Examen Pau Junio 2014

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Pruebas de Acceso a la Universidad Curso 2013-2014

LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA Poetas del 27 Ya están mayormente alojados en la casa solar de los clásicos, donde a veces, algún que otro siglo, hay huéspedes que pasan a ser estables. Son los poetas del grupo del 27, no de la generación del 27, que es sinécdoque habitual y engañosa. Eran amigos entre ellos, unos más que otros, dispusieron de un razonable “espíritu de clan” y se autoproclamaron “nietos de Góngora" y legatarios del más inmediato Juan Ramón Jiménez. Optaron de común acuerdo por instalarse en una tradición que venía del modernismo y, un poco a instancias de La deshumanización del arte de Ortega y Gasset, propugnaron inicialmente una poesía minoritaria y aristocratizante, cuya pureza hiciera las veces de antídoto frente a las contaminaciones de la vida cotidiana, incluyendo los barrizales políticos de la dictadura de Primo de Rivera. Pero nada de eso fue demasiado perseverante. Los poetas del 27 acabaron desdeñando los excesos ornamentales modernistas, se hicieron adecuadamente autónomos y prefirieron las filtraciones impuras antes que las normativas asépticas. Algunos se inclinaron por el neopopularismo, estilizando a su aire los aparejos realistas y, con los años, probaron suerte en la contraria parcela del surrealismo. Otros pasaron de la saludable aventura ultraísta a una suerte de neorromanticismo del que habían sido eliminados sus recursos más parasitarios. La pretensión de originalidad acentuó en muchos casos la versatilidad. A través de un eclecticismo de salón llegaron a los volubles incentivos de la calle. Releer a estos poetas eminentes vale tanto como refrendar en qué consistió el eje evolutivo de la poesía española de los últimos cuatro o cinco siglos. Ahí está recuperada una tradición y pronosticado un porvenir. Por lo que a mí respecta, cada vez que vuelvo a mis predilectos Cernuda, García Lorca, Guillén o Salinas, también regreso con fidelidad emocionante a mi noviciado literario, cuando aprendía en La realidad y el deseo, el Llanto, Cántico o La voz a ti debida, en qué ignorado territorio de la estética estaba gestándose el significado último de la poesía. Por supuesto que las escalas de valores no son en este caso coincidentes, como no lo fueron –siempre ocurre así– las afinidades literarias de los componentes del grupo, donde lo que prevalece a la larga son personalidades aisladas y en ningún caso un conjunto homogéneo. Pero el núcleo operativo de todos ellos, su poética razón de ser, resulta irrevocable. En el frondoso terreno de las vanguardias de entreguerras, los poetas del 27 constituyen un ejemplo de correlación paulatina entre la vida y la obra. Si se toma como referencia la frontera de la Guerra Civil, será fácil rastrear hasta qué punto los viejos presupuestos minoritarios dejan paso a las tentativas de ir soldando con indisputable libertad experiencia y literatura. Es algo que también podría aplicarse a los grandes poetas latinoamericanos –Vallejo, Neruda, Huidobro– que coincidieron con sus contemporáneos españoles en

tantas conductas humanas y literarias. Es cierto que cada uno asimiló a su manera y con desigual fortuna, lejos de cualquier uniformidad, el legado recibido. Pero todos juntos supieron enriquecerlo de manera admirable. José Manuel Caballero Bonald

