Estrategias de Afrontamiento

INTRODUCCIÓN El estudio realizado acerca de las estrategias de afrontamiento empleadas en situaciones de crisis por las

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INTRODUCCIÓN El estudio realizado acerca de las estrategias de afrontamiento empleadas en situaciones de crisis por las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular de Barrancabermeja en el año 2004, tomó como referente el sistema familiar, en la medida en que la familia se convierte en una unidad social, natural, con características propias tales como el tipo de relaciones que se establecen entre sus miembros, las alianzas y coaliciones, los roles ejercidos, el grado de cohesión, apoyo, autonomía, afectividad y el establecimiento de normas que facilitan la convivencia, características que le han permitido convertirse en núcleo socializador, educador y formador de seres humanos que conforman un sistema más amplio y complejo denominado sociedad. Teniendo en cuenta estas características la familia como sistema social flexible está sujeta a cambios significativos en su estructura interna propiciados por factores externos como el desempleo y la violencia social que comprende el desplazamiento, la desaparición forzosa, homicidios, extorsión, persecución política, etc.; y factores internos como la violencia intrafamiliar, separaciones, irresponsabilidad paterna y fracasos afectivos entre otros. Así mismo, las problemáticas sociales mencionadas anteriormente han generado cambios en la estructura interna y organización del sistema familiar, dando paso a la formación de nuevas tipologías, por ende no sólo se encuentra la familia tradicional conformada por el padre, la madre y los hijos sino también las familias extensas y las uniparentales. En las familias con mujer cabeza de hogar es la madre quien ejerce el rol paterno y materno al mismo tiempo, asumiendo así las responsabilidades del hogar en cuanto al cuidado de los hijos, educación, establecimiento de normas, satisfacción de necesidades y de forma especial debe procurar la estabilidad del sistema familiar dentro del núcleo social al que pertenece. Cuando la mujer es quien asume la responsabilidad de su familia, se ve enfrentada a una serie de cambios y problemas ante los cuales los integrantes del núcleo familiar deben movilizar los recursos que poseen para enfrentarlos, de manera que cuando sus miembros emplean estrategias que no dan respuesta a dichas problemáticas se tiende a generar en el sistema cierto grado de inestabilidad que puede agudizar la crisis.

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A nivel nacional y local las diferentes dificultades y cambios generados al interior de la familia por estos conflictos son abordados por Organizaciones No Gubernamentales ubicadas en distintas regiones del país y que propenden por el bienestar de las poblaciones más vulnerables; en lo que respecta al contexto de Barrancabermeja y dado el conflicto sociopolítico presente en la misma, se han venido estableciendo diferentes organizaciones defensoras de los derechos humanos, entre éstas se encuentra la Organización Femenina Popular (O.F.P.), que busca la defensa y protección de los derechos de las mujeres víctimas del conflicto armado y la violencia social. En la actualidad esta organización acoge el mayor número de mujeres de las diferentes comunas de la ciudad, entre éstas la población de mujeres cabeza de hogar, a quienes les brinda atención en salud y educación generando así un mayor desarrollo y bienestar para esta comunidad. La presente investigación se basó en los fundamentos teóricos del enfoque sistémico de la psicología, tomando como eje las teorías relacionadas con las estrategias de afrontamiento empleadas por las familias para solucionar situaciones de crisis o estrés familiar, las cuales se definen como una respuesta al cambio que requiere creatividad y producción de nuevas conductas, que le permitan a la familia obtener un grado de cohesión y adaptabilidad frente a las diversas problemáticas y cambios que pueden presentarse a lo largo del ciclo vital del sistema familiar. Por tanto es importante que la familia logre identificar los recursos que emplea para enfrentar situaciones estresantes y a partir de ello pueda mejorar las estrategias ya existentes o adquirir unas nuevas que le permitan superar satisfactoriamente todas las dificultades y eventos traumáticos que tengan lugar dentro de la dinámica familiar. Teniendo en cuenta lo anterior surge la pregunta problema de la presente investigación: ¿Cuáles son las estrategias de afrontamiento utilizadas en situaciones de crisis por las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular (O.F.P) de Barrancabermeja, en el año 2004?. En este sentido, se planteó como objetivo general describir las estrategias de afrontamiento utilizadas en situaciones de crisis por las familias con mujer cabeza de hogar, a partir de la aplicación del Mapa de Red Social y la Escala de Evaluación Personal del Funcionamiento Familiar en Situaciones de Crisis, FCOPES, con el fin de contribuir en el planteamiento de futuros programas de intervención para esta población. Para el desarrollo del objetivo general se hizo necesario inicialmente, establecer las características sociodemográficas de las familias con mujer cabeza de hogar; 19

en segundo lugar, identificar las estrategias de afrontamiento utilizadas en situaciones de crisis por los miembros del sistema familiar a nivel de los roles ejercidos y luego a nivel global y finalmente, describir las redes sociales de éstas familias. Dicho estudio permite a la Organización Femenina Popular y a las demás Organizaciones No Gubernamentales, fortalecer y direccionar los diversos programas en el área de la salud mental dirigidos a la población de mujeres cabeza de hogar de las diferentes comunas de la ciudad, contribuyendo así al bienestar de las familias pertenecientes no sólo al contexto de Barrancabermeja, sino también a las familias de Colombia en general. Así mismo, esta investigación es de interés para la comunidad educativa de la Facultad de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia, ya que permite profundizar sobre las estrategias de afrontamiento empleadas en situaciones de crisis por los diferentes tipos de familias colombianas, permitiendo enriquecer la línea de investigación “Familia y sociedad” que posee la Facultad, siendo acorde también a la misión de la misma y a los parámetros epistemológicos que posee la academia. Por último, esta investigación permite fortalecer y enriquecer el proceso de formación personal y profesional del grupo de investigadores de la misma, en la medida en que amplía los conocimientos acerca de las estrategias de afrontamiento empleadas por las familias en situaciones de crisis y proporciona herramientas para realizar procesos de intervención psicológica a nivel individual y familiar.

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1. MARCO REFERENCIAL 1.1. ANTECEDENTES 1.1.1 Reseña histórica. En este apartado se presentan las reseñas históricas de la familia, de las estrategias de afrontamiento y de la Organización Femenina Popular, con el fin de dar claridad al contexto en el que se desarrollará la presente investigación. •Reseña histórica de la familia. Según María Inés Sarmiento1 la estructura de la familia se modifica a medida que cambia la sociedad de la que forma parte. En épocas primitivas hombres y mujeres convivían conyugalmente sin restricciones, situación denominada heterismo; luego con el transcurrir de los años, se fue restringiendo el círculo en el que las relaciones sexuales eran permitidas. La época llamada salvajismo se caracterizó por el uso de productos que la naturaleza da, listos para el consumo, se dio el llamado matrimonio por grupos, donde un grupo de hombres tenía en común un grupo de mujeres que no eran su propio hermano o hermana, a este matrimonio corresponde la familia denominada punalúa. En la época del barbarismo, donde aparece y se incrementa la ganadería y la agricultura, predomina la familia sindiásmica en la que se da una unión conyugal entre una pareja, considerándose como derecho para el hombre la poligamia e infidelidad ocasional, ya en la época de la civilización se encuentra la familia patriarcal y monogámica. En cuanto respecta a la historia precolombina de Latinoamérica la organización familiar difería de aquella propia de la cultura del conquistador español. La evolución de las estructuras familiares, paralelas a las de las organizaciones políticas y religiosas se ha visto acelerada, particularmente en lo que va corrido del presente siglo. Los acoplamientos conductuales que genera la familia son tan variables que amplían los dominios de interacción llegando a un mismo fin, la propagación y la supervivencia de la especie. Estos acoplamientos conductuales dieron origen al fenómeno cultural, es decir, a la transmisión generacional de estilos o formas de interacción (conducta cultural) en la generación y crianza de los hijos, que al transmitirse permitieron una cierta invarianza en la historia de este grupo; diferentes grupos humanos así 1

SARMIENTO D. María Inés. Psicoprofilaxis familiar. Bogotá: Universidad Santo Tomás, 1993. p. 36 - 48

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configurados y separados geográficamente dieron origen a los diferentes tipos de familia y a diferentes culturas. Particularmente, la historia de la familia en Colombia se remonta a las primeras tribus indígenas que habitaron este territorio. En ese entonces se encontraban cinco tipos de matrimonio, entre los cuales están: El matrimonio de prueba, donde el pretendiente que recibía una respuesta positiva a su propuesta de matrimonio podía tener a la mujer por algunos días a su disposición y si se placía en ese encuentro preliminar anunciaba su decisión de tomarla definitivamente. El sororado consistía en el matrimonio de un hombre con todo un grupo de hermanas entre sí, o de parientes por afinidad (no por consanguinidad). En el matrimonio por trueque un hombre pedía una mujer de otro clan para casarse y a cambio ofrecía una mujer de su propio clan para que se casara con un hombre del primero. Fueron excepcionales las uniones incestuosas donde generalmente se presentaba la endogamia. En el matrimonio por herencia o levirato, cuando el marido sucumbía por muerte natural las esposas eran heredadas por el hermano del difunto, quien sólo podía rehusarlas cuando ellas eran causa del fallecimiento del cónyuge. Posteriormente, en la época de la colonia los colonizadores asumían la dignidad de una jefatura, surgiendo así la familia patriarcal donde la autoridad del patriarca se destacaba a nivel religioso y civil del gobierno español; aunque se fomentaba la familia legal también se dieron relaciones ilegítimas entre los españoles, nativos, negros y mestizos, creándose la diversidad étnica ubicada en diferentes regiones geográficas. En cuanto a la función de la familia, esta se fragmenta en dos bloques: el patriarcado donde el hombre tiene el poder, la autoridad y actúa como “jefe del hogar” y cuando es la mujer quien goza de esas atribuciones se denomina matriarcado. En cuanto a la estructura familiar colombiana ésta es flexible según la época histórica de la que forme parte y según su ubicación geográfica, presentándose diversas formas de uniones entre las cuales se encuentran la familia legal y la familia de hecho con sus clases diferentes: unión libre, madresolterismo, concubinato, matrimonio de ensayo, etc.

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Respecto al tamaño de las familias, teniendo en cuenta el número de hijos, en la familia tradicional y rural éste es mayor comparado con el de una familia industrial y urbana. •Reseña histórica de las Estrategias de Afrontamiento. El concepto de estrés se remonta al siglo XIV donde era relacionado con términos de dureza, tensión, adversidad y aflicción, ya en el siglo XVIII fue usado en el campo de la física refiriéndose ésta a la fuerza generada en el interior de un cuerpo como consecuencia de la acción ejercida por una presión externa que pudiera distorsionarlo. En el contexto de la medicina fue usado en los albores del siglo XIX como una pérdida de la salud, según Hans Selye la incidencia de causas o situaciones estresantes desencadenaba lo que denominó síndrome general de adaptación y destacó la capacidad orgánica de respuesta al estrés mediante la movilización de mecanismos fisiológicos capaces de responder al desafío generado por el estresor2. Sin embargo, hacia 1929 Cannon inició un trabajo experimental sobre psicología de la emoción, donde encontró que estímulos asociados con la excitación emocional producían cambios en procesos fisiológicos, alterando la homeostasis del organismo, tales situaciones se denominaron “situaciones de estrés”3. Posteriormente, Meyer demostró la relación existente entre eventos vitales ordinarios y enfermedad, y explicó esta relación con base en los conceptos establecidos por Cannon sobre homeostasis, en el sentido de que “el estrés aparece ante la presencia de cambios excesivos que abrumen la capacidad física de ajuste del organismo para mantener estable el estado del cuerpo”4. Ya en la psicología individual, el estrés fue entendido bajo el concepto de ansiedad utilizado por Freud y sus seguidores, describiéndolo como una “estructura organizadora de la psicopatología”5. Hacia los años setenta se ha venido aceptando que pese a que el estrés es un factor inherente a la vida, la forma de enfrentarlo es determinante en el proceso de adaptación, a raíz de esta premisa surgen diferentes investigaciones cuyos 2

Disponible en Internet: http://www.oftalmo.com/ergo/ergo1998/01cap01.htm

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CANNON. Citado por HERNÁNDEZ, Ángela. Estructura, Marco de referencia, Patrones de interacción y Psicoterapia de Familias Urbanas en Colombia. Santa fe de Bogotá, 1991, 132p. Trabajo de grado (Psicóloga). Universidad Santo Tomás de Aquino. Facultad de Psicología. 4

Ibid., p. 1.

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Ibid., p. 1.

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objetivos eran demostrar el complejo proceso del afrontamiento de las tensiones y los eventos vitales. Ya hacia la década de los ochenta el afrontamiento como proceso se identifica con el éxito del proceso de adaptación del individuo a la crisis, Lazarus y Folkman en 1984 definen el afrontamiento como “Aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes, que se desarrollan para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como excedentes o desbordante de los recursos del individuo”6. Boss en 1988 define el estrés familiar como “una tensión o presión en tal sistema, por una alteración del estado constante de la familia, inevitable en la medida en que las personas cambian a través de su ciclo evolutivo”7. Así mismo, la vulnerabilidad de la familia como sistema frente al estrés está relacionada con su contexto interno y externo, el primero con aquellas dimensiones que la familia puede manejar y el segundo por las que se encuentran fuera de su control. A partir de la teoría del estrés los investigadores se preocupan sobre la forma como las familias utilizan respuestas de afrontamiento con el fin de cambiar las circunstancias estresantes, reducir el nivel familiar de tensión y mantener la unidad y el equilibrio al enfrentar las tensiones. Reiss define el afrontamiento como un “proceso para lograr un equilibrio en el sistema familiar que facilita la organización, la unidad y promueve el crecimiento y desarrollo individual”8. Fue así como posterior a las diferentes investigaciones surge el Inventario F-COPES (Escala de Evaluación Personal del Funcionamiento Familiar en Situaciones de Crisis) como un intento de los investigadores para evaluar las estrategias familiares frente al estrés. Esta prueba fue diseñada para identificar abordajes y conductas efectivas en la solución de problemas, usadas por las familias en respuesta a las dificultades, así como para integrar recursos familiares y los factores relativos al sentido dado a los estresores descritos en la teoría de estrés familiar.

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Ibíd., p. 2.

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Ibíd., p. 10.

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Ibíd., p. 43.

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•Reseña histórica de la Organización Femenina Popular9. En Barrancabermeja, Colombia, en la década de los sesenta, la mujer sometida a la pobreza, la violencia, el maltrato de sus esposos y su papel protagónico en la lucha por la recuperación de tierras para vivienda, mereció el interés de los sacerdotes Nel Beltrán, Eduardo Díaz y Floresmiro López, impulsores de grupos católicos de base en la iglesia del Señor de los Milagros en el barrio Versalles, desde donde se promovieron clubes de amas de casa que dan origen a la O.F.P, como un programa de Pastoral Social. En la década de los ochenta, con exactitud en 1988, con una herencia de luchas sociales, la O.F.P asume su autonomía frente a la Iglesia. Desde hace más de 31 años con una postura de género promueve y defiende la civilidad, la autonomía, la resistencia no violenta, los derechos de las mujeres y los pueblos, lucha contra la guerra y la injusticia social y cree en la vida y en la democracia. Las diferentes casas que conforman la O.F.P en la actualidad, surgieron a partir de la organización de mercados populares y ollas comunitarias en los barrios aledaños a dichas casas, con el fin de ofrecer mejores condiciones de vivienda, salud y propender por la defensa de los derechos de las mujeres y sus familias. La O.F.P esta presente en la región del Magdalena Medio en los municipios de San Pablo, Cantagallo, y Santa Rosa en el sur de Bolívar, Yondó en el nordeste de Antioquia, Puerto Wilches, la India, Cimitarra, San Vicente y Barrancabermeja en Santander. En los últimos tres años el trabajo se ha extendido hacia sectores populares en las ciudades de Bogotá Neiva y Cartagena. Unidas y organizadas, más de cinco mil mujeres que hacen parte de la organización logran un impacto a nivel social y familiar en cerca de 130.000 personas entre desplazados, amas de casa, hijos, vecinos, etc., sin distinción de raza, credo, nacionalidad o nivel educativo. Buscan el desarrollo integral de las comunidades a través de la organización, la economía solidaria, la educación, la salud y la cultura, dentro de un proceso de formación que eleve la conciencia de clase y de género por la defensa de la vida y la reivindicación de los derechos de la mujer. Se promueve la reconstrucción del tejido social de las comunidades populares, con el fin de lograr sociedades más justas y equilibradas social, económica, cultural y políticamente. 9

Disponible en Internet: http://www.ofp.org.co/

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En el siglo XXI la O.F.P cuenta con nueve áreas de trabajo: Administrativa y de Organización, Economía Solidaria y Seguridad, Alimentaria, Vivienda Digna, Salud Integral, Jurídica, Movimiento Juvenil, Comunicación, Investigación y Formación y Desplazamiento Forzoso. Desde 1996 se ha venido madurando una propuesta política de Mujeres Contra la guerra a partir de la iniciativa de “Cadena de Mujeres Contra la Guerra y por la Paz”, a través de la cual se ha impulsado y ejercido resistencia civil y autónoma desde las mujeres y bajo el lema “Las mujeres no parimos ni forjamos hijos e hijas para la guerra”. La trayectoria recorrida por la O.F.P en la defensa de la vida, los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, así como los derechos humanos, y la dedicación decidida e indeclinable tanto de la organización como de sus líderes ha merecido importantes reconocimientos, entre ellos están: un reconocimiento de la emisora la Voz del Petróleo, de la Organización de las Naciones Unidas por el trabajo en defensa de los derechos Humanos; de la revista Semana reconocimiento al Mérito, de la Alcaldía de Barrancabermeja Condecoración con la Orden Yariguíes por su importante trabajo en la ciudad y distinción como personaje del año a su directora Yolanda Becerra Vega por parte del periódico Vanguardia Liberal, al mérito emprendedor del periódico regional Comercio y Empleo. La consolidación como organización ha sido posible por el esfuerzo y compromiso de miles de hombres y mujeres que en la región, el país y el mundo han creído en sus principios y comparten y respetan su postura de resistencia civil y autónoma así como su inquebrantable convicción como defensoras de los derechos humanos. 1.1.2 Ubicación contextual. Respecto a las estadísticas que se reportaron en el país acerca de mujeres cabeza de familia y según la encuesta Nacional de Demografía y salud realizada por PROFAMILIA en el año 2000 10, se determinó que el 72% de los hogares tienen jefes hombres y el 28% restante de la población tienen jefatura de hogar femenina, de manera que de cada tres hogares colombianos uno tiene jefatura femenina; con relación a la encuesta nacional realizada en 1995 se reportó un incremento del 4% en la jefatura asumida por la mujer en el hogar, cifra que continúa incrementándose con el paso de los años. La última encuesta realizada por el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE)11 en el primer semestre del 2003, reveló que los hogares donde la cabeza 10

Disponible en Internet: http://www.profamilia.org.co/encuestas/01encuestas/2000resultados_generales.htm-24k-30

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Disponible en Internet: http: www.dane.gov.co

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de la familia es una mujer aumentaron en Colombia en un 40.6% en los últimos siete años, al pasar de 2.4 millones en 1997 a unos 3.4 millones en el 2003. Lo anterior determina que de cada cien hogares, cuarenta y uno poseen jefatura femenina. En un contexto de violencia política y desplazamiento forzado como el que vive Colombia, la población femenina es la que tiene que asumir los procesos de pérdida y duelo, y son ellas, en su gran mayoría, las que se convierten en jefes de hogar por la viudez, enfermedad o la ruptura de las relaciones de pareja. Uno de los impactos más fuertes que tienen que soportar las mujeres desplazadas es el de tener que asumir la responsabilidad casi exclusiva del sostenimiento afectivo y económico de la familia. En el contexto nacional, desde el punto de vista de hogares, las cifras del Sistema Único de Registro de la Red de Solidaridad Social12 indican que se han desplazado y registrado un total de 56.494 familias, de las cuales el 49.7%, es decir, 27.927 corresponde a hogares cuya cabeza de familia es mujer. Durante el período de enero de 2000 a julio de 2001, los departamentos que reciben el 75% de los hogares desplazados con jefaturas femeninas en el país son Antioquia, Sucre, Atlántico, Bolívar, Magdalena, Santander, Valle del Cauca, César Nariño, Bogotá y Caquetá (Cuadro 1). La dinámica del desplazamiento por la violencia, en el ámbito regional, ha generado que en el 75% de los departamentos los hogares con mujer cabeza de familia prefieran reubicarse en las capitales de departamentos o en el segundo municipio en importancia, sea por extensión o por creer que allí hay oportunidades de desarrollo económico. La degradación del conflicto armado interno ha generado que uno de los problemas sociales más graves que padezca Colombia sea el desplazamiento forzado, y en él, las mujeres y los niños son los que reciben el mayor impacto negativo. Teniendo en cuenta las estadísticas mencionadas anteriormente y en las que se manifiesta que la población más afectada por la violencia social corresponde a los niños y las mujeres, entre ellas las mujeres cabeza de familia, surge la necesidad de emprender investigaciones sobre este tipo de problemáticas, por tanto la presente investigación tomó como población objeto de estudio a las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la casa Sur – Sur de la O.F.P de la ciudad de Barrancabermeja.

