador

Batalla de Ayacucho y entrada de Sucre en el Alto Perú Mariscal Antonio José de Sucre Presidente de la República de Bolivia en 1825. Sucre, por encargo de Bolívar, decidió continuar la campaña militar en el Perú, y el 9 de diciembre de 1824, los independentistas lograron una espectacular victoria en la llanura de Ayacucho. Con la capitulación del virrey De La Serna se reconocía la Independencia del Perú y de América. En Cochabamba se sublevó el 16 de enero el escuadrón de caballería Dragones Americanos, con el coronel José Martínez, apresaron a oficiales y al gobernador y luego se apoderaron del Primer Batallón del Regimiento Fernando VII. Se plegó luego el escuadrón de Santa Victoria, quedando la totalidad de la guarnición de la ciudad (de 800 hombres) en manos independentistas. Se designó a Mariano Guzmán como gobernador, y ante su renuncia, al coronel Saturnino Sánchez. La población juró la independencia.[1] El teniente coronel Pedro Arraya con los escuadrones Santa Victoria y Dragones Americanos se dirigió a Chayanta, en donde también se juró la independencia. En Vallegrande, se sublevó el Segundo Batallón del Fernando VII (con 200 hombres), deponiendo al brigadier Francisco Javier Aguilera el 26 de enero. El coronel José Manuel Mercado ocupó Santa Cruz de la Sierra el 14 de febrero. Mojos y Chiquitos adhirieron. A

consecuencia de estas acciones, Olañeta abandonó La Paz el 22 de enero en dirección a Potosí. El 29 de enero de 1825, el general José Miguel Lanza proveniente de las zonas rurales cercanas (Republiqueta de Ayopaya), tomó la ciudad de La Paz y declaró la independencia de las Provincias del Alto Perú, siendo nombrado su primer presidente. El 6 de febrero el mariscal Sucre a la cabeza del Ejército Libertador cruzó el río Desaguadero (límite con el Perú) e ingresó en La Paz al día siguiente. En Chuquisaca el batallón Dragones de la Frontera, del coronel Francisco López, se pronunció por los independentistas el 22 de febrero y se juró la independencia. El general Olañeta permaneció en Potosí, en donde recibió al batallón Unión, procedente de Puno al mando del coronel José María Valdez, convocó a un Consejo de Guerra que acordó continuar la resistencia. Olañeta distribuyó sus tropas entre la fortaleza de Cotagaita con el batallón Cazadores, el Chichas al mando de Medinacelli al Tumusla, Valdez con los restos del Regimiento de Infantería de la Unión fue enviado a Chuquisaca y él marchó a Vitichi, con 60.000 pesos de oro de la Casa de la Moneda de Potosí. Abandonó esa ciudad Olañeta el 28 de marzo, justo antes de que entrara la vanguardia independentista al mando de Arralla.[2] Pese a las órdenes terminantes de no avanzar que el gobernador de Salta, José Antonio Álvarez de Arenales, envió el 17 de marzo al jefe de su vanguardia, coronel José María Pérez de Urdininea, éste con 200 dragones sorprendió a la guarnición de Tupiza el 23 de marzo. El coronel Carlos de Medinacelli 300 soldados se sublevó en contra de Olañeta el 1 de abril, al día siguiente ambos se enfrentaron en la batalla del Tumusla que culminó con la muerte de Olañeta. Diversas fuentes niegan la existencia de tal batalla, argumentando que Olañeta murió del único disparo que se hizo. El 7 de abril, el general José María Valdez se rindió en Chequelte ante Urdininea quien avanzaba desde Jujuy, pidiendo ser comprendido en la Capitulación de Ayacucho, poniendo fin a la guerra en el Alto Perú. El 7 de abril recibió Sucre un pliego enviado por Álvarez de Arenales desde Mojo (cerca de Tupiza), haciéndole saber la comisión que le había hecho el gobierno de Buenos Aires el 8 de febrero para que trate con los jefes realistas de las provincias del Alto Perú el fin de la guerra: (...) sobre la base de que éstas han de quedar en la mas completa libertad para que acuerden lo que mas convenga á sus intereses y gobierno.

Congreso Constituyente de la Nación

El 9 de febrero de 1825, el mariscal Antonio José de Sucre y Casimiro Olañeta, abogado de Chuquisaca y sobrino del mencionado general, convocaron a todas las provincias altoperuanas para reunirse en un congreso que debía decidir el destino de la nación. Pero, el destino de la nueva república estaba sujeto a tres posibilidades que se abrían en el seno de la asamblea, proseguir la unidad con Buenos Aires, incorporándose al conjunto de las Provincias Unidas, mantener la adhesión al Perú reconociendo las medidas de incorporación dictadas por el virrey Abascal como resultado de la revolución del 16 de julio de 1809 en La Paz, o sostener con decisión la independencia absoluta del Alto Perú, no sólo con relación a España, sino también con referencia al Provincias Unidas del Río de la Plata y al Perú. Tanto como el gobierno de Buenos Aires y el Perú admitían esta tercera alternativa, en cambio, Bolívar, si bien no desautorizó públicamente a Sucre le reprochó en carta privada esta iniciativa, pues entendía que alentar en ese momento un acto de soberanía de esa naturaleza, conspiraba contra los intereses de la Gran Colombia, ya que el territorio de la Real Audiencia de Quito podría pretender el mismo trato que la de Charcas. El Congreso General Constituyente de Buenos Aires, por decreto de 9 de mayo de 1825, declaró que «aunque las cuatro provincias del Alto Perú, han pertenecido siempre a este Estado, es la voluntad del congreso general constituyente, que ellas queden en plena libertad para disponer de su suerte, según crean convenir a sus intereses y a su felicidad», despejando el camino a la independencia altoperuana. Sucre, un tanto molesto por el reproche que le hacía Bolívar, después de demostrar sus razones, anunció que obedecería lo mandado, pero que también abandonaría el país, porque lo que se le ordenaba no compartía con su criterio, más al contrario, chocaba con su conciencia y comprometía la fe de su palabra.

Declaración de la independencia

Acta de la Independencia de Bolivia en la Casa de la Libertad (Sucre). Convocada nuevamente la Asamblea Deliberante en Chuquisaca, el 9 de julio de 1825, y concluida se determinó la completa independencia del Alto Perú, bajo la forma republicana, por soberana de sus hijos. Finalmente, el presidente de la Asamblea José Mariano Serrano, junto a una comisión, redactó el Acta de la Independencia que lleva fecha del 6 de agosto de 1825, en honor a la Batalla de Junín ganada por Bolívar.

El acta de independencia, redactada por el presidente del Congreso, José Mariano Serrano, en su parte expositiva dice en tono vibrante: El mundo sabe que el Alto Perú ha sido en el continente de América, el ara donde vertió la primera sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos. [...] Los departamentos del Alto Perú protestan a la faz de la tierra entera, que sus resolución irrevocable es gobernarse por sí mismos. Acta de la Independencia La independencia fue declarada por 7 representantes de Chacras, 14 de Potosí, 12 por La Paz, 13 por Cochabamba y 2 por Santa Cruz.

Bolívar y Bolivia El 18 de mayo de 1826 Bolívar firmó en Lima un decreto de reconocimiento de la independencia de Bolivia por parte del Perú.[3] Mediante un decreto la Asamblea determinó que el nuevo estado llevaría el nombre de «República Bolívar», en homenaje al Libertador, designado «Padre de la República». Se le concede también el supremo poder ejecutivo en forma vitalicia, con los honores de Protector y Presidente.[4] Bolívar agradeció estos honores, pero declinó la aceptación del cargo, designando al general Antonio José de Sucre. Pasado un tiempo se volvió a debatir el nombre de la joven nación, y un diputado potosino llamado Manuel Martin Cruz, dijo que al igual que «de Rómulo viene Roma», «de Bolívar vendrá Bolivia».[cita requerida] Bolívar al enterarse de esta noticia se sintió halagado por la joven nación.[cita requerida] Bolívar hasta ese momento no aceptaba de buen grado la independencia de Bolivia, debido a que le preocupaba su futuro, debido a que Bolivia se encuentra en el centro de Suramérica, y esto según Bolívar supondría que sería una nación acosada y que afrontaría futuras guerras, cuestiones que se cumplieron. Bolívar deseaba que Bolivia formara parte de otra nación, preferentemente Perú, pero lo que le convenció profundamente fue la actitud de las masas populares. El 18 de agosto, a su llegada a La Paz hubo una manifestación de regocijo popular. La misma escena se repitió cuando el Libertador llegó a Oruro, después a Potosí y finalmente a Chuquisaca. Esta expresión tan ferviente de la población, conmovió a Bolívar, quien llamó su «hija predilecta» a la nueva Nación.

Controversias y contradicciones históricas En 2008, varios historiadores actuales revelaron ciertas controversias con respecto a la declaración de la independencia boliviana.[5] Dicen que al llegar Bolívar y Sucre, las tropas

españolas ya habían sido derrotadas. El coronel Carlos de Medinacelli —hasta la fecha un héroe olvidado por la historia— fue el verdadero Libertador de Bolivia. La Batalla de Tumusla el 1 de abril de 1825, fue fundamental para que Bolivia naciera a la vida republicana como una entidad distinta a la de Argentina o Perú. Esa debería ser la fecha patria principal, y no el 6 de agosto.

Notas 1. ↑ Documentos para la historia de la guerra separatista del Perú. Autor: Torata (Fernando Valdés Héctor Sierra y Guerrero), Fernando Valdés Héctor Sierra y Guerrero Torata, Jerónimo Valdés Noriegay Sierra Torata, Torata (Jerónimo Valdés Noriega y Sierra). Publicado por M. Minuesa de los Ríos, 1898. pág. 7 2. ↑ Apuntes para la historia de la Revolucion del Alto-perú, Hoi Bolivia. Autor Manuel María Urcullu. Publicado por Impr. de Lopez, 1855. pág. 151 - 152 3. ↑ Orígenes de la Nación Boliviana: interpretación histórico sociológica de la fundación de la república. pp. 152. Autor: Ramiro Condarco Morales. Editor: Instituto Boliviano de Cultura, 1977 4. ↑ Asamblea General del Alto Perú (11 de agosto de 1825). Independencia de las Provincias del Alto Perú. Chuquisaca. http://books.google.com/books?id=tM0bAQAAMAAJ&pg=PA215IA2&hl=es#v=onepage&q&f=false. Publicado en la Gaceta de Colombia, número 215, del 27 de noviembre de 1825. 5. ↑ Según Bolivia.com. El ministro de la Corte Suprema de Justicia, Julio Ortiz Linares, reveló que cuenta con sólidos estudios documentados para sostener que ni Simón Bolívar ni Antonio José de Sucre son los libertadores de Bolivia, sino que el verdadero héroe que permanece desconocido es el coronel Carlos Medinacelli Lizarazu, potosino de nacimiento, que consolidó la independencia del Alto Perú, hoy Bolivia, tras vencer al Ejército español definitivamente el 1 de abril de 1825. “Ésta no es una tesis ni una teoría, es una verdad histórica que tiene su respaldo precisamente en las cartas escritas por Bolívar y Sucre a Medinacelli. Es prueba irrebatible y si alguien tiene que cuestionar no debe rebatirme a mí, sino a las pruebas”, enfatizó. La autoridad judicial en su obra titulada El libertador de Charcas, publicada durante su mandato como ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, de manera documentada sostiene que el verdadero libertador de Bolivia es Medinacelli Lizarazu, antecesor del escritor Carlos Medinacelli, autor de La Chaskañawi. Este héroe, que permaneció anónimo durante 183 años, según la documentación revisada por Ortiz, venció la batalla en las márgenes del río Tumusla, provincia Nor Chichas de Potosí. "En la obra se revela qué sucedió después de la batalla de Ayacucho hasta el 6 de agosto de 1825, cuando se suscribe el Acta de la Independencia de Bolivia.

Combate de Tumusla Combate o Batalla de Tumusla Parte de Campaña de Sucre en el Alto Perú y Guerra de la Independencia de Bolivia Fecha

1 de abril de 1825

Lugar

Tumusla, Departamento de Potosí, Bolivia

Resultado

Victoria patriota.

Beligerantes Ejército Libertador [1] Ejército Realista Comandantes Carlos Medinaceli

Pedro Antonio Olañeta

Fuerzas en combate 300 [2] - 1.300 700 [4] [5] - 1.700 soldados, y 26 Jefes y soldados, y 32 jefes y Oficiales [3] oficiales.[6] Bajas

156 muertos y 270 heridos.[7]

509 muertos y 734 heridos.[8] 200 prisioneros de tropa y 20 oficiales [9] Olañeta herido mortalmente

El combate o batalla del Tumusla fue el último enfrentamiento con fuerzas regulares durante la independencia de Bolivia y uno de los últimos encuentros de la Guerra de Independencia Hispanoamericana. Se libró el 1 de abril de 1825, cerca del pueblo de Tumusla (Potosí), en territorio de la actual República de Bolivia. Existen controversias sobre el desarrollo de este suceso, sin embargo el consenso es que se enfrentaron el jefe realista Olañeta frente a su antiguo subordinado Medinaceli, ahora pasado a los patriotas y bajo el mando de Antonio José de Sucre. [10] El resultado fue una victoria patriota decisiva y la capitulación de Olañeta, que herido mortalmente murió al día siguiente. Como

consecuencia de las acciones de Tumusla, el territorio de la Real Audiencia de Charcas quedó definitivamente liberado del dominio español.

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1 Hechos antecedentes 2 El combate de Tumusla 3 Controversias 4 Referencias 5 Bibliografía

Hechos antecedentes El jefe realista del Alto Perú, el español brigadier general Pedro Antonio Olañeta, por ser adherente al absolutismo se había negado a reconocer el mando del virrey del Perú José de la Serna por considerarlo liberal y sostuvo contra el general constitucionalista Jerónimo Valdés un enfrentamiento que menguó sus tropas (Rebelión de Olañeta). Las diezmadas tropas realistas fueron derrotados en las batallas de Junín (6 de agosto de 1824) y Ayacucho (9 de diciembre de 1824) capitulando ante el Ejército Libertador. Olañeta, en una actitud ambivalente, no se unió al ejército patriota como le había pedido Bolívar, y no reconocía la capitulación hecha por el virrey La Serna, y había reagrupado fuerzas realistas en la ciudad de Potosí, principalmente en el cruce del antiguo Camino Real a orillas del río Tumusla, después de que el 29 de enero de 1825, el general José Miguel Lanza con tropas de la Republiqueta de Ayopaya tomó la ciudad de La Paz. Perseguido desde el norte por las tropas al mando de mariscal Antonio José de Sucre, quien el 6 de febrero cruzó el río Desaguadero (límite con el Perú) después de la victoria obtenida en Ayacucho.[11] Y cercado desde el sur por las fuerzas argentinas de Juan Antonio Álvarez de Arenales, Olañeta recibió en Potosí al batallón "Unión", procedente de Puno, al mando del coronel José María Valdez. Convocó a un Consejo de Guerra que acordó continuar la lucha y distribuyó sus fuerzas entre la fortaleza de Cotagaita ( que quedó al mando de Medinacelli con el batallón "Chichas") y Chuquisaca(al mando de Valdez con el batallón "Unión") y partió con el resto de sus tropas hacia Vitichi en Chichas con 60.000 pesos de oro de la Casa de la Moneda de Potosí poco antes de que Sucre ingresara en la ciudad el 29 de marzo de 1825.[12] Mientras, el sobrino de Pedro Olañeta, Casimiro Olañeta, patriota encubierto, cambió de bando cuando se dirigía a Iquique con 18.000 pesos para comprar armas, poniendo a Sucre en conocimiento de los planes de su tío.[13] Las tropas al mando del coronel Carlos Medinaceli hasta entonces realistas se amotinaron y pasaron al bando independentista. El coronel Medinaceli en nota fechada en 29 de marzo de 1825, hizo saber al general Olañeta

su resolución de acogerse a la capitulación de Ayacucho y pasarse a los patriotas, e inmediatamente reforzó el batallón Chichas que mandaba, con elementos que le proporcionaron los patriotas de Cotagaita (Intendencia de Potosí), donde se efectuó la defección.[14]

El combate de Tumusla El general Olañeta, al saber de la defección de Medinaceli, se puso en movimiento para ir a sofocarla en su cuna. Retrocedió del punto donde estaba y se dirigió a Cotagaita con 700 hombres. Mientras tanto Medinaceli había tomado posiciones en el río Tumusla, donde Olañeta lo atacó el 1 de abril de 1825. El combate concluyó a las siete de la tarde. Herido por tiros de fusil el día 1 de abril, Olañeta cayó en tierra, a cuya vista sus soldados se dispersaron, entregándose algunos al jefe vencedor. Olañeta fallece al día siguiente, el 2 de abril. Ese mismo día Medinaceli remite el parte de la batalla al mariscal Sucre. El general Olañeta, que había evacuado Potosí el 28, tuvo un encuentro con una partida nuestra el 1º del corriente y, siendo completamente derrotado y herido,murió el 2. Antonio José de Sucre, Potosí, 6 de abril de 1825.[15] Según Stevenson, citado por Camba, dice que Medinaceli tomó 200 prisioneros de tropa y más de 20 oficiales, bagajes, municiones, etc. Fue este el último combate de tropas regulares por la independencia de Bolivia.[16] [14] Días después, el 7 de abril, perseguido por Medinaceli y Burdett O'Connor, José María Valdez al frente de 200 supervivientes se rindió en Chequelte, ante el general Urdininea, poniendo fin al dominio español en el Alto Perú. Tres meses más tarde, Fernando VII concedió al fallecido Olañeta el nombramiento de virrey del Río de la Plata. Años más tarde, en 1828, el último foco de resistencia español en la República de Bolívar fue dirigido por el general realista Francisco Javier Aguilera, famoso por dar muerte a los patriotas Manuel Asencio Padilla e Ignacio Warnes, finalmente fue derrotado en Vallegrande (Santa Cruz, Bolivia) por una división dirigida por el coronel Anselmo Rojas y todos sus líderes fueron decapitados. Sus cabezas fueron expuestas en la plaza.[17]

Controversias Lo ocurrido en el enfrentamiento de Tumusla tiende a tener diferentes versiones que aumentan o empequeñecen su importancia en la independencia de Bolivia, en parte debido al protagonismo que se dio a los hechos de Bolívar y Sucre que dejaron este suceso casi al olvido. Un artículo periodístico dice que el historiador Teodosio Imaña afirma que en Tumusla sólo hubo un aislado intercambio de balas, donde muere Olañeta, y por lo tanto consideran que una batalla propiamente dicha no existió.[18]

En otra versión se afirma que el combate comenzó sobre las 3 de la tarde con un intercambio de artillería, fue reñido y de una duración de cuatro horas. Los patriotas bajo fuertes vivas y hondazos avanzaron hacia el río hacía la lucha cuerpo a cuerpo con cuchillos, sables y piedras. La tropa era regular pero junto a ellos combatían indígenas originarios. Al general Olañeta, que iba a la cabeza de los realistas, se le vio caer del caballo herido de muerte, por lo que fue tomado prisionero. Sus soldados viendo caído a su jefe suspendieron el enfrentamiento para desertar o entregarse, solicitando al Coronel Medinaceli clemencia y perdón.[19] Los documentos originales de esta versión son cuestionados en una reciente investigación periodística. [20

Guerra de la Independencia de Bolivia Guerra de la Independencia de Bolivia Parte de Guerras de independencia hispanoamericanas

Antonio José de Sucre en la guerra contra la Corona Española.

Fecha

1809-1825

Lugar

Gran parte del territorio boliviano

Resultado

Victoria patriota

Cambios territoriales

Independencia de Bolivia de la Corona Española.

Beligerantes Patriotas de la Provincia de Charcas Provincias Unidas del Río de la Plata

Monarquía española

Comandantes Simón Bolívar Antonio José de Sucre Andrés de Santa Cruz Eustaquio Méndez José Ballivián José Manuel Mercado José Miguel Lanza

Pedro Antonio Olañeta José Manuel de Goyeneche Pío de Tristán José María Valdez Joaquín de la Pezuela José de la Serna

La Guerra de la Independencia de Bolivia transcurrió en su territorio durante el periodo que abarcó desde el año 1809 hasta el año 1825. En este conflicto se enfrentaron los patriotas bolivianos contra los realistas españoles. Los patriotas resultaron vencedores, consiguiendo la Independencia de Bolivia. Este conflicto se prolongó en casi todo el proceso independentista. Comenzó el 1809 con el establecimiento de las Juntas de autogobierno en las ciudades de La Plata y La Paz. Las Juntas fueron disueltas poco después, y la Provincia de Charcas quedó bajo el dominio español nuevamente. La Revolución de Mayo de 1810 del Virreinato de Buenos Aires estableció su propia Junta. Buenos Aires mandó tres campañas militares al Alto Perú, al mando de Juan José Castelli, Manuel Belgrano y José Rondeau, pero los realistas lograron derrotarlos. Sin embargo, el conflicto se mantuvo hasta volverse una guerra irregular contra las Republiquetas, que sostenían Guerrillas dificultando la presencia de los realistas. Simón Bolívar y Antonio José de Sucre derrotaron al Ejército Real del Perú años después, lo que resultó seguidamente en la Independencia de Bolivia en 1825 tras la Batalla de Tumusla.

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1 Las primeras juntas

o o

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1.1 Revolución de Chuquisaca 1.2 Junta Tuitiva 2 Referencias 3 Véase también

Las primeras juntas

Pedro Domingo Murillo, precursor de la independencia de Bolivia. Ésta es considerada la primera etapa de la lucha por la independencia de Bolivia y el comienzo de la guerra del Alto Perú contra el imperio español.

Revolución de Chuquisaca La Revolución de Chuquisaca fue la primera etapa de los gritos libertarios en Bolivia, llevado a cabo por el levantamiento popular contra el gobernador intendente de la ciudad de Charcas, actualmente conocida como Sucre, producido el 25 de mayo de 1809. La Real Audiencia de Charcas, con el apoyo del claustro universitario y sectores independentistas, destituyeron al gobernador y formaron una junta de gobierno. El movimiento, fiel en principio al rey Fernando VII de España, fue justificado por las sospechas de que el gobierno planeaba entregar el país a la infanta Carlota Joaquina de Borbón, pero desde los comienzos sirvió de marco para el accionar de los sectores independentistas que propagaron la rebelión a La Paz, donde se constituiría la Junta Tuitiva. Reprimido violentamente este último y más radical levantamiento, el movimiento de Chuquisaca fue finalmente deshecho. Este acontecimiento es conocido como el Primer Grito Libertario de América.[1] Esto impulsó la sublevación en Cochabamba que luego se extendió hasta La Paz.[2] Esteban Arze, concentró el 14 de septiembre de 1810 unos mil patriotas bolivianos que lucharon

contra los realistas, logrando deponer al gobernador de Cochabamba, José González Prada. Un cabildo abierto nombró como nuevo gobernador a Francisco de Rivero y a Esteban Arze como jefe de las fuerzas independentistas. Los patriotas vencieron a los realistas en la batalla de Aroma, del 6 de octubre de 1810. Pese a esta victoria, los españoles continuaron resistiendo durante varios años.

Junta Tuitiva La Junta Tuitiva fue encabezada por el independista Pedro Domingo Murillo apoyados por el Batallón de Milicias al mando de su segundo jefe, Juan Pedro de Indaburu, que tomaron el cuartel de Veteranos, arrestaron a los oficiales y convocaron al pueblo a la plaza por medio de campanas y pidieron un cabildo abierto, solicitando que fueran separados de sus cargos el obispo de La Paz, Remigio de la Santa y Ortega, y el gobernador intendente Tadeo Dávila. Éste intentó sofocar la revuelta y se dirigió hacia el cuartel en donde fue arrestado. El cabildo aceptó realizar esa noche un cabildo abierto admitiendo e incorporando como representantes del pueblo a Gregorio García Lanza, Sagárnaga y Juan Basilio Catácora.

República de Bolívar República de Bolívar ← ← ←

1825



Bandera

Escudo

Lema nacional: «¡La unión es la fuerza!» Himno nacional: No creado.

Mapa de la República de Bolívar (Territorios del Antiguo Alto Perú)

Capital

Sucre

Gobierno Presidente • 1825-1825 • 1825-1828

República presidencialista Simón Bolívar Palacios Antonio José de Sucre

Historia • Nuevo nombre • Cambio de nombre

1825 1825

Superficie • 1825

2,363,769 km2

Población • 1825 est. Densidad

1,100,000 0,5 hab./km²

Moneda

Escudo boliviano

República de Bolívar es el término que surgió en la actual Bolivia como su primer nombre oficial en honor al militar venezolano Simón Bolívar (por su lucha en conseguir la independencia de la corona española), quien se sintió halagado al saber que un país llevaría su nombre. Su extensión era de 2.363.769 km². Limitaba al norte y al este con Brasil, al sur con Paraguay y las Provincias Unidas del Río de la Plata, y al oeste con Chile y el Perú. Este país era poseedor de un litoral marítimo desde que fue declarado independiente hasta 1879, cuando estalla la Guerra del Pacífico. La franja costera era de unos 400 km.

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1 Historia

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2 Decretos de la Asamblea Deliberante 3 Decretos de Simón Bolívar 4 Cambio y debate del nombre 5 Bibliografía 6 Notas y referencias 7 Véase también

Historia Las sublevaciones de Chuquisaca y La Paz de 1809 fueron el punto de arranque de las guerras de independencia hispanoamericanas. El país se declaró independiente el 6 de agosto mediante la Asamblea General de Diputados de las Provincias del Alto Perú en 1825 con el nombre de República de Bolivar. Luego de la designación del país con su nombre, Bolivar lanzó la siguiente frase: "Mi desesperación se aumenta al contemplar la inmensidad de vuestro premio, porque después de haber agotado los talentos, las virtudes, el genio mismo del más grande de los héroes, todavía sería yo indigno de merecer el nombre que habéis querido daros, ¡el mío!!! ¡Hablaré yo de gratitud, cuando ella no alcanzará jamás a expresar ni débilmente lo que experimento por vuestra bondad que, como la de Dios, pasa todos límites! Sí: sólo Dios tenía potestad para llamar a esa tierra Bolivia... ¿Qué quiere decir Bolivia? Un amor desenfrenado de libertad, que al recibirla vuestro arrobo, no vio nada que fuera igual a su valor. No hallando vuestra embriaguez una demostración adecuada a la vehemencia de sus sentimientos, arrancó vuestro nombre, y dio el mío a todas vuestras generaciones. Ésto, que es inaudito en la historia de los siglos, lo es aún más en la de los desprendimientos sublimes. Tal rasgo mostrará a los tiempos que están en el pensamiento del Eterno, lo que anhelabais la posesión de vuestros derechos, que es la posesión de ejercer las virtudes políticas, de adquirir los talentos luminosos, y el goce de ser hombres. Este rasgo, repito, probará que vosotros erais acreedores a obtener la gran bendición del Cielo —la Soberanía del Pueblo— única autoridad legítima de las Naciones". (Simón Bolívar)[1]

Decretos de la Asamblea Deliberante Posteriormente se realizaron más sesiones en los que se decidió varios aspectos: 1. La nueva república adoptaría el nombre de "Bolívar", en homenaje al Libertador Simón Bolívar y para evitar que éste se opusiera a la creación de la nueva república. 2. se determinó que la capital llevaría el nombre de "Sucre" en honor al Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. 3. Se decreta nombrar como Padre, Protector, y Primer presidente en la persona de Simón Bolívar. 4. Se decreta la creación de la nueva moneda. 5. Se decreta crear los símbolos patrios, el escudo y la bandera. 6. Se decreta crear los tres poderes del estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Se obsequiaron dos hermosas medallas de oro con incrustaciones de piedras preciosas: una para el Libertador Simón Bolívar, quien la devolvió al Congreso Nacional para que sirva como insignia de mando a los presidentes de Bolivia, y la otra, le fue entregada al Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, quien la envió a Cumaná, su ciudad natal.

Decretos de Simón Bolívar El Padre, Protector, y Primer presidente Simón Bolívar dio a conocer cinco aspectos: 1. Decreta la creación de la Contaduría para el manejo de las rentas públicas del estado. 2. Su maestro Simón Rodríguez empezará con un proyecto de educación. 3. Se decreta abolir el tributo indígena. 4. Prohibe prestar servicios a los originarios en contra de su voluntad. 5. Cambia por decreto el nombre del único puerto de la nación Cobija por puerto La Mar, y lo decreta como puerto principal. En 1826 el libertador Simón Bolívar otorgó al país la primera Constitución, que fue aprobada por el Congreso de Chuquisaca. Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho, fue elegido segundo Presidente de la República de Bolivia.

Cambio y debate del nombre Días más tarde se volvió a debatir el nombre de la nación. El diputado Manuel Martín Cruz que representaba a Potosí dijo lo siguiente: Si de Rómulo Roma, de Bolívar Bolivia. Fue entonces que la nueva República adoptó oficialmente el nombre de Bolivia el 3 de octubre de 1825.[1] Este término fue aceptado y Bolívar, que se enteró de la noticia, se sintió nuevamente agradecido

Departamento del Litoral

Supuesta bandera del antiguo Departamento boliviano del Litoral. Departamento del Litoral

Capital:

La Mar

Superficie:

154 393 km²

Habitantes:

15 000 hab (1879)[1]

Densidad:

0,10 hab/km²   

Provincias:  

Atacama (1871) Caracoles (1871) Cobija (1871) Mejillones (1871) Loa (1878)

Ubicación

El Departamento del Litoral, comúnmente llamado Litoral boliviano, fue la designación de la extensión de costa del desierto de Atacama que integró el territorio boliviano desde 1825 hasta 1879.

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1 Antecedentes

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2 Tratados 3 Reclamación 4 Véase también 5 Referencias

Antecedentes Poco antes de nacer Bolivia como estado indepediente en 1825, estos territorios formaban la Intendencia de Potosí, comprendida dentro de la Real Audiencia de Charcas. Luego de la Independencia, llegó la orden transmitida por Antonio José de Sucre al coronel Francisco Burdett O'Connor para elegir un punto costero en donde se instalaría el puerto de La Mar. La región se hallaba previamente controlada por las fuerzas realistas de Pedro Antonio Olañeta, jefe militar del Alto Perú, y la Puna de Atacama se hallaba integrada voluntariamente desde 1816 a la Intendencia de Salta, hoy Argentina. Ambas situaciones fueron revertidas por las fuerzas de Sucre, pasando a ser parte de Bolivia como nación heredera del territorio charquino. Luego de la independencia de Bolivia, declarada el 6 de agosto de 1825, el litoral pasó a ser uno de los seis partidos de la intendencia de Potosí. El 29 de enero de 1825, el Mariscal Sucre modificó la organización territorial del país, estableciendo que las intendencias fuesen convertidas en departamentos, divididas en provincias y estas en cantones. Fue así que Atacama, el antiguo territorio del departamento del Litoral, pasó a ser una provincia del departamento de Potosí, con capital en San Pedro de Atacama. El 1 de julio de 1829, el presidente Andrés de Santa Cruz transformó mediante decreto la provincia de Atacama en una provincia independiente con un gobernador que respondía directamente al Presidente y con la nueva denominación de provincia del Litoral, obteniendo una jerarquía intermedia superior a una provincia común, pero inferior a un departamento. En 1839, el presidente José Miguel de Velasco elevó el rango del Litoral a distrito con un prefecto.[1] La división administrativa del departamento se modificó el 24 de octubre de 1871, durante el gobierno del presidente Agustín Morales, dividiendo el departamento del Litoral en cuatro distritos:[2]    

Distrito Litoral de Cobija Distrito Litoral de Mejillones Distrito Mineral de Caracoles Distrito de Atacama

El 23 de febrero de 1878, se creó por ley la Provincia del Loa, ubicada al sur del departamento. Se determinó que la capital de esta fuese el puerto de Tocopilla.[2] Al momento de la ocupación chilena, ocurrida el 14 de febrero de 1879, el departamento del Litoral estaba dividido en las siguientes provincias:

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Provincia de Mejillones (capital en Antofagasta) Provincia de Cobija (capital en La Mar) Provincia del Loa (capital en Tocopilla) Provincia de Caracoles (capital en Caracoles) Provincia de Atacama (capital en San Pedro de Atacama)

La superficie del Departamento del Litoral era de 154 393 km².[3] Al norte, el río Loa lo separaba del Perú, al sur, según la interpretación boliviana, el río Salado lo dividía de Chile, al este limitaba con la República Argentina y con el Departamento de Potosí y al oeste con el océano Pacífico. Las principales poblaciones de la costa pacífica fueron, de norte a sur, Cobija, Mejillones y Antofagasta. Chile, una vez consolidada su independencia, miró hacia los territorios septentrionales y ejecutó diversos actos contrarios a la soberanía boliviana en la costa del desierto, tal como detalla el libro del reconocido y prestigioso historiador Roberto Querejazú Calvo "Guano, Salitre, Sangre", considerando parte de su territorio toda la costa hasta la desembocadura del río Loa, constituido éste como límite con el Perú, no haciendo mayor caso del Convenio hispanoamericano Uti Possidetis Iure de 1810, instaurado por Simón Bolívar en consenso con todos los nuevos gobiernos de los pueblos liberados del yugo español. “Ha llegado la hora de la gran reparación de una injusticia (...) Chile tiene una centenaria deuda y estamos dispuestos a emprender una solución histórica. Bolivia retornará soberana a las costas del Pacífico” (declaración de Salvador Allende). “No somos Gobierno de la oligarquía minoritaria, somos el pueblo”, le dijo el fallecido presidente de la República de Chile, Salvador Allende, al escritor y periodista boliviano Néstor Taboada Terán, el jueves 12 de noviembre de 1970. “No le pedimos nada al sufrido pueblo trabajador boliviano, queremos solamente reparar el despojo cruel del que ha sido víctima”, añadió el ex Primer Mandatario a los seis días de haber sido posesionado. El indicado periodista Taboada Terán ha escrito su libro donde detalla el pensamiento de Allende respecto al litoral boliviano; se puede consultar ello en la página de Internet http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/2011/0429/noticias.php?id=9157

Tratados Posteriormente, según el tratado de 1866, se estableció la frontera entre ambos Estados sobre el paralelo 24º, pero estableciendo un área de intereses comunes entre los 23° y 25° de latitud sur. Posteriormente, se firmó el tratado de 1874, que estableció como límite definitivo entre ambas naciones el paralelo 24°, bajo condición de que, durante el lapso de 25 años no se impondrían nuevos gravámenes a las numerosas personas y empresas chilenas instaladas en la zona. Así estaban las cosas cuando la Guerra del Pacífico estalló. Bolivia y Perú, vinculados por un tratado secreto de alianza defensiva desde 1873, un año antes del tratado de límites con Chile, fueron derrotados en aquél conflicto que se extendió hasta 1884, perdiendo Bolivia todo derecho o posesión sobre el litoral atacameño y perdiendo el Perú todo el Departamento de Tarapacá, aunque éste no era parte del casus belli, sino una fuente del entonces valioso mineral del salitre.

Reclamación

Desde entonces, Bolivia mantiene como política de estado la reclamación territorial de una salida soberana al océano Pacífico. Como parte de esta política, el escudo nacional presenta 10 estrellas, 9 por los actuales departamentos, más una por el litoral boliviano. Los comunicados internos de las fuerzas armadas llevan el lema a pie de página: El mar es nuestro por derecho, recuperarlo es un deber. También en Santa Cruz, para los concursos de belleza se elige a la Señorita Litoral.

