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SERGE WILFART ENCUENTRA TU PROPIA VOZ Real Escuela Superior de Arte Dramático (R.E.S.A.D.) Asignatura: Pedagogía teat

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SERGE WILFART

ENCUENTRA TU PROPIA VOZ

Real Escuela Superior de Arte Dramático (R.E.S.A.D.)

Asignatura: Pedagogía teatral Profesora: Mercedes Díaz Chopite Alumna: Lucía Cubillo Villanueva Curso: 4ºITM Año: 2014/2015

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN MÉTODO SERGE WILFART ANALIZAR CONSTRUIR Y ARMONIZAR MEDIANTE LA VOZ ENTREVISTA TESTIMONIOS

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INTRODUCCIÓN Serge Wilfart es maestro de voz, formado dentro del canto lírico consiguió alcanzar el primer premio de Canto y arte lírico del Conservatorio Real de Bruselas. Su invesigación sobre la voz le ha llevado más allá siendo hoy en día el creador del Método Serge – Wilfart, Pneumofonía, Análisis, construcción y armonización de la voz el cual aplica a nivel mundial. Este profesor francés aunque de origen belga, considera que la voz es una característica tan específica de una persona como sus huellas dactilares. Para él, cuerpo y mente forman un todo, donde la voz constituye tanto un síntoma de los problemas psicológicos como un instrumento para la evolución interior. De esta forma ha elaborado un método de trabajo que es, a la vez, terapia y acompañamiento espiritual. Wilfart se basa en la inexistencia de dos tipos de voz, una para el canto y otra para el habla. Son la misma. Quien canta mal, asimismo habla y respira mal. La voz revela nuestro bienestar o malestar psicológico interno, pero, a la vez, es el instrumento que nos puede permite redescubrir nuestro verdadero ser. En el libro “Encuentra tu propia voz” bajo el que estará basado mi trabajo, Serge Wilfart nos ayudará a trabajar sobre el sonido y la respiración para permitir a todo aquel que se acerque a su método reintegrar su cuerpo y mente, reecontrar la armonía física y también la mental. Todo el mundo tiene la posibilidad de cantar partiendo de que la recuperar la voz cantada exige restaurar la voz hablada, desarrollar la función respiratoria, rectificar la verticalidad corporal y, en un sentido más amplio, que el ser regrese a su verdad inicial.

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MÉTODO SERGE WILFART El método que lleva el nombre de la persona que lo ha creado y desarrollado, Serge Wilfart, también conocido con el término « Pneumaphonie » (« Pneumafonía» en español), es el resultado de más de cuarenta años de práctica y de investigaciones como artista lírico y pedagogo de la voz y sus ramificaciones. El Método Serge Wilfart parte de una constatación: el niño llega a este mundo con una voz particularmente potente y muy rica armónicamente. Con la educación (o debiéramos mejor decir con el « formateado » que recibe el niño) la voz se inhibe. De hecho, energéticamente, el ser humano se construye al revés, a la manera de un barco volcado cuyo casco estaría arriba. El objetivo principal del trabajo sobre este método consiste en volver a poner esta energía del derecho. Esto se realiza mediante una lectura del reflejo inspirador/exhalador, de las tensiones debidas al estrés y a las ansiedades de los cuales son testigo el acto vocal. La finalidad es encontrar una voz justa, afinada… pero no desde el punto de vista estético, sino desde el punto de vista de una armonía del Ser. En un primer contacto con el método el primer paso consiste en « cartografiar » los bloqueos energéticos inscritos en la voz. Seguidamente un preciso trabajo sobre el aliento y la voz utilizando en gran medida la repetición con voz cantada de la fórmula « ye yi yu ya » va a permitir hacer bascular la energía y la voz de la garganta hacia la pelvis y hasta las piernas, permitiendo así un restablecimiento del orden energético. Empírico, pragmático, el método Serge Wilfart o « Pneumaphonie » se dirige a toda persona deseosa de hacer un trabajo sobre si mismo. Éste también nos permite resolver yendo a la raíz energética del problema y sin pasar por quirófanos muchas de las dolencias encontradas por muchos de los profesionales que utilizan de forma intensiva la voz : cantantes, actores, periodistas, docentes, juristas, managers y gestores de equipos… Es también una buena herramienta para profesionales de la osteopatía, la musicoterapia…

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Este trabajo se puede realizar en la actualidad en el marco de los stages colectivos de 3 o 4 días o mediante sesiones de coaching individuales de forma presencial o vía teleconferencia.

ANALIZAR, CONSTRUIR Y ARMONIZAR MEDIANTE LA VOZ I. ENTRAR EN MATERIA La diversidad de las motivaciones iniciales por las cuales cada persona decide recurrir a las clases de Serge Wilfart (o de discípulos suyos autorizados y capacitados para transmitir sus enseñanzas) demuestra que este método puede interesar a todo el mundo. A los alumnos habituales apenas les preocupa la voz, mientras que los cantantes no piensan en otra cosa, por lo que al implicarse en ella con toda su voluntad frenan inconscientemente su evolución personal. En una primera fase, para avanzar de verdad, es preferible dejar venir la voz tal como sale, sin hacerse preguntas sobre su calidad estética. La verdad vocal se antepone a todo. Le belleza vendrá después. La ética precede a la estética. Lo primero que se hace es mantener una conversación con él. Esta conversación permite observar su comportamiento energético y fisiológico, es especial respiratorio, determinar su grado de ansiedad, detectar los puntos fuertes y débiles. La conversación se desarrolla en posición sentada. A continuación el alumno se levanta y realiza un test de lectura en dos fases. Primero, el alumno, abandonado a sí mismo, lee como está acostumbrado a hacerlo, sin intervención correctora. Durante este ejercicio, se revela la estática del lector y más concretamente su raquis. A continuación se le pide, en este mismo ejercicio de lectura espontánea, que eleve el tono de voz, lo que permite apreciar el reflejo respiratorio y energético: si la energía retira sus bases y se dispersa por la parte superior, llevando su voz hacia las sonoridades sobreagudas, es que el reflejo está invertido. Si, por el contrario, se afianza interiorizándose hacia los armónicos graves, es qye el reflejo está fundamentalmente sano a pesar de las inevitables deficiencias. Entonces llega el momento de actuar sobre la estática del lector para intentar que su “centro de gravedad vocal” descienda (mediante intervenciones en la cabeza, hombros y puntos de la columna donde se intentará que pierda por sí solo el equilibrio y rectifique la lógica de la relación aliento-sonido.) Como en ese instante su voz cambia, hay que

