Fundamentos de Nuestra Fe

FUNDAMENTOS DE NUESTRA FE ADVENTISTA TEMA 8 LA JUSTICIA DE CRISTO PRIMEROS ADVENTISTAS Lo que todo adventista debería sa

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FUNDAMENTOS DE NUESTRA FE ADVENTISTA TEMA 8 LA JUSTICIA DE CRISTO PRIMEROS ADVENTISTAS Lo que todo adventista debería saber sobre 1888, pág. 9-13. “En las décadas

de 1830 a1840 los seguidores de Guillermo Miller tuvieron sus ojos fijos en Jesús. Lo veían en su inminente y gloriosa segunda venida como Señor de Señores y Rey de Reyes. El pequeño grupo de creyentes adventistas que se formó en la IASD después del chasco también mantuvo sus ojos fijos en Jesús”. “Los primeros adventistas del séptimo día se aferraban a Jesús con todo fervor. Pero aun cuando estos nuestros antepasados creían en la salvación por gracia, rara vez predicaban acerca de ello”. “No sentían una necesidad específica de predicar la salvación por la fe. Sus oyentes ya habían aceptado esa enseñanza. Era una seguridad de que no hay salvación fuera de Cristo”. “Les resultaba fácil encontrar pasajes bíblicos que ligaban firmemente su fe en Jesús con la obediencia a los Diez Mandamientos, incluyendo el Sábado. Con todo entusiasmo leían y predicaban triunfalmente: Juan 14: 15, 21. Y así en un clima de triunfalismo entre los adventistas, pasó gradualmente del amor y de un compañerismo íntimo con Jesús a la observancia de la Ley de Dios”. “Gradualmente Jesús comenzó a desdibujarse tanto en la visión como en el pensamiento de los Adventistas del Séptimo Día”. “Una experiencia personal de amor con Jesús era algo en lo que se pensaba muy poco. En las décadas de 1870 y 1880, muchos adventistas habían perdido totalmente de vista a Jesús”. “Al marchitarse y casi morir la vida espiritual en los corazones de los adventistas del séptimo día, Elena de White llamó la atención repetidamente a la tibieza laodicense, dijo que la experiencia cristiana se había deteriorado hasta ser sólo una teoría”. “La mayoría de los miembros de la iglesia creían en la justificación por la fe como una teoría abstracta. Le daban su asentimiento intelectual, pero les faltaba la experiencia viviente que les daría paz y gozo en la vida cristiana diaria. Se habían dejado arrastrar al legalismo, aferrándose tenazmente a

las doctrinas, pero sin tener una experiencia vibrante con Jesús como su Salvador personal”. “En1886 el ángel guía le dijo que “había la necesidad de un gran reavivamiento espiritual entre los hombres que llevaban responsabilidades en la causa de Dios”. “Aparentemente la mala condición espiritual en la iglesia continuó hasta el congreso de la Asociación General realizado en Minneapolis en 1888”. “Repetidamente Elena de White expresó en las columnas de la RH su preocupación por la iglesia. Citare sólo una de esas declaraciones. “Hay demasiada formalidad en la iglesia….Los que profesan ser guiados por la Palabra de Dios pueden estar familiarizados con las evidencias de su fe, y sin embargo ser como la pretenciosa higuera que mostraba al mundo su lozano follaje, pero cuando el Maestro la examinó, la encontró desprovista de frutos”. “Dios miró con tristeza a su amada iglesia; había preparado a dos jóvenes para que ayudaran a revivir y restaurar a los debilitados miembros de la iglesia a tener con Él un compañerismo viviente y funcional lleno del Espíritu”. Dilo al Mundo. La historia de los Adventistas del Séptimo Día. C. Mervyn Maxwell. Asociación Publicadora Interamericana. APIA.

MENSAJEROS DE DIOS Testimonios para Ministros, pág. 91. “En su gran misericordia el Señor envío un preciosísimo mensaje a su pueblo por medio de los pastores Waggoner y Jones. Este mensaje presentaría al mundo al sublime Salvador, el sacrificio por los pecados del mundo entero. Presentaba la justificación por la fe en el Garante; invitaba a recibir la justicia de Cristo que se manifiesta en la obediencia de todos los mandamientos de Dios”. “…Este es el mensaje del Tercer ángel, que ha de ser proclamado en alta voz y acompañado por el abundante derramamiento del Espíritu Santo”. Testimonios para Ministros, pág. 234, 235. “Ya es tiempo de rogar a las

almas que no solamente escuchen la Palabra de Dios, sino que se apresuren en llenar de aceite las vasijas juntamente con sus lámparas. El aceite es la justicia de Cristo”. ¿QUÉ ES LA JUSTICIA DE CRISTO? Testimonios para Ministros, pág. 64, 65. “Los Judíos rehusaron recibir a

Cristo, porque Él no vino según la forma en que lo esperaban. Las ideas de hombres finitos eran tenidas como infalibles, porque eran muy antiguas.

