Frutos de La Educacion

FRUTOS DE LA EDUCACION Don Feliciano, su esposa doña Juana y la hija soltera de ambos, Pepita, conforman una típica fami

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FRUTOS DE LA EDUCACION Don Feliciano, su esposa doña Juana y la hija soltera de ambos, Pepita, conforman una típica familia de clase alta de Lima, pero sin mayores luces. Don Feliciano, en vista de haber dispuesto de los bienes de su sobrino Bernardo, propone a su esposa doña Juana, casar a Pepita con el dichoso sobrino, a fin de salir de los aprietos en que encuentra. Doña Juana acepta resignadamente la sugestión marital. Pero don Manuel, hermano de la abnegada madre, trae una noticia singular: El inglés don Eduardo, rico comerciante, está prendado de los encantos de Pepita y la quiere para esposa. Sin muchos rodeos, y presente el atildado galán, se acuerda el matrimonio. Madre e hija se cotizan muy alto y suben los bonos de sus sueños. Asisten al sarao de una marquesa amiga; y en ella, doña Pepita luce sus cualidades de eximia bailarina, zapateando a los delirantes acordes de una zamacueca. Este hecho lesiona profundamente el afecto de don Eduardo, quien rompe el formal compromiso. Don Feliciano apela a su perdida esperanza: Bernardito. Llega Perico, un negro bozal, y le entrega una carta. Es de Bernardo. Dice que se va y que pronto le iniciará juicio para la restitución de sus bienes. Termina Perico diciéndole “¡oh desastre!” que el tal Bernardito tiene por amante una mulata y en ella varios hijos, algo que en aquella época era muy mal visto. Lloran las dos mujeres que son consoladas por don Manuel. El título de la obra se puede entender como las malas consecuencias de una educación descuidada, tanto en los varones como en las mujeres. PERSONAJES: 

Don Feliciano, rezongón y oportunista, padre de Pepita.



Doña Juana, esposa de don Feliciano, matrona de débil carácter.



Pepita, frívola joven limeña, aficionada al baile de la zamacueca.



Don Eduardo, rico comerciante inglés, pulcro y atildado, novio de Pepita.



Bernardo Perales, o simplemente “Bernardito”, sobrino de don Feliciano y pretendiente de Pepita. Es un joven lleno de los defectos y vicios de la nueva generación.



Don Manuel, hermano de doña Juana

Perico, negro bozal (es decir esclavo natural de África). BIOGRAFIA: Poeta, periodista, dramaturgo y político peruano, nacido en 1806 y muerto en 1868, representó una de las voces literarias y periodísticas más activas de la primera mitad del siglo XIX. En su vasta obra, su ideario político conservador estuvo presente con frecuencia. Felipe Pardo y Aliaga nació en Lima el 11 de junio de 1806. Era hijo de Manuel Pardo y Ribadeneyra, alto funcionario español, y de Mariana de Aliaga, hija de los marqueses de Fuente Hermosa. Debido a la prohibición legal para los funcionarios de casarse con criollas del lugar donde eran destinados, los padres de Pardo tuvieron que inscribir su enlace en el "Libro de matrimonios secretos". Solo unas pocas semanas antes del nacimiento de Felipe, el primogénito, obtienen la licencia de matrimonio. Previamente, Manuel Pardo había sido cambiado al Cusco, como Regente de la Audiencia de esa ciudad. De este modo, Felipe Pardo 

