El Palacio Barolo

El Palacio Barolo (http://rhmbuenosaires.blogspot.com.ar/2010/12/el-palacio-barolo.html) El Palacio Barolo es un edific

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El Palacio Barolo (http://rhmbuenosaires.blogspot.com.ar/2010/12/el-palacio-barolo.html)

El Palacio Barolo es un edificio de oficinas que forma parte de la postal de Avenida de Mayo. La historia y arquitectura está muy ligada a la Divina Comedia de Dante Alghieri En la avenida de Mayo, dos cuadras antes de llegar a la Plaza del Congreso viniendo desde Plaza de Mayo, a la izquierda una mole de muchas ventanas con balcones eclécticos y un faro a su altura llamará mucha la atención. Se trata del palacio Barolo, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires. El edificio queda en la avenida de Mayo 1370, en su planta baja hay un pasaje que conecta con la calle Hipólito Yrigoyen, el guía del edificio Miqueas Thärigen nos esperó para llevarnos hasta el faro y poder admirar la ciudad desde una importante altura en trescientos sesenta grados.

Historia Luis Barolo, progresista y poderoso productor agropecuario, llego a la Argentina en 1890. Fue el primero que trajo máquinas para hilar el algodón y se dedicó a la importación de tejidos. Instaló las primeras hilanderías de lana peinada del país e inició los primeros cultivos de algodón en el Chaco. En el centenario de la revolución de Mayo, conoció al Arq. Mario Palanti (1885-1979), a quien contrató para realizar el proyecto de un edificio que tenía en mente. Este se convertiría en una propiedad exclusivamente para rentas. Luis Barolo pensaba, como todos los europeos instalados en Argentina, que Europa sufriría numerosas guerras que destruirían todo el continente. Desesperado por conservar las cenizas del famoso Dante Alighieri, quiso construir un edificio inspirado en la obra del poeta, “la divina Comedia”. El terreno elegido para levantar el palacio tenía una superficie de 1365 m2 y un frente de 30,88 metros. Ubicado en la Avda. de Mayo 1370 y Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen), la superficie cubierta resultó de 16.630 m2. En 1919 comenzó la edificación del palacio que se convirtió en el más alto de latinoamérica, y en uno de los más altos del mundo en hormigón armado. Con un total de 24 plantas (22 pisos y 2 subsuelos), 100 metros de altura se hicieron posibles gracias a una concesión especial otorgada por el intendente Luis Cantilo en 1921, ya que superaba en casi cuatro veces la máxima permitida por la avenida. Hasta el punto más alto de la cúpula mide 90 metros, llegando a los 100 con un gran faro giratorio de 300.000 bujías que lo hacia visible desde Uruguay.

Una usina propia la autoabastecía en energía. En la década del ´20, esto lo convertiría en lo que hoy denominaríamos “edificio inteligente”. Desde entonces existen 2 montacargas y 9 ascensores, dos de los cuales están ocultos. Estos últimos respondían a las actividades comerciales de Barolo. Al llegar la mercadería ingresaba desde los montacargas ubicados en el acceso de lo que hoy es Hipólito Yrigoyen hacia los 2 subsuelos, de 1.500 m2 cada uno. Barolo utilizaba los ascensores ocultos para desplazarse de sus oficinas en planta baja, 1° y 2° piso, hasta los subsuelos evitando el contacto con sus inquilinos, que ocupaban las dependencias a partir del tercer piso. Desde un inicio el Palacio provocó cierta perplejidad., se habló de estilo “remordimiento italiano”, gótico romántico, castillo de arena, o cuasi gótico veneciano. La construcción finalizó en 1923 siendo bendecida el 7 de junio por el nuncio apostólico Monseñor Giovanni Beda Cardinali. En planta baja funcionó hasta su desaparición, la agencia de noticias “Saporitti”. En la actualidad es un edificio exclusivamente de oficinas.

El Palacio Barolo y la Divina Comedia

El Arquitecto Mario Palanti también era un estudioso de la Divina Comedia, y llenó el palacio con referencias a ella. La planta del edificio está construida en base a la sección áurea y al número de oro. La división general del palacio y de la Divina Comedia es en tres partes: infierno, purgatorio y cielo. Las nueve bóvedas de acceso representan los nueve pasos de iniciación y las nueve jerarquías infernales; el faro representaba los nueve coros angelicales. Sobre el faro está la constelación de la Cruz del Sur que se ve alineada con el eje de Barolo en los primeros días de junio a las 19:45 horas. La altura del edificio es de 100 metros y 100 son los cantos de la obra de Dante; tiene 22 pisos tantos como estrofas los versos de la Divina Comedia. Los detalles cuidados caracterizan este proyecto: desde las citas personales en latín sobre la obra del Dante en el edificio, hasta la apertura del mismo, llevada a cabo en la fecha del aniversario del poeta. El arquitecto Carlos Hilger detalla las similitudes del edificio con al obra del Dante, “La divina Comedia” “La distribución del edificio está basada en la métrica de la Divina Comedia del Dante. En arquitectura esto se conoce como un Danteun. Edificio se divide en dos bloques, con 11 oficinas por bloque en cada uno de los niveles. El número restante, el 22, responde a la métrica utilizada por Dante en los 100 cantos.

