Enemigo Invisible

ENEMIGO INVISIBLE Por: Luis Pulido Torres Trujillo, 13 de febrero de 2017 “Hoy en día, las controversias de guerra, muc

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ENEMIGO INVISIBLE

Por: Luis Pulido Torres Trujillo, 13 de febrero de 2017 “Hoy en día, las controversias de guerra, muchas veces se resuelven vulnerando los derechos humanos, es una realidad que se vive y los países en conflicto no asumen consecuencias”

INTRODUCCION Enemigo invisible o Eye in the Sky, por su título original, es un thriller en forma, cuya premisa no podemos negar que se antoja sumamente interesante y fue estrenada en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Toronto. La historia que según palabras del mismo guionista Guy Hibbert, surge de una idea que tuvo luego de visitar una feria de armas en París. Nos cuenta cómo gracias al uso de tecnología de vanguardia, la inteligencia británica se infiltra en Kenia y logra localizar a un líder terrorista. Llegando a un punto decisivo donde las decisiones que tomar ponen en riesgo la vida de inocentes, “eliminar la amenaza a toda costa o proteger la vida humana”, todo esto en desarrollo de mantener la “PAZ”, un conflicto que se debate hoy en día en muchos congresos de derechos humanos.

DESARROLLO El trama se desarrolla en Kenia, los integrantes de una célula terrorista preparan un atentado suicida. La coronel Katherine Powell (Helen Mirren) los persiguió por años, y ahora los tiene en la mira. Británicos y estadounidenses los acorralan con esta operación militar invisible que dirigen a través de las cámaras de un dron y de otros diminutos artefactos. La reunión terrorista en esa casa keniata es un Gran hermano. Todo está listo para que el “piloto” del dron (Aaron Paul) dispare desde la base en Las Vegas.

Primero tiene la intención de capturarlo, pero pronto esto se convierte en un intento de asesinarlo. Claro que este drástico cambio de planes, que incluye un letal ataque aéreo, viene acompañado de inevitables daños colaterales (como la posible muerte de civiles), que ponen en una posición delicada, por decirlo de alguna manera a los distintos implicados en la misión.

Al aparecer una niña en la escena, y comienza un debate internacional para decidir el futuro de esta operación, frenar un atentado con el alto costo de asesinar a esa niña y vida de civiles inocentes. El frío cálculo de riesgos, de daños y beneficios, las miserias que surgen del debate político militar, la firmeza ciega del personaje de Mirren y las dudas que son pura empatía en Aaron Paul, nos dejan a todos presos de esa cuenta regresiva con la mirada puesta en la niña. Los daños colaterales son numéricamente mayores a los que muestra el filme, pero hay una tendencia del cine a discutir el tema, “cuestionamientos morales” que aparecen en Máxima precisión. La guerra y la fría tecnología, la política, apenas un punto de partida para un debate trascendental y urgente.

El dilema es evidente y el conflicto es claro: “los principios y valores morales nuevamente son puestos a prueba”; en una confrontación provocada por los avances armamentistas. Una interesante disyuntiva que la manufactura de la misma película también enfrenta y de la que por desgracia no sale del todo bien librada. Y es que a pesar de contar con todos los elementos necesarios para desarrollar el discurso crítico incisivo que promete con respecto a las intervenciones militares a distancia, en donde los soldados de campo son sustituidos por drones (tecnología), dejando la total responsabilidad de los ataques a los operadores, diplomáticos y políticos, el asunto queda en una reflexión de tintes melodramáticos que, aunque esboza cierta sátira, también recorre estereotipos y hasta algunos lugares comunes. Así pues, vemos militares que van desde los abnegados oficiales que con lágrimas en los ojos obedecen órdenes y accionan los controles, hasta los de altos rangos que, con una deslavada dignidad, asumen su papel de ejecutores de las políticas que se validan en una supuesta búsqueda de “mantener la paz”.

En contraparte está la forma en que el director sudafricano Gavin Hood, se concentra en mostrar el uso de la tecnología de los drones en el campo militar, la que aquí se convierte en el principal acierto ya que reduce considerablemente las bajas militares en el campo de acción. La edición y el juego de las perspectivas derivan en secuencias dinámicas y envolventes que hacen una detallada decantación de las estrategias y del mecanismo de las cadenas de mando. Esto, aunado al efectivo manejo del ritmo, que no le da cuartel al espectador, deambulando entre la inquietud y la zozobra, es lo que hace que Enemigo invisible, aunque quede a deber en cuanto a la profundidad que promete de inicio, cumpla como entretenimiento y sea un producto inteligente que invita a la reflexión sobre los valores morales que debemos seguir, atentar contra vida humana por mantener un concepto de paz, posiblemente errado o buscar alternativas que conlleven a proteger la vida de civiles quienes son los perjudicados de los ataques armamentistas. Las consecuencias psicológicas de participar en un evento como este son presentadas de manera aterradoramente realista (no sorprende que muchos de estos soldados, en la vida real, terminen con estrés postraumático). Puede que manejar un drone se parezca a jugar un videojuego, pero tanto Watts como Gershon saben que sus acciones pueden resultar en muertes reales, cualquier decisión que tomen podría resultar en la muerte de gente inocente. Mucho dicen los personajes sobre el daño colateral, quiénes morirían en el ataque (una niña, su familia, la gente que pasa por la calle o los que viven en las casas alrededor) pero también quiénes morirían si es que no detienen a los terroristas. Con la misma estrategia de imágenes más cercanas a la realidad de un juego de video que a lo que se conocía hasta el momento como un terreno de guerra, los corresponsales in situ transmitían desde los drones. Siempre puntos estratégicos desde donde las imágenes no evidenciaran el drama real de una matanza masiva. Decimos entonces, es correcto atentar contra la vida de víctimas civiles para proteger una causa mayor, es correcto vulnerar los derechos humanos por un fin mayor.

CONCLUSIONES Resulta vano interrogarse sobre los objetivos políticos de esta guerra: el único objetivo (transpolítico), consiste en enrasar a todo el mundo según el más pequeño denominador mundial común, el denominador democrático (que corresponde cada vez más, con su extensión, al grado cero político).

La guerra es política y el argumento no lo pierde de vista. Hay ciertos movimientos en él, sobre todo aquellos que involucran pan, que inicialmente podrían tomarse como torpezas aprobables solo en razón de un nivel elevado de suspensión de incredulidad. Pero basta con dejar al filme avanzar para que hasta esos detalles en apariencia ilógicos tomen cauce y se sumen a las reflexiones políticas del filme. La emotividad reflejada en ciertos personajes, principalmente en el de Aaron Paul, con quienes mas de uno se identificaría, va aparejada con los planteamientos morales, pues la película es finalmente un análisis de perspectivas que evita tomar partido. El filme desarrolla tensión porque presenta sus conflictos de manera muy clara: primero se trata de capturar a los terroristas, luego de asesinarlos (o evitar que maten a más gente), y finalmente de salvar la vida de la niña que se encuentra vendiendo pan cerca a la casa. inquietantes y d0iscursivas.

Enemigo invisible es una las películas más