El Romanticismo en La Obra de Carlos Augusto Salaverry

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El romanticismo en la obra de Carlos Augusto Salaverry El romanticismo en la Obra de Carlos Augusto Salaverry

El Romanticismo como movimiento literario, significó la revuelta, la rebelión contra preceptos anteriores en donde la imaginación y los sentimientos, eran dominados por la razón, que los subordinaba y limitaba dentro de marcos rígidos. Su principal tarea consistió en rescatar aquello que existe en el hombre de singular, de personal, de no común y elevarlo al mundo poético. En Hispanoamérica, el romanticismo tomó aliento del romanticismo francés; cuya influencia cruzó fronteras y llegó a España, allí tomo nueva forma debido a su profunda raíz popular. Es a través de España que se difunde en América la estética retórica del romanticismo. El Romanticismo en el Perú, aparece en forma tardía, quienes la cultivaron pertenecieron a la segunda generación romántica en decir al grupo de autores nacidos en torno a 1830. Ricardo Palma, en su libro, La Bohemia de mi tiempo, nos dice que fue una generación que mantuvo vínculos de amistad, frecuentaban los mismos lugares, publicaban en las mismas revistas, leían los mismos libros. Entre ellos sobresalían Ricardo Palma, Carlos Augusto Salaverry, Trinidad Fernández, Adolfo García, Manuel Nicolás Corpancho, Luís Benjamín Cisneros, y muchos otros magníficos poetas que escapan a la línea. Dentro de éste cuadro, es Salaverry unos de los autores que tiene la obra más lograda dentro del romanticismo peruano.

La obra de Salaverry esta comprendida en cuatro colecciones: Diamantes y Perlas, Albores y Destellos, Cartas a un Angel y Misterios de la Tumba. Diamantes y Perlas, es una colección formada por sonetos, no tiene una temática eje central que organice sus páginas, son composiciones con títulos y dedicatorias propios. El tema del amor es repetitivo con un dejo de ironía e intención festiva. Albores y Destellos, concentra la gran mayoría de sus versos en motivos político-social y algunos que tratan el tema de la muerte, tal vez motivado por el entorno político que le tocó vivir. Cartas a un Ángel, es un libro de amor, inspirados en una misma mujer, escritos en una misma época y bajo una misma motivación. Cartas a un Ángel es, a un mismo tiempo, canto al dolor, a la ausencia de un pasado feliz, al sentido del tiempo. Misterios de la Tumba, libro escrito en la madurez del poeta, predomina el tema metafísico, le preocupa la muerte y concibe una simbología destinada a exaltar la inmortalidad del alma.

Carlos Augusto Salaverry pertenece al periodo romancista de la literatura peruana, su libertad de pensamiento expresando sus sentimientos más íntimos a través del verso de profunda raíz patriótica, subjetiva, paisajista, individual, melancólica y tierna, hacen de él, uno de los más

claros representantes de esta generación.

Su composición poética, tanto en verso de corte amoroso y erótico como en sus dramas históricos, reflejan su estilo poético. Temas constantes en la poética de Salaverry son el amor, la muerte, el mar y la presencia de Dios.

Formas métricas utilizadas por el poeta son el soneto, el octosílabo popular y el endecasílabo al itálico modo.

Salaverry se inicia en la poesía en un intento de lograr una composición estrictamente poética alejándose un poco del tono descriptivo tan común entre sus contemporáneos, sin embargo no logra desligarse del todo y se pierden en largas estrofas retóricas.

Los retóricos llaman “figuras” a las formas peculiares del lenguaje expresivo, la retórica tradicional dividía los procedimientos literarios lingüísticos en figuras del lenguaje, figuras de pensamientos y tropos. Los límites entre unas y otras clases no estaban marcados con precisión y los tratadístas se contradecían o vacilaban frecuentemente.

Haciendo un consolidado literario se consideran tropos a la metáfora, metonimia y sinécdoque , cauces importantes de los cambios semánticos tanto en el lenguaje diario como en la poesía.

La literatura hace uso de la imaginación y la fantasía y eso lo manifiesta a través de un juego de imágenes que es la expresión verbal dotada de un gran poder representativo de allí que usamos la imagen para darle forma sensible a ideas abstractas, combinando elementos formales de diversos seres con formas apenas perceptibles y subjetivas, por ejemplo la imagen que nos presenta Salaverry cuando dice:

Bajo cortinas de oro el Sol desmaya entre sombras que un túmulo semejan. En sus sudarios húmedos, se quejan ondas que lamen la desierta playa.

