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LUIS HERNANDO MUTIS IBARRA E-mail: [email protected] [email protected] Página Web: www.D10Z.com Notas de Estudio

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LUIS HERNANDO MUTIS IBARRA E-mail: [email protected] [email protected] Página Web: www.D10Z.com

Notas de Estudio

República de Colombia Departamento de Nariño Municipio de pasto

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ENSAYOS CONTENIDO 1. Del concepto. 2. La construcción del ensayo 2.1. No escriba como piensa 2.2. Organice las ideas 2.3. Arme la estructura de su ensayo 2.4. Atrape al lector en su comienzo 2.5. Tome posición 2.6. La tesis o el argumento 2.7. Elija el formato de su ensayo 2.8. Construya sus párrafos 2.9. Amarre su escrito 2.10. Recuerde que habla usted… pero, escucha a otros 2.11. El toque personal 2.12. Ideas para el título 2.13. Un buen final 3. Anatomía del argumento 4. Enseñar a argumentar: un reto de las clases escolares 5. Formas de conceptualizar la argumentación

Luis Hernando Mutis Ibarra

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1. DEL CONCEPTO. El ensayo cuenta con muchas connotaciones en el ámbito educativo, lo que conduce a que exista una multiplicidad de criterios a la hora de enfrentar la producción y la valoración de las prácticas de escritura; pero, es de considerar enfáticamente, que es función del espacio educativo generar las condiciones y los escenarios para el desarrollo de la competencia argumentativa. Por eso, este tipo de escritura es un buen punto para construirla, y puede caracterizarse como una toma de posición sobre una temática determinada en la que se sustenta por medio de argumentos y se accede a unas conclusiones; es un tejido con los hilos del arte y la ciencia, pues involucra elementos de la sensibilidad creativa, lo literario y lo lógico en el manejo de las ideas. Cobija todas las áreas y temáticas que el ensayista desee; pero, necesita de una firmeza de escritura que la haga altamente literaria y rigurosa a la vez. Casi siempre surge a partir de la reflexión con otros; pero es una reflexión no un comentario, ya que se moviliza con mayor seguridad en los juicios y el poder de los argumentos más que en las simples opiniones. Las ideas de las que se trate, se las sustenta y se las pone en consideración; pues, en su forma y manera de exponerlas se observa la calidad. Ensayo viene de ―exagium‖, que significa pesar, medir, poner en la balanza. Por lo tanto, se necesita un plan, un esbozo, un mapa o una guía para su desarrollo, ya que no se trata únicamente de colocar una idea a continuación de otra; se necesita organizarlas, jerarquizarlas, sopesarlas y tejerlas, para que discurran en un discurso pleno y coherente. Requiere de buenas bisagras y engarces que relacionen y amarren el escrito; además de esos conectores se deberá manejar una excelente respiración, ritmo y transpiración por medio de los signos de puntuación. El ensayo desarrolla una escritura potente, que gesta mundos posibles con pensamiento vigoroso, excelente literatura y que muchas veces se coloca a un nivel alto de redacción poética y científica simultáneamente. En este proceso, puede ocurrir que se vaya desde el alto subjetivismo donde abunden las citas, hasta la mayor objetividad donde no existen o son muy escasas las referencias; pero, en ambas formas es evidente la profundidad, lo cotidiano, lo sorprendente, el conocimiento; se recurre al pasado, como a otras voces, otros libros, otras ideas que contribuyen a darle fuerza a la exposición de los propios puntos de vista. Ambos se aventuran a socializar y exponer el pensamiento. El papel del ensayo, constituye un género para el ejercicio y el desarrollo del pensamiento. Por medio de él, es que nos vamos ordenando la cabeza; escribiéndolo comprobamos nuestra lucidez, puesto que es el motor de la reflexión como generador de duda y sospecha, tiene un papel agudamente crítico. Siempre pone en cuestión, diluye las verdades dadas, se esfuerza por los grises o luces de la vida y de la acción humana. Saca a la ciencia de su excesivo formalismo y pone su lógica al alcance del arte, es una simbiosis. La esencia del ensayo radica en su capacidad para hacer juicios serenos y contundentes; es siempre una búsqueda, pues, no hace otra cosa que hurgar o remover en las grietas de las estructuras. Es el espejo del propio pensamiento.

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2. LA CONSTRUCCIÓN DEL ENSAYO1 Redactar un ensayo parecerá una tarea titánica, pero es necesario darse su tiempo para revisar el material, masticar las ideas, saborear el texto, digerir y asimilar el proceso de su elaboración, para que exprese su primer intento y desde allí comience la escultura del mismo. Recuerde que leer y escribir es ―despertar‖. Para lograrlo, comience por degustar los extractos, esencias y fragmentos de celebres ensayistas. En ellos podrá degustar exquisitas pistas para la composición de su ensayo y descubrir estilos, maneras, modalidades y variaciones que le ayudaran a que su escrito se parezca y, en el mejor de los casos, pertenezca a este tipo de texto. Haciendo la analogía del alimentarse con la de escribir un ensayo, tenemos que, en ambos procesos ingerimos ingredientes que se mezclan, se transforman y nutren nuestro propio organismo de creación. Como comer implica un proceso delicioso e interesante, el propósito aquí, consiste en aprovechar los ingredientes (otras voces) para obtener nuestro propio nutriente: el ensayo como producto final. Así que, la misión consiste en elegir los platos de nuestro agrado, disfrutarlos v producir un ensayo con las siguientes características: una extensión que oscile entre 3 o más cuartillas, y que para su desarrollo serán necesarias 5 citas y 3 notas. Cuando un ensayo oscila entre las tres páginas, sobran los subtítulos; pero cuando, el número es mayor se recurre a varios sistemas: subtitulado, separando las partes significativas con numerales, pero todo el escrito debe estar compacto. Con ideas descansadas, simples y argumentadas, se darán pistas que guiaran el camino para el experimento práctico de la composición escrita de un ensayo.     

