Fabricacion casera de arcos y flechas

Fabricacion casera de arcos y flechas Poco más se puede decir salvo que para un arquero sus flechas son su enseña pers

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Fabricacion casera de arcos y flechas

Poco más se puede decir salvo que para un arquero sus flechas son su enseña personal, su firma. Dicen los puros que cuando un arquero suelta su flecha parte de su voluntad vuela con ella, hasta su objetivo. Bueno nos centraremos en las flechas tradicionales de madera y dejaremos de lado toda la tecnología actual de las nuevas flechas, aunque básicamente nada ha cambiado salvo los materiales y la perfección y el acabado de estos.

Para entrar en materia creo que lo primero para los profanos sería definir las partes de una flecha:

PUNTA: Parte de metal de la flecha, que facilita a esta su penetración en la diana. Dependiendo de la modalidad de tiro con arco que se utilice, así será la forma y el tipo de la punta de la flecha. Todos conocemos la típica punta de flechas que se sujetaba atándose a la punta del astil variando la posición de la colación de las hojas de la punta en función de su utilización para la caza (vertical) o para la guerra (horizontal). Pero

existía un amplio abanico de tipos de puntas, en función de su uso: contra infantería, caballería, contra cotas de malla, etc. Ver sección sobre puntas medievales.

Actualmente empleamos puntas de tipo ojival, para el tipo deportivo ya que las de cuchillas o con formas angulares de retención están prohibidas salvo para la caza. ASTIL o VÁSTAGO: Es el cuerpo propiamente de la flecha, antiguamente se empleaba exclusivamente la madera y algo la caña y bambú, para realizar estos astiles. En cuanto a la madera la más utilizada actualmente es la de cedro, por sus características: madera de grano recto, de textura fina y uniforme lo que resumiendo nos supone un astil ligero, flexible y con una cierta rigidez. Aunque se puede utilizar también madera de : arce, pino, abeto, olmo, haya y ramín y básicamente cualquier tipo de madera ya que hace siglos emplearían las mejores maderas que hubiese en su zona para dicho uso. En épocas medievales se tallaba el nock o engarce para la cuerda en la propia madera, esta muesca para el engarce del astil a la cuerda se realizaba cruzada a la veta natural de la madera del astil, si no se hace así se rajarían y abrirían sin remedio los vástagos de madera . En la actualidad aun se mantiene la costumbre o norma de la horizontalidad de las vetas. También se solía enrollar bramante, hilo trenzado vegetal o pelo natural en la zona inmediata a la muesca de engarce para la cuerda, para reforzar la madera en ese punto y evitar el astillamiento de la madera.

Al contrario de lo que pensamos para la fabricación de los vástagos de las flechas no se utilizaban ramas, en todos los casos los astiles encontrados se han elaborado a partir de troncos muy gruesos, eliminando toda la albura y dejando únicamente el núcleo central del duramen. Lo que sí queda constatado es que las flechas se realizan a partir de árboles relativamente viejos y no sobre ramas jóvenes. Los troncos eran cuidadosamente elegidos y no presentan nudos o deformaciones. A pesar de esta esmerada selección, es probable que algunos ejemplares debieran ser rectificados por calentamiento para conseguir una morfología rectilínea Para su construcción después de cortar seleccionar la rama gruesa o tronco, se abriría y se obtendrían los listones para los astiles, probablemente con una sección triangular o como pudieran dadas sus herramientas de que disponían. Posteriormente se redondearía el astil y se calibraría su diámetro, puliéndose su superficie. Una

vez terminada, seca y enderezaba se le aplicaría una capa de grasas o cera a la superficie para impermeabilizar la madera y protegerla de la humedad. PLUMAS : Son los estabilizadores de la flecha. la finalidad de las plumas en las flechas es ayudar a estabilizar el proyectil en su vuelo y trazar una trayectoria rectilínea para llegar a su objetivo. El empenaje o colocación de las plumas en las flechas fue un descubrimiento que revolucionó el arco aumentando su precisión, evolucionando las flechas de las simples varillas al concepto de flecha actual que tenemos. En la actualidad son de material plástico imitando una pluma o ser de pluma natural extraídas de las alas del pavo, ganso o de oca y posteriormente teñidas de color como antiguamente para diferenciarlas y marcar las flechas.

CULATIN o COCA : Su nombre en inglés NOCK da origen a las piezas que se conocen como "nock point". Es la pieza en la que termina la flecha, situándose en el extremo del astil detrás de las plumas, y hace a esta adaptable para su sujeción momentánea en la cuerda del arco. En la actualidad son de plástico, antiguamente se tallaban en la madera del propio astil o se hacían de hueso o madera dura en el caso de utilizar caña o bambú. Tanto las plumas como las puntas necesitaban ser fijadas al astil, para ello se empleaban distintos tipos de pegamentos o colas de compuestos naturales, las plumas para asegurarlas también se cosían o fijaban a los vástagos con hilo. Haremos algunas aclaraciones al tipo de colas empleadas. Para la fijación de las puntas a los astiles las diferentes investigaciones sobre este tema han demostrado que las resinas vegetales son bastante eficientes para la sujeción del utillaje.

