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FERNANDO RETANA MILAN R1, ODONTOLOGIA FORENSE. ENSAYO DE “ PERU EN TIEMPOS DE VIOLENCIA Y TERRORISMO” Las causas que impulsan a ciertas personas o grupos a realizar acciones terroristas (guerrillas,

insurgentes,

disidentes,

activistas,

políticos,

religiosos

etc…),

justificando como principios una revolución justiciera para intentar argumentar sus actuaciones fuera de la ley, con la creencia de asentar sus ideales, ambiciones, aspiraciones e intereses. Con la finalidad de alcanzar sus objetivos por lo general van dirigidos a lugares y situaciones ligados con la pobreza, descontento social así como determinadas zonas que florecen en países con menor desarrollo, creando en ciertos sectores poblacionales y territoriales acciones encaminadas a la violencia, sin dejar espacio a los pensamientos, a encaminar sus deficiencias u opiniones diferentes hacia otros contextos que no sean la violencia y la perpetración de estos actos.

Apagones, toques de queda, coches bomba, pintas, desapariciones forzadas, atentados a autoridades, masacres de pueblos enteros y miedo. Fue así es como vivía la sociedad entera de La Republica de Perú de los años 80 y 90, consecuencia del demencial accionar de Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), grupos de asesinos que se decían revolucionarios e intentaban alcanzar el poder mediante el terror y la violencia.

Un ejemplo de esto es lo que sucedió en Lucanamarca acontecimiento de el 3 de abril de 1983, es una de las mayores atrocidades cometidas por el grupo terrorista “Sendero Luminoso” en su lucha contra el Estado Peruano. En donde asesinó a machetazos y hachazos a casi todo ese pueblo los comunistas-maoístas de Sendero Luminoso asesinaron despiadadamente a 69 humildes campesinos, la mayoría de los cuales eran ancianos, mujeres y niños. Con esta salvaje acción los senderistas querían demostrar de lo que eran capaces y lo consiguieron, el terror que extendieron entre las humildes comunidades campesinas les permitió dominar la zona andina de Perú y conseguir así una base de operaciones desde la que continuar una cruenta guerra contra los demócratas peruanos que se ha cobrado casi 70.000 muertos y que aún perdura hoy en día.

FERNANDO RETANA MILAN R1, ODONTOLOGIA FORENSE. El otro grupo terrorista, el MRTA, inició sus acciones el 22 de enero de 1984 con el asalto a un puesto policial en Villa El Salvador, Lima. Su líder era Víctor Polay Campos y aunque decían diferenciarse de SL, al no atacar a las poblaciones pobres, también hicieron uso de la violencia, mediante atentados y secuestros a policías y autoridades. Según datos porcentuales por difundidos por el CVR el 54% de las personas fallecidas producto del conflicto interno en el país, se le atribuye al Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso (PCP – SL), siendo ella la organización que desencadenó la violencia al tratar de imponer mediante el terrorismo, su ideología política en busca de una “mejor vida”.Si bien es cierto el estado combatió y enfrento al movimiento mediante el uso de sus fuerzas militares y la Policía Nacional, apegado al cumplimiento de su deber y dentro de lo establecido en la constitución política del estado, también existió dentro de las mismas fuerzas del orden aquellos que no cumplieron sus deberes como es debido y no escatimaron en usar todo el poder y su posición que se les había otorgado para hacer de las suyas e infligir constantemente daños contra los derechos fundamentales de la persona humana, entre ellos la ejecución arbitraria, la desaparición forzada de personas, las torturas, tratos inhumanos o degradantes y de violencia sexual.

La sociedad civil se manifestó de diversas formas en este periodo de calamidad vivida en el país. En muchos casos los gobiernos civiles cedieron todas las responsabilidades a las fuerzas armadas en la lucha contra el terrorismo, sin control ni regulaciones, lo que trajo como consecuencia los abusos y atropellos de los derechos fundamentales de la población a consecuencia de la actividad militar que cada vez tenía más poder y en muchos de los casos sus actos fueron encubiertos, por diversos factores entre ellos la indiferencia generalizada y tolerancia excesiva por ciertos gobiernos locales que no duraron en hacerse a un lado y ser meramente espectadores más sin ninguna intervención y en desacato de su responsabilidad como autoridad. Sin embargo, también existieron aquellos líderes políticos locales y nacionales que no permitieron tales injusticias y se enfrentaron audazmente al terror, a pesar de las pocas posibilidades