Exprese la idea base que articulará el texto y cuáles son los argumentos fuertes que se desean exponer. Con qué fuentes o en qué autores se sustenta nuestro argumento o tesis; a partir de qué o quienes, con qué material de contexto se cuenta; cuales son nuestros puntos de referencia. Elaborar esbozos, mapas de composición, anotar qué se va a decir en los párrafos, la ilación que nos proponemos: de consecuencia, de contraste, de relación múltiple o de juicio crítico. Gancho del primer párrafo (para seducir al lector, qué nos interesa tocar en él), así mismo el último párrafo, para decir cómo queremos cerrar, cuál es la última idea o frase, cómo se invita a un nuevo ensayo. Qué extensión va a tener; ni tan corto que parezca una opinión, ni tan largo que se asemeje a un tratado. Debe haber tesis (pros y contras) y la síntesis necesaria. Recordemos que el ensayo es una pieza de escritura completa.

2.1. NO ESCRIBA COMO PIENSA AI redactar, escriba lo que piensa, pero no escriba como piensa. Para escribir, debemos reducir, sintetizar todo aquello que pensamos, en una idea clara y contundente 1

Tomado y adecuado de: CONSUEGRA A., J. C. “ESCRIBA SU ENSAYO EN UNA MAÑANA”, Guía práctica para la redacción de ensayos. Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Comunicación y Lenguaje, Facultad de Educación. Santafé de Bogotá, D. C., abril 20 de 1996.

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a la que, poco a poco, moldeamos hasta dar forma escrita capaz de comunicar lo que inicialmente pensamos. Redactar implica preguntamos ¿qué?, de todo lo que se nos está ocurriendo en la mente será lo esencial del escrito, y qué no; así mismo, qué de todo aquello va primero y qué debe ir en segundo o tercer lugar. La redacción, entendida como proceso, nos lleva a la secuencia PENSAR ORDENAR - ESCRIBIR, Tengamos presente: No dar muchas vueltas en torno de un mismo tema. Definir el objeto de redacción y delimitarlo. No busquemos llegar al tema por el camino más largo, ni inventemos ramificaciones innecesarias: seamos claros y definamos nuestro punto de vista. Sólo así podremos fortalecer nuestro argumento y todas las ideas que surjan de nuestra idea básica, darán soporte al escrito. Siempre encontraremos con que deberemos escribir algo concreto acerca de algo más vago.

2.2. ORGANICE LAS IDEAS Después de una lluvia de ideas, en las que escribirá todos los pensamientos que se le vengan a la cabeza, aunque estos no se relacionen entre si y parezcan desordenados. Pero, ese es el comienzo; es recomendable identificar lo que será la columna vertebral del escrito, es decir, la idea fundamental que le va a dar forma a lo que deseamos escribir. En este punto es oportuno preguntarse, ¿hacia dónde apuntan todos los conceptos, todas las gotas de mi lluvia de ideas? ¿Qué concepto se repite más en la lluvia de ideas?, o aun mejor, ¿De todas las ideas, con cuál de ellas me quedo?, ¿Qué me interesa realmente argumentar? Una vez seleccionada la idea fundamental del escrito, habrá ideas que pasarán a un segundo plano, y otras a un tercero, y así sucesivamente, hasta tal punto que se podría armar un árbol imaginario. Y es, ese árbol, precisamente el esbozo del escrito. Constituye el esqueleto de lo que se irá a redactar.

2.3. ARME LA ESTRUCTURA DE SU ENSAYO Falta, entonces, rellenar el esqueleto del texto con músculos y tejidos. Y esa musculatura sólo la proporcionarán las palabras organizadas en oraciones, y éstas últimas organizadas en párrafos. Luego, mediante la organización de ideas se logra que el escrito tenga sentido y orden lógico para el lector. Dicho en otras palabras, si seleccionamos adecuadamente la columna vertebral del escrito, si organizamos ideas y sabemos cuál es la principal, cuáles secundarias y cuáles complementarias, obtendremos una estructura de texto coherente y clara. Recuerde que no existe una estructura predeterminada, lo importante es que exista un plan argumental que defina la secuencia de la organización de los componentes del escrito. Recuerde escribir todas sus ideas y pensamientos que se le ocurran; seleccione la idea fundamental de su escrito, Distíngala de las secundarias; y, arme el árbol o esbozo del texto que piensa escribir, señalando idea principal e ideas secundarias. Cuanto más detallado es el árbol, es decir, cuantas más ramificaciones posee ideas secundarias dentro de las secundarias, detalles- más fácil será redactar el texto, pues en el momento de escribir, se tendrá una guía bastante cercana al escrito final.

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Cuando se ha completado el árbol, se puede visualizar, además de las ideas fundamentales y secundarias, el orden que todas ellas llevarán dentro del escrito y la relación entre unas y otras.

