Francisco Javier de Luna Pizarro

Francisco Javier de Luna Pizarro "Nació en Arequipa el 3 de diciembre de 1780. En 1791 ingresó, como alumno, al Seminari

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Francisco Javier de Luna Pizarro "Nació en Arequipa el 3 de diciembre de 1780. En 1791 ingresó, como alumno, al Seminario de San Jerónimo de Arequipa; de allí pasó a la Universidad de San Antonio del Cuzco, donde se graduó de Licenciado en Cánones y Teología en 1798 y se recibió de abogado en 1800. Se trasladó a Lima en 1802, incorporándose al Ilustre Colegio de Abogados de la Capital. De Lima regresó a Arequipa, nombrado Catedrático de Filosofía en el Seminario de esa ciudad. En 1806 recibió las Ordenes Sacerdotales de manos del Obispo D. Pedro José Chávez de la Rosa, quien lo hizo su familiar y después Pro-Secretario del Obispado, Vice-Rector y Regente de estudios del Seminario y en 1808 cura de Torata. Al dirigirse a España en 1809, el Obispo Chávez de la Rosa fue acompañado por el entonces cura Luna Pizarro, quien ejerció allá los cargos de Capellán del Presidente del Supremo Consejo de las Indias y de examinador Sinodal del Arzobispado de Sigüenza. En 1812 regresó al Perú provisto de medio racionero del Coro de Lima, ascendiendo a racionero en 1817 y llegando a Secretario del Cabildo Eclesiástico y a Examinador Sinodal del Arzobispado. El Virrey Abascal lo nombró Rector del Colegio de San Fernando. En esta situación estalló la guerra de la Independencia y Luna Pizarro abrazó, con ardor, la causa de la patria. En 1821 San Martín lo nombró miembro de la comisión encargada de preparar la Constitución y los trabajos del Primer Congreso Constituyente. Al instalarse éste en 1822, Arequipa le eligió Diputado y el 20 de setiembre de ese año, día en el cual se instaló el primer Congreso Constituyente del Perú, fue elegido Luna Pizarro Presidente desempeñando el cargo hasta el 20 de octubre, por ser entonces las presidencias mensuales. En 1823 emigró a Chile, de donde volvió en 1825, provisto como Canónigo Tesorero del Coro de Arequipa. Convocado a un 2° Congreso Constituyente para 1826, Arequipa volvió a elegir Diputado a Luna Pizarro, pero ese Congreso no llegó a reunirse. En 1827 el 2° Congreso Constituyente tuvo a Luna Pizarro como Diputado por Arequipa y en la sesión de instalación, el 4 de junio de 1827, lo eligió su Presidente, cargo que desempeño hasta el 4 de julio, pues en esa época eran también mensuales las presidencias. El mismo Congreso lo eligió Presidente en el período del 4 de marzo al 4 de abril de 1828. En 1830 fue nombrado Deán de Arequipa. Para el Congreso de 1831, Arequipa lo eligió Senador y para la Convención Nacional, convocada para 1833, la provincia de Tinta, lo hizo su Diputado. El 12 de diciembre de 1833 fue elegido Presidente de la Convención, cargo que a pesar de ser mensual ejerció hasta el 13 de febrero de 1834, en virtud del movimiento sedicioso de Gamarra que obligó al gobierno constituido y a la Convención a trasladarse al Callao, de donde volvieron el citado 13 de febrero, día en que Luna Pizarro fue reelegido Presidente, cargo que ejerció hasta el 12 de marzo. Nombrado después en 1836 Deán de Lima, se apartó de la política dedicándose a su Ministerio. Fue Obispo titular de Alalía, Vicario Capitular en 1843 y en 1845 Arzobispo de Lima. Fue también Prelado Doméstico de los S.S. y Asistente al Sacro Solio Pontificio. Murió el 9 de febrero de 1855" Hipólito Unanue Nació en la ribereña ciudad de Arica, el 13 de agosto de 1755, sus padres, don Antonio Unánue de Montalivert y doña Manuela Pavón y Salgado, descendientes directos de españoles peninsulares, no contaban con grandes recursos económicos; por el contrario, su padre -unos días antes del nacimiento-