y Aliaga pasó sus primeros años entre Cusco y Lima. En la primera de ellas le tocó vivir de cerca una de las rebeliones patriotas, la de los hermanos Angulo, Béjar y Pumacahua. En ella, su padre fue hecho prisionero y sentenciado a muerte, pena que no llegó a cumplirse debido a la derrota de los alzados. Proclamada la independencia, los Pardos viajaron a España, donde el padre continuó desempeñando cargos como funcionario. Sin embargo, al joven Felipe Pardo se le denegó la posibilidad de seguir la carrera diplomática. Probablemente este factor, además de la necesidad de resolver problemas de herencia en Lima, le llevó a regresar al Perú. En su estancia en Madrid, Felipe Pardo tuvo oportunidad de estudiar en el Colegio de San Mateo, teniendo como compañeros a José de Esponceda y a los dramaturgos Mariano Roca de Togores y Ventura de la Vega. Al cerrar el colegio en 1823, Pardo y Aliaga y otros estudiantes continuaron recibiendo clases en casa del escritor Alberto Lista y Aragón, ex regente del Colegio. Por entonces Pardo se iniciaba en sus composiciones poéticas. En 1828 regresó al Perú. Establecido en Lima, fue nombrado profesor de Matemáticas y Filosofía en el Seminario de Santo Toribio, y se dedicó a los estudios forenses para recibirse de abogado. Pardo pronto tomaría contacto con José María de Pando, quien fundara el Mercurio Peruano, importante diario de la época. En su casa se reunía, en tertulias político literarias, un grupo con tendencias conservadoras de bastante influencia en el quehacer político nacional. Un grupo inclinados hacia las opciones de "mano dura", convencidos de que resultaba la única manera de poner orden en un país complejo y gobernado por el caos, como entonces lo era el Perú. Fue en el Mercurio Peruano donde Felipe Pardo y Aliaga publicó su primer trabajo literario, una oda titulada Vuelta de un peruano a su patria. En adelante, se seguirían otro poemas, así como críticas teatrales. En 1929 se le encargó la coedición de aquel diario. Al año siguiente, durante el gobierno del presidente Gamarra -al cual el grupo de Pardo apoyódirigió los periódicos oficiales El Registro Oficial, El Conciliador yLa Miscelánea. Por esos meses estrenaba la pieza teatral Frutos de la educación, que recibió una fuerte crítica, especialmente del cura Larriva, quien mantuvo un enfrentamiento literario con Pardo que culminaría en duelo. Condicionado por el viejo crítico, el público no acudió en demasía al teatro. En septiembre de 1830 Felipe Pardo y Aliaga fue nombrado Secretario de la Legación en Bolivia. En una estancia de paso por Arequipa, Pardo se examinaba para optar el título de abogado. De vuelta a Lima, contrajo matrimonio con Petronila de Lavalle y Cavero, joven perteneciente a una importante familia de la elite limeña. Meses más tarde, estrenaba Don Leocadio y el aniversario de Ayacucho. Los años siguientes, marcados por la anarquía política, desgastaron profundamente al país. Pardo y Aliaga tuvo que salir varias veces al destierro, en otras resultó triunfador y ocupó algunos puestos en el gobierno. Su primera deportación tendría lugar en 1833, acusado de participar en un levantamiento contra el presidente liberal Orbegoso. Este, una vez debelada la conjura, ordenó su deportación. Sin embargo, Pardo logró eludir la orden, escondiéndose en diferentes barcos anclados en el puerto del Callao. Finalmente, fue amnistiado. De vuelta a la actividad, lanzó la publicación del periódico El hijo del Montonero, que buscaba combatir al orbegocista El montonero. Cuando la rebelión de Felipe Santiago Salaverry contra la Confederación peruano-boliviana (1835), una vez más Felipe Pardo y Aliaga tomó el camino de la insurgencia. El joven general rebelde nombró al escritor Ministro plenipotenciario ante la corte española. Para ocupar este nuevo cargo, la familia Pardo Lavalle partió del Callao, rumbo al sur. Sin embargo, se quedaron en la escala de Valparaíso, Chile, donde nació una de sus hijas. En Santiago, Pardo se enteró de la derrota y fusilamiento de Salaverry. Entonces decidió permanecer en esa ciudad, dedicado a una feroz crítica periodística contra la Confederación, que alzó en el poder al general boliviano Andrés de Santa Cruz. Publicaciones impresas en Chile, como El intérprete y La Jeta estuvieron orientados a criticar aquel gobierno desde el destierro. El gobierno del sur le dio acogida, pues veía con bastante recelo la afirmación de una alianza peruano-boliviana. Es más, promovió las dos campañas "restauradoras" que terminaron con dicha unión. Sin embargo, Felipe Pardo y Aliaga intentó desvincularse de la segunda campaña, pues los generales peruanos Orbegoso y Domingo Nieto se habían alzado contra Santa Cruz. Frente a ello, para Pardo un ejército

