el psicoanalisis

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[$ITüRI&L

Chowk¡ Azouri

EL PSICOANALISIS Traducción de Milogros y Piedod Cregui

Adsptoción de Ricardo Topio

ACEilfO

IDITORTAL

iunrcr

I5TRÜÜUCCIC}:{ i. PRE}TISTüRIA DEL FSIÜÜ;T¡;ÁUS¡S

9 13

Las eiii'ere¡rtes rupt*ra$ cün el saber cc'¡istitriif

l.n

do

15

R$ptura eon la psicrlagia 3' ia fihs*fía L* r'uplura riln la hipnrsis La ru¡:tur¿i cün i¿¡ rneCicina EI reencnentrs eon Chal.rot: la hipnosis

h] 16

1? 19

Sreuer Zü II. EL }iACIh{IgNTÜ }EL PSICOAUÁUS¡S 2* El eiicuentra con Fliess 27 La interpretación de los sueños 3ü C*ntenida rnanifie*lü-cuntsnida latente 3i Hl sueú*: la realización cle un des** inc*irsciente 31 La cen-*ura: defrrnrar:iqln dei sueno 32 Sl trabaja con

ta eiabüración del suenu: despla¿amientq;, cnnd*nsacitin ¡'figu¡acién

Primera *dicisn: febrera lggs $egunda edición: diciembre I ggs Tbnera edici*n: octubre f g9# Cuarta edición: juti* tg97 Quinta edicion: diciembre lgg1

Diseño de cubierta; ,A/fanso fruana

Lin suena iie niñ* La puesta en escena rJei suena .,Fsieepatalogía de la vida cotidia¡ia,' La palabra de ia verdacl ton:a 1a clelantera a la EI espíritu, el incanseienten la risa

/ César Escolar

q Marabout {Betgique}, 1992 €l Acento Editorial, 19gS - Zg*44 Madrid

FREUNIA}üA }EL APAIIA.T{i *T^^ rbt{.{ L ILU L,n lugar psíquico $eparáclo rle Ia ci:nsriencia I-a abreaccién -v el mét*d* calárquicr: La represión n^T^T

Ei inconsciente El precr:r:scientc El c*nsciente La

cen-qura

f$* está permitida la reprcducción total o parcial de este libro, ni su trala-

rniento informático, ni la transmisión de ninguna fcrma o por cuafquier medio, ya ssa electrÓnico. r¡resánítCI, por fotacopia, por registro u otros métodos, sin sl permíso previc y por escrito de los titufares del capyright.

Necesidad, den:anda ,o desccr La fa-.s anal La iase fáiica v genit ai

El perínd*

É1

5

LIJ

3$ 39

4rl 4A

4i) 4ü

40 41

legisti'r¡ durámrcu El regisrro ec*nón:ico EnergÍa libre 3, *nergía ligada t*s prcces*s primar"ios v k;s pr*{:e-s*s ser:undarics La r:r:fsión se,.:ual El impuls*- el fin, la fu*nte v ei *bjet¡-i de la pulsian l,a fase oral l-,1

l$BN: 84-483-0l,87-4 Depésito legal: M-39408-1 gg8 Fataccmposicién: Grafilia, SL lmpreso en EspañaiPrinted in Spain Huertas lndustrias Gráficas, SA Camino Viejo de Getafe, 55 - Fuentabrada {Madrid}

,34

35

ITI. L,\, ÜONÜfiPCIÓ]{

I!s .: nrirl'rÉ¡'n trirrir.r + a uiiil y¡ ¡ ¡¡¡ vÍ u

Joaquín Turina, 39 - 28044 Madrid

Csrnerciali¿a; GE$MA, SA - Aguacats, 4A

*tra

32 33 3$ 34

cle lat*ncia

La misis de la pubert*d Pr"rlsiones sexuales y p*lsiones de autc¡c*nser','aeién Prir:cipic' de prlacer r' ¡:rint:ipin drl r.p¿llidad

El narcisismr,l

4t .{1

42 .43

44 45 *CI

46

4i 4ó 51

,5i

5i 52 ri] 'JlJ

q

Libido del yo y libido del objeto Pulsianes de vida y puisiones de muerte La segundn tópica: yo, ella y superyó

La identificación

El ideal del yo y el yo ideal Angustia y represién

53 L b1 54 55

u.

