El Otro Sendero

“EL OTRO SENDERO” By Hernando de Soto “El Otro sendero” se propone el estudio del fenómeno de la economía informal, pla

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“EL OTRO SENDERO” By Hernando de Soto

“El Otro sendero” se propone el estudio del fenómeno de la economía informal, planteando un camino de solución para los países subdesarrollados en franca oposición con las doctrinas totalitarias, conservadoras y progresistas. Cuando se habla de economía informal se piensa en un problema. De soto sostiene que esa percepción es errónea. Dado que en países como el Perú el problema es el Estado, no la economía informal que no es otra cosa que una respuesta popular, espontánea y creativa ante la incapacidad estatal para satisfacer las aspiraciones elementales de la población marginada de la población. Cuando la legalidad es un privilegio al que se accede mediante el poder político y económico, a las clases populares no les queda otra alternativa que la ilegalidad. Cuando los pobres que bajaban de las ciudades, expulsados de sus tierras por las sequías y las crisis económicas que mermaron el agro, encontraron que el sistema legal imperante en la ciudad les cerraba el acceso a él, hicieron lo único que les quedaba a fin de sobrevivir: inventarse fuentes de trabajo y ponerse a trabajar al margen de la ley. La tesis de De Soto, según la cual, el Perú jamás tuvo una economía de mercado y que solo ahora, gracias a la informalidad, aquella comienza a abrirse paso es aplicable a los países de Latinoamérica y el tercer mundo. La libertad económica fue un principio plasmado en las Constituciones que no tuvo vigencia real. El régimen que imperó y sigue imperando en nuestra economía es el que el autor denomina como “mercantilista”, definiéndola como el de un Estado burocratizado y reglamentarista que antepone el principio de redistribución al de la producción de riqueza, entendiendo por “redistribución” la concesión de privilegios y monopolios a pequeñas élites privadas que dependen de él y de las que también es dependiente. El Estado no fue en nuestros países expresión de colectividad. Se confundió con el gobierno de turno. La libertad económica solo existió en el papel antes que por fuerza de las circunstancias, los pobres de nuestro país empezaron a ponerla en práctica, abrumados por la discriminación de las que eran víctimas. El mercantilismo se apoya en un método de producción de leyes y normas legales que hace escarnio de las más elementales prácticas democráticas. El otro sendero plantea que los pequeños productores y comerciantes informales que abarrotan las calles de las grandes ciudades no son asunto que compete a los sistemas de asistencia del gobierno, sino que son en realidad empresarios que necesitan un solo apoyo para desarrollar su potencial económico. Dicho apoyo debe provenir del Estado y consiste en abolir las barreras burocráticas a fin de que se les reconozca su dignidad y el derecho a la propiedad y a la libre actividad económica. De Soto sostiene que un informal no puede aprovechar las economías derivadas de una elevada producción como sí lo hace un empresario. Tampoco utilizar maquinaria, ocupar muchos obreros, realizar grandes inversiones o recibir financiamiento bancario.

En resumen, carece de protección y es objeto de corrupción por parte de líderes, policías e inspectores gubernamentales. Mucho menos paga impuestos y como carece de apoyo bancario, acude en busca de él con los agiotistas. En fin, lo que posee para efectuar sus actividades constituye un "capital muerto", pues no lo puede aprovechar ni le sirve parar espaldar ante las agencias de crédito un préstamo que le permita realizar sus actividades. Por otro lado, afirma que aunque la informalidad abarca a millones de personas en todo el mundo, sus costos de funcionamiento son elevados e impiden el desarrollo. Por ello, en vez de ver a los vendedores informales como productores marginales e ineficientes, deben tomarse en su justa dimensión: como protagonistas económicos muy dinámicos que pueden sobrevivir incluso contra las trabas que les impone el Estado y a pesar de las ineficiencias que los distinguen. Además, por lo general son más innovadores y eficientes que los empresarios tradicionales que cuentan con la aceptación oficial. En Perú las ideas de Hernando de Soto calaron hondo en los gobiernos de los que fue asesor, al grado de que se promulgaron 400 leyes para regular a 300 mil informales delas ciudades y a 350 mil propietarios de tierras e inmuebles rurales. Esas empresas aumentaron 40 por ciento su productividad gracias a los nuevos cambios legales y permitieron, entre otras cosas, crear medio millón de empleos, aumentar la recaudación fiscal, a pesar de que se redujo la tasa impositiva que los "de la calle" tuvieron que pagar. También bajó la corrupción de inspectores, policías y demás responsables de "vigilar" el comercio y la producción. El éxito y la novedad de su propuesta se expresa en la venta de miles de ejemplares de su libro, en asesorías a gobiernos y organismos internacionales, pero también en duras críticas de quienes lo califican de parcial y de que su teoría sobre la informalidad adolece de muchas fallas. En México, De Soto es personaje clave en la tarea que el gobierno del presidente Fox realiza para trazar una nueva política social. Al respecto, el experto señala que los pobres de nuestro país son "mucho menos pobres de lo que la gente cree", y que tanto los empresarios como la derecha política dejaron que el estudio de la pobreza se convirtiera en monopolio de la izquierda y por lo tanto de "visiones que se negaron a reconocer los esfuerzos micro empresariales que existen en las comunidades que se desarrollan en el mercado informal". Agrega que nuestro país está en un buen momento para cambiar su contrato social, y para que haya más respeto por los desvalidos abandonando el prejuicio de las clases dirigentes que consideran a la pobreza un fenómeno cultural ("somos pobres porque somos étnica, racial y culturalmente distintos") y por eso es necesario "occidentalizarnos" para cambiar.

