Etica y Desarrollo Humano

Curso: Ética y Moral Sec. 56J Ciclo 2016 - 1 Grupo N°6 Tema: Ética y el desarrollo a nivel humano. Integrantes: 20

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Curso:

Ética y Moral

Sec. 56J

Ciclo 2016 - 1

Grupo N°6

Tema: Ética y el desarrollo a nivel humano.

Integrantes: 2014121154 Saavedra Giraldo, Mariajose 2013117260 Saenz Rodriguez, Renato Miguel 2014218948 Salinas Dominguez, José Jesus 2013114400 Salinas Merino, César Alberto 2013104111 San Martín Guzman, Pierina Emily 2010117015 Sanchez Chile, Fernando 2013121176 Sanchez Vargas, Luis Alberto 2012100884 Silvera Diaz, Shirley Milagros 2012122311 Soto Soto, Javier Gustavo 2010227400 Tapia Ñahue, Xiomara Astrid 2013105249 Tapia Santisteban, Doris Aracely 2011104686 Tejada Vasquez, Hector Augusto 2011203360 Torres Urrunaga, Raymond Jean Pierre

RESUMEN DESARROLLO HUMANO DERECHOS HUMANOS Introducción El desarrollo humano es una respuesta a la globalización, reconociendo que la misma ha afectado a toda la sociedad humana. En ese sentido, se hace fundamental comprender la globalización integralmente como un proceso envolvente y transformador. A partir de esa realidad, el desarrollo humano como paradigma en evolución se constituye en una opción que vincula a la persona en el centro, consecuentemente se establece una relación consustancial con los derechos humanos integrales y se abre el espacio para la construcción de ciudadanía basada en una ética como pensamiento central del desarrollo. Se plantea así la ética de las responsabilidades. Bajo ese contexto, se analizan la política, léase clase política, el rol de los medios de comunicación desde la perspectiva de una ética del ciudadano. Finalmente, se presentan las reflexiones finales orientadas a elucidar el camino hacia una ética del desarrollo. Todos los derechos son importantes, y esa es la razón por la cual Mary Robinson, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, hace un llamado de todos los derechos para todas las personas. Los derechos económicos y sociales no son únicamente aspiraciones: un estándar de vida decente, una alimentación adecuada, salud, educación, un trabajo decente y el derecho a una vivienda, son derechos humanos fundamentales para la libertad humana como los derechos civiles y políticos. Esa es la razón por la cual nos unimos solidariamente y con plena convicción al pensamiento de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1994 y de la Cumbre de Desarrollo social en 1995 que plantea que la erradicación de pobreza es la tarea central del siglo XXI. Por eso es tan importante, apoyar a la sociedad civil y el desarrollo de medios de comunicación independientes para asegurar ese vínculo estrecho entre los derechos humanos y la construcción de ciudadanía en nuestras sociedades.

Participación ciudadana y desarrollo humano: El vínculo entre democracia con una plena participación ciudadana y desarrollo humano sostenible se expresa, en primer lugar, en la existencia de mecanismos participativos por medio de los cuales los ciudadanos y los distintos grupos articulen sus intereses, esto es una democracia incluyente. En segundo lugar, necesita del funcionamiento de mercados competitivos que asignen de forma eficiente los recursos y generen empleo. Por último, requiere del Estado la ampliación de políticas y estrategias orientadas a la reducción de la pobreza y la disminución de las brechas sociales con la participación activa de todos los ciudadanos. El fortalecimiento de la democracia en Honduras parte de este pluralismo de los diferentes sectores y actores sociales y políticos que conforman la sociedad, y que conlleva diversidad de posturas políticas y sociales. Este reconocimiento del pluralismo no significa la aceptación de un relativismo en las posiciones y perspectivas. Este pluralismo tiene relación con la unidad y por ello con la posibilidad de que Honduras avance hacia la construcción de una visión y propuesta compartida en torno al país y la democracia que deseamos y queremos fortalecer. 1. Ciudadanía y derechos humanos. El reto de ser ciudadano y la “Ética del Ser” CONTEXTO GLOBAL: En una sociedad más compleja por los efectos de la globalización y la integración de los bloques mundiales económicos, políticos y tecnológicos, y a la vez saturada de información más que de conocimiento, se produce otro fenómeno preocupante desde la perspectiva de la gobernabilidad democrática, y consecuentemente del estado de los derechos humanos en el mundo: El deterioro de la clase política tradicional y el surgimiento del poder ciudadano. Fenómenos que nos llevan a reflexionar sobre la importante labor del Comisionado de los Derechos humanos en los países y muy específicamente en Honduras. La democratización política del país en los últimos 20 años ha avanzado desde la perspectiva de los procesos electorales, pero sin lugar a dudas subsisten vicios del pasado que afectan la democracia real en el país: Un sistema judicial