0b

fv. EL ENFOQUE, PSICOANATÍITCO DE tAS NAUROSIS, tAS PSICOSffi Y LAS 5V

La represién y eI retorno de lo reprimido El síntonna La negación de la realidad, la ausencía de represión, el rechazs a la exclusión La represión original

La histeria Dora

La vertiente defensiva La vertiente ofensiva La histériea y el amor La histérica y ei analista La maternidad, principal rnisterio de la ferninidad Ln neurosis obsesivn

El caráctEr anal El síntorna obsesivn

fanta*ía del obsesivs El obsesivo y el analísta

La neurosis fóbica s la histerla de angustia Las fobias La estrategia fébica en la neurosis fdbiea

La paranoia El presidente $chreber y los alunrnos de Freud La interpretación de Freud EI delirio de persecución Ln El deliria de los celos, de la envidia La rnegalornanía El punto de vista de Laean

erotomanía

¡

La esquizofrenia El detirio: una tentativa de curación La melancolia

V.

Vil.

6s 63 84 64 bü 6S

?1 ?1

74

El pemeffio y el analista Sl eneuentro entre Bsicoanalistn y psicosnali-

74

nsíi'a

75

La IPA La estrustura de la iFA Las dos nsasas organizadas: la lglesia y el Ejército La reproduceión de los analistas

La teoría del fin del análisis en la IPA: la identifreación con el analista La críticn por parte de L*ean úe la inflación imagfnnria en el p*icoanálisis

9S

7s 1s 80 80 B1

82

95 95 95 g1

LA PRÁÜTICA NEL ANALISI$ La escucha La neutr*lidad del analista La atención {lotante La asociaeión libre de ideas La interpretación

9g 9g 9g 100 100 100

El diván El pago

101 102

La duración del análisis

102 10s 1ü4 104 105

tA

FORMACIÓN DEL A}{ALI$TA El análisís Beisonal del analista Análisis terapéutico y análisis didáctico

10? 109 109

sible del analista

IX.

La falta de diploma del analisia Las asociaciones psicoanalíticas, la gamntía

X.

EL PSICOA}IALTSIS EN ESPANA

BIBLIO&RAFiA

110 110 111 111 11c} I l&¿

tla 115

PROBTEMAS Y PER$PECTIVAS El analista y la EuroPa de 1992

forrnación 77

94 g4

del deseo

Sl pase La institucién psicaanalítica y la identidad impo-

7z

"Yo te perdono del dano que te haya podidn hacer"

$,s1,s2ya ta rnetonirnia

92 92

..El analista no se apoya más que en sí mismo (se autoriza Por si mismo)" La teorÍa de Lacan sobre el fin del análisis El analista se autoriza por sí n'rismo y por algunos otros El control o la supervisión

7A

La introyección

LA TRANSMISIéN NEt PSICOANÁIIS$ POB LA IT{STITUCIÓN

vlil.

70 ?0 ?0 70

73 73

91

Las sesiones de duraeión variable La curación Los fines de un análisis La necesidad de un análisis

66 67 67 6? 69 69

La secuencia ausencia'pre$encia de la madre La metáfora La metáfora paterna

El sileneis

eq vtu

SB

87 88 90

La forclusión {repudio) del nombre del padre

s6

ta

85

ta teoría del sujeto !o imagi4.ario

Lo real El fantasrna El objeto {a}

59 ñ9 6S 61 61 61

TACAN

Lo simbólieo

5S

PERVENSIOiqES

Lo$ APORTES TEORICOS DB JACSUES

TT7 11?

y la l1? 119 123

INTRODUC{ÉN

fll psic*análisis " nacié de Ia unién de distintos factarss qlle llel,aron a Freud a sondear la psicoiagia humana buseando ias iuusas qne pridieran explicar ciertos f*nómen*s aparentemente sin sentidn, rült1ü eran el sint*ma histéric*, ei suenü, el acto faiiido o el iapsus, Ei psicoanálisis n* nacio en su tctalidad de Ia rabeza de Fieud" Sj bien es cierto que se puede decir esto también rie otras eiiscipiinas, pel'fi. el psicoanálisis ,y su lransmisión. es inclusn niás irnporlarrte ei senalarh ccmc este librc tratará de hacer. Lo que Freud déscubrid, ei incansciente cümn causs del sínt*ma, del suen* o de} iapsus" na e1*ja de estar olviiiado por ei iranrbre que nada quiere sabei de ello. Y, en primer lugar, pcr el prcpio Freud. Es pasible que nas ha3'a legad* esta herencia parad*jica. A ics analintas, de enlerrar 0 rle desenteruar can ó1, Y para todas aqueil*s que entierran * reprimen ei mennaje freudianc. ia instiiución analitica tendrá ei primer priest*. Yoh.iend* a l*s textas freudianos, en sü ,,trrelta a Frelld,,, Laean ss pusCI a desenisrrar. ], pür tanto a perturliar. Yoh.ió a dar a esüa frase de Freud tado su aisance: ,,Ei y* nü frs ei liiaestr'{r úii su morada"" Y si Ia institución se üpuso a *1, e$ {ius el , o acupó un lugar central, invadiendolo tcdo y desb*rdand* la práctica del análisis al igual que su tearía, He aquí s*bre tcds el parqué, a mi entender| no se puede h*y iraiiiar rie Fr'e"Lid sin liablai' ianibién de

