El Metodo de Descartes

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UNIVERSIDAD PRIVADA TELESUP

FILOSOFIA “EL METODO DE LA DUDA SEGÚN DESCARTES” Aquí puedes colocar una imagen sobre el tema escogido

Alumno(a)

(Integrantes)

:NORMAN JOEL ASLLA USCAPI

Carrera Profesional NEGOCIOS

: ADMINISTRACION DE

Admisión Académica

: 2015-1

GLOBALES

Ciclo Académico

:I

Centro de Apoyo

: ODE Cusco

Tutor/Profesor

: CAROLINA V. CARLOS CANALES

Fecha de entrega : 10 de JULIO del 2015

INTRODUCCIÓN

El Discurso del Método es una obra de plenitud mental. Exceptuando algunos diálogos de Platón, no hay libro alguno que lo supere en profundidad y en variedad de intereses y sugestiones. Inaugura la filosofía moderna; abre nuevos cauces a la ciencia; ilumina los rasgos esenciales de la literatura y del carácter francés; en suma, es la autobiografía espiritual de un ingenio superior, que representa, en grado máximo, las más nobles cualidades de una raza nobilísima. No podemos aspirar, en este breve prólogo, a presentar el pensamiento y la obra de Descartes en la riquísima diversidad de sus matices filosóficos, literarios, científicos, artísticos, políticos y aun técnicos. Nos limitaremos, pues, a la filosofía; y aun dentro de este terreno, expondremos sólo los temas generales de mayor virtualidad histórica. El pensamiento cartesiano es como el pórtico de la filosofía moderna. Los rasgos característicos de su arquitectura se encuentran reproducidos, en líneas generales, en la estructura y economía ideológica de los sistemas posteriores. Descartes propone un grupo de problemas a la reflexión filosófica, y ésta se emplea en descifrarlos durante más de un siglo; hasta que una nueva transformación del punto de vista trae a los primeros planos de la conciencia nuevos intereses especulativos y prácticos, que inician nuevos métodos y orientaciones del pensamiento. Kant es quien, por una parte, remata y cierra el ciclo cartesiano y, por otra, inaugura un nuevo modus philosophandi. La historia de la filosofía no es, como muchos creen, una confusa y desconcertante sucesión de doctrinas u opiniones heterogéneas, sino una razonable continuidad de ordenadas superaciones. El Renacimiento Sin embargo, la gran dificultad que se presenta al historiador del cartesianismo es la de encontrar el entronque de Descartes con la filosofía precedente. No es bastante, claro está, señalar literales consecuencias entre Descartes y San Anselmo, ni hacer notar minuciosamente que ha habido en el siglo XV y XVI tales o cuales filósofos que han dudado, y hasta elogiado la duda, o que han hecho de la razón natural el criterio de la verdad, o que han escrito sobre el método, o que han encomiado las matemáticas

ÍNDICE DE CONTENIDO

2

Introducción.................................................................................2 Índice...........................................................................................3 I.

Reseña Biográfica........................................................................4

II.

Contexto Histórico-Cultural...........................................................5

III.

La Duda Metódica........................................................................6 3.1 Crítica del Saber Sensible.......................................................7 3.2 Crítica del Conocimiento Racional…………………………..…..8 3.3 El Cogito: Cogito, Ergo, Sum……………….……………..……..9 3.4 Criterio de verdad…………………………………………….…...10

IV.

Reglas Del Método………………………………………………...…..10 a) Evidencia……………………………………………..….…..…11 b) Análisis………………………………………………….…..…..11 c) Síntesis……………………………………………………...…..12 d) Enumeración/orden……………………………………..…......12 4.1 La Existencia y Veracidad de Dios………………………….…….13 4.2 La Cosa Pensante…………………………………………….…….13 4.3 Ideas………………………………………………………………….14 4.4 El Racionalismo……………………………………………………..15

V.

El Discurso Del Método………………………………………..…..…..16 5.1 Primera parte………………………………………………………..16 5.2 Segunda parte………………………………………………..….….16 5.3 Tercera parte………………………………………………………...17 5.4 Cuarta parte……………………………………………………….…17 5.5 Quinta parte………………………………………………………....18 5.6 Sexta parte………………………………………………………......19

VI.

Conclusiones………………………………………………………….….20 Bibliografía…………………………………………………………….....21

I.-RESEÑA BIOGRÁFICA René Descartes fue filósofo y matemático francés. Se educó en el colegio jesuita de La Flèche (1604-1612), donde gozó de un cierto trato de favor en atención a su delicada salud. Obtuvo el título de bachiller y de licenciado en derecho por la facultad de Poitiers (1616), y a los veintidós años partió hacia los Países Bajos, donde sirvió como soldado en el ejército de Mauricio de

