Ensayo Participacion Ciudadana

Facultad de Ciencias Sociales Escuela de Trabajo Social Trabajo Social IV: Desarrollo Social y Territorial Participació

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Facultad de Ciencias Sociales Escuela de Trabajo Social Trabajo Social IV: Desarrollo Social y Territorial

Participación Ciudadana En la Gestión de los Gobiernos Locales Y su importancia en la Intervención Territorial

Estudiante Valeria Chamorro González Docente Angélica Castro Saavedra Ayudante Soledad Rojas

Santiago - Chile, 26 de Junio del 2015

El presente ensayo tiene como finalidad abordar la temática de la participación ciudadana a nivel local, considerando que la participación ciudadana incide en el desarrollo territorial y en las decisiones que se toman en los gobiernos locales para el mejoramiento de sus habitantes. De esta manera se postula como hipótesis que la participación ciudadana contribuye a la sustentabilidad del sistema democrático y favorece la legitimidad del Estado, al vincular la acción estatal con las preferencias de la comunidad. Ello se ve reflejado en una gestión pública más eficiente y transparente, que permita asegurar una distribución más equitativa del poder y mayor integración social. De esta manera la participación puede definirse como tomar parte activa en todos los aspectos que hoy comprende la denominada esfera pública (Jiménez, 2003) lo cual se vincula no solo con los asuntos del Estado directamente, sino todo aquello que contemple asuntos de interés público. Es así como la participación es siempre un acto social, puesto que se realiza junto a otros y no para sí mismo. Tampoco es posible participar en todo, ni participar todos de la misma manera. Lo importante es que cada uno descubra para qué quiere participar, dónde lo quiere hacer y con quiénes. A través de la participación se centran las necesidades de las personas en función de las propias convicciones e intereses permitiendo, en el mejor de los casos, mejoras en las condiciones de vida, el espacio para promover el dialogo, la diversidad, el pluralismo, un diálogo entre los ciudadanos la sociedad y los representantes públicos. De esta manera los integrantes de la sociedad dan a conocer su opinión para que en forma conjunta influyan en las decisiones de su interés. A su vez, y siguiendo las ideas planteadas por la Socióloga de la Universidad Católica, Ignacia Fernández, en su texto “Participación ciudadana en el nivel local: Desafíos para la construcción de una ciudadanía activa”, al momento de definir qué se entiende por participación ciudadana, se encuentran dos tipos de posturas: las que la definen de modo instrumental, en función de su contribución a la eficacia y la eficiencia de las políticas públicas, y las que la comprenden como un camino para el fortalecimiento de la ciudadanía que, a su vez, es expresión del ejercicio de derechos ciudadanos. A la primera postura se le llama instrumental y a la segunda, sustantiva. Es así como la Visión Instrumental de la participación aparece como un fin instrumental cuando se entiende como una contribución a mejorar la calidad de las políticas públicas que se implementan desde el nivel local, es decir, cuando incrementan la eficiencia y la eficacia de la gestión local. A este nivel se valora sobre todo la participación de individuos y organizaciones en la implementación de programas sociales a través de recursos humanos y financieros. También se tiene presente el aporte para la toma de decisiones que resulta de generar sintonía de prioridades entre los ciudadanos y el Estado, cuando este les consulta sobre sus necesidades. Se trata de procesos de participación conducidos “de arriba hacia abajo”, donde el Estado invita a los ciudadanos a sumarse a su gestión dentro de márgenes predefinidos. En este marco, los instrumentos son poco flexibles y están diseñados para obtener ciertos resultados. En cuanto a la Visión Sustantiva de la participación, esta aparece como un fin en sí mismo, vinculado a la profundización de la democracia, cuando se pregunta por la calidad del vínculo social. Esta apuesta radica en la valoración de lo público como el espacio para la interacción de los ciudadanos con el Estado, el rescate de la dimensión de integración social que tiene la participación y la necesaria relación entre esta y los derechos de la ciudadanía. A diferencia de la visión instrumental de la participación, se trata de promover un proceso de participación “de abajo hacia arriba” que atiende a los deseos de los ciudadanos, se

