Ensayo Demian

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DEMIAN Y EL PSICOANALISIS DE LACAN

En el libro del escritor Hermann Hesse titulado Demian, nos relatan la historia transcurrida con algunos personajes, dos de ellos desempeñan un papel significativo a lo largo del relato. Estos se hacen llamar Émile Sinclair y Max Demian. Émile Sinclair, era un joven cuya formación impartida dentro de su núcleo familiar y cimentada sobre la religión, le declaraba que todo lo proveniente del mundo exterior y de contextos ajenos al hogar era nocivo; por tanto debía ceñirse estrictamente a las normativas impuestas por sus padres, esto significa que sólo la realidad familiar era la única fuente valida y fructífera para adquirir los conocimientos de la vida y, por consiguiente no le provocaría perjuicio alguno, tanto a su integridad física como a la moral y mental. Este personaje se caracteriza por conservar un fuerte apego hacia sus padres, pues ellos son el significante o la representación de austeridad, pero también de amor y de respeto. Es además apasionado por la lectura, se muestra interesado por los misterios de la naturaleza externa y su formación en valores le permite creer en la existencia de un Dios supremo, creador del universo. En cierta ocasión, al lugar en el cual Sinclair se encontraba realizando sus estudios irrumpe un sujeto cuyo nombre es Max Demian, siendo el recinto en el que sucede el primer encuentro entre los dos jóvenes. Éste ingresa siendo el nuevo estudiante de aquella institución, es hijo de una viuda con grandes riquezas y se había mudado de residencia con su madre. Él pertenecía a un nivel socioeconómico más elevado que el de Sinclair, y sin embargo; en el momento en que cruzó camino con Demian se sintió atraído por aquel ser tan enigmático, su seguridad y madurez lo caracterizaban y lo hacían diferente ante los ojos de los demás y a los del mismo Sinclair. El primer dialogo que entablan el joven Sinclair y Demian surge de una clase de religión, y aunque éste último se encontraba en un grado mayor que el primero, logró escuchar la historia de Caín y Abel, pues dentro de una misma aula permanecían dos niveles académicos diferentes; por lo que era posible darse cuenta de la temática que el maestro de al lado estuviese trabajando. Al finalizar la jornada académica, Sinclair se dirige rumbo a su hogar y en ese instante Demian lo aborda, saludándolo amablemente e interrogándole enseguida con un fin comunicativo la opinión que le merecía la historia de Caín según su perspectiva, puesto que a su modo de ver si le había interesado bastante. Desde ese entonces, ellos empiezan a interactuar aunque no sostienen ninguna clase de relación afectiva. Émile se convierte en un fiel discípulo de Max, a quien representaba como un maestro y al cual le seguía y pedía consejos. Esto sucede

a razón de que Demian fue la persona que ayudó a Sinclair a percibir el mundo tal y como es, extinguiéndole esa vida de colmada benignidad en la que se encontraba y exhibiéndole además que el universo no está dotado solo de cosas buenas, si no también de cosas malas. Si bien, en el transcurso de este relato se logran vislumbrar e identificar los conceptos globales y relevantes del mismo, a saber: mencionan la historia de Caín, hablan sobre el bien y el mal, aluden al dios Abraxas, explican la metáfora de la ruptura del cascarón y por último, describen muy someramente y en ocasiones de forma velada la relación existente entre Sinclair y Demian. Estas ideas serán desarrolladas a continuación, al tiempo en que expondremos la forma como se relacionan con algunos aspectos y nociones básicas del psicoanálisis de Lacan. Como sabemos, Caín y Abel es una historia bíblica que versa de dos hermanos, quienes le sirven fielmente a Dios; le hacen ofrendas y sacrificios. Sin embargo, el creador descubre que Caín alberga en su interior malos pensamientos, en contraste con Abel que es un hombre noble y de bien. Por esta razón, el padre celestial siente preferencia por Abel, lo que genera en Caín envidia por su pariente, llegando al punto de quitarle la vida. Es por esto, que Dios lo convierte en un nómada, condenándolo a una vida de sufrimiento y dolor. Ahora, retornando a los conceptos que encierran la historia de Demian, se puede relacionar a Caín y Abel con la noción de bien y mal que se plantea en el relato. En primera instancia, Caín representaría el mal y Abel el bien. En este mismo sentido, podemos afirmar que Abraxas guarda de igual forma una relación con lo ya descrito; dado que éste es una deidad que según el libro, reúne lo divino y lo demoniaco. En este orden de ideas, la ruptura del cascarón igualmente se vincula con Caín y Abel, el bien y el mal y el dios Abraxas; toda vez que dicha ruptura implica la construcción de nuevas formas de concebir el mundo, la vida y la realidad, abrir nuestras mentes y disponerlas al cambio. Personas como Caín y Abel, la idea de bien y mal y la figura de Abraxas se encuentran en el mundo cada vez de una forma más arraigada. De la misma manera, cada persona rompe un cascarón, descubre nuevos estilos de vida y, según la metáfora del libro, rompen un mundo para entrar a otro. Ahora, expondremos cómo se vinculan los conceptos anteriormente abordados al psicoanálisis lacaniano, en cuanto a las nociones básicas y registros fundamentales de lacan se refiera.

