Ensayo Contabilidad CARLOS SAAVEDRA

Ética y Contabilidad: el caso Enron Carlos Saavedra Carbajal “…Where there was once great pride, now it´s gone” (Enron:

Views 147 Downloads 3 File size 92KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Ética y Contabilidad: el caso Enron Carlos Saavedra Carbajal “…Where there was once great pride, now it´s gone” (Enron: The Smartest Guys in the Room, 2005). Estas fueron las últimas palabras que Clif Baxter (ejecutivo encargado de negociar los contratos de Enron Corporation), dejó escritas a su esposa en una nota suicida, a causa del destape del mayor escándalo de corrupción financiera en la historia de los Estados Unidos. Baxter, conjuntamente con otros altos ejecutivos de Enron, protagonizaron uno de los casos más sonados de fraude financiero a nivel mundial. Enron, en sus dieciséis años de existencia, pasó de ser una empresa valorada en setenta mil millones de dólares, a una organización que quebró en menos de un mes. ¿Por qué? ¿Qué acontecimientos llevaron a Enron a perderlo todo? ¿Cuáles fueron aquellas malas decisiones que hicieron que casi veinte mil empleados perdieran su trabajo y más de dos mil millones de dólares en pensiones y jubilaciones desaparecieran de la noche a la mañana? ¿Cómo puede evitarse fraudes contables que perjudiquen a empresas y personas inocentes? Muchas son las cuestiones que surgen a partir del estudio de este caso. Sin embargo, el presente ensayo tiene como propósito demostrar que el aspecto ético como parte de la formación en la carrera contable es un aspecto fundamental para evitar actividades ilícitas en la contabilidad financiera, todo esto a luz del caso Enron. Para abordar este tema, se revisarán los conceptos de ética y Contabilidad Financiera, para luego dar una breve reseña del caso Enron Corporation; explicar la importancia de la formación ética y humanística en la carrera contable y, finalmente, hacer una reflexión final sobre el fraude en la Contabilidad Financiera. El diccionario de la Real Academia Española (2017) definió el término “ética” como “Conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida”. Esta definición trae a colación otro término de estrecha relación: “deontología”, entendida como “Conjunto de deberes relacionados con el ejercicio de una determinada

2 profesión”. En ambos conceptos apreciamos la cercana y necesaria relación entre los términos “ética” y “profesión”. En la actualidad es ya ineludible hablar de ética profesional o deontología profesional y los múltiples casos de escándalos éticos han llevado a reflexionar a diversos autores (Vega-Centeno, 2009; Navia & Hirsch, 2015; García-de-Torres & Farmer, 2017) sobre la necesidad de incluir en las mallas curriculares de diversas carreras universitarias al menos un curso de deontología o ética profesional. Por otro lado, ¿qué es la Contabilidad Financiera? Como indicaron Avolio, Stickney, Weil, Schipper y Francis (2012), la Contabilidad hace referencia al “registro de transacciones económicas de las empresas para proveer información útil para la toma de decisiones”; mientras que las “Finanzas” responde a las preguntas de cómo obtengo recursos, en qué invierto y cuál es el riesgo de mi inversión con miras a obtener un retorno económico. Es importante resaltar que la primera definición detalla que la finalidad de la Contabilidad es proporcionar información para la toma de decisiones, ya sea a los inversionistas, operadores de bolsa, accionistas, y al Sistema Financiero en general. Ahora bien, ¿qué sucede si esta información no llega a tiempo o es distorsionada? Precisamente en las siguientes líneas veremos cómo Enron se aprovecha de su posición para obtener beneficios de la información que posee. Diletti afirmó: “Enron nace en 1985 de la fusión de dos sociedades, la InterNorth y la tejana Houston Natural Gas de la cual proviene Kenneth Lay, el astro naciente de la empresa” (p. 68). Enron fue una empresa del rubro energético con sede en Houston, Texas, y que llegó a tener alrededor de veinte y un mil empleados. Kenneth Lay fue el presidente de la compañía desde sus inicios, convirtiéndola en una de las principales compañías de gas y energía en EEUU. Más adelante, en 1992, llegó Jeffrey Skilling quien ocuparía el cargo de Chief Executive Officer. Fue considerado un gran visionario ya que creó para Enron el “Banco del Gas”, sistema que consistía en regularizar el precio del gas para su compra venta, siendo el mismo Enron el proveedor e intermediario. Skilling propugnaba que el dinero era lo único

3 que motivaba a las personas y que la naturaleza humana estaba dominada por la avaricia y la competencia. Implantó una Comisión de Revisión del Rendimiento (CRR), la cual evaluaba continuamente a los colaboradores, los cuales eran clasificados en categorías según su rendimiento dentro de la empresa, despidiendo así al 10% que se encontraba en el ranking inferior cada año. Creó un tipo especial de valorización, denominado Sistema de Valoración de Inversiones a Precio de Mercado, el cual permitía reservar beneficios futuros potenciales al cierre de un negocio, haya sido rentable o no. Sus inversiones en bolsa siempre iban al alza puesto que utilizaba el método “hinchar y retirar” (Enron: The Smartest Guys in the Room, 2005), provocando una subida en la cotización a través de la especulación para después cobrar. Se logró corromper y comprar a los analistas de Bolsa para que recomendaran la compra de sus acciones; se pagó sobornos millonarios a la mayor compañía auditora del mundo, Arthur Andersen, para que auditara sin salvedades sus Informes Financieros; se pagaron abogados, se silenciaron voces, todo en pro de mantener incólume la imagen de Enron. Skilling ocultaba información contable de Enron con miras a incrementar el valor de las acciones en el Mercado de Valores. Pero el hombre clave para maquillar los Estados Financieros fue Andrew Fastow, director financiero de Enron. Llegó a encubrir hasta treinta mil millones de dólares en deuda por medio de la creación de cientos de compañías fantasmas que negociaban activos con Enron para ocultar sus deudas. Hasta que en el 2001, gracias a la declaración voluntaria de una de las extrabajadoras, Sherron Watkins, y las investigaciones de la periodista Bethany McLean, se develó la verdadera situación financiera de la empresa y todo los fraudes que estaba cometiendo. Precisamente antes de declararse en banca rota, Lay logra vender sus acciones por trescientos millones de dólares y Skilling, por 200 millones. Enron Corporation es la historia de un grupo de ejecutivos de alto nivel que sacaron adelante una empresa sin tener el mínimo sentido ético de lo que estaban haciendo. Casi veinte mil empleados perdieron su empleo; miles de familias norteamericanas perdieron sus inversiones

