INTRODUCCION El siguiente texto es suscitado sobre la búsqueda de una práctica de lectura1, pre
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INTRODUCCION El siguiente texto es suscitado sobre la búsqueda de una práctica de lectura1, preocupada en ubicar coordenadas ― del espacio político y teórico ― y consciente de los condicionamientos subjetivos y objetivos que enmarcan la producción de un saber. La lúdica en que está inmersa la lectura, se asemeja a una espiral: desde lo abstracto a lo concreto. Representaremos lo concreto (de nuestro análisis) en el cuento “como una buena madre” de Ana Shua y lo abstracto en las categorías de análisis producidas por Roland Barthes , Gerard Genette y Philippe Hammon . Es preciso aclarar que todo este aparato de análisis es entendido desde el pensamiento complejo: interrelacionando sus elementos, cual dialogismo y concibiendo a las partes dinámicas .
La hipótesis de sentido esbozada para nuestro análisis consistirá en la demostración ― a partir de las diversas vetas sistemáticas del texto ― de las transgresiones a discursos sociales hegemónicos, operadas bajo el uso del género fantástico. Tal como lo señala el novelista rioplatense Marcelo Cohen: “En el fantástico hay un programa estético que es un programa político de resistencia a un orden cultural impuesto que tiende a consolidarse cada vez más” (Pampa Aran, pág. 28). De esta manera nuestra hipótesis de sentido nos permitirá situar al cuento de Ana Shua dentro de “el fantástico” e identificar mecanismos y operaciones ( bajo las categorías : indicios , catálisis , modo / voz ) que subviertan el orden de discursos sociales dominantes ; tales como , la maternidad moderna y el concepto “natural” de la niñez inocente , para este último , ahondaremos en la construcción de lo siniestro a partir del personaje del niño . Y como cimiento de nuestra hipótesis de sentido usaremos la red teórico−crítica proporcionada por Rose Mary Jackson, Todorov y Pampa Arán. Y para finalizar propondremos nuestra hipótesis de sentido primaria en la participación de otro texto: “El niño proletario”. Construyendo de esta forma un mini−corpus que nos permita constatar que la lectura como concepto y operación 1 Básicamente entendida desde Leer / hacer, leer sentidos y dar valor a una posición de lectura (Barthes )
discursiva es tejida dentro del juego eterno de asociaciones; productoras inagotables de sentidos. DESCRIPCION E INTERPRETACION A partir de la propuesta metodológica de Barthes para el análisis estructural de los relatos, tomaremos los dos niveles en relación: distribucionales (sintagmáticos) e integradores (paradigmáticos), entendidos como unidades funcionales del hacer y del ser, respectivamente. Identificamos en nuestro relato base “como una buena madre”, a nivel distribucional, funciones cardinales, caracterizadas por ser unidades de acción – consecutivas y consecuentes ― que abren, mantienen y cierran la continuación de la historia , serían entonces : Mamá recibe una llamada de “Papito ”. Tom y Soledad tiran al piso vasos y platos de la cocina . Soledad empuja a mamá al piso y al caer mamá se corta la palma de la mano. Soledad y Tom empujan a la madre hacia el horno caliente. Mamá recupera al bebé de las manos de los niños y se encierra en el baño. Él bebe lastima la córnea de mamá. Dentro de este nivel también se ubican las catálisis, que aunque componen una funcionalidad más débil en la historia que las cardinales, son notables, gozan de una función discursiva: aceleran, retardan, dan nuevo impulso al discurso, despistan. Disponen zonas de seguridad y remanso ante los momentos de riesgo del relato manifestados en las cardinales. Es preciso hacer una pequeña acotación para con la escena de la llamada de “ papito ” que incluimos en las funciones cardinales , ya que es constituyente para la construcción de las agresiones venideras ― contra la madre ― parece como si el > fuera el guiño , perfectamente asimilado por los niños , que luego se desarrolla en el ejercicio de un poder y voluntad ( desbordado ) en contra de la madre . A nivel de las unidades integradores dispondremos de los indicios, funciones específicamente semánticas que implican una actividad de desciframiento, remiten también a un carácter, sentimiento, notaciones de atmósfera o filosofía ― más metafóricas ―. Articularemos los indicios dentro del nivel de las funciones distribucionales, relacionando: catálisis con indicios, pues el relato funciona como una
