Estilos de Vida Saludable

Estilos de vida saludable 1. Definición Se pueden detectar tres aproximaciones al concepto de estilo de vida Gil Roales

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Estilos de vida saludable 1. Definición Se pueden detectar tres aproximaciones al concepto de estilo de vida Gil Roales (1998). Se le considera en primer lugar, de una forma genérica como una moral saludable que cae bajo la responsabilidad del individuo o bajo una mezcla de responsabilidad del individuo y la administración pública, según el ámbito cultural; podrían incluirse las definiciones de Singer (1982) y Ardell (1979). El primero dice que es “una forma de vivir o la manera en la que la gente se conduce con sus actividades día a día”, mientras que Ardell, al aplicarlo a la salud, lo delimita como “aquellas conductas sobre las que un individuo tiene control y que incluyen todas las acciones que afectan a los riesgos para la salud”. Desde esta misma perspectiva, algunos autores han propuesto la idea de dos estilos de vida: 1.

Estilo de vida saludable con dos dimensiones que califican como: a)

sobriedad, definida por comportamientos que implican no fumar, tomar alimentos saludables, abstinencia del alcohol, etc., y b) actividad o dimensión definida por la participación en deportes y ejercicio regular, mantenimiento de un bajo índice de masa corporal, etc., y 2.

Estilo de vida libre caracterizado por comportamientos totalmente

contrarios al anterior: Consumo de alcohol, toma de alimentos no saludables y despreocupación por la apariencia física. En este punto de vista genérico se engloba el trabajo de la OMS cuyo objetivo principal es la promoción de estilos de vida saludables, esto es, una forma de vivir que tanto individual como colectivamente y de forma cotidiana, permitan una mejora de calidad de vida. 2. Promoción de estilos de vida saludables La promoción de estilos de vida saludables implica conocer aquellos comportamientos que mejoran o socavan la salud de los individuos. McAlister (1981) entiende por conductas saludables aquellas acciones realizadas por un sujeto que influyen en la probabilidad de obtener consecuencias físicas y fisiológicas inmediatas y a largo plazo y que repercuten en su bienestar físico y

en su longevidad. En la actualidad, se conoce un número importante de comportamientos relacionados con la salud, identificados por la investigación epidemiológica. A continuación exponemos algunos de los más importantes: Practicar ejercicio físico Realizar una actividad física de modo regular es el vehículo más adecuado para prevenir el comienzo de las principales patologías físicas y psicológicas que afectan a la sociedad desarrollada. También es útil para atenuar el grado de severidad cuando el sujeto ya presenta la enfermedad (Haskell, 1984). También es importante, desde el punto de vista psicológico, pues se ha visto que la realización de una actividad física regular reporta beneficios considerable. En primer lugar como una actividad física enérgica practicada regularmente reduce los sentimientos de estrés y ansiedad. Diversas investigaciones (por ejemplo, Blumenthal y McCubbin, 1987) han mostrado una fuerte evidencia de que realizar ejercicio o gozar de buena salud contribuye a la estabilidad emocional, fruto de la reducción de la ansiedad, la depresión y la tensión. En segundo lugar, aquellos individuos que siguen programas para estar en forma informaron que mejoraron en sus actitudes y actividad laborales (por ejemplo, Folkins y Sime, 1981). En tercer lugar, la realización de ejercicios físicos regulares contribuye a la mejora del autoconcepto del sujeto (Sime, 1984). Nutrición adecuada Una nutrición correcta es imprescindible para lograr un estado saludable. De hecho, la mayoría de las enfermedades actuales guardan una estrecha relación con la dieta (por ejemplo, la diabetes, la caries dental). Una buena práctica nutricional se caracteriza por una dieta equilibrada, que contenga todas las sustancias nutritivas esenciales con un consumo adecuado, evitando una ingesta excesiva. Las dos principales causas de morbilidad y mortalidad de la década de los noventa, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, se deben en gran medida

a

comportamientos

nutricionales

inadecuados.

Por

ejemplo,

padecimientos como el cáncer de colon, el estreñimiento y la diverticulosis se han relacionado con dietas pobres en fibras. Dietas ricas en grasa y sal favorecen la hipercolesterolemia y la hipertensión, dos importantes factores de riesgo de las afecciones cardiacas (Costa y López, 1986).

Adopción de comportamientos de seguridad Las tasas de muerte por accidentes persisten como la tercera causa de mortalidad en los países desarrollados. La mayoría de ellos podría ser evitada, pues es ocasionada por la conducta de los individuos. Comportamientos inapropiados en el manejo de automóviles, medicamentos, armas blancas y de fuego, sustancias tóxicas, fuego, etc., son una fuente considerable de lesiones (Robertson, 1984). Aproximadamente las dos terceras partes de las muertes por accidente no son intencionales. La mayoría de las lesiones se debe a accidentes automovilísticos y a los ocurridos por fuego. Especial mención merecen los accidentes de tráfico, por sus consecuencias nefastas. Tal como ya hemos mencionado, se llevan la palma en cuanto a mortalidad y morbilidad, pues representan casi la mitad de todas las muertes debidas a accidentes. Las tasas de mortalidad derivadas de los accidentes de vehículos de motor se incrementan de modo alarmante durante la adolescencia. Sin embargo, la mayoría de estos accidentes pueden evitarse y es posible muchas de las lesiones derivadas de ellos no se efectúen o, por lo menos, se reduzcan, si se adoptan cuatro medidas generales de prevención (Haddon y Baker, 1981): 1) eliminar los agentes físicos (por ejemplo, armas de fuego); 2) reducir la cantidad del agente (por ejemplo, velocidad de los vehículos); 3) evitar la liberación del agente (por ejemplo, dispositivos de sujeción en los vehículos), y 4) cambiar superficies, estructuras o productos peligrosos (por ejemplo, en los automóviles). Estamos persuadidos de que un objetivo específico de la psicología de la salud es lograr un cambio conductual en todas estas prácticas, en la dirección de promover el uso del cinturón de seguridad en los automóviles, reducir la exposición de los niños a factores de riesgo, etcétera. Evitar el consumo de drogas Éste es uno de los tres problemas que más preocupan a los ciudadanos. En la sociedad actual el uso de drogas ilegales (heroína, cocaína, marihuana, etc.) y legales (alcohol, tabaco y drogas de prescripción) es un fenómeno que ha adquirido gran relevancia. Estas sustancias son una fuente de problemas de salud, pues son el origen de diferentes clases de cánceres, enfermedades del