Entre las tres divisiones de la Divina Comedia, Infierno, Purgatorio y Paraíso, que cita Borges en su obra “Nueve ensayos dantescos”, se cumple la relación pitagórica que determina el número Pi(3,14); dicha relación se da en la división original del acceso mediante los ascensores. En el pasaje central, el palacio cuenta con 9 bóvedas de acceso que representan al infierno: para Dante, este no era un fin teológico, sino el punto de partida en las etapas de iniciación emprendidas para la llegada del paraíso. Las 9 bóvedas se dividen, desde el centro, de la siguiente manera: tres hacia la Avda. de Mayo, tres hacia Hipólito Yrigoyen, la bóveda central se extiende hacia la cúpula, y las que contienen las escaleras hacia los laterales. Cada una de las seis bóvedas transversales, así como las dos laterales, contienen inscripciones en latín, y se pueden distinguir catorce citas que pertenecen en total a nueve obras distintas, manteniendo así, el número que se repite a lo largo de la Divina Comedia. Algunas de ellas pertenecen a Virgilio, otras a escrituras bíblicas. “La letra mata, el espíritu vivifica”, y “está fundada sobre piedra firme”, dan testimonio del sentido espiritual con el que fuera construido el edificio, determinando su carácter y función: un templo laico que promueve las artes liberales. Entre las bóvedas transversales sobre las columnas, se ubican cuatro lámparas sostenidas por cuatro cóndores y dos dragones, un macho y una hembra, que representan los principios alquímicos, el mercurio y el azufre, y sus atributos. La bóveda central se encuentra sobre un punto de bronce en la que se ubicaba, originalmente, una estatua de un cóndor con el cuerpo del Dante elevándolo al paraíso. El actual propietario de la pieza es un coleccionista marplatense que se niega a venderla a los propietarios del edificio. Los pisos superiores y la cúpula simbolizan los siete niveles del purgatorio. La cúpula está inspirada en un templo Hindú dedicado al amor, y es el emblema de la realización de la unión del Dante con su amada Beatrice.

El palacio construido por Palanti Representa el dinámico y drástico cambio entre la tradición y el modernismo arquitectónico. El mismo año de su graduación, 1909, se traslada a la Argentina para realizar, junto a Francisco Gianotti, la construcción del pabellón italiano de la exposición del centenario de la revolución de Mayo. A partir de entonces, colabora con el estudio de Prins y Razenhofer, (proyecto facultad de derecho, actual facultad de ingeniería). Luego, instala su oficina en Avda. de Mayo 695 y construye, independientemente edificios privados. Con un viaje temporario para participar como voluntario en la primera guerra mundial, un regreso a la Argentina, y una partida final a su tierra natal, podemos dividir su obra en tres etapas:

- Primera: el periodo inicial de estadía en el país (1909-1916) .

- Segunda: (1919-1929), de mayor madurez en sus proyectos.

- Tercera: llevada a cabo en Italia con su remoto definitivo.

En la segunda etapa, (década de ´20), desarrolla una poética monumental con estos dos ejemplos bien precisos: edificios concebidos como “Columnas de Hércules” del Río de la Plata, monumentos de Montevideo y Buenos Aires, que compiten por lograr la mayor altura y que dialogan como “faros” a escala territorial del estuario. En el Palacio Barolo encontramos varias condiciones excepcionales, comenzando por el sentido autocelebratorio del inmigrante en la Argentina de fin de siglo y la gran operación inmobiliaria de pisos de oficinas sobre la avenida mas importante de la ciudad...variación de dimensiones de lotes, eliminación del parcelamiento tradicional de pequeñas unidades rectangulares, anulación de restricciones de altura, hace posible una nueva estética urbana, que se combina con elementos propiamente modernos: estructura de hormigón, bowwindows y el empleo de una planta de tipo de oficina, acorde a las necesidades de la circulación vertical. Similar sentido celebratorio se reitera en el palacio Salvo de Montevideo. Dicha creación es resultante de un concurso del año 1922, declarado en primer término desierto y luego adjudicado a Palanti. De mayor altura, repite las constantes del Palacio Barolo: un cuerpo de base sobre la plaza y una atalaya que se eleva – en este caso en esquina – con una decoración similar de haces superpuestos coronados con una cúpula-faro que trata de dar al edificio una escala geográfica. Palanti pretendía enmarcar lumínicamente el acceso a la desembocadura del Río de la Plata, como bienvenida a los visitantes extranjeros que llegaban en barco desde el Atlántico. Por eso construyó un edificio gemelo, ubicado en la arteria principal de Montevideo, la Avda. 18 de Julio: el Palacio Salvo. En ambos Edificios se erguían cúpulas robustas para soportar faros de 300.000 bujías, que tendrían la posibilidad de dar mensajes a la sociedad mediante luces de colores. En 1923 anunció a la ciudad el resultado de la histórica pelea de boxeo entre Luis Angel Firpo y Jack Dempsey por el título mundial de peso pesado que se realizaba en Madison Square Garden, Nueva York. El color blanco indicaría el triunfo del norteamericano y el verde, anunciaría como ganador al representante local.