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tratar de hacerle oír y percibir cómo debe ser y será. Al finalizar esta primera aproximación, el cuerpo del individuo se ha revelado con sus potencialidades y sus capacidades evolutivas. Nuestro esquema de funcionamiento muestra a un animal bípedo, enraizado en el suelo y realmente en pie, con la parte superior del cuerpo completamente liberada por la solidez de su “toma de tierra”. Este modo de cimentación y elevación de la construcción corporal es similar en todos nosotros, y para cualquier formador interesado en el trabajo vocal es esencial mantenerlo siempre mentalmente presente, a fin de percibir en el aspirante a cantante los defectos de construcción que hay que corregir. Cuando el test de lectura ha dado todas las indicaciones posibles, empieza el trabajo con la voz cantada. Este test permite hacer alance de la maduración y las conquistas vocales, constituye la plataforma de lanzamiento de la evolución futura. Además del perfeccionamiento obtenido en el control del aliento y del sonido, se detecta una evolución en la profundidad, el rigor y la sobriedad del mensaje, asó como en la verdad vibratoria de la comunicación y en los cambios fisiológicos. El principio de este trabajo consiste en borrar el parecer para sustituirlo por el ser, se trata de aprender a estar frente a uno y frente a los demás en la comunicación. Tras estos primeros ejercicios de improvisación y lectura que sitúan los problemas y esbozan las soluciones, el trabajo con la voz cantada desestructura y reestructura simultáneamente actuando sobre los siete chakras. A la altura de los dos primeros reside la fuerza vital. Los chakras 3, 4 y 4 (este último situado en la garganta, delicado lugar de paso del aliento y la voz) están relacionados con la afectividad, mientras que el 6 y el 7 concentran la vida espiritual. Los problemas graves siempre se sitúan en el nivel de la voz hablada, directamente vinculada a los afectos, en esa zona intermedia ¾/5 que abarca la caja torácica y el sistema de fonación. El chakra 5, es el más difícil de “pasar”. Se trata de una posición estratégica que dirige toda la armonización del ser: el aparato fonador se encuentra allí encajado en un auténtico estrangulamiento, en el punto de unión entre la verticalidad del cuerpo (la columna) y su horizontalidad, materializada en el espacio por la línea de hombros-brazos extendidos. El chakra 5, por

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el cual se filtra el aliento, transformando la fuerza en presión y el trabajo muscular en vibración, se sitúa justo en el cruce de los ejes donde se equilibran, en la geometría humana, el nivel y la perpendicularidad. El trabajo realizado mediante el aliento y el sonido consiste en liberar las tensiones de origen afectivo que bloquean la parte superior del cuerpo: raquis dorsal, pecho, hombros, nuca y mandíbulas. Se trata de utilizar toda esa energía parasitaria que la ansiedad ha acumulado para que vaya a parar al hara (punto situado a cinco centímetros por debajo del ombligo y que constituye el centro por el que uno entra y sale de la vida, el contacto entre el cuerpo y el alma) y se junte allí con la energía vital de la que se había separado. La sección central de los chakras 3, 4 y 5, que obstaculiza el devenir del ser, evoca a la imagen de un reloj de arena estropeado, cuyos pequeños granos permanecieses suspendidos en el receptáculo superior del instrumento. Este estancamiento bloquea toda evolución hacia lo espiritual. El objetivo de trabajar la voz cantada es limpiar es estrangulamiento central para restablecer el flujo a través de la “puerta estrecha”, permitir que se llene el compartimiento inferior y así devolver al reloj la plenitud de su función. Podemos así afirmar que el principio del método consiste en desestructurar la parte superior para “llenar” la inferior. II. VERDAD VOCAL, VERDAD DEL CUERPO Cada sesión comienza con un ejercicio que hace balance de lo que se ha conseguido. El trabajo, aun siendo siempre el mismo, resulta apasionante por el hecho de que cada persona constituye un instrumento distinto que funciona según un principio alientosonido de orden universal, con independencia de la personalidad, la lengua, la nacionalidad y la cultura del cantante. No hay dos voces que se parezcan al término del proceso. La voz final del alumno no es, en ningún caso, el resultado de una fabricación exterior, respetuosa de las normas del enseñante, como sucede en general en todos lo cursos de canto. El aprendizaje que se propone no pretende someter al alumno a ningún tipo de cánones estéticos decididos de antemano, sino intentar restituirle la voz que la naturaleza le ha dado. No hay una voz fea cuando todo el mundo alcanza su verdad vocal profunda. Las intervenciones del pedagogo consisten en guiar al alumno por el camino de esta vuelta al lugar de origen, y no en imponerle nuevos corsés.