aparato respiratorio, cardiopatía isquémica, afecciones cerebrovasculares, etc. (por ejemplo, Schukitt, 1995). Todas las drogas tienen capacidad para generar adicción, pero precisamente la peculiaridad de una sustancia radica en los problemas de salud, económicos y sociales que genera, tríada en la que se encuentran enormes diferencias. Así, por ejemplo, mientras el tabaco es la sustancia que causa mayor mortalidad, el alcohol es la que produce mayores problemas sociales, laborales y económicos (Becoña, 1995). Por tanto, es necesario que el uso de ambas sea eliminado o reducido al mínimo, en el peor de los casos. Sexo seguro Cada año millones de personas, la mayoría de ellas jóvenes, contraen enfermedades transmitidas sexualmente (por ejemplo, gonorrea, herpes), las cuales han sido siempre potencialmente peligrosas, pero durante los últimos 40 años, la mayoría ha podido ser tratada eficazmente. Sin embargo, en la década de los ochenta, la irrupción del sida cambió completamente el panorama. Uno de los problemas más preocupantes a los que debe hacer frente nuestra sociedad es el de los embarazos no deseados, en concreto, en el colectivo de las adolescentes. Un embarazo no deseado en una adolescente supone un serio problema para ellas, su futuro hijo, sus padres, amigos y los servicios sanitarios y educativos. Aunque en las dos últimas décadas se ha reducido de modo acusado el número total de alumbramientos por parte de jóvenes menores de 20 años, todavía el porcentaje es especialmente alto, pues llegó a 4.8% del total de nacimientos en 1990 (véase Cáceres y Escudero, 1994). 3. Desarrollo de un estilo de vida minimizador de emociones negativas Las emociones negativas constituyen un riesgo para la salud pues influyen sobre ésta por medio de diferentes mecanismos. Quizás el más conocido es el Síndrome General de Adaptación (SGA) (Selye, 1936, 1956), también denominado estrés, que Labrador (1992) define de la siguiente manera: Se considera que una persona está en una situación estresante o bajo un estresor cuando debe hacer frente a situaciones que implican demandas conductuales que le resultan difíciles de realizar o satisfacer. Es decir, que el individuo se encuentre estresado depende tanto de las demandas del medio como de sus propios recursos para enfrentarse a él; o, si avanzamos un poco más, depende de las discrepancias entre las demandas del medio, externo e

interno, y la manera en que el individuo percibe que puede dar respuesta a esas demandas. No sólo puede inducir directamente efectos psicológicos y fisiológicos que alteran la salud, sino que también puede influir en ella de modo indirecto, por medio de la elicitación o mantenimiento de conductas no saludables. Esto es, no sólo son importantes para la salud del individuo los efectos a nivel orgánico que produce el estrés u otras emociones negativas. Una persona que viva bajo situaciones estresantes es más probable que incremente conductas de riesgo y reduzca todo tipo de comportamientos saludables. 4. Adherencia terapéutica Para que el consejo médico tenga repercusiones beneficiosas sobre la salud del paciente, se deben tener en cuenta dos aspectos. En primer lugar, debe ser acertado. En segundo, debe ser llevado a la práctica por el individuo (Brannon y Feist, 1992). La realidad parece ser bien distinta, pues coincide plenamente con lo que expresa un acertado adagio castellano: “De lo dicho a lo hecho hay un trecho”. A pesar de los considerables esfuerzos desarrollados por los profesionales de la salud durante los últimos cincuenta años para intentar solucionar la problemática de la ausencia de adherencia a los régimenes terapéuticos, ésta es aún una asignatura pendiente en el campo de la psicología de la salud (Demarbre, 1994). Uno de los problemas más importantes con el que se puede encontrar un clínico en sus intervenciones es el de que el paciente no sigue sus prescripciones, a pesar de disponer de procedimientos eficaces para tratar o incluso prevenir los problemas. 5. ¿Qué debemos hacer para promover estilos de vida saludables? Nuestro reto Hoy es claro que la gente enferma fundamentalmente por lo que hace. La conducta se ha convertido, poco a poco, en el elemento explicativo de la salud y de la enfermedad. Paulatinamente se ha cambiado de las enfermedades infecciosas a las dolencias de la civilización, es decir, aquéllas causadas por los comportamientos inadecuados. Esto lo sabemos, pero subyace una cuestión fundamental: ¿qué podemos hacer? Éste es el gran reto de la psicología en general y de la psicología de la salud en particular (Becoña, Vázquez y Oblitas, 1995b).