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Nassau. En 1619 se enroló en las filas del duque de Baviera; el 10 de noviembre, en el curso de tres sueños sucesivos llevó a cabo la elaboración de su método. Tras renunciar a la vida militar, viajó por Alemania y los Países Bajos y regresó a Francia en 1622, para vender sus posesiones y asegurarse así una vida independiente; pasó una temporada en Italia (1623-1625) y se afincó luego en París, donde se relacionó con la mayoría de científicos de la época. En 1628 decidió instalarse en los Países Bajos lugar que consideró más favorable para cumplir los objetivos filosóficos y científicos que se había fijado, y residió allí hasta 1649. Los cinco primeros años los dedicó principalmente a elaborar su propio sistema del mundo y su concepción del hombre y del cuerpo humano, que estaba a punto de completar en 1633 cuando, al tener noticia de la condena de Galileo, renunció a la publicación de su obra, que tendría lugar póstumamente. En 1637 apareció su famoso Discurso del método, presentado como prólogo a tres ensayos científicos. Descartes proponía una duda metódica, que sometiese a juicio todos los conocimientos de la época, aunque, a diferencia de los escépticos, la suya era una duda orientada a la búsqueda de principios últimos sobre los cuales cimentar sólidamente el saber. Los ensayos científicos que seguían, ofrecían un compendio de sus teorías físicas, entre las que destaca su formulación de la ley de inercia y una especificación de su método para las matemáticas. Los fundamentos de su física mecanicista, que hacía de la extensión la principal propiedad de los cuerpos materiales, los situó en la metafísica que expuso en 1641, donde enunció así mismo su demostración de la existencia y la perfección de Dios y de la inmortalidad del alma. El mecanicismo radical de sus teorías físicas, sin embargo, determinó que fuesen superadas más adelante. Pronto su filosofía empezó a ser conocida y comenzó a hacerse famoso, lo cual le acarreó amenazas de persecución religiosa por parte de algunas autoridades académicas y eclesiásticas, tanto en los Países Bajos como en Francia. En 1649 aceptó la invitación de la reina Cristina de Suecia y se desplazó a Estocolmo, donde murió cinco meses después de su llegada a consecuencia de una neumonía. Descartes es considerado como el iniciador de la filosofía racionalista moderna por su planteamiento y resolución del problema de hallar un fundamento del conocimiento que garantice la certeza de éste, y como el filósofo que supone el punto de ruptura definitivo con la escolástica.

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II.-CONTEXTO HISTORICO-CULTURAL Descartes vivió en una época donde se da una ruptura de lo tradicional con lo moderno que fue conocida como Revolución Científica. La Revolución Científica es uno de los grandes acontecimientos que definen al mundo moderno: comienza con la publicación de la obra de Copérnico y culmina con la obra de Newton, pasando por las aportaciones, entre otros, de Galileo y Kepler. Tal acontecimiento no sólo conduce al mundo de los objetos, sino que se convierte para el espíritu en un medio para llevar a cabo su propio conocimiento (nacimiento filosofía moderna). Con ella se quiebra la imagen del mundo antiguo y medieval puesto que comienza una época de exaltación de la razón. La observación sensible se alía con la medición exacta y de ambas surgir la nueva teoría natural dando a la vez un gran empujón a la ciencia que evolucionará como nunca lo había hecho antes. La evolución de la Ciencia se apoya en nuevas corrientes del pensamiento aportadas por Descartes y Bacon. El racionalismo cartesiano apoya la generalización del método matemático y la visión mecanicista del universo, pero no cree en la experimentación y desconfía de los sentidos. Frente a él, Francis Bacon fue un elocuente defensor del método inductivo y de la experimentación. Otros pensadores siguieron por la línea del racionalismo, de Spinoza a Locke y Leibnitz, impulsando destacadamente algunas áreas del conocimiento. Por primera vez se traza una historia física del mundo al margen del dogmatismo y la autoridad religiosa y que sólo quiere apoyarse en los hechos observables y en los principios universales del conocimiento teórico de la naturaleza. Todo este proceso de evolución científica y del pensamiento acabará por culminarse durante la Ilustración donde la razón supeditará por fin a la fe.

III.LA DUDA METÓDICA Descartes dice: lo que debemos cuidarnos es de no caer en el error, debemos ser críticos respecto de nosotros mismos y no solo del pasado. 5

El radicalismo cartesiano se manifiesta por evitar el error. Esto lo lleva a no ya una teoría del error sino a la duda metódica. La duda metódica consiste en hacer de la duda un método, un camino que lleva a la verdad y evita el error. No se conforma con conocimientos más o menos probables, para evitar errores el radicalismo quiere alcanzar un saber absolutamente cierto cuya verdad sea tan firme que este más allá de toda posible duda. Descartes no busca el conocimiento verdadero, sino que busca un conocimiento absolutamente cierto, quiere estar absolutamente seguro de sus conocimientos, no puede aceptar lo dudoso, solo dará por valido lo que sea absolutamente cierto. La manera más segura de encontrar algo absolutamente cierto es dudar de todo, para ver si dudando de todo y aun forzando la duda hasta sus mismos limites, queda algo que resista de ella. El método cartesiano consiste en emplear la duda para ver si hay algo capaz de resistirla y que sea absolutamente cierto. La duda es metódica, universal e hiperbólica: - Metódica: se emplea la duda como instrumento o camino para llegar a la verdad. Y también es universal, porque se aplicará a todo sin excepción. - Universal: porque se aplica a todo sin excepción, nada deberá excluirse de ella hasta no llegar al caso que resulte imposible la duda. - Hiperbólica: porque será llevada hasta su último extremo, hasta su última exageración, forzada al máximo posible. "estamos apartados del conocimiento de la verdad por numerosos prejuicios de los que creemos no poder liberarnos de otro modo que no sea empeñándonos en dudar de todas aquellas cosas en las que hallemos sospecha de incertidumbre. Deben darse por erróneas aun aquellas cosas en que pueda suponerse la más mínima posibilidad de duda y aceptar solamente lo indubitable. "En cuanto a la universalidad no significa que a mis opiniones vaya examinándolas una por una porque sería un trabajo infinito, sino que bastara que dirija mis ataques a los principios en los que se basaban mis opiniones antiguas." Se logrará igualmente el propósito de introducir la duda en ellos si se la dirige a los principios o fundamentos sobre los cuales esos conocimientos se apoyan, las facultades de conocimiento gracias a los cuales se los ha adquirido. Dado que las facultades de conocimiento son los sentidos y la razón: se deberá hacer primero la crítica del saber sensible y luego del saber racional.