Guerra del Chaco Guerra del Chaco

Fecha

Setiembre de 1932 a junio de 1935

Lugar

América del Sur - Chaco Boreal Problemas de límites, petróleo, militarismo,

Causas salida al mar. Conflicto

Disputa territorial boliviano-paraguaya Fijación de límites definitivos entre Paraguay y

Resultado Bolivia. Beligerantes

República del Paraguay

República de Bolivia

Comandantes Filiberto Osorio José L. Lanza Hans Kundt Enrique Peñaranda

José Félix Estigarribia

Fuerzas en combate Movilizados en 3 años 250 000 soldados.

Movilizados en 3 años 120 000 soldados. Bajas

Muertos y desaparecidos 60 000 soldados prisioneros 25 000 soldados

Muertos y desaparecidos 30 000 soldados prisioneros 2500 soldados

Batallas principales de la Guerra del Chaco (9 de septiembre de 1932 a 10 de junio de 1935) Boquerón • Kilómetro Siete • Nanawa I • Corrales • Toledo • Alihuatá I • Campo Jordán • Nanawa II • Gondra • Campo Grande • Alihuatá II • Campo Vía • Magariños • Cañada Strongest • Algodonal I • El Carmen• Yrendagüé • Ybybobó • Villamontes • Ingavi

Sellos de ambos países reclamando el Chaco. La Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se libró desde setiembre del año 1932 hasta junio de 1935, por el control del Chaco Boreal. La aridez y escasa población de ese territorio hizo que, desde la época colonial, nunca se definieran sus límites en cuanto a la dependencia política-administrativa. Recién después de que Bolivia perdió la salida al océano Pacífico, como consecuencia de la Guerra del Pacífico (1879), esa región adquirió un valor estratégico para ese país. La ocupación del Chaco Boreal era ahora necesaria para salir al río Paraguay y por esa vía tener acceso al océano Atlántico. Otra de las causas fue la supuesta existencia de petróleo en el subsuelo chaqueño según la Standard Oil, que ya los explotaba en Bolivia. Fue la guerra más importante en el continente sudamericano durante el siglo XX. Bolivia movilizó, en los 3 años de duración, 250 000 soldados y Paraguay 150 000, que se enfrentaron en combates en los que hubo gran cantidad de bajas (60 000 bolivianos y 30 000 paraguayos), gran cantidad de heridos, mutilados y desaparecidos. Los distintos tipos de enfermedades, tanto físicas como psicológicas, la característica hostil del teatro de operaciones y la falta de agua y buena alimentación afectaron la salud de los sobrevivientes, a muchos de por vida. La guerra consumió ingentes recursos económicos de ambos países, de por sí muy pobres. El Paraguay sostuvo parte de las necesidades de su ejército con la gran cantidad de material bélico capturado en distintas batallas. Terminada la guerra, los vendió a España con motivo de la Guerra Civil Española. Años después de concluido el conflicto, se descubrió que no existían yacimientos petrolíferos, aparte de los que ya se habían descubierto en la pre-cordillera boliviana lindante con el Chaco.

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1 Descripción de la región en litigio 2 Antecedentes 3 Comandantes en jefe o 3.1 Comandantes en jefe del ejército boliviano o 3.2 Comandante en Jefe del ejército paraguayo 4 Estrategias de los ejércitos o 4.1 Estrategia boliviana o 4.2 Estrategia paraguaya 5 El ataque boliviano al fortín Carlos A. López (15 de junio 1932) o 5.1 Reacción boliviana: captura de tres fortines paraguayos (27 de julio de 1932) o 5.2 Reacción paraguaya: movilización general e inicio de la guerra (1 de agosto al 9 de septiembre de 1932) 6 Primera ofensiva paraguaya (septiembre de 1932 a diciembre de 1932) o 6.1 Primera batalla en la guerra del Chaco: Boquerón y sus alrededores (9 al 29 septiembre de 1932) o 6.2 Retirada boliviana hacia Saavedra 7 Ofensiva boliviana (diciembre de 1932 a julio de 1933) o 7.1 Primer ataque boliviano a Nanawa (20 al 26 de enero de 1933) o 7.2 Ataques hacia el Norte  7.2.1 Captura de Platanillos y batalla de Fernández (Herrera) (7 de enero al 28 de enero de 1933)  7.2.2 Batallas de Corrales y Toledo (1 de enero al 12 de marzo de 1933) o 7.3 La reconquista boliviana de Alihuatá (13 de marzo de 1933) y retirada paraguaya de Campo Jordán (17 de marzo de 1933) o 7.4 Actividad diplomática (diciembre de 1932 a mayo de 1933: El Paraguay declara la guerra a Bolivia (10 de mayo de 1933) o 7.5 Segundo ataque boliviano a Nanawa: El mayor ataque frontal de toda la guerra (4 al 7 de julio de 1933) o 7.6 Intento de cerco en Gondra (11 al 15 de julio de 1933) o 7.7 Batalla del fortín Rojas Silva (Falcón) (3 al 6 de agosto de 1933) 8 Segunda ofensiva paraguaya (agosto a diciembre de 1933) o 8.1 Los cercos de Campo Grande y de Pozo Favorito (30 de agosto al 15 de septiembre de 1933) o 8.2 Segunda batalla de Alihuatá (23 de octubre al 7 de diciembre de 1933) o 8.3 Cerco y rendición en Campo Vía (11 de diciembre de 1933) 9 Un armisticio de veinte días (19 de diciembre de 1933 al 6 de enero de 1934) 10 Creación del Segundo Ejército Boliviano 11 Tercera ofensiva paraguaya (enero de 1934 a diciembre de 1934) o 11.1 Caída del fortín Magariños (11 al 12 de febrero de 1934) o 11.2 Batalla de Cañada Tarija (27 de marzo de 1934) o 11.3 Batalla de Cañada Strongest (18 al 25 de mayo de 1934) o 11.4 Estancamiento de las operaciones (junio a julio de 1934) o 11.5 Blitzkrieg hacia Carandaitý y la zona petrolífera boliviana (14 de



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agosto al 5 septiembre de 1934) o 11.6 Primera batalla de Algodonal (22 de agosto de 1934) o 11.7 Creación del Cuerpo de Caballería del coronel David Toro o 11.8 Persecución por el desierto (septiembre a noviembre de 1934) o 11.9 Batalla de El Carmen (10 al 16 de noviembre de 1934) o 11.10 Derrocamiento del presidente Daniel Salamanca (23 de noviembre de 1934) o 11.11 Maniobra de Yrendagüé y colapso del Cuerpo de Caballería del coronel Toro (5 al 8 de diciembre de 1934) o 11.12 Batalla de Ybibobó (28 de diciembre de 1934) 12 Constitución del Tercer Ejército Boliviano y batallas finales o 12.1 Defensa de Villamontes o 12.2 Batalla de Ingavi (4 al 8 de junio de 1935) 13 Fin de la guerra 14 Acuerdo limítrofe 15 Notas 16 Bibliografía 17 Enlaces externos

Descripción de la región en litigio

Paisaje del Chaco Boreal, el árbol es el Schinopsis balansae. La región central sudamericana conocida como Gran Chaco se divide, de norte a sur, en tres regiones: Chaco Boreal (al norte del río Pilcomayo) el Chaco Central (entre el río antes citado y el río Bermejo) y el Chaco Austral. El área disputada entre Bolivia y Paraguay correspondió exclusivamente al Chaco Boreal. El Chaco Boreal posee una extensión de aproximadamente 650 000 km² (un poco menos que Francia) y hasta fines de la década de 1920 estuvo casi despoblada y sin explorar. Sus límites son: al sur el río Pilcomayo y la Argentina; al este el río Paraguay y la región oriental del Paraguay; al noroeste la pre-cordillera boliviana y al noreste las regiones selváticas de Brasil y Bolivia.

La región está cubierta por matorrales espinosos y árboles como el quebracho siendo el potencial para la agricultura muy pobre. El clima es continental predominando altas temperaturas (entre 40 y 50 centígrados en verano) y seco, aunque ocasionalmente en invierno las temperaturas pueden bajar a los 0 grados centígrados. Es el hábitat de una gran variedad de serpientes venenosas y todo tipo de insectos muchos de ellos portadores de enfermedades (vinchuca, mosquito). El agua es escasa en las zonas centrales y los pocos pozos y lagunas existentes tuvieron una importancia vital durante la guerra. Durante la temporada de lluvia, los pocos caminos existentes, que son senderos polvorientos durante la mayor parte del año, se convierten en ciénagas intransitables. Esta inhóspita región fue muchas veces el enemigo principal para ambos contendientes.

Antecedentes Los antecedentes y causas de la guerra son complejos. Debido a la vaga determinación de límites entre las distintas regiones y las pocas expediciones que se hicieron durante la época colonial, Bolivia y Paraguay, cuando se volvieron estados independientes, tuvieron que fijar sus respectivas jurisdicciones en base a documentos muchas veces contradictorios. Los cuatro tratados de límites que se acordaron entre 1884 y 1907, no fueron aceptados definitivamente por ninguna de las partes. Ambos países realizaron a su vez pocas expediciones al Chaco. En el siglo XX las compañías petroleras asentadas en Bolivia creían que había yacimientos en el Chaco Boreal, y esto alentó aún más la guerra. La intención boliviana de poseer esa región puede ejemplificarse en el eslogan de la campaña política del presidente boliviano Salamanca: «Hay que pisar fuerte en el Chaco». El Paraguay, unas décadas antes, había sido gravemente afectado por la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870). Una de sus consecuencias fue la pérdida de enormes territorios en su zona oriental. Respecto del Chaco, la Argentina pretendió incorporar una parte a su territorio pero tras el arbitraje del presidente estadounidense Rutherford Hayes, en 1879, este falló que la zona comprendida entre el río Pilcomayo y el Verde, al norte, correspondía al Paraguay. Con estos antecedentes era difícil que ese país pudiera aceptar las pretensiones bolivianas sobre el Chaco Boreal. Agravó la cuestión el Tratado de Petrópolis (1903) por el cual Bolivia cedía definitivamente el Acre a Brasil y "como compensación" Brasil reconocía como boliviana la cuenca del Alto Paraguay.

Daniel Salamanca, presidente de Bolivia (1931-1934).

Eusebio Ayala, presidente del Paraguay (1932-1936).

Comandantes en jefe Comandantes en jefe del ejército boliviano El ejército boliviano tuvo cuatro comandantes en jefe durante la guerra:    

Filiberto Osorio, José L. Lanza, Hans Kundt y Enrique Peñaranda

Detrás de ellos tenían fuerte influencia el presidente Salamanca y la oligarquía boliviana. Osorio y Kundt fueron sustituidos por errores de conducción y motivos políticos. 

Hans Kundt: Fue la principal figura militar en Bolivia en las dos décadas anteriores a la guerra. Llegó al país en una misión militar alemana contratada por el estado

boliviano. Volvió a su país donde comandó una unidad menor en el frente oriental contra el debilitado ejército ruso. Regresó en 1921 y se nacionalizó boliviano asumiendo la jefatura del Estado Mayor hasta 1926. A mediados de 1930 pretendió orientar a los oficiales bolivianos en cuestiones políticas a favor de la re-elección del presidente Hernán Siles. Cuando este fue derrocado tuvo que exiliarse. En diciembre de 1932, ya con 63 años, fue llamado para dirigir al ejército boliviano. Fue calificado como "oficial tropero", por no poseer estudios de Estado Mayor, carencia que fue evidente en las deficientes movilizaciones del ejército boliviano para la guerra, tanto en 1928 como en 1932. Por su edad y las desfavorables condiciones del Chaco era aficionado a dirigir desde "lejos" (teléfono-radio) acudiendo al frente solamente en casos de crisis. No solo tuvo que enfrentar al comandante paraguayo Estigarribia sino también a las intrigas de los oficiales del Alto Mando boliviano. Tras los sucesivos fracasos, especialmente en Nanawa y en Alihuatá-Campo Vía, fue destituido por Salamanca en diciembre de 1933. Abandonó Bolivia y falleció en Suiza seis años después. 

Enrique Peñaranda Castillo: El presidente Salamanca lo eligió como sucesor de Kundt creyendo que gracias a su pericia había escapado del cerco de Campo Vía, hecho que no fue cierto y que Peñaranda evitó aclarar.[1] Participó, antes de la guerra, en el engaño del Alto Mando boliviano al presidente Salamanca con motivo de la ocupación del fortín paraguayo Carlos A. López, amparándose en la "obediencia debida".[2]

Careciendo de un punto de vista estratégico propio, y engañoso casi por omisión en sus relaciones civil-militares, Peñaranda era una misteriosa mezcla de “camaradería de rancho” (que le daba acceso a las sugerencias de los subordinados) y de intolerancia cuartelera cuando estaba irritado (complicando así sus relaciones con Salamanca). Dunkerley (1987, pág. 223) Peñaranda era un hombre bueno, pero sin carácter ni inteligencia. Querejazu Calvo (1977, capítulo II) Fue responsable de la derrota en la batalla de El Carmen mientras lo mejor del ejército boliviano perseguía al Segundo Cuerpo paraguayo razón por la cual Salamanca intentó sustituirlo.[3] No pudo evitar el colapso del Segundo Cuerpo boliviano al quedar sin agua frente a La Faye al no poder imponer su autoridad para que su subordinado, el coronel Toro, detuviera el avance y se retirara a un lugar más seguro.[4] Su defensa de Villa Montes fue correcta. Encabezó el motín contra el presidente Salamanca cuando este intentó destituirlo, episodio que se conoce como "El corralito de Villa Montes" y que por las circunstancias en que se produjo puede calificarse como de "traición a la Patria".[5] A partir de entonces el ejército bajo sus órdenes tuvo una conducción casi colegiada con David Toro y su favorito Germán Busch. El historiador Bruce W. Farcau sostiene que está pendiente de evaluación si la conducción de Peñaranda no fue peor que la del denostado Kundt.[6]

Comandante en Jefe del ejército paraguayo

En contraste con los sucesivos comandantes en jefe bolivianos, el ejército paraguayo fue dirigido por José Félix Estigarribia desde el comienzo hasta finalizar la guerra, periodo en el cual nunca abandonó el Chaco: De origen humilde, realizó estudios en la Facultad de Agronomía. Luego de obtener el diploma cambió de carrera y en 1910 se alistó en el ejército con el cargo de teniente de infantería. De 1911 a 1913, asistió a la Escuela Militar Bernardo O’Higgins (en Chile). Debido a sus aptitudes, en 1917, fue ascendido a capitán. Fue seleccionado para asistir al curso de Estado Mayor en la École Supérieure de Guerre (en Francia). En 1927 culminó el curso de tres años de duración y en 1928 fue nombrado jefe de Estado Mayor. Al poco tiempo tuvo que abandonar ese cargo por desacuerdos en la estrategia que se debía seguir para la defensa del Chaco. Sin embargo, cuando la guerra parecía inevitable, el gobierno decidió que Estigarribia era el hombre más capacitado para dirigir al ejército paraguayo. En abril de 1931 fue ascendido a teniente coronel y nombrado comandante en el Chaco con la misión de organizar una División de campaña. Gozaba de una reputación sólida en el ejército. Era un estudioso de la guerra de movimiento superadora de las estrategias de la Primera Guerra Mundial. Era un hombre tranquilo, serio e inconfundible en su austero uniforme con las mangas siempre cortas. El buen conocimiento de cada oficial bajo su mando directo le permitía exigir a cada uno el máximo de esfuerzo que podía dar. Dirigía las operaciones desde muy cerca del frente para agilizar la toma de decisiones y dejaba a sus oficiales en libertad para realizar las operaciones tácticas que el momento y lugar lo requirieran. Se lo ha criticado por haber sido excesivamente conservador en los primeros meses de la guerra. Su mayor logro estratégico fue conducir la guerra en el desierto chaqueño como si se tratara de una batalla naval.

Estrategias de los ejércitos

Camión Ford similar a los que usaron Bolivia y Paraguay.

Estrategia boliviana La estrategia boliviana se apoyaba en la indudable superioridad de recursos económicos y de población (3 a 1) que tenía Bolivia sobre el Paraguay. En los planes del Estado Mayor boliviano el acceso al río Paraguay se veía más como un problema diplomático que militar. "El teniente coronel Ángel Rodríguez consideraba que solo había agua suficiente para enviar a cinco mil hombres, y que solo las unidades no más grandes que una compañía

podrían maniobrar entre los arbustos, mientras que Kundt seguía firmemente convencido de que 3 mil hombres bastarían para tomar Asunción". Dunkerley (1987, pág.207) En ningún caso se tenía en cuenta la historia de ese pequeño país ubicado al sur y mucho menos a la importancia decisiva que este le asignaba a la posesión del Chaco Boreal. Comenzada la guerra Bolivia no movilizó la totalidad de su ejército, consideró que era suficiente llevar adelante una guerra económica y que no alterara mayormente la vida cotidiana de la población.[7] Por estas razones, no se consideró importante la larga y difícil línea de abastecimiento, desde los centros principales de Bolivia hasta el frente chaqueño, por lo que no se tomaron las medidas para mejorarla, por ejemplo, con la construcción de una línea férrea hasta Muñoz y puntos de apoyo intermedios o la construcción del imprescindible puente sobre el río Pilcomayo. Las tropas movilizadas tuvieron que ser transportadas por camión y ferrocarril hasta Villazón, desde allí en camión hasta Tarija y desde este punto a pie hasta la base principal del Chaco: Villa Montes. Luego los soldados tenían que marchar hasta 400 kilómetros a través del polvo y el calor sofocante del Chaco Boreal. El medio básico de transporte fue el camión, y estos escasearon en ambos ejércitos (menos en el boliviano debido a sus recursos superiores). "Dígame señor general, ¿qué piensan hacer con los 600 camiones y qué han hecho con los últimos 20 que he comprado hace dos meses?" Presidente Salamanca al Jefe de Estado Mayor (en Dunkerley, 1987, pag. 214) Para cubrir las seis etapas del tramo Villazón-Muñoz se necesitaban, en teoría, unos 480 camiones. En vista de que solo había suficientes unidades para los pertrechos y sobre todo el agua, los soldados tuvieron que movilizarse a pie durante toda la guerra. Los vehículos estaban limitados a su vez por los malos caminos, todos de tierra y que las lluvias hacían intransitables.[8] Bolivia priorizó la ocupación territorial con vista a justificar "de facto" sus derechos (Vid. Incidente de laguna Pitiantuta). El avance hacia posiciones cada vez más lejanas hizo difícil y complicada la logística. La pérdida de un fortín eran vividas dramáticamente por el pueblo, el gobierno y el ejército bolivianos hasta el punto de ocultarse la información entre sí.[9] Los partidos políticos, el regionalismo y la prensa de la oposición no perdían ninguna oportunidad para criticar al presidente Salamanca y al Alto Mando con el único objetivo de lograr una mayor cuota de poder.[10] La preparación militar de los oficiales bolivianos y la del mismo Kundt estaban desactualizadas. Muy pocos oficiales recibian instrucción una vez egresados del Colegio Militar, dentro o fuera del país.[11] Los ascensos se digitaban políticamente en negociaciones abiertas. La misión militar española que llegó a la Paz en febrero de 1931 observó que se enseñaba materias elementales como álgebra a coroneles y topografía a egresados de la Escuela Superior de Guerra.[12] Primaban todavía las doctrinas de la Primera Guerra Mundial con sus ataques frontales y su enorme costo en vidas como ocurrió en Toledo y Nanawa y que para el momento ya estaban siendo superadas por concepciones más modernas. Antes que comenzara la guerra, pese a los años que estuvo a cargo del ejército boliviano, el general Kundt nunca estuvo en el Chaco.

Para los soldados bolivianos, que provenían de zonas altas y frías, les fue difícil adaptarse física y psíquicamente al hábitat chaqueño. La unidad del pueblo boliviano frente a la guerra era débil. Los llamados "campesinos" se habían levantado contra la oligarquía terrateniente boliviana: hubo tres levantamientos en el norte de Potosí en 1927; Eduardo Nina Quispe (1930-1933) luchó por una República de Naciones y Pueblos Originarios y en 1935 se masacró campesinos en Pucarani para obligarlos a ir a la guerra.[13] El soldado Aymará, que no conocía el castellano, fue ciegamente a la guerra (y a la muerte) sin saber el por qué.[14] El indio iba a la guerra, pero no le gustaba naturalmente porque no tenía conciencia patriótica ¿cómo era posible tenerlo como soldado al indígena sin forzarlo? Ministro de Guerra boliviano J. Espada Antezana (en Arze Aguirre, 1987, pág.258) ¿Los indios son cobardes? No saben a conciencia qué es la Patria, pero se empeñan en fiera lucha contra quienes intuyen que son sus adversarios o, más propiamente, contra los oficiales que los comandan. Subteniente boliviano Alberto Taborga (según Dunkerley, 1987, pág. 244) La relación entre el presidente Salamanca y el Alto Mando boliviano y la de estos entre sí fue difícil durante toda la guerra ya que muchos altos jefes tenían ambiciones políticas y corporativas que incidía en la conducción de las operaciones. “La clase militar había llegado a formar una especie de casta privilegiada, cuidadosamente cerrada a los profanos, de acceso exclusivamente oficial y cuyos componentes progresaban masónicamente en grados y emolumentos por acción del tiempo […] Unidos en estrecha solidaridad de intereses, frente al Gobierno y a la nación toda, […], acabaron por mostrar, al contacto con la guerra, toda la soberbia de que estaban penetrados. […] Desgraciadamente tanta soberbia militar iba acompañada de la incapacidad y de la derrota, con todos sus funestas consecuencias. […] Se crearon en el Chaco un campo propio y cerrado en que ellos pudiesen moverse con entera libertad. Eso sí, pedían soldados, camiones, provisiones, armas y municiones en cantidades crecientes sin atender a las posibilidades financieras que limitaban los esfuerzos del Gobierno (a pesar de su buena voluntad)”. Presidente Salamanca (en Guachalla, pág. 90/91) Por todas estas condiciones muchos historiadores, Querejazu Calvo entre ellos, caracterizaron al ejército boliviano de entonces como un "ejército colonial" porque se trataba de una fuerza fundamentalmente dirigida a la represión interna, que carecía de apoyo popular, que estaba dividido racialmente y que era utilizado para defender un sistema político que ya estaba en pleno proceso de desintegración.[15] La compra de todo tipo de armamentos, a fines de la década del 20, fue desproporcionada frente al potencial enemigo paraguayo, lo que despertó la inquietud entre los otros países limítrofes. Esa compra, unificada mayoritariamente en la firma inglesa Vickers, le trajo a Bolivia una serie de problemas en cuanto a la calidad y el cumplimiento de las entregas. Al comienzo de la guerra, un volumen importante de armas todavía estaba sin fabricar ni embarcar en Inglaterra.

En el momento de iniciarse la guerra, Bolivia se encontraba con serias dificultades económicas debido a la caída del precio y el volumen de las exportaciones del estaño que en 1929 habían sido de 46,9 millones de dólares, reduciéndose a 10 millones de dólares en 1932. Además, el país carecía de crédito externo por haber entrado en mora en los pagos de la deuda externa.

Estrategia paraguaya El Estado Mayor paraguayo planeó la defensa del Chaco sobre la base de la estructura de comunicaciones pre-existentes en la zona. Se trasladaron hombres y recursos desde Asunción utilizando el río Paraguay hasta Puerto Casado y desde allí por un ferrocarril de trocha angosta, usado en la explotación de tanino, hasta muy cerca de Isla Poí, la principal base militar en el Chaco.

Tren transportando soldados paraguayos desde Puerto Casado al frente. Durante la primera parte de la guerra, esa ventaja logística favoreció al Paraguay y compensó, en cierta medida, la superioridad boliviana en recursos. Sin embargo, la falta de camiones fue crónica y permitió que muchas veces, con el enemigo totalmente desarticulado, este pudiera escapar del aniquilamiento mediante una retirada más rápida. El abastecimiento de agua, por igual motivo, fue otro problema difícil de resolver. Las ofensivas paraguayas estuvieron sincronizadas con las épocas de poca lluvia, cuando el calor era preponderante. Se utilizaron las tácticas del "cerco y aniquilamiento", el popularmente llamado "corralito", parecidas a las que se usarían después en la Segunda Guerra Mundial: ruptura o envolvimiento del frente, penetración hacia la retaguardia enemiga, corte de líneas de abastecimiento y mando enemigos. Se dio prioridad al movimiento, rebalsando por los laterales las defensas fijas bolivianas y evitando los ataques frontales de gran intensidad. Las retiradas no eran sentidas como "derrotas" siendo el objetivo primordial el aniquilamiento del ejército enemigo y no la ocupación territorial. Los oficiales más capaces fueron enviados al extranjero (Argentina, Chile, Francia, Bélgica, Italia) para realizar estudios superiores.[16] El pueblo paraguayo, con la convicción de estar siendo agredido, como había ocurrido 60 años atrás con Argentina, Brasil y Uruguay, por un país que venía ahora desde el noroeste, se unió nuevamente detrás del gobierno y su ejército en lo que conceptualmente se conoce como "Guerra Total". Nadie

dudaba de que el Chaco debía ser "defendido". El pueblo colaboró con todo tipo de actividades, tanto en el país como en el extranjero, para aumentar la producción de bienes exportables, recaudar fondos y todo tipo de recursos para la guerra. En abril de 1934 los ciudadanos de Asunción, a pedido del gobierno, entregaron 800 mesas de madera de sus casas para construir 1200 cajas para 18 000 granadas de mano construidas en los arsenales y que debian enviarse al frente con toda urgencia.[17] Había homogeneidad entre oficiales y soldados donde todos tenían las mismas tradiciones, costumbres y hablaban el mismo idioma (el guaraní). En este aspecto existía una decisiva ventaja sobre su oponente boliviano donde había distintos grupos étnicos/lingüísticos, pronunciadas diferencias de clase, origen y cultura entre soldados y oficiales, y hasta mercenarios extranjeros en los mandos superiores. El poeta y ex-combatiente boliviano Ángel Lara, al observar a un grupo de prisioneros paraguayos, se sorprende de que los soldados conversen "con sus oficiales con toda naturalidad"[18] La adquisición de armas realizada por el Paraguay tuvo que superar tres problemas fundamentales:   

La escasez de recursos y de créditos; La necesidad del secreto para no provocar una reacción boliviana que acelerara la guerra antes de que las mismas llegaran al Paraguay; Tener abiertas las líneas de comunicaciones que pasaban por la Argentina (vías férreas y de navegación).

Por consiguiente las compras se hicieron con gran meticulosidad y secreto, eligiendo las mejores armas, a diversos proveedores. El Paraguay empezó y terminó la guerra con los mismos oficiales y soldados. Solo tuvo que reponer los muertos, heridos y enfermos. Esto significó disponer, a los pocos meses de continuos combates, de un ejército con experiencia para la difícil guerra chaqueña.

El ataque boliviano al fortín Carlos A. López (15 de junio 1932) El 15 de junio de 1932, un destacamento del ejército boliviano al mando del mayor Oscar Moscoso atacó y destruyó el fortín Carlos Antonio López, ubicado al borde de la laguna Pitiantuta o "laguna Chuquisaca" como fue bautizada después por los bolivianos. Esta acción militar se hizo contrariando órdenes expresas del presidente Salamanca de evitar todo tipo de provocación en el Chaco. Con esta "operación" de encubrimiento, mentiras y desobediencia (y hasta extravío de documentación) realizada por miembros del Alto Mando boliviano a espaldas del presidente se iniciaba uno de los conflictos que afectarían a Bolivia durante toda la guerra, la de Salamanca contra los responsables del ejército y que culminaría, años después, con su destitución. Un mes después, el 16 de julio, el destacamento paraguayo Coronel Palacios recuperó la laguna después de una pequeña refriega.

Reacción boliviana: captura de tres fortines paraguayos (27 de julio de 1932)

La recuperación paraguaya de la laguna, que volvía las cosas a su lugar, no lo fue para el presidente Salamanca. Como si se tratara de una afrenta al honor nacional pidió al general Filiberto Osorio el enjuiciamiento de los oficiales responsables. Poco después, debilitado políticamente y empujado por un clima guerrerista, Salamanca ordenó al ejército que se apoderara, en represalia, de los fortines paraguayos Corrales, Toledo (el 27-28 de julio) y Boquerón (el 31 de julio). ¨Ejecute bien la orden, si hay en ello algún mérito, sería suyo; si surgen responsabilidades, serán mías¨ Mensaje del presidente Salamanca al general Quintanilla (según Dunkerley, 1987, pág.219) En el frente diplomático, ante la protesta paraguaya en su calidad de país agredido, Salamanca se mostró firme en no entregar esos fortines para volver al statu-quo anterior exigiendo, a su vez, que los tres fortines fueran integrados a una "zona en litigio" entre ambas partes. Previamente, el 22 de julio, había ordenado el retiro de la delegación boliviana ante la Comisión de Neutrales, que actuaba de mediador entre ambos países. Con esta excesiva reacción, el gobierno boliviano transformó, sin tener en claro las consecuencias, una serie de incidentes fronterizos menores en una guerra con miles de muertos y heridos. Lo increíble fue que Bolivia, a fines de julio de 1932, no estaba preparada para realizar una operación militar en gran escala en el Chaco. El general Osorio, el 30 de agosto, en su Memorando 507/32 dirigido a Salamanca, con un tono casi altanero e irrespetuoso, manifestó que el Alto Mando no tenía directivas precisas ni existía un Plan de Operaciones concreto que guiara al ejército boliviano en el Chaco. En el mismo memorando adjuntó su propio plan que consistía en avanzar por el norte, en el Alto Paraguay (Fuerte Olimpo), zona diametralmente opuesta al que, sin planes, se estaba realizando en el sur.[19] Todo esto ocurrió a solo nueve días del ataque en gran escala de todo el ejército paraguayo, es decir, del inicio de la guerra. Al mismo tiempo, el general Quintanilla, a cargo de las fuerzas bolivianas en el Chaco, le solicitó a Osorio la autorización para ocupar dos fortines más: Nanawa al sur y Rojas Silva al este. Efectivamente, este último fortín fue ocupado el día 6 de septiembrede 1932. En julio de 1932, el ejército boliviano contaba en el Chaco con el Primer Cuerpo (4000 hombres) en la parte sudoeste, más 2 divisiones (2000 hombres) en el noroeste. Durante el mes de agosto unos 6000 soldados comenzaron a ser trasladados, con serias complicaciones logísticas, rumbo al Chaco.

Reacción paraguaya: movilización general e inicio de la guerra (1 de agosto al 9 de septiembre de 1932) Los sucesos de junio y julio (captura y destrucción del fortín paraguayo Carlos A. López, la ocupación "en represalia" de tres fortines y la actitud intransigente y belicista del gobierno boliviano) convencieron al gobierno paraguayo de que solo quedaba la solución militar a los problemas chaqueños. El presidente Ayala decretó la movilización general para lanzar al Paraguay a una guerra a gran escala. Durante el mes de agosto de 1932 se concentraron 8000 soldados en Isla Poí; 1500 en Nanawa y 3000 se ubicaron al norte, en el alto río

Paraguay. Otros 3000 refuerzos fueron enviados a Isla Poí a fines de agosto. Estas fuerzas estaban al mando de 8 tenientes coroneles entrenados en su mayoría en el extranjero y menores de 50 años, salvo Eugenio Garay que tenía 57 años y 12 mayores que tenían menos de 40 años.[20] En Isla Poí se construyó una pista de aterrizaje y se trasladó toda la fuerza aérea. Se requisaron camiones y barcos privados, los primeros para el transporte de tropas y recursos en el Chaco y los segundos para reforzar la logística que por el río Paraguay se hacía desde Asunción hasta el puerto Casado. El teniente coronel Juan B. Ayala (del Estado Mayor) que había estudiado todas las causas del fracaso de la movilización general del año 1928 que, de manera similiar a lo que le ocurrió a Bolivia, impidió que la guerra de iniciara aquél año, mostró ahora su eficacia al triplicar, en un mes, las fuerzas del ejército en tiempos de paz. El teniente coronel Estigarribia sabía que con el cambio sorpresivo en la escala de la confrontación, el ejército enemigo recién podría completar su movilización masiva (y alcanzar la inevitable superioridad en hombres y recursos) en 90 días, tiempo suficiente para llevar adelante, con ventaja, la "Primera Ofensiva Paraguaya" (septiembre a diciembre de 1932). El 29 de agosto la Comisión de Neutrales propuso una tregua incondicional de 60 días que Bolivia aceptó si se reducía a 30 días pero que el Paraguay, con toda la maquinaria bélica en pleno movimiento, rechazó aduciendo que su "seguridad se encontraba seriamente amenazada".

Primera ofensiva paraguaya (septiembre de 1932 a diciembre de 1932) Primera batalla en la guerra del Chaco: Boquerón y sus alrededores (9 al 29 septiembre de 1932) Después de la pequeña refriega en la laguna Chuquisaca/Pitiantuta (16 de julio), la 4.ª División boliviana fue enviada con alrededor de 300 hombres a ocupar los fortines paraguayos Corrales, Toledo y Boquerón. A fines de julio los dos primeros fueron capturados con suma facilidad, y después de un combate de dos horas también cayó el último. En esta operación el teniente coronel Aguirre (junto con otros oficiales y soldados) falleció a causa de una emboscada preparada con antelación, dejando el mando a su segundo, el teniente coronel Manuel Marzana.[21] Este competente oficial fue el responsable de sostener el cerco de Boquerón resistiendo los embates del grueso del ejército paraguayo, que desde el 9 al 29 de septiembre de 1932 lo atacaría sin cesar. Finalmente, los pocos soldados sobrevivientes, agotados y sin municiones, no pudieron impedir que los paraguayos ocuparan el fortín. Pero la batalla de Boquerón comprendió también los importantes combates que se libraron más allá del fortín. El 8 de septiembre, aviones de combate bolivianos detectaron la aproximación del RI-2 paraguayo en el camino hacia Boquerón y bombardearon y ametrallaron la columna, ocasionando bajas entre hombres y caballos. Muchos de los soldados, la mayoría de los cuales nunca habían visto un ataque aéreo, se atemorizaron y desaparecieron entre los arbustos. Los oficiales tuvieron que pasar el resto del día reuniendo sus unidades.