2.4. ATRAPE AL LECTOR EN SU COMIENZO No hay nada más seductor que un buen comienzo. Los comienzos son fulminantes que dejan atónito al lector, y muchas veces, algunos logran que el lector no tenga tiempo ni para parpadear y continuar leyendo. El inicio del ensayo debe cumplir la doble función de: UNO: Exponer, en forma clara y sencilla, la tesis de su escrito, el argumento básico que defenderá durante el ensayo. Es decir que los primeros dos renglones deberán aclarar al lector qué idea va a ser la "ensayada". DOS: Cautivar al lector, con la firme intención de que lea todo el ensayo o de que, por lo menos, se interese por comenzar a leerlo.

2.5. TOME POSICIÓN La característica central del ensayo es la toma de posición, pues quien escribe el texto plantea un punto de vista de la temática en discusión. Con base en esto, y teniendo en cuenta al auditorio a quien se dirige el texto, se selecciona el tipo de argumentos. De otro lado, la toma de posición (o tesis) puede estar conformada por una opinión, un juicio frente a una situación X, una valoración, una teoría que se quiere defender o un procedimiento que se quiere evaluar.

2.6. LA TESIS O EL ARGUMENTO Se aconseja que la tesis o argumento básico del ensayo sea corta, sustancial, directa y sencilla. El periodo de la frase o frases iniciales que constituyen su tesis no debe sobrepasar las 20 palabras. Cuando se habla de la tesis inicial del ensayo, apelamos, entonces, a una conocida frase que en muchas misceláneas aparecen pegadas en la pared, justo al lado del teléfono público: SEA BREVE. Un argumento puede estar compuesto por una afirmación, una opinión, una teoría… y por unas razones que la apoyan y estas a su vez, pueden estar conformadas por ejemplos, comparaciones y/o definiciones. Resulta importante también evaluar los posibles contra argumentos asociados a la tesis que se desarrolla, de este modo se contará con un mejor nivel de consistencia argumentativa. Es necesario que se organicen siguiendo un plan o eje argumental para lo cual se puede contar con los siguientes ejemplos:  Delimitación del campo temático, toma de posición, argumentos, ejemplos, conclusiones.  Conclusión, delimitación del campo temático, toma de posición (tesis), argumentos, comparaciones.  Toma de posición o tesis, conclusión, delimitación del campo temático, argumentos, ejemplos, apoyo con una teoría.  Argumentos, apoyo en una teoría, argumentos, ejemplos, delimitación del campo temático, toma de posición, conclusión.

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El ensayo argumentativo no pretende probar una verdad como absoluta, sino valorar unos argumentos a favor de una toma de posición. De este modo, no interesa probar si se está frente a una verdad innegable o controvertible en término de verdadero / falso, lo que interesa es construir las condiciones de consistencia interna y la solidez de un discurso. Vale la pena tomar las palabras de Roland Barthes (1971) al referirse al respecto cuando dice que, ―una gramática no está bien descrita si todas las frases no pueden explicarse en ella; un sistema de sentido no cumple su función ni todas las palabras no pueden encontrar en él un orden y un lugar inteligible…‖

2.7. ELIJA EL FORMATO DE SU ENSAYO A su libre albedrío dejamos la forma visual que desee usted darle al texto. Haga como muchos autores que, por la extensión, densidad, complejidad, numero de párrafos o distribución de ideas, dan al ensayo alguno de los siguientes formatos, o si lo prefiere, propóngase uno distinto. Convencional: fluidez del texto a través de párrafos. Fragmentado: Diversos puntos de vista del mismo tema. Intertitulado: Uso de interludios por subtemas.

2.8. CONSTRUYA SUS PÁRRAFOS Tan importante como elegir acertadamente la tesis argumental, resulta tejer ideas dentro del escrito, mediante párrafos. Estas unidades conforman la estructura del ensayo y dan sentido a lo que se escribe, porque cada párrafo contiene frases estrechamente relacionadas. Existen algunas maneras de estructurar un párrafo: 1. La idea principal o tesis de un párrafo se puede desarrollar mediante ejemplos, Para explicar, en un párrafo, que "el tráfico de Bogotá es insoportable en las llamadas horas pico, basta con ejemplificar que "para desplazarse desde Cedritos hasta Chapinero, en un viernes 'de quincena' o 'de concierto', se necesitan por lo menos dos horas para lograrlo". 2. Otra forma útil y sencilla de estructurar un párrafo consiste en contrastar elementos que conformen la tesis v comparar de modo que se facilite al lector la comprensión del escrito. Con el mismo caso del tráfico capitalino, veamos como resultaría ―En Bogotá un alto porcentaje de semáforos permanece en mal estado, en Medellín, Cali, Barranquilla y otras ciudades del país, los semáforos son garantía para peatones y conductores". Si deseamos guiar aún mejor a nuestros lectores, se recomienda una tercera forma de desarrollar párrafos por encuadramiento. Consiste en que, al iniciar el párrafo, guiamos al lector hacia donde iremos. Párrafo narrativo: también llamado cronológico. Úselo cuando desee desarrollar una idea relatando hechos a través del tiempo o simplemente, acciones que suceden una tras otra. Este tipo de párrafo persuade al lector, porque lo transporta en el tiempo por medio de datos verídicos. Otra forma de párrafo narrativo, es toda aquella que explique un procedimiento o algoritmo de tareas para llevar a cabo una acción. Párrafo expositivo-argumentativo: Este tipo de párrafo pretende ser más persuasivo hacia el lector. Su objetivo primordial es convencer a quien lee, de que la tesis es cierta. De ahí que los elementos que en él se utilicen deben ser muy claros y

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contundentes. Para esto ayudan mucho los datos que muestran y no simples datos "declarativos", como si lo que se expone en el párrafo fuese una especie de ley. Párrafo descriptivo: úselo cuando desee involucrar más al lector en las tesis o ideas de su escrito, creándole atmósferas y ambientes mediante la descripción de lugares, personajes o cosas.