La resina de abedul (Betula alba) se ha mostrado mucho más eficaz y resistente que la proporcionada por las coníferas (Olsen, 1973). Sin embargo, la combinación de resina de pino (3 partes) y cera (1 parte), añadiendo polvo de ocre como emulsionante, forma una mezcla homogénea parecida al lacre. Para ligar estos tres elementos se necesita una fuente de calor no muy elevada, alrededor de 120º, aunque si la resina de pino se sustituye por la de abedul el punto de fusión es más bajo, (Allain y Rigaud, 1989). La efectividad de este pegamento queda demostrada por su empleo hasta principios de siglo para fijar útiles metálicos en una espiga de madera. En cuanto a la fijación de las plumas se empleaban colas realizadas a partir de piel, hueso o

espinas de pescado mediante una cocción más o menos prolongada, añadiendo como aglutinante un poco de cal viva, aunque lamentablemente no dejan ninguna huella identificable de su posible uso. Entre todas ellas, la más efectiva es la llamada "Cola de Moscovia" obtenida a partir de la vejiga natatoria del esturión (Allain y Rigaud, 1989). Como realizar una flecha medieval PREPARACIÓN DEL ASTIL Partiremos de vástagos de cedro del calibre 11/32 de pulgada, se pueden comprar en cualquier tienda que suministre material de arquería, normalmente utilizo vástagos de 50 a 60 libras. Buscamos la veta de la madera y la marcamos como se ha comentado anteriormente y taladramos con una broca de 2 a 3 m/m depende del grosor de la cuerda de nuestro arco, a 5 a 8 m/m del borde el vástago. Posteriormente rasgamos con un cuter para abrir el canal del nock, este se suaviza con una lija para desgastar los cantos que podrían marcar o deteriorar la cuerda de nuestro arco y ya tenemos nuestro culatin o nock tallado, creo que se aprecia mejor en la foto.

El otro cuerpo del sacaminas tiene la inclinación para emplear culatines de plástico. Actualmente hay en el mercado unas puntas que no necesitan conificar solamente se corta el astil a la medida y se rosca encima la punta pegada previamente. Ahora sería el momento de dar algún tratamiento a la madera, toda la vida se han protegido los astiles de madera para evitar las deformaciones por la humedad, los tratamientos que se utilizaban era o bien engrasando / aceitando la madera o bien con cera, parece ser que también había un tratamiento que era aplicar una capa de virido griego que debía ser algún tipo de barniz. En la actualidad yo empleo barnices tipo de poro abierto que le dan un color y protegen de la humedad y no alteran las propiedades de la madera, hay amigos que siguen empleando parafina, aceite de linaza etc. Posteriormente cortamos los vástagos a nuestra medida. Y los conificamos para colocar las puntas de tiro, para conificarlos emplearemos una especie de sacapuntas de lápices doble, que realiza el cono perfecto para colocar la punta que es conveniente pegar además con pegamento de 2 componentes tipo Araldit.

Posteriormente en la zona cercana al nock realizaríamos un entorchado de hilo que da mayor consistencia a la madera evitando que se abra por los esfuerzos a que esta sometida por la cuerda. La decoración del astil depende de cada uno. Has bandas que se aprecian en la foto superior es una pequeña concesión a la arquería actual, ya que para competiciones es necesario marcar con una banda para la primera flecha que se tira (puntúa más ) y dos para la segunda flecha. EMPLUMADO DE LA FLECHA : Haremos una flecha típica de tres plumas, para realizar la colocación de estas en la actualidad se emplean unas maquinitas llamadas emplumadoras que disponen de los mecanismos para sujetar la pluma y poder pegarla con los ángulos exactos de 120 grados. Poco se sabe de cómo se hacía en épocas antiguas a nivel individual cada arquero las pegaría manualmente y como pudiera por decirlo así, pero para la fabricación en grandes cantidades para batallas o ser almacenadas se tendría que hacer con algún utillaje, casi industrialmente por decirlo así. Parece ser que existían artesanos especializados en la fabricación de flechas y era una actividad derivada de la guerra que el la Inglaterra medieval movió mucha mano de obra.

También después de las batallas se recogía parte del material eran muy ecológicos y se reparaban parte de las flechas o se reciclaba partes de estas para recomponer parte de las flechas. Bueno las emplumadoras actuales hay de muchos modelos y todas permiten el pegado de las plumas con los grados idóneos y la posición, así como unos grados para producir un emplumado tipo helicoidal, aunque al colocar helicoidalmente las plumas no logramos que estas giren en el vuelo barrenando, como ocurre con las balas en los cañones de las armas de fuego, pero dicen los expertos sobre todos los americanos que se estabiliza

mejor las flechas, a saber arquero diestro emplumado helicoidal a izquierdas. Y arquero zurdo emplumado helicoidal a derechas. Actualmente hay pegamentos industriales específicos para el fijado de las plumas, aunque también se pueden pegar con loctite, aunque con los golpes secos al clavarse una flecha puede hacer que se despegue el loctite. Cuando están pegadas las plumas es recomendable hacer un pequeño entorchado en las puntas de las flechas con hilo, así impedimos que esta se despeguen al roce de las plumas con el reposaflechas del arco cuando salen al ser disparadas, amen de ser más seguras ya que si se levantan algo las puntas de las flechas en la salida pueden provocar unos respetables arañazos en la mano que sujeta el arco. En este modelo de emplumadota se coloca el astil verticalmente haciendo de eje, y la pluma se sujeta en una pinza con imán, damos pegamento al borde de la pluma, posicionamos la pinza con la pluma y el imán la mantiene hasta el secado del pegamento, cuando esta seco abrimos la pinza y soltamos el imán del soporte, giramos este 120 grados y a repetir el proceso. Ya veis bricolaje puro y lento. COLOCACIÓN DE LA PUNTA: Depende del tipo de punta elegido, si nos limitamos a las actuales de tiro, dependiendo del modelo realizaremos el conificado del vástago o no actualmente hay unos modelos nuevos que no necesitan conificar simplemente cortamos la flecha a nuestra medida de flecha y roscamos la punta en el vástago, las puntas interiormente llevan rosca que hace que se clave y sujete en el astil de madera. Si bien yo siempre les doy un poco de pegamento de dos componentes tipo epoxy creo que se llama marca Araldit (no el de sacado rápido ). Este pegamento resiste los impactos de las flechas al clavarse y evita que al sacar las flechas del serón se puedan quedar las puntas dentro.