OPCIÓN 1 CUESTIONES 1) Resumen del contenido del texto (1 punto). Los poetas del Grupo poético del 27, compañeros y amigos, a pesar de sus afinidades literarias y de una aparente uniformidad grupal inicial, no constituyen un todo homogéneo, sino que cada uno, al igual que ocurre con otros muchos autores en general y poetas en particular de la tradición literaria latinoamericana, bebieron en diferentes fuentes que fueron marcando sus obras en sus diferentes etapas creativas y los llevaron por caminos distintos, asumiéndolas cada uno de una forma particular y, al final, aunaron lo humano y lo literario, cada cual a su modo, haciéndolo aún más rico de lo que ya era. 2) Respuesta a la siguiente cuestión sobre interpretación del texto (1 punto): ¿Cuál fue la razón, según el autor, de que los poetas del 27 cultivaran en sus inicios una poesía “minoritaria y aristocratizante”? Se debe al hecho de que en un inicio estaban marcados por la influencia de la poesía de Juan Ramón Jiménez, poeta del Novecentismo, que dirigió su poesía “a la minoría siempre” o en esa expresión de antítesis o contraste “a la inmensa minoría”. Poeta que buscaba la perfección poética y la belleza absoluta, hizo de su creación literaria una composición elitista dirigida a un público minoritario y selecto capaz de acceder al entendimiento de su obra. Cuidaba el fondo, pero sobre todo, se preocupaba por la forma, lo que hacía que su poesía no fuese accesible para cualquier tipo de lector. Más bien un lector formado y erudito. También en un inicio y en la línea aristocrática de la poesía de Rubén Darío, la influencia de la corriente literaria modernista hizo de la obra literaria una ponderación entre Parnasianismo (“el arte por el arte”, desvinculado de cualquier tipo de transmisión de contenidos religiosos, morales, sociales o sentimentales, y profunda preocupación por la belleza) y simbolismo (que concebía la poesía como una forma de conocimiento que permitía descubrir aspectos insólitos de la realidad mediante alusiones, símbolos y metáforas; presentaba gran interés por lo subjetivo, lo irracional y lo metafísico.); entre aquella corriente que centraba su afán en el fondo y aquella que lo hacía con forma, en búsqueda también de una composición perfectamente bella, en la línea de la literatura elitista y aristocrática. Estas fuentes en las que bebieron en sus comienzos los jóvenes poetas del Grupo del 27, unidas a la influencia del ensayo de Ortega y Gasset “La deshumanización del arte”, fue lo que hizo que en un comienzo la poesía de los autores del grupo se asentara en una línea galante y elitista, alejada de la poesía como comunicación y más próxima a una concepción más intelectualizada y, por tanto, minoritaria y aristocratizante, pues ambos términos se relacionan. 3) Reformulación léxica –sustitución de unidades léxicas por sinónimos contextuales– del siguiente fragmento (1 punto): Releer a estos poetas eminentes vale tanto como refrendar en qué consistió el eje evolutivo de la poesía española de los últimos cuatro o cinco siglos. Volver a hacer una lectura de los escritores de poesía más insignes es lo mismo que atestiguar cuál fue el fundamento de la transformación de la lírica castellana en estos cuatrocientos o quinientos años. 4) Contestación –en unas pocas líneas– a la siguiente cuestión relacionada con los contenidos lingüísticos y literarios propios del currículo (2 puntos): Indique algunos de los variados nombres que ha recibido el Grupo poético del 27, así como la justificación de cada uno de ellos. Han sido muchas las denominaciones que ha recibido este grupo: Generación del 27, por la fecha del homenaje a Góngora con motivo del tricentenario de su muerte; Generación de la amistad, por la relación personal entre muchos de ellos, que compartieron espacio en la Residencia de Estudiantes;

Generación Lorca-Guillén, lo que supone atribuir un magisterio especial de algunos de los autores en detrimento de otros; Generación de 1925, por la aparición de los primeros libros; Generación de la dictadura, Generación de la Revista de Occidente, pues publicaron escritos en dicha revista, Generación de la República… Pero fue Dámaso Alonso quien fijó la denominación “Generación del 27”, nombre más idóneo, según el poeta y crítico Ángel González, por varias razones: • • •

Por ser la fecha del tricentenario de la muerte de Góngora. Porque en esta fecha empezaron a publicarse las revistas más significativas del grupo. Porque en esta fecha empiezan a publicarse las obras más definitorias de algunos de estos poetas.

Por ello se prefiere la denominación de Grupo poético del 27. 5) Análisis morfológico del siguiente fragmento (1 punto): Los poetas del 27 acabaron desdeñando los excesos ornamentales modernistas. Acabaron desdeñando: Forma verbal personal del verbo “desdeñar” de la 1ª conjugación, predicativo, transitivo regular. En asociación a la forma “acabar” constituye una perífrasis aspectual resultativa. Esta perífrasis es producto de la asociación de una forma verbal persona, “acabaron”, que aporta la significación gramatical, y una forma verbal no personal, derivado verbal gerundio, “desdeñando”, que aporta la significación gramatical. Los contenidos de ambas formas se interaccionan constituyendo unidad significativa y funcional. Analizamos ahora cada una de ellas: −

“acabaron”→ Forma verbal personal del verbo “acabar”, de la 1ª conjugación, predicativo, transitivo, regular. Se forma sobre la raíz “acab-“ a la que se asocia el morfema flexivo “-ron” que aporta los accidentes gramaticales específicos y no específicos del verbo: Específicos: tiempo → pretérito perfecto simple; modo → indicativo; aspecto → perfectivo anterioridad → no anterior voz: activa No específicos: número → singular persona → 3ª