2.9. AMARRE SU ESCRITO Nada mejor que los famosos conectores, aquellos inseparables amigos de sus párrafos, que le permitirán articular y relacionar las partes de su ensayo. La carencia de ellos, causara cierta sensación de desorganización y aislamiento entre ideas y párrafos. Su exceso, terminará por saturar el escrito y por fatigar y, en el peor de los casos, confundir al lector. Así que, debe existir un equilibrado manejo de los conectores, que impriman un buen ritmo al ensayo y a la vez logren la entera comprensión de quien lee. Basta con encontrar expresiones o conectores que sean válidos para las frases o párrafos que desee relacionar y, lo más importante, asegurarse de de que sean de lógica comprensión para el lector. Numerosos estudiosos han aportado a la ligüística conectores que, seguramente usted habrá utilizado o irá a utilizar para su ensayo. Las categorías y conectores lógicos más usados son los que se enlistan a continuación: De relación» causa-efecto: entonces, por lo tanto, Su por ende, por consiguiente, por tanto, así que. De adversidad: no obstante, empero, sin embargo, pero, a pesar de, si bien, en cambio, mientras que. De síntesis: en fin, en ese orden de ideas, resumiendo. De explicación y reconfirmación: es decir, esto es, o sea, dicho en otras palabras, mejor aun. De tiempo: primero que todo, antes que nada, cuando, luego, después, finalmente, para concluir. De espacio: paralelamente, en el fondo, por encima, arriba, abajo. De similitud: asi mismo (o ―asimismo"), de igual forma, del mismo modo. De suma: adicionalmente, también, incluso, inclusive, y, además, también es cierto, y como si fuera poco. De conclusión: para terminar, finalmente, por ultimo. Existen otros nexos o recursos como: Formas personales para asumir posición: personalmente pienso que…, me parece que…, desde mi punto de vista… Fórmulas para introducir citas, notas o alusiones: Según X ―….‖, para opinión neutra: X afirma que ―…‖, para valorar una idea: de acuerdo con X ―…‖, para desvalorizar una idea: X pretende, insinúa que ―…‖ Conectores u organizadores textuales para garantizar la cohesión y tejer un plan argumental: examinaré diferentes aspectos de la polémica…., En primer lugar… En segundo lugar…; de organización causal: La razón de…, Ya se afirma que…, Puesto que…, En consecuencia…, Por lo tanto… Las modalidades de enunciados: Expresiones de sorpresa: Estoy convencido de…, Seguramente…, Sin lugar a dudas…; expresiones de probabilidad: Parece ser que…, Probablemente…; expresiones de duda: No estoy seguro de…, Es improbable que…

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Las restricciones: Amenos que…, Excepto si…. Fórmulas concesivas: Reconozco que…, Pero…, Tengo que admitir que…, Sin embargo…

2.10. RECUERDE QUE HABLA USTED… PERO, ESCUCHA A OTROS El ensayo tiene la particularidad de fortalecerse como género textual, a partir de las voces de otros para producir su propio pensamiento. Vale la pena recordar, entonces, que el ensayo, en un gran porcentaje no es producto de la "inventiva" o inspiración del autor, sino que, más bien, es producto de la buena asimilación y aprovechamiento de los recursos bibliográficos a que ha recurrido para producir sus propias ideas. Para hacer las citas: Las citas son elementos claves en la escritura del ensayo, no solo como apoyos de la credibilidad y legitimidad de los argumentos, o como soportes del plan argumentativo, sino como construcción del universo conceptual en el cual se desarrolla y como señal de configuración de relaciones intertextuales. Después de dos puntos, abra comillas y traslade, lo que dice el citado. En este caso, debe aparecer el nombre del autor que se cita. Recuerde que no siempre las citas son textuales. También puede hacer alusión a alguien o a algo dicho por alguien. Para las notas...: Con frecuencia, las notas se suelen utilizar de dos maneras: Cuando algún término, palabra, expresión o frase necesita ser ampliada o explicada en detalle, fuera del párrafo que la contiene. Entonces, se ubica el pequeño número o "superíndice" al final de la última palabra que se va a referenciar. Y abajo, en el extremo inferior de la página, con justificación a la izquierda, se repite el superíndice y se redacta la nota. Cuando se expone alguna idea, pensamiento, aporte, comentario o argumento ajeno que, sin ser textual, se debe referenciar como bibliografía. En ese caso, se repite el procedimiento del superíndice al final de la última palabra de esa idea y se lleva al final de la página, en donde se escribe el apellido del autor -en mayúsculas-, después una coma y el nombre en minúsculas; luego un punto seguido y el titulo del libro después un espacio para la editorial, seguida ésta de la ciudad y el año de impresión.