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3.1 CRÍTICA DEL SABER SENSIBLE: Conocimiento sensible: las ilusiones de los sentidos y los sueños Descartes postula dos argumentos para probar que el saber sensible debe ser puesto en duda: Las ilusiones de los sentidos y los sueños. - Las ilusiones de los sentidos: "hemos descubierto que los sentidos a veces yerran y es propio de la prudencia no confiar en aquellos que ya nos han engañado una vez". La única actitud prudente sería desconfiarle. Nuestros sentidos muchas veces nos engañan, por lo tanto "las cosas sensibles" resultan dudosas, y no podemos saber si los sentidos nos engañan en todos los casos, por lo menos no es seguro que no nos engañen. Entonces según el método de dar por falso todo lo dudoso, se deberá desechar el saber que nos proporcionan los sentidos. Si bien debe admitirse que los sentidos nos engañan acerca de cosas muy distantes, o acerca de objetos difícilmente perceptibles, hay muchas cosas de las que no puede razonablemente dudarse, aunque las conozcamos por medio de los sentidos; que son, por ejemplo, que estoy aquí, sentado junto al fuego, vestido con una bata, sosteniendo este papel en las manos, y otras cosas por el estilo.

- Los sueños: "he de considerar aquí que soy hombre y que tengo costumbre de dormir y de representarme en sueños las mismas cosas y aun a veces menos verosímiles que los dementes cuando velan" Así sucede que alguna vez en sueños he imaginado estar sentado y escribiendo, cuando en realidad estaba dormido y acostado. "si pienso en ello con atención, me acuerdo de que muchas veces ilusiones semejantes se han burlado de mi mientras dormía, y veo tan claramente que no hay indicios ciertos para distinguir el sueño de la vigilia, me quedo atónito, y es tal mi extrañeza que casi es bastante persuadirme de que estoy durmiendo." No tenemos ningún indicio, ningún signo seguro o criterio que nos permita establecer cuando estamos despiertos y cuando dormidos: no hay posibilidad ninguna de distinguir con absoluta seguridad el sueño de la vigilia. Resulta que todo conocimiento sensible es dudoso, ya sea a través de los sentidos o a través de los sueños. 3.2 CRÍTICA DEL CONOCIMIENTO RACIONAL:

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Descartes enuncia dos argumentos: - Estoy tan expuesto al error como cualquier otro: "hay hombres que yerran al razonar, aun acerca de los más simples asuntos de geometría, y cometen paralogismos (razonamientos incorrectos), entonces juzgué que yo estaba tan expuesto al error como otro cualquiera y rechacé como falsas todas las razones que anteriormente había tenido por demostrativas" Sin ir más lejos, en la matemática, la más racional de las ciencias, existe la posibilidad de equivocarse, aun en una operación sencilla cabe la posibilidad del error. Cabe también la posibilidad de que todos los argumentos racionales sean falaces, de que todo conocimiento racional sea falso. - El genio maligno: Los razonamientos o procesos discursivos se apoyan en "principios", por ejemplo "el todo es mayor que la parte". Estos principios del conocimiento racional no son conocidos de forma discursiva sino intuitivamente, es decir, sin que nuestro pensamiento fluya, sino de modo inmediato, por simple inspección del espíritu. "supondré que cierto genio o espíritu maligno, no menos astuto que burlador y poderoso, ha puesto toda su industria en engañarme" Puede imaginarse que exista un genio maligno poderoso y perverso que nos haya hecho de forma tal que siempre nos equivoquemos, que haya construido de tal forma el espíritu humano que siempre caigamos en el error. Haciendo que nuestros pensamientos se tuerzan deliberadamente y hacernos caer en el error. A este argumento se refiere el hiperbolismo de la duda cartesiana. No es que exista efectivamente este genio maligno, sino que es una posibilidad, por más exagerada o descabellada que sea. Y ya que la duda debe ser llevada hasta su límite mismo si lo tiene e incluso hay que forzarla si en verdad se quiere llegar a un conocimiento absolutamente indubitable. Entonces resulta que la hipótesis del genio maligno representa el punto máximo de la duda, el último extremo a que la duda puede llegar. Aquí la razón misma se hace problema y la tarea es ahora fundamentar la razón, el saber racional. Se encuentra tan cargado de dudas que no puede ni pensar más: "Como si de pronto hubiese caído en aguas profundísimas quedándome tan sorprendido que no puedo afirmar los pies en el fondo ni nadar para mantenerme sobre la superficie"

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La superficie simboliza el saber vulgar, la existencia cotidiana, y el fondo el fundamento absolutamente firme que se busca y hacia el cual se encamina el filósofo.