Nuestras flechas medievales ya podrían estár listas. Si utilizamos puntas de cuchilla, bien de metal o de lascas de silex o hueso, el procedimiento no sería distinto : haríamos una incisión en el astil de madera para alojar la cuchilla, la insertaríamos y pegaríamos reforzando el astil con hilo o bramante.

Ver el procedimiento para puntas de piedra propuesto por el laboratorio de estudios Paleontológicos del departamento de prehistoria y historia antigua (UNED), que nos es valido par nuestras puntas de cuchillas metálicas.

De todas formas se puede ver el resultado en las puntas con las que intente perforar el escudo con refuerzo de una chapa metálicos por detras, los astiles de madera no ha sufrido ningún daño y están intactos a la espera del cambio de cuchilla, para cumplir su cometido en nuestro próximo intento.

Quizás las flechas más parecidas a las medievales que hemos comentado que se realizarían por fundición y con unas pequeñas alas que sujetan la punta a la punta del astil sería estas modernas puntas de caza, las aletas de chapa que envuelven al astil han sido sustituidas en estas actuales por un cono completo de chapa que asegura la punta al astil.

Como fabricar un Arco Tradicional FABRICACIÓN DE UN ARCO TRADICIONAL TIPO FLATBOW CONTENIDOS 1.- IDEAS GENERALES sobre arquería. 2.- CRITERIOS DE ELECCIÓN DE LA MADERA Y CUERDA. 3.- HERRAMIENTAS, MEDIDAS Y REBAJADO. 4.- CRITERIOS PARA EL CALIBRADO Y MEDICION DE LA POTENCIA. 5.- LIJADO Y OTROS. 6.- SEGURIDAD DEL ARCO Y DEL ARQUERO

1.- IDEAS GENERALES Este pequeño manual de construcción les permitirá fabricar su propio arco tradicional -tipo flatbow- con una potencia considerable. En realidad, está inclinado más a lo primitivo y lo tradicional (no esos arcos de poleas que son reflejo de la asquerosa modernidad...). Hacer un arco es un gran desafío. Aclaro antes de todo, que no soy un profesional en el área, aunque si soy un arquero que decidió salir de la imaginación para hacer sus pensamientos tangibles. No soy profesional, no manejo del todo conceptos técnicos, pero lo importante es que un arco funcione y lo he logrado (gracias a mis ideas locas, muchos fracasos y consejos de arqueros más experimentados). Esto más bien es un recopilatorio de los sabios consejos de algunos arqueros, más lo que aprendí en la web anteriormente y mis ensayos y errores. Esta información es correcta (supongo) pero existen muchos detalles que desconozco por mi relativamente poca experiencia y no faltarán los datos específicos que olvidé mencionar. Aquí no hablo de teorías sobre arquería, sino de cómo construir un arco sin morir en el intento. Disculpen algunas faltas ortográficas y la “calidad” de los gráficos. Acepto críticas y comentarios al mail. El arco flatbow (flat: plano, bow: arco) es un arco que compensa el grosor de éste con la anchura de éste. Para los principiantes es difícil de entender de principio, pero aquí trataremos. Un arco

tradicional de una solo pieza de madera, se podría dividir en 3 partes: las palas y el mango o agarre. Cada pala en su extremo posee una muesca en donde se acomoda la cuerda y se le llama Tip.

El arco del dibujo es un longbow (arco largo de origen inglés, el típico de las películas y de Robin Hood). Aquí vemos que no es muy ancho, es más bien grueso y es más, es algo redondeado. El problema está, en que sólo algunas maderas son capaces de resistir la flexión y la compresión de las palas, sin que ocurra una ruptura. Intenten flexionar un palo de madera dura de unos 3-2 cms. de diámetro, quizás resista algo, pero tiene poquísima fuerza o lo más probable es que se rompa. Éstos arcos son hechos con un proceso de secado bastante lento -factor humedad que analizaremos más abajo- de unos 4-6 años, con dimensiones y medidas específicas y maderas seleccionadas. Al ser gruesos y resistentes, alcanzaban unas 136 libras, (es decir, unos 62 Kg. de fuerza muscular para tensar la cuerda!) pero su fabricación era especial. La ventaja del longbow, es que utiliza menos madera, pero requiere un proceso especial y una madera que resista la flexión y la compresión a la vez (como lo es el Tejo o el Fresno). En realidad esto es más complejo (les sugiero que consulten) pero es para que entiendan porqué hacemos un flatbow.

El segundo dibujo es un Flatbow (Utilizado por los Siuox (Lakota), otros amerindios y algunos pueblos prehistóricos de Europa). La ventaja del flatbow (aunque se utiliza más madera) es que dura más y a la vez se puede utilizar casi cualquier madera. Pero requiere palas más anchas y menos gruesas: es equivaler el grosor y la anchura con el longbow, para obtener una potencia considerable. Al tener palas más anchas, distribuyen mejor la fuerza que ejerce el arco al estar tensado (al existir una superficie mayor), aunque el disparo es más lento, puesto que la energía recorre más superficie. Aunque al igual que el longbow, requiere un largo considerable, digamos unos 180 cms de alto, esto es por lo mismo: al ser más ancho y largo, distribuye mejor la fuerza que almacena y se reduce la probabilidad de ruptura. Y como se puede hacer con casi cualquier madera, no hay por donde perderse.

