El Nacimiento de La Tragedia

“El nacimiento de la tragedia” Este trabajo monográfico basado en la lectura de “El nacimiento de la tragedia” de Nietzs

Views 208 Downloads 0 File size 54KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

“El nacimiento de la tragedia” Este trabajo monográfico basado en la lectura de “El nacimiento de la tragedia” de Nietzsche, tendrá como intención tocar algunos de los aspectos más resaltantes de la presente obra, en donde su autor sintetizó todos sus conocimientos adquiridos en su juventud relacionados con la antigüedad griega, aportando una concepción totalmente original sobre el desarrollo del arte griego y que propondrá como la base sobre la cual debe asentarse el estudio de la ciencia estética. Asimismo se encuentra dividido en tres capítulos en donde el primero tratará sobre las fuerzas divinas (Apolo-Dioniso) de la cual empezará el desarrollo de la obra de arte; seguidamente en el segundo capitulo se expondrá el nacimiento de la tragedia visto por algunos estudiosos del tema predecesores a Nietzsche y luego la exposición de la tragedia griega según éste; y finalmente en el tercer capitulo la forma como se dio muerte la tragedia griega a través de la influencia de Sócrates. El Arte 1.1 Lo Apolíneo y lo Dionisiaco Nietzsche iniciando su obra marca inmediatamente las fuentes, de la cual debe tomar el estudio de la ciencia estética para llegar a una concepción más elaborada sobre el desarrollo del arte, adoptando para su exposición la visión de las artes de los antiguos griegos que estaban ligadas directamente a la vida y representados en las figuras de sus dos dioses como son Apolo y Dionisos; ambas deidades simbolizan tendencias opuestas que se encuentran una al lado de otra en constante lucha, logrando al final una especie de reconciliación que dará como fruto la aparición de la obra de arte llevada a cabo por lo que Nietzsche define como: “Un acto metafísico de la “voluntad” helénica, aparecen mutuamente emparejados, y de este apareamiento generan en último término la obra de arte, tan dionisiaca como apolínea de la tragedia ática” 1. Estas divinidades, claves para la compresión de su propuesta estética, se manifestaron en lo griegos de forma inherente a la vida, sin necesidad de buscar un acceso por medio de la razón mediante conceptos y teorías, ya que su relación con la belleza se daba de forma muy estrecha, que no era necesario indagar otros campos para su disfrute. A estas potencias divinas, Nietzsche les otorga cualidades humanas como en el caso de Apolo al cual le atribuye de forma análoga al sueño siendo en este último el lugar donde, según la concepción griega, aparecen por primera vez la imagen de los dioses y es de aquí donde el artista tomará las imágenes para interpretar la vida, actuando análogamente como un profeta a través del arte y mediante el cual justifica la vida como posible y digna de ser vivida. Por otra parte, Dioniso se presenta como la apariencia que encontramos en el mundo verdadero visto sin ilusión y que en su analogía con la embriaguez quiebra toda relación con mundos de apariencias, incitando de esta forma a una reconciliación con la naturaleza donde el hombre al ponerse en armonía con su mundo se fusiona como Unidad hombre-mundo: “Se siente Dios, él mismo camina ahora tan extático y realzado como veía caminar a los dioses en los sueños, el hombre no es ya artista, se ha convertido en obra de arte” (op. cit. Pág. 65.) 1.2. Interacción de las potencias Apolo-Dionisos precedente a la tragedia griega Frente a estas dos deidades representantes del arte griego, veremos como los artistas del mundo