3.3 EL COGITO: COGITO, ERGO SUM (PIENSO, LUEGO SOY) Cuando la duda llega al extremo se convierte en un conocimiento absolutamente cierto: "queriendo yo pensar que todo es falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta verdad: yo pienso, luego soy, era tan firme y segura que las más extravagantes suposiciones de los escépticos no son capaces de conmoverla, juzgue que podía recibirla sin escrúpulos, como el primer principio de la filosofía que andaba buscando" Aunque suponga que el genio maligno existe y ejerce su poder maléfico sobre mí, yo mismo tengo que existir o ser porque si no podría ser engañado: "no cabe duda de que yo soy, puesto que me engaña (el genio maligno) y por mucho que me engañe no conseguirá hacer que yo no sea nada, mientras yo esté pensando que soy algo habiéndolo pensado bien, la proposición: "yo soy, yo existo" es necesariamente verdadera mientras la estoy pronunciando o concibiendo en mi espíritu." Esta afirmación: cogito, ergo sum (pienso, luego existo) ya no puede ser puesta en duda, por más que la forcemos. Es una verdad absoluta, absolutamente cierta en indubitable, es justamente lo que se buscaba. El cogito constituye el primer principio de la filosofía desde el punto de vista gnoseológico y metodológico: constituye el primer conocimiento seguro, el fundamento de cualquier otra verdad y el punto de partida para construir todo el saber en general. Primero también del punto de vista ontológico porque me pone ante el primer ente indudablemente existente que soy yo mismo en tanto pienso. "Pienso, luego soy" es un conocimiento intuitivo: se lo conoce de modo inmediato, directo y no depende de una premisa mayor de la que se lo deduzca: no tenemos más que reflexionar sobre el cogito (yo pienso) para darnos cuenta en el mismo de su verdad. Pienso, soy o simplemente soy ("existo") sin la conjunción "luego" se ve más claramente la inmediatez del principio. En lugar de "pienso, luego soy" optamos por "Pienso entonces soy" porque no viene el ser después o "luego" del pensar, es inmediato si pienso entonces existo, si pienso entonces soy.

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3.4 CRITERIO DE VERDAD Una afirmación es verdadera cuando lo que ella afirma coincide con el objeto al que se refiere (si digo: "la puerta está abierta", y efectivamente hay una puerta y está abierta, entonces lo afirmado será verdadero). El "criterio" de verdad es la nota, rasgo o carácter mediante el cual se reconoce que una afirmación es verdadera, o que nos perite distinguir un conocimiento verdadero de uno falso. Con el cogito hemos hallado un conocimiento indudablemente verdadero, y Descartes dice que hallará en el también el criterio de verdad, la característica gracias a la cual se lo reconoce como verdadero sin ninguna duda. "En la proposición "yo pienso, luego soy" no hay nada que me asegure que digo la verdad sino que veo muy claramente que para pensar es preciso ser, juzgué entonces que podía admitir esta regla general: las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdaderas." Una proposición (afirmación o negación) sabremos que es verdadera cuando sea clara y distinta, o en una palabra evidente.

IV.-REGLAS DEL MÉTODO "por método entiendo un conjunto de reglas ciertas y fáciles, por las cuales nadie tomará jamás lo falso por verdadero, y sin fatigarse con inútiles esfuerzos del espíritu, sino aumentando progresivamente su saber, al conocimiento verdadero de todo aquello que sea capaz". Descartes enuncia cuatro reglas o preceptos que reúnen todo su pensamiento metodológico: 

A). Evidencia:

"no admitir como verdadera cosa alguna si no se con evidencia que lo es, es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presente tan clara y distintamente a mi espíritu, que no hubiese ninguna ocasión de ponerlo en duda." Se debe admitir como verdadero un conocimiento solo en caso de que sea evidente, esto es cuando no se pueda dudar de él, "cuando no haya ninguna ocasión de ponerlo en duda". La evidencia tiene dos características fundamentales: Claridad y distinción. Un conocimiento es claro cuando "está presente y manifiesto a un espíritu atento", es decir cuando la idea a la que me refiero se muestra directamente al

