El Misterio Del Capital

El misterio del Capital Por: Alejandro Lora Longaric Economista Hernando de Soto, probablemente el economista latinoamer

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El misterio del Capital Por: Alejandro Lora Longaric Economista Hernando de Soto, probablemente el economista latinoamericano más influyente del mundo, explica por qué el Capitalismo tiene éxito en los países desarrollados y parece fracasar en los países en desarrollo. Según De Soto, cuando la propiedad sobre el capital puede ser claramente identificada (títulos de propiedad, títulos valores, contratos, etc.), el capital puede ser utilizado para otros fines que dan lugar al aumento de su valor original (créditos sobre la hipoteca de la casa que permiten otras inversiones, mercados de valores, subcontrataciones, etc.) y que, por tanto, acaban creando más capital, es decir, más riqueza. En su obra “El Misterio del Capital”, De Soto demuestra que los países desarrollados, a lo largo de su historia, implementaron sistemas de representación que permiten que el capital existente en sus economías pueda ser identificado con precisión, mientras que no ocurrió lo mismo en los países en desarrollo. En consecuencia, mientras que casi la totalidad de la economía en los países desarrollados se encuentra representada en un sistema legal que aprovecha todo el capital existente para la creación de más riquezas, en los países en desarrollo buena parte de la economía se encuentra fuera del mercado registrado y regulado por leyes (“formal”), razón por lo que se la denomina vulgarmente “economía informal”, o, en las palabras de De Soto, “economía extralegal”. Por este motivo, los agentes económicos (pequeños productores, comerciantes, etc.) que en total poseen la mayor parte del capital en los países subdesarrollados (habitaciones, casas, parcelas, mercancías) utilizan ese capital esencialmente para satisfacer necesidades físicas inmediatas (techo, producción agrícola de subsistencia e intercambio de alimentos y mercancías de consumo básico). Por su parte, los agentes económicos en los países desarrollados (empresas individuales, sociedades anónimas con responsabilidad limitada, etc.) utilizan el capital como garantía que les permite realizar otras transacciones comerciales. Por ejemplo, un préstamo sobre la hipoteca de una parcela o una casa, permite al productor o comerciante la compra de mejor tecnología, la contratación de profesionales capacitados, el alquiler de un mejor local comercial, por ende, el incremento de su producción y el aumento de sus ganancias. Esto, a su vez, genera la contratación de otro tipo de servicios tanto para proteger y seguir mejorando la producción (seguros, tecnología, capital humano, etc.), como para el aumento de la calidad de vida del comerciante o productor (mejor educación y salud para sus hijos, entretenimiento, etc.). De esta manera, el capital en los países desarrollados promueve la producción de más capital y el auge en otros sectores de la economía (que producen otros bienes y servicios), en otras palabras, genera mayor riqueza y fortalece la economía del país.

Contraria a la tesis de De Soto, la política de desarrollo boliviana no solamente que plantea mantener una economía propia de sociedades subdesarrolladas, donde en su mayor parte el capital se encuentra imperfecta y mínimamente representado y, por tanto, es casi inútil (“muerto” en palabras de De Soto), sino que plantea el retorno a una economía propia de sociedades primitivas, donde en su mayor parte el capital está ciertamente “muerto”, o casi del todo privado de generar mayores riquezas porque se encuentra monopolizado comunitaria o colectivamente (a través de las “comunidades” y su “propiedad comunitaria” o del Estado y