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Las premisas de Frankenstein, 30 fragmentos para entender la postmodernidad. Fernando Vásquez Rodríguez. 1. La posmodern

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Las premisas de Frankenstein, 30 fragmentos para entender la postmodernidad. Fernando Vásquez Rodríguez. 1. La posmodernidad es el fruto o resultado de múltiples cansancios (Vanguardias) y continuas angustias (avance desmesurado de tecnología); es un estilo, una moda o forma de pensar tan pesimista como provocadora. 2. A pesar de las distintas maneras de ver la modernidad y posmodernidad (contrarias, punto crítico, una forma de entender la historia) solo es seguro que la postmodernidad necesita de la modernidad. 3. La postmodernidad es la oposición, esta abierto a lo heterogéneo y la fragmentación, tiene una razón cínica. Es una vuelta al pasado irracional, donde el hedonismo y bienestar son lo que priman en formas de sentir sin utopías. 4. Lo único cierto esta en lo nuevo, la novedad es el único tiempo histórico que aceptan los postmodernos. 5. A un posmoderno le importa mas lo externo que lo interno, la exterioridad. No le interesa el qué, sino el cómo. 6. El postmodernismo recurre a la razón para criticar y despreciar a la misma, por lo que se habla de una razón saturada, sin sentido. Es la simulación de razonar 7. Los postmodernistas confían en lo que se les presenta en una pantalla, no son una audiencia activa, son tranquilos, no sienten ni le temen a nada. 8. El postmoderno es un ser que duda de todo, la sospecha como su base primordial. Duda metódicamente, salir de la duda, dudando. 9. El postmoderno es un ser individualista, que solo se interesa por la heterogeneidad de lo social para ver lo que le ofrece la tv, ver todo lo raro que puede existir. Esta obsesionado con sus propias imágenes. 10. En el postmodernismo cada quien hace lo que le parece y como le parece, es un estilo que mezcla, con el fin de ser novedoso y fácil de asimilar. 11. Los postulados del postmodernismo no tienen una postura definitiva. Por lo que tiene postulados vacíos, sueltos y ocasionales; situacionales. 12. El discurso es lo más difícil en lo postmoderno, ya que es una mezcla de todas las disciplinas, solo con fin de decorar el discurso. 13. La cultura para el postmodernista no es mas que una pieza cualquiera de consumo, no es algo fijo, simplemente pasa y se agota como un espectáculo. 14. La experimentación solo por matar el tiempo, la soledad y el aburrimiento (tener algo que contar). Aborrece la que tiene lógica y trabajo, confía en el azar y el ocio. 15. El vitalismo como un vitalismo cómodo, disposición hacia lo cómodo, vida inactiva, inmóvil y fácil. 16. Los postmodernistas moderados, en realidad son modernistas consecuentes, son los únicos que presentan una postura aparentemente. 17. El postmodernismo carece de memoria, temor de confundir el ayer con el hoy, está atento, pero solo para el ahora. 18. Para el postmoderno los sentimientos son algo inútil, las posiciones son energías, solo deben ser fuerzas y vaivenes. Serio como la alegoría y frio como la misma. 19. La subjetividad es lo que prima en la postmodernidad, se concluye en un relativismo. Ya no hay acuerdos universales, verdades absolutas.