Los paraguayos atacaron desaprensivamente a Boquerón el 9 de septiembre. Cuando los voluntariosos ataques iniciales no tuvieron éxito, las fuerzas atacantes tomaron posiciones en la retaguardia boliviana para emboscar a las fuerzas que pudieran acudir en ayuda del cercado fortín. El día 10, una columna de camiones del RI-14 boliviano cayó en una emboscada sufriendo fuertes bajas. En estos primeros días pudo observarse muchas deficiencias en el ejército paraguayo, principalmente en el abastecimiento del agua. Acuciados por la sed, los soldados abandonaban las líneas para buscar agua en la retaguardia. También hubo falencias en la sincronización de los movimientos entre las unidades. La aviación boliviana trató de neutralizar la "artillería" que bombardeaba Boquerón y que era la que más bajas producía sin poder ubicarla. Se trataba de los modernos morteros Stokes-Brandt que hasta Marzana creía que eran cañones de largo alcance. Los combates iniciales sirvieron para que los paraguayos ganaran en experiencia a costa de muchas bajas. Los bolivianos intentaron ingresar ayuda al fortín, siempre con pequeñas unidades, algunas con éxito y otras no, pero con gran costo en bajas. Estas operaciones no tenían un objetivo claro ya que esas fuerzas debían salir casi de inmediato del fortín por la carencia de recursos en el lugar. La aviación lanzó municiones, alimentos y medicinas pero el fuego antiaéreo y la necesidad de conservar los aviones los obligó a lanzarlos desde gran altura. Muchos se destruyeron en la caída, otros cayeron en poder del enemigo. En el campo diplomático, Bolivia aceptó la propuesta de la Comisión de Neutrales de suspender las hostilidades creando un cinturón de neutralización de dos kilómetros alrededor de Boquerón. El Paraguay no lo aceptó y mantuvo la posición inicial de que previamente Bolivia debía devolver los fortines capturados en el mes de julio. En el otro conflicto, el del presidente boliviano contra sus comandantes, el 21 de septiembre (8 días antes de la caída de Boquerón y de la retirada general boliviana), Salamanca respondió a Osorio su impertinente memorando del 30 de agosto diciendo que mientras el ejército había seguido las instrucciones presidenciales se había logrado la captura de Toledo, Corrales y Boquerón y por no haberlo hecho se había perdido la laguna Chuquisaca. Rebatió el plan de atacar por el norte y sostuvo: A mi juicio, una guerra con el Paraguay debe librarse en el Sudeste concentrándose allí las fuerzas posibles para descargar golpes decisivos que nos permitan imponer un tratado de paz en Asunción. Nota del presidente Salamanca al general Osorio (en Vergara Vicuña, 1944, pág. 39) El Alto Mando convenció finalmente a Salamanca sobre la necesidad de abandonar el fortín. Una tormentosa reunión (que casi termina a los tiros) se realizó en Muñoz en la que participaron varios generales.[22] Allí se llegó a la misma conclusión. Sin embargo Quintanilla, el día 27, pidió a Marzana que soportara diez días más hasta que se organizase un contraataque. Ninguna de las dos cosas podía cumplirse debido al agotamiento de las fuerzas de Marzana y la superioridad del enemigo. El Alto Mando boliviano se negaba a reconocer lo que ya era evidente, de que había sido sorprendido por la estrategia paraguaya de atacar con todo su ejército. Cuando el Mayor Julio Aguirre, el día 10 de septiembre, informó que los paraguayos debían ser varios miles, porque eran más de 400 soldados solo

en el camino Yujra-Boquerón donde había sido emboscado el día anterior, recibió la siguiente respuesta de su comandante, el coronel Francisco Peña: “Miró usted visiones... El enemigo es cobarde y no pasa de unos mil hombres”. Al ocultarse y/o desconocerse la situación real, fue un tremendo golpe para el gobierno boliviano cuando se enteró, por noticias provenientes del Paraguay y la Argentina, de que el fortín había caído. Esto lo obligó, a su vez, a retacear la información al pueblo boliviano. Una vez conocida la caída de Boquerón, Salamanca no perdió tiempo, destituyó a Filiberto Osorio y lo reemplazó por el general José L. Lanza. Esta decisión la tomó en medio de manifestaciones populares, principalmente en La Paz, que acusaban al gobierno y especialmente al Alto Mando por lo sucedido pidiendo el retorno de Hans Kundt. Al mismo tiempo Salamanca recibió una nota (supuestamente de oficiales de la 4.ª y 7.ª División) donde el general Quintanilla y su jefe de Estado Mayor lo hacían totalmente responsable del fracaso militar y se manifestaban ofendidos por la remoción de Osorio.[23] En Boquerón, y en los desiguales combates que tuvieron lugar en los alrededores, Bolivia perdió, entre muertos y prisioneros, los oficiales y soldados con más experiencia en el teatro de operaciones chaqueño.[24]

Retirada boliviana hacia Saavedra Después de la captura de Boquerón, el ejército paraguayo con 15 000 hombres continuó su avance hacia el fortín Arce. El Coronel Estigarribia envió una división por el camino Yujra-Arce mientras que una segunda avanzó por la derecha para ganar la espalda del enemigo. La tercera quedaba como reserva esperando que la conquista de Arce fuera más difícil que la de Boquerón. El comandante paraguayo actuaba con cautela sabiendo que un error en esas circunstancias podía ser fatal dado los escasos recursos del Paraguay. Los bolivianos abandonaron los fortines Ramírez y Castillo (8/oct), Lara (11/oct)y Yujra (12/oct), colocándose defensivamente a 11 km del poderoso fortín Arce. Completada la maniobra de aproximación hacia Arce, el 22 de octubre, al amanecer, comenzó el ataque paraguayo y para el mediodía los regimientos paraguayos lograron rodear las líneas bolivianas y salir a su retaguardia. Cuatro regimientos bolivianos abandonaron sus posiciones completamente desmoralizados, solo los combatientes del ‘’Loa‘’, ‘’Campero‘’, ‘’Lanza‘’ y el RI-16 permanecieron en sus puestos hasta que el Coronel Peñaranda, temiendo ser rodeado, ordenó la retirada. Las fuerzas paraguayas entraron en Arce (renombrado como "Francia") encontrándolo vacío y en ruinas. Los 4000 defensores se retiraron al fortín Alihuatá primero y hacia Saavedra poco después. El ministro de Guerra, Joaquín Espada Antezana, que se encontraba en Arce, intentó poner algún orden en el torrente humano que se dirigía al camino al sur. Fue inevitable ordenar un nuevo repliegue hacia Alihuatá. De todos modos la multitud se arrojó hacia el camino y las sendas, e incluso rompió monte a machetazos, abandonando por todas partes su armamento. La sed y el agotamiento fueron aniquilando a muchos y las rutas de retirada se marcaron con los cadáveres en actitudes grotescas.

Brockmann (2007, pág. 213) Aunque resulte paradójico esta retirada (organizada o no) era lo mejor que podía hacer el ejército boliviano frente a un enemigo superior ganando un tiempo valioso hasta que Bolivia pudiera realmente movilizar sus recursos. Estigarribia hubiera deseado que presentaran batalla para poder aniquilarlos. El ejército boliviano recién pudo resistir el avance paraguayo a 7 km del Fortín Saavedra, al borde de un largo y ancho pajonal que los paraguayos debían atravesar si querían llegar a Muñoz. Allí se posicionó la 4.ª División al mando del teniente coronel Bernardino Bilbao Rioja, que reemplazó al teniente coronel Enrique Peñaranda por motivos de salud. Mientras tanto, arreciaban las críticas contra Salamanca y el comando boliviano. El general Quintanilla contesta esas críticas con amargura diciendo que ni el general Kundt ni nadie podrían remediar la falta de efectivos, armamentos y deficiencias orgánicas que caracterizaban la situación del ejército boliviano en el Chaco. Quintanilla abandonó el Chaco el 11 de octubre de 1932 para luego sufrir persecuciones, hostilidades y confinamiento.[25] El 30 de noviembre de 1932, desde las trincheras se observó al capitán de la aviación boliviana Rafael Pavón enfrentándose al teniente Benítez Vera de la aviación paraguaya que llevaba de observador a un oficial del Estado Mayor y que terminó con la destrucción del aparato paraguayo.

Ofensiva boliviana (diciembre de 1932 a julio de 1933) El ejército paraguayo había avanzado durante tres meses hasta "Kilómetro 7", pero ―completada la movilización boliviana a fines de diciembre de 1932― debía enfrentar la embestida de la totalidad del ejército boliviano al mando de su flamante comandante, el general alemán Hans Kundt. Salamanca convocó a Hans Kundt presionado por la creencia generalizada de que podía conducir a las fuerzas bolivianas a la victoria y bajo el supuesto de que le serviría para controlar políticamente a los altos oficiales del ejército. El ejército boliviano era obra de Hans Kundt, era el ejército que desfilaba en formaciones perfectas los días de recordación cívica, era el ejército que realizó maniobras en el altiplano provocando inquietud en los gobiernos de Chile y Perú, y era también el ejército que nunca había sido preparado para una campaña en clima tropical y terreno boscoso Querejazu Calvo (1990, pág. 55) Hans Kundt solicitó a Salamanca una fuerza de 25 000 hombres. Su llegada como salvador levantó la moral y el ánimo de los ciudadanos bolivianos que pedían su vuelta a Bolivia después del desastre de Boquerón y la retirada hasta "Kilómetro 7", lo que molestó a los oficiales bolivianos quienes veían menoscabadas su capacidad y orgullo por el anciano oficial alemán. Esta situación de tirantez entre Kundt y sus subordinados bolivianos se mantuvo desde entonces hasta el día de su destitución.

No tuve un amigo en los comandos para transmitirle mis inquietudes y quejas; parecía que todos formaban un bloque, solo para aplastarme personalmente, y hacerme fracasar en la campaña. General Hans Kundt (según Dunkerley, 1987, pág. 220) Kundt ordenó que el Segundo Cuerpo (8.ª y 3.ª División) capture los fortines Corrales, Toledo y Fernández mientras Primer Cuerpo (7.ª División formado por las fuerzas que defendían las regiones de Agua Rica, Murguía y Cuatro Vientos reforzadas por regimientos de la 4.ª División) tomara Nanawa.

Primer ataque boliviano a Nanawa (20 al 26 de enero de 1933)

Nanawa: Primer ataque. Situación entre los días 20 y 24 de enero de 1933 Este fortín era importante porque abría varias posibilidades estratégicas: avanzar hacia el norte para alcanzar Isla Poí, centro de operaciones paraguayo; o dirigirse al este y salir al río Paraguay frente a la ciudad de Concepción. Después de una minuciosa preparación, el 20 de enero de 1933, se libró la primera batalla de Nanawa. Era tal la confianza del general Kundt en su plan y en la capacidad de sus tropas que se aventuró a pronosticar la hora en que caería el fortín. La 7.ª División, al mando del coronel Gerardo Rodríguez, una de las mejores del ejército boliviano, con fuerte apoyo de artillería y la colaboración de 3 escuadrillas de aviones, se dividió en 3 columnas con la idea de rodear el fortín y ocuparlo mediante ataques frontales. Pese al gran esfuerzo realizado, los bolivianos fracasaron en su objetivo de cercar al fortín por el ala norte debido a que cerraron prematuramente el avance chocando con el flanco derecho de las fortificaciones. Tampoco prosperó un ataque posterior sobre el ala sur. En un momento de la batalla la 5.ª División paraguaya comenzó a

quedarse sin municiones debido a las fuertes lluvias que dificultaba el abastecimiento y al alto consumo para frenar el ataque enemigo. El coronel Estigarribia ordenó la construcción de una pista de aterrizaje en Nanawa para que los aviones pudieran reaprovisionar el fortín. Después de sufrir fuertes bajas en su calidad de atacante, las fuerzas bolivianas se consolidaron en un agresivo semicírculo alrededor de Nanawa. El frente se estabilizó con combates menores y duelos de artillería desde febrero a junio de 1933, período en el cual ambas partes mejoraron sus respectivas posiciones. El historiador estadounidense Zook atribuyó el fracaso de la operación boliviana a cuatro factores: 1) Insuficiencia de coordinación; 2) Falta de información necesaria antes de la acción; 3) Violación del principio de economía de las fuerzas; 4) Subestimar al adversario.[26]

Ataques hacia el Norte Captura de Platanillos y batalla de Fernández (Herrera) (7 de enero al 28 de enero de 1933) La 8.ª División boliviana desalojó fácilmente al RC-1 del fortín Platanillos que había sido el centro de las comunicaciones entre los fortines bolivianos antes de la guerra y, confiadamente, intentó hacer lo mismo con Fernández (Herrera) defendido por la 2.ª División paraguaya. Esta maniobra apuntaba al fortín Arce (Francia), centro de operaciones del ejército paraguayo hacia el sureste. El 7 de enero, el general Filiberto Osorio (comandante del 2.º Cuerpo de Ejército boliviano), informado erróneamente sobre el número de defensores en Fernández, envió solo dos regimientos de la 8.ª División (700 hombres) que fueron fácilmente rechazados. Kundt ordenó entonces que el resto de la División reforzara el ataque. Del día 21 al 23 de enero, esta columna de 1500 hombres también fue rechazada por los defensores con fuertes bajas (cerca del 25%).[27] En el ataque el regimiento "Colorados" (Guardia de Honor del Palacio Quemado) resultó prácticamente diezmado. El día 28 también fracasó un intento de envolver a los defensores paraguayos que rechazaron ambas alas de ataque. En la defensa del fortín paraguayo se destacó, desde el primer momento, el mayor Paulino Antola, comandante del RI-1 "Dos de Mayo" quien poco después, por su desempeño, sería ascendido a teniente coronel y asumiría el comando de la 2.ª División paraguaya. Batallas de Corrales y Toledo (1 de enero al 12 de marzo de 1933) Cumpliendo con la Directiva n.º 2 (del 27 de diciembre de 1932) del general Kundt, en las primeras horas del día 1 de enero de 1933, la 3.ª División, al mando del coronel Gamarra, atacó el fortín Corrales. A las 12:00 horas, el capitán paraguayo Aguirre, ante el peligro de ser cercado, abandonó el fortín rumbo a Toledo, abriéndose paso a la fuerza. Ante esta incursión boliviana, el día 20 de enero, Estigarribia, informado erróneamente por el servicio de inteligencia paraguayo sobre el número de fuerzas enemigas, ordenó al teniente coronel Ayala, estacionado en Toledo, que accionara ofensivamente contra el sector CorralesPlatanillos para aliviar la presión boliviana sobre Nanawa y Fernández (Herrera). Ayala, al mando del Segundo Cuerpo de Ejército (en formación), integrado por dos Divisiones, intentó desalojar a los bolivianos atacando desde el 27 al 30 de enero pero, dandose cuenta

del error, agravado por problemas en el abastecimiento de agua que ponía en peligro a sus hombres, decidió retirarse nuevamente a Toledo.[28] El general Kundt, ante esta inusitada retirada y ante la insistencia de su Jefe de Operaciones, el coronel Toro, ordenó a la 3.ª División reforzada con partes de la 8.ª División que avanzara contra ese estratégico fortín que le abría la posibilidad de amenazar la Colonia Menonita y la ruta de toda la logística paraguaya.

Ofensiva boliviana de enero a marzo de 1933. Después de una lenta marcha de 22 días por culpa de la lluvia y el barro, el 26 de febrero, la 3.ª División boliviana, al mando del teniente coronel Quintela, atacó, sin ningún tipo de sorpresa, a las fuerzas de Ayala en Toledo. La unidad paraguaya contaba con tropas recién incorporadas, sin experiencia en combate, carecía de los armamentos reglamentarios o los que tenía eran obsoletos. Una peste de disentería y tifoidea afectaba además a muchos soldados. Por esa razón y para aumentar el control operativo sobre las unidades, Ayala organizó la defensa no en líneas continuas sino en centros de resistencia que, como erizos, apuntaban para todos lados y dejaban espacios abiertos entre ellos que servían de verdaderas trampas.[29] El ataque frontal de la 3.ª División boliviana se realizó a costa de gran cantidad de bajas. Cundió la desmoralización en diversos regimientos bolivianos lo que se observó en los días sucesivos. Para aliviar la situación de esta División, Kundt ordenó a la 8,ª División: "De Muñoz. 6-III-33. Hora 15:00. C II. CE. Cif. 86/300. Día 9 en la madrugada Octava División debe realizar un ataque demostrativo a Fernández [Herrera]".

General Kundt al general Osorio (en Vergara Vicuña, 1944, pág. 34, vol. 4) Cuando el 10 de marzo, el teniente coronel Ayala ordenó el contraataque, algunos regimientos bolivianos se amotinaron y huyeron hacia Corrales sin sus oficiales, llegando incluso a disparar contra las propias fuerzas que trataban de contenerlos.[30] La batalla finalizó el 11 de marzo con la retirada de la diezmada 3.ª División hasta 15 km antes de Corrales donde estableció una línea defensiva. Nuevamente el general Kundt no concentró en la zona una fuerza de ataque importante para lograr un objetivo que hubiera creado serias preocupaciones al comando paraguayo.

La reconquista boliviana de Alihuatá (13 de marzo de 1933) y retirada paraguaya de Campo Jordán (17 de marzo de 1933) El plan ofensivo del general Kundt quedó paralizado en sus extremos norte y sur, la 3.ª División entre Corrales y Toledo y la 7.ª División delante de Nanawa. Las otras dos Divisiones tampoco progresaron en sus esfuerzos. Entre la 4.ª División, que seguía en "Kilómetro 7", y la 8.ª y 3.ª Divisiones, que actuaban en el ala izquierda, existía una línea vacía, sin solución de continuidad, de más de 50 km. Kundt planeó una maniobra por ese sector para definir la situación de la 4.ª División que continuaba combatiendo en "Kilómetro 7". Con la recién creada División de Reserva (9.ª División) salió en el flanco derecho paraguayo capturando, el día 13 de marzo, el fortín Alihuatá. El ataque, pese a estar bien organizado, tuvo errores de ejecución lo que produjo bajas desproporcionadas al objetivo y los pocos soldados paraguayos que defendían ese fortín de tránsito logístico.[31] La sorpresiva aparición boliviana en el centro de su dispositivo fue un contratiempo para Estigarribia que no esperaba una penetración tan audaz, sin embargo, trató de sacar provecho concentrando fuerzas en Arce para envolver a su vez a la 9.ª División. El regimiento Campos cortó al camino Alihuatá-Saavedra, ruta de abastecimiento de la 1.ª División paraguaya que combatía en "Kilómetro 7", "Kilómetro 12" y Campo Jordán y la 4.ª División boliviana (3000 hombres) aumentó su presión sobre esa División. Estigarribia le pidió al teniente coronel Fernández que tratara de sostenerse unos días más en su posición para poder cercar a la 9.ª División. Fernández, pese a las promesas de Estigarribia, consideró que su situación era cada vez más delicada al no contar con una ruta de suministros directa y segura por lo que tomó la decisión de abandonar silenciosamente las trincheras durante la noche. La retirada de la 1.ª división paraguaya hacia la zona de Gondra fue perfectamente planificada por un camino abierto al tránsito de camiones, sin pérdida de hombres ni material pesado. Luego de la captura de Alihuatá, los bolivianos intentaron retomar el fortín Arce, centro de operaciones del Primer Cuerpo paraguayo, pero fueron rechazados a 15 km del fortín. Kundt decidió capturar previamente Fernández (Herrera) para luego, con más libertad, volver sobre Arce pero fue nuevamente rechazado por las fuerzas paraguayas. Estos intentos de ocupar Fernández (Herrera) produjeron importantes bajas que afectaron la moral de los combatientes bolivianos.[32] Cuando Kundt ordenó la suspensión del ataque la situación de las tropas era alarmante:

"Parecían seres resignados a morir absolutamente carentes de sentimientos y totalmente insensibles. Se empleó con ellos la persuasión, el ruego y la amenaza, sin resultado alguno. Les aseguramos que los paraguayos acostumbraban a castrar a sus prisioneros, pero seguían inconmovibles […] como último recurso, tome una medida desesperada. Di orden a los oficiales que cortaran varas de los árboles y arrearan a palos a aquellos soldados que se negaban a marchar" Oficial boliviano Ovidio Quiroga Ochoa (en Dunkerley, 1987, pág. 251) En seis meses de ofensiva era bastante poco lo que Kundt había logrado salvo la captura de Alihuatá y la corrección de la saliente paraguaya en "Kilómetro 7". Entonces Kundt volvió a su plan original: la captura del estratégico fortín Nanawa, al sur.

Actividad diplomática (diciembre de 1932 a mayo de 1933: El Paraguay declara la guerra a Bolivia (10 de mayo de 1933) En los meses de diciembre de 1932 y enero de 1933 fracasaron dos intentos de mediación llevados adelante por la Argentina y Chile separadamente, en cuanto integrantes del grupo ABCP (Argentina, Brasil, Chile y Perú) o sea países limítrofes de Bolivia y Paraguay. Los mediadores solicitaban:    

La suspensión de las hostilidades; El retiro de los ejércitos de la zona de operaciones; El sometimiento de la cuestión litigiosa a la Corte Permanente de Justicia Internacional; La desmovilización y la devolución de prisioneros.

El 25 de enero de 1933 Argentina y Chile (ahora en forma conjunta), con el acuerdo de Brasil, enviaron a los gobiernos de Bolivia y Paraguay, en forma confidencial, una nueva propuesta que luego se denominó Acta de Mendoza, la cual fue entregada oficialmente un mes después, el día 24 de febrero. El 27 de febrero, Bolivia y Paraguay aceptaron el Acta con una serie de objeciones. Durante el mes de marzo y buena parte de abril las negociaciones se estancaron, por esa razón, los días 21 y 22 de abril, el grupo ABCP insistió a las partes para que suspendieran las hostilidades. El 23 de abril, el gobierno paraguayo retiró sus objeciones para facilitar las negociaciones pero Bolivia, el día 26, objetó la presión que supuestamente recibía del grupo ABCP. El día 8 de mayo los gobiernos de Chile y Argentina acusaron a Bolivia de hacer fracasar la negociación. El gobierno paraguayo, reconociendo que Bolivia solo intentaba demorar las propuestas de los mediadores mientras mantenía la ofensiva de su ejército desatada desde diciembre de 1932, con la cual pretendía ganar la guerra o, por lo menos, una posición más favorable para negociar, decidió declarar formalmente la guerra a Bolivia el 10 de mayo de 1933. El objetivo, además de pretender complicar el abastecimiento de armas y suministros a su oponente, fue eliminar la mediación de la Comisión de Neutrales, liderada por los Estados Unidos, que el Paraguay presumía favorable a Bolivia. Así, dicha Comisión, debido a sus sistemáticos fracasos desde antes de la guerra, cesó en su actividad de mediador el 27 de junio de 1933.

Segundo ataque boliviano a Nanawa: El mayor ataque frontal de toda la guerra (4 al 7 de julio de 1933)

Nanawa: Segundo ataque. Situación inicial al 4 de julio de 1933. Los informes de inteligencia le indicaban al coronel Estigarribia la gran concentración de medios que se estaba realizando frente a Nanawa. Su preocupación estratégica era saber si el general Kundt pensaba tomar por asalto el fortín o seguir de largo, dejando una pequeña unidad de control alrededor de él y, mediante un amplio rodeo por el sur, salir en la punta del riel de Casado, en la retaguardia de todo el ejército paraguayo o, en su defecto, avanzar hacia el este, hacia el río Paraguay y salir casi frente a la ciudad de Concepción. Cuando Kundt inició el ataque frontal contra el fortín, Estigarribia comprendió el error de su adversario y ordenó al teniente coronel Irrazábal que resistiera hasta el último hombre. En julio de 1933, Kundt terminó la cuidadosa preparación para la captura de Nanawa. Contaba con superioridad aérea, fuerte apoyo de artillería, dos grupos de tanques Vickers y los novedosos lanzallamas, pero carecía de buenos conductores. El coronel Gerardo Rodríguez, comandante de la 7.ª División encargada del ataque, había visitado la primera línea en los meses anteriores solo tres veces y nunca en forma completa. Kundt le exigió que lo hiciera permanentemente: "A pesar de estas medidas no han figurado muchas. Se cita este asunto vergonzoso para dejar constancia de cómo la colaboración de los comandos subalternos no siempre estuvo a la altura de las operaciones ni fue tan activa como los intereses de Bolivia y el Ejército lo exigían" General Hans Kundt (en Kundt, 1961, pág. 90-91)

Meses antes, el presidente Salamanca había advertido su preocupación a Kundt: Permítame ahora expresarle inquietud gobierno respecto ataque Nanawa donde seguramente enemigo ha concentrado sus elementos y hará máximo esfuerzo [...] si sufrimos un rechazo, nuestra situación en el Chaco quedará perdida, o poco menos. Presidente Salamanca al general Kundt (en Cuadros Sánchez, 2003, pág. 195) Las defensas de Nanawa se habían preparado con tiempo y en muchos casos tenía semejanzas con las empleadas por los bolivianos en Boquerón. Aunque los bolivianos utilizaron la fuerza aérea y tanques como apoyo cercano y contaban, además, con una enorme superioridad en artillería, los ataques frontales no fueron tan exitosos como durante la Primera Guerra Mundial porque estos requieren de una coordinación muy precisa entre aviones, artillería, tanques y la infantería que avanza. Los atacantes lograron penetrar, con gran heroísmo y derroche de bajas, en varios sectores del sistema defensivo pero, agotados y diezmados por el esfuerzo realizado, fueron rechazados por el contraataque de las reservas. El ataque fracasó con más de 2000 bolivianos muertos y heridos en comparación con las 189 bajas y 447 heridos paraguayos, proporción esperable en un ataque de este tipo. Fue la primera derrota importante de Kundt y le permitió a Salamanca retomar su crítica contra el comando boliviano indicando ahora que las operaciones debían hacerse economizando hombres lo que introducía una restricción en materia de conducción. Kundt, ya desde junio de 1933, como consecuencia de las intrigas de los oficiales bolivianos bajo su mando, venía pensando dejar su puesto, pero recién en septiembre puso a disposición de Salamanca su renuncia, la que no fue aceptada.[33]

Intento de cerco en Gondra (11 al 15 de julio de 1933) Aprovechando la concentración de fuerzas bolivianas realizada por Kundt frente a Nanawa y el resultado negativo obtenido en ese ataque, el teniente coronel paraguayo Rafael Franco puso en marcha un plan largamente preparado para destruir a la 4.ª División boliviana. Fiel a su estilo de conducción construyó por el flanco sur una picada profunda hacia la retaguardia enemiga y, contrariando los manuales militares, envió un regimiento reforzado a más de 20 km de su base de operaciones pensando compensar ese riesgo con los efectos multiplicadores que produce toda sorpresa. Efectivamente, el 11 de julio, el RI-4 más un batallón de refuerzo avanzó silenciosamente por esa picada y al día siguiente cortó el único camino de aprovisionamiento boliviano a la altura donde estaba el puesto de mando del coronel Peñaranda y la artillería divisionaria boliviana. Toda la sanidad de la 4.ª División fue capturada especialmente un valioso e importante parque de medicamentos. Lograda la confusión en las líneas de mando y logística, Franco lanzó simultáneamente un ataque frontal que penetró en las posiciones bolivianas. Sin embargo, tres factores jugaron en contra para el éxito de esta ambiciosa operación: 

La masa de maniobra paraguaya en la retaguardia enemiga resultó ser demasiado débil para lograr rápidamente la desarticulación de las fuerzas bolivianas;





La decisión inmediata de Peñaranda y Moscoso (a cargo del Estado Mayor) de retirar la 4.ª división hacia Alihuatá abriendo un camino a toda velocidad hacia el noroeste que recibió el nombre de "Picada de Salvación"; El clima frío que permitió que las fuerzas bolivianas subsistieran más tiempo con las reservas de agua disponibles al momento del ataque enemigo.

Cuando el día 15 de julio las fuerzas paraguayas cortaron finalmente la ruta de escape hacia Alihuatá, la 4.ª División se había escurrido totalmente del cerco.

Batalla del fortín Rojas Silva (Falcón) (3 al 6 de agosto de 1933) El ataque al fortín Rojas Silva (Falcón) planeado por el general Kundt tenía como objetivo militar cortar la ruta de abastecimiento de la 1.ª División (a cargo del teniente coronel Franco) que defendía la zona central del dispositivo paraguayo en Gondra y aliviar la comprometida situación de la 4.ª División. También tenía un objetivo psicológico y político: después del fracaso en Nanawa y la retirada de la 4.ª División de Gondra, el general Kundt quería tomar Rojas Silva (Falcón) haciéndolo coincidir con el 6 de agosto, día de la independencia de Bolivia y borrar la impresión, cada vez más generalizada, del fracaso de su ofensiva y lenta pérdida de la iniciativa. Sin esperar la llegada de refuerzos para reconstruir sus mermadas y cansadas unidades planeó un ataque demostrativo general en todo el frente para ocultar su intención de ocupar los caminos Gondra-Pirizal y PirizalFalcón, llegando, en este último caso, el día 4 de agosto, a Campo Aceval, a 15 kilómetros de Falcón. En forma independiente, el día 3 de agosto, dos regimientos de la 9.ª División, el RI-18 "Junín" (al mando del mayor Condarco) y el RI-36 (al mando del mayor Jorge Rodríguez), comandados por este último, salieron de Alihuatá y, abriendo una picada angosta para no ser detectados, salieron sorpresivamente el día 5 frente al fortín Falcón tras dos días de marcha agotadora. El ataque debía coincidir con otro realizado en la zona de Campo Aceval. Efectivamente, producido este ataque distractivo, el regimiento paraguayo "Batallón 40" salió hacia el sur dejando un claro en la defensa del fortín por donde se infiltró la columna boliviana que dirigía Rodríguez y que venía desde el oeste. El fortín tenía defensas que estaban en construcción y en algunas partes carecía de ellas. La columna boliviana salió de noche en la retaguardia de un escuadrón del RC-9 “Capitán Bado” y llegó hasta el puesto de mando de su jefe, el capitán Nicolás Goldsmith que se salvó milagrosamente al ser ametrallado mientras dormía. Iniciado el combate, las fuerzas bolivianas, que habían capturado las primeras líneas con mucha facilidad, atacaron la segunda línea y pese al cansancio intentaron tomarla. Pero, perdida la sorpresa y enfrentando fuerzas que acudían de todas partes, el mayor Rodríguez, casi sin municiones, con sus fuerzas diezmadas, tuvo que retirarse nuevamente a los montes cercanos donde, después de un breve descanso, dejó muertos y heridos y se retiró de vuelta hacia Alihuatá. El día 6 de agosto volvió todo a la normalidad en el fortín Falcón. Kundt repitió una vez más el error de enviar fuerzas insuficientes a gran distancia, sin apoyo de reservas y con pocas posibilidades de lograr un resultado favorable pese a que en esta circunstancia se había logrado una sorpresa total.

Segunda ofensiva paraguaya (agosto a diciembre de 1933) Los cercos de Campo Grande y de Pozo Favorito (30 de agosto al 15 de septiembre de 1933) Los ataques y contraataques en la zona Nanawa-Gondra debilitaron, al norte, el sector avanzado de Alihuatá, donde estaban tres unidades bolivianas con un débil enlace entre ellas: el regimiento ‘’Ballivián‘’, en Campo Grande, a la izquierda de Alihuatá; el regimiento ‘’Chacaltaya‘’, en el centro, sobre el camino Alihuatá-Arce; y una pequeña compañía del regimiento ‘’Junín‘’, en Pozo Favorito. La 7.ª División paraguaya (a cargo del teniente coronel Ortiz) realizó tres movimientos de cerco separados, uno contra el regimiento ‘’Ballivián‘’, que era el principal, y los otros dos, con unidades menores, contra el regimiento ‘’Chacaltaya‘’ y la compañía del regimiento ‘’Junín‘’.

Campo Grande: Situación al 15 de septiembre de 1933. La batalla de Campo Grande duró varías días. Las unidades bolivianas hicieron desesperados esfuerzos para salir de los cercos. Los regimientos ‘’Loa‘’ y ‘’Ayacucho‘’, que se encontraban en Nanawa, fueron traídos en su ayuda, pero el ‘’Loa‘’ también cayó en el cerco y el ‘’Ayacucho‘’ no pudo alterar la situación. Tanto Kundt como el coronel Banzer (al mando de la 9.ª División) apreciaron erróneamente la intención, magnitud y la dirección principal del ataque paraguayo lo que produjo una mala distribución de las fuerzas bolivianas.[34]

Tras días de sufrimiento por la falta de agua y el hostigamiento enemigo, el día 15 de septiembre, los regimientos ‘’Ballivián‘’ y ‘’Loa‘’ capitularon. Un total de 509 soldados, con 2 jefes, 11 oficiales, 3 médicos y 10 suboficiales se rindieron. La compañía del regimiento ‘’Junín‘’ también se rindió. En el centro, el regimiento ‘’Chacaltaya‘’ iba a correr la misma suerte, pero la aparición oportuna de los regimientos ‘’Lanza‘’ y ‘’Campos‘’, después de duros combates, abrieron una brecha por donde pudo escapar. Estas tres maniobras contra las fuerzas bolivianas que defendían el sector avanzado de Alihuatá fue el primer síntoma del cambio de estrategia del ejército paraguayo y un ensayo en miniatura de lo que vendría después.

Segunda batalla de Alihuatá (23 de octubre al 7 de diciembre de 1933)

Batalla de Alihuatá-Campo Vía. No puedo evitar ocultar a usted el angustioso dolor que me causa el pensar en el derramamiento de sangre en el Chaco. Confío en que usted sepa economizar nuestro cruel desgaste en cuanto sea posible sin comprometer el éxito final de la campaña. Presidente Salamanca al general Kundt (en Querejazu Calvo, 1990, pág. 89) Salamanca recomendaba no repetir los ataques como el de Nanawa, sugiriendo una estrategia defensiva, con el menor costo posible en vidas y materiales, que desgastase al enemigo hasta obligarlo a llegar a un tratado de paz razonable. Salamanca ya no pensaba, como un año antes, llegar hasta Asunción, la capital paraguaya, para firmar allí el final de la guerra.[35]

Por el otro lado, el presidente Eusebio Ayala viajó al Chaco el día 3 de octubre para ascender a Estigarribia al rango de General. En esa reunión aprobó el Plan de Operaciones presentado por Estigarribia contra las fuerzas bolivianas en la zona Zenteno-Alihuatá, y se comprometió a enviar todos los recursos que el Paraguay pudiera disponer para llevarla a cabo con éxito. El mayor Moscoso, en representación de varios oficiales, le manifestó a Kundt el deplorable estado y la inferioridad de las fuerzas bolivianas luego de los combates de julio a septiembre y sugirió una retirada estratégica a la línea Magariños-Platanillos, hacer descansar a los soldados y concentrar allí una fuerza de 80 000 hombres bien equipados antes de retomar la iniciativa. Kundt objetó que eso significaría ceder muchos fortines y que Bolivia carecía de los recursos para crear una fuerza tan grande. Moscoso contestó que entonces existía el peligro de perder los fortines, los hombres y las armas.[36] El 10 de octubre, en su visita a La Paz, Kundt afirmó ante Salamanca y su Gabinete: "no existe absolutamente posibilidad de derrota [...] podemos esperar con toda tranquilidad en nuestras posiciones fortificadas [...] con la seguridad de no perder terreno".[37] El 11 de octubre, los representantes de Argentina y Brasil firmaron el Acta de Río de Janeiro en la que se declaraba que el conflicto del Chaco podía ser resuelto por medio del arbitraje. El Paraguay aceptó la propuesta pero Bolivia la rechazó. El día 23 de octubre, luego de traer importantes fuerzas a la zona, Estigarribia ordenó el inició de una serie de ataques contra la 9.ª División (al mando del coronel Carlos Banzer) de acuerdo a la primera fase de su plan que era empujarla a sus líneas principales. Una vez amarrada las posiciones de los defensores, que opusieron una ferrea resistencia, se pasó a la segunda fase, rodear su flanco izquierdo, maniobra que encabezó la 7.ª División paraguaya. Durante todo el mes de noviembre las fuerzas paraguayas avanzaron sobre el ala izquierda de la 9.ª División desbordándola permanentemente pese a los refuerzos que enviaba Kundt que no se daba cuenta de la enorme superioridad enemiga. El 3 de diciembre de 1933, la vanguardia de esa poderosa masa de maniobra llegó hasta los bordes del "Campo 31" y cortó el camino Saavedra-Alihuatá colocando a la 9.ª División en peligro de ser copada. Para asestar el golpe final el general Estigarribia asumió personalmente la dirección táctica de las operaciones. Otras fuerzas cortaron después una segunda ruta más larga que por Pozo Negro también iba hacia Saavedra. Sin posibilidad de recibir una ayuda masiva para evitar el cerco en ciernes, Banzer decidió replegar su División por una tercera ruta que todavía quedaba libre. El fortín Alihuatá fue evacuado, y los restantes 7000 hombres de la 9.ª División abandonaron silenciosamente sus posiciones en dirección sureste, hacia la 4.ª División que combatía en la zona de Gondra. Lo que el coronel Banzer desconocía era que el frente de Gondra, a cuya retaguardia se dirigía, se había roto por un sorpresivo ataque nocturno que por iniciativa propia realizó el teniente coronel Rafael Franco y que la 4.ª División boliviana también se estaba replegando hacia la misma zona donde convergía la 9.ª División.