politizado, una clase política sin una visión clara de futuro, partidos políticos sin procesos reales de modernización y una sociedad civil que requiere avanzar a mayores grados de madurez para precisamente desempeñar un papel más relevante en los procesos de desarrollo y democratización del país. Con estas breves reflexiones nos preguntamos ¿cuál es el Estado de los Derechos Humanos y a la vez cuál es el papel que el Comisionado Nacional de Derechos Humanos puede desempeñar en un país con las características de Honduras? Claramente los informes del Comisionado se pueden convertir en un indicador del rumbo del país con capacidad propositiva y prospectiva para ir más allá de la denuncia, lo cual es importante puesto que lo que se requiere son propuestas y capacidad para discernir el futuro. 2. Hacia una praxis de los derechos humanos desde la ética en el siglo XX UNA VISIÓN INTEGRAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Implica reconocer en los albores del nuevo siglo la necesidad imperante de una relectura de los derechos humanos desde la ética y el desarrollo humano. En otras palabras de los derechos humanos como referente ético en el mundo globalizado. Palabras de P. Salvat: “Que articule los derechos y libertad del sujeto, con los derechos humanos del otro (la naturaleza, la mujer, el niño, el pobre, el indígena, el inmigrante)”. Visión coincidente con uno de los llamados más importantes del Informe Mundial de Desarrollo Humano 2000, el cual aboga por ampliar la visión de los derechos humanos de un acercamiento punitivo a un acercamiento positivo, apoyando las iniciativas nacionales para llevar a cabo los derechos humanos a través de tres áreas importantes de progreso: Primero, la construcción de democracias incluyentes; segundo, creando un sistema de instituciones responsables; y tercero, asegurando un crecimiento económico equitativo. Y ello en el fondo no es otra cosa que la construcción de ciudadanía. VISIÓN Y OPERATIVIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL Así podemos afinar nuestro planteamiento de la ciudadanía en mundo globalizado partiendo también de los derechos humanos universales y de una Ética Planetaria, que no solo rija entre los individuos, sino también entre los Estados y las organizaciones internacionales, la cual debe estar cimentada en dos líneas: la

equidad y la solidaridad. La realidad es que los problemas mundiales nos afectan y nos obligan a posicionarnos ante ellos y por lo tanto también a una ética que responda al bien común en el ámbito local, regional y mundial. PRAXIS DE LOS DERECHOS HUMANOS Y EL DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE “El desarrollo humano no puede ser alcanzado completamente sin derechos humanos. La erradicación de la pobreza, por ejemplo, no es únicamente un objetivo del desarrollo, sino el reto principal del siglo”. “El desafío más grande que debe de enfrentarse en el nuevo siglo es determinar de qué manera podemos ayudar a garantizar el goce de los derechos humanos y la consecución del desarrollo humano sostenible, en otras palabras dar a esas personas una voz política al tiempo que se amplía su gama de opciones y oportunidades económicas”. Los derechos humanos y el desarrollo humano son complementarios y se enriquecen entre sí con conceptos y aproximaciones, ya sea desde los análisis y herramientas que muestran, cómo de las inserciones en lo económico y en los procesos sociales que son necesarios para hacer avanzar el bienestar de las personas. El desarrollo humano es un medio importante para conseguir el respeto por los derechos humanos y los derechos humanos contribuyen a conseguir los objetivos de desarrollo. En suma, el desarrollo humano es esencial para hacer realidad los derechos humanos y los derechos humanos son requisitos para el pleno desarrollo humano, pero nada de ello se mantiene sin la ética, que como principio guía, da dirección a los derechos humanos. MAYOR ÉTICA, MAYOR DESARROLLO HUMANO El presente siglo contiene una serie de transformaciones sociales, económicas, políticas, educativas, culturales, ecológicas, científicas y tecnológicas, de dimensiones y alcances múltiples, como producto del nuevo fenómeno de la globalización, que insta a los seres humanos a fortalecer y consolidar una visión ética de los problemas del desarrollo, para contrarrestar sus insólitos e impredecibles efectos y alcanzar mejores condiciones y niveles de vida.

