Estructura Del Santo Oficio

Estructura y Organización del Santo Oficio Capítulo de Inquisición y Genocidio Estructura del Santo Oficio: pensahispa@

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Estructura y Organización del Santo Oficio Capítulo de Inquisición y Genocidio

Estructura del Santo Oficio: [email protected] Texto completo de HEREJÍA, INQUISICIÓN…Y GENOCIDIO en la siguiente entrada http://es.scribd.com/doc/223055167/Herejia-Inquisicion-y-Genocidio

La Suprema estaba presidida por el Inquisidor General, la autoridad más importante del Tribunal del Santo Oficio. Por lo general quien era nombrado para el cargo lo ejercía hasta la muerte o imposibilidad física o psíquica. De los 45 Inquisidores generales que fueron designados entre 1480 y 1818, solo 16 dimitieron o fueron cesados. El Consejo de la Suprema constaba, además del Presidente, con un número no fijo de Consejeros, habitualmente entre seis y ocho auxiliados por un Fiscal, un Secretario, un nuncio y un portero. El Consejo intervenía y tomaba decisiones en la práctica totalidad de los asuntos, fueran importantes o no. Desde el S. XVIII eran tan pocas las causas que las llevaba directamente la Suprema.

Cesáreo Jarabo Jordán

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Estructura y Organización del Santo Oficio Capítulo de Inquisición y Genocidio

ORGANIZACIÓN La Inquisición española tenía una organización jerárquica; dirigida por el Inquisidor General y por el Consejo de Inquisición, que a su vez eran nombrados por los reyes, seguidos de una serie de tribunales territoriales al frente de los cuales estaban sacerdotes especialistas en derecho. Secretarios y demás funcionarios completaban el servicio. “La Inquisición nunca fue numerosa pues constaba solamente de dos o tres inquisidores y de un grupo de empleados en cada uno de los 20 tribunales que se encargaban de toda España. Tenían poder en los pueblos y ciudades, es verdad, pero su poder era limitado, con frecuencia controlado por asociaciones civiles, otras autoridades eclesiásticas y magistrados locales. En el campo, en el que vivían cuatro de cada cinco españoles, tenía poco poder. Los historiadores aseguran que la gran mayoría de los campesinos de las áreas rurales nunca habrían visto a un inquisidor en su vida.”1 “De hecho, la mayor parte de las áreas rurales escapaban a una intervención inquisitorial efectiva por mera falta de medios. Además, el control de las ideas, muy difícil en cualquier época, lo era aún más en un momento en no había medios de comunicación de masas y en que impermeabilizar las fronteras estaba totalmente fuera del alcance de cualquier estado, especialmente con tantas leguas de costa y con tantos pasos de montaña para los contrabandistas como tiene la Península Ibérica.”2 El primer inquisidor general de España fue el dominico fray Tomás de Torquemada, que falleció en 1498. Le sucedió en el cargo fray Diego de Deza; Jiménez de Cisneros en Castilla y León, y en Aragón fray Juan Enguerra, a quien reemplazó, en 1516, el cardenal Adriano de Utrech, elevado más tarde al solio pontificio bajo el nombre de Adriano VI. “Las Instrucciones de 1498, elaboradas por Torquemada, establecían que de los dos inquisidores previstos para cada tribunal uno fuese teólogo y otro jurista, o ambos juristas. De hecho, la balanza se inclinó hacia los juristas. Kamen aduce el testimonio de Diego de Simancas, quien afirmaba que «es más útil elegir inquisidores juristas que teólogos», y lo confirma exponiendo el caso del tribunal de Toledo, que de los 57 inquisidores que tuvo entre 1482 y 1598, todos, excepto dos, eran licenciados o doctores en leyes.”3 “El movimiento de Inquisidores de un Tribunal a otro era constante. Su sueldo oscilaba entre los 60.000 maravedies en siglo XVI a los 250.000 maravedies a comienzos del siglo XVII.”4 No era importe elevado. Tengamos en cuenta que “en 1568 1