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espíritu, está inmediatamente presente en éste. (por ejemplo, en el momento que tengo un dolor, ese dolor es claro, ahora cuando ya no lo siento y solo queda un recuerdo de ese dolor tendré un conocimiento "oscuro" de ese dolor). Si además de este conocimiento de algo no hay nada que no le pertenezca a ese algo, el conocimiento será distinto, es decir, cuando no se mezcla con otra cosa. "Claro" se opone a "oscuro" y "distinto" a "confuso". Todo conocimiento distinto tiene que ser a la vez claro, pero un conocimiento claro puede ser distinto o confuso. El precepto de evidencia ordena evitar dos fuertes propensiones de nuestro espíritu: Precipitación: consiste en afirmar o negar algo antes de haber llegado a la evidencia. Prevención: equivale a los prejuicios, y en general a todos los conocimientos, verdaderos o falsos, que nos llegan por tradición, educación, factores sociales, etc. Y no por evidencia. Sino que son conocimientos heredados. La regla de la evidencia encuentra su confirmación y su fuente en el cogito, porque el que éste sea un conocimiento indubitable se lo reconoce en la circunstancia que es evidente. 

B). Análisis: Dividir lo complejo hasta llegar a lo simple.

"dividir cada una de las dificultades que examinaré, en cuantas partes fuera posible y en cuantas requiriese su mejor solución" La regla del análisis dice, cuando nos ocupamos de cualquier problema o dificultad o cuestión compleja, se lo debe dividir, analizar y seguir con la división hasta llegar a algo evidente, de modo que la división es a la vez el procedimiento para alcanzar la evidencia. Este estudio es necesario pero requiere complementarse con la relación reciproca de las partes y con la visión del conjunto, y esto es lo que prescribe la regla de la síntesis. 

C). Síntesis: Unión de lo simple hasta llegar a lo complejo

"conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo gradualmente hasta el conocimiento de los más compuestos e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden naturalmente."

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En todo conocimiento debe partirse siempre desde lo más simple a lo más complejo, siempre según un orden racional. Hay que suponer un orden aún entre los conceptos que no se preceden naturalmente. 

D). Enumeración/orden: Revisar lo que conocí.

"hacer en todo unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada" Esta regla exige examinar lo estudiado para ver si no hay ningún tema o aspecto pasado por alto, ya sea en el momento analítico o en el sintético. Esta regla exige que se hagan todas las revisiones necesarias hasta llegar a la certeza de que no se ha omitido ningún miembro del razonamiento.

4.1 LA COSA PENSANTE: SOY UNA SUBSTANCIA O COSA PENSANTE (RES COGITANS) Podemos dudar de todo menos de que, en tanto pienso, soy. Pero ¿que soy yo? "examine atentamente lo que yo era, y viendo que podía fingir que no tenía cuerpo alguno y que no había mundo ni lugar alguno en el que yo me encontrase, pero no podía fingir por ello que no fuese. ( 婠 conocí por ello que yo era una sustancia cuya esencia o naturaleza toda es pensar, y que no necesita para ser de un lugar ni depende de ninguna cosa material; este yo, el alma por la cual soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo y hasta más fácil de conocer que este y, aunque el cuerpo no fuese, el alma no dejaría de ser cuanto es" Entonces, yo soy una substancia o cosa pensante (res cogitans), una cosa cuya propiedad fundamental, esencial y definitoria consiste en pensar. Con el término pensar se refiere a toda actividad psíquica consciente: ¿Qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, entiende, concibe, afirma, niega, quiere, no quiere, y también imagina y siente. Este yo o cosa pensante, o alma, es independiente del cuerpo y más fácil de conocer que este, no se si tengo cuerpo o no, pero la existencia de mi alma o yo (el cogito) es indubitable. De mi cuerpo tengo conocimiento indirecto a través de mis vivencias (sensaciones, dolores, etc.) que no son nada corporal sino pensamientos, es decir, modos de la substancia pensante, sus estados o manifestaciones.

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4.2 IDEAS: INNATAS, ADVENTICIAS Y FACTICIAS Entre los pensamientos hay algunos que son de singular importancia y que Descartes los llama "ideas" "entre mis pensamientos, unos son como las imágenes de las cosas y sólo a éstos conviene el nombre de idea: como cuando me represento un hombre, una quimera, un ángel o el mismo Dios" Pensamientos como el de "hombre", "triangulo" o "cosa" los llama ideas y estas son como imágenes de las cosas, especie de cuadros o fotografías, representaciones mentales de las cosas. Las ideas se dividen en: Innatas, Adventicias y Facticias Adventicias: son las ideas que vienen del exterior, a través de los sentidos (por ejemplo: la idea de rojo, amargo, etc.) Facticias: son las ideas que nosotros mismos elaboramos mediante la imaginación (por ejemplo, la idea de centauro o quimera) Innatas: son las ideas que el alma trae consigo, constituyendo un patrimonio original, con total independencia de la experiencia. De éstas unas representan cosas o propiedades de cosas (como las ideas de Dios, alma, círculo, mayor); y otras son axiomas o verdades eternas, y son proposiciones como "el todo es mayor que la parte" o "nada puede ser y no ser al mismo tiempo" (principio de contradicción), de la nada no resulta nada" (principio de causalidad) etc. La razón trabaja con ideas innatas. Si nos atenemos a las reglas del método ya establecidas tendremos siempre un conocimiento evidente, absolutamente seguro. Para ir más allá de la sola afirmación del cogito (lo que llevaría a caer en el solipsismo: teoría según la cual lo único que puede conocerse es mi yo, "solo yo mismo") y salir de la inmanencia de la conciencia, se debe eliminar por completo la hipótesis del genio maligno, y esto se logra mediante la demostración de la existencia de Dios.