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La verdad de cada uno de nosotros es tributaria de nuestra fisiología, nuestra psicología y nuestra espiritualidad propias. Cada uno debe buscarlas mediante el método apropiado para él. Cualquiera que sea el tipo de personalidad examinado, es común que aparezcan nuestra cultura judeocristiana un tabú fundamental: el miedo de reavivar la sexualidad y de estimular a esa “serpiente”. Se trata de una fuerza que, enroscada en la parte de baja de la columna vertebral, puede estirarse y elevarse hasta sobrepasar la fontanela mediante ejercicios respiratorios y por la acción que el reptil va efectuando sobre cada chakra, vértebra tras vértebra. El caduceo, versión occidental del mismo símbolo, es quizá más explícito aún: la espina dorsal está representada por una vara con alas y que conecta así el hombre al árbol. La serpiente escupe su veneno su veneno desde lo alto del árbol. Es decir, que el veneno se convierte en remedio, el reptil en pájaro, la energía sexual en realización espiritual, y el árbol es un ser humano que por fin ha alcanzado su plenitud. La medicina tradicional china y todo el simbolismo universal presentan al ser humano como un mediador entre la tierra y el cielo. El hombre erguido, firmemente plantado en el suelo canta, y su canto se eleva y lo eleva. La serpiente, desde lo más recóndito, se estira lentamente dentro de él. Ese reptil de fuego ya no es el animal del pecado. III. LECTURA DEL CUERPO, RELACIÓN DE LOS ARMÓNICOS Y VOCALIZACIÓN Pese a la insistencia con que se han descrito algunos tipos de personalidad vocal, lo esencial del trabajo no consiste en clasificar desde el principio a cada alumno en la categoría adecuada. Cada caso es particular y exige al mismo tiempo: –

Una lectura atenta del cuerpo



Escuchar la utilización que se hace de la voz



Estimar con precisión las disfunciones fisiológicas, con relación al esquema que determina las relaciones dinámicas entre el centro, la toma de tierra, la verticalidad y el recorrido de las tensiones.

El sonido permite detectar el centro de gravedad vocal que utiliza el individuo y hacer que lo abandone poco a poco para regresar a su verdadero centro, el hara. La situación del centro de gravedad vocal simboliza la manera en que el cantante emplea sus energías. Ese comportamiento energético permite identificar las zonas de

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tensiones, obtener un estado de abandono satisfactorio en la parte superior del cuerpo, encontrar más fuerza accediendo con mayor profundidad al hara y, a partir de ahí, restablecer una verdadera verticalidad explotando el sonido “i”. El método, a la vez diagnóstico y terapia, sigue unos parámetros muy concretos. Su particularidad y originalidad, aunque de entrada sorprenden, están inspirados en principios de orden universal: el trabajo con el instrumento humano, que se lleva a cabo mediante la voz cantada, trata de obtener y de mantener una verdadera mezcla entre armónicos graves y agudos utilizando, entre otros instrumentos, la verticalidad de la “i”, la redondez de la “o”, el mantra ye-yi-yu-ya y los arpegios. Cuando el canto ha comenzado su obra interior, ya no es necesario volver a la voz hablada, pues ésta irá cambiando imperceptiblemente al mismo tiempo que el instrumento corporal. Hay que realizar el trabajo poco a poco pues el cantante necesita tiempo para reconocerse, para reencontrarse de verdad. Así pues, primero la voz cantada y después la hablada se modifican poco a poco a medida que cambian los acordes, que el reflejo respiratorio se sana, que se instala una profunda calma y que se aflojan las tensiones. Al tiempo que cambia la voz, el conjunto de la personalidad evoluciona hacia un incremento de transparencia: el alumno se atreve cada vez más a ser fuerte y se presta a ser enjuiciado, tanto ante sí mismo como ante la mirada de otros. Tras la lectura del cuerpo, es necesario tomar conciencia de la relación de los armónicos graves y los armónicos agudos. Todo el método consiste en recobrar en cada individuo la mezcla autentica entre los graves y los agudos. De forma muy esquemática, por lo general se considera que la nota más grave esta cincuenta en un noventa por ciento de armónicos graves y en un diez por ciento de armónicos agudos. En la nota más aguda, esta proporción se invierte. Las demás notas están formadas por una mezcla bien equilibrada de los dos armónicos. A esta relación entre armónicos corresponde otra entre energía y dirección o entre fuerza y juicio. La fuerza se asimila a los armónicos graves y la dirección a los armónicos agudos. A la importancia de la estática corporal y a la relación de los armónicos entre fuerza y dirección, se suma una utilización juiciosa de las vocales cantadas. La “i” es el sonido de la verticalidad por excelencia, a la vez que hilo conductor del que hay que tirar y punta de flecha que define la dirección del sonido. Cuanto más se enriquece la “i” de

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armónicos graves y agudos, más se completa esta vocal con vibraciones que actúan en todo el cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. Pero ese sonido negocia difícilmente el paso del quinto chakra (laringe). Casi siempre hay que utilizar el sonido redondo como la “o” o la “u” para introducir la “i” con decisión en la boca sin que se produzca una crispación en la mandíbula. Así, cuando el soplo respiratorio se convierte en presión, ya no hay lugares diferentes para cada vocal, sino que todos los sonidos ocupan el de la “i”. Es preciso prestar atención al cuerpo y las emociones, y lo ideal es hacerlo cada segundo; ser consciente de la búsqueda de la verticalidad, estar “dentro” de la respiración propia a lo largo de todo el día, es decir, tener conciencia de lo que es ésta en términos de ritmo, de toma de aire y de salida; vivir dentro del cuerpo, percibir su adaptación permanente a la presión que le exigen la palabra, el canto o el silencio. Ye-yi-yu-ya presenta el sonido yod [j], a menudo llamado en fonética “i consonante”. Dicho sonido se encuentra sobre todo en vocablos como Yahvé y aleluya, y desempeña en el mantra de la voz el papel del hilo conductor que endereza el esquema corporal. Su pronunciación, en la parte más anterior de la boca, se puede comparar con la punta de a flecha horizontal, cuya posición exacta en el momento de tirar y de cantar determina la curvatura justa del arco y la verticalidad exacta del cuerpo. En ye-yi-yu-ya está incluido el principio total de la voz: de un sonido emitido al principio de la verticalidad (ye), el cantante pasa al sonido más anterior (yi), y luego coloca en ese molde la “u” y la “a”, sonidos abiertos que deben encontrarse en la cobertura de la i. La “a”, el sonido más completo y el más peligroso de la voz, se presenta como la resultante de todo el mantra. Tiene que haber acumulado la riqueza de tres sonidos precendentes antes de coronar, en cierto modo, el trabajo. En as clases de canto, dentro del ámbito docente, se hace que los alumnos se esfuercen desde el principio en el sonido “a”. Es un error. La “a” sólo habría que vocalizarla tras años de trabajo, después de haber reconstruido el instrumento. La “a” suena a la altura de la garganta y arrastra hacia allí toda la voz hablada; pero, según la evolución de cada persona desde la infancia, la emisión de esta vocal sufre tratamientos diferentes. En definitiva, trabajar la voz estimula y exalta al ser humano en todos los terrenos en los que es capaz de desarrollarse: reestructuración del cuerpo en su mecánica respiratoria, su verticalidad, su reequilibrio y su relajación musculares, neutralización del psiquismo, pero también surgimiento de una espiritualidad que, poco a poco, repercute en la manera de ser.