había quedado en las lindes de la miseria por la pérdida de una embarcación que constituía su única fuente de ingresos. Por vinculaciones familiares con el clero, Unánue se inclina por el sacerdocio; en consecuencia, viaja a Arequipa e ingresa al Seminario de San Jerónimo en donde cursa Humanidades, Filosofía y Principios de Jurisprudencia. Hacia 1777 se traslada a Lima donde pone de relieve, en poco tiempo, su verdadera inclinación: las Ciencias Naturales. En 1783 se graduó de Bachiller en medicina, prestando juramento en diciembre de 1786 en la capilla de la real Universidad Mayor de san marcos, en cuyo profesorado ingresaba 2 años más tarde con la cátedra de "Método de Medicina Escéptico con la reforma de las universidades, escolásticas y controladas desde la península, Hipólito Unanue se esforzó, una y otra vez, en crear instituciones científicas independientes donde la ciencia moderna pudiera ser enseñada a los criollos. En 1794 inauguró unos cursos de lecciones clínicas pensados para ayudar a los estudiantes, algunos de los cuales eran mulatos apartados de la Universidad. En 1792 fundó un anfiteatro anatómico, en el Hospital de San Andrés, para dar enseñanza práctica en anatomía. Durante los mismos años (1791-1794) fue editor del Mercurio Peruano, el vehículo más importante par la difusión de las ideas científicas en Perú. Entre 1799 y 1805, Unanue recogió datos para su obra capital, Observaciones sobre el clima de Lima, un tratado que, dentro de la tradición hipocrática, se proponía explicar las causas climáticas de las enfermedades de la ciudad de Lima. Para verificar sus tesis, relacionó datos meteorológicos con observaciones clínicas, combinando conceptos médicos modernos y tradicionales. A pesar de las frecuentes citas a Newton y Hermann Boerhaave, el libro de Unanue tiene un tono arcaico. Negó la importancia de la química para la ciencia médica y su insistencia en la singularidad climática (y, por tanto, médica) de Lima influyó a algunos médicos posteriores, que negaron la utilidad de los remedios habituales para las enfermedades peruanas y se adhirieron de forma exagerada y dogmática a las teorías de Unanue. Contrariamente, la parte racional de Unanue consistió en refutar la afirmación del conde de Buffon de que el clima, el ambiente, la flora y la fauna del Nuevo Mundo eran inferiores a la del Viejo. Unanue, tras citar la refutación que Thomas Jefferson hizo a Buffon en sus Notes on the State of Virginia, adujo sus propias observaciones para apoyar la postura americanista. Las especies importantes no degeneraban en el Nuevo Mundo y Europa podía alardear de tener tantas bestias e insectos nocivos como América, si no más. En 1807, Unanue presentó al virrey José de Abascal un plan para una nueva escuela médica, recomendando que fuera establecida en uno de los hospitales de la ciudad, donde los estudiantes pudieran aprender anatomía, fisiología, cirugía y farmacia. El colegio de San Fernando abrió, en 1811, con diez profesores, la mayoría de ellos discípulos o colegas de Unanue en el Anfiteatro. El plan de estudio, decididamente moderno, incluía matemáticas, psicología y física experimental, con textos seleccionados personalmente por Unanue. Además del citado, Hipólito Unanue fue autor de numerosos libros y estudios, entre los que destacanEnsayos sobre la educación de la juventud y Guía política, eclesiástica y militar del virreinato del Perú. En Cañete, luego de siete años, murió el 15 de julio de 1833 Mariano Santos La fecha exacta del nacimiento de Mariano Santos Mateos no está plenamente determinada, pero se sabe con certeza que nació en el año 1850 en el hermoso poblado de Lucre, una villa enclavada en la templada quebrada que lleva el mismo nombre, situada en la provincia de Quispicanchis, departamento del Cusco.