Cerco y rendición en Campo Vía (11 de diciembre de 1933)

En su retirada, la 9.ª y 4.ª División bolivianas se encontraron en Campo Vía. La ruptura del frente de la 4.ª División efectuada por la 1.ª División paraguaya (a cargo del teniente coronel Franco) terminó rodeando a dos Divisiones bolivianas, el grueso de su ejército en el Chaco. El 10 de diciembre se completó el anillo. Toda la ofensiva paraguaya fue una sorpresa estratégica y el general Kundt reaccionó lentamente a la crisis que se desarrollaba. Consideró alarmistas e incorrectos los informes de los pilotos y del propio Banzer ya que estaba convencido de que el ejército enemigo no estaba capacitado para llevar a cabo operaciones coordinadas con una gran cantidad de unidades (5 Divisiones) en un frente tan amplio. Muchas de sus órdenes no fueron o no pudieron ser cumplidas por sus subordinados. Tal el caso del coronel Peñaranda que, sin autorización de Kundt (ausente en La Paz), retiró inexplicablemente su División desde "Km 21" hacia Saavedra, al sur, impidiendo la ayuda a Banzer. Cuando Kundt volvió a Muñoz lo recriminó y ordenó que volviera inmediatamente a esa posición para colaborar en el escape de las dos divisiones cercadas. Banzer y Kundt intentaron abrir una picada para que las Divisiones pudieran escapar pero la presencia paraguaya, la espesura del monte, el calor y el cansancio de los zapadores bolivianos impidieron su concreción. El 10 de diciembre, a las 17:00 horas, los bolivianos llevaron a cabo un desesperado contraataque para abrir una brecha en el cerco pero el apoyo aéreo fue deficiente y muchas de las bombas de 90 kilos cayeron sobre las propias unidades, en especial sobre el RI-50 "Murgia" al mando del capitán Antezana Villagrán hecho que a posteriori algunos historiadores bolivianos trataron de ocultar.[38] Solo el regimiento ‘’Lanza‘’, en una lucha feroz y con grandes pérdidas, logró romper el cerco pero muy pocas fuerzas lograron escapar. El 11 de diciembre, las dos Divisiones cercadas, sin ninguna opción, tuvieron que rendirse. Fue la primera gran derrota del ejército boliviano en el Chaco: murieron 2600 soldados y aproximadamente 7500 cayeron prisioneros (18 jefes, 170 oficiales, 7271 soldados).[39] De un solo golpe, más de dos tercios de las mejores fuerzas de combate fueron destruidas. Solo 1500 hombres "escaparon" de la zona aislada, que en su mayoría pertenecían a las fuerzas de Peñaranda que no estuvieron dentro del cerco sino fuera de él. Cuando Kundt comunicó a La Paz que se habían perdido 7500 soldados pero que se había salvado Peñaranda con sus hombres este nunca aclaró esta situación y la cosechó en su favor como si fuera el héroe de la jornada, por esa razón Salamanca lo promovió en su lugar.[40] Cuando los ministros y el coronel Toro llegaron a Muñoz el 11 de diciembre de 1933 para destituir al general Kundt, este los recibió en su choza: ¨Ya no estaba en el rol del dios Thor, que molería sus míseras existencias de funcionarios en un yunque con su martillo de trueno. Mas bien deslizó con amargura que se sentía enfermo y agobiado no solo por las preocupaciones de la campaña y sus últimos resultados sino por la situación de su familia y sus negocios¨. Brockmann (2007, pág. 323) La rendición de Campo Vía proporcionó al Paraguay 8000 fusiles, 536 ametralladoras, 25 morteros, 20 piezas de artillería, 2 tanques Vickers, muchos camiones y una gran cantidad de municiones por lo que no tuvo que realizar nuevas compras en armamentos. El resto del ejército boliviano se retiró rápidamente hacia Magariños. Con la presencia del

general Estigarribia, el día 14 de diciembre de 1933, la bandera paraguaya reemplazó a la bandera boliviana en el mastil del fortín Saavedra donde había ondeado desde su fundación en el año 1924. El fortín Muñoz, a 50 km. al suroeste de Saavedra, centro de operaciones del ejército boliviano en el sur, comenzó a arder al atardecer del día 19 de diciembre. El día 20, luego de un ligero bombardeo de la artillería, comenzaron a entrar los primeros soldados del RC-7 paraguayo "San Martín".[41]

Un armisticio de veinte días (19 de diciembre de 1933 al 6 de enero de 1934) Con la derrota sufrida en Alihuatá y Campo Vía al ejército boliviano solo le quedó la 7.ª División apostada delante de Nanawa, la que tuvo que retirarse rápidamente hacia Magariños. La propuesta del teniente coronel Franco de utilizar todos los camiones disponibles para avanzar rápidamente hacia Ballivián-Villa Montes y acabar con el resto del ejército boliviano no prosperó. El presidente Eusebio Ayala creyó que había ganado la guerra y que Bolivia, sin ejército, no tenía otra opción que capitular y solicitar la paz y, para dar tiempo a la diplomacia, propuso un armisticio que el gobierno boliviano aceptó de inmediato. El armisticio favoreció enteramente a Bolivia.

Creación del Segundo Ejército Boliviano Bolivia aceptó el armisticio no para rendirse sino para formar un nuevo ejército. Durante el primer año y medio de guerra, Bolivia había movilizado 77 000 hombres de los cuales solo quedaban 7000 combatientes en el Chaco (la 7.ª División). Del resto: 14 000 habían muerto, 32 000 fueron evacuados por heridas o enfermedades, 10 000 cayeron prisioneros, 6000 desertaron y 8000 prestaban diversos tipos de servicios.[42] Miles de campesinos que veían como las tierras de sus comunidades eran expropiadas por los terratenientes bolivianos (dando lugar a varios levantamientos) ahora debían ir a luchar como soldados por un desierto inhóspito y estéril. Cuando el armisticio caducó, el ejército boliviano había recuperado su estructura, contaba nuevamente con dos Cuerpos del Ejército, formados por dos divisiones cada una, cada división compuesta de tres regimientos, un grupo de artillería y un grupo de morteros: 





El Primer Cuerpo contaba con la Cuarta División (regimientos ‘’Pérez‘’, ‘’Sucre‘’ y ‘’Murguía‘’), la Séptima División (regimientos ‘’Campero‘’, ‘’Florida‘’ y ‘’Colorados‘’), con el regimiento ‘’Castrillo‘’ como reserva; El Segundo Cuerpo contaba con la Tercera División (regimientos ‘’Jordán‘’, ‘’Loa‘’ y ‘’Santa Cruz‘’), y la Octava División (regimientos ‘’Campos‘’, ‘’Ayacucho‘’ y ‘’Chorolque‘’) con el ‘’Ingavi‘’ como reserva; Los regimientos ‘’Abaroa‘’, ‘’Aroma‘’ y ‘’Lanza‘’ constituían la reserva inmediata a las órdenes del Comando Superior mientras el regimiento ‘’Montes‘’ custodiaba la región de Carandaitý.

Un total de 18 regimientos con efectivos superiores a las fuerzas que Kundt comandó un año antes. Pero esta enorme estructura tenía tres graves inconvenientes: 

Los soldados carecían de buena preparación y de experiencia en combate; su moral y motivación eran bajas. En muchos casos se reclutaron soldados que no estaban capacitados físicamente para soportar las exigencias del teatro de operaciones chaqueño. El soldado Severino Menduina del RI 12 ‘’Florida‘’ se queja de la mala comida, del temor a la selva chaqueña y de los fusilamientos de desertores que los soldados están obligados a presenciar.[43] Por esta razón, a principios de 1934, el Alto Mando boliviano reconoció que se necesitaban, para la defensa de posiciones, 2 soldados bolivianos recién reclutados por cada 1 soldado paraguayo, siempre que estuvieran bien alimentados y con el apoyo de ametralladoras y artillería. Esta relación, en caso de tener que atacar, subía a 4 reclutas bolivianos por cada 1 soldado paraguayo.[44] Todo esto producía una complicación adicional desde el punto de vista logístico que ya Kundt había analizado el año anterior, especialmente en el suministro de alimentos, agua y municiones que los reclutas sin experiencia eran afectos a derrocharlas;



El cuadro de oficiales estaba tan raleado que se tuvo que entregar el comando de la mayoría de los regimientos a capitanes y mayores con poca experiencia o tener que contratar directamente oficiales mercenarios extranjeros, especialmente chilenos, que en número de 105 ingresaron desde abril y hasta fines de 1934.[45] "Para sorpresa de muchos, los oficilaes chilenos pudieron superar las barreras de la nacionalidad, raza, color, clase y lenguaje que los separaba de sus soldados. A diferencia de los oficiales bolivianos que preferían mantenerse en la retaguardia y huir al primer problema, los oficiales chilenos permanecían con sus hombres en el combate, la retirada o cuando se rendían" De la Pedraja Tomán (2006, pág. 468, nota 10) Mientras el ejército boliviano alistaba a los estudiantes como soldados, su par paraguayo los preparaba para oficiales y suele atribuirse la poca capacitación y cantidad de oficiales a la estructura de la sociedad boliviana, al elitismo y al racismo.[46]



La derrota de Alihuatá-Campo Vía no consolidó al ejército y gobierno bolivianos sino todo lo contrario. Las camarillas existentes dentro del ejército se fracturaron aún más. Cuando el nuevo comandante en jefe, Peñaranda, quiso nombrar al coronel David Toro como Jefe del Estado Mayor, se opusieron varios altos oficiales, por lo que recibió una severa advertencia de Salamanca:

Está usted al borde de una rebelión militar frente al enemigo extranjero. Reflexione bien y deténgase a tiempo [...] Su deber es cumplir la orden que le he reiterado ya cuatro veces y que ahora le reitero por quinta vez. Presidente Salamanca al general Peñaranda (en Dunkerley, 1987, pág. 224)

Tercera ofensiva paraguaya (enero de 1934 a diciembre de 1934) El ejército paraguayo, luego de este descanso, continuó su avance capturando los fortines Platanillos, Loa, Esteros, Jayucubás y Muñoz, mientras el ejército boliviano, en actitud defensiva, intentó crear diversas líneas de contención. A partir de Campo Vía el ejército paraguayo comenzó a sufrir el mismo problema que había aquejado al ejército boliviano desde el comienzo de la guerra: el alargamiento de su línea logística. Con un parque de camiones siempre escaso, con cubiertas y motores desgastados por el uso intensivo, en condiciones de extremo calor, y la necesidad de derivar más hombres para cuidar y sostener la fluidez de esas líneas de aprovisionamiento, el general Estigarribia tuvo que sujetar necesariamente sus decisiones estratégicas a estas limitaciones logísticas. La captura de gran cantidad de soldados enemigos en las distintas batallas y cercos, a los cuales había que trasladar a la retaguardia, alimentar y sobre todo proveer de agua, explicó muchas veces la lenta persecución de las fuerzas bolivianas en retirada.[47]

Caída del fortín Magariños (11 al 12 de febrero de 1934) Tras la derrota de Campo Vía, el Alto Mando boliviano decidió retirarse hasta la línea Magariños-La China. Allí el Primer Cuerpo boliviano construyó el sistema defensivo mejor realizado de toda la guerra del Chaco. A comienzos de febrero de 1934 el ejército paraguayo comenzó su accionar sobre el sector de La China y constató que los bolivianos trasladaban tropas desde Magariños a La China para aumentar la defensa. Para impedir ese movimiento, el 10 de febrero, se planeó un ataque demostrativo sobre la zona de Magariños para fijar allí la mayor cantidad de fuerzas bolivianas. El día 11, para sorpresa del comando paraguayo, el ataque demostrativo logró abrir una brecha de 300 metros en esa poderosa línea defensiva por donde los paraguayos penetraron 7 kilómetros hacia la retaguardia enemiga. Al día siguiente, los defensores abandonaron las fortificaciones sin combatir. Los bolivianos tuvieron 60 bajas entre muertos y heridos, los paraguayos 10 muertos y 27 heridos. El fortín Magariños fue destruido.

Batalla de Cañada Tarija (27 de marzo de 1934) El Estado Mayor boliviano planeó un ataque desde el norte contra el Segundo Cuerpo de ejército paraguayo con el objetivo de salir en su retaguardia y aislarlo de los otros dos Cuerpos de Ejército. El coronel Franco reaccionó rápidamente enviando una poderosa fuerza hacia el frente norte asumiendo que la fuerza boliviana que avanzaba desde Picuíba hacia Garrapatal era importante.

A fines de marzo (1934), Franco inició el avance hacia el Noreste y el día 27, la 6.ª Div. paraguaya, al mando del teniente coronel Federico W. Smith, interceptó en Cañada Tarija al RI-18 ‘’Montes‘’ con 1500 hombres al mando del teniente coronel Ängel Bavía. Esta fuerza pertenecía a la nueva 9.ª División, en proceso de re-estructuración, cuyo comandante era el coronel Francisco Peña que decidió establecer su puesto de mando en la placentera Carandayty, fuera del desierto y a 250 kilómetros del frente. Esto lo obligaba al uso intensivo de los medios radiotelegráficos los que eran interceptados y descifrados por la Inteligencia paraguaya permitiendo anticipar sus movimientos. El comandante paraguayo envió dos regimientos (RI-8 y RI-5) por la derecha e interceptó el camino detrás del RI-18 boliviano. En esta operación se capturó todo el parque del regimiento. Por la izquierda hizo lo mismo una sección del RI-14 mientras que otras dos secciones del RI-14 lo atacaban de frente. El regimiento boliviano fue rodeado y sin municiones tuvo que rendirse. Perdió más de 1000 hombres entre muertos, prisioneros, heridos y extraviados, y todo su armamento. Su comandante, Ángel Bavía, que supuestamente intentó suicidarse, fue llevado en grave estado al campamento paraguayo donde falleció el 5 de abril.[48] El 28 de marzo cayó Garrapatal en manos de las fuerzas paraguayas que establecieron posiciones defensivas más allá del fortín. El último parte del coronel Peña, descifrado por el servicio de escucha paraguayo, decía: De Carandayty. N 319. Pls,XX. 29-III34. 19:50 horas. Para mayor Belmonte. Picuiba. Cifrado 19/221. Avise donde encuéntrase Destacamento Pinto. Indique fracciones salieron. Deben abandonar Garrapatal y replegarse. Coronel Peña al mayor Belmonte (en Melgarejo 1969, pág. 274) El ejército paraguayo se apoderó de los nuevos códigos del ejército boliviano y de importantes mapas donde figuraban todos los caminos en la zona central del Chaco relevados por la aviación boliviana. Una importante información dada por los prisioneros capturados fue que al norte de Garrapatal y hasta Carandaity, al noroeste, no existían pozos de agua, lo que limitaba seriamente la posibilidad de acciones militares a gran escala en esa árida zona chaqueña. Sin embargo, tanto Franco como Estigarribia tomaron debida nota de esta circunstancia pensando en las posibilidades que en el futuro podía ofrecer ese desierto para realizar acciones sorpresivas.

Batalla de Cañada Strongest (18 al 25 de mayo de 1934) La nueva línea defensiva boliviana tenía una gran debilidad, y era el espacio abierto entre los dos cuerpos de ejército que defendían Ballivián. El comando paraguayo constató esa brecha y decidió realizar una maniobra penetrando por ella hasta alcanzar el río Pilcomayo y aislar al Primer Cuerpo boliviano que defendía Ballivián. Pero la aviación boliviana descubrió la picada oculta que abrían los paraguayos en el monte y en la que se trabajaba por las noches.

Plan estratégico del Ejército boliviano. El comando superior, más concretamente el coronel Ángel Rodríguez, resolvió dejar que los paraguayos avanzaran hasta cierto límite, para poder encerrarlos mediante una maniobra concéntrica que juntase a sus espaldas a regimientos del Primer y Segundo Cuerpo, salidos de sus respectivos sectores. El día 10 de mayo, los 9 regimientos y la artillería que componían el Primer Cuerpo paraguayo avanzaron por el claro existente entre los dos Cuerpos de Ejército bolivianos sin sospechar que se metían en una trampa. Dos columnas de la poderosa 9.ª División boliviana (14 000 hombres),que se trasladó secretamente desde el norte, comenzaron la maniobra de cerco cortando el camino El Lóbrego en la retaguardia de la 7.ª y 2.ª División (5500 hombres) y en su avance encerraron a un batallón paraguayo de 200 soldados del RI16 ‘’Mariscal López‘’ al mando del capitán Joel Estigarribia que se interpuso circunstancialmente entre las dos columnas. Sin ninguna necesidad táctica estas fuerzas se empecinaron en aniquilarlo rodeándolo con un triple cerco perdiendo así el objetivo central de la maniobra y un tiempo valioso debido a la obstinada resistencia de esa pequeña unidad. Debido a esta demora fracasó también el envolvimiento de los regimientos bolivianos ‘’Jordán‘’ y ‘’Loa‘’ del Segundo Cuerpo, que formaban el brazo norte y que habían llegado al límite de su radio de maniobra y que al no poder unirse a la 9.ª División, que debía avanzar desde el sur, quedaron a medio camino con su retaguardia y flanco expuestos a la acción de las fuerzas enemigas que intentaban escapar. Pasada la sorpresa inicial y gracias a la demora en cerrar las dos tenazas, los regimientos paraguayos, al constatar la importancia de los movimientos adversarios en su retaguardia, buscaron inmediatamente su liberación. Algunas unidades lograron salir por sendas

construidas al efecto o aún no controladas, otras se abrieron paso a la fuerza y otras tuvieron que rendirse. Esta fue la llamada Batalla de Cañada Strongest, aunque la localización del cerco se ubicó en Cañada Esperanza, a unos pocos kilómetros de la cañada ya mencionada. El combate tuvo lugar entre el 18 hasta el 25 de mayo de 1934. El ejército boliviano logró capturar a 67 oficiales y 1389 soldados (más de la mitad de los que capturarían en toda la guerra) pertenecientes a los regimientos ‘’Sauce‘’, ‘’Capitán Bado‘’, ‘’Dos de Mayo‘’ y ‘’Mariscal López‘’ pertenecientes a la 2.ª División que primero dudó en retirarse y luego se desorientó al hacerlo. El ejército boliviano perdió la oportunidad de cercar a una o a las dos divisiones paraguayas (7.ª y 2.ª División). Además de los prisioneros se capturaron armas livianas y diez camiones. Toda la artillería divisionaria paraguaya logró evadir el cerco. Los prisioneros paraguayos muestran un semblante alegre, casi jovial. Apenas se ve alguna cara triste. Conversan con sus oficiales con toda naturalidad; ríen, parecen satisfechos de su situación, a pesar de que traen las manos amarradas con cuerdas [...] Los prisioneros paraguayos se han caracterizado siempre por su hinchada altivez y ante todo por su fe absoluta en el triunfo de su ejército en esta guerra. [...] «Nosotros somos del ‘’Dos de Mayo‘’ ―me informa un prisionero, blanco, barbudo, que debe frisar en los 40 años―. Éramos los mejores del ejército, gente escogida» Ex-combatiente y poeta boliviano Ángel Lara (en Lara, 1972, págs. 58-59) Si bien la batalla de Cañada Strongest no tuvo el éxito que se buscaba (la aniquilación de todo un Cuerpo de Ejército enemigo), su resultado parcial tonificó la moral del comando, combatientes y población del país.

Estancamiento de las operaciones (junio a julio de 1934) Pese al traspié sufrido en Cañada Strongest, el comando paraguayo insistió en ocupar Ballivián, a cuya defensa el comando boliviano daba gran importancia, dado que la caída sería otro golpe más a la frágil confianza que en su capacidad tenía el gobierno y el pueblo bolivianos. Durante junio, julio y la primera quincena de agosto de 1934 se sucedieron intensos ataques y contraataques llevando la peor parte las fuerzas bolivianas. El historiador y ex combatiente boliviano, el mayor Hugo Rene Pol, menciona el estado físico y mental en que se encontraban las unidades bolivianas después de meses de combates: Será menester apuntar que la fatiga y otros factores [...] quebró en más de una vez la moral de nuestras aguerridas unidades, como en los casos de la ruptura de la línea fortificada del denodado regimiento Pérez (R-3) en la madrugada del 18 de junio [en Ballivián]. Se creyó o arguyó que esta ruptura se debía a un descuido debido a una sorpresa a los puestos avanzados. Sin embargo, poco después, el 8 de julio, el regimiento Manchego (R-12), a pesar de las medidas de precaución tomadas la noche anterior, a la primera presión del enemigo dejó sus posiciones permitiendo a este incrustarse en un sector de 4 kilómetros [...] dos días después, el desarrollo de una operación tendiente a envolver al enemigo en sus

posiciones nos fue malogrado por el desbande del regimiento Colorados (R-41), uno de los mejores del 1er Cuerpo de Ejército [...] (lo mismo ocurrió con) las sucesivas rupturas de nuestras líneas en los sectores de los regimientos Beni, Sucre, y las interiores del Campero, Loa, Santa Cruz... Ex-combatiente boliviano teniente Hugo René Pol (en Pol, 1945, pág. 91) Estos comentarios del historiador Pol denuncian la afección psicológica que luego se llamó "fatiga de combate", y que por entonces se la confundía equivocadamente con cobardía. En este periodo de la guerra se llegó a un equilibrio: el ejército boliviano, mientras no abandonara Ballivián carecía de la superioridad necesaria para lanzar una ofensiva con éxito. En ese fortín estaban inmovilizados 18 000 soldados, 20 cañones, 600 ametralladoras pesadas, 200 camiones, 5 millones de proyectiles de fusil y 5000 granadas de cañón y mortero.[49] Por igual razón, el ejército paraguayo tampoco podía capturar Ballivián lo que no impidió realizar algunas acciones como el ataque aéreo con 4 Potez 25s el día 8 de julio que dañó en suelo 5 aviones Curtiss-Wrigth Osprey bolivianos, camiones, tanques de combustibles de aviación y la pista aérea de Ballivian.[50]

Avión Potez 25 utilizado por fuerza aérea paraguaya Salamanca consideró que estaban dadas las condiciones para una acción diplomática. Pensó que, políticamente, se podían fijar los límites sobre las líneas que habían alcanzado ambos ejércitos y, para compensar los malos resultados de la guerra, se podía obtener una salida al río Paraguay ocupando una zona en el Alto Paraguay, sin ninguna presencia paraguaya, para un futuro puerto hacia el Atlántico. Salamanca suponía que esto no afectaría en nada al Paraguay ni a las negociaciones diplomáticas y para Bolivia justificaría, en el frente interno, la guerra y su resultado. A tal efecto comenzó a formar un Cuerpo de Ejército pese a la oposición de los militares que consideraban este plan, que ya había propuesto el general Osorio en agosto de 1932, como una distracción de recursos.[51]

Blitzkrieg hacia Carandaitý y la zona petrolífera boliviana (14 de agosto al 5 septiembre de 1934) A diferencia de lo que pensaba Salamanca, cuando el servicio de inteligencia paraguayo comunicó a su gobierno el objetivo del nuevo Cuerpo de Ejército boliviano que se estaba

formando, cundió una alarma generalizada. El avance boliviano en el Alto Paraguay podía significar un enorme peligro para los puertos ribereños ubicados más abajo entre las cuales estaba Casado, desde donde se abastecía a todo el ejército paraguayo. Lo que para Salamanca era una última e intrascendente ocupación antes de proponer la paz, para el Paraguay significaba un peligro mortal. Esta decisión de Salamanca cambió el curso y el teatro de operación de la guerra. El comando paraguayo ordenó a la fuerza aérea que patrullara ese sector en búsqueda de caminos que estuvieran construyendo los bolivianos para poder movilizar sus fuerzas. El 12 de agosto de 1934 el piloto paraguayo capitán Peralta con el teniente Etchevarry como observador y artillero, después de dos horas de vuelo, descubrieron un camino en construcción y al pasar sobre el fortín boliviano Madrejón observaron un avión estacionado en el fortín. El piloto boliviano, al ver al solitario y lento Pótez 25, despegó inmediatamente en persecución de esta presa fácil. En los varios intentos fallidos por derribar al avión paraguayo que huía en sig-zag rozando la copa de los árboles, el velóz Curtiss Osprey recibió una serie de impactos de ametralladora que afectaron su motor por lo que terminó estrellándose en el monte. El piloto boliviano muerto resultó ser el mayor Rafael Pavón que el 4 de diciembre de 1932 había derribado un avión paraguayo en "Kilómetro 7". Sin perder tiempo, el general Estigarribia encomendó al coronel Franco, y su Segundo Cuerpo de Ejército, la misión de abortar la posible operación boliviana hacia el Alto Paraguay. El plan consistía en ocupar el fortín “27 de Noviembre” y cortar la ruta de abastecimiento al fortín Ingavi desde donde tendría que partir el avance boliviano. La zona al norte de Garrapatal (La Faye-Picuíba-El Cruce-27 de Noviembre) era considerada por ambos contendientes como difícil e inhóspita para realizar operaciones militares. Ya en el mes de marzo, el coronel Ángel Rodríguez, del Estado Mayor boliviano, había considerado que en ese sector el desierto era la mejor defensa ante cualquier avance enemigo. Sin embargo, para el coronel Franco, ese desierto ofrecía grandes posibilidades para poder desarrollar toda la capacidad táctica a la que era tan afecto: la sorpresa y el movimiento.

Blizkrieg 2.º CE paraguayo (17 de agosto al 6 de septiembre de 1934). El coronel Franco desprendió sus divisiones del frente occidental con el mayor secreto, dejando en la posición que abandonaba pequeñas fuerzas que debían desarrollar una intensa actividad para engañar al enemigo. El día 13 de agosto, salió de Garrapatal, pasó por La Faye el día 14 y capturó por sorpresa Picuíba el día 15, tomando 450 prisioneros y un parque importante, al costo de muy pocas bajas y heridos. Luego ocupó El Cruce y abriendo en dos su columna, una la dirigió hacia Yrendagüé y con la otra se apoderó del fortín "27 de Noviembre", el día 17, dando por terminada su misión en solo cinco días. Dándose cuenta de que habían sorprendido a los bolivianos, Estigarribia accedió al pedido de Franco de seguir avanzando hacia Carandaity, teniendo como objetivo el río Parapetí y la zona petrolífera boliviana. Esta maniobra de largo alcance comenzó el 17 de agosto de 1934, a gran velocidad y riesgo según era la característica del coronel Franco, quien en su giró hacia el oeste causó una gran consternación en Bolivia. En 13 días, el Segundo Cuerpo avanzó 160 km, dejando atrás su propia artillería, a través de un desierto con colinas de arena y malezales, y llegó a 5 km de Carandaity (a más de 50 km. al norte de Villa Montes,

en la retaguardia de todo el ejército boliviano en el Chaco). En este punto tuvo que detenerse por problemas logísticos ya que el agua debía traerse desde Garrapatal, a 250 km de distancia al sureste, ya que recién el 27 de octubre (2 meses después) el equipo de ingenieros paraguayos encontraría agua en Yrendagüé. Debido a las críticas que recibía en el plano político, Daniel Salamanca viajó con urgencia al Chaco e instó a los militares a buscar la manera de conjurar este peligro.

Primera batalla de Algodonal (22 de agosto de 1934) En su veloz avance, el 22 de agosto, las fuerzas del coronel Franco cayeron sorpresivamente sobre Algodonal derrotando a un pequeño destacamento boliviano al mando del experimentado teniente Hugo Rene Pol que sustituía al mayor alemán Brandt que circunstancialmente se había ausentado horas antes. La inesperada presencia de los paraguayos, tan lejos de Picuíba, desde donde el teniente Pol había escapado unos pocos días antes, produjo muchas bajas bolivianas capturándose un depósito de armas sin usar. Después de escapar nuevamente de Algodonal y de deambular por el desierto tratando de llegar a Carandaitý, el teniente Pol, junto con unos pocos soldados sobrevivientes, no tuvo otra opción que entregarse a las fuerzas paraguayas para no perecer por falta de agua.

Creación del Cuerpo de Caballería del coronel David Toro Para conjurar la amenaza del Segundo Cuerpo paraguayo se organizó el llamado Cuerpo de Caballería, integrado por los mejores regimientos bolivianos, cuyo comando, por razones políticas, se entregó al coronel David Toro. Frente a esta situación, la nueva misión estratégica encomendada por Estigarribia al coronel Franco fue que realizara una retirada escalonada para ir alejando al coronel Toro de las operaciones que se estaban planeando sobre la zona central del dispositivo boliviano en Cañada El Carmen. El coronel Toro enfrentaba al oficial más hábil e impredecible del ejército paraguayo, el coronel Rafael Franco, el mismo que, por propia iniciativa, había cerrado sorpresivamente la ruta de escape de dos divisiones bolivianas en Campo Vía. La distribución estratégica de las fuerzas bolivianas, cuyo peso principal seguía estando en la defensa del fortín Ballivián, se modificó lentamente debido al traslado de fuerzas hacia el noreste para formar el Cuerpo de Caballería del coronel Toro y la constitución del Segundo Cuerpo boliviano al mando del coronel Bilbao Rioja en la zona del Parapetí. Se comenzó a cumplir así lo que había planeado el general Estigarribia con la maniobra de Franco hacia la zona de Carandaitý: que la zona central (Cañada El Carmen) se debilitara para poder irrumpir por ese sector y aislar a las fuerzas bolivianas ubicadas en Ballivián, en el extremo Sur.

Persecución por el desierto (septiembre a noviembre de 1934) Desde principios de septiembre de 1934, el Cuerpo de Caballería al mando del coronel David Toro comenzó la persecución de las dos divisiones del coronel Franco que habían llegado hasta 5 km de Carandaitý. El coronel Toro sostenía que una vez destruida esa

unidad se estaba «en situación de copar el grueso del ejército paraguayo que operaba contra Ballivián-Villamontes al oeste, aislándolo de sus principales bases y obligándolo, cuando menos, a efectuar una desordenada retirada hacia el sudeste».[52] La realidad era que, a medida que la fuerza de Toro avanzaba por el desierto, primero hacia el este y luego hacia el sur, en pleno verano, contra un enemigo que, según Estigarribia, se tenía que dejar "mordisquear" y huir, para lo cual se detenía, lo enfrentaba, se dejaba rodear y luego escapaba, iba estirando su línea de aprovisionamiento (de agua principalmente), debilitaba su seguridad e iba agotando física y moralmente a los soldados. A principios de septiembre de 1934, la 6.ª División paraguaya ―al mando del teniente coronel Paulino Antola― fue rodeada en Puesto Burro: El día 5 de septiembre, Toro ordenó a sus hombres que cercaran a la 6.ª División, lo que se hizo recién el día 8. [...] Sin ningún rastro de modestia en su personalidad, el día 9, Toro anunció que su victoria le hacía recordar el triunfo del ejército alemán en Tannenberg, en la Primera Guerra Mundial. Pero precisamente ese día, mientras se autofelicitaba por el triunfo, los paraguayos de la 6.ª División arruinaron la celebración escapando silenciosamente por una brecha. De la Pedraja Toman (1990, págs. 371-374) El presidente Salamanca, en un mensaje a Peñaranda, hizo un resumen crítico de todas estas acciones: ¨Con angustia veo que el enemigo nos empuja rápidamente y que luego nos detiene donde quiere. De un golpe nos lleva a Carandaity y ahora nos ataja en Algodonal y 27 de Noviembre. Lo peor es que nos cierra el paso a Ingavi, desbaratando los proyectos tardíamente acogidos por ese comando¨ Presidente Salamanca al general Peñaranda (en Querejazu Calvo, 1981, pág 336) El día 22 de septiembre nuevamente Toro cercó a la 6.ª División que se había detenido en Algodonal. El historiador Farcau relata: La segunda reunión fue al día siguiente con la presencia de Salamanca, Peñaranda, Tejada Sorzano y Rivera. Como si las relaciones entre Salamanca y los mandos militares necesitaran ser peores, Salamanca tenía en las manos una carta de Toro en la que reclamaba que su “victoria” de Algodonal no había tenido suficiente cobertura en la prensa. Toro manifestaba que 7000 bolivianos habían vencido a 8000 paraguayos que sin poder escapar a través de ninguna brecha se vieron obligados a un ataque masivo para salir del cerco por arriba de los cuerpos de los defensores bolivianos. Toro parecía pasar por alto que pese a las dificultades del enemigo para escapar esto no lo transformaba en una victoria. Incluso duplicaba el tamaño de las fuerzas paraguayas encerradas y subestimaba las propias fuerzas. Farcau (1996, pág. 188)

El 9 de noviembre Toro volvió a cercar en Yrendagüé a la 6.ª División y a la División de Reserva con el mismo resultado. El historiador boliviano Luis F. Guachalla denominó “torista” a estas maniobras inventadas por Toro y que se caracterizaban por ser: Rodeos lineales con reducido radio y con una fuerza equivalente en ambas alas de maniobra, la cual anulaba en la práctica la eficacia de un centro de gravedad (...). El Comando paraguayo, conocedor de esta modalidad estereotipada, disponía siempre, con acierto y oportunidad, lo que procedía hacer para burlar estos ganchos destinados a cerrarse detrás de sus efectivos, vale decir: hacia escurrir sus tropas por el espacio todavía abierto, o rompía la línea cercadora necesariamente débil, o accionaba enérgicamente contra una de las dos alas del rodeo impidiendo o retrasando el cumplimiento de su cometido. Guachalla (1978, pág. 202) A fines de noviembre las fuerzas paraguayas abandonaron el fortín Picuíba a donde habían retrocedido. Así, lo que el coronel Franco había logrado en 16 días (de Picuíba a Carandaitý), el coronel Toro lo revirtió en agotadores y costosos 3 meses de lucha (septiembre-noviembre 1934). Años después de terminada la guerra, el coronel Toro afirmó que ‘’esas acciones constituyeron las páginas más brillantes de nuestra historia‘’.[53]

Batalla de El Carmen (10 al 16 de noviembre de 1934)

Situación al 16 de noviembre de 1934. El día 10 de noviembre, el ejército paraguayo dio inicio a una de las maniobras mejor ejecutadas de todo el conflicto chaqueño. Con tres divisiones, rodeó a la 1.ª División de Reserva al mando del coronel Zacarías Murillo que se encontraba defendiendo el lugar denominado Cañada El Carmen. Mientras una atacó frontalmente fijándola a su posición, la

8.ª y la 2.ª División avanzaron por los costados de su presa. Pese a la detección de patrullas en la retaguardia y a la emboscada en la que murió el mayor Celso Camacho del Estado Mayor (que había logrado escapar del cerco de Campo Vía) y que tenía en su poder mapas, disposición y número de tropas y los planes operativos, Murillo no hizo ningún cambio ni intentó retirarse. El día 11 de noviembre fui invitado a celebrar copiosamente [sic] el cumpleaños del coronel Murillo con la acostumbrada serenata de la víspera en la que aparte de la música se hizo nutrido fuego con toda clase de armas que disponía la División. Edmundo Ariñez Zapata, médico cirujano del Regimiento de Caballería 20 de Bolivia Cinco días después de esta celebración, el 16 de noviembre, toda su División quedó cercada por la 8.ª División (al mando del coronel Garay) y la 2.ª División (al mando del teniente coronel Rivas Ortellado) que se unieron en su retaguardia. También ingresó a la trampa otra división boliviana (la 2.ª División de Reserva al mando del experimentado coronel Walter Méndez, conocido como "el Tigre Rubio") que, sin control de la situación, acudió en socorro de la primera. Al igual que en Campo Vía un año antes, el 16 de noviembre de 1934, más de 7000 hombres del Cuerpo de Reserva boliviano al mando del coronel Oscar Moscoso (Divs. 1ª y 2ª), acosados por la presión enemiga, el calor y la sed, mezclados y apretujados, ya sin disciplina alguna, comenzaron a rendirse. Algunos grupos lograron escapar internándose en el monte. Se vivieron escenas de gran dramatismo cuando el ejército paraguayo tuvo que proveer de agua y alimentos, en forma perentoria, a una masa de hombres que duplicaba su capacidad logística. Muchos prisioneros bolivianos estaban tan debilitados que por el zarandeo de los camiones que los llevaban a nuestra retaguardia perdían el equilibrio y caían al camino, donde nadie los recogía. Así se llenó la ruta de un tendal de cadáveres, algunos muertos por la sed, otros atropellados por los camiones que, debido a la oscuridad o la polvareda, no los podían esquivar. General Estigarribia (en Estigarribia,1950, págs. 323-326) Como consecuencia de esta irrupción paraguaya en la zona central, el general Peñaranda ordenó el rápido abandono del fortín Ballivián al sur y la retirada hacia Villa Montes antes de que esas fuerzas pudieran ser aisladas por el enemigo. Cayó así Ballivián, un fortín que era todo un símbolo de la presencia de Bolivia en el Chaco. El presidente Salamanca comenta: Sobrevino la derrota del Carmen, que en mi concepto era responsabilidad inexcusable del comando. El más grosero descuido o poco más o menos a sabiendas del peligro, ocasionó este funesto desastre. Imaginé que el comando estaría humillado y que era ocasión de renovarlo para salvar a Bolivia. Presidente Salamanca (en Arze Quiroga, 1974, pág. 19) En su larga lucha contra lo que consideraba como una ineptitud crónica de los comandantes bolivianos, el presidente Salamanca comenzó a buscar un reemplazante de Peñaranda,

convencido cada vez más de que este carecía de los conocimientos y el carácter para dirigir al ejército boliviano.