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IV. ALIENTO, SONIDO Y VIBRACIÓN Hablando de mecánica respiratoria y dado que el canto es generosidad, la espiración también debe serlo. Pero esa respiración generosa, necesaria para trabajar la voz, exige como es natural, una inspiración, una inspiración intensa, completa y profunda. Para muchas personas, respirar por la nariz se ha vuelto totalmente superficial: sólo concierne ya a a parte superior del cuerpo. Se impone reconstruir la respiración del bostezo, la respiración total, antes de empezar a respirar de nuevo por la nariz. En cualquier caso, para el cantante la respiración nasal es prácticamente impensable, porque exige demasiado tiempo y, sobre todo, porque muchos presentan desviaciones del tabique nasal. Se trata sin lugar a dudas de una respiración muy relajante, pero practicable tan sólo en casos de pausa particularmente larga entre dos frases musicales. La respiración bucal implica los cuatro primeros chakras. La nasal tiene que atravesar el quinto chakra, además de abrir el sexto y el séptimo, sin que el sujeto se desconecte de los cuatro primeros, y ahí reside la dificultad. La respiración a través de la nariz no tiene por qué ser forzosamente más superficial que la otra, pero hemos sido tan desfavorecidos en el plano de la inspiración que en la práctica se ha vuelto así. En realidad, se respira por la nariz o por la boca según las necesidades del momento. Wilfart puso de manifiesto dos energías diferenciadas: la del aliento y la del sonido. Muchas personas aluden a una multitud de energías. En la disciplina vocal, que es el tema que nos ocupa, tan sólo se utilizan esas dos, con la finalidad de fusionarlas y de armonizarlas por completo. Y emplear determinada técnica de inspiración permite, cuando el alumno está a punto, reunificarlas. Se trata de una inspiración nasal realizada mediante largos espasmos, que en ocasiones se practica con los brazos levantados para liberar bien los hombros. Este procedimiento ayuda a detectar con claridad las zonas de bloqueo energético, a identificar el nivel de diafragma afectado y a elegir el método adecuado para disolver las tensiones. Esta inspiración nasal espasmódica se realiza enérgicamente mediante largas tomas de aire sucesivas, sin que disminuya la presión en las pausas. Permite liberar las tensiones vertebrales, despejar la parte superior del cuerpo y obtener una concentración máxima en el hara. Recurrir a esta técnica respiratoria no impide que cuando uno se pone a cantar un aria no pueda inspirar así, a no ser que lo permita una pausa de algunos compases. Pero para trabajar la voz desde el punto de vista técnico , esta inspiración nasal se ha clarificado:

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la primera remite a la redondez, a la fuerza bruta que emana del vientre del bebé: la segunda verticaliza esa efervescencia primitiva dándole una dirección controlada: la precisión de la “i”, en especial, mejora, y por lo demás el trabajo gana sobriedad, eficacia y neutralidad emocional. Es preciso ir en busca de la verdad fundamental de cada alumno y de su sonido fundamental, base de toda reconstrucción auténtica. El sonido fundamental es un instrumento musical, se trata del sonido más grave, que debe permanecer presente en la riqueza armónica de todos los sonidos producidos. En el instrumento humano, el sonido fundamental es el sonido más grave que pueda emitir el individuo respetando la riqueza armónica de la voz, en una relación alientosonido / fuerza-dirección controlada y neutra, es decir, en una situación ideal, liberada de lo mental. Es un sonido muy claro, y cuando el cantante lo consigue siente de un modo que no admite dudas que es ése y no otro el que debe desarrollarse en toda su voz. Se trata de un sonidos y de una nota absolutamente personales, a imagen y semejanza de cada individuo, y jamás se oyen dos iguales. Constituyen la personalidad vocal del alumno y su personalidad vibratoria. Sin embargo, el cuerpo humano fluctúa continuamente, sobre todo si no está bien construido y no ha neutralizado su parte mental. De hecho, ese sonido fundamental es particularmente inestable en nosotros; vibra en la base de la columna vertebral en equilibrio precario y frágil entre graves y agudos. Es preciso mantenerlo ahí, en el “fundamento” de nuestro ser. A partir de esa base volverán a edificarse paralelamente la voz y el cuerpo, a costa de un control total de la respiraciín profunda, de la dirección del sonido y de la afectividad. Por eso es tan necesario, antes de pensar en reconstruir, limpiar el terreno emocional, liberar al personaje de las tensiones que ha acumulado en la parte superior del cuerpo; actuar así permite relajar la base corporal (el sacro y el contacto con el suelo mediante las piernas) y gracias a ello separar los armónicos graves del sonido fundamental. Aquí se percibe el vínculo estrechísimo que une el trabajo de la voz y redefinición de la verticalidad del cantante, que recupera su centro y se plantea en el suelo. A partir del momento en que la energía circula bien, el alumno, para hacer vibrar los agudos, se enraíza cada vez más en la tierra sin tomar siquiera conciencia de ello y, cuando va a buscar las notas graves, tiende a crecerse. Reacciona como un muelle que se estira alternativamente por un extremo y otro hasta que encuentra su estática correcta. Todo el método va encaminado a establecer sonoridades graves bien dirigidas (y

