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Hernández Walles María Magdalena Geopolítica y comunicación 04-02-14 “Encuentro con el Otro” “Es cierto que el Otro a mí se me antoja diferente, pero igual de diferente me ve él, y para él yo soy el Otro”, es una frase que nos menciona Kapuscinski, el reconocido escritor, periodista, ensayista e historiador de origen Polaco, que en su obra, al mencionar “Otro” con la primera letra mayúscula, no habla del “adj. Muchas veces para explicar semejanza entre dos cosas o personas distintas” 1 sino que se refiere a la figura del individuo distinto a nosotros, aquel extraño con quien nos topamos en todos lados. Se esperaría que el ser humano, al tratarse de un ser puramente social, no se enfrentara ante la problemática de ver diferente a los demás de su especie, sin embargo, nos topamos ante el hecho de que actuamos de tres maneras posibles ante el “Otro”: luchar, aislarse y cooperar. Estas tres maneras pueden distinguirse claramente a lo largo de la historia, y, como el autor menciona, la manera como se actúe dependerá de la cultura y la época en que nos desenvolvamos porque todas las culturas son distintas entre sí, tienen diferentes hábitos y costumbres novedosas para nosotros, mismos que nos cuesta trabajo comprender, esto debido a que nos encontramos acostumbrados y conformes con nuestra situación actual. Ante lo anterior, el autor menciona que es de suma importancia que, con la finalidad de poder estar frente a frente con otra cultura, debemos contar con una identidad caracterizada por su fortaleza, definición, madurez, lo propia que es y, el valor que posee. De no ser así, será mejor alejarse, o incluso esconderse, de las demás personas. 1 iRAE. http://buscon.rae.es/drae/srv/search?val=otro. Consultado el día 31 de enero de 2014. 1

Deberíamos seguir el ejemplo de Heródoto, quien, al escribir acerca de los Otros, deja de lado toda clase de envidia u odio, dejando entrever que intentaba conocerlos y comprenderlos, llegando a establecer un vínculo más cercano. En suma, señala que no hay que esperar que el Otro llegue a nosotros, en su lugar, nosotros somos quienes debemos ir a su encuentro, siempre enriqueciéndonos y conociendo nuestro alrededor. Lo ideal es vernos en el espejo del Otro. Históricamente hablando, fue durante la Ilustración que se abrieron los ojos, dando paso a la comprensión de que aquellos seres tan distintos a nosotros que, en aquella época, estaban sufriendo asesinatos y saqueos, son también seres humanos, dando paso a un cambio inminente, en el que hubo lucha contra la esclavitud y se realizaban expediciones científicas con la nueva finalidad de conocer territorio, culturas y pueblos extraños. Con la existencia de la antropología, que es la “ciencia que trata los aspectos biológicos y sociales del hombre” 2 se dio un gran avance, pues se dio inicio al análisis del Otro no sólo para conocerlo, sino para comprenderlo. Posteriormente, nacieron las escuelas evolucionista, la cual señalaba que las comunidades humanas evolucionaron desde lo más primitivo hasta lo civilizado; y la difusionista, escuela que mantenía que en el planeta existían diversos tipos de civilizaciones y culturas entre las cuales se originaban procesos de fusión. Cada antropólogo se encargaba de estudiar y describir una tribu, que, en su mayoría era pequeña. Las culturas tradicionales se estudiaban como si se encontraran aisladas, sin embargo, se encontraban inamovibles y sufriendo varios cambios. Conforme ha pasado el tiempo, también se ha dado un importante cambio en la percepción del Otro, ya que en la época más actual se ha dado una “transición de la sociedad de masas a una planetaria”, esto, debido a la simultaneidad con la que se causan dos fenómenos: la aceleración y globalización de la electrónica, y, el

