El hombre de las ratas Freud

Exposición “A 15-Octubre-2015 propósito de un caso de neurosis obsesiva” Sigmund Freud. Catalino Rivera Torralva Jen

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“A

15-Octubre-2015

propósito de un caso de neurosis obsesiva” Sigmund Freud.

Catalino Rivera Torralva Jenifer Elizabeth Pèrez Garcìa Alexis García Cárdenas Ivanhue Gonzalez Vazquez

Plan de exposición: Nuestro equipo hará un juego de preguntas y respuestas que durara un aproximado de 20 minutos. Con este juego pretendemos motivar a nuestros compañeros de clase a participar activamente en con el tema de lectura que previamente se dejó. Primero, organizaremos a nuestros compañeros en tres equipos, posteriormente se harán rondas de preguntas referentes al tema, cada equipo tendrá 30 segundos para responder correctamente, si falla, cualquiera de los otros dos equipos podrá robar los puntos para responder acertadamente. El equipo que acumule más puntos será el ganador de la dinámica. El equipo con menos puntos tendrá que pasar al frente y representar una escena de la lectura (a elección del equipo) como cierre de la exposición. El tiempo contemplado para esta dinámica son 10 minutos, haciendo un total de 30 minutos de exposición. Los expositores preparamos 12 preguntas (tres cada quien) y 12 extras por si llegara a sobrar tiempo.

Introducción: Los puntos principales del caso “hombre de las ratas”, son los siguientes:

  

Inicio el tratamiento el 1 de Octubre de 1907. El tratamiento abarco cerca de un año y alcanzo en restablecimiento total del enfermo. El lenguaje de la neurosis obsesiva es, por así decirlo, un dialecto de lenguaje histérico.

Desarrollo del caso.

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Primer fragmento: El contenido principal de su padecer son temores de que les suceda algo a su padre y a una dama a quien admira, además dice sentir impulsos obsesivos y produce prohibiciones referidas a cosas indiferentes. La enfermedad ya estaba presente en su sexto o séptimo año de vida. Sin embargo fue hasta sus 27 años cuando comenzó a presentar síntomas que no le dejaban continuar cómodamente con su vida. La neurosis está compuesta por: una pulsión erótica y una sublevación contra ella; un deseo y un temor que lo contraría; un afecto penoso y un esfuerzo hacia acciones de defensa. Es importante resaltar que existe una suerte de delirio o formación delirante de raro contenido; en el caso de este enfermo era el que sus padres sabrían sus pensamientos porque él los habría declarado así, sin realmente oírlos. Por tanto se podría decir que ésta neurosis elemental infantil tiene su problema y su aparente absurdidad como cualquier neurosis complicada de adulto. Antes del sexto año de vida del niño, sobre vinieron vivencias traumáticas, conflictos y represiones, que, cayeron bajo la amnesia pero dejaron como residuo ese contenido del temor obsesivo. La amnesia infantil del enfermo termina justamente, con su sexto año. En cuanto a las vivencias sexuales tempranas del paciente, éstas fueron ricas y eficaces, esto mismo ocurre en otros casos de neurosis obsesiva, nunca se echa de menos el carácter de la actividad sexual prematura. También queremos puntualizar que el paciente, desde el comienzo, aun para todos los temores anteriores de que a sus amados les sucediera algo, ha situado tales castigos no sólo en la temporalidad, sino en la eternidad, en el mas más allá. Cuando existe una unión entre contenido de representación y afecto, o sea entre magnitud del reproche y ocasión de él, el lego diría que el efecto es muy grande para la ocasión, y que por consecuencia es falsa la conclusión extraída de reproche (la de ser un criminal en el caso de este paciente). Por contrario a lo que sabe el médico, que el contenido de representación consabido sólo ha caído en este lugar en virtud de un enlace falso. Por ende, se genera una bipartición entre la persona ética (consiente) y la mala (inconsciente). El enfermo asegura ser una persona ética, pero afirma con toda seguridad que en su infancia ha hecho cosas que partían de la otra persona. Los retoños de lo inconsciente reprimidos son los elementos que sostienen al pensar involuntario en que consiste el padecer de él.