jerarquía de instancias, donde se pasa no solo de una palabra a otra sino de un nivel a otro. Además, según los lineamientos de Barthes una unidad narrativa puede pertenecer al mismo tiempo a dos clases diferentes. Esta catálisis indicial encontrada Nos plantea desde el comienzo del relato un sentimiento de venganza por parte de la Madre que se tensiona con el discurso traspuesto que responde al discurso social normativo de la maternidad moderna. Seguidamente en el relato encontramos que los niños le piden a la madre desaforadamente más caramelos ella pone en tensión los valores atiborrados de la maternidad moderna primer piensa en no darle caramelos a Soledad (niña) por haberle pegado a Tom (niño): pero luego vuelve a tensionarse con el discurso traspuesto . Identificamos este indicio como la cristalización del discurso moderno de la Madre polifuncional, omnipotente en los campos: afectivos, cognitivo, fisiológico. Discurso que a lo largo del relato se observa apropiado por la madre y tensiona por sus acciones y sentimientos2. Posteriormente en el relato, identificamos otra catálisis indicial cuando los niños se van a ver la TV (dibujitos animados) extremadamente cerca la pantalla este discurso traspuesto de la madre mediatizado por lo antes dicho: el discurso social 2
Para cimentar algunas de estas afirmaciones en torno a la maternidad nos hemos basado en el artículo: Transformaciones Histórico Culturales del Concepto de Maternidad y sus Repercusiones en la Identidad de la Mujer .Revista: Psykhe 2006 Autores: María Elisa Molina
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hegemónico de la maternidad, vuelve a entrar en tensión con otro discurso traspuesto desde la psiquis de la madre . Así se acentúa la tensión entre los pensamientos antípodas: de venganza y maternidad expresados por la madre. En esta misma catálisis indicial del relato llega a la casa un hombre de mayor edad , justamente cuando los niños están viendo la TV tan de cerca , el hombre que trae el pedido de las verduras , lo identificamos como un vigilante social , que tal vez desde la autoridad de la gerontocracia opina que los chicos están muy cerca de la TV , de este modo se vuelve a evidenciar la tensión anteriormente descrita , acompañada , siempre , del modelo de maternidad dominante en el discurso social , traspuesto en el relato . PARTICIPACION DEL GÉNERO El género fantástico entabla un diálogo entre el discurso de la obra y los discursos sociales que circulan en la sociedad y que circunscriben el orden de lo real. Se trata de un diálogo en el cual estos discursos normativos de lo conocido son transgredidos a través de un elemento que éstos catalogan de anómalos o extraños. Pampa Arán establece ésa como la Función Semiótica del género – entendiéndolo como un signo –; así, el género fantástico se opone a los sistemas de ideas establecidas en la cultura: valores morales, religiosos, filosóficos, científicos, que circunscriben “la verdad”, “lo visto”, “lo conocido”. Entonces, el género, como institución del colectivo hablante, es parte de un proceso de semiosis: significa, representa, se nutre y retroalimenta de los conceptos que atraviesan a la sociedad y a los textos que participan de él, por tratarse de una entidad no sólo estilística sino también social. Concebimos el género fantástico como inserto en un contexto sociohistórico y con la función de insistir en una reflexión extrañada sobre la relación del yo y del lenguaje con la realidad. Conlleva una intención combativa –
aunque como Rosemary Jackson especifica: el género fantástico es subversivo no perse, sino a través de una expresión consciente de deseos inconscientes– y para ser comprendida seriamente es preciso que la credulidad del lector no se pierda, que no se considere el relato como algo maravilloso o completamente imposible dentro de la realidad: el relato fantástico debe encontrarse en la frontera entre lo real y lo imaginario. Por eso Pampa Arán le atribuye al género fantástico una ambigüedad semántica basándose en cómo éste se sirve de las anomalías que los discursos hegemónicos restringen como imposibles; es decir, necesita crear un ambiente de realidad para introducir el factor que romperá con ella. La estrategia del fantástico radica en ello, sin este efecto, el texto carecerá de verosimilitud y no logrará la tensión entre ficción/realidad. Según esta autora, el modo fantástico se basa en el conflicto cognoscitivo que no es el mismo que el del policial, en donde el enigma es conocido y se debe construir la