Aquellas conductas que implican mayor riesgo de enfermedad y muerte. El conocimiento es importante, pero no es suficiente para lograr el cambio de conducta. Por tanto, la psicología y las técnicas de intervención psicológicas para el cambio de conducta tienen un papel esencial que desempeñar y que analizamos a continuación. El reto fundamental de la psicología en el campo de la salud es demostrar repetidamente y de modo claro que puede producir cambios de conducta y con ello reducir la morbilidad y mortalidad de las enfermedades más importantes de los países desarrollados.

6. ¿Es posible conseguir la promoción de estilos de vida saludable o actualmente ello es una utopía? Con los conocimientos que hoy poseemos sería posible evitar que las personas padeciesen enfermedades incapacitantes, que en muchos casos les van a llevar a la muerte, como ocurre en el caso del cáncer (Bayés, 1985, 1991). A largo plazo, la prevención siempre resulta más rentable, especialmente cuando se comparan los enormes costes sanitarios de distintas enfermedades que se podrían evitar. Ejemplos de que el cambio de conducta es difícil, de que no es llevado a cabo por aquellas personas que deberían hacerlo, junto con el hecho de que contamos con la tecnología adecuada para producirlo, hace surgir la pregunta esencial en este tema: si conocemos qué conductas se deben cambiar, si hay consenso sobre ellas, si tenemos la tecnología para hacerlo, ¿por qué no se produce el cambio de modo rápido y las personas no toman un papel activo para cambiar conductas no saludables por otras beneficiosas para la salud? ¿Por qué ocurre esto? Hay varios motivos. Como apunta Bayés (1985), varios factores actúan en contra de los hábitos positivos de salud: a)

El bombardeo de los medios de comunicación de masas sobre modelos

deseables que implican la satisfacción inmediata por medio del consumo de productos o acciones potencialmente peligrosas o carcinógenas. b)

El choque entre el poder económico, las multinacionales, las

corporaciones financieras y los trabajadores para controlar la comercialización y producción e incluso la erradicación de ciertos productos cancerígenos.

c)

La confianza actual de los ciudadanos en el poder sin límites de la

medicina científica y de que en breve plazo los investigadores descubrirán las drogas milagrosas para curarlo todo, desde el cáncer hasta el SIDA o la drogadicción. Todo lo anterior se resume en la pregunta que subyace en la conciencia de muchas personas cuando llevan a cabo conductas inadecuadas: ¿para qué renunciar ahora a cosas agradables para prevenir un cáncer o un trastorno cardiovascular que, en el peor de los casos, aparecerá dentro de 10 o 20 años, cuando ya se dispondrá de un tratamiento capaz de tratarlo o eliminarlo con rapidez y eficacia? LA INTERVENCIÓN PSICOLOGICA EN EL CAMPO DE SALUD Objetivos generales: Se definen cuatro grandes objetivos: 1. Prevención primaria: Aplicación de estrategias comportamentales para fortalecer la salud y prevenir la aparición de enfermedades (ej: relajación). 2. Prevención secundaria: Estrategias para eliminar o controlar situaciones de alto riesgo y manifestaciones leves antes de que el problema se agrave (ej: tratamiento para dejar de fumar). 3. Tratamiento de enfermedades: Programas de intervención para la modificación de alteraciones ya consolidadas (Ej. Estrategias para superar el dolor crónico de cabeza). 4. Prevención terciaria: Estrategias con 2 objetivos fundamentales: o

Reducir la probabilidad de recaídas.

o

Aliviar los efectos perjudiciales derivados de los trastornos crónicos.

La intervención comportamental suele dirigirse hacia alguna de las 3 áreas siguientes (Buceta): 

El control de estrés.



Aprendizaje o eliminación de comportamientos habituales que favorecen o perjudican la salud.



La modificación de respuestas concretas y/o condiciones ambientales relevantes específicas de cada trastorno.

Intervención comportamental para el control de estrés La presencia de determinados patrones de conducta y/o estilos de vida poco saludables (patrón Tipo-A, tendencia a negar, evitar o escapar de la situación estresante), o la ausencia de patrones de conducta y estilos de afrontamiento más saludables (patrón dureza o fortaleza mental), aumentan las probabilidades de que las situaciones potencialmente estresantes, provoquen un efecto perjudicial. El impacto del estrés dependerá de la apreciación que se haga de: 

La situación potencialmente estresante (trascendencia de la situación).



De los recursos propios para hacerla frente (grado de autoeficacia).

La intervención comportamental para el control del estrés, debe tener en cuenta distintos aspectos: 

Las situaciones ambientales potencialmente estresantes.



Los patrones de conducta y estilos de afrontamiento que por su presencia o ausencia sean significativos.



La forma de valorar las situaciones estresantes y los propios recursos.



Las habilidades de los sujetos para autocontrolar las situaciones estresantes y su posible impacto.

Muchas de las intervenciones se centran en la modificación del entorno estresante de las personas (ámbito familiar, escolar, laboral, institucional, etc), para propiciar un entorno más saludable. Otras veces, las intervenciones se centran en los propios sujetos, entrenándolos para que dominen habilidades significativas, con el fin de aumentar su autoeficacia para