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respetuosas de su mezcla armónica con los agudos), sobre las que el cantante se apoya para trepar, de medio tono en medio tono, atravesando y abandonando sus tensiones. Cuando el formador lo estira por en medio de sus armónicos agudos, con total conocimiento de causa e incluso a costa de sonidos horrendos, se produce una ruptura de una, dos o tres octavas. Esas sensaciones inesperadas pillan al alumno desprevenido y abren una brecha: se trata de introducirse

en ella y aprovechar ese instante de

desconcierto para hacer que vuelva a sumergirse de inmediato en el grave, ampliar su base y, sobre ese pedestal reforzado, seguir levantando el edificio. El hombre es un ser vibratorio cuyo instrumento fisiológico ha sido transformado, deformado o abandonado. Emisor y receptor a la vez, necesita restablecer la verdad vibratoria de su instrumento: su cuerpo. Costaría imaginar a un músico tocando un violín roto. El método para trabajar la voz que se expone en este libro trata de restablecer el potencial vibratorio del instrumento emisor y receptor, de manera que: –

sólo proyecte en lo sucesivo vibraciones auténticas



identifique de inmediato toda vibración auténtica

Aplicado al lenguaje, el que hablamos y el que escuchamos, este arte del sonido obliga a reconsiderar el lugar de la palabra en la comunicación. Cuando hablo, mi voz está más cargada de comunicación que mi discurso. Y cuando oigo hablar, la voz del interlocutor es la que penetra en mí como mensaje, y esa recepción vibratoria condiciona mi actitud interior (fisiológica, afectiva e intelectual) hacia el significado de lo que se me está diciendo. El hecho es que la vibración prima sobre la palabra porque es más reveladora que esta última: la vibración autentifica la palabra, y la palabra tan sólo adquiere todo su significado si está e narmonía con la verdad vibratoria de la voz que la expresa. El arte del sonido implica ser siempre auténtico para sonar y razonar de un modo auténtico. Esta autenticidad no se puede alcanzar y mantener sin establecer un distanciamiento de lo mental, sin esa especie de neutralidad interior que procede del control del aliento, del sonido y de la actitud. En cualquier caso, trabajar el sonido y la vibración puede restablecer la comunicación entre miembros de una misma familia en conflicto latente. Padres e hijos efectúan, sin decir palabras y en presencia unos de otros, una misma trayectoria vocal a través de este

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método, consiguen restaurar la armonía familiar sin tener que pasar por explicaciones dolorosas: de pronto se ponen a vibrar de común acuerdo y a neutralizar las tensiones mentales aparecidas en el discurso. La demanda de terapias familiares está aumentando tanto que la organización de cursos específicos se impone por sí misma. Este método de trabajo vocal propone realmente lo que llamamos “un terreno de entendimiento” a todos aquellos y todas aquellas que han perdido el contacto humano.

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ENTREVISTA A continuación plasmaré una interesante entrevista concedida al profesor Serge Wilfart por un medio de comunicación francés y traducida al castellano para que descubramos un poco más los secretos de este gran método de la mano de su creador. - ¿Qué es la voz y para qué nos sirve además de comunicarnos?
 ¿De dónde viene la voz? La voz es algo inmaterial, no hay voz sin aliento ni aliento sin voz. La voz nos sirve, en primer lugar, para vivir, ya que se respira y respirar es vivir. Hagamos la experiencia de dejar de respirar durante 5 minutos y…veremos! Es comunicación, canto, es nuestro ser vibracional.
 La voz es una herencia en cuanto nacemos, ya que es inmaterial, ¡es lo que nos anima!
 ¡Es una gran pregunta! Escuchemos la voz, el grito del recién nacido y preguntémonos ¿qué nos queda a nosotros como adultos? Nos llega con el aliento, es un volcán que heredamos. Es nuestro primera aliento hasta que nos toque el último.
 Pero, la materia es mortal, para lo inmaterial no tengo respuesta…¡ni pretendo tenerla! - ¿Por qué nos cambia en determinadas situaciones? Porque está sujeta a la emoción. La emoción nos toca a nivel del diafragma, este diafragma es particular. Está perturbada a menos que sepan amaestrarla.
 
 - ¿La voz es un síntoma o un instrumento de nuestra evolución? Es las dos cosas a la vez. Yo he sido cantante antes y muy insatisfecho de mi voz y, después de un proceso analítico, me di cuenta de que la voz me interesaba más que el canto, porque la voz es ¡el ser humano!. La voz es, efectivamente, según un amigo mío de Bruselas que es neuropsiquiatra, “el instrumento que a la vez es terapia y diagnóstico”. Cada sonido que haces te lleva a una geometría lógica en mi trabajo.
 
 -

¿Por

qué

hemos

de

trabajar

la

voz

y

cómo?