solución; aquí, en el fantástico, el proceso de construcción es otro: se debe construir el enigma, el misterio. Realizamos esta caracterización general del género fantástico para crear el marco del género en el cual creemos, a través de marcas sistemáticas, que participa el cuento “Como una buena madre”. Como primera instancia, en términos de la Función Semiótica propuesta por Pampa Arán, reconocemos en él una ruptura del orden de lo real y naturalizado, que se engendra en el comportamiento extraño de Soledad, Tom y el bebé. No podría entenderse su comportamiento como ‘extraño’ si no existieran determinadas leyes que regularan lo natural del mismo y dictaran un estereotipo de las figuras de los niños como inocentes, y que, en tanto hijos pequeños, amen incondicionalmente a su madre. De ninguna manera se espera desde un paradigma de lo natural que intenten matarla, mejor dicho, para entenderlo en un campo más técnico dentro del fantástico, el texto siembra la duda de tal posibilidad. Este texto comparte las características del género fantástico contemporáneo en donde el conflicto se inscribe en el mundo problematizado de los discursos sociales, lo “natural”; podemos aseverar que el mundo de los personajes es el mundo referencial, un mundo reconocible, ya que las categorías de espaciotiempo no parecen tejer ninguna relación extraña o anómala. Esto nos sirve como argumento para nuestra hipótesis en donde
entendemos que en “Como una buena madre” se problematiza el discurso hegemónico de la maternidad actual, en donde la mujer relega su condición de mujer como tal para dedicarse a la tarea de ama de casa, del cuidado de los niños; como si su existencia solo se fundara sobre dicha condición. Este discurso se inscribe en un conflicto de género, en una sociedad machista. Ahora , lo extraño en este cuento no se encuentra en la vida estresante y problemática de Mamá, porque es algo completamente esperado dentro de nuestro contexto social, sino en lo siniestro de los niños. Cabe aclarar que postulamos tal relación porque comprendemos, como mencionamos anteriormente, al género fantástico como una institución no aislada de la realidad social, y como un género artístico que proclama el cuestionamiento de los conceptos que restringen la “verdad”. Sin embargo, es imprescindible no perder de vista lo que plantea Todorov sobre nuestro papel como lectores –la tercera condición que debe cumplir un relato para ser considerado participante del género–, en donde debemos tomar una actitud frente al texto entendiéndolo en su propio código sin caer en una interpretación metafórica o alegórica: ninguna marca textual en este relato nos permite fundar tal interpretación, ya que eso conllevaría una intención consciente y abocada a tal tarea como objetivo. En términos de Rosemary Jackson –que realiza un análisis interdisciplinario apropiando términos de psicoanálisis–, debemos entender el fantástico como una expresión de los deseos inconscientes por articular lo desconocido. Luego, en un plano estructural del análisis, nos apoyamos en la teoría de Todorov reconociendo en el cuento el cumplimiento de las tres condiciones del género fantástico. Por un lado, se nos plantea un enigma, desde el comienzo, el lector experimenta una sensación de tensión e incluso ansiedad que va a aumentando a medida que se brindan más etiquetas semánticas de los personajes y su relación entre ellos. Sin dudar de la verosimilitud del mundo representado en el cuento, nos topamos con marcas tales como la excesiva y casi enloquecedora fijación de la madre, la presión que la sociedad opera sobre ella. Cuando se mencionan los libros y novelas , que seguramente funcionan como parodia a los libros de pedagogía y novelas estereotipadas sobre el modelo normativo de la maternidad , porque es precisamente en ese lugar discursivo ( libros , novelas ) donde se reafirma lo que tanto sujeciona a