Sus padres fueron el Coronel Carlos Santos Ego, de nacionalidad argentina, militar que llegó al Perú conformando la Gran Expedición Libertadora comandada por el General don José de San Martín, quien luego de haber cumplido su misión se afincó en la ciudad del Cusco, en la pequeña hacienda llamada 'Santa Rosa', contigua al barrio de 'La Rinconada', en el poblado de Lucre. Allí conoció a doña Antonia Mateos Chara, mujer sencilla, adornada de virtudes, que le prodigó cariño y dedicación. Fruto de esa unión nació Mariano Santos Mateos, quien recibió en su infancia una esmerada atención de sus padres, que lo educaron convenientemente para hacer de él un hombre de bien. Ya joven, avizoró un mejor provenir y viajó a la ciudad de Arequipa en pos de trabajo y progreso, logrando, después de algún tiempo, ingresar a la Policía, donde se caracterizó por su porte gallardo y su innata vocación de servir a la Patria. Ya incorporado a las filas policiales, conformando el 'Batallón Guardias de Arequipa', pronto se distinguió entre sus compañeros de armas por sus innegables virtudes personales, así como por el eficiente cumplimiento de sus deberes. En esta situación lo encuentra la infausta Guerra con Chile, en 1879, cuando frisaba los 30 años de edad. Mariano Santos combatió en la batalla de Tarapacá, bajo las ordenes de Francisco Bolognesi, y en esta gran victoria peruana capturó el estandarte chileno del regimiento Segundo de Linea, aquel 27 de noviembre de 1879. También luchó en la batalla del Alto de la Alianza (26 de mayo de 1880) donde fue gravemente herido. Mariano Santos, llamado también "El Valiente de Tarapacá" falleció en el Cusco el año 1900, a la edad de 50. Ramón Castilla Nació el 27 de agosto de 1797en la región de Tarapacá (en la actualidad perteneciente a Chile). Sirvió inicialmente en el Ejército español, pero en 1822 se incorporó a las tropas de José de San Martín para combatir por la emancipación de América Latina. Intervino en las victoriosas batallas de Junín (6 de agosto de 1824) y de Ayacucho (9 de diciembre de 1824). Una vez conseguida la independencia de Sudamérica, Castilla fue nombrado prefecto de su provincia natal (1824) y jefe del Estado Mayor (1830). En 1837 se unió a los peruanos que se levantaron contra Andrés Santa Cruz, presidente de la recién creada Confederación Perú-boliviana, por lo que tuvo que emigrar a Chile, de donde volvió como integrante de la campaña restauradora dirigida por el chileno Manuel Bulnes, para intervenir con éxito en la batalla de Yungay (enero de 1839) que puso fin a la Confederación. Restaurado el orden en Perú, Castilla pasó a ser ministro de Guerra del presidente Agustín Gamarra. En 1841 fue uno de los mandos de la fuerza peruana que invadió Bolivia y que, en noviembre de ese mismo año, sufrió la derrota en la batalla de Ingavi, lo que supuso la independencia boliviana respecto a Perú. En esta batalla falleció Gamarra y el mismo Castilla fue hecho prisionero. Durante el denominado periodo de la anarquía militar apoyó al presidente constitucional Manuel Menéndez y se enfrentó en Carmen Alto a Manuel Ignacio de Vivanco (1844), a quien depuso para devolver el poder a Menéndez. En 1845 fue elegido presidente de Perú. Los años de su gobierno estuvieron marcados por la estabilidad política, el orden administrativo y la prosperidad fiscal procedente de los ingresos de la explotación del guano. Para la comercialización de este producto estableció el sistema de consignatarios nacionales, por el cual un grupo de peruanos se encargaba de la venta del guano en el mercado internacional y recibía un porcentaje sobre su precio. En estos años se inició la migración de culíes chinos, que llegaron a Perú para trabajar en las islas guaneras y en las haciendas de la costa norte. Los altos ingresos originados por el guano permitieron a Castilla ordenar la economía del país, estableciendo el primer presupuesto republicano. Asimismo se dio gran preocupación por la defensa nacional y por el desarrollo de una política americanista y de solidaridad continental. En 1851 terminó su mandato y le sucedió José Rufino Echenique. Cuando la impopularidad de éste creció, acusado de malos manejos en el pago de la deuda interna, Castilla inició una revuelta que contó

con el apoyo de los liberales. En esas circunstancias, Castilla abolió el tributo indígena y la esclavitud (1854), puso fin al gobierno de Echenique en la batalla de La Palma (enero de 1855), fue nombrado presidente provisional y en 1858 ratificado en la presidencia por el Congreso. Durante su segundo mandato, fomentó el desarrollo del ferrocarril y de las industrias de nitratos derivados del guano, estableciendo monopolios gubernamentales y arrendando dichas industrias a entidades privadas. En el ámbito legislativo, se aprobaron dos constituciones: la de 1856, de tendencia liberal, y la de 1860, de igual signo, que permanecería en vigor durante varias décadas. En esos años se firmó el Tratado de Mapasingue (enero de 1860) con Ecuador, que puso fin a un conflicto fronterizo, y se desarrolló una política de preocupación por la zona de la selva, creándose el departamento de Loreto y promoviéndose la navegación fluvial en dicha región. En 1862 perdió las elecciones presidenciales ante Miguel de San Román, por lo que se retiró de la política, aunque regresó a la misma en 1863 para desempeñar provisionalmente la presidencia de la República desde el fallecimiento de San Román (abril de 1863) hasta la asunción del cargo por parte del vicepresidente de éste, Juan Antonio Pezet (agosto de 1863). En 1865 se convirtió en presidente del Senado peruano. Falleció en Tiliviche (en la actualidad, perteneciente a la provincia chilena de Iquique) el 25 de mayo de 1867, cuando se levantaba contra el presidente Mariano Ignacio Prado.

Álvaro Morales Charún ( 1919 – 2003) Álvaro Morales Charún, nació en la ex hacienda El Chilca de San Vicente de Cañete. Es un literato de extracción popular, considerado hijo predilecto de Cañete. Su basta producción literaria se refleja en décimas, coplas, cuentos y tradiciones del quehacer cañetano, desde los inicios del presente siglo, ha venido inspirando esa identificación que en los últimos años se ha acrecentado en el Valle de Cañete. Entres sus diferentes obras tenemos Yo Nací En San Vicente, La Fundación De Cañete, Perú Negro, Décimas del Chofer, La Tradición, Los Cuatro, Pasado y Presente, Club Atlético Independiente, Sociedad de Gremios Unidos, Dos Pueblos Hermanos, De Mayor A Menor, Los Nombres Madre Mía, Callos en los Pies, Imperial, Cañete Perú, Experiencia Del Viejo, Por Tu Colegio, Que Quiero, Del Carmen, Soy Un Negro Peruano, Los Dos Lisos, entre otros.