Ensayo Del Libro Los Cuatro Acuerdos

Ensayo del libro: “Los cuatro acuerdos” del Dr. Miguel Ruiz En el presente ensayo analizaremos el libro de “Los cuatro a

Views 102 Downloads 0 File size 101KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Ensayo del libro: “Los cuatro acuerdos” del Dr. Miguel Ruiz En el presente ensayo analizaremos el libro de “Los cuatro acuerdos” del Doctor Miguel Ruiz, el libro nos plantea que la única forma de almacenar información es por medio del acuerdo. “tan pronto como estamos de acuerdo con algo, nos lo creemos, y a eso lo llamamos “fe”. Tener fe es creer incondicionalmente”. Nos presenta la forma en la que somos influenciados durante nuestra infancia por la sociedad para aprender sus reglas y sus creencias y de esta forma crear acuerdos que tenemos muy arraigados incluso cuando llegamos a la adultez, es por eso que el autor plantea cuatro acuerdos que nos ayudarán a ser una versión mejor de nosotros mismos los cuales explicaré más adelante. Nos plantea también que la realidad donde vivimos es un sueño, un sueño que se repite con cada generación nueva. Capítulo 1. La domesticación y el sueño del planeta. Me gustaría empezar este análisis con una frase del primer capítulo de este libro la cual describe perfectamente lo que el autor nos quiere dar a entender “Nacemos con la capacidad de aprender a soñar, y los seres humanos que nos preceden nos enseñan a soñar de la forma en que lo hace la sociedad. El sueño externo tiene tantas reglas que, cuando nace un niño, captamos su atención para introducir estas reglas en su mente. El sueño externo utiliza a mamá y papá, la escuela y la religión para enseñarnos a soñar”. Con esta frase lo que entiendo es que nosotros, los seres humanos nos desarrollamos dentro de una sociedad en la cual debemos de seguir normas, reglas y creencias implementadas desde el momento en que nacemos por nuestros padres, la escuela, la religión, nuestra cultura etc. Según el Dr. Miguel Ruiz todos pasamos por un proceso al cual le llamó “la domesticación de los seres humanos” durante este proceso nos enseñan a comportarnos dentro de nuestra sociedad, nos enseñan a diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal, incluso nos enseñan qué debemos creer y que no, esto es algo que en lo personal me llamó mucho la atención porque a esto es algo subjetivo y me hace preguntarme lo siguiente: ¿En realidad sabemos que está bien y qué está mal? Justamente es algo que nuestra sociedad nos ha impuesto, el creer que las cosas que hacemos están siendo para bien o para mal. Crecemos aprendiendo todas estas cosas, aceptando el papel que nos corresponde según nuestra sociedad, como lo menciona el autor tenemos muy claro lo que es el concepto de mujer y del hombre, aprendemos a juzgar, a nosotros mismos y a las personas que nos rodean; un claro ejemplo son las personas pertenecientes al grupo LGBTTTIQ la sociedad en la que vivimos los ve de diferente manera y nos dice que la forma en la que ellos viven no es la correcta, sólo por el simple hecho de no seguir sus normas y por pensar diferente, esto hace que sean juzgados y vistos de mal manera. El autor nos dice que a los seres humanos nos domestican igual que a nuestras mascotas a base de premios y castigos, esto generó en nosotros la necesidad de atención, mientras mejor hiciéramos las cosas, todos estarían al pendiente de nosotros, pero si hacíamos algo mal nos sentíamos mal, incluso nos llegamos a sentir inútiles. Esto que nos dice el autor es algo muy cierto como lo he venido mencionando todos los estereotipos con los que crecimos nos hicieron crecer de manera insegura, pensando siempre en complacer a los demás y poniendo más atención en