Derrocamiento del presidente Daniel Salamanca (23 de noviembre de 1934) El desastre de El Carmen obligó al ejército boliviano a abandonar el Fortín Ballivián (a cuya defensa se había dado tanta importancia), y atrincherarse a pocos kilómetros de Villa Montes, base del ejército boliviano en el Chaco. Siete días después y con las fuerzas enemigas acercándose a Villa Montes, el presidente boliviano Daniel Salamanca decidió viajar en persona a esa localidad para destituir al general Enrique Peñaranda y reemplazarlo por el general José L. Lanza. La relación de Salamanca con Peñaranda fue siempre áspera, lindante casi con la insubordinación. En un radiograma a Peñaranda, luego de la derrota de El Carmen y de la retirada de Ballivián, Salamanca le manifestó: Hago saber a ustedes que el pueblo ya no tiene confianza en la pericia del comando. Presidente Salamanca (en Querejazu Calvo, 1981, pág. 363) La respuesta de Peñaranda no fue menos violenta: Aquí en la línea se piensa lo mismo de su gobierno y no por ello nos alarmamos. General Peñaranda (en Querejazu Calvo, 1981, pág. 363) Fue un error de Salamanca, en su larga lucha contra el comando boliviano, abandonar La Paz sin la custodia adecuada. El 23 de noviembre de 1934, sectores politizados de las fuerzas bolivianas leales al general Peñaranda y al coronel Toro, se resistieron a la orden presidencial. Tropas al mando del mayor Germán Bush cercaron el chalet de la casa Staudt donde se había alojado el presidente Salamanca. En medio del mayor aparato de fuerza se apresó al presidente y capitán general del Ejército [...] quien no tenía siquiera una pequeña escolta Urioste (1940, pág. 137) "De todas las revoluciones o golpes de Estado en Bolivia, esta fue una de las más grotescas. Se extrajeron tropas de las trincheras y en plena zona de operaciones, a doce kilómetros del enemigo, los principales jefes hicieron apuntar cañones a la residencia donde se alojaba el envejecido jefe del gobierno, la rodearon de soldados armados con fusiles y ametralladoras, y con actitudes valentonas, incitadas en algunos de ellos por el alcohol libado durante la noche de vigilia, aprisionaron a su víctima y más tarde le exigieron su renuncia. Salamanca firmó el documento casi gozoso de que los militares, a quienes nunca había estimado y a quienes culpaba de los desastres de la guerra, quitasen de sus espaldas una cruz que se le había hecho demasiado pesada y se condenasen a sí mismos ante el juicio de la historia, con un acto que por el lugar y las circunstancias en que se producía tenía las características de una traición a la Patria". Querejazu Calvo (1977, pág. 185)

Luego los insurrectos acordaron con el vicepresidente Tejada Sorzano para que asumiera la primera magistratura. Fue el mejor cerco que lograron realizar los comandantes bolivianos en toda la guerra y Salamanca no se privó de decírselos. Daniel Salamanca retornó por vía aérea a Cochabamba. Quince días después hubiera tenido que soportar el desastre de Yrendagüé. Se liberó de la responsabilidad pero no del temor que acrecentaba su enfermedad desde un año atrás: la de que Bolivia tuviera que firmar la paz en condiciones de inferioridad, con el ejército paraguayo pisando territorio históricamente boliviano por culpa de los errores de los comandantes insurrectos. Ahora esa tarea era responabilidad de Tejada Sorzano, de Elio y sus correligionarios liberales, o del ejército que iniciaban de nuevo su marcha para apoderarse del gobierno de Bolivia.

Maniobra de Yrendagüé y colapso del Cuerpo de Caballería del coronel Toro (5 al 8 de diciembre de 1934) Situación al 8 de diciembre de 1934. El 9 de noviembre de 1934, el poderoso Cuerpo de Caballería del coronel Toro con 12 000 hombres cercó nuevamente a los paraguayos en la zona del fortín Yrendagüé, único lugar donde el equipo de perforación de pozos del ejército paraguayo encontró abundante agua dulce en el Chaco. El Segundo Cuerpo de Ejército paraguayo, cuya misión era alejar las fuerzas bolivianas de la zona de El Carmen, escapó nuevamente del cerco y continuó su retirada hacia Picuíba-La Faye. El día 10, en el centro del frente occidental, el general Estigarribia puso en marcha su operación de doble envolvimiento contra las fuerzas bolivianas ubicadas en Cañada El Carmen que culminó seis días después con la rendición de dos Divisiones bolivianas. Pese a la derrota boliviana en El Carmen (16/11/1934), el coronel Toro, después de ocupar Picuiba, siguió presionando a Franco con el objetivo de desalojarlo de La Faye sin tener en cuenta el estado de sus propias fuerzas. …las tropas del Cuerpo de Caballería, […] agotadas en su estúpido avance hacia el desierto de Picuiba, donde era sobradamente conocido por todos, llegaron piel y huesos y fueron obligadas a trabajar día y noche en los forzados servicios de exploración y seguridad en el caprichoso y disparatado dispositivo “ofensivo-defensivo” ideado por Toro. Teniente coronel boliviano Félix Tabera (en Tabera, 1979, pág. 408) El general Estigarribia devolvió la 8.ª División al Segundo Cuerpo por lo que a principio de diciembre este disponía de 5500 hombres pero aún así la situación de las fuerzas paraguayas era comprometida. El coronel Franco, tal cual era su característica, ideó un contraataque audaz y sorpresivo por lo casi imposible de su realización. El plan consistía en infiltrar a la 8.ª División entre dos divisiones bolivianas rumbo a Yrendagüé, a través de 70 kilómetros de desierto, en pleno verano, con más de 45 grados de calor a la sombra, abriéndose paso por un monte cerrado para no ser descubierta por las patrullas de control y

la aviación enemiga, apoderarse de los pozos y dejar sin agua a todo el Cuerpo de Caballería boliviano en pleno desierto. La 8.ª División paraguaya, con el coronel Eugenio A. Garay a la cabeza (era el oficial de más edad en el ejército), inició la marcha el día 5 de diciembre y con gran esfuerzo y con sus hombres al borde de la deshidratación llegó a Yrendagüé el día 8 de diciembre, tomó el fortín y los pozos. El coronel Toro, su Estado Mayor y los dos comandantes del Cuerpo de Caballería quedaron aislados en Carandaity a 160 km. de distancia de sus fuerzas ubicadas frente a La Faye. El teniente coronel Félix Tabera, transitoriamente a cargo de esas fuerzas, ordenó la inmediata retirada hacia el fortín "24 de Noviembre" asumiendo la responsabilidad de esa decisión y en contra de las órdenes que enviaba Toro por avión desde Carandaity. Sin agua, las fuerzas bolivianas comenzaron a desintegrarse. Muchos soldados salvaron sus vidas entregándose. Los días 9 y 10, miles de soldados bolivianos que habían abandonado armas y equipos en la retirada hacia el fortín ‘’27 de noviembre‘’, murieron de sed o se suicidaron desperdigados por el desierto. De los 12 000 hombres, Bolivia perdió el 50% de los soldados y el 60% del armamento. Fue una de las batallas más crueles de la guerra y produjo una profunda impresión en el pueblo boliviano cuando se enteró del padecimiento de los soldados. El coronel Toro acusó del fracaso a sus subordinados.[54] El coronel Ángel Rodríguez (del Estado Mayor boliviano) justificó el desastre atribuyéndolo a la ‘’mala suerte‘’, al ‘’optimismo‘’ de Toro y a la falta de oficiales.[55] El historiador estadounidense Bruce W. Farcau, al equiparar las acciones del coronel Franco con las del general George Patton, en la Segunda Guerra Mundial, dice: «La movilidad depende más de la personalidad del comandante y su estado mental que de la velocidad de los vehículos que puedan tener a su disposición».[56]

Batalla de Ybibobó (28 de diciembre de 1934) Después de la derrota en El Carmen y el abandono de Ballivián, el Primer Cuerpo boliviano (Divisiones 4.ª y 9.ª ) al mando del coronel Enrique Frías, estableció una nueva línea defensiva en Ybibobó, a 70 km al oeste de El Carmen, donde comienzan las primeras estribaciones andinas. Los 2500 hombres de la 9.ª División (al mando del coronel Jenaro Blacutt), protegían un frente de 18 kilómetros. Pese a que la aviación boliviana descubrió partes de una picada que construían los paraguayos hacia ese lugar, el comando boliviano desestimó toda posibilidad de ataque en ese sector. El 28 de diciembre de 1934, aprovechando una tormenta, una división paraguaya al mando del mayor Alfredo Ramos se infiltró entre la 9.ª y 8.ª División boliviana y cortó el camino de retirada de la 9.ª División. Todas las líneas de mando de la División boliviana colapsaron produciéndose una gran confusión. La artillería divisionaria abandonó sus posiciones al iniciarse el ataque, muchos soldados huyeron hacia el río Pilcomayo, otros rompieron el cerco por iniciativa propia y el resto se rindió. En los primeros días de enero 1200 hombres fueron hechos prisioneros, unos 200 se ahogaron en el cruce del Pilcomayo. La 9.ª División se desintegró, pero se salvaron los coroneles Frías y Blacutt y otros oficiales.

Constitución del Tercer Ejército Boliviano y batallas finales Defensa de Villamontes Luego de la derrota de Ybibobó, el comando boliviano estableció una nueva línea de defensas en Villamontes. Con sus arsenales, depósitos y líneas de comunicación, este pueblo era el último punto de apoyo que le quedaba a Bolivia en el Chaco. Su pérdida hubiera abierto el camino a Tarija, y teniendo en cuenta las precarias líneas de comunicaciones bolivianas, hubiera dejado toda esa zona en manos de los paraguayos. Después que otros jefes se rehusaron a asumir la responsabilidad, la tarea fue encomendada a los coroneles Bernardino Bilbao Rioja y Moscoso. La concentración de artillería realizada no tenía precedente; las fortificaciones de campaña eran extensas. La moral de las tropas experimentó un repunte debido al buen liderazgo. El río Pilcomayo, incluido en las defensas del Sector Sur, sector encomendado a Bilbao, se tornó impasable para el enemigo al destacarse a la 4.ª División boliviana a lo largo de la rivera de ese río.

Cañones binarios de la cañonera "Humaitá". Pese a las pérdidas experimentadas en 1934, el reconstituido ejército boliviano alcanzó por tercera vez desde iniciada la guerra la superioridad de efectivos y medios sobre las fuerzas paraguayas. Pero los problemas seguían siendo los mismos, los soldados reclutados carecían de experiencia a lo que se sumaba defectos muy ostensibles en la conducción. Por esa razón, en contra de todas las expectativas, el ejército paraguayo mantuvo la iniciativa: el 11 de enero de 1935, dos regimientos bolivianos fueron rodeados sufriendo 330 muertos y 200 prisioneros obligando al resto a retirarse. Un destacamento bajo las órdenes del coronel Caballero Irala logró llegar hasta el río Parapetí, y desde Carandaitý, el coronel Franco tomó Boyuibé el 28 de enero, cortando el camino entre Villa Montes y Santa Cruz. Diez días después (febrero de 1935), fuerzas paraguayas lograron envolver el flanco derecho de las defensas de Naicorainza, pero los bolivianos fueron reforzados por la 1.ª División de Caballería y Franco debió retirarse. En un último esfuerzo el general Estigarribia decidió atacar Villa Montes el 13 de febrero con 5000 hombres. La aviación, las fortificaciones y la artillería frenaron el avance

paraguayo que carecía de granadas para sus cañones. A pesar de la inferioridad numérica y de medios, un destacamento bajo las órdenes del coronel Garay cruzó el río Parapetí, ya fuera del Chaco, y penetró en territorio boliviano capturando Poperé el 5 de abril. Una contraofensiva boliviana lanzada el 14-16 de abril penetró las líneas paraguayas a lo largo del camino a Camatindy, y el 19 de abril, los bolivianos retomaron Tarari, obligando al coronel Fernández y sus fuerzas a retirarse. El éxito del contragolpe boliviano fue limitado y se realizó al costo de elevadas bajas. El esfuerzo del ejército paraguayo estaba llegando al máximo, hasta tal punto que debido a la carencia de artillería Estigarribia solicitó a la marina paraguaya desmantelar los cañones binarios delanteros de 6 metros de largo y 120 milímetros de diámetro de la cañonera Humaitá para transportarlos a 15 kilómetros de Villa Montes y, desde esa posición, destruir sus defensas. Se prepararon los puentes del ferrocarril, se diseñó un medio de transporte que soportara los 5500 kilos de peso, se planeó la construcción de un soporte de cemento para sostener el retroceso y se transportó al Chaco un tractor de gran capacidad para llevarlo hasta la zona de operaciones. La finalización de la guerra impidió que los cañones del Humaitá pudieran actuar sobre Villa Montes.

Batalla de Ingavi (4 al 8 de junio de 1935) La batalla de Ingavi comenzó el primero de junio de 1935 con una ofensiva de la 6.ª División boliviana comandada por el coronel Ángel Ayoroa compuesta por 3000 hombres. Dicha división estaba integrada, entre otros, por el RI-14 "Florida" (al mando del teniente coronel Julio Bretel), y el RC-2 "Ballivián" (al mando del teniente coronel René Pantoja).[57] El destacamento paraguayo estaba a cargo del teniente coronel José Cazal Rivarola que conocía muy bien la zona y su traslado al fortín Ingavi fue hecho por Estigarribia dada la inminente ofensiva boliviana contra las fuerzas paraguayas estacionadas allí desde fines de abril de 1935. Sus órdenes eran que Ingavi no debía caer en manos enemigas dada las conversaciones diplomáticas en curso. Las fuerzas paraguayas estaban organizadas en tres "pseudos" regimientos e integradas por expertos veteranos con años de combate, entre ellos el "Batallón 40" que había encabezado la maniobra para la toma de Yrendagüé. Cazal reforzó las defensas de Ingavi con el mínimo indispensable de soldados y mantuvo por afuera de ella una reserva móvil para realizar maniobras sobre el enemigo.[58] Al cuarto día de iniciado el ataque boliviano, Cazal Rivarola, con no más de 850 hombres, fracturó a la División enemiga y rodeó separadamente a las poco experimentadas fuerzas bolivianas. Entre el 7 y el 8 de junio la batalla de Ingavi terminó con la captura del teniente coronel Bretel (en ese momento comandante de la 6.ª División cercada), de los mayores Marcial Menacho Páez y Humberto Berndt Vivanco, mercenario chileno que fuera contratado por el ejército boliviano cinco meses antes, en enero de 1935, y que al caer prisionero comandaba el regimiento "Ballivián" de la 6.ª División.[59] Las fuerzas de Cazal Rivarola avanzaron los días siguientes por el camino Ingavi-Ravelo desalojando a fuerzas dispersas y desmoralizadas que pertenecían a la 6.ª División que no habían sido cercadas, de la 5.ª División que acudió en su auxilio y de varios refuerzos que se replegaban hacia Ravelo.

"[Llega el prisionero boliviano] subteniente Maximiliano Rojas Zapata [...] en estado de total agotamiento [por] las continuas retiradas [que] debía hacerlo al trote para alcanzar sus nuevas posiciones [...] estas circunstancias estaban desmoralizando muchísimo a Oficiles y tropas, tanto a las que estaban actuando como las que venían de refuerzos, para estos últimos el panorama que observaban no era nada halagador y rápidamente se apoderaba de ellos el mismo estado de ánimo de sus compañeros. Lo que viene a corroborar [...] que el cese del fuego libró a Bolivia, en ese sector, de un descalabro aún mayor" Teniente coronel paraguayo Cazal Rivarola (en Cazal Rivarola, 1979, pág. 311) La velocidad del avance impidió que las fuerzas bolivianas pudieran sostenerse en el km. 25 ni en el km. 35 ("Pozo del bárbaro") donde existía una importante fortificación. Se capturaron prisioneros, camiones, armas y provisiones.[60] Comanchaco (el general Estigarribia) toma las disposiciones de que nuestro convoy vaya conduciendo prisioneros y heridos por itinerario [...] más corto para llegar a “180” y de allí a Camacho. De paso tener asegurada esa vía, con los puestos de etapas para el reaprovisionamiento, para la emergencia que, de continuar más la guerra, utilizar dicho camino como eje para aprovisionamiento de pertrechos y tropas para una posible gran maniobra que ya se vislumbraba por el sector Ingavi-Ravelo-Roboré, pues con la victoria de Ingavi [...] se le presentaba indiscutiblemente nuevos planteamientos y favorables perspectivas tácticas y estratégicas. Teniente coronel paraguayo José Cazal Rivarola (en Cazal Rivarola, 1979, pág. 291) En ese mismo momento, en Buenos Aires (Argentina), se llegaba al acuerdo de firmar, el día 12 de junio, un protocolo de paz. Ese día las tropas de Cazal Rivarola ya habían avanzado 32 kilómetros desde Ingavi y estaban a solo 15 kilómetros de su nuevo objetivo: Ravelo y las instalaciones petrolíferas bolivianas. “Frente a esta situación [el peligro de perder las riquezas petrolíferas] no podemos cruzarnos de brazos y espectar el drama, cuya prolongación puede causar la ruina definitiva del país” (Acta de la sesión de 5 de junio [1935]. Y para colmo de males, el mismo día 8, circuló en Buenos Aires la noticia de haber sido copado el regimiento Florida al norte de Ingavi. La propaganda paraguaya atribuía a este golpe el haber dejado abierto el camino del Roboré. Mercado Moreira (1966, pág. 213) Estos hechos influyeron en la decisión del comando boliviano de exigir a sus diplomáticos de que aceptaran la propuesta paraguaya y firmaran el protocolo de paz.

Fin de la guerra E. Martínez Thedy (Uruguay), Luis A. Riart (Paraguay), Tomás M. Elío (Bolivia) y Carlos Saavedra Lamas (Argentina) negocian la Paz del Chaco.

Sello postal conmemorativo de la Paz en el Chaco, con los escudos de Paraguay y los de los estados garantes: Argentina, Brasil, Chile, Perú, Estados Unidos y Uruguay. Sello postal conmemorativo Paz del Chaco y homenaje a los soldados paraguayos. Después de largas negociaciones, el tratado para terminar la guerra fue firmado en Buenos Aires (Argentina) el 21 de julio de 1938. El canciller argentino Carlos Saavedra Lamas, había convocado a una Conferencia de Paz en Buenos Aires. Había obtenido el premio Nobel de la Paz de 1936, por su labor en pro de la paz en general, y en particular por haber inspirado el Pacto antibélico Saavedra Lamas, firmado por 21 naciones y convertido en un instrumento jurídico internacional. Tuvo un papel importante como mediador para finalizar la guerra del Chaco. Paraguay retuvo las 3/4 partes del Chaco Boreal. Bolivia recibió una zona a orillas del río Paraguay, donde se encuentra hoy día Puerto Busch.

Acuerdo limítrofe El 27 de abril de 2009, 74 años después de finalizado el enfrentamiento bélico, los presidentes Evo Morales de Bolivia y Fernando Lugo de Paraguay firmaron en Buenos Aires el acuerdo definitivo de límites territoriales del Chaco Boreal. El acto se realizó en presencia de la presidenta de la Argentina Cristina Fernández de Kirchner, previa aceptación por parte de sus respectivos cancilleres del “Acta de cumplimiento y ejecución” del Tratado de paz, amistad y límites entre Bolivia y Paraguay de 1938

Guerra del Pacífico Guerra del Pacífico Mapa de las fronteras actuales y anteriores a la Guerra del Pacífico entre Bolivia, Chile y el Perú.

Fecha

1879–1883

Lugar

Costa de Bolivia; costa y sierra del Perú en Sudamérica

Causas

Aprobación del contrato entre Bolivia y la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta a cambio del pago del impuesto de

10 centavos por quintal de salitre exportado en territorio boliviano Conflicto

Disputa territorial bolivianachilena

Resultado

Victoria chilena. 





Cambios territoriales 





anexión del Departamento del Litoral, posteriormente cedido por Bolivia a Chile en 1904. Departamento de Tarapacá cedido por Perú a Chile en 1884. Puna de Atacama cedida por Bolivia a Chile y Argentina, posteriormente repartida entre estos en 1889/1899. Arica ocupada por Chile en 1884, cedida por el Perú en 1929. Tacna ocupada por Chile en 1884, regresó al Perú en 1929. Tarata ocupada por Chile en 1885, regresó al Perú en 1925.

Beligerantes Bolivia Perú

Chile Comandantes

Presidentes de Perú

Presidente de Chile

Mariano Ignacio Prado (1876-1879) Nicolás de Piérola (1879-1881) Francisco García Calderón (12 mar. 1881-28 sep. 1881) Lizardo Montero Flores (1881-1883) Miguel Iglesias (Norte del Perú 18821885) Presidente de Bolivia Hilarión Daza (1876-1879) Narciso Campero (1879-1884) Comandante en jefe del Ejército Aliado Juan Buendía Narciso Campero Pedro Silva Andrés A. Cáceres Comandante en jefe de la Marina de Guerra del Perú Miguel Grau Seminario † Aurelio García y García

Anibal Pinto (1876-1881) Domingo Santa Maria (1881-1886) Ministro de Guerra y Marina de Chile Rafael Sotomayor Baeza (1879-1880) José Francisco Vergara (1880-1881) Carlos Castellón Larenas (1881-1883) Comandante en jefe del Ejército Justo Arteaga (8 de abril de 1879 a 18 de julio de 1879) Erasmo Escala (1879-1880) Manuel Baquedano (18801881) Comandante en jefe de la Armada de Chile Juan Williams Rebolledo Galvarino Riveros Juan José Latorre Comandante en Jefe de Ejército de Ocupación Pedro Lagos Patricio Lynch

Fuerzas en combate Ejército de Bolivia Ejército del Perú Marina de Guerra del Perú

Ejército de Chile Armada de Chile

Campaña naval de la Guerra del Pacífico Chipana – Bloqueo de Iquique – Expedición al Callao – Iquique – Punta Gruesa – Antofagasta (1°) – Iquique (2°) – Rímac – Antofagasta (2°) – Correrías del Huáscar – Angamos – Pilcomayo - Arica (1°) – Arica (2°) – Bloqueo del Callao Campaña de Tarapacá Calama · Mejillones · Río Grande · Quillagua · Pisagua · Germania · San Francisco · Tarapacá · Tambillo · Camarones Campaña de Tacna y Arica Desembarco en Ilo y Pacocha – Moquegua – Accìon 21 de Marzo 1880 – Ángeles – Sama – Locumba - Buena Vista – Alto de la Alianza – Arica – Palca – Expedición a Ilo – Expedición a Mollendo – Tarata Campaña de Lima Expedición Lynch · Desembarco en Chilca · Pachacamac · El Manzano · Humay · Ate · Rinconada · San Juan · Miraflores · Ocupación de Lima · Lurín Campaña de la Breña San Jeronimo · Sángrar · puente Verrugas · puente Purguay · Calientes · Pachía (1º) · Motupe · Cienaguilla · Guadalupe · Pucará (1°) · Acuchimay · Comas · La Oroya · Pazos1 · Pazos2 · Sierralumi · Huaripampa · Huancaní · Caratupampa · Llocllapampa · Sicaya · Chupaca · Acostambo · Ñahuimpuquio · Marcavalle y Pucrara (2°) · Concepción · Tarmatambo · San Juan Cruz · Ungatá · Puruguay · Purhuay · San Pablo · Pampa Blanca · Huamachuco · Izcuchaca · Coari · Mirave · Arequipa · Titicaca · Pachía (2º) · Tatara La Guerra del Pacífico, también denominada Guerra del Guano y Salitre, fue un conflicto armado acontecido entre 1879 y 1883 en el cual se enfrentaron la República de Chile contra las repúblicas de Bolivia y del Perú.

Contenido [ocultar]         

1 Antecedentes 2 Crisis e inicio del conflicto 3 Campaña naval 4 Campañas terrestres 5 Consecuencias 6 Véase también 7 Referencias 8 Bibliografía 9 Enlaces externos

Antecedentes Carta del desierto de Atacama y su litoral, entre los 20º y 24º S y los 71º y 68º W (abril de 1879). A mediados del siglo XIX, el desierto de Atacama había adquirido un gran valor económico debido al descubrimiento de valiosos yacimientos de guano y, posteriormente, de salitre, ambos, entonces, con buena ley y buen precio en el mercado internacional. Existen discrepancias entre los historiadores bolivianos y chilenos con respecto a si el territorio de la Audiencia de Charcas, primero dependiente del Virreinato del Perú y después del Virreinato del Río de la Plata, disponía o carecía de litoral. Apoyándose en diversos documentos, los bolivianos insisten en que lo tenía; por su parte, los chilenos lo niegan o lo ponen en duda. Al crearse la República de Bolivia en 1825,[1] Simón Bolívar incluyó la costa de Cobija (Puerto La Mar) como parte de esta nueva república. La explotación económica de esa zona costera fue llevada a cabo por empresarios y pirquineros chilenos. Antes del inicio de la guerra, los respectivos presidentes eran Hilarión Daza (en Bolivia), Aníbal Pinto Garmendia (en Chile) y Mariano Ignacio Prado (en el Perú). Las Repúblicas de Bolivia y de Chile habían suscrito dos tratados de límites: el primero de ellos en 1866 (Tratado de límites de 1866 entre Bolivia y Chile) y el segundo en 1874, junto a un protocolo complementario en 1875 (Tratado de límites de 1874 entre Bolivia y Chile). Ambos tratados fueron ratificados en su oportunidad y canjeados en Santiago y en La Paz. De acuerdo con su preámbulo, el tratado de 1866 tenía por finalidad, "poner un término amigable y recíprocamente satisfactorio a la antigua cuestión pendiente entre ellas sobre la fijación de sus respectivos límites territoriales en el desierto de Atacama y sobre la explotación de los depósitos de huano existentes en el litoral del mismo desierto" [sic],

estableciendo en su artículo I que la frontera de los dos países sería "en adelante el paralelo 24 de latitud meridional desde el litoral del Pacífico hasta los límites orientales de Chile". Asimismo, establecía una medianería en favor de ambos países, entre los paralelos 23 y 25, sobre los productos provenientes de la explotación de los depósitos de guano y los derechos de exportación que se percibieran sobre los minerales extraídos en aquella área. El gobierno que depuso a Mariano Melgarejo declaró como nulos todos los actos del gobierno anterior, incluyendo los tratados de límites firmados con Chile y Bolivia. Esta declaración tensionó las relaciones con el gobierno chileno hasta la firma del Tratado de 1874, que reemplazó al de 1866. Este último tratado volvió a fijar como límite entre las Repúblicas de Chile y Bolivia "El paralelo del grado 24 desde el mar hasta la cordillera de los Andes en el divortia aquarum" [sic], estableciendo, además, en el artículo IV, que los derechos de exportación que se impusieran sobre los minerales exportados en el territorio comprendido entre los paralelos 23 y 25 de latitud sur "no excederan la cuota de la que actualmente se cobra, i las personas, industrias y capitales chilenos no quedarán sujetos a mas contribuciones de cualquiera clase que sean que las que al presente existen. La estipulación contenida en este artículo durará por el termino de venticinco años" [sic]. Este tratado internacional era el vigente hacia 1879. El 27 de noviembre de 1873, la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, una sociedad chilena formada por capitales chilenos y británicos, firmó un acuerdo con el gobierno boliviano que le autorizaba la explotación de salitre libre de derechos por 25 años, desde la bahía de Antofagasta hasta Salinas, incluyendo el Salar del Carmen. Dicho acuerdo no fue ratificado por el congreso boliviano, que en ese entonces se encontraba analizando las negociaciones con Chile,[2] que darían como resultado el tratado de 1874.

Hilarión Daza, Presidente de Aníbal Pinto, Presidente de Mariano Ignacio Prado, Presidente del Perú (1876-1879). Bolivia (1876-1879). Chile (1876-1881).

Crisis e inicio del conflicto En 1878, el congreso de Bolivia se abocó al estudio del acuerdo celebrado por el gobierno en 1873. Para Bolivia, el contrato firmado en 1873 con la Compañía de Salitres de Antofagasta aún no estaba vigente porque, de acuerdo con la Constitución boliviana, los contratos sobre recursos naturales debían aprobarse por el Congreso.[2] Ello se hizo por la Asamblea Nacional Constituyente boliviana mediante una ley, el 14 de febrero de 1878, a condición de que se pagara un impuesto de 10 centavos por quintal de salitre exportado por la compañía.

Artículo Único. Se aprueba la transacción celebrada por el ejecutivo en 27 de noviembre de 1873 con el apoderado de la Compañía Anónima de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta a condición de hacer efectivo, como mínimo, un impuesto de diez centavos en quintal de salitre exportado. Asamblea Nacional Constituyente de Bolivia. Ley de 14 de febrero de 1878[3] En lo que respecta a Chile, el cobro del impuesto de 10 centavos sobre quintal exportado violaba el artículo IV del tratado de 1874. Por ello, dicho impuesto encontró una gran resistencia por parte de los propietarios de la empresa afectada y una cerrada defensa de su causa por parte del gobierno de Santiago, desencadenándose un conflicto diplomático. A lo largo de los meses subsiguientes, el gobierno boliviano se abstuvo de implementar la ley mientras se discutían las objeciones presentadas por el gobierno chileno. El 8 de noviembre, el canciller Alejandro Fierro envió una nota al canciller Martín Lanza indicando que el Tratado de 1874 podría declararse nulo si se insistía en cobrar el impuesto, renaciendo los derechos de Chile anteriores a 1866. El 17 de noviembre, el gobierno de La Paz ordenó al prefecto del departamento de Cobija que aplicara la ley del impuesto para iniciar las obras de reconstrucción de Antofagasta. Aunque ambas partes propusieron la resolución del conflicto por vía de un arbitraje, tal como lo contemplaba el Protocolo de 1875, este no llegó a realizarse ya que mientras el gobierno de Chile exigía que se suspendiera la ejecución de dicha ley hasta que su legalidad fuese determinada por un árbitro, el gobierno de Bolivia exigía que el blindado Blanco Encalada y sus fuerzas navales se retiraran de la bahía de Antofagasta. El 6 de febrero, ante las protestas por parte de la Compañía de Salitres por la ley del impuesto y dado que el contrato no había cumplido con los trámites para declararlo, el gobierno de Bolivia rescindió el contrato con la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta. El prefecto Zapata ordenó rematar sus bienes para cobrar los impuestos generados desde febrero de 1878. En Chile, la decisión de impedir el remate se tomó la mañana del 11 de febrero, cuando, en una sesión especial del gabinete chileno, se recibió un telegrama del norte, conteniendo textualmente un mensaje del ministro plenipotenciario de Bolivia "Anulación de la ley de febrero, reivindicación de las salitreras de la compañía". Este gatilló la decisión del presidente Aníbal Pinto de ordenar la ocupación de Antofagasta, que se realizó el 14 de febrero de 1879, ocupando tropas chilenas el litoral boliviano hasta el paralelo 23.[4] El 14 de febrero, el día del remate, tres naves chilenas arribaron a Antofagasta, Mejillones, Cobija y Caracoles reinvindicándose estos territorios. El 16 de febrero, llegó a Lima el ministro boliviano Serapio Reyes a fin de exigirle al gobierno peruano que cumpliera con el tratado de alianza defensiva de 1873. El 27 de febrero, Hilarión Daza decretó el estado de sitio en Bolivia. Gracias a los archivos de la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta, se sabe que en Chile no existía interés en ir a la guerra por salvar a la compañía, a pesar de que muchos políticos y ministros importantes eran accionistas minoritarios de la compañía[cita requerida]. Sin embargo, la decisión sería otra en el caso de que se remataran efectivamente las salitreras, lo que, según la visión del presidente de Chile Aníbal Pinto, supondría la violación efectiva del tratado.