2.- CRITERIOS DE ELECCIÓN DE LA MADERA Y CUERDA La madera debe cumplir 3 condiciones: Humedad adecuada, seguir una sola veta en el dorso y que esté libre de nudos. Un listón comprado en una maderera de unos 5x5x180 cms. nos sería útil. La humedad adecuada es imposible de verificar (a menos que tengamos un medidor de humedad). La madera no debe estar muy seca ni muy humedad. Si está muy seca, se romperá y si está muy húmeda, se arqueará mucho más perdiendo potencia con el tiempo, el arco quedaría cada ves más doblado y parecería que aún estuviera tensado cuando le quitamos la cuerda (se dice que “el arco sigue la cuerda”). En las madereras generalmente

existe un 12-14% de humedad en los tablones, siendo ideal para arcos un 8%. Pero con la humedad general estará bien, después de todo. Lo más importante y vital es que nuestro listón comprenda una sola veta en el dorso, y que la vetas siguientes sean lo más parejas posibles y deben recorrer lo más recto que se pueda a lo largo de todo el listón. En otras palabras, cuando miras el arco de dorso (la parte que no ves al tirar) no deben presentarse vetas extrañas, es decir, debe verse todo “limpio”. Aunque existen excepciones que utilizan vetas radiales y en realidad yo no se nada sobre eso. El vientre del arco (la parte que sí ves al tirar) puede contener vetas, o formas naturales de la madera que se usó, pues en este lado las vetas se aprietan, en cambio en el dorso se estiran, por ello con ésta parte se debe tener más cuidado. En todo arco, es el dorso quien resiste la Flexión de la madera y el vientre es la parte que resiste la Compresión de ésta. Dos magnitudes físicas que funcionan en el tiro con arco. De ahí, como comentaba antes, los longbows ingleses con sección semicircular en D con palas gruesas y delgadas (no planas ni anchas como el flatbow) necesiten maderas especiales, como el tejo, que combina la Albura de la madera (resistente a la flexión) y el duramen (resistente a la compresión). Además es por esto que es preferible hacer un flatbow, que abre un abanico de posibilidades en maderas. Recalco que lo de seguir la veta es crucial para que nuestro arco salga bien. Es conveniente, si encontramos un listón que no siga la veta en el dorso, podemos adquirir un madero más grande. Éste debe tener vetas parejas que recorran todo el madero de principio a fin. Identifiquen una veta pareja y pueden colocar un cuchillo o una hoja afilada y golpearla con un martillo hacia abajo, así separamos la madera por esa veta y estamos seguros que realmente el dorso “sigue la veta”. Otra opción es talar el árbol ustedes mismos. Con un tronco de unos 6 cms. de diámetro es suficiente. Descortezamos el leño. Aquí la veta del dorso puede ser simplemente el exterior del leño, pero en el error es mejor identificar la veta siguiente y hacer fuerza con un cuchillo y martillo para que separe aquella veta. Recuerden que las vetas deben ser parejas y saber si existen nudos en el leño. Aquí la humedad es otro problema: los árboles sí son húmedos. Generalmente, las industrias madereras secan los grandes troncos con enormes calefactores y ventiladores. Pero los arqueros están de acuerdo en que el secado natural es mejor. Dependiendo de la madera, el secado puede tomar desde 6 meses a 4-6 años. Si tienen paciencia, claro ésta. Si han conseguido un tronco relativamente seco, deben medir su peso. Periódicamente han de pesarlo y notarán como el leño dejará de perder peso. Cuando noten que ya no pierde peso, han llegado a la humedad adecuada. Es por esto que todos prefieren comprar la madera. El leño no debe estar secándose al sol (por el tema de la humedad) ni tampoco bajo la lluvia (obvio). Hay otros métodos para secado artificial de madera, pero sin duda el secado al aire es mejor. Los aserraderos suelen usar un 14% aprox. de humedad en sus maderas, siendo el ideal un 8% para fabricar arcos. Por un tema de comodidad, la mayoría de nosotros optamos por comprar la madera. Tendríamos que dejar secar la madera por aire y nos tomaría tiempo. Así que este factor puede jugarnos en contra a la hora de construir un arco.

Fig. 3

Fig. 4

Fig. 5 En el dibujo 3, se ve el listón con las vetas en sus lados, éstas corren de principio a fin. En el dorso que se muestra se sigue una sola veta. Y los dibujos 4 y 5 nos ejemplifican como las vetas deben recorrer el lado de nuestro arco y que de dorso las vetas no se aprecian. En otras palabras, las palas están en capas, no aserradas. Es importante que la madera no contenga nudos, ya que en ese punto se hace quebradizo nuestro arco al tensarlo y podría causar grietas y rupturas no deseadas. Así que, antes de comprar, miren bien el listón; noten su humedad, pregúntenle a un carpintero para que vea si la madera ha estado expuesta al sol. Ah, eso también, si la madera ha estado expuesta al sol o al calor excesivo, obviamente que está muy seca y no nos servirá, al igual que si hubiera estado mojada ya que muy húmeda el arco se deforma. Si recomiendo que busquen maderas densas y duras, porque las medidas que les doy les sirven para un arco de madera dura. Aunque hay maderas con no mucha densidad (el Tejo, por ejemplo) que resisten de lujo. Como ya he