Firpo saco de ring a Dempsey y el faro se encendió de color verde. El norteamericano estuvo 19 segundos fuera del ring pero volvió a subir y noqueó a Firpo: el faro, luego de unos minutos, volvió a encender de color blanco. El lenguaje arquitectónico del edificio es difícil de inscribir en un estilo o escuela precisa. A partir de una actitud impresionista, su arquitectura representa un importante intento de conjugar distintas trazas de la tradición arquitectónica europea (por que ante el temor ante la inminente segunda guerra mundial, quería preservar los estilos arquitectónicos europeos) presentes en el neogótico y el neorrománico, con modernas técnicas constructivas a la manera estadounidense y rasgos de carácter rioplatense y sin olvidar que la cúpula esta inspirada en el templo Rajarani Bhubaneshvar (india, del siglo XII), para representar el amor tántrico entre Dante y Beatriche. Calificado por el autor como un “rascacielo latino”, el Barolo es representativo de una actitud arquitectónica impregnada de prefiguraciones oníricas, de gestos únicos y ideales heroicos, dentro del espíritu del “resurgimiento”. El Barolo es también un buen ejemplo de las aspiraciones para abrir el camino a una arquitectura nueva, superada de las tensiones a las que había llegado el eclecticismo historicista. Desde el punto de vista urbanístico, es una pieza unica que demuestra la posibilidad de aunar creatividad y respeto por el entorno. Y ya a una escala regional, con su casi gemelo, el Palacio Salvo de Montevideo, un monumento mistificador de la civilización rioplatense en su apogeo. Para su construcción fue necesario pedir un permiso especial ya que superaba casi cuatro veces la altura máxima permitida a los edificios de la zona. Fue el primer edificio argentino construido con hormigón armado, las escaleras tienen

1410 peldaños revestidos con mármol de Carrara y están decoradas con herrajes, vitraux, lámparas y molduras, mientras que las paredes y columnas fueron cubiertas por granito. La compleja volumetría externa del edificio se articula en basamento, fuste y coronamiento. El motivo central del basamento es el gran pasaje con imponentes portales sobre ambas calles, Avenida de Mayo e Hipólito Irigoyen. El fuste o cuerpo central se resuelve con una colmena de bow-windows terminada por una suerte de mansarda de tres pisos. El coronamiento corresponde a la torre que, insinuada desde planta baja, se desprende de la masa general del edificio para elevarse aislada, y ser rematada por una cúpula donde se vuelcan gran cantidad de recursos formales y simbólicos, conmemorativos de la cima alcanzada y resumen de la imagen del edificio. Gracias a una importante participación de los dueños del edificio, se llevarán a cabo obras de restauración y conservación a fin de que el palacio mantenga el estilo de principio de siglo. Se emplearon 4.300 m2 de cemento armado; 8.300 m2 de mampostería; 1.400 m2 de material para pavimentos; 1.450 m2 para estucos y revestimientos, 70.000 bolsas de cemento; 650 toneladas de hierro y más de 1.500.000 ladrillos, así como similar cantidad de ladrillos huecos. El recorrido total de las escaleras es de 236 metros con 1.410 escalones. Los ascensores (9) y montacargas (2) fueron diseñados especialmente. Gracias a una importante participación de los dueños del edificio, se llevarán a cabo obras de restauración y conservación a fin de que el palacio mantenga el estilo de principio de siglo.

Fuente: Página web del Palacio Barolo www.pbarolo.com.ar

AVENIDA DE MAYO Los cafés (Wikipedia) Café Tortoni. Surgieron en la avenida numerosos cafés a la española que incluso preparaban el clásico chocolate con churros. En ellos, artistas, escritores y políticos crearon un refugio de intelectuales, a la vez que los exiliados franquistas y republicanos discutieron o pelearon violentamente mientras duró la Guerra Civil Española. El más representativo y destacado fue el café más antiguo de Buenos Aires que aún sigue funcionando: el Café Tortoni, inaugurado en 1858 y que funciona desde 1880 en el sitio actual, aunque su entrada estaba situada sobre la calle Rivadavia. Recién en 1898 se le construyó la entrada principal en el nº 825-833 de Avenida de Mayo, que como se mencionó se había inaugurado en 1894. La fachada fue realizada por el arquitecto Alejandro Christophersen. Fue el primer bar de la ciudad en colocar sillas y mesas en las veredas. En él funcionó la peña Agrupación Gente de Artes y Letras, inaugurada en 1926, que era capitaneada por el pintor argentinoBenito Quinquela Martín. Entre sus asistentes se encontraban Alfonsina Storni, Baldomero Fernández Moreno, Juana de Ibarbourou, Arturo Rubinstein, José Ortega y Gasset, Jorge Luis Borges, y Molina Campos, entre otros. Sus mesas vieron pasar figuras de la política como Lisandro de la Torre, Ernesto Palacio y Marcelo Torcuato de Alvear; populares como Carlos Gardel, y Juan Manuel Fangio; o de prestigio internacional como Albert Einstein y Federico García Lorca. La agrupación cerró en 1943, pero el bar y su bodega siguen brindando espectáculos culturales, en especial de tango y jazz. El café conserva la decoración de sus primeros años. Parece ser que los mejores chocolates con churros se servían en La Armonía, fundado en 1899, y conocido también como el café de Los Cómicos pues allí se hacían presentes muchos actores salidos de los teatros de la zona. Se encontraba al 1002, en la esquina con la calle Bernardo de Irigoyen, y su esplendor lo tuvo en 1910. La Castellana, en esquina con la calle Lima, era un café al que a principios del siglo XX podía concurrir toda la familia (en esa época se veía como impropio que una mujer concurriera a un café). En este local se instalaría luego una recordada joyería de nombre Escasany. Pero a fines del siglo anterior fue un lugar de peleas entre porteños y españoles que seguían día a día la lucha por la independencia cubana. Un café que fue también importante centro de reunión de intelectuales fue el del Hotel Castelar, que aún existe. En él se reunía la peña Signo, formada por el andaluz Federico García Lorca, que durante seis meses vivió en el hotel.