2.11. EL TOQUE PERSONAL Aunque las bases epistemológicas de su ensayo surgen a partir de otras voces y en repelidas ocasiones sentirá la necesidad de citar, anotar, glosar o referenciar, el ensayo es el reflejo de quien lo escribe, por eso, debe llevar aquella impronta personal, aquella señal particular, producto del estilo que sólo usted da a sus escritos. Es evidente que el estilo se aprecia o se comienza a reconocer después de cierto número de escritos a través del tiempo, se recomienda, sin embargo, comenzar a esculpir el propio de cada quien. Es necesario anticipar el tipo de interlocutor (lector), lo que supone seleccionar un tipo de léxico y un tipo de argumentos e, incluso, unos modos de argumentar. Ahora bien, el toque personal va desde el ritmo propio que da la puntuación al texto hasta la forma estructural de los párrafos. El estilo se vislumbra también en la manera de argumentar o de crear interés en el lector. En todo caso, el estilo o toque personal equivale -en términos de esta ―gastronomía" del ensayo- al "toque secreto" de que, por lo general, gozan los buenos platos.

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Es importante descubrir nuestro propio estilo, si éste es el producto de una mezcla de estilos de otros autores, quizás signifique la identificación o simpatía estilística que profesamos hacia ellos.

2.12. IDEAS PARA EL TÍTULO El título de su ensayo tiene una misión muy clara: llamar, atraer, seducir al lector. El titulo es esa insinuante y coqueta invitación a la lectura. De ahí que juegue un papel coprotagónico, al lado de la tesis y del argumento inicial. A continuación, algunos trucos para encontrarle el titulo más apropiado a su ensayo: 1. Relea el ensayo en su totalidad y escriba en un papel, a manera de lluvia de ideas, 5 títulos que se le ocurran. 2. No utilice el tema de su ensayo para el título; o mejor, no confunda el titulo con el tema. 3. Busque un titulo sugestivo, insinuante, sutil, es decir, que sólo de una vaga idea de lo que será el ensayo, pero que a la vez cree incertidumbre en el receptor e invite a la lectura. 4 Subraye las palabras o expresiones que más se repiten en el ensayo y úsela como parte de este. 5. Piense en un titulo que resuma, contenga o sintetice la idea general de su ensayo. En este caso, le pueden ser útiles la organización de ideas y el árbol o estructura del escrito.

2.13. UN BUEN FINAL Un buen final es sinónimo de lector satisfecho; si bien podemos escuchar que un escrito termina "en punta", esto no significa que va a quedar inconcluso. Los finales "en punta", además de resultar divertidos para el autor, hacen que el lector disfrute, con múltiples interpretaciones, las posibles derivaciones de ese "final virtual‖ El ensayo bien escrito da la instrucción a su autor para que encauce las ideas hacia la conclusión y con la practica, el autor sabrá cuando terminar, cuando ha dicho todo y no le queda nada por decir. Al igual que el comienzo del ensayo, el final debe ser pensado en función de quien lee, pensando en que permanezca interesado y que, cuando llegue al final, exclame: "¡hurra!‖, termine y valió la pena haberme leído este ensayo. Asi como el comienzo atrapa e invita, el culmen debe también interesar al lector y debe confirmarle su interés por el escrito. La conclusión puede resumir todo lo que se desarrollo, sintetizando en forma sencilla la idea del argumento inicial que, al fin y al cabo, fue aquello que se defendió durante el ensayo. Debe derivarse lógicamente de la tesis y los argumentos. Existe otra manera de concluir, y es proponiendo o invitando al lector a una acción o propósito relacionado directamente con el tema del ensayo, dejando ver cierto nivel de compromiso del autor con el tema del escrito. Es posible que en algunos casos no se planteen de manera explícita las conclusiones, pues hay ensayos que dejan en manos del lector la elaboración de las conclusiones e implicaciones; se deja en suspenso al lector. Los finales "en punta" que ya se menciono, a menudo forman parte de otra forma de concluir, terminar el ensayo pensando en el efecto que pueda causar en el lector, para ello, usted puede recurrir a una situación divertida, curiosa o, incluso, anecdótica.