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A los doce años, el paciente, amaba a una niña, pero ella no era con él todo lo tierna que él deseaba. Se le ocurrió que ella lo amaría si al él le ocurriera una desgracia, como la muerte del padre, pero rechazo de inmediato la idea. Con ello exteriorizó un deseo. Medio año antes de la muerte del padre, se generó en él el siguiente pensamiento: Por la muerte del padre, acaso se vuelva tan rico que pueda casarse con ella. (No podía casarse con la mujer que amaba a causa de falta de recursos). Un día antes de la muerte del padre él pensó: “Ahora es posible que pierda el ser a quien más amo”; y contra eso vino la contradicción: “No existe todavía otra persona cuya pérdida te sería aún más dolorosa”. Por lo tanto, la angustia tan grande que el enfermo siente, corresponde a un deseo que una vez se tuvo, ahora es reprimido; al igual que el amor intenso que siente hacia su padre, es la condición del odio reprimido. Generando la fuente de la cual la hostilidad contra el padre obtiene su indestructibilidad a los apetitos sensuales, a raíz de los cuales ha sentido al padre como perturbador. Segundo fragmento: También se manifiesta en el paciente un mandamiento suicida, el cual tiene su génesis como una reacción frente a una ira enorme, no aprehensible por la conciencia contra una persona que aparece como perturbadora del amor (el padre, la abuela de la mujer amada y el primo de esta misma). Es importante señalar que dichas manifestaciones se acompañaban de conductas compulsivas, las cuales fueron variadas, desde conteo de rayos en una tormenta, colocación de capa en la amada cuando viajaban en barco, hasta la extracción y recolocación de piedra en el camino para evitar que el carruaje de ésta se dañara. En éste último ejemplo, la compulsión protectora es la reacción frente a una moción opuesta un tanto hostil, y que se basa en el arrepentimiento y en la penitencia. A partir de la amada, establece la compulsión de comprender cada sílaba de lo que mencionaba alguien, preguntaba una y otra vez, ¿Qué acabas de decir? Lo cual deriva de un malentendido que tuvo con su amada que le ocasionó mucho sufrimiento y posteriormente le generó mucha dicha cuando descubrió que ella le había protegido del ridículo, el mandamiento en esta ocasión fue: “Nunca tiene permitido entender mal a nadie si quieres ahorrarte una pena superflua”. La compulsión del conteo se interpreta como una medida de defensa contra temores que significan peligro de muerte, la cual es relativa a una lucha latente entre el odio y el amor; figurada plásticamente en la acción obsesiva, como en

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el quitar y poner la piedra, al ponerla se está direccionando hacia el odio, para que se haga daño y al quitarla como una especie de reflexión del obrar. Es visible entonces el doble tiempo en las conductas obsesivas, el primer tiempo es cancelado por el segundo. En este punto el pensar consciente las racionaliza dándoles una motivación secundaria. Por otro lado, la generación del conflicto entre las dos mociones opuestas de magnitud aproximadamente igual (amor-odio), no se da como en la histeria, donde se llega a un compromiso en donde se mantenga a los dos opuestos en una sola figuración, aquí los opuestos son satisfechos por separado, primero uno y después otro, sin que se intente establecer entre esos opuestos mutuamente hostiles algún tipo de enlace lógico. En la neurosis obsesiva ocurre un mecanismo diferente al de la histeria, en la primera es posible que las premisas infantiles se vuelvan amnésicas pero las ocasiones recientes de la enfermedad permanecen en la memoria, algo que no se da en la histeria, donde ambas situaciones son afectadas por la amnesia y eventualmente borradas. En cuanto a la represión, ésta se ha ocupado de otro mecanismo mucho más simple, le ha quitado la investidura al trauma por lo que ya no es necesario olvidarlo, ahora queda como una secuela de contenido de representación indiferente y considerada esencial. A continuación presentaremos un fragmento del caso para ejemplificar la generación de un conflicto en nuestro paciente. El padre se casa con la madre la cual proviene de una familia con poder económico, los padres se llevaban bien, pero se entera que antes el padre cortejo a una chica que era de escasos recursos económicos. Al morir el padre, la madre le comunica que la familia está considerando su casamiento con una de las hijas de sus primos en cuanto el terminara sus estudios. El conflicto se genera en este punto: seguir fiel a su amada o seguir las huellas del padre. La salida para este conflicto: la enfermedad, la cual le evita la tarea de solucionarlo y además le permite la identificación con el padre. Tercer fragmento: Un hecho relevante fue en 1907 cuando el paciente se encontraba en Galitzia en unas maniobras. Su capitán narra un castigo aplicado a un preso que consistía en ponerle arrodillado y presentar el culo, al cual se le ataba un orinal o recipiente con un agujero. Se introducía una rata que al ser amenazada por