esta madre esa afirmacion aduce a cualidades innatas de las madres como si siempre a lo largo de la historia humana las procreadores hubieran tenido a su cargo la crianza de los descendientes, . Esas lecturas son las que se filtran en el discurso indirecto libre encerrado en paréntesis que su vez funciona como sensor de la moral maternal hegemónica , discurso ya interiorizado por la madre .Esto puede reforzarse desde una descripción de las categorías de de funciones de Barthes y del Modo y Voz de Genette, como estrategias retóricas para crear el efecto de no tranquilidad. Desde el momento en que aparecen las primeras etiquetas semánticas sobre los niños comienza la vacilación, ya que se los describe con un comportamiento sutilmente extraño para niños de su edad, como la agresión fundida con un accionar calmo –lo que refuerza el efecto siniestro–, las contestaciones maduras, el cambio súbito de quietud a violencia. La vacilación –que según Todorov es lo que produce el elemento fantástico– se hace completa cuando comienzan a desarrollarse los ataques hacia la madre, y finalmente cuando el bebé, el ser que parece el único inocente allí, le clava la uña en el ojo –no sabemos si a propósito o no y allí se encuentra el elemento fantástico–. Como lectores no podemos optar determinantemente entre una explicación natural o una sobrenatural. Tranquilamente, y aunque éste autor descarta tal posibilidad, puede explicarse lo extraño del cuento como un episodio psicótico de Mamá, rebalsada por su papel de madre; esto podría ser posible en la actualidad de la realidad en la que el cuento se inserta; pero también podemos explicarlo desde un acontecimiento sobrenatural, en donde los niños se encuentran en algún estado endemoniado, metamorfoseado, fantasmal o alguna otra característica de lo maravilloso o “imposible” en los términos de las leyes de lo real. La segunda condición de Todorov también se cumple, en un momento avanzado del cuento Mamá comienza a experimentar el miedo, intenta escapar de sus hijos encerrándose en el baño o atacándolos para defenderse. Este efecto de sentido se refuerza si tenemos en cuenta la focalización del narrador en éste personaje y la utilización del discurso indirecto libre en episodios como cuando se esconde en el baño y escucha que los niños están en
el cuarto del bebé: “Se oían risitas ahogadas. Estaban allí. Ahora la tenían en sus manos, sin defensas. Un rehén. Rescatarlo.” Nos da la ilusión de que el narrador estuviera experimentando lo mismo que el personaje, o incluso lo fuera, de que experimentara la misma vacilación; aunque el hecho de que esté en tercera persona y de que prepondere el discurso directo anula tal posibilidad. Y por último, la tercera condición de Todorov sobre la estructura del género fantástico también se cumple por lo explicado en el párrafo anterior. Desde un punto de vista estéticoformal, identificamos el tiempo imperfecto en la narración, lo que aumenta la posibilidad de la duda. Un ejemplo claro de esto, y demostrando la noinocencia de este recurso narrativo, es lo que el narrador cuenta antes de que el bebé lastime el ojo de la madre: “Algunos movimientos parecían completamente azarosos, otros eran casi deliberados, como si propusieran algún fin”, el efecto de sentido de esto es acrecentar la duda sobre la condición siniestra del niño, rematando luego con un final abierto. También encontramos un oxímoron que refuerza la polisemia de lo fantástico en “Como una buena madre”: la oposición entre lo que se espera de los niños pequeños (que amen a su madre, inocencia) y su comportamiento siniestro, engendrando esta figura retórica –el oxímoron, planteado por Jackson–el efecto fantástico. CATEGORIAS DE MODO Y VOZ EN LA CONSTRUCCION DE LO SINIESTRO Para finalizar con la relación de este cuento con el género analizaremos lo siniestro en los niños. Hemos nombrado y utilizando esta característica de lo fantástico a lo largo de todo nuestro ensayo, pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de “siniestro”? ¿Qué es lo que vuelve siniestro a un hechopersonaobjeto? Nos apoyamos en el estudio de Rosemary Jackson sobre tal categoría. La autora lo enmarca dentro de una concepción del género fantástico como expresión de deseos inconscientes reprimidos: “La literatura fantástica transforma lo “real” mediante esta clase de descubrimiento. Más que introducir lo nuevo, descubre todo lo que la cultura oculta para que el mundo sea agradablemente conocido. Sus efectos siniestros revelan una zona oscura y oclusiva que yace detrás de lo casero (heimlich) y lo propio (heimich). (...)”. Según Freud, lo