como la sociedad quiere que seamos y menos pensando en lo que en realidad queremos ser y hacer. "La domesticación es tan poderosa que, en un determinado momento de nuestra vida ya no necesitamos que nadie nos domestique. No necesitamos que mamá o papá, la escuela o la iglesia nos domestiquen. Estamos tan bien entrenados que somos nuestro propio domador. Somos un animal auto domesticado" Esta frase hace referencia a lo que expliqué anteriormente, es tanta nuestra necesidad de tener atención que siempre la estamos buscando, como si esta fuese una recompensa. La necesidad de atención se va haciendo más fuerte mediante crecemos, pues nos han enseñado que es necesario el ser visto o aprobado por los demás para poder sentirnos bien con nosotros. Empezamos a actuar de manera diferente, con el único propósito de agradar a las demás personas, por miedo al rechazo, y ya a este punto no somos más que una sombra de los acuerdos hechos por nuestros padres y abuelos, nos convertimos en lo que los demás quieren que seamos y no lo que nosotros deseamos ser. Este libro nos plantea nuestra posición interna como Juez y como Víctima: el juez hace referencia a las leyes de la realidad que nos impuso nuestra sociedad sobre el bien y el mal; cada que hacemos algo que va en contra de nuestro libro de la ley nos sentimos culpables y avergonzados, incluso pensamos que debemos ser castigados por eso, es aquí cuando aparece nuestra posición como víctima, la cual hace referencia a la parte de nosotros que sufre las exigencias del juez: “Sufrimos, nos arrepentimos, nos culpabilizamos, nos castigamos por la misma causa una y otra vez, cada vez que el recuerdo nos pasa factura” Con esto podemos decir que realmente nunca tuvimos la oportunidad de elegir, pues nunca elegimos nuestras leyes, ni nuestras creencias, ni la cultura en la que nacemos; es por eso que en nuestra vida buscamos acuerdos con nosotros mismos para elegir en que creer y en que no, el resultado de estos acuerdos es a lo que llamamos “personalidad” y lo que somos como individuos. El Dr. Miguel Ruiz nos invita a romper con los acuerdos que están predispuestos sobre nosotros, los acuerdos del pasado que nos hacen sufrir y fracasar. Debemos romper con aquellos que nacen del miedo y adoptar los que surgen del amor, el primer paso está en tomar los Cuatro Acuerdos propuestos y los tengamos presentes en nuestro día a día. Capítulo 2. El primer acuerdo: Sé impecable con tus palabras El primer acuerdo que nos marca el autor es el más importante y también el más difícil de cumplir, es tan importante que sólo con él ya se es capaz de alcanzar el nivel de existencia que el autor denomina “el cielo en la tierra”, este primer acuerdo consiste en ser impecable con tus palabras; pero ¿qué quiere decir ser impecable con tus palabras? Las palabras son la herramienta más poderosa que tenemos como seres humanos, pero son una espada de doble filo, pueden crear el sueño más bello o destruir todo lo que te rodea, uno de los filos es el uso erróneo de las palabras que crea un infierno en vida, el otro es la impecabilidad de las palabras, que sólo engendrará belleza, amor y el cielo en la tierra. Las palabras son magia y si las utilizas mal se convierte en magia negra.