helénico se inclinaron por una tendencia apolínea del sueño o una dionisiaca de la embriaguez, en donde lograremos ver totalmente fusionada en la tragedia griega, valiéndonos de los mayores representantes de la poesía griega como son Homero y Arquíloco, vemos ya presente interactuando ambas posturas. En el primero de ellos la condición apolínea se presentará en toda su obra pero se verá enfrentado por la presencia de Arquíloco que maneja una visión subjetiva, negando de esta forma toda objetividad, la cual se consideraba necesaria para toda creación artística. La poesía lírica de Arquíloco explora en el terreno de lo dionisiaco y en ella observa la relación con el mundo verdadero interactuando con el hombre como uno solo; en este punto Nietzsche marca una semejanza del estado dionisiaco relacionándolo con una de sus máximas expresiones: la música; de la siguiente forma. “Se ha unificado completamente con el uno primordial, con su dolor y contradicción, y produce la copia de ese uno primordial como música” 2. Para Nietzsche, la música afecta inmediatamente el corazón como el verdadero lenguaje universal que se entiende en todas partes, y en esto, se refleja su supremacía sobre la palabra. Pero esta música se hará visible como una imagen onírica que guardará relación con el sueño apolíneo. Así, se nos muestra una interacción de estas dos potencias, ya que el poeta al perder su estado unificador con el mundo, el recuerdo de éste, sólo lo hallará en la escena onírica, reavivando el placer a través de la apariencia llevada a cabo por la música. En Arquíloco se nos muestra un indicio de cómo estas dos fuerzas empiezan a reconciliarse logrando cierta conjunción al depender una de la otra. La Tragedia Griega 2.1. Concepciones tradicionales del origen de la tragedia griega De gran importancia para nuestro autor, será la necesidad de exponer las concepciones sobre las cuales los estudiosos de la antigüedad griega tomaron como base para analizar el proceso de formación de la tragedia griega, siendo una de las principales la siguiente: “La tragedia surgió del coro trágico, y que originalmente había coro y nada más coro” 3. A partir de esta afirmación, Nietzsche iniciará el desarrollo de su nueva propuesta estética pero nos expondrá primeramente las teorías con las cuales él se encuentra en desacuerdo en cuanto a la función del coro. La más aceptada era la de emparentar la presencia del coro con el pueblo, simbolizando de esta forma el juez ideal sobre el cual se medirían las acciones de los protagonistas. Nietzsche considera esto como un error al percatarse que la representación del pueblo, no debe encontrarse sobre parámetros racionales ya que en realidad este último se desarrolla en una serie de desenfrenos pasionales, sin estar en condición de dar juicios racionalmente decisivos. Asimismo se han presentado otros pensadores que manejan una concepción más lograda sobre la presencia del coro, entre la que se encuentra el aporte de Schlegel, citado por el mismo Nietzsche en su obra al afirmar: “El coro como compendio y extracto de la masa de espectadores, como el espectador ideal” 4. Con este aporte de Schlegel se empieza a conformar la idea del coro como un ente que permite que el mundo de la escena influya sobre el espectador de manera corpórea y empírica y no como un estar consciente de lo que se nos presenta como una obra de arte, en este punto Nietzsche mostrará su desacuerdo al exponer simplemente que un espectador sin espectáculo es totalmente

