Encopresis y Enuresis

Enuresis. ¿Cómo se trabaja con niños que presentan Enuresis? Se puede trabajar utilizando algunos tratamientos como lo

Views 151 Downloads 45 File size 82KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Enuresis.

¿Cómo se trabaja con niños que presentan Enuresis? Se puede trabajar utilizando algunos tratamientos como lo son: Medidas generales. Consisten en la corrección de ciertas medidas educativas de los padres no adecuadas como un aprendizaje excesivamente precoz o exceso de precaución (pañales, hules, empapadores, cuidados íntimos repetidos). La sobreprotección nunca es buena. Hay que moderar la ingesta de líquidos por la noche, sin que esto sea sobrevalorado. También es recomendable que el niño más activo practique algún deporte (natación). Motivación al niño. La información del niño acerca del funcionamiento urinario es fundamental. La desmitificación del síntoma permitirá al niño dejar de sentirse víctima culpable. Puede ser útil realizar algunos dibujos y la explicación del trayecto de la orina desde la boca al esfínter. La participación del niño en los resultados, mediante anotaciones en un cuaderno, favorece la motivación, sin que ello deba convertirse en una práctica obsesiva. Tratamiento conductual. El tratamiento conductual por excelencia es el utilizado por un mecanismo de condicionamiento que es el llamado “bell-and-pad”. Es un mecanismo que hace sonar un timbre o parecido cuando el niño empieza a orinarse, despertándolo. El grado general de éxito es del 75 % de los casos. Los factores de pronóstico negativo son el nerviosismo familiar y el trastorno del comportamiento del niño. Se sabe que la recaída tras un éxito inicial es más probable en que ocurra en niños con enuresis secundaria. Hay dos tipos de respuesta a este tratamiento. Por un lado, los niños que, tras el tratamiento, pueden levantarse de manera espontánea para ir al baño, y por otro, los que también tras el tratamiento, duermen durante toda la noche pero sin mojarse.. A veces se ha remplazado el original por un reloj alarma que suena cuando se supone que la vejiga ha llegado a su máxima capacidad o después de 2 o 3 horas de sueño. Otro tratamiento cuando hay reticencia es combinar el “bell and pad” con la desmopresina. Tratamiento farmacológico. Antidepresivos tricíclicos. La imipramina ha sido el principal fármaco de tratamiento para la enuresis. Se observó que la enuresis reaparecía en el momento que se suspendía el tratamiento. Se ha utilizado con pacientes con contracciones de la vejiga involuntarias debido a factores orgánicos. Psicoterapia: no hay investigaciones que demuestren si es efectiva o no, pero puede estar bien indicada para las secuelas psicosociales que deja la enuresis. También son más efectivas para los niños con enuresis secundaria que poseen una historia clara de nerviosismo y/o trauma antecesor a la enuresis.

Causas que explican el trastorno. En la aparición de la enuresis parecen intervenir numerosos factores biológicos y psicológicos sobre un trasfondo genético individual. Anormalidades anatómicas. La anatomía de la vejiga y del tracto urinario han sido durante mucho tiempo tema de investigación en relación a la etiología de la enuresis. Por otro lado, no se ha podido demostrar que la enuresis se debe a una inmadurez en el desarrollo del niño. Aspectos psicológicos. Se ha demostrado una relación entre la enuresis y dificultades psicológicas en los estudios etiológicos. Se ha intentado asociar a los trastornos de comportamiento, También se ha estudiado la relación de la enuresis con el trastorno de déficit de atención con hiperactividad. También se demostró que la trasmisión de padres a hijos de la enuresis era independiente de la trasmisión del ADHD. Así, se ha comprobado que los factores de riesgo para desarrollar enuresis secundaria incluían la exposición a cuatro o más experiencias vitales estresantes durante un año. Por lo que se vio que los estresantes psicológicos y la vulnerabilidad fisiológica pueden actuar para producir una enuresis secundaria en algunos niños. . El riesgo de un niño de padecer enuresis se multiplica por 7,1 si su padre la sufrió también o por 5,2 si fue la madre la afecta. Los cromosomas que están implicados son 13q, 12q, 8 y 22. Los estudios sugieren que si se puede percibir una historia multigeneracional de enuresis en la familia del niño enurético, entonces es que existe una contribución genética significativa al trastorno. Lo que sí se sabe es que una historia familiar positiva es un factor de pronóstico positivo.

¿Con que otros trastornos tiene una comorbilidad?

La enuresis diurna infantil está asociada al déficit de atención Los niños que se orinan encima son cuatro veces más propensos que otros chicos a padecer también el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), según un estudio alemán "Muchos sabíamos desde hace tiempo" que los niños con TDAH también tiene problemas de control de esfínteres, indicó el doctor Peter Jensen, profesor de psiquiatría y psicología y subdirector de investigación de la Clínica Mayo, en Rochester, Minnesota. Un 2 a un 3 por ciento de los niños de 7 años tienen accidentes urinarios diurnos.