extranjero en el país ya carecía de justificación. De todos modos, la expedición restauradora tomó Lima y acabó con la aventura unificadora del general Santa Cruz. A partir de entonces se dio una de las etapas más caóticas de la historia de la república peruana, llegando a tener hasta siete presidentes al mismo tiempo. Desengañado, Pardo decidió regresar a Chile y allí permaneció hasta 1839. Cuando volvió, ese mismo año, le esperaba otra orden de destierro, al cual partió esta vez sin su familia. Sin embargo, en febrero de 1840 ya estaba de vuelta, amnistiado por el Congreso de Huancayo. Al poco tiempo Felipe Pardo y Aliaga era nombrado vocal de la Corte Suprema de Justicia de Lima. Sin embargo, entre 1840 y 1842 sería deportado dos veces más. A pesar de los virajes de la política, por esta época escribiría probablemente su periódico más mentado:El espejo de mi tierra, considerado una valiosa antología de la literatura costumbrista peruana decimonónica. En esta publicación aparecieron cuentos, poemas humorísticos y artículos del propio Felipe Pardo y Aliaga: El viaje y El paseo de Amancaesson en la actualidad los más recordados. Especialmente el primero, cuyo personaje, el niño Goyito, representa al "niño bien" de Lima. Detrás del argumento se puede leer un ataque a la educación consentidora de los muchachos criollos y lo poco orientada que ella estaba a formar jóvenes virtuosos. La crítica a sus ideas no se hicieron esperar. Aparecía al poco tiempo Lima contra El Espejo de mi tierra, que contaba con la colaboración de Manuel Ascencio Segura, el otro escritor fundamental de esa época. Sin firmarlas, Pardo y Segura intercambiarían letrillas satíricas, uno contra otro, para deleite de sus contemporáneos. Desde una posición social, menos privilegiada, Segura y sus demás críticos le achacaban ese conservadurismo que lo llevaba a posturas antidemocráticas, además de ciertos prejuicios racistas. Ambos, conjuntados, habrían alimentado su escepticismo respecto a la realidad social y política peruana. Pardo era el "chapetón" (español) y "afrancesado", para sus críticos mordaces. El Espejo de mi tierra reapareció con nuevos números en 1850, aglutinando en ambos períodos lo mejor de sus trabajos de madurez. Pero, si bien su mente empezaba a producir sus mejores obras, Felipe Pardo y Aliaga se veía cada vez más disminuido físicamente, debido a una enfermedad que devino más tarde en parálisis. Sin embargo, Pardo continuó con su labor pública. En 1844 aparecían los 37 números de La Guardia Nacional, a favor del presidente Vivanco, amigo suyo y compañero de aventuras políticas, poco tiempo más tarde derrocado por Ramón Castilla. Sobresalieron los versos políticos, reincidiendo en sus ideas autoritarias, antimilitaristas y en su desconfianza frente a lo popular. Cuando cayó Vivanco, Pardo tuvo que partir al destierro por séptima vez. Volvería, no obstante, con un nuevo cargo, otorgado por el presidente Castilla: Ministro de Relaciones Exteriores. Para quienes se han ocupado de la biografía de Felipe Pardo y Aliaga, el aceptar una responsabilidad de aquel, militar mestizo, con una educación distinta a la suya, arquetipo humano de sus prejuicios sociales y políticos, no significó necesariamente un cambio en el pensamiento y actuación pública del escritor. De hecho, sus opiniones en el gobierno fueron las mismas, especialmente en lo referente a su obsesión por el orden fuerte, legal y honesto para despejar la amenaza del caos.

CLORINDA MATTO DE TURNER: Nació en el año 1852 en la casa de la familia Matto en la Plaza de

San Francisco, en el Cuzco, (Perú) y fue bautizada en la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Cuzco, el 30 de diciembre de 1852, bajo los nombres de Grimanesa Martina, aunque más tarde ella misma usara el nombre de «Clorinda», con el que se le conoció a lo largo de su vida. Hija de Ramón Matto Torres y Grimanesa Concepción Usandivaras Gárate. Su abuelo paterno era Manuel T. Matto, natural del Cuzco, Magistrado vocal de la Corte Superior de Justicia del Cuzco, literato y jurista; por la línea materna Juan José Usandivaras, natural de Salta en Argentina, y Manuela Gárate, natural del Cuzco.

