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López Rodríguez Angel Martín

Centro Universitario De Monterrey

Carrera: Licenciatura en Psicología

Alumno: Angel Martín López Rodríguez

Materia: Historia socioeconómica y política de México

López Rodríguez Angel Martín

Ensayo, El laberinto de la soledad.

El laberinto de la soledad una de las más destacadas obras de las letras Mexicanas, una obra con un carácter analítico y fascinante, Octavio Paz nos presenta un estudio sobre el mexicano, una reflexión sobre nuestra identidad, raíces, nuestra duda, la vida y la muerte. 8 Capítulos en los que visitaremos la historia de México y revisaremos sus momentos más dramáticos y simbólicos en nuestra cultura. Dentro de estos observamos la diversidad del mexicano, en una sociedad que claramente no quiere integrar, su enajenación y una duda acerca de nuestro propio principio.

“Cuando soñamos que soñamos esta próximo el despertar.- Novalis.

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El problema de la soledad en el mexicano como una parte que lo integra. A su vez dejándolo en un estado de aislamiento. Octavio Paz nos describe esto, como a una adolescente pues desde la caída de los aztecas, y como nos arrancaron de ahí, de nuestras raíces, la conquista, la colonia, independencia y consiguientemente la revolución ha contribuido a que nuestra nación no supere su “Adolescencia”. Pues nos preguntamos ¿Qué somos y cómo realizaremos eso que somos?, pues estamos tomando conciencia de nuestro propio ser, así Octavio Paz lo compara con el “trance de crecimiento” de los pueblos. El primer capítulo nos pone en la ciudad de Los Ángeles, nos habla de la comparación de los Norteamericanos promedio y los mexicanos residiendo en ese país, unos mexicanos que no se mezclan con esas personas, pero tampoco reconocen su identidad Mexicana, autodenominados “Pachucos”, unos grupos particularmente de jóvenes con una conducta, lenguaje y vestimenta muy característica, individuos que a pesar de que no quiere pertenecer a su origen Mexicano, tampoco quieren estar dentro del sistema americano. Un ser que gusta de provocar e irritar a la sociedad, de mofarse de su sistema pero a la vez de exhibir su “herida”, se siente libre al romper las reglas y al conocer lo prohibido, de desafiar al sistema, el Pachuco es un ser que se siente distinto, y por ello, que está solo. Este es uno de los extremos a los que puede llegar el mexicano. La inferioridad, sin duda algo muy adherido al mexicano, un sentimiento hacia las culturas extranjeras, una inferioridad frente al mundo, citare las palabras “La existencia de un sentimiento de real o supuesta inferioridad frente al mundo se podría explicar, parcialmente al menos, la reserva con que el mexicano se presenta a los demás y la violencia inesperada con que las fuerzas reprimidas rompen esa mascara impasible” (22). Podemos explicar esto, pues nosotros y los norteamericanos no tenemos diferencias raciales ni físicas, si no en una ideología, una forma de afrontar el

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mundo, un juego de máscaras, como todo individuo en el planeta, ellos usan una máscara, nosotros usamos otra mascara diferente. “ellos son crédulos, nosotros somos creyentes” (26) Pero este supuesto complejo de inferioridad es negado pues “Sentirse solo no es sentirse inferior sino diferente”, la soledad no es una ilusión, como lo es la inferioridad, es la vida contemplada con los ojos abiertos, esta soledad en el mexicano tiene sus raíces en el fuerte sentido de religión presente en México, y en la muerte misma, nuestra perfecta compañera de vida, México rinde culto a la muerte pues es dadora de vida.

Las Máscaras mexicanas, las diferentes facetas del mexicano, un ser singular, un individuo que siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás, pero también lejos de si mismo, capaz de usar el silencio, y la palabra como defensa. Estas facetas revelan como el mexicano se expresa para sobresalir, pero de igual manera para quedarnos solo si molestias, estas mascaras que usamos para proteger nuestra intimidad, no nos interesa la ajena, como resultado cerramos el circulo de la soledad una vez más. El mexicano tiene un poder único, el poder de la palabra, un lenguaje y palabras que usamos diariamente que plasman nuestra identidad y nuestra ideología, como la palabra “rajarse”, palabras que no podemos dejar pasar por nosotros pues, nos indica, que el que se “raja” ya no es mexicano sin no un vil traidor, un cobarde, aquí entra una descripción de la mexicana, o más bien, el concepto que el mexicano tiene de ella, un machismo que vive dentro del mexicano, pues se piensa que las mujeres por su origen de inferioridad física son seres menos que el hombre, un pensamiento que sigue muy arraigado en la cultura mexicana, si bien, la ideología actualmente es más flexible y podemos ver un liberalismo marcado en la mujer, el machismo es una idea que sigue presente en nuestro país, y en gran cantidad. Dentro de todo esto, también se está consciente de que la mujer, la tierra, representa la continuidad de nuestra especie, el orden y la dulzura. De nada sirve esto, pues el machismo necesita mujeres sin personalidad para subsistir. Entre sus máscaras, sus mentiras, podemos ver sus creencias eso que somos, y lo que queremos ser, como ejemplo podemos ver una verdad sorprendente, un ejemplo, alguien escucho un ruido y al preguntar quién era, la sirvienta recién contratada le contesto “no es nadie señor, soy yo”, Ese alguien que es nadie, pero sin embargo, está presente siempre.