Batallón Nº 3 de Línea del Ejército de Chile, formados en columnas en la Plaza Colón de Antofagasta, Bolivia en 1879. El Perú, que había suscrito el Tratado de Alianza Defensiva con Bolivia de carácter secreto en 1873 y al que Argentina no se había adherido, trató de persuadir al gobierno de La Paz para someterse a un arbitraje con la misión Quiñones,[5] figura que se encontraba estipulada en el protocolo complementario de 1875, toda vez que se trataba de un "problema tributario" y no territorial. El gobierno peruano, para mediar en el conflicto, envió a su ministro plenipotenciario José Antonio de Lavalle a Chile; la misión del diplomático fracasó. El canciller chileno Alejandro Fierro preguntó al plenipotenciario peruano sobre la existencia de un "Tratado Secreto" firmado con Bolivia en 1873. Lavalle no tenía instrucciones sobre ello y le indicó que en la comisión diplomática del congreso a la que él pertenecía no se había tocado ese tema. En Lima el 20 de marzo, el presidente peruano le expuso al representante chileno Godoy que el tratado existía y que convocaría al congreso peruano para evaluar qué actitud tomar ante Chile y Bolivia. El 1 de marzo, el gobierno de Bolivia declaró cortado todo comercio con Chile, asumiendo que hay un estado de guerra.[6] El 15 de marzo, Chile inició preparativos para ocupar más al norte del paralelo 23. Con ello, el 23 de marzo, tuvo lugar la batalla de Calama, en la que las fuerzas chilenas vencieron a un grupo de civiles bolivianos. El 5 de abril de 1879, Chile declaró la guerra a Bolivia y Perú. La revisión y análisis del tratado de 1873 entre Perú y Bolivia, lleva a historiadores peruanos a la conclusión de que el Perú tenía la opción de decidir si este tratado estaba vigente, ya que Bolivia había firmado uno de límites con Chile en 1874 sin consultar al Perú,[7] o si la agresión a Bolivia era real o si el asunto merecía un arbitraje. Esta misma interpretación dice que, a raíz de la penetración de tropas chilenas en territorio boliviano y el poco interés del gobierno de Chile en "una salida diplomática" y a la declaratoria de guerra que le hace el gobierno chileno el 5 de abril, Perú se sintió ligado a Bolivia por el tratado recíproco de defensa y entró, asimismo, en la contienda, declarando el casus foederis (expresión latina que significa "motivo de la alianza"; en la terminología diplomática, describe la situación en la cual entrarán en juego los miembros de una alianza, por ejemplo, "cuando una nación sea atacada por otra"). En cambio, la historiografía chilena afirma que el pacto es defensivo en la forma, pero ofensivo en el fondo, por lo que considera la mediación de Perú después de la toma de Antofagasta como una forma de ganar tiempo, mientras se realizaban preparativos de guerra.[8] Además declara un motivo de más largo alcance para que la guerra terminara en un conflicto entre Chile y Perú, que sería, según esta visión, una enemistad que tendría raíces en la época colonial, exacerbada en la independencia y en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana. Por otra parte, la historiografía peruana afirma que la relaciones coloniales eran de cooperación y comercio entre los puertos del Callao y Valparaíso. Después de proclamada la Independencia, ambos gobiernos suscribieron un tratado de Liga, Alianza y Confederación el 23 de diciembre de 1822, que establecía principalmente una alianza

militar entre el Perú y Chile, el cual se complementó el 26 de abril de 1823 con un tratado de Auxilios, que reglamentaba el financiamiento de la campaña libertadora[9] y aunque posteriormente el gobierno peruano no reconoció dicha deuda, en 1839, con la derrota de la Confederación, el Perú pagó a Chile la deuda contraída por el servicio prestado por el ejército chileno en la campaña restauradora y la independencia,[10] así como reconoció las acciones de los oficiales de Chile otorgándoles premios[11] y condecoraciones del ejército del Perú por reunificar el Perú y derrotar a Santa Cruz reconociendo a Chile como aliado del Perú.[12] Esta alianza volvería a fortalecerse en 1866 durante la Guerra HispanoSudamericana en la cual las escuadras navales de ambos países combatieron juntas a la Armada Española en el Combate naval de Abtao. Tras el Combate del Callao y el retiro de la flota europea de aguas americanas en octubre del mismo año, el ministro chileno en el Perú Marcial Martínez, en cumplimiento de una ley dada por el congreso de su país, confirmó al presidente peruano Mariano Ignacio Prado (el mismo en 1879) los despachos de General de División en el Ejército Chileno.[13] Esto ha llevado a la historiografía peruana a afirmar la existencia de intereses económicos y políticas expansionistas en la clase dirigente chilena de ese entonces como verdadero motivo del estallido de la guerra.

Campaña naval

Combate Naval de Iquique, óleo de Thomas Somerscales. A comienzos de la guerra era evidente que antes de cualquier operación militar en un terreno tan difícil como el desierto de Atacama, debía ganarse el control de los mares. El poder de la escuadra chilena se basaba en las fragatas blindadas gemelas, Cochrane y Blanco Encalada, de 3.560 toneladas, 6 cañones de 250 libras de avancarga, 2 de 70, y 2 de 40 libras, blindaje de 9 pulgadas, velocidad de 11 millas a su máxima capacidad. El resto de la escuadra estaba formada por las siguientes naves de madera: las corbetas Chacabuco, O’Higgins y Esmeralda, la cañonera Magallanes y la goleta Covadonga. La escuadra peruana basaba su poder en la fragata blindada Independencia y el monitor Huáscar. La Independencia desplazaba 3.500 toneladas, tenía un blindaje de 4½ pulgadas, 2 cañones de 150 libras, 12 de 70, 4 de 32, 4 de 9 libras, y andar de once millas a su máxima capacidad. El monitor Huáscar deplazaba 1.745 toneladas, blindaje de 4½ pulgadas, 2 cañones de 300 libras de avancarga, ubicados en la torre giratoria, y 11 millas de velocidad a su máxima capacidad, con lo cual posiblemente era la nave de combate más moderna de la marina de guerra del Perú. Completaban la escuadra peruana los monitores fluviales Atahualpa y Manco Cápac, la corbeta de madera Unión y la cañonera de madera Pilcomayo. Bolivia contaba con buques de guerra como el Guardacostas Bolívar, el Guardacostas Mcal. Sucre y las embarcaciones Laura y Antofagasta.

Combate Naval de Angamos, óleo de Thomas Somerscales. El puerto peruano de Iquique fue bloqueado por parte de la armada chilena. En el Combate naval de Iquique, el 21 de mayo de 1879, el monitor Huáscar, al mando del capitán de navío Miguel Grau Seminario, logró hundir a la corbeta chilena Esmeralda, al mando del capitán de fragata Arturo Prat Chacón, el que, al morir durante el combate, se convierte en el mayor héroe naval chileno. El mismo día, la fragata Independencia se enfrentó con la goleta 'Covadonga, cuyo comandante capitán de corbeta Carlos Condell de la Haza, prefirió evadir el combate bordeando la costa, perseguido por la Independencia que, en su afán de espolonear a la Covadonga, hizo que el blindado peruano encallara en Punta Gruesa. El resultado de ese día en Iquique y Punta Gruesa caló hondo en la opinión pública de ambos países. Los combates navales de Iquique y Punta Gruesa le dieron una victoria táctica al Perú: el bloqueo del puerto de Iquique fue levantado y las naves chilenas fueron hundidas o abandonaron el área. En el combate de Iquique, después de que el Huáscar hundiera la Esmeralda, Grau ayudó a los náufragos y envió un pésame a la esposa de Arturo Prat; mas tarde en Punta Gruesa, la escuadra peruana perdió a la fragata blindada de 3.500 toneladas al encallar en unos arrecifes cuando intentaba capturar una nave de madera de 630 toneladas, quienes continuaban en combate hasta la llegada del Huáscar. La pérdida de la fragata blindada Independencia, la mayor nave de la escuadra de la marina de guerra del Perú, representó un golpe irreparable para ésta.[14] Pese a su condición de inferioridad numérica, el comandante del Huáscar mantuvo en jaque a toda la escuadra chilena durante seis meses. Entre las acciones más destacadas de las llamadas correrías del Huáscar se cuentan: el primer combate naval de Antofagasta (26 de mayo de 1879) y el segundo combate naval de Antofagasta (28 de agosto de 1879). El punto culminante fue la captura del vapor Rímac, el 23 de julio de 1879. En esta acción, Grau no sólo capturó dicho buque, sino también el regimiento de caballería Carabineros de Yungay el cual se encontraba abordo. Este hecho causó una crisis en el gobierno chileno que provocó la renuncia del almirante Juan Williams Rebolledo. Tras la renuncia de Williams, el mando de la escuadra chilena fue entregado al comodoro Galvarino Riveros Cárdenas quien se abocó a dar caza al Huáscar. El combate decisivo de la campaña naval tuvo lugar en Punta Angamos, el 8 de octubre de 1879. En este combate, el monitor Huáscar, junto con la Unión, que logró escapar, fue finalmente capturado por la armada de Chile, a pesar del intento de hundirlo por parte de su tripulación. Durante el combate murió su comandante Miguel Grau Seminario, convirtiéndose a su vez en el héroe patrio del Perú. El combate naval de Angamos marcó el fin de la campaña naval de la Guerra del Pacífico.

Campañas terrestres

Batalla de Arica, óleo de Juan Lepiani. Las tropas del ejército chileno iniciaron una serie de maniobras militares en las provincias de Tarapacá, Tacna y Arica. Las victorias de Pisagua, Pampa Germania y Dolores, a fines de 1879, aseguraron el dominio chileno sobre el departamento de Tarapacá, así como las de Tacna y Arica en 1880. La batalla de Tarapacá fue una victoria aliada, pero ésta no cambió el curso de los acontecimientos a favor de los aliados, pues Bolivia se retiró de la guerra después de la batalla del Alto de la Alianza en Tacna y Chile siguió luchando contra el Perú. La capital peruana vivía desconectada del resto del país y subestimó completamente la situación bélica, lo que contribuyó a desestabilizar completamente su clase política y a evitar una preparación efectiva para enfrentar el desembarco chileno al sur de la ciudad. En enero de 1881, las tropas chilenas entraron en Lima, después de las batallas de San Juan y Miraflores. En esta última, la propia población civil defendió sin éxito la ciudad cuando el ejército chileno atacó tres de los doce reductos. Después de la batalla, hubo incendios y saqueos en los poblados de Chorrillos y Barranco.

Plaza principal de Chorrillos antes de la Batalla de San Juan.

Plaza principal de Chorrillos después de la Batalla de San Juan.

Las fuerzas chilenas establecieron su autoridad y se impusieron cupos de guerra a la población limeña. Se impuso el orden en la ciudad, en las zonas de ocupación, y se restablecieron las actividades. Sin embargo, este orden no evitó la salida de objetos y bienes científicos o culturales, tales como instrumentos, herramientas, mobiliario y libros, algunos de los cuales fueron enviados a Chile, terminando otro tanto en manos de privados de ambos países. El dictador Nicolás de Piérola Villena, quien se retiró de la capital para pretender seguir gobernando desde el interior del país, fue sustituido por un gobierno civil a cargo de Francisco García Calderón, que se negó a firmar la entrega del Departamento de Tarapacá. Sin posibilidades de firmar la paz, el jefe de la ocupación chilena Vicealmirante Patricio Lynch estableció su cuartel militar en el Palacio de Pizarro en Lima y dirigió el combate contra la resistencia peruana en la sierra, en lo que se denomina la Campaña de la Breña o de la sierra, enfrentando abundantes actos de sedición en la misma ciudad y, posteriormente, una resistencia claramente organizada.

Entrada del ejército chileno a Lima. Después de los enfrentamientos en San Juan y Miraflores, el entonces Coronel peruano Andrés Avelino Cáceres y otros, como el capitán José Miguel Pérez, decidieron llegar a los Andes Centrales para organizar y reiniciar la resistencia al ejército de ocupación chileno. Para ello, el 15 de abril de 1881, se embarcaron en el tren de la estación de Viterbo, evadiendo la vigilacia de los soldados chilenos, con destino final la ciudad de Jauja. Así, y en gran medida ayudado por su profundo conocimiento de la lengua quechua, Cáceres organizó la defensa entre la población civil de la Sierra Central y el Coronel Gregorio Albarracín en la Sierra Sur, quienes ejecutaron una efectiva guerra de guerrillas durante tres años. Eligieron la breña de los Andes Centrales porque presentaba una topografía excelente para aplicar la estrategia de guerra de guerrillas y, también, porque existían nuevos elementos humanos, aunque sin entrenamiento y con escaso armamento para una lucha prolongada. La resistencia militar liderada por Cáceres en la regiones sur y centro andinas obtuvo varias victorias contra las fuerzas chilenas y se dirigió a Cajamarca, en la sierra norte, para evitar el encumbramiento de Miguel Iglesias, quien desde 1882 había manifestado firmar la paz con el gobierno chileno, aceptando cesión territorial. El 3 de mayo de 1883, la base del Tratado de Ancón ya estaba acordada entre Patrico Lynch y Miguel Iglesias quien firmó este convenio inicial desde Cajamarca.[15] El 10 de

julio de 1883, se desarrolló la Batalla de Huamachuco entre Andrés A. Cáceres y Alejandro Gorostiaga, finalizando con una victoria chilena. Miguel Iglesias envió una comisión especial para felicitar a Gorostiaga por su victoria. De esta manera, Cáceres había sido minimizado lo suficiente como para no cuestionar su autoridad. Montero, por su parte, tuvo que salir de Arequipa para evitar la destrucción de la ciudad. El 20 de octubre de 1883 terminó en Ancón la discusión de los términos del tratado de paz. Una vez firmado el Tratado de Ancón, el 11 de marzo de 1884, la Asamblea Constituyente aprobó el Tratado. Iglesias marchó hacia Lima para asumir el gobierno del Perú. Después de la guerra, las diferencias entre Cáceres e Iglesias dieron origen de una guerra civil entre los partidarios de ambos líderes, que finalizó en 1885 con el triunfo del primero.

Consecuencias El costo del conflicto en vidas humanas fue alto, sobre todo en lo que se refiere a pérdidas de vidas civiles. Un conteo hace calcular que las bajas estuvieron entre los 14 000[16] y 23 000[17] muertos, entre civiles y militares, a lo largo de la guerra. La guerra concluyó oficialmente el 20 de octubre de 1883 con la firma del Tratado de Ancón, mediante el cual el Departamento de Tarapacá pasó a manos chilenas permanentemente y las provincias de Arica y Tacna quedaron bajo administración chilena por un lapso de 10 años, al cabo del cual un plebiscito decidiría si quedaban bajo soberanía de Chile, o si volvían al Perú. A la firma de este tratado, el Departamento de Tacna contaba con tres provincias: Tacna, Arica y Tarata. En 1885, dos años después del tratado, Chile ocupó la provincia de Tarata, la cual fue devuelta al Perú el 1 de septiembre de 1925 por resolución del árbitro Calvin Coolidge, presidente de los Estados Unidos. El plebiscito previsto en el Tratado de Ancón nunca se llevó a cabo y no fue hasta 1929 que se firmó el Tratado de Lima, que contó con la mediación de Estados Unidos, que decidió que gran parte de la provincia de Tacna fuese devuelta al Perú mientras que Arica y el resto quedara definitivamente en manos de Chile. El Estado de Chile pudo iniciar un proceso de chilenización dirigido a la población de Tacna, Arica y Tarapacá, interviniendo en las organizaciones privadas y públicas de la zona. A inicios del siglo XX, la chilenización se hizo más intensiva y compulsiva, llegando a puntos exacerbados hacia el primer centenario de la Independencia de Chile,[18] por la actividad de ciertos grupos de población civil chilena, de naturaleza nacionalista, que comenzaron la creación de "ligas patrióticas" con la finalidad de desaparecer los rasgos peruanos de los territorios de Tacna, Tarata, Arica y Tarapacá. La paz entre Chile y Bolivia fue firmada en 1904. Sin embargo, el tratado de paz entre ambas naciones, en el cual Bolivia definitivamente reconocía la permanente soberanía chilena sobre el territorio previamente en disputa, ha sido origen constante de tensiones

diplomáticas entre ambos países durante el siglo XX y comienzos del siglo XXI, debido a que Bolivia perdió toda posibilidad de salida soberana al océano Pacífico. Tras su victoria, Chile tomó posesión no sólo de una importante extensión territorial, sino también de enormes depósitos salitreros, guaneros y de cupríferos. Éstos fueron adquiridos mayoritariamente por capitales británicos, por medio de la compra de bonos desvalorizados emitidos antes del conflicto por Perú y adquiridos a bajos precios con préstamos de bancos chilenos, que los hacían dueños de las salitreras. Esto ha llevado a parte de la historiografía moderna a ver a los ingleses como instigadores ocultos de la guerra, sin pruebas concluyentes a decir de la historiografía chilena[cita requerida]. Algunos historiadores creen ver en algunas publicaciones de la época, inglesas y europeas en general, por ejemplo la editorial del diario británico "The Bullonist", aparecida en 1879, como pruebas del apoyo a las aspiraciones chilenas. Por el contrario, otros estiman que estas publicaciones se deben más bien al clima electoral existente en Inglaterra y a la ardua disputa entre el Primer Ministro Benjamin Disraeli, partidario de intervenir, y el liberal político británico William Gladstone, contrario a la intervención. El salitre fue la principal fuente de riqueza de Chile hasta el descubrimiento del salitre sintético por los alemanes, durante la Primera Guerra Mundial. Después de la ocupación chilena de Lima en 1881, el gobierno argentino ordenó alistar el ejército, la compra de un blindado, de material de guerra y la construcción de un línea férrea hasta los Andes como vía de abastecimiento. Con ello ambos países se colocaron al borde de una guerra, aceptando la mediación del gobierno estadounidense.[19] El 22 de octubre de 1881, se canjearon en Santiago las ratificaciones del Tratado de límites entre Chile y Argentina, un acuerdo con el que se definieron con precisión los límites preexistentes entre la Argentina y Chile en la región patagónica.[20] [21] Con este tratado, se entendía en Chile que Argentina se comprometía tácitamente a la neutralidad en la guerra que se libraba en el Pacífico y que no firmaría el Tratado de Alianza Defensiva Perú– Bolivia. En 1883, Chile quedó en posesión de la Puna de Atacama de 75 000 km², que hasta entonces había pertenecido a Bolivia y la consideró de su propiedad después del Tratado de Tregua de 1884. Sin embargo, diversos tratados y mediaciones entre Bolivia, Argentina y Chile concluyeron en 1889, cuando Argentina renunció a su reclamo sobre Tarija y Chichas reconociéndolas como territorio de Bolivia, y en 1899, cuando 64 000 km² de la Puna de Atacama quedaron para la Argentina y 11 000 km² para Chile.[22

Guerra del Acre Guerra del Acre o Revolución Acreana

Bolivia en 1899 antes de entrar en la guerra.

Fecha

1899–1903

Lugar

Actual Estado de Acre

Causas

Intentos sucesivos de secesión por parte de los seringueiros brasileños para posteriormente incorporarse al Brasil.

Resultado Tratado de Petrópolis.

Beligerantes Ejército Ejército Nacional Brasileño de Bolivia Seringueiros Columna Veteranos de Porvenir Cuba. Comandantes General y Presidente Presidente José Rodrigues Alves Manuel Pando Luis Gálvez Federico Román Rodríguez de Arias Nicolás Suárez José Plácido de Callaú Castro Bruno Racua Jefferson José Rojas.

Torres General Olímpio da Silveira. Bajas Desconodidas

Desconocidas

La Guerra del Acre (conocida en Brasil como Revolução Acreana —"Revolución Acreana"—) fue un conflicto limítrofe y bélico entre Bolivia y Brasil, cuyo desenlace afectó también territorios en disputa con el Perú e incluso con Paraguay. El conflicto tuvo dos fases desarrolladas durante el periodo 1899-1903 disputándose territorio del Acre rico en árboles de caucho y yacimientos auríferos. Concluyó con la victoria de Brasil y la consecuente anexión de los territorios sobre lo que Bolivia aducía soberanía.

Contenido [ocultar]   

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1 Antecedentes 2 Recursos naturales 3 Guerra o 3.1 Primera Campaña o 3.2 Segunda Campaña 4 Tratado de Petrópolis 5 La Visión Peruana 6 Curiosidades 7 Referencias 8 Enlaces externos

Antecedentes El nombre de Acre dado al territorio en cuestión se debe a uno de los ríos de la región, llamado Aquiry en idiomas nativos y río Acre en español y en portugués. Tras los tratados de Madrid (1750), San Ildefonso - Tratado de Permuta (1777) y Badajoz (1801) todo el territorio del Acre, con una superficie de aproximadamente 355.242 km² quedó confirmado dentro de la soberanía española, siendo entonces fijados sus límites con las posesiones portuguesas (y luego brasileñas) en el paralelo que corre desde las nacientes del río Yavarí hacia el este hasta encontrar la vaguada del río Madera, es decir el paralelo que servía como límite septentrional del Acre era el 7° o el 7° 7' S;[1] tal límite se mantuvo para el Brasil hasta por lo menos 1839.

En 1776 al ser creado por la monarquía española el Virreinato del Río de la Plata quedaron poco precisados los límites del mismo respecto a los del Virreinato del Perú de modo que al producirse la independencia de Perú y luego la de Bolivia ambos estados se disputaron el territorio. Al concluir la existencia de la Confederación Perú-Boliviana en 1839 la mayor parte del territorio fue ratificado dentro de la soberanía boliviana, pero ya el Brasil aprovechando la debilidad política tanto del Perú como de Bolivia después de la Confederación había incorporado a la provincia (luego estado brasileño) de Amazonas gran parte del Acre corriendo los límites desde el ya citado paralelo 7°S hacia el Este y hacia el Sur (el límite en 1870 con el Perú según el estado brasileño era corrido hacia el sur hasta el paralelo que corresponde a las nacientes del río Purus, esto es hasta casi el 10°S, mientras que para el estado boliviano Brasil mantenía el extremo norte en el paralelo 7°S -desde la tierra de los Guarayous- pero con importantísimas anexiones en el Este imponiendo una frontera diagonal a Bolivia), tal primera anexión quedó como un hecho consumado (o fait accompli) admitido internacionalmente y así luego aceptado por Bolivia siendo presidente Mariano Melgarejo al infrascribir el llamado "Tratado de Amistad" más conocido como Tratado de Ayacucho del 23 de noviembre de 1867 por el cual se entregaban 102.400 km² de territorio a Brasil (principalmente el noroeste del Acre original que pasó así a ser parte del Amazonas brasilero). Manteniendo Bolivia aún unos 253.242 km², desde 1867 y hasta 1903, tuvo como subdivisiones políticas poco definidas del Acre a los territorios llamados Espino (en el norte), Cocama (en el centro) y Manetenery o Manetery en el sur y este, las regiones citadas formaban parte del Territorio de Colonias. Así, hasta principios del siglo XX, el territorio del Acre (actual Estado de Acre) pertenecía a Bolivia. Sin embargo, en gran medida a causa de una gran sequía que afectó al Nordeste brasileño durante el año 1877 se intensificó la inmigración ilegal de brasileños al entonces territorio boliviano, así tras ese año gran parte de su población estaba constituida por brasileños que exploraban seringais, es decir campos en donde abundaba el árbol del caucho, o que se dedicaban a extraer oro y plata de los garimpos (yacimientos) y que, en la práctica, acabaron creando un territorio independiente subsidiario de Brasil porque Bolivia no tenía una presencia notoria en al región. En 1898 la Comisión Demarcadora de Límites favoreció a Brasil con más adquisiciones territoriales a expensas de Bolivia, ésta no pudo hacer nada porque a parte de no contar con mucho apoyo internacional estaba sumida en una sangrienta guerra civil que desgastaba a sus efectivos. La guerra civil en Bolivia dejó notablemente tocado a su ejército que de no haberse producido, podría haber contado con más y mejores efectivos para la defensa del Acre. En 1899, los bolivianos, con nuevas concesiones territoriales a Brasil (citadas anteriormente en 1898), intentaron asegurar el control de la zona fundando como capital administrativa a Puerto Alonso.Como fuerza de policía, se organizó en Cochabamba, un piquete de cuarenta hombres bajo el inmediato comando del subteniente Víctor Rodmípez (ésta era la fuerza inicial de policías de Puerto Alonso tras su fundación).

Se debe señalar que en el año 1899 se había producido un importante avance de colonizadores brasileños que habían ocupado el área de los ríos Purús y el Acre al sur de la línea de fronteras por la inmigración citada anteriormente. Desde Bolivia, los pioneros colonos habían conseguido establecerse en el Abuná y comenzaban a ocupar el territorio del Acre. Con el propósito de remediar la falta de una presencia importante de residentes bolivianos en enero de 1899 se creo la aduana de Puerto Alonzo. Era un acto legitimo de soberanía, con propósitos administrativos. Se trataba de recaudar los derechos de aduanas que al país boliviano le correspondían por la explotación de la goma que explotaban bolivianos y extranjeros dentro de su territorio. El poco tiempo que pudo funcionar la aduana, produjo ingresos interesantes para el fisco pero Puerto Alonso se convirtió en el centro político y militar de los conflictos.

Recursos naturales La región del Acre poseía ricos yacimientos auríferos, abundancia de recursos madereros, principalmente el árbol del caucho que a finales del siglo XIX y casi mediados del siglo XX fue muy importante para la industria del automóvil y el transporte ya que la goma sintética para la fabricación de ruedas y otros objetos no fue descubierta hasta prácticamente la Segunda Guerra Mundial. Por eso a esta guerra se la suele llamar La Guerra del Caucho ya que uno de los motivos por los cuales se movilizó el gobernador Torres del Amazonas fue el impuesto que se dio a las exportaciones de caucho.

Guerra

Historia de Bolivia 

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Época prehispánico o Tiahuanaco o Collasuyo o Pueblos Orientales Conquista Real Audiencia de Charcas La Independencia o Levantamientos indígenas o Primeros Movimientos Independentistas  Rebelión de Oruro  Revolución de Chuquisaca  Junta Tuitiva o Expediciones auxiliares argentinas o Republiquetas o Declaración de Independencia Organizacion Institucional o Confederación Perú-Boliviana

En 1899, tras la  Guerras Limitrofes o Guerra del Pacífico fundación de Puerto o Guerra Civil de 1898 Alonso como capital o Guerra del Acre administrativa de la o Guerra del Chaco región del Acre, la  Era Contemporanea creación de una o Revolución del 52 aduana en la misma o Gobiernos Militares ciudad y la o Gobiernos Democráticos imposición de un impuesto a la goma Otros exportada por parte Presidentes de Bolivia de los bolivianos, el Fronteras de Bolivia gobernador del Estado del Amazonas, Ramalho Junior, no vió con buenos ojos el establecimento de la aduana boliviana y teniendo un pretexto acusó ante su gobierno la "ilegalidad" de la ocupación, imputando a los supuestos ocupantes bolivianos de robos, atropellos y actos de violencia cometidos contra los residentes brasileños. La debilidad de las autoridades bolivianas alentó a los promotores de la rebelión y al gobernador brasileño del Amazonas, Ramalho Junior, éste indujo al español Luis Gálvez Rodríguez de Árias a que se pusiera a la cabeza de los sececionistas, mientras que, para secundar y reforzar el movimiento separatista, se organizaba en Manaos, una partida de mercenarios bajo la dirección de Alberto Moreira Junior, un pariente del gobernador del Amazonas. Se inició de esta manera la Primera "revolución del Acre" o Primera Campaña (en Bolivia), de carácter supuestamente local y autonomista. Los acreanos probrasileños se organizaron política y militarmente, ocuparon Puerto Alonso destituyendo violentamente a las autoridades bolivianas declarando posteriormente al Estado Independiente de Acre, Purús y Yaco libre de Bolivia. Al español Gálvez le acompañaban varios veteranos de Cuba. La guerra se dividió en dos periodos o campañas: el primero comienza desde 1899, con la intimación de los brasileños para que abandonen los bolivianos Puerto Alonso hasta su posterior recuperación y reincorporación del Acre nuevamente a Bolivia; el segundo o Segunda Revolución Acreana (Segunda Campaña en Bolivia) comienza en 1902 y termina en abril de 1903 con la firma del modus vivendi. Al estallar la revuelta separatista, el Acre contaba con más de treinta mil habitantes, mostrándose casi indiferentes a lo que ocurría, de tal modo que los promotores de la revuelta, para hacer consentir su popularidad expedían despachos y cargos de coroneles de forma masiva, sin que por ello lograsen el apoyo y participación de los habitantes porque el ideal de los acreanos era el de continuar como hasta entonces, sin freno a sus desmanes ni autoridades que los gobernasen, imperando entre ellos el ojo por ojo y diente por diente. Además preferían la indiferencia por si un bando tomaba replesalias, ya que en el Acre habían bolivianos y brasileños residentes que se dedicaban a explotar el caucho.

Primera Campaña

En el primer periodo (Primera Campaña), Bolivia tuvo que movilizarse para defender su territorio de las agresiones que se sucedían al norte. Bolivia acababa de salir de una guerra civil y su ejército estaba mermado por las bajas sufridas en esa guerra. La República boliviana mandó al Acre tres columnas de soldados, nombrándose como delegado nacional en el Acre y Bolivia a Andrés S. Muñoz , quien salió de La Paz por la ruta del río Beni. Poco después, tropas al mando del vicepresidente de la república boliviana, Lucio Pérez Velasco, salieron desde Cochabamba por la ruta del Chapare y el ministro de defensa, el doctor Ismael Montes encabezó otro contingente por la difícil ruta de Larecaja, se trataba de rivales políticos que competían por prestigio pero, llegados al Acre, aunaron sus fuerzas y lograron restablecer el orden en la litigada zona. Antes de la llegada de las columnas bolivianas, en el Acre los secesionistas tomaron Puerto Alonso desalojando violentamente a las autoridades bolivianas, lo consiguieron rápidamente porque la región no contaba con suficientes tropas militares y policiales bolivianas. El autoproclamado presidente fue Luis Gálvez Rodríguez de Árias organizó eficientemente a la recién creada nación sufriendo un golpe de estado temporal ya que el poder le fue restituido. Son destacables los combates de: Papirí,Cajueiro, Combate de Amapá y Humaitá. También es muy notorio el combate de Riosinho destacándose el centinela Maximiliano Paredes, vigía que se percató de movimientos extraños y al no recibir respuesta al grito «¡Alto!» ni reconocer presencia de soldados bolivianos decidió disparar, evitando una emboscada de los sececionistas a los soldados bolivianos; pero murió entre la ráfaga de disparos; tras los disparos, los soldados bolivianos de la 2a División entablaron combate de inmediato, que se generalizó durate más de dos horas, siendo derrotados los atacantes secesionistas. Posteriormente a este hecho se produjo el combate de Puerto Alonso, donde la ciudad que ha sido retomada por los bolivianos se encuentra cercada por las fuerzas revolucionarias que eran mayores en número. Ante la escasez de víveres y municiones, hubo algunas sugerencias de romper el cerco y retornar hacia el sur al interior de Bolivia, los jefes bolivianos a cargo de la defensa decidieron continuar haciendo frente a los secesionistas probrasileños, éstos prejuzgando una maniobra envolvente (al ver salir una columna militar de Bolivia) pensaron que los bolivianos intentaban cortarles la retirada, de modo que los acreanos dieron la voz de alarma y desconcertados por las cargas de disparos hechas por los bolivianos decidieron retirarse precipitadamente, incluso abandonando pertrechos militares. Los sececionistas que sitiaron Puerto Alonso eran seiscientos contra menos de doscientos, no tenían cohesíon ni disciplina militar. Luego, en el caserío de Bagé se entabló otro combate sin que un bando pudiera vencer al contrario. Debe considerarse la dificultad para la movilización en aquella época, puesto que no existían caminos apropiados, ni medios de transporte en proporción adecuada, motivo por el cual, el transporte de tropas estuvo a cargo de la Armada de Bolivia que jugó un papel importante. La entrega que hicieron los soldados bolivianos en la defensa de su patria pudo más que los obstáculos que presentaba el terreno, las condiciones climatológicas, las

enfermedades y la logística. Tras las derrotas sufridas por los revolucionarios acreanos, éstos se retiraron (varios a sus residencias) y los demás reconocieron la autoridad boliviana de la región. Al español Luis Gálvez Rodríguez de Árias lo apresaron tropas de la marina de Brasil por no cumplir su palabra sobre el impuesto del caucho ya que no quitó el citado impuesto y ni siquiera dio a uno de sus socios el 20 por ciento.[cita requerida]

Segunda Campaña José Plácido de Castro (foto de Percy Fawcett, 1907). El segundo periodo (Segunda Campaña) fue en el gobierno boliviano del general Pando que se había decidido animar a compañías extranjeras para explotar las riquezas del Acre y asegurar así la soberanía boliviana para evitar levantamientos como el ocurrido anteriormente, para ello se realizó un contrato con la empresa estadounidense llamada The Bolivian Syndicate firmándose el Tratado de Aramayo. La cancillería de Brasil y la del Perú reaccionaron airadamente pidiendo explicaciones formales sobre la presencia de la compañía boliviano-estadounidense en el Acre. El nuevo canciller brasileño, Barón del Río Branco, inició una vigorosa campaña denunciando ese acuerdo señalando que ni él mismo permitía la presencia de intereses internacionales extraños en la Amazonia y exigía su inmediata derogación. Al mismo tiempo reiteraba los intereses brasileños en el territorio en litigio del Acre, proponiendo al gobierno boliviano opciones de canje territorial o la adquisición del mismo. En el marco de esta delicada situación, las autoridades bolivianas de Puerto Alonso incrementaron los impuestos de aduana. Esta circunstancia y la permanencia de The Bolivian Syndicate en la región determinaron el alzamiento de los colonizadores brasileros o brasileños, éste fue el comienzo de la llamada "Segunda Revolución del Acre" o "Revolución Acreana" para los brasileños. El alzamiento secesionista apoyado por el gobierno del Amazonas y liderado por el soldado José Plácido de Castro y Jefferson José torres y otros seringueiros, que se apropiaron del área de Xapuri y declararon el 27 de enero de 1903 "Estado Independiente del Acre" para casi inmediatamente pedir su anexión al Brasil, esto se dio el 6 de agosto de 1902 y encontró a la región casi desguarnecida de tropas militares bolivianas. Castro tenía como prioridad atacar la posible presencia del sindicato norteamericano en la región. Puso nuevamente sito a Puerto Alonso ocupando también otras posiciones bolivianas. Los secesionistas llegaron a ocupar la Barranca de Bahía (actual Cobija) y varias zonas de las estancias del industrial beniano Nicolás Suárez, el cual organizó de su propio bolsillo una tropa de voluntarios bien experimentados, denominándola Columna Porvenir para defender tanto sus propios intereses como los de Bolivia. La lucha en Bahía se desarrolló de la siguiente manera: Se llegó a saber por los estancieros bolivianos que uno de los jefes insurrectos, Galdino Marinho, se había apoderado con 250 hombres, de la Barraca de Bahía, actual ciudad de Cobija. Federico Román, después coronel y general del ejército boliviano, que se

encontraba al mando de la Columna Porvenir, resolvió atacar el 10 de octubre, las tropas acreanas se rindieron. Posterior a este hecho, y una vez repuestos los secesionistas, se produce la capitulación de Vuelta de la Empresa, donde las tropas bolivianas al frente del coronel Rojas capitulan frente a los acreanos. Durante casi un mes los soldados bolivianos, resistieron los embates de los secesionistas que habían aumentado su efectivo a 1400 hombres. Finalmente, y ante la pésima situación reinante, Rojas se rindió no sin antes exigir respeto a su honor y al de su ejército, el 15 de octubre de 1902. Los vencedores, admirando el valor de sus oponentes, respetaron su palabra dejando que los pocos sobrevivientes retornen hacia el interior de Bolivia, cosa que muy pocos pudieron por las condiciones del terreno. En el combate de Costa Rica es donde la Columna Porvenir logra la fama de guerrilleros del Acre por el conocimiento que tenían sobre la región y la selva. Después de estas acciones se produce la Capitulación de Puerto Alonso, negativo para Bolivia, donde los 194 defensores de su guarnición, tras ocho meses de cerco continuo resistieron 9 días de combates. El ataque comenzó el 15 de enero de 1903, concluyendo el 24 del mismo mes, fecha en la que se tomó la decisión de capitular. Conocidas las noticias sobre los desastres en el Acre, el presidente,José Manuel Pando dada su experiencia por esos parajes decidió encabezar personalmente la defensa del Acre, movilizando una columna de 600 o 700 hombres aproximadamente del ejército boliviano hallado en la región de La Paz con la finalidad de acudir en socorro de Puerto Alonso, sin saber que éste estaba ya a punto de caer. Tomaron la ruta de Larecaja y el río Beni logrando llegar a Riberalta y tomar posiciones iniciales de combate en abril de 1903. La marcha del presidente Pando al Acre produjo la inmediata reacción del gobierno del Brasil que denunció el hecho como una provocación. Inmediatamente dispuso el envió de contingentes militares del ejército hacia la frontera del Matto Grosso y al Acre, situándose estas cerca de las milicias revolucionarias de Placido de Castro. El gobierno boliviano intentó dar marcha atrás de su relación con el The Bolivian Sindicate, solicitando la anulación del contrato, pero la gestión no tuvo éxito, en gran medida porque el consorcio alegó que había iniciado inversiones. Poco después los administradores extranjeros iniciaban conversaciones con el gobierno del Brasil que terminó comprando sus derechos. El gobierno brasileño decidió movilizar 4.000 hombres de su ejército, tras comunicar su cancillería el 21 de enero a La Paz, que consideraba al territorio en litigio. Dos meses después, el 2 de abril, la División brasileña ocupaba Puerto Alonso. La guerra internacional a gran escala estaba a sólo un paso.