Esto es la libertad de cada uno. Trabajar la voz es un viaje al interior de sí mismo, es aprender a conocerse, es hacer un análisis sin palabras. Nadie está obligado a hacerlo. ¡Cada uno es libre de escoger! El que no tiene mucha voz no existe, se lo juro y se lo

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aseguro. He apostado con un amigo mío todo un camión de botellas de Champagne a que todos tenemos una gran voz y podemos cantar perfecto. ¡Yo lo demuestro! -Voz, respiración, sonido ¿cómo se armonizan a través de su método y en qué consiste este método? Es un testimonio. Hago que emitan un sonido según un lógica particular, hago que tomen consciencia que todos tenemos una gran voz, por supuesto, ¡detrás de un ordenador no tienes que demostrar tu voz! Uno de mis tíos era zapatero y, trabajando, cantaba. Tenía una gran voz, ¡todos tenemos una gran voz!, sólo hace falta despertarla conscientemente y saber que tenemos este potencial y utilizarlo para rearmonizar el ser. -¿Cuál es la auténtica voz del ser, la del bebé o la del adulto? ¿envejece la voz? No se lo puedo atestiguar, ya que tengo 71 años, pero lo que se atrofia es el sistema respiratorio. La voz no envejece, ¡eso se lo afirmo!. -¿Se puede falsificar una voz o es única e irrepetible? No, los imitadores lo intentan, pero no hay dos voces iguales. ¡Bueno, el de los auténticos gemelos! Los imitadores imitan los “tics” de una persona, no la voz. ¡No se puede coger la voz de otro ser, se haría daño! -¿Por qué dice que el sistema educativo ha construido al hombre boca abajo, que es

una

catedral

que

empezó

por

el

techo?

No es el sistema educativo, es la evolución del individuo en un proceso iniciático que existe en todas las latitudes. Es una constatación que he observado y enseñado.
 Un niño de pequeño es una bola de energía. A los tres meses, va a vivir sus primeros momentos de ansiedad y, si observamos su vientre, se bloquea, también a nivel de sus clavículas; en calma, se relaja. Su centro de gravedad se va a focalizar por encima, por lo tanto, a construir su voz en función de su centro de gravedad que sube en lo emocional. Por tanto, el ser humano se construye al revés.¡Los arquitectos lo sabían! La Sagrada Familia es un barco al revés, los templos griegos son barcos al revés.Con este sistema, la gente se cae poco a poco literalmente y tengo que poner a alguien detrás para aguantarlos. Uno llega como un balón de feria y yo lo transformo en un hilo de plomo que se va a posar en el diafragma pélvico y a construir una vitalidad, como el Sr. Veldman que inventó la haptonomía. Cogía un bebé en su mano, le tocaba el sacro y el

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bebé se erguía y sonreía. El sacro es un cartílago. Se alza por energía, nos ponemos de pie por obligación y gastamos un montón de energía, en vez de centrarnos en nuestro sacro. Ejemplo flagrante, ví en una emisión de la televisión francesa, un campeón de pesos y de halterofilia intentando desplazar a un maestro Zen y no pudo ni un milímetro. ¡Tenía su sacro bien anclado a la tierra!. ¡Es otro sistema terapéutico, claro! -¿Qué revela la voz?
La totalidad del ser. Hacer este trabajo es aceptar en todas sus letras de nobleza, ponerse al desnudo, sin necesidad de desnudarse, ¡por supuesto! -¿En qué consisten los ejercicios pneumofónicos?
 Pneuma es el aliento en toda su dimensión. Fónico: dar un grito animal a la voz humana. Los ejercicios consisten, primero, en desestructurar el sistema energético del individuo como ejercicio analítico y, al mismo tiempo, reestructurarlo sin permitir que haya un vacío entre los dos ejercicios. El principio de armonía existe en la naturaleza, ¿por qué no en el hombre? Si se llega a volver a poner al derecho y trabaja de manera precisa, el hombre es como un magnífico violín. La armonía existe en nosotros. Hay que ir a buscar su auténtica voz y no fabricarla. La columna se endereza y cada vez más adquirimos “la fuerza tranquila”. -¿Es cierto que la comunicación vibratoria parte de la sexualidad para alcanzar la 
 espiritualidad, pasando por lo afectivo? Depende de lo que queramos hacer. No empieza con la sexualidad. Toda nuestra energía es sexual. No confundamos energía sexual con sexualidad. Es la que nos anima y anima nuestra imaginación. El lado animal del ser humano corresponde al sacro. ¡Es esta energía que tiene que reenderezarlo y dirigir

su

vida

hacia

la

generosidad

y

la

f u e r z a ! .


¡Pongamos las cosas en su sitio! Hay que hacer limpieza emocional por que la emoción perturba la vida. -Llegamos al final de la entrevista y… ¡Nunca es el final! Quisiera hacer una reflexión, que las palabras no sirven de nada si no hay experiencias. Tengo tres trilogías en mi trabajo: 1) Experiencia, sensación y reflexión; 2) Aceptación, decisión y dejarse ir; 3) Respiración y silencio. -Es poesía . Sí, y el silencio puede estar cargado.

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TESTIMONIOS Para terminar, considero un buen cierre el testimonio de varias personas que se han sometido a las enseñanzas del profesor Wilfart, pues no hay mejor forma de demostrar la eficacia de un método que escuchando las experiencias y resultados de quienes lo han probado. Jean-Pol Hecq 
 (Periodista y adjunto de dirección de la RTBF (Radio televisión belga francófona)) « Mi formación me ha llevado a interesarme, desde hace 30 años, en todos los métodos que pudieran ayudarme a comprender mejor los mecanismos neuromusculares en el ámbito del deporte y de las actividades motoras. El método Serge Wilfart® apunta a lo esencial con gran eficacia, fortalece nuestra autonomía y nos ayuda a ejercer nuestro poder de elección. Este método está en el centro de todos los otros métodos, es su base fundamental. No conozco ningún otro método que reúna en su propuesta todos esos elementos ». Lucio Ongaro 
 (Profesor de técnicas y didácticas de los movimientos humanos, Universidad de Milán) « La fuerza está en cada uno de nosotros y nuestro cuerpo busca, encuentra y canta. A pesar de los éxitos y reconocimientos en mi carrera profesional, jamás he sentido satisfacción en lo que concierne a mi voz. Mis mejores recuerdos de alegría sentidos cantando se remontan a la infancia, cuando, siendo pequeñita, cantar representaba la expresión más directa de mi alma. No sé muy bien qué sucedió desde entonces pero en mi profesión de cantante he sentido que mi voz no estaba conectada a mi alma, a mi ser interior. Me sentía un impostor conmigo misma, como si aquella que cantaba no fuera yo, sintiéndome presa dentro de un cuerpo que limitaba mis posibilidades de expresión y de plenitud. He luchado durante años contra las tensiones físicas y mentales que esta actividad me generaba, trabajando con distintos profesores y técnicas diversas en mi cruzada tenaz de la búsqueda de mi propia identidad vocal. Finalmente, los resultados eran siempre decepcionantes, tocaba mis límites y la

