Gregorio Cardenas

GREGORIO CARDENAS HISTORIA CRIMINAL DE GREGORIO CARDENAS “A Gregorio Cárdenas se le considera el primer asesino en serie

Views 136 Downloads 0 File size 216KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

GREGORIO CARDENAS HISTORIA CRIMINAL DE GREGORIO CARDENAS “A Gregorio Cárdenas se le considera el primer asesino en serie mexicano en buena medida porque representa una nueva suerte de delincuente. … era completamente inédito en el México de los años cuarenta.” (VAZQUES, 2011), cabe aclarar que Goyo Cárdenas es el primer asesino serial en México de la llamada era moderna ya que antes que el existieron figuras de este tipo las cuales de igual manera que el Estrangulador de Tacuba es interesante estudiar su historia. “Nacido en Córdoba Veracruz en 1915 fue el menor de diez hermanos…La infancia de Goyo Cárdenas Hernández está llena de versiones encontradas, mientras Vicenta declaraba que Goyo siempre a sido dócil y obediente, algunos compañeros de la escuela lo señalaban más bien como un niño bastante tímido y cobarde pero muy maldoso, pues acostumbraba dar estiércol oculto en dulces a sus compañeros o quemar el cabello de sus amigas. De igual forma se menciona con insistencia la crueldad hacía los animales, con frecuencia tomaba pollitos y los mataba poniéndolos en el quicio de las puertas, las que luego cerraba poco a poco, más adelante, en su época de estudiante de ciencias químicas y antes de los escandalosos homicidios, Goyo gustaba de experimentar con gansos y conejos, algunos de los cuales aparecieron enterrados en su jardín. Según Lafora la vida sexual de Gregorio Cárdenas se inicia a los 11 años, con las manifestaciones narcisistas habituales sin tendencia pederastica o incestuosa; algún familiar declaraba que Goyo quería encontrar en cada muchacha un medio para saciar su libido y que en ocasiones fue sorprendido aprovechándose de la inocencia de una amiga a quien le pagó para que le permitiera algunos excesos. A la edad de 18 años comienza a frecuentar prostitutas, llegando a padecer algunas enfermedades venéreas. En 1940 entra en relaciones con Virginia Leal, a quien conoce en un baile y después hace su amante. Virginia después de un corto espacio lo abandona. Más tarde conoce a Gabina González, primera esposa de Goyo con quien contrae nupcias debido a que la familia de ésta recurre a los tribunales para obligarlo a contraer matrimonio, pues habían tenido relaciones sexuales con anterioridad, este fracasa por infidelidad de su esposa. Se piensa que estos dos fracasos amorosos crean en el criminal de Tacuba un cierto odio hacia las mujeres, además de propiciar sus tendencias depresivas. Durante algún tiempo mantuvo relaciones con una muchacha de apellido Romero, quien lo visitaba en la casa de Mar del Norte en plena etapa homicida del criminal… En septiembre de 1942, los vecinos del Barrio de Tacuba atestiguaron uno de los hechos más relevantes en la crónica policiaca nacional. El número 20 de la calle Mar del Norte fue intervenido por un ejército de policías y reporteros que buscaban rastros de Beatriz Arias, jovencita que había desaparecido días antes y que según sus compañeros de la Escuela Nacional Preparatoria fue vista por última ocasión en compañía de Gregorio Cárdenas Hernández, joven de 27 años estudiante de Ciencias Químicas con quien llevaba una muy estrecha relación. Cerca de las tres de la tarde del 8 de septiembre de 1942, en el jardín de la pequeña vivienda rentada por Gregorio Cárdenas, fueron encontrados sin vida los cuerpos de cuatro mujeres, todas con síntomas de asfixia por estrangulación debido a la presión ejercida por una soga y, en el caso de Beatriz Arias, por traumatismo craneoencefálico o golpes en la cabeza…Al intentar localizar a Cárdenas Hernández se sorprenden de que acaba de ser internado en un hospital psiquiátrico por su propia madre, los agentes se trasladan hasta él para interrogar al sospechoso que los recibe con una extraña y bien ensayada historia en la que Goyo, sosteniendo un pedazo de gis en la mano, decía ser inventor de una píldora de invisibilidad La cual acababa de tomar y era cuestión de tiempo para que hiciera efecto. Pese a la originalidad del cuento, el servicio secreto insiste en sus cuestionamientos sobre el paradero de la joven Arias ante lo que el homicida no tiene más que confesar su responsabilidad en el caso de Beatriz Arias. Al dirigirse a la vivienda ubicada en Mar del Norte 20, la sorpresa fue mayúscula, pues no solo se encontró el cuerpo de Beatriz, sino el de tres mujeres más en avanzado estado de descomposición y, según testigos, teñidos de un extraño color dorado. Sus nombres: Raquel Rodríguez León, María de los Ángeles González Moreno y rosa Reyes Quiroz. La primera en morir fue la joven prostituta de 16 años María de los Ángeles González Moreno, fue estrangulada con un cordón el 15 de agosto de 1942, la segunda víctima, de tan solo 14 años de edad, fue Raquel Martínez León, murió igualmente ahorcada el 23 de agosto, seis días más tarde el turno fue para Rosa Reyes Quiroz. Finalmente, el 2 de septiembre de 1942 a bordo del automóvil Ford placas B9101, Graciela Arias Ávalos perdería la vida debido a fuertes golpes en la cabeza propinados por el asesino de Tacuba después de una dura escena de celos y un forcejeo con ella para intentar besarla” (HAM, 2007). Dicha narración nos muestra las actitudes y conductas que realizo a la vista de todos el tristemente célebre Goyo. ESTUDIOS HECHOS A GREGORIO CÁRDENAS