El primer registro lacaniano es el simbólico, en este los fenómenos se encuentran estructurados como parte del lenguaje. Al hacer alusión a los conceptos que se han venido analizando en conjunto, vemos que representan un significante correspondiente a un significado. Adentrándonos nuevamente en tales concepciones, observamos que Caín simboliza lo malo y Abel lo bueno, - Caín haría las veces de significante y el significado sería la idea de maldad - el dios Abraxas personifica tanto lo divino como lo demoniaco y, el cascarón al que apuntan es el mundo en el que vivimos, en donde existen cosas buenas y malas a la vez. De la misma manera, los conceptos en cuestión se vinculan con lo que denomina Lacan como real, puesto que estos se desprenden de la realidad externa y, se relacionan a su vez con el último registro lacaniano: lo imaginario, pues son pensamientos que según lo expresa Freud, son el tipo de pensamiento más primario y según Lacan, esta dimensión no lingüística de la psique se funda en el pensar con imágenes. En últimas, de la imaginación surge cualquier construcción de la vida que el ser humano desee elaborar y aplicar. Dentro del libro Demian, cabe relacionar a Sinclair con lo que Lacan llama la ley, pues a este personaje le fueron establecidas unas normas a las que él debía responder y cumplir a cabalidad. Estas eran reguladas y determinadas por parte de los dos progenitores. La ley es un concepto empleado en el psicoanálisis lacaniano para denominar al conjunto de normas que se instauran en el inconsciente de un sujeto durante la infancia y son provenientes de la función paterna -biológica o no- o en su defecto, quien resulte un similar al padre. “La Ley además de imponer normativas inconscientes, organiza racionalmente al psiquismo del sujeto”. http://www.aprenderalacan.es.tl/IDEAS-CENTRALES.htm Pues bien, ya aludiendo a la relación existente entre Demian y Sinclair, esta se puede relacionar con lo que Lacan designa el otro, puesto que el otro es al tiempo el prójimo (cada otro sujeto por separado): “el prójimo es todo el conjunto de sujetos que constituyen a la cultura y la sociedad desde el origen de la humanidad”, http://www.aprenderalacan.es.tl/IDEAS-CENTRALES.htm y en la relación de Demian y Sinclair los dos son el prójimo. De igual forma, la relación entre los dos personajes centrales de la historia, se relaciona con el deseo, pues Sinclair tiene un objeto de predilección o causa del deseo al enamorarse de la madre de Demian, Eva, a la que Lacan designaría como el nombre de objeto codiciado.

También vemos, que la relación entre Demian y Sinclair se encuentra relacionada con lo que Lacan llama el síntoma, en el momento en que Émile se enamora de Eva. El síntoma es el producto de una elaboración psíquica sobre determinado objeto: “Como lo planteó Freud inicialmente en los estudios de la histeria, si bien el síntoma se estructura por capas significantes sucesivas, en esta estratificación la selección de significantes no obedece a ningún principio de elección fijo”. http://www.aprenderalacan.es.tl/IDEAS-CENTRALES.htm. Para precisar, se puede relacionar la relación Demian-Sinclair, lo que Lacan denomina el síntoma y el inconsciente; dado que Émile se enamora indeliberada y súbitamente de la madre de Max. El inconsciente está compuesto de deseos e impulsos de índole principalmente sexual y a veces destructiva, por ideas inadmisibles e involuntarias que motivan la conducta. “Los componentes significantes constitutivos del síntoma resultan directamente tributarios de las fantasías del inconsciente que operan su selección bajo la acción de los procesos metafóricos y metonímicos”. http://www.aprenderalacan.es.tl/IDEAS-CENTRALES.htm.