Lacan

t"

For snpuesto, he traiado de no haeer un resumen, d* hecho imposible, del psimanálisis. Tal ernpresa habría dad* la impresión de " Las *xpre--i?¡?'t¡l ,::l¡'¡rl¡¡. iN. del A,! ¡¡¡pu1.

,1* ,:-r

/1 ol

EL PSICOANALISIS

el fantasma de Ia histeria, precisamente ei fantasma de ser seSi la histérica cuenra {&c, sienda niña, fue seducida p-or sr-r padre, ,1' si Freud. en principio. ere.1'ó e¡: la reaiidad- histórica de esta seduccién" le que-

ducida.

dó clar* en 19il5 que estas

es-

cenas cle seclucción eran el ¡rro-

ducto clei deseo dei histéiico. Dicho de otra manera, si la hi-q-

terica cuenta que fue

seclu-

cida por su paclre es sirnplemendeseaba ser se-

te porque eiia clucida.

Ei paso claclo par Freud fue enclrnre: con é1. el cleseo inc*nsciente en toda *u ampli¡rid saie a luz dei día. Y ahí se produce

el descuhrimiento del psicoanáI

isis. Pero este paso dado por Freud

quedó cegado por otra teoría, precisamente ia que el propio Freud encontró e-qcondicla detrás

c{e

ia teoria de la seducciún:

ia teoría rlel cle,*eo edípica. Con esta tecría como {bnclo, e*cuchó a Dora. 'I*da 1o que esta pacien-

te le contó fue

entenciido por Freud como una atadura edípica respecto ai padre. Ahora bien. n0 era el senar K, cu-ya mujer era cortejada ¡' amacla por el padre de Dora. lo que le interesaba a lajoven paciente. Era la esposa del senor K, la prnpia *eñora K. quien interesaba a Dora. Al no haber comprendido esta realidad ¡' al haber reducido el interés de Dora a un cle*eo edípica hacia su padre. desec d*splazado hacia el señor K, .y porteriormente al propio Freud durante la transferencia, la paciente Dora interr¡-impié su cura. Lina vez !lue. en 19?3, Freud voh.ió tobre el caso, rect¡noció que había pasacio por *ita la homssexualidad de Osra: lo que le interesaba a la paciente, lo que causaba *u deseo, no era el senor K, sino su mujer. Y es ésta la razón por la que la bofetada de Dora al senar K -oe ha convertido en legendaria en la histaria clí.

62

ryF!ROSlS,_ nÍca dr la histeria: en ei r,,, mento en que, mientras citl:. jaba a ia joven mujer crel,*:.: _v

i$ffi=*;=*:; iei

persuadirla de la exclusivida,_ :.¡. *u deser¡ hacia ella, el *e;:*l l¡i le dijo: ..11i mujer no siE:;::::* nada para mÍ,,, Dora le abní*:.

{1.iis.u*r'i;:: . };-i aparente

io que ¿traía de veras a la joi'r En estc sentidc, podemos ehr; que la interrupcién de ia cure _ i una lección que puecle dzu' -_.-., histerico a $u analista, de ia n: *" rna m&¡ler"a que la bofetada :"o, presenta una leccién para el q; Pera iqr"re quiere Dora? i.Q'r -

iQu. quiere la mujer'? Después de ";

pr*pia rectificación de Freud s;. bre el c&s* Dora en 1923, se ircvuelto un clásic* consiclerar qilr la cuesrión de la histeria se deh=

plantear a-*í: ¿So.v una rnujer $o3' rin hombre?

:

Esta pregunta crdena. es cie:'-

to, una gran parte de la clínic,* cie la histeria, tento sobre sil vertiente defensir.,a cümo en ie ofensiva {F, Perrier}.