El café que en 1897 se abrió con el nombre de La Toja, y desde 1936 se llama Iberia, en la esquina sudeste con Salta, en el edificio Cassará, era concurrido por correligionarios del viejo partido de Leandro N. Alem, ya que en la cuadra vecina se encontraba el comité central del radicalismo. Desde que se llamó Iberia contó con un salón dedicado a las familias, si bien siguió siendo fiel a su destino político.10 Durante la guerra civil española fue el más famoso reducto de republicanos. En el año 2006 la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires hizo colocar sobre su pared exterior dos placas homenajes con las inscripciones: En la esquina de enfrente de La Toja, se encontraba, al 1208, el Español, que por el contrario fue el más importante reducto de falangistas. Enfrentamientos entre ambos bandos, con heridos, y sillas arrojadas desde un café al otro eran comunes. Se cuenta que una noche llegó la noticia al Español de que el general Emilio Molahabía muerto y un parroquiano en vez de lamentarse empezó a festejarlo, lo que provocó una pelea grave con heridos e intervención policial. En cuanto al café Iberia, uno de sus propietarios, Daniel Calzado, tenía también una cervecería llamada Berna al 1400 de la avenida, famosa por su emparedado Berna (de lomito con anchoas). Cabe aclarar que hubo muy pocas cervecerías sobre la avenida. Los periodistas del famoso diario Crítica, de Natalio Botana, se reunían en el Avenida, al 1493. Una noche un grupo de falangistas irrumpió en el local buscando pelear con el coro de republicanos que habitualmente cantaba allí, pero confundió a los periodistas con aquellos, recibiendo así los del diario una feroz paliza. Entre otros cafés, ya sea de los que cerraron o aún subsisten, se destacaron el París, en el nº 602, donde alguna vez cantó el dúoCarlos Gardel-José Razzano, que luego se llamaría Montevideo Chico y sería lugar de reunión de exiliados uruguayos. En el 729, estaba el Latino, al que solían concurrir periodistas y personal del diario La Prensa, Tribuna Libre y la revista Caras y Caretas, todos situados cerca del mismo. La Cosechera, al 625, era concurrido por escritores como Alfredo Bufano, Roberto Arlt, Conrado Nalé Roxlo y el poeta español Pedro Herreros. Entre los establecimientos en los que se difundió el tango se pueden mencionar el Gaulois (más tarde Central), donde Julio de Caro tocó de joven y además estrenó su tango Mala Junta. En el Colón, en la intersección de la avenida con Buen Orden (hoy Bernardo de Irigoyen), debutó el mencionado De Caro y en 1926 Pedro Maffia se presentó con su primera orquesta. Este lugar era un reducto de anarquistas. Su propietario español detestaba el alcohol y por lo tanto no lo servía en el bar, por eso se esmeraba en ofrecer el mejor café de Buenos Aires. En el 1199 se encontraba el café del Hotel París, del que fue habitué a fines de siglo el futuro presidente de la Argentina, Hipólito Yrigoyen, junto con sus correligionarios radicales. Varios cafés utilizaron la denominación Los 36 Billares. Uno de ellos existió desde 1894 hasta enero de 2014 dentro de un edificio de varias plantas en el nº 1265, obra de los arquitectos Tiphaine y Colmegna. Fue pionero en tener mesas de billar en sus instalaciones. Granito rojo combinado con otro más claro, debajo de las grandes ventanas, reviste actualmente el frente del que fue su edificio, iluminado por tres faroles. El salón con piso granítico rojo tiene una boiserie con racimos de uvas taraceados. Tampoco faltaban los cafés como el Puerta del Sol, al 1100, cuya especialidad era la oferta de mujeres. No era café, pero merece mencionarse aquí la confitería La Victoria, en la intersección con la calle Chacabuco, que fue uno de los primeros lugares donde se pudo probar un balón de sidra. El Parque Goal, al 1400, era una gran barraca en la que solían reunirse payadores. Se abrió en 1917 y cerró en 1930. En él se hicieron famosos los temas Mis Harapos, de Alberto Ghiraldo, y Canaro en París, de Scarpino y Caldarella. Cabe destacar que la cadena cafetera norteamericana Starbucks, que llegó a la Argentina en 2008 y ha tenido un gran éxito, abrió dos sucursales en la Avenida de Mayo: una de ellas en la planta baja del edificio del n° 970 y la otra en la planta baja del Hotel Mundial en la esquina de la calle Santiago del Estero, ambas inauguradas a fines de diciembre de 2011.11 12 La Avenida de Mayo se españoliza[editar] Ya antes de que se construyera la arteria los españoles inmigraban a la Argentina por ser un país de costumbres y tradiciones similares al de ellos; y buscando elevación social mediante el trabajo. El grupo de elite española ocupó un lugar importante dentro del espacio social entre fines del siglo XIX y principios del XX en coincidencia con el

