Enuresis

Manejo de enuresis en el hogar Etimología Enuresis: es una palabra que se deriva del griego enourein, que significa sali

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Manejo de enuresis en el hogar Etimología Enuresis: es una palabra que se deriva del griego enourein, que significa salida de orina, y se describió por primera vez en el papiro Ebers, en el año 1550 antes de Cristo (Osorio & De Soto, 2006).

Definición La enuresis se define como la emisión involuntaria de orina. Esta se puede dividir en dos tipos, diurna, que ocurre durante el día, habitualmente en las tardes después de que el niño/a llega de la escuela; o la más común, enuresis nocturna que ocurre generalmente en el niño/a mientras duerme en la noche, aunque también puede ocurrir durante el sueño diurno. Se considera patológico por encima de los 5 años de edad (Rodríguez & García, 2008; Robson, 2009). Esta afectación se puede subdividir en enuresis primaria y secundaria. La primaria se da cuando nunca se ha alcanzado continencia urinaria; y secundaria si persona la adquirió, pero posteriormente presentó problemas de incontinencia durante un año o más. Existe también la enuresis monosintomática, que refiere al trastorno en una persona que no tiene ningún (otro) problema en las vías urinarias bajas, y enuresis no monosintomática, en el que la niña/o si presenta (otros) problemas en sus vías urinarias, por ejemplo: incontinencia diurna, urgencia miccional, polaquiuria (Rodríguez & García, 2008). Además autores como Feria, et. al (2010), señalan que también se le puede llamar enuresis a una emisión voluntaria de la orina; esto apoyado en la especificación ofrecida en el DSM IV-TR (de la cual se hablará posteriormente). La enuresis es uno de los trastorno de un espectro más amplio, conocido como los Trastornos de Eliminación. Dentro de estos se incluye además la encopresis, que refiere a un problema con los esfínteres y las heces. Sin embargo, en realidad son parte de una constelación de síntomas que afectan a los niños en diversas edades y se han asociado con factores

psicosociales, que son importantes en la continuidad de estos trastornos. (Osorio & De Soto, 2006).

Diagnostico Este se encuentra estrechamente relacionado con la edad y el desarrollo psicomotor de niños y niñas. Para la edad de los 5 años se espera que exista un control de esfínteres apropiado; sin embargo se podría contemplar la edad de 6 años para varones, pues para ellos es un poco más difícil adquirir totalmente el control (Rodríguez & García, 2008). Así, antes de esta edad no se puede atribuir que problemas de incontinencia o relacionados sean debido propiamente a algún tipo de enuresis. Con respecto a la frecuencia, existen prácticamente tantas guías como autores, de forma que algunos mencionan que son necesarias varias veces por semana, o por mes, mientras algunos afirman que son necesarias solo algunas pocas veces al mes para cumplir con los criterios diagnósticos. Donde parece haber un mayor acuerdo es en la prolongación temporal de la situación para ser catalogada como trastorno, que es por al menos un espacio de 3 meses consecutivos. (Rodríguez & García, 2008; Feria, et. al, 2010). Con respecto a criterios estandarizados, el DSM IV-TR (2000) señala 4 criterios para la enuresis: [a] emisión repetida de orina; [b] frecuencia significativa (2 veces por semana, durante 3 meses), o malestar clínicamente significativo; [c]; 5 o más años de edad; [d] el comportamiento no se debe a un medicamento o enfermedad médica. Además se debe especificar el tipo: diurna, nocturna o mixta. Sobre estos tipos se puede decir que la nocturna se da durante el periodo REM del sueño y el niño/a puede recordar que en su sueño realizaba el acto de orinar. Con respecto a la diurna se pueden distinguir la incontinencia por urgencia y por aplazamiento de vaciado. Para el CIE-10, se establece primero el requisito de edad cronológica de 5 años, o edad mental de al menos 4. Además se debe delimitar entre una enuresis transitoria, causada por cistitis o poliuria (no obstante, una cistitis podría ser el efecto secundario de una enuresis). Este diagnóstico incluye, enuresis no orgánica, primaria o secundaria; enuresis funcional o psicógena e incontinencia urinaria no orgánica.

De acuerdo con esto, un un acercamiento para el diagnóstico de este trastorno debe iniciar con recolección de información sobre una causa orgánica; posteriormente se deben determinar las características de la enuresis; más tarde se deben estudiar los aspectos “favorecedores” del trastorno (antecedentes familiares, conflictos en la casa, cambio en las condiciones familiares, etc.); y la actitud de los padres hacia la situación. Es recomendable también un examen médico.

Prevalencia e incidencia Considerando el apartado anterior, es claro que la incidencia está directamente relacionada con la forma en la que se defina el diagnostico. Se puede afirmar sin embargo que existe una menor incidencia a medida que la edad de las niñas/os aumenta. Feria et. al (2010) reportan prevalencia 82% para 2 años, 49% para 3 años, 26% para 4 años y 7% para 5 años. Por su parte Rodríguez y García (2008) mencionan prevalencia entre 1013% para niños/as de 6 años, y del 6-8% para los 10 años. La enuresis es primaria en el 80% de los casos y monosintomática en el 90%. Además la nocturna es casi 2 veces más prevalente en varones. Por otra parte, trastornos mentales están presentes en un 20% de los casos, y son más comunes en chicas. Después de los 5 años, la tasa de remisión espontanea es de entre 5-10%, y la mayoría de las personas con esta condición la superan durante la adolescencia; sin embargo existe un 1% que no lo consigue hasta la edad adulta.

Tratamiento Abordaje integral: La mayoría de los pacientes responden a intervenciones psicoterapéuticas acompañadas de manejos farmacológicos principalmente antidepresivos o medidas más particulares como los fármacos análogos a la desmopresina (Osorio & De Soto, 2006)

Intervenciones psicoterapéuticas

No es necesario y hasta puede ser perjudicial tratar a un niño menor de cinco años por orinarse en la cama.

Conductual Puede ser el resultado de un entrenamiento inadecuado o punitivo (por ejemplo, agresivo o coercitivo), sumado a las molestias físicas del entorno cuando se inicia la habituación y el manejo inapropiado relacionado con el baño El estrés psicosocial en la temprana niñez y castigos extremos durante el adiestramiento vesical; al parecer es una regresión del control previamente establecido,se han evidenciado estas conductas en niños sometidos a factores de estrés constantes, los cuales son más frecuentes en los niños mayores La intencionalidad o la forma involuntaria de la enuresis ha sido objeto de controversias entre quienes tratan estos niños que reconocen como inadecuado el comportamiento, lo aprenden por repetición, es circunstancial o se presenta en la psicosis o el trastorno desafiante de la conducta.

Bibliografía

American Psychiatry Association. (2000). Manual estadístico y diagnóstico de desórdenes mentales. Version IV revisada. Barcelona: Masson, S.A. Osorio, Á. E., & De Soto, P. F. (2006). Enuresis y encopresis en adolescente de 12 años. Universitas Médica, 47(2), 190–196. Robson, W. L. M. (2009). Evaluation and Management of Enuresis. New England Journal of Medicine, 360(14), 1429–1436. doi:10.1056/NEJMcp0808009 Rodríguez, R. & Gracia, S. (2008). Diagnóstico y tratamiento de la enuresis nocturna. Protocolos Diagnostico Terapéuticos de la AEP: Nefrología Pediátrica. Recuperado de: www.aeped.es/protocolos/ Feria, M., Cárdenas, M., Vázquez, J., Palacios, L. & de la Peña, R. (2010). Guía clínica para el manejo de trastornos de eliminación (enuresis y encopresis). México: Instituto Nacional de Psiquiatría.