2 Ibid.. http://buscon.rae.es/drae/srv/search?val=antropolog%EDas. Consultado el 31 de enero de 2014. 2

desmoronamiento de lo que fue la Guerra Fría que posteriormente dio paso a la búsqueda, por parte de los ciudadanos, de sus raíces. Afortunadamente y gracias a lo anterior, el mundo se inclinó hacia un espacio abierto, llegando a ser “multiétnico y multicultural no porque haya aumentado con respecto al pasado el número de comunidades y culturas, sino porque éstas hablan con una voz cada vez más audible, independiente y decidida, exigiendo aceptación y reconocimiento de su valor y un lugar en la mesa de las naciones” 3 dando paso a una mayor apertura ante lo desconocido. Sin embargo, el Otro también ha sufrido un cambio y conforme éste se ha dado, también se ha originado la migración que tiene origen por dos factores: por un lado, la revolución tecnológica, que ayuda a que el ser humano tenga una lista más amplia de contactos (que no dejan de ser Otros); y, las desigualdades que se han causado en todo el mundo, mismas que se han profundizado con el paso del tiempo pero que enriquecen un grave problema: la falta de definición identitaria. El Otro ha sido visto de distintas maneras a lo largo de su existencia, desde una divinidad encargada de la creación de lo que nos rodea, hasta el blanco, de origen europeo. Sin embargo, y volviendo a la frase mencionada en un principio, aunque nosotros veamos al Otro de manera extraña, nosotros somos el Otro ante él y lucimos igual de extraños. Como seres desconocidos, y a pesar de que, en la mayoría de los casos, uno no se da cuenta de ello, siempre se llevan en el interior dos tipos de personas diferentes entre sí: la primera es tal como nosotros, con nuestros mismos pensamientos, mismos gustos, tristezas, alegrías, etc; mientras que la segunda se entrelaza con la anterior y lleva consigo ciertos rasgos determinantes según su raza, cultura, creencias e ideología. Estas dos personas, lejos de actuar cada una por su cuenta, lo hacen de manera mutua y conviviendo entre sí. Así como la globalización ha generado efectos positivos en cuanto a nuestra relación con el Otro, también se han dado efectos negativos, algunos de ellos son: 3 Kapuscinski, Ryszard. Encuentro con el Otro. p. 25 3

a causa de la energía y ambición de las culturas, éstas se aprovechan y tienen acciones racistas, generando guerras descomunales. A su vez, es un arma para aumentar la xenofobia, etnocentrismo e incluso la hostilidad hacia los demás; debido a las nuevas tecnologías es posible que nos acerquemos al Otro, sin embargo, éstas también dan un arma muy poderosa: el anonimato, que en varias ocasiones genera falsas impresiones en los demás o que, contrario a lo que se acaba de mencionar, nos acerque a personas del otro lado del mundo, pero nos aleje de aquellos seres a quienes tenemos más cerca físicamente hablando. En suma, se ha ayudado a la creación de estereotipos del Otro, que, generalmente, es relacionado con el europeo, pero de un tiempo para acá, se ha visto que otras culturas que parecían ser ignoradas han despertado y se han hecho notar, dando a conocer lo rico que es su civilización. Sin duda alguna, hay que darnos cuenta de que, a pesar de que cada individuo del planeta es único e irrepetible, es precisamente eso lo que lo vuelve interesante y alguien de quien se puede aprender, no se trata de huir de la cultura desconocida, ni de vernos como alguien superior o inferior ante el Otro, sino de tomar de él lo que nos servirá, ayudará a satisfacer nuestras necesidades o a cumplir nuestras expectativas y esto, a la larga, será lo que nos convertirá en mejores seres humanos que podrán, a su vez, ayudar al Otro. Para lograr una convivencia muy agradable, es importante no sólo ver a el Otro. Resulta indispensable vivir con y entre ellos, para llegar a un amplio conocimiento y la retroalimentación de la que se ha hablado con anterioridad. De no ser así y si no se le presta atención a ese otro ser humano, solamente se logrará el cruce por ambas partes acompañado por una mutua indiferencia. Es lógico que en un principio se estará en un estado de desconfianza ante el nuevo Otro, pero como humanos que somos, es posible y de mucha ayuda establecer un diálogo con la finalidad de conocer a los demás, con quienes se

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puede diferir en diversos aspectos, pero es precisamente eso lo que hace interesante y rica cualquier relación social. Los Otros pueden llegar a ser de mucha ayuda durante el transcurso de nuestra vida, pues, en numerosas ocasiones, podemos realizar nuestras actividades cotidianas de una mejor y más agradable manera, nos ayuda en momentos en que no sabemos cómo actuar, o incluso llega a salvarnos la vida o nos ayuda a ver con otros ojos y desde otro ángulo el mundo que nos rodea. Hay que ser, en suma, conscientes de que cuando se llega al conocimiento del Otro, se conoce una dimensión desconocida del Yo, mismo Yo que no se refiere a un mismo individuo, lejos de ello, también incluye al Otro, dando como resultado la formación de una persona nueva. Es decir, uno sabe que existe gracias a la existencia del Otro. Todo lo anterior al mismo tiempo que seguimos con nuestra vida y seguimos un camino que nos llevará a nuestro “Encuentro con el Otro”.

Referencias bibliográfícas. 

Kapuscinski, Ryszard. Encuentro con el Otro. España. Anagrama. 2ª. Ed.



2010. 98 pp. iReal Academia

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http://buscon.rae.es/drae/srv/search?val=antropolog%EDas. iReal Academia Española. (2014). Otro. Recuperado

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Recuperado

de de