crecimiento económico argentino de aquel entonces y con el fuerte afianzamiento en las relaciones internacionales de ambos países que se habían roto después de la guerra de la Independencia Argentina. Entre 1895 y 1914 los barrios aledaños a la Avenida, Monserrat, San Nicolás y el llamado Concepción, concentraban más del 50% de los españoles de la ciudad (entre 1904 y 1909 se afincaron en la Argentina más de 170.000 españoles, el 32,4 % de ellos se estableció en Monserrat y 24,1 % en Concepción14 ). Previa a la inauguración de la avenida existían en su entorno asociaciones de españoles como el Centro Gallego, La Unión Gallega, La Asociación Patriótica Española y el Centro Asturiano. También la prensa escrita de los inmigrantes se hacía presente con publicaciones como El Correo Español, La España, El Gallego, Antón Perulero y Almanaque Sudamericano. Al abrirse la arteria se convirtió en la preferida de la colectividad española y así la mayoría de los hoteles, cafés y casas comerciales fueron propiedad de los ibéricos. La zarzuela se estableció entonces en ella al establecerse los teatros Mayo, en 1893, y El Avenida, en 1908. El primero tenía la particularidad de que por lo angosto del terreno sobre el frente de la calle Rivadavia, se abrían las ventanas de los camarines, por no haber sido posible construirlos en la planta baja. Inaugurado por el actor español Mariano Galé, brindó sainetes, operetas y zarzuelas, además obras de comediantes argentinos. Fue derribado al abrirse la Avenida 9 de Julio. En cuanto al Avenida, que supo ser refugio de la colectividad hispana, se levantaba desde 1908 en un extraordinario edificio que se incendió en 1979, reconstruyéndose luego uno más pequeño en 1994. El día de su reinauguración se pudo escuchar cantar al tenor español Plácido Domingo. De esta manera, la avenida pensada para la clase aristocrática de la Argentina se fue diluyendo por la españolización provocada por quienes llegaban llenos de optimismo buscando aportar su esfuerzo al país y progresar socialmente. Los sucesos y acontecimientos[editar] A pesar de que la ancha vía fue pensada para albergar a los aristócratas locales y huéspedes extranjeros, al poco tiempo las transformaciones sociales llevaron a que los sectores sociales altos se desplazara a barrios más norteños. Gracias a su perspectiva, ancha y recta, uniendo la Casa del Gobierno Nacional con la del Congreso legislativo, se fue convirtiendo en un punto de reunión de la ciudad y la muchedumbre dominó la escena. Comenzó a poblarse de aquellos que trabajaban en sus establecimientos, de los que vivían en sus hoteles y departamentos, de los paseantes y de los que se reunían en sus cafés. Con el tiempo se fue convirtiendo en el escenario principal de las manifestaciones políticas, sociales y laborales; y de los instantes de júbilo patriótico o tristezas. Fue ideal para las marchas militares de los días patrios, los desfiles y los coloridos corsos de carnaval. Estos últimos antes se realizaban en calles angostas, pero la avenida presentaba la ventaja de dar cabida a varias filas para los coches y de veredas anchas para ver pasar a los protagonistas. A partir de 1898 se autorizaron los festejos en el horario de las 18 a 24 horas. Había desfile de disfraces, caretas, murgas y comparsas, estas dos últimas impulsadas en sus inicios por la colectividad española y por los negros candomberos. Diversos acontecimientos cruentos también se desarrollaron en ella. El primero en el que hubo muertos se produjo el 1º de mayo de 1909 cuando la policía al mando del coronel Ramón Falcón reprimió con dureza a un grupo de anarquistas que se había concentrado en la Plaza Lorea, al oeste de la avenida, llegando a matar a ocho obreros e hiriendo a cuarenta. Dicha plaza se convertiría desde entonces en un lugar clásico de las concentraciones anarquistas. Durante las fiestas mayas se realizaban las celebraciones de la Revolución de Mayo y familias enteras se reunían a observarlas desde los balcones embanderados. Para las fiestas del Centenario Argentino, el 25 de mayo de 1910, la Avenida fue el prinicpal punto de celebración del surgimiento de Argentina como uno de los principales países del mundo. Los comerciantes compitieron entre ellos para lograr la vidriera más vistosa. La Infanta Isabel de Borbón, embajadora de España, recibió tributo con una velada en el Teatro Avenida. Un gran desfile militar, donde participaron diversos regimientos de los países limítrofes, recorrió la arteria. El intendente de la ciudad, Arturo Gramajo, organizó un gran carroussel histórico que desfilaría por la avenida. Este número fue muy criticado por el periodismo de aquel entonces. El diario La Prensa lo calificó de híbrido de propaganda comercial y manifestación patriótica15 pues junto con las carrozas que exhibían alegorías, trofeos y objetos históricos se incluyeron otras ofrecidas en homenaje por numerosas firmas comerciales que ostentaban sus razones sociales respectivas en grandes letras. Fue también el lugar donde se recibió en 1926, entre aclamaciones de la muchedumbre de argentinos y españoles que gritaban y vitoreaban a España, a los tripulantes del hidroavión español Plus Ultra, entre ellos su comandante Ramón Franco, que batió el récord mundial de distancia con escalas, volando desde España hasta Argentina. También se recibió numerosas veces como héroe al popular Jorge Newbery, el aviador, deportista, ingeniero y hombre de ciencia argentino

que fue uno de los primeros aviadores de habla hispana y que tantos récords batiera en globo, avión o deportes que practicaba. Por otra parte es la vía elegida por los mandatarios presidenciales en el día que asumen para recorrer el trayecto que une el Congreso Nacional, donde se leen los discursos, y la Casa Rosada, sede del poder ejecutivo, y saludar al pueblo reunido a lo largo de ella. Por ella desfilaron también procesiones tristes y dolorosas como la de los cortejos fúnebres de los presidentes muertos durante el ejercicio de su mandato o el de personajes populares como Eva Duarte de Perón en 1952. Por otra parte, en su intersección con la avenida 9 de Julio, sería epicentro de manifestaciones de protesta masiva, como la que se gestó el 30 de marzo de 1982, organizada por la CGT-Brasil y que congregó a miles de personas para exigir democracia al Proceso de Reorganización Nacional de aquel entonces, terminando luego de una severa reprimenda policial. También ha sido siempre el lugar clásico de las manifestaciones de derechos humanos. Fue además escenario principal del conflicto social ocurrido durante los días 19 y 20 de diciembre de 2001 conocido con el nombre de Cacerolazo. Durante el día 20 la represión policial provocó cinco muertes en la ciudad, dos de ellas en la avenida, la de Gustavo Benedetto en el suroeste de la intersección con la calle Chacabuco, y la de Gastón Riva, en la esquina noreste con la calle Tacuarí. En ambos lugares existen sendas placas improvisadas con cemento y mosaicos realizadas por familiares de la víctima, con el nombre de ésta y la cita: Descripción cuadra por cuadra Entre Bolívar y Perú, altura 500 A ambos lados de la avenida se encuentran sendas entradas a la estación-museo de subte Perú de la línea A. Gracias a tareas de restauración realizadas en los años ochenta tiene la particularidad de lucir tal como era el día de su inauguración en el año 1913. 