I,s verlienle defensivs La r'ertiente def'ensirta rec¡.ibrr tada la sintomatotragia sornátice del histérico, quien encarga d* esta forma a -crl cuerp* ¡:lantezu". en su lugar, la pregunta inasurnida cle -qu identidad sexual. Freud llo se había equir,ocado ai ver detrás de eada síntama histérico un fanlusmu bise;*tal. tr{ientras que para ei n:edicc ¡' para el saber constituido se presenta comü un desafio. el síntoma sin.e al histéricc corno un arm& fálica con la que $e mide c*n el poder médico. iQuién es el más fuerte?, es lo que parece preguntar el histérico al méciico. identificado aqr-ri cono un mae$-

*i homhre? La histépasividad,

+r *na clialéctica rnuti-

tirir

ffi:"=*

-¡aslitu"ve ia .---.:^--^-"-, 1i¡t¡.H..f.!$ü;*-::*j*r p*i' los

;:i:r:1.:;¡;g;_r,,,;*,;.-..

f:ti*"*.",

*,*,ji-

il":j;:*:*=,:

y:ir

.

activ*-pasivo. ylt¡&lv llllllt.-o !'\-

forrnuiada er1 una frase célebre: ,,}*íc hay reiacidn sexuai.,? p";;;. qne n,,,. I.. . _t'arece Parece que ia 1,i.r,{..i.._ la histerica aspira e rs$p$nder q*e sí, jugan¿l iá carta clel arnór contra asueila

oposición ¡ binornias qlre representa el clese*, si, ,r'ista,

¡le trr!(.¿r .**,"ir que el histérica ¡-=t¡.e@, :,,¡.,: :.. ,

se rf,lf,

conro dire Lacan,

el

at&{}t es dar

aquelia qt{C clUL¡ElrtJ que f¡U

nü üg se liene. t,rg¡lg. la {il;IA histérica parece consagrada en cuerpo }. allna a l}evar Ia ban.

se el i,B&::i:l r'.i{:ü vimos ante- dera dei amor. y ei aüror puede. "qile ::*" rs que rlecir, !¡¿r Llqv trata vrtrlJt¡ LAv de Lrt en efecta, efecta. G¡.gLLu: LL¿Iüt.ti:t. rle -\u .su r¡lbaltsinsntiscurarla: us de su iñsatis.. li-..:F#E;¡;,.-::'::*i & su pregunta: .,,isc} fáCCión, de su frigidez ;' de su ry ':::;iÍ:'. * s*-v un honrbre", envidia del pene tái ¡' coma ella .¡¡Ís:"ii;¡"iti: it*=*ia a ur:a f'alsa alter- la c*nr:cié en su estáds fátrica. -:',.+iii¡{¡*'

!i.'+.Y##,?,{

').ii:ülanteRrente cün

i,t-r,Bii:tÍ.'i

.::::::::

ii:a:..'t':ta,:.*r;at. i!r:*.r

:"'i,,, ;,.= -',:,H,i+-;i:,,r':

ie corteja. desea esta clanra histérica?

pr RVrRstoNrs FranEois perrier, .y que Lacan

de

saber. Detrás

lí r;:,*sr;¡i,- áia:ei p*der ,r*r1", médico rnóii"., que n¡re l* la ta ilr-ioel'meolüo i?ffff*'"'f ¡:;t+g¡e,r' u

¡' se fue, La bofetada y la interrui-:r- de ia cura lienen ei lnisn:ñ =-: nificad*: r:i el senor K ni ei F, :," pio Fr'*ud habian .onrpr**i.-,

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":=::dC Utf a aetiVidad qUe

desgraciadamente,

-,i.ru:*t*** 'iili}}o Lltla impastura "',;1. 1',=:i#" Ahora bien, estos "r-'*,:1 : :lfsni);*S dei e*tadc f;i:''ry ,r:i:J ,:*;1 ilnicamente propios ' ,* =-ui.*tica. ConstituÍÉn un

"'i;s¡r, ;r.,:::inante

en la ide*lcgÍa ia mujer --*i::r,¡ry;*::rento del irombre ¡' de ,'',,,.:: ,:it;.':i:#$ gntfg IAS SgXCIS Un .il¿,.=,, :.1* cie eompiemenfarie".,hffi, :;*:::i* tlue hace de

.¿,,1; :!jj'

i

i* ilreclsa'tnente pürque ;i!:-? l: :*nla pfeJUICfüS en este ' ,. r¡,:,,, p*r Io que falló en el -.t::i+ri j* **ra, haciendo de ella, I

....;,,

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'I:,.:; ::lanerfi, la primera rni*n favor de la iguaidad

'rjlt;: .:*

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.i*x*s.