20. Le cuesta hablar de identidad, ya que esta pretende destituirla. Fragmenta al individuo en miles de partículas/fragmentos. No existe el yo, sino los miles. Incapaz de asumir identidad, se niega a crecer. 21. Los postmodernos duros tienen un tono apocalíptico, para ellos se esta pasando por el fin de las ideologías. Llega algo nuevo al mundo, una nueva tierra prometida. Esto los ha llevado a buscar respuesta en la religión incluso, buscando elegidos. Posiblemente sea otro milenarismo. 22. Los postmodernos son pragmáticos, no hay reglas ni principios que digan que esta bien, que es útil o que es bello, todo depende de los gustos subjetivos de los individuos. Importa mas la estrategia que el resultado. Todo lo centran en el futuro, en los posibles. El rating es lo que importa, no pretende ser recordado. 23. La ética de la postmodernidad depende del momento, es situacional, camaleónica. Es una estética, lo bueno es visto por lo bello y este depende de los gustos de cada individuo, la ética se convierte así, en una opinión. 24. El postmodernismo es más adjetivo que sustantivo. Gran parte de sus propuestas solo se quedan en la periferia, que se pueden tener o no en cuenta, de una forma u otra distinta. No tiene por tanto una esencia, es como un parasito de lo que intenta separarse. No supera su pasado (premisa 2) 25. La postmodernidad hace uso de mascarillas, no por que oculte algo propio, solo son indicios o testimonios de otras vidas (modernidad). Es mas curiosidad por exhibir algo, mascaras maniquí. 26. Los postmodernos convierten la realidad en una fábula, en ficción, imágenes de imágenes, son un animal fantástico. Esta fabula consiste en convertir los libros sagrados en la ilustración de literatura fantástica. 27. La posmodernidad es un collage (mezcla de estilos y discursos, huye de la forma) y un pastiche (el mundo visto por y desde la reprografía) 28. El símbolo de Frankenstein es la mejor forma de representar la postmodernidad, pues es la mezcla de fragmentos, que no es responsable de las mismas y esta ansioso por su pasado, sujeto a un amo al que al final mata. El sueño de la razón excesiva que siempre produce monstruos. 29. Todos lo conceptos bases o comodines usados por los postmodernos son afianzadas en la deconstrucción, en el derrumbe, una demolición ilustrada, en la que es difícil el ver como volver a reconstruir. Solo desde la perspectiva reconstruiste que nos permitió separarnos de lo metafísico se puede entender algunas de las propuestas postmodernas. 30. En cuanto América Latina, la postmodernidad suena mas a un discurso vacuo, manía intelectual. Aun se disputa los pilares de una modernidad, una preliminar. Aun se rige en algunos casos por fuerzas metafísicas. Aprenden a ser Estado. Mejorando la Educación para el Desarrollo y la Democracia. Se ha comenzado a investigar. El debate de post y modernidad, sirve más como referencia que como un ideario indispensable.

Latinoamérica y la posmodernidad. Nelly Richard ¿Cuál “posmodernidad” y desde cual “nosotros”? Los puntos de encuentro entre Latinoamérica y la posmodernidad son complejas de analizar por: 1 por que la misma posmodernidad carece de un concepto claro, ya que es la mezcolanza de estilos, modas, disciplinas y conceptos en sí. por lo que también hay una crisis en el espacio temporal que se puede ubicar, por un difuso cambio epocal de diseminación y contaminación del sentido. 2 por la gran variedad de realidades sociales en Latinoamérica, que no comparten los mismos antecedentes de los términos (modernidad, modernizaciones, modernismo). La realidad social no cumple con los requisitos de la posmodernidad, como el decaimiento de la modernidad. Formas de identificar la posmodernidad para analizarla: Fragmentación o fractura de ideales, la heterogeneización de signos, multivocidad del sentido. De lo macro a lo micro, abandono a la razón y lo cierto, se duda de todo, todo es relativo. Se pierde la intención real social, importando mas lo que muestran los massmedia, que han perdido textura y densidad histórica. Pero la cuestión es como el “nosotros mismos” fragmenta tanto al sujeto que lo enuncia, tal vez solo como una notación de diferencia entre la dominante posmodernidad internacional y Latinoamérica, que sugiere zonas de experiencia diferentes. ¿Cómo hablar lo propio si el repertorio es de nombres prestados? Son las consecuencias de profundidad y extensión traumáticas de la colonización, que vuelven en algo complejo la transferencia de lo extranjero, pues siempre está sujeto a una cultura de sospecha y desconfianza. El discutir de posmodernidad en América Latina para muchos no es más que una intención de imitar y acoplar una moda internacional y caer a una pulsión extranjerizante. Además, que a esto se le suman los argumentos de las grandes diferencias que se presenta entre la hiperabundancia que llevo al occidente a reflexionar sobre el agotamiento de la modernidad internacional y la privación tornaría, junto con carencias en América latina marcado aun por miseria, opresión y violencia. Lo que no permite las discusiones con los contenidos teorico-criticos. De igual modo se presenta insolente e incluso algo “perverso” hablar de este término en Latinoamérica, por como agrede la fe que el hombre tercermundista puso en el hombre nuevo y la revolución, también por que agrede des morales del subdesarrollo, la pobre y compromiso social. Lo que se tomaría como un modo de quitar fuerza al tercer mundo desde la posmodernidad. Claro está, solo viéndolo desde el lado mecanicista que explica el desarrollo económico. Superando la frontalidad que presentan los determinantes económicos sociales, se analiza que, si bien no se tienen los cumplimientos estructurales de la posmodernidad, eso no evita que localmente se presente una reflexión posmoderna, pensado bajo el foco de lo ambiguo, lo sorpresivo, de lo incongruente. “desajuste entre modernismo cultural y modernización social”. Consecuentemente, aunque usemos conceptos extranjeros, estos nos ayudan a auto reconocernos como parte de una crisis de significantes, pero con el interés de revertir esta misma a fin de una auto significación.

