Ensayo Suicidio en Chile

El año 2017 la Organización Mundial de Salud (OMS) publicó un informe titulado “Depresión y otros trastornos mentales co

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El año 2017 la Organización Mundial de Salud (OMS) publicó un informe titulado “Depresión y otros trastornos mentales comunes. Estimaciones sanitarias mundiales”, en el que se revelaron preocupantes cifras sobre Chile y su realidad relativa a las depresiones. En dicho informe se posiciona a Chile como el cuarto país con más prevalencia de tal enfermedad. Si bien no es mi fin explayarme sobre la depresión en sí, me parece adecuado mencionar lo generalizada que está dicho trastorno, pues es la causa por excelencia asociada al suicidio, que es el tema sobre el cual sí voy a ahondar, en específico el caso de la juventud chilena. Carga escolar, familiar, procesos de desarrollo personal, sexual, afectivo, elegir una carrera universitaria, probar drogas, depresión, entre otros. Sin lugar a duda la adolescencia en Chile no es una etapa fácil de vivir, pues, precisamente, se adolece del desarrollo íntegro para afrontar todos aquellos procesos que se llevan a tal edad. Sumado a lo anterior, podemos encontrar casos de jóvenes que viven el abuso escolar “bullying”, siendo aún más difícil afrontar esta edad. Todos estos factores, y otros, que me parece innecesario agregar, a fin de no redundar, me llevan a pensar que las cifras de suicidio infanto-juvenil tienen un fundamento en las exigencias del sistema-sociedad. Y, es precisamente en este punto donde quiero profundizar. A priori, no podemos señalar una ley general, o una regularidad que nos entregue la respuesta a esta preocupante cifra en las tasas de suicidio juvenil en Chile, menos aún, cuando la geografía del país es tan extendida, generando así diversas realidades entre ciudades muy distantes entre sí -sin olvidar la realidad rural, que también posee cifras propias en el tema del suicidio-. Así que me dispondré a desmembrar el tema en tres ejes principales: Las exigencias socioculturales a la juventud en las ciudades, que derivan en conductas suicidas; el sistema preventivo de los colegios en Chile en pro de la inteligencia emocional como un factor atenuante del riesgo de suicidio; y los desafíos del derecho en un marco regulatorio que establezca actores profesionales que identifiquen, guíen y orienten a los jóvenes en riesgo de suicidio, y a su entorno afectivo más cercano. “Se consideró como variables a medir en los adolescentes: depresión, funcionamiento familiar, percepción de estresores familiares, así como las variables intento suicida e ideación suicida. Mientras que en los padres se evaluó las variables de funcionamiento familiar,

percepción de estresores familiares y la salud mental.” (Pavez, 2009). Estas variables mencionadas son los principales componentes por evaluar de una depresión. Cabe destacar la importancia de la evaluación del entorno cercano del afectado. Los resultados del estudio de Pavez, revelan que “el estudio estadístico mostró que la adaptabilidad familiar (adolescente) tiene un valor predictivo para la ideación suicida y para el intento suicida” (2009). Otros factores mencionados en el estudio son el consumo de sustancias, abuso sexual, conflictos legales, muerte de un familiar, intento suicida de un familiar, violencia psicológica, violencia física, trastorno familiar de un familiar. Revelando que los dos primeros son de mayor importancia, seguidos por la adaptabilidad familiar y el intento suicida de un familiar. Respecto a los establecimientos educacionales Ventura-Juncá llevó a cabo un estudio sobre la “Prevalencia de ideación e intento suicida representativa de la RM en adolescentes entre 14 y 19 años.” (2013). Donde se arrojan datos sobre la suicidalidad de jóvenes escolares Santiago. Los datos son abrumadores, “por cada tres adolescentes de enseñanza media que piensan que la vida no vale la pena, dos piensan terminar con ella y uno lo intenta” (2013). Sumado a ello, otras variables fueron sometidas al estudio, tales como el sexo, la edad y el tipo de colegio, donde el último revela que existe una diferencia significativa entre los colegios particulares y el resto (municipal y subvencionado). Siendo el colegio particular un lugar con menos prevalencia de conductas suicidas. Este dato, me parece muy relevante, porque la asociación entre nivel socioeconómico y conductas suicidas parece tener una relación determinante, y un buen punto de partida para otras investigaciones. En el contexto de las normas, el ingreso del trastorno depresivo al Auge supone un gran avance en el combate y tratamiento de esta patología, y es sin duda una respuesta al creciente índice de diagnosticados, sobre todo en jóvenes. Sin embargo, las cifras no son alentadoras, y pareciera que no ha habido un plan efectivo que alinee los esfuerzos gubernamentales por llegar a tiempo a los potenciales suicidas. La reflexión pasa ahora por qué normas modificar y crear para mejorar las “tristes cifras”. Por otro lado, cómo educamos a la población para concientizar sobre este fenómeno, dónde debieran inyectarse los recursos, etc. Por último, me parece adecuado ver los casos de otros países que han reducido sus índices de suicidalidad, como Japón o Suiza. Sobre el primero, cabe destacar que es ejemplificador lo que se ha hecho, pues ha reducido en más de un tercio sus índices de suicidio desde el 2003.

Según la OMS, en su informe, esta reducción se debe a las medidas preventivas que han salido de sus organismos. Sin duda la depresión es el primer punto que combatir para reducir la tasa de suicidio. El conducto establecido, pareciera que no da abasto, pues las familias de menos recursos (más tendientes a casos de suicidio juvenil) han tenido menos acceso a instancias educativas sobre salud mental y emocional. Por tanto me parece indispensable aunar esfuerzos en prácticas preventivas, tales como charlas en colegios, propaganda en medios de comunicación, y, lo más importante a mi parecer, es delegar profesionales, tales como trabajadores sociales, que puedan tener un conocimiento base sobre la depresión, así con ciertas visitas a los centros educativos, y los trabajos de padres y madres de familia, se pueda educar e impulsar un cambio social.

Bibliografía  



OMS. Depresión y otros trastornos mentales comunes. Estimaciones sanitarias mundiales. Washington, D.C.: 2017 Pavez, Paula, Santander, Natalia, Carranza, Jorge, & Vera-Villarroel, Pablo. (2009). Familial risk factors for suicide among adolescents with depression. Revista médica de Chile, 137(2), 226-233. VENTURA-JUNCÁ D, RAÚL, CARVAJAL, CÉSAR, UNDURRAGA, SEBASTIÁN, VICUÑA, PILAR, EGAÑA, JOSEFINA, & GARIB, MARÍA JOSÉ. (2010). Prevalencia de ideación e intento suicida en adolescentes de la Región Metropolitana de Santiago de Chile. Revista médica de Chile, 138(3), 309-315