“desdeñando” → Forma verbal no personal del verbo “desdeñar”, derivado verbal gerundio, cuya clasificación en subcategorías ya se especificó anteriormente al inicio de la explicación. Pierde todos los accidentes gramaticales del verbo excepto la anterioridad. Dado que es un gerundio simple es no anterior.

los poetas: Sustantivo común, concreto, contable, individual, simple y primitivo. Se forma sobre la raíz “poet-“, a la que se asocian los morfemas “-a”, en este caso de género masculino (frente a “-isa”, que marcaría el femenino, aunque también se puede considerar de género común invariable en masculino y femenino sino por la variación del morfema artículo, pues se admiten ambas formas “la poeta/la poetisa”.) y “-s”, de número plural.

Establece relación de concordancia en género y número con el morfema independiente artículo “los”. los excesos: Sustantivo común, abstracto, individual, incontable, simple y primitivo. Se forma sobre la raíz “exces-“a la que se asocian los morfemas“-o”, invariable en masculino, y “s-“, de número plural. Establece relación de concordancia en género y número con el morfema independiente artículo “los”. (el) 27: Forma abreviada de 1927. Adjetivo determinativo o de tipo II, cuantificador numeral cardinal. En este caso aparece nominalizado por la elusión del núcleo sustantivo “año” (el año 1927). En este caso aparece con género masculino y número singular. ornamentales: Adjetivo calificativo o de tipo I, especificativo, grado positivo. Deriva del sustantivo “ornamento”. Se forma sobre la raíz “ornament-“y a ella se unen el morfema derivativo “-al”, que interviene en la formación de adjetivos con significado de “cualidad”, invariable en género. En este caso el género es masculino por concordancia con el sustantivo “los excesos”. Número plural por presencia del morfema flexivo “-es”. modernistas: Adjetivo calificativo o de tipo I, especificativo, grado positivo. Deriva del adjetivo “moderno”. Se forma sobre la raíz “modern-“, a la que se asocia el morfema derivativo “-ista”, con significado de “escuela, tendencia”. Invariable en cuanto al género (género común invariable marcado por el morfema flexivo “-a”), es de género masculino por con el sustantivo “los excesos”. Número plural por el morfema flexivo “-s”. del: forma contracta producto de la asociación de la preposición “de “más el morfema independiente artículo masculino singular “el”. 6) Análisis y comentario sintáctico del siguiente fragmento (2 puntos): Es cierto que cada uno asimiló a su manera y con desigual fortuna, lejos de cualquier uniformidad, el legado recibido. Análisis sintáctico: Es cierto /que/₁ cada uno asimiló su manera y desigual fortuna, lejos cualquier N.O.

ATR.

PROPOSICIÓN SUBORDINADA SUSTANTIVA – SUJETO LÉXICO S.L. T.A.

N.V. N.

C.C. M. T.A.

N.

C.Cp.

C.C. M. (EXPLICATIVO) T.A.

N.

N.

T.A. N.

uniformidad, el legado recibido. C..

M. (EXPLIC.)

C.D. N.

T.A.

Comentario sintáctico: La secuencia que hemos de analizar se presenta como una sucesión de signos lingüísticos dotados de significante a los que corresponde una unidad de contenido. Esta secuencia es susceptible de recibir un signo suprasegmental de entonación, significante denominado curva de entonación, al que corresponde un significado o modalidad oracional enunciativa afirmativa o asertiva. En un primer nivel de análisis observamos que esta secuencia o decurso lingüístico está constituido por una proposición principal, “es cierto”, y una proposición subordinada sustantiva y que establece respecto a la principal una relación de dependencia, “que cada uno asimiló a su manera y con desigual fortuna, lejos de cualquier uniformidad, el legado recibido”. Este tipo de relación interoracional que se