dicho, con cualquier madera se puede hacer un arco, pero se deben enanchar más sus palas en relación a su densidad, es decir, para un arco de pino, se necesitarían unos 10 Cm. de ancho para que funcione bien. Aunque no es malo experimentar con varias maderas, lo importante que cumpla el tema de las vetas. Cuando ya estén rebajando la madera y no les resulta la potencia deseada pueden hacer otro arco con las palas más anchas. Recuerden que este oficio es de práctica y se logra con mucho tiempo y trabajo duro (yo solo conozco una parte de este mundo). Como he dicho prácticamente cualquier madera sirve si se le da la anchura correspondiente, pero durante años los arqueros han sido fieles a algunas. Que esto no les baje el ánimo, deben intentar con cualquier madera que cumpla las condiciones ya dadas y que tenga una densidad respetable para así evitar las palas excesivamente anchas. Maderas recomendadas: Tejo, Fresno, Olmo, Árboles Frutales (naranjo, limonero, ciruelo), Palo Blanco, Roble (algunas especies), Arce, Ébano, Guatambó, Narango de Osage, varios tipos de bambúes, Nogal, Guayavirá, Morera, etc. Maderas en Chile*: Eucaliptos, Coigüe, Ñirre, Ciruelo, Algarrobo, Lenga, Lingue, Mañio, Raulí. *He visto arcos terminados en Algarrobo, Lingue y Ciruelo y funcionan muy bien. El Eucaliptos da buenos resultados, por lo menos a mí me resultó. El mañio y el raulí tienen buena veta, pero son débiles de potencia. El coigüe y el ñirre fueron especies usadas por los indígenas Selk’nams (Onas) y Yámanas (Yaganes) en arcos tipo longbow sección en D. Pero experimenten con cualquier madera densa (como el Castaño, la Luma, la Acacia, etc.) Y sobre la cuerda: se necesita una que no tenga elasticidad, ojalá nula y que sea muy resistente. El hilo de Lino es bueno. También sirve el cáñamo y el hilo encerado de zapatería, aunque tiene algo de elasticidad. Sólo deben retorcer tres hilos y les servirá. Si lo adquieren deshilachado no les debe ser difícil calcular, no una cuerda muy gruesa. No es necesario trenzarlo y además es peor; mientras más delgada la cuerda se trasmite más energía a la flecha. La resistencia de la cuerda trenzada es la suma de las tres cuerdas, en cambio las cuerdas retorcidas son igual a la fuerza multiplicada de las tres cuerdas. Para el cuidado de la cuerda, es recomendable mantenerla siempre encerada, para reducir las posibilidades de daños y rupturas. Existen ceras especiales para esto pero en su defecto pueden utilizar Cera de Abeja. Hagan una bola de cera, le prenden algo de fuego y se hará una pasta. Ésta la frotan por toda la cuerda. (en lo posible cuando ya esté montado el arco, porque hacer nudos con cuerda encerada no es muy sencillo).

3.- HERRAMIENTAS, MEDIDAS Y REBAJADO Necesitan una lima o escofina, un cepillo para tallar madera, un cuchillo afilado y mucha lija. Primero, toman el listón y ubican el “arco” de forma lateral, ni de dorso ni de vientre y allí marcan las medidas. El largo debe ser de unos 180 cms, luego ubicamos el centro y lo marcamos. Por debajo de ésta línea, deben poner la mano para ver donde iría el agarre del arco. Deben marcar una nueva línea bajo la mano. Allí estará el agarre. Debe medir unos 9 cms. Pero aquí lo dejamos más concreto.

Donde

A: Agarre, donde va vuestra mano al momento de tensar el arco. B: La ventana (donde usualmente va un tallado para que pase la flecha en arcos modernos, pero nosotros no lo haremos porque hemos reducido el mango completo). En el centro debería pasar la flecha al disparar, que es sujetada por nuestro índice, generalmente. Notarán que una pala quedará más corta que otra, que es la de abajo. Y esto porque esa pala hace más fuerza que la de arriba y por lo tanto compensa el equilibrio. Las medidas que daré a continuación, están sobredimensionadas, o sea, he agregado unos milímetros de más en todos lados porque éstos se rebajarán en el calibrado, dependiendo de la potencia final deseada. Luego lo explicaré.

El grosor de las palas (fig. 7) debe ir disminuyendo a lo largo de éstas. En pequeñas proporciones, como se ve en la imagen. En el mango deben haber unos 2 cms y los tips unos 1.3 cms. Estas medidas van a variar en el calibrado (usualmente de unos 1.8 y 1 cms en los tips, aunque depende de la potencia que se desea). Les recomiendo que tallen el grosor de las palas en dirección desde el mango hacia los tips, así es más probable que lo tips queden más delgados. Se talla en el vientre, el dorso ni se toca, siempre debe ser recto.

La anchura de las palas (fig. 8) debe contener a lo menos 5 cms en el mango. En la mitad de estas, la anchura debe comenzar a decrecer hasta llegar a unos 1.5 cms en los tips. Generalmente éstas medidas no suelen cambiar en el calibrado. Una vez nuestro “arco” ya tallado, pasamos al siguiente paso. Si por casualidad no pudieron seguir adecuadamente la veta en el dorso hay algunas soluciones. Se debe reforzar el dorso del arco con algún material. Pueden utilizar cáñamo, cuero crudo o lino. Estos métodos se aplican el dorso del arco. Si usan hilo (de cáñamo o de lino) deben deshilacharlos hasta “desarmar” la cuerda. Tomen el arco, limpien la superficie del dorso con acetona (para eliminar grasas), séquenlo y apliquen pegamento para maderas en una pala hasta la mitad del agarre. Puede ser cola fría o caliente o el simple colágeno. Aplique pegamento y distribuyan los hilos deshilachados hasta cubrir las palas. Para su comodidad cubran una pala hasta la mitad del mango y luego la otra pala hasta la otra mitad del mango. Una ves seco, apliquen otra capa de pegamento encima del refuerzo. El grosor del refuerzo no es más que de 2 Mm. cuando mucho. Dejen secar bien por unos días. Tengan en cuenta que con la humedad puede desprenderse nuestro refuerzo. Deben aplicar productos anti-humedad, cuando todo el arco esté listo (en el capítulo 5 se explicará). Con el cuero crudo es similar. Tomen un pedazo de cuero crudo que cubra el dorso del arco. Éste cuero es parecido a los cueros recién quitados de los animales, como el de las ovejas. Debe ser delgado, de unos 2 mm. como máximo. Se debe humedecer la noche anterior en agua tibia, luego se pasa una regla metálica que nos haga la superficie libre de poros. Luego se pega al igual que los hilos deshilachados. Ninguno de estos métodos agrega velocidad o potencia al arco, solo refuerzan el dorso para aumentar las posibilidades de no-ruptura. Los tendones deshilachados de animales si tienen éstas propiedades.