La fuerza de las palabras es tal que puede cambiar o destruir a millones de personas, un claro ejemplo de esto fue lo ocurrido en Alemania, mediante el uso de las palabras Hitler manipuló a un país entero de gente, causó tanto miedo que logró que otras personas cometieran los actos más atroces actos de violencia. La mente humana es como un campo fértil en el que continuamente se están plantando semillas. Estas semillas son opiniones, ideas y conceptos. El problema es que el campo es fértil, en su mayoría, para las semillas para las que está preparado. Si el poder de las palabras siembra una duda o miedo en nuestra mente se creará una serie interminable de acontecimientos. Y lo mismo pasa con las demás personas, cuando utilizamos nuestras palabras con ellas se crea una gran fuerza que hace que se crean cualquier cosa que se les diga, ese es el poder de las palabras. Las palabras captan la atención, entran en la mente y cambian por entero, para bien o para mal, nuestras creencias. “Impecabilidad” según el autor significa sin pecado. La impecabilidad te conduce a la vida. Para empezar, un pecado es cualquier cosa que haces y que va contra ti. Todo lo que sientas, creas o digas que vaya contra ti es un pecado, vas contra ti cuando te juzgas y te culpas por cualquier otra cosa. No pecar es hacer exactamente lo contrario a ti mismo. Cuando eres impecable, asumes la responsabilidad de tus actos, pero sin juzgarte ni culparte. El pecado es una cuestión de sentido común, empieza con el rechazo de uno mismo, y ese es el mayor pecado, rechazarse a sí mismo. El primer acuerdo dice… “Sé impecable con tus palabras” y se refiere a no utilizarlas en contra de ti mismo. ¿Por qué? Porque cuando utilizas esas palabras en contra de otra persona, en realidad las estas utilizando en contra de ti mismo. Si te digo estúpido en realidad lo estoy diciendo a mí mismo, y te estoy enviando mi veneno emocional, en cambio, si me amo a mi mismo expresaré ese amor en mis relaciones contigo. Si te amo tú me amarás, si te insulto me insultarás. Ser impecable con tus palabras significa utilizar tu energía correctamente, en la dirección de la verdad y del amor por ti mismo. Si llegas a un acuerdo contigo para ser impecable con tus palabras, eso bastará para que la verdad se manifieste a través de ti y limpie todo el veneno emocional que hay en tu interior. Las palabras son magia y se utilizan contra nosotros mismos. La peor magia negra son los chismes, son puro veneno. Estos chismes son parte de los acuerdos de nuestra infancia, desde niños escuchamos a los adultos hablar de otras personas, incluso opinaban de personas que no conocían. Mediante esas opiniones transferían su veneno emocional y nosotros aprendimos que esta es la manera normal de comunicarnos; esta es la principal forma de comunicación en la sociedad humana. Un chisme es como un virus informático, es un lenguaje escrito con una intención dañina. Este virus es lo que los toltecas llaman mitote, el caos de miles de voces distintas que intentan hablar al mismo tiempo en la mente. Cuando eres impecable con tus palabras tu mente deja de ser un campo fértil para las palabras que surgen de la magia negra, pero sí lo es para las que surgen del amor. Puedes medir la impecabilidad de tus palabras a partir de tu nivel de autoestima, la cantidad de amor que sientes por ti es directamente proporcional a la calidad e integridad de tus palabras, cuando eres impecable con tus palabras, te sientes bien, eres feliz y estás en paz. Retomando lo que nos dice el autor, los siguientes tres acuerdos que mencionaré en el ensayo nacen del primer acuerdo.

Capítulo 3. El segundo acuerdo. No te tomes nada personalmente El segundo acuerdo consiste en no tomarte nada personalmente, si lo haces es porque estás de acuerdo con cualquier cosa que se diga, y cuando estás de acuerdo el veneno te recorre y te encuentras atrapado en el sueño del infierno. El motivo de que estés atrapado es lo que llamamos “la importancia personal”, esta es la expresión máxima del egoísmo, porque consideramos que todo gira a nuestro alrededor. Durante el periodo de nuestra educación, o de nuestra domesticación, aprendimos a tomarnos las cosas de forma personal. Creemos que somos responsables de todo. ¡Yo, yo, yo! Nada de lo que los demás hacen es por ti, lo hacen por ellos mismos. “No te tomes nada personalmente porque, si lo haces, te expones a sufrir por nada” Esta frase tiene mucho sentido, lo que una persona dice, hace y las opiniones que expresa responden a los acuerdos que ha establecido en su propia mente. Su punto de vista surge de toda la programación que recibió durante su domesticación. Tomarse las cosas personalmente te convierte en una presa fácil para esos depredadores, los llamados magos negros. Te comes toda su basura emocional y la conviertes en tu propia basura, pero si no te lo tomas personalmente serás inmune a todo veneno aunque te encuentres en medio del infierno. Esa inmunidad es un don de este acuerdo. Cuando te tomas las cosas personalmente te sientes ofendido y reaccionas defendiendo tus creencias y creando conflictos, te esfuerzas en demostrarles que tienes razón dando tus propias opiniones, del mismo modo, cualquier cosa que sientas o hagas no es más que una proyección de tu propio sueño personal, un reflejo de tus propios acuerdos. Esto lo entiendo de la forma en que nos vemos a nosotros mismos, cuando nos enojamos o estamos de malas todo nos sale mal, cuando nos sentimos bien, todo lo que nos rodea estará bien; esto es como las leyes de la atracción, la manera en que nos sentimos y las cosas que pensemos para nuestra vida, son las cosas que llegarán a nosotros. Este segundo acuerdo también se refiere a lo que te dice tu propia mente, por lo tanto esas voces también debes ignorarlas, esto se debe a que ni siquiera las opiniones que tienes de ti mismo son reales, la mente tiene la capacidad de hablarse a sí misma, pero también tiene la capacidad de escuchar la información que está disponible de otras esferas. Si conviertes el segundo acuerdo en un hábito, descubrirás que nada podrá devolverte al infierno, una gran cantidad de libertad surge cuando no nos tomamos nada personalmente. No tomar nada personalmente te ayuda a romper muchos hábitos y costumbres que te mantienen atrapado en el sueño del infierno y te causan un sufrimiento innecesario.