El hombre aún es concebido como un objeto o una cosa y no como una persona, valorado no por sus conocimientos, no por su condición de persona, sino por ser un instrumento del capital al servicio del enriquecimiento económico y egoísta de unos cuantos privilegiados de dichos recursos. El consumismo devora las posibles relaciones humanitarias que deberían ser las que nos erigen como personas remarcables. De lo que se trata es medir el éxito desde una óptica interactiva de cualificación ética. COMPETENCIA, CRECIMIENTO Y DESARROLLO El crecimiento y desarrollo económico requieren de la competencia en los mercados para producir bienes y servicios a más bajo coste posible que los competidores y que estén al alcance de la economía del mayor número de clientes. Esta situación requiere en algunas entidades situaciones ilícitas y medios de corrupción para cubrir tal demanda de producción, actos de corrupción, doble facturación, exageración de las bondades del producto o del bien, pago disminuido de impuestos, subvaluación, sobrefacturación, entre otros. TENER MÁS O SER MÁS El Profesor de Mérito de la Universidad de Notre Dame en EE.UU., Denis Goulet explica que las sociedades son más humanas o más desarrolladas no cuando los hombres y las mujeres “tienen más”, sino cuando son capaces de “ser más”. Y agrega: “el criterio principal de desarrollo no es el incremento de la producción o del bienestar material, sino el enriquecimiento humano cualitativo”. ¿Por qué debería preocuparse de la “ética del desarrollo” alguien que trabaja en el enfoque de desarrollo humano y/o de capacidades? Ambos aspectos surgen en respuesta a la visión tradicional de la economía. El principio de interconexión sostiene que, a menudo, los vínculos que no están medidos a través de parámetros económicos: por ejemplo, los vínculos entre una distribución desigual de los ingresos, la malnutrición, la reducida capacidad de aprendizaje y la capacidad para ganarse la vida, o la relación entre los sistemas de comercio internacional injustos, las tensiones sociales y los conflictos en

países con una renta per cápita baja. El principio de interconexión fortalece la agenda ética y supone un mayor espectro para explicarla, ya que dirige la atención a los daños “colaterales” causados a algunas personas, por ejemplo cuando un mayor poder adquisitivo y un mayor poder político para algunos grupos hace que los alimentos resulten inaccesibles para los grupos más débiles o que éstos se vean obligados a desplazarse de las tierras que ahora ansían personas más poderosas. Este componente de la teoría del desarrollo humano es fundamental, pero queda lejos de ofrecer una visión ética completa. ¿Por qué preocuparnos de la “ética del desarrollo” cuando ya tenemos la tradición de los derechos humanos? Es preciso un conjunto de valores más rico que no sólo tome en consideración los derechos y/o las capacidades, lo que supone prestar atención a las causas, los procesos y formatos del razonamiento ético, así como a las actitudes solidarias y comprometidas. La relevancia lograda por el pensamiento sobre la seguridad humana se debe en parte a una perspectiva más profunda de la personalidad humana, la emoción, la sociabilidad y las experiencias vitales, en comparación al enfoque que han venido utilizado algunos planteamientos de los derechos humanos y el desarrollo humano. El pensamiento sobre la seguridad humana tiene que ver con las raíces de la psicología humanista, la filosofía humanista y la moral de la vida cotidiana. Como seres humanos, desarrollamos nuestras vidas con ciertas nociones sobre cuáles son los fines y los derechos adecuados y los valores que hay que respetar. Por lo tanto, hay que prestar atención a dichas ideas para lograr un mejor entendimiento, una mayor capacidad de negociación, y para orientarnos y motivarnos. ¿Qué es la ética del desarrollo? La ética del desarrollo puede considerarse como un conjunto de preguntas sobre las principales elecciones de valores que forman parte de los procesos de desarrollo económico y social. En segundo lugar, la ética del desarrollo es el conjunto y recopilación de obras que han intentado tratar cuestiones éticas así como el conjunto de respuestas ofrecidas a las mismas. En tercer lugar, el fundador (si se le puede considerar de esa manera) de la ética del desarrollo fue el economista Louis Lebret (1897-1966)