manejar las demandas estresantes del entorno y las propias manifestaciones del estrés. También se puede modificar la disposición de las personas a reaccionar con estrés ante las demandas estresantes, modificando creencias, actitudes y valores, y alterando patrones de conducta y estilos de afrontamiento poco saludables (Tipo-A), potenciando otros más saludables. Intervención comportamental para controlar conductas habituales Determinadas conductas habituales, por exceso o por defecto, se encuentran relacionadas con la salud, fortaleciéndola o aumentando el riesgo de enfermedades: dieta alimentaria, consumo de tabaco, drogas o alcohol, ejercicio físico, precauciones en relaciones sexuales, reconocimiento médicos periódicos, y adherencia a la medicación. Hasta ahora, la intervención comportamental se ha centrado sobre todo en eliminar hábitos perjudiciales, y muy poco en adquirir hábitos saludables. La intervención incluye técnicas basadas en el condicionamiento clásico y operante para alterar la relación funcional entre estímulos antecedentes y la conducta habitual, y entre la conducta y sus consecuencias. Además se incluyen estrategias para conseguir una disposición favorable estable al cambio de hábitos. En el proceso de modificar hábitos existen momentos críticos, como eliminar por completo el consumo de tabaco, o cuando surgen problemas. Se deben prevenir las posibles recaídas, anticipando las situaciones de riesgo, y preparando al paciente para afrontarlas. En el caso de los hábitos a eliminar, prevenir los síntomas de abstinencia. Otro elemento importante es fortalecer la percepción de autoeficacia de los sujetos. Se utilizan estrategias para establecer objetivos realistas que se refieran a la propia conducta del sujeto, o dependan de ésta; Establecer un objetivo final y objetivos intermedios de manera que la consecución de objetivos a corto plazo actúe como refuerzo de la conducta deseada y aumente la percepción de autoeficacia.

Intervención comportamental en alteraciones biopsicosociales Alteraciones biopsicosociales son aquellas

en cuyos procesos de adquisición,

desarrollo, intensidad, mantenimiento, alivio, eliminación o reaparición, interviene el comportamiento de las personas. La aplicación de tratamientos se ha centrado en un gran número de trastornos: 

Alteraciones

cardiovasculares,

destacando

la

hipertensión

arterial:

La

intervención se ha centrado en el control directo de la presión arterial, la disminución de la activación simpática, el control del estrés, adquisición de hábitos alimentarios, la práctica de ejercicio físico, el control del peso y la eliminación de consumo de tabaco. 

El dolor, concretamente, el dolor crónico y la dismenorrea funcional: La intervención incluye biofeedback, técnicas de relajación para el control de respuestas vinculadas al dolor, estrategias cognitivas para controlar el impacto del dolor (inoculación de estrés), entrenamiento en habilidades para afrontar situaciones

que

provocan

dolor

y

técnicas

operantes

para

eliminar

reforzadores. 

Trastornos gastrointestinales: Generalmente están relacionados con el estrés y con hábitos poco saludables. Se utilizan técnicas de relajación y estrategias de afrontamiento para reducir la activación y controlar el estrés, técnicas de exposición para eliminar síntomas adquiridos por condicionamiento clásico, técnicas operantes para eliminar reforzadores, biofeedback para modificar las respuestas psicofisiológicas específicas del problema y para disminuir la activación psicofisiológica.



Asma bronquial, sobre todo respecto a la aparición de los episodios asmáticos: Se utilizan estrategias de control del estrés a través de diferentes vías, técnicas psicológicas para influir sobre el calibre bronquial, propiciar la adherencia a la medicación y modificar excesos y déficits conductuales relacionados con el trastorno.



El insomnio: El objetivo es restablecer el patrón de sueño normal. Técnicas para el control del estímulo, la restricción del tiempo de sueño, la relajación,

biofeedback, la intención paradójica o técnicas cognitivas para alterar creencias y actitudes significativas. 

Rehabilitación neuromuscular: Se utiliza biofeedback para mejorar el control sobre la actividad muscular (aumentarla o disminuirla), técnicas para el control del estrés, adherencia al tratamiento de fisioterapia, y cambios del estilo de vida. Útil en el proceso de rehabilitación de las lesiones deportivas. Buceta ha detallado las técnicas psicológicas que contribuyen a la recuperación de los deportistas lesionados, ayudándolos a controlar el impacto emocional de la lesión, controlar el dolor y a fortalecer su motivación y su autoconfianza respecto a la rehabilitación.



Diabetes, cáncer, SIDA, IAM: Estrategias cognitivo-comportamentales para el control del estrés, la adquisición de comportamientos saludables y al eliminación de comportamiento perjudiciales.

Aplicación de la Intervención Psicológica Todavía son muy pocos los psicólogos que trabajan regularmente en éste campo. Paralelamente, aumenta el número de profesionales de la salud, interesados en adquirir conocimientos en psicología. Pero, el trabajo del psicólogo y el trabajo psicológicos de otros profesionales de la salud, son diferentes y complementarios. La distinción entre el trabajo de ambos es esencial, para que los pacientes que sufren alteraciones biopsicosociales, puedan beneficiarse de todas las posibilidades que ofrece la intervención psicológica. Los cursos que imparten los psicólogos, deberían tener en cuenta los siguientes apartados: 

Señalar la importancia de diferenciar la intervención psicológica de psicólogo de la intervención psicológica de otros profesionales.



Acentuar la trascendencia de ambos tipos de intervención, así como de su interactuación.



Explicar (sin profundizar), en qué consiste la intervención del psicólogo dentro de cada contexto concreto.



Centrarse en los conceptos y estrategias psicológicas, que pueden incorporar otros profesionales de la salud a su cometido cotidiano.

CÁNCER 1. DEFINICIÓN Conjunto de enfermedades caracterizadas por la presencia de nuevas células (neoplásicas) que crecen y se extienden sin control. Estas células pueden formas tumores benignos, los cuales permanecen en zonas localizadas, o malignos que tienden a extenderse a otros tejidos y efectuar una metástasis, extendiéndose por la sangre o a través de la linfa a otros órganos del cuerpo 2. FACTORES DE RIESGO CONDUCTUALES DEL CÁNCER - Tabaquismo: Relación en la incidencia del consumo del cigarrillo con la -

aparición de cáncer de pulmón Dieta: Regímenes dietéticos inadecuados, dietas con alto contenido de grasas, conservantes. Por otro lado, el consumo de vitamina A y vitamina C

-

contribuyen a proteger a nuestro organismo contra el cáncer. Ingesta excesiva de alcohol Falta de actividad física Exposición frecuente a luz ultravioleta Conducta sexual: Contacto sexual a temprana edad y número elevado de compañeros(as) sexuales.