En la hacienda de sus padres tuvo oportunidad de observar la vida campestre, y aprendió a hablar el quechua. Cursó estudios primarios en el Colegio de Nuestra Señora de las Mercedes en la ciudad del Cuzco, que interrumpió a la muerte de su madre. A partir de entonces tuvo que hacerse cargo de sus hermanos menores, Ramón Segundo, Ramón Daniel y Ramón Hermenegildo Matto Usandivaras. Quería irse a los Estados Unidos a estudiarMedicina, pero su padre no se lo permitió. En 1871 se casó con el comerciante, médico y hacendado inglés Joseph Turner y se fue a vivir con él al pueblo andino de Tinta. Al morir su marido 10 años después, en 1881, la viuda se vería enfrentada con serios problemas económicos, ya que abogados y jueces corruptos la harían perder gran parte de su herencia. En 1876 Clorinda Matto fundó la revista El Recreo, en la que publicaron autores famosos de su tiempo como Juana Manuela Gorriti, Ricardo Palma,Rufino José Cuervo o Fernán Caballero. Dejó el proyecto un año después, por razones de salud, y se trasladó a Arequipa. El mismo año de 1877 participó en una de las tertulias de Juana Manuela Gorriti, las famosas «veladas literarias» que ella continuaría más tarde. En Arequipa asumió el puesto de redactora en jefe del diario La Bolsa (1884-85). En 1884 publicó Elementos de Literatura Según el Reglamento de Instrucción Pública Para Uso del Bello Sexo. Ese mismo año estrenó su tragedia HimaSumac ó El secreto de los Incas. Drama histórico en tres actos y en prosa en Arequipa, que tuvo poco éxito y sólo se representó una vez más, en Lima en 1888, donde Clorinda Matto se había establecido en el año de 1886. En la capital peruana, fue incorporada a las instituciones culturales más importantes, como el Ateneo o el Círculo Literario. Es de notar que su apellido Mato pasó a ser Matto como su nom de plume. En 1886 salió también su estudio biográfico Doctor Lunarejo acerca de Juan de Espinosa Medrano del Cuzco, quien había publicado dramas en quechua en el siglo XVII. En 1889 asumió la jefatura de redacción de El Perú Ilustrado en Lima, casi al mismo tiempo que aparecía su primera novela, Aves sin nido, que la haría tan famosa. A raíz de esta publicación y la de un relato supuestamente sacrílego de un escritor brasileño en El Perú Ilustrado, la Iglesia Católica inició una campaña en contra de Clorinda Matto; fue excomulgada y las masas populares instigadas por el clero asaltaron su casa, incendiaron su efigie y quemaron sus libros, que fueron prohibidos. Esta novela fue controversial porque narra la historia de amor entre un hombre blanco y una bella mujer indígena, quienes no pudieron casarse al descubrir que eran hermanos, hijos de un mismo padre, un sacerdote mujeriego y porque habla de la inmoralidad de los sacerdotes en aquella época. Estos fueron momentos muy difíciles de su vida, y no fueron muchos los que se atrevieron a defenderla y apoyarla públicamente. Ella hace especial mención a tres amigos a quienes les dedica su novela Índole diciendo: "A mis queridos amigos y colegas Ricardo Palma, Emilio Gutiérrez de Quintanilla y Ricardo Rossel".

MANUEL GONZALEZ PRADA: José Manuel de los Reyes González de Prada y Ulloa, conocido como Manuel González Prada (Lima, 5 de enero de 1844 - Lima, 22 de julio de1918), fue un ensayista, pensador anarquista y poeta peruano. Como ensayista es considerado uno de los mejores nacidos en su patria. En el plano literario se le considera el más alto exponente del realismo peruano, así como por sus innovaciones poéticas se le denominó el "Precursor del Modernismo americano". Se destacó por ser un ferviente crítico de la sociedad en que le tocó vivir, tendencia que se acentuaría, después de la Guerra del Pacífico. Durante la guerra contra Chile, participó en las batallas de San Juan y Miraflores. Al producirse la invasión de Lima, por tropas chilenas, se recluiría en su casa en señal de protesta. Concluida la guerra se reincorporaría a la vida pública haciendo sentir su marcado sentimiento antichileno. A finales de 1891 viaja a Europa donde permanece alrededor de siete años. Durante su estadía por estas tierras conoce a grandes hombres de letras como Zola, Renan y Unamuno. A su regreso al Perú asume la dirección de la Biblioteca Nacional (1912) en reemplazo de Don Ricardo Palma.