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La leyenda negra. http://www.conoze.com/doc.php?doc=8302 La Inquisición española (1478-1813). Gabriel Bernat. http://www.gabrielbernat.es/espana/inquisicion/index.html

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Historia de la Iglesia en Hispanoamérica y Filipinas. Dirigida por Pedro Borges. “La Inquisición Elisa Luque Alcaide. Pag 307 4 La Inquisición española (1478-1813). Gabriel Bernat. http://www.gabrielbernat.es/espana/inquisicion/index.html

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Estructura y Organización del Santo Oficio Capítulo de Inquisición y Genocidio los inquisidores solicitaron a la Suprema aumento de sueldo para los intérpretes, pues los 25.000 maravedís que recibían “no eran salario competente para sustentarse”, viéndose en la necesidad de buscar otro trabajo y despedirse del Santo Oficio.”5 La imagen transmitida y generalioda por la Ilustración que nos presenta a la Inquisición como una máquina de matar cae por su propio peso no sólo al ver la cantidad de casos y la variedad de los mismos tratados por 20 escasos tribunales, sino también por el control y la centralización a que estaban sometidos: “En el siglo XVII la centralización fue tan extrema que llegó a disponerse, en 1647, que todas las sentencias debían ser ratificadas por el Consejo antes de la correspondiente ejecución. Los gastos de los tribunales, a su vez, habrían de estar autorizados por el poderoso organismo, y ello hasta tal punto que, según sabemos, necesitando el tribunal de Valencia un reloj en el año antes citado, hubo de solicitar permiso a la Suprema para adquirirlo; la autorización sólo llegó tres años más tarde.”6 Parece que si de algo se puede acusar a la Inquisición es de exceso de burocracia, si bien también es encomiable que no multiplicase el número de funcionarios. Desde 1478, fecha de fundación de la Inquisición, el máximo órgano de gobierno de esta era el “Consejo Supremo de la Inquisición o Consejo de la Suprema y General Inquisición, conocido abreviadamente por La Suprema. “La Suprema estaba formada por seis miembros, nombrados por el Rey y presididos por el Inquisidor General, aunque su número varió en el transcurso de los años, nunca fueron superior a diez.”7 En el conflicto interno surgido a la muerte de Carlos II, se suscitó la dependencia del tribunal. En este asunto, Melchor de Macanaz, como experto jurídico, señaló que no sólo la elección de consejeros e inquisidores y su deposición constituía una regalía de la Corona, sino también la erección y supresión de Consejos y tribunales. “Macanaz, finalmente, se detiene en clarificar el modo en el que, a su juicio, a los consejeros de la Inquisición se les comunica, y ellos ejercen, la jurisdicción apostólica. El Inquisidor general no transmitía a los consejeros e inquisidores de provincia la jurisdicción apostólica, sino que ésta era comunicada directa e inmediatamente por el Romano Pontífice. La Santa Sede, por lo demás, podía delegar, y de hecho había delegado históricamente, las materias de jurisdicción en los soberanos temporales.”8 Y en cuanto a la función del Inquisidor General, se reconoció que siempre había sido de portavoz y de primero inter pares, que actuaban en sínodo. A finales del reinado de Carlos II, el Inquisidor General Baltasar Mendoza se extralimitó en sus funciones, ocasionando una importante desestabilización en el orden interno de la Suprema. Los consejeros llegaron a quejarse de que el Inquisidor general los trataba como si el síonodo del que formaban parte no tuviese autoridad y jurisdiccón de ninguna clase, salvo las que el Inquisidor General quisiere reconocerles.9

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La otra cara de la Inquisición. Joaquín Gil Sanjuán. http://www.cedma.com/archivo/jabega_pdf/jabega29_66-77.pdf La Inquisición en España. José Antonio Escudero. http://www.almendron.com/historia/moderna/inquisicion/inquisicion.pdf

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La Inquisición española, Luis de la Cruz Valenciano