Monumento en el centenario del Levantamiento Acreano en Rio Branco, capital del actual Estado de Acre. Las tropas de Pando que habían llegado a Riberalta hacia mediados de marzo de 1903 se dividieron, una parte se quedaría en la ciudad y la otra se desplazaría a Puerto Rico

(Combate de Puerto Rico) donde hicieron trincheras para posteriormente defender con denuedo y heroísmo el ataque de los sececionistas, quienes sufrieron numerosas bajas frente a los guerrilleros de la Columna Porvenir que empezaron a lanzar ataques junto al ejército boliviano de forma sangrienta, por ésta columna de voluntarios los separatistas se retiraron derrotados de Puerto Rico. En esas circunstancias y a escasos días de entrar en una guerra convencional contra los más de 8.000 hombres del ejército profesional del Brasil al mando del general Silveira que se hallaba reunido en Puerto Alonso y contra los milicianos de Castro que sumaban una cantidad importante de hombres, el gobierno boliviano en La Paz decidía entre seguir la campaña militar o finalizar por la vía diplomática, al final se decidió la vía diplomática pues el país ya estuvo desgarrado por uan guerra civil. El presidente boliviano Pando y sus agotados 450 combatientes (el resto había sido diezmado por las enfermedades) se hallaban en una situación desventajosa, acabaron reconociendo el modus vivendi en el territorio del Acre que había sido firmado con el Brasil el 21 de marzo de 1903 y como primera acción las tropas regresaron a La Paz junto al general Pando. El Mondus Vivendi era de carácter provisional puesto que el 17 de noviembre de 1903 se firmó el tratado de Petrópolis.

Tratado de Petrópolis El Tratado de Petrópolis es un tratado de paz firmado entre Bolivia y Brasil en la ciudad brasileña de Petrópolis el 17 de noviembre de 1903, por el cual Bolivia cedió una superficie aproximada de 191.000 km², que corresponden en su mayor parte con el actual estado del Acre, al Brasil, ya en 1877 por el "Tratado de Paz y Amistad" o Tratado de Ayacucho Bolivia había cedido otros 164.242 km² de la región del Acre que fueron anexados por Brasil a la entonces provincia y actual estado de Amazonas. Entre los principales motivos de la entrega del territorio están la Fiebre del caucho, sucedida a finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX, y la sublevación de los habitantes de la región, que en su mayor parte eran brasileños. Por el tratado, Brasil se comprometía a los siguientes términos: 

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Conceder territorios próximos al Acre y a la cuenca del río Paraguay, que suman 3000 Km² (Brasil se quedaba con más del 90% del Acre y dejaba de reclamar algunos pequeños territorios que Bolivia había considerado propios desde su fundación). Construir un ferrocarril entre las ciudades de Riberalta y Porto Velho, para la exportación del caucho de aquella época (Ferrocarril Madeira-Mamoré). Permitir a Bolivia acceso no soberano a los ríos brasileños para el transporte de mercaderías hasta el Atlántico. Permitir a Bolivia construir aduanas en las ciudades brasileñas de Corumbá, Belém y Manaus, así como en otras ciudades brasileñas fronterizas. Pagar al gobierno boliviano la cifra de £ 2.000.000,00, lo que equivaldría al año 2010 a U$S 293.774.770,80 a cambio de ceder el territorio del Acre.

Brasil ha cumplido con todas las obligaciones del tratado. El ferrocarril fue finalizado en 1912, a pesar de no haber conseguido alcanzar la ciudad de Riberalta debido a las condiciones del terreno, y costó al Brasil U$S 33 millones y 3.600 vidas de trabajadores brasileños. Llamado Estrada de Ferro Madeira-Mamoré, el ferrocarril funcionó hasta 1972, cuando fue desactivado por no ser más interesante económicamente para ambos países — casi dos años después de terminado el Madeira-Mamoré, en 1914, Bolivia construyó un ferrocarril en colaboración con Chile, para llevar su producción al Pacífico. Durante el período de 1912 a 1972, se llegó a transportar una cantidad considerable de mercadería tanto brasileña cuanto boliviana por el ferrocarril Madeira-Mamoré.

La Visión Peruana Mapa del Perú en 1865 El territorio peruano se extendía hasta el río Madera que servía de límite con Brasil, también según los peruanos el límite con Bolivia estaba dado principalmente por el río Beni (reclamación hasta 1880) mientras que por contraparte (hasta 1902) Bolivia reclamaba como límite con Perú el curso del río Madre de Dios y el de su afluente el Inambarí, Brasil supo aprovechar los diferendos entre los países andinos y al mismo tiempo que oficiaba de mediador de "buena voluntad" entre ellos, obtenía territorios. Sin embargo, entre 1867 y 1909, todo el territorio de Acre pasó al Brasil sin librarse batalla con Perú. Los presuntos derechos del Brasil sobre esa extensa zona se remontan a que, en 1867, el presidente boliviano Mariano Melgarejo había cedido territorios peruanos a Brasil -como si fueran del país altiplánico- y lo hizo nuevamente en 1889 por el Tratado de Petrópolis, luego de una larga guerra fronteriza de casi 30 años. Desde entonces Brasil quiso hacerse por la fuerza de dichas tierras, deseando extenderse inclusive hasta el río Purús y el río Yarúa. El 25 de octubre de 1902, la guarnición peruana de Amuheya rechazó a un destacamento brasileño que le exigía abandonar su puesto. En 1903, una lancha con personal peruano del comisariato de Chandles fue baleada en el Acre. En 1904, el coronel brasileño José Ferreira arribó al río Santa Rosa, afluente del Purús, y saqueó caucho y siringa a extractores peruanos. En noviembre de ese año, la guarnición de Amuheya se rindió ante fuerzas brasileñas superiores después de dos días de combates. Considerando imposible defender militarmente la región, la pérdida peruana se hizo efectiva por el Tratado Velarde-Rio Branco de 1909 y un recorte territorial complementario se fijó con el Tratado Polo-Sánchez Bustamante que se llevó a cabo con Bolivia, también de 1909.

Curiosidades 

Desde La Paz hasta el Acre las tropas tardaban entre tres hasta cuatro meses de largo viaje, la mayor parte a pie a través de las selvas. El clima era hostil a los soldados y se lamentaron bajas por enfermedades y agobio, era una lucha en un escenario extraño para los soldados bolivianos reclutados en el seco y árido Altiplano (collas).



Aquando (hoy arcaismo que significa "en el momento") de la capitulación de las fuerzas bolivianas en Vuelta de Empresa, el jefe secesionista Cnel. José Plácido de Castro se rehusó recibir la espada del Cnel. Rosendo Rojas diciendo: "Coronel, guarde vossa espada. Não se toma a arma de um bravo."



En los combates de Bahía y Puerto Rico se produjeron luchas en trincheras, este tipo de lucha se dio también en otras zonas del Acre.



En el Tratado de Petrópolis el Brasil reconoció como legítimo dueño a Bolivia del Chaco Boreal, aunque lo cierto es que el Chaco Boreal, por múltiples razones, estaba litigado entre Bolivia y Paraguay (véase: Guerra del Chaco) y Brasil se quedó con un sector de Chaco Boreal (la zona entre el río Yaurú y la actual frontera geodésica -fronteras rectilíneas artificiales- de Santa Cruz).



El Departamento de Pando lleva el apellido del presidente en homenaje por su labor dada en la guerra y por sus numerosas misiones de exploración por las regiones nortes de Bolivia.



Puerto Alonso fue rebautizada tras su incorporación a Brasil como Puerto Acre o en portugués Porto Acre.



El 17 de noviembre de 2004, el nombre de José Plácido de Castro ha sido inscrito en el Libro de Acero de los Héroes Nacionales, ubicado en el Panteón de la Patria (Panteão da Pátria, en portugués) de la ciudad de Brasilia. Tal inscripción otorga el título de "héroe nacional" brasileño a Plácido de Castro.



Aunque el Acre ha sido profundamente abrasileñado, étnica y culturalmente, y pese a la planificada política brasileña de borrar todo recuerdo de Bolivia en la región, la Bandera del Acre es verde, amarilla con una estrella roja, coincidencia o lapsus impensado, pues se mantienen los colores de la antigua bandera boliviana.

Departamento de La Paz (Bolivia) Departamento de La Paz Departamento de Bolivia

Bandera

Escudo

Capital

Nuestra Señora de La Paz

Idioma oficial

Castellano,

Entidad

Departamento

• País

Bolivia

Gobernador Senadores Diputados asambleistas

César Cocarico 3 escaños 30 escaños de 130 45 escaños

Subdivisiones

20 provincias

Superficie

Puesto 3.º

• Total

133,985 km²

Población (2005)

Puesto 1.º

• Total

2,812,000 hab.

• Densidad

19,37 hab/km²

Gentilicio

paceño(a)

PIB (nominal) • PIB per cápita

928 USD

Prefijo telefónico

+(591)2

Aniversario

16 de julio Sitio web oficial

El Departamento de La Paz es un departamento de Bolivia situado al noroeste del país. Tiene una extensión de 133.985 km² y una población estimada en 2005 de 2,8 millones de habitantes. Su capital departamental es la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, sede del Gobierno Central y del Poder Legislativo, que se encuentra a una altitud de 3.640 msnm. El departamento fue creado a partir de la Intendencia de La Paz de la Real Audiencia de Charcas, mediante Decreto Supremo de 23 de enero de 1826. El Departamento de La Paz limita al norte con el Departamento de Pando, al sur con el Departamento de Oruro, al este con el Departamento del Beni y el Departamento de Cochabamba y, al oeste, con el Perú y Chile.

Contenido [ocultar]      

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1 Historia 2 Geografía 3 Clima 4 División Político Administrativa o 4.1 Provincias 5 Cultura 6 Economía o 6.1 Agricultura o 6.2 Ganadería o 6.3 Pesca o 6.4 Artesanía 7 Turismo 8 Véase también 9 Referencias 10 Enlaces externos

Historia Creado el 20 de octubre de 1548, por Alonso de Mendoza, la ciudad de Nuestra Señora de La Paz fue inicialmente fundada en la localidad de Laja. Posteriormente, a los tres días, fue trasladada provisionalmente al valle de Chuquiabo. Ya en 1550 fue oficializada la ubicación que tiene en la actualidad. Cabe mencionar que pese a los variados intentos de llevar la ciudad a otros lugares, como en el actual Yunguyo, las ventajas geográficas del valle de Chuquiabo (algunos señalan Chuquiago), han evitado que todas estas propuestas prosperasen. Una de esas ventajas es el clima más agradable que presenta en relación a todas las zonas del contorno, en donde prima el clima altiplánico.

Geografía

El territorio del Departamento de La Paz se divide en tres zonas geográficas: - La zona Altiplánica formada por la región del lago Titicaca, la isla del Sol, la isla de la Luna y la isla Suriki. Esta zona se encuentra en una extensa planicie ubicada a una altura media de 3.600 msnm, llamada Altiplano Andino, que se extiende entre la Cordillera Real u Oriental y la Cordillera Occidental, ramales en que se bifurca la Cordillera de Los Andes al ingresar a Bolivia. - La zona Subandina, que comprende la región conocida como Los Yungas, que abarca el sector noreste de la Cordillera Real hasta los llanos tropicales del norte, y la región de los valles que bordea todo el sector sureste de la Cordillera Real. Ambos sectores se caracterizan por su escarpada geografía y por las formaciones de cavernas y ríos producidos por el agua de deshielo proveniente de la cordillera. - La zona Amazónica, que está ubicada en la parte norte del departamento y colinda con los departamentos de Beni y Pando, forma parte del ecosistema del río Amazonas. Se caracteriza por su vegetación exuberante, que la hace un lugar apropiado para el turismo de aventura y ecológico.

Clima El Departamento de La Paz presenta climas que varían de acuerdo a la altitud: Por sobre los 5000 metros de altitud y nieves perpetuas, el frío es polar. La zona Altiplánica se caracteriza por un clima frígido y por ser la región más húmeda del Planalto Andino (650 mm de precipitación pluvial, media anual). En la zona Subandina, la región de los valles presenta un clima templado y menos húmedo que la región de Los Yungas, que se caracteriza por un clima húmedo y caluroso con bancos de niebla frecuentes en las partes más altas. En la zona Amazónica el clima es cálido tropical y húmedo.

El templete subterráneo de Tiwanaku.

División Político Administrativa El Departamento de La Paz está dividido en 20 provincias que a la vez se dividen en 85 municipios (antes llamadas secciones de provincia). El departamento es administrado por el Gobernador, quien es representante del Poder Ejecutivo y encargado del cumplimiento de

las leyes, mantenimiento de caminos y del bienestar de los habitantes en general. En orden de jerarquía le sigue el Alcalde Municipal, encargado de proporcionar los servicios básicos de los municipios. Las provincias tienen como administrador el Subgobernador (actualmente es nombrado por el Gobierno Departamental de La Paz).

Provincias

El Illimani, la mayor cumbre de la Cordillera Real. Superficie Provincia Población km²

Capital

Aroma

4.510

98.378

Sica Sica

Bautista Saavedra

2.525

12.259

Charazani

Abel Iturralde

42.815

13.972

Ixiamas

Caranavi

3.400

55.492

Caranavi

Eliodoro Camacho

2.080

59.847

Puerto Acosta

Franz Tamayo

15.900

18.852

Apolo

Gualberto Villaroel

1.935

18.562

San Pedro Curahuara de Carangas

Ingavi

5.410

106.086

Viacha

Inquisivi

6.430

60.582

Inquisivi

General José Manuel Pando

1.976

7.036

Santiago de Machaca

Larecaja

8.110

67.662

Sorata

José Ramón Loayza

3.370

48.050

Luribay

Los Andes

1.658

73.728

Pucarani

Manco Kapac

367

24.039

Copacabana

Muñecas

4.965

29.694

Chuma

Nor Yungas

1.720

25.790

Coroico

Omasuyos

2.065

92.126

Achacachi

Pacajes

10.584

52.183

Coro coro

Pedro Domingo Murillo

4.705

2.030.422 Palca

Sud Yungas

5.770

69.794

Chulumani

Total: 133.985 km² Nota: Más los 3.770 km² del Lago Titicaca

La población de Copacabana, lugar donde se venera la Virgen de Copacabana.

Vista de la población de Coroico, capital de la Provincia Nor Yungas.

Cultura

La cultura de los pueblos originarios mezclada con las tradiciones españolas, al igual que en muchas regiones de Latinoamérica, dieron lugar a la mayoría de las expresiones culturales: La Entrada Folclórica de la Fiesta del Gran Poder en la ciudad de La Paz es una buena muestra de ello. También la devoción a diferentes santos es una costumbre muy arraigada.

Economía La economía del departamento se basa en la exportación de maderas del norte, la confección de prendas de vestir en las ciudades de La Paz y El Alto y el comercio. Recientemente se ha dado inicio a los trabajos de prospección de reservas de hidrocarburos, lo que podrá resultar en el ingreso de La Paz al grupo de los departamentos productores de gas y petróleo.

Agricultura En el altiplano produce: papa, quinua, oca, habas, cañahui, arveja, cebada, pastos cultivados y avena entre los principales. En las zonas de los valles: variedad de frutas como uva, durazno, ciruelo, ect., como así también toda clase de hortalizas y legumbres. La zona de los Yungas provee de: cítricos, café, maní, yuca, maíz, coca y otras frutas típicas de la región. En la región de los llanos tropicales del norte del departamento prosperan pastos de alta calidad y especies arbóreas de finas maderas como: mara o caoba, sangre de toro, moradillo, laurel, etc.

Ganadería En el altiplano: camélidos, en la puna brava y montaña: llamas, alpacas y vicuñas en gran cantidad, tanto la lana como la carne son absorbidas para el consumo industrial y alimentario. El altiplano es poblado por grandes rebaños de ganado ovino. La región de Apolo por sus condiciones de clima y excelentes pastos naturales es apta para la cría y engorde de ganado bovino, ovino y caballar. Las praderas del norte cobijan grandes hatos de ganado bovino y equino.

Pesca La pesca se realiza en el lago Titicaca, especialmente la trucha salmonada y la criolla. En los ríos La Paz y Beni hay pesca abundante de peces deliciosos como: pacú, bagre, blanquillo, bagre, sábalo, surubí y muchos otros.

Artesanía Cuenta con productores artesanos muy hábiles en la confección de prendas de vestir haciendo uso de los recursos de lana de lama y alpaca; en la producción de joyas de oro, plata, estaño y otros; en la confección de ropa de cuero de vacuno o de llama; y en general

de artículos de artesanía que reflejan la conservación de la cultura en sus tejidos, instrumentos musicales, adornos y otros.

Turismo En el departamento de La Paz se pueden visitar ruinas de culturas pre-hispánicas, como la incaica y la cultura tiwanacota, que se remonta a unos 1200 años A. C. Tiwanaku, que fue foco de esa cultura y su principal centro ceremonial, se encuentra ubicada a menos de 80 km de la ciudad de La Paz y a 20 km del Lago Titicaca. Se puede conocer también la Iglesia de Copacabana ubicada en el pueblo de Copacabana a orillas del Lago Titicaca y muchas iglesias coloniales de poblaciones rurales. En la Iglesia de la población de Calamarca se destacan las pinturas de Los Ángeles de Calamarca. Los valles y llanos que se encuentran en el Norte son visita obligada al igual que Los Yungas, la región cocalera y cafetalera porexcelencia con sus capitales Chulumani, Coroico y Caranavi.

Inca

Cuadro cuzqueño del siglo XVII con los linajes incas mencionados por las crónicas coloniales y su relación con las panacas reales del Cuzco, que esconden tras de sí una compleja representación de la organización social incaica. Los incas (quechua clásico: inqa, «inca», )? fueron los jefes de Estado del Imperio incaico, entidad que existió en el occidente de América del Sur durante los siglos XV y XVI. También eran usados los términos Cápac Inca (quechua: Qapaq Inqa, «el Poderoso Inca[1] », )? y Çapa Inca (quechua: Sapa Inqa, «el Inca, el único», )? cuyo dominio se extendió inicialmente al curacazgo Inca y luego al Tahuantinsuyo. El primer sinchi cuzqueño en utilizar el título de inca fue Inca Roca, fundador de la dinastía Hanan Cuzco. El último inca en el gobierno fue Atahualpa. Posteriormente el título fue empleado por los jefes de la resistencia a la Conquista del Perú, como Manco Inca o Túpac Amaru I, conocidos como incas de Vilcabamba.

La residencia de los incas se encontraba en Cuzco. Los miembros de la sociedad incaica consideraban que sus gobernantes eran descendientes y sucesores de Manco Cápac, héroe cultural que introdujo la vida civilizada y en el cual se apoyaba la legitimidad del régimen político incaico.[2] De acuerdo con los cronistas de Indias y los testimonios de algunos conquistadores como Francisco Pizarro, el poder del inca era absoluto; por ello era poseedor no sólo de las tierras del Tahuantinsuyo sino de todo aquello que se encontraba dentro de él, incluyendo las vidas de sus súbditos.

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1 Sociedad Inca 2 Elección del Inca 3 Funciones 4 Símbolos de distinción 5 Limites 6 Un ser sagrado 7 Lista de emperadores incas o 7.1 Crisis de sucesión o 7.2 Incas después de la Conquista 8 Véase también 9 Referencias 10 Fuentes

Sociedad Inca En Cuzco en el 1589, el último sobreviviente de los conquistadores originales del Perú, Don Mancio Serra de Leguisamo, escribió en el preámbulo de su testamento lo siguiente: Encontramos estos reinos en tal buen orden, y decían que los incas los gobernaban en tal sabia manera que entre ellos no había un ladrón, ni un vicioso, ni tampoco un adultero, ni tampoco se admitía entre ellos a una mala mujer, ni había personas inmorales. Los hombres tienen ocupaciones útiles y honestas. Las tierras, bosques, minas, pastos, casas y todas las clases de productos eran regularizadas y distribuidas de tal manera que cada uno conocía su propiedad sin que otra persona la tomara o la ocupara, ni había demandas respecto a ello... el motivo que me obliga a hacer estas declaraciones es la liberación de mi conciencia, ya que me encuentro a mi mismo culpable. Porque hemos destruido con nuestro malvado ejemplo, las personas que tenían tal gobierno que era disfrutado por sus nativos. Eran tan libres del encarcelamiento o de los crímenes o los excesos, hombres y mujeres por igual, que el indio que tenía 100,000 pesos de valor en oro y plata en su casa, la dejaba abierta meramente dejando un pequeño palo contra la puerta, como señal de que su amo estaba fuera. Con eso, de acuerdo a sus costumbres, ninguno podía entrar o llevarse algo que estuviera allí. Cuando vieron que pusimos cerraduras y llaves en nuestras puertas,

supusieron que era por miedo a ellos, que tal vez no nos matarían, pero no porque creyeran que alguno pudiera robar la propiedad del otro. Así que cuando descubrieron que teníamos ladrones entre nosotros, y hombres que buscaban hacer que sus hijas cometieran pecados, nos despreciaron.[3]

Elección del Inca Las crónicas identifican al Inca como el gobernante supremo, a semejanza de los reyes europeos en la Edad Media. Sin embargo, el cargo era compartido, y el acceso a este no tenía que ver con la herencia al hijo mayor, sino con la elección de los dioses mediante unas pruebas muy rigurosas, a las que se sometían las aptitudes físicas y morales del pretendiente. Tales pruebas se acompañaban de un complejo ritual a través del cual el Sol nominaba a quien debía asumir el cargo inca. Inti, si estaba de acuerdo, le daba el poder de la lluvia al futuro Inca.

Funciones El Inca realizaba muchas de las funciones del Curaca tales como la organización de la población para la obtención de los recursos, la celebración de los rituales, el establecimiento de alianzas y la declaración de guerra, sólo que a una escala mayor. Era el responsable directo del bienestar del Imperio Inca que se concretaba en la redistribución de los recursos. El inca también usaba correo como los chasquis. Los chasquis corrian en una red de caminos que se extendía 1600 km. Habían cierto tipo de cabañas en donde había comida y donde descansar.

Símbolos de distinción

Indumentaria del inca Eran la mascapaicha, el yauri (especie de cetro), el sunturpauca (especie de pica emplumada) y el ushno o trono de oro. En ciertas ceremonias religiosas el inca se acompañaba por la napa: una llama blanca vestida por telas rojas.

Limites

El imperio inca abarcaba todo lo que hoy en día seria Ecuador, Perú (excepto parte de la Amazonia), Bolivia, mitad de Chile y norte de Argentina. Al norte se encuentra lo que hoy en día seria Colombia. Al sur Chile y Argentina. Al este Brasil y paraguay. Al oeste el océano Pacifico.

Un ser sagrado Las crónicas mencionan que el inca era objeto de culto y de adoración. Considerado un ser sagrado sacralizaba a su vez todo aquello que entraba en contacto con él. Como hijo del Sol (intichuri), entre sus atributos se encontraba el ser mediador entre el mundo divino y humano. Por lo general no se dejaba ver por la gente y debía ser conducido siempre en andas, pues si su poder entraba en contacto con la tierra podía producir catástrofes, por la energía que de él emanaba. Si a alguien se le permitía acercarse, tenía que hacerlo descalzo y con una carga simbólica en la espalda como signo de sumisión, no podía mirarle nunca de frente. Se consideraba que al morir su destino era morar con su padre el Sol. La panaca que él había formado al asumir el cargo de inca, debía responsabilizarse del cuidado y culto de su momia, así como de la administración de sus bienes.

Lista de emperadores incas

Estatua del emperador Inca Pachacutec situada en la plaza principal de Aguas Calientes. La lista oficial de gobernantes del Imperio Inca fue escrita por la mayoría de los cronistas como Capaccuna, del quechua Qapaqkuna, "Los gobernantes[1] ". Se ha especulado algunas veces que existieron más gobernantes de los que ésta acepta y que varios fueron borrados de la historia oficial del Imperio por distintos motivos, pero estas tesis carecen de fundamento. Es muy improbable que hubiera Incas no listados en la capaccuna por alguna

razón. Actualmente se considera en total como 13 Incas, agrupados en dos dinastías: Bajo Cusco (qu:Hurin Qusqu) y Alto Cusco (qu:Hanan Qusqu). 

Reino del Cuzco' o Dinastía Hurin Cusco:  ~1200 - ~1230: Manco Cápac  ~1230 - ~1260: Sinchi Roca  ~1260 - ~1290: Lloque Yupanqui  ~1290 - ~1320: Mayta Cápac  ~1320 - ~1350: Cápac Yupanqui o Dinastía Hanan Cusco:  ~1350 - ~1380: Inca Roca  ~1380 - ~1400: Yáhuar Huaca  ~1400 - 1438: Wiracocha



Imperio Inca o Tahuantinsuyo (Fase de expansión) o Dinastía Hanan Cusco:  1438 - 1471: Pachacútec  1471: Amaru Inca Yupanqui  1471 - 1493: Túpac Inca Yupanqui  1493 - 1525: Huayna Cápac  1525 - 1532: Huáscar  1532 - 1533: Atahualpa

Aunque algunos historiadores consideran que Atahualpa no debe ser incluido en la capaccuna, argumentando que Atahualpa se habría declarado súbdito de Carlos I de España, además del hecho de que nunca llegó a serle ceñida la mascaypacha, el símbolo del poder imperial, la mayor parte de los cronistas da como cierta la relación de trece incas, asignando el escaño décimo tercero a Atahualpa. Otros historiadores han seguido el linaje y consideran que deben tomarse en cuenta también a Tarco Huamán y a Inca Urco. El primero sucedió a Mayta Cápac y, después de un corto período, fue depuesto por Cápac Yupanqui. El segundo se ciñó la mascaypacha por decisión de su padre, Viracocha Inca, pero, ante su evidente desgobierno y la invasión de los chanca, huyó con él. Luego del triunfo de Cusi Yupanqui —el futuro Pachacútec Inca Yupanqui, también hijo de Viracocha Inca— sobre el pueblo enemigo, Inca Urco fue muerto en una emboscada que él mismo le tendió a su hermano. Asimismo, Garcilaso y algunos otros cronistas insertan entre Pachacútec y Túpac Yupanqui a Inca Yupanqui, soberano de dudosa existencia.

Crisis de sucesión La costumbre, tradición y las leyes del Incario, establecían que la sucesión del inca sucesor debía ser ocupada por un descendiente directo estando en primera línea el hijo del actual emperador con una Coya (miembro de la familia imperial). A falta del anterior debía ocupar el trono el hijo del inca con una Palla (princesa real del Cusco). A falta de los

anteriores herederos legítimos, podían reclamar los hijos del Inca procreados con Ñustas (princesas extranjeras). Huayna Cápac había nombrado como heredero con anterioridad a Ninán Cuyuchi (hijo de la Coya Mama-Cussi-Rimay) más éste resultó enfermo de viruela y murió muy joven en la ciudad de Quito. Entonces la falta del heredero legítimo directo habilitó la sucesión del hijo del Inca con una Palla (princesa real del Cuzco) y dos fueron los pretendientes: MancoInga-Yupanqui (hijo en la Palla Civi-Chimpo-Rontosca) quien murió por la misma enfermedad que ocasiono la muerte de su padre sorpresivamente y su otro hijo, Huáscar, cuya madre la Palla Rahuac-Ocllo había gobernado el Cuzco durante la ausencia de Huayna-Cápac. Atahualpa, siendo hijo de Tocto Ocllo Coca y del Inca, se sintió con derecho también a reclamar el trono.

Incas después de la Conquista Tras la llegada de los españoles, el Imperio Inca perdió la organización que lo caracterizó por años: las tropas fieles a Huáscar resistieron en Cusco y las tropas de Atahualpa se concentraron en el norte del Chinchaysuyo. Por razones de estrategia, los españoles decidieron instituir un "Inca" para atribuirle la capacidad de decisión sobre las tropas y pueblos a conquistar. Posteriormente la dinastía restante reivindicó autonomía y se confinó en Vilcabamba.      

Túpac Hualpa "Toparpa" Inca (1533)- 2 meses septiembre y octubre Inca coronado por los españoles Manco Inca (1535-1537) - Inca coronado por los españoles y (1537-1544) Inca de Vilcabamba Paullu Inca (1537-1549) - Inca coronado por los españoles Sayri Túpac Inca (1545-1558) - Inca de Vilcabamba Titu Cusi Yupanqui Inca (1558-1571) - Inca de Vilcabamba Túpac Amaru I Inca (1571-1572) - Inca de Vilcabamba

Imperio incaico Tawantin Suyu Imperio incaico Imperio ← ← ←

1439–1533

→ → →

← ← ← ← ←

Estandarte

Máxima extensión del Imperio incaico

Capital

Cuzco

Idioma principal

quechua

Otros idiomas

aimara, puquina, mochica

Religión

Religión inca

Gobierno Incas

Monarquía (algunos consideran una diarquía).

• 1438-1472 • 1472-1493 • 1493-1525 • 1525-1532 • 1532-1533

Pachacútec Túpac Yupanqui Huayna Cápac Huáscar Atahualpa

Historia • Pachacútec forma el Tahuantinsuyo • Guerra civil entre Huáscar y Atahualpa • Conquista española

1439 1527-1532 1533

Superficie • 1500

2.000.000 km2

Población • 1500 est. Densidad

14.000.000 7 hab./km²

Gentilicio: incaico(a).

El sistema de la administracion estatal de la economía del Imperio Inca (la reconstruccion de A.Skromnitsky). El Imperio incaico o Tahuantinsuyo (del quechua Tawantin Suyu, 'las cuatro regiones o divisiones') fue un estado precolombino situado en América del Sur. Floreció en la zona andina del subcontinente entre los siglos XV y XVI, como consecuencia del apogeo de la civilización incaica. Abarcó cerca de 2 millones de km² entre el océano Pacífico y la selva amazónica, desde las cercanías de San Juan de Pasto en el norte hasta el río Maule en el sur. El Tahuantinsuyo fue el dominio más extenso que tuvo cualquier estado de la América precolombina.[1] Los orígenes del Imperio incaico se remontan a la victoria de las etnias cuzqueñas (actual Perú) lideradas por Pachacútec frente a la confederación de estados chancas en el año 1438. Luego de la victoria, el curacazgo incaico fue reorganizado por Pachacútec. El Imperio incaico iniciaría con él una etapa de continua expansión que siguió con su hermano Cápac

Yupanqui, luego por parte del décimo inca Túpac Yupanqui, y finalmente del undécimo inca Huayna Cápac quien consolidaría los territorios. En esta etapa la civilización incaica logró la máxima expansión de su cultura, tecnología y ciencia, desarrollando los conocimientos propios y los de la región andina, así como asimilando los de otros estados conquistados. Luego de este periodo de apogeo el imperio entraría en declive por diversos problemas, siendo el principal la confrontación por el trono entre los hijos de Huayna Cápac: los hermanos Huáscar y Atahualpa, que derivó incluso en una guerra civil. Finalmente Atahualpa vencería en 1532, sin embargo su ascenso al poder coincidiría con el arribo de las tropas españolas al mando de Francisco Pizarro, que capturarían al Inca y luego lo ejecutarían. Con la muerte de Atahualpa en 1533 culminó el Imperio incaico, sin embargo, varios incas rebeldes, conocidos como los "Incas de Vilcabamba", continuarían la lucha contra los españoles hasta 1572 cuando fue capturado y decapitado el último de ellos: Túpac Amaru I. El Tahuantinsuyo corresponde actualmente a territorios relativos al sur de Colombia, pasando por Ecuador, principalmente por Perú y Bolivia, la mitad norte de Chile y el noroeste de Argentina. El imperio estuvo subdividido en cuatro suyos: el Chinchaysuyo (Chinchay Suyu) al norte, el Collasuyo (Qulla Suyu) al sur, el Antisuyo ('Anti Suyu') al este y Contisuyo ('Kunti Suyu') al oeste. La capital del Imperio fue la ciudad de Cuzco, en el Perú.

