Ensayo Pensamiento Creativo

¿LA ESCUELA COMO INHIBIDOR DE LA CREATIVIDAD? Introducción: A lo largo del tiempo hemos escuchado hablar de la creativid

Views 71 Downloads 0 File size 161KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

¿LA ESCUELA COMO INHIBIDOR DE LA CREATIVIDAD? Introducción: A lo largo del tiempo hemos escuchado hablar de la creatividad, y del pensamiento creativo, pero, ¿en realidad sabemos lo que quiere decir creatividad y el significado que esta palabra tiene? Por ello, si vemos a la creatividad como el proceso de descubrimiento o producción de algo nuevo que cumple determinadas exigencias y en las cuales se da el vínculo de los aspectos cognitivos y afectivos de la personalidad, entonces se entiende que dentro de la creatividad se encuentra el aspecto cognitivo, el afectivo y también como un factor muy importante la personalidad. El desarrollo de algo creativo lleva consigo parte de la personalidad, tiene que ver con inteligencia, pero no es éste el factor determinante para crear algo nuevo, sino también esta incluido el aspecto sentimental, se trata de expresar lo que se ve y lo que se siente de una forma única, he aquí las grandes creaciones artísticas, que solo pueden ser comprendidas originalmente por la persona que las creo, aunque los demás las interpreten de distinta manera, aunque de forma muy personal. Es bien sabido que todos como seres humanos tenemos la capacidad de ser creativos, pero por qué hay personas que desarrollan más esta habilidad, bueno pues se ha dicho que existen factores que favorecen la creatividad, pero también existen factores que frenan este proceso, que se oponen a la misma, esto da origen al propósito de este trabajo, el poder determinar o plantear una postura congruente acerca de ¿si la escuela es un inhibidor de la creatividad? Y para llegar a una conclusión asertiva partiré de afirmaciones de pensadores y estudiosos de este tema: Desde que en la década de 1950 la creatividad se transformara en un objeto de estudio científico (Guilford, 1950, Ghiselin, 1952), el desarrolló de investigaciones empíricas con colectivos "creativos" propició que los

factores y contextos ambientales (familia, círculo de amigos, escuela, empresa...) adquirieran una mayor relevancia en la definición de la creatividad. También posibilitó la observación y análisis de las condiciones y condicionamientos del pensamiento creativo (deberes, normas, requisitos, procedimientos, conocimientos) y de los valores (iniciales y finales, sociales y estéticos) que inciden en el proceso de producción creativa. Toda una sucesión de trabajos científicos fijaron su atención en los procesos de socialización y las instituciones implicadas en los mismos como contextos que podían condicionar, estimular o inhibir la personalidad creadora (Anderson, 1959; Henle, 1963; Bohannan, 1971). En este sentido, la mayoría de los científicos sociales han señalado que a la escuela como un contexto institucional que no es muy proclive al fomento de lo creativo, no tanto porque exista una norma explícita que imponga esto como objeto final de la formación, sino porque el estilo educativo tradicional defiende hábitos, estructuras y normas organizacionales que insisten en asentar la legitimidad y funcionalidad del sistema sobre la importancia del rendimiento y de las recompensas materiales (desde criterios de cuantificación, uniformidad y sujeción a la autoridad) que va en detrimento de la creación como autorrealización, como una aventura y riesgo personal (Heinelt, 1979). Se favorece, por tanto, el conformismo, la rutina y el pensamiento convergente en la resolución de tareas. Con el término "sobrejustificación" (overjustification) se denominó a partir de la década de 1970 un tipo de actitud de afrontamiento –coping que se hacía patente en contextos de socialización, donde la acción pedagógica da una gran importancia a la confirmación inmediata de la adquisición de determinadas enseñanzas mediante su evaluación y sanción. La sobrejustificación es un síntoma, es la manifestación conductual de que en el sujeto socializado están incidiendo determinados factores socializadores que obstaculizan la expresión de la creatividad como un acto socialmente productivo. Este fenómeno es la expresión de una conjunción de factores estructurales asociados a contextos escolares y evaluativos de diverso grado (Wallach y Kogan, 1965; Haddon y Lytton, 1968).

Después de haber leído y analizado este texto, me es posible decir que si existe una inhibición de la creatividad dentro de la escuela, comparto la idea de que muchas ocasiones el mismo plan de estudios y su estructura choca con el propósito de formar personas profesionales y con la capacidad de innovar y crear,

cuando dentro del mismo existen trabas para dejar al alumno ser el mismo, y en muchas ocasiones se opta por hacer personas simplemente funcionales dentro de la sociedad, pero no se les abre camino para ver más allá de lo que ven y hacer algo que vaya más allá de lo que ya existe, por otro lado también esta labor de los docentes, que en ocasiones y aunque el plan de estudios este diseñado para trabajar mediante el desarrollo de habilidades en los alumnos, la forma en que aplican los conocimientos es una forma cerrada, es tal y como ellos fueron instruidos y no es algo que se reproche, simplemente es una observación que yo encuentro a lo largo de mi educación. Es por ello que a manera de conclusión puedo decir que, para que existan alumnos creativos e innovadores también es necesario tener docentes que lo sean, que su pensamiento sea aun más amplio, que abra caminos inimaginables, que piensen lo que nadie jamás pensó, de ese modo tendremos alumnos que compartan ese pensamiento creativo, en donde uno como docente deje al alumno hacer de su creatividad el mejor camino para lograr aquello que éste se proponga. La escuela en general debe permitir al alumno desarrollar su personalidad, sin tabuses, ni prejuicios. Se trata simplemente de ser único y creativo hasta en la forma de pensar, sin darle mayor peso a lo que la sociedad en su conjunto exige de nosotros, sino satisfacer nuestras propias exigencias. Aunque no toda la responsabilidad recae sobre la escuela o el docente, sino también en el alumno, ya que como persona muchas veces se es criticado acerca de lo que uno hace y de la manera como lo hace, es por ello que se trata de tener un mentalidad abierta en donde las críticas no tengan efectos negativos. Cabe mencionar como punto a favor, que el desarrollo de las famosas competencias de hoy en día pueden favorecer un poco más al aspecto creativo, esta puede ser la mejor herramienta que la escuela, el docente y el alumno pueda tener para fomentar y desarrollar la creatividad que cada uno poseemos, solo es necesario saber el cómo se puede desarrollar y dar las pautas necesarias para

lograrlo. Esta es la aportación que yo desde mi punto de vista muy personal puedo hacer.

REFERENCIAS:

http://redalyc.uaemex.mx/pdf/356/35651502.pdf http://www.arteindividuoysociedad.es/articles/N16/Miguel_Figueroa.pdf http://servicio.bc.uc.edu.ve/educacion/revista/a3n21/face21-7.pdf