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Disponible en Internet: http://www.red.gov.co/Programas/Apoyo_Integral_Desplazados/Registro_SUR_Octu_31_2005/Regi stro_SUR_Nov_04_web_general.htm

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Cuadro 1. Departamentos receptores de hogares con cabeza de familia femenina ENERO 2000 – JUNIO 2001 DEPARTAMENTO NÚMERO DE MUJERES PORCENTAJE Antioquia 4.701 16,83% Sucre 2.998 10,74% Atlántico 2.223 7,96% Bolívar 2.215 7,73% Magdalena 1.884 6,75% Santander 1.459 5,22% Valle del Cauca 1.455 5,21% Cesar 988 3,54% Nariño 938 3,36% Bogotá 921 3,30% Caquetá 918 3,29% Total 73,93% Fuente: Estadísticas del Sistema Único de Registro de la Red de Solidaridad Social Esta organización es una propuesta popular de mujeres, de resistencia frente al conflicto armado que vive la región y el país, regida por los principios de civilidad y autonomía, encaminada a la construcción de vida digna en el Magdalena Medio, el país y el fortalecimiento del movimiento social de mujeres. En Barrancabermeja la O.F.P hace parte del espacio de trabajadoras y trabajadores de Derechos Humanos y ha formalizado alianzas con la Iglesia católica, el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, sindicatos y grupos de mujeres de la región y desde la década de los noventa es acompañada en Colombia por las Brigadas Internacionales de Paz que integra la Red Mundial de Mujeres y Derechos Reproductivos, el Movimiento de Mujeres de Negro de España, la Red de Mujeres Solidaridad con Colombia y la Red de Derechos Humanos y Solidaridad con Colombia. La Organización Femenina Popular en su proyección nacional tiene presencia en cuatro regiones del país en desarrollo de la propuesta política de Mujeres Contra la Guerra, el programa de seguridad alimentaria y el programa de salud integral; dichas regiones son las del Magdalena Medio que cobija los municipios de Barrancabermeja, San Pablo, Cantagallo, Puerto Wilches y Yondó, las regiones de Bogotá, Huila y la Costa Atlántica. Respecto al Municipio de Barrancabermeja la O.F.P se encuentra organizada en 6 casas ubicadas en diferentes comunas de la ciudad, dichas casas corresponden a: casa de la mujer de Torcoroma, del suroriente, del nororiente, del sur – sur, del 28

norte y de la Victoria. En estas casas se agrupan mujeres de los estratos socioeconómicos 1 y 2 de los diferentes barrios de la ciudad que son víctimas del conflicto armado y la violencia social y a quienes se les brinda atención y capacitación en diversas áreas; son en su mayoría mujeres que deben asumir la responsabilidad económica de su familia ya sea porque no cuentan con una pareja que pueda colaborarles, o porque la misma no posee un trabajo estable que le permita solventar las necesidades económicas de su familia. 1.1.3 Investigaciones previas. A nivel Nacional han sido pocas las investigaciones realizadas en el área de familia relacionadas con estrategias de afrontamiento en situaciones de crisis. En el año de 1.991 Ángela Hernández Córdoba de la Universidad Santo Tomás llevó a cabo un proyecto de investigación descriptivo denominado “Estructura, Marco de referencia, Patrones de interacción y Psicoterapia de Familias Urbanas en Colombia” y cuyos objetivos fueron identificar y comparar las características de la estructura y la dinámica interaccional de los diversos tipos de familia, descritos a partir de sus condiciones sociodemográficas y de su estadio de desarrollo; proponer un marco conceptual que redefina los criterios de ajuste individual y familiar, teniendo en cuenta el contexto socioeconómico y cultural, y el desarrollo evolutivo de la familia y sus miembros y por último proponer alternativas terapéuticas congruentes con la idiosincrasia, que faciliten el desarrollo de los individuos y de sus familias. Los instrumentos empleados para el desarrollo de esta investigación fueron el Inventario Familiar de Eventos y Cambios Vitales, (FILE) y la Escala de Evaluación Personal del Funcionamiento Familiar en Situaciones de Crisis, (F-COPES). A grandes rasgos los resultados arrojados por la investigación fueron los siguientes: las principales estrategias de afrontamiento utilizadas por las familias colombianas corresponden, en primer lugar a la reestructuración, y luego en su orden, la búsqueda de apoyo espiritual, de apoyo social, las actitudes de pasividad y movilización para obtener ayuda especializada. En el ámbito de Barrancabermeja se realizó una investigación descriptiva de corte transversal sobre las estrategias de afrontamiento familiar por Zulma Fayad Baldovino, Adriana María Otero Valverde y Jhorman Enrique Serpa Vélez de la Universidad Cooperativa de Colombia; dicha investigación corresponde a un proyecto de grado para optar al título de psicólogo, titulada “Estrategias de afrontamiento utilizadas por las familias desplazadas de la vereda cuatro bocas, ubicadas actualmente en la antigua normal de señoritas de Barrancabermeja 2003”. El objetivo de esta investigación fue describir las diferentes estrategias de afrontamiento que utilizan las familias desplazadas por la violencia de la vereda Cuatro Bocas del departamento de Santander, ubicadas en la antigua Escuela 29

Normal de Señoritas de la ciudad de Barrancabermeja; los instrumentos empelados en esta investigación fueron la entrevista, el genograma familiar y la Escala de Evaluación Personal del Funcionamiento Familiar en Situaciones de Crisis (F-COPES). Los resultados arrojados por la investigación permitieron conocer la estructura y el funcionamiento que presentaban cada una de las familias estudiadas antes y después del desplazamiento forzoso, de igual forma, a través de esta investigación se logró evidenciar que la violencia y la movilización familiar por la cual atravesaron estas personas, conllevaron al fortalecimiento de los vínculos entre los miembros del sistema familiar. Así mismo, los resultados de este estudio muestran de forma precisa la utilización de la “Movilización familiar para obtener y aceptar ayuda” como principal estrategia de afrontamiento ante situaciones de crisis; esta estrategia tiene como fin aceptar o recibir el apoyo y el beneficio que de una u otra manera puede brindarle la población y los organismos encargados, para así suplir las necesidades inmediatas a las cuales se enfrentan estas familias. 1.2 ASPECTOS LEGALES En cuanto a los aspectos legales concernientes a las familias con mujer cabeza de hogar se encuentra que en el artículo 43 de la Constitución Política de Colombia de 1991 (Anexo A) se establece la igualdad de derechos y oportunidades entre el hombre y la mujer, en el inciso 2 de este mismo artículo se agrega: “El Estado apoyará de manera especial a la mujer cabeza de familia”. De igual forma la ley 82 de 1993 (Anexo B) busca apoyar de manera especial a la mujer cabeza de familia. Dentro de esta ley se desarrollan una serie de directrices y mandatos encaminados a garantizar a la mujer cabeza de familia y a su familia, la posibilidad de acceder de manera preferencial a la satisfacción de derechos y servicios fundamentales para el armónico desarrollo de la persona, los cuales pueden resumirse en lo siguiente: Acceso al sistema de seguridad social, incluye la prestación gratuita de servicios. Acceso a la vivienda, hace referencia a la promoción de planes de vivienda que faciliten el acceso de las mujeres que sean cabeza de familia. Acceso a la educación por medio de la admisión preferencial de los menores dependientes de mujeres cabeza de familia a los centros educativos.

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Apoyo empresarial, mediante la promoción de organizaciones de economía solidaria. Por su parte la Ley 750 de 2002 (Anexo C) reglamenta el apoyo especial para las mujeres cabeza de familia en materia de prisión domiciliaria y trabajo comunitario. En el ámbito internacional a lo largo de la historia se han venido presentando variaciones en la legislación que propende por el bienestar y los derechos de la mujer13; en 1975 se realiza la primera Conferencia Mundial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la Mujer, en Ciudad de México, en 1980 se lleva a cabo la segunda Conferencia Mundial en Copenhague, la tercera conferencia se desarrolla en 1985 en Nairobi y posteriormente en 1995 se organiza en Beijing la cuarta conferencia, donde las representantes de 189 gobiernos adoptaron la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, que está encaminada a eliminar los obstáculos a la participación de la mujer en todas las esferas de la vida pública y privada, define un conjunto de objetivos estratégicos y explica las medidas que deben adoptar a más tardar para el año 2000 los gobiernos, la comunidad internacional, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado para eliminar los obstáculos que entorpecen el adelanto de la mujer, enfocándose a doce áreas de especial preocupación. De igual forma, en 1981 la Convención para la Eliminación de Todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, siglas en inglés), entra en vigor, reafirmando los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, haciendo énfasis en la erradicación de todas las formas de discriminación contra las mujeres. En 1990, la Comisión de la Mujer (CIM por sus siglas en inglés) publica las "Conclusiones y Recomendaciones de la Consulta Interamericana sobre la Mujer y la Violencia". En 1992 el Comité de la ONU para Erradicar la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), adopta la "Recomendación Número 19 sobre la Violencia contra la Mujer". Esta recomendación declara que la violencia contra la mujer es una forma de discriminación contra ella que refleja y perpetúa su subordinación y solicita que los Estados eliminen la violencia de todas las esferas. Exige que todos los países que ratificaron la CEDAW preparen informes para el Comité de la ONU cada cuatro años y que incluyan información acerca de las leyes y la incidencia de la violencia de género, así como las medidas tomadas para detenerla y eliminarla. La primera y única región en el mundo en la que todos los países han ratificado la CEDAW es Latinoamérica y el Caribe. Sin embargo, muchos países todavía no han traducido la CEDAW y las Recomendaciones generales en legislaciones o 13

Disponible en: http://www.undp.org/rblac/gender/campaign-spanish/history.htm

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implementado políticas, adoptado acciones positivas para eliminar de facto la discriminación o cumplido sus obligaciones. En la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos en Viena (1993), se reconoce históricamente que la violencia contra las mujeres y las niñas constituye una grave violación de los derechos humanos. En este mismo año la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprueba la "Declaración de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer", la cual compromete a todos los miembros de la ONU y debe ser reforzada internacionalmente por medio de los comités de tratados relevantes, incluyendo a la CEDAW. Así mismo, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU nombra a la primera Informadora Especial sobre violencia contra la mujer por un período de tres años, lo cual le permite recibir denuncias e iniciar investigaciones sobre violencia contra las mujeres en todos los países miembros de la ONU. Su primer informe es sobre la situación general sobre violencia de género, mientras que el segundo se centra en violencia doméstica y esclavitud sexual. El 9 de junio de 1994, la Organización de los Estados Americanos (OEA) adopta a nivel regional la Convención Interamericana para Prevenir Penalizar y Erradicar la Violencia Hacia las Mujeres (llamada también Convención de Belem do Para), este nuevo instrumento internacional reconoce que toda violencia de género es un abuso de los derechos humanos; por ello es la pieza central de la legislación sobre violencia de género en América Latina y el Caribe, ya que provee el derecho individual de petición y el derecho a las organizaciones no gubernamentales de presentar reclamos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La Convención ha sido ratificada por 29 países entre ellos Colombia. Además, la declaración de la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres adoptada por todos los Estados representados en la Asamblea General de la ONU estipula en el artículo 4 que: "Los Estados deberán ejercer debida diligencia para prevenir, investigar y, de acuerdo con la legislación nacional, penalizar los actos de violencia hacia las mujeres, sea que estos actos hayan sido perpetrados por el Estado o por personas privadas". Bajo la Convención, la Comisión Internacional de la Mujer (CIM) tiene la responsabilidad de tomar medidas positivas para el avance de la implementación de Belem do Para, mientras que la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (IACHR) tiene el poder de dar audiencia a las denuncias contra los Estados que la han ratificado. En el mismo año, la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo, reconoce que los derechos reproductivos son derechos humanos y que la violencia de género es un obstáculo para la salud reproductiva y sexual de las mujeres, la

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educación y la participación en el desarrollo, y hace un llamado a los Estados para implementar la Declaración de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres. De igual forma, se aprueba el Programa Regional de Acción de las Mujeres para América Latina y el Caribe, 1995-2001 durante la Conferencia Preparatoria de Mar del Plata, (septiembre 25-29, 1994). En la sección V Derechos Humanos, Paz y Violencia, se determinan tres objetivos: 1) Consolidar el pleno respeto a los derechos humanos de todas las mujeres de la región con prioridad en la eliminación de la violencia basada en sexo, y los derechos de las mujeres más pobres y mujeres refugiadas, tomando en cuenta raza y etnia; 2) Promover acciones que revelen toda forma de violencia hacia las mujeres, así como acciones que conduzcan a la eliminación de la violencia; 3) Instruir a los medios de comunicación sobre el impacto que tiene la divulgación de una cultura de violencia con el fin de cambiar las imágenes negativas de las mujeres. Hacia 1996, la Comisión sobre el Estado de la Mujer (CSW siglas en inglés) considera la propuesta de crear un Protocolo Opcional (PO) para la Convención de la Mujer. El PO es una enmienda a la Convención que solicita una ratificación por parte de los Estados y es necesaria para crear un procedimiento de denuncias individuales que permita a las mujeres desafiar las políticas y prácticas discriminatorias. La Comisión de la ONU sobre el Estado de la Mujer en 1998, revisa cuatro secciones claves de los derechos humanos de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing: los Derechos Humanos de la Mujer, la Violencia contra la Mujer, la Mujer y los Conflictos Armados y la Niña. 1.3 MARCO TEÓRICO 1.3.1 Aproximación al concepto de familia. A continuación se darán a conocer los diferentes conceptos y abordajes acerca de la familia y sus funciones. •Conceptos de familia. Ángela Hernández14 propone diversas definiciones para el concepto de familia, entre estas se encuentran: Familia como institución social. Las normas sociales se organizan en patrones que son particulares para cada tipo de institución según el área de la vida a la cual se ocupe; así a la familia le corresponde garantizar el adecuado funcionamiento biológico de los individuos de la sociedad, la reproducción de sus miembros, su 14

HERNÁNDEZ CÓRDOBA, Ángela. Familia, ciclo vital y psicoterapia sistémica breve. Bogotá: El búho, 1997. p. 14 – 16.

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adecuada socialización, la provisión y distribución de los bienes y servicios, el mantenimiento del orden dentro del grupo y en su relación con el resto del sistema social, la definición del sentido de la vida y la motivación para preservar la supervivencia individual y del grupo. Familia como construcción cultural. La familia es un constructo cultural constituido por valores sociales, tradicionales, religiosos y políticos establecidos por el medio cultural donde se encuentra y al ser asumidos por cada uno de los miembros de la familia definen la relación entre las personas que la componen, convirtiéndose a través del tiempo en patrones de relación, rituales y celebraciones que determinan su identidad como familia, permitiendo reducir el impacto negativo de los cambios y de los eventos inesperados de la vida, constituyéndose por lo tanto en fortalezas que favorecen la estabilidad familiar. Familia como conjunto de relaciones emocionales. La familia permite satisfacer las necesidades emocionales de los miembros a través de la interacción, proporcionando un espacio dentro del cual los individuos viven procesos afectivos y emocionales que determinarán su estilo de interacción en otros contextos; en la medida en que la familia brinde un clima protector e íntimo tendrá éxito en su función de satisfacer las necesidades emocionales de sus integrantes; se espera que dentro del ámbito familiar se produzca el crecimiento espiritual y material de los cónyuges, la crianza y socialización de los hijos y la transmisión de los valores que van a formar la personalidad de los menores de la familia. •Familia como sistema. De acuerdo a la teoría de Ludwig Von Bertanlanffy15 se infiere que un sistema es un todo resultante de partes interdependientes; de acuerdo a lo anterior la familia es un sistema social, natural, ya que está constituida por una red de relaciones que dan respuesta a las necesidades biológicas y psicológicas inherentes a la supervivencia humana. Desde la propuesta de Ángela Hernández y Jairo Estupiñan16 acerca de la familia se resalta que todo sistema familiar posee características propias tales como, la lealtad entre sus miembros que hace referencia al grado de apego afectivo que se genera entre éstos y que puede fluctuar convirtiéndose en alianzas o coaliciones. El principio de no sumatividad de la familia plantea que el todo es mayor y diferente que la suma de sus partes, de manera que el funcionamiento del sistema familiar depende de los patrones de conexión e interacción y no sólo del desempeño individual. 15

BERTANLANFFY Ludwig Von. Teoría general de los sistemas. Bogotá: Fondo de cultura económica, 1994. p. 54 – 55 16

ESTUPIÑAN MOJICA, Jairo y HERNÁNDEZ CÓRDOBA, Ángela. Marco conceptual para el estudio de la familia desde una perspectiva sistémica. En: Aportes a la psicología. Bogotá. Vol. 1, No. 1 (ene. – jun. 1992); p. 14 – 16.

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Los límites del sistema familiar constituyen su perímetro y tienen la función de contener a sus integrantes, protegerlos de las presiones del exterior y controlar el flujo de información que entra y sale en sus relaciones con el entorno, de forma tal que cumplen funciones tanto protectoras como reguladoras, con el fin de conservar a los miembros unidos y al sistema estable, en esa medida cuando la permeabilidad de los límites es excesiva la familia puede perder su identidad e integridad y cuando es escasa ésta tiende a cerrarse y aislarse. Como sistema la familia responde al concepto de causalidad circular de modo que un cambio en uno de los miembros afecta a los demás y al grupo total en una cadena circular de influencia. A partir de los roles y reglas implícitas y explícitas de funcionamiento, el sistema organiza las responsabilidades y la interacción familiar para mantener la estabilidad del grupo, para ello las reglas se delimitan y refuerzan regulando la tensión y restaurando el equilibrio familiar. Otra de las características importantes de la familia es su estructura de poder que hace referencia a una jerarquía asociada con las diferencias de edad y sexo de sus integrantes; la forma en que sean asumidas dentro de la dinámica familiar depende en gran medida de los factores culturales e idiosincrásicos de cada familia. Desde el enfoque sistémico la definición de familia incluye tres perspectivas: una estructural relacionada con los aspectos de composición, jerarquía, límites, roles, etc.; otra funcional que incluye los patrones y fenómenos de interacción, y otra evolutiva que considera a la familia como un sistema morfogenético gracias al cual ejerce su flexibilidad para adaptarse a los cambios internos y externos a los que está sujeta. Cada uno de estos elementos se encuentran en constante interacción afectando positiva o negativamente las relaciones entre sus miembros, de esta forma las problemáticas o dificultades individuales se definen como síntomas derivados de una disfunción familiar. •Funciones

de la familia. La familia como sistema cumple con funciones biosociales, económicas, culturales y espirituales17 siendo éstas el resultado de la interacción de sus miembros, las cuales corresponden a: - Satisfacción sexual de la pareja y gestación. - Apoyo mutuo, cuando hay dificultades o problemas que amenazan a uno o a varios de sus miembros.

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SARMIENTO, Op. Cit., p. 31-42

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- Crianza de los hijos suministrándoles elementos biológicos, clima emocional para el desarrollo, establecimiento de límites y apertura de oportunidades según el momento del ciclo de vida. - Socialización, en la cual la familia transmite los valores, actitudes, ética, normas de comportamiento y estrategias para sobrevivir. - Afecto y ambiente para la expresión de emociones como ira, temores, alegrías, tristezas, etc. Tanto las funciones de los integrantes, como las del grupo como un todo, se realizan en el contexto de la organización interna, es decir, de la estructura familiar, por lo que cualquier cambio que se produzca en las características de sus integrantes, en sus relaciones, provoca cambios en sus funciones. Las funciones dentro del grupo familiar se pueden establecer de dos formas: coordinada, cuando se dan en concordancia horizontal entre los miembros de la familia (entre hermanos, esposos, etc.) o de forma subordinada, cuando la concordancia de las funciones es vertical de unos miembros a otros (los hijos menores se subordinan a los padres, etc.) y de los miembros a todo el grupo. La subordinación de las funciones indica el lugar específico, particular, y la significación desigual de cada miembro en la realización de las funciones familiares. Es importante que esta concordancia de las funciones entre los miembros del sistema, se establezca de acuerdo a las capacidades y expectativas de cada cual, de esta forma disminuirían los conflictos e insatisfacciones entre ellos, como a veces sucede, por ejemplo, cuando entre esposos se da una relación de subordinación y el cónyuge que ocupa la posición inferior está inconforme. Es necesario tener en cuenta que, cada familia posee patrones de conducta o “reglas de juego” que regulan el funcionamiento familiar, estos deben ser eficaces y adaptarse a las circunstancias, pero además, debe poseer alternativas para su funcionamiento que permitan ajustarse a los cambios. Como en todo sistema social, en la familia la capacidad de cambio se da de forma relativamente rápida, es necesario aclarar que, mantenerse estable no significa mantenerse “igual a sí misma”, sino mantenerse organizada, por ejemplo, la familia del niño tiene que ser diferente a la del joven. Aspectos componentes del sistema. Como en todo sistema, en la familia hay una combinación de componentes, que son sus miembros; pero existen además componentes de naturaleza espiritual, como son los sentimientos, valores, actitudes, etc., de sus integrantes, y otros elementos de naturaleza material que son utilizados en la satisfacción de sus necesidades, como son la vivienda, los equipos electrodomésticos, entre otros. 36

Aspecto estructural del sistema. La familia como todo sistema tiene una estructura, ésta se refiere a la organización interna, al modo en que interactúan sus integrantes. La estructura desempeña un importante papel en el sistema, si no existen vínculos estables, interacción entre sus integrantes, la familia deja de existir como sistema. Una dimensión importante en la estructura son los subsistemas que la conforman, en este caso son los demás integrantes de la familia, por tanto debe conocerse cómo interactúan, es decir, cómo se relacionan los subsistemas; por ejemplo, la relación entre los cónyuges, o la relación entre el subsistema conformado por los cónyuges y el de los hijos. La estructura familiar se modifica con el transcurso de los años como un proceso natural, especialmente la jerarquía, la cual se va modificando en la medida que los hijos crecen, a este proceso se le denomina ciclo vital familiar, en él se dan períodos de estabilidad y otros de agudas crisis propias del desarrollo. La familia debe en cada uno de estos momentos de cambio, buscar el equilibrio y adaptarse a las nuevas condiciones, esto le permitirá fortalecerse como grupo y evitar que aparezcan tensiones perjudiciales para sus integrantes, por ejemplo, con la muerte de uno de sus miembros las funciones deben reajustarse, de forma que se mantenga el equilibrio familiar y evitar la sobrecarga de uno de los integrantes, como puede ser el otro cónyuge. Aspecto integrativo del sistema. Sobre el aspecto integrativo del sistema familiar, es importante destacar que la familia, es un sistema autodirigido, es decir, posee mecanismos de dirección que garantizan su integridad y desarrollo, este aspecto se refiere a la influencia ordenadora y dirigente del sistema. Esta influencia se ejerce por factores conscientes de dirección que no solo están presentes en la estructura del grupo, como puede ser el líder o “cabeza” de familia, sino también por factores externos al sistema familiar, como son las organizaciones e instituciones sociales. El aspecto integrativo influye en la salud de la familia de forma especial, pues ésta está condicionada en gran medida por el modo de vida familiar, por la forma en que se dirige y organiza el funcionamiento de sus miembros, que necesidades son priorizadas para su satisfacción, etc. Familias con mujer cabeza de hogar. Se reconoce que en Colombia existe una variada tipología de familias además de la familia tradicional basada en el matrimonio de un hombre y una mujer. En la actualidad no se puede hablar solamente de la familia nuclear conformada por el padre, la madre y sus hijos, en la que el padre es el único proveedor y la madre permanece en el hogar al cuidado 37

de los mismos; como en muchos países occidentales, Colombia vive un proceso de cambio en los patrones de composición y estructura de la familia, las formas tradicionales de entrada en las uniones han sido el matrimonio y la unión libre; sin embargo, desde hace más de veinte años la convivencia sin matrimonio ha Ilegado a convertirse en la forma de unión más aceptada entre los jóvenes y se ha intensificado en grupos de población diferentes a aquellos donde tradicionalmente se había localizado. La disolución de la familia por separación o divorcio ha Ilevado a que se dé la familia incompleta de un solo padre viviendo con sus hijos (monoparental) y a la conformación de uniones sucesivas, al tiempo que puede haber cohabitación de hijos de diferentes uniones de los progenitores. La familia es heterogénea, cambia de acuerdo con el ciclo de vida y se modifica para adaptarse a las condiciones materiales de vida, y en esos procesos de cambio y adaptación pueden presentarse conflictos entre sus miembros. La familia extensa urbana de hoy, resultado de la recomposición de las famillas, puede verse como una estrategia de sobrevivencia de los hijos y otros parientes en momentos de crisis, dado que cuando los hijos de uniones sucesivas o cuando varias generaciones comparten un mismo hogar, la convivencia puede considerarse bien como fuente de conflicto al interior de la familia o bien, como espacio de socialización de los hijos. Por su parte la Ley 82 de 1993 define a la mujer cabeza de familia como quien siendo soltera o casada, tenga bajo su cargo, económica o socialmente, en forma permanente, hijos menores propios u otras personas incapaces o incapacitadas para trabajar, ya sea por ausencia permanente o incapacidad física, sensorial, psíquica o moral del cónyuge o compañero permanente o deficiencia sustancial de ayuda de los demás miembros del núcleo familiar. 1.3.2 Estrés, crisis y tensiones familiares. La familia y cada uno de los miembros que la componen en su diario devenir se enfrentan a una serie de eventos y situaciones propias de su ciclo vital o a demandas externas del medio ambiente generando cambios en la estructura interna del sistema familiar, dichos eventos generadores de cambios se conocen como estrés, crisis y tensiones familiares descritas a continuación: •Estrés familiar. El estrés familiar puede definirse como un estado de tensión que surge de una exigencia real o percibida que demanda un ajuste o conducta adaptativa, de modo que la ansiedad o malestar resultante, corresponde a la tensión percibida como desagradable por los miembros de la unidad familiar. El estrés surge por la aparición, generalmente abrupta y de magnitud significativa de continuos eventos estresores definidos como eventos vitales que ocurren en un