Del lado de la numeración par —el lado sur— se encuentra el ala norte del Cabildo y su acceso al patio trasero. A pocos metros, el Pasaje Roverano, de elegantes líneas fue construido en 1878 y remodelado entre 1912 y 1918, une la avenida con la calle Hipólito Yrigoyen.



La vereda norte se encuentra ocupada por tres majestuosos edificios: en la esquina norte con la calle Bolívar, como portada de la avenida, se encuentra el Palacio Municipal, sede del Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires, de sencilla composición de impronta italiana y mansarda francesa. Iniciado por el ingeniero italiano Juan María Cagnoni sobre un proyecto de Juan Buschiazzo, la piedra fundamental se colocó el último día de 1891 y fue ampliado entre 1912 y 1914. La esquina con Bolívar tiene un cuerpo saliente, cilíndrico, como resultado de haber tenido una entrada importante que luego fue cerrada. Junto a la intendencia se encuentra la Casa de la Cultura, edificio construido por Agote y De Gainza a finales del siglo XIXpara ser sede del periódico La Prensa, fundado por José Camilo Paz. Fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1995. Posee una torre coronada por una estatua de fundición de 4.100 kg de bronce dorado, obra del escultor Maurice Bouvalfundida por la casa Thiebaut Frères de París. La misma sostiene una antorcha y un escrito, simbolizando así la libertad de prensa. Por último, el antiguo edificio de la tienda Gath y Chaves. Desde 1954 en su planta se encuentra la clásica confitería London City, donde Julio Cortázar situó pasajes de su novela Los Premios. Se destaca por una fachada modulada en hierro y vidrio y un coronamiento académico. Entre Perú y Chacabuco, altura 600 El cruce con la calle peatonal Perú, continuación de la calle Florida, incrementa el caudal de turistas y negocios dedicados a ellos en esta zona.



Vereda sur: tal vez la manzana más dañada en cuanto al patrimonio arquitectónico. En este lado se encuentra el distinguido Restaurante Pedemonte, uno de los más tradicionales de la ciudad, inaugurado en 1890 pero trasladado al nº 676 de la avenida desde 1964. Conserva la boisserie y vitrales originales.



Vereda norte: en el centro se halla El Pasaje de la Resistencia, ideal para comprar artesanías, algunas elaboradas en el propio lugar. Pueden observarse varios edificios con estilos que irán predominando en el recorrido, con fachadas entre francesas e italianas, con figuras alegóricas, finos trabajos de herrería en las barandas de los balcones y ventanas con artísticos diseños de guardas de hierro, grandes aberturas enmarcadas por trabajos de escultura y distintos tipos de relieves. Entre Chacabuco y Piedras, altura 700 

Del lado de la numeración par, se encuentra el edificio "cubo" Drabble, proyectado por el arquitecto alemán Büttner en 1893 de estilo academicista europeo. En él funcionó el Chacabuco Mansions Hotel.



En la vereda norte, en el 747-753, se encuentra lo que fue un petit hôtel, actual pasaje Urquiza–Anchorena, realizado por el arquitecto Sanguinetti. De estilo academicista francés, con arcadas y puertas de madera talladas, esta construcción se ve opacada por el desmesurado tamaño del moderno edificio de oficinas construido a su lado este.



En el nº 767-777 se encuentra el Palacio Vera, uno de los más importantes edificios de estilo art nouveau de la Avenida de Mayo. Fue mandadado construir por su propietario, el rico estanciero Eustoquio Díaz Vélez (hijo) vástago del general de laIndependencia Argentina Eustoquio Díaz Vélez. La obra fue proyectada y ejecutada por el ingeniero arquitecto Arturo Prins y por el arquitecto Oscar Ranzenhofer. Fue inaugurado en 1910 por la Infanta Isabel de Borbón, representando a España, en coincidencia con la conmemoración del Centenario Argentino de la Revolución de Mayo. La familia Díaz Vélez lo destinó durante varias décadas como edificio de alquiler y de oficinas. Allí funcionó el Hotel Centenario, el diario La Época y tuvieron sus oficinas varias personalidades, entre ellas Hipólito Yrigoyen y Federico Álvarez de Toledo. El edificio es una construcción representativa por sus cinco pisos y su fachada con vista a dos calles: la principal se ubica sobre la Avenida de Mayo y el contrafrente lo hace sobre la calle Rivadavia. Toda la edificación es típicamente del arte nuevo. Sobre la Avenida de Mayo posee un gran portón de acceso trabajado en hierro que da paso a una escalinata de mármol. La fachada se combina con sus finos balcones que presentan curvas y volados, algunos sostenidos por columnas de hierro y que protegen rejas también de hierro forjado. Los locales que dan a la Avenida se encuentran recubiertos con mármol rojo. Las formas redondeadas y sus vidrios biselados completan el delicado conjunto exterior. Dentro del edificio, el hall de entrada da paso a locales y a una escalera que se bifurca para llegar al primer piso con balaustrada de mármol travertino. Una claraboya superior formada por un exquisito vitraux rectangular ilumina la escalera de hierro ondulado. El conjunto presenta una estilizada y ornamentada carpintería de madera y vidrios viselados en puertas y ventanas que categorizan la edificación. Los techos están finamente trabajados con molduras de estuco. Se ubica en su planta baja la librería "El Tunel" que hace décadas se especializa en libros antiguos, incunables y primeras colecciones que atraen a ávidos lectores. También se sitúa la vinoteca "Vera Wines", dedicada a los sibaritas del vino y a orgánicos.