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Estas mascaras terminan por denotar algo, lo que somos, una nación de pseudonacionalistas, patriotas hipócritas, que solo sienten ese nacionalismo en momentos específicos, pues “las fiestas son nuestro único lujo” (53) Son esos momentos en los que el pasado, el presente y el futuro se reconcilian, donde se detiene la marcha del tiempo, el momento en el que el mexicano se siente completo. Dentro de estos festejos el que llamas más la atención tanto a extranjeros como mexicanos es el día de muertos, desde que llegaron los españoles, todo el mundo se impresiona por el culto y festejo que tenemos a la muerte. Ahora, “todo funciona como si la muerte no existiera” dice Paz pues la salud se exalta con drogas “milagrosas”. La muerte ya no es tránsito, si no su amor más permanente, nuestro juguete favorito

“El Mexicano no quiere o no se atreve a ser el mismo” pues hay demasiados fantasmas que habitan, los ya mencionados, la conquista, la colonia, la independencia, los enfrentamientos con Francia, tenemos muchos abandonos por parte de los dioses. Una expresión que nos identifica al exterior, “Viva México, hijos de la chingada!” (82) Ese grito muy común en esos mexicanos borrachos de orgullo en 15 de septiembre. Pero, que es la chingada, muchos mexicanos no lo saben, los hijos de la chingada son los otros, los que no son mexicanos, los malinchistas, esto retrata el amorodio de los mexicanos hacia nosotros mismos. Al gritar Viva México, hijos de la chingada gritamos nuestra voluntad de cerrar nuestros ojos ante el pasado.

En la conquista y la colonia, la agricultura, el maíz, el juego de pelota y el sacrificio humano, era algo característico de Mesoamérica, los dioses antiguos, contemplaron sin duda, la llegada de ese invasor español. Con esta llegada los pueblos sometidos ante los aztecas, tuvieron la visión de una posible liberación, por eso mismo o eran indiferentes o no oponían resistencia, Las profecías se habían cumplido y los dioses habían dado espalda a sus seguidores, ningún otro pueblo había estado tan desamparado como ellos.

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“México nace en el siglo XVI hay que convenir que es hijo de una doble violencia imperial y unitaria, de los Aztecas y de los Españoles”(110) La nueva España nunca tuvo una identidad propia, o arte, hasta la llegada de Sor Juana Inés de la Cruz. El catolicismo se convirtió en el corazón de la nueva España, obligando a los indígenas a abrazar ese cristo ensangrentado. Con Sor Juana, “su doble soledad, de mujer e intelectual” la puso en un lugar, la primera mujer moderna de México, cree en dios, pero siempre busca una explicación racional a las cosas, feminista antes de las feministas.

De la independencia a la revolución, “La mentira política, se instaló en nuestros pueblos casi constitucionalmente”. Podemos denotar que México no ha alcanzado su independencia realmente, pues no ha creado un estilo de vida único, no se ha despojado de sus fantasmas del pasado y los complejos que nos sujetan sin dejarnos crecer. Así bien en realidad tuvimos verdaderos héroes de revolución enterados de la situación verdadera, trataron de cambiarlo, de hacer algo, pero lamentablemente se quedaron en el intento “Es la Revolución, la palabra mágica, la palabra que va a cambiarlo todo y que nos va a dar una alegría inmensa y una muerte rápida” (161).

Octavio Paz, dice de la inteligencia Mexicana, “sector que ha hecho del pensamiento crítico su actividad vital” José Vasconcelos, trato de cambiar la cultura de la sociedad por medio de la educación, la fomento, y es considerado el iniciador de la educación moderna en México, brindo la comisión de libros de texto, y el mismo los entregaba en los rincones más apartados del país. Artes populares, muros para los muralistas, se fundan escuelas en todos los rincones de México, la literatura mexicana. Aquí, el país tenía que levantarse, y quien mejor para hacerlo que los intelectuales, los poetas estudiaron economía, los novelistas se hicieron abogados y cosas por el estilo. Obviamente no todos los miembros de la inteligencia colaboraron, y fundaron el partido de oposición nacional.

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Podríamos decir, que “exceptuando la revolución hemos vivido nuestra historia como un episodio de la del mundo entero. Nuestras ideas, así mismo, nunca han sido nuestras del todo, sino herencia o conquista de las engendradas por Europa” A partir de esta revolución México y el mundo viven al día, “con un futuro por inventar”

Sera la política social y económica acertada, es una pregunta que se plantea en “Nuestros Días”, pues esto es algo que va más allá de los errores en nuestro pasado. Se inician alianzas populares por parte de la clase obrera y estas ocasionaron un cambio a una política social más avanzada. Los países comunistas se tenían en cuenta como una minoría cerrada y poderosa, que tenía como punto sostenible la administración y al ejército. A la población mexicana le falta formar una perspectiva nueva sobre América Latina y el resto del mundo. Como ya se mencionó el mexicano se esconde debajo de máscaras, que estas a su vez se transforman en duelo o en fiesta, aun así el mexicano no ha encontrado la reconciliación con su libertad. Por esta razón la destrucción de la razón, no se levantan ni viejos ni nuevos sistemas intelectuales, que sean aptos para entender y explicar esta gran confusión y angustia, esa que hace sentir que no hay nada y que estamos solos.

Para concluir afirmare que todos estos ensayos presentados tienen una vigencia total en la actualidad, pues a pesar que, si bien la cultura y sociedad ha evolucionado en los últimos años, aún está presente esa indiferencia y soledad que el mexicano porta, al no asumir quien es, en la actualidad no tenemos ni un pretexto, nada por lo que sentirnos orgullosos, solamente presuntuosos de nuestra independencia.

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