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4.3 LA EXISTENCIA Y VERACIDAD DE DIOS Descartes utiliza tres pruebas para demostrar la existencia de Dios, pero solo veremos dos. Las dos pruebas parten de la idea de Dios, la idea de un ente perfecto (idea que tengo independientemente de que yo crea en Su existencia o no). 

1. Algo o alguien más perfecto que yo produce la idea de Dios en mí: Esa idea de Dios que yo tengo fue producida por algo o alguien, necesita una causa, porque de la nada, nada sale. Esa causa no puedo ser yo, porque yo soy imperfecto (soy imperfecto porque dudo) y lo imperfecto no puede ser causa de lo perfecto. Es preciso entonces que esa idea me la haya puesto alguien más perfecto que yo, a saber Dios. Por lo tanto, Dios existe.



2. Argumento ontológico: Tengo la idea de un ente perfecto, siendo este ente perfecto no le puede faltar nada, porque si le faltase algo sería imperfecto, por lo tanto tiene que existir porque si no existiese le faltaría la existencia, sería inexistente, y esto es evidencia de imperfección. Entonces en la esencia o concepto de Dios se encuentra como nota suya, que no le puede faltar, la de existir.

"es tan imposible separar de la esencia de Dios su existencia, como tratar de concebir una montaña sin la idea de valle" "la existencia necesaria y eterna está comprendida en la idea de un ser enteramente perfecto" Dios que es una substancia pensante infinita (a diferencia de mi que soy substancia finita) y que es perfecto, no puede ser engañador ni mentiroso, sino totalmente veraz; si nos ha hecho con nuestra razón y las ideas innatas, y esta razón y estas ideas son instrumentos válidos para el conocimiento. De manera que la veracidad de Dios es la garantía y fundamento de la verdad del conocimiento evidente, claro y distinto. Y si nos equivocamos no es por culpa de Dios, sino por nuestra culpa, porque nos apresuramos a juzgar antes de haber llegado al conocimiento claro y distinto o nos dejamos llevar por los prejuicios. Dios ocupa un papel fundamental en el sistema cartesiano, ya que es el único camino posible para evitar la hipótesis del genio maligno. Sin demostrar la existencia de Dios no podríamos tener ningún conocimiento cierto fuera del cogito, por lo tanto el único modo de avanzar e ir mas alla del "yo pienso" es la

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demostración de la existencia de un Ser perfecto, que no nos engaña y que nos garantiza el valor de todo conocimiento claro y distinto.

4.4 EL RACIONALISMO Según el racionalismo, el verdadero conocimiento es el conocimiento necesario y universal, el que se logra con la sola y exclusiva ayuda de la razón, sin recurso ninguno de la experiencia ni los sentidos. Las ideas innatas son siempre para el racionalismo el modelo e ideal de todo conocimiento. - El racionalismo asegura que partiendo de puros conceptos se llega a los conocimientos más complicados, y ello de modo universal y necesario, como sucede en las matemáticas, partir de axiomas y puros conceptos sin ningún recurso de la experiencia. - La idea es la cosa misma en tanto pensada: La verdadera estructura de las cosas, más alla de las apariencias o fenómenos que nos dan los sentidos, es racional, tiene un trasfondo inteligible que constituye el verdadero ser de las cosas. Por lo tanto entre la estructura de esa realidad y la de nuestra razón hay paralelismo, correspondencia o afinidad. - La razón no debe nada a la experiencia sino que es una facultad independiente de esta (a priori) y por ello sus conceptos no los encontramos ni podemos encontrarlos en la experiencia. - El conocimiento que nos proporciona la razón es válido porque Dios es quien nos ha creado –no un genio maligno- y en su infinita bondad y veracidad no puede querer engañarnos. Entre las ideas innatas hay dos que en el racionalismo son esenciales: los conceptos de substancia y causalidad. La primera demostración de la existencia de Dios se apoya en la relación de causalidad. La causalidad representa una relación necesaria de nuestro pensamiento y las cosas, que Descartes afirma es un axioma o verdad eterna. En cuanto al concepto de substancia, este representa para el racionalismo el modo de ser fundamental y primario: todo lo que es, o es cosa, o es propiedad o característica de alguna cosa. Mi propio ser es el ser de una cosa –una substancia pensante infinita-; y Dios, que es substancia pensante infinita, ya sabemos su papel fundamental en

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el sistema cartesiano: es garantía de la validez del conocimiento claro y distinto.

V.-EL DISCURSO DEL MÉTODO El Discurso del Método es considerado como la obra cumbre de René Descartes, consta de seis partes que se resumirán a continuación.

