El Porque de Nuestra Existencia.

Titular: El porqué de nuestra existencia Autor: Reinhard Bonnke Fecha: Agosto 2009 Solo hay un Dios, el Padre, del

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Titular:

El porqué de nuestra existencia

Autor:

Reinhard Bonnke

Fecha:

Agosto 2009

Solo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para quien nosotros existimos; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual han sido creadas todas las cosas y por quien nosotros también existimos. (1 Cor. 8:6) La Ciencia con su tecnología investiga los cielos y nos permite adentrarnos en las magnitudes aterradoras del espacio y del tiempo. Ahora podemos escudriñar el infinito espacial, contemplar el candor de incontables galaxias que iluminan el aterciopelado cielo oscuro. Nuestro mundo sobrevive en medio de esta inmensidad interminable que gira a nuestro alrededor. Nuestros ojos observan el cielo y lo que vemos sobrecoge nuestras mentes, deja atónitos a nuestros espíritus. ¿Acaso tenemos alguna importancia en medio de las inmensas galaxias, los incontables mundos en forma de nubes de polvo y esta vorágine que lo envuelve todo? ¿Tienen nuestras efímeras voces proclamando el mensaje de la Cruz efecto alguno en medio de esta infinidad? ¿De qué sirve nuestro mensaje del Evangelio contrastado con la magnitud de tal actividad cósmica? Sólo hay una respuesta válida a estas preguntas: “Se trata de las cosas de Dios.” Él es su explicación, rotunda y suficiente. La creación es la firma del Todopoderoso. Él formó y creó todas las cosas visibles para sí mismo. Él las moldeó sobre su yunque, a su propia medida. Comparados con este esplendor infinito, nuestra existencia efímera nos hace parecer El porqué de nuestra existencia (Reinhard Bonnke)

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minúsculos, pero Dios, el Creador, es demasiado grande para bastarse con menos. El esplendor de los cielos no es más que un reflejo borroso de Su Gloria. Las ardientes nebulas son joyas que se cayeron de sus faldas y quedaron esparcidas al pasar. La Vía Láctea es un anillo que adorna su meñique. Su espíritu adorna los cielos. ¡Y estas cosas no son más que los bordes del camino, apenas el leve susurro que oímos de él! (Job 26:13,14) Dios creó todas las cosas y nos explicó porqué. No nos dejó en vilo. Su palabra es más grande que la Creación. Nos ha dejado aquí, en Su mundo, con Su palabra y para Su palabra, como criaturas de ciencia y conciencia en medio de nubes de polvo y millones de estrellas sin entendimiento. En medio del cielo vi volar otro ángel que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los habitantes de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo. (Rev. 14:6) El único punto de referencia para la Creación es el Creador. Nada existe por sí mismo, nadie puede vivir aislado de otros – nadie, menos los rebeldes pecadores, quienes entonces pierden lo único que le otorga importancia y valor a su existencia, es decir, Dios. Nosotros no somos quienes revestimos de importancia a nuestra vida, y sin Dios, no tenemos importancia alguna. Sin Dios, nuestro mundo entero con su economía, su actividad industrial, sus gobiernos e instituciones pierde toda su importancia, termina siendo una quimera sin propóstio alguno como el viento que sopla de norte al sur y del sur al norte (Eclesiastés 1:6). Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, por tu voluntad existen y fueron creadas. (Rev. 4:11)

El porqué de nuestra existencia (Reinhard Bonnke)

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Los cielos declaran la Gloria de Dios y Su palabra la expresa. Esta es la palabra que predicamos, la Buena Nueva que compartimos. No existe otra palabra. Sólo una palabra puede ser verdadera, así como la existencia puede tener sólo una razón de ser y un significado. La verdad inamovible es que si el mundo no se relaciona con el Evangelio, no se relacionará con nada. Si el mundo no tiene nada que ver con la Iglesia de Jesucristo, termina siendo nada, carente de rumbo y sentido. El Evangelio lo explica todo, ninguna otra cosa puede hacerlo. Retira el Evangelio y todo será inundado por la oscuridad. Ninguna otra voz que la del Evangelio para explicarnos la razón de ser del mundo. Ninguna otra luz para iluminar el misterio de nuestra presencia en la Tierra. Nuestro mensaje contiene muchísimo más que el perdón y el cielo. Hemos sido llamados a poner manos amorosas sobre el hombro del mundo, dándole la vuelta para que pueda ver a Dios. Le adorarán. El Señor es Salvador. Él no está aquí para nosotros, nosotros vivimos para Él. Él nos salva para sí mismo, para Su Gloria. El fin de nuestra predicación no son las personas, sino Dios. Él se goza en lo que hace por nosotros. Él ama porque se deleita en amar. Con Su amor sobrepasa los límites y parámetros del amor humano, transformando el insulto de la Cruz en una expresión de amor. Su dolor da testimonio de ello. Le satisface dar, llenarnos con todo lo que Él es, rodearnos con milagros, hacer de sus redimidos el jardín de sus deleites por el cual disfruta pasear. Proclamar el Evangelio significa moverse para Él, trabajar con Él, amarle a Él y deleitarse en Su gozo, lo cual es un privilegio, el propósito y la razón de la vida. Dios es el Dios de la Salvación. Este es el principio y el fin de todo nuestro saber. Él nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio. (2 Timoteo 1:9-10)

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Recomendación de un libro Pero Dios es más grande que los sueños, más fuerte que los temores, y más alto que cualquier expectativa. Obras aún mayores

ofrece historias reales,

conmovedoras y edificantes acerca de personas comunes de todas partes del mundo. Personas como tú, en quienes Dios realizó obras extraordinarias a pesar de sus sueños quebrantados, sus fracasos y sus debilidades. Su gracia nos es dada libremente … Serás tocado … Serás inspirado … Serás retado … a emprender obras aún mayores para Dios. Dios obrará maravillosamente a través de toda persona que se encuentre dispuesta a creer sinceramente en su Palabra. Reinhard Bonnke es un gran hombre de Dios quien, a través de este libro, Obras aún mayores, encenderá en ti la pasión por llevar a cabo “obras aún mayores” de lo que pudiéramos imaginar, para la gloria de Dios. Joyce Meyer, escritora y maestra bíblica. Titular: Obras aún Mayores Precio: 9,80 € ISBN: 978-1-933106-28-1

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