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momento específico y que producen o tienen el potencial de producir cambios en el sistema social familiar; dichos cambios se determinan a partir de la percepción o significado que la familia otorgue al evento generador de estrés. Ángela Hernández18 plantea la existencia de eventos estresores que pueden ser de tipo normativo cuando son cambios propios o asociados con el desarrollo individual o familiar ocurridos a lo largo del ciclo vital, tales como la llegada de la pubertad o la conformación de una nueva familia, o pueden ser eventos no normativos que ocurren súbitamente, tales como la muerte de un miembro de la familia, un desastre natural, entre otros. La vulnerabilidad de la familia al estrés está relacionada con el grado de presión o tensión que genera una alteración del estado constante de la familia, inevitable en la medida en que las personas cambian a lo largo de su ciclo evolutivo, tal grado de tensión se encuentra asociada al contexto interno o externo planteado por Ángela Hernández19; el primero está compuesto por las dimensiones que la familia puede controlar y el segundo por aquellas que se salen de su control. El contexto externo está conformado por los siguientes contextos: el contexto cultural que se refiere a las ideas, valores, e ideales predominantes y típicos del núcleo social del cual hace parte la familia, así mismo establece reglas sociales para la solución de problemas, estilos y métodos aceptados para el manejo del estrés, de modo que la cultura mayor provee las normas por las cuales la familia opera a su micronivel. El contexto histórico es el momento en el cual ocurre el evento estresante, en este aspecto hay que identificar los hechos históricos que rodean a la familia ya que ellos pueden ser la fuente predominante de estrés. El contexto económico se refiere al estado financiero y de los recursos de la sociedad o comunidad de la cual forma parte la familia. El contexto evolutivo es el estadio en el ciclo vital donde se encuentran tanto la familia como sus miembros, en el momento en que aparece el evento estresante. El contexto genético afecta la salud y los recursos físicos de los miembros de la familia. Algunas familias con sus respectivos miembros tienen una constitución más fuerte que otras, de modo que no sólo tienen más energía para enfrentar una situación sino que tienen más fuerza para preservar y continuar enfrentando presiones y fuentes de estrés crónico. 18

HERNÁNDEZ, Ángela. Estructura, Marco de referencia, Patrones de interacción y Psicoterapia de Familias Urbanas en Colombia. Santa fe de Bogotá, 1991, 132p. Trabajo de grado (Psicóloga). Universidad Santo Tomás de Aquino. Facultad de Psicología. 19

Ibíd., p. 11.

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El contexto interno se divide en: El contexto estructural que se refiere al tipo de límites entre los subsistemas, la asignación de roles y las reglas acerca de quiénes y cómo están dentro o fuera de estos límites. El contexto psicológico es la percepción, evaluación, definición y valoración que la familia hace del evento estresante. La forma como la familia perciba una situación a nivel afectivo y cognitivo, determina su habilidad para movilizar mecanismos de defensa que pueden ser desde la negación hasta la aceptación y el enfrentamiento de problemas. El contexto filosófico son los valores y creencias del sistema que pueden ser generales o particulares sobre aspectos específicos de la vida, tales como la crianza de los hijos, el cuidado de los ancianos o los roles sexuales. •Crisis Familiares. La familia se ha desarrollado como institución social teniendo estructura y funciones que regulan las necesidades personales y sociales de cada uno de sus miembros. Ha ido modificándose en la medida en que la sociedad también lo hace, pero sus funciones básicas siempre han sido, entre otras, la satisfacción de las necesidades afectivas de sus miembros y la educación de sus hijos, considerándose al ambiente psicosocial como prioritario para el desarrollo de la personalidad de un individuo. Al definirla, generalmente se coincide en dos elementos básicos: consanguinidad y las relaciones afectivas que existan entre sus integrantes.

la

No hay familia que en su desarrollo como grupo social esté exenta de momentos que producen alteraciones en la dinámica de las relaciones interpersonales. Una de ellas son las crisis y se le da una evidente connotación negativa al término. Sin embargo, todo evento, circunstancia, nuevo rol, al que tenga que enfrentarse la familia, constituye una crisis porque implica un cambio en el estilo de vida y las actitudes de cada uno de sus miembros y no siempre tienen un carácter negativo. Por ejemplo, la muerte o pérdida, que significa la ausencia de un familiar, como el padre de una familia con hijos ya adultos o adolescentes, genera una intensa etapa de depresión; ante la pérdida de ese individuo, sus familiares tienen que reestructurar hábitos, asumir responsabilidades que antes correspondían al miembro ausente, reorganizar la vida de la familia, etc. Esta crisis será más o menos intensa y/o extensa según el tipo de familia de que se trate, pero está claro que tiene un matiz negativo a nivel cultural. Sin embargo, el nacimiento de un niño deseado genera nuevas conductas entre los familiares, generalmente todos asumen en el hogar tareas alrededor del cuidado del bebé con un tono de satisfacción.

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Esto significa también una crisis, pues se modifican muchos aspectos de la vida familiar, entre ellos, deben adaptarse a la presencia de un nuevo individuo y a todo lo que este nacimiento lleva implícito; de manera que ambas situaciones se corresponden con etapas diferentes del desarrollo familiar. Las crisis que se observan son transitorias pues son reacciones comúnmente esperadas en cualquier familia que atraviese estas etapas. Transitorias son, por tanto, todas aquellas reacciones que se observan en el tránsito normal de la vida de la familia, desde su formación hasta su disolución en su intento por adaptarse al suceso que enfrentan como grupo. Cada una de las etapas del ciclo vital tiene circunstancias que la definen y la distinguen entre sí. En su formación, la familia se caracteriza por la necesidad de la pareja de empatizar y luego, desde que nace el primer hijo hasta que fallecen los miembros de la pareja que le dieron origen a este grupo, van modificándose las tareas que se van a enfrentar, lo cual le da un matiz distintivo a cada uno de los períodos evolutivos. A partir de las crisis que deben enfrentar las familias a lo largo de su ciclo vital, Reuben Hill en 1958 establece el modelo ABC-X “(tipos de eventos, recursos y crisis familiares), este se enfoca sobre tres variables: A es el evento provocador y estresor, B son los recursos o fortalezas de la familia en el momento del evento y C es el significado atribuido al evento por la familia (individual y colectivamente). Estas tres variables en interacción conducen a la crisis (X)”20. En 1982 McCubbin tomó como base el modelo ABC-X propuesto por Hill resaltando la importancia de las definiciones de “estresor, como una situación para la cual la familia ha tenido poca o ninguna preparación previa, y de crisis como cualquier cambio agudo o decisivo, a partir del cual los viejos patrones son inadecuados”21. Con estos presupuestos el modelo doble ABC-X22 agrega un componente más a cada uno de los factores propuestos por Hill: A (evento estresor)  interactuando con B (recursos de la familia)  interactuando con C (definición que la familia hace del evento)  produce X (la crisis). En este modelo la doble A incluye el evento estresante, la severidad del 20

HILL Reuben, citado por HERNÁNDEZ, Ángela. Estructura, Marco de referencia, Patrones de interacción y Psicoterapia de Familias Urbanas en Colombia. Santa fe de Bogotá, 1991, 132p. Trabajo de grado (Psicóloga). Universidad Santo Tomás de Aquino. Facultad de Psicología. 21

Ibíd., p. 34.

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APORTES a la Psicología. Modelo de trabajo preventivo con familias en extrema pobreza. 2 ed. Bogotá: Universidad Santo Tomás de Aquino, 1992. p. 185-193. Año 1. Serie 2.

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impacto o sufrimiento que causa y las tensiones previas que afectan la vida familiar. En el contexto del modelo doble ABC-X, un estresor se define como un evento vital, normativo o no normativo, que afecta la familia como unidad en un punto específico del tiempo y que produce un cambio en ella como sistema social. Posteriormente, en 1987 este modelo fue replanteado por H. McCubbin y M. McCubbin proponiendo el Modelo T – Doble ABCX de ajuste y adaptación familiar; este modelo se basa en cuatro presupuestos acerca de la vida familiar, en primera medida las familias enfrentan dificultades y cambios como un hecho natural y predecible a lo largo de su ciclo vital; en segunda medida desarrollan fortalezas y capacidades básicas para promover el crecimiento de sus miembros y de la familia como unidad, y para protegerla de las mayores disrupciones en los momentos de transición y cambio; en tercer lugar las familias desarrollan fortalezas y capacidades específicas para protegerse de los estresores y tensiones inesperados o no normativos y para promover la adaptación después de las crisis o de las más duras transiciones o cambios; y, por último las familias se benefician y a la vez contribuyen a la red de relaciones y recursos en la comunidad, en especial en los momentos de estrés y crisis. Este modelo sugiere dos fases diferenciadas dentro del proceso de enfrentamiento de los cambios y eventos vitales: la de “ajuste”, asociada con las situaciones que requieren cambios menores y la de “adaptación” relacionada con las circunstancias que exigen una franca reorganización de la familia. El ajuste es concebido como una respuesta eficaz para soluciones a largo plazo, pero hay circunstancias en las cuales esas estrategias no son suficientes para enfrentar el problema, como aquellas donde: La naturaleza del estresor o transición implica un cambio en la estructura familiar (paternidad, divorcio, entre otros). La naturaleza, número y la duración de las demandas agotan los recursos existentes en la familia (financieros). La capacidad y recursos de la familia son inadecuados e insuficientes (madre soltera y pobre con un hijo gravemente enfermo). En forma abierta o encubierta, la familia aprovecha la oportunidad de producir cambios estructurales que exigen o facilitan un descubrimiento entre demandas y posibilidades, lo cual equivale a la producción de nuevas crisis familiares (dejar que avance el conflicto conyugal para que termine en ruptura).

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El estrés aparece cuando las demandas que recaen sobre las familias superan sus recursos de afrontamiento, por ende el modelo T - Doble ABCX describe el proceso que siguen ante tal situación. Asume que ante la aparición del estresor, la familia está en un estado dentro de un rango variable de vulnerabilidad conforme a sus costos de vida, de modo que una primera reacción es intentar absorber la situación problema dentro de los patrones de interacción propios de la familia y cuya respuesta equivaldría a una resistencia al cambio, pero se connota este modelo como una medida de protección para preservar la permanencia del sistema familiar. Cuando la familia no logra hacer efectivo ese mecanismo aparece la crisis, caracterizada por un estado de desorganización y de tensión, dentro del cual intenta por ensayo y error recuperar su equilibrio, incluyendo cambios estructurales y de patrones de interacción que contribuyen también a la inestabilidad. Esto no significa que la categoría de “familia en crisis” implique un juicio estigmatizante, pues por el contrario estas situaciones transitorias pueden impulsarla a desarrollar recursos, habilidades y mejores formas de funcionamiento, si consigue atravesar con éxito la fase de adaptación. La adaptación sería el resultado del esfuerzo familiar por lograr su nivel de equilibrio, intentando acoplar los niveles de funcionamiento del individuo a la familia y de la familia a la comunidad, en conformidad con su carácter de sistema, dentro del cual todos los niveles se afectan mutuamente. Por otra parte, la adaptación se logra a través de adaptaciones recíprocas, donde las demandas de una de estas unidades son satisfechas por la otra, gracias a lo cual se consigue el balance y el acoplamiento. Esto implica que la crisis puede surgir por desbalance en el nivel individuo – familia o en el de familia – comunidad, cuando no se satisfacen las necesidades y demandas mutuas de estos sistemas interdependientes. El modelo T – Doble ABCX (Figura 1) considera que, el nivel de adaptación familiar (XX), entendido como el tránsito a través de una situación de crisis, o el agotamiento de los recursos de la familia en ese proceso, está determinado por los factores contenidos en el cuadro 2. •Tensiones Familiares. El cuerpo humano busca mantener la homeostasis, de manera que cualquier cambio vital que perturbe este estado exige un reajuste, los cambios excesivos abruman la capacidad física de reajuste y se produce entonces el estrés.

Figura 1. Modelo T – Doble ABCX

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CCC Marco Valorativo CC Evaluación Situación Actual Congruencia

SP Estilo para solucionar problemas

T Tipo de Familia

BB Recursos Familiares

V Vulnerabilidad

XX A D A P T A C I O N

C R I S I S X

AA = Acumulación

BBB Apoyo Social

de Tensiones

Fuente: Aportes a la Psicología. Modelo de trabajo preventivo con familias en extrema pobreza. Los eventos vitales se convierten en estresores que imponen cambios en los patrones de vida corriente del individuo; y el estrés como la respuesta fisiológica y psicológica a tales estresores. El estrés familiar se ha visto como una situación problemática que contrasta con el funcionamiento fluido de la familia como unidad. Cuadro 2. Factores del Modelo T – Doble ABCX de ajuste y adaptación familiar

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AA T

La acumulación de demandas sobre o dentro del sistema familiar, generadas por la situación crítica, los cambios en el ciclo de vida y las tensiones no resueltas, interactuando con Tipo de familia (regenerativa, elástica, rítmica, balanceada), interactuando con

BB CC CCC

Fortalezas y recursos de la familia interactuando con Significado atribuido por la familia a la situación, y con marco de referencia y sentido de coherencia general que determina la evaluación del evento actual, interactuando con BBB Apoyo de amigos y de la comunidad, interactuando con PSC Habilidad para la resolución de problemas y respuesta frente a la situación total de la familia. Fuente: Aportes a la Psicología. Modelo de trabajo preventivo con familias en extrema pobreza. Según el modelo ABC-X propuesto por Hill23 el estresor es una situación para la cual la familia ha tenido poca o ninguna preparación previa; la crisis es cualquier cambio agudo o decisivo a partir del cual los viejos patrones son inadecuados, y por último la severidad es la magnitud de los cambios suscitados por el evento estresante. Con base en este modelo se ha examinado la conducta del sistema por una serie de eventos que corresponden a tres categorías: Estresores situacionales: guerras, crisis económicas, enfermedad, problemas laborales. Eventos del desarrollo: Comienzo de la paternidad, nido vacío, jubilación, etc. Situaciones de transición: muerte, divorcio, traslado a otra localidad, etc. Cada familia se enfrenta de manera diferente a los mismos estresores; cuando los recursos de una familia para enfrentarse a tales eventos están saturados o agotados por haber afrontado otros cambios vitales, los miembros de la familia podrían ser incapaces de hacer posteriores ajustes si se ven avocados a estresores sociales adicionales. Esto se da porque los cambios en la vida familiar son aditivos y en algún punto alcanzan el límite del sistema para adaptarse a ellos. Cuando la familia como unidad experimenta un nuevo estresor, las tensiones previas se exacerban y las familias se dan cuenta de ellas como sobreexigencias con las cuales deben enfrentarse. Si un excesivo número de cambios y tensiones afectan a la familia en un corto período de tiempo, crece la probabilidad de disolución de la unidad familiar. 23

Ibíd., p. 34

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De acuerdo a la etapa del ciclo vital en que la familia se encuentre se presentan una serie de tensiones propias de cada uno de esos estadios evolutivos, estas características fueron descritas por Salvador Minuchin y Hay Haley24, y corresponden a las siguientes: Parejas recién conformadas. Se inicia un nuevo compromiso a partir de la conformación del sistema marital, lo que implica hacer ajustes en las relaciones con la familia extensa y los amigos para incluir al cónyuge. Una de las tareas vitales en esta etapa es la fijación de límites que los proteja y les procure un ámbito para la satisfacción de sus necesidades psicológicas sin que se inmiscuyan los parientes políticos u otras personas, dado que no es fácil separar las decisiones de la pareja reciente de la influencia parental. Así mismo, en esta etapa se presenta una gran movilidad e inestabilidad que por consiguiente aumenta la tensión en los miembros de la pareja dado que permanentemente se están enfrentando y resolviendo situaciones nuevas en todas las áreas de su funcionamiento, así por ejemplo: en el área de la casa tienen que resolver y normatizar cuestiones sobre el orden, dotación, manejo de ropas, alimentación y horarios entre otros; en el área social, relaciones con las familias de origen, construcción de fronteras, determinación de círculos de amistades, compromisos sociales, diversiones, entre otros. En el área económica laboral: horarios de trabajo, manejo del dinero, ejecución del presupuesto, etc. Y en el área sexual la confrontación y realización de expectativas, valores y gustos como pareja, planificación familiar entre otros. Todas estas son perturbaciones que la pareja está permanentemente recibiendo y resolviendo, mediante acoplamientos mutuos que se convierten en pautas de interacción que gobiernan su accionar en la estructura que realiza su organización como sistema de pareja conyugal. Esta estructura inicial así conformada determina el curso de las interacciones de la pareja, su estilo de relación y acota o define los cambios estructurales que las futuras perturbaciones o crisis perturben el sistema. Las tensiones propias de este estadio son de tipo laboral, económico, intrafamiliar y las generadas por enfermedades y cuidados de la familia. Crianza de hijos en edad preescolar (hijo mayor de 0 a 5 años). En este estadio se presenta un ajuste en el sistema marital para abrir espacios a los hijos, asumiendo 24

MINUCHIN Salvador y HALEY Hay, citado por CADAVID DE G., Irene y OQUENDO M, Asceneth. La familia humana: un marco conceptual para el trabajo educativo preventivo con familias desde el enfoque sistémico. Medellín, 1987, p. 69 – 102. Trabajo de postgrado (en familia). Universidad Pontificia Bolivariana. Facultad de Trabajo social.

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así roles parentales permitiendo la inclusión de los roles de padres y abuelos en las relaciones con la familia extensa. Esta etapa se caracteriza por la desestabilización del sistema conyugal, generada por las perturbaciones de la llegada de un nuevo miembro que implica para la pareja la renegociación y acuerdos de todas las áreas de funcionamiento, como la redistribución de horarios, tareas, límites con la familia de origen, presupuesto, espacio, entre otros. Así mismo, se inicia la construcción de un nuevo subsistema, el parento – filial, con un objetivo específico, cuidar y desarrollar la nueva vida que se inicia, este subsistema se realiza por los acoplamientos recurrentes que se dan entre ellos para absorber su nueva situación como padres, dichos acoplamientos se convierten en pautas que gobiernan el subsistema de los padres. Aparece también una nueva área de funcionamiento, la de los hijos con tareas muy específicas que deben ser explicitadas y negociadas por los nuevos padres, conformando así, un subsistema donde los dos deberán estar acoplados consensualmente para realizar tareas tales como quién se entiende con el cuidado del bebé en el día, quién en la noche, qué tareas de padre ha de realizar el esposo, etc. Las tensiones se producen por la llegada de un nuevo miembro que trae consigo presiones económicas, tensiones intrafamiliares, del embarazo y la crianza, tensiones laborales y por enfermedad. Familias con hijos en edad escolar (hijo mayor de 6 a 12 años). Se produce un ajuste de las normas internas de diferenciación de la familia, así como el fortalecimiento de la identidad familiar y la consolidación de la relación con el sistema escolar y social más amplio. En esta etapa se genera un gran cambio cuando los hijos empiezan a ir a la escuela, dado que la familia tiene que relacionarse con un nuevo sistema bien organizado e importante; de manera que toda la familia debe elaborar nuevas pautas como ayudar en las tareas escolares, determinar quién debe hacerlo, el tiempo para el estudio y el tiempo para el esparcimiento y las actitudes frente a las calificaciones del escolar. El crecimiento del niño va introduciendo elementos nuevos en el sistema familiar; el niño se entera de que la familia de sus amigos obedece a reglas diferentes, la familia deberá entonces negociar ciertos ajustes y modificar algunas reglas. Las tensiones se derivan de préstamos e incrementos en los gastos, tensiones intrafamiliares y laborales. Familias con adolescentes (hijo mayor de 13 a 18 años). Se presenta un incremento de la flexibilidad de la familia para integrar la autonomía de los hijos, 47

se dan cambios en la relación parental para permitir la movilidad del adolescente dentro y fuera del sistema, hay un reenfoque de la vida marital y de la vida personal de los padres y se presentan cambios ocasionados por dificultades de la generación de los abuelos. Al llegar a esta etapa el sistema familiar ha logrado resolver las crisis iniciales y experimentar un nuevo enfoque de la vida, así mismo, la crianza de los niños ha quedado atrás y ha sido reemplazada por el placer compartido de presenciar cómo los hijos crecen y se desarrollan en forma sorprendente. Cuando la familia llega a esta etapa media, la pareja ha atravesado muchos conflictos y ha elaborado modos de interacción bastante rígidos y repetitivos, han mantenido la estabilidad del sistema por medio de complicadas pautas de intercambio para resolver problemas y para evitar resolverlos; a medida que los niños crecen y la familia cambia, las pautas previas pueden resultar inadecuadas y tal vez surjan crisis; a veces hay acumulación de una conducta problemática, como la bebida o la violencia que superan el punto de tolerancia. Estos años medios quizá obliguen a la pareja a decidir si seguirán juntos o tomarán caminos separados. En estos años medios pueden presentarse grandes tensiones y también separaciones, aun cuando la pareja haya superado muchas crisis previas. La mayor parte de los otros períodos de tensión familiar aparecen cuando alguien ingresa a la familia o la abandona; en los años medios los cambios se presentan porque es la época en que los hijos pasan de la niñez a la adolescencia, en donde se generan crisis en el sistema familiar por mantener el ordenamiento jerárquico previo. Las tensiones son de tipo intrafamiliar, económica y laboral. Salida de los hijos del hogar (hijo mayor de 19 a 30 años). Hay una renegociación del sistema marital como díada, desarrollo de la relación adulto-adulto entre padres e hijos y se presentan ajustes en el sistema para incluir a la familia política. Frecuentemente el sistema familiar ingresa en un período de crisis en esta etapa, que cede progresivamente a medida que los hijos se van y los padres elaboran una nueva relación como pareja, logran resolver sus conflictos y se las arreglan para permitir que sus hijos tengan sus propias parejas y carreras, haciendo la transición hacia la condición de abuelos. Las tensiones económicas están relacionadas con el refinanciamiento de préstamos, adquisición de artículos costosos e incremento en los gastos de mantenimiento. Los hijos salen del hogar y hay gastos de la Universidad, tensiones por enfermedad e intrafamiliar.