Capítulo 4. El tercer acuerdo. No hagas suposiciones El Dr. Miguel Ruiz nos dice que el tercer acuerdo consiste en no hacer suposiciones, ya que si lo hacemos creemos que lo que suponemos es real. Al hacer suposiciones sobre lo que los demás hacen o piensan, nos lo tomamos personalmente, y después, los culpamos y reaccionamos enviando veneno emocional con nuestras palabras. Al hacer suposiciones se comprenden las cosas mal, nos lo tomamos personalmente y acabamos haciendo un drama de nada, toda la tristeza y los

dramas que has experimentado tenían sus raíces en las suposiciones qué hiciste y en las cosas que te tomaste personalmente. Producimos mucho veneno emocional haciendo suposiciones y tomándoselas personalmente, porque, por lo general, empezamos a chismorrear a partir de nuestras suposiciones. El gran mitote de la mente humana crea enorme caos que nos lleva a interpretar y entender mal todas las cosas, sólo vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. En cualquier tipo de relación, podemos suponer que los demás saben lo que pensamos y que no es necesario que digamos lo que queremos. La razón por la que hacemos suposiciones es que la mente humana necesita justificar, explicar y comprender todo para sentirse segura, es decir, para que nosotros nos sintamos seguros. La gente hace suposiciones frente a todo, frente a cualquier tipo de relación, incluso frente a nuestros propios conflictos hacemos suposiciones, es más fácil hacerlas que hacer preguntas, incluso hacemos suposiciones sobre nosotros mismos y nuestras capacidades, hasta que descubrimos por nosotros mismos que nos sobrestimamos o subestimamos. Cuando en una relación haces suposiciones sobre lo que va a pasar con la otra persona, te creas tus propias expectativas, solamente ves lo que quieres ver y no los aspectos que te disgustan, de tal modo que cuando esa relación no funcione, tendrás que justificar tu dolor emocional y echar la culpa de tus decisiones a los demás. Hablando de las relaciones de pareja, es importante encontrar a una persona a la cual ames tal y como es, de la misma forma, lo ideal es que una persona se enamoré de ti tal y como eres, sin hacer suposiciones ni pretender cambiar algo de ti. Este es el ideal ya que es mucho mejor y más fácil hallar a alguien que sea como tú quieres o como la otra persona quiera, que escoger a una persona que no lo sea y posteriormente querer cambiar algo que no nos guste de esa persona. Debemos ser quienes somos, de modo que no tenemos que presentar una falsa imagen. Si me amas tal como soy, muy bien, tómame. Si no me amas tal como soy, muy bien adiós. Búscate a otro. Quizá suene duro, pero este tipo de comunicación significa que los acuerdos personales que establecemos con los demás son claros e impecables. El día que dejes de hacer suposiciones cambiará tu forma de comunicarte, y por lo tanto tus relaciones de pareja ya no sufrirán a causa de suposiciones erróneas. El tercer acuerdo es importante porque cuando dejas de hacer suposiciones tus palabras se volverán impecables. Capítulo 5. El cuarto acuerdo. Haz siempre lo máximo que puedas El cuarto acuerdo se refiere a la realización de los tres primeros: haz siempre lo máximo que puedas. En todos los aspectos de la vida se debe dar siempre el máximo, pero se debe tomar en cuenta que este máximo puede variar dependiendo los estados de ánimo. Tu rendimiento cambia de acuerdo a estos, si estas enfermo, sano, cuando estas sobrio o cuando estas ebrio, si estás enfadado o te sientes de maravilla. Tu rendimiento también cambiará cuando adoptes los cuatro acuerdos, será mejor de lo que solía ser. En cualquier situación, debes dar lo mejor que puedas, tu mejor rendimiento, y aunque el resultado no sea el esperado, o el mejor, debes dar siempre lo máximo que puedas, no debes dar ni más ni menos de lo que puedas dar, si das menos no será suficiente, y si das más de lo que puedes, gastarás más energía y por lo tanto tu rendimiento no será adecuado, te excedes, agotas tu cuerpo y vas contra ti y por lo tanto, no logras alcanzar tus objetivos. Las personas deben limitarse a hacer lo máximo que puedan en cualquier circunstancia