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3. ANATOMÍA DEL ARGUMENTO2 Enseñar sobre, puede ser un enfoque arriesgado del enseñar como. Que se enseñe anatomía a un atleta no quiere decir necesariamente que se mejorará su actuación atlética. Sin embargo es posible que se consiga impartir las habilidades de razonamiento enseñando sobre ellas. Se presenta aquí una estructura general para los argumentos, junto con ejemplos procedentes de la ciencia, la medicina, los escritos deportivos, la ética u otros campos. Esa perspectiva del argumento podría mejorar las habilidades del razonamiento. Sin embargo, no se hace ninguna afirmación explícita de que ello vaya a producirse. La estructura del argumento sugerido por Toulmin (1958), puede verse en la relación básica en la que se encuentra entre las razones y la afirmación, representada en los encuadres situados a la izquierda y a la derecha. Las razones son los detalles de una situación que apoyan la afirmación (por ejemplo, la conducta del viento en el esquema). En muchos contextos de argumentación no se hace explícito de qué modo las razones apoyan la afirmación. Sea o no explícita, esta conexión es facilitada por la justificación. Una justificación es una regla general que une las razones particulares con sus implicaciones (en la ilustración, una regla general sobre los patrones climatológicos locales). La justificación también necesita apoyo. Este apoyo se denomina respaldo. El respaldo adecuado para una justificación difiere de un campo a otro. Por ejemplo, el respaldo para un principio científico suele ser una historia previa de la confirmación; en el derecho, un principio es respaldado por precedentes o por una ley. Otros dos elementos completan la anatomía del argumento. La modalidad se refiere a los calificadores que pueden estar presentes (como «las probabilidades son», en el ejemplo). El elemento final es la refutación. La refutación no se refiere a la respuesta de un adversario, sino a algo que la persona puede incluir y reconocer las condiciones excepcionales bajo las cuales la justificación normalmente sólida, no se sostiene. ¿Por qué un análisis como éste puede ayudar a las personas a razonar mejor? En primer lugar, las distinciones del modelo equivalen a modos alternativos de recusar un argumento. ¿Las razones son realmente asi? ¿El respaldo para la justificación es firme?, o ¿cómo puede impugnarse? ¿El argumento está calificado de modo apropiado —la cuestión de la modalidad? En lo referente a la refutación, ¿debe tomarse en serio la posibilidad de circunstancias excepcionales? Resumiendo, la estructura del argumento constituye una guía para examinar y revisar los argumentos, incluidos los argumentos con uno mismo.

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Tomado y adaptado de: Toulmin Stephen.. “La comprensión humana”. Editorial Alianza. Madrid, España. 1992

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RESPALDO

La experiencia acumulada de los meteorólogos en la zona templada del norte indica que

JUSTIFICACIÓN

En estas latitudes, el paso de un frente frío suele estar seguido, después de unas cuantas horas, de un tiempo claro y más fresco.

Esa tarde, el viento ha girado de dirección suroeste a dirección noroeste, prácticamente ha cesado de llover; se presentan claros en las nubes, signos que indican el paso de un frente frío .

MODALIDAD por tanto

Las probabilidades son

AFIRMACION

RAZONES

REFUTACIONES

Que mañana el campo sea claro y más frío.

Salvo en el caso de que aparezca un sistema frontal sumamente complejo. .

ESQUEMA: La estructura del argumento de Toulmin

El esquema también proporciona al razonador un plan para ampliar los argumentos elípticos. Toulmin y colaboradores observan que muchos argumentos no presentan todos los elementos que podrían o deberían tener. A menudo, cuando se presentan las razones y la afirmación, el esfuerzo por exponer un argumento de forma completa proporciona una crítica inmediata. Por ejemplo, el exponer explícitamente una justificación tácita puede evidenciar que no dispone de un respaldo firme. Toulmin y colaboradores intentan desarrollar la conciencia del alumno, en lo referente a estos puntos, a través de una presentación metódica con muchos ejercicios. Siguiendo un resumen del esquema del argumento. Los autores sostienen que el razonamiento hábil sobre la firmeza de las proposiciones se aprende a partir de las interacciones sociales con otras personas, empezando con argumentos en los contextos de educación infantil. El argumento constituye una clase de discurso especializado que las personas adquieren cuando realizan otros patrones de discurso. Las personas utilizan estos discursos en privado, pese a que los han aprendido por medio de las interacciones con otros. Los estudiantes reciben mucha práctica en la confrontación con argumentos de diversas clases. El énfasis colocado en una estructura común proporciona un criterio

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coherente y económico del carácter del razonamiento. El énfasis en las variaciones de los argumentos de un campo a otro, pese a la estructura común, puede promover la transferencia. Sin embargo, también podría utilizarse con mayor eficacia para las habilidades del razonamiento si se añadiesen ejercicios en los que se exigiera a los alumnos que elaborasen sus propios argumentos, en lugar de simplemente analizar los argumentos de los demás. Una reserva diferente tiene que ver con los factores psicológicos que ocasionan una argumentación y un razonamiento privado erróneos. Estas influencias son raras veces reconocidas y, no obstante, notablemente poderosas. Algunas anomalías en el razonamiento parecen tener la fuerza persuasiva de las ilusiones perceptuales. En efecto, a menudo resulta muy difícil convencer a las personas que la ilusión es una ilusión. Creemos que la enseñanza en el razonamiento debería tener en cuenta esta investigación y debería alertar a los alumnos sobre los defectos tenaces que ha revelado. Un texto a nivel universitario diseñado para enseñar la habilidad de razonar, se enfoca las dificultades del razonamiento a partir de fundamentos filosóficos y con un estilo y una precisión filosóficos. Otro mérito especial es la atención prestada a la lectura y escritura como medios para el pensamiento. La argumentación es a menudo necesariamente compleja y el recurso de la palabra escrita nos permite mantener los argumentos de un modo que no nos es posible por medio del carácter fugaz del lenguaje. Se discute la ambigüedad, la equivocación y la vaguedad; la connotación y la metáfora, la sugestión y la parcialidad, y el lenguaje emotivo; es en si la definición y el control del significado. Es necesario aprender una considerable terminología, junto con determinadas técnicas.