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angustia, la presión y la frustración era cada vez mayor. Era la fin del placer. Ya no cantaba… ni siquiera bajo la ducha. Llegué a Serge Wilfart el mes de Noviembre del 2009, buscando una última esperanza, una última motivación para no abandonar definitivamente aquello que, en lo más profundo de mi, representaba la esencia de mi ser, el Canto. Intentaba evitar, bien que cansada, la gran renuncia de mi vida. Conocí a Serge a través de una “Contra” que leí en « La Vanguardia ». Ese artículo lleno de sentido común databa de algunos años atrás pero se cruzó en mi camino justo en ese momento. Si lo que en él se decía era cierto, se trataría entonces de lo que había estado buscando hasta entonces en vano ! El Señor Wilfart vio claramente lo que en mi sucedía y se puso manos a la obra sin perder ni un instante. Y es que Serge, no os hace perder el tiempo. Me sentí acogida y comprendida por alguien que desprendía una gran cualidad humana, alguien que podía interpretar mi cuerpo y vencer mi mente. Cuando Serge veía claramente mis límites (creo que Serge ve cosas que los otros ni uno mismo podemos ver…) no juzgaba mi incapacidad presente sino que iba directamente al origen del «problema», me daba confianza en la capacidad de cambio del ser humano. Empezó a acompañarme en el camino de la transformación personal y vocal que son, a mi entender, indisociables. Cuántos profesores no me habían dicho : « relaja la mandíbula », « abre », « busca tus raíces en el suelo »… y no siempre me hacía la misma pregunta: « cómo? » Serge Wilfart me ha enseñado el camino que me llevaría a la liberación de mi voz, la voz que me liberaba a mi misma, poniendo a mi disposición unos medios concretos : la repetición de ejercicios específicos y eficaces, fruto de su gran experiencia e implicación que entrenan y dinamizan el cuerpo, la energía, las emociones, la voz… hacen posible lo que me parecía imposible, poniendo de relieve la plasticidad y las posibilidades profundas del ser humano. Serge se implica y acompaña el proceso de cada persona, haciendo nacer en cada instante nuestra capacidad de independencia. La fuerza está en cada uno de nosotros y

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nuestro cuerpo busca, encuentra y canta. Uno aprende a conocerse con la ayuda de criterios claros de observación que mejoran su eje y verticalidad, sus tensiones y su respiración (voz, cuerpo, emociones). De vez en cuando, Serge sirve de espejo, y lo que en él vemos no nos gusta… pero la confrontación es indispensable a fin de tomar consciencia. El maestro no se limita a decirnos lo que queremos oír sino lo que debemos escuchar para progresar. Las resistencias aparecen cuando vamos abandonando los hábitos anteriores, esos hábitos que han permitido que sobreviviéramos hasta ese día pero que no sirven nuestro ser profundo y nos privan de una cierta plenitud, la conexión con nosotros mismos. Hay que rendirse a la evidencia de que, a veces, necesitamos una « pequeña muerte » para renacer, para liberarse. El trabajo libera cada vez de forma más profunda la musculatura, la respiración y, por consiguiente, la voz. Estoy en un proceso de mejora, un proceso que soy consciente que será muy largo, largo como la misma vida, porque este trabajo trae consigo cambios y hace necesario un compromiso de vida auténtica. A veces, me sorprendo a mi misma, escucho de verdad y expreso con serenidad cosas que jamás hubiera osado decir antes. He sentido mejoras significativas desde la primera sesión. He abandonado el miedo y en lo que concierne a la toma de consciencia de mi fuerza (una nueva fuerza que no conocía, difícil de aceptar puesto que hacía falta que todo en mi pudiera corresponderle) he ganado seguridad en mi misma y mayor libertad. Todos a mi alrededor han podido darse cuenta de estos cambios así como de las mejoras en mi voz hablada y cantada, y lo que ahora me parece más importante: la posibilidad de estar presente, de habitar un espacio vital diferente, empezar a vivir desde otro punto de vista, en mi centro de gravedad, aquello que los maestros orientales han descrito a menudo, a la vez tan difícil y tan fácil… Para mi, Serge Wilfart es más que un profesor de voz, es una gran persona, un maestro; y su método es mucho más que una técnica, es un trabajo que va mucho más allá, que va directamente al origen y nos da la oportunidad de ser quienes realmente somos.