4.- CRITERIOS PARA EL CALIBRADO Y MEDICIÓN DE LA POTENCIA Tanto densidad como anchura o grosor que usemos en nuestro arco inciden en la futura potencia. Pero con las medidas y maderas recomendadas fácilmente podemos obtener un arco entre 30 y 50 libras. Una vez terminado nuestro bosquejo de arco, pasamos al paso más importante y más crítico: donde verificamos su potencia y funcionamiento. Aquí nuestro arco se la juega, aquí veremos si nos va a funcionar o simplemente se quebrará, si es que tenemos mala suerte. Para esto, debemos construir una vara de calibrado (Tiller Stick) que nos servirá para comprobar si las palas flexionan de manera igual. También nos calibra las pulgadas de apertura del arco. Y a la vez, debemos conseguir un dinamómetro (una pesa pequeña de unos 15 cms que se usa comúnmente en las ferias de frutas y verduras, se cuelgan las bolsas en un gancho y nos marca su peso en Kg. y libras.). La vara de calibrado consiste en una vara de madera con ranuras hechas con un serrucho separadas por una pulgada y en su punta se coloca el centro del arco y con la cuerda se va tirando para ver como flexionan las palas y a la vez para ver su potencia. La cuerda se encaja en las ranuras. Puedes apoyar la vara en una pared, o fabricar una base para que se apoye. Las ranuras deben estar con 1,5 cms más o menos, para que la cuerda no salga. Ver Fig.7 y 8.

Fig. 7 Fig. 8 El truco para que nuestro arco salga bien es el siguiente (puede sonarles trillado, porque todos manuales de construcción de arcos insisten en esto): 1) Usar medidas de grosor sobredimensionadas (como lo hemos hecho, porque después variarán, aunque sean milímetros). 2) Poner el arco en la vara de calibrado para ver si sus palas doblan lo más igual posible (para equilibrar las fuerzas). Sólo abrir unas 13 pulgadas, unos 33 cms. Es sólo para ver como doblan las palas. Si una pala dobla menos que la otra, deben regresar el arco al taller y quitar más madera, lijando con un cuchillo en vertical porque debe ser poquísima, como un grosor de papelillo. Lo ponen nuevamente en el calibrado, y ven como va. Si continúa algo disparejo, hacen lo mismo. Tengan paciencia. El truco aquí es: quitar madera donde flexione menos y no quitar donde flexione demasiado. 3) Y el más importante: no pasarse de la potencia deseada. Una vez concluido el paso dos, ponemos el arco en la vara pero en vez de apoyar la cuerda en las ranuras la ponemos en el gancho del dinamómetro y comenzamos a tirar. Veremos que el dinamómetro irá marcando la potencia. Si deseamos que nuestro arco quede de 40 libras, sólo flexionamos el arco hasta que el dinamómetro marque unas 45 libras. Se dejan 5-10 libras más porque éstas se perderán en el proceso del calibrado y en los primeros tiros, quedando con las 40 libras. Calculamos

cuantas pulgadas de apertura nos dan aquí y listo. El truco principal es no sobretensar la madera, o sea, si a 28 pulgadas nos da 40 libras, no debemos seguir abriendo más el arco. Hacemos flechas de 29 pulgadas para asegurarnos que nadie va a sobretensar el arco. Ahora bien, si a 20 pulgadas nos dan las 40 libras deseadas y nos parece que la apertura es muy poca, entonces hacemos lo siguiente: Comenzamos a sacar madera del grosor, pero muy delgada, como dije del grosor de un papelillo. Y hacemos el proceso de nuevo y notaremos que se abre 22 pulgadas (es un ejemplo) y dan las 40 libras. Y así continuamos rebajando hasta que nos den las 40 libras a la apertura deseada. No les recomiendo más allá de 28 pulgadas, para su comodidad. Ya lo experimentarán. Tampoco se trata de dejar el arco delgadísimo para tirar flechas de metro y medio (como las amazónicas), pues el arco se quebraría. Por eso se habla de quitar madera como papelillo en grosor, raspando con un cuchillo o escofina. Insisto en que no debemos sobretensar la madera, así aumentan las probabilidades de su durabilidad. Obviamente el factor suerte es importantísimo, se nos puede romper el arco debido a un nudo interno o grieta, etc. Así que tengan paciencia, a menos que quieran comprar un arco.

5.- LIJADO Y OTROS Si bien este es un arco tradicional y casi primitivo, no deberíamos aplicarle barnices y todo eso, pero dejaremos de lado nuestros principios aquí. Lo básico es lijarlo bien, por una cuestión de estética y comodidad, para evitar heridas de astillas etc. Luego pueden aplicarle una capa de barniz (no diluido), del color que ustedes quieran. Lo que se hace habitualmente es colocar un trozo de cuero en el agarre y realizar una marca en el centro por donde pasará la flecha. También pueden enrollar el agarre con el mismo hilo de la cuerda. La muesca de los tips en donde va la cuerda debe realizarse en 45 grados hacia el vientre, es decir, colocamos el arco en el piso y nos imaginamos un ángulo de 45º, o en la otra perspectiva un ángulo de 135º. La muesca se hace a 1 cm. de los tips, mas o menos. Para colocar la cuerda debemos tener claro que siempre es más pequeña que el arco, unos 10-15 cms. No amarramos la cuerda a los tips, sólo la encajamos como el nudo de la horca. Primero en el tip inferior y luego en el superior. Para resistir la fuerza del arco al encordarlo, hay varias formas de hacerlo pero no se como explicarlas. Usen su imaginación. LISTO!!!, comienza a lanzar flechas, tu arco está terminado y fue hecho por ti. Y para la construcción de flechas merece un capítulo aparte. No es fácil hacer una buena flecha, y generalmente cuando tiramos con malas flechas no sabemos si el arco se está aprovechando al máximo. Pero daré unas ideas generales: consigan vástagos de madera de 1 metro de largo (por el error). Deben obtener plumas que serán las dirigirán la flecha. Y las puntas, obvio. Se puede hacer fácilmente una flecha decorativa, pero no necesariamente funcional a nuestro arco. Cortan las plumas por su mitad y colocan 3 en la base, unos 2 cms alejado de la punta inferior. Con las puntas, usen la imaginación. Eso de cómo pegar las plumas, que tamaño, que puntas, etc., merecen otro capítulo.