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Nido vacío. Se produce la salida de los hijos del sistema familiar. Las tensiones son de tipo intrafamiliar, marital, económica, laboral, enfermedad y pérdida. Cuando una pareja logra liberar a sus hijos de manera que estén menos involucrados con ella, suelen llegar a un período de relativa armonía que puede subsistir durante la jubilación del esposo; sin embargo, algunas veces el retiro de éste de la vida activa puede complicar su problema. En el cuadro 3 se describen las diferentes etapas, procesos y cambios generados durante el ciclo de vida familiar. A continuación se retoma la descripción de los estresores típicos de cada estadio del ciclo de vida familiar planteadas por Ángela Hernández25: Tensiones intrafamiliares y maritales. Corresponde al aumento de las tareas domésticas que no se hacen, familias con hijos preescolares, adolescentes y adultos jóvenes, generalmente cuando se da la salida de los hijos del hogar uno de los miembros presenta problemas emocionales y entre los esposos un aumento de las dificultades sexuales y en las parejas recién conformadas, etapa de crianza, adolescencia y salida de los hijos del hogar. Tensiones económicas. son cambios en condiciones que lesionan los ingresos o negocios de la familia, se presenta con mayor frecuencia en la etapa de crianza, adolescencia, salida de los hijos del hogar y nido vacío, pero afecta más a las parejas que deciden tener hijos, familias con hijos en edades intermedias, a las que envían hijos a la universidad y las que se preparan para la jubilación; se caracteriza por el aumento de las presiones sobre el presupuesto familiar por gastos médicos en la etapa de crianza, algunos sacrifican esos servicios por otros gastos; aumento de las presiones sobre el presupuesto familiar por gastos en comida, ropa, servicios o reparaciones de la casa. Transiciones y tensiones laborales. Uno de los miembros cambia de trabajo o de carrera y/o pierde o deja el trabajo, se presenta en todos los estadios, especialmente en parejas jóvenes, familias con adolescentes jóvenes que salen del hogar. Tensiones por enfermedad o cuidado de la familia. Uno de los miembros de la familia enferma o sufre lesiones severas; un pariente o amigo cercano se enferma gravemente; se presenta en todos los estadios, especialmente en la salida de los hijos del hogar y nido vacío. Cuadro 3. Etapas del ciclo de vida familiar Etapas Procesos Cambios de segundo orden emocionales de requeridos para el progreso en el 25

HERNÁNDEZ Ángela, Op. Cit., p. 37 - 40

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transición: desarrollo principios claves Conformación de la Compromiso con el Formación del sistema marital pareja (sin hijos) nuevo sistema Ajustes en las relaciones con la familia extensa y los amigos para incluir al cónyuge Familia con hijos Aceptación de los Ajuste marital para abrir espacio a pequeños (hijo nuevos miembros los hijos mayor de 0 a 5 dentro del sistema Asunción de los roles parentales años) Ajustes en las relaciones con la familia extensa para incluir los roles de padres y abuelos Familia con Consolidación de la a. Ajuste de normas internas de escolares (hijo relación con los diferenciación de la familia mayor de 6 a 12 sistemas escolar y b. Fortalecimiento de la identidad años) social más amplio familiar Familia con Incremento de la a. Cambios en la relación parental adolescentes (hijo flexibilidad de la para permitir la movilidad dentro y mayor de 13 a 18 familia para integrar fuera del sistema años) la autonomía de los b. Re-enfoque de la vida marital y hijos de la vida personal de los padres c. Cambios ocasionados por dificultades de la generación de los abuelos Salida de los hijos Aceptación de los a. Renegociación del sistema del hogar (hijo múltiples ingresos y marital como díada mayor de 19 a 30 salida de miembros b. Desarrollo de la relación adultoaños) adulto entre padres e hijos c. Ajustes para incluir a la familia política Fuente: Familia ciclo vital y psicoterapia sistémica breve Pérdidas. Muerte de uno de los padres, pariente o amigo cercano a la familia. En el cuadro 4 se describe la clasificación de los diferentes eventos estresores que se presentan en las etapas del ciclo vital. 1.3.3 Recursos familiares para enfrentar el estrés. Son las fortalezas individuales y colectivas con que cuenta la familia en el momento en que se presenta un evento estresor, como por ejemplo la estabilidad económica, salud, inteligencia, habilidades laborales, apoyo emocional, espíritu de colaboración, red y apoyo social. Estos recursos familiares son el “haber” psicológico, económico y físico con 50

que cuenta la familia para responder a un evento o a la acumulación de eventos estresantes. Cuadro 4. Clasificación de eventos estresores INTERNOS: EXTERNOS: Comienzan en una persona de la Comienzan por algo o alguien fuera de familia: adicciones, suicidio, ascenso la familia: desastres naturales, laboral etc. terrorismo, recesión económica, etc. AMBIGUOS: DEFINIDOS: El evento se presenta en forma Los hechos que rodean el evento son confusa e impredecible en cuanto a su claros e identificables: se sabe qué evolución: enfermedad complicada, está sucediendo, cómo y durante secuestro, desempleo, etc. cuánto tiempo. VOLUNTARIOS: INVOLUNTARIOS: Son deseados o buscados: escoger un Ocurren sin estarlos buscando: muerte trabajo, tener un hijo, cambiar de casa, de un ser querido, perder el trabajo. etc. CRÓNICOS: AGUDOS: Situaciones de larga duración: Son eventos difíciles pero de corta diabetes, adicciones, pobreza duración: sufrir un robo, reprobar un extrema. examen. ACUMULATIVOS: AISLADOS: Eventos que se suceden uno detrás Evento que ocurre sin la presencia de de otro, de modo que no hay solución otros en el mismo momento. Puede del uno cuando ya aparece el otro. Es ser movilizado fácilmente. una situación de alto riesgo en la mayoría de los casos. Fuente: Familia ciclo vital y psicoterapia sistémica breve. Sin embargo, el enfrentamiento del estrés es más que un recurso; es también un resultado. Por esta razón es un concepto fuente potencial de confusión y de razonamiento circular, dado que la respuesta familiar a una situación de estrés puede ser tanto la crisis como el manejo de la misma y este resultado tiene la posibilidad de cambiar en cualquier momento. Frente al manejo del estrés familiar, según Aldous26 pueden generarse dos tipos de barreras, los límites familiares ambiguos y la negación. La ambigüedad en los límites se refiere a “no saber quién está dentro y fuera de la familia”. En general esta ambigüedad es negativa en sus consecuencias, pero por corto tiempo y en cantidades moderadas es un fenómeno que hace parte de la 26

ALDOUS, citado por HERNÁNDEZ, Ángela. Estructura, Marco de referencia, Patrones de interacción y Psicoterapia de Familias Urbanas en Colombia. Santa fe de Bogotá, 1991, p. 24. Trabajo de grado (Psicóloga). Universidad Santo Tomás de Aquino. Facultad de Psicología.

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vida cotidiana de la familia. Más aún, es necesario tolerar cierta ambigüedad, dado que ella se vuelve negativa sólo cuando es prolongada y severa. Este concepto de ambigüedad es paradójico, ya que por una parte, las familias tienden a establecer límites claros a través de las interacciones y los rituales cotidianos, pero por otra se ven forzadas a abrir sus fronteras selectivamente para intercambiar con instituciones sociales o económicas. Parece que justamente el mantenimiento de los límites se hace más crítico en los momentos transicionales que la obligan a entrar en contacto con otros sistemas sociales. Si los límites no logran mantenerse, se vuelven ambiguos, de manera que hay dos clases de alta ambigüedad en los límites, asociadas ambas con disfunciones familiares: La primera es la ausencia física con presencia psicológica, que ocurre cuando uno de los miembros está ausente, pero se percibe psicológicamente presente. Hay una preocupación persistente por esa ausencia, pues los hechos que la rodean son poco claros; el duelo y la reestructuración no son posibles, de modo que la familia queda en un vacío; es lo que ocurre con los desaparecidos, secuestrados o militares en campos de batalla. Puede presentarse también este fenómeno cuando en un divorcio uno de los padres o un hijo no logra asimilar la ausencia del otro padre. El segundo corresponde a la presencia física con ausencia psicológica, en donde la familia está físicamente intacta pero uno de sus miembros no está emocionalmente disponible para el sistema familiar. Ejemplos de ello son las familias con miembros alcohólicos, en coma, con una enfermedad crónica e incapacitante o simplemente demasiado absorto en el trabajo. También hay dos tipos de baja ambigüedad en los límites, predictores de un adecuado funcionamiento familiar, pues permiten saber claramente quién está dentro o fuera de la familia: el primero de ellos es la ausencia física y psicológica, en donde a pesar de que se puede extrañar a la persona ausente, no hay preocupación acerca de su situación y la familia se ha reestructurado sin ella; un ejemplo son las familias que han asimilado la muerte o el divorcio; el segundo es la presencia física y psicológica en donde hay una congruencia en la participación en la familia, por un claro compromiso emocional de sus miembros. Por su parte, la negación es el proceso de rehusarse a reconocer la realidad inmediata que rodea el sistema familiar en determinados momentos. Es comúnmente vista como un mecanismo de defensa por el cual se rechaza la realidad externa y es influido por la cultura y la orientación valorativa, de modo que el contexto familiar determina cuando usar la negación como respuesta a situaciones estresantes.

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Es un mecanismo disfuncional cuando interfiere la preparación cognoscitiva para una separación, y por lo tanto, bloquea la reorganización familiar manteniendo al sistema en un estado de irresolución. No obstante, la negación permite perpetuar el equilibrio familiar y puede ser funcional en las primeras etapas de la situación estresante. La pregunta clave con respecto a la negación es si evita el enfrentamiento del estrés familiar o si es una decisión tomada a algún nivel cognoscitivo para manejarlo ignorando la realidad. Se diría que si la negación de una pérdida evita la preparación cognoscitiva para el dolor y la subsecuente reorganización, es el resultado de una negación disfuncional. Si por el contrario es en sí misma una decisión intencional de “congelar” el proceso de duelo, la negación puede tener una influencia positiva sobre el resultado, al menos en el corto plazo. •Modelo del Paradigma Familiar de Reiss. La idea central sobre la cual se basa el modelo de Reiss27, es que la familia a través de su propio desarrollo, se forja una serie de supuestos fundamentales y perdurables acerca del mundo en que vive. Estos supuestos son compartidos por todos los miembros de la familia, a pesar de los desacuerdos, conflictos y diferencias que existan entre ellos, pues en realidad la esencia de la membresía individual es la aceptación, creencia y creativa elaboración de tales premisas; el distanciamiento de ellas por parte de alguno de los miembros, lleva a un proceso de disolución de la pertenencia y de alienación de la familia. Esos supuestos compartidos de la vida familiar, por lo general no son explícitos ni concientes, se manifiestan más bien en una mezcla de experiencias fugaces de la familia y de patrones típicos de acción, tanto entre sus propios límites, como en relación con el exterior. Los paradigmas operan en la vida familiar de dos maneras: una se refiere a los presupuestos estructurantes especificando con gran generalidad ciertas propiedades fundamentales del mundo perceptual, dada sin ser objeto de discusión ni de verificación a través de la experiencia o el análisis. Tales supuestos no garantizan acuerdo o consenso en la familia, sino que funcionan más como una meta – regla que aporta respuestas a amplias preguntas tales como “¿en esta familia es posible el auténtico desacuerdo?” o “¿Cuáles son los temas sobre los cuales puede haber acuerdo y cómo reconocemos que estamos en desacuerdo?”. La segunda manera en que actúan los paradigmas es como organizadores de los patrones de la vida cotidiana, en donde modelan las relaciones de la familia con su 27

REISS, citado por HERNÁNDEZ, Ángela. Estructura, Marco de referencia, Patrones de interacción y Psicoterapia de Familias Urbanas en Colombia. Santa fe de Bogotá, 1991, p. 24. Trabajo de grado (Psicóloga). Universidad Santo Tomás de Aquino. Facultad de Psicología.

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ambiente social, sincronizan las acciones de cada miembro en función de lo planeado por el grupo y mantienen la continuidad de la familia con su propio pasado. La idea fundamental del Modelo de Reiss es que un constructo que sirve para enfrentar con éxito una crisis grave en la vida de la familia, se destaca como un logro extraordinario para todos sus miembros. Ese éxito implica que la familia intentará aplicar al menos algunos aspectos de esa elaboración, a problemas ordinarios de su vida diaria. Reiss plantea que un grupo cree en modo particular de explicación de su mundo, por que los elementos esenciales de ese modo de explicación fueron intentos fuertemente potentes para hacer frente a una crisis. •Estrés y desorganización familiar. La desorganización familiar en respuesta al estrés se asocia con oscilantes manifestaciones de culpa, aversión, tiranía o explotación mutua, las cuales cambian en forma muy rápida y dentro de patrones impredecibles. Los individuos sienten perder el centro de su vida y perciben vulnerables o completamente rotas sus ataduras con otros y con su pasado. La familia por su parte pierde un repertorio amplio y confiable de acuerdo, basado en la experiencia, supuestos compartidos, tradiciones, rituales y secretos significativos, que les han hecho posible funcionar sin acordarlo explícitamente. Ese funcionar implícitamente se va definiendo y afianzando en la vida cotidiana a través de gestos y códigos tácitamente comprendidos y unificados, por la capacidad familiar para abstraer y usar ciertos conceptos de coordinación sobre su mundo perceptual, compartidos por sus miembros. Sólo en los momentos de desorganización, esos acuerdos no concientes que se han ido tejiendo en el transcurrir de la vida, son expuestos a cambios fundamentales. Así mismo, Reiss propone que la desorganización familiar que acompaña a las crisis puede ser descrita en tres fases; la primera de ellas se refiere al surgimiento de las reglas, en donde la primera señal de desorganización en una familia es el desvanecimiento de la regulación y coordinación implícitas; esta situación lleva a la familia a articular reglas simples, por lo general verbalmente, para enfrentar eventos confusos, coordinar la planeación entre los miembros o preparar la respuesta familiar a un desafío inesperado. Esta etapa es muy frecuente en la vida familiar y casi siempre esencial para que sus miembros retornen a su nivel implícito de funcionamiento, pero puede ser también la primera fase de un proceso más profundo de desorganización. La segunda fase es el surgimiento de la familia explícita, en donde las reglas simples pero claras, empiezan a conjugarse conformando un sistema de control más rígido. Los patrones de interacción pierden su capacidad para dar forma y

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sentido tácitamente a la experiencia, de manera que en este momento es más severa la desorganización. Por último, la tercera fase se denomina rebelión y acción, en esta fase alguno de sus miembros es percibido como una fuente malévola que ocasiona permanentes dificultades y los individuos son totalmente incapaces de percibir su propia contribución al estado actual de la familia, convirtiéndose así en agentes que pueden llevar a la disolución del sistema familiar. A medida que avanza la desorganización, la familia como grupo se orienta hacia el proceso, de modo que se aparta del manejo de tareas tangibles y en lugar de eso lucha consigo misma. En estos momentos los agentes externos suelen ser muy significativos en la familia, a la cual llegan de dos maneras: una, desde el trabajo o el colegio, donde alguno de los miembros ve afectado su desempeño debido a que la familia se ha vuelto un sistema opresivo por la estrechez de sus reglas explícitas, y otra, porque uno de los miembros toma la iniciativa de involucrar a alguien en el terreno familiar (terapeuta, amigo, etc.). 1.3.4. Estrategias familiares de afrontamiento del estrés. Comprender cómo enfrentan las familias el estrés es más importante que conocer la frecuencia y la severidad de los cambios vitales en sí mismos. Al considerar los estudios de afrontamiento familiar surgen tres tipos de preguntas: ¿Cómo los miembros usan los recursos disponibles para enfrentar el estrés?, ¿Cómo integran las familias los recursos externos a su propio sistema para enfrentar los eventos vitales? (hace referencia a la utilización de recursos de la comunidad y del apoyo social); ¿Si hay diferencias entre las familias que usan recursos internos vs. recursos externos y si esas diferencias se relacionan con su estadio en el ciclo vital?, para dar respuesta a estas preguntas es importante abordar la conducta de afrontamiento, el afrontamiento como proceso y por último las estrategias internas y externas de afrontamiento descritas a continuación: •Las conductas de afrontamiento. Hacen referencia a las conductas empleadas por los miembros del sistema familiar dirigidas a disminuir la vulnerabilidad familiar al estrés, fortalecer o mantener aquellos recursos que sirven para proteger a la familia del impacto general de los problemas, reducir el impacto de eventos estresores y de dificultades específicas, implica la influencia activa sobre el ambiente y facilitar así el ajuste de la familia a las situaciones difíciles. •Afrontamiento como proceso. El afrontamiento del estrés es un proceso vital presente durante todo el curso de la existencia, sin comienzo ni final específico. Puede identificarse a nivel individual o familiar, pero la mayoría de los problemas personales tienen impacto sobre otros miembros de la familia y puede volverse un 55

problema familiar. El afrontamiento es una respuesta al cambio y requiere creatividad y producción de nuevas conductas. MacCubbin describe las habilidades para resolver problemas como “un decisivo recurso que se incluiría dentro de las estrategias de afrontamiento en momentos de estrés”28. Meneghan introdujo un esquema categórico de los elementos involucrados en el afrontamiento como: “- Recursos y habilidades: Son las actitudes hacia uno mismo y hacia el mundo y destrezas intelectuales e interpersonales. - Estilos de afrontamiento: Son los patrones habituales para la resolución de problemas. - Esfuerzos de afrontamiento: Acciones específicas que se toman en cada situación para resolver las dificultades”29. La efectividad del afrontamiento es la habilidad de tales conductas para reducir el impacto causal del evento estresante sobre la definición del mismo como una crisis. El afrontamiento óptimo está determinado por la variedad de soluciones que ofrece la cultura, el papel de la comunidad en situaciones de estrés consiste en ofrecer esquemas de patrones conductuales, que contribuyen a disminuir las situaciones conflictivas. La efectividad del afrontamiento varía considerablemente dependiendo de la escogencia que se haga de criterios de resultados y del contexto temporal en el cual se examinen los efectos. El afrontamiento individual y/o familiar es la respuesta que aparece cuando la familia debe realizar un esfuerzo inusual para observar, experimentar, definir, comprender y tomar un tipo especial de acción para poder recuperar las rutinas ordinarias de la vida diaria; como la familia es un sistema estas estrategias varían a través del tiempo. Las conductas de afrontamiento implican el manejo simultáneo de varias funciones: mantener condiciones internas satisfactorias para la comunicación y la organización familiar, promover la independencia y la autoestima de los miembros, mantener los vínculos de convergencia y unidad familiar, mantener y desarrollar apoyo social en transacciones con la comunidad, mantener algunos esfuerzos por controlar el impacto de los estresores y la cantidad de cambio en la unidad familiar. 28

Ibíd. , p. 42.

29

Ibíd., p. 42.

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El afrontamiento es el primer proceso para lograr un equilibrio en el sistema familiar que facilita la unidad, organización, crecimiento y desarrollo familiar. La familia debe ser considerada como un grupo complejo que elabora su propia lectura de la realidad. La naturaleza interaccional del afrontamiento se hace más importante dentro del contexto familiar ya que la coordinación entre los miembros emerge como una variable crítica. Existen dos tipos de patrones de afrontamiento: de resistencia, cuando los esfuerzos de la familia se dirigen a minimizar o reducir el impacto del estresor; adaptativo, si los esfuerzos se orientan a reorganizarse y consolidarse como sistema para recuperar el orden alterado por la presencia del evento estresante. El afrontamiento se considera más como un conjunto de interacciones dentro de la familia y transiciones entre la familia y la comunidad que como una respuesta a un estresor. McCubbin, Larser y Olson proponen la existencia de dos tipos de estrategias de afrontamiento familiar, “estrategias internas y externas”30. •Estrategias internas de afrontamiento familiar. Se refieren a la forma en la cual los individuos se enfrentan a las dificultades utilizando los recursos existentes dentro de su propia familia. Dentro de este grupo se encuentra la reestructuración, que hace referencia a la habilidad para redefinir las experiencias estresantes de manera que sean más aceptables y manejables, permite ver cómo la familia cambia su punto de vista gracias a la confianza en su capacidad para manejar sus problemas; y la evaluación pasiva que es la capacidad de la familia para equilibrar las conductas más activas incluidas en otros factores, esta estrategia se enfoca sobre los comportamientos menos activos que podría desplegar una familia ante el estrés. Para adoptar una actitud más pasiva se minimizan la propia responsabilidad y la iniciativa para enfrentar las dificultades (el evento estresante se solucionará por sí sólo). La reestructuración se define como la capacidad familiar para redefinir situaciones problemáticas en una forma más racional y aceptable, de modo que tales dificultades sean más manejables. Fish y cols definen el concepto de reestructuración como la “capacidad de cambiar el contexto o punto de vista conceptual y/o emocional dentro del cual se vive una situación, para ubicarla en otro marco que ajuste los hechos de igual o mejor forma, cambiando así su significado”31. 30

HERNÁNDEZ Ángela. Familia, ciclo vital y psicoterapia sistémica breve. Santa fe de Bogotá: editorial el Búho. p. 79. 31 Ibíd., p. 80.