4 en bolsa (60% de familias invierten en Bolsa en Estados Unidos) o su propio fondo de pensión. Enron, así como otros casos similares (Parmalat, WorldCom, Anthur Andersen) son muestras claras que no basta con ser un experto en la propia carrera profesional elegida, no importan los grados y títulos que se ostenten, o las posiciones que se hayan alcanzado. Al parecer lo que realmente vale a fin de cuentas es cuán honesto uno sea al momento de ejercer su profesión. Pero cómo y desde cuándo fomentar, formar y desarrollar la dimensión ética y humanística en los futuros tomadores de decisiones. Como afirmó Dextre (2011): La delicada tarea de formar profesionales competentes con capacidad de juicio moral y con sensibilidad social, implica formular y desarrollar una metodología que permita adquirir conocimientos y habilidades sobre temas propios de la disciplina y del saber humanista, saberes que los egresados de la carrera universitaria emplearán en el ejercicio profesional al servicio de la sociedad, considerando además como finalidad, la expectativa y el bienestar personales (p. 51). Dextre (2011) también afirma que la formación de los futuros profesionales debe estar en función a competencias (saber –conocimientos-, saber hacer –procedimientos-, saber ser – actitudes-), entendidas no como enseñanza, sino más bien como aprendizaje, es decir, el alumno como centro de este proceso educativo. Esto sumado a una visión integral de la persona, y no solo de su profesión, logrará formar personas que ejerzan su profesión de manera ética. Sime-Rendon (2016), Mina-Balanta (2014) y Crocker (2016) hayan una relación directa entre el actuar ético y el éxito profesional, así como una estrecha relación entre corrupción y fracaso a largo plazo. Solo se logra el éxito (tanto personal como profesional) cuando se actúa honestamente. Finalmente, después de todo lo antes dicho, podemos afirmar que los escándalos financieros, como el del caso Enron, pudieron evitarse si es que las personas involucradas

5 (ejecutivos, abogados, entes auditores, analistas, etc.) hubieran actuado de manera ética. Como hemos visto, es vital que la formación ética se forje desde las aulas universitarias y forme parte de los conocimientos, habilidades y actitudes (competencias) propias de la profesión contable. Solo así la información contable de las empresas cumplirá con el principio de confiabilidad, esencial en el sistema financiero. El fraude surge cuando no se actúa con rectitud y se perjudica a las personas. Al final de todo, el caso Enron no es solo un ejemplo de fraude financiero y ocultamiento de la información contable, sino, y sobre todo, un caso de la verdadera tragedia humana.

6 Referencias

Avolio, B., Stickney, C., Weil, R., Schipper, K., & Francis, J. (2012). Contabilidad Financiera: Una introducción a conceptos, métodos y usos. Buenos Aires, Argentina: Cengage Learning. Crocker, D. (2016). Enfrentando la desigualdad y la corrupción: Agencia, empoderamiento y desarrollo democrático. Veritas: Journal Of Philosophy & Theology, (34), 63-74. Dextre, J. (2011). La dimensión humanística en la formación del contador público. Contabilidad y Negocios, 6(11), 49-55. Diletti, M. (2006). La caída de los dioses. Metapolítica, 10(45), 66-75. García-de-Torres, E., & Farmer, Y. (2017). Ética en los medios de comunicación: retos y oportunidades para la investigación. El Profesional de la Información, 26(2), 153-157. doi:10.3145/epi.2017.mar.01. Kliot, J., Motamed, S. (productores) & Gibney, A. (director). (2005). Enron: The Smartest Guys in the Room [documental]. EEUU: Magnolia Pictures. Mina-Balanta, S. (2015). Ética y contabilidad de gestión. Un camino posible hacia el logro de objetivos. Cuadernos De Contabilidad, 15(39), 807-828. doi:10.11144/Javeriana.cc1539.ecgc Navia, C., & Hirsch A. (2015). Ética profesional en estudiantes de posgrado en dos universidades mexicanas. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 17(1), 100115. Real Academia Española. (2017). Diccionario de la lengua española (23a ed.). Consultado en http://www.rae.es/rae.html Sime-Rendon, D. (2016). Roba, pero hace obra – Pragmatismo de la corrupción y corrupción del pragmatismo. Revista Vox Juris, 32(2), 79-90.

7 Vega-Centeno, M. (2009). Ética personal y profesional: la Economía y los economistas. Revista

de

Economía

PUCP.

http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/economia/article/view/949

Recuperado

de