3. FASES Y RESPUESTAS PSICOLÓGICAS DE LA ENFERMEDAD POR CÁNCER La enfermedad cancerosa se desarrolla en una serie de fases, siguiendo a Fawzy (1996), estas fases serían las siguientes: 3.1. PREDIAGNÓSTICO A lo largo de esta fase, se somete al paciente a distintas pruebas diagnósticas, que en muchos casos desencadenan sentimientos de incertidumbre desadaptativas 3.2.

y

preocupación, tales

como:

las

cuales

hipervigilia,

producen

preocupación

respuestas excesiva,

hipocondría y alteraciones del sueño. DIAGNÓSTICO En esta fase se produce un fuerte impacto emocional y como consecuencia suelen aparecer diversas reacciones no adaptativas como

3.3.

la negación, rechazo fatalista, depresión u hostilidad. TRATAMIENTO Durante este periodo es frecuente la presencia de distintos miedos, con matices en función de la terapéutica empleada. El miedo a la

intervención quirúrgica, al posible cambio en la imagen corporal producido por cirugías agresivas y el miedo a los efectos secundarios producidos por fármacos quimioterapéuticos, tales como los vómitos o la caída del cabello, predisponen a que el paciente pueda experimentar diversos síntomas psicopatológicos, como reacciones de ansiedad cuadros depresivos o reacciones de rechazo al tratamiento o a la 3.4.

efectividad de este. POSTRATAMIENTO En esta fase se produce el paciente puede expresar sus miedos a la recidiva de la enfermedad y manifestarlos mediante una exagerada autoobservación o poniendo en marcha actitudes y/o expectativas con

3.5.

una gran carga de ansiedad o depresión. RECIDIVA La presencia de nuevos síntomas, que ponen de manifiesto que el proceso se ha reanudado, desencadena un nuevo ciclo adaptativo, con la presencia de las fases de incredulidad o negación inicial, de rabia y hostilidad seguidas por ansiedad o depresión. La característica esencial de esta fase es que el paciente experimenta mayores dificultades para enfrentarse de nuevo a la experiencia de la enfermedad y las probabilidades de que fracasen mecanismos de adaptación son mayores, de manera que el paciente puede presentar cuadros

3.6.

depresivos o de ansiedad. PROGRESIÓN Cuando la enfermedad avanza, el paciente suele buscar nueva información, confirmar el diagnóstico con otros especialistas e incluso recurrir a tratamientos alternativos. Los cuadros depresivos son

3.7.

frecuentes en esta fase. TERMINAL-PALEATIVA El paciente adquiere conciencia de la irreversibilidad del proceso. En determinados pacientes se produce una reacción de duelo personal. El sujeto experimenta miedo al dolor y al posible abandono de los demás e incluso anticipa su propia muerte.

Respuestas de carácter negativo, aparición de miedos (Holland, 1989): MIEDOS

DESCRIPCIÓN

MUERTE

Aparece con la comunicación del diagnóstico

DEPENDENCIA

Surge un miedo a la dependencia a los demás, de todas las personas próximas (cónyuge, familia, amigos, personal sanitario) y miedo a

no poder valerse por sí mismo. DEFORMIDAD

Preocupación

por

el

desfiguramiento

del

cuerpo o de una parte del mismo; tratamientos quirúrgicos aplicados o como consecuencia de la quimioterapia. Así como el miedo a

la

interferencia de la enfermedad en ciertas funciones

fisiológicas,

por

ejemplo,

la

sexualidad. INCAPACIDAD

Miedo a la interferencia en el desarrollo de las tareas habituales en el ámbito familiar, laboral y social.

ALTERACIÓN LAS

DE

RELACIONES

Producto del desarrollo de la enfermedad en la persona.

INTERPERSONALE S DOLOR

Preocupación ante sufrimiento físico.

DESVINCULACIÓN

Miedo a aislarse y desconectarse por la enfermedad en sí.

4. FACTORES QUE DETERMINAN LA RESPUESTA PSICOLÓGICA FRENTE AL CÁNCER (Holland, 1989): o Relacionados con la enfermedad:  Tipo de cáncer, localización, estadio, síntomas, pronóstico  Tratamiento prescrito (cirugía, radioterapia, quimioterapia) y 

o

o

secuelas (inmediatas y tardías) Alteraciones físicas o funcionales:

posibilidad

de

rehabilitación  Apoyo y conocimiento psicológico del equipo asistencial Relacionados con en el enfermo: a. Aspectos intrapersonales  Personalidad  Mecanismos de afrontamiento  Madurez emocional en el momento del diagnóstico  Creencias religiosas, actitudes espirituales o filosóficas b. Aspectos interpersonales:  Cónyuge  Familia  Amigos (apoyo social) Relacionados con el marco social:



Comunicación del diagnóstico frente al silencio y secretismo



anterior Conocimiento de las opciones terapéuticas, pronóstico y



participación en las decisiones Creencias populares (el estrés causa cáncer)