CHICLAYO, COMERCIO INFORMAL

anteriormente

Actualmente uno de los problemas que atraviesa nuestra economía peruana es la práctica del comercio ambulatorio. A diario salen miles de peruanos a las calles en busca de llevar un sustento a su familia. Nos encontramos en los alrededores del Mercado Modelo de nuestra ciudad de Chiclayo y hablamos con algunos trabajadores ambulantes, Paola Santisteban Hoyos (43) es una de ellos, lleva 15 años en este oficio, dedicada a la venta de cebiche.

Le preguntamos a Paola Si alguna vez ha trabajado en una empresa, nos responde, que ella nunca ha trabajado para una empresa, porque mayormente lo percibido es lo mínimo, y en algunas solo le pagan por el numero de ventas, en cambio en el comercio ambulatorio puede percibir ingresos de 30 a 40 soles. Si el día es bueno. Paola nos cuenta que el comercio ambulatorio tiene sus riesgos por ejemplo las enfermedades a las que se exponen, y el decomiso de su mercadería por la policía municipal. Ella es conciente de que el trabajo por las calles es ilegal por no pagar ningún tipo de impuesto, pero la necesidad la obliga a hacerlo y pasar al marco de la legalidad. Sería un proceso muy largo, caro, mucho papeleo, que con lo percibido no le alcanzaría. Paola es

una víctima más del estado, que solo favorece a aquellos que poseen grandes capitales, y poniendo trabas a las grandes mayorías. Tal como hemos visto en el caso anterior podríamos decir que las causas inmediatas del comercio informal las encontramos principalmente en el incremento de la pobreza, la crisis económica, el desempleo, el crecimiento de la población. Estas causas son obstáculos que impiden el desarrollo de los pueblos. Hoy en día el Perú ocupa el sexto lugar es América Latina en cuanto a la práctica del comercio al margen de la Ley, no por que los pobladores deseen hacerlo, sino que el costo de vida y las posibilidades son adversas. “Yo llevo vendiendo ya nueve meses DVD´s piratas, antes lavaba ropa”, nos dice una ambulante, “se que lo que vendo es ilegal pero mi necesidad es mayor, yo no veo preocupación del estado por ayudarnos”. Sin duda la realidad que enfrentamos los peruanos es sencillamente denigrante, la discriminación, la falta de oportunidades es desesperante para el poblador. Tal como nos dijo un vendedor de carteras del mercado, el estudió contabilidad, pero no ejerce por que dice que las empresas requieren un personal altamente capacitado y no cuenta con los recursos para asistir a cursos de especialización y mejorarse, él encontró una alternativa en ser ambulante, no le va mal, pero dice que no siempre es así. Como vemos la falta de oportunidades a la gente poco capacitada constituye otro factor que sin duda es alarmante, hoy en un mundo sumamente competitivo, quien es más especializado es quien tiene más oportunidades de conseguir empleo. La informalidad es un problema que el estado debe afrontar y solucionar. Este fenómeno se desarrolla con gran rapidez debido a la ineficiencia de la ley que existe en el Perú en donde obtener la legalidad de algún negocio cuesta tiempo, trabajo, dinero y muchos otros pasos que se deben seguir para obtener y en donde la ley solo favorecen a aquellos sectores que cuentan con altos ingresos y destierra a aquellos sectores bajos que no pueden pagar los impuestos y acceder a la legalidad. Se dice que la informalidad es propia de países en vías de desarrollo en donde el costo de la ley es alto en comparación con los ingresos económicos de la población, los cuales se ven afectados ante los impuestos, sin embargo en este contexto globalizado en el que vivimos los países desarrollados no escapan a la economía informal, lo cual se da a evidenciar en las cuentas nacionales de estos países. En Chiclayo el incremento poblacional a dado origen a la formación de cuantiosos asentamientos humanos producto de las olas migratorias de la selva y sierra norte, es en estos pueblos donde la totalidad de sus habitantes están en condiciones altamente precarias y la pobreza alcanza sus mayores índices.