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Vallejo García-Hevia, J.mª.Macanaz y su propuesta de reforma del santo Oficio Pag. 209 Vallejo García-Hevia, J.mª.Macanaz y su propuesta de reforma del santo Oficio Pag. 201

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Estructura y Organización del Santo Oficio Capítulo de Inquisición y Genocidio El Consejo de la Inquisición, en consulta de 23 de agosto de 1702, sostuvo, que los Inquisidores generales carecían de potestad suficiente para remover, cesar o variar la condición de los consejeros de la Suprema, dado que «sin el consentimiento de los señores Reyes no pueden los señores Inquisidores Generales remover, ni jubilar a los consiliarios del Consejo, ni suspenderles la jurisdicción eclesiástica y espiritual que al tiempo de la nominación de Sus Majestades les confiere la Sede Apostólica, de quien inmediatamente la reciben por medio de los títulos que los señores inquisidores generales les despachan»10 Función de la Suprema era adecuar la legislación existente al ordenamiento de la Inquisición; “de hecho siempre reasentó la ley civil de la Monarquía, mediatizando la posible interferencia que, en asuntos de Estado, pudiera representar la jurisdicción eclesiástica”11 El funcionamiento general de la Inquisición se puede comparar a una máquina bien engrasada, aprovechando las sinergias de todo su entorno; ganándose la confianza del pueblo; con ese material, el judío converso Tomás de Torquemada “organizó la institución y la dotó de las reglas fundamentales por las que habría de regirse por casi cuatro siglos… Tales reglas son llamadas Instrucciones, y se promulgaron en 1484 bajo el nombre Compilación de las Instrucciones del Oficio de la Santa Inquisición”12. Las Compilaciones, que constaban de 28 artículos, marcaban los plazos de gracia para la autodenuncia, prohibía la persecución de menores de 20 años salvo casos concretos y sujetos a ciertas penas, y exigía la denuncia de casos conocidos.13 “Esta constitucion fué adicionada muchas veces, aun en los primeros tiempos del establecimiento, particularmente con las instrucciones acordadas en Sevilla, en 9 de enero de 1485; en Valladolid, a . 7 de octubre de 1488; en Toledo y Avila, año 1498; y en Valladolid, año 1561 : pero nunca se alteró la sustancia del órden de proceder”. 14 En esencia, la organización inquisitorial no varió su estructura en los tres siglos y medio de existencia. “La organización inquisitorial se debe a los primeros inquisidores generales, que elaboraron las Instrucciones antiguas, iniciadas por Torquemada en 1484 y completadas por Deza, y las Instrucciones nuevas, que comenzó Manrique y completó Fernando Valdés en 1561; fueron recopiladas todas ellas por Arguello en 1630.”15 Es de destacar que entre los diversos cargos inquisitoriales se contaba con un “proveedor”; “su oficio era el de dar á todos los presos buenos alimentos y á los precios corrientes; a los que se pagaban su manutención rendían cuenta muy menuda, y debían traerles lo que pidieran. Todos los meses presentaban al receptor la cuenta de 10

Vallejo García-Hevia, J.mª.Macanaz y su propuesta de reforma del santo Oficio Pag. 206 Historia de la Inquisición Española (1478-1834). Jaime Contreras. Pag. 27 Arco Libros 1997 12 El Santo Oficio de la Inquisición en España: Una aproximación a la tortura y autoincriminación en su procedimiento. Nauhcatzin Tonatiuh Bravo Aguilar 13 El Santo Oficio de la Inquisición en España: Una aproximación a la tortura y autoincriminación en su procedimiento. Nauhcatzin Tonatiuh Bravo Aguilar 14 Historia Crítica de la Inquisición de España. Juan Antonio Llorente. http://books.google.es/books/about/Historia_cr %C3%ADtica_de_la_Inquisici%C3%B3n_de.html?id=1v88AAAAIAAJ&redir_esc=y 15 Historia de la Iglesia en Hispanoamérica y Filipinas. Dirigida por Pedro Borges. “La Inquisición” Elisa Luque Alcaide. Pag. 300 11

