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Giuseppe Mazzini Giuseppe Mazzini (1805-1872). Giuseppe Mazzini (22 de junio de 1805 – 10 de marzo de 1872), apodado "e

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Giuseppe Mazzini

Giuseppe Mazzini (1805-1872). Giuseppe Mazzini (22 de junio de 1805 – 10 de marzo de 1872), apodado "el alma de Italia",[1] fue un político, periodista y activista italiano que bregó por la unificación de Italia. Ayudó al proceso de formación y unificación de la Italia independiente moderna[2] a partir de los numerosos Estados, muchos dominados por potencias extranjeras, que existieron hasta el siglo XIX. También contribuyó a definir el movimiento europeo en pro de una democracia popular en un Estado republicano.

Biografía Sus comienzos Nació en Génova, mientras la misma formaba parte de la República de Liguria, bajo el gobierno del Imperio Francés. Su padre fue Giacomo Mazzini, médico y profesor de anatomía, un nativo de Chiavari y personaje activo en la política que adhería a una ideología jacobina, y de María Drago, una mujer de gran belleza, viva inteligencia y fervor jansenista. Desde muy joven Mazzini mostró excelentes cualidades como estudiante (como también un interés precoz por la política y la literatura), y en 1820 con tan sólo 14 años fue admitido en la Universidad de Génova, donde se gradúa en Leyes en 1826, e inicialmente ejerce como "abogado de indigentes". Mazzini aspiraba a convertirse en un novelista histórico o un dramaturgo, a la vez que escribe su primer

ensayo Dell'amor patrio di Dante ("Sobre el amor patriótico de Dante"), el cual fue publicado en 1837. En 1828–29 colaboró con el periódico genovés L'indicatore genovese, el cual fue pronto clausurado por las autoridades piamontesas. Entonces se convierte en uno de los autores principales del L'Indicatore Livornese, publicado en Livorno por F.D. Guerrazzi, hasta que este periódico también es clausurado por las autoridades. El 6 de abril de 1827 obtuvo un grado en Utroque Jure. En 1831 Mazzini viaja a la Toscana, donde se convierte en miembro de los Carbonarios, una asociación secreta con fines políticos. Su actividad revolucionaria pronto le causó problemas con la justicia. El 31 de octubre de ese año fue arrestado en Génova e internado en Savona. Durante su tiempo en prisión desarrolla los principios de un nuevo movimiento patriótico cuyo objetivo era reemplazar al fracasado de los Carbonarios. Aunque es liberado a comienzos de 1831, elige el exilio en vez de permanecer recluido en la pequeña morada en la cual la policía le obliga a vivir, y se desplaza a Ginebra en Suiza.

Insurrecciones fracasadas

Giuseppe Mazzini. En 1831 fue a Marsella, donde se convirtió en una figura popular entre los otros exiliados italianos. Vivió en el departamento de Giuditta Bellerio Sidoli, una hermosa viuda natural de Modena, que se convertiría en su amante. En Marsella organizó una nueva sociedad política llamada La giovine Italia (La Joven Italia), una sociedad secreta formada para promover la unificación de Italia. Mazzini creía que un levantamiento popular permitiría crear una Italia unificada y desencadenaría un movimiento revolucionario por toda Europa.[3] El lema de la sociedad era Dios y el Pueblo,[4] y su principio básico era la unión de los diversos Estados y reinos de la península en una única república como único medio para lograr la libertad italiana. La nueva nación debía ser "Una única República, Independiente y Libre".

El activismo político propugnado por Mazzini tuvo algunos éxitos en Toscana, Abruzzi, Sicilia, Piamonte y su Liguria nativa, especialmente entre algunos oficiales del ejército. Hacia 1833 la Joven Italia tenía cerca de 60,000 adherentes, con ramas en Génova y otras ciudades. Ese año Mazzini lanzó su primer intento de insurección, el cual cubre desde Chambéry (en esa época parte del Reino de Cerdeña), Alessandria, Turín y Génova. Sin embargo, el gobierno de Saboya descubrió el complot antes de que comenzara y numerosos revolucionarios (incluido Vincenzo Gioberti) fueron arrestados. La represión fue brutal: 12 participantes fueron ejecutados, mientras que Jacopo Ruffini, el mejor amigo de Mazzini y director de la sección Génova de la Joven Italia, se suicidó. Mazzini fue juzgado en ausencia y sentenciado a muerte. A pesar de este fracaso (por cuyas víctimas Mazzini se vio atormentado y con dudas), Mazzini organizó otro levantamiento al año siguiente. Un grupo de exiliados debían entrar en el Piamonte desde Suiza y diseminar la revolución desde ese sitio, mientras que Giuseppe Garibaldi, que recientemente se había unido a la Giovine Italia, haría lo mismo en Génova. Sin embargo, este nuevo intento fue fácilmente sofocado por las tropas del Piamonte. En la primavera de 1834, mientras se encontraba en Berna, Mazzini y una docena de refugiados de Italia, Polonia y Alemania fundaron una nueva asociación con el nombre grandioso de La Joven Europa. Su idea básica y grandiosa era que, así como la Revolución Francesa de 1789 había expandido el concepto de libertad individual, ahora era preciso otra revolución para conseguir la libertad nacional; y su visión iba aún más allá porque él tenía la esperanza de que en un futuro no muy lejano las naciones libres se asociarian formando alguna forma de una especie de Europa federal para regular sus intereses comunes. [...] Su intención no era otra que modificar el orden de Europa que había sido acordado en el Congreso de Viena en 1815, que había restablecido una hegemonia opresora de unas pocas potencioas y bloqueado la emergencia de naciones más pequeñas. [...] Mazzini esperaba, aunque sin demasiado convencimiento, que durante su vida pudiera ver concretada su visión de una asociación naciones independientes. En la práctica La Joven Europa no poseía ni fondos monetarios ni apoyo popular que le garantizaran más que una breve existencia. Aun así el siempre permaneció fiel a un ideal de un continente unido para el cual la creación de naciones individuales era un paso preliminar indispensable.[5] El 28 de mayo de 1834 Mazzini fue arrestado en Soleura y exiliado en Suiza. Se dirigió a París, donde fue nuevamente arrestado el 5 de julio. Fue liberado luego de prometer que se trasladaría a Inglaterra. Mazzini, junto con unos pocos amigos italianos, se mudaron a Londres en enero de 1837, viviendo en condiciones de suma pobreza.