Es así que la ciudad de la amistad se ha convertido en la ciudad de un potencial comercio ambulatorio convirtiéndose así la informalidad en un problema de escala global que afecta a la ciudadanía y la legalidad. El mercado de abastos esta ubicado casi al centro de la ciudad y alberga cientos de ambulantes que se dedican a la venta de productos conocidos así como de dudosa procedencia, estos vendedores se encuentran distribuidos en los límites del mercado causando desorden público, caos vehicular entre otros problemas y donde los más perjudicados son aquellos que trabajan dentro del margen de lo legal pues ante la competencia de los informales y los altos impuestos (tienen que cargar con el 60% de aquellos que no pagan tributos) terminan quebrando o en el peor de los casos terminan dentro del marco ilegal. La cuestión es si la informalidad es o no justificable, según Jorge castro, Sociólogo, y docente de la UNPRG nos dice que la informalidad puede ser comprendida pero no justificable en la medida que permite que cierto sector de la población que se encuentra rezagada pueda negociar y sustituir con sus ingresos. Sin embargo no es justificable por que trasgrede las normas establecidas. La magnitud de este problema es sumamente amplia y hablar de su erradicación es un reto para las economías nacionales, sin embargo se puede avanzar con propuestas de solución que vengan de parte del estado tales como crear fuentes de trabajo y reducir los costos de legalidad para cualquier tipo de negocio, así mismo capacitar a los comerciantes informales con miras a instaurarse en el marco de la legalidad mediante políticas más justas y humanitarias donde estos puedan pagar un precio razonable sin tantas trabas que compliquen el proceso

Ideas sobre La informalidad de la Economía En nuestra Realidad Peruana. (Tomando en cuenta la idea central de la obra “El otro sendero” de Hernando de Soto) 

Actualmente uno de los problemas que atraviesa nuestra economía peruana es la práctica del comercio ambulatorio. A diario salen miles de peruanos a las calles en busca de llevar un sustento a su familia.



La falta de oportunidades a la gente poco capacitada constituye otro factor que sin duda es alarmante, hoy en un mundo sumamente competitivo, quien es más especializado es quien tiene más oportunidades de conseguir empleo.



La informalidad es un problema que el estado debe afrontar y solucionar. Este fenómeno se desarrolla con gran rapidez debido a la ineficiencia de la ley que existe en el Perú en donde obtener la legalidad de algún negocio cuesta tiempo, trabajo, dinero y muchos otros pasos que se deben seguir para obtener y en donde la ley solo favorecen a aquellos sectores que cuentan con altos ingresos y destierra a aquellos sectores bajos que no pueden pagar los impuestos y acceder a la legalidad. Se dice que la informalidad es propia de países en vías de desarrollo en donde el costo de la ley es alto en comparación con los ingresos económicos de la población, los cuales se ven afectados ante los impuestos, sin embargo en este contexto globalizado en el que vivimos los países desarrollados no escapan a la economía informal, lo cual se da a evidenciar en las cuentas nacionales de estos países.



En Chiclayo el incremento poblacional a dado origen a la formación de cuantiosos asentamientos humanos producto de las olas migratorias de la selva y sierra norte,

es en estos pueblos donde la totalidad de sus habitantes están en condiciones altamente precarias y la pobreza alcanza sus mayores índices. Es así que la ciudad de la amistad se ha convertido en la ciudad de un potencial comercio ambulatorio convirtiéndose así la informalidad en un problema de escala global que afecta a la ciudadanía y la legalidad. 

El mercado de abastos está ubicado casi al centro de la ciudad y alberga cientos de ambulantes que se dedican a la venta de productos conocidos así como de dudosa procedencia, estos vendedores se encuentran distribuidos en los límites del mercado causando desorden público, caos vehicular entre otros problemas y donde los más perjudicados son aquellos que trabajan dentro del margen de lo legal pues ante la competencia de los informales y los altos impuestos (tienen que cargar con el 60% de aquellos que no pagan tributos) terminan quebrando o en el peor de los casos terminan dentro del marco ilegal.



El comercio informal es una las actividades más notables de la economía informal en el Perú. Se lleva a cabo fundamentalmente a través del comercio callejero, los llamados vendedores ambulantes, que existen en todas las ciudades de América Latina. Mucha gente de origen modesto, probablemente emigrantes del campo a la ciudad que, dada la situación en la que se encuentran, tienen que dedicarse a comerciar para así generar una actividad empresarial que les permita ganar una subsistencia mínima y poder sobrevivir.



La visita de los consumidores a lugares de comercios informales, van con la necesidad de comprar productos a un precio más reducido. Hay diferentes puntos para abordar pero trataré esencialmente del comercio informal de ropa.



Sabemos que el comercio informal no es más que un síntoma, principalmente urbano, de una enfermedad crónica del sistema económico, la economía informal. Este fenómeno es una respuesta social que se incrementa en épocas de crisis y que no retrocede fácilmente.