5. ESTILOS DE AFRONTAMIENTO DEL CÁNCER Dunkel-Schetter, Feinstein, Taylos y Falke (1992) definieron cinco patrones distintos de afrontamiento del cáncer, que incluyen: búsqueda de apoyo social, centrarse en lo positivo, distanciamiento, escape y evitación cognitiva, escape y evitación conductual. Tanto la búsqueda del apoyo social como el distanciamiento y centrarse en lo positivo pueden servir para reducir la tensión psicológica y el malestar emocional. Además de modular positivamente la percepción del dolor (LópezMartínez, Esteve-Zaraga, Rámirez-Maestre, 2008). Por el contrario, cualquier forma cognitiva o conductual de evitación o escape que se utilice para “olvidarse” y huir sistemáticamente de la enfermedad se asocia a una mayor tensión emocional y distrés psicológico. Además, cuando la familia adopta este mismo patrón de evitación, el malestar emocional aumenta. Moorey y Greer (1989) han postulado los siguientes estilos de afrontamiento: - Espíritu de lucha (búsqueda de activa de información) - Evitación positiva (no percepción de amenaza) - Negación de la enfermedad - Fatalismo, resignación pasiva (aceptación estoica) (percepción como -

pérdida) Precaución ansiosa (incertidumbre sobre el control y las posibilidades

-

futuras) Desvalimiento/desesperanza e indefensión (falta de control sobre la enfermedad)

6. INTERVENCIONES PSICOLÓGICAS EN EL CÁNCER 6.1. La comunicación de la información sobre la enfermedad Abordar la comunicación del diagnóstico de la enfermedad al paciente y sus familiares, del proceso de tratamiento que se va a seguir y de las consecuencias físicas y psicosociales del mismo. La comunicación del diagnóstico tendrá un efecto más o menos positivo en función del qué, cómo y cuándo se comunique dicha información (Cruzado y Olivares, 1996). La información debe darse de manera específica, congruente y gradualmente en función a la fase del proceso asistencial en que la 6.2.

persona se encuentra. Intervención psicológica sobre los efectos negativos de la enfermedad y

del tratamiento

El impacto emocional negativo en personas con diagnóstico de cáncer y las consecuencias físicas y psicológicas de los tratamientos utilizados ha permitido identificar tres problemas comunes: la depresión, fatiga y el dolor. Para ello, se determinó la creación de intervenciones basadas en:  Entrenamiento de resolución de problemas, ajustada a las 

dificultades propias del cáncer Técnicas de desactivación: entrenamiento

  6.3.

en

relajación

respiración muscular

abdominal, progresiva

y

autoinstrucciones Programas de ejercicio físico y de conservación de energía Técnicas cognitivo-conductuales

Terapia de grupo Con la finalidad de desarrollar habilidades para el manejo de las emociones y otros efectos negativos de la enfermedad y/o tratamiento, así como facilitar la comunicación y búsqueda de apoyo emocional. Existen dos modalidades diferenciadas de terapias de grupo: unas, conducidas por un profesional de la salud especializado y con objetivos definidos y otras, dirigidas por personas afectadas que en sí se orientan a proporcionar apoyo emocional.

6.4.

Terapias psicológicas para la intervención del cáncer y recidiva de la

enfermedad Sobe la base de la existencia de un patrón característico de personalidad asociado al cáncer, se llevaron a cabo estudios para demostrar la utilidad de un programa basado en técnicas de desensibilización y habilidades sociales; asimismo, se tomó en cuenta la relación del cáncer con el estrés para la creación de la Terapia de Visualización, la cual consiste en la relajación del paciente y visualización de una serie de imágenes entre las que se encuentran células cancerosas que aparecen vulnerables, un tratamiento médico que destruye en su totalidad las células cancerosas, las células sanas soportan dicho tratamiento combatiendo y expulsando del organismo a las células cancerosas, en sí, el paciente se ve a sí mismo recuperándose (Simonton, Simonton y Creighton, 1978). El desarrollo de estos programas o terapias busca proporcionar una mejora de estado psicológico de los pacientes, a corto plazo. DIABETES

La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia. La insulina es una hormona producida por el páncreas. Su principal función es el mantenimiento de los valores adecuados de glucosa en sangre. Permite que la glucosa entre en el organismo y sea transportada al interior de las células, en donde se transforma en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además, ayuda a que las células almacenen la glucosa hasta que su utilización sea necesaria. Hay tres tipos principales de diabetes:  Diabetes tipo 1 – Con este tipo de diabetes, el cuerpo no produce insulina. Esto es un problema porque el cuerpo necesita insulina para sacar el azúcar (glucosa) de los alimentos que la persona consume para convertirla en energía. Las personas que tienen diabetes tipo 1 deben tomar insulina todos los días para vivir.  Diabetes tipo 2 – Con este tipo de diabetes, el cuerpo no produce o no usa bien la insulina. Las personas con este tipo de diabetes tal vez necesiten tomar pastillas o insulina para ayudar a controlar la diabetes. La diabetes tipo 2 es la forma más común de diabetes.  Diabetes gestacional – Este tipo de diabetes ocurre en algunas mujeres cuando están embarazadas. La mayoría de las veces, desaparece después de que nace el bebé. Sin embargo, aun si desaparece, estas mujeres y sus hijos corren un mayor riesgo de desarrollar diabetes más adelante. El papel del psicólogo:  La intervención para ayudar al paciente a la aceptación del diagnóstico y a la generación de un cambio en su comportamiento, adquiriendo una serie de habilidades que muchas veces exigen la modificación de hábitos anteriores.  La concienciación de la importancia que tiene el seguimiento correcto de su tratamiento.  El favorecimiento de los cambios necesarios en la dieta, el plan de ejercicio que pueda recomendar su médico y la administración de la insulina (existen programas para facilitar la adhesión diabetológica, basados en programas educativos o de modificación de conducta).  La adaptación a un nuevo estilo de vida, como cambios y restricciones en la dieta, ejercicio físico y control de situaciones cotidianas estresantes que pueden ocasionar, por lo demás, sintomatología depresiva o ansiosa, miedos, frustraciones, sentimientos de rabia, irritabilidad, etc.