4. ENSEÑAR A ARGUMENTAR: UN RETO DE LAS CLASES ESCOLARES En las diversas teorías y prácticas de la enseñanza de las áreas de conocimiento, es entender qué es la disciplina que se estudia, cómo se genera y cuáles las finalidades de su enseñanza. De la misma manera que en la construcción del conocimiento científico, es importante la discusión y el contraste de las ideas, también es necesario dar más importancia a la construcción del conocimiento propio de la ciencia escolar, en la discusión de las ideas en el aula y en el uso de un lenguaje personal que combine los argumentos racionales y los retóricos, como paso previo, a menudo necesario, para que el lenguaje formalizado propio de la ciencia tome todo su sentido para el alumnado. El cambio de perspectiva es significativo, ya que presupone que la manera tradicional de plantear las clases, iniciándolas dando a conocer los conceptos de forma ya «etiquetada», no es coherente, ni con la forma en que se genera el conocimiento disciplinar, ni con las tesis constructivistas del aprendizaje. Los grandes objetivos que se pretenden asumir con la enseñanza y con el aprendizaje de la argumentación o razonamiento disciplinar, de acuerdo con Driver y Newton (1997), son los siguientes: En primer lugar, ayuda a desarrollar la comprensión de los conceptos. En el marco escolar es muy importante la discusión de los criterios para evaluar las teorías científicas, es decir, hablar en clase de las relaciones existentes entre las hipótesis, los fenómenos,

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los experimentos, los modelos teóricos y la evolución de las teorías. El alumnado va entrando en el mundo de la ciencia en la medida que tiene necesidad de utilizar los instrumentos conceptuales y procedimentales que la cultura científica ha ido construyendo, conceptos como genes, cromosomas, campos eléctricos, átomos, proporcionalidad u osciloscopio para hablar y escribir (y leer) ciencia, es decir, para comunicarse. Pero eso implica, al mismo tiempo, aprender a estructurar sus caminos de razonamiento, o sea, su discurso argumentativo, reconociendo sus características. En segundo lugar, la argumentación ofrece una visión para que se entienda mejor la propia racionalidad de la disciplina, analizando su proceso de construcción: el «contexto de descubrimiento» para la generación de hipótesis y «contexto de justificación» para comprobarlas y validarlas, los cuales toman sentido en un «contexto de conocimiento» aceptado. Si se presenta la ciencia como el producto final del proceso, pero no se reconocen los cambios que se han producido, no se podrán entender las conclusiones derivadas de las teorías. Es decir, una forma de aproximarse a la epistemología de las ciencias es aprender a construir afirmaciones y argumentos y a establecer relaciones coherentes entre ellas para interpretar los fenómenos. Eso implica enseñar a leer ciencias, a discutir teorías que han sido rechazadas y aceptadas por la comunidad científica, a explicitar los criterios de las decisiones racionales y el porqué unas teorías ofrecen una mejor interpretación que otras. Por otra parte, en una sociedad democrática es necesario formar un alumnado crítico y capaz de optar entre los diferentes argumentos que se le presenten, de manera que pueda tomar decisiones en su vida como ciudadanos. Dado que la enseñanza de las ciencias en la escuela se generaliza hasta edades avanzadas, su finalidad deja de reducirse a preparar al alumnado para seguir cursos universitarios y pasa a promover un conocimiento para la acción. Buena parte de los problemas del entorno –sean ambientales, relacionados con la salud u otros requieren dar opiniones fundamentadas científicamente. Estos problemas, a diferencia de los que se analizan en las clases habituales de ciencias, no forman parte del «núcleo duro» de la ciencia, es decir, de aquéllos cuya solución ya ha sido consensuada y es ampliamente compartida por los miembros de la comunidad científica. En cambio, es en la discusión sobre la idoneidad de los alimentos transgénicos, o qué hacer con los residuos, o cómo conseguir una mejor calidad del aire, cuando el alumnado puede situarse y reconocer el «contexto de descubrimiento» y el «contexto de justificación» e ir diferenciando entre argumentos fundamentados científicamente y de otros tipos. Por lo tanto, nos encontramos con que el aprendizaje de la argumentación en las clases de ciencias toma sentido desde muchos puntos de vista. Para aprender ciencia es necesario aprender a hablar y escribir (y leer) ciencia de manera significativa. Eso implica también aprender a hablar sobre cómo se está hablando. Reconociendo las diversas maneras de expresar un mismo significado, las diferencias entre el lenguaje cotidiano y el científico y las principales características de cada tipo de discurso. La única manera de aprender a producir argumentaciones científicas es producir textos argumentativos – escritos y orales - en las clases de las diferentes disciplinas o áreas de conocimientos y sobre todo las de ciencias, discutiendo las razones, justificaciones y criterios necesarios para elaborarlas. Este aprendizaje implica aprender a

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utilizar unas determinadas habilidades cognitivo-lingüísticas (describir, definir, explicar, justificar, argumentar y demostrar) que, al mismo tiempo, necesitan el uso de determinadas habilidades cognitivas básicas del aprendizaje (analizar, comparar, deducir, inferir, valorar...).