siniestro está relacionado con lo pavoroso, lo que despierta espanto y horror, lo que excita el miedo. Y esa sensación es la que inspira el comportamiento de Tom, Soledad y por último, y que parecía completamente ajeno, el bebé. Nada nos asegura que los niños sean algún ser sobrenatural extraño, y en ello radica la vacilación de lo fantástico, pero hay momento en que nos topamos con actitudes que no cuadran con lo que dictaminan las leyes de lo real, como por ejemplo las contestaciones demandantes y maduras hacia la madre, en un momento Tom le responde a “Mamá, por qué la sangre es colorada, porque sí no me digas”, como se ve, el narrador no usa los signos de interrogación, además de que la escena se repite varias veces. También Soledad le expresa autoridad a la madre acusándola de usarla de sirvienta, en una situación en donde ésta, con amor y calma, iba a coser el muñeco de la niña. Otro claro ejemplo de lo siniestro son las agresiones físicas, al momento de empujarla al horno notamos una escena típicamente terrorífica: “Caminando despacio (el tobillo latía dolorosamente) fue a la cocina. Se agachó para abrir la puerta del horno y vaya a saber por qué alcanzó a darse vuelta justo a tiempo para ver a Tom y Soledad ya definitivamente aliados (pero qué bueno que los hermanos sean unidos, que se ayuden entre ellos), sus cuatro manitas empujándola desde su inestable posición, en cuclillas, contra el horno caliente.” Es un comportamiento completamente extraño y atípico. En este ejemplo también se evidencia otro indicio de lo siniestro: la alianza. A lo largo de todo el texto parecería existir un especie de CLAN entre los niños, con un comportamiento casi animal –cuando el narrador se refiere a lo silencioso y agazapado que se vuelve Tom cuando se trata de lastimar al bebé–, o de batalla: la madre escapando de los niños, los niños configurando –no podemos determinar si a propósito o no– situaciones en las que la acorralan, incluyendo lo que podría parecer (en otro discurso) heridas de guerra: las de la madre. Soledad y Tom se protegen entre ellos, Soledad lastima a Mamá cuando lo reta al niño, entre los dos crean situaciones tensas en las que a través del lenguaje verbal o físico la ponen en peligro. Todo esto enmascarado atrás de un uso del discurso por parte del narrador que da un aspecto dulce, utilizando diminutivos como “sus manitas”, “mamita”, “hermanito”. Hay muchos más ejemplos, marcas sistemáticas textuales que nos llevan a fundamentar un aspecto siniestro en los niños, como el
hecho de que aunque Mamá le esté apretando el pie con la puerta a Soledad, ésta no grite ni demuestre ninguna reacción común a un niño en tal situación. Finalmente, nos da una ilusión de que el clan –en caso de que exista– incluye a los tres niños, ya que el bebé, el personaje que parece ser pasivo, es el que estando a solas con la madre, traspolandose a la sensación de amor que ella manifiesta en la escena y en el mismo hecho de “rescatarlo” de los dos niños, le realiza la peor lastimadura; y el narrador, otra vez siembra la duda con el diminutivo “carita”, con el cuidado, la canción de cuna de la madre, justo en el momento en que parecía finalmente haber clama. Es así que se confirma lo que postula Jackson tomando la idea del psicoanálisis de que lo siniestro debe venir de lo casero, la sensación de seguridad y conocimiento, para romper con ese orden a través de lo oculto. Antes mencionamos que las categorías de Modo y Voz de la teoría de Genette nos servirían para dar cuenta de muchos procesos de significación y para fundamentar nuestra hipótesis. Consideramos que la categoría de tiempo no nos aporta mucho al análisis ya que no hay grandes trasgresiones del orden ni muchas funciones de duración o frecuencia que creen efectos de sentido. En cuanto al Modo narrativo, en la categoría de Distancia hay utilización del Discurso directo y Discurso indirecto libre por momentos –cuando el narrador toma el estilo del discurso del personaje “como una buna madre, una que realmente ama a sus hijos”; “Mamá quería estar sola y quería llorar. Pensar en lo que le estaba pasando. También quería pegarles muy fuerte a Tom y a Soledad. Pero antes tenía que (...)”; “El amor verdadero. Necesitaba estar un momento sola, pensar en la llamada, en la voz lejana, con ecos. Llorar. (...)”; etc–. Esto, sumado a la Focalización interna en el personaje de Mamá, causa el efecto de cercanía, de que el narrador fuera ella o estuviera presenciando el hecho desde adentro, tanto en el relato de palabras como en el de acontecimientos, pero esto es solo una ilusión de la estrategia narrativa, ya que en cuanto a la Voz el narrador es Extraheterodiegético y está en tercera persona aunque en la escena del teléfono ( nombrada como una F. Cardinal ) encontramos una focalización externa , desconocemos lo que este personaje le ha comunicado a la madre , pero podemos apreciar la desazón y constante mención
de esta llamada con , un padre ausente que se encuentra por fuera del caótico espacio domestico .