'fu Y,sttienle sfensivs '',. g',;.i,ri"f e*cta \tertiente afunsiva '+,. i ia que encontramos a la

., ;¡:

i:istér'ica actual. Su fri,g ':. s* dsbe a Ia irnp*tencia de

','i

:::*rido, incapaz de haceria

'*¡:::;lar. A ',la hora del mari-

,,i*i *ila no está disponible para .;:*' g"atif?caciones sexuales.,,A ,'.r : :::i:'a,,, el maricl* es forzasa,,,:: ,::i* impotente porque tiene el ,= ;i:*ient*, ia iclea, de que su ,,* "rn:i*n responde a una otden .i,,i :nujer. i.Se puede superar l'* dilenra eterno de la pareja,

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;:::-ije?'?,,, lO que reChAZa,

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finamente captado pot

Ls hi¡tériss

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Para muchos psicaanalistas, la histérica no ha evolucisnado haria una sexualidad gerrf slizurlct o hacia la envidia de püseer un pene cCImo el hombre, sino que puede pasar a tener el dese* d* recibir ei pene, de lievarla consigo y rle dejarse embarazar. La famosa ecuación simbólica fi.eudiana t niño = fala i puede entonces i¡rdemni¿ar a 1a rnujer his-

térica de lo que eiia considera una herida narcisista, que nCI es más que la ausencia del pene. Esta a condición de que su companero no considere que él pasee aquello que la puede satisfacer. Si ei compañero de la histérica se da cuenta de que le falta alguna cüsa que su rnujer puede ofrecerle, si reconace ia falta de algo dande el histérico puede extenderse, entonces etr don o favor que ie hace al hist*ricc puede tener un efecto rrutante l: ma* clifi*ario desde el interior, ün ru-

vancha.

si cancibe a su rnujer

como un receptáculo que únicamente él puede ilenar. a imagen ,y semejanza de la complementariedad anatórnica entre Ia vagina.y el pene, entonce* el encuentro faila. En e'ste caso, corn* dice L" Israiil, el hcmbre transforma el deseo de la histérica, que es un cieseo de deseo, en un& clernanda de oi:jetas sustitutivr¡s C)J

If lsjc_ütryArisls de los cuaies éi será ei fierr: prupietilria. La iristérica clemanda. por t*"ntü) amor al hombre que e$ capau. Y c.sto l10 es u¡ra ir:rpcstura $ un fracaso, dada que el amoi:"es el recon*cimientc de una au*cencia, d* ulra falta que sélc atr* pr"rerle llenar" Si es amada. la niuisr histérica puede

aceptar que unff, parte rle sll cl¿erpü sea deseada, que $u cu-er'-

po cnntenga el *bjrt* qrlrl causa el iies** tfel *trr:.

[s

hislérics

Como ¡,a hen:as Rreneionad* en

darias p*r. D*ra a Freucl, e1 análisis dr la iiistéric¿l se basa en la capacidad del ana" lista cle i-einventar ccn la pr*pia histérica la teoría analitica, Si el analista recibe a la histériea y la escucira cc¡n ia cartilia freudiana pre*stablecirla. se cümp*rta cümo un alnante incapar de ssr ctra cüsa que ..el hij* de ur¡ padre célebr"e'*. Ei analista nü pllede, bien entendidu. inventar una teoría para cada uno de lss casü$ que so le pr*sentan. A pesar de esto recibe la rec$menclacién de que alvide **u sat¡er con el sb/ec¿'¡r,]rue.J

jetivo de reenc*ntrarlc en un¿l reinr-e¡11:ión c*rnún con ia hisüérir:a. Esi* es Io que tainl:ié¡r

pasaba

al principi*, cuanclo }a

paciente cle Br*uer" Anna O.. in-

ventó el psicnanáiisis llamán-

dolc f'allaing cure a rarü p*r lrt pulabru.,'üállese *tre decía uüa de sus pacirntes histríricas a Fr"*ric{*, d*j*me hablar ñ mí,,. La escucha del analista invita a la histeric¿ a producir ¡:aiabras

por sí misnra, lcs significantes que Ia habían c*nstituido, en

:

primer lugar, c*mü sujeto, es de-

,

,

,

tasías.

,'

Si, en ef'ecto, ia histérica

,

arrastar,

la

intelpretaci*;:

convierle muchas veces rn g:* ficaz. pues la histérica ¡'a i:a s¿. ':. nado esa partirla. Fara Fra*{,,,'Perriel'. esto depende rie ia , *epciolt r¡ue el anaiista r* l:¡r+:.s:,:' *,

fenienino.

de lo Si ei anaiista no concibe ia

'

masculina, ha-l' Llna posibilicia,,:=,: :la histérica, que r:. se sentirá abligada a }uchl..: "oa pera reafirmar*re en el duel* üi¡i* . sico al que $e ve ahacada rer,*" tidas Yeces. La rnrijel'puede dar al hamhr* nn cierto accesü a algo más aii* elei falo. Cada {üo