5.1 PRIMERA PARTE: En este capítulo Descartes parte de la afirmación de que toda persona es poseedora de razón y por tanto capaz de emitir juicios aunque no todos ellos sean correctos. No todos los juicios son acertados pues cada cual sigue un camino concreto para razonar, es por esto que el autor pretende mostrarnos un método que nos permita conducir a la razón por el camino correcto para que esta nos lleve a la emisión de juicios verdaderos o correctos. Dice en esta primera parte que fue educado como hombre de saber, es decir, que en su infancia y adolescencia pudo estudiar aunque esto no le reportó más que dudas. Todas las ciencias, a excepción de las matemáticas, estaban faltas para él de verosimilitud por diferentes motivos y por ello, habiéndose quedado insatisfecho de su aprendizaje, decidió recorrer mundo para observar distintas costumbres de diferentes pueblos así como los juicios emitidos por sus gentes. Cansado de buscar en el exterior, pues había sido una búsqueda sin resultado, decidió indagar en su interior hallando aquí frutos por fin.

5.2 SEGUNDA PARTE: Encontrándose Descartes retenido en un edificio por la inminente llegada del invierno en Alemania, se recluyó en su habitación donde se dedicó a reflexionar durante largo tiempo. Concluyó con el paso de los días que las obras mejor hechas eran aquellas que habían sido empezadas y acabadas por un mismo

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autor y que sin embargo, el saber no era más que la aportación de diferentes ideas a otras que ya estaban concebidas, y que se tomaban como ciertas, en fin, una suma de opiniones. No sabiendo en cual de dichas opiniones confiar, decidió buscar dentro de si mismo pero a partir de las matemáticas, única ciencia para él capaz de demostrar que sus ideas son verdaderas y a partir de ellas constituyó su método que constaba de cuatro pasos: 1º La evidencia: “No aceptar jamás cosa alguna por verdadera que no supiese con evidencia que lo es, es decir, evitar cuidadosamente la percepción y la prevención, y no comprender jamás en mis juicios lo que no se prestase tan clara y distintamente a mi espíritu que no tuviese ocasión de ponerlo en duda” 2º El análisis: “Dividir cada una de las dificultades que examinaré en tantas partes como pudiera y que fuera necesarias para resolverlas mejor” 3º La síntesis: “ Conducir por orden mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y fáciles de conocer, para ascender poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento más complejo; suponiendo incluso el orden entre aquellos que no se preceden naturalmente” 4º La comprobación: “Hacer en todo enumeraciones tan enteras y revisiones tan generales que llegase a estar seguro de no omitir nada” Siguiéndolo al pie de la letra consiguió entender y deducir por si mismo muchos aspectos antes harto difíciles para él de la única ciencia verdadera. Sin embargo acabó por darse cuenta de que todas las demás ciencias partían de un fundamento filosófico no habiendo aun encontrado él verosimilitud alguna en la filosofía en por lo que decidió adiestrar bien su mente en el método para poder abarcar cuando estuviese preparado dicho campo y así poder dar definitivamente verosimilitud a las ciencias existentes.

5.3 TERCERA PARTE: Como Descartes a través de su método se había visto obligado a poner todo lo referente a la razón en duda, decidió crear una moral provisional utilizándola como patrón de conducta mientras no encontrase las ideas verdaderas. Ésta se sustentaba sobre tres pilares fundamentales, debía obedecer las leyes y costumbres de su país, debía ser consecuente y llevar las decisiones hasta el final una vez que tomaba opiniones dudosas como seguras y que siempre debía vencerse a si mismo antes que a la fortuna, alterar sus deseos antes que ordenar el mundo y acostumbrarse a creer que sus deseos están enteramente en su poder de manera que si después de haber obrado lo mejor que se ha podido no se ha logrado lo que se deseaba es algo inalcanzable para nosotros.

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Así actuó durante largo tiempo para poder continuar instruyéndose. Su siguiente paso fue desprenderse de todas aquellas opiniones preconcebidas que le habían inculcado y no estaban dotadas den un principio de certeza por lo que se dedicó a recorrer mundo como espectador y a reflexionar y analizar las acciones de otros. Fue finalmente en el noveno año de su viaje cuando no sin temor se decidió a abordar el campo filosófico para buscar los fundamentos de la filosofía.

5.4 CUARTA PARTE: En este capítulo Descartes nos demuestra la existencia de Dios a través de la utilización de su propio método. Comienza su explicación no aceptando como verdadero todo aquello que lleve implícito la menor duda. Duda entonces de los sentidos alegando que estos son totalmente subjetivos, duda luego de la existencia de la realidad ya que según él somos incapaces de darnos cuenta de si estamos soñando o en estado de vigilia. Sin embargo consigue encontrar aquello sobre lo que no existe ningún tipo de duda, algo que constituirá la base de su filosofía, no puede dudar de que está dudando y por tanto pensando. Afirma además que al dudar se convierte en un ser imperfecto y que debe haber un ser en posesión de la certeza absoluta que no es otro que Dios. Así mismo ideará un patrón general para distinguir entre aquellas ideas verdaderas y las que no lo son, considerando como ideas certeras aquellas que sean claras y distintas basándose en que Dios las dota de certeza. Por último en este capítulo sobre la afirmación del primer principio de la filosofía “pienso luego existo” Descartes fundamente su metafísica alegando que los seres humanos somos sustancias y que en esencia somos seres pensantes y que como toda sustancia estamos compuestos y por tanto somos imperfectos y de ahí saca la conclusión de que dios debe ser solamente esencia pues como ser perfecto no puede ser compuesto.