6.- SEGURIDAD DEL ARCO Y DEL ARQUERO - El arco no debe exponerse al sol ni a calor intenso pues la madera se deforma, o se seca y se quiebra. - Tampoco a la humedad, pues tiende a arquearse cada vez más y al final va a parecer una banana. - No se debe sobretensar el arco. Si la apertura es de 28 pulgadas, sólo esa es. Si un arquero con mayor apertura y con flechas más grandes lo usa será perjudicial. - No se debe tensar el arco y soltarlo en el vacío, es decir, sin flecha. - Nunca se debe arrojar una flecha hacia arriba, pues al caer y llegar a suelo lo hará con la misma velocidad de salida, debido a la fuerza de gravedad y puede ser fatal si le cae a una persona. - Nunca se debe usar con la apertura máxima una flecha más corta porque puede clavarse perfectamente en la mano o dispararse hacia una dirección no planeada. - Precaución con las puntas: si son de práctica (cónicas o como bala) igualmente representan un riesgo, pero en menor medida. Si eres un cazador y usas puntas de piedra o como cuchillas limítate a usarlas sólo en la

caza, si practicas en tu patio usa las de práctica. Esto es por el riesgo de herir a alguien o algo que no estemos apuntando. Además, las puntas cónicas de práctica representan un riesgo alto de rebote, incluso en un suelo de tierra dura. Considérese esto. - Cuando usas el arco diría que hay 5 pasos: colocar la flecha, poner bien los dedos (generalmente usamos el agarre “mediterráneo”, el dedo índice arriba de la flecha y dos dedos abajo), tensar hasta el punto máximo de apertura, hacer una pausa para verificar que todo está bien y soltar. Cuando hacemos la pausa, ésta no es más que de unos 2 segundos. Nuestro arco es de madera y cada vez que hagamos pausa irá perdiendo fuerza aunque sea un miligramo cada mes (no lo sé en realidad), por ello, debe ser breve. Además, en la pausa debes ver todo el blanco y su alrededor, y saber si hay alguien cerca o no. La seguridad de las personas es principal.

Caza con arco La Flecha de Caza

En el mundo de la Arquería, bien es sabido de todos que el punto principal de atención es el arco. Lo primero que nos llama la atención es esa pieza de madera con atractivos colores por la que todos sentimos una atracción mágica, pero lo que hace realmente que esa pieza de madera deje de ser un elemento decorativo y cobre vida de repente es el momento en el que le incorporamos una flecha. ¿Qué sería de una arco sin una flecha?, ¿cómo seríamos capaces de percibir esas sensaciones que nos transmite el momento de la suelta de una flecha bien ajustada?, no creo que haya un momento mas difícil de describir y que transmita mayor cúmulo de sensaciones al arquero que el de la cuerda deslizándose por nuestros dedos y la flecha de caza siendo impulsada directamente hacia su objetivo. Estos dos elementos que por separado no son más que, en muchos de los casos, obras de arte de las que disfrutar mirando, se transforman mágicamente en algo por lo que todos sentimos una especial fascinación. Como se ha comentado muchas veces, una buena elección de flecha hace letal un arco mediocre, pero una defectuosa elección de flecha, hace inútil el mejor de los arcos. De ello depende el que podamos efectuar correctamente nuestra misión y que la flecha haga su función adecuadamente, que tenga un vuelo limpio y preciso hasta el punto previsto de antemano, sin reacciones extrañas ni alteraciones imprevistas durante su vuelo. Una flecha de caza ha de ser simple, en su diseño, y efectiva en su funcionamiento. La flecha se compone de cinco partes: El tubo o astil, el emplumado, el culatín, el insert y la punta. Pasemos entonces a describir cada una de dichas partes, su composición, utilidad y comportamiento. El tubo o astil, es una de las partes más importante del conjunto. En arquería podemos encontrarnos con varios materiales diferentes, cada uno con sus ventajas e inconvenientes en el campo de la caza, a saber: madera, aluminio, carbono o grafito y una combinación de aluminio y carbono. Hablaremos ahora de los diferentes materiales con los que se fabrican actualmente las flechas. Antes de continuar, hay que efectuar un pequeño inciso. La flecha de caza, para una correcta ejecución de su misión, ha de tener un peso mínimo, según las propuestas de regulación de la arquería que hemos tenido en España, de unos 400 grains, aproximadamente 26 gramos, incluyendo todo su equipamiento; es decir: plumas, culatín, insert, punta de caza y por supuesto, el peso del tubo mismo, aunque basándonos en los estudios realizados por el Dr. Ashby, en su “Natal Study”, que ha sido recientemente publicado en este portal y del que

seguiremos hablando en sucesivos artículos, se recomienda que para piezas de caza mayor normales, el peso mínimo de la flecha sea de 650 grains. Quizás muchos de vosotros seáis un poco escépticos a la hora de aceptar dicha recomendación, basando esta reticencia en que la mayor parte de vosotros habéis demostrado que con muchos menos grains las flechas hacen su trabajo correctamente, y que no es necesario tanto peso para cazar, pero creo que es el momento oportuno para que entre todos empecemos a tener en consideración dichas recomendaciones y nos acerquemos lo más posible a los 650 grains, saliendo al campo pensando que la situación de caza que nos vamos a encontrar va a requerir de nuestro equipo la máxima capacidad de penetración posible, ya que nunca sabemos cuando nos va a entrar ese macareno que todos salimos buscando, lleno de barro seco, con su grueso pelaje de invierno y su buena capa de tocino, que puede hacer que nuestras esperanzas cinegéticas y nuestras erróneas creencias sobre nuestro equipo, conviertan una inolvidable y dulce experiencia de caza en una amarga y larga sesión de pisteo de la que nunca obtendremos nuestra ansiada pieza.