quien encabezo un grupo llamado “Économie et Humanisque, que primero operó en Francia y luego en varios países ¿Cuál es el papel de la “ética del desarrollo”? La función principal de la ética del desarrollo es la de ser un punto de encuentro interdisciplinar donde interactúan distintos enfoques, disciplinas e intereses, más que una sub-disciplina académica de la filosofía. Sólo de esta manera puede influir de forma sustancial en los métodos, los movimientos y la educación. Dado que la ética es una rama de la filosofía, los trabajos sobre la ética del desarrollo se han considerado en parte como un nicho de la ética profesional dentro del mundo universitario. Sin embargo, al igual que la ética medioambiental, no sólo se circunscribe a filósofos académicos, sino que la ética del desarrollo también se nutre de personas formadas en diversos campos. Debido a lo particular de cada contexto específico y para poder entender e influir en los métodos y los sistemas que estructuran la vida cotidiana, deben ser personas que provengan y estén bien vinculadas a ámbitos profesionales y/o académicos específicos quienes lleven a cabo los distintos tipos de acercamientos. ¿Por qué debería preocuparse de la “ética del desarrollo” alguien que trabaja en el enfoque de desarrollo humano y/o de capacidades? El pensamiento sobre el desarrollo humano, tal como lo formularon Mahbub ul Haq, Paul Streeten y otros muchos, engloba tanto una perspectiva ética como una teoría de interconexiones. Ambos aspectos surgen en respuesta a la visión tradicional de la economía. El principio de interconexión sostiene que, a menudo, los vínculos que no están mediados y medidos a través de parámetros económicos son fundamentales: por ejemplo, los vínculos entre una distribución desigual de los ingresos, la malnutrición, la reducida capacidad de aprendizaje y la capacidad para ganarse la vida, o la relación entre los sistemas de comercio internacional injustos, las tensiones sociales y los conflictos en países con una renta per cápita baja. Los “efectos secundarios” y los “daños colaterales” están muy extendidos y resultan marginales sólo en términos de la atención que se les presta, no en cuanto a su incidencia y significancia humana. “Algunos obtienen beneficios, otros sufren las consecuencias”, indica Michael Cernea. El principio de interconexión fortalece la agenda ética y supone un mayor espectro para explicarla, ya que dirige la atención a los daños “colaterales” causados a algunas personas, por ejemplo cuando un mayor poder adquisitivo y

un mayor poder político para algunos grupos hace que los alimentos resulten inaccesibles para los grupos más débiles o que éstos se vean obligados a desplazarse de las tierras que ahora ansían personas más poderosas. La perspectiva ética explícita, es decir, el enfoque de capacidades, sostiene que no resulta suficiente para las políticas públicas que los principios éticos estén integrados en la economía de mercado; los valores del mercado son importantes en la medida que apoyen formas valiosas de “ser” y “hacer”. Este componente de la teoría del desarrollo humano es fundamental, pero queda lejos de ofrecer una visión ética completa; por ejemplo, a la hora de gestionar los conflictos surgidos entre las formas de “ser y hacer” que valora un mismo grupo de personas o los que defienden distintos grupos. Para reflexionar sobre el/los significado(s) ético(s) del concepto “humano”, así como sobre el comercio y la explotación laboral, los desplazamientos forzados o la ética profesional, puede ser útil basar el pensamiento sobre desarrollo humano en posturas sobre la ética del desarrollo que ya estén consolidados. ¿Por qué preocuparnos de la “ética del desarrollo” cuando ya tenemos la tradición de los derechos humanos? El termino derecho tiene un valor incalculable, si tomamos este concepto de una forma muy genérica es posible que se pueda convertir en un conjunto de conceptos de carácter muy rígido y técnico y a menudo este concepto es tomado por instituciones que no llegan hasta la población de un nivel económico bajo, que en nuestro país, representa a casi el 30% de la población peruana. La Comisión Mundial sobre Represas llego a la conclusión de que es necesario implementar más y mejores procesos de negociación, justos y respetuosos con los ciudadanos. El concepto “humano” que cada persona tiene derecho a asegurarse, es mínimo Por ejemplo, un trabajador textil explotado o un vendedor de un riñón podrían haber tomado decisiones informadas y razonadas si tuvieran un concepto más amplio del concepto “humano” . El pensamiento sobre la seguridad humana tiene que ver con las raíces de la psicología humanista, la filosofía humanista y la moral de la vida cotidiana.