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La evaluación pasiva opera como una respuesta de evitación de los problemas. Para equilibrar las conductas más activas incluidas en otros factores, esta estrategia se enfoca sobre los comportamientos menos activos que podría desplegar una familia ante el estrés. Para adoptar una actitud más pasiva se minimiza la propia responsabilidad y la iniciativa para afrontar las dificultades. Ambas estrategias describen la habilidad familiar para definir el evento estresor como un reto que pueden superar (reestructuración) o como algo que se solucionará por sí sólo con el paso del tiempo (evaluación pasiva). En general las familias pueden enfrentar más efectivamente el estrés si logran desarrollar explicaciones de cómo ocurrió el evento, por qué sucedió y cómo el entorno social podría ser modificado para superar la situación indeseable. La reestructuración es el proceso cognoscitivo que determina la intensidad de las reacciones emocionales, ejerciendo control a través de la percepción, dado que la evaluación cognoscitiva de un evento o tensión puede ayudar a neutralizar el impacto, minimizando el peligro y afianzando la autoconfianza en el dominio de ciertas tareas. La evaluación pasiva opera como una respuesta de evitación de los problemas y tiende a reflejar una actitud más pesimista hacia los asuntos por resolver. •Estrategias externas de afrontamiento familiar. Se refiere a las conductas de los miembros de la familia dirigidas a conseguir recursos en fuentes ajenas a la familia. Son de tres tipos: obtención de apoyo social, es la habilidad para utilizar los recursos de familiares, amigos, vecinos, etc.; búsqueda de apoyo espiritual, es la capacidad familiar para acercarse a ese tipo de soporte; movilización familiar para obtener y aceptar apoyo, habilidad de la familia para buscar recursos de la comunidad y aceptar ayuda. Cabe resaltar que el éxito en el afrontamiento no depende sólo de lo que hace la familia sino de qué tanto hace. Unger y Powell afirman que “las familias usan distintas clases de redes de apoyo según la necesidad que quieran satisfacer”32, por tal razón Olson, McCubbin y cols incluyeron como fuentes de apoyo el espiritual, el social, los amigos, vecinos, parientes y las instituciones de la comunidad. La importancia del apoyo espiritual en el manejo de situaciones problema radica en que éste contribuye a mantener la unidad familiar, preservar la autoestima individual y permitir la reducción de la ambigüedad social, siendo punto de referencia de normas y expectativas sociales que guían a las familias en momentos de crisis. Las familias que usan este recurso buscan el consejo de 32

HERNÁNDEZ, Ángela, Op cit., p. 47 – 50.

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sacerdotes, asisten a los servicios de la Iglesia, participan en sus actividades y tienen fe en Dios. Por su parte, la búsqueda de apoyo social es entendida como la transacción interpersonal que muestra preocupación emocional y la habilidad para pedir y recibir este y otros tipos de apoyo e influye sobre la capacidad de la familia para afrontar los estresores normativos y no normativos en la solución de problemas. Las redes informales de apoyo funcionan con base en un sentido de reciprocidad que se expresa en una mutua obligación para las partes involucradas, el apoyo dado por estas redes puede ser más genuino en la medida en que no está adscrito a ningún rol, de manera que las personas pueden ofrecer su apoyo más espontáneamente, basadas sobre una relativa equidad. La utilización de esta estrategia implica el mantenimiento de vínculos con los amigos y la comunidad durante las dificultades, buscando consejo en parientes, vecinos, amigos y personas que hayan enfrentado circunstancias similares y les puedan brindar información al respecto. En el cuadro 5 se encuentra la clasificación de las estrategias mencionadas anteriormente. 1.3.5 La red social familiar. Según Sluzky33, cada miembro de una familia, un grupo o una institución se enriquece a través de las múltiples relaciones que cada uno manifiesta, debido a que la red social representa la sumatoria de todas las relaciones que cuentan realmente o que son percibidas como tales por el individuo, ésta define el nicho social propio que contribuye a su reconocimiento. Así mismo, la red constituye una fuente esencial de sentimiento de identidad, del deber ser, de competencia, de acción, así como las actitudes habituales a nivel de la salud y del modo de adaptación a una crisis. Ross Speck y Carolyn Attneave34 (1973), trabajando originariamente en las mismas comunas contraculturales en las que Speck vivía, aplicaron estas nociones de manera pionera al combinar en reuniones terapéuticas a la familia extensa con la red informal de relaciones, para el manejo de pacientes en crisis. Cuadro 5. Clasificación de las estrategias de afrontamiento ESTRATEGIAS INTERNAS ESTRATEGIAS EXTERNAS 33

SLUZKY, E. Carlos. La red social, frontera de la práctica sistémica. Buenos Aires. Gedisa, 1990. p. 20-48 34

SPECK, R. La intervención de red social, las terapias de red, teoría y desarrollo. Barcelona. Paidos, 1989. p. 20-56

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Reestructuración: Es la habilidad para redefinir las experiencias estresantes de manera que sean más aceptables y manejables. Permite ver cómo la familia cambia su punto de vista gracias a la confianza en su capacidad para manejar los problemas. Evaluación pasiva: Para equilibrar las conductas más activas incluidas en otros factores, esta estrategia se enfoca sobre los comportamientos menos activos que podría desplegar una familia ante el estrés. Para adoptar una actitud más pasiva se minimiza la propia responsabilidad y la iniciativa para afrontar las dificultades.

Obtención de apoyo social: Hace referencia a la habilidad para usar los recursos de familiares, amigos y vecinos. Movilización familiar para obtener y aceptar apoyo: Es la habilidad para buscar recursos en la comunidad y aceptar ayuda.

Búsqueda de apoyo espiritual: Es la habilidad familiar para acercarse a este tipo de soporte. Fuente: Estrés en la familia colombiana: tensiones típicas y estrategias de afrontamiento. El grado de visibilidad del lenguaje de "red social", y la atención que le ha sido prestada en términos de prácticas clínicas por el campo de la salud mental en general, y el de la terapia familiar en particular, ha fluctuado dramáticamente en el curso de los últimos treinta años. Así, el modelo de red tuvo una centralidad inicial notoria con la publicación de los trabajos arriba mencionados de Speck y Attneave, siendo congruente con la ideología y las prácticas del movimiento de salud mental comunitaria. Con todo, con el aumento de la especialización territorial del campo de la terapia familiar y con la involución progresiva de los proyectos de psiquiatría comunitaria, estos modelos perdieron visibilidad. Esto se expresó en una reducción llamativa de las contribuciones acerca de la red social en el conjunto creciente de publicaciones profesionales sobre terapia familiar y sobre salud mental. Hubo un esfuerzo fallido de revitalización por parte de los fieles al modelo a través de la creación de un par de revistas destinadas a los trabajos sobre red, pero estas publicaciones desaparecieron al poco tiempo, víctimas de la baja demanda temática especializada, algo bastante razonable, considerando que las terapias de red no son intervenciones exclusivas sino inclusivas. Con todo, en épocas recientes ha tenido lugar un cierto renacimiento del interés en ese tema en diversas partes del mundo, incluyendo publicaciones en Suecia, Holanda, Bélgica, los Estados Unidos y Argentina. A esta lista merecen agregarse las estrategias "macro" desarrolladas en la actualidad en Nueva York por Salvador

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Minuchin y su equipo para transformar los procesos y los objetivos de agencias públicas de servicios sociales de protección al menor. •El modelo de la "red social". Los contextos culturales y subculturales, los contextos históricos, políticos, económicos, religiosos, de circunstancias medioambientales, de existencia o carencia de servicios públicos, de idiosincrasias de una región o un país o un hemisferio, sostienen y forman parte del universo relacional del individuo. En un nivel más microscópico, a su vez, la red social personal puede ser definida como la suma de todas las relaciones que un individuo percibe como significativas o percibe como diferenciadas de la masa anónima de la sociedad. Esta red corresponde al nicho interpersonal del individuo, y contribuye sustancialmente a su propio reconocimiento como persona y a su imagen de sí. Constituye una de las claves centrales de la experiencia individual de identidad, bienestar, competencia y protagonismo o autoría, incluyendo los hábitos de cuidado de la salud y la capacidad de adaptación en una crisis. Speack y Atteneave definen la red social como “el campo relacional total de una persona y que tiene por común una representación espacio temporal.” 35 Su grado de visibilidad es bajo, pero en cambio posee numerosas propiedades vinculadas con el intercambio de información, tiene pocas reglas formales, pero está compuesta por las relaciones entre muchas personas, algunas de las cuales son conocidas por muchas personas entre ellas, siendo a menudo este nexo, ignorado por las personas conectadas. Según Sluzky,36 la red social personal puede ser registrada en forma de mapa (Figura 2), la cual incluye a todos los individuos con los que interactúa una persona dada. El mapa puede ser sistematizado en cuatro cuadrantes, a saber: familia, amistades, relaciones laborales o escolares (compañeros de trabajo o estudios), relaciones comunitarias, de servicio (por ejemplo, servicios de salud) o de credo. En cada uno de estos campos hay personas significativas que han tenido una relación positiva o negativa con la persona que se halla en el centro del mapa. Figura 2. Mapa de red social

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SPECK, R y ATTENEAVE, C. Redes familiares. Buenos Aires. Paidos, 1974, p. 33-58

36

SLUZKY, Op. Cit., p. 33

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Familia

Amigos

Relaciones Comunitarias

Rel. Laborales

Fuente: La red social, frontera de la práctica sistémica (Sluzky E. Carlos) Este método hace que el paciente identificado tome conciencia de su red social, para que él mismo pueda utilizarlo de un modo constructivo. En otros casos, puede ser ayudado a movilizar y disponer libremente de los recursos de su red, modelos de relación destructiva, conflictos y/o relaciones rotas pueden aclararse y surgir oportunidades de modificar y convertirlas en recursos constructivos. Sobre estos cuadrantes se inscriben tres áreas, a saber: Un círculo interior de relaciones íntimas (tales como familiares directos con contacto cotidiano, y amigos cercanos). Un círculo intermedio de relaciones personales con menor grado de compromiso (tales como relaciones sociales o profesionales con contacto personal pero sin intimidad, "amistades sociales", y familiares intermedios). Un círculo externo de conocidos y relaciones ocasionales (tales como conocidos de escuela o trabajo, buenos vecinos, familiares lejanos, o cofeligreses). La red puede ser evaluada en términos de sus características estructurales (propiedades de la red en su conjunto), de las funciones de los vínculos (tipo prevalente de intercambio interpersonal característico de vínculos específicos y de la suma o combinación del conjunto de vínculos) y de los atributos de cada vinculo (propiedades específicas de cada relación). •Características estructurales Las características estructurales de la red son: 62

Tamaño. Número de personas en la red. El promedio mínimo de relaciones que puede mantener un individuo en los diferentes contextos en que se desenvuelve corresponde a 15 relaciones. Hay indicaciones de que las redes de tamaño mediano son más efectivas que las pequeñas o las muy numerosas. Las redes mínimas son menos eficaces en situaciones de sobrecarga o tensión de larga duración, ya que los miembros comienzan a evitar el contacto para evitar la sobrecarga o, en caso contrario, tienden a sobrecargarse. Las redes muy numerosas, a su vez, corren el riesgo de la inacción basadas en el supuesto de que ''ya alguien se debe estar ocupando del problema", entre los factores que afectan el tamaño de la red se incluyen las migraciones y relocaciones (que reducen tanto dramáticamente el tamaño como el acceso de la red), y el paso del tiempo (falta de acceso a la renovación). Densidad. Es la conexión entre miembros independientemente del informante (amigos míos que son amigos entre sí; parientes cercanos que son a su vez íntimos entre sí; etc.); un nivel de densidad medio favorece la máxima efectividad del grupo al permitir cotejamiento de impresiones ("La noto deprimida. A ti qué te parece?"); una red con nivel de densidad muy alto favorece la conformidad en sus miembros (presión para la adaptación del individuo a las reglas del grupo) y, si la desviación individual persiste, favorece la exclusión del individuo de la red, y tiene así mismo más inercia y un nivel de efectividad más bajo; un nivel de densidad muy bajo reduce la declividad por la falta del efecto potenciante del cotejamiento; con todo, la evaluación de la dimensión "densidad" debe complementarse con análisis más cualitativos, tales como detectar la presencia de subsistemas coherentes o conjuntos en una red (que poseen en general mayor poder e influencia) y su relación con el individuo. Composición o distribución. Hace referencia a que proporción del total de miembros de la red está localizada en cada cuadrante y cada círculo; las redes muy localizadas son menos flexibles y efectivas y generan menos opciones que las redes de distribución más amplia; esto se aplica tanto a la distribución en cuadrantes como en círculos, de igual forma las redes muy amplias pero homogéneas (tal como el caso de las sectas o cultos fanáticos) muestran más inercia y por lo tanto menos reactividad. Dispersión. Es la distancia geográfica entre los miembros, lo que, obviamente, afecta la facilidad de acceso al y del informante, y por lo tanto afecta tanto la sensibilidad de la red a las variaciones del individuo como la eficacia y velocidad de respuesta a las situaciones de crisis. Otros autores prefieren definir esta variable como accesibilidad, es decir, facilidad de acceso o contacto para generar comportamientos efectivos. La utilización de la distancia geográfica para evaluar esta variable está en proceso de revisión constante, gracias a adelantos recientes tales como las redes de computadoras tipo Internet, que generan nuevas

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posibilidades de acceso a redes intensas, altamente reactivas y potencialmente sensibles. Homogeneidad y heterogeneidad demográfica y sociocultural. Se determina según la edad, sexo, cultura y nivel socioeconómico, con ventajas e inconvenientes en términos de identidad, reconocimiento de señales de estrés, activación y utilización. Atributos de vínculos específicos. Tales como intensidad o tropismo, es decir, compromiso y carga de la relación, durabilidad e historia en común. Tipo de funciones cumplidas por cada vínculo y por el conjunto. Se refiere a los aspectos que se especificarán a continuación. •Funciones de la red. El tipo prevalente de intercambio interpersonal entre los miembros de la red determina las llamadas funciones de la red, entre éstas se encuentran: Compañía social. Hace referencia a la realización de actividades conjuntas o simplemente estar juntos. Apoyo emocional. Son intercambios que connotan una actitud emocional positiva, clima de compresión, simpatía, empatía, estímulo y apoyo; es el poder contar con la resonancia emocional y la buena voluntad del otro; es el tipo de función característica de las amistades íntimas y las relaciones familiares cercanas con un nivel bajo de ambivalencia; para subrayar la diferencia entre esta función y la anterior, algunos autores diferencian entre “interactores frecuentes” y relaciones de intimidad (algunos compañeros de trabajo por ejemplo, pueden ser interactores frecuentes, pero no íntimos, algunos familiares íntimos pueden ser tanto interactores frecuentes como íntimos, etc.). Guía cognitiva y consejos. Se define como las interacciones destinadas a compartir información personal o social, aclarar expectativas y proveer modelos de rol. Regulación (o control) social. Interacciones que recuerdan o reafirman responsabilidades o roles, neutralizan las desviaciones de comportamiento que se apartan de las expectativas colectivas, permitiendo una disipación de la frustración y de la violencia, y favorecen la resolución de conflictos. Muchos de los ritos y rituales sociales actúan como recordatorio de esas restricciones. Ayuda material y de servicios. Es la colaboración específica sobre la base del conocimiento experto o ayuda física, incluyendo los servicios de salud.

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Acceso a nuevos contactos. Se refiere a la apertura de puertas para conexión con personas y redes que hasta entonces no eran parte de la red social del individuo; éste es potencialmente un atributo de toda relación, pero aparece como rasgo importante sólo en algunas. Las funciones de los vínculos se estabilizan a partir de su reiteración exitosa ("la prueba del tiempo"). Con todo, ciertos eventos especiales pueden transformar relaciones con funciones multifacéticos en vínculos, que simbolizan una función, o un recuerdo específico. •Atributos del vínculo. Cada vínculo puede ser analizado en términos de sus atributos, a saber: Las funciones prevalecientes. Hace referencia a la función o combinación de funciones que caracterizan de manera dominante a ese vínculo. La multidimensionalidad o versatilidad. Determina cuántas de esas funciones cumple esa persona amiga, si es una compañía social buscada y si además es un buen paño de lágrimas y fuente de consejos, en tanto que esa otra es magnífica para las actividades sociales pero imposible como consejera. La reciprocidad. Es decir, si tú cumples para con esa persona el mismo tipo de funciones, o funciones equivalentes, a las que esa persona cumple para ti, o no; este atributo es también conocido como "simetría-asimetría". La intensidad o el compromiso de la relación. Es el tropismo o atracción entre los miembros; esta variable puede ser definida también como "grado de intimidad". La frecuencia de los contactos. Al respecto, merece notarse que, a mayor distancia, mayor el requerimiento de mantener activo el contacto para mantener la intensidad; al mismo tiempo, muchos vínculos intensos pueden ser reactivados rápidamente aun cuando haya transcurrido un lapso importante entre contactos. La historia de la relación. Especifica desde hace cuánto tiempo se conocen y cuál es la experiencia previa de activación del vínculo. Cada una de estas variables son interdependientes. Por ejemplo, una relación con mucha historia en común mantiene intensidad aun cuando los contactos no sean muy frecuentes. La estabilidad y confiabilidad del vínculo, por lo tanto, resulta de una combinación de funciones.

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2. DISEÑO METODOLÓGICO 2.1 TIPO DE ESTUDIO La presente investigación se desarrolló a partir de un estudio cuantitativo, dado que las variables a considerar fueron en su mayor parte características numéricas; el diseño fue descriptivo de corte transversal, en la medida en que se buscó determinar las estrategias de afrontamiento utilizadas por las familias con mujer cabeza de hogar de la Organización Femenina Popular en situaciones de crisis, en un solo momento de tiempo. 2.2 POBLACIÓN La población objeto de estudio estuvo conformada por las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular (O.F.P) y correspondieron a un total de 37 familias de estratos uno y dos de la Comuna 4. La presente investigación se realizó tomando la totalidad de la población de mujeres cabeza de familia que eran miembros activos de la casa Sur Sur de la Organización Femenina Popular, entendiéndose miembro activo como aquélla mujer cabeza de hogar que se encontraba en ese momento vinculada a la organización y que asistía de forma continua a las diferentes actividades, reuniones y eventos que se realizaran al interior de la misma. 2.3 UNIDAD DE ANÁLISIS La unidad de análisis correspondió a la familia con mujer cabeza de hogar perteneciente a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular de Barrancabermeja en el año 2004. 2.4. TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN 2.4.1 Instrumentos. Los instrumentos que se emplearon para recolectar la información fueron los siguientes: 67

•Escala de evaluación personal del funcionamiento familiar en situaciones de crisis (F-COPES). Esta prueba fue creada con el fin de identificar la efectiva solución de problemas y las estrategias conductuales utilizadas por las familias en dificultades o situaciones problemáticas. F-COPES se basa en las dimensiones de manejo exitoso de las crisis del modelo Doble ABCX, en el cual se integran los siguientes factores: acumulación de las fuentes de estrés, recursos familiares y sentido / percepción. Esta prueba destaca 30 conductas de situaciones críticas, las cuales se enfocan sobre los dos niveles de interacción subrayados en el modelo doble ABC-X: Individuo – sistema familiar, o las formas como internamente las familia manejan sus dificultades y problemas entre los miembros; Familia – ambiente social, o las formas como las familias manejan los problemas o demandas que surgen en el exterior de sus fronteras, pero que afectan a la familia como unidad o a sus miembros. Se plantea la hipótesis de que las familias que operan niveles de interacción se adaptarán más exitosamente a las situaciones de estrés. Las estrategias de afrontamiento que pueden identificarse a partir de la aplicación de este instrumento pueden ser de tipo interno o externo, en el primer grupo se encuentran la reestructuración y la evaluación pasiva y el segundo grupo está conformado por la búsqueda de apoyo social, búsqueda de apoyo espiritual y la movilización familiar para obtener y acepar ayuda. La puntuación para la identificación de dichas estrategias se realiza en rangos que van de 1 a 5, donde: 1 corresponde a marcado desacuerdo, 2 moderado desacuerdo, 3 ni de acuerdo ni en desacuerdo, 4 moderado acuerdo y 5 marcado acuerdo (Anexo D). •Mapa de red social. Es la suma de todas las relaciones que un individuo percibe como significativas o diferenciadas de la masa anónima de la sociedad. Esta red comprende el nicho interpersonal de la persona y contribuye substancialmente a su propio reconocimiento como individuo y a la imagen de sí. La red social personal puede ser registrada como mapa mínimo que incluye a todos los individuos con los que interactúa una persona dada. El mapa puede quedar sistematizado en 4 cuadrantes, a saber: Familia, amistades, relaciones laborales y escolares y relaciones comunitarias o de servicios. En dichos cuadrantes se inscriben las personas significativas que han tenido algún tipo de relación con la persona que se halla en el centro del mapa, registrándolas en las siguientes áreas: Un círculo interior de relaciones íntimas (tales como familiares directos con contacto cotidiano, y amigos cercanos). 68

Un círculo intermedio de relaciones personales con menor grado de compromiso (tales como relaciones sociales o profesionales con contacto personal pero sin intimidad, "amistades sociales", y familiares intermedios). Un círculo externo de conocidos y relaciones ocasionales (tales como conocidos de escuela o trabajo, buenos vecinos, familiares lejanos, o cofeligreses). La red puede ser evaluada en términos de sus características estructurales (propiedades de la red en su conjunto), de las funciones de los vínculos (tipo prevalente de intercambio interpersonal característico de vínculos específicos y de la suma o combinación del conjunto de vínculos) y de los atributos de cada vinculo (propiedades específicas de cada relación) (Anexo E). •Ficha sociodemográfica. Esta ficha permite determinar las características sociodemográficas de una población determinada, como información personal donde se encuentran dirección, teléfono, nombre, rol, edad, nivel de escolaridad, ocupación, estado civil y lugar de nacimiento; aspectos relacionados con el tipo de posesión de la vivienda (casa propia, arrendada y finca o lote propio) y las condiciones económicas, referente a los ingresos y gastos de la familia (Anexo F). 2.4.2 Proceso de recolección de la información. El proceso de recolección de la información se realizó contactando inicialmente a la Directora de la Organización Femenina Popular, para determinar la población de mujeres cabeza de familia y quien sugirió realizar el estudio con las familias pertenecientes a la Casa Sur – Sur, dado que en esta sede no se había realizado algún tipo de investigación. Posteriormente, se realizó una entrevista con la Coordinadora de la Casa Sur - Sur donde se dio a conocer el objetivo de la investigación, los criterios de selección de la población y los aportes que ésta traería a dichas mujeres y a la Organización como tal. Así mismo, se acordó asistir a las diferentes reuniones que se realizaban en esta casa para explicar en términos generales a las mujeres las características de la investigación; luego de dicha intervención se procedió a la inscripción voluntaria de las mujeres cabeza de familia, a quienes se les solicitaba los datos personales para su posterior contacto. Luego de determinar la población se elaboró una guía de las familias a visitar, agrupándolas por sectores para agilizar el proceso de aplicación de los instrumentos, posteriormente se realizó la recolección de información y datos generales de las familias a través de las visitas domiciliarias programadas con anterioridad, en dichas visitas se llevó a cabo la aplicación del Formato del Perfil Sociodemográfico, Escala de Evaluación Personal del Funcionamiento Familiar en