de su vida. Si una persona hace lo máximo que puede vivirá con una gran intensidad, será productivo y será bueno consigo mismo; hacer lo máximo que se pueda, significa que se hace lo que se ama y no porque se espera alguna recompensa. Esto es lo que hacen las personas la mayoría de las veces, actúan para obtener una recompensa y no porque sea lo que aman, si emprenden la acción deben hacerlo sin esperar nada a cambio, sin esperar la recompensa, de esta forma se disfrutará cada una de las cosas que se lleven a cabo. Cuando haces lo máximo que puedas y no da resultados, tu juez interior no te reprocha nada porque sabes que hiciste lo máximo que pudiste, y no te quedas con las ganas de hacer algo más, cuando das tu máximo, te aceptas a ti mismo y a lo que eres capaz, eres consciente de quien eres y aprendes de tus errores. Pero también es muy importante que las personas realicen todo lo que aman, de esta forma sabes que haces lo máximo que puedes cuando disfrutas de la acción, haces lo máximo que puedes porque quieres hacerlo no porque tengas que hacerlo, ni por complacer al Juez o a los demás. Cuando haces lo máximo que puedes te sientes muy feliz. La acción consiste en plenitud. Este cuarto acuerdo es el más importante, los tres primeros acuerdos sólo funcionan si llevas a cabo el cuarto acuerdo, si haces lo máximo que puedes, los hábitos como emplear mal tus palabras, tomarte las cosas personalmente y hacer suposiciones, se debilitarán y con el tiempo serán menos frecuentes. Si haces lo máximo que puedas en la búsqueda de tu libertad personal y de tu autoestima, descubrirás que encontrar lo que buscas es sólo cuestión de tiempo. Debes ponerte en pie y actuar como un ser humano, debes respetar tu cuerpo, disfrutarlo, amarlo, ejercítalo y haz todo lo que le haga sentirse bien, esto es una puja para tu cuerpo, es una comunión entre Dios y tú. Los cuatro acuerdos son un resumen de la transformación, una de las maestrías de los toltecas. El sueño del planeta se transforma en tu sueño personal del cielo. Lo único que tienes que hacer es lo máximo que puedas para honrar estos acuerdos. Cada persona debe ser un cazador, un gran guerrero capaz de defender los cuatro acuerdos con su vida, su felicidad, su libertad, toda su manera de vivir dependen de ello. Tal como nos enseñan los toltecas, la recompensa consiste en trascender la experiencia humana del sufrimiento y convertirse en la encarnación de Dios, esa es la recompensa.