Como seres humanos, pasamos nuestras vidas con ciertos conceptos acerca de los derechos adecuados, los valores que hay que respetar y los fines de estos, por ese motivo necesitamos tener un concepto más amplio del término “humano” para poder tener un mejor entendimiento, una mayor capacidad de negociación, y para orientarnos y motivarnos. Ética del desarrollo humano El ser humano se desenvuelve en distintos ámbitos y en todos ellos la ética es insoslayable demás, que cada quien realice un esfuerzo para que al hablar de ética no lo haga como si él fuera perfecto. En asuntos éticos, pretender ser la única autoridad conduce a la inmoralidad del dogmatismo, el cinismo y la intolerancia. La coherencia es el núcleo de la vida ética, al olvidarla se pierde la capacidad de predicar con el ejemplo que es el único modo de hacerlo sin mentira. La ética del desarrollo humano, forma parte de la ética social, y se concentra en los vínculos entre lo ético y lo económico. Tecnocracia y moralismo En la ética social existen dos conceptos en las cuales, unos afirmaban que la Economía es una ciencia sin relación con la Ética Social; mientras otras afirmaban que la Ética Social se refiere a valores morales pero quienes los predican no están obligados a plantear el modo de concretarlos. Había una razón principal para rechazar ambas tesis la cual era El ser humano actúa simultáneamente en lo ético y lo económico mezclando sus respectivos contenidos, de modo que no es posible separar un aspecto del otro; todo lo contrario, resulta imprescindible evidenciar su unidad. No hay economía sin ética social y no hay ética social sin economía. Existen, además, hechos sociales negativos que también demuestran la inseparabilidad entre lo ético y lo económico. La muerte por hambre es algo que degrada la dignidad humana, más aún cuando los supermercados están llenos y algunos sugieren que los pobres compren a crédito los alimentos; la exclusión de cientos de miles de jóvenes del derecho a la educación superior es nefasta,

máxime cuando existen académicos y estudiantes universitarios que no paran de hablar de solidaridad y justicia mientras favorecen sistemas educativos plagados de burocracia, desperdicio de recursos y mediocridad. ¿Qué coherencia ético-económica ostentan los grupos de presión, sindicales o no, cuando protegen sus feudos de poder, intereses y privilegios, al mismo tiempo que sus miembros hablan de solidaridad con los que menos tienen, de bien común y de justicia salarial? ¿Es ético y una buena política económica hacer uso de las instituciones públicas como si fuesen propiedad privada de quienes en ellas trabajan, despilfarrar sus escasos recursos y no hacer nada para mejorar la eficiencia y calidad de la prestación de servicios? ¿Es pertinente un enfoque que privilegia el asunto del déficit fiscal, pero lo hace al margen o en contra de la debida atención a los otros déficits, el de equidad y el ético? A la luz de lo dicho conviene postular que lo económico existe en correlación con valores, y que los valores éticos implican consecuencias económicas. Adam Smith dice que los individuos buscan satisfacer sus intereses económicos, y que al proceder de ese modo una “mano invisible” logra que el éxito individual se traduzca en bien común. Esta interpretación, originada en la lectura unilateral de su obra “La riqueza de las naciones” (1776), es equivocada respecto al conjunto de ese libro, y también incompleta porque Smith escribió otros textos que deben articularse con sus ideas acerca de la economía. Entre esas otras obras destaca “Teoría de los sentimientos morales” (1759). Cuando se combinan los contenidos de ambos libros aparece la vena ética del pensamiento económico, basada en conceptos como prudencia, conmiseración, cooperación, libertad, felicidad, amor al prójimo y amor al trabajo. En términos de construcción científica lo que Adam Smith sugiere dicho sea en el lenguaje contemporáneo– es unir la ciencia de la Economía con la Axiología o teoría de los valores. Buscar la excelencia. No es casualidad que distintos investigadores se esfuercen por recuperar la dimensión ética del pensamiento económico de Adam Smith, y el componente económico de la ética social.

Así se constata en los escritos de Pedro Schwartz, Amartya Sen, Adela Cortina, Joseph Stiglitz, Marta Pedrajas, Victoria Camps, Vernon Smith y Bernardo Kliksberg. Bueno sería quienes acostumbran opinar sobre asuntos de intereses públicos leyeran los libros de estos autores porque te ayudaría a elevar la calidad, eficacia y profundidad del dialogo en torno a los temas éticos y su relación con la evolución social.

CONCLUSIONES:

El concepto de desarrollo humano, es muy complejo por la diversidad de variables que lleva consigo, sin embargo, podemos decir que es basado fundamentalmente en el proceso de desarrollo de oportunidades del ser humano para que obtenga una vida plena y feliz. Dentro del concepto de felicidad tenemos que ser feliz significa ser saludable, ser estudiado, y vivir dignamente. Para ser felices se necesita suplir la necesidad de ser libres, es decir, de que se cumplan los derechos desarrollo humano. El desarrollo humano conlleva la consideración de expectativas como la salud, el envejecimiento y el bienestar. Este desarrollo va de la mano con el desarrollo económico ya que es casi imposible que uno se produzca sin el otro, es decir que forman un binomio fundamental ético y pilar conceptual de la vida.