Ensayo Sobre La Tercera via Actualizado

E Anthony Giddens.* La víía. La renovaTercera v ción de la socialdemocracia.Madrid,Taurus Taurus,, 1999 (Colección Pensa

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E Anthony Giddens.* La víía. La renovaTercera v ción de la socialdemocracia.Madrid,Taurus Taurus,, 1999 (Colección Pensamiento).

l autor escribió el libro con la intención de aportar a un debate, a su juicio, de ejes obvios: la quiebra del consenso de bienestar, el fracaso del marxismo y los cambios que contribuyeron a que ocurriera. En contraste, considera que el quehacer y la viabilidad de la socialdemocracia –sujeta a revisar severamente sus postulados– resulta menos obvio. La alternativa que ofrece es la famosa “tercera vía”, entendida como la renovación teórico-política de la social democracia, particularmente del Partido Laborista inglés, hoy representado por el gobierno de Tony Blair, de quien algunos afirman se inspira en el ejemplo de Estados Unidos. El autor afirma que dicha aseveración es relativamente cierta y ejemplifica con el programa de bienestar para el trabajo que más bien tiene la inspiración escandinava del trabajo activo, lo cual es igualmente resultado de la ruptura de Blair con el viejo laborismo. El reto, según Giddens, es que la “tercera vía” pueda ser el “catalizador en la interacción creativa entre Estados Unidos y Europa continental”. Su eje más general es la transformación en el orden mundial para producir prosperidad y solidaridad social.

Fracasado el socialismo real por su incapacidad de generar mayor riqueza y distribuirla más equitativamente que el capitalismo, sus ideales son sin embargo rescatables, siempre que reconozca los valores positivos del mercado, apueste lo necesario a las aportaciones tecnológicas, asuma la dimensión ambiental del desarrollo y se olvide del “estado de bienestar” que “crea hoy casi tantos problemas como los que resuelve.” Por tanto, la alternativa del neoliberalismo irracional tampoco es la socialdemocracia a la “antigua” (Estado interventor y corporativo), sino una que imprima mayor énfasis en la libertad individual y la elección personal; que atienda la productividad, el desarrollo comunitario y el pluralismo. Así las cosas, tomando en cuenta la derrota del socialismo real y considerando que en algunos países europeos gobiernan partidos o coaliciones con componentes socialdemócratas, el autor formula dos preguntas trascendentes: ¿qué orientación debería tener en un mundo en el que no hay alternativa al capitalismo?, ¿qué provecho podemos sacar hablando de la “tercera vía”? Según el autor, tanto Blair como Clinton son paladines de esa misma vía y, según sus críticos, se trata de un “neoliberalismo recalentado”. Para Giddens el asunto es el “intento de trascender la socialdemocracia a la antigua como al neoliberalismo”, para lo cual debe responderse el sentido y las implicaciones de la globalización, el individualismo, la izquierda/derecha, la capacidad de acción política y los problemas ecológicos. Giddens se inclina por la postura de que la globalización es un hecho real avanzado y no un mito o la simple continuidad de tendencias, aunque no comparte la idea de Kenich Ohmae en el sentido de que “el Estado-Nación se ha convertido en una ‘ficción’ y los políticos han perdido todo poder efectivo”, sino casi todo lo contrario, aunque su forma tradicional cambie y sus decisiones estén estrechamente vinculadas a organismos internacionales. Para el autor, el cambio más importante ha sido y es el papel de unos mercados financieros descontrolados que propician desequilibrio y desestabilización (la crisis mexicana y de los tigres asiáticos). Por tanto, el reto es regularlos para restringir sus excesos de movimientos y controlar los excedentes, separar la especulación de la inversión e inducir una gestión económica responsable de las transnacionales. Todo ello, tomando en cuenta que los impactos negativos en la eficiencia pueden tornarse positivos en los costos sociales y económicos de la crisis. A juicio de Giddens, habría que apostar en la uniformidad monetaria y en que los tipos de cambios sean tales que beneficien a todos los agentes económicos, generando así mayor estabilidad de largo plazo. Asimismo, habría que redimensionar y reorientar la función de los organismos financieros y comerciales internacionales para adecuarlos a esta realidad. La desigualdad en el disfrute de la riqueza puede superarse con una globalización o internacionalización de gobierno, así como los fenómenos ambientales y los problemas ecológicos.

Enrique Velázquez Zárate *

Director de la London School of Economics and Politics. Autor de diversas obras, de la que sobresale Más allá de la izquierda y la derecha. Intelectual ligado al Partido Laborista que actualmente gobierna Inglaterra y consejero del Primer Ministro Tony Blair.

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