 La intervención en las diferentes dinámicas familiares que pueden surgir. Algunos métodos para controlar la diabetes  El estrés puede incrementar su nivel de azúcar en la sangre. Aprenda diferentes maneras de reducir el estrés. Haga respiraciones profundas, jardinería, camine, medite, distráigase con un pasatiempo favorito o escuche su música preferida.  Con la ayuda de su equipo de cuidados de la salud, haga un plan de alimentación para la diabetes. o Escoja alimentos bajos en calorías, grasas saturadas, grasas trans, o

azúcar y sal. Consuma alimentos con más fibra, como cereales, panes, galletas,

o

arroz o pasta integrales. Escoja alimentos como frutas, vegetales, granos, panes y cereales

integrales, y leche y quesos sin grasa o bajos en grasa. o Tome agua en lugar de jugos o sodas regulares.  Póngase la meta de ser más activo la mayoría de los días de la semana. Empiece despacio caminando por 10 minutos, 3 veces al día.  Dos veces a la semana, trabaje para aumentar su fuerza muscular. Use bandas para ejercicios de resistencia, haga yoga, trabaje duro en el jardín (haciendo huecos y sembrando con herramientas) o haga flexiones de pecho.  Mantenga o logre un peso saludable usando su plan de alimentación y haciendo más ejercicio. RENALES CONCEPTO La enfermedad renal crónica (ERC) o Insuficiencia Renal Crónica (IRC) es una pérdida progresiva (por 3 meses o más) e irreversible de las funciones renales, cuyo grado de afección se determina con un filtrado glomerular, Como consecuencia, los riñones pierden su capacidad para eliminar desechos, concentrar la orina y conservar los electrolitos en la sangre. 2. TIPOS: 

INSUFICIENCIA RENAL AGUDA: El riñón para o reduce su funcionamiento repentinamente debido a una enfermedad inesperada, a una medicina o a una condición médica que causa una de las siguientes complicaciones:

 Una baja brusca de la presión arterial o una interrupción en el flujo sanguíneo normal a los riñones, que puede suceder durante un cirugía importante,

quemaduras graves con pérdida de líquidos por la piel quemada, gran pérdida de sangre (hemorragia) o un ataque al corazón que afecta gravemente la función del corazón. Los coágulos de sangre que se desplazan hasta el riñón también pueden causar la insuficiencia renal.  Un daño directo a las células del riñón o a las unidades que filtran el riñón, provocado

por

una

inflamación

en

los

riñones,

químicos

tóxicos,

medicamentos, el material de contraste utilizado en la tomografía computada (TC) y ciertos procedimientos (como angiografía) que son guiados por las radiografías y las infecciones.  El bloqueo del flujo de la orina desde el riñón, que puede ocurrir debido a obstrucciones fuera del riñón, como las piedras en el riñón, los tumores de la vejiga o la próstata agrandada. 

Insuficiencia

renal

crónica:

El

funcionamiento

del

riñón

disminuye

gradualmente, por lo general en el transcurso de varios años. Comúnmente es causado por enfermedades como la diabetes, la presión arterial alta no controlada o la inflamación crónica del riñón. La glomerulonefritis y la pielonefritis son ejemplos de las condiciones que pueden causar la inflamación del riñón. La insuficiencia renal crónica también puede ocurrir debido a la exposición a largo plazo al plomo, mercurio o ciertos medicamentos, en especial los calmantes para el dolor. 

Enfermedad renal en su fase final: También llamada insuficiencia renal en su fase final. Esta sucede cuando la función del riñón se ha deteriorado hasta el punto que, si no se comienzan los tratamientos de diálisis de inmediato, la persona morirá. Normalmente, este es el resultado final de una insuficiencia renal crónica de larga duración, pero muchas veces también sigue la insuficiencia renal aguda.

3. Síntomas: En la insuficiencia renal aguda los síntomas son:     

disminución de la cantidad de orina hinchazón (edema) debido a la sobrecarga (exceso) de sal y agua presión arterial alta náuseas vómitos

Si no se trata, la insuficiencia renal aguda puede causar una insuficiencia cardíaca congestiva (debido al líquido extra que se acumula detrás del corazón y llega hasta los

pulmones), anormalidades en el ritmo cardíaco, cambios en el comportamiento, convulsiones y coma. Insuficiencia renal crónica y enfermedad renal en su fase final: Los síntomas son:            

dolor de cabeza fatiga debilidad letargo picazón (comezón) poco apetito vómito aumento de la sed piel pálida presión arterial alta retraso en el crecimiento en los niños daño óseo (en los huesos) en los adultos

4. Prevención: La diabetes y la hipertensión arterial son las dos causas más comunes de enfermedad renal, por ello se debería estar bajo cuidado médico porque un control cuidadoso de la presión arterial y la concentración sanguínea de azúcar, una dieta baja en proteínas y una reducción del peso corporal pueden disminuir notablemente o inclusive prevenir el desarrollo de la enfermedad renal crónica. 5. Protección del riñón: Según la Asociación Nefrológica de Buenos Aires y la Sociedad Argentina de Nefrología en el marco del Día Mundial del Riñón da las “8 Reglas de Oro para proteger nuestros riñones”: • Hacer ejercicio de forma habitual. Estar en forma ayuda a reducir la presión arterial y por lo tanto disminuye el riesgo de insuficiencia renal crónica. • Mantener un control regular del nivel de azúcar en la sangre, llamado glucemia. Alrededor de la mitad de las personas que tienen diabetes desarrollan daño renal, por lo que es importante para ellas realizar exámenes regulares con el fin de comprobar su función renal. El daño a estos órganos por la diabetes puede reducirse o evitarse si se detecta a tiempo. Es importante mantener el control de los niveles de azúcar en la sangre, con la ayuda de médicos y farmacéuticos.