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Situaciones de Crisis y el Mapa de Red Social; dicha aplicación se realizó a partir de una visita a cada una de las familias objeto de estudio. En la aplicación de estos instrumentos, inicialmente se seleccionaban los miembros de la familia con mujer cabeza de hogar que cumplían los criterios para diligenciar los diferentes formatos, como son ser mayor de 12 años y menor de 80; cada miembro respondía de forma individual las preguntas correspondientes al FCOPES y al mapa de red social, mientras que el perfil sociodemográfico era resuelto por la mujer cabeza de familia. Durante el proceso de recolección de la información se hizo evidente un alto grado de aceptación y colaboración de cada uno de los miembros de las diferentes familias visitadas, dado que hubo receptividad en las diferentes preguntas propias de la aplicación de los instrumentos, de igual forma, pese al bajo grado de escolaridad de algunos integrantes de la familia lograron comprender con facilidad las instrucciones dadas por los investigadores según el tipo de instrumento aplicado, lo que permitió que las respuestas dadas fueran claras y precisas, aspecto que favorece el nivel de confiabilidad y validez de los resultados arrojados por la presente investigación. 2.5 PLAN DE ANÁLISIS 2.5.1 Procesamiento de la información. La información recolectada a partir de las variables contempladas en el F-COPES y mapa de Red social fue procesada en forma manual por los investigadores. 2.5.2 Análisis de la información. Se realizó un análisis de la información univariado para los siguientes atributos: Estrategias de afrontamiento: •Reestructuración •Evaluación pasiva •Obtención de apoyo social •Movilización familiar para obtener y aceptar ayuda •Búsqueda de apoyo espiritual Características de la Red social: •Tamaño •Composición

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Características sociodemográficas: •Rol •Edad •Escolaridad •Ocupación •Estado civil •Ciclo vital •Tipología familiar •Ingresos familiares 2.5.3 Presentación de la información. La información fue presentada a partir de cuadros, con el fin de representar de forma ilustrada los porcentajes obtenidos en la investigación acerca de las estrategias de afrontamiento empleadas en situaciones de crisis por las familias con mujer cabeza de hogar. 2.6 CONTROL DE SESGOS DE INFORMACIÓN Para la presente investigación no se tuvieron en cuenta los sesgos de selección, dado que se abordó la totalidad de la población de mujeres cabeza de familia pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la O.F.P. Para el control de sesgos en la información se tuvieron en cuenta los siguientes aspectos: Instrumento. El F-COPES, es un instrumento que se desarrolló con el fin de identificar las estrategias de afrontamiento utilizadas en situaciones de crisis por las familias, dicho instrumento cuenta con altos niveles de confiabilidad, validez y utilidad clínica. Encuestado. Las personas o miembros de las familias a quienes se les aplicó el instrumento de la investigación recibieron especificaciones claras y precisas por parte de los investigadores, en relación con los objetivos de la investigación y al momento de la aplicación de la prueba se les brindó las instrucciones específicas para evitar así distorsiones en los datos y en esa medida garantizar la veracidad de dicha información. Encuestador. Los encuestadores corresponden a los investigadores quienes recibieron entrenamiento no sólo para la aplicación de los instrumentos, sino también para establecer el contacto con las familias objeto de estudio; para ello se

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unificaron los criterios con el fin de obtener información de forma objetiva y confiable. 2.7. ASPECTOS ÉTICOS Los aspectos éticos que se tuvieron en cuenta para el desarrollo de la presente investigación están basados en el Código Ético del Psicólogo en Colombia, según el cual la reglamentación contemplada en el capítulo 16 para la realización de investigaciones es la siguiente: El psicólogo al planear y llevar a cabo investigación científica con participantes humanos o no humanos, debe basarse en los principios éticos de respeto y dignidad, y resguardar el bienestar y los derechos de los participantes. Las leyes y los códigos éticos deben respetarse. En último término el investigador es el juez definitivo de su propia conducta. La responsabilidad recae siempre sobre el investigador. Es preciso ser honestos. Esto incluye describir los hallazgos científicos tal como se encontraron. Evitar el fraude, la descripción sesgada de los hallazgos y ocultar información científica que contradiga los resultados. Hay que reconocer la fuente y el origen de las ideas. Se toman de otros investigadores, de estudiantes y/o de colegas y se debe reconocer dicho origen. No se debe proclamar prioridad sobre una idea científica que no le pertenece al investigador. A los coautores, colaboradores y asistentes se les debe dar el debido reconocimiento. El plagio y la copia de resultados científicos se deben evitar a toda costa. Al trabajar con participantes humanos, es necesario que ellos estén informados del propósito de la investigación. Se debe respetar su privacidad. Los participantes tienen derecho a ser protegidos de daño físico y psicológico y a ser tratados con respeto y dignidad. El participante humano puede elegir si participa o no en la investigación o si se retira en cualquier momento, sin recibir ninguna consecuencia negativa por negarse a participar o por retirarse de la investigación. El participante humano tiene derecho al anonimato cuando se reporten los resultados y a que se protejan los registros obtenidos. El consentimiento informado deben firmarlo los participantes de la investigación. Se les debe decir en qué consiste la investigación, por qué se les seleccionó para 72

participar en ella, cuánto tiempo y esfuerzo requerirá su participación. Se les especificará claramente que su participación es completamente voluntaria, que pueden negarse a participar o retirarse de la investigación en cualquier momento sin recibir castigo alguno. Especificar si se va a filmar, grabar o si se les va a observar indirectamente (por ejemplo a través de una ventana con visión unidireccional). En el caso de niños pequeños o de personas con limitaciones severas, el consentimiento informado lo firmará el representante legal del participante. Un Comité de Ética debe evaluar los proyectos de investigación científica que puedan implicar riesgo para los participantes. Los datos originales (protocolos de investigación) se deben conservar por lo menos durante dos años.

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74

3. ANÁLISIS DE RESULTADOS Los apartados que se presentan a continuación reúnen información relacionada con los resultados del proceso de investigación adelantado con las familias con mujer cabeza de hogar de la Casa Sur - Sur de la OFP; inicialmente se dan a conocer las características sociodemográficas que contienen datos generales de esta población, luego se contemplan los resultados concernientes a las estrategias de afrontamiento empleadas a nivel de los roles ejercidos por los diferentes miembros del sistema familiar. Posteriormente, se consigna la información correspondiente a las estrategias de afrontamiento movilizadas por las familias como unidad, para contrarrestar las diferentes situaciones de tensión inherentes a la dinámica familiar. Finalmente, el cuarto apartado comprende una descripción detallada de las diferentes características de las redes sociales que hacen parte de las familias objeto de estudio. 3.1 CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS DE LA POBLACIÓN OBJETO DE ESTUDIO Las características sociodemográficas de la población objeto de estudio que se exploraron fueron: la edad, el nivel de escolaridad, la ocupación, el lugar de nacimiento y las condiciones socioeconómicas de las familias con mujer cabeza de hogar que participaron en esta investigación, a fin de establecer una posible relación entre dichas condiciones y la forma en que las familias afrontan las diferentes situaciones de crisis. 3.1.1 Clasificación de las familias de acuerdo al rol ejercido por sus miembros. El cuadro 6 muestra una clasificación del total de las personas participantes en la investigación, de acuerdo al rol ejercido dentro del sistema familiar. El total de los integrantes de las diferentes familias correspondió a 140 personas, de las cuales el 26% cumplen el rol de mujer cabeza de familia, el 4% son cónyuges, el 59% son hijos y el 11% restante concierne a otros familiares como padres, nueras, yernos y nietos, entre otros. Estos datos denotan que en estas familias existe un marcado predominio de personas que cumplen el rol de hijos y otros familiares, que en su mayoría no aportan en términos económicos al sostenimiento del hogar, lo cual demanda por 75

parte de la mujer cabeza de familia atención y cuidados, a la vez que incrementa los gastos y responsabilidades que esta debe asumir. Cuadro 6. Distribución porcentual según rol de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. NÚMERO DE MIEMBROS POR ROL FRECUENCI A PORCENTAJE Mujer cabeza de familia 37 26% Cónyuge 5 4% Hijos 83 59% Otros familiares 15 11% TOTAL 140 100% Fuente: Perfil sociodemográfico. 3.1.2 Promedio de hijos por familia. Respecto al número de hijos existentes en el sistema familiar, se encontró que el 94% de las familias posee de 1 a 4 hijos y el 6% restante son familias sin hijos; de manera que el promedio general del número de hijos por familia corresponde a 2.2, tal como se puede observar en el cuadro 7. Cuadro 7. Distribución porcentual del número de hijos que poseen las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. NÚMERO DE PROMEDIO DE HIJOS POR FRECUENCIA PORCENTAJE HIJOS POR FAMILIA FAMILIA Sin hijos 2 6% Un hijo 9 24% Dos hijos 10 27% Tres hijos 9 24% Cuatro hijos 7 19% TOTAL 37 100% 2.2 Fuente: Perfil sociodemográfico. Sin embargo, pese a que el promedio de hijos por familia es relativamente bajo, las mujeres cabeza de familia enfrentan dificultades de tipo laboral, económico y disponibilidad de tiempo para brindar atención, cuidados y afecto a los miembros 76

del sistema familiar, lo cual implica una satisfacción parcial de las necesidades básicas y afectivas de la familia. 3.1.3 Tipología Familiar. En cuanto a la tipología familiar (Cuadro 8), se denota que el 67% del total de las familias es uniparental, de manera que la responsabilidad de la familia recae sobre la madre; el 22% corresponde a familias extensas en donde conviven otros parientes cercanos como nietos, nueras, yernos, entre otros y el 11% restante son familias tradicionales o nucleares conformadas por el padre, la madre y los hijos, sin embargo, es importante resaltar que en estas familias es la mujer la que asume la jefatura del hogar, dado que en la mayoría de los casos sus cónyuges se encuentran desempleados o poseen trabajos inestables que ofrecen pocos ingresos económicos que no alcanzan a suplir las necesidades básicas del sistema familiar. Cuadro 8. Distribución porcentual de la tipología familiar de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. TIPOLOGÍA FAMILIAR FRECUENCIA PORCENTAJE Familia tradicional o nuclear Familia extensa Familia uniparental TOTAL Fuente: Perfil sociodemográfico.

4

11%

8 25 37

22% 67% 100%

3.1.4 Ciclo vital familiar. Teniendo en cuenta el ciclo vital familiar (Cuadro 9), se encontró que el 41% de las familias objeto de estudio, son familias con hijos adolescentes, el 35% se encuentra en la etapa salida de los hijos del hogar, el 16% corresponde a familias con hijos en edad escolar, el 5% se encuentra en la etapa de nido vacío y el 3% restante son familias con hijos en edad preescolar. De manera que el 60% de estas familias están conformadas por hijos que se encuentran en la etapa de la niñez y la adolescencia, por tanto requieren una mayor orientación, guía y cuidado de sus padres para un adecuado desarrollo físico y emocional, aspectos que le exigen a la mujer cabeza de familia un mayor esfuerzo en la organización de su rutina diaria, dado que debe asumir el rol de padre y madre al mismo tiempo, satisfaciendo las necesidades económicas y

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emocionales de sus hijos, a la vez que debe propender por el mantenimiento del equilibrio propio del sistema familiar. 3.1.5 Perfil de edad de la población. Las edades de las mujeres cabeza de familia, participantes en esta investigación, oscilan entre los 19 y 64 años de edad (Cuadro 10), de manera que el 97% se ubica entre los 26 y 64 años de edad. Cuadro 9. Distribución porcentual del ciclo vital de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. CICLO VITAL FAMILIAR FRECUENCIA PORCENTAJE Familias con hijos en edad preescolar (0 – 5 años) Familias con hijos en edad escolar (6 – 12 años) Familias con hijos adolescentes (13 – 18 años) Salida de los hijos del hogar (19 – 30 años) Nido vacío TOTAL

1

3%

6

16%

15

41%

13

35%

2

5%

37

100%

Fuente: Perfil sociodemográfico. Por su parte, el 40% de los cónyuges de las mujeres cabeza de familia se encuentran entre los 26 y 39 años de edad, el 40% entre los 40 y 64 años y el 20% restante posee 65 o más años de edad; de manera que el 80% se encuentra entre los 26 y 64 años, al igual que sus parejas. Respecto a los hijos, se encontró que el 8% está entre los 0 y 5 años de edad, el 34% está entre los 6 y 12 años, otro 34% está entre los 13 y 18 años, el 13% está entre los 19 y 25 años, el 10% está entre los 26 y 39 años y el 1% restante se encuentra entre los 40 y 64 años de edad; por ende el 76% de los hijos dependen económicamente de la madre por encontrarse entre los 0 y 18 años de edad, lo cual les impide aportar significativamente al sostenimiento del hogar. 78

Finalmente, el 33% de los demás integrantes del sistema familiar, agrupados en la categoría de otros familiares, se encuentra entre los 0 y 5 años de edad, el 26% está entre los 6 y 12 años, el 7% está entre los 19 y 25 años, otro 7% está entre los 26 y 39 años, el 7% se encuentra ente los 40 y 64 años y el 20% restante posee de 65 años en adelante. Lo anterior evidencia que el 59% de estas personas son menores de edad que incrementan el número de responsabilidades que debe afrontar la mujer cabeza de familia. Cuadro 10. Distribución porcentual del Perfil de edad de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. ROL MUJER OTROS CABEZA DE CÓNYUGE HIJOS FAMILIARES FAMILIA ED AD F % F % F % F % 0 a 5 7 8% 5 33% Primera infancia 6 a 12 Segunda infancia

13 a 1 8 Adolescencia 19 a 2 5 Adultez temprana

26 a 3 9 Adultez Intermedia

40 a 6 4 Adultez tardía 65 – Ma s Vejez TOTAL

28

34%

4

26%

28

34%

11

13%

1

7%

1

3%

15

40%

2

40%

8

10%

1

7%

21

57%

2

40%

1

1%

1

7%

1

20%

3

20%

5

100%

15

10 0%

100% 37 Fuente: Perfil sociodemográfico.

83

100%

3.1.6 Perfil del nivel escolar de la población. Respecto al nivel escolar de la población objeto de estudio (Cuadro 11) se encontró que el 59% de las mujeres cabeza de familia tienen un bajo nivel de escolaridad, donde el 8% son analfabetas, el 24% realizó la primaria incompleta, el 27% terminó la primaria, el

79

22% no terminó la secundaria, el 16% realizó la secundaria y el 3% posee un nivel técnico de educación. Por otra parte, el 60% de los cónyuges de las mujeres cabeza de familia posee un nivel de escolaridad insuficiente, ya que el 20% no terminaron la primaria, mientras que el 40% si logró hacerlo, el 20% realizó la secundaria incompleta y el 20% restante terminó sus estudios secundarios. Cuadro 11. Distribución porcentual del nivel escolar de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. RO L

MUJER CABEZA DE FAMILIA

CÓNYUGE

F

%

Analfabeta Menor No Escolar Preescolar

3

8%

Primaria Incompleta Primaria Completa Secundaria Incompleta Secundaria Completa Universitario Incompleto Universitario completo Técnico

9

24%

1

10

27%

8 6

ESCOLARIDAD

TOTAL

1 37

%

F

%

8 2

10% 2%

2 3 1

13% 20% 7%

20%

15

18%

5

32%

2

40%

11

13%

1

7%

22%

1

20%

37

45%

1

7%

16%

1

20%

5

6%

1

7%

1

1%

1

7%

4 83

5% 100%

15

1 00%

3% 100%

F

%

OTROS FAMILIARES

HIJOS

5

100%

F

Fuente: Perfil sociodemográfico. Los bajos niveles de escolaridad que presentan las mujeres cabeza de familia y sus cónyuges, dificultan la adquisición de empleos que permitan devengar 80

ingresos que satisfagan totalmente las necesidades de todos los miembros del sistema familiar, de manera que los trabajos a los que esta población tiene acceso, tienden a reducir las posibilidades de desarrollo personal y los espacios de interacción familiar, a la vez que afecta la comunicación y la convivencia cotidiana, dado que en su mayoría estas labores exigen una alta disponibilidad de tiempo. Respecto al nivel escolar de los hijos, el 10% son menores en edad no escolar, el 2% se encuentra en preescolar, el 18% corresponde a los hijos que están cursando la primaria o que no lograron terminarla, el 13% culminó la primaria, el 45% está cursando la secundaria o no la culminó, el 6% terminó sus estudios secundarios, el 1% está cursando estudios universitarios y el 5% restante posee un nivel técnico. Teniendo en cuenta las edades de los hijos se observa que éstos se encuentran dentro del sistema educativo. Entre los demás integrantes del sistema familiar, como padres, nueras, yernos o nietos, se encontró que el 13% son analfabetas, el 20% son menores en edad no escolar, el 7% está cursando preescolar, el 32% está realizando la primaria o no logró culminarla, el 7% realizó los estudios de primaria, otro 7% está cursando la secundaria o no logró terminarla, el 7% finalizó sus estudios de secundaria y el 7% restante está realizando estudios universitarios. 3.1.7 Perfil de la ocupación de la población. La ocupación que desempeñan los diferentes miembros del sistema familiar de acuerdo al rol que ejercen (Cuadro 12), es la siguiente: el 70% de las mujeres cabeza de familia poseen empleos inestables provenientes de oficios relacionados con labores domésticas, venta de chance, lotería, reciclaje y ventas, el 24% trabaja de manera independiente, en negocios propios como tiendas, sala de belleza, venta de productos por catálogo y modistería; un 3% son jubiladas y el 3% restante se encuentran desempleadas. Así mismo, el 20% de los cónyuges de las mujeres cabeza de familia poseen un empleo inestable correspondiente a la albañilería, mientras que el 80% restante se encuentran desempleados, convirtiéndose en un apoyo emocional para su pareja; de manera que son las madres quienes generalmente responden por el sustento económico y el bienestar de sus familias, dado que los cónyuges que laboran en empleos inestables no logran suplir la totalidad de las necesidades que se generan al interior del sistema familiar. Respecto a la ocupación que desempeñan los hijos, se encontró que el 1% posee un empleo estable, el 11% tiene un empleo inestable, el 1% trabaja de forma independiente, el 22% se dedica a las labores propias del hogar, el 63% son estudiantes, el 11% son desempleados y el 11% restante se ubica en la categoría

81

de no aplica que corresponde a personas no habilitadas para laborar, como niños en edad escolar. Cuadro 12. Distribución porcentual de la ocupación de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. OTROS MUJER RO L FAMILIARES CABEZA DE CÓNYUGE HIJOS FAMILIA OCUPACIÓN

Empleado estable Empleado inestable Trabajador independiente Hogar Estudiante Jubilado Desempleado No aplica TOTAL

F

%

26

70 %

9

24 %

1

3%

1

3%

37

100%

F

%

1

20 %

4

80 %

5

100%

F

%

F

%

1

1%

9

11%

1

1% 2 2%

1

7%

52

6 3%

4

27 %

1

7%

9

11%

4

27 %

9

11%

5

32 %

83

100%

15

100%

Fuente: Perfil sociodemográfico. Finalmente, el 7% de los demás miembros del sistema familiar, correspondiente a los padres, madres, nietos, nueras y yernos se dedica a las labores propias del hogar, el 27% son estudiantes, el 7% son jubilados, el 27% se encuentran desempleados y el 32% restante se ubica en la categoría de no aplica, descrita anteriormente. Los anteriores resultados evidencian que el 74% de los hijos y el 93% correspondiente a la categoría de los demás miembros del sistema familiar, no aportan en términos económicos al sostenimiento de la familia, lo cual incrementa el grado de responsabilidad de la mujer cabeza de familia y limita las posibilidades de desarrollo, afectando la calidad de vida de las mismas. 3.1.8 Perfil del estado civil de la población. En cuanto al estado civil de las mujeres cabeza de familia, se encontró que el 27% son viudas a causa de la 82

muerte natural del cónyuge y violencia social, el 30% son separadas, el 13% conviven en unión libre, de manera que el 100% de los cónyuges de las mujeres cabeza de familia convive también en unión libre y el 30% restante son madres solteras debido a la irresponsabilidad paterna y violencia social (Cuadro 13). Cuadro 13. Distribución porcentual del estado civil de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. MUJER OTROS RO L CABEZA DE CÓNYUGE HIJOS FAMILIARES FAMILIA ES TAD O F % F % F % F % CIV I L 76 92% 9 61% Soltero 1 1% 2 13% Casado 10 27% 1 1% 2 13% Viudo 11 30% Separado 5 13% 5 100% 2 2% 2 13% Unión libre 11 30% 3 4% Madre soltera 37 100% 5 100% 83 100% 15 100% TOTAL Fuente: Perfil sociodemográfico. Respecto al estado civil de los hijos, el 92% son solteros, el 1% son casados, el 1% son viudos, el 2% convive en unión libre y el 4% restante corresponde a madres solteras; de manera que el 3% de los hijos que cuentan con una pareja se mantiene en el hogar materno ya que las condiciones laborales (desempleo o empleo inestable) y económicas no les permiten lograr su independencia. El 61% de los demás integrantes del sistema familiar son solteros, el 13% son casados, el 13% son viudos y el 13% restante conviven en unión libre. 3.1.9 Perfil del lugar de nacimiento de la población. Respecto al lugar de nacimiento de los integrantes de las familias objeto de estudio (Cuadro 14), se encontró que el 81% de las mujeres cabeza de familia son del departamento de Santander, mientras que el 19% restante son oriundos de otros lugares del país. Por su parte, el 60% de los cónyuges de las mujeres cabeza de familia son de Santander y el 40% restante provienen de otras regiones del país. El 98% de los hijos de estas familias nacieron en el departamento de Santander y el 2% restante corresponde a los hijos que nacieron en otras regiones del país. 83

Finalmente, el 87% de los demás integrantes del sistema familiar son del departamento de Santander y el 13% restante pertenece a otros departamentos. Cuadro 14. Distribución porcentual del lugar de nacimiento de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. OTROS MUJER ROL FAMILIARES CABEZA DE CÓNYUGE HIJOS FAMILIA LUGAR F % F % F % F % DE NACIMIENTO 30 81% 3 60% 81 98% 13 87% Santander 7 19% 2 40% 2 2% 2 13% Otros 37 100% 5 100% 83 100% 15 100% TOTAL Fuente: Perfil sociodemográfico. De manera que la mayoría de esta población es oriunda de los diferentes municipios que hacen parte del departamento de Santander. 3.1.10 Otras características sociodemográficas de la población. A fin de lograr un mayor acercamiento a las condiciones de vida de las familias objeto de estudio, se tomaron en cuenta características socioeconómicas que corresponden a las condiciones de vivienda propias de estas familias (Cuadro 15) y al ingreso familiar de las mismas; encontrándose al respecto que el 84% de las familias vive en una casa propia, construida en la mayoría de los casos, en tablas y ubicadas en terrenos de alto riesgo; el 3% de estas familias vive en arriendo, mientras que el 13% restante cuenta con un lote propio. Cuadro 15. Distribución porcentual de las condiciones de vivienda de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. TIPO DE PROPIEDAD FRECUENCIA PORCENTAJE Casa propia 31 84% Casa en arriendo 1 3% Lote propio 5 13% TOTAL 37 100% Fuente: Perfil sociodemográfico.