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un hierro al rojo, solo encontraba la entrada anal del preso, que moría por las heridas del roedor. Otro hecho relevante está relacionado con sus gafas, las cuales había perdido y tuvo que enviar un telegrama a su óptico de Viena para que le enviara otras. Fue su capitán quien le hizo el encargo, avisándole que debía dinero al teniente David que había pagado el trámite. Esta idea del pago le produjo quebraderos de cabeza, donde estaban presentes los pensamientos relacionados con ratas, deuda y dinero. Es de suma importancia puntualizar que el padre había tenido también deudas por el juego y había sido ayudado por un amigo al cual no pudo devolverle el dinero por motivos de localización. El paciente “hombre de las ratas”, pide con estos datos una visita a Freud. Repite los años de su infancia, llenos de recuerdos sexuales, hasta llegar al suplicio de las ratas. Su recuerdo hizo que se levantara del diván y le suplicó a Freud que le ahorrara el recuerdo. Freud conocedor de las resistencias no se lo permite. No aclaraba si el suplicio era empalamiento, su posición no quedaba clara. Freud menciona: "En cada momento del relato, se observa en su rostro una expresión compleja y bizarra, expresión que no podría traducir de otro modo que como el horror de un goce que él mismo ignora. De esta manera el paciente confesaba preso de gran angustia que Freud lo tranquilizó dando sentido a su hostilidad. Freud en transferencia hizo simbólicamente una función paterna. Supuso que una escena infantil masturbadora tuvo la represión paterna. Por igual, había mordido a alguien y el padre le había castigado físicamente. Por lo cual el paciente injurió a su padre con frases como: “Lámpara”, “servilleta”… El padre sentenció: “Este niño se convertirá en un gran hombre o en un gran criminal”. Algunos hechos restaban en el olvido; por lo que la transferencia y los sueños ayudaron a la descarga de la rabia contra el padre a través del analista reclamando un castigo. Demostrándose entonces que, solo por el doloroso camino de la transferencia se pudo adquirir el convencimiento de que su relación con el padre exigía real y efectivamente aquel complemento inconsciente. Freud comenta que el castigo de las ratas había despertado en el paciente su erotismo anal. El castigo narrado por el capitán cruel, hizo que el oficial ocupara el lugar del padre y le hizo recordar su agresividad hacia el padre.

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Cuarto Fragmento: El tormento de las ratas podía ser aplicado a su padre o a su novia. Si entrega el dinero que debía al teniente, encontrándole lugar a la tortura. Por eso posterga repetidamente el acto de devolver el dinero. En cuanto a la dama, es importante recordar que, fue a la edad de doce años, cuando había sufrido un amor no correspondido que como idea obsesiva hubiera tenido solución si su padre hubiera muerto, provocando que la vergüenza y la culpa le asalten. De esta manera aparecían las ideas obsesivas. Si me caso con la mujer amada, a mi padre le sucederá algo, una desgracia en el más allá, ya que el padre estaba muerto. Freud agrega: Si mi padre viviera como en aquellos momentos infantiles, me enfadaría violentamente contra él y le desearía todo el mal. (Ambivalencia como rasgo obsesivo) Respecto a la novia le ocurre algo similar. Ella tenía que cuidar de una abuela y por tanto no podía estar con él, generando que el paciente deseara que la anciana falleciera, estimulando su pulsión de muerte llevándolo más adelante a un pensar suicida, por el sentimiento de culpa. Por igual, cuando su novia fue acompañada en el verano sentimientos de culpa le hacían “correr sin sombrero por ardiente sol de agosto y a subir las pendientes de la gimnástico, hasta que la fatiga le hacía detenerse bañado excusa de una dieta de adelgazamiento.

por su primo. Los las calles bajo el montaña a paso en sudor”, bajo la

Desenlace del caso: Para finalizar queremos mencionar que Ratten (ratas) se asocia a Raten (términos, plazos), haciendo referencia a la herencia del padre (obstáculo) que el recibiría cuando muriera y que posibilitaría el matrimonio con su amada. Las ratas por sus acciones: Roer, morder, agresividad; se relacionaban con la hostilidad hacia la novia a la cual le habían practicado una histerectomía y no podía tener descendencia. Por otro lado los dineros no retornados se regían por la siguiente asociación: Si se devolvían no al teniente A, sino a la dependienta que realmente había pagado los trámites, era como cambiar a su novia por otra más fértil. Todo gira alrededor del padre en la neurosis obsesiva. El padre no ha pagado su deuda, el no paga su deuda a quien le abonó el retorno de sus lentes. El padre elige a la rica en lugar de la pobre (a quien realmente amaba). Esta rica será la madre del paciente.