En los números 789, 791, y 799 y en la esquina de la calle Piedras Nº 97 se encuentra un magnífico edificio inaugurado en el año 1890 y proyectado por el arquitecto C. Schinder. En él se fusionan y amalgaman estilos eclécticos. Entre Piedras y Tacuarí, altura 800 En ambas veredas se encuentran entradas a la estación de subte Piedras de la línea A. 

Del 802 al 838 se levanta lo que fue el Hotel Windsor, construido en 1895, que ha perdido parte de su belleza debido a remodelaciones realizadas por manos no expertas. En el 826 se encuentra la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo. También se destaca la construcción del actual Hotel Argentino en el nº 860.



Entre el 825-833 se ubica al magnífico café Tortoni, descripto anteriormente. En el piso inmediato superior se encuentra laAcademia Nacional de Tango. En el 869 se aprecia una obra del racionalismo alemán, el sólido y austero edificio que perteneció a la empresa Siemens, del año 1935, hoy sede de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología

Médica (ANMAT). En este estilo es el único edificio de la avenida y el más antiguo de Buenos Aires. Contrasta su sobriedad con la de los restantes edificios de su entorno. Entre Tacuarí y Bernardo de Irigoyen, altura 900 En ambas veredas se encuentran entradas a la estación de subte Avenida de Mayo de la línea C. 

Del 902 al 926 se halla otra obra de Chistophersen, realizada en 1895, el Hotel Astoria. Y al lado el majestuoso, pero degradado en el aspecto edilicio, Hotel España, construido dos años después que el Astoria. En la esquina con Bernardo de Irigoyen se halla abandonada la casona Gregorini, de estilo italianizante. En ella funcionó hasta 1942 el hotel D'Arc; y más tarde fue sede de los cafés Eslava y Paulista. En los comienzos del siglo XX se encontraba allí la confitería Alhambra, donde actuaba una orquesta de señoritas que era una de las grandes atracciones de la Avenida.



En la vereda norte se encuentra en el 915, el Hotel Novel (1906) de Christian Schindler, de fachada ondulada y en el 935 el Alcázar Hotel (1885). Una bella y original fachada con paños de vidrio presenta el edificio que ocupa el solar del 963. Avenida 9 de Julio, entre Bernardo de Irigoyen y Lima, altura 1000 

La Avenida se desdibuja al cruzarse con la muy ancha 9 de julio. Aquí pueden observarse, en una plazoleta del lateral sur, el monumento que recuerda la imagen del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha con un pedestal blanco que busca imitar las colinas manchegas, realizado en conmemoración de los cuatrocientos años de la segunda fundación de la ciudad. Su escultor: el español Aurelio Teno. En la plazoleta noroeste, frente al Quijote, se destaca una Fuente Decorativa Francesa.



En la plazoleta la noreste, llamada Provincia de Misiones, La Ciudad de Buenos Aires inauguró en diciembre de 2013 una réplica a escala de las Cataratas del Iguazú. Se trata de un monumento con forma de semicírculo que representa la potente caída del de la Garganta del Diablo, uno de los saltos más famosos del parque nacional. Seis bombas abastecen de agua las caídas y cuatro de ellas tiran agua a de más de 100.000 litros por hora en un sistema de reciclaje. Otras dos bombas generarán rocío, imitando el efecto que se siente al acercarse a la Garganta del Diablo. La construcción tiene 280 metros lineales de extensión e incluye una pasarela por la cual el público puede acercarse hasta la caída. 18 Entre Lima y Salta, altura 1100 En ambas veredas se encuentran las entradas a la estación de subte Lima de la línea A. 

A partir del cruce con la 9 de Julio se puede percibir la presencia de la cultura española en hoteles, cafés, teatros y antiguas redacciones de periódicos de la colectividad hispana. Se destacan en la primera cuadra la silueta del magnífico Hotel Castelar (Hotel Excelsior desde 1928 hasta 1959), obra del arquitecto Mario Palanti, que a pesar del año de su inauguración aún se encuadra en el academicismo. Está catalogado por ley del Código de Planeamiento Urbano con un grado de protección estructural. El café Iberia se encuentra en la esquina con Salta que, como se comentó en la sección de los cafés, es reconocida por la legislatura municipal como la Esquina de la Hispanidad.



En el nº 1147, se encuentra un palacete que data de 1895. En sus salones funcionó la sede de la Unión Industrial Argentina. Abundaron aquí también hoteles como el antiguo hotel París, entre el 1161/99, de estilo francés, donde en la actualidad se encuentra en su planta baja el restaurante Plaza Asturias. Y el Hotel Metrople (1900), hoy Hotel Cecil. Entre Salta y Santiago del Estero, altura 1200 

En la esquina de la vereda par se encuentra un edificio que fue el Hotel Español, anteriormente Castilla, remodelado en 1976. Funcionó allí el bar y confitería que ya se mencionó fue reducto de los falangistas. Actualmente está ocupado por un banco. Contiguo a él se encuentra el Teatro Avenida, inaugurado en 1908 con el nombre de Teatro de la Avenida y reconstruido en 1994 después del incendio de 1978. Catedral musical y cultural de la colectividad española en Buenos Aires, en él García Lorca estrenó su obra Bodas de Sangre y también se estrenó póstumamente La Casa de Bernarda Alba en 1945.