Este es el peligro al cual la iglesia se halla expuesta ahora, es a saber, que las invenciones de hombres finitos determinen la forma precisa en que debe venir el Espíritu Santo. Aunque no quieran reconocerlo, algunos ya han hecho esto. Y porque el Espíritu viene, no para alabar a los hombres o para construir sus erróneas teorías, sino para convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio, muchos se apartan de Él. No están dispuestos a ser despojados de las vestimentas de su justicia propia. No están dispuestos a cambiar su justicia, que es injusticia, por la justicia de Cristo, que es la Verdad pura no adulterada". J.T. tomo 3, pág. 225. “La verdad, la preciosa verdad, es santificante en su

influencia. La santificación del alma por la operación del Espíritu Santo es la implantación de la vida de Cristo en la humanidad, es la gracia de nuestro Señor Jesucristo revelada en el carácter y la gracia de Cristo traducida en un ejercicio activo de buenas obras. Así el carácter se transforma más y más perfectamente a la imagen de Cristo en justicia y santidad de verdad. Hay amplios requisitos en la verdad divina, los cuales consisten en una línea tras otra de buenas obras. Las verdades del Evangelio están todas relacionadas; unidas, forman una cadena de gemas celestiales, como se observa en la obra personal de Cristo; y como hebras de oro, corren por la totalidad de la obra y la experiencia cristiana”. J.T, tomo 3, pág. 253, 254. “Dios no ha cambiado para con sus siervos que

guardan sus vestiduras sin mancha.  Empero muchos dicen: «Paz y seguridad,» entretanto que una ruina repentina va a sobrecogerlos. Nunca entrarán los hombres en el cielo, a menos que se arrepientan cabalmente, humillen su corazón por la confesión de sus pecados y reciban la verdad tal como es en Jesús. Cuando la purificación se efectué en nuestras filas, no permaneceremos más tiempo ociosos, enorgullecidos de nuestras riquezas y de que nada nos falta”.  “¿Quién puede decir con  verdad: Nuestro oro es probado en el fuego y nuestros vestidos no están manchados por el mundo?” He visto a nuestro instructor señalar vestiduras que se daban por justicia”. “Al desgarrarlas puso al descubierto la suciedad que las cubrían. Luego me dijo: ¿No puedes ver con qué falsedad cubrieron su inmundicia y la corrupción de su carácter?, ¿Qué, pues, la ciudad fiel ha venido a ser una ramera?” ¡La casa de mi Padre es hecha un lugar de comercio, de donde se han retirado la gloria y la presencia divinas! Por esta causa hay debilidad y falta de fuerza. A menos que la iglesia contaminada por la apostasía se arrepienta y se convierta, comerá del fruto de sus propias obras, hasta que se aborrezca a

sí misma. Si resiste el mal y busca el bien; si busca a Dios con toda humildad y responde a su vocación celestial en Jesucristo; si permanece sobre la plataforma de la verdad eterna, y si por fe realiza los planes que han sido trazados a su respecto, ella será sanada. Aparecerá en la sencillez y pureza que provienen de Dios, exenta de todo compromiso terrenal, demostrando que la verdad la ha hecho realmente libre. Entonces sus miembros serán verdaderamente elegidos de Dios para ser sus representantes”. Mensajes Selectos tomo 1, pág. 429. “Pero al paso que Dios puede ser justo

y sin embargo justificar al pecador por los méritos de Cristo, nadie puede cubrir su alma con el manto de la justicia de Cristo mientras practique pecados conocidos, o descuide deberes conocidos. Dios requiere la entrega completa del corazón antes de que pueda efectuarse la justificación. Y a fin de que el hombre retenga la justificación, debe haber una obediencia continua mediante una fe activa y viviente que obre por el amor y purifique el alma. A fin de que el hombre sea justificado por la fe, la fe debe alcanzar un punto donde domine los afectos e impulsos del corazón; y mediante la obediencia, la fe misma es hecha perfecta”. Testimonios para Ministros, pág. 188. “El aceite áureo representa el

Espíritu Santo”. Comentario: Entonces, las vírgenes prudentes tienen La Justicia de Cristo, que es la verdad pura no adulterada traída por el Espíritu Santo; el aceite. ¿QUÉ ES LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE? Testimonios para Ministros pág. 456.  “Es la obra de Dios que abate en el

polvo la gloria del hombre, y hace por el hombre lo que él no tiene la capacidad de hacer por sí mismo”. Testimonios para Ministros pág. 456. “Nadie sino Dios puede subyugar el orgullo del corazón humano. No podemos salvarnos a nosotros mismos. No podemos regenerarnos a nosotros mismos. En los atrios del cielo no se cantará ningún cántico que diga: A mí que me he amado, que me he lavado, que me he redimido, a mí sea tributada la gloria, la honra, la bendición y la alabanza. Sin embargo ésta es la nota tónica del cántico que muchos entonan aquí en este mundo. No saben lo que significa ser manso y humilde de corazón; y no se proponen saberlo, si pueden evitarlo. Todo el Evangelio consiste en que aprendamos de Cristo, su humildad y mansedumbre”. M.S. tomo 3, pág. 220. “La justificación por la fe es un misterio para muchos. El pecador es justificado por Dios cuando se arrepiente de sus pecados.” M.S. tomo 3, pág. 221. “Los pecadores pueden ser justificados por Dios únicamente cuando Él perdona sus pecados, los libra del castigo que