Os recuerdo ahora una de las conclusiones del Dr. Ashby en su estudio Natal, “... Una vez que la flecha ha impactado en zona vital, las únicas dos cosas que pueden hacer que no se produzca el óbito de la pieza son que la punta de caza falle, se doble o se rompa, y que la flecha no produzca una buena penetración...”. Si de esta ecuación las dos variables principales están de nuestra mano, hagamos lo posible para que no nos tengamos que arrepentir, una vida depende de ello, mostremos el máximo respeto preocupándonos de que el material que llevamos se ajuste lo más posible a la tarea que vamos a realizar. Vamos a hora a ver el detalle de los materiales, empezaremos por el más popular de todos ellos.

El Aluminio Es el material usado por excelencia en arquería de caza. Por la enorme variedad de calibres disponible, limpieza, facilidad de manejo, elección del tubo adecuado, regularidad en su comportamiento y características de cada calibre y tipo. Cuando observamos un tubo de aluminio vemos que lleva cuatro números impresos, además del tipo de aluminio que es; esta magnitud nos está indicando lo siguiente: las dos primeras cifras nos indican el diámetro del tubo, en 1/64 de pulgada; las dos siguientes, el grueso de pared de dicho tubo, en milésimas de pulgada. A más numeración, corresponderá tubo más grande y más grosor de pared. Por ejemplo: 2315, 2117, 2216, etc. etc., existe una tabla de Easton que nos permitirá escoger adecuadamente el tubo de flecha que mejor se adapta a nuestras necesidades.

El Carbono Material controvertido para su uso en caza, por la mala fama que arrastra. La problemática del carbono se produce cuando impacta en una pieza y se rompe el tubo. Se rompe en hilos. La mayoría de los tubos de carbono están formados por hilos de dicho material unidireccionales, pegados con resinas epoxi. El carbono NO es biodegradable, por lo que se podía producir el riesgo de que la carne quedase contaminada por esquirlas de carbono y su consiguiente peligro al ser consumida, hay que desechar la carne o al menos la parte contaminada. Esta es la principal ventaja del aluminio sobre el carbono; cuando se rompe el aluminio, este se quiebra limpiamente y no contamina. Actualmente, los fabricantes de carbono han tratado de paliar este problema construyendo tubos de carbono multicapas y multidireccionales con los que se ha conseguido que sean mas duraderos y que no quiebren tan fácilmente como los unidireccionales, pero que no evitan que si se rompen, sigan estallando en microastillas de carbono que hacen muy peligrosa su recuperación, tanto para el arquero como para la pieza abatida. Podemos acceder a las página de los fabricantes y veremos que en las especificaciones de dicho material, el propio fabricante, sigue recomendando que se tomen determinadas precauciones cuando se vaya a utilizar dicho material para la caza, prueba esta que nos indica que el uso del carbono para la caza sigue teniendo algunos problemas que no presentan ni el aluminio ni la madera.

Asimismo no existe ningún tubo de carbono que sea tan pesado como los de aluminio y madera. Pongamos un ejemplo. Tiramos con un arco de poleas, "one-cam", y vamos a buscar un tubo de aluminio o carbono, vamos a trabajar con puntas de 125 grains, tiramos con una potencia de 64# y abrimos 28". Acudimos a las tablas de Easton y empezamos a buscar; vemos que nos podemos encontrar con diferencias de 50 a 100 grs a favor del aluminio. De cara a la energía cinética, y el "Momentum", de nuestra flecha es un factor importante a tener en cuenta, casi definitivo me atrevería a afirmar. La flecha de madera El más antiguo de los materiales, sigue siendo hoy en día, para muchos arqueros tradicionales, el mejor de los materiales. Las flecha de madera definen la arquería y la caza con arco. Gracias a ellas, la arquería se ha mantenido viva hasta nuestros días. Una buena flecha de madera, bien ajustada, no tiene nada que envidiar a una flecha de carbono o aluminio de hoy en día. Existen multitud de materiales por los que podemos optar para seleccionar nuestro astil, el problema es que para ello, deberemos ir al mercado americano, ya que lamentablemente en España es un material que tiene mucho mercado y la posibilidad de encontrar distintos materiales o fabricantes es casi remota. Existen hoy en día algunos fabricantes americanos que tienen astiles de madera realizados en secciones, que lo que garantizan es que cuando compras una docena de flechas de madera mantienen todas el mismo spine y el mismo peso con unas variaciones de +- 5 grains, lo que hace el principal problema de la madera que es el laborioso proceso de selección de materiales, se vea prácticamente resuelto. Básicamente los calibres de los astiles de madera se reducen a tres: 5/16, 11/32 y 21/64, correspondiendo cada uno de ellos a unas potencias de arco determinadas. Aunque su uso no está indicado para los arcos de poleas, sí existen algunos astiles de madera que son capaces de soportar la tremenda fuerza desarrollada por un arco compuesto en el momento de la suelta sin llegar a partirse. Son más indicadas para tirar con recurvado o “long-bow”; permitiendo, incluso (los demás materiales también) la personalización de la flecha. Es posible encontrar astiles de madera prensada con pesos superiores a los 600 grains. El spine de los astiles de madera que nos podemos encontrar hoy en día va desde