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1 Historia del Imperio inca o 1.1 Tiempo Sagrado o 1.2 Manco Cápac y Mama Ocllo, leyenda inca o 1.3 Los hermanos Ayar o 1.4 Origen (histórico)  1.4.1 Reinado de Manco Cápac o 1.5 Época preestatal: formación o 1.6 Época estatal: gran expansión  1.6.1 Reinado de Pachacútec  1.6.2 Reinado de Túpac Yupanqui  1.6.3 Reinado de Huayna Cápac  1.6.4 Crisis de sucesión  1.6.5 Reinado de Huáscar  1.6.6 Reinado de Atahualpa o 1.7 Incas coloniales o 1.8 Neo-Estado Inca: Incas de Vilcabamba 2 Geografía y territorio o 2.1 Ubicación geográfica o 2.2 Distribución del Imperio inca dentro de los actuales países de













Sudamérica  2.2.1 Los incas en Argentina  2.2.2 Los incas en Bolivia  2.2.3 Los incas en Chile  2.2.4 Los incas en Colombia  2.2.5 Los incas en Ecuador  2.2.6 Los incas en el Perú o 2.3 Territorio del Tahuantinsuyo  2.3.1 División política: Suyos o regiones  2.3.2 Organización territorial 3 Organización política o 3.1 El Inca o 3.2 Cronologías de los Sapas Incas  3.2.1 Consejo imperial o 3.3 Estandarte 4 Organización social o 4.1 El ayllu o 4.2 La dualidad o 4.3 Clases sociales en el Tahuantinsuyo  4.3.1 La nobleza inca  4.3.1.1 Las panacas  4.3.2 Hatun runa  4.3.3 Los Mitmaqkuna  4.3.4 Yanakunas  4.3.5 Piñas o 4.4 Sistema de control de la población  4.4.1 Culturas conquistadas por los Incas 5 Actividades económicas o 5.1 La tenencia de la tierra o 5.2 Los Mercaderes o 5.3 Agricultura o 5.4 Ganadería o 5.5 Trabajo 6 Administración incaica o 6.1 Reciprocidad y redistribución o 6.2 Red vial (Qapaq Ñan) o 6.3 Ejército 7 Religión o 7.1 Cosmovisión o 7.2 Templos o 7.3 Festividades o 7.4 Dioses incas 8 Cultura material e inmaterial o 8.1 Arquitectura  8.1.1 Formas arquitectónicas incas  8.1.2 Centros administrativos provinciales

  



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8.1.3 Construcciones de carácter religioso 8.1.4 Construcciones militares y conmemorativas 8.1.5 Arquitectura de élite o 8.2 Cerámica o 8.3 Textilería o 8.4 Escultura o 8.5 Pintura o 8.6 Arte plumario o 8.7 Orfebrería y metalurgia o 8.8 Música o 8.9 Literatura o 8.10 Lenguas del imperio 9 Ciencia y tecnología o 9.1 Tecnología militar o 9.2 Astronomía o 9.3 Medicina o 9.4 Agrotecnia o 9.5 Matemática y escritura 10 Véase también 11 Notas y referencias o 11.1 Notas o 11.2 Bibliografía 12 Enlaces externos

Historia del Imperio inca

La primera imagen del Inca en Europa. Pedro Cieza de León. Crónica del Perú, 1553.

Tiempo Sagrado También llamado Tiempo Sagrado, sus inicios se pierden en la leyenda de Manco Cápac, héroe fundador y modelo de la dinastía Cuzco. Manco Cápac y Mama Ocllo, leyenda inca El sol, viendo el estado penoso de los hombres, creó una pareja: Manco Cápac el varón y Mama Ocllo, su esposa y hermana; les entregó un bastón de oro y les ordenó ir por el mundo para civilizar a los pobladores. Les encargó fundar una tribu, e implantar en ésta, el culto al dios sol. Manco Cápac y Mama Ocllo salieron de las espumas del lago Titicaca, y avanzaron hacia el norte. El bastón de oro les serviría para encontrar el lugar ideal para la fundación del Imperio, pues en él se hundiría el bastón hasta desaparecer. Decidieron separarse, marchando Manco Cápac al norte y Mama Ocllo al sur del valle, para convocar a la gente y someterla. Los habitantes de todo el valle no tardaron en reconocerlos como seres sobrenaturales. Después de un largo recorrido, el cetro se hundió en el cerro Huanacauri. Manco Cápac y Mama Ocllo se establecieron allí. Manco Cápac mandó a los que estaban con él instalarse en la parte alta del valle, que se llamó Hanan Cuzco; y Mama Ocllo colocó a los suyos en la parte baja o Hurin Cuzco. Ambos ayudaron a mejorar el lugar; enseñaron a los hombres que allí vivían a trabajar la tierra y a construir canales. A las mujeres Mama Ocllo les enseñó a coser, cocinar y hacer telares. Los hermanos Ayar La leyenda de los hermanos Ayar es, probablemente, la que mejor explica la llegada de los grupos humanos al Cuzco. Recogida en el siglo XVI por el cronista Juan de Betanzos (seguramente a partir de los datos proporcionados por los parientes indígenas de su mujer), se cree que ofrece informaciones excepcionales por venir directamente del seno de la élite inca. La leyenda de los hermanos Ayar cuenta cómo, después de que Viracocha ordenara la creación del mundo, cuatro parejas (conformadas por cuatro hermanos y sus respectivas esposas), salieron de la cueva de Pacaritambo (Casa del Amanecer o Casa de la Producción). Estas parejas fueron: Ayar Cachi y Mama Huaco; Ayar Uchu y Mama Ipacura; Ayar Auca y Mama Rahua; y, finalmente, la más importante de ellas, Ayar Manco y Mama Ocllo. Los hermanos, de acuerdo con este relato, salieron lujosamente vestidos y se dirigieron al cerro Huanacaure, en cuyas faldas sembraron papas. Una vez que estuvieron allí, Ayar Cachi, lanzó unas piedras con su honda, quebrando cuatro cerros. Temerosos ante la fuerza de Ayar Cachi, lo encerraron en Pacaritambo y regresaron a Huanacaure. Tras vivir durante

un año en este lugar, estos personajes singulares se dirigieron al Cuzco, hasta que al final abandonaron a Ayar Uchu en Huanacaure. Este se dirigió finalmente hacia el Sol (Inti), quien le ordenó, a su vez, que Ayar Manco cambiara su nombre por el de Manco Cápac. Una vez transmitida la orden, el abandonado Ayar Uchu quedó convertido en un ídolo de piedra. Por eso, al Cusco llegaron únicamente Manco Cápac, Ayar Auca y las cuatro mujeres. Todos ellos se establecieron en el lugar, después de que Alcaviza, jefe de los pobladores cusqueños, los reconociera e identificara como hijos del Sol. Una vez en el Cusco, construyeron una casa en el lugar donde se encuentra el Coricancha y se dedicaron a sembrar maíz.

Origen (histórico) Por datos arqueológicos y antropológicos se ha ido estudiando el verdadero proceso de la ocupación del Cuzco. El consenso apunta a que, debido al colapso del reino de Taypiqala se produjo la migración de su pueblo. Este grupo de cerca de 500 hombres se habría establecido paulatinamente en el valle del río Huatanay, proceso que culminaría con la fundación del Cuzco. Posteriormente, los nobles cusqueños fueron pactando alianzas y conquistando otras rutas. Hacia fines del siglo XV, gobernaban sobre las zonas altas y medias del valle del Vilcanota y vivían en constante fricción con los Estados colindantes. Reinado de Manco Cápac

El 1º Inca: Manco Cápac.

Fundó el Imperio incaico, aproximadamente el año 1200 d.C. y fue su primer gobernante. Se caracterizó por el dominio de las tribus preincaicas que vivían dispersas en el Cuzco y sus alrededores. Manco Cápac unificó a los huallas, poques y lares, y con ellos se estableció en la parte baja de la ciudad. De este modo se inició la dinastía de los Urin Cuzco. Poco tiempo después ordenó la construcción de la primera residencia de los incas, el Inticancha o Templo del Sol. Su hermana y esposa fue Mama Ocllo. 

Imperio Legendario (fase local):

Época preestatal: formación De escasa movilidad; se tienen pocas noticias de sus sucesivos reinados: Sinchi Roca, quien habría gobernado desde 1230 a 1260 sin conseguir una expansión significativa en el entonces reino cuzqueño; Lloque Yupanqui, que culminaría su gobierno en 1290 con el mérito de llegar a concretar diversas alianza con distintos pueblos circundantes a los incas; Mayta Cápac reconocido por su victoria ante los acllahuiza y que culminaría su reinado alrededor de 1320; y Cápac Yupanqui, el primer conquistador, a quien se debe la victoria ante los condesuyo. Este período habría durado aproximadamente 80 años, iniciándose aproximadamente en 1230 d.C. (año en que comienza el reinado de Sinchi Roca), hasta 1350 d.C. (año en que culmina con el gobierno de Cápac Yupanqui). Una visión etnohistórica más general de este período describe que los incas llegaron al Cuzco alrededor del siglo XIII d.C. y, en el siglo siguiente, lograron imponerse a las poblaciones más cercanas al valle cusqueño. Desde su llegada al Cuzco, los incas se habrían mezclado con algunos de los pueblos que habitaban el lugar y expulsado a otros. Habrían organizado su predominio al hacer alianzas con distintos curacas estableciendo relaciones de parentesco y al enfrentarse en guerras. A estas prácticas, que continuaron, se sumaron otras como el acopio de excedentes y mano de obra y la práctica de la redistribución. Para entender esta situación habría que considerar, además, que el prestigio religioso que acompañó a los incas fue la piedra angular de la eficacia de todos los mecanismos de expansión que emplearon en esta época. Se denomina preestatal a esta etapa, porque en ningún momento surgió en sí una sólida idea de estado o nación inca; sino aún existía la idea andina de considerarse una macroetnia, si bien esto cambiaría al extenderse significativamente el territorio de la etnia luego del reinado de Cápac Yupanqui y sus diversas conquistas. El fin de este periodo coincide con el fin de la dinastía de los gobernantes Urin Cuzco (Rurin Qusqu), quienes vieron en Cápac Yupanqui a su último representante.

Época estatal: gran expansión Con Pachacútec se inicia el modelo imperial, Amaru Inca Yupanqui, Túpac Inca Yupanqui, Huayna Cápac. Reinado de Pachacútec

El 9º Inca. Durante su gobierno se produjo el mayor crecimiento del imperio. Inauguró el periodo imperial, porque los incas se convirtieron en emperadores al anexionar numerosos pueblos. Pachacútec mejoró la organización del estado, dividiendo el imperio en cuatro regiones o suyus. Por el norte, sometió a los huancas y tarmas, hasta llegar a la zona de los cajamarcas y cañaris (Ecuador). Por el sur sometió a los collas y lupacas, que ocupaban la meseta del altiplano. Organizó a los chasquis e instituyó la obligatoriedad de los tributos. 

Imperio Histórico (fase de expansión): - Dinastía Hanan Cuzco: 1438 - 1471.

Reinado de Túpac Yupanqui

El 10º Inca. Fue un destacado militar que logró importantes victorias durante el gobierno de su padre Pachacútec. En 1471 asumió el trono y amplió las fronteras del imperio hacia el sur, hasta llegar al río Maule en Chile. También sometió al reino Chimú y a algunos pueblos del altiplano y del norte argentino. Sofocó la resistencia de los chachapoyas y avanzó por el norte hasta Quito. Quiso incursionar en la selva, pero una rebelión de los collas lo obligó a desviarse hacia el Collao. Mejoró la recaudación de los tributos y nombró nuevos gobernantes visitadores (tuqriq). Murió en 1493. 

Imperio Histórico (fase de expansión): - Dinastía Hanan Cuzco: 1471 - 1493.

Reinado de Huayna Cápac

El 11º y último Inca. Se le considera el último gran emperador del incario. Durante su gobierno, continuó la política de su padre, Túpac Inca Yupanqui, en cuanto a la organización y fortalecimiento del estado. Para conservar los territorios conquistados tuvo que sofocar en forma sangrienta continuas sublevaciones. Derrotó a los chachapoyas y anexionó la región del golfo de Guayaquil, llegando hasta el río Ancasmayo (Colombia). Estando en Quito, enfermó gravemente y falleció en 1525. Algunas crónicas españolas postulan que además amplió las fronteras del imperio más hacia el sur, y que incluso habría llegado hasta el río Biobío en Chile; aunque este límite más austral no ha sido comprobado arqueológicamente, y no es aceptado históricamente. Con su muerte se inició la decadencia del imperio. 

Imperio Histórico (fase de expansión): - Dinastía Hanan Cuzco: 1493 - 1525.

Crisis de sucesión La costumbre, tradición y las leyes incaicas establecían que el trono del Inca sucesor debía ser ocupado por su descendiente directo, hijo del actual Emperador en una Coya (hermana del Soberano). A falta del heredero legitimo debía ocupar el trono el hijo del inca en una palla (princesa real del Cuzco). A falta de los herederos legítimos, podían reclamar el trono los hijos de los incas procreados en Ñustas. Huayna Cápac había nombrado como heredero desde antes a Ninán Cuyuchi (hijo de la Coya Mama-Cussi-Rimay) mas éste resultó enfermo de viruela y murió muy joven en la ciudad de Tumipampa/Tomebamba. Entonces, a falta de heredero legitimo debía ocupar el trono el hijo del Inca en una Palla (princesa real del Cuzco) y dos fueron nada menos que los pretendientes: Manco-Inca-Yupanqui (hijo en la Palla Civi-Chimpo-Rontosca), que murió sorpresivamente asesinado, quedando su otro hijo, Huáscar, cuya madre la Palla

Rahuac-Ocllo había gobernado el Cuzco durante la ausencia de Huayna-Cápac. A falta de los herederos legítimos podían reclamar el trono los hijos de los Incas procreados en Ñustas y de esta manera, apareció Atahualpa. Los hermanos Huáscar y Atahualpa se disputan el trono poco antes de la llegada de los españoles. Reinado de Huáscar Huáscar no estuvo de acuerdo con el testamento de Huayna Cápac, ya que se creía con derecho de heredar todo el Imperio inca según las leyes, costumbres y tradiciones incarios. Huáscar se enfrentó en 1531 después de muchos años de paz a su medio hermano Atahualpa, quien también se consideraba legítimo heredero del trono en la región de Quito. Muy pronto importantes regiones del imperio fueron sacudidas por sangrientas batallas entre tropas cusqueñas y quiteñas, que terminaron con la victoria final de los últimos. Huáscar fue tomado prisionero y muerto posteriormente por orden de Atahualpa. 

Imperio Histórico (fase de expansión): - Dinastía Hanan Cuzco: 1525 - 1532.

Reinado de Atahualpa

Hijo de Huayna Cápac con la noble incaica Tocto Ocllo Coca. Tras la muerte de su padre, se convirtió en gobernador de la ciudad de Quito. Bien sea al temor que le tenía a su hermano Huascar o la ambición de convertirse en emperador se proclamó emperador en

Quito y así inició la guerra de sucesión Inca. Sus tropas, dirigidas por Chalcuchímac y Quizquiz, derrotaron al ejército de Huascar en la batalla de Cotabamba (Apurímac) y entraron triunfantes al Cuzco. Enterado de la victoria, Atahualpa marchó a Cajamarca para ser coronado inca. En el trayecto fue aclamado por los pueblos del norte. Sin embargo, al llegar a Cajamarca, fue tomado prisionero por los españoles en la batalla de Cajamarca. Era el año 1532. Este hecho marcó el fin del Imperio incaico. En contra de lo pensado, Atahualpa (que gobernó de facto entre 1532 - 1533), no forma parte de la capaccuna al nunca ceñir la mascaipacha. Por lo tanto es impropio llamarle Sapa Inca, como algunas veces se le titula. Quito fue incendiada por completo por el general Rumiñahui en 1534, antes de la llegada de los españoles a la ciudad en busca de los tesoros del imperio, y fundada nuevamente por el español Sebastián de Benalcázar sobre las cenizas del pueblo inca el 6 de diciembre de 1534.

Incas coloniales Desde la llegada de los españoles, en su marcha hacia el Cuzco. Túpac Hualpa Inca (1533)- 2 meses, septiembre y octubre. Inca Coronado por los Españoles, muere antes de llegar a la Ciudad Imperial en el Valle del Mantaro. Manco Inca (1533-1545) - Inca Coronado por los Españoles (1533) rebelado contra ellos (1536) abandona el Cuzco, trasladando su capital primero a Ollantaytambo y luego a Vilcabamba. Paullu Inca (1537-1549) Inca Coronado por los Españoles durante el gobierno de Manco Cápac II (1537), que además reinó cuatro años después de la muerte de este, durante el gobierno de Sayri Túpac Inca.

Neo-Estado Inca: Incas de Vilcabamba Estos no fueron incas "reales" en su totalidad, sino que fueron gobernantes de pueblos descendientes de los incas Estos pueblos llegaron a considerarlos "Incas". Sin embargo, no gobernaron el Cuzco, y su poder fue puramente local. Manco Inca hasta su muerte en 1545 Inca de Vilcabamba. Sayri Túpac Inca (1545-1558) Inca de Vilcabamba. Titu Cusi Yupanqui Inca (1558-1571) Inca de Vilcabamba. Túpac Amaru I Inca (1571-1572) Inca de Vilcabamba.

Geografía y territorio Ubicación geográfica

Límites del Imperio inca: por el norte llegaba hasta Pasto (Colombia) y por el sur hasta Talca (Chile), en el río Maule. Fue la región andina, debido a la presencia de la cordillera de los Andes, se caracteriza por la diversidad de su ecología: costas desérticas, parajes tropicales, altiplanos secos y fríos que a simple vista parecen uno de los ambientes menos propicios para la vida del hombre. Sin embargo, los hombres que la habitaron han demostrado a lo largo de muchos siglos, ser capaces no sólo de sobrevivir en tales circunstancias, sino también de dominar el medio geográfico y de crear una serie de civilizaciones florecientes. La más famosa de ellas fue el Imperio inca, que ocupó un vasto territorio de América del Sur, que comprende los actuales o partes de los territorios de las Repúblicas de Perú, Ecuador, occidente de Bolivia, norte de Argentina, norte de Chile y el sur de Colombia. También dominaron el mar; posiblemente llegando hasta la Polinesia. Aunque todavía no se esclarece del todo se ha deslizado la hipótesis de que los incas habrían llegado a Oceanía, concretamente a islas de la Polinesia, como la Isla de Pascua en la que dejaron topónimos, costumbres y vestigios arquitectónicos, hay inclusive una leyenda del arribo de un inca hasta con el nombre casi exacto en otra isla de la polinesia.

Distribución del Imperio inca dentro de los actuales países de Sudamérica Los incas en Argentina Según las fuentes históricas en el territorio de Argentina, entre 1479 y 1535, el Imperio incaico conquistó las partes occidentales de la actuales provincias de Catamarca, Tucumán, Salta, Jujuy, La Rioja, San Juan, y el extremo noroeste de Mendoza incorporándolas al Collasuyo. Algunas investigaciones sugieren la influencia incaica en parte de la Provincia de Santiago del Estero (zona interfluvial en donde está la ciudad de Santiago del Estero), pero la incorporación de esa zona al imperio no ha sido probada. Tradicionalmente se atribuye la conquista al inca Túpac Yupanqui. Los pueblos que entonces habitaban esa región, los omaguacas, los atacamas, los huarpes, los diaguitas y otros, intentaron resistir pero los incas lograron dominarlos, trasladando a sus territorios a los mitimaes o colonos deportados de las tribus de los chichas, que habitaban en lo que es el suroeste del actual territorio boliviano. Los incas construyeron caminos (el Camino del Inca), centros agrícolas y de producción de tejidos, asentamientos (collcas y tambos), fortalezas (pucarás) y numerosos santuarios en lo alto de las montañas en donde realizaban sacrificios humanos especialmente de jovencitas y

de niños tal como lo demuestran las momias de Llullaiyaco, utilizando también construcciones preexistentes. Entre los establecimientos incas más importantes en Argentina, se encuentran el Potrero de Payogasta en Salta, la Tambería del Inca en La Rioja, el pucará de Aconquija y el Shincal de Londres, ambos en Catamarca, el pucará de Tilcara en Jujuy y las ruinas de Quilmes en Tucumán, la mayoría de las cuales eran preincaicos y fueron organizados en una red urbana dentro de su imperio, estableciendo en ellos puestos de control militar. Las provincias (wamanis) incaicas en el actual territorio argentino fueron cinco:[2]  



 

Humahuaca', con probable cabecera en Tilcara, llegando por el norte hasta Talina, actualmente en el Sur de Bolivia. Habitada por mitimáes chichas. Chicoana o Sikuani, habitada por los pulares, se extendía por el piso de puna de Atacama y la parte septentrional de los valles Calchaquíes hasta cerca de Seclantás y abarcaba probablemente desde las Salinas Grandes de Jujuy hasta el sur de La Paya en Salta, donde estaba su capital la antigua Chicoana. Quire-Quire o Kiri-Kiri, que comprendía el resto de los valles Calchaquíes comenzando en Pompona (hoy La Angostura), todo el valle de Santa María y los valles de Andalgalá, Hualfín y Abaucán. Habitada calchaquíes y yocaviles y por un gran número de mitimáes, tenía dos asientos principales en Shincal y en Tolombón. Tucumán o de Tucma, comprendía los valles orientales y las sierras subandinas. La provincia más meridional, probablemente se extendía desde La Rioja hasta las montañas del Cordón de Plata, alcanzando el cerro Tupungato en Mendoza y quizás formaba parte, con el nombre de Cuyo o Kuyun de la provincia de Chile o Chili.[3] [4]

Los incas en Bolivia En el territorio de Bolivia, luego de que en torno al 1.100 a. C. Tiwanaku desapareció, se produjo una lucha entre los diferentes grupos que habitaban la región: aymaras, collas, lupacas y pacajes. Los aymaras establecen un dominio que abarca Arequipa y Puno en el Perú, La Paz y Oruro, que perduró hasta que, en 1438, el Inca Pachacútec derrotó al último soberano colla, Chunqui Cápac, incorporando el altiplano boliviano al Imperio inca (Tahuantinsuyo), como parte de la provincia del Collasuyo, e imponiendo el quechua como lengua oficial, aunque el aymara se continuó hablando regularmente. Además el Imperio inca adoptó los estilos arquitectónicos tiwanakotas y otros conocimientos. Posteriormente el Inca Huayna Cápac mandó levantar fortalezas en la frontera oriental para detener el avance de los chiriguanos. Según una leyenda, los fundadores del Imperio inca, Manco Cápac y Mama Ocllo nacieron de la espuma del lago Titicaca en la Isla del Sol), entre Perú y Bolivia. Los incas en Chile En el territorio de Chile, durante el reinado de Túpac Yupanqui, se produjo la conquista de los diaguitas de los valles transversales del norte de Chile, y más al sur a parte de las

poblaciones ubicadas en el norte del territorio Picunche, (subgrupo mapuche septentrional); quienes habitaban el Valle de Chile (el actual valle del Aconcagua) y algunas comarcas ubicadas al sur de él, fijándose así los límites del Imperio inca, en una zona que convencionalmente los historiadores y la arqueología extienden hasta el río Maule. Los incas en Colombia En el territorio de Colombia, hacia 1492 el Imperio inca dominó transitoriamente la región habitada por los pueblos aborígenes denominados los pastos y levantaron una fortaleza aún visible, en Males (hoy municipio de Córdoba). Sin embargo los pastos se refugiaron en la Cordillera Occidental y lograron expulsar a los ocupantes. Los incas prefirieron entonces avanzar por el piedemonte amazónico, a través del territorio de los cofán,[5] pero finalmente fueron los españoles los que controlaron la región y fueron los awá quienes lograron preservarse de la dominación en las selvas de la vertiente del Océano Pacífico. Los incas en Ecuador En el territorio de Ecuador, en el siglo XV, los Incas Túpac Yupanqui y Huayna Cápac conquistaron el territorio y lo incorporaron a su imperio. A mediados del siglo XV la zona fue invadida por las fuerzas del Inca Tupac Yupanqui, quien al mando de un gran ejército se encaminó desde el sur para ampliar sus dominios. Al principio la campaña le resultó relativamente fácil pero luego debió enfrentar a los Bracamoros, siendo éste el único pueblo que pudo obligar al Inca a abandonar sus tierras sin poder incorporarlo al Imperio. Cuando el Inca empezó a avanzar sobre los Cañaris, fue aún más difícil para ejércitos incaicos, pues estos los rechazaron luchando con bravura, obligándolos a replegarse hacia tierras de lo que hoy es Saraguro, donde debieron esperar la llegada de refuerzos para poder iniciar la campaña. Esta vez considerando la inmensa superioridad de los incas, los Cañaris prefirieron pactar y someterse a las condiciones impuestas por estos. Después de esto Tupac Yupanqui fundó la ciudad de Tomebamba, actual ciudad de Cuenca, es en esta ciudad donde nacería Huayna Cápac. Los incas en el Perú En el territorio del Perú los incas ocuparon la costa, sierra y selva alta (aproximadamente la mitad de la superficie total del país). A comienzos del siglo XIII inicia la historia inca desde Cusco como capital con Manco Cápac como fundador. Los incas tuvieron desde entonces tres expansiones siendo la tercera la mayor pues se desarrolló primero hacia el norte empezando con el centro-oeste de Perú hasta el sur de Colombia, y después hacia el sur empezando con el sur de Perú hasta el centro de Chile. En el siglo XV el Sapa inca Pachacútec dividió Tawantinsuyo tomando la capital como punto de referencia en cuatro suyos: Chinchaysuyo, Contisuyo, Antisuyo y Collasuyo.

En 1525 se inicia una guerra civil entre Huáscar y Atahualpa por la sucesión al trono, ganando esta disputa Atahualpa, pero quedando el imperio enfrentado e inestable. En estas circunstancias llegan los españoles quienes en Cajamarca capturan sorpresivamente a Atahualpa en una entrevista en 1532.

Territorio del Tahuantinsuyo Los cuatro suyos en su conjunto se extendían a lo largo de más de 2 millones de km² y llegaron a abarcar, en su período de apogeo (hacia 1532), parte de las actuales repúblicas de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Poseían aproximadamente 9 mil km de costa en el Océano Pacífico. La expansión se inició con el conquistador Inca Pachacútec y llegó a su apogeo con el Inca Huayna Cápac. Se atribuye la máxima expansión al Inca Túpac Yupanqui. Hacia el norte, el Imperio incaico se extendía hasta el río Ancasmayo, al norte de la actual ciudad de Pasto (Colombia). En Ecuador, llegaron a abarcar una zona que incluiría las actuales ciudades de Quito, Guayaquil, Cuenca y Manta. Hacia el noreste, se extendía hasta la selva amazónica de las actuales repúblicas de Perú y Bolivia. Son muy poco nítidos sus límites con ésta debido a las esporádicas expediciones de exploración de la selva por parte de los habitantes del imperio debido a la gran cantidad de enfermedades y el miedo que los nativos poseían a esas zonas, pero se sabe que dominaban las actuales ciudades de Potosí, Oruro, La Paz y Cochabamba en Bolivia y prácticamente toda la sierra peruana. Hacia el sureste, el Imperio incaico llegó a cruzar la cordillera de los Andes (lo que en geopolítica moderna se conoce como encabalgarse), llegando un tanto más allá de lo que ahora se conoce como las ciudades de Salta y Tucumán en Argentina. El territorio inca de la actual Argentina, conformó una zona especial que se denominó Tucma o Tucumán, que abarcaba las actuales provincias de La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy. Hacia el sur, existen pruebas de que el Imperio incaico llegó a abarcar hasta el Desierto de Atacama (región III) en dominio efectivo pero con avanzadas hasta el río Maule (actual región VII de Chile), donde debido a la resistencia de los Purumaucas (subgrupo del pueblo Picunche, pertenecientes a la etnia Mapuche) no pudo seguir avanzando. Hacia el oeste, si bien el Imperio incaico limitaba con el Océano Pacífico, hay quienes además postulan que los Incas habrían incluso llegado a mantener, a pesar de las limitaciones navales de la época, una cierta relación comercial con algún pueblo desconocido de la lejana Polinesia (Oceanía). El tema ha sido estudiado por José Antonio del Busto en una reciente publicación. Una de las personas que defendió esta teoría fue el difunto explorador difusionista noruego Thor Heyerdahl. Su capital se encontraba en la ciudad del Cuzco —que, según la Constitución peruana, es la "capital histórica" de Perú—, en donde los cuatro suyus se encontraban.

División política: Suyos o regiones

Mapa del Tahuantinsuyo: Chinchaysuyo (en rojo), Collasuyo (en azul), Antisuyo (en verde) y Contisuyo (en amarillo). Los cronistas afirmaron que el Tahuantinsuyo estuvo dividido en cuatro distritos conocidos como suyos (del quechua suyu): Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y Contisuyo. El centro de esta división era el propio Cuzco. Se ha atribuido al inca Pachacútec la creación de este sistema de organización del territorio; sin embargo sabemos que se trataba de una práctica que antecedió al gobierno de este gran reformador. Antes de consolidarse el dominio del inca en el Cuzco, el espacio en torno de esta ciudad estuvo también dividido en cuatro partes. Las divisiones entonces correspondían a los territorios de los señoríos del área. Cuando Manco Cápac y sus clanes se establecieron en la zona, crearon los cuatro suyus incas a partir de esta división. Un tema que aún es motivo de discusión entre los investigadores es aquel de la extensión y los límites de cada suyu. Como hemos visto, la expansión inca se inició con Pachacútec, quién conquistó los curacazgos del área cercana al Cuzco: los soras, lucanas y tambos. Otros líderes militares como su hermano Cápac Yupanqui, y posteriormente Túpac Yupanqui y Amaru Túpac, continuaron las conquistas, mientras Pachacútec permanecía en el Cuzco. Por ejemplo, Cápac Yupanqui habría reconocido y visitado en la costa los valles de Chincha y Pisco, mientras que en la sierra central llegaría hasta Jauja. Túpac Inca continuó la conquista del Chinchaysuyu hasta la región de los cañaris (Tumibamba); mientras que Amaru Túpac y otros líderes militares conquistaron el Collasuyu hasta Chincha y el Contisuyo hasta Arequipa. Sin embargo, aún no sabemos si la franja costera entre Ica y Tarapacá fue conquistada en esta época o después, luego de que Túpac Yupanqui asumiera el mando supremo del Estado inca. Por otro lado durante los tiempos de Túpac Yupanqui la frontera norte se estableció cerca de Quito; mientras que la frontera sur se fijó en el río Maule, al sur de Santiago de Chile. Durante el gobierno de Huayna Cápac se conquistaron nuevas regiones en el Ecuador y el sur de Colombia (Pasto). Estos son en

general los límites conocidos del Tahuantinsuyu. El punto menos preciso es el relativo a la región amazónica, donde es difícil precisar los alcances que tuvieron las incursiones incas. Suyu

Mapa 

Chinchaysuyo 

(Chinchay suyu)

 

Antisuyo



(Anti suyu)

 

Contisuyo



(Kunti suyu)

 

Collasuyo



(Qulla suyu)



Descripción Ubicación: Se ubicaba en el cuadrante noroeste de la capital (Cuzco). Grupo: Pertenecía al grupo Hanan -alto(Hanansuyo, Hanan suyu). Otros: Era la región principal. Ubicación: Se ubicaba en el área de la ceja de selva al noreste de la ciudad del Cuzco. Grupo: Pertenecía al grupo Hanan -alto(Hanansuyo, Hanan suyu). Otros: Limitaba con la selva amazónica. Ubicación: Estaba situado en la vecindad de Arequipa. Grupo: Pertenecía al grupo Hurin -bajo- (Hurinsuyo, Rurin suyu). Otros: Era la región más pequeña. Ubicación: Se ubicaba en el cuadrante sureste de la capital (Cuzco). Grupo: Pertenecía al grupo Hurin -bajo- (Hurinsuyo, Rurin suyu). Otros: Ocupaba principalmente la zona altiplánica.

Organización territorial Cada provincia (wamani) estaba dividido en sayas o partes en las cuales habitaba un número variable de ayllus. El número de sayas de cada provincia solía basarse en la dualidad, si bien es cierto que algunas provincias llegaron a tener tres sayas, como la de los Huancas.

Organización política El gobierno imperial era de tipo monárquico teocrático y la máxima autoridad era el emperador, aconsejado por el consejo imperial. El gobierno de cada suyo (distrito) estaba a cargo de un tucuyrucuy, que actuaba como virrey.

El Inca

A estos gobernantes, a los que se atribuía un origen divino, se les suele asociar los títulos de señor inca y sapa inca: "divino inca" y "único inca", respectivamente. La "Capac cuna" era la lista oficial de gobernantes de la civilización inca. Se especula que existieron más gobernantes de los que ésta acepta y que varios fueron borrados de la historia oficial del imperio por distintos motivos. En total, fueron doce los emperadores incas. Iniciándose en 1197, año de la fundación del imperio. 

Imperio legendario; periodo sin expansión: ~1200 - ~1230: Manco Cápac ~1230 - ~1260: Sinchi Roca ~1260 - ~1290: Lloque Yupanqui ~1290 - ~1320: Mayta Cápac ~1320 - ~1350: Cápac Yupanqui ~1350 - ~1380: Inca Roca ~1380 - ~1400: Yáhuar Huácac ~1400 - 1438: Viracocha Inca



Imperio histórico; periodo de crecimiento del imperio: 1438 - 1471: Pachacútec 1471 - 1493: Túpac Yupanqui 1493 - 1525: Huayna Cápac 1525 - 1532: Huáscar 1532 - 1533: Atahualpa

Aunque algunos historiadores consideran que Atahualpa no debe ser incluido en la capac cuna, argumentando que Atahualpa se habría declarado súbdito de Carlos I de España, además del hecho de que nunca llegó a serle ceñida la mascapaicha, el símbolo del poder imperial. Pero la mayor parte de los cronistas da como cierta la relación de 13 Incas, asignando el escaño 13ro. a Atahualpa. Otros historiadores han seguido el linaje y consideran que deben tomarse en cuenta también a Tarco Huaman y a Inca Urco. El primero sucedió a Mayta Cápac y, después de un corto período, fue depuesto por Cápac Yupanqui. Inca Urco se ciñó la mascaipacha por decisión de su padre, Viracocha Inca, pero, ante su evidente desgobierno y la invasión de los chancas, huyó con él. Luego del triunfo de Cusi Yupanqui -el futuro Pachacútec Inca Yupanqui, también hijo de Viracocha Inca- sobre el pueblo enemigo, Inca Urco fue muerto en una emboscada que él mismo le tendió a su hermano. Asimismo, Garcilaso y algunos otros cronistas insertan entre Pachacútec y Túpac Yupanqui a Amaru Inca Yupanqui, soberano de dudosa existencia.

Cronologías de los Sapas Incas

Al carecer de lenguaje escrito no existen registros exactos y todas las fechas, personajes y hechos de la fase local de los incas, se basan en leyendas difíciles de comprobar, e incluso en los incas históricos (fase de expansión), en los siguientes listados se mostrarán cálculos cronológicos de distintos historiadores sobre las fechas de reinado de los incas. Producto que la transmisión de la historia inca era oral y que solo pasó a fuentes escritas por cronistas que vivieron décadas o incluso siglos después de los hechos hay muchos vacíos sobre todo en lo que cuenta a las fechas e incluso al nombre o existencia de varios gobernantes. En el siguiente cuadro se muestra el número de Sapa Incas que hubo según cuentan los distintos cronistas.[6]

Acosta

Número de gobernantes 17

Anello Oliva

13

Anónimo del siglo XVII

10

Anónimo de 1552

5

Betanzos

13

Valera

7

Cabello Balboa

13

Cieza de León

14

Cobo

13

Córdoba y Salinas

8

Dávila Briceño

12

Estete

4

Garcilaso

14

Autor

Guamán de Poma de Ayala 12 Herrera

14

Las Casas

13

Molina, el Cuzqueño

6

Montesinos

c. 105

Morua

12

Ondegardo

12

Quipucamayos

12

Santa Clara

13

Santa Cruz

13

Santillán

11

Sarmiento

12

Vásquez de Espinoza

14

En el siguiente cuadro aparece la cronología de los Sapa Incas de Sarmiento (1572).[6]

Manco Cápac

Fecha de Reinado nacimiento 521 c.565-656

Duración de su reinado Páginas (años) 100 60-62

Sinchi Roca

548

656-675

19

63

Lloque Yupanqui 654

675-786

111

65

Mayta Cápac

¿786?-890

¿104?

69

Cápac Yupanqui 876

891-985

89

70

Inca Roca

985

¿?-1088

¿?

72

Yahuar Huácac

1088-1184 96

81

Viracocha