El romanticismo que se dio entre el siglo XVIII y XIX, retoma vigencia en nuestra poesía actual por su gran aliento de libertad, amor y progreso. Las nuevas generaciones de poetas dan un giro a la temática aguda palpitante y social para dirigirse a una poesía de imágenes, figuras y tropos,

de allí la necesidad de hacer un estudio sobre el lenguaje literario del poeta Salaverry, recatar sus imágenes y proyectarlas a una generación de jóvenes que buscan su ubicación en las letras contemporáneas.

Por la importancia de este poeta, mucho se ha escrito sobre él, se ha analizado su estilo, se han interpretado sus figuras y se ha imitado su voz.

Luis Alberto Sánchez en su tratado sobre Literatura Peruana Tomo III menciona "la variedad de metros y tema de Salaverry le otorgan un lugar eminente entre sus contemporáneos. Su acento es mucho más sincero, y su vocabulario más rico que la mayoría de aquellos". Según el maestro Sánchez predomina en Salaverry el tono elegíaco que imprime un dejo aristocrático al lamento sencillo y común.

Oh! cuanto tiempo silenciosa el alma mira en redor su soledad que aumenta: como un péndulo inmóvil, ya no cuenta las horas que se van¡

Se considera la obra de Salaverry como una poesía con inusitados motivos estéticos en los cuales el estallido humanístico y bohemio se reflejan tanto en sus dramas como en sus versos. El arrebato sentimental característico del romanticismo se vuelve agresivo y a veces soberbio.

El contacto de Salaverry con la literatura francesa hacen de él un poeta polifacético con un vocabulario rico y nutrido que le permite crear una obra literaria que se mantiene vigente.

En "Primitiva Poesía Lírica", Menéndez y Pelayo. agudo crítico hispano, alaba la poesía de Salaverry cuando dice "no afirmaré que sean Diamantes y Perlas todo lo que contiene la colección de Salaverry, pero, si, que en aquellos versos alborea y destella un numen lírico vigoroso y seguro".

La literatura moderna busca la adjetivación innovadora, el rasgo descriptivo, los símbolos, las imágenes, las sensaciones y todo el rico bagaje expresivo que encontramos en la poética de Salaverry, de allí que el estudio y análisis de éste autor tenga vigencia y sea una contribución a las generaciones actuales.

Para hacer el análisis de una obra poética tenemos que observar no sólo las palabras, las líneas, los puntos, los símbolos etc. es necesario ver la dimensión estética de la obra a través del estudio de sus elementos lingüísticos, es decir una aproximación a la realidad material de la obra. Esta aproximación se realiza con el lenguaje, la palabra para lo cual la estilística es la parte fundamental. Carlos Bousoño, en su libro Teoría de Expresión poética, nos dice, … "la poesía es la comunicación, establecida con meras palabras, de un conocimiento de muy especial índole, el conocimiento de un contenido psíquico como un todo particular, como síntesis única de lo conceptual -sensorial- afectivo. El poeta sólo imagina y comunica aquello que las palabras y las más diversas constricciones le permiten imaginar y comunicar." Todo esto es parte de un estudio estilístico, pues como dice Dámaso Alonso, " aún en el poema más sencillo, el significado es un mundo. La primera tarea de la estilística es tratar de penetrar ese mundo."

En el caudal léxico del poeta se presentan tanto términos comunes como desusados, recogidos tanto en la vida diaria como en los archivos de la lengua. En la lectura de un poema nos impresiona el ritmo y las imágenes, vislumbramos su significado, pero algo de él escapa a nuestro entendimiento y a veces en su totalidad permanece ininteligible lo que el poeta quiere decirnos, de manera que es imperioso observar y analizar el nivel semántico de las palabras, tratando de determinar el núcleo de significación.

Del análisis semántico del poema pasamos a una estructura poética central formada por la imagen, la metáfora, el símbolo; como una secuencia estructural esencial para el significado total del poema. La imagen, ha sido estudiada desde la retórica tradicional hasta la actualidad, el Diccionario de la Real Academia, considera la imagen como la representación viva y eficaz de una cosa por medio del lenguaje pero para que dicha representación constituya imagen, sus términos deben significar objetos visibles no abstracciones.