ACTORIALIZACION El análisis del personaje se trazará ― igual que a lo largo de todo este texto ―, intentando una perspectiva semiológica. Así lo plantea Philippe Hamon, quien propone al personaje como un signo donde no se deben confundir nociones de persona y personaje, pues aunque la noción de personaje no puede ser independiente de una concepción general de persona, no se puede establecer al personaje como si se hablará de seres vivientes, cuya conducta incoherente hay que justificar. De esta manera se propone entender la categoría de personaje asemejándolos a muñecos de papel (Barthes). Para Hamon el personaje se define por un haz de relaciones de semejanza, oposición y jerarquía, ubicamos estas relaciones dentro de dos ejes semánticos elegidos: Mujer / Madre y Violencia. Nuestro relato−base presenta una jerarquía del narrador sobre los otros personajes, marcado por una focalización interna en la madre y el uso de la voz en tercera persona. El narrador es también el encargado primordial de la regulación de la información sobre la madre ― personaje central de nuestro análisis de la actoralización ― >. Dentro de la tipología del personaje la madre corresponde a un personaje referencial pues cumple un rol “ estable ” y permanente dentro de la realidad del mundo exterior , de todas formas nuestro relato al inscribirse en el fantástico y poner en crisis conceptos de lo normal o natural, confronta dos modelos de mundo . A partir de esto la categoría del personaje de la madre se problematiza. De esta forma en nuestro eje semántico mujer / madre, se manifestará de forma antípoda en el relato, el personaje de la madre se encuentra sumergida en esta dicotomía, pues constantemente intenta cumplir el rol de buena madre socialmente constituido > , “este discurso muestra ciertas contradicciones , por una parte entrega gran responsabilidad a la función materna y por otra , genera una especie de apropiación de las funciones parentales de parte de los expertos ” registradas , por ejemplo , en los libros que lee la madre del relato , textos donde se “ establecen criterios de buena y mala madre , dando inicio a la maternidad como patología ”( María E. Molina , 2006) En el relato se atiborran constantemente indicios que declaran la necesidad de estar a solas por parte de la madre ― deseos de espacio individual como mujer ―: , El relato al final manifiesta al baño de la casa como simulacro del espacio de encuentro entre: la individualidad de una mujer que llora (teme) y su instinto de maternidad hacia lo único “impoluto” que le queda (su bebé). Para el eje semántico de la violencia, se observa la participación del personaje de los niños y el de la madre, inscribiéndose los dos personajes en las fronteras de cada plano, pues a lo largo del relato vemos a la madre como una victimaria para con los niños, pero también como una víctima de los niños con marcas físicas de violencia física: cortadura de mano, quemadura en el brazo, esguince de pie, golpe en la nuca y cornea lastimada. Y será al final donde se desdibujen y contaminen totalmente las fronteras de victima/victimario, se relata todo un marco de combate entre la madre y los niños donde ella buscará rescatar, golpeando y empujando decididamente a los niños, lo único que ahora considera suyo y natural (el bebé) >. Construcción minicorpus Para la construcción de un minicorpus elegimos el cuento “El niño proletario” de Osvaldo Lamborghini escrito en 1973. Encontramos entre éste y “Como una buena
madre” una relación tejida a través de nuestra hipótesis. En ambos cuentos se evidencia la falencia de determinados discursos hegemónicos que operan sobre la sociedad, que no hacen más reproducir desigualdades, disfuncionalidades e injusticias. En el cuento de Lamborghini se problematiza la diferencia de clases, la explotación del proletariado por parte de la burguesía. El cuento está atravesado por lo explícito, tanto desde el punto de vista verbal como del físico. Pensamos en la homogeneidad del corpus también en cuanto a lo monstruoso. En el cuento “El niño proletario” aparece lo siniestro, aunque de una manera distinta a “Como una buena madre” de Ana María Shua, y allí