El 37 por ciento también tenía síntomas de TDAH, comparado con el 3 por ciento de los 1.194 niños sin incontinencia. Al considerar factores que podrían influir en los resultados, como la edad o un trastorno del desarrollo, el equipo concluyó que el riesgo de que los niños con enuresis desarrollen TDAH es cuatro veces más alto que en el resto de sus compañeros de aula. El estudio, publicado en Journal of Urology, no determinó si una enfermedad causa a la otra ni si comparten las causas. Jensen dijo que el TDAH está asociado con un retraso de la maduración cerebral que podría alterar el control de la vejiga. A los niños con TDAH también les cuesta manejar varias actividades y no podrían atender la urgencia de orinar mientras están ocupados con otra tarea. El autor señaló a Reuters Health que los médicos y los padres deben tener más paciencia al tratar la enuresis en niños con TDAH. "En la práctica clínica, los niños con (incontinencia) y TDAH responden mucho menos al tratamiento que aquellos con incontinencia solamente ¿Cómo se lleva a cabo una valoración psicológica? A. Emisión repetida de orina en la cama o en la vestimenta. (sea involuntaria o intencionada) B. El comportamiento en cuestión es clínicamente significativo, manifestándose por una frecuencia de dos episodios semanales durante por lo menos tres meses consecutivos, o por la presencia de malestar clínicamente significativo por deterioro social, académico (laboral) o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. C. La edad cronológica es por lo menos cinco (o el nivel de desarrollo equivalente) D. El comportamiento no se debe exclusivamente al efecto fisiológico de una sustancia ni a una enfermedad medica.

Se debe especificar el tipo de presentación de la enuresis. Solo nocturna, diurna o de presentación mixta.

Encopresis

¿Cómo se trabaja con Encopresis?

Los tratamientos aceptados tradicionalmente están relacionados con la combinación de tratamientos educativos, psicosociales y conductuales y un régimen fisiológico. Se ha comprobado que la combinación de los dos es más eficaz que una sola, pero las diferencias no son estadísticamente significativas. El primer paso debe dirigirse a reducir la tensión familiar y a crear un ambiente no punitivo (tranquilizarlo, desculpabilizarlo y desmitificar el trastorno). Será eficiente un registro de las defecaciones. También serán útiles los ejercicios periódicos de control del músculo. Se pueden utilizar refuerzos positivos para incentivar al niño. Hay que tener en cuenta que la historia natural del trastorno encoprético, al igual que la enuresis, tiende a la continencia. El tratamiento farmacológico no ha jugado un papel relevante en la encopresis.. En definitiva, el tratamiento convencional que incluye tratamiento educacional, de conducta, dietas y tratamientos fisiológicos, no ha sido superado como modalidad de tratamiento primario. Se debe incluir a la familia en los tratamientos. Si los padres son capaces de asumir la relación entre el síntoma del niño y el funcionamiento familiar, aportando las modificaciones necesarias, el síntoma, a menudo desaparece. Por otro lado, hay que tener en cuenta que el paso del tiempo por si mismo es un factor importante que contribuye de manera significativa a la resolución del trastorno. De manera que, de una forma o de otra, la persistencia del trastorno a los 16 años es prácticamente nulo.

Causas que explican el trastorno La separación de los padres, el nacimiento de un hermano, el cambio de domicilio o el inicio de la escuela pueden ser factores estresantes que precipiten la aparición de episodios encopréticos en un niño previamente

continente. Aunque esto también puede ser utilizado por el niño para luchar con sus padres por su autonomía. La encopresis puede asociarse con otros problemas del neurodesarrollo como fácil distraibilidad, dificultades para mantener la atención, baja tolerancia a la frustración, hiperactividad, pobre coordinación y con la enuresis. Cuando la emisión de heces es más involuntaria que intencionada suele ir asociada a estreñimiento, ventosidades y retención con el rebosamiento consiguiente. El estreñimiento puede producirse por causas psicológicas, lo que conduce a una evitación de la defecación.

¿Con que otros trastornos tiene una comorbilidad ? Asocia frecuentemente con la enuresis. Tal como la enuresis, es un signo de perturbación de las primeras etapas de la maduración de la personalidad. Se diferencia de la "incontinencia fecal infantil" en que esta última es consciente y su etiología es orgánica (enfermedades metabólicas, malformaciones congénitas, oligofrenia). La incontinencia puede asociarse con trastornos en la motricidad, crisis epilépticas, anomalías del lenguaje, manipulación de excrementos e, incluso, coprofagia

¿Cómo se lleva a cabo una valoración psicológica? Es importante una historia detallada del paciente y de su familia. Por otro lado, hay que hacer las pruebas físicas pertinentes para descartar una encopresis orgánica: examen rectal, examen abdominal, etc. También se utiliza el “test del globo” para comprobar si el niño es capaz de defecar en un globo rectal, que también está relacionado con factores fisiológicos como el estado contráctil del esfínter anal.. Las variables fisiológicas parecían ser más pronosticadoras de resultados que las variables de comportamiento. También se halló que los niños con encopresis primaria habían experimentado más dificultades psicosociales y eran más probables de padecer trastornos de conducta. En presencia de una enfermedad médica el diagnóstico de encopresis sólo es apropiado si el mecanismo implica estreñimiento. La incontinencia fecal relacionada con otras enfermedades médicas (ejemplo, diarrea crónica) no justifica un diagnóstico DSM-IV de encopresis.

UNIVERSIDAD MODELO PSICOPATOLOGÍA PSIC: JORGE GUSTAVO NAVARRETE REGALADO ALUMNO: JORGE CARLOS MARTIN MOGUEL “ENURESIS Y ENCOPRESIS”