plantea como un proceso flexible en el que las diversas propuestas se ajustan a la diversidad de realidades locales y representa un acercamiento más profundo a la democracia, pues considera la mayor cantidad de opiniones. En estos casos es la sociedad civil la que toma la iniciativa y se vincula con las instituciones públicas en el nivel local o, por lo menos, estas instituciones se manifiestan proclives a generar espacios de encuentro en los que se canalicen las demandas, las aspiraciones y los deseos ciudadanos. Estas dos opciones de participación no son opuestas por definición. La visión sustantiva también valora la contribución instrumental, pero la entiende como parte de un proceso más amplio, en el cual el que los ciudadanos se involucren en forma inducida en la gestión pública también les reporta beneficios. (Fernández, 2006) Por otro lado la incorporación de la participación ciudadana en la gestión pública descentralizada es un elemento que condiciona el avance del proceso descentralizador y, junto a él, el de profundización de la democracia, contribuyendo a una distribución más equitativa del poder e integración social. En términos más específicos e instrumentales, asociados a su función institucional, la SUBDERE (Subsecretaria de Desarrollo Regional) asume la participación “como un elemento clave del proceso de descentralización, pues ella provee de legitimidad a la autoridad, garantiza una superior pertinencia de las decisiones y permite el control ciudadano de los asuntos públicos” (Subsecretaria De Desarrollo Regial y Administrativa, Noviembre de 2004). A su vez, y complementando lo mencionado acerca de la participación ciudadana, es necesario mencionar que la descentralización se entiendo como “un proceso de carácter global que supone, por una parte, el reconocimiento de la existencia de un sujeto - una sociedad o colectividad de base territorial- capaz de asumir la gestión de intereses colectivos y dotado a la vez de personalidad socio-cultural y político-administrativa, y, por otra parte, la transferencia a este sujeto de un conjunto de competencias y recursos (financieros, humanos, materiales) (...) y que podrá gestionar autonómicamente en el marco de la legalidad vigente." “La descentralización, tiene como fin último, el reforzamiento de las capacidades de autonomía e independencia en la toma de decisiones de los Gobiernos Regionales, Provinciales y en la Administración Local.” (Friedmann, 1995) De esta manera la descentralización contribuye en una gestión mucho más democrática de los gobiernos locales, distribuyendo el poder en el territorio y sus habitantes de forma más equitativa, fortaleciendo la institucionalidad territorial mediante la efectiva Participación Ciudadana en los asuntos públicos. Lo cual lleva a considerar la participación como un elemento clave del proceso de descentralización, pues ella provee de legitimidad a la autoridad, garantizando una consideración de la ciudadanía en la toma de decisiones por los gobiernos locales. Desde esta mirada, la incorporación de actores de la sociedad en las decisiones públicas permitiría introducir de mejor manera las perspectivas de los grupos sociales y legitimar las acciones de gobierno al no depender exclusivamente de los procesos electorales. Distintos planteamientos, a partir de lo planteado por Manin, han señalado el argumento de la crisis de representación poniendo el eje en que lo que está en cuestión es sobre todo la distancia, la diferencia entre representantes y representados (Manin, 1998). En esta línea, Schnapper destaca que en nombre de la igualdad, no se acepta la diferencia que la elección determina entre representantes y representados y se sueña con la presencia inmediata de los ciudadanos en las instancias de decisión (Schnapper, 2004). Rosanvallon, por su parte, resalta que la democracia se ha caracterizado desde sus orígenes por una organización de la