Capítulo 6. El camino tolteca hacia la libertad. Romper viejos recuerdos. ¿Somos realmente libres? La respuesta es no, no somos libres. La verdadera libertad está relacionada con el espíritu humano: es la libertad de ser quienes somos. Y nosotros mismos somos quienes nos impedimos ser libres. Esto sucede porque cuando somos niños actuamos sin pensar, actuamos para ser felices porque nada nos da miedo, sólo actuamos porque queremos ser felices porque somos nosotros mismos , en cambio, cuando crecemos nuestro sistema de creencias, nuestro Juez, nuestro libro de la Ley se convierten en quien nos dirige y no nos deja ser nosotros mismos, como cuando éramos niños.

La razón de que no seamos libres es que cuando somos adultos adoptamos responsabilidades, los cuales nos impiden ser nosotros mismos. El primer paso hacia la libertad consiste en ser conscientes de que no somos libres. Es muy importante que las personas dominen su propio sueño, este es el motivo por el que los toltecas se convirtieron en maestros del sueño. Tu vida es la manifestación de tu sueño, es un arte, y puedes cambiar tu vida en cualquier momento si no disfrutas de tu sueño, los maestros del sueño crean una vida que es una obra maestra; controlan el sueño a través de sus elecciones. Los toltecas tienen tres maestrías que llevan a la gente a convertirse en toltecas, estas son planteadas por el autor: “La primera es la maestría de la conciencia, ser conscientes de quienes somos realmente, con todas nuestras responsabilidades”. “La segunda es la maestría de la transformación, cómo cambiar, cómo liberarnos de la domesticación”. “La tercera es la maestría del intento, desde el punto de vista tolteca, el intento es esa parte de la vida que hace que la transformación de la energía sea posible; es el ser viviente que envuelve toda energía, o lo que llamamos Dios. Es la vida misma, es la maestría del amor”. Los toltecas tienen un camino a la libertad, un plan completo para liberarse de la domesticación, los toltecas comparan al Juez, a la víctima y al sistema de creencias con un parásito que invade a la mente humana. La libertad que buscamos consiste en utilizar nuestra propia mente y nuestro propio cuerpo, vivir nuestra propia vida en lugar de la vida de nuestro sistema de creencias, cuando nos damos cuenta de esto, sólo tenemos dos opciones: “Continuar viviendo lo que hemos hecho hasta el momento, rindiéndonos al juez y a la víctima, seguir viviendo en el sueño del planeta”. “Actuar como cuando éramos niños, rebelarnos, declarar una guerra contra el parásito para conseguir nuestra libertad”. Un guerrero es quien se rebela contra la invasión del parásito, un guerrero nos da la oportunidad de trascender del sueño del planeta y cambiar nuestro sueño personal por otro al que llamamos cielo. Se puede comparar al parásito con un monstruo de 100 cabezas, los cuales son nuestros miedos, por lo tanto, si queremos ser libres debemos vencer nuestros miedos. Una solución para acabar con los miedos es acabar con ellos uno por uno, otra, es dejar de alimentarlo, es decir, controlar nuestras emociones. Y por último, la tercera solución es la que se denomina la iniciación a la muerte, se refiere a una muerte simbólica.

Capítulo 7. El arte de la transformación: el sueño de la segunda atención Cuando seas consciente de que todo el sueño de tu vida es el resultado de tus creencias y de lo que crees te darás cuenta de si esa persona en la que te has convertido es en realidad quien eres. Si no es así, ahora se tiene la oportunidad de decidir quién eres en verdad, como primer paso para esta decisión se debe ser consciente de que todo el sistema de creencias no lo adoptamos por elección, sino que lo aprendimos de la sociedad, se podría decir que es vivimos en una mentira, solamente serán nuestra verdad aquellas creencias que adoptemos por decisión propia y no