Modernidad, Tradición, posmodernidad: El “Collage” Latinoamericano A pesar de que el discurso posmoderno se plica en recolectar la señas periodizadoras que definen nuestro presente, en cuanto a su discurso epocal lo hace de una forma zigzagueante, lo que le quita el orden sucesivo de su prefijo, siendo así una relectura desde una sospecha histórica. Varios de nuestros autores han recurrido las particularidades de su constitución y variedad de desarrollo, para poner Latinoamérica dentro de esta, ya que en esos aspectos aun esta abierta a nuevas confrontaciones de sentido. Son varias las divergencias en las que se apoyan estos autores, como la separación de la matriz que tiene la modernidad en el contexto de América por la diferencia en sus realidades sociales. Uno de los contrapuntos más ejemplares se presenta en la tensión entre modernidad y tradición. El paradigma secularizante europeo de des culturalizar y rechazar toda muestra de diversidad del “ethos latinoamericano”. Por lo mismo es de tener en cuenta la heterogeneidad de la modernidad Latinoamérica que rompió con el esquema vector progreso de la internacional. Según la flexión posmoderna con su capacidad de fragmentar y recombinar memorias historias, la modernidad no vino a reemplazar la tradición, sino a entremezclarse con la misma, en un juego de signos, retraso y avance, oralidad y telecomunicación, mito e ideología. Tradiciones indígenas con el hispanismo católico y acciones políticas, educa y comunicacionales. (travestismo cultural) por consecuencia América Latina habría creado un posmodernismo Avant la lettre, por lo que seria precursora de la cultura posmoderna de la novedad. Es la mayor muestra de un collage posmodernista. No es un después, sino una exacerbación translineal de la modernidad. El Guiño posmodernista: La política, La estética. Es posible desde un interés latinoamericano, afirmar que somos parte interdependiente de la red global de comunicación e información cultural del aquí-ahora. Ya que de por si esta globalización de la cultura nos obligaría tomar una posición para no perder “conciencia situacional”. Sin embargo, otros autores deciden tomar una aventura en un intento, se puede decir desesperado de relacionar algunos ángulos posmodernos con facciones latinoamericanas, como son el fragmentarismo de la trama comunitaria, pero aquí cruzada o marcada por la violencia o la rotuna del nexo societal, pero enmarcada por dictaduras, convulsiones históricas, comparada con el “fin de la historia”, propio de los pos. “Duros”. Son algunos efectos post-dictatoriales como el surgimiento de nuevos sujetos sociales que piden su derecho a la diferencia, que se toman como un tipo de relación con la posmodernidad, no siendo mas que coincidencias con los cifrado de la teoría posmoderna de lo micro social. Hay sin embargo otro conjunto de marcas, esta vez culturales, que dicen reproducir la estética y critica latinoamericana a fin de la posmodernidad, siendo así el temor al “dejá vu” de la colonización y la exageración de la mímica del doblaje, ironizando con esta, como resultado, un punto supuesto que se compara con el pastiche, con el simulacro. Por eso para nosotros el fragmentar y recombinar es una forma de deconstruir el cierre imperialista del eurocentrismo, en su defensa del dogma de su perfección.

Centro/periferia: ¿Inversiones de Escena? El eje centro-periferia fue diagramado por la modernidad para someter los intercambios inter, a una regulación metropolitana de un centro facultado a decidir, mientras la periferia solo obedece y ejecuta. Es por ello que, si la posmodernidad surge como una forma de cambiar esta normatividad, se esperaría que cambiara el orden entre centro-periferia. Por lo que en un primer momento parece que el discurso posmoderno favoreciera a Latinoamérica. Todo por su lucha anti hegemónica, gracias a su alteridad y diferencia. Es así como el derrumbamiento del modelo occidental-dominante favorecería a las subculturas del margen o periferia, que parecen hoy estar invitadas por el centro a formar parte de la nueva modulación anti totalitaria, ya que el centro-periferia es obsoleta y verse como víctima de la colonización sería algo tardío. Y aunque este discurso tomaría la periferia como el nuevo protagonista del relato posmoderno, hay que tener en cuenta que quienes formulas esta hipótesis, siguen bajo un a actitud de dueños frente a esta, dejándose llevar por un yo legitimado por la tradición cultural de un dominio de sentido. Pudiendo así esta crisis o relato solo ser un meta-relato universal. Lo que haría pensar que fue el centro quien meditara y reflexionara sobre su centralidad y como reivindicación le exige a la periferia rediagramar sus ejes de confrontación polémica.