absurdo, ya que al arte no se le puede quitar su principal receptor: el espectador, que a su vez está destinado a ser afectado por la representación. 2.2. Nietzsche y la tragedia griega La tragedia griega será para Nietzsche la máxima creación lograda por el mundo griego, ya que en ella vemos presente la gran compenetración a la cual ha llegado el artista al lograr canalizar ambas potencias divinas, en ésta, la presencia del coro servirá como puente para su realización y actuará como “Un autorreflejo del hombre dionisiaco” 5. Este nuevo hombre, identificado con esta deidad y dentro de su nueva realidad logra un sentimiento de igualdad al olvidarse de su posición social, sirviendo únicamente a su Dios y de esta forma actúan como una unidad de actores que se reflejan inconscientemente a si mismos. Nietzsche nos expone esto al decimos: “El encantamiento es la premisa de todo arte dramático. En este encantamiento, el entusiasta dionisiaco se ve a si mismo como sátiro, y a su vez ve al Dios en calidad de sátiro” 6. Al darse este estado por la presencia del coro, el espectador en calidad de sátiro hace una proyección totalmente transformada, y esta nueva proyección la veremos presente como una consumación apolínea, ya que será por esa vía que logre volver a hacer presente esta experiencia, al darse todo este conjunto de visiones en el desarrollo del drama queda el mismo cerrado por completo. Según este nuevo conocimiento Nietzsche concluye sobre la tragedia griega: Como el coro dionisiaco que se descarga una y otra vez en un mundo de imágenes apolíneo. Esto nos da a entender la importancia del coro como el enlazador de estas dos potencias divinas con el cual se constituye todo el verdadero drama donde, por una parte, toda la representación es completamente una experiencia onírica de naturaleza épica, pero que debido al estado dionisiaco que se logra mediante el coro, se genera una conexión que conlleva a ser uno con el ser original de la obra. Vemos en Nietzsche una original interpretación de la función que ejercía el coro tomando por antonomasia la expresión suprema de la naturaleza, impregnada por la presencia de Dionisos como punto central del espectáculo. Muerte de la Tragedia 3.1. Sócrates como culpable Nietzsche no se conforma en su investigación con sólo exponer una original concepción sobre la verdadera función que ejercía la tragedia griega en la antigüedad, sino analiza su desarrollo hasta llegar a su culminación que se dio de forma arbitraria, al exponemos: “la tragedia griega sucumbió de forma distinta a todos los demás géneros artísticos hermanos más antiguos. Murió suicidándose” 7. Este suicidio, según Nietzsche, se dio por los cambios que se dieron en la estructura que presentaba el espectáculo, siendo uno de sus exponentes Eurípides, el cual obviando las potencias divinas de Dionisos y Apolo, los suplantó poniendo en boca de los actores el conocido “Daimon” o “Demon” (aportación indudable de Sócrates). Eurípides toma como canon para la creación de sus obras una de las sentencias máximas otorgada

a Sócrates al decir que, todo tiene que ser inteligible para ser bello, y es a partir de esto, que sus actores se presentan al inicio de la obra y explica todos los acontecimientos desarrollados y que se van a desarrollar. Nietzsche nos expone esto al decimos: “Sócrates era aquel segundo espectador que no comprendía la tragedia antigua, y por eso, no lo apreciaba, en alianza con él, Eurípides se atrevió a ser el heraldo de un nuevo crear artístico” 8. A partir de las ideas optimistas y las utopías surgidas gracias por el establecimiento de la dialéctica por parte de Sócrates en su interés de ir concepto tras concepto hasta alcanzar los universales, afirma Nietzsche que se enterró el sentido más importante que debe tener la cultura, que consiste en la afirmación trágica de la vida; de esta forma también queda enterrada la necesidad del arte como única potencia salvadora que se encontraba en una posición privilegiada, al otro lado de la moral y la ciencia. Conclusión En “El nacimiento de la tragedia griega” de Friedrich Nietzsche se nos presenta una visión totalmente original de concepciones hasta la época nunca vistas y oídas, a las cuales el filósofo llegó a través de su ardua formación intelectual y espiritual en sus años de juventud. Nietzsche iniciará con este libro la irrupción de todo un tumulto de concepciones que se habían mantenido inalterables, sin miedo de exponer a los culpables que en el caso de “El nacimiento de la tragedia” llevará por nombre a Sócrates, como destructor de todo el goce de la antigüedad presocrática en el que el arte estaba inspirado por Apolo y Dioniso y de este modo dominado por el instinto. Al incluir Sócrates el carácter racional a la vida, proponiéndolo como necesario para un mejor vivir, se pierde inmediatamente el espíritu de la tragedia que nos proporcionaba el sentimiento de una unidad necesaria con todos los seres vivos. Su pensamiento nos presenta lo horrible y cruel de la naturaleza, caracterizado por su aspecto dionisiaco pero que necesita de su redención en la apariencia que no los brinda el aspecto apolíneo. En consecuencia, al darse un instinto de apareamiento en ambas fuerzas divinas, surge la verdadera obra de arte que al tener conciencia de su formación, se nos presenta frente a la vida como la verdadera metafísica, a la cual todos deberían recurrir para hallar un verdadero significado, que no se restringe de conceptos morales y científicos.