Exilio en Londres

Fotografia de Mazzini por Domenico Lama. El 30 de abril de 1837 Mazzini reformó en Londres la Giovine Italia, y el 10 de noviembre de ese mismo año comenzó a publicar el Apostolato popolare ("Apostolado popular"). Una sucesión de intentos fallidos de promover revueltas y levantamientos en Sicilia, Abruzzi, Toscana y Lombardo-Venecia descorazonaron a Mazzini durante un período de tiempo, que se extendió hasta 1840. Sidoli también lo abandonó, para regresar a Italia junto con sus hijos. El apoyo de su madre motivó a Mazzini a fundar varias organizaciones cuyos objetivos eran la unificación o la liberación de otras naciones, a semejanza de la Giovine Italia:[6] Joven Alemania, Joven Polonia, Joven Suiza, que estaban bajo el esquema de la Joven Europa (Giovine Europa). También en 1841 fundó en Londres una escuela italiana para gente pobre.[7] Desde Londres envió un gran número de cartas a sus agentes en Europa y Sudamérica y estableció lazos amistosos con Thomas y Jane Welsh Carlyle. El movimiento de la "Joven Europa" también inspiró a un grupo de jóvenes cadetes militares y estudiantes turcos, los cuales posteriormente se autodenominaron los "Jóvenes turcos". En 1843 organizó otra revuelta en Bolonia, que atrajo la atención de dos jóvenes oficiales de la Marina austríaca, Attilio y Emilio Bandiera. Con apoyo de Mazzini, desembarcaron cerca de Cosenza (Reino de Nápoles), pero fueron arrestados y ejecutados. Mazzini acusó al gobierno británico de haber pasado información sobre esta expedición a los napolitanos, y el Parlamento británico investigó el tema. Cuando finalmente fue admitido[8] que su correspondencia privada había sido abierta, y que su contenido había sido informado por el Foreign Office[9] a los austríacos[10] y los gobiernos de Nápoles, Mazzini ganó popularidad y apoyo de los liberales británicos, quienes protestaron en forma airada por esta violación por parte del gobierno de su correspondencia privada.[11] En 1847 vuelve a mudarse a Londres, desde donde le envía una extensa "carta abierta" al Papa Pio IX, cuyas reformas aparentemente liberales le habían dado el estatus de un posible paladín de la unificación de Italia. Sin embargo, el Papa no le respondió.

También fundó la Liga Internacional Popular. En marzo de 1848 Mazzini se encontraba en París, desde donde lanzó una nueva asociación política, la Associazione Nazionale Italiana. Mazzini creía que la unificación italiana sólo podría alcanzarse mediante un levantamiento popular. Continuó plasmando este propósito en sus obras y trató de conseguirlo a través del exilio y la adversidad con inflexible constancia. Sin embargo, su importancia fue más ideológica que práctica: tras la caída de las revoluciones de 1848 (durante las cuales Mazzini se convirtió en el líder de la efímera República Romana), los nacionalistas italianos empezaron a mirar al rey del Piamonte y su primer ministro, el conde Cavour como los directores del movimiento unificador. El general Giuseppe Garibaldi, un joven seguidor de Mazzini, también desempeñó un papel crucial en el camino hacia el Estado italiano, pero este reino distaba mucho de la república anhelada por Mazzini.