desconfianza en paralelo a la democracia electoral-representativa (Rosanvallon, 2007). En la actualidad esta desconfianza se ha exacerbado; de ahí la importancia de la puesta en marcha de formas de consulta permanente para lograr mayor legitimidad por parte de los gobiernos. De esta manera, y de acuerdo a la investigación realizada por Rodrigo Carmona, en “Políticas públicas y participación ciudadana en la esfera local”, la participación ciudadana, guiada a partir de distintos dispositivos de articulación multiactoral (consejos consultivos, mesas de concertación, gestión tercerizada de servicios), se presenta como una herramienta apropiada para recuperar el control social sobre las problemáticas públicas, un objetivo que los mecanismos de la democracia representativa no han logrado asegurar por sí solos. Además, aparece como un medio de socialización de la política, un ámbito de acción que tiende a ser controlado por segmentos especializados – políticos profesionales, funcionarios, etc. –, recuperando así el carácter colectivo que debería tener la dinámica política. Esta perspectiva pone en cuestión las propuestas de reforma estatal centradas sólo en la eficiencia, puesto que se resalta la necesidad de una reforma modernizadora y democratizadora con el objeto de incrementar la legitimidad del Estado como representación de lo público. Para ello, convocan al fortalecimiento de la sociedad civil y a la multiplicación de instancias de articulación entre el Estado y los actores de la sociedad. (Carmona, 2012) Por otro lado, y basándose en los estudios realizados por la SUBDERE, en el aspecto local de la participación ciudadana, el nivel municipal, si bien se ha avanzado en materia de participación ciudadana y existe una relativamente amplia batería de instrumentos disponibles, ello se encuentra con algunas dificultades relacionadas con las capacidades municipales para implementar y llevar adelante los diferentes mecanismos y espacios de participación. Se detecta una cierta correlación (aún discutible por razones metodológicas) entre estas capacidades y la “fortaleza” de los municipios, medida en términos de tamaño, disponibilidad de recursos y grado de ruralidad. Destaca en el análisis municipal, el hecho que el presupuesto sea uno de los instrumentos de gestión municipal menos conocidos y sobre el cual la ciudadanía tiene muy poca injerencia (según manifiestan las propias autoridades municipales). Considerando que es un instrumento utilizado en todos los municipios del país, sin excepción, también llama la atención el uso más bien propagandístico que se hace de la Cuenta Pública anual, la que por lo demás no incorpora todos los contenidos que la ley exige. La formulación de la Ordenanza de Participación, por su parte, el instrumento rector de los procesos participativos comunales, mayoritariamente respondió a la urgencia legal de implementarla, lo que redundó en una al menos variable calidad de la misma. (Subsecretaria De Desarrollo Regial y Administrativa, Noviembre de 2004) De esta manera, y considerando lo planteado anteriormente, es que se sintetiza que la participación ciudadana influye no solo a nivel país, sino también a nivel local, puesto que ella considera las necesidades que poseen los habitantes de cada comuna y cómo es posible bajar las directrices planteadas por el Estado y las entidades gubernamentales a aspectos más micros del desarrollo social, como también un mayor índice de integración social en la toma de decisiones que afectan directamente en la estructura social y la manera en como la ciudadana se vincula con la política y los asuntos públicos. Lo planteado en este ensayo permite reflexionar acerca del fenómeno de participación ciudadana en la intervención territorial, específicamente en los gobiernos locales, puesto que se considera que para lograr