establece entre ambas proposiciones nos hace concluir, por tanto, que el enunciado que hemos de analizar es de tipo oracional y, también, una oración compleja. Analicémoslas ahora, una por una, las funciones sintácticas respetando tanto los niveles de análisis como los de dependencia: El núcleo de la proposición principal es la forma verbal “es”. Se identifica como núcleo oracional pues, si se conmuta por cero, la oración como tal desaparece. El núcleo oracional copulativo se limita a ser un mero vínculo entre el sujeto y el atributo. De él dependen las dos funciones sintácticas que acabamos de mencionar y que integran este enunciado complejo. Ambas aparecen en posición posnuclear, en primer lugar la función atributo, “cierto”, que es la función sintáctica propia de los verbos copulativos, conmutable por el referente pronominal átono invariable “lo” y que aporta la significación léxica a verbos semánticamente vacíos, como en este caso el verbo “ser” y en segundo lugar, la función sujeto léxico, expansión del sujeto gramatical del verbo en tercera persona del singular, y que viene desempeñada por la proposición subordinada sustantiva “que cada uno asimiló a su manera y con desigual fortuna, lejos de cualquier uniformidad, el legado recibido”. Esta proposición subordinada sustantiva es una primitiva oración principal transcategorizada a sustantivo por el transpositor “que” (identificado en Gramática Funcional como “que₁”), que la capacita para desempeñar las funciones propias de la categoría sustantivo. Al estar desempeñada la función de sujeto léxico por una proposición, encontramos que el núcleo de dicha función es un verbo, “asimiló”, núcleo verbal en este caso. Las denominaciones “núcleo oracional” y “núcleo verbal” son puramente jerárquicas, pues muestran el nivel de dependencia. De este núcleo verbal dependen los funtivos que constituyen la proposición subordinada sustantiva y que analizamos a continuación: En el verbal “asimiló” se establece la relación predicativa entre la raíz y el sujeto gramatical o morfológico tercera persona del singular que aparece expansionado léxicamente en el sintagma “cada uno”. Este sujeto léxico está constituido por un núcleo, “cada”, y un ´termino adyacente, “uno” a continuación analizamos el complemento directo “el legado recibido”, formado por el núcleo “el legado” y el término adyacente “recibido”. Además completan la noción léxica del verbo tres complementos circunstanciales de modo que aparecen relacionados entre sí de formas diversas: los dos primeros, “a su manera y con desigual fortuna”, coordinados por el conector copulativo “y”, que relaciona elementos equifuncionales, y el tercero, “lejos de cualquier uniformidad”, por yuxtaposición y que, al aparecer entre comas, tiene carácter de aposición explicativa. Los dos primeros circunstanciales aparecen introducidos por preposiciones transpositoras “a” y “con” respectivamente. El núcleo del primer complemento circunstancial de modo, “manera”," aparece complementado por el adyacente “su”; el segundo tiene como núcleo “fortuna” y como término adyacente “desigual”, que aparece en posición prenuclear por tener carácter explicativo. Los términos adyacentes son los adyacentes propios de los núcleos de categoría nominal. El tercer complemento circunstancial está introducido por la locución prepositiva “lejos de”, si bien en vez de analizarla conjuntamente como transpositor preferimos analizar el adverbio “lejos” como núcleo y “de cualquier uniformidad”, como término adyacente, manteniendo el valor transpositor de la preposición que introduce dicha función en la que “uniformidad” funciona como núcleo y “cualquier”, como término adyacente.

7) Prueba de lectura de Los santos inocentes, de M. Delibes (2 puntos): a) Enumere los personajes a los que alude Delibes con el título y la denominación de los santos inocentes. Al Azarías, a la Régula, a Paco el Bajo, a la Niña Chica, a la Nieves y al Quirce (aunque a este personaje se le menciona menos). En un sentido más estricto, a aquellos personajes cuya capacidad intelectual es tan limitada que les impide analizar la realidad tal cual tan injustamente la viven y que no se pueden defender personalmente: El Azarías y la Niña Chica. Pero, en realidad, puede aludir a todos los personajes anteriormente citados por su falta de capacidad y recursos para rebelarse ante unas circunstancias tremendamente injustas y de total explotación. b) La palabra milana confiere unidad a la obra: ¿por qué? ¿Quién la utiliza? ¿A qué seres se aplica? ¿Qué le ocurre a cada uno de ellos? Utiliza este término el Azarías para aludir a todos los seres con los que es capaz de mantener una relación afectiva por considerarlos aún más desvalidos que él y por considerar la necesidad de otorgarles cuidados: en primer lugar al búho del señorito de la Jara; luego a la grajilla que le regaló su sobrino el Quirce y, por último y siempre, a la Niña Chica. El primero de ellos se muere de viejo sin que el señorito de la Jara haga nada ante los requerimientos del Azarías. A la grajilla la mata el señorito Iván. La niña chica se muere enferma.