El Principio Del Placer

EL PRINCIPIO DEL PLACER Cuando era pequeño Jorge soñaba con volar, pero más tarde la televisión fue su entretenimiento.

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EL PRINCIPIO DEL PLACER Cuando era pequeño Jorge soñaba con volar, pero más tarde la televisión fue su entretenimiento. Jorge comenzó a escribir un diario, al principio decía que eran mariconadas, por lo que no quería que nadie supiera, se animo a escribirlo porque su profesor lo recomendó, ya que enseña q pensar, ordena las cosas, y con el tiempo se podía saber como éramos antes. Jorge tenía buena ortografía, le gustaba leer. Al padre de Jorge le ofrecieron el cargo de jefe de la zona militar, por lo que se mudaron a Veracruz. En Veracruz conoció a Ana Luisa, amiga de sus hermanas, se enamoró de ella, al principio le dio pena decir lo que sentía, pero se decidió y le entrego un papelito que decía lo que sentía, quedaron de verse, platicaron, a Jorge no le importaba que Ana Luisa fuera mayor que él, con el tiempo se hicieron novios, nadie lo sabía, solamente Durán, el ordenanza de su padre, y candelaria novia de Durán de vez en cuando salían los cuatro para que no sospecharan. Ana Luisa tenía una actitud muy rara, siempre tenía que ir a Jalapa, todo era muy raro, pues en una carta que le mando mencionaba a su madre, lo cual, no tenía, según ella era su tía, pero la verdad era su madrastra. Por culpa de esa relación Jorge perdió muchos amigos. Todos le decían que Ana Luisa no era de fiar, que era una mujerzuela que se metía con todos, incluso la madre de Jorge no estaba de acuerdo con esa relación, pero le dijo que lo dejaría para que aprendiera la lección.

VALORES Y ANTIVALORES Este último capítulo aborda el supuesto, muy generalizado entre psicólogos y economistas, de que la mayor parte de la acción humana está motivada por el deseo de placer sensorial. Los filósofos, por el contrario, conceden más poder a otro motivo, el deseo humano universal de poseer buenas cualidades personales. Se han escrito más obras filosóficas sobre moral que sobre cualquier otra cualidad humana, porque ésta es una cualidad única y distintiva de nuestra especie. Los niños construyen castillos de arena y los mayores escalan montañas abruptas por que la tendencia a acometer acciones guiadas por una idea de perfección es tan biológica como la persecución de sabores dulces o la evitación del dolor. A pesar de que todo el conjunto de normas morales va ligado al tiempo y al lugar, el deseo de creer en el valor ético de uno mismo es tan universal como la capacidad de entender el lenguaje.

Los seres humanos son la única especie que aplica la evaluación simbólica de bueno o malo a acciones, pensamientos, sentimientos y características personales y continuamente trata de escoger actos que contribuyan a que cada individuo se sienta buena persona. Darwin dijo que el sentido moral o la conciencia es con mucho la más importante entre la multiplicidad de diferencias entre el hombre y los animales inferiores. Linneo, que no sabía como clasificar a los seres humanos acabó reconociendo que "su sentido moral los torna únicos". Hay antropólogos que definen la cultura como un grupo que comparte valores morales. El hecho de que toda sociedad tiene un código moral implica que la preocupación por lo bueno y lo malo es una característica biológicamente condicionada. Scheler y otros antropólogos dicen que la mayoría de las normas morales se pueden agrupar en alguna de las tres grandes categorías. La primera concede en mayor importancia a la autonomía individual. Nadie debe infringir la libertad de otra persona. Una segunda clase concede "santidad" a la red social en que cada persona vive y exige lealtad y protección a parientes, a amigos y a la comunidad. La tercera categoría prohíbe la violación del orden natural o divino; la profanación del cuerpo humano y el incesto son dos ejemplos obvios. El sentido moral humano, como una tela de araña, es un producto único de la evolución que se ha mantenido porque nos asegura la supervivencia.