• Controlar la presión arterial. Aunque mucha gente puede ser consciente de que la presión arterial alta puede causar un derrame cerebral o un ataque al corazón, pocos saben que también es la causa más común de daño renal. La presión arterial alta, asociada a otros factores como la diabetes, el colesterol alto y las enfermedades cardiovasculares, es especialmente peligrosa para el riñón. • Comer sano y controlar el peso. Esto puede ayudar a prevenir la diabetes, afecciones cardíacas y otras condiciones asociadas con la enfermedad renal crónica. También se recomienda reducir la ingesta de sodio a entre 5 y 6 gramos de sal al día, lo que equivale a una cucharadita. • Beber agua. Consumir alrededor de dos litros al día, puede reducir el riesgo de deterioro de la función renal. Es importante tener en cuenta que el nivel adecuado de la ingesta de líquidos para cualquier individuo depende de muchos factores como el género, el ejercicio, el clima, las condiciones de salud, el embarazo y la lactancia. • No fumar. El tabaco es un factor de riesgo cardiovascular, y el riñón es un órgano cardiovascular, por lo que se ve también afectado. El cigarrillo además aumenta el riesgo de cáncer renal. • No tomar medicamentos que puedan dañar los riñones. Los antiinflamatorios no esteroideos pueden causar daño en estos órganos si se toman de forma habitual, más cuando existe una enfermedad renal de base. • Solicitar una revisión de la función renal si se pertenece a grupos de riesgo. Se debe solicitar una medición de creatinina en sangre y búsqueda de proteínas en la orina si se tiene diagnóstico de Diabetes, Hipertensión Arterial, si se presenta obesidad o si algún familiar ha padecido enfermedad renal crónica. 6. Papel del psicólogo:  La intervención para ayudar al paciente a la aceptación del diagnóstico ya que generara reacciones comportamentales al saber que tiene una enfermedad renal. Las más comunes son la ansiedad y la depresión.  Intervenir en las reacciones comportamentales que tiene el paciente ante la idea de someterse a terapia renal sustitutiva o un trasplante. Aquí cobran protagonismo las estrategias de afrontamiento de evitación y el miedo a la muerte.  Intervención en la psicoeducación que es de vital importancia para que el paciente siga las prescripciones médicas y de enfermería. El objetivo no es solo que la persona se tome la medicación, si no que haga la dieta correctamente y realice ejercicio físico (los tres pilares fundamentales de la enfermedad renal en sí).  proporcionar tratamiento de soporte a nivel afectivo emocional.

 Dar apoyo y asesoramiento a los familiares de los pacientes con enfermedad renal crónica. CARDIOVASCULARES CONCEPTO Término amplio para problemas con el corazón y los vasos sanguíneos. Estos problemas a menudo se deben a la aterosclerosis. Esta afección ocurre cuando la grasa y el colesterol se acumulan en las paredes del vaso sanguíneo (arteria). Psicólogo: La psicología de la salud en el campo de los trastornos cardiovasculares interviene tanto en los factores de riesgo como en el tratamiento farmacológico o psicológico, mejorando la adherencia a las medidas terapéuticas. Con respecto a la intervención preventiva en la enfermedad coronaria, es importante centrar el interés en la evaluación y modificación de diversos aspectos del comportamiento del paciente, en concreto en aquellos relacionados con los factores de riesgo biomédicos y conductuales, como pueden ser una alimentación rica en grasas, sobrepeso, abuso de tabaco y alcohol, falta de ejercicio físico, hipertensión y la presencia del patrón de conducta tipo A. Según Friedman y Rosenman los rasgos que caracterizan a la persona Tipo A son los siguientes: a) un afán intenso y constante por conseguir metas establecidas por el propio individuo. b) una marcada tendencia a la competitividad. c) una alta motivación de logro. d) implicación en varias tareas y trabajos al mismo tiempo. e) y un estado de alerta permanente. ¿Cómo se puede prevenir una ECV? Está comprobado que el control adecuado de los FR de ECV modificables y condicionantes pueden detener el progreso y futuras complicaciones de las ECV; por ejemplo: Dejar de fumar es la medida más útil para reducir el riesgo de padecer una ECV. Al dejar de fumar usted disminuye en un 50% las probabilidades de sufrir un IAM.

La modificación de la dieta hacia la dieta mediterránea. Cada persona debe ajustar su dieta a su enfermedad bajo la supervisión de un médico, pero los consejos generales son los siguientes: • La ingesta de grasas debe ser moderada, no superando nunca el 30% del total de las calorías ingeridas. • Conviene sustituir las proteínas animales por las vegetales y dentro de los animales, consumir más pescado que carne. • La leche conviene tomarla descremada en lugar de entera, así se disminuye el consumo de grasas. • Será conveniente el uso de aceite de oliva al resto de aceites vegetales y los de origen animal. El aceite de oliva es rico en ácidos grasos monoinsaturados y tiene cualidades antioxidantes. • La dieta debe ser rica en verduras, frutas, cereales y legumbres. • Se aconseja tomar un vaso de vino tinto al día, sin exceder de los 30gr. de alcohol. • Disminuir el consumo de sal. • Realizara actividad física al menos 3 veces a la semana por al menos 30 minutos