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Estructura y Organización del Santo Oficio Capítulo de Inquisición y Genocidio los dispendios hechos a favor de los presos que no sufragaban á sus gastos. No podían comprar nada de lo confiscado á los reos.”16 En 1580, se produce la ansiada unión con Portugal y se procede a la persecución contra los marranos portugueses, que sería controlada por el Conde Duque de Olivares, protector de los conversos. Justo en estos momentos, y durante los reinados de Felipe II y Felipe IV sería “cuando la Inquisición española alcanzó su máxima autoridad y pompa”. El total de tribunales españoles alcanzó finalmente el número de quince: Barcelona, Córdoba, Cuenca, Granada, Logroño, Llerena, Madrid, Murcia, Santiago, Toledo, Sevilla, Valencia, Valladolid y Zaragoza, a más del establecido en Palma de Mallorca.”17 Además estaban los tres tribunales de Portugal: Lisboa, Évora. En 1814 Fernando VII instaura nuevamente la Inquisición, que había sido suprimida en 1812 por las Cortes de Cádiz y que nuevamente sería suprimida el año 1820, para ser instaurada nuevamente tras la expedición de los Cien mil Hijos de San Luis que acabaron con el trienio liberal. El 15 de Julio de 1834 sería definitivamente suprimida por decreto de la regente Maria Cristina. Mariano José de Larra escribiría: “Aquí yace la Inquisición, hija de la fe y del fanatismo; murió de vejez” (Día de Difuntos de 1836). Ya desde el último cuarto de siglo XVIII los ilustrados tienen minada la institución; Jovellanos, Floridablanca, Llorente… maquinan cómo ponerla al servicio de la Ilustración. Jovellanos, en carta de 21-5-1794 manifiesta que atacar de frente la Inquisición sería afirmar más y más sus cimientos. “Es mejor avanzar por etapas”.18 Es significativo que el 50% de los procesos inquisitoriales tuvieron lugar entre 1478 y 1520. En 42 años se resolvió el 50% de una historia que duró 356 años. Pero, ¿cómo actuaba cuando se encontraba con un demente? El asunto lo desarrollaremos al tratar de la brujería, pero “En muchas ocasiones, cuando un preso se volvía loco, lo enviaban al hospital de orates más próximo o, si no era demasiado ruidoso o violento, a alguna casa de un particular… En los documentos procedentes de los testimonios de los médicos del Santo Oficio, encontramos un compendio de las concepciones sobre la melancolía y la filosofía de las pasiones entonces en vigor.”19 “La irresponsabilidad jurídica del loco y la consiguiente imposibilidad de castigarlo planteaba verdaderos quebraderos de cabeza al Santo Oficio, principalmente en los casos en que se sospechaba que la insania era simulada. En efecto, como lo recuerda el Manual de los Inquisidores: ‘entre las diez argucias de los herejes para responder sin confesar […], la novena consiste en simular estupidez o locura... Efectivamente, la Inquisición nunca vaciló en torturar a los sospechosos de simular su locura, algo que Peña justificaba arguyendo que el bien público debía prevalecer frente a la salvación del alma de un solo individuo… Los casos estudiados testimonian que la Inquisición necesitaba que el hospital de locos respaldara su actuación. Por lo tanto solicitaba muy a menudo su colaboración.” 20 16

La Inquisición Española. Ricardo Cappa. Pag. 78 https://ia600301.us.archive.org/4/items/lainquisicinesp01cappgoog/

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Los Judíos Secretos. Historia de los marranos. Cecil Roth. Pag. 70 La Inquisición española. Joseph Pérez. Pag. 246 Ediciones Martinez Roca 2002 19 La Inquisición frente a la locura en la España de los siglos XVI y XVII (I). Manifestaciones, tratamientos y hospitales. http://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/v30n2/07.pdf 20 La Inquisición frente a la locura en la España de los siglos XVI y XVII (I). Manifestaciones, tratamientos y hospitales. http://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/v30n2/07.pdf 18

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