5. FORMAS DE CONCEPTUALIZAR LA ARGUMENTACIÓN En los últimos años, diversos autores han elaborado, desde diferentes puntos de vista, modelos sobre los elementos que constituyen una argumentación, las interrelaciones que deben establecerse necesariamente entre estos elementos para que sea válida y qué secuencias son las características. Para analizar un discurso, es necesario distinguir entre el significado gramatical del sistema lingüístico (no tiene en cuenta los factores «extralingüísticos») y el sentido o el significado discursivo (interdependencia de los factores contextuales y de los lingüísticos, teniendo en cuenta el «mundo» del receptor, sus conocimientos previos y los compartidos, sus intenciones...). En una clase, los textos elaborados por el alumnado acostumbran a dirigirse al profesorado para que los evalúe. Este hecho condiciona fuertemente su elaboración, tanto porque el estudiante persigue, más que nada, adivinar qué es lo que el profesor espera de él o ella. Aquí se analiza el discurso argumentativo a partir de dos perspectivas diferenciadas: la concretada por Toulmin (1993), en la cual se plantea una revisión de la argumentación como una teoría del razonamiento práctico, y la proveniente de la lingüística textual, representada por los modelos de Van Dijk (1978) y Adam (1992). Dichas unidades de análisis van más allá de los límites de las oraciones gramaticales. Habilidades cognitivo-lingüísticas describir definir explicar justificar argumentar y demostrar

Habilidades cognitivas básicas analizar comparar deducir inferir valorar (Prat, 1998).

Toulmin (1993), filósofo y epistemólogo, aporta una visión de la argumentación desde la formalidad y la lógica. Según este autor hay normas universales para construir y evaluar las argumentaciones, que están sujetas a la lógica formal. Elabora un modelo de la estructura formal de la argumentación: describe los elementos constitutivos, representa las relaciones funcionales entre ellos y especifica los componentes del razonamiento desde los datos hasta las conclusiones. El modelo que propone se basa en el siguiente esquema de la argumentación, que contiene los componentes: D = Datos: Hechos o informaciones factuales, que se invocan para justificar y validar la afirmación. C = Conclusión: La tesis que se establece. G = Justificación: Son razones (reglas, principios...) que se proponen para justificar las conexiones entre los datos y la conclusión. F= Fundamentos: Es el conocimiento básico que permite asegurar la justificación.

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Q = Calificadores modales: Aportan un comentario implícito de la justificación; de hecho, son la fuerza que la justificación confiere a la argumentación. R = Refutadores: También aportan un comentario implícito de la justificación, pero señalan las circunstancias en que las justificaciones no son ciertas. Los calificadores modales y los refutadores son necesarios cuando las justificaciones no permiten aceptar una afirmación de manera inequívoca, sino provisional, en función de las condiciones bajo las cuales se hace la afirmación. Según este modelo, en una argumentación, a partir de unos datos obtenidos o de unos fenómenos observados, justificados de forma relevante en función de razones fundamentadas en el conocimiento científico aceptado, se puede establecer una afirmación o conclusión. Esta afirmación puede tener el apoyo de los calificadores modales y de los refutadores o excepciones. Toulmin sigue una analogía entre un texto argumentativo y un organismo, de manera que la parte anatómica está constituida por órganos, que son las diferentes fases de progreso del argumento, desde el enunciado inicial hasta la conclusión final; y la parte fisiológica está constituida por la lógica de cada frase. Pero no se puede desligar la fisiología de la anatomía: es un todo que toma sentido cuando las partes se interrelacionan entre sí, es decir, que la lógica de cada enunciado está determinada por su situación en la argumentación y viceversa. El modelo de Toulmin, adaptado a la práctica escolar, permite reflexionar con el alumnado sobre la estructura del texto argumentativo y aclarar sus partes, destacando la importancia de las relaciones lógicas que debe haber entre ellas. Es decir, posibilita una metarreflexión sobre las características de una argumentación científica, profundizando sobre cómo se establecen las coordinaciones y las subordinaciones, sobre el uso de los diferentes tipos de conectores (adversativos, causales, consecutivos...), sobre la nolinealidad de los razonamientos. Por una parte, el estudio de la anatomía del texto permite analizar con el alumnado el significado de cada proposición del texto por sí misma, el tipo de secuencias que se pueden establecer con estos elementos y qué tipos de conectores permiten hacer el paso entre las diferentes oraciones del texto. Por otra, el estudio de la fisiología de la argumentación ayuda a trabajar el uso de concordancias lógicas en el contexto de la ciencia entre las diferentes partes del texto. Estas relaciones de concordancia se concretan en el análisis de la aceptabilidad y de la relevancia de las proposiciones formuladas. Todas éstas son dificultades importantes del alumnado ya que suelen afirmar consecuencias sin tener en cuenta las justificaciones teóricas. Presentan problemas para seleccionar las evidencias debidas a la dificultad de identificar los hechos. ESQUEMA DEL TEXTO ARGUMENTATIVO según Toulmin DATOS (D)

por tanto Ya que JUSTIFICACIÓN (G)

Debido a que

CUALIFICADOR (Q) MODAL (M) Excepto si REFUTADORES (R)

CONCLUSIÓN (C)

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FUNDAMENTACIÓN (F)

SUPERESTRUCTURA ARGUMENTATIVA Según Van Dijk

Argumentación

Justificación

Marco

conclusión

Circunstancia

Puntos de partida

Legitimidad

Hechos

Refuerzo

Se espera que trabajar la microestructura del texto argumentativo puede ayudar a superar las múltiples dificultades que los chicos y chicas manifiestan en este aspecto (Llorens y De Jaime, 1995), ya que permite profundizar en el uso de oraciones subordinadas causales, consecutivas, adversativas, condicionales... y sus respectivas conjunciones, de manera que se explicitan más las relaciones lógico-argumentativas.