Más adelante, abandonado, se halla el edificio de lo que fue el Faro de España, periódico decano de la colectividad —y sucesor del Nuevo Correo—, fundado por Braulio Díaz Sal. 

Vereda impar: el edificio del antiguo Hotel Metropole se encuentra en la esquina con Salta, frente al del mencionado, y ya desaparecido, Hotel París. Obra del arquitecto Augusto Plou, fue inaugurado en 1899, habiendo sido uno de los mejores de Buenos Aires. Se suceden luego una serie de fachadas interesantes y bien conservadas, como la del antiguo Cine Lara (1915), la del Hotel Cecil y la del Hotel Chile (antes Hotel Lutecia), en la esquina con Santiago del Estero, una claro exponente del mejor estilo art-nouveau, realizado por el arquitecto Luis Dubois, que perdió su hermosa mansarda por un incendio en 1988. En el nº 1265/71 encontramos el elegante bar 36 billares, cuya fachada se distingue por su granito rojo de gran calidad y sus grandes ventanas cubiertas por amplios toldos. En su subsuelo se hallan numerosas mesas de billar, de casino (juego similar al billar), de snooker y de pool, rodeadas de gradas para no perderse ningún detalle. Se dictan clases de billar y varios campeones dan cátedra en sus mesas. Entre Santiago del Estero y San José, altura 1300 Este tramo presenta una significativa pendiente de descenso al acercarse a San José, que se convierte en ascenso al cruzar dicha calle, recordándonos que antiguamente circulaba por ella el cauce del arroyo conocido como Zanjón de Granados. 

En la vereda sur, encontramos la inconfundible silueta del Palacio Barolo que debe su nombre al italiano Luis Barolo, pionero de la industria textil. Diseñado por el arquitecto Mario Palanti, tiene un estilo neogótico romántico y su diseño está basado en la Divina Comedia, pues Palanti era un estudioso de Dante Alighieri. Fue inaugurado el 7 de julio de 1923 y hasta 1935 con sus aproximadamente 100 m de altura y 18 pisos, que le fueron permitidos mediante por una excepción de la ordenanza reglamentaria realizada al efecto, fue el más alto de la ciudad. En lo alto alberga un faro, restaurado en 1981, de 300.000 bujías, que se ha utilizado en algunos acontecimientos significativos. Su planta baja es recorrida longitudinalmente por un pasaje, que conecta la Avenida de Mayo con la calle Hipólito Yrigoyen, con locales comerciales finamente decorados y una ornamentada bóveda que cubre la totalidad del pasaje.



En el nº 1396 se encuentra la sede central del CAECE o Centro de Altos Estudios en Ciencias Exactas, edificio que perteneció al Profesorado Joaquín V. González.



Hay dos magníficos edificios en la vereda norte. El primero de ellos, en el nº 1317, fue el Hotel Majestic, inaugurado en 1910, uno de los más fantásticos que tuvo Buenos Aires. En él se alojaron las delegaciones que arribaron para los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo. El séptimo piso ofrecía el atractivo de una gran galería de cristales donde funcionaba un bar. En el exterior, entre la galería y la balaustrada se ubicó el comedor de verano. En su frente se puede apreciar una muestra de diversos estilos: academicismo, art nouveau y fundamentalmente art decó; fruto de las varias intervenciones realizadas. El proyecto original correspondió a los arquitectos Collivadino y Benedetti.



Vecino a este edificio, en el 1333, y diseñado por los húngaros Gyorgy y András Kálnay, se encuentra la antigua sede deldiario Crítica construida en 1926, el único edificio de esta avenida con marcado estilo art decó. En su fachada se destacan los vitrales y las cuatro estatuas que custodian lo que fue la oficina de su director Natalio Félix Botana. Actualmente aloja una dependencia de Policía Federal Argentina.

Entre San José y Luis Sáenz Peña, altura 1400 A ambos lados: entradas a la estación de subte Sáenz Peña de la línea A. 

La vereda norte está muy bien conservada, con construcciones de agradables fachadas pertenecientes en su mayoría a estilos de principios del siglo XIX.



La vereda sur de la última cuadra está íntegramente ocupada por el monumental edificio de cúpulas rojas denominado La Inmobiliaria. Es un complejo de oficinas y viviendas que debe su nombre a la Compañía de Seguros La Inmobiliaria, ya desaparecida, construido por el arquitecto Luis Broggi hacia el año 1910, en donde la fusión y amalgama de estilismos eclécticos, sumado a elementos del art-nouveau, una arquería de carácter italianizante y

posturas neoclasicistas, conforman una fachada muy rica. En el piso más alto pueden observarse las estatuas de Venus y Apolo. Actualmente está ocupada por un conjunto de comercios y viviendas. Tramo final entre Luis Sáenz Peña y Rivadavia. 

La avenida culmina en un trayecto curvo de pocos metros entre las plazas Mariano Moreno y Lorea, con la vista imponente al fondo del Palacio del Congreso de la Nación Argentina, coronado por la cúpula más grande de todo Buenos Aires; y una réplica en bronce sobre la Plaza Moreno del monumento de El Pensador (1907), realizada a partir del molde original y firmada por su creador, el escultor francés Auguste Rodin. A escasos metros, en la Plaza del Congreso, se halla el Monolito del Kilómetro 0 desde donde parten todas las rutas nacionales del país.