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Gracias, Maestro. Rosa Galindo, 
 (43 años, actriz y cantante profesional. 20 años de experiencia sobre el escenario en los teatros más importantes de Barcelona y de España. Fundadora y directora de Eolia, Escuela Superior de Arte dramático, Barcelona) A día de hoy continuo estando en pie. Mi marido y yo misma nos encontramos con Serge Wilfart va a hacer ahora 4 años y esa relación se convirtió rápidamente en amistad. Cuando uno lo conoce se da cuenta que no podía ser de otra manera. En lo que a mi concierne, hace 13 años empecé a desarrollar una enfermedad degenerativa que inexorablemente me iba haciendo cada vez menos móvil… y válida. No seguía ningún tratamiento alopático (demasiado duros y cargados de efectos secundarios indeseados) y me limitaba a hacer reeducación intensiva. A principios del 2008, tras 6 largas semanas pasadas en un centro especializado, poco era el progreso conseguido: afectada de cojera en mi pierna derecha continuaba necesitando de una muleta para caminar. Los especialistas de dicho centro me habían confiado su predicción de que no podría nunca jamás separarme de la muleta, que debía hacerme a la idea… lo cual hice durante algunos meses hasta que decidí responder positivamente a una invitación que una vez me hizo Serge de trabajar mi afección con su método, lo cual empecé a hacer en sesiones individuales. Y al final de la tercera sesión lo improbable se produjo : abandoné mi muleta y mi cojera era prácticamente inexistente ! Y todo esto en un tiempo récord, trabajando el sonido de mi voz, el aliento, la energía… y hoy vuelvo por fin a estar de pie, sin trabas y bien1 anclada al suelo. Nada de todo esto hubiera sido posible sin Serge, su método de trabajo, pero sobretodo el tiempo que me ha dedicado, su disponibilidad a pesar de su agenda siempre ocupada, su profesionalidad, su percepción del otro, la confianza con la que se entrega (una confianza a menudo sin medida y de la cual algunos abusan)… Hoy continuo estando en pie y es que su trabajo no es sólo sobresaliente sino que además es perdurable en el tiempo. Mi reconstrucción en el espacio y en el tiempo no hubiera sido posible sin él y, creedme cuando afirmo que, después de haber buscado 1 21

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soluciones terapéuticas (oficiales y no oficiales) por todos lados, ningún otro método está dotado de una tal eficacia. Él no se reconoce bajo la etiqueta de « terapeuta », ni dice « hacer milagros »… simplemente un pedagogo de la voz, heredero de una larga y juiciosa búsqueda. Y a pesar de ello, me parece que seria justo atribuirle el reconocimiento que se merece. Christelle Raboutot He vuelto a encontrar las ganas de vivir y de comunicar. No tengo palabras para agradecer a Serge Wilfart toda la ayuda que me ha prestado! Cuando lo encontré por primera vez, yo estaba francamente mal, vocalmente, físicamente y psicológicamente. Como consecuencia de una serie de situaciones estresantes (duelos y accidentes) yo no era más que una montaña de tensiones y había perdido completamente la voz. El diagnóstico de los especialistas era el siguiente : « disfonía espasmódica » y, evidentemente, no me ayudó para nada el hecho de que precisaran de que se trataba de una enfermedad « incurable ». La única ayuda que me ofrecían era un tratamiento a base de inyecciones regulares de toxina botulínica. Ya había seguido este tratamiento una vez con un resultado concreto pero muy limitado en el tiempo… a los tres meses los síntomas volvían. Además, el contexto hospitalario y el hecho de depender (y depender para siempre) de un producto no hacía más que acentuar mi angustia, angustia que evidentemente no hacía más que empeorar el problema… Un círculo vicioso, el infierno como perspectiva. Yo, una mujer que había hecho de la comunicación su profesión, una mujer parlanchina y alegre… me había convertido en una persona triste que ya no se atrevía a abrir la boca o hablar en público. Peor aún, empezaba a tener miedo de la gente… Había llegado a un punto en el cual cuando quería hablar, todo lo que conseguía era algún murmullo. Cuando hice mi primer stage, gracias a los ejercicios que me proponía Serge Wilfart, volví a sentir por la primera vez desde hacía mucho tiempo como emitía algunos sonidos potentes y afinados. Sentí entontes que estaba delante de EL método que me convenía porqué era YO quien estaba en el centro del trabajo, yo la que empezaba a respirar mejor, a tomar conciencia de lo que me bloqueaba… en vez de recibir

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inyectado un producto que me « salvaba » por un reducido tiempo sin, sin embargo, curarme. Empezó entonces un largo camino que aún continúa al lado de Serge Wilfart de redescubrimiento y de reapropiación de mí misma a la vez fisiológicamente (mediante un mayor conocimiento del aliento que me alimenta, una toma de conciencia de mis tensiones y del funcionamiento de las cadenas musculares) y psicológicamente (con el aprendizaje de una verdadera relajación y el retorno progresivo de mi autoconfianza). También me he beneficiado de las sinergias producidas entre la pneumafonia de Serge Wilfart y la práctica asidua del yoga tibetano que he practicado en paralelo con asiduidad. Tras 4 años el resultado está ahí. Mi voz es aún a veces algo ronca, algo estrecha cuando me dominan las emociones, pero cuando hablo se me entiende sin problemas. Mi día a día ha cambiado radicalmente. He vuelto a encontrar las ganas de vivir y de comunicar. Aún mejor, este camino se ha convertido en un viaje interior a través del cual me he ido desprendiendo de máscaras, prejuicios, de la negatividad… Mayor relajación, mayor confianza, así como una respiración cada día más amplia me abren el camino a un conocimiento más profundo de mi misma, de los otros y del mundo. Una gran fuerza me habita. Me doy cuenta de que hasta ahora había vivido « encogida » y, en cambio, ahora dispongo de sólido potencial energético… Serge Wilfart, armado con su método y con sus cualidades humanas personales ha sido una « acompañante » formidable (él insiste en rechazar el título pomposo y ambiguo de « maestro » (aunque en un plano espiritual bien podríamos hacer referencia a este término). Atento, sólido, eficaz, más que paciente, empujándome siempre a salir de mis trincheras para hacerme progresar. También le debo el hecho de haber redescubierto el placer de cantar ! Espero llegar un día, como el predice, a cantar una aria de ópera con una « grande y bella voz ». La mía ! De nuevo, Serge… Gracias