5.5 QUINTA PARTE: En esta parte se nos presenta los fundamentos de la física cartesiana. Para Descartes el mundo fue formado de la mano de Dios, quien tomando varias partes de materia de espacios imaginarios creó un caos que conformó la naturaleza y que está regido por unas normas ya preestablecidas por el creador. De estas leyes derivan el movimiento y demás cualidades del cielo y los astros.

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Se explican también en esta parte del discurso las semejanzas y diferencias entre seres humanos y animales. Así encuentra que los seres humanos tienen una parte irracional que los hace semejantes a los animales en algunos aspectos, estos son todas aquellas funciones que realiza cada persona sin pensar en ellas como es el caso de la respiración o del movimiento del corazón (este último es explicado minuciosamente en el libro). En cuanto a las diferencias Descartes afirma que a pesar de que el ser humano sea capaz de crear una máquina perfecta que se mueva y realice algunos trabajos mejor que nosotros mismos, nunca tendrá la facultad de hablar y mucho menos de pensar, siendo estas dos facultades las que nos distinga también de los animales. Además al contrario que el alma que poseen los animales, la de los seres humanos es independiente del cuerpo y no está destinada a morir como este.

5.6 SEXTA PARTE: En esta última parte Descartes opina que sería buena editar su obra ya que a partir de esta, otras personas podrían continuar su tarea de investigación y dar lugar así a nuevos adelantos en medicina y nuevas invenciones, además de esta manera y puesto que admite finalmente necesitar de la experiencia alguien interesado en su trabajo podría realizar investigaciones bajo sus ordenes. Sin embargo luego de este razonamiento recapacita y de inclina hace la postura de no publicar su libro pues según él cree no estará exento de críticas y esto lo descuidaría de su labor de investigación al igual que lo haría la llegada de cualquier ayudante, el cual además, no podría realizar el trabajo que se le encomendase tan bien como el propio Descartes ya que el fue quien discurrió todo el proceso y por tanto quien mejor lo conoce. En última instancia reconsidera su decisión y se decide a publicarlo pues muchos conocían sus intenciones de editar por lo que podrían penar que las causas por las que se abstenía de publicarlo fueran desfavorables para él mismo. También contribuyó en esta decisión el retraso sufrido en sus investigaciones pues eran muchas las experiencias que debía realizar y aunque no le halagase que el público tomase gran parte en las cosas de su interés, quizá con ayuda pudiese dejar un mayor legado de conocimientos para la posteridad.

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VI.-COCLUSIONES Es lógico que este libro haya supuesto una revolución para su época, entendido claro está, que es se editó por primera vez en la etapa de auge del racionalismo y como se ha podido observar, el autor hila una afirmación tras otra basándose únicamente en la argumentación racional de cada una de sus afirmaciones, por mi parte esto es digno de admiración. Sin embargo y aunque comparto con el escritor los puntos de vista de varios aspectos, El Discurso del Método es un libro, según mi opinión un tanto arduo. Cierto es que todos erramos y razonamos de distintas formas pero ¿estaríamos en condiciones de admitir que solo existe una única verdad? Y si es así ¿quién sabe cuál es la certera? Según la teoría cartesiana las ideas verdaderas, o dotadas de verdad son aquellas que poseen como cualidades de claridad y distinción y se asume que son claras y distintas por el hecho de haber demostrado la existencia de Dios. En cambio y gracias a la perspectiva de futuro desde la que hoy puede hacerse este comentario crítico, hay suficientes pruebas como para demostrar que la Tierra no ha sido creada a partir de nadie y si tuviese que existir una causa incausada sería el Big bang. Una vez hechas estas dos afirmaciones ¿quién tiene el poder o la sabiduría necesaria para afirmar que ideas son verdaderas y cuáles falsas? Esta es una de las partes por las que no estoy de acuerdo con el pensamiento de Descartes, para mí es un pensamiento bien encuadrado en su época pero insuficiente para la nuestra.

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También hay otras ideas con las que estoy de acuerdo como la diferenciación que el autor establece en la quinta parte del libro entre animales, máquinas y humanos ya que para bien o para mal somos distintos a ellos en dos rasgos esenciales bajo mi punto de vista, en el lenguaje y en la capacidad de la que hemos sido dotados para pensar como bien afirma Descartes.

BIBLIOGRAFIA:



DESCARTES, R.: Discurso del método; estudio preliminar, traducción y notas de Bello Reguera, E.; ed. Tecnos, Madrid, 2003.



DESCARTES, R. Discurso del método; trad., cronología, bibliografía y notas de Jorge Aurelio Díaz A., ed. Norma. Santa Fe de Bogotá, 1992.

REFERENCIAS 

*http://html.rincondelvago.com/descartes-y-su-filosofia.html.



MICROSOFT, Enciclopedia Encarta 2001, Aristóteles, 2001.

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