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Respecto al ingreso familiar (Cuadro 16), se encontró que el 24% de estas familias no alcanza a recibir un salario mínimo mensual, el 68% cuenta con un salario mínimo mensual, mientras que el 8% restante cuenta con dos salarios mínimos mensuales. Cuadro 16. Distribución porcentual del ingreso familiar de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. INGRESO FAMILIAR FRECUENCIA PORCENTAJE Menos de un salario mínimo 9 24% Un salario mínimo 25 68% Dos salarios mínimos 3 8% TOTAL 37 100% Fuente: Perfil sociodemográfico. 3.2 ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO FAMILIAR A NIVEL DE ROLES EJERCIDOS La concepción de la familia como sistema permite comprender por qué las reacciones o eventos que afectan a uno de los miembros evocan también reacciones en los demás y sustenta la idea de que el nivel de estrés de la familia como unidad es cualitativamente diferente de la suma del estrés de cada uno de sus integrantes. Por otra parte, la reacción de uno de ellos, cuando está solo, puede ser muy distinta de la que presenta cuando está en grupo con su familia, aunque a veces la descarga del estrés se expresa a través de uno de los miembros, como parte de la búsqueda del equilibrio entre estabilidad y cambio propia de todos los sistemas; sin embargo, tal descarga es un indicativo de la necesidad de cambio del sistema. La familia bajo estrés construye una realidad simbólica basada en significados compartidos y en expectativas acerca de los papeles de sus miembros, sabiendo que tales significados reciben la influencia de la comunidad, la sociedad y la cultura, pues en este contexto mayor se establecen las normas y las costumbres. Por tal razón, la vulnerabilidad de la familia al estrés está relacionada con sus contextos interno y externo; el primero corresponde a las dimensiones que la familia puede controlar y el segundo a aquellas que se salen de su control.

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Por tanto, la resolución de problemas se refiere a la habilidad familiar para definir el evento estresor y la situación en términos de sus componentes manejables, para identificar cursos alternativos de acción y para dar pasos hacia la solución inmediata y definitiva del problema. Las estrategias de afrontamiento son los patrones y conductas destinadas a mantener y/o fortalecer la organización y la estabilidad de la unidad familiar, mantener el equilibrio emocional y el bienestar de los miembros, obtener y utilizar los recursos internos y los de la comunidad para manejar la situación, y realizar las acciones pertinentes para solucionar las dificultades creadas por el estresor. Dada la importancia de las estrategias de afrontamiento en el desarrollo individual y colectivo de las familias colombianas y el incremento en el número de familias con mujer cabeza de hogar, se determinó la aplicación de la Escala de Evaluación Personal del Funcionamiento Familiar en Situaciones de Crisis (F-COPES) a fin de identificar las estrategias de afrontamiento que emplean estas familias para minimizar el impacto ocasionado por los eventos estresantes que surgen en la vida diaria y como población de referencia se tomó a las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular de Barrancabermeja. Es así que en este apartado se presentarán los resultados que describen de forma detallada el tipo de estrategias empleadas por estas familias, a nivel de los roles ejercidos, para afrontar las diferentes situaciones de crisis y estrés; en el Cuadro 17 se encuentran resumidos dichos resultados. Cuadro 17. Distribución porcentual de las estrategias de afrontamiento familiar a nivel de roles ejercidos por los miembros de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. ROL ESTRATEGIA APOYO SOCIAL REESTRUCTURACIÓN APOYO ESPIRITUAL MOVILIZACIÓN FAMILIAR EVALUACIÓN PASIVA

MUJER CABEZA DE FAMILIA

CÓNYUGE

HIJOS

OTROS FAMILIARES

F

%

F

%

F

%

F

%

8 11 3 2

22% 30% 8% 5%

2 1

33% 17%

14 21

28% 41%

2

50%

1

17%

13

35%

2

33%

16

31%

2

50%

86

TOTAL

37 100% 6 100% 51 100% 4 100% Fuente: Escala de evaluación personal del funcionamiento familiar en situaciones de crisis (F – COPES). Respecto a las mujeres cabeza de familia, la estrategia de afrontamiento empleada con mayor frecuencia, corresponde a la evaluación pasiva, representada por un 35%; en segundo lugar emplean la reestructuración para enfrentar situaciones de crisis con un 30%; le siguen la búsqueda de apoyo social con un 22%, la búsqueda de apoyo espiritual con un 8% y finalmente la movilización familiar para obtener y aceptar ayuda con un 5%. Estos resultados reflejan que frente a las crisis familiares las mujeres cabeza de familia optan por emplear estrategias de tipo interno desplegando, en algunos casos comportamientos poco activos para enfrentar las dificultades, por ende minimizan la propia responsabilidad y la iniciativa para afrontar dichas dificultades, lo cual puede afectar la dinámica y el funcionamiento familiar en la medida en que no se movilizan los recursos internos que posee la familia para tratar de resolver y contrarrestar los agentes externos que perturban el sistema familiar, agudizando así la crisis, más aún cuando es la mujer cabeza de hogar quien debe velar por la satisfacción de las necesidades de los miembros de dicho sistema. No obstante, existe un alto porcentaje de estas mujeres (30%) que tratan de redefinir las situaciones de crisis para hacerlas manejables de una forma racional y aceptable, de manera que estas mujeres intentan movilizar los recursos que posee el sistema familiar para encontrar soluciones a los eventos estresantes que surgen en la cotidianidad, empleando así la reestructuración, dado que estas mujeres consideran que poseen las habilidades y elementos necesarios para dar respuesta a las exigencias del medio. Así mismo, las condiciones sociodemográficas propias de esta población, en las que se evidencian disputas entre los vecinos por temor a perder las viviendas, debido a que esta población hace parte de comunidades en las que muchos de los predios en que habitan no han sido legalizados, y teniendo en cuenta las condiciones económicas que caracterizan a esta población, las mujeres cabeza de familia, gracias a los diferentes espacios de socialización con mujeres de su misma condición y a las capacitaciones brindadas por la O.F.P., orientadas a la adquisición de una habilidad laboral y crecimiento personal, han logrado ver las dificultades en forma propositiva y no como aspectos que limitan su desarrollo laboral, personal y social, dando paso al desarrollo y utilización de mecanismos internos, en donde la dinámica y los recursos que posee cada familia determinan el tipo de estrategia interna a emplear. 87

Por otro lado, se hace evidente en estos resultados que las condiciones económicas propias de estas familias generan en gran medida situaciones de crisis y estrés familiar que requieren de una solución inmediata, lo cual conlleva a que la mujer cabeza de familia espere encontrar en el medio que le rodea una ayuda igualmente de tipo económica que le permita satisfacer las necesidades de su familia, es así que la ayuda de personas, instituciones religiosas y entidades como la Organización Femenina Popular (O.F.P), a la cual pertenecen, puede no ser percibida como la ayuda necesaria que ellas esperan, dado que en la mayoría de los casos estas organizaciones no pueden ofrecer este tipo de apoyo. Lo anterior se convierte en una razón de la baja identificación de las mujeres cabeza de familia frente a las estrategias externas de afrontamiento, constituida por la movilización familiar para obtener y aceptar apoyo, representada sólo con un 5% y la búsqueda de apoyo espiritual correspondiente al 8%. Es importante resaltar que dentro de estos sistemas familiares, sólo las mujeres cabeza de familia emplean la búsqueda de apoyo espiritual como estrategia de afrontamiento, ya que existe una marcada influencia a nivel cultural en donde las costumbres religiosas son mayormente practicadas por la población de mujeres. Por otra parte, los cónyuges de las mujeres cabeza de familia emplean en mayor medida la búsqueda de apoyo social y la evaluación pasiva para enfrentar las situaciones de crisis y estrés familiar, representada cada una con un 33% y seguidas de la reestructuración y la movilización familiar para obtener y aceptar ayuda, con un 17% cada una; en cuanto a la búsqueda de apoyo espiritual no se evidenció porcentaje alguno, dado que no es percibida por los cónyuges como una estrategia de afrontamiento que ofrezca soluciones reales a las diferentes situaciones estresantes que debe enfrentar a diario el sistema familiar. Estos resultados denotan que frente a las situaciones de crisis y estrés familiar algunos de los cónyuges de las mujeres cabeza de familia, optan por buscar ayuda de familiares y amigos cercanos como una forma de contribuir en la solución de dichas situaciones, dado que perciben la existencia de personas en el medio que podrían brindar algún tipo de ayuda; mientras que en otros casos los cónyuges asumen una actitud pasiva frente a la solución de las crisis debido a que no perciben en el medio fuentes de ayuda o porque consideran que al ser la mujer la responsable del sostenimiento de la familia, es a ella a quien le corresponde resolver los problemas familiares. De igual forma, los cónyuges de las mujeres cabeza de familia recurren en la misma medida al empleo de la reestructuración y la movilización familiar para afrontar las situaciones estresantes, es decir, algunos tratan de redefinir los 88

problemas para hallar soluciones razonables, dado que aunque no están asumiendo la responsabilidad económica de su familia intentan brindar apoyo a su pareja como una forma de contribuir en el adecuado funcionamiento del sistema familiar; mientras que los demás cónyuges acuden o motivan a su pareja a la búsqueda de ayuda que proporciona la comunidad y determinadas organizaciones como la O.F.P, debido a que poseen una percepción positiva de estas fuentes de apoyo. Respecto a las estrategias de afrontamiento empleadas por los hijos, se encontró que en primer lugar se halla la reestructuración con un 41%, seguida por la evaluación pasiva con un 31% y la búsqueda de apoyo social con un 28%; de manera que la búsqueda de apoyo espiritual y la movilización familiar para obtener y aceptar ayuda no son percibidas de manera significativa por los hijos para resolver situaciones de crisis y estrés familiar, dado que estas estrategias no ofrecen la misma efectividad al momento del surgimiento del evento estresor, además la búsqueda de apoyo espiritual por sí sola no es una alternativa de solución, ya que las características culturales que presenta el medio en que se desenvuelven los jóvenes no contempla las creencias religiosas como un modelo a seguir por éstos. Los resultados anteriores evidencian que los hijos de estas familias emplean en mayor medida estrategias de tipo interno para afrontar situaciones estresantes, debido posiblemente a que esta población presenta un mayor grado de escolaridad y las crisis propias de esta etapa del ciclo vital suelen ser menos caóticas que las asumidas por los demás miembros del sistema familiar, especialmente la mujer cabeza de familia, aspectos que les brindan la posibilidad de redefinir el conflicto o de movilizar actitudes de pasividad frente a las crisis para que las consecuencias de éstas resulten menos estresantes, lo cual está determinado por los recursos y habilidades que existen a nivel personal y/o familiar. Finalmente, los demás integrantes del sistema familiar, como nietos, padres, madres, nueras y yernos, agrupados en la categoría de otros familiares, emplean de igual forma la reestructuración y la evaluación pasiva para afrontar los eventos estresantes, representadas con un 50% cada una; de tal manera que la búsqueda de apoyo social, la búsqueda de apoyo espiritual y la movilización familiar para obtener y aceptar ayuda, no son empleadas como estrategias de afrontamiento por estas personas. Es importante resaltar que el número de miembros partícipes de la investigación pertenecientes a la categoría de “otros familiares”, corresponde a 4 personas, es decir, sólo un 3% del total de la población, puesto que los demás integrantes pertenecientes a dicha categoría son menores de 12 años, los cuales no poseen la 89

madurez psicológica para responder a los ítems de la prueba (F-COPES) y el restante corresponde a adultos mayores cuyas habilidades intelectivas han disminuido significativamente. Lo anterior se traduce en que sólo dos personas pertenecientes a dicha categoría utilizan de forma predominante la reestructuración como estrategia de afrontamiento ante estresores situacionales y eventos de transición, ya que participan activamente en la resolución de dificultades que se presenten al interior de la dinámica familiar y por el contrario los dos miembros restantes utilizan la evaluación pasiva, lo cual evidencia el posible grado de dependencia de estos miembros hacia los demás integrantes del sistema familiar en especial la mujer cabeza de familia. 3.3 ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO FAMILIAR A NIVEL GLOBAL Las estrategias de afrontamiento empleadas por los miembros del sistema familiar a nivel individual, determinan en gran medida los patrones de acción y los recursos que moviliza la familia como totalidad, al momento de enfrentar las crisis y eventos estresores que surgen en su diario vivir, respondiendo así al principio de no sumatividad que caracteriza a las familias desde el punto de vista de la teoría sistémica, según el cual, el todo es mayor y diferente a la suma de sus partes, por lo cual la familia no puede ser descrita simplemente por la adición de los rasgos de sus miembros individuales; la organización familiar y los procesos interaccionales implican un interjuego de la conducta de sus integrantes, de modo que lo que se enfoca en la observación del funcionamiento del sistema familiar son sobre todo los patrones de conexión, y no sólo el desempeño individual. Teniendo en cuenta lo anterior, a continuación se presentan los resultados de las estrategias de afrontamiento que son empleadas de manera global por las familias objeto de estudio, para enfrentar y resolver las diferentes situaciones de crisis y estrés familiar; en el Cuadro 18 se encuentran condensados dichos resultados. Cuadro 18. Distribución porcentual de las estrategias de afrontamiento familiar empleadas a nivel global por las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. ESTRATEGIAS FRECUENCIA PORCENTAJE Reestructuración 44 37% Búsqueda de apoyo social 33 29% Evaluación pasiva 32 28%

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Búsqueda de apoyo espiritual 3 3% Movilización familiar para obtener y 3 3% aceptar ayuda TOTAL 115 100% Fuente: Escala de evaluación personal del funcionamiento familiar en situaciones de crisis (F – COPES). En su mayoría, las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la O.F.P, emplean estrategias internas de afrontamiento para tratar de resolver las dificultades que surgen en el sistema familiar, dado que el 65% de estas familias acude principalmente a la utilización de la reestructuración y la evaluación pasiva, ubicándose éstas dentro de dicha categoría; este resultado difiere de la investigación adelantada por Fayad Baldovino Zulma, Otero Valverde Adriana María y Serpa Vélez Jhorman37 con familias en situación de desplazamiento, según la cual esta tipología familiar acude en mayor medida al empleo de estrategias de tipo externo para dar respuesta a las situaciones de crisis y estrés familiar. El hecho de que las familias objeto de estudio enfrenten las dificultades utilizando los recursos existentes dentro de su propio sistema, se encuentra directamente relacionado con la percepción que tienen de las habilidades, recursos y aportes que podría brindar cada miembro del sistema, de ahí que el 37% de estas familias, empleen los recursos que posee el sistema familiar para afrontar las situaciones de crisis, acudiendo a la reestructuración como mecanismo para redefinir las experiencias estresantes, de manera que puedan ser percibidas de una forma más aceptable y manejable por los miembros del sistema familiar. El anterior resultado se asemeja a los hallazgos de la investigación realizada en 1991 por Ángela Hernández38, donde se encontró que las familias nucleares colombianas acuden a la reestructuración como principal estrategia de afrontamiento en situaciones de estrés familiar.

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FAYAD BALDOVINO, Zulma, OTERO VALVERDE Adriana María y SERPA VÉLEZ Jhorman Enrique. Estrategias de afrontamiento utilizadas por las familias desplazadas de la vereda cuatro bocas, ubicadas actualmente en la antigua normal de señoritas de Barrancabermeja 2003. Barrancabermeja, 2003, 143p. Trabajo de grado (Psicólogos). Universidad Cooperativa de Colombia. Facultad de Psicología. 38

HERNÁNDEZ, Ángela. Estructura, Marco de referencia, Patrones de interacción y Psicoterapia de Familias Urbanas en Colombia. Santa fe de Bogotá, 1991, 132p. Trabajo de grado (Psicóloga). Universidad Santo Tomás de Aquino. Facultad de Psicología.

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El empleo de esta estrategia de afrontamiento podría explicarse a partir de las características que posee la condición de mujer cabeza de familia perteneciente a la O.F.P, en el contexto social y cultural que le rodea, dado que al pertenecer a esta organización tiene la posibilidad de interactuar y aprender de las experiencias de mujeres que se encuentran en su misma condición, a la vez que puede vislumbrar otras perspectivas de su condición de mujer cabeza de familia, por medio de los espacios de capacitación y orientación profesional que allí se ofrece y que propenden por la búsqueda de autonomía e independencia de éstas. Es así que la mujer cabeza de familia logra adquirir una percepción diferente acerca de las crisis que debe afrontar, viéndolas no como un evento catastrófico sino como un evento que puede ser cambiado, mejorado y optimizado para favorecer la calidad de vida del sistema familiar, lo cual va siendo progresivamente asimilado y utilizado por los demás integrantes del sistema familiar que perciben en el ejemplo de la mujer cabeza de familia, otra alternativa para solucionar y enfrentar las difíciles condiciones de vida que les rodean. De esta manera, se van creando las condiciones que refuerzan los vínculos afectivos, los canales de comunicación y los espacios de interacción entre los miembros del sistema familiar, factores que le permiten a la familia percibirse a sí misma como una fuente de apoyo para afrontar las crisis. Por otro lado, el 28% de estas familias emplean como estrategia de afrontamiento, la evaluación pasiva para resolver las dificultades; de manera que al no recibir el apoyo y la ayuda que ellos creen necesitar, por parte de su familia, amigos, instituciones y la comunidad en donde se encuentran, optan por asumir una posición pasiva frente al evento estresor, como una forma de minimizar sus consecuencias, evitando así la búsqueda de recursos para dar solución al mismo. De igual forma, el empleo de esta estrategia en algunos casos, podría explicarse a partir de la poca efectividad que se tuvo al utilizar otros tipos de estrategias para tratar de resolver problemas o conflictos similares, por ende para estas familias resulta más cómodo, desplegar conductas pasivas que permitan evitar de forma temporal las tensiones que genera el afrontamiento de las crisis al interior del sistema familiar. Frente al empleo de estrategias externas de afrontamiento de las crisis, se evidencia que un 29% de las familias con mujer cabeza de hogar utilizan como estrategia la búsqueda de apoyo social para dar respuesta a las exigencias y necesidades que surgen diariamente y con un porcentaje del 3%, se utilizan de igual forma la búsqueda de apoyo espiritual y la movilización familiar para obtener y aceptar ayuda.

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Los anteriores resultados demuestran que hay una mayor tendencia de las familias por compartir de forma especial con parientes y amigos sus dificultades y problemas, como un mecanismo de descarga emocional, dado que en algunos casos la intencionalidad de las familias es encontrar en éstos una actitud de escucha y comprensión, más que la solución inmediata a sus problemas, ya que las personas a las cuales acuden en los momentos de crisis se encuentran en situaciones similares. Por otro lado, algunas razones que podrían explicar la poca búsqueda de apoyo o consejo de instituciones religiosas corresponden en primer lugar a la existencia de pocas iglesias o congregaciones en los sectores en que viven estas familias, aspecto que dificulta el acceso y el acercamiento de las personas para solicitar ayuda y consejo en los momentos de crisis y dificultades; de igual forma, por las características de los problemas que presentan estas familias, que son en su mayoría de tipo económico, a dichas instituciones les resulta difícil dar solución a este tipo de problemáticas y responder en la forma que las familias esperan. Otro de los factores que incide en la poca movilización de esta estrategia, es el tipo de trabajo que desempeñan las mujeres cabeza de familia, puesto que en su mayoría laboran durante todo el día, dedicando el resto de su tiempo a las labores propias del hogar y a la crianza de sus hijos, de manera que los espacios para acudir a instituciones religiosas se ven limitados, no solo para la mujer cabeza de familia sino para los demás miembros del sistema familiar, dado que el 76% del total de esta población corresponde a hijos entre los 0 y 18 años de edad, lo cual los ubica en una etapa en la que no poseen autonomía para la toma de decisiones, no se ha inculcado en ellos esta características o priman elementos relacionados con la moda en los que poco se contemplan costumbres y creencias de índole religioso. Finalmente, la movilización familiar para obtener y aceptar ayuda como estrategia externa de afrontamiento, es poco empleada por las familias objeto de estudio, dado que en el contexto de esta población la única entidad orientada a brindar ayuda a la comunidad es la Casa Sur – Sur de la O.F.P, a la que acuden gran parte de los miembros de las familias en aquellas situaciones en que perciben la posibilidad de obtener algún tipo de beneficio, como espacios de capacitación, orientación, recreación, servicios de salud, educación, entre otros; de manera que los aportes de entidades ajenas a la O.F.P que ofrecen servicios comunitarios son limitados y esporádicos para esta población. 3.4 CARACTERÍSTICAS DE LA RED SOCIAL FAMILIAR

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La red social familiar hace referencia al conjunto de relaciones interpersonales que poseen los miembros del sistema familiar en los diversos contextos en que se desenvuelven, como son el espacio de relaciones con parientes, amigos, la comunidad y compañeros de trabajo, a los cuales la familia acude en búsqueda de apoyo y consejo para enfrentar y resolver las diferentes situaciones de crisis y tensión familiar propias de su diario vivir. Conocer la red social de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la O.F.P, permite tener un mayor acercamiento a las estrategias de afrontamiento de tipo externo, empleadas por estas familias para el afrontamiento y resolución de las situaciones de estrés y tensión, dado que a partir del conocimiento de la red social familiar se pueden identificar los diferentes contextos a los que se dirige la familia para obtener recursos que permitan minimizar el impacto generado por la presencia de eventos estresores en el sistema familiar y en esa medida, ampliar la información acerca de las estrategias de afrontamiento de tipo externo empleadas por estas familias, como son la búsqueda de apoyo social, la búsqueda de apoyo espiritual y la movilización familiar para obtener y aceptar ayuda. De acuerdo a lo anterior, en el presente apartado se describirán de forma general las redes sociales de las familias objeto de estudio, teniendo en cuenta las relaciones existentes en los diferentes espacios de interacción y la cercanía de dichas relaciones con los integrantes del sistema familiar. Esta información se encuentra sintetizada en el Cuadro 19. Cuadro 19. Distribución porcentual de las redes sociales de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la Organización Femenina Popular. Barrancabermeja, 2004. CUADRANTE TIPO DE RELACION

FAMILIA

AMIGOS

F % F % Íntimas 256 38% 322 34 % Intermedias 211 31% 312 32% Distantes 212 31% 323 34% TOTAL 679 32% 957 46% Fuente: Mapa de red social familiar.