Tras una serie de gestiones legales “Al frente del caso quedó el célebre criminólogo Alfonso Quiroz Cuarón. Con el tiempo, Quiroz Cuarón escribiría un libro: El caso de un estrangulador, considerado una obra maestra de la criminalística. Determinó que la encefalitis causó el daño cerebral que convirtió a Goyo en multi-homicida. En sus Memorias, dictadas a José Ramón Garmabella, Quiroz Cuarón recuerda cómo él y otros médicos torturaron a Goyo en Lecumberri: ... La primera entrevista profesional que tuvimos con Gregorio ocurrió en agosto de 1943. La actitud del paciente fue atenta y dócil, al paso que su lenguaje era lento y en voz baja. El doctor Gómez Robleda y yo pudimos efectuarle sinnúmero de exploraciones y en cada una de las sesiones encontramos colaboración amplia del sujeto. Su cara se movía con lentitud, dando la apariencia de que todo le era indiferente, aunque a veces, cuando se mostraba preocupado, el contraste surgía por medio de contracciones intensas de los músculos faciales, más pronunciadas del lado izquierdo. Su actitud general correspondía a movimientos lentos que sugerían tranquilidad y, además de los tics, se le notaba un temblor rápido, poco amplio, de los dedos de las manos. El 30 de septiembre de ese 1943, el abogado de Gregorio Cárdenas Hernández solicitó que su defendido se presentara en el juzgado y entonces observamos al homicida en actitud diferente: la mirada ahora era vaga y los rasgos faciales fijos, impasibles, con espasmos frecuentes en rostro y cuello. A nuestras preguntas respondía de modo incoherente y decía no reconocer a las personas. Se veía desorientado y se quejaba, además, de dolores de cabeza. Poco después, en el interior de Lecumberri, el doctor Gómez Robleda y yo lo observamos en una actitud estereotipada, cortés, con amaneramientos en los que a las cosas las llamaba por sus diminutivos. Su característica más notoria era la exhibición de una falsa modestia y sus respuestas a las preguntas pretendían ser sutiles. Respecto a los crímenes cometidos, afirmaba no experimentar remordimiento alguno porque no se sentía culpable de ellos. A pregunta expresa de Emilio Mira y López, colaborador nuestro, escribió: „La mayor injusticia que se ha cometido conmigo es que me tengan encerrado y alejado de mis familiares‟. El abogado defensor de Gregorio, en su afán por librarlo de una larga condena carcelaria, con la cual pretendía impedir que se le sentenciara bajo la circunstancia de estar afectado de sus facultades mentales, promovió ante el juez que se dictaminara si Gregorio ameritaba atención en un establecimiento especializado. El doctor Gómez Robleda y yo, consultados por el licenciado Espeleta, observamos durante varios días en su celda de Lecumberri al llamado „Estrangulador de Tacuba‟. Las nuevas observaciones nos permitieron verificar que el procesado dormía la mayor parte del día y se alimentaba escasamente, mientras que cuando se le obligaba a caminar lo hacía con mucha lentitud, en forma titubeante y arrastrando los pies en pequeños pasos; además, descuidaba totalmente su aseo personal. Los tics faciales y en el cuello eran casi permanentes y al mismo tiempo tenía una muy clara inestabilidad arterial, tanto máxima como mínima y el pulso era lento: de 64 por minuto. El diagnóstico que emitimos fue de síndrome confusional y, por consiguiente, sí procedía su traslado a un hospital psiquiátrico para llevar a cabo su observación y tratamiento. A esas alturas, finales de 1943, algo más de un año después de haber cometido los delitos, el sujeto era seguramente el hombre más estudiado de México (…) Fue así como el 10 de noviembre de ese año, Gregorio Cárdenas fue llevado al Manicomio General de la Castañeda, donde recibió un tratamiento de electrochoques que permitió desaparecer rápidamente el estado confusional que padecía (…) El interés mostrado hacia la psiquiatría me hizo intuir que Gregorio lo hacía no tanto para cultivarse, sino más bien con la idea de continuar confundiendo a los especialistas… La prueba más importante fue la denominada „El sueño profundo y la soga‟. Lanzarme a la exploración que intentaba era sencillo porque dos peritos anteriores habían utilizado pentotal sódico, después de lo cual concluyeron que el procesado padecía amnesia lagunar respecto a los delitos cometidos, lo que, por cierto, no dejaba de extrañar porque el homicida había escrito libremente en el hospital psiquiátrico del doctor Oneto Barenque, donde había sido capturado por la policía, una relación pormenorizada en la cual enumeraba analíticamente los cuatro asesinatos (…)Éramos acompañados por técnicos, donde mientras unos filmaban la película, otros grababan los sonidos (…) El maestro Alfonso Millán practicó la exploración neurológica en el sueño profundo inducido por el pentotal sódico y todos los presentes pudimos percibir en Cárdenas Hernández un primer periodo de excitación (…) traducido en llanto, risas y mímica facial que denotaba un tipo neurológico personal corto-talámico en una persona que normalmente parecía inexpresiva (…) La exploración neurálgica permitió observar y filmar que los tics faciales del sujeto en el lado derecho desaparecían, al paso que en el lado izquierdo eran todavía más notorios. Ello permitió colegir que se eliminaba la simulación (…) Una vez resuelta la primera incógnita, faltaba el segundo aspecto por aclarar, esto es, la pretendida amnesia lagunar en relación con los delitos, para lo cual se estimuló a Gregorio con los objetos materiales de los homicidios, o sea, la soga que empleó para estrangular a las víctimas y la pala utilizada para cavar las tumbas en el jardín.