Por otra parte, es importante estudiar la presencia de la metáfora en la poesía ya que es uno de los fundamentos del lenguaje poético, y como tal es el resultado de un largo proceso de decantación en la historia de una lengua literaria. Una de las definiciones más acertadas de metáfora la da Aristóteles cuando nos dice " Metáfora es la transposición del nombre de una cosa a otra, transposición que se hace del género a la especie, de la especie al género, de la especie a la especie o siguiendo una relación de analogía".

El Romanticismo fue una corriente literaria que estuvo en boga en buena parte del siglo XIX, surgió como un alejamiento a las formas perfectas y conclusas, así como a todo lo universal que había traído la Ilustración; se acercó más a lo particular y propio de la cultura y hubo una suerte de restauración de los valores nacionales y del pasado, así como una exaltación por las emociones encontradas y los deseos irrefrenables. La fantasía y la irracionalidad del alma fueron las directrices de sus creativas obras que con suma originalidad tenían a un héroe lleno de pasiones y enfrentado a un ambiente adverso del que buscaba escapar; más si era atrapado por el vil opresor aceptaba sumiso su funesto final porque sabía que había otro mundo, uno mucho mejor que lo aguardaba, lugar donde vería resuelto sus problemas y por fin hallaría esa paz y ese amor tantas veces anhelado. Esta corriente tuvo muchos representantes, siendo de los más destacados el vizconde francés François-René de Chateaubriand (1768-1848), del que recientemente he tenido oportunidad de leer una de sus magnificas obras, me refiero a “Memorias de Ultratumba” que con fineza cuenta detalles sumamente hermosos de su vida, tanto de prosperidad como de miseria, en el que evoca un mundo idílico, un tiempo pasado al que no había retorno. Muy puntualmente puedo relatar un breve pasaje de su obra en la que cuenta el sincero cariño que le tuvo a su nodriza, mujer plebeya, que pese a las diferencias sociales terminó convirtiéndose en una de sus más fieles amigas, e inolvidable en el relato de su niñez en la hermosa isla fortificada de Saint-Malo. “Concebí un entrañable afecto hacia la muger que me cuidaba, escelente criatura á quien llamaban la Villenueve, y cuyo nombre escribo ahora con un movimiento de gratitud, y con lágrimas en los ojos. La Villenueve era una especie de mayordomo de casa, que me llevaba en sus brazos, que me daba á hurtadillas todo cuanto encontraba, que enjugaba mi llanto, que me dejaba en un rincon, para volver á cogerme en seguida, y que me llenaba de besos, murmurando. y me daba vino y azúcar. A mis simpatías de niño hácia la Villenueve, sucedió despues una amistad mas digna” (sic)[1]. En el Perú, hubo también importantes representantes de esta corriente literaria de los que se puede mencionar a Pedro Paz-Soldán y Unanue (Juan de Arona), Luis Benjamín Cisneros, Ricardo Palma, etc. Es de este último del que guardo una especial admiración, ya que su brillante pluma produce en las mentes de los lectores un sinfín de imágenes sugerentes de épocas pasadas y hasta mejores. Como prueba de ello tenemos dentro de sus afamadas “Tradiciones Peruanas” la hermosa historia titulada Palla-huarcuna, leyenda en la que Palma exalta las virtudes y el genio militar del Inca Túpac Yupanqui, quien había conseguido a través de la guerra construir uno de los más grandes imperios de América, con súbditos agradecidos, fieles y llenos de admiración por él, su Inca y Señor.

“¿Adónde marcha el hijo del Sol con tan numeroso séquito? Tupac-Yupanqui, el rico en todas las virtudes, como lo llaman los haravicus del Cuzco, va recorriendo en paseo triunfal su vasto imperio, y por dondequiera que pasa se elevan unánimes gritos de bendición. El pueblo aplaude a su soberano, porque él le da prosperidad y dicha. La victoria ha acompañado a su valiente ejército, y la indómita tribu de los pachis se encuentra sometida. ¡Guerrero del llautu rojo! Tu cuerpo se ha bañado en la sangre de los enemigos, y las gentes salen a tu paso para admirar tu bizarría. ¡Mujer! Abandona la rueca y conduce de la mano a tus pequeñuelos para que aprendan, en los soldados del Inca, a combatir por la patria”