RELACIONES COMUNITARIAS

F 33 19 10 62

% 54% 30% 16% 3%

RELACIONES LABORALES

F 96 157 154 407

% 23% 38% 39% 19%

TOTAL

F 707 699 699 2105

% 34% 33% 33% 100%

La información recopilada a partir de la aplicación del mapa de red social a las 37 familias objeto de estudio, permitió determinar que estas familias manejan un total

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de 2105 relaciones distribuidas en los diferentes cuadrantes que conforman dicho mapa, como son familia, amigos, relaciones comunitarias y relaciones laborales. Respecto al tamaño de estas redes sociales se encontró que el promedio de relaciones que mantienen los miembros de cada sistema familiar, no supera las 36 relaciones, de manera que el promedio de relaciones de cada integrante de estas familias es de 9; este es un promedio bajo teniendo en cuenta que el promedio mínimo de relaciones que debe manejar una persona para que su red sea efectiva es de 15 relaciones. Lo anterior, deja en evidencia el bajo nivel de permeabilidad de estos sistemas, en donde probablemente se restringe el flujo de entrada y salida de información del sistema familiar, con el fin de proteger a sus miembros de las influencias del medio externo, al tiempo que limita las posibilidades de ampliar las interacciones y los procesos de socialización en cada uno de los contextos en que se desenvuelven. En cuanto a la composición de los mapas de red, se hace evidente que el mayor número de relaciones corresponde al cuadrante amigos, con un 46%, seguido de familia con un 32%, relaciones laborales con un 19% y por último las relaciones comunitarias con el 3% restante. Estos resultados denotan que las familias objeto de estudio mantienen un mayor número de relaciones en los contextos familiar y social, a los cuales acuden en busca de apoyo en momentos de crisis, aspecto que también se evidenció en los resultados obtenidos a partir de la aplicación del F-COPES acerca de las estrategias de afrontamiento, en donde la búsqueda de apoyo social se ubica como la segunda estrategia mayormente empleada por estas familias (29%). El alto porcentaje de relaciones obtenido por las familias en el cuadrante amigos, podría presentarse debido a que el número de adolescentes y el contexto social en el que se desenvuelven (la escuela) es mayor al de la población adulta, quienes por sus responsabilidades laborales y familiares ven limitados dichos espacios de interacción. Cabe resaltar que estas relaciones se clasifican en relaciones personales íntimas, relaciones con menor grado de compromiso o relaciones intermedias y relaciones ocasionales o distantes, tomándose como criterio para esta clasificación la cercanía y la intensidad de los vínculos establecidos con el sistema familiar. Respecto al tipo de vínculos que se establecen en las diferentes áreas de interacción, se evidencia un 34% de relaciones íntimas ubicadas en el cuadrante amigos, otro 34% corresponde a las relaciones distantes y el 32% restante a relaciones intermedias; por su parte en el cuadrante familia el 38% establece 95

relaciones íntimas, el 31% relaciones intermedias y el 31% restante establece relaciones distantes; de tal forma que las relaciones de estas familias en el contexto social y familiar guardan cierta proporción, en la medida en que, pese a que los porcentajes de relaciones íntimas no son superiores a los demás, para estas familias resulta efectivo acudir a sus amigos y parientes cercanos en busca de ayuda y consejo para enfrentar y resolver las situaciones de estrés familiar. Así mismo, en el cuadrante donde se registran el número de relaciones laborales que manejan los diferentes sistemas familiares, se encontró un 23% de relaciones íntimas, un 38% de relaciones intermedias y un 39% de relaciones distantes; estos resultados denotan que el espacio laboral en que interactúan estas familias no ofrece la posibilidad de establecer vínculos estrechos o relaciones de confianza que le permita a la familia solicitar apoyo y consejo para intentar resolver sus dificultades. Por último, el total de relaciones comunitarias denotan un 54% de relaciones íntimas, un 30% intermedias y un 16% restante corresponde a relaciones distantes; sin embargo, es importante resaltar que este cuadrante corresponde solo al 3% del total de relaciones que poseen estas familias, aspecto que evidencia las pocas posibilidades que tiene la familia para acceder en busca de alternativas y ayuda a los diferentes organismos comunitarios. Pese al alto porcentaje de relaciones íntimas que se evidencian en los cuadrantes mencionados anteriormente, la ayuda y apoyo que pueden brindar estos contextos para el sistema familiar en los momentos de crisis y tensión familiar no es percibida de forma significativa, posiblemente debido a que los porcentajes de personas, instituciones y organizaciones ubicadas en estos cuadrantes son bajos con relación a los cuadrantes de familia y amigos. Lo anterior permite verificar los resultados relacionados con el poco empleo de la movilización familiar para obtener y aceptar ayuda (3%) y la búsqueda de apoyo espiritual (3%) como estrategias de afrontamiento para intentar resolver las crisis familiares, aspecto que podría explicarse a partir del bajo número de personas e instituciones a las que la familia puede acceder en busca de apoyo y consejo para tratar de enfrentar y dar solución a las situaciones de crisis.

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4. CONCLUSIONES Con el transcurrir del tiempo Barrancabermeja se ha convertido en el epicentro de diferentes manifestaciones de la violencia social y el conflicto armado que han ido deteriorando su tejido social, ante estas problemáticas se han creado organizaciones e instituciones que propenden por la reconstrucción del tejido humano, entre estas se encuentra la O.F.P que tiene por objetivo promover el desarrollo integral de las comunidades. Con el propósito de tener un mayor acercamiento a la realidad social y económica de las familias con mujer cabeza de hogar pertenecientes a la Casa Sur – Sur de la O.F.P se realizó una descripción de las características sociodemográficas de las mismas, donde se encontró que son familias con un bajo grado de estabilidad laboral, bajo nivel de escolaridad de los adultos, fuentes de ingresos provenientes de trabajos temporales y subempleo como venta de chance, empleos inestables en casa de familia, taxistas, modistería, venta de productos en el hogar, entre otros; las viviendas en su mayoría son humildes, correspondientes a invasiones,

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algunas de ellas propias y otras en proceso de escrituración contando en muchas ocasiones sólo con los servicios básicos de luz y agua. Las familias que participaron en la investigación están conformadas por un promedio de cuatro personas, la mayoría de ellas con menores en edad escolar, fue poco frecuente la presencia de familias extensas, algunas familias estaban compuestas por padre, madre e hijos, donde el padre era quien asumía las labores del hogar y las mujeres eran quienes cumplían con las responsabilidades económicas del hogar por el desempleo del cónyuge. De acuerdo a lo descrito anteriormente, es probable que el bajo nivel de escolaridad de las mujeres cabeza de familia no les permita acceder a empleos con una remuneración que posibilite satisfacer las demandas del diario vivir de sus familiares, esta situación tiende a agravarse en la medida en que un gran porcentaje de los miembros que componen el sistema familiar, no están en la capacidad de aportar en términos económicos al mantenimiento de la familia, debido a que algunos de ellos son menores en edad no escolar, adolescentes, adultos mayores y sujetos inactivos laboralmente, ya sea por incapacidad física, psicológica o por el desempleo. Del mismo modo la condición socioeconómica de estas familias y el poco tiempo disponible de la madre para el cuidado de sus hijos por sus actividades laborales dificulta el acceso a espacios lúdicos que posibiliten la interacción, comunicación y expresión de afectos indispensables para el fortalecimiento de la dinámica familiar. Por otro lado y tomando como base lo anteriormente planteado, podría determinarse que las familias que fueron objeto de estudio de la presente investigación y dadas sus características sociodemográficas no han tenido ninguna preparación previa para enfrentar los diferentes estresores situacionales, eventos del desarrollo de cada uno de los miembros componentes del sistema y las situaciones de transición naturales y propias de cada etapa del ciclo vital familiar, de ahí se deriva la dificultad de estas familias para generar conductas dirigidas a realizar ajustes al sistema, afectando la adaptabilidad y el mantenimiento del mismo. La mujer cabeza de familia, al no contar con recursos familiares de tipo psicológico, económico y físico, como estabilidad económica, un adecuado nivel de escolaridad, habilidades laborales, apoyo emocional y una red de apoyo social, ve disminuidas sus posibilidades para enfrentar eventos estresores, llevándola a implementar la evaluación pasiva como estrategia de afrontamiento; dicha estrategia al surgir otros eventos estresores externos y acumulativos inherentes a las diferentes etapas del ciclo de vida familiar, trae como consecuencia que las tensiones previas se exacerben y la mujer cabeza de familia perciba estos eventos 98

estresores como sobreexigencias a las cuales debe enfrentarse para generar respuestas eficaces que permitan dar soluciones a largo plazo. Si la mujer cabeza de familia no genera nuevos recursos dirigidos a disminuir el impacto de los eventos estresores y se presenta un excesivo número de cambios y tensiones que afectan a la familia en cortos períodos de tiempo, crece la probabilidad de desestabilización y disolución de la unidad familiar. Frente a este panorama la mujer cabeza de familia cuenta con el apoyo de la O.F.P, quien a través de los diferentes programas y servicios de capacitación y educación para esta población genera espacios para el continúo desarrollo personal, familiar y laboral, esto permite que la mujer cabeza de familia adquiera un mayor grado de independencia, autonomía y seguridad en sí misma para afrontar de una mejor forma las exigencias de la vida diaria. Los cónyuges por su parte, al igual que las mujeres cabeza de familia emplean la evaluación pasiva como mecanismo para reducir el impacto de eventos estresores y de dificultades específicas, principalmente las de carácter económico; esta estrategia es utilizada como una forma para evitar dichas dificultades, puesto que el total de los cónyuges que participaron en la investigación no contaban con un empleo que les representaran ingresos económicos que pudieran ser invertidos en la satisfacción de las necesidades básicas de los miembros del sistema familiar. Del mismo modo ante la poca efectividad de la evaluación pasiva como estrategia de afrontamiento, la presión que ejercen las tensiones sobre la dinámica familiar obliga en un momento dado al cónyuge a buscar en el medio que lo rodea el apoyo que le permita contribuir activamente al afrontamiento de los eventos estresores, disminuir la tensión familiar y el mantenimiento de su rol al interior del sistema familiar. Es importante señalar que los cónyuges emplean de forma alternada estrategias internas y externas de afrontamiento, debido probablemente a la poca claridad del rol que deben asumir dentro del sistema familiar, ya que al ser la mujer quien asume la responsabilidad económica del hogar, el cónyuge se ve precisado a realizar las actividades que culturalmente le son asignadas a la madre, presentándose en él una confusión acerca del papel que debe ejercer dentro del hogar. Por su parte, los hijos de estas familias emplean en mayor medida la reestructuración como mecanismo para redefinir situaciones problemáticas en una forma más racional y aceptable, de modo que tales dificultades sean más manejables, en esta medida, la utilización de la reestructuración por parte de los hijos ayuda a reducir el nivel de vulnerabilidad del individuo y del sistema familiar. 99

Es importante resaltar que los principales problemas que manifestaron los adolescentes participantes de la investigación están más relacionados con los eventos estresantes de tipo definido, donde los hechos que rodean el evento son claros e identificables y con los de tipo agudo, caracterizados por ser eventos difíciles pero de corta duración como reprobar un examen, ruptura de un noviazgo, entre otros. Dichos eventos estresantes se manifiestan principalmente en el contexto académico y social y en menos grado con las dificultades que se presentan al interior del sistema familiar, entre ellas, las de tipo económico, laboral, autoridad, normas, roles, etc. Respecto a los demás integrantes del sistema familiar, entre los cuales se encuentran los nietos, padres, madres, nueras y yernos, los resultados denotan probablemente, que el predominio de las estrategias internas de afrontamiento, se genera a partir de la percepción de dependencia económica que poseen estos miembros del sistema familiar, respecto a su rol en la familia, es decir, al ser la familia la responsable de su sostenimiento económico la participación que tienen en la misma podría verse disminuida, llevándolos a asumir una actitud pasiva frente a la dinámica de la familia. Sin embargo, otros miembros pertenecientes de igual forma a esta categoría, ven la necesidad, dadas las problemáticas que afectan la familia, de contribuir a la solución de las mismas, mediante la realización de evaluaciones cognoscitivas más positivas de las problemáticas, lo que contribuye a la minimización de la presión externa y la reducción del estrés familiar. Así mismo y teniendo en cuenta los argumentos mencionados con anterioridad respecto al empleo de estrategias externas de afrontamiento, los demás integrantes del sistema familiar no acuden en búsqueda de ayuda y apoyo a familiares cercanos, amigos, entidades, instituciones religiosas u organizaciones, dado que no los perciben como elementos que puedan aportar efectivamente a la solución de sus problemáticas. Finalmente, respecto a los resultados obtenidos acerca de las redes sociales de las familias objeto de estudio, se encontró que las relaciones de estas familias con las personas e instituciones del contexto que les rodea, guardan cierta proporción respecto al grado de importancia, no obstante, dicha proporción no resulta significativa frente al afrontamiento del estrés, las crisis y tensiones familiares, dado que factores como la difícil condición socio – económica y la existencia de pocos espacios para la interacción social y emocional propios de estas redes

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sociales, limitan las posibilidades de ampliar su número de relaciones a la vez que no contribuyen en la satisfacción de las necesidades propias del sistema familiar.

5. APORTES APORTES A LAS FAMILIAS CON MUJER CABEZA PERTENECIENTES A LA CASA SUR – SUR DE LA O.F.P

DE

HOGAR

El presente estudio le permite a las familias con mujer cabeza de hogar, identificar la forma en que emplean los recursos existentes en el sistema familiar y en fuentes ajenas a éste, para enfrentar y resolver las situaciones de crisis y estrés familiar que surgen en su diario vivir, de esta manera se adquiere una mayor claridad respecto a los aportes que pueden ofrecer los diferentes miembros del sistema familiar, de acuerdo al rol y a las funciones que ejercen dentro del mismo 101

y las contribuciones que pueden obtener del contexto inmediato que rodea a estas familias. Al ser partícipes del proceso de investigación, las familias pueden comprender que existen otros sistemas que en su diario vivir también se ven abocados a enfrentar y resolver crisis y problemáticas similares a las de su ciclo vital familiar, de modo que el nivel de tensión tiende a disminuir en la medida en que estos eventos se perciben como normales y propios de la evolución familiar, lo cual podría favorecer el patrón de respuesta de estas familias frente a dichas problemáticas. Así mismo, este estudio brinda a las familias con mujer cabeza de hogar, la posibilidad de reconocer y emplear otro tipo de estrategias que les permitan resolver de una forma más efectiva las crisis familiares, logrando así la adaptación a los diferentes cambios ocasionados por las mismas, dado que cuando la familia utiliza nuevos recursos para intentar resolver las dificultades puede mejorar la dinámica y el funcionamiento del sistema familiar. APORTES A LAS ENTIDADES A partir de esta investigación las diferentes entidades, instituciones y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales existentes en la ciudad, especialmente la Organización Femenina Popular (O.F.P), pueden formular, programas de promoción y prevención en salud mental, dirigidas a las familias con mujer cabeza de hogar, para satisfacer así las necesidades reales de esta población, dado que el presente estudio ofrece una amplia caracterización de la dinámica y funcionamiento de estas familias que podría tomarse como base para diseñar proyectos que permitan mejorar la calidad de vida de estas familias y contribuir así en la reconstrucción del tejido social de la ciudad.

APORTES A LA ACADEMIA Finalmente, este estudio contribuye al desarrollo de los diferentes procesos investigativos de la Universidad Cooperativa de Colombia, especialmente de la Facultad de Psicología, dado que a partir de estos resultados se hace un acercamiento a la realidad de las familias con mujer cabeza de hogar existentes en la ciudad, a la vez que se amplía su marco contextual y se abre paso para la realización de otras investigaciones y el planteamiento de nuevas teorías acerca de las estrategias de afrontamiento empleadas por las familias colombianas.

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6. RECOMENDACIONES RECOMENDACIONES A LAS FAMILIAS CON MUJER CABEZA DE HOGAR PERTENECIENTES A LA CASA SUR – SUR DE LA O.F.P Teniendo en cuenta que un gran porcentaje de las crisis y tensiones que afrontan actualmente las mujeres cabeza de familia pertenecientes a la casa Sur – Sur de la O.F.P, están relacionadas directa o indirectamente con dificultades de tipo económico, es necesario que las mujeres aprovechen todos los espacios de 103

formación brindados por esta organización, para que a corto o mediano plazo puedan acceder a mejores condiciones laborales y salariales que les permitan mejorar su capacidad de respuesta a dichos eventos, a la vez que contribuye al mantenimiento del sistema familiar y al mejoramiento de la calidad de vida. De igual forma, para efectos de que los esfuerzos realizados por las mujeres cabeza de familia encaminados a un crecimiento personal, laboral y familiar sean más fructíferos, es necesario que dichas mujeres se conviertan en multiplicadoras de los conocimientos y experiencias aprehendidas en la organización, a través del compartir con los miembros del sistema al que pertenecen. Dicha acción, permitiría mejorar los recursos internos que poseen las familias para el afrontamiento de las crisis, y por consiguiente, lograrían un grado de cohesión familiar útil para su proceso de adaptación y superación de las dificultades. Se recomienda a las mujeres cabeza de familia que su vinculación dentro de los procesos que adelante la Organización sea más activa, manifestadas a partir de una mayor asistencia, participación, aportes y críticas constructivas que posibiliten el enriquecimiento y mejoramiento de talleres, programas de formación laboral, educación, salud, cultura y demás actividades que buscan el desarrollo integral de esta población. Por otro lado, es de considerar que las diferentes fases del ciclo vital que afrontan estas familias traen consigo eventos normativos y no normativos que deben resolver, y que en muchas ocasiones no cuentan con los recursos familiares necesarios para afrontarlos eficazmente. Por tal razón, sería conveniente que las familias se movilicen para que busquen y acepten ayuda externa de profesionales como psicólogos, trabajadores sociales o entidades de asistencia humanitaria, que les puedan brindar los elementos básicos para reducir el riesgo de desestabilización del sistema familiar, por eventos que comprometan la salud mental de uno de sus integrantes y que en el peor de los casos puedan afectar paralelamente a los demás integrantes del sistema como lo describe el principio de causalidad circular. Finalmente, es importante que estas familias amplíen su marco de interacción y socialización en los contextos familiar (parientes), laboral, institucional (Entidades de carácter religioso, educativo, entre otros) y comunitario (vecinos y amigos), de modo tal que puedan extender la red social que poseen y al mismo tiempo fortalecer y enriquecer los recursos externos de afrontamiento de las crisis. RECOMENDACIONES A LA ORGANIZACIÓN FEMENINA POPULAR Teniendo como referente los resultados arrojados por la presente investigación se hace necesario que la O.F.P adelante continuamente actividades y programas que 104

apunten al mejoramiento y desarrollo de estrategias de intervención a nivel individual y familiar eficaces para el afrontamiento de las crisis. Dichos programas en un primer lugar pueden incluir una serie de actividades pedagógicas ejecutadas a través de mesas redondas de discusión, estudio de casos, charlas, conferencias, etc. donde se aborden los temas que comúnmente son los que mayor estrés y tensión familiar producen en cada una de las fases del ciclo vital de todo sistema como son: Frente al hecho de ser mujer cabeza de familia se hace necesario que la O.F.P emplee estrategias que le permitan a estas mujeres reorientar su proyecto de vida, mejorar las relaciones interpersonales y la comunicación al interior del sistema familiar, obtener herramientas que le posibiliten asumir de forma adecuada su rol materno y paterno al mismo tiempo, ser líder eficaces en el afrontamiento de las diferentes tensiones familiares y finalmente capacitar a esta población para que adquieran elementos que les faciliten el abordaje de los temas relacionados con la sexualidad de sus hijos. Así mismo, la O.F.P debe complementar los programas de capacitación empresarial para esta población en temas relacionados con trabajo en equipo, liderazgo, toma de decisiones, desarrollo empresarial, cooperativismo, servicio al cliente, entre otros, que les permita a las mujeres cabeza de familia aprender no solo un arte u oficio, sino también generar empresas que puedan sostenerse en el tiempo y que les brinde recursos económicos para el sostenimiento de su familia; de esta forma se contribuiría en mejor medida a la disminución de las crisis y tensiones familiares relacionados con el aspecto económico. Finalmente, dado que estas mujeres cabeza de familia deben dejar a los niños menores al cuidado de sus hermanos mientras laboran, se recomienda a la Casa Sur – Sur de la O.F.P realizar un estudio de factibilidad para la creación de una guardería que asuma el cuidado de los niños y niñas durante la jornada laboral de las madres, con el fin de reducir el estrés y la tensión que se presenta en las mujeres al no sentirse seguras respecto al cuidado de sus hijos. Con base a lo anterior la O.F.P puede diseñar un programa a largo plazo de cultura familiar que tenga como objetivo el logro de una organización compuesta por mujeres que pertenecen a familias donde las tensiones familiares normativas son percibidas como algo natural, y que a pesar de generar en un momento dado tensión y estrés pueden llegar a ser percibidas como situaciones propias de la vida familiar y al mismo tiempo factibles de superación. De igual forma, para el logro de esta propuesta es indispensable que la Organización disponga un amplio grupo de profesionales altamente capacitado en 105

materia de familia que permita la planeación y ejecución de diferentes actividades, orientadas a la atención e intervención de las diversas problemáticas que pueden presentarse al interior del sistema familiar. RECOMENDACIONES A LA ACADEMIA Se recomienda impulsar por medio del comité de investigaciones de la facultad de psicología el desarrollo de nuevas investigaciones en el área de estrategias de afrontamiento y familia que a mediano plazo posibiliten hacer una caracterización completa de las estrategias de afrontamiento empleadas por las diferentes tipologías familiares existentes en la ciudad. Por otro lado se hace necesario estudiar la posibilidad de que la facultad de psicología realice convenios de cooperación con entidades encargadas de apoyar a las comunidades menos favorecidas como son las familias de las mujeres pertenecientes a la O.F.P. Dicha cooperación puede incluir la descentralización del Consultorio Psicológico Social ubicando puntos de atención en las zonas más vulnerables de la ciudad que brinden capacitación, orientación y consulta psicológica por medio de los practicantes de últimos niveles y a muy bajo costo. De igual forma el Consultorio Psicológico debe mejorar el seguimiento de los distintos casos atendidos a la comunidad con el fin de mantener una estricta vigilancia de los diferentes estresores que afectan los sistemas familiares, cuáles son las estrategias de afrontamiento implementadas, qué integrantes de las familias presentan mayor y menor número de estresores, en cuál fase del desarrollo vital de las famillas se presentan en mayor medida estos estresores, etc., lo cual contribuiría a direccionar hacia las necesidades más inmediatas de la comunidad cualquier campaña o convenio interinstitucional que se desee implementar.

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