merecen, y los trata como si fueran verdaderamente justos y como si no hubieran pecado, recibiéndolos en el favor divino y tratándolos como si fueran justos. Son justificados únicamente por la justicia de Cristo que se acredita al pecador. El Padre acepta al Hijo, y en virtud del sacrificio expiatorio de su Hijo, acepta al pecador”. LA FE DE JESÚS M.S. tomo 3, pág. 221. “Muchos tienen una fe general, y dan su asentimiento al cristianismo como la única esperanza para las almas que perecen; pero creer esto (sólo) intelectualmente no es suficiente para la salvación del alma…”. “Se necesita no sólo fe sino confianza en Dios. Esta es la verdadera fe de Abrahán, una fe que produjo frutos. “Abrahán creyó a Dios, y le fue contado por justicia (Santiago 2: 23)”. “La fe que justifica siempre produce: primero arrepentimiento verdadero y luego buenas obras, que son el fruto de esa fe. No hay fe salvadora que no produzca buenos frutos”. M.S. tomo 3, pág. 223. “Muchos no oran. Se sienten bajo la condenación del

pecado y creen que no deben  ir a Dios hasta que no hayan hecho algo para merecer su favor o hasta que Dios haya olvidado sus transgresiones. Dicen: “No puedo levantar manos santas delante de Dios sin ira o dudas, y por lo tanto no puedo ir”. Así permanecen lejos de Cristo, y al hacerlo están pecando todo el tiempo, pues sin él no podréis hacer más que lo malo”. “Tan pronto como cometéis un pecado debéis correr al trono de gracia y contarle todo a Jesús. Debéis llenaros de dolor por el pecado, porque con el pecado habéis debilitado vuestra propia espiritualidad agravando a los ángeles del cielo y herido el amante corazón de nuestro Redentor. Cuando habéis pedido a Jesús con un  alma contrita su perdón, creed que él os ha perdonado. No dudéis de su divina misericordia ni rehuséis el consuelo de su amor infinito”. M.S. tomo 3, pág. 223, 224. “Es el Espíritu Santo el que nos imparte

arrepentimiento. Jesús nos atrae hacia él mediante el agente de su divino Espíritu; y por fe en su sangre somos limpiados de pecado: “Y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado… Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. (1 Juan 1: 7, 9). Review and Herald, tomo 5, pág. 164. “Cristo y su justicia, que ésta sea

nuestra plataforma, la vida misma de nuestra fe”.

LA JUSTICIA DE CRISTO ES PARTE DEL MENSAJE DEL TERCER ÁNGEL El Evangelismo, pág. 143. “Varias personas me han escrito preguntando si el mensaje de la justificación por la fe es el mensaje del tercer ángel, y les he respondido: “Es ciertamente el mensaje del tercer ángel”… El Evangelismo, pág. 147. “El tema de mayor importancia es el mensaje del

Tercer Ángel que abarca los mensajes del primero y del segundo ángel. Todos deben entender las verdades contenidas en estos mensajes y demostrarlos en la vida diaria, porque esto es esencial para la salvación. Tendremos que estudiar con fervor y con oración a fin de comprender estas grandes verdades; y nuestro poder para aprender y comprender, será esforzarnos hasta el extremo”. M. S. tomo 3, pág. 195. “El mensaje del tercer ángel es la proclamación

de los mandamientos de Dios y la fe de Cristo Jesús. Los mandamientos de Dios han sido proclamados, pero la justicia de Jesús, dándole igual importancia, no ha sido presentada por los adventistas del séptimo día, haciendo que la ley y el Evangelio vayan de la mano. No puedo hallar palabras para presentar este tema en toda su plenitud. “La fe de Jesús”. Se habla de ella, pero no ha sido entendida. ¿Qué cosa constituye la fe de Jesús, que pertenece al mensaje del tercer ángel? Jesús convertido en el ser que lleva nuestros pecados para llegar a ser el Salvador que perdona el pecado”. Profetas y Reyes, pág. 414 . “…Una congregación puede ser la más pobre de

la tierra. Puede carecer de atractivos externos; pero si sus miembros poseen los principios que regían el carácter de Cristo, los ángeles se unirán con ellos en su culto”. C.S. pág. 391. “…Los principios que rigen el trato de Dios con los hombres son siempre los mismos. Los movimientos importantes de la antigüedad concuerdan con los de ahora, y la experiencia de la iglesia en tiempos que fueron encierran lecciones de gran valor para los nuestros”. Eventos de los últimos días Pág. 39. “Cristo espera con un deseo anhelante

la manifestación de sí mismo en su iglesia. Cuando el carácter de Cristo sea perfectamente reproducido en su pueblo, entonces vendrá Él para reclamarnos como suyos”.