porque así lo haya dictado la sociedad y nuestra familia. Para los toltecas, este es el arte de la transformación, cuando una persona es consciente de aquellos acuerdos en los que no está de acuerdo y sin embargo aceptó, estos serán los acuerdos que produzcan miedo o sufrimiento, para deshacerse de ellos es preciso adoptar creencias alternativas, como lo son los cuatro acuerdos mencionados en el texto. Este es un proceso difícil, ya que los acuerdos que aceptamos desde nuestra infancia se encuentran demasiados adheridos a nuestro ser, y resulta complicado despegarnos de ellos, de esa magia negra; por lo tanto, si se quiere alcanzar la libertad es necesario enfrentar a cada una de las creencias que adoptamos, verlas cara a cara y decidir cuales se van y cuales se quedan, dependiendo el sistema de creencias que nosotros mismos queremos adoptar. De forma general, de esto se trata el libro “Los cuatro acuerdos” del Doctor Miguel Ruiz; una breve explicación de la forma en que crecemos los seres humanos dentro de la sociedad y cuál sería la forma ideal de encontrar nuestra libertad. Conclusiones Para concluir este ensayo puedo decir que el autor está en lo correcto al creer que cada persona tiene la oportunidad de decidir cuál será su sistema de creencias. Estoy de acuerdo en que cada persona reacciona en busca de la aceptación de los demás, de ahí surge el deseo de la recompensa al actuar como se “debe”, evitando siempre el castigo. Pero de igual forma, cuando una persona crece y se encuentra en la facultad de tomar sus propias decisiones, es posible decidir cómo quiere ser realmente, si quiere acatarse a las reglas que se inculcaron o desea modificar sus propias reglas, sea cual sea su decisión, cuando una persona lo hace por decisión propia, alcanza su libertad, ya que es en este momento en el que descubre quién es él en realidad, y esta vez no habrá nadie que lo reprenda, más que él mismo. En general estoy de acuerdo con lo que el autor plantea, en cuanto al proceso de domesticación, es cierto que crecemos con lo que se nos ha inculcado y lo adoptamos como parte de nosotros, aunque al principio no lo aceptamos del todo, pero me parece que se debe a que en la infancia los objetivos son banales, en realidad, durante esta, sólo se piensa en lo que satisface nuestras necesidades básicas, alimento, vestimenta y diversión, me parece que principalmente la diversión es la importante en esta etapa, por lo tanto, nuestros objetivos van encaminados a cumplir con este punto, sin importarnos nada más. Me parece que un niño es libre cuando se le permite jugar a lo que le apetece y realiza lo que se le pide siempre buscando satisfacer este punto. En efecto, las personas deciden adoptar otro sistema de creencias, modificar el que tienen o quedarse con el mismo, esto sucede la mayoría de las veces en la edad adulta, cuando la persona se da cuenta de cuáles son los aspectos de su sistema de creencias con los que se encuentra de acuerdo y con cuales no, lo acuerdos con los que no esté de acuerdo serán aquellos que le causen conflicto emocionalmente, y por ello se verá en la necesidad de considerar mantenerlos, modificarlos o eliminarlos. Adoptar nuevas creencias es parte de la evolución de cada persona, conforme las personas van cambiando, también cambian sus objetivos, sus metas en lo que quiere lograr y en cuanto a lo que espera en cuanto a su relación con otras personas; cuando todo esto cambia, es necesario modificar el sistema de creencias, ya que si nosotros hemos cambiado, nuestro sistema

posiblemente ya no sea el adecuado, posiblemente ya no vaya acorde a nuestras nuevas metas. El cambio es parte de la vida de las personas, de su evolución, de esta forma cada persona obtendrá su libertad, es decir, buscará cumplir con las expectativas que él mismo que ha formado. Las expectativas que cada persona se va formando es una muestra de la libertad que poco a poco vamos profesando, porque ya no es lo que un juez exterior nos enseñó a hacer y creer, ahora es lo que nosotros mismos buscamos conseguir, para nosotros, por nosotros, y por nuestros propios medios. Es muy importante que cada persona se sienta satisfecha consigo misma, esto le ayudará a desenvolverse de la manera adecuada, este fue un punto muy importante para los toltecas, y ahora lo es para el Doctor Miguel Ruiz, ya que cuando las personas son felices, lo único que transmiten es felicidad, positivismo, el cual se verá reflejado en sus acciones, sus comentarios, y la relación con otras personas; esto beneficiará a todos los miembros alrededor de cada una de estas personas, a la familia, a la escuela, amigos, a la sociedad en general.