un mejor desarrollo en la gestión gubernamental en la resolución de problemas sociales y en la implementación eficiente y eficaz de las políticas públicas de nuestro país, es necesario la contemplación de la sociedad civil en el diseño y planificación de dichas políticas, como también de su integración en los procesos de desarrollo local, que contribuyan en una mayor legitimidad de los entes gubernamentales y el aumento de la confianza de la ciudadanía hacia ellos, fomentando una real democratización y distribución equitativa de los poderes en el país, de manera que la resolución de conflictos y la toma de decisiones sea parte de todos los habitantes de nuestro país y no de las minorías que no consideran el contexto social y cultural en el cual las personas conviven. Este ensayo permite a su vez establecer de alguna forma, las diferentes posturas que se tienen con respecto a lo que se entiende por participación ciudadana y los mecanismos que inciden en una democracia más directa que permita una mayor y mejor participación de la ciudadanía en la gestión local, considerando que hoy en día existe un amplio consenso en que el nivel local representa el espacio por excelencia para hacer efectiva la participación, porque en él es posible el encuentro entre los ciudadanos y sus representantes y entre las necesidades de la población y las decisiones de la autoridad. De acuerdo a la Ley Nº18.695 Orgánica Constitucional de Municipalidades, la administración local de cada comuna o agrupación de comunas que determine la ley reside en una municipalidad, que es una corporación autónoma de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, cuya finalidad es satisfacer las necesidades de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso económico, social y cultural de las respectivas comunas. Las municipalidades estarán constituidas por el alcalde, que será su máxima autoridad, y por el Concejo (cuerpo de Concejales) (Pablo, 2008). De esta manera es que los Gobiernos Locales, según lo estipulado por la ley, deben establecer mecanismos de participación, con el fin de incorporar a la ciudadanía en la estructuración de los mismos. Sin embargo, dicha participación en los hechos se reduce a aspectos formales, que en muchos casos solo se destina a la distribución de información, lo cual hace énfasis en el análisis de cómo se está aplicando la política de participación a nivel local y su influencia en la toma de decisiones de cada municipio. La intervención en el Territorio, de acuerdo a lo expuesto por la gestión de los gobiernos locales en relación a la participación ciudadana permite analizar la importancia que tienen los habitantes de cada localidad en el desarrollo territorial, y como en muchas ocasiones dicha participación no es llevada a cabo de manera integral, contemplando la mirada de todos los actores del territorio en su diseño, planificación y ejecución de los asuntos públicos, como también la influencia que tienen los representantes sociales en velar por el mejoramiento de la calidad de vida de las personas y su integración en el desarrollo territorial. Finalmente es importante contemplar a los gobiernos locales como el medio por el cual se pueden gestionar los mejoramientos de la distribución territorial a nivel país y como se despliega la política pública al espacio más local, considerando que debiera ser una participación enfocada de “abajo hacia arriba” en la cual se contemple el contexto social, cultural, económico y político en el cual viven las personas, contribuyendo a la sustentabilidad del sistema democrático y desde ahí diseñar las políticas públicas, y no un modelo de “arriba hacia abajo” que mantenga la centralización y la escaza participación social en los asuntos públicos de nuestro país.

Referencias Bibliográficas Carmona, R. (2012). Políticas públicas y participación ciudadana en la Esfera Local. Análisis y reflexiones a la luz de la experiencia argentina reciente. En R. Carmona, Estado, Gobierno, Gestión Pública (págs. 169-185). Santiago: Revista Chilena de Administración Pública. ISSN 0717-6759. Nº19 . Fernández, I. (2006). Participación ciudadanaen el nivel local: Desafíospara la construcciónde una ciudadanía activa. Santiago: Expansiva. Serie En Focos. ISSN 0717-9987. Friedmann, R. (1995). Mecanismos de Participacion a nivel Local en Chile. Proyecto de Investigacion para un análisis comparado entre los paises del Mercosur. En R. Friedmann, Manual para la Gestión Regional, Fundación Friedrich Ebert (pág. 3). Santiago de Chile: Fundacion Friedrich Ebert/Centro de Estudios Socioeconómicos para el Desarrollo/ Instituto para el Nuevo Chile (EDS). Jiménez, M. y. (2003). Participación Ciudadana y Cohesión Social. Santiago : Corporacion PARTICIPA. Manin, B. (1998). Los principios del gobierno representativo. Madrid: Alianza. Pablo, A. S. (13 de Diciembre de 2008). Participación Ciudadana y Gobierno Local. Rvisado en Junio de 2015, de El Gobierno Municipal : http://participo.blogcindario.com/2008/12/00126-participacion-ciudadana-ygobierno-local.html Rosanvallon, P. (2007). La contrademocracia. La política en la era de la desconfianza. Buenos Aires : Manantial . Schnapper, D. (2004). La democracia providencial. Rosario: Homo Sapiens . Subsecretaria De Desarrollo Regial y Administrativa. (Noviembre de 2004). Mejorar la Gestón Desscentralizada desde la Innovación en Participacion Ciudana . En S. D. Administrativa, Participacion Ciudadana en la Gestión de Gobiernos Regionales. Santiago: Subsecretaria De Desarrollo Regial y Administrativa. Dividisión de Políticas.