Debo confesar que jamás asistí, antes o después, a una prueba más dramática. Se procedió primero a golpear con el canto de la pala el borde de la plancha de granito donde se había colocado a Gregorio Cárdenas mientras se le preguntaba si recordaba para qué había servido esa pala. Cárdenas Hernández, entre gritos y llanto, respondió que él la había utilizado para cavar las fosas donde sepultó a sus víctimas; sin embargo, lo más dramático ocurrió cuando se le pasó la soga por el cuello, pues el sujeto, gritando con mayor intensidad (sus gritos podían escucharse a varios metros de distancia del cuarto de exploración) y entre gesticulaciones verdaderamente impresionantes y llanto incontenible, imploraba una y otra vez: „Por favor, dejen de martirizarme con esa soga. ¿No ven que con ella estrangulé a las criaturas? ‟ La prueba permitió concluir que el hombre recordaba a la perfección los detalles de los delitos perpetrados y su pretendida amnesia acerca de ellos era buscada, querida, oportuna, defensiva y simulada… Las autoridades decidieron regresarlo a Lecumberri el 22 de diciembre de 1948. Una vez allí, Goyo memorizó el Código Penal, cursó la carrera de Derecho, se convirtió en litigante, realizaba historietas dibujadas por él mismo donde contaba crímenes famosos, e incluso escribió varios libros, entre ellos Celda 16, Pabellón de locos, Una mente turbulenta y Adiós a Lecumberri. Tocaba el piano que su madre le había regalado, escuchaba ópera, leía poesía, dirigió una revista y comenzó a pintar cuadros. En el penal se casó y tuvo hijos, a quienes mantenía con las ganancias de una tienda de abarrotes que puso dentro de la cárcel. Una vez declaró: "A mí me examinaron como 48 o 50 médicos... unos señalaron esquizofrenia, otros una psicopatía, otros diferentes tipos de epilepsias, otros, debilidad mental a nivel profundo. Otros, paranoia. Sí, cómo no" (MICHELL). FACTORES CRIMINOGENOS INFLUYENTES EN GREGORIO CARDENAS HERNANDEZ FACTORES BIOLOGICOS Dentro del sistema orgánico biológico de Gregorio Cárdenas “El Dr. Alfonso Quiroz Cuarón … Explica que los delitos cometidos habían sido consecuencia de una secuela por una infección que de niño sufrió” (VACA CORTÉS & DZIB AGUILAR, 2012), “Determinó que la encefalitis causó el daño cerebral que convirtió a Goyo en multi-homicida” (MICHELL). “Debe agregarse a esto la circunstancia de padecimientos epilépticos en dos de las hermanas de Gregorio” (HAM, 2007) FATORES PSICOLOGICOS El doctor Alfonso Quiroz, describió a Gregorio C. “Personalidad neurótica de tipo introvertido con tendencias homosexuales, narcisismo y erotismo sádico anal; desde el punto de vista psiquiátrico su estado neurótico es esquizoparanoide” (AVALOS CHAVEZ). “así como el detalle de la enuresis del criminal, que sufrió hasta los 18 años de edad, unido a los clásicos “pavores nocturnos”. Según el estudio de Lafora, Cárdenas padeció siempre de pesadillas angustiosas, cefalalgias y vértigos” (HAM, 2007); “según el Dr. Joel Norris los serial killers poseen tres características fundamentales: piromanía, crueldad excesiva con los animales y enuresis, pues se sabe que Goyo mojó la cama hasta edad avanzada y que gustaba de enseñarse con pollos y conejos” (HAM, 2007). FACTORES SOCIALES Rechazo social por el abandono de sus amantes, “con el argumento de una fuerte decepción sentimental provocada por su ex esposa Sabina, que lo afecto al grado de sentir un odio irracional y profundo hacia todas las mujeres.” (VACA CORTÉS & DZIB AGUILAR, 2012) FACTORES FAMILIARES “El Dr. Jonathan Pincus habla sobre otras características: madre dominante, daño neurológico y, en algunos casos, inteligencia arriba del promedio” (VAZQUES, 2011).