Las revueltas de 1848–49 El 7 de abril de 1848 Mazzini llegó a Milán, cuya población se había alzado contra la guarnición austríaca y habían establecido un gobierno provisional. La primera guerra de independencia italiana, que fue comenzada por el rey piamontés Carlos Alberto buscando beneficiarse de las circunstancias favorables en Milán, se convirtió en un rotundo fracaso. Mazzini, que nunca había sido popular en la ciudad porque proponía que Lombardía se convirtiera en una república en lugar de anexarse con el Piamonte, abandonó Milán. Se unió a las fuerzas irregulares de Garibaldi en Bergamo y se desplazó hacia Suiza junto con él. El 9 de febrero de 1849, se proclamó en Roma la república, mientras que por su parte el papa Pio IX ya había sido forzado a refugiarse en Gaeta el pasado noviembre. El mismo día en que se proclamó la República, Mazzini llega a Roma. El 29 de marzo fue designado "triumviro" de la nueva república, convirtiéndose pronto en el líder del gobierno y mostrando buenas aptitudes administrativas en cuanto a reformas sociales. Sin embargo, cuando las tropas francesas que habían sido convocadas por el Papa dejaron en claro que la resistencia de las tropas republicanas, comandadas por Garibaldi, era en vano, Mazzini debió huir a Marsella en julio de 1849, desde donde pasó clandestinamente a Suiza.

Nuevos exilios El fracaso de las revueltas de 1848-1849 mostró la desorganización y desunión entre los liberales italianos, siendo que en dicho ambiente resultaba altamente improbable establecer de modo firme un régimen político como el buscado por Mazzini: basado en el liberalismo y en el republicanismo. Por el contrario, desde su exilio en Gran Bretaña Mazzini pudo observar cómo el proyecto de la unificación italiana era asumido como propio por el reino de Piamonte-Cerdeña, cuyo monarca, Víctor Manuel II, tomaba a su cargo las ideas liberales de su padre Carlos Alberto, quien había debido abdicar y exiliarse por presión de Austria. A partir de 1852 Víctor Manuel II empezó a promover los movimientos en pro de la unificación italiana, siguiendo una política diseñada por su primer ministro el Conde de Cavour, quien buscaba el apoyo de alguna gran potencia europea para esta causa debido

a la desproporción de fuerzas entre Austria y Piamonte-Cerdeña. No obstante, Mazzini desconfiaba de Cavour, pues éste favorecía la creación de un Estado italiano unificado bajo una monarquía constitucional y rechazaba por completo el proyecto republicanoliberal tan ansiado por Mazzini.

Postergación y últimos años Relegado por los proyectos de Cavour y con pocos partidarios republicanistas dentro de Italia, Mazzini se mostró activo en conspiraciones desde el exterior, pero fracasaron dos rebeliones inspiradas por él en Mantua (1852) y Milán (1853). Mazzini condenó la intervención de Piamonte-Cerdeña en la Guerra de Crimea en 1854, y logró volver a Italia en 1856, estableciendo su centro de operaciones en Génova. Desde allí promovió la rebelión republicanista del conde Carlo Pisacane en Calabria en julio de 1857, pero ésta también fracasó por completo. Perseguido por la policía piamontesa inmediatamente después de la derrota de Pisacane, Mazzini debió exiliarse nuevamente, huyendo a Gran Bretaña. Mazzini ya había perdido para entonces gran parte de su antiguo protagonismo en la unificación italiana, en tanto que la dirección de este movimiento había sido asumido por Cavour, quien colocaba como "líder natural" del mismo al rey Víctor Manuel II. Pese a esto, Mazzini volvió a Italia en 1860 para auxiliar a Garibaldi durante su Expedición de los Mil, pero su apoyo fue rechazado por el lugarteniente de Garibaldi, Giorgio Pallavicino. Mazzini logró unirse a Garibaldi en su expedición bélica contra Roma en 1862, pero allí comprendió que sus ideales republicanos no tendrían lugar en la nueva situación política: el Reino de Italia había sido proclamado oficialmente en Turín ya en marzo de 1861, y aunque Cavour había fallecido en junio de ese mismo año, Garibaldi había devenido en un leal seguidor de la monarquía piamontesa. El mismo Partito d'Azione creado por Mazzini ya había sufrido la deserción de numerosos seguidores, y los remanentes se habían adherido por completo a Víctor Manuel II desde 1864, juzgando a la monarquía como el método idóneo para llevar adelante la unificación italiana. Disconforme por el rumbo que tomaba la unificación de Italia, Mazzini rechazó el escaño parlamentario que la Casa de Saboya le ofreció en 1867. Arrestado en 1870 por la policía al ser acusado de incitar una revuelta en Sicilia, es liberado por una amnistía en octubre de ese año al celebrarse la entrada de las fuerzas piamontesas en Roma. Decepcionado, Mazzini partió voluntariamente a Londres, pero por su mala salud retorna a Italia en febrero de 1872. Murió apenas un mes después en la ciudad de Pisa, por una infección pulmonar.

Críticas En una entrevista que R. Landor le realiza a Karl Marx en 1871, Marx dijo que las ideas de Mazzini no son "otra cosa que la vieja idea de una república de clase media". Especialmente luego de las revoluciones de 1848, Marx creía que el punto de vista de Mazzini de clase media era reaccionario y que el proletariado nada tenía que ver con el mismo.[12] En otra entrevista, Marx se refirió a Mazzini como "ese idiota recalcitrante".[13]