también radica la diferencia, en donde lo siniestro nace de una espectralización de lo íntimo del vínculo madrehijo; en el primero, lo siniestro nace desde una mirada más social incluso política, y aunque se trate de una realidad el hecho de que la clase obrera sea cruelmente explotada por la burguesa, la figura del niño como ser inocente y desentendido de lo sexual provoca el efecto siniestro. En cuanto a la participación con el género fantástico, mientras que “Como una buena madre” claramente participa, “El niño proletario” parece tener una relación más alejada con el género a pesar de que exista una vacilación debido al discurso del narrador, que utiliza metáforas como “Era un espacio vacío”, las alusiones a su muerte, a sus otras muertes, que parecían volverlo un niño monstruoso; y sobre todo por el momento en que lo maravilloso para aparecer a través de un objeto extraño que éstos expulsan e insertan en su cuerpo: “A Esteban se le contrajo el estómago a raíz de la ansiedad y luego de la arcada desalojó algo del estómago, algo que cayó sobre mis pies. Era un espléndido conjunto de objetos brillantes, ricamente ornamentados, espejeantes al sol. Me agaché, lo incorporé a mi estómago, y Esteban entendió mi hermanación. Se arrojó a mis brazos y yo me bajé los pantalones. Por el año desocupé. Desalojé una masa luminosa que enceguecía con el sol. Esteban la comió y a sus brazos hermanados me arrojé.” La heterogeneidad del corpus se hace visible en el narrador, a diferencia del relato de base, en este en la primera persona, con focalización interna en personaje que encarna la voz del narrador, y es Intrahomodiegético.
CONCLUSION Para dar cierre a este breve análisis, donde intentamos esbozar un andamiaje dinámico y relacional; del texto base (cuento) con ciertos rasgos del género fantástico, siempre, bajo la luz de categorías de análisis de nivel: narrativo, de acción y de funciones. A lo largo de todo este texto se buscó señalar, bajo ciertas operaciones de lectura, las transgresiones que identificamos en el relato base para con las normas sociales, cualidad propia del fantástico, y quid de nuestra hipótesis de sentido. Con todo lo descrito y propuesto en este cuerpo de análisis, consideramos muy fructífera nuestra hipótesis de sentido, además que a lo largo del texto se puede ver como se complejiza al articular el análisis de funciones, que permiten mantener métodos abductivos de estudio muy competentes para la producción de la practicacritica de la lectura. Además nuestra hipótesis de sentido nos permitió recorrer otro texto, dilucidar un minicorpus, cuestión que resulta notable y provechosa para una próxima elaboración de análisis semiótico.
BIBLIOGRAFIA Shua,Ana María , “como una buena madre ” en AAVV el terror argentino ,Alfaguara , Bs. As , 2002 . Laborghini , Oswaldo “ el niño proletario ” en el terror argentino , Alfaguara . Bs As , 2002 . Pampa Olga Arán , “ lo unido y lo enhebrado. Para una teoría del fantástico literario contemporáneo”, en Fantasmas, sueños y utopías en literatura , cine y artes plásticas, Cordoba , Ed. Del copista , 2009 . Barthes Roland , “ análisis estructural del relato . Buenos Aires , tiempo contemporáneo, 1970 . Hamon Philippe “ para un estatuto semiológico del personaje ” , en Barthes et.at. Poétique du récit , París , Seuil , 1977 ( trad de D. Teresa M. UNC ) Todorov Tzvetan “definición de lo fantástico” de introducción a la literatura fantástica , Mexico , Ediciones Coyoacán , 1994 . Rosemary Jackson “ capitulo 1 y 2 de Fantasy.Literatura y subversion , Bs . As . Catalogos , 1986 . María Elisa Molina .”Transformaciones Histórico Culturales del Concepto de Maternidad y sus Repercusiones en la Identidad de la Mujer” .Revista: Psykhe 2006 . [On Line]. Disponible en: http://www.redalyc.org/ . (Red de Revistas Científicas de América Latina,El Caribe, España y Portugal ) .
A propósito de la subversión en el género fantástico; breve aproximación semiótica del cuento “Como una buena madre” de A. Shua
Autoras Milena Nadine Marquís Ana María Carrillo
Asignatura Teoría y Metodología Literaria I Licenciatura en Letras Modernas FFyH – UNC
Docente Dra. Ana B. Flores
Año 2014